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© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II
ISSN 2171‐6285
segobricensis Publicación de la Catedral de Segorbe
VOLUMEN II
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 4
ISSN 2171‐6285
Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe, es una revista electrónica consultable en la web oficial de la Catedral, medio de divulgación de los trabajos de investigación y documentación que se llevan a cabo sobre la institución catedralicia.
Es una publicación abierta a cualquier persona que desee aportar sus trabajos relacionados con la temática de la revista y pretende convertirse en referencia bibliográfica de estudios de la institución.
La propiedad intelectual de los artículos pertenece a los autores y los derechos de edición y publicación a la revista. Tratándose de una edición electrónica que se quiere abierta y dinámica, los artículos pueden ser modificados o revisados por sus autores, lo que si ocurriere se hará constar en la versión consultable en red indicando nueva fecha de edición. En su caso, se conservará la versión anterior del artículo en un volumen específico de la revista denominado “histórico”.
AÑO DE CREACIÓN DE LA REVISTA: 2009
Equipo editorial Director: Magín Arroyas Serrano Redacción: Vicente Martínez Molés, David Montolío Torán, Rafael Simón Abad Consejo Asesor: Helios Borja Cortijo, José Climent Barber, Francisco Gimeno Blay, Joan Mateu Bellés, Pedro Saborit Badenes
Acceso:
http://www.catedraldesegorbe.es/segobricensis_publicacion.php
Referencia bibliográfica:
Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe, ISSN 2171‐6285, ...
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 5
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Sumario: La Sagrada Familia en Egipto: Una nueva obra del pintor segorbino José Camarón Bonanat. Dr. David Montolío Torán, conservador del Museo Catedralicio Edición: 21/03/2016
Un contrato de afirmación en el Segorbe del siglo XIV recogido en el texto de un pergamino de origen catedralicio Helios Borja Cortijo, doctor en Historia por la Universitat de València Edición: 19/04/2016
El Museo cataloga: El hallazgo del cuadro de la Divina Pastora Dr. David Montolío Torán, conservador del Museo Catedralicio Edición: 31/05/2016
El magisterio de Vicente Olmos Claver en la capilla de música de la Catedral de Segorbe Ángel Marzal Raga, Doctor en Musicología por la Universitat de València Edición: 16/08/2016
La colaboración de Aguilar y Serrat, obispo de Segorbe, en el diccionario de ciencias eclesiásticas de Perujo y Angulo (1889) Magín Arroyas Serrano, Archivo de la Catedral de Segorbe Edición: 22/12/2016 El Museo cataloga: El cáliz mayor de la Seo de Segorbe. Una obra del mecenazgo del obispo Bartolomé Martí (1474‐1498) Dr. David Montolío Torán, conservador del Museo Catedralicio Edición: 19/03/2017
El Archivo documenta: Catalogación de la obra de Sebastián Durón (1670‐1716) en el fondo musical catedralicio
Magín Arroyas Serrano, archivero; Vicente Martínez Molés, musicólogo. Grupo Documentación Musical ACS
Edición: 12/12/2017
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Apostilla del Archivo: Heredando bienes de Francisco del Vayo, racionero de Jérica
Magín Arroyas Serrano, Archivo de la Catedral de Segorbe Edición: 10/05/2018
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Icona de Cristo, Antoniazzo Romano Museo Catedralicio de Segorbe.
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José Camarón Bonanat (Segorbe, 1731‐1803) es, sin duda, uno de los grandes pintores de la escuela valenciana y española de tiempos del neoclasicismo. Además, junto a Luis Planes y Vergara, es el que alcanzó a tener un estilo más personal y reconocible dentro de los maestros de la escuela valenciana, muy influenciado por Mariano Salvador Maella (1739‐1819) y por la enorme figura de Francisco de Goya (1746‐1828). Ni que decir cabe de su gran impronta en pintores levantinos de su tiempo, muchos de ellos formados bajo su maestrazgo en las aulas de la escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, como Vicente López, Luis Planes hijo y Joaquín Oliet.
Miembro de una familia de grandes artistas que asientan sus raíces, al menos, en el seiscientos, con su bisabuelo Pedro (doc. 1658), su abuelo José y su padre Nicolás Camarón (ca. 1691‐1767), procedentes de Huesca y dedicados a la escultura, y su tío Eliseo Bonanat a la miniatura, fue en ese entorno donde comenzó su primera formación, primero en su Segorbe natal, donde se ha venido apuntando su discipulado del pintor‐fraile Miguel Posadas, para marchar posteriormente a Valencia, vinculado a la primitiva academia de Santa Bárbara, donde fue profesor de la sección de pintura. Nombrado académico de mérito de San Fernando de Madrid en 1762 y uno de los fundadores de la Real Academia de San Carlos de Valencia en 1768, donde fue director de pintura en 1790 y, posteriormente, director general desde 1796 a 1801. Sus hijos José Juan y Manuel, principalmente, además de Manuela, Eliseo y Rafael, mucho menos conocidos, se dedicaron al arte. Un arte que continuó su saga a través de José Juan, establecido en Madrid, con su hijo Vicente, pintor, su nieto Fernando, escultor, y ya en el siglo XX con Elena Camarón, también pintora.
En especial su figura artística siempre se distinguió por un tratamiento colorístico especialmente suyo, figuraciones esmeradas y unas cuidadas composiciones que siempre le acercaron más al barroco, según autores rococó, que al propio academicismo en el que militaba, cultivando con extraordinario primor el paisaje y las escenas de costumbrismo popular, géneros en que fue un reconocido maestro.
De su oficio, minuciosidad y gusto por el detalle hablan sus dibujos, muchos destinados a la confección de grabados y láminas para ilustraciones. Su trazo especial con la pluma se hizo reconocido por el espléndido modelado que aplicaba a sus figuraciones, hasta tal punto que sus procederes acabarían creando verdadera escuela, no sólo entre su alumnado, sino como cuidado proceso previo para escultores y grabadores, aportando con su estilo detalles de grandísima
La Sagrada Familia en Egipto: Una nueva obra del pintor segorbino José Camarón Bonanat
Dr. David Montolío Torán, Conservador del Museo Catedralicio Edición: 21/03/2016
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elegancia. La belleza que todas sus variadas temáticas tratadas ofrecen, a su vez, el gran dominio de toda técnica,‐lápiz, pluma, tinta china o sepia o pincel‐, se ven rebasadas, sobre todo, por el virtuoso tratamiento del bistre o laca parda, aplicado magistralmente al modo de acuarela, a la aguada. Es característica su personalísima técnica, casi de punteado de un ritmo preimpresionista. No obstante, fue de su pincel de donde salieron las más bellas interpretaciones sacras de su tiempo, diseminadas por conventos e iglesias del entorno valenciano y foráneo.
El lienzo de Camarón, de pequeño formato (39,8 x 27,5 cm), trata la escena de la Sagrada Familia con san Juan Bautista niño, su madre Santa Isabel, y su esposo, el sacerdote Zacarías,‐descendiente del sumo sacerdote Aarón, hermano de Moisés‐, cuya historia está contada en el primer capítulo del Evangelio de San Lucas (Lc 1, 5‐20). La obra trata un encuentro imaginario de ambas familias parientes en Egipto, en las que ambos
primos se encuentran en primer término, acompañados de sus santas madres, conformando una hermosa composición piramidal, con el bastón del santo del desierto a los pies, siguiendo la diagonal del río diagonal. Ambos niños prefiguran, en sus vestimentas, su futuro destino, apareciendo Jesús desnudo, con el paño de pureza de la pasión, y Juan ataviado con piel de camello y sandalias, refiriendo a su futura vida anacoreta en el desierto. Por detrás de las santas mujeres se representan San Zacarías, sentado tras María, ceñido con ropas litúrgicas y apoyado en su bastón, y San José, de la estirpe de David, de pie con la vara florida en las manos, reclinado en actitud protectora sobre el grupo.
En ella el pintor, alejándose de los modelos más comunes en este tipo de representaciones, da rienda suelta a su imaginación,‐pues el relato de la huída a Egipto apenas tiene un par de `líneas en el Evangelio de Mateo (Mt 2, 13‐15), aunque está muy presente en los apócrifos y la leyenda dorada‐, ambientando la escena de la visita de la prima de la Virgen y su familia en un exterior paisajístico idealizado del país del Nilo, con un primer plano inmediato, enmarcado por la palmera y el bloque de piedra sobre el que se apoya José, donde se ubican los personajes sagrados, y un hermoso fondo natural bosquejado de árboles y palmerales, con el río Nilo serpenteando centrando la composición con diversas construcciones, como una pirámide,‐similar
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a las conservadas al fresco en la cámara del órgano de la Catedral de Segorbe‐, una construcción de planta circular a modo de anfiteatro y edificaciones fluviales que parecen representar un muelle. Un recurso que el autor, de una manera más recargada, emplearía en obras como “La milagrosa llegada de la Madonna di Trapani al monasterio de la Santísima Annunziata”, de la antigua iglesia de San Andrés de Valencia, de hacia 1755‐1765.
El pintor emplea en la ejecución de este lienzo una pincelada suelta y abocetada, muy rica en matices y muy propia de sus primeros tiempos como artista, presente en obras como “La predicación de San Francisco Javier” de la ermita del santo en Soneja (Castellón), con un estudio minucioso y preciosista en los ropajes y una dulzura exquisita en la plasmación figurativa tan característica de los trabajos del autor. Una técnica peculiar que, junto con las características genera‐les planteadas de la presente pieza, la sitúan inevitablemente en su
primera etapa productiva y en una de sus primeras realizaciones, todavía muy ligado a Segorbe, hacia finales de los años cincuenta o principios de los sesenta.
Durante su trayectoria artística mostró tener un gran aprecio, dentro del terreno sacro, por la plasmación de la vida del patriarca San José, como lo delatan muchos de sus trabajos y su intervención ilustradora en la publicación: “Vida gráfica, excelencias y muerte del glorioso Patriarca y Esposo de Nª Señora, San José”, en esta portada y 24 dibujos originales de José Camarón, realizadas en Valencia que sirvieron para ilustrar el poema sobre San José de don José Valdivieso en 1774”, actualmente conservado, por compra, en la Biblioteca Valenciana. También el dibujo suyo conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid sigue los parámetros aplicados por el artista para la imagen de San José, al igual que el lienzo del Museo de la Catedral de Valencia o el de San José y San Pedro de la Iglesia parroquial de Benicàssim.
San José. Dibujo a la aguada Museo Nacional del Romanticismo
San José. Óleo sobre lienzo. Catedral de Valencia.
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Asimismo, cabe decir que la plasmación del santo en la pieza de nuestro autor, como en la presente, bebe directamente en obras de modelos clasicistas romanos, como del boloñés Guido Reni (1575‐1642), sobre todo en el modelo y elección de los ropajes, dulcificando Camarón los rasgos de ancianidad y presentando un modelo rejuvenecido y amable. Como temática, la obra es un nuevo planteamiento que, herencia de clásicos como Rafael Sanzio (1483‐1520) o Miguel Ángel (1475‐1564) entre otros muchos, de un tema predilecto en el clasicismo francés e italiano, plasmado por autores como Peter Paul Rubens como cerramiento del tríptico de San Ildefonso (1630‐1632), conservado en el Kunsthistorisches Museum de Viena, Simón Vouet (1590‐1649) o Nicolás Poussin (ca. 1640), en obras como la del Paul Getty de Malibú o en el Museo del Hermitage, entre otras.
Conservada actualmente en colección particular y expertizada y atribuida a la mano del pintor segorbino desde el Museo Catedralicio de la ciudad de Segorbe y restaurada por Irene Rodríguez Abad, bien podría tratarse del lienzo con la Sagrada Familia citada por el
barón de Alcalalí y que se conservaba a principios del siglo XIX en la colección Rogelio Laffaya, de Segorbe. Aun tratándose de una escena religiosa, la gracia y cotidianeidad con que el autor plasma la escena y la belleza de los fondos paisajísticos, bien podría ser considerada como una de las primeras realizaciones de pintura de género de la obra de la mano de José Camarón. A primera vista, no parece boceto de ninguna obra suya conocida o conservada de grandes dimensiones, por lo que podríamos estar ante una “interpretación sentimental” sobre el tema, expresión muy utilizada por Rodríguez Culebras para tildar ciertos trabajos de Camarón, que obedecería a algún encargo de devoción particular.
Sagrada Familia. P. P. Rubens. Óleo sobre lienzo. Catedral de Valencia.
Sagrada Familia. N. Poussin. Óleo sobre lienzo. Paul Getty, Malibú
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BIBLIOGRAFÍA ‐ALCAHALÍ, B. de, Diccionario biográfico de Artistas Valencianos, Valencia, 1897. ‐RODRÍGUEZ CULEBRAS, R., José Camarón Boronat, 1731‐1803: Ein valenzianischer Maler zur Zeit Goyas, Múnich, Dissertations und Fotodruk, 1968. ‐RODRÍGUEZ CULEBRAS, R., Paisajes y escenas de género en la obra del pintor José Camarón, Castellón, 1975. ‐Painting in Spain in the Age of Enlightenment. Goya and his Contemporaries, cat. exp., ‐Indianápolis, Indianapolis Museum of Art y Nueva York, Spanish Institute, 1997, pp. 264‐265. ‐ORELLANA, M. A. de, Biografía pictórica valentina o vida de los pintores, arquitectos, escultores y grabadores valencianos, Valencia, Librerías París‐Valencia, 1995, pp. 408‐415. ‐ESPINÓS DÍAZ, A., «Dos lienzos de José Camarón y Boronat en el Museo del Prado», Boletín del Museo del Prado, vol. III, n.º 9, Madrid, 1982. ‐ESPINÓS DÍAZ, A., José Camarón Bonanat 1731‐1803, Castellón, Generalitat valenciana, 2005. Catálogo de exposición. ‐SALAS, X. de, «Unas obras del pintor Paret y Alcázar y otras de José Camarón», Archivo Español de Arte, n.º cxxxv, Madrid, 1961, pp. 253‐269. ‐CARRETE PARRONDO, J. et al., «El grabado en el siglo XVIII. Triunfo de la estampa ilustrada», El grabado en España. Siglos XV‐XVIII, «Summa Artis», Madrid, Espasa Calpe, 1987, t. XXXI, pp. 395‐439.
Sagrada Familia. José Camarón. Colección particular.
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Un contrato de afirmación en el Segorbe del siglo XIV recogido en el texto de un pergamino de origen catedralicio
Helios Borja Cortijo, Doctor en Historia por la Universitat de València
Edición: 19/04/2016
… pusguesssen affermar los fadrins appellats garduixos havents o no havents pare o mare …
(Manual de Consells de Valencia)
Podríamos definir el contrato de afirmación o afermament como el acto legal mediante el cual un niño o adolescente pobre, huérfano o no, es colocado en un taller o casa ajena para que aprenda un oficio con una serie de obligaciones contractuales por ambas partes. Dos son los siglos de los que tenemos estudios sobre los contratos de afirmación en el Alto Palancia. Cronológicamente, el primero en aparecer lo fue en 1995 de la mano de Elena Martín Soriano, centrado en el siglo XVII; el segundo, en un marco temporal más próximo al presente trabajo, en 1997 de la mano de Joaquim Aparici Martí, referido al siglo XV.
Esta preocupación por los menores desasistidos fue común entre los gobernantes del Medievo, a la que dieron respuesta de diversas maneras, desde la Iglesia y desde los poderes públicos a través de las parroquias, los hospitales, las cofradías, los municipios. En este último caso, la monarquía motivó la creación del cargo municipal del Padre de Huérfanos, siendo pionera la ciudad de Valencia. Desde esta ciudad se extendió rápidamente a otros lugares como vemos en Cagliari o Zaragoza. En el Alto Palancia los ejemplos más antiguos pertenecían hasta ahora a principios del siglo XV, caso de Joan de Mallorques en Jérica que se fecha en 1407.
El Archivo del Reino de Valencia custodia un pergamino, con el contenido del testamento realizado por el segorbino Ferrant Ximénez, de fecha 23 de abril de 1367, cuya procedencia tiene su origen en los fondos de la catedral de Segorbe pues incluye mandas pías y disposiciones que afectan a la institución catedralicia. En una de las cláusulas del citado documento leemos lo siguiente:
Item, regonozco que Piedrullo, moço mío, qui está ad present con mí por hun anyo por cient soldes reales de Valençia, el qual anyo se cumple el primero día del mes de agosto et en mudados en aprés los días que ha faleçido por no sanidat, los quales trobarán en mi libro scriptos de mi mano, en mu dados aquellos aprés del dito primer día del dito mes d’agosto, quiero et mando que le sean paga dos todos los ditos cient soldes, tomando en conto las pagas por mi ffechas al dito Piedrullo de los ditos cient soldes, los quales trobarán en el dito libro mío, en los ditos cient soldes. Et part esto, si cumple el dito tiempo el dito Piedrullo, quiero et mando que le sean dados el mantón viejo et la co tardía (especie de jubón forrado) míos de camellem.
Ferrant Ximénez pertenece a la oligarquía urbana, linaje vinculado al gobierno municipal al menos desde 1356, ejemplo de persona alfabetizado a modo de necesidad para dirigir mejor sus negocios tal como anotaban para dejar constancia de ello: “en mi libro scriptos de mi mano”. En una posición
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socioeconómica y política así, no es nada extraño que sea receptor de un joven afirmado, Piedrullo, del que deducimos que tal vínculo daría comienzo el 1 de agosto de 1366 por tiempo de un año, al que habrá que añadir a partir de cumplirse el plazo los días no trabajados por enfermedad, ”por no sanidat”. Cumplidas las obligaciones, recibirá la soldada, 100 sueldos, y ropa, ”el mantón viejo et la cotardía míos de camellem”.
Esta cláusula es interesante por varios motivos. Por un lado, recoge una costumbre que a la vez es una disposición foral, la entrega de ropa, pero “sólo en casos muy puntuales perciben alguna cantidad en metálico o herramientas del oficio, si bien los casos que he documentado cobrando la remuneración monetaria son siempre por un período de tiempo muy breve, un año, y generalmente para aprender el oficio de labrador”. El autor de estas líneas, Aparici Martí, especializado en este tipo de contratos, confiesa la rareza de ambas circunstancias, ropa y dinero, caso que se da con Piedrullo. Respecto a qué tareas desempeñaría el mozo en casa de Ximénez es imposible saberlo con esta información. Pudo ser tareas agrícolas, ya que Ximénez formaba parte de la llamada burguesía verde, capa urbana acomodada que es latifundista. Pero, insistimos, no podemos asegurarlo.
Por otro lado, tenemos la fecha, 1366, como una aportación interesante. De la bibliografía por nosotros consultada en tierras castellonenses es la más antigua (Vila‐real, 1376) y si la comparamos con las señaladas por Rubio Vela para el Hospital de En Clapers de Valencia, 1374‐75, es algo anterior. No obstante, recordemos que la creación de la figura del Padre de Huérfanos en 1338 va unida a la realización de estos contratos.
Ello nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿existió un Padre de Huérfanos en Segorbe? Este cargo municipal ha sido estudiado desde hace tiempo, siendo pionero para el caso valenciano Fernando de Rojas García. En el caso altopalantino no se ha planteado la cuestión, quizás porque no hace falta. El privilegio real de 1338 que instaura en la ciudad de Valencia esta figura va dirigida al justicia civil para que asigne “curatores idonei”, y esto fue imitado en muchas otras poblaciones, pero puede darse el caso que en algunos municipios el justicia no delegase esta función y fuese él mismo quien la realizara.
Esto parece ser que es lo que ocurrió en Segorbe, por dos motivos. Una, que el Archivo Municipal custodia abundante documentación desde fines del siglo XIV y no aparece esta figura. Otra, porque cuando aparecen afirmaciones, el responsable municipal es el justicia: en 1426 ante el justicia segorbino comparece el peletero Joan Crespo, exponiendo que Antonico de Gúdar estaba afirmado en su casa para aprender el oficio por un tiempo de siete años a contar desde abril de 1422, pero ha huido, por lo que solicita su búsqueda y regreso; en 1430, ante el justicia comparece María Manyes, viuda desde hace ocho meses, con “tres criatures a los que no’ls puxa alimentar”; en 1451 la afirmada Violant en casa de Bertomeu Roselló está mal atendida y su procurador lo denuncia al justicia, “attenent e considerant com la dita na Violant stiga a offici de texidora e per aprendre aquell e no haia de que’s puxa alimentar ne sostener, com aprenent lo dit offici no guanye res”; en 1506 el lugarteniente del justicia “acomanàs Joannot Vean, fill de Jaume Vean, ab Anthon Vean, laurador de Sogorb, que tingua affermat per hun any lo dit pubil”, pero el chico huye al otro día, aunque el oficial municipal, de acuerdo con la madre del huído, “mana cancellar lo dit affermament”. Queda bien claro con estos ejemplos que la responsabilidad de la afirmación en el Segorbe del XV es del justicia, quien delega en ocasiones en su lugarteniente. ¿Puede retrotraerse al siglo XIV? Con un solo caso, y conocido de manera indirecta, no debe aventurarse ninguna aseveración, ni en un sentido ni en otro, aunque resulta difícil que existiera este cargo específico en el XIV y desapareciese a la centuria siguiente.
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En todo caso, la información que nos ofrece el documento del testamento vale la pena destacarse por cuanto, como hemos dicho, es la referencia más antigua hasta la fecha que nos sitúa ante el hecho del contrato de afirmación en la localidad.
ANEXO DOCUMENTAL 1367, abril 23. Segorbe. Testamento del ciudadano Ferrant Ximénez, otorgado ante el notario Bartolomé d’Estella. ARV, Pergaminos Segorbe, 130
Quoniam nullo intaren? positus mortem evade non posset id cirquo. Sea conocida cossa a todos homnes como yo, don Fferrant Ximénez, ciudadano de la ciudat de Sogorbe, jaciendo enffermo et de greu malancia detenido en mi cuerpo, de la qual morir temo, temiendo las penas del infierno et cobdiciando venir a la gloria celestial de paraíso, la qual todo fiel cristiano desea, estando empero en mi buen seso et enterga memoria, fago et hordeno aquesti mi testament, en el qual eslío et pongo manimsores (sic) et exsecudores d’aquesti mi testament, es a saber, a Pere d’Anyort, primo mío, et a Remón Martínez de l’Ort, ya sean absens asín como si fuesen presents, et Jayme Medina, hierno mío, et a Bartholomé d’Estella, notario, et a Fernandillo Ximénez, fijo mío, cada que sea d’edat presentes, ciudadanos de la dita ciudat, los quales todos ensemble damunt ditos manimesores míos, puedan husar de la dita manimesoría. Et por si aventura alguno d’[aquestos] será absent, quiero et mando que puedan husar los tres o los dos de los ditos manimesores, en los quales quiero et mando quy de sea el dito Jayme Medina, hierno mío. Empero, confiando en la indrustia et lealtat de dona Johana Scrivana, muller mía, quiero et mando que todos los ditos manimesores míos farán, fagan a consello d’aquella, a los quales damunt ditos manimesores de accoridar liçencia et pleno poder todos mis bienes a departir et distribuyr et ahún aquellos vendre si menester será, sin accoridar liçencia de cort et de justicia et sin crida de diez et de trenta días et pagar et complir la hordenación d’aquesti mi testament segunt que en aquell por mi trobarán hordenado sin danyo de los ditos manimesores míos et … bienes. Item, quiero et mando que todos iguales quiero deudas, tuertos et injurias que clarament apparterán que yo deva con cartas o con testimonios dignos de ffe, que sean pagados, restituydos et enmendados de mis bienes. Primerament, esli mi sepultura en el ciminterio de la seu de Santa María de la dita ciudat, atenient del baso mío, delant d’aquel en la terra et sin atahut, et quiero et mando que sea levado el dito mi cuerpo con las más sutiles ropas que sean en casa mía, la qual damunt dita sepultura mía quiero et mando que sea fecha bien et complidament con procesión general de todos los calonges et clérigos qui en la dita seu serán. Item, lexo a la obra de la seu de Santa María de la dita cçiudat (sic) xixanta soldes reales de Valencia, en los quales quiero et mando quy sean entendidos los diez soldes que ya y so tenido dar como a confrare de la companya d’aquella. Item, lexo a senyor Sant Cristueval de la dita çiudat diez soldes reales de Valencia, en los quales quiero et mando quy sean entendidos los çinquo soldes que yo y so tenido dar como a confrare de la companya d’aquell. Item, lexo a senyor Sant Pedro de la dita çiudat diez soldes reales de Valencia en los quales quiero et mando que y sean entendidos los çinquo soldes que yo y so tenido dar como a
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Vicente Olmos, Villancico para la Oposición de Segorbe (1772), carátula, ACS.
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El magisterio de Vicente Olmos Claver en la capilla de música de la Catedral de Segorbe
Ángel Marzal Raga, Doctor en Musicología por la Universitat de València
Edición: 16/08/2016
La presentación de una Tesis Doctoral en la Universitat de València sobre el maestro Vicente Olmos Claver, nos permite ofrecer ahora una síntesis de algunos aspectos desarrollados en la misma centrándonos en la presencia de este músico rigiendo la Capilla Musical de la Catedral de Segorbe, algo que podemos hacer por cuanto la información lograda en el fondo documental del archivo catedralicio ha sido básica para la realización del trabajo de investigación.
La formación musical de Vicente Olmos
Distintas fuentes bibliográficas coinciden en señalar que Vicente Olmos Claver nació en Catarroja, localidad de la comarca valenciana de l’Horta‐sud, hacia 1744 ó 1745. Esto es algo que no hemos podido concretar, pero sabemos por un documento de fecha 1754 del archivo de la Catedral de Valencia que, efectivamente, había nacido en dicha localidad, y que dicho año se incorporó a los cantores el día 12 de diciembre, siendo por entonces José Pradas quien ocupaba el magisterio de Capilla en la catedral e interpretándose un Ofici a la Inmaculada Concepció en los maitines. Aquella primera intervención, inicio de su presencia en la capilla musical, se prolongó durante un buen tiempo pues el joven Olmos debió conservar la voz largos años y así, en 1762, dejaba de ser infantillo y accedía a la condición de mozo de Coro o de Capilla, lo que le permitió seguir con su formación musical ahora bajo la tutela del nuevo maestro, el músico Pascual Fuentes.
Poco tiempo después, en 1763, realiza sus primeras composiciones musicales conocidas; se trata de los salmos Dixit Dominus de 1º tono y Beatus Vir de 2º tono, que curiosamente se conservan en el archivo musical de Segorbe. A los dos años de estas piezas tempranas, en 1765, compuso una Misa a 4 y a 8 voces, que también se localiza en el fondo de Segorbe, única obra de este género que conocemos en su repertorio musical. Estos datos nos indican que pese a su juventud, en aquellos años aún vinculado a la capilla de Valencia y donde alcanzaría la condición de acólito, ya manifestaba sus grandes dotes musicales como compositor.
Durante estos años que venimos refiriendo, Vicente Olmos simultaneará su presencia en la capilla catedralicia valenciana con el magisterio de la Capilla Musical del Palacio Real de Valencia, algo que se produce en 1768. Son años donde va a coincidir con el nuevo maestro de la Catedral, el músico Francisco Morera, que cierra la trilogía de maestros con los que se formó el joven Vicente Olmos durante su estancia en la ciudad de Valencia como miembro de la Capilla de Música de la Catedral, donde permaneció hasta 1772, año en el que se trasladaba a Segorbe.
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confrare de la companya d’aquell. Item, lexo a senyor Sant Agostín de la dita çiutat dos soldes reales de Valencia, los quales yo y so tenida (sic) dar como a confrare de la companya d’aquell. Item, lexo a senyor Sant Martín de la dita çiutat cinquo soldes reales de Valencia. Item, quiero et mando que quan el spital de la dita çiutat se obrara, que’l moço mío qui agora está en casa mía, o otro qualquier por tiempo estará, que vaya con la mulla mía cinquo jornales de la dita obra en reverencia Domini Senyor Ihesu Cristo. Item, regonozco en mi ánima que García Aster et dona Catalina, muller sua, me son obligados con carta de comanda en cient XVIII soldes reales de Valencia, fecha et reebida por Martín López de Borja, notario menor de días. Por aquesto, quiero et mando que, en reverencia Domini Senyor Ihesu Cristo et a descargo mío et de mi ánima, lexo… Et quiero et mando que por mis heredereos e manimesores ni por otra persona alguna por aquellos que no les sean demandados ni aquellos tenidos de pagarlos. Antes quiero et mando que si, por aventura, la dita carta de comanda por tiempo appareçerá que aquella sea cancellada et avida como si fecha non fues. Item, regonozco en mi ánima que García Lóppez de Villalva et Marta Caro, muller d’aquell, et dona Ygnés, suegra suya, me son tenidos et obligados en cinquanta hun soldes reales de Valencia, los quales son restantes de mayor quantía. Porque en reverencia Domini Senyor Ihesu Cristo et en remissión de mis pecados léxoles la meytat d’aquellos, ço es, los vint cinquo soldes. Item, regonozco que Piedrullo, moço mío, qui está ad present con mí por hun anyo por cient soldes reales de Valençia, el qual anyo se cumple el primero día del mes de agosto et en mudados en aprés los días que ha faleçido por no sanidat, los quales trobarán en mi libro scriptos de mi mano, en mudados aquellos aprés del dito primer día del dito mes d’agosto, quiero et mando que le sean pagados todos los ditos cient soldes, tomando en conto las pagas por mi ffechas al dito Piedrullo de los ditos cient soldes, los quales trobarán en el dito libro mío, en los ditos cient soldes. Et part esto, si cumple el dito tiempo el dito Piedrullo, quiero et mando que le sean dados el mantón viejo et la cacardía míos de camellem. Item, lexo a Danochança ¿, fija de don Pero Martínez del Collado et moça mía, por servicio que aquella a mí ha fecho, que le sean dados de mis bienes cinquanta soldes reales de Valençia et las ropas suyas, las quales yo le he fecho, los quales damunt ditos cinquanta soldes, quiero et mando que le sean dados con tiempo de sus [nupcias], quando casse o sea ffirmado el matrimonyo. Item, ruego a mi muller dona Johana Scrivana, qui present es, aquestos dos f…, qui ffueron … … … reverencia de Ihesum Cristo et en remisión de mis pecados, quiera criar et re… aquellos en todas buenas costumbres et proveyrlas de todas lures necesidades … … … o lexaran sus parientes entro que casen. Et si están en servicio de la dita dona Johana Scrivana, muller mía, et del dito Ferrandillo, ffijo mío, que por la dita dona Johana, muller mía, que les sea dado en tiempo de nupcias a d’aquellos de los bienes comunes tanto quanto la dita mi muller con los ditos manimesores míos conocerán qu.. aver segunt el servicio que cada uno d’aquellos haurán ffecho como del tiempo adelant que su primo de los ditos pubilos … huno firmado con carta pública facta et subsignada por mano de Johan Martínez al tal de nacer, ço es, Marieta. Porque era mayostilla por quatro anyos et machechullo por que’s tan chiquo por diez anyos de la ora primeros venideros, segunt que por la dita carta atrobarán más largament hordinado. Item, regonozco en mi ánima que Maretinio, en otra manera clamado Trabonçiello, moço, qui avo estado con mí. Et ya sea que quando vino el rey de Castiella a la dita çiudat de Sogorbe se le dix quien puyás al castiello de la dita çiudat la mulla por tal que no’s me perdiés et no lo quiso ffer, antes se me perdió aquella a culpa d’aquell. Et en aprés se me sallió de casa et ya sea que no lende ffués tenido de la romanient de la soldada, pero a d’estar. Item, regonozco que como dona Elvira Gil de Resa, cunyada de Remiro de Yguezquiça, aviés venido et encara entrádose en las casas del dito Remiro et a ducho hun testament del dito Remiro en forma públiqua, en el qual li lexava a la dita dona Elvira Gil cinçientos soldes reales de Valencia, los quales le mandava que lle fuessen dados luego, en conti…, et huna taça de plata
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mayor de su casa, regonoçiéndala la dita taça seyer de la dita dona Elvira Gil. Et como yo, la hora non fués en la villa de que faig venido … … clamar la dita dona Elvira Gil et don Ferrant Pérez de Resa, scudón honrat en Castellnou, et me demostraron ell dito testament del dito Remiro, en el qual lexava manimesores et exsecudores al dito don Fferrant Pérez de Resa, scudón, et a mí, dito Fferrant Ximénez, et a la dita dona Elvira Gil con nos ensemble, los quales todos tres ditos manimesores exsiguiendo ell dito testament ffiçiemos inventario de los bienes d’aquell. Et en aprés fiçiemos todos tres almoneda de los bienes muebles del dito Remiro, exceptado de los baxiellos et arreos de la bodega de las casas del dito Remiro ac de certas armas de cuerpo de caballero et de cavallo, las [quales] ffueron scriptas por mano del notario dins scripto. Las quales armas ramavieron en poder de don Francés de Mora, capíscol et manimesor, en la qual almoneda paguó. Et como la dita dona Elvira Gil, si quiere como a exsecudora et manimesora, si quiere como algacaria, diversas ropas et cosas en quantía de quatrocientos huytanta soldes reales de Valençia, segunt que por el quaderno de las vendiçiones de los ditos bienes del dito Remiro atrobarán largament. Et recibidas en sí las ditas ropas de conti…, se’n fue la dita dona Elvira Gil a su casa a … Et aprés, a poquos días fuenos dicho que’l dito Remiro avie ffecho otro testament aprés d’aquell et revocando aquell, en el qual lexava manimesores a los ditos Francés de Mora et don Viçent de Vayls, vicario perpetuo de la dita seu, et a mi dicto Ferrant Ximénez. Et fiziemos todo nostro poder de aver ell dito testament el más antes que pudiemos et avido aquell no’l lexava sino cient soldes a la dita dona Elvira Gil et la dita baça, la qual le ffue liurada segunt parece por el dito inventario del dito Remiro. Et en aprés enbíamosle todos tres manimesores diversas cartas a la dita dona Elvira Gil, que avie ffecho muy malla obra de venir fraudosament et enganyasa. Et asín que tuviés por bien de tornar las ditas ropas et los ditos dineros, la qual los fiço las respuestas por las cartas que yo tengo con las scripturas del dito Remiro. Et prometió el dito don Fferant Pérez de Resa que pues que’l era tudor et curador de Gonçalvo … adeudando del dito Remiro et parient d’aquellos que’l tornaríe las ditas ropas que la dita dona Elvira Gil avíe levadas o el precio d’aquellas … que ruego por lo de Dios et pasándolo en sus conçiençias del vicario general o oficial et de los ditos don Ffrancés de Mora et don Vicent de Vayls, o d’aquellos qui part hi faran qu’ellos quiera recabar de bienes de la dita dona Elvira Gil o de bienes del dito don Ferrant Pérez de Resa et no de bienes de mí, dito Ferrant Ximénez … herederos los otros bienes restantes del dito Remiro, regonozco yo averlos administrados, datas et receptas seyer ffechas por mí et no por los ditos don Ffrancés de Mora et don Viçent de Vaylls, pero es verdat que de la compra de las casas que compró ell, dito don Francés de Mora, restan a pagar treçientos soldes reales de Valencia. Et el dito vicario resta a pagar todo el precio de la vinya que compró ell … por él et de las ropas et almonedas que compró Antona la del dito vicario, las que trobarán dabnadas por las vendiçiones del dito libro de las ditas vendas son pagadas et los que trobarán por dabnar, asín d’ella como de Remón de l’Ort et d’otros qualesquier que trobarán por cruzar romanen por pagar, sean costrenidos et demandados pagar aquellos segunt que allí atrobarán. Item, asín mismo, romanen por pagar todo el precio de la vinya que compró Remón Martínez de l’Ort. Item, asín mismo, romane por dever dar Pasqual Bueycon, candelero, de la compra que fiçieron ell et Johan Calvo, vecinos de la ciudat de Sogorbe, … no so cierto, pero esto lexo a sagrament del dito Pasqual si son más … doçientos soldes reales de Valencia so çierto que restan a pagar. Item, de los ditos dineros del dito Remiro que yo dito Ferrant Ximénez tenía prisieron per a la dita çiudat de voluntat de los otros companyons míos mille treçientos soldes reales de Valencia. Item, de los ditos dineros ovieron tomado con carta de comanda Johan Guillem d’Arquos et Bartholomé d’Estella, notario dins scripto, treçientos trenta soldes reales de Valencia. Item, regonozco que tomé huytanta ho novanta soldes de la muller de Ximeno de Cucaló, de los otros sensos qui el dito Remiro se teníe et de los que compré de sus
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dineros regonozco en mi ánima … tomado … antes en ello han regreído alguno d’aquellos que tomás el sens que façien al dito Remiro, et yo, por la fortuna del tiempo, non de quis tomar ninguna cosa, antes aquellos restan a pagar todos en poder de los ditos sensateros. Item, regonozco el capirot d’estar la ca de Remiro et el çuram et hun linzuello que damos a vendre a Domingo Lóppez, saig, el qual linçuello manifesto que avíe vendido … … … por siet u ocho soldes et dos soldes que’s tomó d’una vendiçión de la dita almoneda. Román en poder del dito Domingo López, que no los ne podido aver ni saquar d’aquell, digiendo que como él aviés ffecho todas las almonedas et vendiçiones de bienes mobles et sitios del dito Remiro et que merecíe de su salario doçientos soldes. Et yo diçía quando avíe pro de vint soldes et asín … tatxado su salario et sea costrenido pagar o tornarlos de sus ditas cosas las otras diversas pagas et receptas trobarán en hun quaderno scriptas. Item, regonozco que recebidos doçientos soldes reales de Valencia en … et en … del rector de Coves Coves (sic) asín como a camarmesor (sic) de don Domingo Gastón, los quales yo recebí como a manimesor de dona Marta Pellaiz, muller que ffue del dito don Domingo Gastón, en los quales me entregué yo en aquellos doçientos soldes, los quales avíe lexado a mí et a Johana Scrivana, muller mía, et nieta suya d’aquellos mille soldes reales de Valençia, que la dita dona Marta Pellayz avíe sobre todos los bienes del dito don Domingo Gastón, marido qui ffue suyo. Item, encara en aprés he reçebido de dona Marta Gastón, fija et heredera del dito don Domingo Gastón, los quales me dio por ella cinquanta hun soldes reales de Valencia. Los quales son de los ditos mille soldes. Los otros romanen a pagar por la dita dona Marta a complimiento de los ditos mille soldes. Item, quiero et mando que sean cantadas et dichas trenta tres misas en reverencia de Sant Amador, las quales quiero et mando que sean cantadas et dichas luego en conti… aprés mi fin por mi ánima. Item, aprés quiero et mando que sean celebradas et dichas por ánimas de mi padre et de mi madre et de la mía misma çient misas de Santa María, las quales quiero et mando que sean dichas luego aprés de las trenta tres misas de Sant Amador. Item, quiero et mando que sean vestidos cinquo personas de las d’amor de Dios de sendos vestidos de panyuo de quatro a cinquo soldes el alda, esto luego en conti… esto lexo en carga de la dita dona Johana Scrivana, mi muller, et de los ditos mis manimesores. Item, lexo las casas en que yo et la dita dona Johana Scrivana, muller mía, estamos et habitamos, las quales son en la dita çiudat franquas et quitas de minoría al dito Ferrant Ximénez, fijo mío et de la dita dona Johana Scrivana, muller mía, ultra supra et meytat aquell pertanyent por derecho de succesión en mis bienes. Item, a otra part lexo al dito Ferrandillo Ximénez, fijo mío et de la dita dona Johana Scrivana, muller mía, de los bienes comunes, mille cinçientos soldes reales de Valencia, en … ultra supra et meytat aquell pertanyent en nostros bienes [por derecho] de succesión en paga et en satisfaçión de otros mille cinçientos soldes reales de Valencia en dineros que yo et la dita dona Johana Scrivana, muller mía, damos de los bienes comunes a los ditos Jayme Medina et Elfa Ximénez, muller d’aquell et fija nostra en tiempo de lures nupcias con carta de donación fecha por el notario dins scripto segunt que en aquella las ditas cosas et otras más largament appareçen. Et que en los otros bienes míos et de la dita dona Johana Scrivana, muller mía, sea egualado el dito Ferrandillo Ximénez, fijo mío et de la dita dona Johana, muller mía, segunt que’l dito Jayme Medina, hierno nostro, levó con la dita Elfa Ximénez, muller suya et fija mía et de la dita dona Johana Scrivana, muller mía, en tiempo de sus nupcias. Item, lexo hun aniversario perpetuo por mi ánima de dotze soldes, el qual quiero et mando que sea çelebrado en cada un anyo en la Cuaresma en la seu de Santa María de la dita çiudat, los quales XII soldes sensals sean asignados per a el dito aniversario perpetuo en los sensales que yo tengo en la dita çiudat, en buen lugar que sea. Et como Ferrera, muller de Martín Pérez Teruel, me aya fecho conçiençia de quaranta soldes reales de Valencia, que diz que avo acomendado a mi madre, dona Elfa Pérez d’Ayart, ella fen don de sagrament, quiero et mando que le sean pagados la meytat de los
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ditos quaranta ssoldes (sic) de mis bienes. Item, quiero et mando que pagados todos mis deudos, tuertos et injurias et pagada et complida la hordenaçión d’aquesti mi testament segunt et en la manera que de part de suso es declarado, que’l romanient de mis bienes, asín mobles como seyentes a tiempo aparcientes … que sean, léxolos a Ferrandillo Ximénez et a Elfa Ximénez, hermanos, et muller qui es la dita Elfa Ximénez de Jayme Medina, et fijos míos et de la dita dona Johana Scrivana, muller mía, por partes eguales entre aquellos. Et aquellos del dito romanient de los ditos bienes míos establezco et ffago herederos míos universales por partes eguales entre aquellos et de los quales ditos bienes míos por mí aquellos lexados herederos puedan fer a todas sus propias voluntades, asín como de cosa suya propia. Ellos empero et los suyos siempre et en por todos tiempos que sean tenidos d’aquí a delant de pagar, pechar et contribuyr con la universitat de la dita çiudat en todas pechas, cargas et otras qualesquiera exacciones et servitudes vezinales que los ditos bienes eran et son tenidos de pagar, pechar et contribuyr , asín en tal senyor de la dita çiudat como en talla universidat d’aquella, en qualquier et por qualquier manera. Et ruego a la dita dona Johana Scrivana, muller mía, et a los ditos Ferrandillo Ximénez et Elfa Ximénez, fijos míos, qu’ellos que fagan todo aquell bien que podrán por amor de Dios et por mi ánima. Et esto lexo a conoçimiento de lures conçiençias et ánimas. Empero, lexo senyora poderosa et husufruytuaria en todos los días de la su vida a la dita dona Johana Scrivana, muller mía, de todos los ditos bienes míos, asín mobles como seyentes, sots tal vincle et condición. Empero fago la dita gracia a la dita dona Johana Scrivana, muller mía, que ella que sea tenida de pagar de las ditas rendas et bienes mobles comunes todas las damunt ditas cosas hordenadas, lexadas et declaradas. Et encara que sea tenida … viudedat et castedat et husar como a buena muger. Et si por aventura, lo que Dios non mande, la dita dona Johana Scrivana, muller mía, el contrario fará de la ditas cosas, quiero et mando que la dita dona Johana Scrivana, muller mía, sea tenida de dar conto et raçón de los ditos husufruytos et rendas que de los ditos bienes míos saldrá del día que yo finar entro al día que aquella haurá turbado el dito vencle et condición por mí de part de suso lexado. Item, quiero et mando que aquesti sea mi çango testament et mi derrera voluntat, el qual quiero et mando que sea … et complido dentro en medio anyo a … …, revocando, tasando et anullando qualesquier otros testaments o codiçillios por mí ffactos entro al present día d’oy et aquesti quiero et mando que romanga en su fuerça, virtud et valor, el qual dito testament quiero et mando que valga por todo ffuero et por todo derecho et por derrera voluntat. Et si por aventura por algún punto et cláusula que faleçiés del dito testament, aquell se pudiés revocar, annullar, quiero et atorgo et mando que por los ditos manimesores míos aquello de savio en derecho quy sea puesto et suplido el dito punto et cláusula en el present testament como los damunt ditos manimesores míos sepan mi voluntat. Quod est actum Segobrice XXIII die aprillis anno a Nativitate Domini M CCC sexagesimo septimo. Signo de don Fferrant Ximénez, testador damunt dito qui aquesto firmo, leo et atorgo.
Testimonios ffueron a aquesto presentes, clamados et rogados Marcho Lóppez, scudon habitant en la çiudat de Sogorbe, Ximeno de Cucaló et Viçent de la Çerda, notario, çiudadanos de la çiudat de Sogorbe.
Como oy, día lunes, a XXVI die aprillis anno a Nativitate Domini M CCC LX septimo, sea el tercer día que’l dito don Ferrant Ximénez finó. Et sea a hun ffuero de Valencia que’l tercer día aprés la fin del testador deve seyer publicado el testament d’aquell. Por aquesto los ditos Remón Martínez de l’Ort, Pere d’Anyort, Jayme Medina et Bartholomé d’Estella, notario deius scripto, manimesores del dito don Ferrant Ximénez, husando et exsiguiendo el dito fuero en las casas del dito don Ferrant Ximénez, defuncto, do aquell estava et habitava et finó, en la çiudat de Sogorbe, publican et façen leyer et publicar por Bartholomé d’Estella, notario público, el qual el dito testament reçibió, present dona Johana Scrivana, muller que fue d’aquell, et Ferrandiello Ximénez, fijo d’aquellos. Et en presencia et testimonios de don Vallo Medina, Bernat de
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Monçonís, don Pero Martínez del Collado, Martín Narbones et Johan Gualiç …, ciudadanos et vezinos de la ciudat de Sogorbe. Et de conti… facta la dita publicación del dito testament el dito Remón Martínez de l’Ort, manimesor damunt dito, dixo et responsó que renunçiava a la dita manimesoría i que non queríe husar d’aquella, antes se desixíe d’aquella. Testes ut supra.
Signo de mí, Bartholome d’Estella, notario público de la ciudat de Sogorbe qui aquesto scriví … … et enmendado en la XXIII línea, do diz seyer et con raso et enmendado en la XXII línea, do diz que ell, et con letra sobre scriptas en la XVII línea … por et con letra sobre scriptas en la IIII línea, do diz lo que et con letra sobre scriptas en la II línea de la publicaçión, do diz testimonios de, et con raso et enmendado en la III línea, do diz Testes ut supra … … publicaçión. Et con lugar, días et anyo damunt ditos … con letra sobre scriptas en la II línea signo, do diz de la dita publicaçión.
Referencias documentales y bibliográficas:
ARCHIVO DEL REINO DE VALENCIA, Pergaminos Segorbe, 130.
APARICI MARTÍ, J.: “Aprender un oficio y servir. Perspectivas laborales para los jóvenes del Alto Palancia en el siglo XV”, Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, LXXIII‐IV (1997), pp. 485‐505.
DE ROJAS GARCÍA, F.: El Padre de Huérfanos de Valencia. Valencia: 1927.
MARTÍN SORIANO, E.: “Aprendices y domésticos en el Alto Palancia: una estrategia familiar”, Boletín del Instituto de Cultura Alto Palancia, 1995, pp. 67‐80.
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El Museo Cataloga:
El hallazgo del cuadro de la Divina Pastora
Dr. David Montolío Torán, Conservador del Museo Catedralicio
Edición: 31/05/2016
Pintura sobre lienzo, de autor desconocido, de mediados del S. XVIII (Inv. Núm.: MCS‐554), presenta la Virgen coronada por ángeles sentada sobre una roca sobre fondo paisajístico de árboles y celaje. Tocada con una cinta que le sujeta el pelo, va ataviada con un corpiño de piel de oveja sobre túnica rosa y manto azul. Calzada con sandalias, con su mano derecha abraza al cordero que le acerca una rosa, mientras con su izquierda sostiene el cayado. A su izquierda, en pie, el Niño, con túnica corta y zurroncillo. En la mitad inferior del plano, el grupo se encuentra rodeado por ovejas que le acercan flores con sus bocas, mientras por el lado derecho se aprecia la escena con el arcángel San Miguel, que baja a liberar con su espada a una oveja atacada por un lobo.
Sin duda, uno de los tipos iconográficos más curiosos del arte español del barroco, surgido en el entorno andaluz, esta personal temática constituye un trasposición moderna del Buen Pastor de gran éxito en las comunidades religiosas femeninas, especialmente capuchinas. Si bien se ha hablado de un origen antiguo en textos de Juan el Geómetra, San Juan de Dios, San Pedro de Alcántara, la venerable María Jesús de Ágreda o Santa María de las Cinco llagas, fue Isidoro de
Sevilla, sacerdote capuchino, quien en 1703 encargara un lienzo de dicha temática al pintor sevillano Alonso Miguel de Tovar escribiendo, además, “La Pastora Coronada” en 1705, comenzando así la devoción por toda España y América:
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“En el centro y bajo la sombra de un árbol, la Virgen santísima sedente en una peña, irradiando de su rostro divino amor y ternura. La túnica roja, pero cubierto el busto hasta las rodillas, de blanco pellico ceñido a la cintura. Un manto azul, terciado al hombro izquierdo, envolverá el entorno de su cuerpo, y hacia el derecho en las espaldas, llevará el sombrero pastoril y junto a la diestra aparecerá el báculo de su poderío. En la mano izquierda sostendrá al Niño y posará la mano derecha sobre un cordero que se acoge a su regazo. Algunas ovejas rodearán la Virgen, formando su rebaño y todas en sus boquitas llevarán sendas rosas, simbólicas del Ave María con que la veneran…”
En el entorno segorbino, sabemos que la iconografía fue especialmente cultivada por los Camarón, tanto Nicolás, escultóricamente, como José, su hijo, pictóricamente. No obstante, la presente pieza es de factura evidentemente popular, posiblemente debida a pintor secundario, quizá conventual, del entorno de los capuchinos de la ciudad. Obra inédita hasta el momento, fue hallada enrollada en los trasteros de la Catedral el 15 de octubre de 2012. Fue restaurada con motivo de la Luz de las Imágenes, “Pulchra Magistri”, y devuelta al Museo el 16 de septiembre de 2014, siendo instalada en la Librería Nueva del claustro alto de la Catedral en mayo de 2016.
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Vicente Olmos y su magisterio en Segorbe
La fuente bibliográfica que nos permite conocer los momentos iniciales de la llegada de Olmos a Segorbe es el trabajo publicado por el musicólogo José Perpiñán en 1897; según este autor, Vicente Olmos Claver, quien ya gozaba de la condición de Presbítero, accedió al magisterio de la capilla de música de la Catedral de Segorbe mediante un proceso de oposición celebrado el 19 de febrero de 1772. Dicho proceso culminó el día 28 del mismo mes siendo Olmos agraciado con el magisterio. Además, el trabajo de Perpiñán señala que las oposiciones fueron convocadas al estar vacante el magisterio dejado por su antecesor Francisco Vives.
En la oposición se encontró, al menos, con un aspirante más, José Gavaldá, a quien, según nos cuenta Perpiñán, el Cabildo ante la brillantez del opositor no agraciado acordó otorgarle una capellanía con la condición de organista y suplente del maestro Olmos. De aquella oposición y las obras que presentó se conserva, de forma parcial pues solamente ha quedado la parte de Tiple de 1º coro, el manuscrito del Villancico que hizo para la Oposición del Magisterio de Capilla de la Santa Iglesia de Segorbe…, en el que consta el año de su realización, 1772. Se trata a la vista de un análisis preliminar de una obra polifónica que contaba con un segundo coro, algo usual en aquellos momentos ya que muchos villancicos de la época se escribieron para ocho voces, y, de hecho, así es en buena parte de ese repertorio en la producción de Vicente Olmos. Conviene señalar además que el segundo coro cumplía la función di ripieno contrastante respecto a las voces solistas enmarcadas en el primer coro. No obstante, cabe que este villancico de la oposición de Olmos fuera quizás compuesto para una o varias voces solistas con un segundo coro configurado con las denominadas voces mixtas (Soprano, Alto, Tenor y Bajo), aunque merece la pena recordar que si bien en algunos momentos del barroco policoral más grandilocuente se escribieron obras para más de ocho voces, debemos decir que no es el caso de Vicente Olmos que, salvo en circunstancias muy concretas, nunca superó el doble coro.
Como escribe el musicólogo José Artero, acerca de los procedimientos de acceso al magisterio de capilla en el siglo XVIII, solía exigirse la composición de un Villancico, «según lo que en España se estilaba por aquellos tiempos», de ahí que en nuestra opinión, pese a la falta de partituras, el villancico que Vicente Olmos compuso para las oposiciones al magisterio de la capilla de música de la Catedral de Segorbe debió escribirse, efectivamente, para ocho voces con un acompañamiento instrumental más o menos numeroso.
Además de la textura de este villancico, el manuscrito del Tiple de 1º coro también nos permite un análisis de su estructura formal. En dicho documento musical hemos podido constatar la técnica aplicada a una forma cuatripartita desarrollada según la fórmula Introducción‐Estribillo‐Recitado y Aria da capo. En ella, Vicente Olmos manifiesta que las tendencias italianas de la época no le eran ajenas. Por tanto, podemos decir que Olmos se encontraba dentro del movimiento de renovación estilística, que, de hecho, dominó el siglo XVIII en toda la península ibérica. Vicente Olmos transgredió los marcos formales abandonando los modelos de la tradición hispánica articulados en torno al binomio Estribillo‐Coplas para situarse en las nuevas corrientes estilísticas con una estructura ampliada que tomaba elementos de inequívoca procedencia italiana como el Recitado y el Aria da capo.
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Por otra parte, es a todas luces seguro que Olmos debió superar otras pruebas para demostrar sus capacidades en la oposición al magisterio de Segorbe. Entre ellas, muy probablemente, la composición de un motete polifónico o, en todo caso, alguna o algunas otras obras sacras como, por ejemplo, un salmo. No obstante, según nos dice el citado musicólogo José Artero, la composición del villancico era la prueba transcendental en la elección final del futuro maestro, y el uso del emblemático “Recitado‐Aria” suponía insertar un modelo teatral en la música de la Iglesia, cuestión ésta que, de hecho, generó algunas de las controversias más enconadas de todo el siglo, y era muestra inequívoca de la introducción de nuevos modelos que representaban la máxima expresión del italianismo musical del siglo XVIII en nuestro país.
Aunque, como hemos señalado estos primeros tiempos de su presencia solamente los podemos reconstruir a través de la información bibliográfica de Perpiñán o del papel manuscrito del villancico para la oposición, a partir de 1778 es el momento en el que aparecen ya informaciones documentales sobre su presencia en Segorbe y las tareas a las que se tenía que enfrentar en su trabajo diario. Así, en 1778 se le mandó que apuntase siempre a un capellán músico como presente en la capilla, y que le reclame su presencia cuando se haya de tañer la chirimía, o en 1779 se intente cubrir la capellanía de Bajón donde ha de participar en la selección del músico. En enero de este mismo año participaba también en el tribunal de selección de dos sochantrías vacantes, y debió dirigir el Te Deum en acción de gracias por el feliz parto dentro de la familia Real, pero a su vez fueron surgiendo algunos cambios en su presencia cotidiana en la localidad que preludiaban en el maestro los últimos momentos de la misma.
El 8 de mayo del citado año, el Cabildo muestra su inquietud por el hecho de que el maestro de Capilla, ausente de la localidad, no atendía debidamente sus obligaciones de enseñanza de los infantillos, ni tampoco de otros estudiantes que anteriormente lo habían sido y seguían formándose en la capilla musical:
Vicente Olmos, Villancico para la Oposición de Segorbe (1772), papel de Tiple, ACS.
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Se propuso que el Maestro de Capilla descuidava algún tanto de la enseñanza de composición a los infantillos, i que del todo se avía negado a enseñar de composición a algunos a quienes tenía obligación de enseñarles que aunque actualmente no eran infantillos, los avían antes sido. Y se acordó que en viniendo de fuera el Maestro se le haga presente su obligación, i se le compela a su cumplimiento.
Siguiendo con la cuestión, en junio se acordaba que los infantillos residiesen juntos en una casa «sujetos a la dirección i gobierno de algún maestro que los cuide», lo que supuso la elección de nuevos infantillos. Meses después, en una nueva reunión capitular del día 16 de octubre de 1779 se anota que Vicente Olmos pedía licencia para ausentarse. La solicitud era preceptiva en función de las obligaciones que el maestro de Capilla debía atender, y el Cabildo le concedió el permiso a la vez que nombró a mosén Gavaldá para cubrir las responsabilidades del maestro. Aunque en el documento no consta el motivo de solicitud de la licencia, nos lo señala José Perpiñán cuando escribe que Vicente Olmos se retiró al monasterio jerónimo de la Murta el 16 de octubre de 1779 «Obedeciendo... al llamamiento de Dios» según recoge el acta de la reunión capitular de 3 de noviembre de 1779:
… se propuso que mosén Vicente Olmos maestro de Capilla avía tomado el ábito de Religioso Gerónimo en el monasterio de la Murta, i que mosén Joseph Gavaldá maestro de Capilla interino deseaba saber si devería trabajar de nuevo villancicos para la noche de Navidad, o si se avían de cantaren dicha noche otros de los villancicos de los años antecedentes. I se resolvió se responda a dicho Gavaldá que queda a su arbitrio el trabajar de nuevo o el cantar los villancicos de los años antecedentes. I que en el caso que quiera trabajarlos de nuevo, se le da la presencia correspondiente como si fuesse maestro de Capilla en propiedad.
Aunque el reconocimiento del salario a Gavaldá solo le sería admitido en reunión capitular de fecha 8 de agosto de 1780, la vacante del magisterio de Capilla por la salida de Vicente Olmos se declaró oficialmente en el acta capitular del día 8 de noviembre de 1780. Así, el período de Vicente Olmos en el magisterio de capilla de Segorbe había durado ocho años y casi nueve meses. Asimismo, en la misma acta capitular consta que Vicente Olmos había enviado una carta a los capitulares informándoles de su profesión como monje jerónimo en el monasterio de Nuestra Señora de la Murta de Alzira, por lo que renunciaba a la plaza y se producía la vacante:
Presentó el señor Mascot una carta del maestro de Capilla, en que este dava cuentas de haver el mismo en el día 1 de los corrientes hecho solemne profesión de monge Religioso Gerónimo en el monasterio de la Murta, por lo que quedava vacante la capellanía de Maestro de Capilla que el dicho llamado en el siglo mosén Vicente Olmos obtenía en esta Santa Iglesia. I en vista de dicha carta se declaró por vacante la referida capellanía .
Declarada la vacante en la capellanía de maestro de Capilla, la sustitución de Olmos se resolvió rápidamente, acordándose que «por esta vez se provea el Magisterio de Capilla sin concurso», nombrándose una comisión que debía oír previamente a todos los aspirantes, comisión en la que estaba el sustituto de Olmos, José Gavaldá, que no concurrió a la plaza, y en cuya resolución sobre el encargo se acordaba designar nuevo maestro a Joaquín López.
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Música de Vicente Olmos en el archivo de la catedral
En cuanto a la producción musical de Vicente Olmos Claver hemos de decir primeramente que toda su obra fue escrita en y para la Iglesia. Por tanto, se trata de una producción eclesiástica que sitúa su obra en el marco genérico de la música sacra. No existe ninguna pieza profana de nuestro músico en la obra que los archivos han conservado hasta nuestros días. En segundo lugar, debemos señalar que esta clasificación genérica puede subdividirse a su vez en dos grandes bloques diferenciados. Por una parte, aquellas obras que pertenecen a la más estricta observancia cultual que, generalmente, son clasificadas como música litúrgica. Además, el latín como idioma de su texto es una de sus características específicas. Por otra parte, aquellas obras que, aunque siempre escritas para la Iglesia, encuentran su función en celebraciones menos rigurosas. Contrariamente, el texto de estas piezas se escribe en lengua vernácula y, generalmente, entre sus componentes diferenciales, presentan un espacio de mayor libertad incluso en cuanto a la propia técnica de composición musical. Su clasificación suele enmarcarse en aquello que se denomina música paralitúrgica. Así, en la producción litúrgica de Vicente Olmos Claver encontramos Salmos, Lamentaciones y la ya citada Misa entre otros géneros litúrgicos que iremos detallando poco a poco. Por
otra parte, en la producción paralitúrgica del maestro encontraremos tipologías diferenciadas, aunque predominan ampliamente los villancicos.
Nuestra investigación nos ha permitido comprobar que actualmente la producción musical de Vicente Olmos Claver se conserva debidamente catalogada en dos archivos valencianos; el archivo de la Catedral metropolitana de Valencia y el de la Santa Iglesia Catedral de Segorbe. El primero, el de la metropolitana, contiene cinco obras litúrgicas. Concretamente, un Salmo y cuatro Lamentaciones.
De otra parte y centrándonos en concreto en el archivo de Segorbe, en la Catedral de dicha ciudad se conserva muchísima más obra pues son treinta y dos las piezas de Vicente Olmos Claver de las que hemos dado amplio conocimiento en nuestro trabajo de Tesis Doctoral. De ellas, doce son las que denominamos música litúrgica y el resto, es decir, otras veinte con composiciones de carácter paralitúrgico. Las citadas doce piezas con obras litúrgicas contienen, concretamente, seis Salmos, un Verso, dos
Vicente Olmos, felicitación de Pascua (1774), carátula, ACS.
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Lamentaciones, una Misa, un Magnificat y las Completas. Por otra parte, las veinte obras con música paralitúrgica contienen en total treinta y cuatro composiciones, por cuanto algunas de ellas conforman pequeñas compilaciones a modo de “juego” para una celebración concreta. Exactamente son treinta y un villancicos, un “Quatro”, los “Misterios” y una Aria â Duo compuesta para la festividad de la Santísima Trinidad. Como vemos, en la producción paralitúrgica predominan los villancicos. Muchos de ellos están agrupados a menudo en series o “juego” de cuatro, razón por la que, ya lo hemos dicho, el número total de composiciones paralitúrgicas asciende a treinta y cuatro. Si a ellas, es decir, a las paralitúrgicas, sumamos las doce composiciones litúrgicas, el número de obras de Vicente Olmos conservadas en los fondos del archivo de la Catedral de Segorbe asciende en realidad a un total de cuarenta y seis composiciones.
Ante la magnitud de esta producción musical, nos gustaría señalar que el archivo de la Catedral de Segorbe contiene manuscritos con música de Vicente Olmos de distinta procedencia por su momento de composición. Así, por circunstancias a veces no comprensibles del cómo llegaron o no documentadas en su momento de entrada en los fondos del archivo, encontramos obras de Vicente Olmos Claver que pertenecen a períodos distintos de su trayectoria de creación musical. En ese sentido, es necesario recordar que no todas las composiciones de Vicente Olmos que hoy conserva el archivo de la Catedral de Segorbe fueron escritas en y para dicha Santa Iglesia. Hay piezas que aparecen firmadas con su nombre monástico, lo que viene a señalar una llegada posterior a su presencia en Segorbe, e incluso hay obras que, al no estar fechadas, son difícilmente atribuibles a un momento cronológico concreto.
Como hemos visto, Vicente Olmos Claver ocupó el magisterio de capilla de la Catedral de Segorbe entre 1772 y 1780. El análisis de los manuscritos corrobora que en dicho período nuestro maestro de capilla escribió treinta villancicos, un Salmo, dos Lamentaciones, un “Verso”, un “Quatro”, las “Completas” y una Aria a Dúo. Un total de treinta y siete composiciones musicales son las que, sin duda alguna, escribió durante sus casi nueve años de magisterio en Segorbe. De dicha producción destaca numéricamente el género del villancico cuyas piezas, como ya hemos explicado, constan agrupadas diversamente en función de su uso litúrgico.
Con todo, este análisis permite comprobar, primeramente, que Olmos cultivó ampliamente en Segorbe el villancico. En segundo lugar, quizás merece la pena resaltar la composición singular de un “Quatro” cuyas características estilísticas difieren en algunos aspectos de las del villancico. Después, también podemos corroborar que nuestro músico no descuidó su atención en Segorbe a la música de mayor observancia litúrgica como, por ejemplo, Salmos o Lamentaciones. A partir de aquí y con estos datos, nuestro estudio sobre el músico permite afirmar, sin ningún género de dudas, que el período de Vicente Olmos Claver en Segorbe fue el más prolífico de toda una larga biografía que contiene distintas etapas de creatividad musical.
Para concluir esta breve aportación al conocimiento del músico y a su paso por Segorbe, queremos señalar que no ha sido nuestro propósito en este trabajo profundizar en cuestiones estilísticas, sino, más bien, presentar solo una parte de nuestra investigación sobre el magisterio de Vicente Olmos Claver en la Catedral de Segorbe. Como ya hemos dicho, Vicente Olmos profesó a la orden de los Jerónimos en el monasterio de Nuestra Señora de la Murta de Alzira y al hacerlo abandonó la ciudad de Segorbe y en consecuencia el magisterio de capilla de la Catedral de dicha ciudad, pero con ello o pese a ello no se rompió la vinculación en cuanto al conocimiento de su música, en este caso compuesta en su etapa de
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monje jerónimo, un tiempo este último en el que sufriría la exclaustración por la guerra de la Independencia y que le llevó a morir en su localidad natal de Catarroja en una fecha indeterminada del año 1812.
Vicente Olmos (fray Vicente de los Desamparados Olmos) , Salmo Dixit Dominus (1787), ACS.
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ANEXO:
Composiciones de Vicente Olmos Claver conservadas en el Archivo de la Santa Iglesia Catedral de Segorbe:
Dixit Dominus (1º tono) a 8º. [ACS: PM 22/1].
Domine ad adjuvandum me a 6. [ACS: PM 22/2].
Dixit Dominus a 6. [ACS: PM 22/3].
Miserere a 8. [ACS: PM 22/4].
Beatus vir a 6. [ACS: PM 22/5].
Beatus vir (2º tono) a 8. [ACS: PM 22/6].
Laudate Dominum a 5. [ACS: PM 22/7].
Magnificat a 6, con violines y trompas. [ACS: PM 22/8].
Completas a 6. [ACS: PM 22/9].
Lamentación Sola 3ª para la tarde del Jueves Santo. [ACS: PM 22/10].
Lamentación 3ª para el Jueves Santo por la tarde. [ACS: PM 22/11].
Missa a 4 y a 8, con violines, oboeses y trompas. [ACS: PM 22/12].
No se me oscurezca el sol. [ACS: PM 22/13].
Dile Pascual a Isabel. [ACS: PM 22/14].
Esta noche un amor nace. [ACS: PM 22/15].
Quatro para dar las Pascuas los Infantillos a los Señores obispo y canónigos. [ACS: PM 22/16].
Por besar la mano al Niño. [ACS: PM 22/17].
Ola Hau? Ha del mundo? [ACS: PM 22/18].
Villancicos del Nacimiento del Señor: ¡Ah¡, de la lóbrega estancia. Rompa el mar su espaciosa esfera. Pero el Niño con ojos. ¡Oh¡, qué gozosas caminan. [ACS: PM 22/19]
A la escuela venid presurosos. ¡Ay¡, qué fineza. [ACS: PM 22/20].
Mortales hijos de Adán. Venid que en la ley de gracia. Cielo, Sol, Luna y estrellas. Al portal, zagalitos. [ACS: PM 22/21].
Del Imperio de las luces. [ACS: PM 22/22].
Resuenen armoniosos los clarines. Pues ya en brazos de María. Supuesto que cuando naces. Que los prados y montes. [ACS: PM 22/23].
Matutinas aves [ACS: PM 22/24].
De Pan los accidentes. [ACS: PM 22/25].
Alegría, mortales. Aquel primitivo incendio. ¡Ay¡, que está dormido. Por Dios que no es mala. [ACS: PM 22/26].
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Qué belicosos ecos. [ACS: PM 22/27].
Villancico a 8 con violines y clarines a Maria Santísima Descarriada la obeja. [ACS: PM 22/28].
Tortolilla amorosa. [ACS: PM 22/29].
Desde que Adán cometió el desordenado exceso. Qué tempestad amenaza. Escuchad, pastores. Entra contenta. [ACS: PM 22/30].
Misterios a Dúo del Maestro Olmos. [ACS: PM 29/18].
Aria a Dúo con violines y acompañamiento. [ACS: PM 98/23].
Fuentes documentales y bibliográficas
‐ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE SEGORBE
Fondo Musical. Expedientes con música de Vicente Olmos Claver.
Fondo Capitular, 0597. Libro de Actas Capitulares, 1778‐1788.
‐ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE VALENCIA
590. Bolsa de coro. Distribuciones o jornadas de coro desde 1750 a 1755.
1278. Deliberaciones capitulares, 1709 a 1775.
597. Libro de Actas Capitulares, 1778‐1788.
2796. Libro de salarios y nombramiento de Capellanes cantores y de músicos de 1605 a 1810.
3342. Protocolos del Cabildo 1772 1ª, Notario Pere Rodrigo.
‐ARTERO, José: “Oposiciones al Magisterio de Capilla en España en el siglo XVIII”, Anuario Musical, (1947), Instituto Español de Musicología, CSIC, Barcelona.
CLIMENT BARBER, José: Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, Tomo VIII, Valencia, 1972.
CLIMENT BARBER, José: Fondos Musicales de la Región Valenciana III. Catedral de Segorbe, Publicaciones de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segorbe, Segorbe, 1984..
CLIMENT BARBER, José: Diccionario de la música española e hispanoamericana, Tomo 8, Emilio Casares Rodicio (coord.), Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCM), Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Madrid, 2001.
MARZAL RAGA, Ángel: La música de Vicent Olmos i Claver i el seu magisteri a les capelles musicals valencianes del segle XVIII, Tesi Doctoral, Tom I, Universitat de València, 2013.
OLMOS‐LÓPEZ (V. S. Olmos i A. López i Quiles): “Orgues i organistes de Catarroja (València)”, Cabanilles, núm. 8 (1983), ACAO, València.
PERPINÁN ARTÍGUEZ, José: “Cronología de los maestros de capilla de la Santa Iglesia Catedral de Segorbe”, La música religiosa en España, Año II, núm. 17, Madrid, 1897.
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por los invasores, sino que fue sometida a su gobierno como gran parte de España por el abandono de los magnates y autoridades godas, pudiendo por consiguiente haberse continuado la serie de Obispos en Segorbe, como siguieron por más o menos tiempo en otras sedes de análogas circunstancias.
Dueño de Albarracín D. Pedro Ruiz de Azagra en la segunda mitad del siglo XII, pidió que fuese elevada a sede episcopal la primera Iglesia de su señorío. Como era más fácil restablecer las sedes antiguas que crear alguna nueva, el representante de Su Santidad, cardenal Jacinto y el Arzobispo de Toledo acordaron restablecer la sede de Ercavica en Albarracín, creyendo que antiguamente le pertenecía, como lo hicieron en 1172; pero habiendo visto que Albarracín no perteneció antes a Ercavica sino a Segorbe, le mudaron el título en 1176, firmando desde entonces el Obispo: Ego Martinus Segobricensis episcopus, cum ecclesia Sanctae Maria de Barracin, quam pro sede habeo.
De este modo siguió hasta que, libre Segorbe de la dominación sarracena en 1245, el Obispo D. Pedro vino a establecerse en la antigua capital del Obispado. Poco le duró la satisfacción.
Viendo D. Jaime y sus magnates con malos ojos que las diócesis de sus dominios fuesen sufragáneas de Toledo, situada en Castilla, obtuvo del Papa que Valencia pasase a serlo de Tarragona. El Obispo de Segorbe, fiel a sus juramentos, defendió con celo los derechos de Toledo, manteniéndose firme en la antigua dependencia. Entonces se dijo por primera vez que Segorbe no era la antigua Segóbriga, fundándose en esta opinión D. Arnaldo de Peralta, Obispo de Valencia y suponiendo que esta ciudad pertenecía a su Obispado, vino acompañado del Arcediano, de muchos clérigos y de gente armada a expulsar de aquí al Obispo segobricense que, falto de apoyo temporal, hubo de retirarse a Albarracín. Las exhortaciones de la Santa Sede a los Prelados, al Rey y a los magnates a favor del Obispo expulso, fueron inútiles. El Obispo de Valencia fundó su deanato con las rentas de nuestro Obispo. A instancia de nuestro Obispo, S.S. Alejandro IV, por bula de 18 de Marzo de 1259, le declaró Obispo de Segorbe y Albarracín perpetuamente unidos, con canónigos en cada una de dichas Iglesias, pero formando juntos un solo cabildo; ni esto bastó para que Segorbe le fuese devuelto.
Una sentencia arbitral de 5 de Julio de 1277 adjudicó al Obispo de Segorbe esta ciudad y las villas de Altura, Castelnovo y Begís, no tratando ya de si era o no la antigua Segóbrica, sino de conservar o recobrar la posesión. Habiendo en 1318 Zaragoza sido elevada a Sede Metropolitana, se le dio por sufragáneo el Obispado de Segorbe y Albarracín, sacándolo de la de Toledo, con lo cual cesaron las prevenciones del Rey y los magnates contra nuestro Obispo, dependiendo hasta entonces de un Arzobispo castellano; mas no por esto se le devolvió lo usurpado.
El Obispo D. Fr. Sancho d’Ull, religioso carmelita, que ocupó la Sede segobricense en 1319, así que hubo ordenado las cosas de la diócesis, se trasladó a Aviñón, residencia de la Santa Sede, y puso pleito formal contra los detentadores de sus parroquias, alcanzando en 19 de Mayo de 1347, sentencia que condenaba al Obispo de Valencia a devolverle las parroquias de Alpuente, Andilla, Aras, Arcos, Chelva, Domeño, Jérica, Pina, Sinarcas y Toro. D’Ull apeló de esta sentencia y consiguió que se mejorase, obligándose por otra de 10 de Setiembre de 1351, al Obispo de Valencia a restituir también los pueblos de Algimia, Almedijar, Almonacid, Azuévar, Bellota, Benageber, Gaibiel, Matet, Mosquera, Pellinos, Sot y Tuéjar. Con otros pleitos con las Órdenes militares por los pueblos que poseían en el país, logró el Obispo de Ull, reconstituir la diócesis en los términos que hoy tiene, y murió en 1363, dejando en poder del de Valencia varias parroquias y otras en manos del de Tortosa que las tenía en secuestro.
Para recobrarlas D. Iñigo de Valteria, acudió al papa Gregorio XI, quien por Bula de 19 de Junio de 1376, dio comisión a Álvaro Martínez, arcediano en Cuenca, para que examinase la cuestión, visitando los
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lugares, llamando testigos, etc., y remitiese las diligencias a la Santa Sede para resolver lo que procediese en justicia. En Abril de 1377 estaba cumplida la información, proponiendo que el Obispo de Valencia devolviese a Segorbe las poblaciones de Arenoso, Villahermosa, Córtes, Zucaina, Villamalur, Torralba, Fuentes, Ayodar, Berniches, Villamalefa, Cirat, Caudiel, Tormo, Torrechiva, Bueynegro, Tuéjar, Espadilla, Vallat, Argelita, Arañuel y Montanejos, por la parte del rio Mijares; Murviedro, Canet, Cuart, Albalat, Gilet, Alfarella, Estivella, Balsega, Arenas, Serra, Torres‐Torres, Alfara, Algimia, Arguines; Algar, Almarda, Albaget, Quemalo, Benifassó, Saura, Almovig, Santa Coloma; Benavites, Larap, Petrés, Nangra, Esgart, Porta‐coeli, Olocau, Marines, Pardines, Olla, Torres, Gátova, Benisanó, Garrofera, Liria, Chulilla, Villar, Losa y Bétera, por otros lados. Proponia tambien que el obispo de Tortosa hiciese entrega al de Segorbe, de las villas de Onda, Nules, Uxó y Almenara, con sus aldeas y dependencias.
Mas la muerte de Gregorio XI, las perturbaciones que sucedieron a la elección de Urbano VI y el cisma de Occidente, impidieron dar termino al asunto, quedando la diócesis de Segorbe con la circunscripción irregular que todavía tiene, y continuando como de Valencia y Tortosa aquellas parroquias, algunas de las cuales situadas al otro lado de Segorbe, pasan por esta ciudad y deben hacer largo y penoso viaje para comunicarse con sus Prelados.
A las parroquias de Segorbe estuvieron unidas las de Albarracín hasta 1577, en que el Papa Gregorio XIII, a solicitud de Felipe II, poniendo Obispo en Segorbe y Obispo en Albarracín por la Bula Regimini Universalis Ecclessiae de 21 de Julio de 1577. Desde entonces el Obispado de Segorbe se compone de tres parroquias en Aragón, de una en Castilla, y de las recobradas en el reino de Valencia por virtud de las sentencias mencionadas. El Obispo, al salir de la parroquia de la Catedral, sale también del Obispado por la parte de la carretera de Valencia, por la parte de Espadán toca a la diócesis de Tortosa en llegando a la segunda parroquia mientras necesita tres jornadas para ir a sus últimas parroquias del lado de Castilla.
El Concordato de 1851 dispuso que la Sede de Segorbe se traslade a Castellón de la Plana, cuando las cosas estén dispuestas. Diccionario de Ciencias Eclesiásticas…,
Tomo Noveno, p. 598.
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ACS, Biblioteca Capitular, fondo histórico
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En el presente año 2016 se cumple el 940 aniversario del titulo «Segobricense»” que llevan los obispos de Segorbe, hoy Segorbe‐Castellón, que se les dio en 1176; el 810 aniversario de la confirmación de este título, que hizo el papa Inocencio III en el año 1206; y, por último, el 780 aniversario de la concesión de la jurisdicción eclesiástica sobre Segorbe y poblaciones cercanas hecha por Zeit Abuzeit al obispo, dada en 1236 tras su conversión al cristianismo. Tal concurrencia de efemérides hemos querido conmemorarlas con la aportación de la recuperación de unos textos, redactados en su día por el obispo de Segorbe Aguilar Serrat a finales del siglo XIX, y que tienen una fuerte vinculación con el trasfondo de todo lo que recordamos, donde la cuestión Segóbriga es el eje motivador.
No es nuestra intención retomar la vieja disputa o debate sobre Segóbriga, su localización y si esta corresponde con la actual ciudad episcopal de Segorbe. Muchas páginas se han escrito sobre ello, algunas de las cuales volverán aquí y ahora a recordarse, aunque pensamos que la cuestión seguirá mucho tiempo en permanente discusión y sin que quede definitivamente zanjada, algo que quizá nunca ocurra, pues tras ella hay mucho de política. Como la hubo en su principio, lo que nos señaló ya en su día Helios Borja al escribir que en la decisión del arzobispo Cerebruno de restituir la vieja diócesis visigoda, totalmente ajustada a derecho, «había un trasfondo político: el deseo de Castilla de salir al Mediterráneo a través de los valles del Palancia y del Turia».
Los tres aniversarios coincidentes en este año giran en definitiva sobre esta cuestión geopolítica, donde la restauración de la sede visigoda de Segóbriga se plasmará sobre un espacio territorial de concreta ubicación geográfica y con una justificación que, desde los inicios, obedece a la política del momento. Recuérdese que la sede se “restaura” para ofrecer jurisdicción eclesiástica al nuevo señorío de los Azagra en Albarracín, pero sus obispos en los primeros años llevaron como título el de Arcabricensi y solo la conquista de Cuenca al poco tiempo obligó a corregir aquella decisión dando origen, en 1176, al cambio a Segobricensi, nada clara ya en aquel primer momento por vincular Albarracín con la vieja ciudad de Segóbriga, por lo que finalmente el papa Inocencio III zanjó la disputa en 1206, pero a partir de ese momento surgiría la necesidad de recuperar la musulmana Segorbe para apaciguar las críticas, lo que en sus efectos espirituales se lograba con la concesión de Zeit Abuzeit de 1236.
Dice Vicente Simón, en su libro Segóbriga según los escritores, que la ubicación de Segóbriga es «una larga polémica de siglos, pues tuvo su inicio en el siglo XVI y todavía perdura en la actualidad», lo cual no es del todo cierto pues la polémica ya se originó en el siglo XIII cuando, tomada Segorbe por el rey Jaime I, el tema fue el argumento utilizado para adscribir la ciudad al obispo de Valencia y negar a esta la cátedra y presencia del prelado asentado hasta entonces en Albarracín, algo que perduró hasta las primeras décadas del siglo XIV cuando Roma dispuso que Segorbe era sede episcopal para los obispos Segobricensis. Luego todo quedó en silencio, hasta que efectivamente en el siglo XVI los nuevos cronistas
La colaboración de Aguilar y Serrat, obispo de Segorbe, en el diccionario de ciencias eclesiásticas de Perujo y Angulo (1889)
Magín Arroyas Serrano, Archivo de la Catedral de Segorbe
Edición: 22/12/2016
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eruditos de la época vuelven a retomar la cuestión. Ya en esa época, como consecuencia de la desmembración en 1577 de las diócesis de Segorbe y Albarracín, desde este último lugar se reivindicó ser la auténtica sede segobricense, lo que sería contestado en 1664 por Francisco de Villagrasa en su obra Antigüedad de la Iglesia Catedral de Segorbe y catálogo de sus obispos, donde dedica el capítulo primero de la publicación a establecer la relación y confirmación de que Segorbe es la anterior Segóbriga, de ahí el justo título de sus prelados.
Con posterioridad, otros autores escribieron sobre el tema al tratar de la diócesis y obispos de Segorbe, como fueron el Padre Flórez en su España Sagrada (1758), que se inclinaba por establecer esa relación, Gregorio Mayans en su Tractatus de Hispana Progenie Vocis Ur (1779) negando la vinculación, o Joaquín Villanueva en sus cartas publicadas en Viaje Literario a las Iglesias de España (1804‐1806), donde escribirá tras aportar referencias de cartas pontificias «a mí me basta lo dicho para no despojar a esta iglesia de la persuasión en que está por espacio de 627 años de ser sucesora de la Segobricense antigua, cuanto más que no busco ni me ha venido
al pensamiento poder hallar los ritos y literatura de aquella ciudad, que yace sepultada donde Dios se sabe y los hombres no».
Esta afirmación de Villanueva parece la respuesta a lo escrito por José Cornide, en las Memorias de la Real Academia de la Historia, tomo III (1799), quien negaba con gran vehemencia que Segóbriga fuese la actual Segorbe y señalaba que sus ruinas se localizaban en Cabeza del Griego, en el término municipal de Saélices. Pero no solo es Cornide y otros ajenos a Segorbe, quienes han mantenido esta postura en los años posteriores. Pocos años después de la opinión de Aguilar, que veremos a continuación, Joaquín Costa en un artículo publicado en 1893 en la revista El Archivo dirigida por Roque Chabás, tratando sobre el tema, establece la posibilidad de que hubo en la antigüedad dos ciudades con el nombre de Segóbriga, y que la actual Segorbe ocupó la anterior Segestica, de tal manera que la hoy ciudad de Segorbe «debió el nombre de Segóbriga a una colonia de celtíberos establecida en el siglo II antes de J.C.». Ya más recientemente, en 1973, José Blasco al publicar su tesis doctoral con el título Historia y derecho en la catedral de Segorbe, en los antecedentes histórico‐jurídicos de la sede dedica el capítulo primero a la cuestión Segóbriga y lo hace hablando de «Segóbriga visigoda», «Segóbriga no es Segorbe»” y
Vicente Simón Aznar, Segobriga según los escritores (1991).
Francisco Villagrasa y Teruel Antigüedad de la Iglesia Catedral… (1664).
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«Segóbriga en Cabeza del Griego», concluyendo que la vieja ciudad episcopal se halla en tierras conquenses.
Retomando el título del artículo, centrémonos en la aportación del obispo Aguilar al Diccionario de Perujo y Angulo, aunque no nos apartaremos del tema que venimos comentando como se verá a continuación. El Diccionario de ciencias eclesiásticas, teología dogmática y moral, sagrada escritura, derecho canónico y civil…, es una obra publicada bajo la dirección de Niceto Alonso Perujo, doctoral de la catedral de Valencia, y Juan Pérez Angulo, deán jubilado de Manila, en la que participaron muchos escritores eclesiásticos. Sus diez tomos se editaron en Valencia, entre los años 1883 y 1890, aunque en algunos libros aparece como pie de imprenta otras localidades. En su momento se consideró una magna empresa editora, apareciendo como obra de adquisición para las bibliotecas públicas comprada por el Estado según recoge la Gaceta de Madrid ya en 1886, y como señala Pedro Pascual en Escritores y editores en la Restauración canovista (1875‐1923), amparada por el rigor de los impulsores, profesores del Seminario de Valencia, institución que en aquellos años se distinguía, en palabras de Rafael Sanz de Diego (Medio siglo de relaciones Iglesia‐Estado: El Cardenal Antolín Monescillo y Viso, 1811‐1897), por tener entre su profesorado gente de gran competencia: «Una muestra de su nivel científico es el Diccionario de Ciencias Eclesiásticas, en 10 volúmenes, dirigido por dos profesores del Seminario, Niceto Alonso Perujo y Juan Pérez Angulo».
Como se ve, el proyecto editorial era de gran calado e interés, y entre sus casi diez mil entradas o voces, los distintos volúmenes ofrecían las correspondientes a las ciudades sedes episcopales en la España del momento. En el volumen o tomo Noveno de la obra, editado en 1889, en la página 348, en la referencia Segorbe solamente aparece impresa la siguiente frase: «Diócesis española muy antigua, sufragánea de Valencia», y a continuación prosigue «Véase al fin de este tomo», remitiendo al final del mismo en la página 596, donde precedido de la nota «No habiendo sido posible insertar este excelente artículo en su lugar correspondiente (arriba pág. 348) lo ponemos aquí para que no falte en este Diccionario un artículo tan importante», a lo que siguen en texto que concluye en la página 598 del citado tomo noveno, las voces Segorbe, Segóbriga o Segóbrica (Ciudad de) y Segorbe (Obispado de), ambas bajo la firma de «Francisco de Asís Aguilar, Obispo de Segorbe» como autor de los textos.
Como hemos indicado al principio, ambas aportaciones al Diccionario realizadas por el obispo Aguilar han pasado bastante desapercibidas. En la extensa y reciente biografía del prelado realizada por Francisco José Guerrero, Un cruzado contra el Liberalismo. Aguilar y Serrat (Manlleu 1826‐Segorbe 1899) Obispo de Segorbe, no se las cita en el amplio listado de sus publicaciones y aportaciones literarias, de ahí
Francisco José Guerrero Carot, Un cruzado contra el liberalismo. Aguilar y Serrat...
(2013).
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que podamos hablar de recuperación de las mismas el centrar en estos textos el recuerdo de las efemérides que concurren en este año en el título de los obispos de Segorbe.
Sobre los citados textos de Aguilar, lo primero que llama la atención es la nota de la página en la que correspondería estar el dedicado al obispado de Segorbe. Parece que este no lo concluyó a tiempo el prelado escritor, algo que se le suele atribuir en muchas ocasiones en las que se habla de los «retrasos» en sus compromisos en un personaje que fue bastante prolijo, y al remitir finalmente sus aportaciones estas se ubicaron en las últimas páginas del final del volumen o tomo. Bueno, ello sería algo que ha ocurrido en otros casos, adoptando la misma solución. Pero no es tan solamente este detalle el que llama la atención; hay un segundo que es quizá más interesante. Todas las voces de obispados se resuelven con un solo texto, pero en el caso de Segorbe son dos las aportaciones, pues el resumen sobre el obispado se ve precedido por una voz o mención a la ciudad sede de la diócesis, y eso es el único ejemplo que acontece en el Diccionario.
La pregunta que nos viene a la cabeza es bastante simple: ¿por qué esta peculiaridad? Se podría decir o responder que se trataba de un escritor que, además de ser un gran erudito y conocedor de temas históricos, autor de un manual de Historia Eclesiástica, con vínculos con la Academia de la Historia, coincidía en ser el prelado diocesano y por ello se podía tener la deferencia. Pero serían respuestas cortas y sencillas. Había un trasfondo político en el momento histórico, con posibles repercusiones sobre la sede diocesana de Segorbe, y de nuevo se tuvo que hacer política en el planteamiento de la cuestión.
Cuando se edita el Diccionario nos encontramos en plena efervescencia de la época histórica que conocemos como el tiempo de la Restauración, un momento en el que el poder político potenciaba su presencia controladora a través de la autoridad provincial, algo que de nuevo ponía sobre la mesa lo dispuesto en el Concordato de 1851 que fijaba las sedes diocesanas en las capitales de provincia, lo que en el caso de Segorbe como en otros núcleos puntuales y concretos no se había llevado a término. Aguilar conocía estas presiones y optó por un camino de oposición al traslado magnificando el pasado histórico de la sede que ocupaba, algo que acabaría desarrollando en su obra Noticias de Segorbe y de su obispado, que aparecería en 1890. Tuvo que hacerse Segobricensis para seguir siendo Segorbino, y no es un juego de
Diccionario de Ciencias Eclesiásticas…, Tomo Noveno, p. 348.
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palabras, de ahí que a la entrada sobre la Diócesis le precediera necesariamente la defensa del origen de la ciudad sede episcopal hasta el momento.
A la hora de redactar sus voces, Aguilar podía haber recurrido a la mención de todas las teorías que los eruditos venían utilizando en defensa o detrimento de esta vinculación geográfica, pero el prelado historiador desde el primer momento manifiesta su punto de conclusión, estableciendo que Segorbe es la vieja Segóbriga. Podía haberse fundado en la descripción que de la ciudad escribiese, en 1849, Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico‐Estadístico‐Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, donde se vuelve al tema de la vinculación geográfica, pero pesó mucho más en su convicción ¿? la defensa que a principios del siglo XIX hiciera de la cuestión el canónigo de Segorbe Miguel Cortés, en un momento por cierto donde también se planteaba el establecimiento de las sedes en las capitalidades provinciales, algo que ya se pretendió durante la administración napoleónica en España. Y eso que debía conocer lo escrito al respecto por Muñoz y Soliva, en 1860, al publicar un libro sobre Cuenca que nos recuerda en su lectura una finalidad idéntica a la de Aguilar en su obra sobre Segorbe, en el que aquel historiador refuta la opinión de Flórez, aduciendo lo siguiente: «La posesión del nombre de Segobricense que se dio al obispado de Segorve (sic), prueba muy poco. Cuando en el siglo XII se dudaba de la verdadera situación de Segóbriga, ¿qué vale un título que se dio en el siglo XIII sin otro motivo que la semejanza del nombre?».
Miguel Cortés y López (1777‐1854) publicaba entre los años 1835‐1836, editado por la Imprenta Real de Madrid, su Diccionario Geográfico‐Histórico de la España Antigua Tarraconense, Bética y Lusitana, una obra que Jorge Maier ha definido como «la publicación de mayor envergadura de este periodo…que ha marcado un hito en los estudios de la geografía histórica de la Hispania antigua y que fue manual fundamental para las generaciones de su tiempo y aun posteriores». Y en ella, Cortés se extendió prolíficamente en erudición para concluir que Segorbe, donde ocupaba su canonjía, era la Segóbriga que mencionaban los clásicos.
Como nos aclaraba el citado Maier, aunque no se sepa cuando el autor empezó a trabajar la obra, si se conocen los motivos que le indujeron a ello, «que se debieron, según el mismo dijo, a su interés por discernir la correcta ubicación de la antigua Segóbriga», algo que nos puntualiza en una nota a pie de página donde escribe que es «posible que fuera durante el Trienio, al participar en las discusiones sobre la división del territorio nacional y especialmente al oponerse a que Castellón de la Plana fuera cabeza de provincia en lugar de Segorbe, donde Cortés situaba Segóbriga. Esta correspondencia ya había sido puesta en duda por Cornide y otros, que la situaban en Cabeza del Griego. A pesar de los importantes trabajos y estudios de Cornide la identificación con Cabeza del Griego no estaba ni mucho menos asumida a comienzos del siglo XIX, como así se desprende de lo manifestado por Jaime Villanueva en su Viaje Literario a las Iglesias de España».
Al evocar las efemérides que en este presente año se vinculan con el título que llevan nuestros prelados diocesanos, vale la pena recordar viejas polémicas nunca resueltas y en las que los planteamientos políticos han prevalecido sobre la búsqueda de una certeza que quizá nunca será alcanzable. No es la situación algo que se aleja en el tiempo, pues polémicas semejantes han existido e incluso en ocasiones vuelven a resurgir en nuestras tierras. Pero la forma de acercarse al pasado y quitar hierro como se suele decir a los temas, puede ser recuperando la opinión de otros que se manifestaron sobre cuestiones en sus circunstancias históricas, de ahí que sea interesante recordar lo que escribía en breves síntesis hace más de un siglo un erudito prelado sobre Segorbe y sus obispos Segobricensis.
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Anexo:
SEGORBE EN BREVES SÍNTESIS DEL OBISPO AGUILAR.
Segorbe, Segóbriga o Segobrica (Ciudad de).‐ Este nombre constituye un testimonio auténtico de la antigüedad de esta población, anterior a la invasión de los celtas, que añadieron al nombre primitivo Segor, la terminación briga, como lo hicieron en las principales ciudades íberas en su región en que vivieron en adelante, mezclados los íberos con los celtas. Nada más se sabe de ella hasta que los romanos la fortificaron en los principios de sus guerras en la península, por ser punto fuerte, ya por su propia
situación y altamente estratégico por estar a la entrada de la región interior que tanto les costó someter a su dominio. Caput Celtiberiae llamó Plinio a Segóbriga, y a la Celtiberia la llamaban los romanos rebellateix, título honroso en aquellas circunstancias, porque solo significaba el esfuerzo con que sus gentes defendían la independencia del territorio y las memorias de sus pasados.
La palabra Segóbrica se transformó fácilmente en Segorbe, como sucedió con muchos otros nombres, en los tiempos de la baja latinidad o bajo la dominación sarracena.
A pesar de ser esto tan claro, púsose en duda poco después de la reconquista pretendiendo que la actual Segorbe no es la antigua Segóbrica de los romanos y los godos, suponiendo que esta existía en tierras de Aragón o de Castilla; pero tales presunciones, inspiradas y apoyadas, más que por razones arqueológicas e históricas, por motivos políticos y de codicia, se acallaron, cayendo en olvido a proporción que desapareció la causa que las había engendrado.
Mas volvieron a reproducirse, pretendiendo llevar la antigua Segobrica a Cabezo del Griego, a fines del siglo XVI, cuando comenzaron a descubrirse en Cabezo del Griego las ruinas, a lo que parece, de la famosa Ercavica. Con mayor empeño se defendió todavía esta opinión a últimos del siglo último, en que el prior de Uclés D. Antonio Tarija, fomentó con gran celo y desinterés, los descubrimientos de cabeza del Griego.
Diccionario de Ciencias Eclesiásticas…, Tomo Noveno, p. 596.
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Sosegadas las pasiones, doctas, que no por ser de sabios ciegan menos los entendimientos, se estudiaron con imparcialidad y mayor atención el texto de los escritores romanos, y los monumentos antiguos, produciéndose la convicción máxima de que la Segorbe de hoy es segura e indudablemente la Segóbriga de los tiempos antiguos.
Para sostener lo contrario, sería preciso borrar en Estrabón, en Plinio, en Ptolomeo y en otros autores las páginas que escribieron acerca de Segóbrica, puntualizando su situación, derruir las torres, puertas y murallas romanas que todavía están aquí en pié, y romper las monedas y medallas que conservamos.‐ Francisco de Asís Aguilar, Obispo de Segorbe.
Segorbe (Obispado de).‐ Acerca de la fundación y primeros tiempos de este Obispado, nada puede afirmarse con seguridad, sino que es de los antiguos de España, como sucede respecto a otras diócesis, de cuya antigüedad no se duda, aunque de ninguna se conocen los Obispos, a no haber ocurrido en ellas algún suceso extraordinario. Estando Segorbe sobre los caminos de Zaragoza a Valencia y de Tarragona al interior, hubo de tener muy pronto noticia de la visita de Santiago y de las maravillas que allí se obraron, así como de la predicación de San Pablo en Tarragona pocos años después. Esto, y la importancia que entonces tenía la ciudad, constituyen un fundamento razonable para conjeturar que, si ninguno de los Apóstoles llegó a Segorbe, al menos tardaría poco tiempo en venir a establecer Sede en ella alguno de sus discípulos.
Los primeros Obispos conocidos (no decimos los primeros Obispos de Segorbe) son los que asistieron a los Concilios de Toledo, a saber: Próculo, en 589; Porcario, en 610; Antonio, en 633; Floridio, en 653; Eusicio, en 655 y 656; Memosio, en 675 y 681; Olipa, en 683; Antesio, en 687 y 693. ¿Hubo en esta época otros Obispos, además de los nombrados? Bien puede ser. ¿Los hubo posteriores a Antesio? Es probable; pues además de que un Pontificado desde antes de 687 hasta la ocupación de Segorbe por los sarracenos sería muy largo, debe considerarse que esta ciudad no fue atacada
Diccionario de Ciencias Eclesiásticas…, Tomo Noveno, p. 597.
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Probablemente tardarán en estarlo y cuando lo estuvieren, no vemos que ventajas podrían resultar para la buena administración episcopal de hacerse el traslado. Estando Castellón situado casi sobre el mar, y siendo tan extenso y montuoso el espacio que existe entre Tortosa, Teruel, Cuenca y Valencia, se necesita, a nuestro parecer que haya una sede interior para hacer las santas visitas, y para que los fieles puedan acudir sin insoportables dispendios a la curia episcopal siempre que les sea necesario. Francisco de Asís Aguilar, Obispo de Segorbe.
Fuentes bibliográficas:
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ALONSO PERUJO, Niceto; PÉREZ ANGULO, Juan: Diccionario de Ciencias Eclesiásticas, Tomo Noveno, Barcelona, 1889, pp. 596‐598.
BLASCO AGUILAR, José: Historia y derecho en la catedral de Segorbe, Valencia, 1973.
BORJA CORTIJO, Helios: “La Diócesis de Segorbe‐Albarracín”, La Luz de las Imágenes, Segorbe, Valencia, 2001, pp. 17‐57.
CORNIDE, Josef: “Noticia de las antigüedades de cabeza del Griego”, Memorias de la Real Academia de la Historia, tomo III, Madrid, 1799.
CORTÉS Y LÓPEZ, Miguel: Diccionario Geográfico‐Histórico de la España Antigua Tarraconense, Bética y Lusitana,Madrid, 1835‐1836.
COSTA, Joaquín: “Litoral ibérico del Mediterráneo en el siglo VI‐V antes de J.C.”, El Archivo. Revista Literaria Semanal, tomo Séptimo, 1893, pp. 297‐299.
FLOREZ, Enrique: España Sagrada, Tomo II, Madrid, 1758.
GUERRERO CAROT, Francisco José: Un cruzado contra el Liberalismo. Aguilar y Serrat (Manlleu 1826‐Segorbe 1899) Obispo de Segorbe, Segorbe, 2013.
MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico‐Estadístico‐Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, tomo XIV, Madrid, 1849, pp. 64‐67.
MAIER ALLENDE, Jorge: Noticias de Antigüedades de las Actas de Sesiones de la Real Academia de la Historia (1834‐1874), Madrid, 2007.
MAYANS Y SISCAR, Gregorio: Tractatus de Hispana Progenie Vocis Ur, Madrid, 1779.
MUÑOZ Y SOLIVA, Trifón: Noticia de todos los Ilmos. Señores Obispos que han regido la Diócesis de Cuenca… Cuenca, 1860, p. 414 y ss.
PASCUAL, Pedro: Escritores y editores en la Restauración canovista (1875‐1923), Tomo II, Madrid, 1994.
SANZ DE DIEGO, Rafael Mª: Medio siglo de relaciones Iglesia‐Estado: El Cardenal Antolín Monescillo y Viso (1811‐1897), Madrid, 1979.
SIMÓN AZNAR, Vicente: Segóbriga según los escritores, Segorbe, 1991.
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VILLANUEVA, Joaquín: Viaje Literario a las Iglesias de España. Madrid, 1804‐1806 (edición extractada, Viaje Literario a la Iglesia de Segorbe, Segorbe, 2001)
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Ventura de los Reyes Corradi, retrato del obispo Francisco de Asís Aguilar. Museo Catedralicio de Segorbe.
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El Museo cataloga:
El cáliz mayor de la Seo de Segorbe. Una obra del mecenazgo del obispo Bartolomé Martí (1474‐1498)
Dr. David Montolío Torán, Conservador del Museo Catedralicio
Edición: 19/03/2017
La obra del gran cáliz de la Seo (Nº Inv.: 370) constituye, por su sabia combinación de elementos profanos y religiosos, una de las obras más desconcertantemente ricas de todo el panorama de la orfebrería de su época en nuestras demarcaciones. Obra de grandes dimensiones (31,5 x 20,5 cm), en plata dorada, repujada y calada, con aplicación de elementos de fundición, en sus repertorios se combinan los grutescos y las figuras mitológicas de la antigüedad clasicista en un objeto de pleno uso litúrgico, correspondiendo a un trabajo previo a la convocatoria del concilio de Trento. Una obra tan excelsa que, salvo su parejo andillano, tan sólo tuvo una secuela en uno de los cálices conservados en el Museo Catedralicio de Segorbe, fechado en el año 1561. No hay que olvidar que parte de estos repertorios eran modelos habituales en las pinturas de los Macip, estaban presentes en la arquitectura de algunos retablos como el de la Catedral de Valencia obra de los Hernandos y en algunas casonas señoriales de la ciudad de Valencia, como el Palau del Almirall.
Habiendo sido la obra estudiada por diversos expertos como Rodríguez Culebras, Gil Cabrera, Bartolomé Roviras, Montolío Torán u Olucha Montins, los últimos estudios que venimos realizando, sin embargo, derivan la fabricación de esta extraordinaria pieza a una cronología más temprana, al identificarse el escudo heráldico conservado en su pie. Hasta el presente vinculado con las armas del obispo Gilabert Martí, en realidad se tratan de las de su antecesor Bartolomé Martí (1474‐1498), como se ha podido comprobar tras unos trabajos de restauración llevados a cabo, hace pocos años, en la Catedral de Albarracín con la recuperación de uno de los emblemas del prelado. La colaboración técnica entre ambas instituciones hermanadas históricamente, las Catedrales de Segorbe y Albarracín, permitió al Museo Catedralicio contrastar los testimonios conservados, identificar el escudo como del obispo indicado y compartir dicha información con la Fundación Santa María de Albarracín.
Unos valiosos datos plasmados en el trabajo “El arte al servicio de una idea. La catedral de Segorbe en tiempos del clasicismo”, y que han devenido en
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ubicar la presente obra en el último tercio del siglo XV, coincidiendo plenamente con la actividad de Francesc Cetina (1458/1496‐97?) en Valencia colaborando en la confección del retablo mayor de plata de la Catedral, entre otros artistas, bajo la dirección del pisano Barnabo Thadeo de Piero da Ponce, donde pudo aprender las nuevas maneras “al romano” aplicadas a la orfebrería, introducidas en las trazas de este imponente trabajo, lamentablemente destruido en 1812.
La obra del cáliz de Segorbe no puede entenderse sin el retablo de plata de Valencia, y sin la relación de Bartolomé Martí con el entorno Papal de la familia Borja, como hemos podido contrastar con la existencia en la seo segobricense de obras como la Icona de Antoniazzo Romano. En este sentido, cabe recordar que el retablo de la Seo Valentina pudo llevarse a buen término con las indulgencias concedidas al efecto por el papa Calixto III, familiar de nuestro obispo, en 1489, siendo realizado por un taller italiano o italianizante del que, pensamos, surgió la
importante pieza del presente cáliz en una cronología muy temprana, quizá la más antigua de su serie.
Primera obra de una secuencia, de la que podemos destacar ejemplos tan notables como los cálices de Játiva, Gandía, Andilla, San Nicolás de Valencia o Bocairent o también, en esta línea, la cruz relicario y arqueta de Vila‐real o la cruz de El Salvador de la iglesia parroquial de Pina de Montalgrao, entre otras piezas, una serie de obras que deberíamos vincular, por su homogeneidad al italianismo del taller de los Cetina, desde Francesc a Bernat Joan Cetina (1497‐98/1552), este último platero de la Catedral. Además, la influencia de estas obras tan excepcionales en la orfebrería valenciana de menor presupuesto, fue notabilísima durante más de medio siglo, conservándose ejemplos tan sobresalientes como el cáliz de la capilla de la Sapiencia de la Universidad de Valencia, ya marcada como algunas otras de las primeras décadas del XVI, con el punzón de Valencia.
En este sentido, tal ha sido su impronta en la platería valenciana que, con la restauración del presente cáliz para la exposición de La Luz de las Imágenes de Segorbe el taller Piró orfebres, sacó moldes de las diferentes secciones de la pieza, para la confección de nuevas obras modernas. Tal es el caso del cáliz del obispo Juan Antonio Reig, conservado también en el museo segorbino (nº inv.: 437).
Bartolomé Martí, Natural de Játiva y familia de los Borja, mayordomo del cardenal Rodrigo de Borja y elegido por el Pontífice, no pudo tomar posesión hasta 1479, pues el cabildo había
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elegido a Gonzalo Fernández de Heredia. Creado cardenal por Alejandro VI en 1496, estando en Roma renunció al obispado en 1498 con la condición de volverlo a ocupar si éste quedaba vacante. Tras el efímero paso de Juan Marradas (1499), de origen valenciano y canónigo de la sede segobricense, que murió sin siquiera entrar en la diócesis, recuperó la sede el obispo Bartolomé, aunque falleció en Roma poco tiempo después, el año 1500, sin regresar a Segorbe.
Gran mecenas de las artes, durante su periodo de gobierno, se realizó una nueva sillería de coro para la catedral, pavimentó el templo, construyó el nuevo reloj, las nuevas puertas de la Seo o el nuevo retablo mayor, entre otras muchas actuaciones en su sede catedralicia.
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Referencias Bibliográficas
‐RODRÍGUEZ CULEBRAS (1988), R: “Orfebrería y Artes industriales del período gótico”, en Historia del Arte Valenciano, Vol. 2, Valencia, 1988, pp. 157‐159.
‐GIL CABRERA, J.L: “Calze de Gilabert Marti bisbe de Sogorb”, en Catálogo de la exposición Xativa. Els Borja. Una projecció europea, nº 53, Xativa, 1995, pp 158‐160.
‐GIL CABRERA, J.L: “Cáliz de Gilaberto Marti, obispo de Segorbe”, en Catálogo de la exposición El arte de la plata y de las joyas en la España de Carlos V, nº 50, La Coruña, 2000, pp 184‐185.
‐BARTOLOMÉ ROVIRAS, L : “Cáliz del obispo Gilaberto Martí”, en Catálogo de la exposición La luz de las imágenes‐Segorbe, nº 72, Valencia, 2001, pp. 406‐407.
‐OLUCHA MONTINS, F y MONTOLIO TORAN, D: “El retablo de San Vicente Ferrer del Museo catedralicio de Segorbe. Nuevas aportaciones”, en La Diócesis de Segorbe y sus gentes a lo largo de la historia. Volumen Homenaje al profesor Ramon Rodríguez Culebras, Castellón, 2004, pp. 131‐144.
‐MONTOLÍO TORÁN, D., El arte al servicio de una idea. La Catedral de Segorbe en tiempos del clasicismo, Segorbe, 2014.
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Las voces las indica al principio del primer pentagrama de cada papel. En el caso del Tiple 2º aunque no figura se deduce por haber Tiple 1º. A su vez, la voz de Tenor no se indica tampoco en el papel, pero así la cataloga Climent.
Signatura actual: PM, 003/005
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/5; Debón (inv. 1886), Villancicos a la Virgen en varias festividades, 1; Climent (cat. 1984), registro 777.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Cielos a gemir gemir / agua a llorar llorar» (Tiple 1º)
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06: De cuantos hierros forjó. Tono al Santísimo Sacramento, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor; Acompañamiento cifrado de órgano.
Tonalidad de la obra: Fa Mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Al SSmo. Sacramento / De quantos yerros forjó / A 4ª / Durón», con todos los textos subrayados a una línea la primera frase y doble las restantes. En la parte superior derecha, «Nº 53», a tinta. Sobre el texto de portada, «3=6», a lápiz.
Hay una anotación en el interior del papel de acompañamiento: «32 / 18 solo / 8 a 4».
En el papel de Tiple 1º, en el cuarto pentagrama hay un tachón de notas, y se sustituye la letra «q. amor» por «nos forja esperanza». Es mano distinta, y parece de principios del siglo XIX.
En el papel de Tenor, en el cuarto pentagrama se tacha la letra «que arda en el yunque» y se sustituye por «nos forja esperanzas». Es la misma mano de las correcciones del papel de Tiple 1º, y parece de principios del siglo XIX.
Signatura actual: PM, 003/006
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/6; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo, 53; Climent (cat. 1984), registro 774.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «De quantos yerros forjó / el hombre contra la gracia» (Tiple 1º)
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El Archivo documenta:
Catalogación de la obra de Sebastián Durón (1670‐1716) en el fondo musical catedralicio
Magín Arroyas Serrano, archivero Vicente Martínez Molés, musicólogo. Grupo Documentación Musical ACS
Edición: 12/12/2017
Sebastián Durón Picazo (Brihuega, Guadalajara, 1670‐Cambo‐les‐Bains, Francia, 1716) es uno de los grandes músicos del barroco español. Organista en varias plazas de diferentes templos de la geografía española, acabó siéndolo en la Real Capilla de Madrid donde ascendió posteriormente a la condición de maestro de Capilla, que ejerció entre 1701 y 1706, año en el que como consecuencia de la guerra de Sucesión se exilió a Francia.
Nunca tuvo una relación directa con la capilla musical de la Catedral de Segorbe, ni nos consta que la tuviese con alguno de los maestros de Capilla de la misma, pero su música sacra se incorporó al fondo musical de esta con unas obras cuyos papeles cronológicamente se pueden datar en el siglo XVIII.
Las piezas musicales son todas ellas de un género que de forma general se ha definido como villancico, si bien los propios papeles las identifican como solo, dúo, cuatro y tono, utilizando terminología propia de la época en que se compusieron. Son pues obras que no forman parte de piezas que se pueden definir de la liturgia formal o ritual, sino que se integran en la otra obra musical que complementa la misma, algo que en muchas ocasiones la musicología ha diferenciado distinguiendo obras “en latín” y obras “en romance” para hacer visible, en base al uso de la lengua de texto, esa distinción.
Por lo que respecta a las referencias documentales o bibliográficas sobre el fondo musical del archivo en la que se hace alusión a las obras de Durón, esta se limita con anterioridad a la presente publicación al inventario manuscrito que, en 1886, redactara el chantre Joaquín Debón Hernández y al catálogo impreso publicado, en 1984, por José Climent Barber. Recientemente se ha presentado sobre la cuestión una comunicación en el congreso de la Sociedad Española de Musicología, realizado en Madrid el pasado año 2016.
En la comparación que ofrecen estas informaciones, se ha de destacar que si bien en la primera de ellas se mencionaba un total de diecisiete obras de este autor en el fondo del archivo, las otras dos la limitan a un total de doce que son las actualmente existentes. Otra cuestión, aparte de la numérica, es la discrepancia en algunos títulos, pero ello nos aparta de la función de esta publicación que se limita a dar noticia de la obra catalogada dentro del trabajo de nueva catalogación realizado en el archivo.
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Como ejemplo de ampliación de información del nuevo catálogo frente al inventario de finales del siglo XIX y al anterior catálogo del archivo del último tercio del XX, indicamos cómo se referenciaba la primera de las obras que aparece en el actual documento de gestión, la que lleva por título Volcanes de amor.
1/ Inventario del chantre Joaquín Debón, dentro del apartado Villancicos del Santísimo del listado:
48. A 4. Volcanes de amor. Durón.
Es decir, después del número ordinal que ocupa en el listado específico del género musical, que figura anotado como refererencia o signatura en la portada o carátula de la obra, se indica el contenido de voces, a lo que sigue el título de la composición y el nombre del autor.
2/ Catálogo de José Climent, ordenado por autores:
780.‐ Volcanes de amor.
Tono” al Santísimo Sacramento” a 4 voces SSAT y acomp. cifrado. 5 particellas. 3/1.
En este caso precede el número de registro en el catálogo, a lo que sigue la descripción del título, mención de género musical y entre comillas tema al que se dedica la pieza, número de voces descritas por sigla de las mismas, así como tipo de acompañamiento instrumental, número de particellas conservadas, concluyendo con la referencia a la signatura del expediente en la nueva clasificación del archivo que se hizo en aquel momento.
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ISSN 2171‐6285
Catálogo actual
Doce son las obras musicales de Sebastián Durón que conserva el Archivo de la Catedral de Segorbe dentro de su fondo musical que, en base a la información aportada por los papeles de cada expediente, se han catalogado nuevamente y cuya información que ahora se aporta es la siguiente: Número ordinal en la relación (en la presente publicación ceñida al autor en concreto), autor, título, género, número de voces y fecha de la obra o de la copia; datación de los papeles y forma; relación de papeles diferenciados por voces e instrumentos; tonalidad de la obra; secciones musicales; notas (en las que se describen todas aquellas que pueden interesar para una descripción más completa); signatura actual en el fondo; signaturas antiguas o referencias en inventarios y catálogos anteriores; incipit musical (reproducción de imagen original si se puede o trascripción a notación moderna, señalando el papel del que ha sido tomada) y, finalmente, incipit literario (indicando papel del que ha sido tomado).
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 58
ISSN 2171‐6285
01: Volcanes de amor. Quatro al Santísimo Sacramento, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor; Acompañamiento bajo continuo cifrado.
Tonalidad de la obra: Fa Mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Quatro al Smo. Sto. / Bolcanes de amor / Durón». En la parte superior e inferior de la anotación sendos adornos diferentes. En el margen superior derecho, «Nº 48», a tinta. Sobre el texto de portada, «3‐1», a lápiz.
En el papel de portada, en la parte opuesta a la misma en su cierre como carpetilla, se copia una letra: «amoroso dulze sueño / niebe escondida entre llamas / amor simulacro al yelo / sol que enciendes y no abrasas / suspende el arpón = Ay / mitiga las llamas / que para tanto fuego / no ay en mis ojos agua». El texto recoje en las primeras cuatro líneas el incio de la copla primera del Tiple 1º, Alto, Tiple 2º y Tenor, por este orden, a lo que sigue en los siguientes cuatro versos la parte común a todas las voces.
Signatura actual: PM, 003/001
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/1; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo, 48; Climent (cat. 1984), registro 780.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Bolcanes (sic) de amor / que me abraso que me quemo» (Tiple 1º)
ISSN 2171‐6285
02: Cuando muere el sol. Tono a la Pasión de Cristo, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor; Acompañamiento bajo continuo cifrado.
Tonalidad de la obra: Do mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Tono a 4 / A la Pasión de Cristo / Quando muere el sol / De Dn. Sebastián Durón». En la parte superior izquierda de la portada, «L7433», a tinta. En el margen superior derecho, «Nº 3», a tinta y «Ax20», a tinta. Sobre el texto de la portada, «3=2», a lápiz. Bajo uno de los extremos de la cruz que hay a modo de signo, «1744», y debajo unas letras (ilegibles), a tinta. En el extremo inferior izquierdo, «Calduch», a tinta.
En el dorso de la portada, donde figura el acompañamiento, anotación «Joachín Fuertes», a tinta.
Hay un trozo de papel suelto con la anotación del título, «quando muere el sol», a tinta.
Signatura actual: PM, 003/002
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/2; Debón (inv. 1886), Motetes de Pasión, 3; Climent (cat. 1984), registro 773.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Quando (sic) muere el sol / triste luto arrastra cielos» (Tiple 1º)
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 60
ISSN 2171‐6285
03: Díganme por qué Cristo. Solo de Tiple al Santísimo Sacramento.
Datación de los papeles: 1744 (copia). Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple; Acompañamiento cifrado de órgano.
Tonalidad de la obra: Sol menor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Díganme por qué Christo / Solo al SSmo. Sacramento / Rúbrica (de José Gil Pérez)». En el margen superior derecho, «Nº 133», a tinta. Sobre el texto de la portada, «3=3», a lápiz. Sobre la rúbrica, «1744», y en la parte inferior derecha de la misma, «Duron», a tinta y con mano distinta a la de la portada.
Los papeles son de dos manos diferentes. El de Solo, parece más antiguo y no tiene compases, mientras que el de Acompañamiento si los lleva.
Climent lo titula «Dígame por qué Cristo».
Signatura actual: PM, 003/003
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/3; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo, 133; Climent (cat. 1984), registro 775.
Incipit musical: Papel de Tiple.
Incipit literario: «Díganme por qué Christo en el Sacramento / estando glorioso está como muerto» (Tiple)
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 61
ISSN 2171‐6285
04: Y pues de tu horror. Tono al Santísimo Sacramento, a 3.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Tenor; Acompañamiento de bajo continuo cifrado.
Tonalidad de la obra: La mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Al Santissº Sto. / A 3 / Y Pues de tu orror / Maestro Durón», con todos los textos a doble subrayado y en la última frase doble subrayado y entre ambos unos adornos. En la parte superior, una Cruz decorada como encabezamiento en el centro. En el ángulo superior derecho, «Nº 46», a tinta. Sobre el texto de la portada, «3=4», a lápiz.
Debón lo titula «Y pues de tu orror» y Climent «Y, pues, de tu horror los alientos».
Signatura actual: PM, 003/004
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/4; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo, 46; Climent (cat. 1984), registro 781.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Y pues de tu orror (sic) / los alientos son tu muerte» (Tiple 1º)
05: Hombres, luces, astros. Tono a la Dormición de la Virgen, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor; Acompañamiento cifrado de órgano.
Tonalidad de la obra: Re menor y modula a Re Mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «A Nuestra Señora a 4 / Hombres, Luzes, Astros / de / D. Sebasn. Durón», con todos los textos subrayados a una línea la primera frase y doble línea las otras. En el margen superior derecho, «Nº 1», a tinta. Sobre el texto de portada, «3=5», a lápiz. Al final de la portada un rayado a modo de colofón.
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 62
ISSN 2171‐6285
07: Zé que duermen unos ojos. Dúo de Tiples al Santísimo Sacramento.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º; Acompañamiento cifrado de órgano.
Tonalidad de la obra: Re menor y modula a Re Mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Dúo / Al SSmo. Sto. / Ze que duermen unos ojos / Durón», con el texto subrayado. En la parte superior una Cruz resaltada en el centro a modo de encabezamiento, y en el margen derecho, «Nº 49», a tinta. Sobre el texto de portada, «3=7», a lápiz.
Signatura actual: PM, 003/007
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/7; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo Sacramento, 49; Climent (cat. 1984), registro 782.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 63
ISSN 2171‐6285
Incipit literario: «Zé que duermen unos ojos / zé zé silencio quedito» (Tiple 1º)
08: Silencio, despacio. Tono al Santísimo Sacramento, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Tiple 3º, Tenor; Acompañamiento de bajo continuo cifrado.
Tonalidad de la obra: Sol menor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Tono A 4º al SSmo / Sto. / Silencio, aespacio (sic) etc. / de / Durón», subrayadas las palabras «de» y «Durón» y con adornos de doble subrayado en «Sto.». En el dorso de la portada hay unas sumas de contabilidad cuyos resultados curiosamente no son correctos.
Todos los papeles tienen el mismo signo de encabezamiento que hay en la portada.
En los papeles tiene indicaciones del modo de interpretación, como «más quedo», «muy de Espacio (sic)» o «eco».
Signatura actual: PM, 003/008
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/8; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo Sacramento, 52; Climent (cat. 1984), registro 779.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Silencio despacio calle la voz / que a mi dueño le cantan las aves» (Tiple 1º)
09: Cielos, piedad. Cuatro al Santísimo Sacramento.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor; Acompañamiento de órgano cifrado.
Tonalidad de la obra: Do Mayor
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 64
ISSN 2171‐6285
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Quatro al Smo. Sacramento / Cielos piedad / de durón». Sobre el texto, un signo de encabezamiento. Entre los textos de la anotación hay varios adornos a modo de rúbricas. En el margen superior derecho, «Nº 51», a tinta y debajo de este, «3=9», a lápiz.
Signatura actual: PM, 003/009
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/9; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo Sacramento, 51; Climent (cat. 1984), registro 772.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Que me anego Cielos piedad / Clemencia ayre favor» (Tiple 1º)
10: Llore el corazón. Tono al Santísimo Sacramento, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor; Acompañamiento de bajo continuo cifrado.
Tonalidad de la obra: Sol menor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Llore el corazón / A 4 / Al SSmo. Sto. / De / Don Sebastián Durón». Todo el texto aparece subrayado con doble trazo, y debajo del de la última frase hay sendos adornos en los extremos figurando una una rúbrica y un adorno en el medio. Al final una especie de rúbrica. Sobre el texto, una cruz de travesaño alargado como signo de encabezamiento. En la parte superior derecha, «Nº 54», a tinta. A media hoja, también en la parte derecha, «3=10», a lápiz.
Signatura actual: PM, 003/010
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/10; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo Sacramento, 54; Climent (cat. 1984), registro 778.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 65
ISSN 2171‐6285
Incipit literario: «Llore el corazón padezca / padezca con sentimientos» (Tiple 1º)
11: Bulliciosa fuentecilla. Tono al Santísimo Sacramento, a 3.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 1º, Alto; Acompañamiento de bajo continuo cifrado.
Tonalidad de la obra: Fa Mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: La portada está en la particella del acompañamiento: «Al SSmo. Sacramento / A 3 / Bulliçiosa fuentezilla / Durón», texto escrito dentro de unas líneas de lápiz que marcan la caja. Las frases «A 3» y «Durón» aparecen entre adornos a modo de ondas de mar, y al final hay una doble
ISSN 2171‐6285
línea o barra a modo de subrayado. Hay un signo a modo de encabezamiento. En el margen derecho, «Nº 50», a tinta y en el centro sobre el signo de encabezamiento, «3=11», a lápiz, pero el primer «1» está sobrepuesto a un «2».
Las voces no van indicadas en los papeles, y se señalan según la catalogación de Climent.
Signatura actual: PM, 003/011
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/11; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo Sacramento, 50; Climent (cat. 1984), registro 771.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Bulliçiosa fuentezilla / bulliçiosa fuentezilla» (Tiple 1º)
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 67
ISSN 2171‐6285
12: Guerra, arma. Tono al Santísimo Sacramento, a 4.
Datación de los papeles: [siglo XVIII]. Manuscrito.
Papeles de voces e instrumentos: Tiple 1º, Tiple 2º, Alto, Tenor.
Tonalidad de la obra: Fa Mayor
Secciones musicales: Estribillo / Coplas
Notas: No existe el papel del Acompañamiento, donde debería estar la portada. Climent en su catálogo ya advierte de esta carencia.
Todos los papeles tienen un mismo signo de encabezamiento.
Signatura actual: PM, 003/011B
Signaturas antiguas o referencias inventarios/catálogos: 3/11B; Debón (inv. 1886), Villancicos al Santísimo Sacramento, 45; Climent (cat. 1984), registro 776.
Incipit musical: Papel de Tiple 1º.
Incipit literario: «Guerra armas / Guerra armas» (Tiple 1º)
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Referencias documentales y bibliográficas:
Archivo de la Catedral de Segorbe, Sección 0, Inventarios antiguos: Inventario de música de la Sta. Yglesia Catedral de Segorbe, formado por el M.Y.Sr. Licdº. D. Joaquín Debón y Hernández, Dignidad de Chantre de la misma,…Segorbe, 1886.
ARROYAS SERRANO, Magín: “Papeles de música de Sebastián Durón (1660‐1716) en el Archivo de la Catedral de Segorbe”. Comunicación presentada al XI CONGRESO NACIONAL DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MUSICOLOGÍA “Musicología en el s. XXI: Nuevos retos, nuevos enfoques”. Madrid, noviembre 2016. Abstracts de comunicaciones, p. 51.
CLIMENT BARBER, José: Fondos Musicales de la Región Valenciana. III. Catedral de Segorbe. Segorbe, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segorbe, 1984.
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 71
ISSN 2171‐6285
Apostilla del Archivo:
Heredando bienes de Francisco del Vayo, racionero de Jérica
Magín Arroyas Serrano, Archivo de la Catedral de Segorbe
Edición: 10/05/2018
La localidad de Jérica viene celebrando en el presente año 2018 el V Centenario del nacimiento de su ilustre hijo Francisco del Vayo y Monzón, capellán racionero del clero de la villa, y que per‐manece en la historia fundamentalmente por su aportación bibliográfica manuscrita denomina‐da Historia de la leal, real, coronada villa de Xérica y su antigüedad, redactada entre 1573 y 1576, año este último en el que hizo entrega de la misma a las autoridades locales, y que vio su primera edición impresa en 1986.
La información biográfica sobre el personaje la podemos encontrar en la publicación de José Ma‐ría Pérez Martín, canónigo de la catedral de Segorbe, Mosén Francisco del Vayo y Monzón: pres‐bítero y racionero de la Iglesia Parroquial de Santa Águeda e historiador de la Villa de Xérica: apuntes bio‐bibliográficos (Barcelona: Escuelas Profesionales Salesianas del Arte del Libro, 1918) y la de la profesora Rosa Gómez Casañ, La “Historia de Xérica” de Francisco del Vayo (Segorbe: Caja de Ahorros de Segorbe, 1986).
Como pequeña aportación a la conmemoración, hemos querido dejar constancia de un docu‐mento curioso, identificado recientemente entre los papeles del archivo catedralicio, y que hace mención a la gestión del legado pío que el racionero Francisco del Vayo dejó como herencia a sus descendientes familiares, singularmente por la peculiar información que el mismo aporta en los escasos vestigios documentales que sobre el personaje conservan los archivos.
Entre los papeles de la Curia Diocesana del antiguo obispado de Segorbe, conservados en su día en el archivo de la misma y ahora en el catedralicio, aparece uno de ellos que no tiene fecha algu‐na al tratarse de un borrador, por los tachones y correcciones que hay en sus párrafos, pero que podemos datar de principios del siglo XVIII por cuanto menciona unas referencias a otros docu‐mentos de fecha 1700 y 1717, en concreto las visitas pastorales a Jérica de los obispos Marín Ru‐bio y Muñoz Vaquerizo, hoy desaparecidas. En realidad se trata de dos papeles: por una parte, la solicitud en un folio doblado en tamaño cuartilla y, por otra, una hoja en tamaño menor a una cuartilla con la información genealógica.
Cómo un borrador, en concreto este, llegó al fondo documental de la curia es algo hoy por hoy difícil de contestar. Tampoco podemos ignorar que, quizá, estos papeles originalmente tengan su procedencia en el archivo del clero de Jérica, donde debieron estar guardados los documentos de la administración de la Obra pía de Francisco del Vayo.
© Segobricensis. Publicación de la Catedral de Segorbe. Vol. II 72
ISSN 2171‐6285
El escrito original en limpio, si lo hubo, debió remitirse en su momento al Vicario General de la diócesis, instando a que ésta autoridad eclesiástica encargada de todos los asuntos legales dioce‐sanos, resolviese que María Gómez, descendiente del racionero Francisco del Vayo, cumplidos todos los requisitos legales que lo permitían, gozase de los beneficios vinculados al legado pío testamentario dejado por este clérigo a favor de los descendientes de sus hermanas. El hecho de que lo encabezase Juan Monleón, marido de la citada María Gómez, es lo usual en la sociedad del Antiguo Régimen donde la mujer casada no tiene capacidad legal siendo esta ejercida por el es‐poso en su nombre.
A través del documento nos enteramos de informaciones interesantes. Así, se nos indica que existía un libro de la administración del legado pío, cuyo patronato detentaban las autoridades municipales de Jérica, en el que se registraban los descendientes del Racionero con derechos a ser partícipes de los bienes del mismo, libro hoy inexistente en la documentación conservada, de la misma forma que ya en aquel momento se nos dice que la parroquia de Pina de Montalgrao carecía de los registros de los quinque libri, lo que viene a decirnos que la pretendiente era natu‐ral de ésta localidad, aunque ahora residiese en Jérica, y que sus ascendientes igual tenían proce‐dencia en aquel otro lugar en varias generaciones anteriores, de ahí que la provanza de linaje tan solo se podía realizar en base al libro de la administración antes citado. Y para corroborar ello, se adjuntaba unas simples notas del árbol genealógico, fundamentadas en los folios y anotaciones del citado libro, de forma que sabemos que María Gómez era descendiente en cuarta generación de Juana la hermana del racionero y de resultas de su segundo matrimonio. Ello nos permite completar el árbol genealógico de Francisco del Vayo en una parte parcial de descendientes fami‐liares, mientras que la de sus ascendientes ya la publicaba Rosa Gómez en su estudio citado. De la misma forma que, por estos datos del documento anejo, podemos concretar que el racionero Pedro Jiménez o Ximénez, sobrino de Francisco y que ocupaba plaza de racionero en la villa si‐multáneamente con su tío, era hijo de su hermana Juana, tatarabuela de la peticionaria.
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ISSN 2171‐6285
S.f. [siglo XVIII].
Borrador del escrito dirigido a la Curia Diocesana, sobre derechos para participar en los beneficios del legado pío dejado a los descendientes de Francisco del Bayo, racionero del clero de Jérica.
ACS, CURIA, Documentos de Curia.
Illustrísimo Señor.
Señor.
Juan Monleón labrador vecino de la villa de Xérica, marido de María Gómez, puesto a los pies de V.S.Y. con todo ren‐dimiento dize: que el racionero Francisco del Bayo dexó fundado e instituido, en dicha villa, un legado pío para los descendientes de sus hermanas, que se debe distribuir en el día de San Miguel, previniendo en su testamento según parece por continuada en el Libro de rentas de dicha Administración, que para que conste del parentesco se vayan sentando y escriviendo en un libro los descendientes de dichas hermanas, según fueren naciendo, y que el estar allí continuadas, baste para la prueva deviendo dar crédito del parentesco al referido libro, como si fuere escritura públi‐ca. Y hallándose continuada en el mencionado libro, que es de la descendencia, y consigna del nombrado legado, la referida María Gómez su mujer, descendiendo su origen de Juana del Bayo primera hermana del dicho racionero Francisco del Bayo, como consta del mismo libro, parece que tiene la prueva de parentesco dispuesta, y ordenada por el instruidor, y la que bastó a su abuela y tías para que se les consignasse, como parece por dicho libro. Y no pu‐diendo formar otra provanza por falta de los cinco libros de la Iglesia Parroquial de Pina, careze dicha su muger de la referida limosna.
Por lo que a V.S.Y. suplica, se sirva declarar que, constando a los administradores que los son Justicia y Jurados de la mencionada villa de Xérixa, de lo que aquí va referido, tener derecho al nombrado legado pío la dicha María Gómez, según la voluntad del instituidor, lo que espera conseguir del piadoso zelo y justificación de V.S. Illustrísima.
Lo pide María Gómez muger de Juan Monleón.
[Hoja suelta adjunta:]
Juana la hermana casó 2 vez con Antón Ximénez; consta del libro folio 3.
Hija Ysabel Ximénez, esta casó con Thomás Barrachina y entre otras hijas tubo a Águeda Barrachina folio 3; esta casó con Pedro Andrés Villanueva, y tubieron por hija entre otras a Francisca Villanueva consta del manifiesto a folio 8 +
Dicha Francisca Villanueva, casó con Gerónimo Redón y tubieron por hija a María Redón, consta del manifiesto a folio 16 buelta +
Dicha María Redón casó con Juan Gómez de Pedro, y tubieron por hijos entre otros a Juan Gómez, consta a folio 26 buelta +
Dicho Juan Gómez casó con Josepha Pertegaz y tubieron por hija a María Gómez consta del manifiesto, a folio 31 + se manifestó en 29 de setiembre de 1703.
En las Visitas continuadas en el Libro no se dize, desde el año 1700, que sea necessaria otra prueva; antes bien en la del Señor Marín de 1713 folio 372 buelta (véase esta visita del Señor Marín por el manuscrito general) se dize y se observa lo dispuesto por el testador en orden a la continuación de descendencias: y lo mismo se dize en la del Señor Muñoz del año 1717 fol. 376 buelta.
[+] Consignación a Francisca Villanueva, folio 342. A María Redón folio 351 buelta a Josepha Gómez folio 363 y a Bár‐bara Gómez folio 365.