Isabel Balza Múgica. Los feminismos de Spinoza: corporalidad y renaturalización

7/26/2019 Isabel Balza Mgica. Los feminismos de Spinoza: corporalidad y renaturalizacin

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Los feminismos de Spinoza: corporalidad y renaturalizacin

Isabel Balza Mgica

Mas busca la vida ante todo su cuerpo, el despliegue del cuerpo que ya alcanz, elcuerpo indispensable. Y busca otro cuerpo desconocido.

Mar!a "ambrano, Los Bienaventurados, #$

1. Una (bio)poltica feminista desde Spinoza

%n sus &ltimos traba'os, (udit) *utler +# e-plora la posibilidad de un proyecto normativo cr!ticocon el que defiende la tradicin liberal y aboga por una comunidad donde sea posible el duelo yla responsabilidad )acia cualquier otro. La ontolog!a que *utler se propone construir piensa lacorporalidad como un mbito que permite articular un nuevo modo de la comunidad pol!tica,invirtiendo as! el paradigma liberal al poner el acento sobre la materialidad y carnalidad de lossu'etos, aquello considerado impersonal por la tradicin liberal.

/esde posturas republicanas 00o republicanistas00, *utler pretende articular una suerte de

biopol!tica positiva que d1 cuenta de las vidas de todos los su'etos. 2rente a proyectos debiopol!ticas negativas o destructivas, en el sentido en el que las enuncia %sposito 3455$6, creoque *utler se propone pensar y atrapar conceptualmente aquello de la vida que se escapa almarco liberal de pensamiento. 7ara ello, nos presenta un panorama de los dispositivos de labiopol!tica negativa, que ya )ab!a trazado antes en sus Cuerpos que importan, al analizar losmecanismos de e-clusin referidos a la se-uacin y las se-ualidades. 8)ora se fi'a en losmarcos raciales y 1tnicos que 'uegan en las prcticas de borramiento y rec)azo de lo )umano.Y entiende, al igual que 8gamben y %sposito, que 1stos marcan dos esferas separadas de lavida, una vida )umana 9bos y otra vida como mera condicin biolgica 9zo--3*utler, 455,;oobstante, encuentra que es urgente articular y defender alg&n otro tipo de proyecto normativo.

Y para ello va a fi'arse en todo aquello, dice, que nos arranca de nosotros mismos y nosconduce a un afuera, un lugar que *utler quiere e-plorar para construir a partir de a)! unanueva forma de comunidad pol!tica. ?omo vamos a ver, si la ontolog!a liberal da cuenta delbos, de la forma de vida que en esta versin pol!tica coincide con la definicin legal de lo que

somos, *utler cree urgente recuperar para la palabra y el derec)o lo que queda como unasombra informe 3zo6 en el esquema liberal, ese mbito de la vida que nombra como deseo yvulnerabilidad f!sica.

Lo que nos arranca de nosotros mismos es la corporalidad y materialidad que nos constituye, y*utler concibe esa carnalidad )umana como potencia que trasciende al propio su'eto, aquelloque lo libra de su soledad inmanente como ser individual. 7orque a)ora es la corporalidad 00yno ya el alma o el esp!ritu00 la que dota de trascendencia al ser )umano. *utler pone el acentosobre la materialidad y carnalidad de los su'etos, insistiendo en que es el cuerpo y no ya el


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alma o la razn lo que de modo privilegiado permite vincularnos unos a otros. /e a)! queproclame una insurreccin a nivel ontolgico 3*utler, 455, @;6.

%l cuerpo nos trasciende porque la vulnerabilidad f!sica de nuestros seres carnales es lacondicin universal de los su'etos, por lo que la tarea es la de inventar qu1 modo de la pol!ticapuede e-presar esta vulnerabilidad. %sta precariedad es la nota com&n de la vida )umana, e

incluso de la vida como tal, en tanto que nos liga tambi1n con los animales no )umanos 3*utler,45#5, A56. 7ero, adems, la vulnerabilidad es rasgo primero de los su'etos, siendo unacondicin del despo'o inicial y del desamparo. 7or ello nos precede y, al ser cualidad principalde la vida, es la condicin de todo estar. Y lo que va a ser muy importante a la )ora de articularuna comunidad: precede tambi1n a toda forma de contrato pol!tico, puesto que no se eligeestar en la precariedad 3*utler, 45##, AB6.

%ste proyecto de biopol!tica afirmativa que *utler se propone planea sobre aquello que elpensamiento liberal )ab!a desec)ado, sobre la mera vida primera, sobre la propia materiainforme que nos constituye. Y *utler denomina vida precaria a ese lugar de la vulnerabilidadinicial +4.

7ero, para dar sentido a lo *utler propone, )abr que indagar en las condiciones 1ticas yontolgicas necesarias para articular tal modo de orden pol!tico. Cuiero plantear aqu! que lapol!tica de la vida precaria que *utler persigue slo podr ser articulada si la remitimos a unconcepto de vida y de corporalidad que reco'a la tradicin spinoziana. Ya *utler insin&a +A quedeber!amos volver a repensar las categor!as spinozianas para poder enunciar nuevos modosde la pol!tica que asuman la vulnerabilidad corporal. Mas si atendemos a las cr!ticas que )arecibido el esquema butleriano de pensamiento, parece dif!cil con'ugarlo con esa improntaspinoziana.

8utoras como Moira Datens, %lizabet) Drosz, Susan (ames, Denevieve Lloyd, Eosi *raidotti,*et) Lord o Fasana S)arp, entre otras, )an llevado a cabo una interpretacin de la filosof!aspinoziana en clave feminista, seGalando la necesidad de considerar la corporalidad desde los

planteamientos de Spinoza. 7or otra parte, autoras que se enmarcan en lo que se denomina2eminismo material, como son Stacy 8laimo, ?laire ?olebrooH, Iaren *arad o JicHi Iirby,entre otras 38laimo y FeHman, 455


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2. Por!e la ci!dad es de las damas

?uando releemos a Spinoza y lo interpretamos en clave feminista, lo primero que nossorprende es la e-clusin de las mu'eres de la pol!tica democrtica, tal y como leemos en losdos &ltimos pargrafos de su Tratado Poltico: Fe dic)o, adems, que, aparte de estar

sometidos a las leyes del %stado, sean en lo dems autnomos, a fin de e-cluir a las mu'eres ya los siervos, que estn ba'o la potestad de los varones y de los seGores. 3Spinoza, #;


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este traba'o es la interpretacin de Fasana S)arp de la ontolog!a spinoziana y su propuesta deuna renaturalizacin de la pol!tica.

". Un feminismo material o renat!ralizado

/esde Moira Datens, pasando por Eosi *raidotti y llegando )asta Fasana S)arp, las autoras

que )an interpretado a Spinoza en clave feminista coinciden en seGalar algunos puntos queson esenciales a la )ora de pensar las implicaciones para las prcticas pol!ticas feministas dela filosof!a spinoziana.

8s!, tanto Datens, (ames y Lloyd, como Jacarezza, Larrauri, *raidotti, Drosz y S)arp, van ainsistir en seGalar el nuevo esquema de pensamiento que ofrece la filosof!a spinoziana frente almodelo cartesiano. %n primer lugar, frente al binarismo cartesiano a)ora tenemos un monismoque disgrega los dualismos como mente0cuerpo, razn0pasin, naturaleza0cultura. La rupturade los dualismos )a sido fundamental para el feminismo y para su modo de pensar else-oNg1nero, cuestin principal, por e'emplo, en el pensamiento de *utler.

Otro punto que se reivindica para el feminismo desde la filosof!a de Spinoza es el papel que la

corporalidad 'uega en su pensamiento, lo que permite tambi1n al feminismo pensar lasconsecuencias que la materialidad tiene en el anlisis de las opresiones. La idea de que elcuerpo siempre se )alla en un conte-to social, en tanto que se compone con otros cuerpos,ayuda al feminismo a e-aminar la opresin de las mu'eres desde esta perspectiva, ya que lalibertad para Spinoza es una cuestin colectiva y no individual, y ello, como afirman Datens yLloyd 3(ames, Lloyd y Datens, 4555, B


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2rente a la ontolog!a dualista de la tradicin filosfica europea, el pensamiento de Spinozaproporciona las )erramientas conceptuales necesarias para desarticular los binarismos que elfeminismo critica por ser fundamentadores de la opresin de las mu'eres y sustentadores de laideolog!a patriarcal. %n efecto, el esquema monista de Spinoza desarma los paresmenteNcuerpo, raznNpasin o naturalezaNcultura, entre otros. 8l defender 00y demostrar00 que elalma y el cuerpo son modos de e-presin de una &nica sustancia, abre el camino al

pensamiento para imaginar interpretaciones alternativas de la vida y la pol!tica de los su'etos.%s por ello que autoras vinculadas con lo que se )a venido en llamar feminismo de ladiferencia, como Datens, *raidotti o Drosz, conectan con esta tradicin monista y reivindicana Spinoza para el feminismo.

Lo que estas tericas feministas van a subrayar es que la ontolog!a spinoziana permite unaconceptualizacin de las diferencias que nunca las dicotomiza o polariza +$. %n efecto, paraSpinoza cada individuo es una de las formas en que la naturaleza se singulariza, porque no )ayuna regla fundamental de la que se sigan las dems, ya que cada cosa natural tiene pornaturaleza tanto derec)o como poder para e-istir y para actuar 3Spinoza, #;


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sigue manteniendo la distancia entre 00al menos00 dos modos del feminismo, y manteniendo as!la dicotom!a en el seno de la propia teor!a feminista. ?on respecto a ello, Moira Datenspropone que, precisamente, una ontolog!a spinoziana permitir!a abandonar el impasse de lateor!a feminista contempornea cifrada en afirmar, por una parte, una igualdad mental esencialy, por otra, una diferencia corporal esencial 3Datens, #;;, @$6. Datens entiende que criticar ladualidad propia de la )istoria patriarcal implica tambi1n desmarcarse de la divisin dual del

feminismo 3Datens, 4554, #BA6, )eredero del marco de referencia que acepta el dualismocuerpoNmente y el de naturalezaNcultura. %n definitiva, esta divisin en el seno de la teor!afeminista se corresponder!a a dos respuestas que priorizan uno de los dos polos de la divisin,la mente o el cuerpo, y la naturaleza o la cultura.

%n este sentido interpreto tambi1n la propuesta de Fasana S)arp de renaturalizar la pol!tica 3yla filosof!a6 3S)arp, 45##6. La filosof!a spinoziana nos permite imaginar un feminismorenaturalizado, que no se corresponde en ning&n caso con la interpretacin que del feminismode la diferencia suele ser com&n, en tanto que defensor de esencias femeninas incrustadas.

8)ora se trata de construir un feminismo que desde luego sabe qu1 son las interpretacionesculturales sedimentadas sobre los se-os +#5, pero que tampoco por ello renuncia a tenerpresentes las diferencias que nuestra materia y corporalidad nos depara. Se trata de

renaturalizar lo femenino, tratando de recuperar el significante mu'er y de no renunciar a 1l,retornando, como dice *raidotti, sus verstiles comple'idades.

n feminismo material o renaturalizado trasciende la divisin dual de los feminismos, porque yano distinguimos entre la mente y el cuerpo, o la naturaleza y la cultura. %l alma es ya e-presinde nuestros cuerpos, y 1stos deben ser pensados en todas sus diferencias +##.

#. $a %tica encarnada

no de los puntos que siempre se destacan de la ontolog!a de Spinoza es que 1sta es unafilosof!a del cuerpo. /eleuze afirmar que propone un nuevo modelo a los filsofos, el delcuerpo 3/eleuze, 455#, 4$6R Larrauri calificar su pensamiento como la primera filosof!a del

cuerpo +#4R para *raidotti, Spinoza forma parte de la cara oculta de la filosof!a occidental, deesa contramemoria filosfica que ella quiere recuperar para trazar la dimensin somtica de lafilosof!a, para llevar a cabo su proyecto de pensar ese materialismo encarnado o inscrito: elmaterialismo de la carne 3*raidotti, 455@, #


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afectos. 7orque, como Spinoza sentenci, el alma es la representacin del cuerpo, pero ambosson una &nica sustancia. La dimensin somtica de la sub'etividad debe ser pensada a partirdel conatus de Spinoza en t1rminos vitalistas, como materia viva an)elando devenir ycontinuar deviniendo 3*raidotti, 455@, ;@6.

7ero la filosof!a no se distingue ciertamente por )aberse ocupado de la corporalidad. Muy al

contrario, un repaso a la )istoria del pensamiento occidental pone de relieve la falta de atencinque, salvo algunas e-cepciones, a la materia y al cuerpo se le )a prestadoR e-cepciones que,como Spinoza, el feminismo trata de recuperar. Ya %lizabet) Drosz detectaba somatofobia enel origen mismo de la filosof!a occidental, ese miedo original que percibe el cuerpo como unprincipio de interferencia y un peligro para los intereses de la razn 3Drosz, #;;B, @6R y *raidottientiende que la negacin de lo material o de la facticidad corprea es elemento constitutivo dela metaf!sica occidental 3*raidotti, 455@, o es casual que sea el feminismo quienprincipalmente )aya denunciado este rec)azo de lo corporal. 7orque no es que la filosof!a no)aya pensado el cuerpo, sino que, como afirma Datens, las concepciones filosficastradicionales de la corporalidad son contraproducentes para la construccin de una concepcinautnoma del cuerpo de las mu'eres y la posibilidad de su participacin activa en la vida 1tico0pol!tica 3Datens, #;;, B;6.

Lo que sobre todo se denuncia es que el cuerpo pol!tico moderno 00construido a partir del sigloJTT00 se representa como un producto de la sola razn, donde el cuerpo y la pasin estar!anausentes. %ste cuerpo pol!tico es un cuerpo artificial reducido a racionalidad, y en tanto quecuerpo inmaterial estar!a desprovisto de se-uacin. ?omo es bien sabido, el feminismo )adenunciado esta supuesta neutralidad y universalidad del cuerpo pol!tico moderno. Y lo queDatens seGala es que incluso algunas feministas, como 2irestone o *eauvoir, )an aceptadouna concepcin de la corporalidad como parte de la cruda naturaleza, apartndola as! de lacultura y de la )istoria. 7ues precisamente, al compartir la visin moderna que entiende elcuerpo como un fenmeno a)istrico, estar!an legitimando la visin de las mu'eres como partedel estado de naturaleza, ausente, por tanto, del cuerpo pol!tico 3Datens, #;;, @#6.

7orque la cuestin aqu! es determinar cmo las mu'eres pueden llegar a ser cuerpospol!ticos. %st claro que el siglo JTT legitima la e-clusin de las mu'eres de la esfera de loracional y de la vida pol!tica. 7ero es evidente que ese supuesto cuerpo ase-uado y neutral esun cuerpo masculino, concebido desde y para los )ombres. 7or ello Datens entiende quenecesitamos un espacio terico no dominado por el isomorfismo entre cuerpos masculinos ycuerpos pol!ticos 3Datens, #;;, @@6. Y es desde Spinoza desde donde cree que tal lugar delpensamiento puede ser concebido.

Si la pol!tica tradicional toma el cuerpo y sus pasiones como ya virtualmente dados, en tantoque los asume como una naturaleza biolgica a priori, Datens entiende que una pol!ticaconstruida desde la ontolog!a spinoziana puede dar conocimiento de la especificidad cultural e)istrica de los cuerpos, en tanto que adopta un punto de vista en el que la naturaleza no es

mecnica sino dinmica y productiva 3Datens, #;;, @o sabemos lo quepuede un cuerpo porque el cuerpo es un proceso, y los l!mites de la encarnacin dependen desu conte-to.

%n este sentido, retomo la pregunta final del traba'o de Maite Larrauri, cuando se cuestiona sidebemos continuar pensando una 1tica de corte universal o si bien es posible fundamentar unsu'eto 1tico femenino a partir de la ontopol!tica spinoziana +#A. 7ara Datens est claro queesta pol!tica corporizada se acompaGa de una 1tica encarnada a su vez, una 1tica que no


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puede pretenderse universal, pues el supuesto su'eto universal que representaba )a sido yadesplazado. %l cuerpo pol!tico que representa un supuesto cuerpo com&n slo admite unosespec!ficos tipos de persona como miembros activos, y en ese esquema las mu'eres y otrosmuc)os grupos quedan e-cluidos de la esfera civil, en tanto que sus diferencias deben sersubsumidas en el cuerpo pol!tico com&n, concebido a partir del )ombre blanco)eteronormativo. Datens apuesta por la pol!tica spinoziana porque aqu! se pueden concebir las

diferencias, siempre irreductibles y vinculadas al aspecto concreto de las vidas de losindividuos +#B.

%sta 1tica encarnada que se postula es una 1tica de las diferencias +#@ o, en el sentido en quese reclama desde el feminismo material, es una 1tica material, en tanto en cuanto es una1tica que compara las consecuencias reales materiales de las posiciones morales y, as!, trazaconclusiones de estas comparaciones 38laimo y FeHman, 455


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Fasana S)arp 3455; y 45##6 )ace una lectura de un art!culo de %lizabet) Drosz 345546 en elque critica la pol!tica del reconocimiento, frente a la que defiende una pol!tica de laimperceptibilidad yNo de lo impersonal. La cr!tica de Drosz de la pol!tica del reconocimiento secifra en que, por una parte, cualquier pol!tica )umanista est centrada en una dial1ctica entre elmismo y el otroR y, por otra, critica la pol!tica del reconocimiento porque su )umanismo siemprees masculino. S)arp, por su parte, sostiene que es a trav1s de la filosof!a de Spinoza que

puede articularse tal pol!tica de lo impersonal que Drosz reclama, y defiende que es Spinozaquien ofrece recursos tericos para poder articular una pol!tica de la corporalidad, lapro-imidad, el poder y la cone-in, que incluye a toda la naturaleza, algo que el feminismo,sostiene S)arp, debe e-plorar. Lo que se defiende para el feminismo contemporneo es unavuelta a la multiplicidad y a la desunin de las fuerzas naturales y corporales, a lo no discursivo,al terreno de los afectos, de las acciones no representables +#$. Y S)arp seGala que para elloes necesaria una teor!a no )umanista de la agencia y el deseo 3S)arp, 455;, ;A6.

Se trata entonces de pensar un feminismo no )umanista, y para ello se reivindica la ontolog!ade Spinoza. S)arp critica toda forma de )umanismo y antropocentrismo, y cifra elanti)umanismo de Spinoza en su defensa de que las leyes y poderes que determinan lae-istencia )umana no son diferentes de aqu1llas que determinan y e-presan la naturaleza

como un todo. Eecordemos el final del prefacio de la TTT parte de la tica, donde dice: Uyconsiderar1 los actos y apetitos )umanos como si fuese cuestin de l!neas, superficies ocuerpos 3Spinoza, #;


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lo impersonal tambi1n sea pol!tico. 8s!, un feminismo de ra!ces republicanas abogar por ladefensa de aquello que un feminismo de corte liberal no contemplaR a saber: la trascendenciaque los cuerpos presentan, los deseos en que se fundamentan. %llo no implica que, pore'emplo, la prctica feminista de la concienciacin no tenga lugar en esta pol!tica de loimpersonal 3en tanto que desprivilegia la conciencia y la intersub'etividad6. =al prctica )a sidofundamental para el feminismo, a ello va unida su principal m-ima de lo personal es pol!tico.

7ero aqu! estamos tratando de pensar si lo impersonal es pol!tico tambi1n, no de negar que lopersonal lo sea. Se trata de abrir nuevas v!as de pensamiento y de accin pol!tica para elfeminismo.

7orque, como sugiere S)arp, la prctica feminista de la concienciacin debe ser abordadadesde una perspectiva impersonal. >o se trata ya de reconocer lo que somos, sino lo quedeseamos. na pol!tica de lo impersonal toma su punto de partida del deseo de aumentar elplacer y el poder en el encuentro con otros cuerpos. %s una pol!tica afectiva que privilegiaactivar las relaciones, donde sea que se den, ms all de los )umanos o las instituciones3S)arp, 455;, #5#6.

S)arp aboga por articular, a partir de Spinoza, una pol!tica feminista de lo impersonal que tenga

en cuenta todo ser y fuerza que ayude en la construccin de una insurgencia alegre contra elpatriarcado, la misantrop!a y el odio )acia una misma 3S)arp, 455;, #5#6. na pol!ticaanimada por un deseo de afectos alegres y de placeres corporales. Spinoza se presenta comoremedio a los afectos tristes que genera el mal reconocimiento, al ofrecer recursos para eldesarrollo de una pol!tica de la corporalidad, la pro-imidad y la cone-in ms all y e-cediendoa lo )umano. Y es slo a partir de tal pol!tica feminista de lo impersonal fundamentada enSpinoza como podr articularse la pol!tica de la vida precaria que *utler est buscando.

*alza M&gica, Tsabel. VLos feminismos de Spinoza: corporalidad y renaturalizacinW, en!aimon$ (evista internacional de )iloso)a, nX A, niversidad de Murcia, Murcia, 45#B, pp. #A04.

'otas

#. =odos ellos posteriores a los atentados del ##S, como son: %ida precaria$ &l poder del duelo' la violencia34556, #arcos de guerra$ Las vidas lloradas345#56 y %iolencia de &stado,guerra, resistencia$ Por una nueva poltica de la izquierda345##6.4. 8unque *utler va a insistir en que la vulnerabilidad no afecta por igual a todos los su'etos,sino que distingue la nocin de precariedad 3ontolgica6, en la que todos estamos, de la deprecaridad 3pol!tica o social6 que afecta de modo diferencial a los su'etos.A. Mientras que la mayor!a de las posturas derivadas de los relatos spinozistas de lapersistencia corporal recalcan el deseo productivo del cuerpo, K)emos encontrado ya nosotrosun relato spinozista de la vulnerabilidad corporal o considerado sus implicaciones pol!ticas3*utler, 45#5, @46.

B. Mas quiz pregunte alguno si acaso las mu'eres estn ba'o la potestad de los )ombres pornaturaleza o por ley. Ya que, si ese )ec)o slo se fundara en una ley, ninguna razn nosforzar!a a e-cluirlas del gobierno 3Spinoza, #;


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. /ada su capacidad de afectar y de ser afectado por otros cuerpos, cada cuerpo resulta ellocus de una e-istencia e-puesta y dirigida )acia otros, de e-posicin y necesidad de otros, locual configura la e-istencia corporal como un espacio parad'ico, de vulnerabilidad y potencia3Jacarezza, 45#5, @6.$. 8s!, Datens: Spinozist p)ilosop)y is capable of suggesting an account of t)e body and itsrelation to social life, politics and et)ics t)at does not depend on t)e dualisms t)at )ave

dominated traditional modern p)ilosop)y. Yet neit)er is it a p)ilosop)y )ic) neutralizesdifference. Eat)er it allos a conceptualization of difference )ic) is neit)er dic)otomized norpolarized 3Datens, #;;, @6.


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#@. ?reo que otras propuestas que quieren e-presar las diferencias irreductibles de lassub'etividades, como la de Margrit S)ildricH, pueden ser encuadradas en este esquemaspinoziano. %n este caso, utilizando la categor!a de monstruo, en tanto que su'eto nonormativo, se propone una 1tica de la vulnerabilidad: [)at T propose is a ne form of et)icst)at ansers more fully to t)e multiplicity of embodied difference, and as suc), it is precisely myintention to undo t)e singular category of t)e monsterUT turn aay from suc) normative et)ics

to embrace instead t)e ambiguity and unpredictability of an openness toards t)e monstrousot)er. Tt is a move t)at acHnoledges bot) vulnerability to t)e ot)er, and t)e vulnerability of t)eself 3S)ildricH, 4554, A6.#. La alegr!a spinoziana que es consecuencia de la inmanencia que predica, en palabras de=oni >egri: Spinoza instala esa dimensin alegre en la metaf!sica, en el momento preciso enque 00o tal vez porque00 anula esta &ltima y la devuelve a la superficie del mundo 3>egri, 4555,A6.#$. 8s!, podemos aGadir a S)arp a esa estirpe de filsofas que )an sido encuadradas por >inaLyHHe 345#5, #A#6 dentro del feminismo postconstruccionista, cuyo ne-o com&n es su relacincon las facticidades prediscursivas de los cuerpos y las relaciones transcorporales. *raidotti,Drosz, *arad o 8laimo, son algunas de las autoras que cita LyHHe en su traba'o.

eferencias bibliogrficas

8laimo, Stacy y FeHman, Susan 3eds.6 3455ueva YorH, Eoutledge.

Datens, Moira y Lloyd, Denevieve 3#;;;6, Collective 5maginings$ pinoza, Past and Present,London y >e YorH, Eoutledge.Drosz, %lizabet) 345546, 8 politics of imperceptibility: 8 response to \8nti0racism,multiculturalism and t)e et)ics of identification], P"ilosop"' 6 ocial Criticism, vol. 4


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Larrauri, Maite 3#;

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