ISSN-0188-9680. 56 Num. 3.pdf · En su discurso, la titular de la Secretaría de Salud Federal, doctora Mercedes Juan López, elogió la cali-dad que ha demostrado la Facultad de

BOLETÍN INFORMATIVO DE LAFACULTAD DE MEDICINA

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ

ISSN-0188-9680

ContenidoReconocimiento nacional de calidad a la Facultad ��143Inauguración del Ciclo Escolar 2013 - 2014 ��156Entrega de cartas de pasante ��160

palabras del M. en Arq. Manuel Fermín Villar Rubio ...............................163palabras del Dr. Salvador de la Maza Labastida .......................................166palabras del Sr. Alejandro Javier Zermeño Arce ........................................167

Aprendizaje activo en Fisiología ��172por la Dra. Gloria Patricia Pérez Cornejo

Aniversario de la Generación 1972 - 1978 ��174palabras del Dr. Camilo Martínez López ...................................................175palabras del Dr. Héctor Gerardo Hernández Rodríguez ...........................180palabras de la Dra. Rosa Margarita Durán Páramo: ................................185

Aniversario de la Generación 1967 - 1973 ��189palabras del Dr. Rafael de Jesús Padrón Rangel .........................................189

Conferencia del Dr� Ruy Pérez Tamayo ��196Noticias ��200Carta al editor ��210Se publicó hace 25 años ��211Se publicó hace 50 años ��211

Vol� 56 Julio - Septiembre del 2013 Num� 3

142 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ (MÉXICO)

D I R E C T O R I O

M. en Arq. Manuel Fermín Villar RubioRector de la Universidad

Dr. Alejandro Javier Zermeño GuerraDirector de la Facultad de Medicina

Dr. José Miguel Torre López (1919 - 2004)Fundador y Editor Emérito

Boletín Informativo de la Facultad de Medicina� Julio-septiembre 2013, V� 56� N� 3� Es una publicación trimestral de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí a través de la Oficina Editorial de la Facultad de Medicina� Venustiano Carranza 2405, Col� Los Filtros, San Luis Potosí, SLP, 78210 México� Editor Responsable: Dr� Edmundo Llamas Alba� Reserva de derecho de uso exclusivo del título No� 04-2006-092011085700-102� Licitud de Contenido No� 7322� Licitud de título No� 6824 otorgados por el Instituto Nacional de Derechos de Autor y la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación� El Boletín se distribuye a través del Servicio Postal Mexicano según contratación No� IM24-0004 del 16 de febrero del 2012, cele-brado con la Administración Postal Regional ubicada en Avenida Universidad 526, Col� Centro, CP 78000� Este número se terminó de imprimir en los Talleres Gráficos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Avenida Topacio esq� con Bulevar Río Espa-ñita, Fracc� Villa Dorada, 78399 San Luis Potosí, SLP, con un tiraje de novecientos cin-cuenta ejemplares� Las opiniones expresadas por los autores no reflejan necesariamente la postura de la Facultad de Medicina de la UASLP� Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación, sin previa au-torización del dueño de los derechos y/o de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí�

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Reconocimiento nacional de calidad a la

Facultad


a Fundación Mexicana para la Salud y la Fundación GlaxoSmithKline, en el marco de la XXIV entrega del Premio Nacional de Investigación 2013, otorgaron el Reco-nocimiento Nacional de Calidad a la Facul-tad de Medicina por su destacada labor en la formación de profesionales de la salud de alto nivel. Además reconocieron públi-camente el desarrollo que realiza en la investigación biomédica, y su aportación a la medicina nacional.

La distinción fue entregada el cinco de septiembre por la Secretaria de Salud, la Dra. Mercedes Juan López, al Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, M. en Arq. Manuel Fermín Villar Rubio, quien estuvo acompañado del Director de la Facultad, el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra. La ceremo-nia tuvo lugar en el Auditorio de la Academia Nacional de Medicina en la Ciudad de México. Asistieron los Ex-Directores de la Facultad: Dr. José de Jesús Macías Mendoza, Dr. José Luis Leiva Garza, Dra. Beatriz Josefa Velásquez Castillo, Dr. Jesús Eduardo Noyola Bernal; y también la Dra. Maureen Birmingham, representante en México, de la Organización Panamericana de la Salud; el Dr. Francisco Javier Posadas Robledo, Director General de los Servicios de Salud en el Estado de San Luis Potosí y representante personal del Gobernador, el Dr. Fernando Toranzo Fernández; el Dr. Enrique Ruelas Barajas, Presidente de la Academia Nacional de Medicina; el Dr. D. Guillermo Soberón Acevedo, Presidente Emérito de Fundación Mexicana para la Salud; el

L

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Lic. José Alberto Peña, Presidente Honorario de Fundación GlaxoSmi-thKline; el Dr. Leobardo Ruiz Pérez, Secretario del Consejo de Salubri-dad General; el Dr. Gustavo Hernández Verde, Presidente Ejecutivo de Fundación GlaxoSmithKline; el Dr. Eduardo González Pier, Presidente Ejecutivo de Fundación Mexicana para la Salud; el Dr. Marco A. Botey, Coordinador del evento; la Dra. María Luisa Ramos Segura, Presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de San Luis Potosí.

Momento solemne en que la Secretaria de Salud, Dra. Mercedes Juan López, hace el reconocimiento oficial a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de

San Luis Potosí. El lugar es el Auditorio de la Academia Nacional de Medicina.


En su discurso, la titular de la Secretaría de Salud Federal, doctora Mercedes Juan López, elogió la cali-dad que ha demostrado la Facultad de Medicina de la Universidad Autó-noma de San Luis Potosí: “Felicito muy especialmente a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí por su desempeño. Muchas felicidades por este reco-nocido premio a una de las mejores instituciones del país en medicina, por su apoyo a la investigación y la forma-ción de profesionales comprometidos y vinculados con la sociedad. Es un orgullo que esta sea la primera insti-tución de medicina no ubicada en el Distrito Federal que recibe este galar-dón.”

A su vez el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Dr. Enrique Ruelas Barajas, señaló: “Nuestro reconocimiento a la Univer-sidad Autónoma de San Luis Potosí, representada por su Rector, y a la Facultad de Medicina, y desde luego a San Luis Potosí porque ha sido siem-pre un ejemplo de orientación médica en nuestro país. Para la Academia es

un motivo de satisfacción reconocer la labor de investigadores e institu-ciones en la Medicina. Nuestro reco-nocimiento y agradecimiento a las Fundaciones Mexicana para la Salud y GlaxoSmithKline por propiciar su labor en el ámbito nacional.”

El Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra hizo uso de la palabra en tan formal evento. Aquí su discurso:

En marzo de 1954 se publicó la convocatoria para el concurso

del lema oficial de la entonces Escuela de Medicina de la Universi-dad Autónoma de San Luis Potosí. Se restringía a no más de seis pala-bras. Uno de nuestros maestros más emblemáticos, el Dr. Francisco Padrón Puyou se preguntó entonces, ¿para qué sirve formar médicos? Y concluyó: para que por un lado sean conscientes de su amor por el prójimo, y por el otro, se den cuenta de los conocimientos que han adqui-rido. Que conjunten las dos cosas en beneficio de todos los seres huma-

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nos. Fue así como concibió el lema de la siguiente manera: «Para que la caridad y la ciencia sirvan a la huma-nidad.» Siendo más palabras de las permitidas, pero al no estar impe-dido a usar otro idioma, lo presentó en latín, y ganó: «Ut charitas et scientia humanitati inserviant.»

La Universidad Autónoma de San Luis Potosí tiene sus orígenes en el Instituto Científico y Literario. Se considera el 15 de febrero de 1877 como la fecha oficial de inicio de acti-vidades de la actual Facultad de Medi-cina.

Comúnmente, en esa época, los alumnos concluían sus estudios en la Escuela Nacional de Medicina de la ciudad de México, subsidiados por el gobierno estatal. Desde entonces, y hasta la fecha, sólo hemos recibido colaboración y apoyo de la ahora Facultad de Medicina de la UNAM, con la que estrechamos cada día más nuestros lazos de cooperación. Hago patente nuestro agradecimiento a su actual Director, el Dr. Enrique Graue Wiechers.

Para 1878 el Director del Insti-tuto Científico y Literario, Dr. Ignacio Gama Saucedo, resalta en la historia de nuestra Facultad que el “hospital contaba con practicantes.” Quizá sea esta la más grande fortaleza de la enseñanza de la medicina en San Luis Potosí desde sus inicios. Una comu-nión que ha perdurado cruzando siglos, sin duda porque ambas institu-ciones buscan el mismo fin: capacitar para la salud.

Hacer historia es recordar el pasado, honrándolo, pero sin añorarlo. Porque hacer historia nos permite, más que nada, formar las bases del porvenir que queremos construir y heredar. Señalaré que la Sociedad Médica Potosina tiene su fecha oficial de fundación el 16 de junio de 1871. Hacia el año de 1874 está registrada la primera revista de la Sociedad Médica Potosina, llamada La fraternidad. En este primer ejemplar de la revista existe un artí-culo sobre el absceso hepático. El concepto es interesante si se considera que la Entamoeba histolytica fue descu-bierta un año antes, en 1873, y su rela-


ción con la disentería y el absceso se estableció hasta 1875. Estos datos nos confirman que antes de la fundación de la Escuela de Medicina ya existía trabajo de investigación y trabajo cole-giado en la comunidad médica de San Luis Potosí.

Como quedó establecido, las actividades de nuestra Escuela de Medicina iniciaron el 15 de febrero de 1877, siendo cuatro los alumnos matri-culados. De ellos, sólo uno, Gustavo López Hermosa continuó sus estu-dios en San Luis Potosí. Otros dos alumnos se trasladaron a la ciudad de México, y el último estudiante ya no apareció inscrito para el segundo año. Sin embargo, el honor de ser el primer graduado de la Facultad le corresponde a don Andrés Mora.

Él había cursado sus dos primeros años becado en la ciudad de México, y regresó en el año de 1879, para concluir sus estudios el primero de diciembre de 1881.

Quince años después, un nota-ble oftalmólogo potosino, el Dr. José Ramos, resultó electo presidente de la Academia Mexicana de Medicina. Fue el primero en describir y extraer un cisticerco ocular, y fue además

el primer Presidente de la Sociedad Mexicana de Oftalmología.

En ese mismo año de 1896 llegó a San Luis Potosí el primer aparato de rayos x. Si consideramos que este maravilloso invento se dio a conocer en noviembre de 1895, se entenderá el hito que este equipo diagnóstico representaba en nuestra ciudad.

La profesora María Castro fue la primera mujer en ingresar a la Escuela de Medicina de San Luis Potosí en el año de 1907. Obtuvo mención honorífica durante su carrera, y se graduó junto con su esposo, Nicolás Amarena, en la ciudad de México en 1912. María Castro inició así la presencia de las mujeres en la Escuela

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de Medicina de San Luis Potosí, que afortunadamente es cada día mayor. Hoy el 49 por ciento del alumnado es femenino. Que María Castro y Nicolás Amarena, después de haber estudiado toda la carrera en San Luis Potosí se hayan titulado en la ciudad de México, se explica por lo ya antes señalado: era una distinción el ser graduado de la Universidad Nacio-nal. La Dra. María Castro encarna la

lucha y la extinción de la animadver-sión que existía para que las mujeres estudiaran. Recordemos el refrán del siglo XVII, que incluso es título de un libro de la escritora mexicana Rosario Castellanos, el cual reza así: “Mujer que sabe latín... ni encuentra marido, ni tiene buen fin.” La Dra. Castro fue la primera tesorera de la Asociación Médica Mexicana, y su sexta Presi-denta. Esta Asociación se formó por

El Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra en el momento de agradecer el honroso reconocimiento que se hizo a esta Facultad.


la nula aceptación a las mujeres en los cuerpos colegiados establecidos de la época. Baste recordar que la primera mujer que se aceptó en la Academia Mexicana de Medicina fue hasta el año de 1957. Esto es, 93 años después de su fundación.

La Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí es un buen ejemplo de la enseñanza pública del país. En sus 136 años ha graduado, hasta el 29 de abril del 2013, a 4,013 alum-nos. Es correcto. Somos una insti-tución pequeña. Únicamente colabo-ramos con una fracción del uno por ciento de los graduados de medicina a nivel nacional. A pesar de eso, tres cuartas partes de nuestros egresados concluyen estudios de posgrado: son especialistas distinguidos, científicos productivos, o docentes ejemplares. Y creemos con sinceridad que es conse-cuencia del manejo responsable de los recursos públicos que se nos han encomendado. Estamos convenci-dos de la exigencia en la calidad del producto de egreso.

Para las instituciones educativas, los alumnos son los mejores frutos, pero a la vez son sus más severos jueces. Son nuestro prestigio y la razón de ser, son la esencia misma de la Universidad. Y si alguien cree que la educación es costosa… mejor no probemos la ignorancia.

Como se ha mencionado, desde sus inicios, la ahora Facultad de Medi-cina fomentó una relación estrecha con la vida hospitalaria. La actual relación con el Hospital Central «Dr. Ignacio Morones Prieto», una continuidad de esa política de acercamiento y coope-ración entre la docencia y la asistencia. La correspondencia con esa entraña-ble institución de formación de recur-sos humanos para la salud se inició hace más de sesenta años, formando parte, el Hospital Central, de la cuarta generación de hospitales civiles, mili-tares o religiosos de San Luis Potosí. Es ahora una institución descentrali-zada, con las carencias de un hospital público, rebasado por la demanda de servicios, inmerso en una población creciente, pero que tiene algo más que un espíritu solidario y generoso:

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posee una enorme vocación institu-cional de servicio.

El Hospital Central, es parte fundamental de la medicina del Centro Norte de nuestro país. Es, sin lugar a duda, una institución regional de alto nivel. Alberga además, más de 19 programas de especialidades médi-

cas.No es fácil clasificar al Hospital

Central en los estándares comunes de las instituciones de salud, ya que bajo el mismo techo se ofrece una vacuna del cuadro básico, se sigue un emba-razo de alto riesgo, o se realiza un trasplante. Reestructurar su estatus

Dr. José Luis Leiva Garza, Director de la Facultad de 1988 a 1992; Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, actual Director de la Facultad; Dr. Jesús Eduardo Noyola Bernal, Director del 2000 al 2012; M. en Arq. Manuel Fermín Villar Rubio, Rector de la Universidad; Dr. José

de Jesús Macías Mendoza, Director de 1967 a 1972; Dra. Beatriz Josefa Velásquez Castillo, Directora de 1992 al 2000; y Dr. Francisco Javier Posadas Robledo, Secretario de Salud en el Estado y representante personal del Dr. Fernando Toranzo Fernández, Gobernador

Constitucional del Estado.


legal será la mejor ayuda que se pueda procurar al Hospital Central, nosoco-mio que es el crisol en donde se forma el médico potosino. Alguna vez lo comentó el Dr. Fernando Toranzo Fernández, Gobernador de nuestro Estado, en un evento universitario: «los médicos tenemos nuestra alma máter, que es la Universidad; y nues-tra alma páter, que es el Hospital.» No todos los profesionistas pueden jactarse de esto.

Cuando escucho y veo las nuevas técnicas de enseñanza basadas en simuladores, le pido a Dios nos conserve en nuestro país la relación

humana, entrañable e indispensable del binomio médico-paciente, que con todas sus vicisitudes es extraordina-ria. El cambio en la enseñanza tiene aspectos muy buenos, también eso es innegable. Haremos más cortas y menos yatrogénicas las curvas de aprendizaje, pero el contacto perso-nal, la angustia, el dolor y la espe-ranza que se refleja en los ojos de ese ser que espera nuestra ayuda, sólo se aprende en la vida hospitalaria, al lado del paciente. Aprendiendo que no hay enfermedades sino enfermos, observando la dura realidad de los más necesitados. Ninguna máquina

Vista panorámica del evento en la Academia Nacional de Medicina.

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nos procura aún todas las texturas que nos ofrece el ser humano mismo.

Al llegar a la cúspide sólo resta bajar, por eso, estando la cúspide a la vista hay que voltear la mirada hacia ideales más elevados para siempre tener metas mayores que nuestras capacidades. Sólo así conseguiremos seguir creciendo. Hay que ponernos metas pero no límites. Como dijo un célebre médico rosarino: “hay que ser realistas, y exigirnos lo imposible”.

La misión de la Facultad de Medicina de la Universidad Autó-noma de San Luis Potosí es prepa-rar nuevas generaciones de médicos de excelencia, que en los próximos años orienten la dirección de la salud del país. ¡Ahí hemos fijado la meta! Queremos investigadores, especialis-tas y directivos éticos, responsables, capaces de enfrentar los retos que la nación enfrenta. Estamos haciendo los cambios y fortalecimientos curri-culares que consideramos pertinentes para lograrlo.

Agradezco en este punto a la Dra. Mercedes Juan López, Secre-taria de Salud; al Dr. Fernando

Toranzo Fernández, ex-alumno, y ahora Gobernador de nuestro Estado; a la Dra. María Luisa Ramos Segura, ex-alumna, y hoy Presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del estado de San Luis Potosí; al Dr. Francisco Javier Posa-das Robledo, ex-alumno, y Secretario de Salud del Estado; al Dr. Enri-que Ruelas Barajas, Presidente de la Academia Nacional de Medicina; a la Dra. Maureen Birmingham, al Dr. Diego González Machín, y al Dr. Osvaldo Artaza Barrios de la Orga-nización Panamericana de la Salud; al Dr. Enrique Graue, Dr. Melchor Sánchez Mendiola, y Dr. Pelayo Vilar, de la UNAM, a la Srta. Emma McDonnell, del Johns Hopkins Hospital; a los Ex-Directores de nues-tra Facultad de Medicina y a muchos colegas Directores de Escuelas y Facultades; a nuestros compañeros; a nuestros ex-alumnos; a los Direc-tores de Institutos y Administradores de los Sistemas de Salud. Les agra-decemos sus opiniones, sus consejos, y su tiempo para orientarnos en los cambios. Tenemos que estar prepara-


dos, dado que el futuro es para los que estén dispuestos a aceptar y aprender de los cambios.

Cumplir la meta nacional de salud no exige nada extraordinario, sólo requiere que hagamos el trabajo que nos corresponde dando lo mejor que nuestras capacidades nos permi-tan. Como lo decía el maestro Igna-cio Chávez Sánchez: “que cada quien ocupe su puesto con la conciencia lúcida de su papel.”

Las estrategias para lograr mejo-rar la salud incluyen, sin duda, el aumento de la formación de recursos humanos y de infraestructura. Sin embargo la calidad y la investigación tienen que ser preponderantes para efectivamente elevar la salud. Ahora, según la Organización Panamericana de la Salud, somos más de 125 Escue-las y Facultades de Medicina en el país.

Se comentó en el Primer Congreso Internacional Hacia una Cobertura Universal en Salud, en abril del año 2009: “Hay que hacer un análisis crítico de las Escuelas de Medicina existentes para identificar

las que no cuenten con perfiles acadé-micos adecuados y proceder en conse-cuencia.” En este punto tenemos una deuda social. Habrá que pensar formal, honrada y responsablemente en resarcirla.

México, esta gran nación, con su complejidad, su diversidad, sus variados mosaicos sociales, y la mayor riqueza en lenguas que ningún otro país de América Latina, deberá tener en sus políticas de salud y educación su más fuerte herramienta de igual-dad y desarrollo. Los médicos somos privilegiados porque ambas discipli-nas coinciden en la labor diaria de la educación en salud.

A veces se piensa que la asisten-cia generará educación, conocimiento e investigación, pero quizá lo correcto es pensar al contrario: la investigación inducirá conocimiento, educación y generará asistencia de calidad. La Facultad de Medicina de la Univer-sidad Autónoma de San Luis Potosí, con sus dos programas de licenciatura, y sus 24 programas de posgrado, está cumpliendo con su misión. Egresa profesionistas comprometidos, éticos

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y con preparación científica, que se integran a esa necesidad nacional sin perder de vista su lema: «Para que la caridad y la ciencia sirvan a la huma-nidad.» «Ut charitas et scientia huma-nitati inserviant.»

Los valores han sido atacados en los últimos años. Ahora la cari-dad y el humanismo se ven lejanos, hablar de ellos huele a naftalina de la que usaba la abuela. Formar médicos nos compromete a fortalecer dichos valores en los estudiantes, aunque deducimos que el tiempo y la expe-riencia profesional los hará compren-der mejor al ser humano y entender su fragilidad en la enfermedad. Es nuestra obligación sembrar en el alma del estudiante la semilla de la sensi-bilidad y el cariño por el prójimo. Hacerle entender que ser médico es una herramienta de cambio social. Parafraseando al filósofo John Riskin: educar a un joven no es enseñarle algo que no sabía, es hacer de él alguien que no existía.

El paciente busca quién le devuelva la salud, busca quién lo escu-che y lo consuele con dignidad y con

sabiduría. La labor de los formadores de recursos humanos para la salud es que lo encuentre en la misma persona: el graduado de medicina.

A los funcionarios de las funda-ciones GlaxoSmithKline y Mexicana para la Salud, brindo el agradeci-miento por tan honrosa distinción. La apreciamos en todo lo que vale y les brindamos nuestro trabajo y dedi-cación para que se sientan satisfechos de haber distinguido a la Facultad de Medicina de la Universidad Autó-noma de San Luis Potosí.

Comparto el honor de este reco-nocimiento que el día de hoy recibe la Facultad con todos los maestros que se preocuparon por formar médicos de calidad, los docentes que ahora participan con el mismo fin, los alum-nos y ex-alumnos que con su trabajo honesto y ético enaltecen a su alma máter, así como las autoridades univer-sitarias que han dado siempre su apoyo, ejemplo y confianza. La Facul-tad de Medicina termina este evento aún más comprometida, y entiende que la recompensa de un trabajo bien hecho, es tener la oportunidad de


continuar trabajando. Agradece de antemano los ejemplos, orientaciones y consejos que seguramente seguire-mos recibiendo de todos ustedes para conseguir nuestro objetivo: llegar al año 2023, primer centenario de la autonomía de la Universidad Autó-

noma de San Luis Potosí, como una Facultad de Medicina de la más alta calidad para bien de nuestro país. La calidad no es fortuita, es resultado del trabajo colectivo, inteligente y perseve-rante de toda la comunidad escolar.

Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra

Es importante mencionar que la Fundación Mexicana para la Salud y la Fundación GlaxoSmithKline son Instituciones privadas al servicio de la comunidad. Tienen por objeto contribuir al conocimiento científico y tecnológico y al estudio de las polí-

ticas en materia de salud. Impulsan la investigación, la formación de recur-sos humanos de alto nivel, y el desa-rrollo tecnológico. También identifi-can y caracterizan problemas de salud y generan proyectos para su solución.

inauguRación del ciclo escolaR 2013 - 2014

El lunes 19 de agosto del 2013 a las 10 de la mañana, en el patio del Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, se llevó a cabo la bienvenida al ciclo escolar 2013 – 2014 de todos los alumnos de nuevo ingreso que se incorporan este año a la matrí-cula de la UASLP. Estuvo presente

el Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Maestro en Arquitectura Manuel Fermín Villar Rubio, el Secretario General Lic. David Vega Niño, el Jefe de la Divi-sión de los Servicios Escolares Lic. Juan Manuel Buenrostro Morán, el Sr. Gabriel de León Saldaña, Presi-

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dente de la Federación Universitaria Potosina, los Directores de las entida-des académicas, los Consejeros Maes-tros y los Consejeros Alumnos.

A nombre de los académicos, funcionarios, personal administrativo, y de toda la comunidad educativa de la Universidad, este año hizo uso de la palabra el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la Facultad de Medicina. Él dio la bien-venida a todos los nuevos alumnos de la Universidad. Estas fueron sus pala-bras:

Estimados jóvenes universitarios, no quiero caer en la tentación de

mencionar cifras, que generalmente son muy frías, pero ustedes repre-sentan un porcentaje, lamentable-mente pequeño, de jóvenes de todo el país que pueden aspirar a obtener educación media superior, y supe-rior universitaria. Las instituciones públicas en el país hacen un esfuerzo para ampliar sus capacidades y alber-gar a la mayor cantidad posible de alumnos. Sin embargo la demanda

de espacios es cada día mayor y las universidades están llegando a su límite de capacidad.

Ustedes están ingresando hoy a una de las mejores universidades del país. No dicho por un directivo de la misma, ni por un egresado, ni por un maestro de ella: este comentario está avalado por una historia de más de 150 años de ser una institución dedi-cada a la educación superior, que ha crecido proporcionalmente su oferta educativa en los últimos años más que ninguna del país. La avalan el tener


todos sus programas acreditados, el obtener premios nacionales e inter-nacionales, y el ser reconocida por las autoridades federales con galardones y distinciones que así lo confirman. Una universidad pionera en su auto-nomía: la primera universidad autó-noma en México, que en este año, año del 2013, año que ustedes inician su vida universitaria, y que seguramente quedará imborrable en sus recuerdos, cumple noventa años de autonomía.

Son afortunados. Fueron selec-cionados después de un arduo proceso de admisión. Compitieron por un

lugar, lo obtuvieron, y ahora tendrán que demostrar que son merecedores de esta distinción, de poder ser llama-dos universitarios. Es muy agradable ser llamado universitario: conlleva un halo de supremacía, de elegancia, nos hace sentir diferentes. ¡Pero cuidado!, ese distintivo de universitario lleva una gran responsabilidad. Aunque aún son muy jóvenes, en ustedes ya recae ese compromiso. Ahora ya no son el futuro de México, ya son el presente, ya están comprometidos en generar ideas y generar ciencia.

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Obtendrán, sin duda, ayuda y orientación de sus maestros y sus instituciones. Tendrán apoyo de los centros de información y de todo el complejo sistema de educación, que ya es global. Podrán participar en la cada día mayor movilidad y vincula-ción de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí con el mundo.

De ser jóvenes, en pocos años pasarán a profesionistas responsa-bles, éticos y conscientes del entorno social, político y cultural. Serán los futuros líderes, los futuros funciona-rios, incluso los futuros gobernantes.

Cargarán el peso de llevar esta gran nación, nuestro querido México, hacia el progreso y la justicia e igualdad que tanto necesitamos.

Hoy inician una nueva etapa. Reciban nuestra admiración y nuestro reconocimiento a su dedicación y al esfuerzo que mostraron para obtener esta distinción.

Por si aún no han caído en la cuenta, hoy inicia también una etapa de gran responsabilidad en sus vidas, el camino no será fácil. Tendrán que responder y no defraudar a una institu-ción que con recursos públicos y gran


esfuerzo les da condiciones de alto nivel para su desarrollo. Tendrán que responderle a sus familias, que segu-ramente, con encomiable empeño, los han apoyado siempre.

Pero sobre todo, no se defrauden a ustedes mismos al no aprovechar esta oportunidad de tener el privile-gio de estudiar en una de las mejores instituciones del país. Institución a la que le ha costado más de un siglo ubicarse en donde está. Ha acrecen-tado día a día su calidad, con el único fin de que sus alumnos, para los que existe, y a los que se debe, sean egre-

sados de reconocida calidad, respon-sables con la sociedad, profesionales éticos y exitosos.

Se conjuntan el día de hoy facto-res muy gratos: una institución sólida y comprometida, un grupo de acadé-micos, funcionarios, administrativos y directivos responsables y capaces... Y un extraordinario grupo de selec-tos alumnos... Todos los ingredientes unidos y en concordancia, cumpliendo responsablemente, darán sin duda, el augurado éxito. ¡Felicidades y bienve-nidos!

entRega de caRtas de pasante

El pasado jueves cuatro de julio a las 19:00 h en el Centro Cultu-

ral Bicentenario se llevó a cabo la Ceremonia de Entrega de Cartas de Pasante de la Carrera de Médico Cirujano a los egresados en el 2013. La formal ceremonia fue presidida por el M. en Arq. Manuel Fermín

Villar Rubio, Rector de la Universi-dad Autónoma de San Luis Potosí, y por el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la Facultad de Medicina. En el presídium estuvie-ron además el Dr. Carlos Adrián Jiménez González, Secretario Gene-ral de nuestra Facultad; la Dra.

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Juana Inés Grimaldo Avilés, Secre-taria Académica de la Facultad; la Dra. Elsa Ofelia Martínez Puente, Secretaria de Servicios Escolares de la Facultad; el Consejero Maes-tro de la Facultad de Medicina ante el Consejo Directivo Universita-rio, el Dr. Jesús Héctor San Miguel Hernández; el Consejero Alumno de la Facultad ante el citado Consejo, el señor Marco Antonio Hernández Govea; los doctores Salvador de la Maza Labastida y José Francisco Salas González, padrinos de la gene-ración. Los alumnos que recibie-ron su Carta de Pasante fueron los siguientes:

Pável Aguilar CorreaAndrés Almendárez HernándezAlberto Arenas SánchezJesús Emmanuel Arriaga CaballeroGustavo Barrera SáenzDavid Briones GoveaMarisol Calderón RodríguezKarla Elizabeth Campillo CortésAna Jocelyn Carmona VargasFrancisco Samuel Castillo EspinosaÉrika Beatriz Castillo IpiñaSilvana Castro GrespanBernardo Alberto Castro Hess

Yunnuén Castro MartínezLorenzo de Jesús Cedillo OrlachíaJonathan Cerda CerdaHéctor Josafat Chávez MendozaJesús Eduardo Compeán VillegasCarolina Coronado OsornioRicardo Cortés CerdaCarlos Eduardo Covarrubias BravoJorge Luis Dávila HernándezChristian Ariel de Ávila HernándezMaría Daniela de Ávila MarroquínKarla Guadalupe Domínguez AcostaLilia Araceli Escalante GonzálezHéctor Miguel Esquivel RoblesRubén Flores RodríguezIrene Galván ReyesKaren Fabiola Gamboa VargasSamuel García BecerraKarla Denisse García DíazUlises Alan García PérezGraciela Adriana García RodríguezYónathan Raúl Gómez SolísCarolina González FuentesAlan Adrián González JaramilloEduardo de Jesús González PérezKarla Mariana González SalgadoJuan Luis Grimaldo RoblesSehila Guerrero De la RosaAna Luisa Guevara VélezVíctor Karym Gutiérrez ReyesMercy Cristina Gutiérrez Rodríguez


Pedro Luis Rodrigo Hernández BrianoElisa Hernández CarranzaClaudia Berenice Hernández EsparzaMariana Genoveva Hernández EspinozaGiovanni Francisco Hernández RuizIvonne Hernández SánchezHuguette Hinojosa MorenoEloísa Gisela Jaramillo Longoria Iván Guillermo Jiménez DelgadoBaltazar Jonguitud LópezClaudia Estefaní Juárez GonzálezSilvia Jeanett Labrada AlvaradoJennifer Lárraga BenaventeIsmael Leyva AlvaradoJosé Pablo Ling GarcíaJuan Manuel López DíazVíctor David López GarcíaAlfredo López RochaAlfredo Lumbreras JuacheBlanca Elizabeth Martínez BáezCarlos Ricardo Martínez ChávezDara Elizabeth Martínez ChiuSergio Gerardo Martínez GómezMaría Cecilia Martínez MoralesFrancisco Javier Mata CoronadoHortensia Elizabeth Mendoza LaraHéctor Mendoza RomeroJuan Antonio Miranda SalinasJosé Francisco Molina RodríguezCésar Ulises Monjarás ÁvilaÓscar Alejandro Mora Torres

Consuelo Hortensia Morales LópezCésar Augusto Morales RodríguezLuis Alberto Muñoz VignaEira Mabel Nava CruzEugenio Nieto GalvánDulce María Ojeda OrtizEdwin Noé Ortega CortésEmmanuel Ortiz LoredoMauricio Alfredo Ortiz PortugalAzálea Griselda Parga SistosRaúl Alejandro Patlán MontalvoTeresa Magdalena Paz QuevedoAldo Peña GonzálezCarolina Peña MartínezAlejandro Peña RamírezEduardo Peña RamírezMario Andrés Perales OlivaLuis Felipe Pérez GonzálezJuana de la Luz Pérez GoveaMaría Raquel Ponce MuñizFátima del Carmen Portillo RobledoJ. Isabel Pozos GodínezFrancisco Javier Quero MejíaMíryam Ramírez OrdásSandra Iveth Ramírez PastranaLiliana Ramírez RosalesClaudia Itzel Ramos MartínezEnrique Rentería PalomoZihomara Amada Guadalupe Rivera Rodrí-

guezMariana Yoltzintli Rodríguez Frías

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José Ildefonso Rodríguez MorenoIvonne Ivette Rosales RíosPerla del Carmen Rucoba MoctezumaIvette Yolanda Ruiz LeijaRicardo Saldaña VargasEnrique Sander YanesRosa Martha Sandoval NavaJuan Carlos Shiguetomi SifuentesYolanda Citlalli Solís SaucedoJosé Isaac Somohano HernándezJulio César Suárez LoeraLiliana Concepción Tadeo RobledoMario Alberto Téllez RamosDinórah Torres AmayaGermán Alberto Vázquez CartagenaEmmanuel Enrique Velázquez OrtaMaría Fernanda Ventura HernándezMariana Villa SalazarUriel Villela SeguraLuis Iván Waldo HernándezChristian Antonio Zamora SoberónZeltzin Adriana Zamudio MedinaNidia Vianey Zapuche MataOmar Israel Zavala MendozaAlejandro Javier Zermeño Arce

El Rector, M. en Arq. Manuel Fermín Villar Rubio ofreció un mensaje a los egresados:

Quiero compartirles en este acto que reconoce y valora su dedi-

cación y talento de toda su carrera profesional, que la esencia de la Universidad la representan todos ustedes, los mejores estudiantes que han llegado a este momento a recibir su Carta de conclusión de estudios. Es un camino de esfuerzos que inició como si fuera ayer: el día en el que presentaron su Examen de Admi-sión. Todos ustedes, con sus sueños y anhelos, son la razón de ser de esta gran comunidad académica, que hoy quiere dejar constancia de su testi-monio de disciplina y entrega por lo que hicieron durante todo este tiempo como estudiantes en su querida Facul-tad de Medicina.

Esta ceremonia nos impulsa además, como Universidad pública, a seguir renovando nuestro compro-miso para entregar a la sociedad poto-sina los jóvenes con el mejor perfil profesional y con la plena capacidad de integrarse al mundo laboral. Su labor como médicos en el bienestar y en el mejoramiento de la salud pública es vital para el desarrollo de una


nación como la nuestra. Su alto perfil humano es el reflejo, no sólo de su compromiso institucional con la socie-dad, sino la manifestación más clara de su convicción personal de servicio a la comunidad.

La vinculación es uno de los temas que nos ocupa y nos interesa en su concepción y en su práctica cuando hablamos de jóvenes y oportunidades laborales. El reto es que todos los sectores de la sociedad trabajemos en conjunto para asegurar un empleo digno a los nuevos profesionistas, porque el crecimiento de la capacidad creadora depende de la calidad del capital humano, de la mejora de las competencias, de los avances tecnoló-gicos y de las nuevas formas de orga-nización. Hoy la Universidad quiere seguir trabajando en la formación de nuevos y mejores ciudadanos para nuestra comunidad. Uno de los obje-tivos en el tema de la formación del capital humano será consolidar una fuerza laboral bien capacitada como la pieza clave de la economía y del progreso.

Su época en la universidad fue un momento en el que tuvieron que vencer sus miedos, sus temores. Estoy plenamente convencido que al haber estudiado en una de las mejores universidades públicas del país, se les brindaron todas las herramientas para que a partir de hoy enfrenten con creatividad y responsabilidad cual-quier desafío que les encomienden. Todo lo que vivieron en sus aulas, en sus prácticas en el hospital, formó parte de su vida universitaria. Ustedes tuvieron la grandiosa oportunidad de poder experimentarla. En este país, sólo tres millones de jóvenes mexi-canos pueden decir que hoy están viviendo su juventud en alguna de las universidades de México.

Ustedes son privilegiados. Al mismo tiempo se inscribe en su talento y entrega un compromiso aún más grande: primero con quie-nes les rodean, y después con quienes esperan de todos ustedes su ingenio y originalidad. Vivan desde ahora un nuevo trayecto, camínenlo con entusiasmo y con esperanza, nunca olviden que como jóvenes, tienen a

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su lado toda la energía y la determi-nación. La Universidad ahora los entrega a la sociedad y espera lo mejor de sus valores y principios. ¡Muchísi-mas Felicidades!

Hizo uso de la palabra el Director de la Facultad, Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra. Este es un extracto de sus palabras:

Para la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí es una gran satisfacción entre-gar las cartas de pasante a un grupo de nuevos médicos que irán a realizar el Servicio Social. El Servicio Social en medicina es indudablemente dife-rente a todos los Servicios Sociales de las demás licenciaturas universi-tarias. Hace más de 60 años que el Dr. Gustavo Baz Prada (1894 - 1987) introdujo el Servicio Social en Medi-cina. Su objeto ha sido el de ayudar a la nación a subsanar las deficiencias de salud en la comunidad.

En esos ambientes a la población le importa más saber que cuentan con un médico honesto, ético, y con vocación de servicio. Recuerden que

el talento es un regalo de Dios, pero transformarlo en algo verdaderamente genial es consecuencia del trabajo. Ustedes lo han logrado con sus seis años de carrera.

Su Internado que acaba de concluir ha dejado una huella que no es fácil de borrar. Ahí se forjó el compañerismo, el trabajo solidario, y la demostración de la responsabilidad de cada uno de ustedes. No hay mejor juez de ustedes que ustedes mismos. En el Servicio Social entenderán por qué el paciente que hemos visto en el hospital no sigue la dieta que se le enseñó, o no se administra los medicamentos y cuidados que hemos indicado. Ahí conoceremos las nece-sidades primarias de la población y entenderán que ustedes son privilegia-dos al ser profesionistas de una institu-ción como la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. La sabiduría que ustedes tienen, y que han fortalecido con sus años de estudio, deberá ser compartida con los más desprotegi-dos, con los olvidados. De no hacerlo se desperdiciaría.


La Facultad de Medicina, y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, estarán siempre con las puer-tas abiertas para ustedes. Y como lo dicen nuestros lemas: para que la caridad y la ciencia sirvan a la huma-nidad. Siempre autónoma por mi patria educaré.

El Dr. Salvador de la Maza Labas-tida fue el padrino de la generación. A continuación se transcriben las palabras que

pronunció en esta señalada ocasión:

La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que hemos

construido edificios más altos, pero temperamentos más cortos; aveni-das más anchas, pero puntos de vista más pequeños. Gastamos más y tenemos menos; compramos más y disfrutamos menos; tenemos casas mucho más grandes, pero hogares mucho más pequeños; más como-

didades pero menos tiempo. Toma-mos y fumamos en exceso, gastamos sin prudencia, reímos poco, mane-jamos rápido, nos enojamos, nos desvelamos, nos levantamos cansa-dos, vemos demasiada televisión, leemos poco y rara vez rezamos.

Nuestras pertenencias se han multiplicado, pero hemos reducido nuestros valores: hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivirla; hemos añadido años a la vida, pero no vida a los años. Ya fuimos a la Luna, pero se nos complica cruzar la calle y saludar a nuestro vecino; hemos conquistado el espacio exterior pero no el espacio interior; planeamos más y logramos menos; hemos aprendido a apurar-nos, pero no a esperar; hemos hecho computadoras con alcances increíbles, pero desgraciadamente, la comunica-ción personal se ha perdido. Estamos en los tiempos de la comida rápida y la digestión lenta; de los hombres gran-des pero de personalidades pequeñas; grandes ganancias pero relaciones vacías, más temores, más divorcios,

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más violencia, y cada vez menos amis-tades.

Los invito a trabajar sin pensar en el dinero, a bailar como si nadie los estuviera viendo, y los invito a amar como si nunca los hubieran traicio-nado. La vida no se mide por la canti-dad de respiros, sino por todos esos momentos maravillosos de la vida que nos dejan sin aliento.

Robando lo que un día le escu-ché a Alberto Cortez, les queremos dejar un mensaje, un Soneto de Almafuerte, una puerta abierta a las ganas de seguir adelante, unos versos de Pedro Bonifacio Palacios (1854 - 1917), poeta argentino:

No te des por vencido ni aun vencido,no te sientas esclavo ni aun esclavo;trémulo de pavor, piénsate bravo,y arremete feroz, ya mal herido.Ten el tesón del clavo enmohecidoque ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;no la cobarde estupidez del pavoque amaina su plumaje al primer ruido.Procede como Dios que nunca llora;o como Lucifer que nunca reza;o como el robledal cuya grandezanecesita del agua y no la implora.¡Que muerda y vocifere vengadora

ya rodando en el polvo tu cabeza!Gracias. Y que Dios los bendiga

a todos.

Por parte de los alumnos, hizo uso de la voz el estudiante Sr. Alejandro Javier Zermeño Arce. Estas fueron sus palabras:

Es una gran alegría para todos nosotros compartir este

momento con cada uno de ustedes. Es por ello que quisiera comenzar por darles las gracias. Los logros de hoy no son sólo nuestros, sino en buena medida de las personas que nos hacen lo que somos: nuestra familia, nuestros amigos, compa-ñeros; cerca o lejos, quienes están hoy con nosotros y quienes se han adelantado en el camino. Todos ustedes son, sin lugar a dudas, tan plausibles como nosotros en esta tarde por festejar nuestros éxitos, sufrir con nuestros descalabros, por preocuparse de forma desmedida por nuestro bienestar, pero sobre todo por su infinita paciencia y apoyo, especialmente durante este


último año.Resulta además el marco

perfecto para agradecer a los profe-sores y maestros de nuestra Facultad, quienes aceptan cada año la difícil misión de transformar a un grupo de críos en verdaderos médicos, con todo lo que eso implica. Gracias a todo aquél que se tomó un momento de su tiempo para enseñarnos algo: adjuntos, residentes, internos, estu-diantes, enfermeras. A todos ellos

muchas gracias.El lugar que ocupamos el día

de hoy es sólo nuestro. Cada uno sabe de los obstáculos que libró en el camino, de las batallas que peleó, ya sea solo o acompañado: anécdotas y recuerdos que nos dejan una marca indeleble, los grandes momentos que se convertirán en grandes histo-rias. Hay quien dice que no se debe mirar atrás, pero volver los ojos un momento no significa despreciar el presente, ni anhelar el pasado, es sólo una forma de recordar cómo llegamos aquí. Vale la pena tomar-nos ese instante para ver todo lo que superamos hasta el día de hoy, todas las cosas que hemos vivido, buenas y malas, todo lo que logramos para poder darle su justo peso a este momento y a los que están por venir.

El primer día de clases. La primera vez que cruzamos las puer-tas del hospital. Nuestro paciente predilecto. La primera guardia. Momentos y personas como esas no se olvidan fácilmente. Nuestra escuela, nuestro hospital, se queda-ron con una parte de nosotros, pero

El Sr. Alejandro Javier Zermeño Arce, mejor promedio de la Generación, en el momento de recibir su Carta de Pasante.

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a cambio nos ofrecen llevarnos una parte de ellos. Es una transacción irreversible, aunque resulta ya difí-cil. No. Resulta imposible imagi-nar cómo seríamos ahora sin esta simbiosis de la que hemos sido parte por muchos años y que ha termi-nado de moldear nuestro presente y nuestro futuro.

Toda esta historia, esta mezcla única de emociones y senti-mientos de la que formamos parte tiene su origen en un sueño. El sueño de cada uno de nosotros, el cual comenzó a tomar forma hace muchos ayeres, con el uniforme blanco y el este-toscopio al cuello. Este momento parece la culminación de todo aque-llo. Pero sería un error catastrófico pensar así. Este no es el final, esto es sólo una parada en el camino, un instante para tomar aire, nuevas

fuerzas, y seguir andando, incluso con más convicción que antes.

Recordar todos esos momentos me hace pensar, como diagnóstico presuntivo, que debemos estar locos. Cuando todo el mundo puede salir

por las noches nosotros tenemos guardias. Cuando todos disfrutan de sus vacaciones, nosotros espera-mos con ansia un “fin libre”. Mien-tras que nuestros amigos y compa-ñeros estudian cinco o seis años, nosotros optamos por hacerlo toda la

vida.Seguramente estamos locos,

ya que permitimos que completos desconocidos se conviertan, en un lapso abrumadoramente corto, en seres invaluables en nuestras vidas. Por simples coincidencias termi-namos transformando al compa-ñero de clase en el mejor aliado,

«...volver los ojos un momento no significa despreciar el presente, ni anhelar el pasado, es sólo una forma de recordar cómo llegamos aquí.»


incluso en el mejor amigo. Y no sólo eso, sino que además decidi-mos de forma voluntaria poner a prueba nuestra amistad trabajando juntos durante un año entero, días y noches. Y a pesar de todo termina-remos despidiéndonos este día en el

más honesto de los abrazos.No me queda duda, algo anda

mal con nosotros. Y tan seguro estoy de eso que puedo apostar que todos volveríamos a andar el mismo camino, siguiendo los mismos pasos, con los mismos aciertos y muy seguramente con los mismos errores. Pero, de tener que hacerlo todo nuevamente, de ser necesario recorrer esta historia una vez más, pienso que valdría la pena tener a mi lado a las mismas personas.

De cada una de esas perso-nas me llevo algo valioso, algún recuerdo, un chiste privado, una sesión de estudio, un abrazo, una guardia juntos, una felicitación, una palabra de aliento, un simple gracias. Y así como les agradezco y los recuerdo con cariño por cada uno de esos pequeños detalles, espero también haber tenido alguno con ustedes.

En realidad somos afortuna-dos. Recibimos la oportunidad dorada de formar parte de esta Universidad, más aún, de esta Facul-tad. Por lo tanto es ahora nuestra

En un hecho muy significativo para la historia de la Facultad el Director,

Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, entregó la carta de pasante a su hijo, el Sr. Alejandro Javier Zermeño Arce, quien fue

el primer lugar de su Generación. En la fotografía aparece además la Dra. Patricia

Elena Arce Villalobos de Zermeño, ex-alumna de la Facultad de Medicina de la

Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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misión responder a las expectativas que se han sembrado sobre noso-tros. A los médicos de nuestra época se les exige la mejor prepara-ción académica posible, pero es aún más importante mostrar la mayor calidad humana de la que seamos capaces.

Es difícil aprender esto en las aulas, pero es sencillo aprenderlo de las personas a nuestro alrededor. Debemos ser un ejemplo de cariño y compasión por nuestros pacientes, de educación y respeto por sus fami-lias, de honestidad y rectitud ante el resto de la sociedad. Así que si algo hemos ganado en este día, es una gran responsabilidad moral, la cual viene endosada a nuestro título de médicos y nos acompañará el resto de nuestras vidas.

Las palabras de Gibrán Jalil Gibrán (1883 – 1931) pueden ser apropiadas para la ocasión: “Quedarse, aunque las hojas palpi-ten en la noche, es congelarse y cris-talizarse, y ser ceñido por un molde. Desearía llevar conmigo todo lo de aquí, pero, ¿cómo hacerlo? Una

voz no puede llevarse la lengua y los labios que le dieran un sonido. Sola debe buscar el éter.” Así, solos físi-camente, comenzamos la siguiente etapa de nuestra formación. La vida separa nuestros caminos temporal-mente, pero con la certeza ineludi-ble de que estamos acompañados unos de otros en espíritu.

Por todas estas cosas de las que hemos sido parte, por todo lo que hemos vivido juntos, y todo lo que nos falta por delante, sólo me queda desearles que tengan mucho éxito en sus proyectos sin traicionar sus prin-cipios. Que sigan soñando como el primer día, pero que mantengan los pies en la tierra hasta el último de ellos. Que cuando tropiecen tengan a alguien a su lado para levantarlos, que a donde quiera que vayan hagan siempre la diferencia, que alcancen sus metas pero no se pongan lími-tes. Y sobre todo, que no impor-tando las circunstancias que se les presenten en un futuro, alcancen la cima de su potencial como personas y como médicos. ¡Muchas gracias y muchas felicidades!


apRendizaje activo en Fisiología

por la Dra. Gloria Patricia Pérez Cornejo

En la asig-n a t u r a

de Fisiolo-gía las clases se imparten todos los días de la semana a grupos de 100 estudian-tes. La clase es magistral. La propor-ción de estu-

diantes que aprueba la asignatura es del 50 por ciento. Una de las formas más eficaces de propiciar un apren-dizaje activo en grupos grandes es el empleo de un control remoto por cada uno de los estudiantes, asociado a la computadora del profesor. Este sistema es conocido como Sistema Personal de Respuesta (SPR). En inglés como ARS, por audience response system, y los estudiantes les

llaman con el anglicismo de clickers.

Estudio piloto

Durante el periodo de julio del 2009 a mayo del 2010 la Dra. Maureen Knab, profesora de Fisiología de la Universi-dad de West Chester, Pa., y usuaria de los SPR realizó una estancia sabática en el Departamento de Fisiología. En mayo del 2010, bajo su tutoría, reali-zamos un estudio piloto en la sección de fisiología endócrina. Se contó

con la participación de las maestras en educación María Dolores Brito Orta, profesora del Departamento, y Martha Patricia Navarro Huerta.

Se encuestaron 120 estudiantes cuyas opiniones se muestran desglo-sadas:

91% aprendió rápidamente a usar el sistema

La Dra. Maureen Knab es la

responsable de que el sistema de evaluación

de la respuesta de la audiencia haya llegado a nuestra

Escuela.

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48% asistió con mayor frecuencia a clases

59% prefirió usar los SPR que hablar

80% sintió que era tomado en cuenta

El promedio del examen parcial pasó de 5.19 ± 1.22 a 6.27 ± 1.54. Los datos nos sugieren que el uso de SPR en el proceso de enseñanza puede mejorar el aprendizaje de los alumnos y su rendimiento académico.

Resultados recientes

Este año se volvieron a utilizar los SPR. Fueron presentados a los estu-diantes del curso en presencia del Director, el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra. Ayudaron los doctores Aldo Rodríguez Menchaca y Ricardo Espinosa Tanguma, profe-sores de la asignatura. En algunas de las clases se contó con el auxilio técnico de la maestra Claudia Elena Pesina Sifuentes y del señor Carlos

Tapia Gallegos, pasante de Ingeniero en Tecnologías de la Información y Comunicaciones, del Departamento de Informática de esta Facultad.

La encuesta que se muestra en seguida tiene cuatro niveles de respuesta: (1) totalmente de acuerdo, (2) de acuerdo, (3) en desacuerdo y (4) totalmente en desacuerdo. Los resul-tados muestran únicamente la opción que obtuvo el mayor porcentaje de los

Dr. Ricardo Espinosa Tanguma, M. María Dolores Brito Orta, M. Martha Patricia Navarro Huerta, Dra. Gloria Patricia Pérez Cornejo y Dr. Aldo Azmar Rodríguez Menchaca.


votos.Después de esta experiencia, me

gustaría usar SPR en otras clases 37 por ciento están de acuerdo

Aprendí más de mis compañeros con el uso de SPR que traba-jando solo 51 por ciento de acuerdo

Aprendí más usando SPR 40 por ciento de acuerdo

Para participar en clase prefiero usar un SPR que hablar 42 por ciento totalmente de acuerdo

Me sentí cómodo contestando preguntas en clase con mi SPR 33 por ciento de acuerdo

Me gustaría que más profesores usaran los SPR en sus clases 30 por ciento de acuerdo

Gracias al apoyo del Dr. Zermeño Guerra se destinó una computadora portátil para usarse de manera exclusiva con los SPR. Los doctores Carlos Adrián Jiménez y Juana Inés Grimaldo han impulsado la compra adicional de nuevos equi-pos para ser utilizados en varios de los cursos que se imparten en esta Facul-tad. Todo esto es sin duda una clara señal del proceso de modernización en la enseñanza que está experimen-tando nuestra escuela.

aniveRsaRio de la geneRación 1972 - 1978

La generación 1972 - 1978 celebró su trigésimo quinto aniversario. Parti-cipó en la festiva celebración el Direc-

tor de la Facultad.A continuación se reproducen

un extracto de las palabras del Dr.

La maestra Claudia Elena Pesina Sifuentes y el ingeniero Carlos Tapia Gallegos.

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Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí:

Ustedes son una generación muy unida. Nosotros, los de años infe-riores convivimos mucho con uste-des. Todas las generaciones teníamos mucha hermandad en ese momento.

La gran fortaleza de esta Facul-tad es su vida hospitalaria. Una Facul-tad de Medicina con 137 años, como es ésta, da un gran fruto, que son sus egresados. Hace unos días, pocos días, recibimos la segunda recertifi-cación. Acreditar a la Facultad es un trabajo muy pesado: la Dra. Juana Inés Grimaldo Avilés, Secretaria Académica de la Facultad, hizo gran parte de este trabajo. Son 137 años de trabajo en que se han venido haciendo las cosas bien.

Cuando el Dr. Arturo Chávez Contreras me pidió que les diera la bienvenida le pregunté ¿para qué, si somos hijos de esta casa? Esta es nuestra casa. Creo que la Facultad se siente muy orgullosa de todos los egre-sados, pero en especial de una genera-

ción como la de ustedes. Son 35 años de médicos exitosos. Lamentable-mente hemos tenido decesos. Siem-pre duelen, pero la vida es así. Una generación como la de ustedes es un orgullo para la Facultad No les tengo que dar la bienvenida: todos estamos en casa.

A nombre de la generación hizo uso de la palabra el Dr. Camilo Martínez López. He aquí sus conceptos:

Es motivo de gran júbilo para todos los egresados de la genera-

ción 1972-1978 estar celebrando los 35 años de graduados de esta entra-ñable y querida Facultad de Medi-cina. Fue este majestuoso edificio que tuvimos la oportunidad de habi-tar por muchas horas del día en los años de nuestra carrera. Empezó su construcción el 31 de enero de 1954. Muchos de nosotros estábamos naciendo. Entonces el Dr. Gustavo Flores Cuéllar se estrenaba como el primer Director de la Escuela: terminó su gestión en 1955.


De arriba hacia abajo, y de izquierda aderecha, tenemos, en la fila superior a los doctores Ramón Soto Ruelas, Pascual Mendoza Noriega, Guillermo Pierdant Pérez, Julián Silos García, Mario Alberto Puente Zárate, Gilberto Islas de la Vega, Rómulo Hervert Orta,

Pedro Barrios Santiago, José Gabriel Blanco Coronado y Eliseo Gómez Compeán. En la segunda fila: Juan Javier Zárate Muñoz, Jesús Lamberto Castillo Méndez, Jesús Figueroa

Carbajal, Camilo Antonio Martínez López, Luis Pérez Sánchez, José Manuel García Orozco, Jesús Isaac Margado Salazar, Jorge Luis Gallegos Rodríguez, Álvaro Humberto

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Cano Silva, José Arturo Chávez Contreras, María Natividad Turrubiartes Noyola, José Alfonso Lugo Íñiguez, Domingo Alfaro Valadez, Carlos Fernández Castro. Y en la tercera

fila: Laura Ramírez Mata, María del Socorro Valdez Garza, Silvia Esperanza Torres Gómez, María Silvia Hernández Villanueva, Luz María Anaya Castillo, Rosa Margarita

Durán Páramo, Ana Luisa Molina González, Martha Hernández González, María Guadalupe Calva Ruiz y Lucina Lara Morales.


El segundo Director fue el Dr. Ramón Villarreal Pérez, cuya gestión duró de 1955 al 1959. Él fue nombrado Presidente del Patronato Pro-Cons-trucción de la Escuela de Medicina, el cual estaba conformado por el Sr. Manuel Álvarez, Gobernador del Estado, como Presidente Honora-rio; como Presidente Ejecutivo el Dr. Ramón Villarreal, Director de la Escuela, como Secretario, el entra-ñable Dr. Gonzalo Ramírez Aznar, Tesorero el Sr. Francisco Garza, Vocales el Dr. Jesús N. Noyola, Dr. Augusto Díaz Infante, Dr. Salvador Nava Martínez, Dr. Francisco Padrón Puyou, Dr. Abundio Estrada Aranda, Dr. José Miguel Torre López, y el Dr. Ricardo Quilantán Antiga.

El entonces Rector de la UASLP, Don Manuel Nava Martínez tuvo una actuación muy importante al trabajar estrecha y arduamente con el patronato durante toda su gestión como Rector, la cual terminó hasta su muerte el 13 de agosto de 1958. Fue el Dr. Manuel Nava quien consiguió el terreno en donde se edificó esta Escuela. También en los años de

1952 a 1953 antes de que existiera el Patronato, el Dr. Nava organizó visitas a la Huasteca, llegando hasta las ciuda-des de Tampico y Ciudad Madero, para solicitar el apoyo económico de los médicos egresados de la Escuela. Esto lo compaginó con la rifa de un automóvil. Era tal el entusiasmo del Dr. Nava que él se iba manejando.

Al terminar su gestión, el Dr. Ramón Villarreal pasó la estafeta al Dr. José Miguel Torre López, enton-ces ya Director, cuya gestión se realizó de 1959 a 1967; quedando el resto de los integrantes del Patronato sin cambio. Sólo se agregó un prosecre-tario que fue el joven José Manuel

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Reyes Araiza, alumno del quinto año de Medicina. Cabe mencionar que en este proyecto original no estaba contemplada la construcción de este bello auditorio que hoy ocupamos y que a iniciativa del Dr. José Miguel Torre López y la colaboración de los arquitectos Cossío y Algara se mate-rializó un edificio que ha albergado un sinnúmero de acontecimientos de trascendencia invaluable. Este edifi-cio se estrenó el 13 de septiembre de 1961 con motivo del Congreso Nacio-nal de Cardiología, aunque la inaugu-ración oficial de la Escuela fue el dos de diciembre de 1963, por el Presi-dente de la República Lic. Adolfo

López Mateos (1910 - 1969).Así nació este edificio donde

se alberga esta Escuela construida con sueños, esfuerzos, y dedicación de grandes médicos y maestros, con una visión futurista, que ha dejado una herencia imperecedera. De algu-nos de ellos tuvimos la fortuna de ser alumnos. Escuela revestida de cantera en paredes, muros y escaleras, ubicada siempre entre las mejores del país y todo gracias a una pléyade de grandes maestros. Cada uno con recursos y talentos muy exclusivos, con características que los identifican. Y siempre magníficamente donados al servicio de una noble causa: la

Los doctores Gustavo Flores Cuéllar, Ramón Villarrear Pérez, Jesús Nemorio Noyola Zepeda, Augusto Diaz-Infante Ortuño y Gonzalo Ramírez Aznar. Tradición e historia de la Facultad.


educación y el servicio.Parafraseando al Dr. Pedro

González Ojeda: «Veo a mis maestros cuando a mí se me asoma la tercera edad, y parece que les doy alcance.» Ellos siguen tan vigentes como aque-llas clases de las siete de la mañana.

C o n s t i t u -yen todos un claro ejemplo de alta calidad profesional y humana que habrá que c o n s e r v a r por muchos años a través de nosotros, sus alumnos. El gusto por enseñar,

y la pasión individual, fueron necesa-rios para quedarse en la inmortalidad de la memoria de sus alumnos. Por todo esto, y cosas que seguro olvido, queridos maestros, muchas gracias.

El Dr. Héctor Gerardo Hernández Rodríguez tomó la palabra a nombre de los profesores de la Facultad:

Muy queridos jóvenes médicos egresados en 1978 que cele-

bran sus primeros treinta y cinco años de haber concluido su formación en esta nuestra Facultad de Medicina: Primeramente, déjenme expresarles mi gratitud por invitarme a dirigirles estas palabras. Me produce espe-cial emoción, nostálgicos recuerdos, agradables encuentros, y me lleva a los inicios de mi actividad docente. Cuando Arturo Chávez me visitó para conferirme esta distinción, la de hablar ante ustedes en la celebra-ción de su aniversario, ya después de reponerme de la emoción, me pregunté: ¿Qué les puedo decir a un grupo de jóvenes, ahora reconoci-dos, consolidados, y maduros médi-cos, que están cumpliendo 35 años de haber dejado las aulas de nuestra Facultad?

No ha sido fácil la respuesta. Se agolpan las ideas con los sentimien-

«...esta Escuela construida con sueños, esfuerzos, y dedicación de grandes médicos...»

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tos: la reflexión con sensatez y el gran afecto existente. La relación docente que hubo se impregnó de amis-tad. Creo que nos vimos más como amigos, que como profesor/alumno. Esto me simplifica las cosas, me dije. Les voy a hablar a los amigos. Y a los amigos se les habla con confianza y con verdad.

En esta confianza, y con ánimos de verdad, deseo compartirles mi visión del ser humano que ha deci-dido ser médico y que llega a los 35 años de cumplida su decisión. Es un momento especialmente trascen-dente. Es una oportunidad para dete-nerse en el camino y reflexionar. Se ha andado a través de los años en la consolidación personal, profesional, económica, familiar y social. El joven que egresó hace 35 años ha tomado decisiones diversas que modelan su vida actual: el ejercicio profesional en la Medicina General o la selección y estudio del posgrado, la incorporación a un mercado de trabajo, sea institu-cional o privado, o la combinación de ambos; tal vez el matrimonio, los hijos y, a estas alturas es probable

que hasta a algunos les hayan llegado los nietos. Ha habido experiencias múltiples y variadas: obtener logros profesionales, laborales, familiares, sociales, que llenan de júbilo y orgullo legítimo; se han lamentado carencias, dificultades, problemas y pérdidas de seres queridos. En estos momentos, seguramente hay quien puede optar por la jubilación si lo desea; incluso ya alguien pudo haberlo hecho. Se han vivido momentos de desvelos, agobios laborales, indecisiones ante los retos, esfuerzos para construir un mejor futuro. Son tiempos en que ya se puede y se debe pensar en cosechar lo que durante 35 años se ha venido sembrando. Y ¿cómo se puede lograr una mejor cosecha de lo trabajado?

Ya hace algunos años que también estuve en este festejo, el de los 35 años de egresado. Creo que los años que están por venir, después de hoy, el cinco de julio del dos mil trece, deben impregnarse de algunas actitu-des que lleven a disfrutar lo que se ha edificado. La ambición hacia el futuro debe de ser diferente, más madura, con mayor sensatez, que permita aspi-


rar a conseguir la autorrealización y la plenitud humana.

Podemos reconocer a las perso-nas autorrealizadas por ciertas carac-terísticas: son altruistas, autotras-cendentes, solidarias, responsables, amables, socialmente aceptadas y aceptables. Tienen una percepción superior de la realidad. Son espon-táneas, creativas, no dependen de la opinión ajena. Son personas libres y maduras. Las personas así se sien-ten motivadas principalmente por tendencias hacia la realización de sus capacidades, potencialidades, talen-tos, misión, vocación, destino, cono-cimiento de sí mismo, tendencia a la unidad, solidaridad, integración y defensa de los valores supremos. La necesidad y el deseo o ambición prosi-guen, pero ahora en un nivel más elevado. La libertad y la madurez se conjugan con estas características para lograr una actitud prudente que conduzca a ese nivel más elevado en la satisfacción de los anhelos.

La prudencia es una virtud que al practicarla como conducta habitual nos ayuda para acceder a la plenitud, a

la autorrealización. Se le define como cautela, moderación, sensatez, buen juicio. Para Aristóteles, junto con la justicia, la templanza y la fortaleza, la prudencia es una de las cuatro virtu-des cardinales. Consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. En la Biblia, a la prudencia se le equipara con la sabiduría. La actitud prudente permite seleccionar lo que es bueno para practicarlo y hacerlo propio. También nos permite reconocer lo que daña o causa mal para evitarlo y despreciarlo. Después de haber andado durante 35 años por los cami-nos de la profesión médica, es más fácil acceder a la actitud prudente, que dé la paz interior, la armonía con el entorno y señale el camino a la pleni-tud.

Algunas prácticas que pueden auxiliar para acceder a la prudencia son:

La paciencia: entendida como la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conse-guir algún bien. Aristóteles en sus Éticas alude a esta virtud, como equilibrio entre emociones extremas o punto medio.

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Con ella se consigue sobreponerse a las emociones fuertes generadas por las desgracias o aflicciones. Para esto es necesario un entrenamiento práctico ante el asedio de los dolores y tristezas de la vida. Una poliorcética frente a las agresiones del entorno psicológicamente hostiles, que fue desarrollada por ciertas filosofías, en particular por los estoicos. El Cristianismo, posteriormente, tiene a esta virtud personificada en la vida de personajes como Job o el mismo Jesucristo. Esta virtud, la paciencia, posee un vicio antitético en el pecado capital de la ira. La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contra-riedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que a lo que no dependa estric-tamente de uno hay que darle tiempo. Por ello también se le menciona como la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho. Al llegar a la etapa de la vida que se celebra, la de los 35 años de médico, ya se puede disentir sin que necesariamente venga la contrariedad o la ira. Se puede apreciar con mayor facilidad que el enojo, el insulto, la sorna

o el desprecio hacia quienes actúan contrario a lo que se cree debe de ser, no es lo mejor para uno mismo ni para las relaciones humanas, y menos para cambiar las conductas de quienes disen-timos. Ahora se logra reconocer que si no puedo cambiar el mundo, sí puedo cambiar yo. En la paciencia, se reconoce que hay tiempo para hacer más cosas si nos damos la oportunidad.

Fraternidad: afirmar que todos los seres humanos deben tratarse como hermanos significa, en primer lugar, enfatizar los valores de la libertad y la igualdad de los demás. En un lenguaje bíblico, la fraternidad significa caridad. Pero signi-fica algo más, a saber, que a pesar de sus diferencias y conflictos de intereses o de opinión, los miembros de una sociedad no deben verse como enemigos, es decir, como divididos en bandos contrapuestos e irreconciliables, sino, en todo caso, como copartícipes parcialmente conflic-tivos en la formación de la voluntad de esa sociedad. En otras palabras, la prudencia requiere, para funcionar correctamente, que los conflictos no excluyan la cooperación, y que la coope-ración no excluya los conflictos. Por ello es éste, quizás, el valor más difícil de entender y asumir dentro de las socie-


dades modernas, pues supone dejar atrás tradiciones y actitudes no sólo autorita-rias sino beligerantes, fuertemente arrai-gadas en la historia de la humanidad, y pasar a concebir y practicar la convi-vencia de un modo distinto, racional y tolerante. Estas ideas son válidas tanto en la familia (los padres impositivos o los hijos rebeldes) como en otras sociedades humanas (jefes dictadores o trabajadores indolentes; compañeros impositivos o agresivos o sarcásticos). Asumir entonces el valor de la fraternidad, o de la caridad, supone reconocer que las contradicciones sociales, los conflictos entre grupos de interés o de opinión, no son contradic-ciones absolutas, antagónicas, que sólo puedan superarse mediante el aplasta-miento, la exclusión o la aniquilación de los que piensan distinto, sino contra-dicciones que pueden y deben tratarse pacífica y legalmente, es decir, mediante procedimientos capaces de integrar, negociar y concertar soluciones colec-tivas legítimas y aceptables para todos. Por ello, la convivencia en una sociedad, incluso hasta en la familia o en el trabajo cotidiano, es prácticamente imposible cuando esa sociedad se encuentra desga-rrada por polarizaciones extremas, cualquiera que sea su naturaleza, pues

entonces no existe la posibilidad de llegar a acuerdos y compromisos, y sólo queda la «solución» de la fuerza, la exclu-sión, el aniquilamiento, el sometimiento absoluto de los derrotados.

Pluralismo, o diversidad de pensamientos o costumbres: las sociedades modernas están cruzadas por una diversidad de intereses, concepciones, puntos de vista, ideologías, proyectos, etc. Las diferen-cias de oficio, de condición económica o de educación, construyen un escenario donde coexisten distintas corrientes de pensamiento o diversos puntos de vista. En la práctica médica los conceptos sobre el diagnóstico o el tratamiento de las enfermedades tienen enfoques distintos y evolucionan constantemente. En la familia misma hay apreciaciones diversas, aún sobre temas que son de interés común (la forma de vestir, la música, las diver-siones, o la comida). En la convivencia con los vecinos, los amigos, o incluso los pacientes, se percibe frecuentemente la pluralidad de ideas. Por lo tanto, la prudencia parte de reconocer ese plura-lismo como algo inherente y positivo en toda sociedad, que debe ser preser-vado como un bien en sí mismo. No conviene aspirar a la homogeneización o a la unanimidad, porque la diversidad de

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intereses y marcos ideológicos diferentes hacen indeseable e imposible, salvo con el recurso de la fuerza, la homegenei-zación de un grupo humano. Siempre que sea bien intencionado y respetuoso, el pluralismo es la oportunidad que se da el ser humano de escuchar y de ser escuchado para vivir mejor y en armonía con el entorno familiar o social.

Tolerancia: al reconocer como algo positivo y valioso la coexistencia de la plura-lidad, el trato entre las personas tiende a modificarse. Si bajo una idea tradicional los otros que piensan o actúan diferente, aparecen, permítanme exagerar un poco, como los enemigos a vencer o a aniquilar, y el código de comportamiento agresivo y beligerante se nos quiere presentar como el más propio y ajustado a los fines de esa idea tradicional; el código de la prudencia obliga a la tolerancia, a la coexistencia, al trato conciliatorio, a intentar apreciar y evaluar en los otros lo que puede ser pertinente y valioso para todos. El derecho a expresar puntos de vista diferentes, a iniciar debates y a elaborar iniciativas en todos los campos es una conquista para la razón y para la naturaleza pluralista de cualquier sociedad. La prudencia intenta no sólo preservar esos derechos, sino ampliarlos

y hacerlos efectivos. Si ello es así, la aceptación de los que piensan distinto, tienen otros intereses, y se agrupan para hacerlos valer, es una de las condiciones de la sana convivencia, que se transforma en valor positivo y ofrece garantías de una mejor y más pacífica convivencia.

Este es mi mensaje, jóvenes y muy queridos médicos que celebran su trigésimo quinto aniversario profe-sional: en la consolidación de su vida busquen la plenitud. Sean más libres para conseguirla. La prudencia les llevará a su encuentro. Quienes la han venido practicando, sigan adelante y aumenten su patrimonio de pruden-cia. Los que, en la obligada reflexión que acompaña esta celebración, sien-tan que hay fallas en el comporta-miento prudente, procuren diseñar el camino para acceder a ella. Con un sentido de fraternidad o caridad, con la tenacidad que da la pacien-cia, la tolerancia que se inspira en la pluralidad, con todo ello como modo y filosofía de vida, sigan el camino de esta hermosa y noble profesión en los posteriores años a estos primeros 35. Muchas gracias por invitarme


También hizo uso de la palabra la Dra. Rosa Margarita Durán Páramo:

Muchos prestigiosos médicos y especialistas del país han egre-

sado de esta Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Las instituciones médi-cas de alta especialidad nacionales y extranjeras reconocen su sólida formación académica, su disciplina y dedicación a la investigación clínica, que los hacen candidatos naturales al ejercicio de las especialidades y subespecialidades que demandan las más modernas instituciones de nues-tro país.

En materia de salud, las conse-cuencias de los éxitos, la universaliza-ción de los esquemas de vacunación, el éxito en el combate a enfermedades infectocontagiosas, el mejoramiento de la infraestructura sanitaria, del agua potable y el drenaje, han permi-tido un aumento en la esperanza de vida. Tenemos la obligación de retornar a una práctica médica más cercana a las personas, con médicos

más humanos que realmente sientan placer en ayudar a los demás.

Hay que cambiar el paradigma de salud, que la salud y la prevención no sean una política declarativa sino una política de hechos, en la cual se alineen las voluntades de todo un gobierno federal, estatal, y municipal. Que tengan los mismos objetivos la Secretaría de Salud, la Secretaría de Educación Pública, los medios de comunicación. Todo para incremen-tar los potenciales de salud divididos en toda la población para que la gente pueda estar más sana. Una política de todas las voluntades, que privilegie la prevención, sin descuidar la curación. Lo que realmente necesita la pobla-ción, es ese profesional cercano a la familia, que conoce y reconoce sus costumbres, sus hábitos alimentarios, culturales y hasta sociales, las perso-nas más que estudios, demandan ser oídas, examinadas y orientadas. Un médico comunitario que practique una verdadera medicina integral y que sea resolutivo, capaz de solucionar el 80 por ciento de las enfermedades de una población. Necesitamos un

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cambio en el panorama general de la salud. El país lo está exigiendo, ¡tene-mos que ser contundentes! Es una vergüenza que en nuestro país exista aún la triada de diabetes mellitus, obesidad e hipertensión. Ya pasaron 20 años de que se empezó a hablar de las enfermedades crónico degenerati-vas, y van cada día en aumento. No hemos sabido utilizar las redes socia-les inteligentemente: tienen una gran penetración para educar a nuestra población en salud.

“Vox populi, vox dei”, la voz del pueblo es la voz de Dios. Hoy día las personas buscan resolver sus síntomas explorando diversos medios. Ellos intuyen, mejor que muchos profesiona-les de la salud, que la medicina como disciplina es sólo una, que se aprende como ciencia y se ejerce como arte. No es correcto segregarla ni estigmati-zarla. Aunque el cuerpo humano y su funcionamiento siempre es el mismo, hay distintos modos terapéuticos: ya sean compuestos altamente industria-lizados, con transformación mínima, herbolarios, por estimulación fisiá-trica, regional o puntural, que siempre

requieren del razonamiento clínico individual, de profesionalismo y serie-dad al tomar la decisión de cuál es el mejor para el paciente específico.

Esta modificación del panorama sanitario, de las características de la demanda del servicio, y de mayor necesidad de educación para alcan-zar mayor prevención, hacen urgente la necesidad de revisar los contenidos curriculares de la carrera de medicina a efecto de formar médicos mejor preparados. Ser hoy un médico integral, capaz de emplear todos los métodos terapéuticos a su alcance, sin el temor de ser estigmatizado como hereje de la farmacopea. Necesitamos contenidos en los programas de medi-cina que logren una concepción más amplia de la ciencia médica, basada en que la labor médica esencial, que es la clínica, el interrogatorio, deta-llado, la exploración y las investigacio-nes derivadas, todo lo necesario para que el acto médico más importante sea la toma de la decisión. Encontrar la más individual e idónea alternativa en el fenómeno terapéutico. No sólo el formar médicos para recetar.


Lo que le da plena vigencia a aquella insistencia de nuestros

maestros cuando nos repetían todos los días “no hay enfer-medades, sólo enfermos.” Y, ¿por qué no?, también procu-rar que nuestros pacientes

sean felices. Acúsome de que hace más de 35 años, en mis

años de estudiante, mis inquietu-des juveniles escandalizaron a más

de una persona: arranqué los rosales de esta escuela para sembrar huertos familia-

res. Creía que los médicos deberíamos de estar comprometidos con la nutrición. Hoy,

el tiempo nos ha demostrado que es fundamental la educación para la alimentación. Esta es la piedra angular que puede aliviar en

alguna medida la amenaza de las enfermedades metabólicas y crónico

degenerativas derivadas de las perver-siones en la alimentación. Ahora sé que mi error fue adelantarme 35 años,

pues en ese entonces, no era cientí-fica la sentencia de que: “somos

lo que comemos”. Ante este

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panorama, y la demanda popular de que los médicos sean eficaces, “como los de antes,” estoy convencida de que el futuro de la medicina se encamina inevitablemente hacia una medicina integral.

Muchas gracias a esta institución por haberme dado las armas para ser

útil a cada persona que en lo indivi-dual he atendido: a mis maestros, a la sociedad en su conjunto, a mis compañeros y amigos, a los organiza-dores por invitarme, y a ustedes por su amable atención.

aniveRsaRio de la geneRación 1967 - 1973

La Generación 1967 - 1973 deci-dió reunirse en el Auditorio de la Facultad de Medicina para celebrar el 40mo aniversario de su egreso. Ahí el Dr. Rafael de Jesús Padrón Rangel les dirigió unas palabras:

Aún no sé por qué estoy aquí parado frente a ustedes, y sobre

todo pretendiendo hablarles de noso-tros luego de tanto tiempo de no verlos y de no dejarme ver. Pero la imagen de Johnny es un referente, casi en relieve, lo mismo que sus palabras para invitarme a hacerlo, y

a esta mujer yo no le puedo negar mi presencia y mis escasos recursos.

En fin, vengo con la piel reseca, las canas aireando, los ojos llorosos y el alma poco menos que resque-brajada. A pesar de haber nacido, y de vivir por 18 años entre manantia-les y jugosas naranjas, la vida me ha deshidratado y fragmentado como si fuera un páramo de tierra árida que de vez en cuando recibe una lágrima del cielo y se la bebe al instante. Aún así, llego a ofrecerles los únicos rega-los que puedo dar: palabras, palabras hechas de experiencias y recuerdos,


de ilusiones rotas y anhelos congela-dos, de alegrías a medias y completas, de todo lo que un hombre hecho solo, y a golpe de martillo y cincel, puede mostrar a sus semejantes, y decirles “esto soy y así los quiero”. Regalos hechos de tinta y papel, inútiles pero con valor para quien quiera escuchar, con el alma abierta. Palabras que se alinearon en la empalizada de mi último tercio existencial. Con ellas pretendo abordar, no su memoria, ni su celebración, quiero estar por minu-tos en la dimensión de sus sentimien-tos y ojalá de su empatía. Así, a mi modo, al azar, con impulsos de ener-gía humana, con alientos de carne, huesos y sangre, con la pesadumbre quizá de lo que la existencia ha arras-trado conmigo, también con las risas, fabulosos accidentes, ocasionales momentos que se me han aparecido, todos envolviendo la franqueza y la verdad que muchas veces saben agrias o picosas, como los ingredientes de nuestras comidas más apetecidas.

Permitan que la fantasía aborde sus mentes, déjense llevar dentro del río de la imaginación, caminen en estos minutos, sin ver sus relojes, sin

preocuparse por sus camionetas, sin estar en sus casas. Acompáñenme a ver la vida sin las cortinas de la frivoli-dad, y la vida nuestra, una minúscula muestra de la vida entera que late allá afuera.

Llegué a la entonces imponente Escuela de Medicina de la Univer-sidad Autónoma de San Luis Potosí como ustedes: azorado, temeroso, ignorante e ingenuo, quizá más. En Rioverde sólo había entonces tres casas ricas como las plantas que tenía este edificio. Así muchos migrantes ingresamos a la Escuela. Y los que ya la conocían, por lo menos de fuera, estaban enterados de la epopeya en cantera que estaba frente a sus ojos. La mayoría ignorábamos que la ambición nacionalista y potosina del Dr. José Miguel Torre López y del Arq. Francisco Cossío Lagarde se habían concretado en esta super-ficie: un edificio donde se enseñara el arte ciencia de la medicina, no sólo durante el siglo XX, sino que abar-cara también el XXI.

Llegué con frío, igual que otros, lo traíamos en la piel, pero hubo algu-nos a los que se les enfrió el corazón

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de imaginar la responsabilidad y difi-cultad de ingresar a este sitio. Todos éramos chiquillos, 18, 19 años eran el promedio de aquellos aventure-ros. Apenas aparecían en nuestros cerebros los estímulos propios o de algún familiar para estar en este sitio, queríamos huir muchos, y aún no sé por qué no lo hice yo.

Inmediatamente, como si eso no fuese suficiente, nos dividieron, a aquella masa de temor e indecisio-nes la hicieron convertirse en dos, y a partir de ahí, cuántas divisiones sufrimos en grupos, guardias, órdenes alfabéticos, calificaciones, preferen-cias de maestros, etc. Así lo ordenó la autoridad y así lo respetamos todos, sin objeciones, vamos, sin siquiera saber por qué, en ese paradigma nada se cuestionaba, todo se obedecía y así vivimos los seis años de esta estancia. Nos dividieron tantas veces que hasta nosotros mismos fuimos divididos en cuerpo, espíritu y alma. El cuerpo al servicio de la academia, el espíritu y el alma se nos borraron, en mi caso por muchos años, aunque los recuperé felizmente.

Entrenados para obedecer y soportar, inyectados en el afán de ser competitivos y exitosos, estimulados para ambicionar más y más. Así era el paradigma imperante, encuadrado en la agnosia. Palabras imposibles, conceptos memorizados, y un sinfín de información que, confiésenlo, sólo los superdotados y premiados por AH Robbins comprendían. El resto sólo vivíamos para atrapar en las redes del cerebro lo necesario para aprobar exámenes. Exhaustivos, capciosos, frecuentes. “Oye ¿cuáles son las alas del esfenoides, cuál es el arco branquial que origina la mandí-bula?” ¡Para mañana los tres capí-tulos primeros de la Anatomía! Así ordenaba aquel señor lejano de noso-tros. Había que leer, leer y leer: crip-togramas, hacer adivinanzas, intuicio-nes y percepciones en cerebros que anhelábamos aprender She loves you de los Beatles, bailar con la novia que se quedó esperándonos, cantar, reír, cabriolar y saciarnos, divertirnos. Ver TV si la señora de la casa de asistencia lo permitía, comer a nuestras horas, dejar de lado el intenso olor a formol que nos hizo odiar la carne tanto


En el orden en que se lee, es decir, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, en la primera fila los doctores: Javier Salazar Briones, Eduardo González

Solórzano, Ramón Eutiquio Azuara Valencia, Rafael de Jesús Padrón Rangel, Genaro Olvera Sarabia, José Guadalupe Velázquez Almazán, Jesús Rosillo

de León, Carlos Velázquez Hernández. En la segunda fila: Oliva Hernández Zamora, María del Pilar Martínez Navarro, Estela Zúñiga Zapata, María

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Esther Sepúlveda Saavedra, Beatriz Josefa Velásquez Castillo, Juan Pablo Castanedo de Alba (ellos dos, invitados de honor), Juana Inés Grimaldo Avilés, Guillermina Díaz de León Ramos, Sonia Elizabeth Maciel Bravo, Jaime Sánchez Salazar, Esteban Tapia Torres. En la tercera fila: Héctor Santiago Díliz Pérez,

Raymundo Corpus Aguilar, Gustavo Flores Olivares, Jorge Sánchez de la Barquera y Darío Martínez Carrizales.


tiempo.Otros añorábamos nuestro

clima y el saludo de la gente, la falta de competitividad lenta y bien inten-cionada, nuestro cielo, nuestra luna, nuestra casa. La juventud fue la dona-ción más costosa que ofrecimos en ese tiempo. Dicho con verdad, nadie nos había empujado a aquel calabozo. Fue nuestra elección, y, por qué no, nuestro empecinamiento quienes nos ingresaron, sólo que ignorantes e ilusos, nada sabíamos de los interme-dios, entre elegir ser médicos y serlo finalmente. Sólo algunos afortuna-dos, con parientes de esa profesión, habían vivido en carne propia aquel mundo. La mayoría nos movíamos como un oleaje que alguien impulsara y día a día se renovaba. Girábamos la cabeza buscando quién nos inspiró tal vocación.

Éramos frescos, desinteresados, intencionados por curar, por aliviar el dolor de nuestra gente. Éramos atre-vidos y tontos por cometer temerida-des rayanas en la yatrogenia, y éramos soberbios estudiantes de medicina, vestidos de blanco y rodeados de esa adherida aureola de autosuficiencia y

separación del resto de los universita-rios.

Y así como ocurrió la aparición de este apátrida inexplicablemente en San Luis Potosí, sucedió nuestra graduación. De pronto un día tenía-mos permiso universitario y social para manipular cuerpos y sentimien-tos, y nos vino la intensa soledad e incapacidad de unos jóvenes inma-duros inscritos en los mundos econó-mico y social del San Luis Potosí. Otros partieron a tierra ajena, y alen-tados por ellos y por nosotros mismos decidimos ser especialistas: “otra raya al tigre”, otra carrera más, como si la anterior no hubiera sido suficiente. Y pobre de aquel que no lo lograra, era similar a un minusválido intelectual, así es que la oleada prosiguió, hasta adonde pudimos llegar, exhaustos e ingratos.

Ya habíamos olvidado las tortas gratuitas de la Tía, la mesera de Don Cruz que socorrió a tanto indigente, la generosa dotación de cigarros, comida y compañía de María Esther Sepúl-veda Saavedra, el cuarto de estudios de Gerardo Pedroza. Ahora éramos los R1 a R4, similares a nuestros

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antecesores, y finalmente volvimos algunos al terruño, otros, inteligen-tes, partieron a otro lugar, y durante muchos, muchos años. Olvidamos que el enfermo es uno con nosotros, y que nuestro actuar no se concibe si no aliviamos su dolor o por lo menos acompañamos su agonía. La sociedad de consumo nos hizo también gloto-nes de cosas y enterramos la vocación de servicio. Año tras año, cambia-mos carro, nos hicimos de casas lujo-sas, abultamos las carteras, creamos demonios en nuestros hijos, nos enva-necimos de papeles en la pared del consultorio, y nos aliamos con otros que actuaban como nosotros en torres de marfil llamadas de mil maneras, pero alejadas de la humanidad.

Pero como dijo aquel apóstata, “lo que no te mata te fortalece,” y sobrevivimos. Nos hicimos médicos. Recobramos la compasión y la soli-daridad, a pesar y en contra de ejem-plos mil, pintados con cifras y cifras, creímos en los originales temerosos aspirantes. Volvimos a la medicina revestidos de arrugas y canas, pero también de dignidad. Y aquel viento que tantos años nos arañó la cara, lo

colocamos a la espalda y caminamos hacia el sufrimiento de los hombres, armados sólo con nuestras manos y cerebros, ahora ciertos de nuestra vocación. Somos médicos para noso-tros y los demás, nos atrevemos a mitigar dolores, esa fue nuestra heren-cia luego de tanto transcurrir. Con humildad reconocemos los límites, y con humildad nos decimos “si tu sanas, sano yo” ante el enfermo. Con esa misma humildad algunos hemos sufrido la mordida de la enfermedad o de la muerte, únicamente somos seres humanos como cualquiera.

Felicidades a todos porque todos estamos, no importa que la silla de La Borrega esté vacía, que Celia Viay esté sonriendo hacia nosotros desde allá, que Pucho juegue su básquet en un lugar invisible y que Irma nos mire. Felicidades y abrazos de carne y hueso a los presentes, esposos y descendientes, estamos felices de ser lo que quisimos ser, de lograr culmi-nar la epopeya y vivir el día a día con frescura olvidada.

Celebro con ustedes la buena intención de reunirnos. Aunque haya sido el alejado. Somos los que regre-


samos de intentar hacer el bien y lo logramos en la medida de nuestros recursos. Regresamos viejos y rejuve-necidos de aquel viaje que nos traza-mos. A todos les dejo la paz que haya en mi polvo y la escasa humedad que aún conserve mi alma. Mi gratitud hacia ustedes porque me hice y me hicieron, por el magnífico obsequio de su presencia.

Hecho por y para Johnny, el 27 de julio

del 2013.

Rafael Padro’n Rangel

conFeRencia del dR. RuY péRez tamaYo

¿Cómo debe ser el retiro del médico? ¿Hay una edad? ¿Hay

un momento correcto? ¿Cómo se prepara la jubilación? ¿Es esta una nueva ocupación del médico? Así inició la conferencia magistral que el patólogo e investigador Dr. Ruy Pérez Tamayo brindó a los miem-bros de la Sociedad Potosina de Estudios Médicos (SPEM) y a sus invitados. Reconoció que con el aumento de la esperanza de vida, la mayor longevidad de la vida profesional del médico lo enfrenta

a disyuntivas que antes no se le presentaban.

El galeno ubicado planea su retiro desde que empieza el ejer-cicio profesional, probablemente incluso, desde que es estudiante. En cualesquiera de las profesio-nes, y a cualquier edad, el retiro se planea, la vejez se proyecta.

El Dr. Hugo René Hinojosa Villarreal, Presidente de la Socie-dad, dio la bienvenida al Dr. Ruy Pérez Tamayo. Enmarcó su parti-cipación en el 62do aniversario de

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la SPEM. Expresó claramente que tal celebración es en sí un motivo grande y suficiente para sentir orgullo, una razón de peso para alegrarse en una tradición. Señaló textualmente: «Hoy nuestra profe-sión requiere de hombres y mujeres de calidad en todos los ámbitos, con una preparación integral, y al día del acontecer diario de los avances en la ciencia, la tecnología, la ética, y el humanismo, por esto agra-dezco su confianza. Estos dos años me han brindado la posibilidad de reconocer la riqueza de nuestra SPEM y la genialidad de cada uno de sus integrantes. Juntos hace-

mos nuestra parte en cada sesión para compartir, mejorar y superar los retos de la medicina actual y la grata convivencia fraternal.

Habló el Dr. Pérez Tamayo acerca de las limitaciones físicas que con la edad enfrenta el ciru-jano, de la pérdida de precisión en sus movimientos manuales, el atolondramiento de sus destrezas. ¿Cómo transitar por la vida de la plenitud de condiciones a la deca-dencia física? Éticamente el ciru-jano debe retirarse cuando pierda las destrezas que le permiten salvar vidas, llevar a cabo su trabajo de forma correcta. La decisión es suya, pero debe estar abierto, y ser tolerante al juicio de sus colegas. Debe estar vigilante de sus propios errores, de su pérdida de velocidad, de su pérdida de precisión. Con el aumento en la edad del cirujano aumenta también la cantidad de sus errores. Jubilarse es alegrarse, pero también es haber cumplido un cierto número de años de trabajo. De acuerdo a la Real Academia Española, cincuenta años de trabajo


son suficientes para llegar al jubileo, al derecho y al gozo del retiro.

¿El médico actual debe y puede retirarse? Porque el retiro es la clausura, el encierro, el salirse del ruido del mundo y reflexionar, pensar en uno mismo, concen-trarse en sí, meditar, ser en silencio. ¿Es así? ¿Puede efectivamente un médico vivir fuera del mundo? ¿Puede una mente entrenada en la ciencia desentenderse del universo que le rodea?

La medicina existe para preservar la salud, para curar, y si no se puede curar, aliviar, y siempre asistir al paciente y a sus

familiares. El médico es la ayuda educada que acompaña al enfermo si no puede sanarlo. Por otro lado, el médico debe evitar las muertes prematuras, y las muertes innece-sarias. Cuando deje de funcionar así, debe retirarse. Realmente, al dejar de funcionar así, dejó de ser un médico, y se convirtió en un hombre más. Tal vez un hombre sabio, pero ya incapaz de ejercer la medicina en plenitud.

No olvidemos que el objetivo central de la medicina es lograr que hombres y mujeres vivan jóve-nes y sanos toda su vida, y que al final mueran sin sufrimientos y con dignidad. La ética del médico es simple. Se centra en pocos puntos: estudiar continuamente, ser maestro, ser docente, ser doctor, ya que doctor viene de dócere, docente, docencia, enseñar, ense-ñante, maestro; aplicar el método científico siempre que sea posible, investigar, observar, fundamen-tar; y por último, el viejo adagio: manejar integralmente a los pacien-tes: sentado frente a nosotros, en

Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la Facultad de Medicina; Dr.

Ignacio Rodríguez Briones; Dr. Ruy Pérez Tamayo; Dr. Antonio Rodríguez Álvarez; Dr. Hugo René Hinojosa Villarreal; y Dr.

Manuel Rodríguez Martínez.

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el consultorio, tenemos un enfermo con sus nombres, apellidos, biogra-fía y familia; no sólo tenemos una enfermedad.

Asistieron además los doctores María Luisa Ramos Segura, Fran-cisco Javier Posadas, José Ascen-sión Báez Durán, Alejandro Javier Zermeño Guerra, y Octavio Casti-llero González en calidad de invi-tados especiales. La conferencia se brindó en el Auditorio de la Facul-tad de Medicina el tres de julio del año 2013. El maestro de ceremo-nias fue el Dr. José Antonio Ramos Medina, actual Secretario de la SPEM.

El Dr. Ruy Pérez Tamayo es miembro de El Colegio Nacional. Nació en Tampico, Tamps., el ocho de noviembre de 1924. Es médico cirujano por la UNAM, y patólogo por la Washington University de Saint Louis Missouri.

El Dr. Pérez Tamayo cuestionó la diferencia entre el retiro indivi-dual por propia voluntad, la pensión por enfermedad y la jubilación por

finalización del periodo laboral en una institución. Señaló que no existe una edad precisa, aludiendo que a sus 88 años de edad, continúa activo tanto en los medios académi-cos como en su vida personal. Enfa-tizó que el médico que no se actua-liza o no sigue los principios éticos de vivir para servir, es un médico inmoral. El médico debe de reti-rarse cuando haga consciente que sus facultades físicas e intelectuales ya no son la que corresponden a alguien que tiene que satisfacer las necesidades de salud de sus pacien-tes. Aclaró que no existe una edad definida y que cada médico debe valorar con un autoexamen cuándo tomar esta decisión.

La Dra. María Luisa Ramos Segura fue testigo de honor de la firma del Libro de

Visitantes Distinguidos.


noticias

Nuevo Jefe del Departamento de Cirugía

El 12 de agosto del 2013, el Drirec-tor de la Facultad de Medi-cina, Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, dio a conocer que en concor-dancia con las autorida-des del Hospital Central se designó como nuevo Jefe del Departamento de Cirugía al Dr. Camilo Anto-nio Martínez López. Inme-diatamente el Dr. Camilo Martínez designó al Dr. Francisco Alcocer Gouyonnet como Coordinador de Pregrado, al Dr. José Fernando Álva-rez-Tostado Fernández como Coordi-nador de Internos, y al Dr. David de Daniel Ésmer Sánchez como Coordi-nador de Posgrado.

El Dr. Camilo Martínez egresó de esta Facultad de

Medicina en el año de 1978. Hizo su residencia de especialidad en Ciru-gía General en el Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del ISSSTE

de 1981 a 1982. Y después las subespecialidades de

Neumología y Cirugía del Tórax de 1982 a 1984; y la de Cirugía Cardiovascular de 1984 a 1987. Fue Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovas-cular del Hospital Central de 1987 al 2002; Jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del 2009 al 2013. Es profesor de la Facultad desde 1989.

Examen de Admisión

El pasado sábado 6 de julio en el Centro Cultural Bicentenario, 1,411 aspirantes presentaron el Examen de

Admisión. Se seleccionaron los 145 mejores aspirantes para Medicina, y los mejores 30 a Ciencias Ambienta-

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Los componentes del Examen de Admisión llamados Examen Tradicional y Ceneval sucedieron en el Centro Cultural Bicentenario. Ahí estuvieron presentes el Dr. Carlos Adrián Jiménez

González, Secretario General de la Facultad; y el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la misma.

Durante el Examen de Admisión muchos estudiantes de esta Facultad suelen colaborar a su correcto desarrollo. Aparece junto a ellos el Director, Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra.


les y Salud. La Comisión de Admi-sión estuvo integrada por los docto-res Mario Alberto Espinoza del Río, Lorenzo Guevara Torres, Adriana Elizabeth Monsiváis Urenda, Igna-

cio Rodríguez Briones y Juan Carlos Toro Ortiz. La Coordinación corrió a cargo de la Dra. en C. Martha Euge-nia Santoyo Pérez.

Unidad de biología celular

Se concretó la adquisición de equipo, y la remodelación de un espacio de 92 m2 con el apoyo del Conacyt, de la UASLP, y fondos de la propia Facul-tad. El área de trabajo común a los investigadores del Departamento de Fisiología fue inaugurada por el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra la significativa fecha del 15 de febrero del 2013. Este evento fue seguido por un convivio con los miembros del Departamento.

El área de trabajo común estará dedicada al cultivo de células, al aisla-miento de proteínas, y a la medición de distintas luminiscencias y fluorescen-cias. El equipo con el que se cuenta es el siguiente: microscopio invertido Nikon TS-100 con contraste de fases, campana de flujo laminar, incubadora para el cultivo de células, ultracongela-dor, centrífuga refrigerada Eppendorf 5810 R, luminómetro Glomax, lector de fluorescencia y refrigerador de

Dr. Ricardo Espinosa Tanguma, Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, y Dra. en C. Gloria Patricia Pérez Cornejo en el momento de la inauguración del área de trabajo en común del Departamento de Fisiología

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puertas de cristal corredizas.

Presidenta de la Sociedad de Alumnos

La Srta. María Fernanda Castillo Martínez, Jefa de Grupo del Cuarto Año de la licenciatura de Médico Cirujano, resultó electa Presidenta de la Sociedad de Alumnos en una reunión que con este fin se desarrolló en la Sala de Juntas de la Dirección de la Facultad el 21 de agosto del 2013 a las 11:00 horas. Asistieron los Jefes de Grupo. Por el Primer Año la Srta. Paulina Díaz de León Alvarado, por Segundo Año el Sr. Gustavo Alfredo Castro Díaz, por el Tercer Año el Sr. César Antolín Ibarra Ramírez, quien resultó electo Vicepresidente, y por el Quinto Año la Srta. Sibell Sarhej Nava García. La elección se realizó sólo entre los estudiantes, pero al final, el

Secretario General de la Facultad, el Dr. Carlos Adrián Jiménez González, fue notificado del resultado. La elec-ción se realiza siempre que el puesto está vacante, y se elige entre alguno de los Jefes de Grupo.

Nombramiento al Dr. Mauricio Pierdant

El pasado 27 de abril del 2013, el Dr. Mauricio Pierdant Pérez resultó electo Editor y Titular del Comité de Inves-tigación de la Confederación Nacional

de Pediatría de México, A. C. para el bienio 2013-2014. Al día siguiente le fue turnada al Dr. Pierdant la misiva donde se le hacía de su conocimiento


tal distinción.

Nuevo proyecto de la Dra. Jiménez

La maestra Margarita Irene Calleja y Quevedo informó a la Dra. María Esther Jiménez Cataño que el Fondo Sectorial de Investigación en Salud y Seguridad Social decidió otorgar el apoyo a su proyecto que se propone como objetivo la búsqueda de agre-gados de proteínas Tau, sinucleína, y

Las Doctoras en Ciencias Martha Eugenia Santoyo Pérez y María Esther Jiménez Cataño; el Dr. Ildefonso Rodríguez Leyva; y la QFB Érika Chi Ahumada.

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TDP-43 en la piel de pacientes con enfermedades neurodegenerativas.

Calidad y seguridad en el paciente

El pasado mes de abril del 2013, los doctores Abraham Torres Montes y Luis Meave Gutiérrez Mendoza asis-tieron al lanzamiento mundial de la Guía Curricular sobre la Seguridad del Paciente. El evento, que tuvo como sede a la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, fue convocado por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud. Estable-cieron un amistoso contacto con Sir Liam Donaldson, Director del Área de Seguridad del Paciente, de la Orga-nización Mundial de la Salud, y Jefe de Políticas de Salud del Imperial College of London; y con la Dra. Agnes Leot-sakos, encargada del Programa Curri-cular de la OMS; y con el maestro Pedro Delgado, del Institute of Heal-thcare Improvement de los Estados Unidos. Los tres mostraron gran inte-rés en la estructura de las actividades

que nuestra Facultad realiza en la asig-natura de Salud Pública. Al término del evento, ambos profesores firma-ron el compromiso de adhesión a la Guía y fueron invitados a una reunión privada en el Rectorado de la Univer-sidad del Salvador.

Los doctores Abraham Torres Montes, Liam Donaldson, y Luis Meave Gutiérrez

Mendoza en la Universidad del Salvador de Buenos Aires, Argentina.


Libro de Histología

El Dr. Julio Sepúlveda Saavedra, egresado de esta Facultad, y hoy Jefe

del Departamento de Histología de la Facultad de Medicina de la Univer-sidad Autónoma de Nuevo León, prepara la nueva edición de su Texto Atlas de Histología. El libro es editado desde hace algunos años por McGraw Hill. En él participan el Dr. Fran-cisco Jesús Escalante Padrón y la Dra. en C. Martha Eugenia Santoyo Pérez, ambos profesores de esta Facultad. La Dra. Santoyo efectuó su Maestría en Morfología bajo la tutela del Dr. Sepúlveda Saavedra. El Dr. Esca-lante Padrón es pediatra neonatólogo y Subdirector Médico del Hospital Central en el turno nocturno.

Viaje a Chicago

Las autoridades de la University of Illinois at Urbana-Champaign invi-taron a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí al simposio sobre la obesidad y el síndrome metabólico en mexicanos e hispanos viviendo en los Estados Unidos que se llevó a cabo en la Biblioteca de la Universidad de Illi-

nois. El Rector de la UASLP, el M. en Arq. Manuel Fermín Villar Rubio refrendó los convenios de colabora-ción ya existentes con aquella univer-sidad. En el simposio participaron la Dra. Celia Aradillas García y el Dr. Omar Sánchez-Armass Capello quienes presentaron trabajos orales

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y pósters. Asistieron también, el Dr. Jorge Fernando Toro Vázquez, Secre-tario de Investigación y Posgrado; el Dr. Hugo Ricardo Navarro Contreras, Coordinador General del CIACYT de la Universidad; el Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de

la Facultad de Medicina; el Dr. Carlos Adrián Jiménez González, Secretario General de la Facultad.

En la inauguración del evento el Rector del campus Champaign, de la Universidad de Illinois, el Sr. Robert Easter, dio la bienvenida. En repre-

Dra. Elvira DeMejía, investigadora de la Universidad de Illinois; Dr. Hugo Ricardo Navarro Contreras, Coordinador General del CIACYT de la UASLP; Dr. Jorge Fernando Toro Vázquez, Secretario de Investigación y Posgrado; Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la

Facultad de Medicina; Dr. Carlos Adrián Jiménez González, Secretario General de la Facultad; Dr. Prasanta Kalita, investigador de la Universidad de Illinois; M. en Arq. Manuel Fermín

Villar Rubio, Rector de la UASLP, y Dr. Neil Merchen, Jefe de Investigación de la Universidad de Illinois.


sentación de la UASLP hizo uso de la palabra el Dr. Toro. Presentó a los funcionarios y agradeció la invitación. Algunos investigadores de aquella Universidad ya han estado presentes en la UASLP, incluyendo algunos estudiantes de posgrado.

El Dr. Zermeño se entrevistó con el Dr. Alex Winter-Nelson, Director de la Oficina de Programas Internacionales de la Universidad de Illinois. Conoció el Laboratorio de

Biología Genómica de la Dra. Jennifer Quirk. Tuvo una reunión de trabajo con el Dr. Uretz Oliphant, Director Interino del Colegio de Medicina y con el Dr. James Hall, Jefe del Servi-cio de Microbiología. Intercambió opiniones con los investigadores Dr. James Slauch, Dr. Prasanta Kalita y Dra. Elvira DeMejia. En las áreas clínicas intercambió impresiones con los doctores Robert Palinkas, Tanya Gallagher, Kenneth Watkin, y Arthur Kramer.

El Dr. Zermeño resaltó el deseo de que nos fortalezcan con su expe-riencia en programas como Salud Pública y Medicina Preventiva. Así mismo, consideró útil la rotación de profesores para familiarizarse con su tecnología. Consideró enrique-cedor el hecho de que, en un futuro próximo, las clases de esta Facultad pudieran ser bilingües.

El Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, M. en Arq. Manuel Fermín Villar Rubio, y el Rector de la Universidad

de Illinois, Sr. Robert Easter, en sesión de trabajo en Urbana, Illinois, cerca de

Chicago.

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Día de la Universidad

El 27 de septiembre se celebró el baile conmemorativo del Día de la Universidad. Estuvo presente el M. en Arq. Manuel Villar Rubio, Rector de la Universidad y su señora esposa,

la Maestra Gladis Farías de Villar. Entre la concurrencia asistió la Dra. María Luisa Ramos Segura, Primera Dama del Estado.

Dr. Carlos Adrián Jiménez González, Secretario General de la Facultad de

Medicina; Dra. María Luisa Ramos Segura, Presidenta del Sistema para el Desarrollo

Integral de la Familia del Estado de San Luis Potosí y egresada de la Facultad de Medicina

de nuestra Universidad; Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la

Facultad de Medicina.

Dr. Jorge Fernando Toro Vázquez, Secretario de Investigación y Posgrado de la UASLP; Dra. Martha Eugenia Santoyo Pérez; Dr. Octavio Castillero González,

Director del Hospital Central; Dr. Alejandro Javier Zermeño Guerra, Director de la Facultad de Medicina; Dra. Patricia

Arce de Zermeño; y Dra. Elsa Ofelia Martínez Puente, Secretaria Escolar de la

Facultad de Medicina.


Carta al editor

Ratifico nuevamente los mensajes que le dejé con su secretaria: Le felicito por la dinámica que se le ha dado a tan importante Boletín del cual usted es dignamente Editor responsable.

Manifesté que en el currículo del Dr. Pablo Martínez Loyola, quien entre parén-tesis fue maestro de mi madre, mi hermana mayor y de un servidor, durante nuestro paso como estudiantes en la hoy Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, debería aparecer que también fue Director del Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto.”

En la página 58 del Boletín de enero-marzo del 2013, bajo el encabezado Un comité más, se menciona que el siete de febrero del 2013 se constituyó el Comité Interinstitu-cional de Investigación en San Luis Potosí con la presencia de autoridades de nuestra Universidad y de la Secretaría de Salud. Debo señalar que ésta fue una reunión de trabajo y al mismo tiempo la presentación de los integrantes de dicho Comité, que afortu-nadamente involucra a diferentes instituciones de nuestro Estado. Señalo que hasta el momento ha sido bastante satisfactoria la respuesta obtenida por parte de los diferentes sectores que han participado en nuestros Foros de Investigación. A la fecha se han reali-zado siete reuniones anuales de esta índole. La fecha oficial de constitución del Comité fue en septiembre del 2006. Se menciona a la “Beneficencia Española” como integrante del comité. Lo correcto es “Beneficencia Pública”. El nombre completo es Administra-ción del Patrimonio de la Beneficencia Pública del Estado, y de la cual me honro ser el Titular.

Dr. Armando Rentería Cárdenas

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se publicó en el boletín

Hace 25 años

• Inicia su periodo al frente de la Dirección el Dr. José Luis Leiva Garza.

• Se jubilan los doctores José Rosillo Pacheco y Jorge Odilón Carrillo Miranda.

Hace 50 años

• Pierde la vida en un accidente automovi-lístico la Srta. María Marcia Chávez Candia, estudiante del tercer año de la carrera de Medicina.

• Visita esta Escuela el Dr. Thomas C. Hunt, Presidente de la Organización Mundial de Gastroenterología, del Hospiatl Saint Mary, de Londres.

• La Dra. Beatriz Velásquez renuncia a su plaza docente para ir a hacer una espe-cialidad clínica a Estados Unidos. Su sitio vacante es ocupado por la Dra. Amparo Leal de Carrera.

• Egresa la generación de Médicos de ese año. El número de egresados es de siete personas.

• Se informa que presentaron Examen de Admisión 99 aspirantes, de los que se selec-cionaron 70 para su inscripción a primer año. Se sumarán a 40 recursadores.

• Se elige el Consejo Técnico Consul-tivo del periodo 1963 - 1967. Ellos son los doctores Gustavo Flores Cuéllar, Olegario Galarza, José de Jesús Macías Mendoza y Camilo Apess.

• Se ofrece un curso intensivo sobre palu-dismo. El curso, de ocho horas diarias, durará cinco días.

• Se funda la Sociedad de Graduados de la Escuela de Medicina de San Luis Potosí con la iniciativa de los doctores Luis Fernando Rangel y José Miguel Torre.


El Boletín Informativo de la Facultad de Medicina es una publicación trimestral de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el cual es editado por la propia Facultad e impreso en la Editorial Universitaria Potosina. Sus objetivos primordiales son los de informar y difundir los hechos de interés general que suceden dentro de la institución, o en la vida académica de sus profesores. Publica también textos relacionados con la historia médica potosina y con la enseñanza de la medicina. Su distribución es gratuita. Las suscripciones se reciben en el teléfono (444) 8.26.23.45, ext. 6653. La correspondencia deberá de enviarse a:

Facultad de Medicina de la UASLP Oficina Editorial Av. V. Carranza 2405 San Luis Potosí, SLP 78210 México

La historia de la Facultad

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ISSN-0188-9680. 56 Num. 3.pdf · En su discurso, la titular de la Secretaría de Salud Federal, doctora Mercedes Juan López, elogió la cali-dad que ha demostrado la Facultad de