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El Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la Dirección General de Cultura, se complace en presentar la muestra IR Y VENIR, MIGRACIÓN E IDENTIDAD EN EL SALVADOR, una exposición que pretende estimular la reflexión, a través del arte, sobre la constante formación y transformación de la identidad cultural salvadoreña a lo largo de la historia.
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Migracin e identidades en El Salvadorir y venir
COMISIN NACIONAL BICENTENARIO MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
Contenido
Presentacin
Prefacio
Introduccin
I. Perodo Precolombino
I.1 Migracin y mestizaje en El Salvador precolombino
I.2 Dinmica del perodo preclsico
I.3 Nuevas relaciones
I.4 La migracin pipil
II. Perodo Colonial
II.1 Perodo de dominacin espaola
III. Perodo Republicano
III.1 Inicios del siglo XIX
IV. Perodo finales S. XIX y S. XX
IV.1 Finales del siglo XIX
IV.2 Epoca contempornea
V. Identidad
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4Coordinacin General:
Ana Magdalena Granadino
Directora General de Cultura
Ministerio de Relaciones Exteriores
Coordinadores adjuntos:
Instituto Interamericano de Cooperacin para la Agricultura
Museo Nacional de Antropologa
Curadores de la muestra:
Rodolfo Molina
Rafael Alas
Gregorio Bello Suazo
Asesora histrica:
Carlos Caas-Dinarte
Coordinacin editorial:
Claudia Allwood
Lygia de Cisneros
Diseo y diagramacin:
Punto Creativo
AGRADECIMIENTOSNuestros agradecimientos a los coleccionistas
privados que han prestado obra para la exhibicin
IR y VENIR :
Rafael Alas
Antonio Alfaro
Adela C. de Allwood
Jos Luis Cabrera
Isabel De Sola
Pedro Escalante Arce
Madeleine Imberton
Janine Janowski
Mara Beatriz Lima
Ana Lynn de Lima
Edgar Lindo Lecha
Jos Panades
Ing. Hugo Roger MartnezMinistro de Relaciones Exteriores
Director Nacional Comisin Bicentenario El Salvador
A los artistas:
Carlos Barrios
Nicolle Schwartz
Antonio Romero
Romeo Galdamez
Walter Iraheta
German Hernndez
Ricardo Carbonell
A las siguientes instituciones:
Asociacin INAR,
Museo de Arte Popular de El Salvador
Asociacin Museo de Arte de El Salvador
Museo de Arte de El Salvador, MARTE
Secretara Nacional de Cultura a travs de:
Museo Nacional de Antropologa David J. Guzmn
Sala Nacional de Exposiciones SALARRU
6Presentacin
El Ministerio de Relaciones Exteriores, a travs de laDireccin General de Cultura, se complace enpresentar la muestra IR Y VENIR, MIGRACIN EIDENTIDAD EN EL SALVADOR, una exposicin quepretende estimular la reflexin, a travs del arte, sobrela constante formacin y transformacin de la identidadcultural salvadorea a lo largo de la historia.
La realidad migratoria de El Salvador ha implicado laruptura de paradigmas y conceptos tradicionales haciauna cultura que trasciende fronteras, que se enriquececon el contacto de otras culturas y que esta enconstante cambio. IR Y VENIR refleja esta dinmicadesde la poca prehispnica hasta nuestros das a travsde una extraordinaria coleccin de obras artsticas.
Esta actividad forma parte del programa de eventos que esta Cartera de Estado impulsa en el exterior, en el marco del Bicentenario de Independencia que del 2010 al 2011 celebramos varios paises deLatinoamrica.
Hugo Roger Martnez
Ministro de Relaciones ExterioresDirector Nacional Comisin Bicentenario El Salvador
7
8Desde la poca prehispnica, diversos fen -menos migratorios se han sucedido, por causasdistintas, en la regin centroamericana, que hasido vista como un corredor de paso o como unlugar de transformacin y asentamiento porgrupos huma nos procedentes de Mxico, Europa,la misma rea stmica y otras partes del planeta,a medida que se fueron entablando relacionescon esas naciones y territorios.
Con remotas races hundidas en tiempos mile -narios, fueron las guerras, erupciones, terremotosy otros fenmenos humanos y naturales loshicieron que cientos y quiz miles de personas semovilizaran desde lugares distantes y buscaranasentarse en el suelo ahora salvadoreo. Asarribaron los mayas, lencas, pipiles, pokomames,chorotegas y otros grupos tnicos que, en diversosmomentos de la historia, edificaron ac suscivilizaciones y culturas, a la vez que buscarondefender sus fronteras de la presencia de otrosgrupos. De esa manera fueron surgiendo lasaldeas, cacicazgos y seoros indgenas, cuyosvestigios ahora aparecen poco a poco, a medidaque la casualidad urbana o las investigacionesarqueolgicas planificadas los sacan a la luz del day, por ende, los ponen bajo la mirada de lasciencias contemporneas.
Fue en mayo de 1522 cuando se produjo la llegadade los primeros barcos europeos a las costas de ElSalvador. Los conduca el piloto mayor Andrs Nio,quien estaba al servicio del capitn Gil GonzlezDvila y, a su vez, del gobernador de Panam,Pedrarias Dvila. A partir de ese momento, leesperaban tres siglos de presencia espaola alterritorio salvadoreo, que para ser administradopas a estar bajo la jurisdiccin del Reino, RealAudiencia y Capitana General de Guatemala.
Durante ese largo tiempo, con la cruz y la espadatambin aparecieron nuevos nombres y apellidos,procedentes de Asturias, Galicia, Andaluca y otrospuntos geogrficos de Espaa, cuyos gobernantespoco a poco empezaron a dimensionar la extensintotal de los dominios que les haban legado Colny sus tres naves lanzadas a la conquista de la MarOcana. Y con ello sobrevino la mezcla de sangres,de la cual derivara un amplio mestizaje, al cualpronto habra de sumarse el aporte gentico de losesclavos africanos capturados y comercializadospara que prestaran servicios en las plantaciones einstalaciones fabriles de ail y azcar.
Para la primera dcada del siglo XIX es cuando seregistran las primeras entradas en Estados Unidosde personas procedentes de la Intendencia de
Prefacio
9San Salvador y de la Alcalda Mayor de
Sonsonate, los dos territorios pertenecientes al
Reino de Guatemala y que seran la base
geogrfica para la constitucin, en junio de 1824,
del Estado de El Salvador dentro de la Repblica
Federal Centroamericana. Durante esos pocos
aos que dur esa integracin poltica regional,
un nmero indeterminado de personas llev a
cabo el doble mecanismo de emigracin-
inmigracin por los diversos pases de la regin
centroamericana, debido a las constantes bata -
llas entre los diversos bandos y facciones en
pugna, as como por los exilios forzosos y
volunta rios que los opositores polticos efectua -
ban con tal de poner a salvo sus vidas, las de sus
familias y sus bienes muebles. De esa forma, El
Salvador se convirti en refugio de muchas
familias, pero tambin en un pas que expuls a
otras hacia las naciones cercanas y Mxico.
En 1849, el descubrimiento de grandes vetas de oro
en el estado de California (Estados Unidos) motiv
el traslado de un indeterminado nmero de
salvadoreos hacia ese territorio norteo, as como
al istmo de Panam una de las rutas de trnsito del
este al oeste estadounidense- para efectuar
bsquedas directas como gambusinos o para
desarrollar otras transacciones comerciales, como la
reventa de productos agrcolas a aquellos cientos
de esperanzados hombres que lo dejaban todo
atrs para ir en la bsqueda de la quimera del oro.
Esa fue una migracin temporal de trabajadores
pobres y de comerciantes a mediana escala. De ese
intenso flujo de 49ers no se escap el joven poeta
migueleo Juan Jos Caas Prez (1826-1918),
quien tres dcadas ms tarde, tras pasar por otras
peripecias en Guatemala y Nicaragua, llegara a ser
el autor de la letra del Himno Nacional.
Hacia la mitad del siglo XIX, el gobierno salvadoreo
comenz a tomar decisiones legales acerca del
fomento y expansin del cultivo del caf, en
momen tos en que las ventas del grano se incre -
mentaban en una Europa sumida en la Revolucin
Industrial. A medida que la situacin poltica y
econmica se fue estabilizando en la regin centro -
americana, tras dcadas de guerras e intereses
grupales y de caudillos, El Salvador se vio inundado
por un nmero amplio de exiliados, emigrantes y
empresarios de diversas condiciones sociales, pro -
ce dentes de Italia, Alemania, Francia, Palestina,
Espaa (sobre todo, Catalua) y otros puntos del
Viejo Mundo, quienes llegaron atrados por la
abundancia cafetalera y la posibilidad de abrir otros
negocios vinculados con el agro y la mono -
exportacin hacia mercados ms desarro llados y
vidos de productos artesanales o semi-industriales.
As, ciudades como San Salvador, Santa Tecla,
Sonsonate, Santa Ana, San Miguel y La Unin
10
pronto vieron como en sus centros urbanos se
abran casas comerciales, residencias y bancos
con vinculaciones directas hacia Europa y Estados
Unidos, desde donde pronto se comenzara a
importar otros tipos de mercaderas y recursos
tecnolgicos. En esas localidades, profesionales
europeos en msica, medicina, fotografa, ferro -
carriles, telgrafos, sistemas telefnicos, proyec -
ciones de cine, contabilidad, cerveza, artes
plsticas, hostelera y otras disciplinas se trasla -
daron, radicaron y fundaron sus grupos familiares,
a veces con personas oriundas de sus propios
pases, aunque tambin hubo vinculaciones
matrimoniales con salvadoreos y salvadoreas.
Ni los terremotos, inundaciones, conflictos blicos
u otros fenmenos naturales o sociales lograran
que abandonaran sus tierras y seres queridos en
este nuevo espacio del mundo en el que viviran
sus ltimos das.
En la actualidad, las personas salvadoreas
descendientes de esa emigracin europea y
palestina de fines del siglo XIX son muchas y
algunas han llegado a detentar los ms altos
cargos en el gobierno y la empresa privada
nacionales. Con venas por las que tambin corren
sangres originarias de otras poblaciones locales y
extranjeras, esos descendientes, hombres y
mujeres, conservan con orgullo la memoria de sus
orgenes tnicos, incluso en la preservacin de los
negocios familiares, heredados ya a lo largo de
varias generaciones y ampliadas con trabajo
tesonero y de proyeccin nacional, centroame -
ricana y mundial.
Por otra parte, algunas de las ms antiguas y
linajudas familias de El Salvador comenzaron a
vincularse en matrimonio con aquellos recin
llegados, con lo que a los apellidos espaoles de
tiempos de la conquista se sumaron otros
procedentes de otras reas geogrficas. Incluso,
como parte de los exilios polticos de la segunda
mitad del siglo XIX, algunas de esas familias, con
dinero y prestigio social, usaron esas relaciones y
enlaces con europeos y estadounidense para
establecerse en esas naciones mientras duraban
los perodos de inestabilidad poltica, econmica
y militar en El Salvador. Con el paso de los aos,
muchas de esas personas retornaron al pas y
retomaron sus vidas y negocios, pero algunos de
sus descendientes se quedaron radicados en sus
nuevas patrias y all sus ramas familiares
continan generando nuevas vidas y haciendo
diversos tipos de aportes.
Los efectos de la crisis econmica de Wall Street,
en 1929, provocaron un descenso en los precios
internacionales del caf y dos flujos migratorios,
sobre todo, de agricultores, desde El Salvador.
Una de esas oleadas humanas se asent en los
campos bananeros de la costa norte de Honduras,
mientras que la otra se dirigi hacia reas de otros
11
cultivos, zonas mineras y astilleros en los puertos
estadounidenses de California y Nueva York,
donde desarrollaron actividades de trabajo y
supervivencia bajo los huracanes del Atlntico o
las nevadas del Norte.
De esa manera, comenzaron a desarrollarse las
primeras comunidades salvadoreas en el
extranjero ya de manera slida, las que pronto
alcanzaran a estar compuestas por varios cientos
de compatriotas y sus familias, quienes pronto
buscaron empleos, comprar tierras, construir
casas, edificar negocios y, en el caso de los
residentes en Estados Unidos, ingresar a las uni -
versidades y a las ramas de la armada y ejrcito.
Las primeras remesas familiares comenzaron a ser
remitidas hacia El Salvador en este tiempo,
primero en cantidades mnimas acompaadas por
regalos de temporada, los cuales eran trans -
portados hacia suelo salvadoreo por los
poderosos aviones de Pan American Airways y su
pequea competencia regional, Transportes
Areos Centroamericanos (TACA), fundada en
Honduras, en 1931.
Trece aos ms tarde, la maquinaria blica de
Estados Unidos y su crecimiento econmico por la
entrada en la Segunda Guerra Mundial provoc la
salida de jvenes, obreros y profesionales, para la
zona del Canal de Panam (adonde se asentaron
cerca de 6,000 compatriotas, muchos de los cuales
nunca volvieron sino que fundaron sus familias en
aquel pas stmico), ciudades en diversos estados de
la Unin Americana y, desde all, hacia los distintos
frentes de batalla de ese conflicto blico de alcances
planetarios. A muchos de ellos, que ni siquiera
hablaban ingls cuando se marcharon, les ofrecieron
buenas remuneraciones, jugosos seguros de vida y
hasta la ciudadana estadounidense para cuando
retornaran, victoriosos, de combatir a las fuerzas
militares del Eje Berln-Roma-Tokio. Fue as como las
comunidades salvadoreas en California y Nueva
York recibieron a nuevos integrantes, casi al mismo
tiempo en que sus antiguos residentes salan a las
calles a apoyar al presidente Roosevelt y a sus
decisiones cruciales para el desarrollo de la guerra
y su final entre sendos hongos atmicos.
Entre 1944 y 1972, los sucesivos golpes de Estado
en el pas y la regin centroamericana, la guerra
contra Honduras y otros hechos de corte poltico,
social y econmico provocaron fuertes movimientos
de poblacin salvadorea y centroamericana dentro
del rea situada entre los istmos de Panam y
Tehuantepec y las islas del Caribe. Muchos pases se
convirtieron en sitios de asilo y refugio, mientras que
otros comenzaron a dimensionar las implicaciones
graves que tena la movilizacin sbita de grandes
contingentes humanos y de sus efectos en las
economas y vidas de las naciones. Incluso, la vieja
aspiracin de moverse hacia otros territorios en
busca del sueo de mejorar la calidad de vida y la
12
economa personal y familiar hizo que muchos
obreros salvadoreos dedicados a la construccin
se marcharan con destino a Arabia Saud, donde
pronto sufriran un profundo choque cultural.
A raz de la intervencin militar de las instalaciones
de la Universidad de El Salvador (julio de 1972) y,
sobre todo, tras el estallido del conflicto blico
interno (1979-1992), se provoc una fuerte
dispersin de poblacin salvadorea dentro de las
regiones mesoamericana y europea, con especiales
destinos centrados en Costa Rica (profesionales y
obreros), Honduras (refugiados campesinos), Mxico
(profesionales y estudiantes) y Francia. Adems, la
guerra en s provoc una fuerte migracin legal e
ilegal de salvadoreos hacia Estados Unidos, en la
que los ndices migratorios ms fuertes se
registraron entre 1984 y 1985.
Como parte de sendos gestos internacionales por
apoyar la humanizacin de ese conflicto
salvadoreo, pases como Australia, Canad,
Francia y Suecia abrieron sus fronteras areas para
recibir a importantes contingentes humanos
procedentes de diversos estratos sociales y
quienes viajaron bajo el amparo del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR) y de la Organizacin
Internacional para las Migraciones (OIM). Cuba y
Nicaragua, por su parte, recibieron a personas y
familias heridas y desplazadas, que estaban siendo
sujetas a persecuciones de corte poltico y militar.
La guerra termin hace dos dcadas atrs. Sin
embargo, por causas econmicas y de seguridad
social y personal, muchas personas continan
yndose a diario de El Salvador, incluso ante la
incertidumbre de marcharse a naciones sumidas
en la crisis econmica y financiera que ahora
impacta al mundo entero. Con esas personas
radicadas en pases tan distintos como Estados
Unidos, Espaa, Francia, Mxico, Italia, Argentina,
Qatar, Dubai, Taiwn y muchas naciones ms se ha
venido consolidando ese pas transnacional que es
el nuevo El Salvador, ese nuevo nosotros, esas
novedosas identidades locales y nacionales, que
ahora se manifiestan en diferentes expresiones
culturales (gastronoma, bailes, lenguas, etc.) y que
han motivado a algunos artistas nacionales
residentes dentro o fuera del pas- a llevar sus
reflexiones sobre el tema migratorio a diversos
soportes del arte, desde la pintura de caballete, la
escultura y la fotografa hasta las ms atrevidas y
contemporneas tcnicas del arte digital.
Que usted, lector y espectador, se adentre en ese
complejo universo histrico de las migraciones y
su reflejo en las artes de El Salvador es lo que
pretendemos lograr mediante esta exposicin
itinerante y este catlogo.
ir y venirMigracin e identidades en El Salvador
Generacin tras generacin las migraciones han
transformado la vida en el territorio conocido hoy
como El Salvador. La migracin y emigracin
internacional adems de las migracines internas
han sido asociadas con perodos de convulsin
sociopoltica o desastres naturales o bien en busca
de nuevas oportunidades econmicas. Segn las
circunstancias, han tomado diversas formas, como
voluntarias, forzadas, individuales o colectivas,
que han afectado todos los grupos socio -
econmicos del pas. Las migraciones en algn
caso han sido temporales o durante pocos aos y
en muchos otros han sido permanentes. Han
involucrado individuos, familias y comunidades
enteras. Su tendencia a lo largo de la historia es
incuestionable ya como fenmenos recurrentes u
otros sumamente peculiares.
Desde tiempos precolombinos, los procesos
migratorios por razones comerciales, econmicas,
polticas, religiosas forzadas por fenmenos
naturales, o por cambios e intercambio de ideas,
y da lugar a la absorcin de influencias culturales
forneas que han jugado un papel predominante
en la conformacin de las identidades, transfor -
mn dolas constantemente. En la poca moderna,
estos procesos migratorios se muestran con
intensidad a inicios del siglo XX y se han acelerado
a partir de la dcada de los ochenta, ello ha
influenciando continuamente el modo de ser, sentir
y ver las cosa y los hechos que simbolizaban
nuestra identidad tradicional.
Las nuevas influencias y valores han sido
influenciadas por la globalizacin adoptado por
las naciones del mundo; por el acceso inmediato
y extensivo a la informacin sobre la facilidad de
movilizacin y del hecho de que los salvadoreos
han asentado sus hogares alrededor del mundo,
adoptando nuevas ideas y formas de vida que han
Introduccin
14
15
transformado con todo ello sus comunidades de
origen. Pronto, muchas de las tradiciones que
todava viven como legtimas Salvadoreas van
a desaparecer, Ser esto un proceso irreversible?
Las consecuencias de las migraciones en los mbitos
econmicos, sociales y psicolgicos han sido
profundas y transformadoras. Las inmigraciones y la
emigracin, tanto del campo a la ciudad como de
El Salvador hacia el resto del mundo, han sido
factores importantes para determinar formas de
vida. La migracin no se limita al movimiento de
personas; muchos otros factores estn asociados
tales como: crisis familiar, comportamiento desor -
denado, intercambios tecnolgicos, transferencia de
riqueza, remesas y la fuga de talentos entre otros.
Si se pretende comprender la situacin actual del
pas o se contemplan acciones al futuro, es
esencial documentar y entender estos procesos
migratorios, sus causas y consecuencias, se debe
reflexionar sobre el sincretismo que nos ha
transformado y nos seguir modelando dentro y
fuera del territorio salvadoreo..
16
I.1 MIGRACIN Y MESTIZAJE EN EL SALVADOR PRECOLOMBINO
Gregorio Bello-Suazo, Director MUNA
La historia de la sociedad en general, es una
historia de identidades y de movimientos sociales.
De igual manera, en la poca prehispnica lo que
hoy es el territorio salvadoreo, estuvo signado
por el reflujo de pueblos y etnias en constante
comunicacin; por ese fluir de movimientos
sociales y comerciales.
El Salvador form parte de un puente delgado de
tierras que conectaba Amrica del Norte con
Amrica del Sur. La influencia de los diferentes
pueblos que utilizaron este territorio, ya sea como
va o como asentamiento ms o menos prolon -
gado, fue determinante para la conformacin de
las identidades locales.
En trminos geogrficos, la regin que se extiende
desde los ros Lempa (El Salvador) y Ullua
(Honduras) en el norte hasta el rio Atrato (Colombia)
en el sur (Haberland, 1959: 53-59; Lange y Stone,
1984), se le ha denominado Baja Amrica.
De acuerdo con los documentos contextos
arqueolgicos, los habitantes de Baja Amrica
Central se concentraban en las costas y en las
montaas del Pacifico. Se asentaban en las reas
de drenaje de los ros grandes, a lo largo de las
costa segmentadas, o en las mesetas frtiles de
origen volcnico. Hablaban varias lenguas de los
grupos chibcha, mismumalpa, mangue, tlapaneco,
nahuat o maya (Constenla Umaa, 1991; Lehmann,
1920). Estaban organizados en federaciones
territoriales o en grupos de parentesco que vivan
en pueblos o plazuelas politnicos (Werner, 2000).
En su trnsito, los objetos y humanos tenan que
superar una ancha extensin geogrfica (aproxi -
madamente 1600 kilmetros) y una amplia variedad
de ecosistemas redundancia. Por el intercambio
intensivo que mantenan los habitantes de Amrica
Central con Amrica del Sur y con Amrica del
Norte, aprovecharon muchas innovaciones de
ambos subcontinentes. De esta manera resulto una
integracin ntima de tradiciones y civilizaciones
diferentes, que se refleja en una cantidad alta de
paisajes culturales, grupos tnicos y objetos
artesanales (Abel-Vidor et al., 1981; Baudez, 1970).
Al igual que los movimientos migratorios, el
I. Perodo Precolombino
17
comercio y la guerra, favorecieron la variedad depatrones culturales regionales, que se revelan endistintos tipos cermicos y arquitectnicos, enestrategias de sobrevivencia y en redes comer -ciales. Ciertos elementos diagnsticos quecaracterizan las culturas de Mesoamrica y delrea andina, aparecen en Amrica Central enformas modificadas que reflejan ntimamente lasculturas locales.
Este trnsito obligado del norte al sur y viceversa,implic un fuerte proceso de mestizaje. A lallegada de los conquistadores, los pueblosnahuat-pipil dominaban el territorio nacional, sinembargo, segn Diego Garca de Palacios, en elSiglo XVI all se hablaban 8 lenguas distintas.
Con la conquista se destruyen las antiguas creenciasy prcticas religiosas locales. Las deidades cristianasfueron identificadas con las deidades de su pantenindgena y as fueron veneradas, identificndose conlos hroes mitolgicos que les traan su sabidura yconocimientos. La fusin y mezcla de ritos y cre -encias tuvo como resultado una religin sincrtica,de la cual se conservan vestigios tradicionales enalgunas poblaciones indgenas de El Salvador.
18
I.2 DINMICA DEL PERODO PRECLSICO
Segn Sharer (1978), aproximadamente entre los
ao 1200-900 AC, durante el Preclsico Temprano
se realizaron movimientos de poblacin hacia el
rea que actualmente ocupa la Repblica de El
Salvador, la ruta utilizada fue el litoral Pacfico y de
all se movilizaron tierra adentro en el curso del rio
Paz y se asentaron en el oeste del pas.
A partir del ao 1500 a.C. se advierte una gran
movilidad de los grupos hacia la costa del Pacfico
de El Salvador, Guatemala y otras regiones de
Mesoamrica. Las relaciones de tipo lingstico,
arquitectnicas y escultricas y el intercambio
comercial (cermica Usulutn y obsidiana) con las
tierras altas de Guatemala, muestran un desarrollo
cultural que se inicio en el preclsico temprano. Es
posible pensar que dicha poblacin lleg al rea
central hacia el ao 900 a.C. en lo que sera el
inicio del periodo Preclsico Medio.
Entre 800 y 400 a.C. los olmecas hicieron de
Chalchuapa su centro de comercio ms meridional
desde donde se expandieron hacia buena parte
del istmo. En las Victorias, lugar cercano a
Chalchuapa, hay figuras en relieve sobre roca
volcnica semejantes a las de La Venta, Tabasco,
en el Golfo de Mxico.
Posterior al 400 a.C. los mayas de las tierras altas
del sur y de los declives del Pacifico de Guatemala
empezaron a perfilar su propio estilo de cultura
mesoamericano. Los mayas utilizaron la misma ruta
de comercio en el Pacifico que los olmecas,
desarrollando (o promoviendo el desarrollo de)
centros regionales en prsperos seoros a lo largo
de esta ruta.
19
Chalchuapa mantuvo una fuerte relacin con los
sitios de las tierras bajas mayas. Estos contactos se
hacen evidentes por la cermica Usulutn, que se
distingue por su decoracin negativa que se
convirti en una de los principales artculos de
comercio en la zona maya. En Quelepa, al oriente
del pas, en su Fase Upsala (500 a.C.-300 d.C.), se
ha encontrado cermica Usulutn, adems de
cermica muy similar a la del occidente del pas
(Chalchuapa) de las tierras altas de Guatemala
(Kaminaljuy), occidente del Honduras (Copn), y
del centro de Honduras (Comayagua, los Naranjos).
I.3 NUEVAS RELACIONES
Todo el florecimiento del Preclsico tardo se vio
interrumpido, en ciertas regiones del pas, por la
actividad del volcn de Ilopango, que hizo
erupcin hacia el ao 420 dC, y la lava y ceniza se
depositaron en varios puntos cubriendo terrenos
agrcolas, fuentes de agua y asentamientos
humanos del centro y occidente y, probablemente,
algunos sitios del oriente del pas.
Cuando el suelo volvi a adquirir capacidad
productiva, el rea fue ocupada hacia el ao 700 dC
por personas portadoras de material cermico de
filiacin Maya-Chort, con vnculos con sitios como
los del valle del Motagua, Asuncin Mita y Copn.
En este mismp perodo surgiern en el occidente
asen ta mientos importantes como Tazumal que
recibi considerable influencia teotihuacana,
Tacuzcalco en Sonsonate, San Andrs en La Libertad
y Cara Sucia en Ahuachapn. Este ltimo pertenece
a la cultura Cotzumalhuapa, que se desarroll en la
costa pacifica de Chiapas, Guatemala y en trecho
del litoral sudoccidental de El Salvador.
Cara Sucia es el sitio Cotzumalhuapa ms oriental
conocido. Fue recuperado en los inicios del clsico
tardo y abandonado entre 900-1000 dC.
Durante los siguientes 400 aos (500-900 dC), una
segunda esfera de interaccin uni las tierras altas
del sur de la Zona Central y la planicie occidental
del Pacifico con las tierras bajas mayas del sur
(cuenca del Paraso, valle de Chalchuapa, Copn,
valle de Zapotitn) Para el ao 500 dC. Se vuelve
a ocupar el occidente y centro del territorio
salvadoreo, cuando grupos mayas-chorti llegaron
a colonizar dichas regiones.
El valle del Paraso, en el norte del pas, al igual
que Chalchuapa y el Valle de Zapotitln mantenan
contacto con Copn durante el clsico medio y el
clsico tardo, lo comprueba la presencia de
cermica copador y ula. Por su parte, Joya de
Cern fue ocupada durante el siglo VI de nuestra
era y concluy hacia el ao 600 dC debido a los
efectos de la erupcin del volcn Laguna Caldera.
Un hallazgo excepcional en el interior de la
estructura 7, ubicada al sur de la Acrpolis y una
de las nicas edificaciones en San Andrs con
revestimiento de bloques de piedra, es una
ofrenda que contena una vasija del Petn o Belice,
un pedernal excntrico (quiz de Belice), una
espina de manta raya (empleada para
autosacrificio) conchas y otros objetos.
El ultimo momento de ocupacin de Quelepa,
entre los aos 625 dC y 1000 dC, las tradiciones
arquitectnicas y cermicas locales fueron
reemplazadas por nuevas tradiciones cuyo origen
no corresponde al grupo lenca. La alfarera se
relaciona ms con las tierras bajas mayas y la costa
de Veracruz en el golfo de Mxico. Existen
tambin instrumentos musicales de viento, como
flautas y ocarinas con bolitas rodantes para variar
el tono del sonido, que son representativas del
perodo Clsico de Veracruz.
Otro importante elemento que evidencia los
contactos con el Golfo de Mxico son los objetos
tallados en piedra, yugos, palmas y hachas, que
fueron encontrados en un escondrijo. La palma
mas pequea muestra una serpiente con la cola
emplumada y otra palma es una representacin de
Quetzalcoatl en su fisonoma de Ehecatl, el dios
del viento. Todos estn conectados con el juego
de pelota, que tambin indica contactos con
aquella zona.
I.4 LA MIGRACIN PIPIL
Por ser tan escasa las fuentes documentales sobre
los orgenes pipiles, es la arqueologa la que puede
arrojar luz acerca de su pasado. Posiblemente hubo
varias migraciones entre aproximadamente 900 y
1400 dC, que corresponde con los tiempos en que
las antiguas sociedades nativas de esta regin
experimentaron una repentina declinacin de
poblacin y otros cambios profundos, este
fenmeno es conocido como Colapso Maya.
La poca de la primera migracin pipil habra sido
por el ao 900 d. C. cuando gran parte del centro
de Mxico se hallaba bajo el imperio tolteca, con su
capital en el sitio conocido como Tula. Las muestras
de esa temprana inmigracin pipil en El Salvador se
encuentran en los entierros del sitio de Loma China,
en la regin de San Lorenzo en el bajo curso del Rio
Lempa, considerado como una colonia de
comerciantes toltecas responsables del intercambio
de obsidiana verde y tipos diagnsticos de finas
cermicas desde el centro de Mxico.
Los pipiles logran trasladar una versin de cultura
nahua hasta el actual territorio salvadoreo. Una
faceta llamativa de esta cultura trasplantada es la
cosmovisin dadas sus races mexicanas no es
sorprendente que los dioses venerados por los
pipiles fueran importantes entre los pueblos
nahuas del centro de Mxico.
20
Entre el 900-1000 d.C. los asentamientos en la
cuenca El Paraso, muestran fuertes afinidades con
los mexicanos, que incluye, entre otros indicadores,
efigies del tamao natural de la deidad Xipe Totec,
una innovadora tecnologa en manufactura de
artefactos lticos en obsidiana y pedernal y nuevos
tipos de cermica. En Chalchuapa, se observan
varios materiales arqueolgicos como la escultura
de Chac Mool, encontrada en Laguna Seca, una
escultura efigie de jaguar encontrada en Casa
Blanca, la estela de Tazumal y una escultura de
Xipe Totec entre otros. Tambin hay presencia de
obsidiana verde procedente del centro de Mxico
(Pachuca), cermicas de comercio como son
tohil plomiza, nicoya policroma, y punta de
proyectiles bifaciales. Se han encontrado restos de
cermica policroma MixtecaPuebla la cual se
extiende hasta la conquista.
Los sitios Cihuatn y Santa Mara, fueron colonizados
originalmente alrededor del ao 900 d.C. por un
grupo que construy plataformas de templos en
forma de T, pirmides de composicin talud-tablero
y juegos de pelota en forma de I, todos estos rasgos
derivados de las tierras altas centrales de las
regiones costeras del Golfo de Mxico.
En la conquista de Centroamrica, los espaoles se
sorprendieron al encontrar pueblos mexicanos.
Despus de dominar a los aztecas y sus vecinos en
Mxico, los espaoles emprendieron la conquista
21
Mscara olmeca de jadeita / perodo preclsico
Coleccn privada
del rea de Guatemala y El Salvador; era tan
cercano el idioma de los guerreros aztecas que
traan los espaoles como auxiliares, que no
tuvieron problemas en conversar con los pipiles. Ha
persistido una confusin entre los pipiles y los
aztecas de Mxico, llegando en algunos casos a
confundirlos por pertenecer a los grupos nahuas,
no es que uno se origin del otro, sino que
compartan races genticas comunes que se
extendan varios siglos antes de la conquista.
22
Cuencos negativo Usulutn con soportes
mamiformes.
Perodo preclsico
Usulutn, El Salvador
Coleccin MUNA
Vasos negativos con soportes mamiformes de sonaja
Perodo preclsico
Coleccin MUNA
23
Vasija mujer desnuda
Perodo preclsico
Coleccin MUNA
Vasija negativa UsulutnPerodo preclsico Cara Sucia, AhuchapnColeccin MUNA
Hacha ceremonial que representa la cabeza de una persona muerta
Perodo clsico - Quelepa, San Miguel - Coleccin MUNA
24
25
Palma ceremonial con figura de Ehecatl - Dios de viento - Perodo clsicoQuelepa, San MiguelColeccion MUNA
Cuencos Copador con personas sentadas y diseo de aves en el interiorPeriodo clsico Coleccin MUNA
26
Vaso Sala con diseo de petate
y figuras alargadas
Perodo clsico - Departamento de CuscatlnColeccin MUNA
Vaso Sala decorado con escena ritual
Perodo clsico
Departamento de Cuscatln
Coleccin MUNA
Vaso decorado con la serpiente emplumada simbolo de Quetzalcoatl
Loma China, Usulutn
Coleccin MUNA
27
Cuencos Sala con jaguares
y diseos que semejan pieles
Periodo clsico
San Salvador - Coleccin MUNA
Vasija Copador con forma
de sapo, decorado con
motivos geomtricos
Perodo clsico - Coleccin MUNA
Sahumador estilo Mixteca
Puebla con soportes
Perodo posclsico
Madreselva, La Libertad
Coleccin MUNA
28
Olla Nicoya representacin del mono - Perodo posclsico
El Salvador - Coleccin privada
Vaso Nicoya polcromo - Perodo Posclsico
Loma China, Usulutn - Coleccin MUNA
Botella con figura Tlaloc, Dios de la lluvia
Cihuatn, Aguilares - San Salvador - Coleccin MUNA
Figura de zariguella o tacuazn - Perodo posclsico
Madreselva, La Libertad - Coleccin MUNA
29
Vasija plomiza de felino cara humanaPerodo posclsico - Cumbres de Cuscatln, La Libertad - Coleccin MUNA
Cabeza de Xipetotec Patrono de los guerreros
Coleccin MUNA
Cuencos de cermica Representacin de Huehetotl
Dios del fuego
Periodo posclsico - El Salvador - Coleccin MUNA
30
Copa cermica polcroma
Banderas con motivos relacionados con el sacrificio
El Salvador - Coleccin privada
Collar de cascabeles de cobre
El Salvador - Coleccin privada
31
Vaso con forma de pie muy detallado
El Salvador - Coleccin privada
32
II.1 PERODO DE DOMINACIN ESPAOLA
Rafael Alas Vsquez
En 1524, el territorio de lo que es hoy la Repblica
de El Salvador, fue invadido por fuerzas espaolas
que, habiendo dominado al imperio azteca,
avanzaban hacia el centro del continente con los
objetivos de expandir los dominios de la corona
espaola y propagar el cristianismo, propsito
acompaado en muchos casos por mviles muy
personales por parte de los conquistadores, tales
como el rpido enriquecimiento y el ascenso en la
escala social.
Con este proceso de conquista comenz el
perodo de dominacin espaola, el cual est
caracterizado por una complejidad social que no
se limit a las relaciones entre el grupo dominador
(espaoles) y los dominados (indgenas), sino que
tambin se generaron dinmicas de convivencia e
inter-relacin con grupos indgenas aliados de los
espaoles y que tambin se asentaron en el
territorio, as como con la poblacin negra, trada
como esclavos.
La conquista y pacificacin total del territorio dur
varios aos, durante ese tiempo el primer
asentamiento de los conquistadores pas por
cambios de ubicacin y re-fundacin, como prueba
de la inestabilidad de la regin. El segundo
asentamiento de la villa de San Salvador, despus
de su permanencia inicial en el valle de La Bermuda
(Suchitoto) durante 17 aos, es gradualmente
abandonado por su poblacin, la cual prefiere las
condiciones del llamado valle de Las Hamacas, al
pie del volcn de San Salvador, que haba sido el
asiento principal de los grupos pipiles que
dominaban el territorio a la llegada de los
conquistadores. El desarrollo de este tercer
asentamiento fue notoriamente acelerado, de
manera que en 1546 se otorg el ttulo de ciudad a
la villa de San Salvador.
Otro asiento del poder espaol no tardara en
aparecer: en la regin de los Izalcos, sealada por
su alta produccin de cacao, cierto nmero de
espaoles son obligados a abandonar las
localidades indgenas donde se haban asentado,
as fundaron la villa de la Santsima Trinidad de
Sonsonate en 1553 (Escalante, 1992). Ya sea
comerciantes o encomenderos, stos preferan vivir
cerca de los poblados indgenas para controlar
mejor la produc cin agrcola o el trabajo de stos
(Browning, 1998); por consiguiente, Sonsonate no
iba a ser el nico caso en que la corona espaola,
II. Perodo Colonial
queriendo evitar abusos de peninsulares y criolloshacia la poblacin indgena, obligara a losprimeros a establecerse fuera de las comunidadesde los segundos; en 1635, la villa de San Vicentede Austria fue fundada en la zona central delterritorio en iguales condiciones (Fernndez, 1996).
La explotacin del cacao con fines de exportacinen la regin de los Izalcos caracteriz la situacineconmica del territorio durante el siglo XVI,perodo tambin marcado por la aceleradadisminucin de la poblacin indgena, principal -mente debida a muertes causadas por las pestesy el arduo trabajo al que fue sometida. Ante lafalta de mano de obra para el cultivo del cacao,se trajeron indgenas de otras regiones de laCapitana General de Guatemala, como Verapaz(Guatemala) y Comayagua (Honduras) (Macleod,1980). Sin embargo, el cambio de hbitat de losindgenas de tierras altas llegaban a trabajar a lacosta del Pacfico, provoc notable mortalidadentre stos, muchos de los cuales ya noregresaron a sus lugares de origen. Aunque estehecho del siglo XVI implic desplazamientos defuerza laboral a grandes distancias, la movilizacinde trabajadores fue muy frecuente en el perodode dominacin espaola. Esta prctica de envode indgenas a trabajar a zonas alejadas de suslugares de origen llamadas mandamiento
34
(Martnez Pelez, 1998) se prolong durantemuchos aos y lleg a ser preocupacin de
espaoles y criollos por diversas razones, dada las
consecuencias de afectacin a la poblacin nativa.
La corona espaola promovi la fundacin de
nuevos asentamientos ya que los funcionarios
reales vean con preocupacin la dispersin fsica
en que viva la poblacin indgena, lo cual
dificultaba el control de sus miembros. Algunos de
estos primeros asentamientos se caracterizaron
por acoger grupos indgenas provenientes del
altiplano mexicano y del territorio guatemalteco,
los cuales acompaaron a los espaoles en sus
incursiones en tierras salvadoreas y decidieron
establecerse en las recin fundadas villas. Estos
grupos edificaron viviendas y conformaron barrios
o pueblos reconocidos con el nombre de la
procedencia de sus fundadores, de manera que
Sonsonate cuenta con un barrio de Mejicanos, la
primitiva villa de San Miguel de la Frontera en el
oriente del territorio, tambin cont con este
sector de la ciudad (Escalante, 2001); y en el caso
de San Salvador, el pueblo llamado Mejicanos
(ahora ciudad y parte del rea metropolitana de
San Salvador), es prueba de que los aliados de los
espaoles, en su mayora tlaxcaltecas, ocuparon
tambin un rea del valle de Las Hamacas (Barn
Castro, 2002), mezclndose gradualmente con el
resto de la poblacin.
En cuanto a los patrones culturales impuestos a la
poblacin del continente americano, muchos de
ellos fueron determinados por la religin ya que uno
de los propsitos del proceso de la conquista era
convertir al cristianismo a los pueblos indgenas; es
por ello que la produccin artstica colonial es
predominantemente religiosa. Con la relativa
35
pacificacin del territorio, comenzaron a llegar
rdenes religiosas, cuyos miembros seran pieza
clave para la difusin del cristianismo. Tanto frailes -
dominicos, franciscanos y mercedarios- como el
clero secular, se preocuparon por la evangelizacin
de los indgenas y vieron en el arte un medio ideal
para difundir las ideas y los conceptos de la nueva
religin a una mayora de poblacin que no poda
aprenderlos ni entenderlos a partir de la palabra
escrita. Para ello era importante contar en el Nuevo
Mundo con las representaciones de la nueva
religin; es as como en el siglo XVI, las primeras
imgenes religiosas son tradas desde Espaa al
territorio salvadoreo, mostrando rasgos de los
estilos Romnico y Gtico, evidentes en la
frontalidad, solemnidad y cierta rigidez en las
figuras, caractersticas presentes en esculturas como
la de Nuestra Seora de la Presentacin, que se
ubica actualmente en el templo del mismo nombre
en San Salvador.
Posteriormente artistas europeos llegaron a estas
tierras y comenz tambin la produccin artstica
local ya que los indgenas fueron instruidos por los
frailes de las rdenes religiosas, en la manera de
representar a las sagradas figuras del cristianismo.
La arquitectura de estos aos present tambin
influencias de estos estilos, tal es el caso de las
ruinas del antiguo templo de Caluco, en el
occidente del pas, y cuya construccin fue posible
por la bonanza econmica del cultivo del cacao.
Mientras entre la poblacin indgena iba
difundindose el nuevo pensamiento religioso, es
de destacar la presencia de otro sector de
poblacin que vendra a aadir nuevas facetas al
fenmeno del mestizaje y del sincretismo de la
expresin cultural: las poblacin negra; sta fue
gradualmente mezclndose con los otros grupos
raciales, principalmente con los indgenas, aunque
al igual que los espaoles, se promulgaron leyes
que prohiban el asentamiento de negros en
localidades indgenas (Markman, 1993). Los
primeros registros de esta poblacin trada del
Caribe datan del siglo XVI y su llegada fue ms
frecuente en siglos siguientes, especialmente
cuando la corona espaola prohibi emplear
mano de obra indgena en el proceso de
elaboracin del tinte de ail, debido al trabajo
duro que representaba. De acuerdo al historiador
Jorge Lard y Larn, las localidades que llegaron a
tener mayor poblacin negra fueron: Ahuachapn,
San Vicente, Zacatecoluca y Chinameca . El cultivo
y procesamiento de este producto fue importante
para la economa durante los siglos XVII y XVIII,
despus del declive de la produccin de cacao; la
zona ailera se extenda de la parte central del pas
hacia tierras orientales y el auge de dicho
producto debe de haber generado despla -
zamientos de poblacin, siendo motivados a
obtener ingresos econmicos por el procesa -
miento y comercializacin del mismo.
36
A finales del siglo XVI, las influencias del
Renacimiento se haran presentes, tanto en arte
como en arquitectura, a travs de los elementos
del clasicismo greco-romano, el naturalismo y el
nfasis en la condicin humana para la
representacin de los personajes sagrados. Muy
poco ha sobrevivido en El Salvador de estos
ejemplos, ya que los frecuentes sismos que afectan
el territorio han causado la prdida de importantes
testimonios en arquitectura, pintura y escultura. A
la par de la imagen religiosa, era importante la
representacin del poder real ya que se necesitaba
recordar frecuentemente a la poblacin sometida
su pertenencia al dominio espaol. Es as como los
retratos de los monarcas de turno, en pintura o
escultura, junto con los smbolos de las dinastas
reinantes, eran importantes, por ello se realizaron
frecuentemente copias de las representaciones
tradas de Europa para que las efigies reales
estuvieran constante mente presentes en cere -
monias y funciones pblicas.
Los ltimos aos del siglo XVI y principios del
siglo XVII estn sealados por una acentuada
migracin de la ciudad al campo (Macleod, 1980),
siendo los terratenientes y hacendados quienes
permanecen ms tiempo fuera de los asenta -
mientos urbanos, para pasar largas temporadas
en sus propiedades rurales. Espaoles propie -
tarios de obrajes de ail optaron por radicarse
cerca de stos, en algunos casos obligados por
las malas condiciones de los asentamientos, como
fue el caso de la ciudad de San Salvador,
destruida por un sismo a principios del siglo XVII
y con baja poblacin debido a la causa antes
mencionada (Macleod, 1980), fen meno que ya se
habadado en situaciones similaresen el siglo XVI
(Browning, 1998). Sin embargo, no fue la nica
ocasin en que los desastres naturales con di -
cionaron la migracin interna de la poblacin: los
residentes de Nejapa, se vieron obligados a
establecerse en otro lugar en 1659, debido a una
erupcin volcnica y en 1762, los vecinos del
pueblo de Ateos tuvieron que trasladarse a donde
se encuentra la localidad actual debido a una
inundacin (Lard y Larn, 2000).
El estilo Barroco se manifest en el territorio
salvadoreo a partir de la segunda mitad del siglo
XVII, extiendo su influencia durante la mayor parte
del siglo XVIII, con su nfasis decorativo, dina -
mismo, dramatismo y su ten dencia a con mover e
impactar los senti mientos del que lo contempla;
ejemplo notable de este estilo es la imagen del
Salvador del Mundo, tallada por Silvestre Garca
en la segunda mitad del siglo XVIII. Es de destacar
para estos siglos, la notable produccin artstica
(principalmente escultrica) generada en
Guatemala, desde donde se exportaban piezas al
territorio de El Salvador y a otros lugares del
continente. Tambin es impor tante la produccin
de retablos o altares elaborados en madera, cuyos
37
elementos arqui tectnicos, esculturas y pinturas
reflejaron los estilos artsticos del perodo.
Los desplazamientos temporales de artistas
guatemaltecos deben haber sido frecuentes,
considerando el tipo de comisin que reciban por
parte de las rdenes religiosas, clero secular y los
seglares en territorio salvadoreo, tal es el caso de
los retablos, cuyo auge y la fuerte demanda de los
mismos por parte de la poblacin deben haber
sido causas para que diseadores de estas
estructuras se desplazaran a suelo salvadoreo
para su elaboracin, ensamblaje de sus piezas o
supervisin en cuanto a su manufactura.
La poblacin indgena, con una gran tradicin en
tcnicas constructivas y el trabajo en cermica,
piedra y madera, adopt hasta cierto grado los
patrones artsticos espaoles, sin embargo, las
influencias de los tipos de representacin
prehispnica y la referencia al entorno local (y no
a elementos europeos) emergieron en ciertas
ocasiones. La presencia de la poblacin negra,
aunque ms dbil y con menor tiempo de
permanencia en el tiempo que en otras regiones
de Centro Amrica, tambin se manifest a
travs de ciertos rasgos culturales que an
persisten, como la utilizacin de la marimba.
Otras aportaciones culturales llegaron a travs
del comercio, aunque ste sufri ciertas
limitaciones durante todo el perodo colonial; es
as como productos del Lejano Oriente llegaban
al territorio muy espordicamente a causa de las
restricciones al comercio martimo.
El procesamiento de hierro fue importante a fines
del siglo XVIII para la zona de Metapn, al norte
del territorio, de manera que sta experiment un
aumento de poblacin espaola en poco tiempo
(Fernndez, 1996). Paralelamente, aumenta la
presencia espaola en el actual departamento de
Chalatenango, siempre en la parte norte,
mandado a poblar por el Intendente de la
provincia de San Salvador con familias
provenientes de Espaa (Lard y Larn, 1957).
No solo motivaciones econmicas condicionaron
los movimientos de poblacin durante el perodo
de dominacin espaola, la condicin del terri -
torio, dependiente en muchos aspectos del
asiento del poder espaol en tierras guate -
maltecas, oblig o motiv a algunos sectores a
desplazarse a la hoy llamada Antigua Guatemala;
algunos debido a la necesidad de completar su
formacin intelectual y otros a causa de proseguir
su formacin eclesistica debido a la presencia de
varias rdenes religiosas con reconocidos
centros de enseanza- en la capital del reino de
Guatemala. Desplazamientos en busca de for -
macin artstica deben haberse dado, aunque
estos casos no han sido documentados.
A fines del perodo de dominacin espaola y
comenzando el siglo XIX, la sociedad colonial
recibi las influencias del estilo Neoclsico, el cual
38
viene a imponerse con la sobriedad ornamental y el
regreso al lenguaje clsico, sobre la libertad de
formas y el exceso decorativo del Barroco. Para este
tiempo, la influencia cultural dominante proviene de
Francia, la cual se mantendra a todo lo largo del
siglo. Sin embargo, es necesario aclarar que tanto
este estilo como los precedentes, llegan dbilmente
al territorio a travs de los grandes centros culturales
del perodo, siendo re-interpretados y adaptados a
las condiciones propias.
Todos los hechos planteados anteriormente
generan un panorama muy complejo con respecto
a la situacin migratoria durante este perodo,
profundamente marcado por el mestizaje y la
disminucin de la poblacin indgena y negra, que
contina manifestando su presencia en los grupos
humanos llamados mulatos, zambos y mestizos. La
poblacin, experimentando los cambios produ -
cidos por las inter-relaciones culturales, se ve
expuesta tambin a las consecuencias de las
condiciones ambientales del territorio. En este
sentido, los frecuentes sismos, de gran repercusin
en la zona costera y central, marcan una situacin
de temporalidad muy limitada; cada cierto tiempo,
un fuerte movimiento de tierra provoc (y lo sigue
haciendo) prdida de edificios y de productos
culturales, teniendo la poblacin que volver a
reconstruir su entorno. Atribudo a Jean Ranc (1674-1735)
Retrato de Isabel de Portugal, esposa del Rey Carlos I de Espaa
(copia de la original de Tiziano)
leo sobre lienzo - Siglo XVIII - Coleccin privada
39
Annimo - La flagelacin y la oracin de jess en el huertoSiglo XVII - leo sobre lienzo, marco de madera
Coleccin Privada
Annimo - Arcngel San Miguel
Siglo XVIII - Madera policromada
Coleccin privada
40
Annimo - Atril con forma de guila
Siglo XVII- XVIII - Madera
Coleccion privada
Crucifijo de marfil elaborado en Filipinas - Annimo
Siglo XVIII - Coleccin Privada
41
Annimo - Inmaculada ConcepcinSiglo XVI - madera de naranjoColeccin privada
Annimo - Inmaculada ConcepcinSiglo XVIII - Madera Coleccin privada
Annimo - San Jernimo penitentePatrono de Nejapa - Siglo XVIIIMadera - Coleccin privada
42
III.1 Inicios del siglo XIX
Rodolfo Molina
Las influencias del siglo XIX en Latinoamrica
nacen bajo el fermento del siglo de las luces en
Europa, y de los contradictorios movimientos
independentistas iniciados por las elites criollas. Se
manifiestan como un fenmeno nativo y occidental
a la vez. Intelectualmente, la intencin de sepa -
racin de las races ibricas, abre nuevos hori -
zontes, especialmente a los recin descu biertos
intereses de la sociedad occidental: la observacin
directa, el experimento y el anlisis racional, las
nuevas bases para la realidad gracias a la edad de
la razn europea que diera inicio, aun antes de la
revolucin francesa, a un proceso irreversible de
secularizacin del arte y la sociedad.
Las luchas independentistas fomentadas por los
criollos centroamericanos, marcan un periodo
inestable de cambios y un momento de insegu -
ridad y luchas internas, previamente y durante la
conformacin de las repblicas, un perodo de
pugna entre unionistas y separatistas y ms tarde
entre conservadores y liberales.
Para las clases campesinas los cultivos especia -
lizados como el ail, y ms tarde el caf, desde
tiempos virreinales, haban representado moviliza -
ciones forzadas, el periodo formativo de la
Repblica de El Salvador, se caracteriza por la
movilidad interna para la clase indgena y campe -
sina y la movilidad regional principalmente por
razones polticas para el sector criollo.
Los primeros setenta aos del siglo XIX incluyen
hechos como el levantamiento de Anastasio
Aquino ( Provocado por la movilidad forzada de
indgenas debido al trabajo agrcola), una invasin
a Nicaragua, y guerra con Guatemala.
El inters por la naturaleza, la ciencia y lo pinto resco
estaba en su apogeo en Europa durante del
periodo de independencia, y Amrica que haba
permanecido cerrada por el poder espaol,
comenzaba a abrirse al viajero Europeo que venia
con la expectacin de lo remoto y lo extrao. En
este periodo se contina el fenmeno de las
grandes expediciones con la finalidad de conse guir
informacin cientfica y geogrfica, algo que haba
comenzado el trono espaol a partir del siglo XVI.
III. Perodo Republicano
43
Retrato familiar - leo sobre lienzo
Coleccin privada
Hostiero (detalle de grabados para realizar relieves en las hostias)
Siglo XIX, hierro - Coleccin privada
Hostiero (detalle de grabados para realizar relieves en las hostias)Siglo XIX, hierro - Coleccin privada
44
45
Annimo - Retrato de presbtero
Francisco Aguilar
leo en lienzo
Siglo XIX - Coleccin Nacional
Annimo pintado en Viena
retrato de Elena Jeanna Vanderkerckhore
(Madre de don Len Imberton)
Mediados del siglo XIX
Coleccin privada
Annimo
Escena de cacera
Siglo XIX
leo sobre lienzo
Coleccin privada
46
IV.1 Finales del siglo XIX
Rodolfo Molina
En 1844 el equipo formado por John Stephens, escritory patrocinador norteamericano y Frederick Catherwood,artista ingles, publicaron Vistas de MonumentosAntiguos en Centro Amrica, Chiapas y Yucatn, el librocontribuy grandemente a acelerar el inters por lacultura maya durante el siglo XIX.
Esfuerzos como este habran indirectamente de sentar lasbases para una nueva conciencia de tierra madre y unanueva visin de cultura e identidad en relacin con elcontinente americano.
Esfuerzos como este habran indirectamente de sentar lasbases para una nueva conciencia de tierra madre y unanueva visin de cultura e identidad en relacin con elcontinente americano.
En el aspecto poltico, el ambiente inestable de la primeramitad de siglo XIX, provoco diferentes tipos demigraciones a pequea escala desde nuestro territorio,incluyendo la movilizacin de criollos conservadores aGuatemala tras asumir el poder Gerardo Barrios.
En 1863 Guatemala invade a El Salvador, e instaura alpresidente Rafael Zaldivar quien establece con el apoyoa las familias cafetaleras las bases para un sistemapoltico hegemnico a favor de los productores de caf,
IV. Perodo finales S. XIX y S. XX
47
Desde el principio de la era del Caf en El Salvador,
la poblacin indgena y campesina tuvo que
adaptarse a la importancia del cultivo. Durante el
gobierno de Rafael Zaldvar (1876 84) se elimina
el concepto de tierras ejidales y comunales a raz de
un decreto en 1879 que tenia como finalidad
garantizar la propiedad privada y eliminar los
obstculos para su transferencia libre. (Browing, El
Salvador la Tierra y el Hombre.)
Las nuevas leyes chocaron con las arraigadas
costumbres en relacin a los usos de la tierra,
especialmente con las formas de cultivos de
subsistencia, los trabajadores migratorios y los que
pastoreaban ganado. En 1907 se da un decreto
legislativo que intenta controlar y reclutar a la gente
que haba sido desposeda de las tierras comunales
con la intencin de ejercer cierto control sobre los
agricultores migratorios. Sin embargo la actitud
ancestral respecto a la tierra que se haba
mantenido a lo largo de toda la colonia no se poda
cambiar rpidamente, la confusin y descontento
generado haba de culminar en 1932 en una gran
rebelin campesina, que estall cuando la bonanza
del caf se vio afectada por con la cada de los
precios de debido a la depresin que comenzara
en 1929 en los Estados Unidos.
Durante el periodo de bonanza (1870 -1930) llega un
nmero de inmigrantes a El Salvador, especialmente
de familias europeas, italianos, judos franceses y
espaoles debido a la 1 guerra mundial y la guerra
civil espaola.
Al final del siglo XIX y principios del XX prevalecen
las influencias neo clsicas en el arte y la
arquitectura, aunque algunas de las manifestaciones
locales no dejan de tener un carcter emprico, usan
48
la simbologa caracterstica de la poca: la
iconografa del panten griego y romano.
El dinero del caf permite realizar a principios del
siglo XX obras como el teatro de Santa Ana o el
Palacio Nacional, ambos con influencia neoclsica y
decoraciones de Art. Nouveau. Para la construccin
del Teatro de Santa Ana se contrata en 1907 a la
Compaa Durini y Gugliemmi, la cual decoro
tambin el Teatro Nacional de Costa Rica y realiz
varios monumentos cvicos y funerarios de estilo
neoclsico en Centro Amrica y parte de Amrica
del Sur, utilizando mrmol y estatuaria trada de
Italia. Los detalles pintados al fresco y teln del
teatro de Santa Ana fueron obra del artista italiano
Antonio Rovescalli, parte de un equipo de artistas
trados por la misma compaa. Son estos algunos
ejemplos de la influencia europea presente en el
gusto modernista del primer cuarto de siglo, en este
periodo tambin se continua el desarrollo de una
pintura acadmica en el espritu de los artistas
viajeros del siglo XIX que intentaba reportar
fielmente escenas de paisaje, costumbrismo o
temticas sociales. Miguel Ortiz Villacorta es un
buen ejemplo de artistas de esta indole que
empiezan a trabajar temticas locales que serviran
de antecedente a la entrada de las influencias del
Realismo Social y el Indigenismo.
Mxico, a partir de su revolucin en 1910, haba
estado trabajando alrededor de la idea de identidad
nacional como poltica de estado, el arte fue
instrumental en la construccin de un sentido de
orgullo nacional, el muralismo mejicano adquiere
relevancia internacional durante el periodo de los
treinta, y Mxico gana importancia convirtindose
en capital de la cultura en Amrica, no es de extraar
que atrajera a un numero de artistas e intelectuales
que posteriormente extenderan su influencia sobre
las sociedades latinoamericanas.
En El Salvador, durante esta dcada comienza el
perodo de las dictaduras militares que habra de
durar hasta el final de los setenta, estas se inician
bajo el mando del general Maximiliano Hernndez
Martnez, quien en 1932, habra de erradicar el
levantamiento campesino con el etnocidio de unos
30,000 indgenas de la regin de Izalco y Sonsonate.
Es importante hacer notar que es en esta dcada
cuando la literatura y el arte salvadoreos comien -
zan a tratar temticas rurales bajo las influencias
del arte mexicano, con Jos Media Vides, o con la
reinterpretacin de otras influencias forneas en el
caso de Salarrue y Ana Julia lvarez. La cada
del caf produce dos migraciones importantes de
agricultores una a la vecina Honduras y la otra a
los Estados Unidos, especficamente a California
y Nueva York.
El periodo comprendido entre 1931 y 1979 se carac -
te riz por la inestabilidad poltica en El Salvador, por
los golpes de estado y los gobiernos militares que
siguieron de alguna manera el modelo antidemo -
crtico y represivo establecido por Maximiliano
Hernndez Martnez, se coartaban y violentaba la
49
libertad de expresin y de pensamiento. Un
momento de pugnas oscilantes entre las viejas
guardias militares y los militares jvenes a veces a
favor de los grupos de poder econmico, a veces
en su contra. Fue la clase militar, quien durante este
periodo de 48 aos decidi las polticas y el rumbo
de los desarrollos econmicos y sociales en El
Salvador. La inseguridad poltica y social de este
perodo, provoco movilidad interre gional de un
nmero de personas, hay una significativa migracin
salvadorea a Panam y USA durante la segunda
guerra mundial especialmente mano de obra joven
atrada por oportunidades de trabajo.
Durante los cincuenta se da un importante
proceso de diversificacin del trabajo y se
establece el algodn como el segundo cultivo
nacional, en toda la regin centroamericana
comienza un importante proceso de moderniza -
cin. Es tambin en este momento, cuando
comienza un cambio importante en la escena
cultural salvadorea, ya que esta asume como suya
a la modernidad. Esto se debi en gran medida
a los viajes realizados por un grupo de artistas
nacionales, quienes gracias al gobierno del
coronel Oscar Osorio, fueron receptores de un
programa de becas que apoyaba a artistas para
que desarrollasen estudios en Europa. En 1958
Julia Daz quien haba regresado de Francia, abre
Galera FORMA como un espacio para la exhibi -
cin de arte y primer centro cultural alterna tivo en
San Salvador, este fue el lugar donde dio principio
la cultura y aficin por las artes visuales en la
sociedad salvadorea.
Al final de los sesenta, se da el problema armado
con Honduras estrechamente ligado a la migracin
salvadorea al pas vecino, eso provoc el forzado
retorno al pas de ms de veinte mil personas.
Durante los setentas se dan oportunidades de
trabajo para mano de obra salvadorea en Arabia
Saudita y otros pases del Medio Oriente, pero el
principal factor de migracin durante esta dcada
tiene que ver con los acontecimientos polticos.
La dcada de los setenta estuvo marcada por una
situacin difcil de extrema conflictividad poltica y
social. Despus de la intervencin de la Universidad
Nacional en 1972 y la abierta declaracin del
conflicto armado en 1979, se inicia una fuerte
dispersin de salvadoreos en el rea meso -
americana, especialmente a Mxico y Costa Rica,
comenzando tambin la ininterrumpida migracin
legal e ilegal a los Estados Unidos.
IV.2 poca Contempornea
Los ltimas tres dcadas en la historia de El Salvador
han estado marcadas por cambios socio polticos,
y conceptuales bastante drsticos, el efecto del
drama humano provocado por el conflicto
armado todava se hace sentir, ya que marc la
vida de todos los salvadoreos, quedando
demasiados traumas por resolver. La migracin
es un proceso provocado por la necesidad de
salvaguardarse de la violencia indiscriminada, el
reclutamiento de jvenes o menores, la
inseguridad general y los problemas econmicos
provocados por la incertidumbre.
Si bien con la firma de los acuerdos de paz, se
regresa a una normalidad relativa, la migracin, a
partir del conflicto armado se acelera, al grado de
volverse parte del ser salvadoreo, y plantea una
nueva identidad multicultural extremadamente
confusa y llena de ambivalencia.
El abandono de la pintura costumbrista y rural,
as como la introduccin de la realidad urbana
en las temticas del arte, comienza con la oleada
de migracin del campo a la ciudad que provocara
el conflicto armado, la posterior migracin al
exterior de todos los niveles sociales, que propici
el advenimiento de nuevas influencias forneas. El
arte tiende a evidenciar cada vez mas, la
globalizacin que se esta dando en todos los
aspectos de la sociedad salvadorea.
A partir de los ochenta, los artistas jvenes
salvadoreos, tratan de dar un salto del modernismo
al arte contemporneo, sin haber pasado por los
procesos post-modernos intermedios que tuvieron
otros pases. Es por esto que aparecen de pronto
cambios drsticos en la esttica de la nueva
produccin salvadorea .y el creciente inters por
las nuevas tecnologas aplicadas al arte.
La temtica urbana es producto del impacto de la
migracin, obras que expresan el anhelo de emigrar,
la idea de la otroridad, o imgenes que implican
violencia social urbana, estan directamente
relacionadas con el factor migratorio.
Jos Meja Vides - Lavanderas
Tcnica mixta - Cerca de 1940 - Coleccin privada
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Frederick Catherwood - Casa de las monjas , mascarn y estela
Siglo 1844 - Coleccin privada
Miguel Ortiz Villacorta - Parque de Chapultepec
leo sobre lienzo - cerca de 1930
Coleccin Nacional
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Detalle de fachada iglesia de Caluco
siglo XVI - Fotografa - Coleccin privada
Annimo - Paisaje de Ro de Janeiro
leo sobre lienzo - Siglo XIX
Coleccin privada
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No Canjura - Calle de ParsLpiz sobre papel - Cerca de 1960Coleccin privada
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Rosa Mena Valenzuela - Playa humorstica
1983 - Coleccin MARTE
Ricardo Toms Carbonell - Cpulas
leo sobre lienzo - 1965
Coleccin del artista
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Armando Campos - Tres jvenes en la ciudad
Acrlico sobre lienzo - 1994
Coleccin privada
Annimo
Bordado procedente
de un campo de
refugiados salvadoreos
en Honduras, 1980
Museo de Arte popular
Coleccin INAR
Ronald Morn - Horizontes
Fotografa digital, 2006 - Coleccin privada
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German Hernndez - Ojal las cosas fueran ms suaves
Fotografa trabajada
2008 - Coleccin del artista
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Walter Iraheta - Super chicaFotografia - 2007
Coleccin del artista
Carlos Barrios - Sidney, Australia leo sobre lienzo - 2006
Coleccin del artista
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Rufino Garay - Taller La Casita
Barro y pintura - 2001
Museo de Arte popular - Coleccin INAR
Nicole Schwartz - Sonata
leo sobre lienzo - 2006
Coleccion de la artista
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Ana Lilian Henrquez
Proceso del mojado
Barro y pintura - 2001
Museo de Arte Popular - Coleccin INAR
Taller Kiko de Antino Herrera
Los Dolphins - Barro y pintura
2001
Museo de Arte Popular - Coleccin INAR
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Walter Iraheta - 12 casas de hermanos lejanos
2008
Fotografa - Coleccin del artista
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Romeo Galdmez - Aqu nuevas identidades,nuevos rostros collage y tcnicas mixtas - 2008Coleccin del artista
Antonio Romero - Retratos inexistentes Fotografa digital - Acrlico
2008Coleccin del artista
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La identidad salvadorea, con el resto de los pases
latinoamericanos viene de raz indgena, tiene dos
vertientes a menudo contradictorias: por un lado la
tradicin ancestral como el indigenismo y por el otro
la tradicin europea. Este dualismo es visto a veces
como sincretismo cultural, y a veces como
fenmeno divisorio. Lla verdad es que siempre ha
existido cierto dualismo en algunos puntos
relacionados con el ser salvadoreo, puntos que rara
ves se discuten porque apuntan a cierta fragilidad
que nos es evidente y pone en antecedente algunos
problemas no resueltos aun con el pasado.
Si bien hay un sentido de identidad por factores
culturales especficos como la comida, el trabajo
artesanal o las tradiciones, tambin hay que
reconocer que la sociedad salvadorea nunca hizo
un esfuerzo tangible por preservar los referentes o
rescatar los factores que contribuirn a la
formacin del orgullo en relacin a la historia, ni
por idealizar un indigenismo ahora casi perdido
para el cual prevaleci cierto menosprecio o en el
mejor de los casos, una ambivalencia sobre -
entendida apuntando adems al hecho de la
perdida de nuestros referentes arquitectnicos
destruidos por los terremotos.
La identidad es un hecho vivo, que se esta
transformando constantemente como nacin joven
que somos, nos encontramos en un proceso de
cambio, de formacin y consolidacin de arco tipos
y valores que van evolucionando con el tiempo.
El proceso migratorio que comenzara en los
ochenta esta an influenciando y separando el
modo de ser, sentir y ver las cosas que
simbolizaban nuestra identidad tradicional, que
fuera conformada por factores como el mestizaje,
la posicin perifrica durante el periodo del
Virreinato, la cultura del caf,influencias europeas,
la proximidad con Mxico y nuestra movilidad
dentro de la regin centroamericana.
Las nuevas influencias y valores proceden
mayormente del proceso de globalizacin, del
acceso inmediato y excesivo a la informacin
V. Identidad
internacional, a la facilidad de movilizacin y all
hecho de que los salvadoreos han asentado sus
hogares alrededor del mundo adoptando las
formas de vida y nuevas ideas prevalentes del pas
de residencia.
Es este el momento especialmente importante para
hacer un alto en el camino, y tratar de reflexionar
sobre nuestro pasado y nuestro futuro.
Pronto, en un par de generaciones, muchas de las
tradiciones que todava tenemos por salvado -
reas habran desaparecido, este es un hecho ya
iniciado que constituye un proceso probable mente
irreversible. El estar concientes de esto permitir
realizar que la necesidad de reinterpretar el pasa -
do, redescubrir nuestros verdaderos smbo los, y las
figuras icnicas de nuestra historia y nuestra cultura
para preservar algunos referentes histricos, docu -
mentar y registrar algunas tradi ciones, usos y
costumbres que pierden vigencia aceleradamente
en contacto con la contemporaneidad.
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