147

Jauja 25-26-27 (Marzo 1969).pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • *

    Yo sal de mis puertos, tres galeras a vela Y a remo, a la procura de la Isla Afortunada Que son 200 islas, mas la flor de canela De todas, es la incgnita denominada JAUJA Ignota, impervia al paso de toda carabela La don el Rey de Rodas a su primo el de Len. Solo se alcanza al precio de naufragio y procela Y no la vieron Vasco de Gama ni Coln. . .

    DE PIE BOLETN D E L SINDICATO DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

    DE SANTA FE

    S E U S

    Precio ejemplar $ 50, Suscripcin ordinaria 280, Suscripcin de Honor 500,

    Sale de Abril a Octubre de 1968

    Cheques o giros: MANUEL E. GARCA Casilla de Correo 187

    SANTA FE

  • JAUJA Revista Mensual de Inters General

    N? 25 - 26 - 27 MARZO 1969

    Registro Nacional de la Propiedad Intelectual N? 923.068

    i S U M A R I O

    DIRECTOR: Leonardo Castellani CONSEJO ASESOR: R. P. Amancio Gon-zlez Paz - Dr. Carlos Stefens Soler - Dr. Juan Pablo Oliver - Dr. Federico Ibargu-ren - Dra. Ignacia Movano - Dr. Jorge Martorell - D. Juan Mario Collins - D. Dalmiro Atienza - D. Hilario Lafuente.

    ADMINISTRADOR: Cruz v Fierro

    DIRECCION Y ADMINISTRACION : Avenida de Mayo 560, 5-, Of. 6 Caseros 796. 5 ?, E.

    T. E. 34- 1934 y

    Cheques y Giros a nombre de Leonardo Castellani o Cruz y Fierro, Editores.

    o C 2 H w ? 5 5

  • FONDO EDITORIAL IMPERIALISMOS Y MASONERIA

    del Pbro. Virgilio Filippo Algo nuevo, diferente y documentado de la infiltracin masnica en

    nuestro pas. Introduccin: R. P. Leonardo Castellani. Prlogo : R. P. Julio Meinvielle. m$n. 2.200

    POR DIOS Y POR LA PATRIA de Eduardo A. Escud

    Un estudio profundo, actual y revolucionario de Organizacin Nacional m$n. 800

    COMPLOT CONTRA LA IGLESIA de Maurice Pinay

    Traducida del francs por el Dr. Luis Gonzlez Obra SENSACIONAL que fue distribuida en el Concilio Vaticano II a

    todos los Cardenales, Arzobispos, Obispos y Sacerdotes y que caus conmocin. Obra en 2 tomos m$n. 2.000

    L O S D E I C I D A S del Pbro. Dr. David Nez

    Con"argumentos irrebatibles, el autor aplica el ttulo de DEICIDAS a los judos, basado en la verdad y severidad histrico-teolgica.

    m$n. 500

    LOS QUE TIENEN LAS ARMAS de Ricardo J. Calvo

    El primer libro de sociologa militar en el pas. m$n. 1.000 Cheque o giro a :

    E D I T O R I A L

    ORGANIZACION SAN JOSE S. R. L. ALSINA 1760 CAPITAL FEDERAL T. E. 46-2107

    o en las buenas libreras

  • DIRECTORIAL

    Despus de dos aos de "opinar" como un descosido, pocas cosas me quedan en alforja , si no es repetir lo dicho con otras palabras, a guisa de periodista viejo.

    Recordar lo que me dijo das pasados un amigo en una cena a que acud sin ganas pero result buena. Me d i jo : "Si los argentinos estn bien por qu diablos quiere Vd. cambiarlos? Qu argentinos?. . . Ech una mirada a los criadores de va-cunos Shorthorn (u otro pelo, no recuerdo) que enchan el res-torancillo coqueto y retirado del Club : realmente estaban bien, satisfechos y orondos. . . Quin los quiere cambiar?, pregun-t. Vd. y sus amigos no hacen ms que criticar a la Patria, pin-tar desastres y predecir castrofes. . . Velay, "predecir", in-terrump ; es lo nico que yo hago, son ellos los que quieren cambiar. Y en qu querran cambiarse, dijo l, si ya estn bien? Sabiendo o sin saber, quieren volverse opparos comen-sales de una colonia muelle; calmosos feligreses de una religin aguada, que no la conoce ya ni Cristo que la fund ; atletas olm-picos de la carrera de los negocios y los "puestos' ' , que hoy da todo es uno ; y adoradores del nuevo Dios "go-go" que no es ado-rado "en espritu y en verdad" sino ms bien "en la alegra del vivir", como puede ver Vd. en aquella telepantalla. Y si ellos lo prefieren a Vd. qu le importa? A ellos les impor ta ; que cuando llegue el momento se van a poner a llorar como mujeres lo que no supieron defender como varones.

    Yo en poltica no me meto o no me quisiera meter. No quisiera ver a mis sobrinos, amigos y conocidos jadeantes por arreglar la Argentina, anoser por medio del Santsimo Rosario de Nuestra Seora. Y a m ciertamente no me quisiera ver, ni al P. Amancio ni al P. Filippo. Yo sera el pr imero en gritar, en su caso: " Clrigos, afuera de la polt ica!", si me perdonan el modo de sealar. Pero es el caso que desde que tengo uso de

    3

  • ; Wrf'ii ti * ' ''" razn . . .poltica, este pas ha ido para abajo, hundindose en la esclavitud econmica y la relajacin moral (incluso durante el corajudo interregno de Yrigoyen) durante un siglo, aunque yo pueda dar testimonio slo de 50 aos.

    Hubo siempre gente que lo vio, lo justipreci y lo clam, pataleando en contra como pudo ; o sea los proceres verdaderos, los que no tienen estatuas. Los que tienen estatuas cayeron en la tentacin que ahora llaman "progresismo"; o sea, de vender el alma al diablo y las riquezas del pas a los Malditos, a cam-bio de una aparatoso progreso tcnico al cual pagamos escan-dalosamente caro y no conseguimos entero, puesto que todava estamos SUBDES segn nos echan en cara. No negar que hi-cieron progresar al pas, aunque perdieron su alma, (y las de-llos, probable) ; si ya no es que el pas progres apesar dellos).

    Todo esto ha sido dicho y bien dicho, y sigue siendo dicho ; p E., en el estudio de Julio Irazusta "Balance de un siglo y me-dio" y otros muchos bien conocidos, Scalabrini, J. Luis Torres, Abelardo Ramos, Armando Cascella, Caffiero, Jauretclie, Koeli-cher Frers, Ortega Pea, Duhalde Ferns, Garca Lupo y va di-ciendo. Estos estudios ponen la mira solamente en el despojo de nuestras riquezas (y cierto en esto sigo a mi amigo, en que no voy a ser yo quien se ponga a defender el dinero de los ar-gn tinazos si ellos quieren perderlo) sin ojo a la corrupcin que es el condicionante y la secuela del espolio. Para llevarlo a cabo, los aprovechado res necesitan "perduelis" o entregadores, sobornos, idiotas tiles, disipacin del pueblo, bajo nivel in-telectual, cultura falsificada, propaganda mendaz, distracciones y distracciones, prostituciones, y prostituciones, abyeccin de las turbas ; o sea, lo que llama un actual filsofo alemn (o blgaro) la "Masificacin dirigida".

    La miseria o penuria de los estratos de menor defensa es otro de los condicionamientos y secuelas de la actualmente des-carada explotacin, impune y sistemtica. Casi invencible. Ella es una de las races de la "villa miseria" en que se va convir-tiendo el pas ; la otra es la mala distribucin de los haberes, o sea, la injusticia social; la primera a cargo de los tiburones ex-

    4

  • tranjeros, la segunda, de los nativos. La actual situacin del pas es resumida as por un perito (Garca Lupo) : "Hay ms miseria en el pueblo, hay ms riqueza en la cspide; y la riqueza est en manos del extranjero". Y la miseria de suyo trae tambin in-moralidad; y al final, el castigo de Dios, como est pasando en Norteamrica con los negros. De modo que la Argentina es co-mo un cigarro fumado a la vez por las dos puntas.

    Caseros procre. El pabelln argentino ha sido atado al ca-rro triunfal de un vencedor de la tierra contra el que afirm mendazmente lo contrario, que fue justamente parte en que as sucediera; y Vds. saben quin fue. Fue atado al carro triunfal del Vencedor actual de la Tierra, el Becerro de Oro, el Imperia-lismo del Gran Dinero, la Hipoptama Finanza Internacional. Tres "caseros" presenci en mi vida, a saber: el caso CADE, el caso BEMBERG, y el actual caso HIDROCARBUROS GOTELLI, tres derrotas nacionales. Vlganos que almenos hubo resistencia, el escaso y desarmado patriotismo luch y fue derrotado. Pero el recuerdo de tales derrotas no fue nunca derrotado; y con ese recuerdo, puede que al fin aprendamos.

    Los modelos de todos los perdueles argentinos, Urquiza, Sarmiento y Mitre, no acabaron muy bien que digamos. Me di-rn que Mitre Bartolo acab en paz y comunin con la Sede Apostlica y la religin Establecida, confesado y comulgado por una ta suya. No lo crean; sus ltimos aos fueron ignominiosos. Y lo s por el que lo vio. Solamente que eso no lo va a publicar La Nacin diario aunque lo sepa si es que lo sabe.

    Por eso, aunque yo est ya ms jubilado que un yesquero, no puedo dejar de hacer cuanto pueda (vae mihi si non evan-

    . gelizvero") mientras Dios me d vida y mala salud y de preocuparme por ios sntomas crecientes del desorden moral y religioso.

    Y por eso he repetido tantas veces que el remedio del pas, si o ha de haber, es primordialmente religioso; lo cual no im-plica no se haya de hacer tambin poltica-religiosa; y toda bue-na poltica lo es en algn grado; y pregntenlo a Santo Toms si quieren. Mas la Iglesia Argentina Establecida se aparece hoy

    7

  • visiblemente estril y despreocupada, cuando no colgada del otro lado.

    Que la Iglesia Argentina Establecida es hoy estril y no pre-ocupada por la "conquista" sino slo por la conservacin, no me cae muy bien a m decirlo, que no soy ni Amads de Gaula ni Filemn de Sacripante ni siquiera el gigante Caraculiambro ; pe-ro todo esto ya ha sido dicho y redicho, incluso por tamao mag-nate eclesial como Monseor Francheski (de quien me con-sidero modesto sucesor en la actividad directorialesca) quien deca que la actual "Jerarqua" se ocupaba meramente de la con-servacin ; y sobre todo la de sus "bienes"; que por justo jui-cio de Dios los conservan mal ; pues su administradores y agen-tes los roban a mansalva, tratndolos como bienes de difuntos; total, nada se van a llevar ellos (los Curiales) al otro mundo. Otros aaden aqu ancdotas de pimpantes injusticias y in-equi-dades nunca reconocidas y menos reparadas. Finalmente se ha dicho (y no por un qudam) que la Iglesia Oficial es no sola-mente desjerarquizada, sino en el pas netamente un factor de desjerarquizacin. ("Desjerarquizar" significa simplemente ig-norar los carismas o subvertir los valores; o sea "la confusin delle persone", del Dante). Como ejemplo sencillo, hay sacerdo-tes y aun prelados cizaeros que se ocupan en dividir al pueblo cristiano (al mismo tiempo que rezamos por la "Unin") fa-bricando "ghettos" y facciones en la grey; como por ejemplo tambin sencillo, recientemente un rector de Seminario, extran-jero de aldehala, proclam que "los libros de N. N. (un escritor catlico ortodoxo si los hay) no entrarn en esta casa"; mien-tras entran con aprobacin suya los bodrios de Arturo Paoli.

    Si esto es verdad (como lo. creo) la causa no puede ser otra sino los Obispos, Curiales o Magnates mediocres o menos. Se puede decir que los ltimos Papa, uno exceptuado, han ejerci-do una especie de persecucin que Dios me perdone) a este pas, nombrando arreo "Obispos briosos y sin letras", como deca el insigne Juan de Mariana; no por mala voluntad desde luego, sino a osadas por ignorancia; pues de aqu han sido mal in-formados casi siempre, como me consta. Eugenio Pacelli, que estuvo aqu, poda haber conocido almenos la calle Florida; y

  • sin embargo incurri respecto a nosotros en 3 4 morrocotudos errores; uno dellos ilegal o inicuo. En fin, debo abandonar esta materia vidriosa. Quien no quiera creer que no crea.

    Nietzsche dijo que al fin final la Iglesia era muy avisada, pues profesaba que el espritu debe gobernar. El espritu era para l ante todo la inteligencia: concorde en esto al antiguo efato aristotlico y tomista: "intelligentis est gubernare". De dnde vino pues el abandono desta cordura que la inteligencia debe gobernar, pues es ella la que "ordena", o sea, percibe el orden? Creo que el abandono y aun el rechazo desa ley de pru-dencia inmemorial arranca del filsofo Francisco Surez; el cual, apartndose de Santo Toms, sostuvo no solamente la dis-tincin real de los intelectos especulativo y prctico, sino tam-bin la primaca del prctico; vale decir, de la voluntad. Pue-de ser esto la causa de que hoy manden los mandones y no los videntes, no solo en la Iglesia, mas por todo? Que el que pueda lo pruebe, Disandro por ejemplo. Yo creo saberlo pero no lo puedo probar.

    En suma, yo tiemblo por el estado de la Argentina, no tan-to por m mas por mis nietos, si existen; y tiemblo ms an por el remedio, el cual me obligan a formular los suscriptores una vez por mes. As que sera delicioso para m poder cerrar la boca - y la revista. Pero en fin, me consuelo masticando y remasticando las palabras del gran mexicano Carlos Pereyra al fin del tomo vil de su HISTORIA DE LA AMERICA ESPAOLA, a saber:

    "Si los pueblos americanos no tuvieran las inago-tables reservas de genio y voluntad que afortunada-mente poseenlos errores de sus gobiernos seran irreparables. Mas el porvenir deja un margen de ILI-MITADA esperanza cuando apartamos la vista de la pequenez de los polticos.

    Hay en el fondo de la cultura hispanoamericana fuerzas de compensacin suficientes para destruir la accin depresiva de los que han CAPITULADO.

    Que Dios te oiga, sabio coatzacoalcano.

    7

  • Il Le estos das de verano de pe a pa dos macizos libros in-

    gleses que hered del P. Juan Santos Gaynor. Son dos copiosas biografas del Barn Von Hugel (Hueguel) y del P. George Ty-rrell, en dos grandes tomos este; que incluye en apndice la Autobiografa y la Carta al General de los Jesutas del irlands. Comprend por qu el buen amigo Gaynor me los haba dejado con una sonrisa misteriosa y la pregunta: "Ud. cree que Ty-rrell ha sido un hereje?", lo cual me haban enseado en Teologa.

    El P. Gaynor me los dej porque ah est la clase del actual desasosiego de la Iglesia. El tiene su raz en el llamado "Mo-dernismo religioso" de principios de siglo; y es un simple re-bote-agravado. Vulgarmente se daba por muerto y enterrado con la Encclica "Pascendi" (1910) y las medidas policacas (diga-mos) que la siguieron. El cannigo Monseor Christian, en su BREVE HISTORIA DE LAS HEREJIAS, da por muerto "el mo-dernismo de hace 50 aos" (ahora en realidad hace cerca de i00 aos) y ni siquiera cita un solo libro acerca dl en su "Bi-bliografa". En realidad el modernismo no estaba muerto sino dormido y agazapado ; y despert ruidosamente con el ltimo Concilio, rebautizado "progresismo" como han. notado Jac-ques Maritain ("El paisano del Garona") y el actual Papa Pa-blo VI con la frase : "Hoy da hay ms modernismo que nunca".

    El modernismo (o "naturalismo moderno", que eso es en el fondo) estaba agazapado en la literatura anglosajona (la de "ficcin" principalmente: Bernard Shaw, Bresford, Wells, Ki-pling. . . ) y en especulaciones de telogos poco notos protes-tantes por lo ms que fueron denunciados en la Encclica "Humani Gneris" en 1950 por S. S. Po XII ; aunque en forma confusa.

    Las dos muy detalladas y documentadas biografas de ma-rras nos levantan de cuerpo entero las tres figuras relevantes del prstino "modernismo", iluminando desa manera al actual. A saber, el Barn Von Hueguel (un germano-escocs-catlico, i qu combinacin ! ) y los dos ntimos amigos dl, el ex jesuita Tyrrell y el apstata Loisy. Conviene conocerlos.

    Von Hueguel (Hugel) era hi jo .de un noble austraco tro-nado y una heredera escocesa ; nacido en Florencia ! muy rec-to, muy piadoso, muy aplicado, muy devoto o chiflado de la "Ciencia" (sin poseerla) siempre enfermucho, sordo desde mu-chacho, muy afectuoso y leal con sus amigos, asiduo en viajes, poseedor de cinco idiomas, padre de tres hijas que no fueron muy venturosas.

    8

  • Es muy apreciable, pero no acaba de serme simptico: es-cribe mal, oscuro y embolismado; es un poco pedante, es senti-mental, demasiado Cndido y blando de carcter. No fue mo-dernista, lo pareci un poco; y si fue modernista un breve tre-cho (ms tentado que consentido) lo fue con buena intencin y por tres causas: una porque tena el berretn de la "Ciencia' (la Historia y la Crtica) y de la libertad intelectual, que crea amenazada por el Vaticano; dos porque deseaba reformas en la Iglesia, lo que hoy llamamos "Aggiornamento" y entonces lla-maban "Rinnovamento"; tres, porque se lig de amistad con Tyrrell, Loisy y con otros modernistas menores o simplemente presuntos, como el novelista Fogazzaro, los filsofos Blondel y Laberthonnier; y por lo dems, con medio mundo en media Europa, protestantes, judos, pantestas, ateos, y qu no; y por supuesto con muchos catlicos, como el san tazo francs Huvelin, su director espiritual, y el gran arquologo Monseor Duchesne. Y por amistad con ellos, y por ciertas ciudacias escritas de menor cuanta, fue sospechado ; y despus de la aparicin del decreto "Lamentabili" (65 proposiciones condenadas por modernistas) y la Encclica "Pascendi" (engorrosa condena ex-cathedra de la hereja) en los "aos amargos", se angusti, dud, se perplejo acerca del " juramento antimodernista", si se poda rehusarlo o no; hasta que despus de la muerte de Tyrrell, se seren y asent hasta su deceso en la ms completa ortodoxia; aunque siempre le qued un poco de sangre en el ojo contra Po X al cual hoy llamamos Santo.

    Sus dos amigo tes fueron muy diversos. El Padre Tyrrell fue un irlands fantasioso que anduvo dando bandazos hasta morir

    . ;nuy joven opreso por castigos eclesisticos que, en parte, l se busc sin culpa; porque no poda con el genio. Naci pre-destinado a la desdicha; muy pobre, muy feo, siempre enfermo y con mucho talento: resentido pues, y extremadamente sensi-ble e irritable. Saba escribir y era buen psiclogo; pero de teo-loga no saba un cuerno. No fue hereje (tena razn el finado P. Gaynor) aunque anduvo todo el tiempo haciendo equilibrios y cabriolas al filo de la hereja, por lo cual Christian francs y todos los Christians del mundo lo acuestan tranquilamente como hereje. El era sentimental, sombro, travieso y avieso. Si lo aplastaron a sanciones eclesisticas (que se ensaaron con l hasta despus de muer to) fue ms que por herejas que 110 cons-tan, por la sal y el cido de sus respuestas impresas a sus Supe-riores ; pues es sabido que es ms grave hablar mal de un Obispo que de la Santsima Trinidad.

    Tyrrell era un triple o cudruple "converso": de agnstico a anglicano, de anglicano a catlico, de catlico a jesuita; de

    9

  • jesuta a renegado aparente ; y renegado real por un pelo no fue. pues estuvo a punto de retornar al anglieanismo, cuando estaba bajo excomunin mayor y ms aporreado que un perro. Sorte la tentacin sin embargo; y muri (de 42 aos) catlico como siempre lo fue ; y sacramentado. Inspira lstima y simpata. Sus obras son an hoy interesantes, sobre todo "Lex Grandi".

    Ms diverso an es Loisy : ste s fue hereje y medio. Buen escritor v muy estudioso (de crtica bblica e historia religiosa, la "Ciencia" que arrebataba la admiracin del Barn) era de temperamento duro, carcter de hierro y maas de maula. Se ex-traan algunos de ver a los dos ingleses tiernos y romnticos y al francs al revs, enrgico y fro ; pero eso es normal.

    De la lluvia de sanciones, excomuniones, prohibiciones y ex-pulsiones de los "aos amargos" (1906-1910 ) el nico que real-mente las mereci fue Loisy; o digamos el que ms. Consigui con disimulo y artimaas rehuirlas mucho tiempo, e incluso es-tuvo a un pelo de conseguir un Obispado, cuando ya 110 tena fe ni en Dios. El bendito Von Hueguel jams le retir su amistad y le escribi afectuosamente hasta su (propia) muerte, mientras el sarcstico francs se le rea a sus espaldas ; como vemos en sus MEMOIRES. Al final, como no se puede tapar el cielo con un cedazo, el noble ingls cay del burro, pues no poda disimular ios dos "libros rojos" de Loisy: "Autour d'un petite livre y "L'Eglise et YEvangile" ; pero continu escribindole plaidero y materno dicindole rogaba a Dios por su conversin o "correc-cin"; mientras Loisy escriba en su "Journal" que lo tena por ' enfermo" o loco. El mismo ao de su muerte, 1925, Von Hueguel le escribe cariosamente; cuando dos aos ante, 1923. en una entrevista de la serie "Un heure ave. . . " de Fr. Lfevre, Loisy se haba destapado increyente total, no slo de la Iglesia, de Cristo y de Dios, sino an de la inmortalidad del alma.

    Estas son las tres figuras que se dan como adalides del Mo-dernismo fin de siglo ; cuando el nico fue Loisy que se auto-bautiz no sin razn "fundador del Modernismo"; con su maes-tro Renn, si se quiere ; por lo cual el Gobierno Masnico de Pars le otorg la Legin de Honor y una ctedra de Historia de las Religiones en el copetudo "Collge de France".

    Por desgracia, del otro lado, del lado de los "cascarudos" o "vaticanistas" o "escolsticos" no anduvo todo limpio ni her-moso ; sobre todo por la lluvia de sanciones, la saa en castigar, las delaciones, el espionaje, y la labor policaca. Como un ejem-plo pequeo, las cartas de los Generales Jesuitas (Rothan y Martn ) al emotivo y delicado Tyrrell dan grima ; parecen venir de una mquina insensible y lo que es peor hipcrita. Pero en

    10

  • fin, haba que hacerlo; y las cosas hay que hacerlas, aunque sea mal ( ? ) deca Sarmiento.

    Pero esta odiosa y casi crapulosa reaccin romana contra los "herejes" reales y presuntos no se ha de atribuir ni por. un momento al Santo Papa Po X; sino a algunos de sus oficiales y adlteres, especialmente a Monseor Benigni, que era todo lo contrario de su nombre; fue el poco feliz redactor de la "Enc-clica" ; necesaria sin embargo. Benedicto XV no sigui a los ortodoxos rabiosos como que encontr su propio nombre, De-13a Chiesa, denunciado como hereje en los Archivos secretos de la Cancillera. Y luego Po XI los despidi. . .

    Von Hueguel era muy estudioso, muy curioso y muy traba-jador, aunque no muy inteligente, segn creo; su mismo modo de escribir alemanado lo descubre. Con el t rabajo de toda su vida (se puede decir) escribi un nico enorme libro en dos tomos sobre "El elemento mstico en la religin tal como aparece en Santa Catalina de Gnova y sus compaeros"; del cual dijo custicamente Loisy que "ningn latino le iba a poder hincarle el diente; pero quizs lo leyesen algunos ingleses protestantes". As fue : tuvo un xito relativo ("success d'estime") en la crtica y dos ediciones ; y despus de un buen intervalo le comenzaron a Jiover al autor (cuando ya era muy tarde) distinciones y honores universitarios Cambrige y Edimburgo, ms tarde Oxford. El irrepresible Loisy escribi que la "ciencia" para el bondadoso Barn consista n decir en 1.000 pginas lo que cabra en 100.

    En lo que realmente sobresali Von Hueguel fue en los "adresses" (conferencias o arengas) que estaban de moda; las que dio innumerables, siempre sobre religin, a todas clases de pblico. Tambin exceli quizs en la direccin espiritual, oral o bien en largas cartas de estilo embolismado, pero de buen consejo o doctrina.

    Su bigrafo Michael de la Boyre lo califica arreo de "san-to". Puede que as sea, pero no lo vemos. Era bueno, bondadoso, limosnero, generoso, recto hasta el escrpulo; pero excntrico, pagado de s y de temple demasiado blando : lo que llamaramos "un bendito".

    Que acab como un santo, eso es indudable casi tan bien como Don Quijote.

    En su Sociedad Londinense de Estudios Religiosos Von H. se top una vez con Chesterton. Le dijeron : "Es un joven perio-dista muy fiinny chusco". Y a Chesterton : "Es el lder religio-so ms importante de Inglaterra" como pone l en su Auto-biografa. Ms a Belloc el Barn le tom tirria, no s bien por qu. Lstima.

    11

  • Todo esto va a concluir que el "Modernismo" actual se ve al trasluz en el modernismo clsico de fines del XIX y princi-pios XX 9 siglo. En efecto Telar Chardon (que es un macanero sin gracia) corresponde al frreo normando Loisy; as como el suizo Jungs y el holands Schilleebeck a los Murri, Bonaiutti, Minocchi o Herbert de antao. La tendencia heterodoxa se ha sutilizado ahora y universalado; pero los ncleos son los mis-mos, a saber:

    \ 1 ? ) disolucin de los "dogmas", que no seran sino im-

    genes y expresiones movibles de la "experiencia religiosa inter-na", que es lo vlido; de modo que bien pueden cambiar, "evo-lucionar" o simplemente ser abandonadas cuando el "exper-to" ya no los necesita. Que por all se va derecho a la incredu-lidad, como fue Loisy, es obvio.

    23c) la "inmanencia" o sea que a Dios no hay que ponerlo fuera sino dentro de nosotros y para mejor, no entero y verda-dero, sino "hacindose" (Loisy, Hegel, Rbinson, Telar Char-don, etc.) y considerarlo como "trascendente" no es ms que supersticin o vulgarismo ; cosa que constituye una colucin con el pantesmo, como bien nota la "Pascend"; el cual no es sino atesmo larvado.

    3 ? ) el "Gran Cambio", o sea una mutacin no ya solamente EN la Iglesia sino DE la Iglesia; el cual ha de procurarse no desde afuera sino desde DENTRO de la Iglesia, como aconseja Telar; por lo cual es aconsejable el disimulo e incluso la misti-ficacin y la falsa. Vase Riviere, HISTOIRE DU MODERNIS-ME. Todo esto ha sido ya ampliamente expuesto y hoy nos quiebra los ojos.

    Quiero acabar aunque parezca larguero con unas dcimas del Cura Prroco de la Inmaculada Concepcin de Belgrano, P. Virgilio Filippo, que rezan as :

    Teilhard tuvo Ta obsesin De fsico visionario No acat ningn ideario Cristiano de la creacin. Crear para l es UNION De cosas que el hombre hace Dios se completa y perhace Por teologa hegeliana. La Teologa cristiana La orienta como le place.

  • El pecado es personal No es evolucin andante Se da en la Conciencia actuante No en el Cosmos material. El Mal no es algo fatal De incesante progresar. Teilhard rehus aceptar O no pudo ver su seso Este alternado proceso Del Bien contra el Mal lidiar. Teilhard vive obsesionado De Metafsica turbia Y Teologa de surbia Mas nada nuevo ha enseado. El sabio que ha especulado Sobre la vida y el mundo Con un magn muy fecundo Pero a la vez descarriado En lirismo arrebatado Es soador errabundo. "Encarnacin" ser igual Que al Creador inmergir Y en la Multitud diluir Por necesidad fatal. Cuanto al problema del Mal Hablando en plata no existe Ya que si el mundo subsiste Necesariamente avanza Hacia una total bonanza Donde no cabe lo triste. . .

    (Copiando estbamos estos versos del caro y antiguo amigo cuando nos lleg la noticia de su santa e imprevista muerte el 5 de enero de 1969. Descanse en paz y ruegue por nosotros.

    . . L. C. C. P.

    13

  • III

    FILOSOFIA DEL NACIONALISMO La justificacin filosfica del Nacionalismo no se ha hecho

    an entre nosotros. Est hecha hace tiempo en la POLITICA de Aristteles: los 5 primeros libros, en la ordenacin de Geoffroy de Saint-Hillaire, y los modernos en general. Sabido es que la POLITICA nos ha llegado deficiente.

    Hay tres formaciones sociales naturales, que son la familia, el pago y la ciudad o polis. Cronolgicamente posterior (se supone) esta ltima es la ms perfecta y por ende la ms na-rtural y en cierto modo la pr imera: porque el todo es primero que las partes. La familia y el pago responden a la necesidad humana de SER, la Polis a la de SER BIEN; el cual no consiste en el "kratin" o fuerza para conquistar (otras naciones) sino en la felicidad del individuo; la cual presupone profusin de obras buenas. El fin de la Polis es una "empresa comn" y no la mera convivencia. Aqu se recuerda a Jos Antonio: "Nacin es una empresa comn en lo universal".

    Buscar cual sea el "rgimen" poltico mejor, como lo haba hecho Hipdamo de Mileto, es vano; porque todos los regme-nes haban sido probados en Grecia cuando Aristteles exista (gobierno popular, gobierno de pocos, gobierno de uno) y ha-ban fracasado; degenerado en sus caricaturas o corrupciones: democacaracia, oligarqua, tirana.

    Aristteles no deja de buscar (pues es necesario) cual se-ra el rgimen ideal en abstracto. Pero en concreto, el mejor r-gimen (como dir consecuentemente Santo Toms) es el que se adapta a este pueblo dado en este momento dado; o sea, el que permita el desarrollo de la vida personal y por ende haga posi-ble la felicidad del individuo ; y segundo, haga que la Polis exista realmente; es decir, sea estable, tenga seguridad; porque para un Estado (y para un individuo tambin) existir es persistir. Y este 2o fin es presupuesto por el 1 ? ; el cual no puede darse sin l.

    De donde en el dominio poltico, el CAMBIO (de que mu-chos fanticos actuales han hecho un dolo) es un mal. La es-tabilidad (o como dira el papanatas de Sciacca la "estabilifi-cacionalidad") es el primer fin d todo Estado, cualquiera sea

    14

  • su forma de gobierno. Ella proviene de "las leyes", que decan antes (no son las leyes que nos comunica el Boletn Oficial cada da a las 9.30 las cuales actualmente llegan a 18.000) sino las NORMAS, las NOOORMAAAS : leyes consuetudinarias, escri-tas o no escritas encarnadas en los USOS y que se apoyan en un sistema de CREENCIAS. La "restauracin de las leyes", el le-ma de Rosas, no estaba mal pensado.

    Ojo pues, el cambio es malo, de donde todas las "revolu-ciones" de suyo son malas; y sobremanera la Revolucin o cam-bio perpetuo al que estamos ahora o sometidos o expuestos. La famosa "revolucin Nacional" de Snchez Sorondo, debera lla-marse "Restauracin Nacional"; pues eso es y no otra cosa; o ser (o no ser).

    De modo que segn Ud. no hay que cambiar nada? Esto liara derretirse de gusto a los "progresistas" : no se puede ima-ginar nada ms reaccionario y carcamal. El error destos progre-sistas es que quieren cambiar todo lo fundamental dejando in-tacto lo superficial, cuando debe ser contrario modo. "Las cos-tumbres de nuestros antepasados eran a veces tan primitivas y oseas dice Aristteles que conar para conservarlas ahora sera simplonera; pero hay que conservar lo fundamental, las Leyes". O la Tradicin, como decimos ahora. Acerca del Cambio o Mudanza, Santo Toms observ certeramente que "en la Cien-cia, cuando se presenta una cosa mejor hay que mudar al ins-tante ; pero en cuanto a los usos (a la Poltica y Gobierno) no es as; pues la Mudanza en estos sitios puede traer perturba-ciones y an la destruccin de la obediencia; y por ende de la estabilidad; por ser el hombre animal de costumbre. De modo que a veces es ms expediente dejar un Uso menos bueno (no si es malo, ciertamente) y dejar caer otro (tericamente) mejor. Y en lo de hacer mudanza ( fundamental) en las sociedades hu-manas hay que andar con muchsima precaucin, cautela y tino.

    Esto manda al viento la ingenua frase de Enrique Oss : "Aqu hay que mudarlo todo". Tambin alecciona a los de la Revolucin (Restauracin) Nacional; pues ha corrido agua des-de la Colonia y desde su Restauracin por la pseudo "t irana" de Rosas; y hay cosas introducidas que no se pueden quitar. Y esto lo saba Rosas por cierto; y tambin Snchez Sorondo.

    El dao esencial que nos infligi la Revolucin Liberal de 1789 a travs de la Constitucin Norteamericana de 1853 es que nos cambi muchas cosas fundamentales, sobre todo en su apli-cacin y prctica; pues es visible que ni siquiera esa consti-tucin extraa se cumpli fielmente aqu. La "Restauracin" de

    15

  • lo fundamental" es la consigna actual de los (buenos) argen-tinos ; pero eso supone la vuelta a las Normas; y las normas son la Etica; y la Etica se apoya en la Religin. Por eso hicie-ron buena poltica nacional los 123 Prrocos que fueron a la Casa Rosada a defender las Villas Miserias; y Borda los sac corrien-do. Es decir, desto no estoy seguro: hay amigos que me dicen que hicieron mal.

    La Revolucin con maysculas ms radical que la de Mayo, que nos hiri malamente a mitad del siglo pasado, es causa del mximo mal (inestabilificacin) inestabilidad, que nos agota igual que a toda la Amrica Ibrica. Los EE. UU. quieren poner remedio a esto imponiendo la religin de la,Democracia (que en Hispanoamrica es Democacaracia) que a ellos les ha ido bien (y hasta dnde y hasta cundo, yo no s) olvidando la otra simple reflexin del viejo Estagirita: Grave error poltico que ha minado a fondo la estabilidad de las Polis griegas: "las po-tencias hegemnicas (Atenas y Espar ta) han tratado de impo-ner sus regmenes sin ms discriminacin: los que tuvieron la hegemona de la Hlade, mirando solo en su propio rgimen, establecieron en las otras Polis griegas, los unos democracias, los otros oligarquas, sin tener en cuenta las conveniencias de las Polis, mas slo las suyas propias". (Poltica IV-VI en Santo Toms, 11, 1296, a)

    Y dnde entra aqu el "Nacionalismo"? Aristteles nota que solamente en la Polis o sea en la Nacin cabe una con-figuracin rigurosa o aceptable de la vida poltica. A pesar de vivir en tiempo de Alejandro, y por tanto de la derrota de las Polis y el establecimiento de las grandes monarquas territoria-les, mantiene impertrrito que, entre todas las comunidades, la Polis es la nica que tiene Politeia o sea Gobierno perfecto o n. La experiencia confirm pronto que el Imperio Maced-nico se derrumb; y las tres Monarquas (o Tiranas) que dl resurtieron, duraron poco. Aqu, viene tambin la consabida observacin de que una nacin demasiado grande (como Per-sia) lo mismo que una demasiado chica (como Bolivia, dira-mos, sino fuera por no enojar a J. M. Robledo) no pueden ser Polis: no se pueden (bien) gobernar.

    Los nacionalistas pues aspiran a conservar la posibilidad de un buen gobierno; y por ende de la felicidad nacional e in-dividual ; contra los actuales partidarios del "Gobierno Mundial" (internacionalistas o sea contranacionalistas) que aspiran a ha-cer de toda la Tierra y planetas adyacentes un mostruoso "Mun-

    16

  • do Unico" (Oneworlders) ba jo el signo del Anticristo. La "Na-cin" es la unidad natural de las sociedades humanas.

    Y qu rgimen poltico tendra que tener la Nacin para ser realmente una Politeia? El rgimen mixto. Y con qu se come eso?

    Eso es otra historia, como .dicen dijo Kipling; y en reali-dad dijo Aristteles, que fue quien invent la frasecita.

    L. C. C. P. POSDATA NO CIENTIFICA Julin Maras public en su

    Suplemento de La Nacin diario deste ao (o del otro) un ar-tculo ms largo que esperanza de pobre acerca del remedio para la pobre South-Amrica, que no hace ms que dar vuelcos de revolucin a cuartelazo y de fraude electoral a dictadura; y el remedio, no s si lo recuerdan usts, es que debe respaldar-se en Espaa (pero no la de ahora, la del siglo XVIII) y en Es-tados Unidos de ahora. Para decir eso bastaba la 20a. parte del "ensayo"; lo cual adems es una bobaliconera.

    Ese fue el gran error de nuestros gigantes padres del 53. Ellos decan "Francia y Estados Unidos"; pero rueda a lo mis-mo. La Argentina debe respaldarse en s misma (en la OTRA Argentina) y en las otras naciones como inspiracin y estmulo, no como en cartabn y muestra para copiar.

    Julin Maras (lo mismo que Sciacca) son buenos expo-sitores del pensar ajeno pero no para pensar por s mismos; o sea, filosofar. Cuando intentan hacer eso, se vuelven maca-neadores finos, no vulgares; pero macaneadores al fin.

    OTRA. Aristteles dijo de Alberdi: "Cuando una nacin existe y camina, que venga un seor melenudo, enfermizo, ex-cntrico y autor de valses, y quiera cambiarla en otra que l se saca de la cabeza, eso roza la locura". Aristteles lo dijo de Hipdamo de Mileto, pero "rueda a lo mismo" como d i c e Atahualpa Yupanqui.

    Nuestros proceres por desgracia no fueron muy inteligen-tes, ninguno dellos. Si alguno parece realmente inteligente es Don Juan Manuel de Rosas; pero ya, ese no es procer. Pero /qu es un procer? No se sabe, Rosas fue un hroe.

    (Mi frasco de miel es mucho mas chico que mi frasco de vitriolo. Diga que al primero apenas me lo dejan usar) .

    OTRA. Querrn saber lo que piensa la Nacin diario del remedio de Julin Maras al "problema que no halla solucin". Bien, dice as en su supereditorial del lunes 13 :

    17

  • "Nuestra historia no es sino la historia del des-acuerdo fraterno y de las desgarrantes reyertas que no han tenido otro objeto que el triunfo de la faccin con prescindencia del resto del cuerpo so-cial y el de su criterio, inspirado en un sentido par-ticularmente personal, ciego y sordo al de los gru-pos adversarios, puesto que se ha convertido en una especie de ley suprema el olvido de que la fun-cin de dirigir a los pueblos no es la obra de unos pocos. Se concierta, con mejores y ms duraderos resultados, mediante la inteligente armona de to-dos cuantos participan del destino comn. Cuando se recurre a las exclusiones, la nica imagen po-sible de la Amrica Latina es la de su infortunio.

    Y dese estado de cosas ha sido culpable en mucha parte du-rante 99 aos La Nacin diario. Vale.

    TRASCENDENCIA INTERNACIONAL Mi compaero de t rabajo es hind. Se entera con decepcin

    de que en la Argentina no hablamos ingls. Es comn que en Europa ignoren nuestra lengua. si fuera slo eso!

    Conversamos en nuestro incipiente alemn .Me dice: Argentinien, Gutes Fussball? (buen ftbol?) . La misma pregunta, mil veces repetida. No es la n i c a :

    tambin preguntan por Pern, aqu como en Italia, Francia, Es-paa. Parece que, pese a todo, en tiempos de Don Juan tuvimos cierta personalidad trascendente en la poltica internacional.

    Ahora nos queda el orgullo de que nuestra Patria se proyecta al exterior gracias a la energa y rapidez de nuestras "patas".

    Si al menos fuera un entrenamiento para cuando llegue la hora de los puntapis. ...

    IGNACIO ARTEAGA (de revista DE PIE - Santa Fe)

    18

  • C a r t a J e l R. P . A z n a r

    r T r e m e i e i J e m m o n p o r

    e l C i n e g o J e C u a # a p a m p a

    Recorrido ya el valle todo de GUASAPAMPA, cortando hacia la izquierda por camino un tanto angosto, que desemboca en barrancas y arroyo estrecho; se lle-ga por fin al rido "Cinego". All entre breas y piedras sueltas, aparecen unos ranchos grandes y alargados con sus techos de paja brava y abiertas galeras. Abundan los matorrales de jarilla. Las aguas son de pozo, saladas.

    Mas al transitar por el camino que ah nos lleva, se advierte en bosques tu-pidos de rboles garabatos, entreverados con unos pocos algarrobos. No es el rbol garabato de vista alindada y escogida. Por su color terroso y casi sin hojas y unos espinos alargados que se retuercen, tiene cierto aire y aspecto feo y poco atractivo. Al incauto, que alarga su brazo metindolo entre las ramas para alcan-zar alguna de sus ralas florecitas, queda como apresado por aquellos retorcidos salientes espinosos.

    Quin dijera, que en el solitario y austero bosque se halla lo ms encantador y alindado de toda la zona de GUASAPAMPA! All anidan infinidad de los llama-dos pjaros cardenales amarillos del copetn rojo. Revolotean los picaflores de cola larga, con multitud de (las palomitas blancas de la Virgen. Hasta por los claros del camino se ve en lo alto del cielo a la ALONDRA, que en medio de su vuelo, en que queda como esttica, larga su canto de trinos, para volverse a bajar con rapidez e internarse de nuevo en el bosque espeso. El eco de arrullos y ge-midos de la paloma torcaz rompe el montono silencio. Cunta hermosura y belleza entre lo que parece austero y aun feo!

    As tambin, entre los harapos y aun miseria de muchos de los que habitan en el extenso Cinego, se descubren almas hermossimas y alindadas por virtudes finas y heroicas, que slo Dios justo e infinito, que penetra lo que es verdadera-mente apreciable, sabe valorar.

    PARTE PRIMERA "Doa Teodosia"

    Debe de habitar cerquita del Cinago. A pocos das de llegado a la zona, me encamin al rancho por m conocido de las hijas de doa Teodosia.

    Esa mujer singular ya finada, fue clebre por sus dichos sentenciosos entre los de la regin. Era sencilla e inteligente, y sus palabi as eran odas como orculos. Se la escuchaba con gusto y en su rusticidad y sencillez, se apreciaban siempre el sentido moral y cristiano que reflejaban sus aserciones.

    19

  • Cierto da hablaba sobre los peligros que nos ofreceran los ruso;s, por ser gente, deca, de muy poca religin y as de muy poca conciencia. Son de mucho orgullo, aada; y yo me temo que algn da despechados por no poderse apoderar de la luna, por no tener ni religin ni conciencia, ya ten su locura la vayan a ca-onear y la hagan trczos. Y como dicen que es tan grande, nos caiga alguno de esos pedazos, que no aplaste a todos y paguemos justos por pecadores.

    Pues esa mujer soltera y honestsima, era tambin religiosa muy de corazn y- llena de singular caridad. Aunque sin grandes posesiones sino la de algunos te-rrenitos con algunas cabras y vacas, recogi a tres nias hurfanas y las educ a su modo en todo proceder. Por llamarse doa Teodosia Mura, se apellidan ellas "LAS MURA".

    Al morir doa Teodosia, habiendo recibido durante varios das la Santa Co-munin, que yo le llevaba y puesto al cuello un gran Rosario, les leg a esas tres hijas, adems de la recta educacin, todo cuanto ella tena.

    Las tres pobres mujeres poco a poco han venido a comerlo todo, quedando sin nada. Slo poseen ahora la virtud de la laboriosidad y el corazn lleno de caridad cristiana, como su madre Teodosia.

    Hace poco que aunque pobrsimas han recogido a un chiquito de dos aos de otra mujer ms pobre que ellas, que vive en el Ischiguasi, o sea, lo ms alto del corazn de las sierras.

    La ollita y el chiquito De dos aos ac que apenas ha llovido. Todo ha quedado como reseco y agos-

    tado. Los habitantes se ven privados hasta de un poquito de maz.- La Mura de ms edad, vi que llevaba por vestido unas ropitas que se deshilaban. Alta y seca, con rostro de sufrimiento y hambre, es la que hace de madre de las ms jvenes, y la que suele llevar en brazos al chiquito recogido. Sabe Dios cunto se han de afanar para alimentar a esa criaturita!

    Es el chiquito lindo y tostadito. Sus ojitos negros y brillosos como dos acei-tunitas riojanas.

    Esa Mura mayor se vino a verme trayendo en brazos al chiquito. Parece no tenan en ese da qu comer. Era medio da y iba yo con una ollita en la mano para limpiarla. Al saludarme, extenda el brazo derecho al chiquito para tomr-selo. Pero l se retir abrazndose a la Mura. Alc entqnces la mano en que traa la ollita, y mostrndosela se la hice sonar. El chiquito sonri y alargando sus bra-citos se ech en los mos. Junt su carita a la ma y repeta: "OLLITA; Ollita....!

    Dej la ollita en el suelo; entregu al chico y entr en la pieza. Cort un buen trozo de pan y lo unt con miel, que me haba obsequiado una viejita.

    Se la acerqu al chiquito y tomndolo pareca devorar con ansias la miel. Pron-to la^termin. Me present el pancito ya limpio y Otra vez lo llen con miefy y otra vez el chico la pas toda. Me present de nuevo el pan. Qu hambre deba traer la criaturita! Se vino a mis brazos y junt de nuevo su carita a la ma, apretndose.

    Me pareca sentir el calorcito de la carita de Jess Nio, y que aquella tan pobre que me lo trajo era la Virgen Mara.

    Un verso que compuse y remit a un muy rico, pidindole limosna, se me ve-na a la fantasa:

    "Entre rosas y claveles Un nardo fragante vi; Y se lo escogi la Virgen Para su hermoso jardn. Ese nardo tan preciosa El ALMA del pobre es; Mas si el POBRE es un CHIQUITO, JESUSITO viene a ser".

    2C

  • Qu devocin y ternura me daba sentir el calorcito de la carita de aquel Je-susito en la ma! Tuve miedo que la mucha miel le sentara m al chiquito de los ojitos de aceitunas negras, y a l y a la Mura, les di lo que me guardaba yo para la cena. A ella la obsequi con vestidos. Le entregu ropitas para el chiquito y calzadito.

    Mrtires Fui al otro da al rancho muy largo y encalado en lo ms alto del Cinego.

    De all bajaba una chica muy delgadita y sin color y a poco se desmayaba. Para su desayuno slo tomaba un poco de mate cocido sin pan y sin azcar. All vi a sus hermanos. Sqn la ltima expresin del ser humano. Cada chico se parece a una cerilla. Tan raquticos y laquitos y sin carnes aparecen.

    Su madre estaba enferma. All en aquel rancho slo haba un catre y sobre l unas pielitas. La madre dorma en medio; y de un lado con ella las dos chicas ya de ms de 16 aos. Del otro lado se acomodaban, apretndose los dos chicos varones.

    Carecan de frazadas. Alcanc a darles tres. Me encargu de pasarles limosnas para que se trajeran del almacn qu comer. Ella, la madre, caminaba renga, arrastrando una pierna paralizada. Reseca, amarilla, pona compasin. Los chicos raquticos como asonsaditos. Las nias delgadsimas ms despiertas.

    Su vida era la de mrtires verdaderos. Su conducta limpia .y santa. Tenan padre. Ese seor monstruo en lo humano, en 18 aos de casado no1 les aport nunca nada. Cuanto ganaba era para beber.

    Si alguna vez vena al rancho a dormir era de beodo. Con frecuencia se pre-sentaba garrote en mano y a gritos los apaleaba. Huan entonces al bosque don-de permanecan escondidos aun toda la noche, hasta qu eadvertan se haba des-aparecido el" padre.

    La madre lavaba ropas, que le buscaba la chica mayor. La otra serva por casas vecinas. Los nios varones iban a la escuela. Esa era su vida.

    Me propuse ayudarlos y en todo el tiempo de los meses que he pasado en la zona, nada les ha faltado. Tambin los vest. A la madre la confes y comul-gu en su casa.

    Conmovida esa mujer y agradecida me ha querido hacer un obsequio. Tena en un cajoncito, hecha ya trozos, una imagen pequea de la Virgen Mara. La historia de la imagen me interes.

    Los padres jesutas de la Reduccin de la Candelaria llegaban sobre mua hasta ese lugar del Cinego de GUASAPAMPA. A los antepasados de la casa les trajeron una imagen de la Virgen sin mancilla o Inmaculada. Fue la imagen que los pobladores del lugar tuvieron como a madre y protectora. Pero con el tras-curso de los aos y despoblndose la zona, la imagen se fue deteriorando y rompiendo. La recib de manos de la seora, que me la obsequi, en varios tro-zos. Los brazos estaban pegados con cera. El pelo lo tena rado. Llevaba coro-na de plata, con cruz.

    Junta las manitas ante el pecho. Es de vestir. A los pies de la Virgen apa-recen labrados en la misma madera, tres cabecitas de angelito con alitas. Es seal sta de ser antiqusima y de pertenecer a los antiguos jesutas. Las cabe-citas de angelito con alitas, a los pies de la Virgen, son indicio y seal de anti-gedad y ser propias de las esclturas que labraron los jesutas antiguos. Es la imagen en madera dura y de una sola pieza. Le he recompuesto ya y aa-dido el cabello negro y fino y vestido con el blanco y azul del manto. Queda lin-dsima. Los ojos son labrados y pintados.

    Don Ramn No son los pocos hombre que habitan Ja zona, como el del rancho del alto.

    Al contrario. Vino el viejo don Ramn a que le dijera Misa para sus padres fi-

    21

  • nados. Tiene su rancho muy lejos, a la par de las Cortaderas. Se present con la mujer vieja, y la hija casada que trajo a las dos criaturas. Esos chiquitos si-guen mucho al "agelo".

    Don Ramn es la misma bondad e inocencia. Pero su aspecto y rostro pone miedo. Si entrara en concurso de fealdad, se ganara el premio. Tostado el color y dientudo. Con bigotes cados y ojos saltones.

    Se le oye; y all entonces se entrev entre sus frases, el alma ingenua. Es tan pobre que no tiene pero nada. En su rancho no se halla ni una gallina. No hay all sillas sino trozos de tronco cortados. No posee ninguna cabra ni vaca. Ape-nas tiene qu comer ni aun vestir. Don Ramn traa pantalones remendados con infinidad de trozos de telas.

    Salud y fuerzas las tiene. Es muy guapo hachador. Se ocupa en hachar todo el ao desde el clarear hasta cerca de la noche. No fuma, no bebe vino ni juega. Y a pesar de eso, es pobrsimo. Al verlo tan rebueno e ingenuo, le preguntan: por qu esa su mala suerte? Ser, quizs, dice, que no he robado nunca nin-guna cabra ni cosa ajena.

    Otros veo que tienen. Pero la razn de que siendo tan honrado y trabajador y a pesar de eso siem-

    pre anda falto de plata, no est ah. Lo he averiguado. Es que los dueos de los camiones de la lea y contratistas hachadores son de ciudad. Vienen de lejos hasta de Cruz del Eje y La Falda. Observan ellos que don Ramn no sabe leer ni aun firmar. No conoce lo que son cuentas ni nmeros. Hasta ignora el valor y la nomenclatura de la moneda. Y aprovechndose de la bondad de tan sencillo hombre y rstico trabajador, lo confunden engandolo en lo que gan sin que caiga l en la cuenta. Per ello siempre lo que recibe de pago, nunca le alcanza para las necesidades de la vida. En claro: lo roban con felona los que compa-decindose lo debieran proteger y ayudar con justicia, por ser el ms fiel y gua-po trabajador de la zona.

    En el rancho de don Ramn se reza a la maana el Rosario y se vuelve a rezar otra vez antes de irse a dormir. Dicen los de aquel paraje haber odo de sus abuelos que los padres que los civilizaron, a la maana reunan a los hom-bres y hacan que trajeran las palas e instrumentos de labranza, haciendo el ca-mino cantando a la Virgen o rezando el Rosario. De vuelta del campo los acos-tumbraron tambin a rezar.

    En aquel rancho de don Ramn no dudo asegurar, que jams entr el pe-cdo venial deliberado. Viven angelicalmente. Realmente que en la soledad del campo habita el Seor. Anda muy cerquita de aquellos sencillos pobres! A don Ramn le di unos pantalones nuevos con camisa y saco. A la viejita e hija y chiquitos otras ropas.

    Del mismo lugar vino una viejita trayendo a su nieto ya varoncito grande para que se lo preparara y confesara. Me dijo al presentrmelo: "Este chico es an inocente. Por aqu, padre, no tenemos nada. Ni siquiera hay con qu poder ofender a Dios. Este chico siempre ha vivido solito conmigo. Los otros chicos que van a la escuela son parecidos a mi nieto".

    PARTE SEGUNDA "Viejitas donosas"

    La viejita doa Mara se vena cada da con dos chicas, que cra y educa. Pero vive muy lejos. Su rancho est all en el faldeo cerca del Ischiguasi. Trae a las chicas muy limpitas. Ya han hecho la Comunin. Es pobrsima.

    Por ello un da le pregunt, si alguna vez quedaban esas nias sin comer? Y detenindose a reflectir ,me contesta: No recuerdo que haya acontecido eso nunca. Porque yo me prevengo y para que nunca falte a ellas, a veces yo paso sin comer. Qu fina caridad la de la viejita!

    22

  • Otra, doa Luisa, tiene en su casa a dos chicas que recogi de niitas. Son hurfanas. Adems estn tambin con ella otros cinco chicos de su hijo casado. Recibe del hijo para alimentar y vestir a las criaturas. Mas a aquella zona no siempre llegan a tiempo los envos.

    Pues esa viejita previsora, tiene siempre guardada alguna bolsa del mistol que se cosecha. Esa frutilla es de un rbql y llegada la madurez se cae o se la varea y ;cimbra a las ramas y en paos puestos al pie del rbol se recoge. Se parece en el color rojizo y tamao, al man ya desgranado. Es de gusto agradable y alimenta. Hasta los animalitos lo rebuscan y lo comen.

    Cuando doa Luisa no halla qu dar a tanto chico, les da entonces un buen puados de los mistles y as los trae a los chicos gorditos.

    Otra ya muy vieja doa Ramona, vive sola con una nietita. Es la nia cre-cida. Tan pobremente viven que me confesaba, que a veces slo comen fideos hervidos con slo agua y sal.

    Ha estado en cama muy enferma. Pero supo un da que se carneaba lejos. All se fue aun con fiebre, y ayud en todo, recibiendo en pago las achuras de la panza. Ese fue el alimento para varios das. Al vecino que tiene una vaca le rog le diera un vaso de leche.

    Doa Ramona no permite que la nietita vaya por as colocndose para ganar algo. Mira por la moralidad de la nieta, que es alindadita. Ella vieja, va sola a ayudar en amasar el pan, recoger lea, lavar, y as entre hambres y miseria, se desarrolla su vida de hogar.

    Otra viejita, Carmen, con frecuencia se procura sangre de los que carnean. En un tarrito la hierve entreverndole palitos de poleo con algo de sal. En su ranchito la come con los chicos. Andan de buen color y gorditos.

    Si es cierto que entre las viejitas del Cinego, que cran entenaditos y' chicos, eina la delicadeza en la caridad; as tambin lo es, que los chicos de aquella zona retornan con la misma moneda del cario y amor a las agelitas.

    Suelo en Crdoba ir a una fbrica de galletitas a pedir a los dueos de las que se rompen o salen sin la presentacin que exije el 'pblico comprador. Me suelen esos buenos seores de la fbrica llenar siempre una bolsa.

    Ya en marcha la Misin, en las fiestas y domingos, reno a la tarde a los chicos y procuro jueguen los varones a la pelota ftbol. A las nias les cedo una pelota grande y sogas para que salten.

    Terminado el juego y antes de despedirlos los hago sentar y les reparto de las galletitas. Observ en el Cinego, que los nios varones educados por an-cianita, no coman de las galletitas que les daba. Las guardaban para entregr-selas a la agela y que se las repartiera entre los de la casa. De las nias, ya ms cariosas y de ms buen corazn, como mujercitas, ninguna coma all. Las llevaban para repartirlas entre sus hermanitos. Qu gozo para los del ran-cho verse con ese regalo!

    Dichosos los seores dueos de la fbrica, que con su donacin de galleti-tas saben hacer felices por unos ratos a los nios pobres serranos del Cinego y valle de GUASAPAMPA!

    PARTE TERCERA La gripe

    El Seor se ha complacido este ao en probar a aquella apartada zona, ya en s pobrsima. De dos aos que viene la seca. En todo ese tiempo apenas ha llovido. Hasta los pozos de agua empezaron a secarse. Maz, apenas se cosech. As que la base del alimento en aquellos parajes agrestes, que suele ser la ma-zamorra, no se ha gozado en este ao. El maz qu se coma era trado de otras regiones.

    Y con eso empez a cundir la gripe. Haba rancho en que todos estaban con

    23

  • fiebre y en cama. Lo ms de sentir era, que en las ms de las viviendas, slo haba ancianas y viejitos con chicos y algunas mujeres. Las nias grandes se van a la ciudad a ocuparse como sirvientas. Los hombres y jvenes ya mozos se alejan a trabajar en camiones, en los hornos y caleras. Cai todas las minas del departamento "se pararon. As las canteras. Los animales vacunos y aun ma-jadas se empobrecieron. Para conservar y atender una pocas cabras y animales grandes, les bastan los que quedaron. Nada extrao, pues, que en muchas vi-viendas slo se ve a alguna mujer o viejita con chicos.

    Apret en forma la gripe, que se hubo de cerrar la escuela. Rancho en que todos estaban en cama. Pero lo ms serio, que la gripe les ocasionaba dolores en la garganta y pecho e impeda la respiracin. A todos les paralizaba los in-testinos y no podan mover el vientre. El remedio y alivio para este mal, son las enemas. Mas para toda la zona slo se hallaba un aparato para esa finalidad. Estaba en la piecita a donde suele acudir el mdico del Estado una vez a la semana por unos ratos.

    Para aliviarse en los ardores y dolor de garganta era difcil. Ni rebuscando se hallaba un solo limn en toda la zona. Tampoco ni frutas ni verduras. Se han de traer de Soto o Cruz del Eje.

    Apuros Hube de recorrer a la continua los hogares. En el hogar de doa Luisa pro-

    digu de mis fondos para que le trajeran injecciones. Estaba en lo ltimo. La nia mayor se iba de a caballo a buscarlas hasta el lugar donde reside el m-dico del Estado. A unas tres leguas. La viejita se mejor. Todos los chicos sa-naron.

    Al rancho de doa Ramona hube de llevar la frazada ms grande de mi cama. Ella y la nieta estaban con alta fiebre en una misma cama y slo tenan por abrigo las sbanas que les obsequi. All les llevaba cuanto yo tena para hacerse la comida.

    Logr recibir de Crdoba muy a tiempo unas verduras. Nos sirvieron para aliviarnos. Hasta repart kerosene para alumbrarnos con farolitos. El Seor con todo no nos desampar. Todos sanaron.

    Como no tenamos a mano el aparato para enemas, les iba dando unos ts con boldo hervido y pichanilla. Pona tambin en el hervido unas hojitas de ja-rilla, que contiene yodo.

    Maravillas Y fue de admirar las maravillas que obr el Seor por medio de esos yuyos.

    Un viejito se estuvo 14 das sin poder mover el vientre. Lo visit el mdico y ni purgas ni aun enemas le obraron. Lo prepar y confes dndole la Comunin y la santa Uncin. Pero le hice preparar el t con el hervido del boldo y la reta-milla con jarilla. Al siguiente da del remedio larg todos los males y a muy poco san perfectamente.

    Otra enferma tullida, que tambin haca das estaba paralizada en los in-testinos, la confes y comulgu, dndole despus del prodigioso hervido de los yuyos. Al rato de tomar el remedio de los yuyos, ya le obr. As fue en todos los que tomaron ese remedio. Les haca tambin hervir el agua de la jarilla, den-tro la pieza y evitaba el contagio. El vapor de la jarilla desinfectaba el cuarto y evitaba la infeccin. Y no slo a los enfermos de gripe, si no aun a otros males los sana esa composicin de yuyos. La de Moreta tena unos escemas muy feos con granulaciones que le reventaban. Andaba su rostro con manchones casi amo-ratados. Ni sala de casa. Viaj a Crdoba y la vierqn especialistas. Ha gastado muy mucho y siempre le ha quedado el mal. Tom la preparacin en e hervi-do de los referidos yuyos y a los 15 das no tena ni rastro de lo pasado. As sigue ahora sana y contenta.

    24

  • \

    Como 110 es del caso referir muchas y muy varias curaciones de hinchazones que atribuan al corazn, vmitos incurables y otros achaques y ezcemas con reu-mas, sigo con lo de la GRIPE.

    En uno de los ranchos se estaban en cama los 7 chicos Valenzuela y la madre desamparada. En el de Oga haba 4 chicos y su madre enfermos. En otro rancho adems de la gripe de todos los nios y madre, la 'hija mayor padeca de ataques epilpticos. Hice pedir a Crdoba de las pastillas que previenen los ataques y se alivi la jovencita.

    En la familia donde hay tres chicos muditos, todos estuvieron en cama. El Seor fue visitando a todos con la prueba. Hasta hube de llegarme a la Playa don-de se hallaba grave por la gripe la viejita Ramona de Romero. Esta anciana es tres veces casada. Su aspecto donoso, y ella muy hbil y hacendosa. Muy queri-da y respetada. Pero la gripe entr en su rancho. A ella y al viejito esposo, los llevaron en camin hasta Soto. De ah dieron vuelta y los trajeron de nuevo para morir. Son del bajo de Totoraguasi. Los subieron desde TOTORAGUASI hasta la Playa a casa de uno de los hijos.

    As tuve noticia de ello, los fui a ver. Confes a los dos. Era de tarde. Al otro da volv y les di la santa Comunin y Uncin. He ah que a los dos das se le-vant va sana la anciana. \

    Los resfros Lo que ms acobarda en la zona del Cinego son los fros recios. Del fro se

    levantan de dormir los nios, como entumecidos y viven enfermizos y asonsaditos. Mucho contribuye a su poca salud su denutricin. Raros son los que pueden tomar leche antes de irse a la escuela. Los ms beben una taza de mate cocido sin pan ni azcar. Los abrigos y frazadas les escasean.

    A pesar de la falta de abrigos, se industrian para no sentir los fros en las heladas. Don Elseo es un viejo de mucha edad. Slo tiene para dormir un catre ele caizos. Un montoncito de lana. Pues; esa lana la hila y deshila y as deshecha la pone en el catre y con ella se envuelve, ,sin sacarse el vestido. Dice que aisla as del-aire helado. Como las ovejas.

    Otros usan lo que llaman por all entubarse. Extienden la colcha o sbana y si tienen frazada y se la arrollan del extremo. IVan dando vueltas y quedan ajus-tados y entubados. Se hacen doblado en los pies y esconden por fin los brazos y manos en el tubo.

    Hay quien tiene un hoyo grande en el suelo con paja. As haca una mujer muy pobre a sus chicos, colocndolos en ese hueco pajizo.

    Frutos espirituales Lo cierto que en tres meses de misin, he venido a gastar esta vez, cerca de

    50 mil pesos. Visit, ayudando a 19 impedidos, a quienes confes y comulgu. Co-muniones primeras fueron 21. En el da de su fiesta comulgaron ms de 79 chicos. Son en suma: 1.740 Comuniones.

    Repart ropas nuevas, que me obsequiaron de B. Aires, a los pobres como1 por valor de 300 mil pesos. A los nios de dos escuelas en todo los vest, incluso con guardapolvos. A viejos pobres di pantalones y camisas nuevas. A muchos, calza-dos nuevos.

    CONVERSIONES muchas. Viejo que desde que se cas no se haba confesado. En una de las casas del Cinego se ejerca el esperitisrtio por una joven santia-guea. Con las hablas de los finados, que finga la joven hablaban, trajo alboro-tada a toda la zona. Se ha reparado el mal. Ella pues, y los dueos de Ja casa, se han confesado varias veces y comulgado.

    25

  • Sorpresa El Seor me regal con un gozo singular. De aos que atiendo a una anciana

    que padeca de lepra. Por los ezcemas y ceguera viva retirada y nunca sala. Le fui a obsequiar ropas y la confes y comulgu. Es ella muy sufrida y de paz. Pero quise antes de volverme irla a confesar de nuevo y darle la Comunin. Le quera pedir oraciones, que preciso, a esa alma escogida de Dios.

    Qued sorprendido al verla; observando que no se pareca a la enferma co-nocida. Haba recobrado la vista. Me vea y caminaba sin tantear. Su color ya limpio y blanquecino de anciana. Desaparecieron lqs tuberos y ezcemas. Hermosa viejita.

    Espero edificar, agrandando lo que sirve de Oratorio en GUASAPAMPA, y la llevar a la fiesta de la inauguracin.

    Ruego a los que leen esta narracin Tenga en GUASAPAMPA un Oratorio reducido para cuando paso a misionar.

    El tal Oratorio consta de dos p:,ezas, comunicadas por un arco. Pero slo tiene de largo 9 metros. En domingo y fiestas he de celebrar en la galera. *

    Por all los vientos fros y fuertes nos congelan. Es intolerable celebrarles la Misa en tales condiciones. Aun sin fondos he propuesto agrandar el Oratorio edi-ficando a su continuacin otro saloncito de 10 metros de largo. Sern unos 19 me-tros de capilla, y todos podremos estar debajo de techo.

    Paira su edificacin se precisan ms de 500 mil pesos. Empec ya a reunir de limosnas esa cantidad. An no llegu a recibir, ni siquiera la mitad de lo que se precisa. Y al fin de enero empezar la obra.

    PIDO pues a los que leen este escrito, que en bien de los pobres de GUASA-PAMPA nos quieran favorecer con su limosna. El Seor retribu:,dc-r les retornar con prosperidad y bendiciones a cuantos nos compadezcan y nos ayuden. AQUE-LLA OBRA DE CARIDAD no nos la alabarn los que viven en ciudad. Slo en aquellas soledades la estar siempre contemplando Dios, y SE COMPLACERA. All sus hijos escogidos, rogarn por nosotros. ESO NOS BASTE! Direccin: Quinta del Nio Dios, Carlos Paz (Crdoba)

    ANTONIO AZNAR, S.J.

    EL CHEQUE .. Y LA ESPADA Leo en una revista . a lemana: "La pluma es ms poderosa que la espada, porque con la

    espada no se puede f i rmar un cheque". Escribo al margen: "De acuerdo, mientras el que lleva la espada sea incapaz

    de cortar la mano del que firma". Despus me vienen ganas de enviarle la revista a Ongana.

    Pero no vale la pena. IGNACIO ARTEAGA

    (de revista DE PIE - Santa Fe)

    26

  • Lo inevitable

    En estas reflexiones han influido, sin duda alguna, las horas de meditacin y de lecturas de libros f irmados por autores que Dios puso en mi camino y por lo cual le estoy infinitamente agradecido, pues por medio de ellos pude crecer en el amor a Cristo Trinitario y comprender los momentos de confusin y caos que vive nuestra Patria y el mundo todo. Tambin debo reconocer la influencia importante adquirida a tra-vs del contacto con los hombres, con sus problemas, con sus cosas, con sus vidas, en ese andar por los caminos sureos de la Patria, en esa pampa inmensa cubierta de soledad y misterios, invadida por los incansables adoradores del oro; pampa an sin conquistar que se ofre-ce en empresa titnica a las generaciones de jvenes argentinos de hoy y del maana.

    Hace algunos aos la mente ms esclarecida del pas escriba los siguientes versos relacionados con la decadencia de nuestra argentina, he solicitado su permiso para que sirvan de introduccin a este "Ine-vitable' art culo:

    Al varn que parla al rumbo Yo de loro lo sentencio Ni entre amigos que aquerencio Fui hombre de charlas y risas Vanlas a estas Clarisas Cmo guardan su silencio. Callar dicen que es cristiano Y que el hablar mucho es moro Hoy es tiempo sin decoro Que hablan tanto a destiempo Sepan que un callar a tiempo Sabe ser palabra de oro. De papeles parlachimes Hay hoy montaas de sobra Charla el charlatn y cobra Pero el varn de mi mando Ms habla obrando que hablando Y hasta su palabra es obra.

    27

  • Y hasta el que habla porque ensea Y su misin es de hablar Cunto tiene que rumiar De idea, de r ima y ciencia Y de Dios en la presencia Noches enteras callar! Y esto digo por el hijo A quien Dios le dio esa luz Tendrs ms de un patats Hijo, vivirn cansao No de balde te he llamado Desiderio Fierro y Cruz. Y el cristiano ha de sufrir Hoy lo que que nunca ha sufrido Que no se achiquen les pido Ms no se hagan ilusiones El mundo va a trompezones Y el atesmo ha vencido. Sospecho que hay atesmo Hasta dentro el Vaticano Hoy mandinga tiene mano Como jams la ha tenido Yo s por lo que he sufrido Que hoy no es broma ser cristiano. Hoy da muchos prenuncian No s que triunfo inaudito Del hombre ateo y ahito Todo el que esto les prometa Sepan que es seudoprofeta Y enviado del Maldito. De la Ciencia los prodigios Del Arte y la Educacin De la Gran Federacin Que unir los pueblos todos Oirn himnos de beodos Tengan mucha precaucin Ojo al Cristo que es de cobre Le conozco la receta Hoy da al falso profeta Que el mundo loa y acata Para hacerlo hablar en plata Les ensear una treta.

  • Al que venga con grandezas Terrenales discursiando Y los venga emborrachando Con un silbo de serpiente Pregntelen solamente Si volver Cristo y cundo. Les dirn que Cristo es Dios Y el Credo y la Letana Hay un punto todava Que a un hereje lo resuelve Pregunten si Cristo vuelve " Qu va a' volver! Volvera !" No pretendo saber cundo Porque leso slo es de Dios Ni el ngel tiene aqu voz Pero al ver de hoy los vestiglos Yo digo faltan diez siglos? No faltan ni tres ni dos. Los signos se van cumpliendo Que puso el Apstol Juan Pidan luz y los vern Y aunque los tengan por locos Mejor es ser dsos pocos Que al fin perseverarn. El Gran Libro ha sido abierto El sesto Sello est roto Los pueblos en alboroto Gimen en espetativa Y en la gran tiniebla viva Es diario el terremoto. La muerte es fin del nacido Sea hombre, mundo o nacin No le tengan aprensin Yo les vengo el baile aguar Pues Dios me manda a invitar

    - Al ltimo Pericn. Este es pericn en armas De hombre solos con espuelas Que no acompaan vihuelas Sino tambor y clarn Y el fusil punta al fin En lugar de castauelas.

  • El criollo baila sin prisas No fandanguillos y jotas Debi bailar con ojotas No son livianos zapatos Malambos, zambas y gatos Baile de bailar con botas. Vamos a bailar con plvora Como en la zamba de Vargas Vendrn horas muy amargas Ms .ya no pueden ser muchas Horas de bailes y luchas Nunca han sabido ser largas. Y la consina es sencilla: Poner el pecho al pior mal En su puesto cada cual Tieso aunque le tiemble el suelo Y todos con el pauelo El pabelln nacional. Esta es lucha del espritu Mrtires los tres sern Y mucho ms pasarn Que los que en tiempo lejanos Lucharon con los Romanos Y ustedes contra Satn. Pues el antiguo cristiano Con leones combata Ms los fieles de hoy en da Lucharn contra el infierno Martirio interno y esterno Y cruda y doble agona. Pero no le tengan miedo Encomindens a Jess Abracen fuerte la Cruz Desndens de ilusiones Para que yo les d luz Dios me dio grandes visiones'.

    (Del libro "La muerte, de Martin Fierro") El Padre Castellani ha escrito estos versos extendindose a los cuatro

    puntos cardinales del mundo, y, por ende, de nuestra nacin. Para qu, despus de esto, extenderme ms en este artculo? Ah

    est resumida toda la tragedia de estas horas, y all tambin estn las soluciones: "En su puesto cada cual. Tieso aunque le tiemble el suelo

    30

  • Y todos con el pauelo. El pabelln nac iona l" . . . "Encomindens a Jess. Abracen fuerte la C r u z " . . .

    Sin embargo desde mi humilde existencia me es necesario e importante hablar sobre cual es el "puesto" que le compete a la juven-tud de nuestra Patria, o alguna parte de ella. Creo que el puesto est en nuestro sur patagnico.

    La tierra de conquistas an ignota y desierta que forman estas extensas regiones de la Patria deben servir para que sus dueos na-turales -nosotros argentinos iniciemos la obra fundacional que el pas requiere desde los comienzos de la historia. All en nuevas co-munidades podr darse el alto testimonio de patriotismo verdadero sin la contaminacin con los planeamientos tecncratas y absurdos que tienden, da a da, a alejar ms al hombre de Dios y de las realidades profundas y telricas de su Patria.

    Mis largos viajes por el sur solitario, por las pampas desprovistas an de la civilizacin decadente, por sus pueblos pequeos, an sin la masificacin de la ciudad, por las tierras vrgenes, que a pesar de las invasiones de los buscadores de riquezas, en el oro, el petrleo o el velln en grandes extensiones an no han sido pisadas por el pie hu-mano. Todo esto me ha motivado para deslizar sobre el papel estas reflexiones. Son las de un joven argentino que slo pretende con ello mover a las jvenes generaciones a emprender frente a las situaciones inevitables en que ha cado nuestra Patria el camino de la fundacin. Para ello tenemos nuestra herencia de un Dios vivo y de una Patria esperando.

    La nica salvacin posible que le queda a la juventud en estos mo-mentos trgicos de la civilizacin decadente, es replegarse a la soledad de las tierras vrgenes y congregarse para emprender la obra fundacio-nal que d sentido a sus vidas, comprometindolas en torno de esas tierras y de esa obra, en el conocimiento y amor de Dios.

    Estoy convencido que no queda otro camino. Por ello mi inters en atraer a estas ideas a jvenes que sustentando un estilo de vida to-talmente incompatible con el que se desarrolla en las grandes ciudades y pueblos puedan vi vendarlo y acrecentarlo, sin sufrir castraciones inevitables como las que se dan en las comarcas de los hombres a travs de la vida y del tiempo.

    Fue as como en muchas oportunidades manifest estas ideas entre familiares, amigos y compaeros de estudios; la mayora no entendi el mensaje y el significado que todo esto encierra.

    Gran parte de la juventud est emparentada con esta civilizacin. Es difcil desarraiyarla de los adelantos de la tcnica, de la ciencia que tienden a conformar sus mentes y planificar sus vidas dndole a cam-bio las penurias que pueden significar las conquistas de las tierras an ignotas de nuestro dilatado sur patagnico, inmerso en la soledad, frente a las manifestaciones primarias de la naturaleza. Se necesita 'una' pre-

    31

  • disposicin natural para vivir as y en eso. Creo comprender que los testimonios de cada uno deben darse en la medida de la propia con-formacin espiritual e intelectual, en la medida de nuestras posibilida-des individuales. Cristo Resucitado dar en pago a-cada cual conforme sus actos y en relacin a lo recibido. Esto lo comprendo.

    Gracias Seor por lo que me has dado: Una Patria esperndome, Los maderos de tu Cruz y Un siglo ciego negndote.

    Lo que no alcanzo a comprender como se puede testimoniar a Dios y a la Patria, dentro de una sociedad derrumbada en la moral, conducida por el enemigo de nuestro propio ser y sentido. No puedo comprender. No s. Para mi precaridad humana, aqu y ahora, me resulta imposible testimoniar plenamente los valores religiosos, filosficos y polticos que acept para siempre, no puedo. Me faltan los recursos del hombre reli-gioso, del hombre mstico. No puedo.

    Pero existe algo ms importante que el no poder, algo que nos compromete en una desicin que no admite otras salidas, es el no querer.

    Si, no quiero! El anlisis de la ciudad, de sus hombres y de sus cosas me han

    llevado a este no querer. No es esto un puritanismo sin lmites ni una moralina absurda. S que el Misterio de la Crucificin de Nuestro Seor se repite desde hace dos mil aos en los pequeos y grandes actos de toda la humanidad. El hombre prepara los clavos de los deicidas con sus pensamientos, palabras y obras. Nadie est exceptuado de esta res-ponsabilidad terrible. Ni los anacoretas. Nadie. Ni los santos, ellos lo han dicho, ellos se han sentido ms culpables que nadie, de ah su san-tidad. Pero la ciudad de los hombres, esta ciudad llena de miserias e injusticias, este tumul to escandaloso, nos abre las puertas de la perdi-cin, nos conduce al pozo de las inequidades. Aqu es difcil distinguir a Dios del Csar, y al Csar de Dios.

    Desde los primeros aos de mi vida me sent atrado por la nobleza silenciosa de la naturaleza. Cmo no recordar mis primeros pasos por la pampa desierta, libre de las concupicencia de los hombres, limpia, inmensa? Cmo no guardar entre los tesoros de mis recuerdos el paso por las montaas sureas, cargadas de soledad y nieve, mostrando en sus cumbres y en sus hielos eternos el mensaje maravilloso de la con-quista inconclusa de mi Patria que all se me ofreca, comprometiendo mi espritu, mi mente, mi todo?

    An siento vibrar mis fibras juveniles comparando el campo y la ciudad, el hombre annimo y agitado por las vanidades y la nobleza del gaucho templado y enraizado en la tierra. Comparaciones de allende el tiempo actualidades hoy: las vergonzosas soledades de la tierra sur abandonada a los piratas de siempre y las multi tudes annimas de 32

  • la ciudad sin tierra, sin aire, sin sol, sin Dios. Parceme que en el principio, cuando el Seor cre el mundo visible

    e invisible, todo era naturaleza virgen e ignota. El hombre ha hecho convergir hacia sus propios intereses la obra de Dios. Todo fue bien mientras ellos servan para la glorificacin del Seor de los Cielos. Cuan-do el hombre fue extendindose en sus obras, ensanchando sus domi-nios, apartndose de los fines de alabanza y gloria, que como hijo de Dios le competan, fue acercndose a su destruccin e infelicidad.

    As de siglo en siglo hemos llegado hasta aqu, y ahora se nos presenta un horizonte ensombrecido por las vanidades humanas, injusto en las realidades sociales, un horizonte confuso y oscuro, como el presente

    La sociedad actual no es solamente infrahumana es primordialmen-te anticristiana. Aqu est el drama ms escandaloso de la humanidad, el deseo de matar a Dios; como dira Nietzche: "Hemos matado a Dios", no es que Dios el Eterno muera, el hombre ha intentado su muerte imposible con la inaceptacin de su persona Divina. Paradgicamente, negando la existencia de Cristo Vivo Dios Trinitario hoy ms que nunca el hombre busca a Dios, o se lo hacen buscar, fabricndolo a su medida, recorriendo caminos equvocos para acercarse a El.

    Hay otro drama que caracteriza la sociedad actual, es la soledad del hombre frente al hombre mismo. Cundo ha estado rodeado de las cosas humanas el hombre como ahora? Nunca, sin embargo no ha encontrado su propio destino, no puede recorrer su propio camino, es un dirigido por los dueos de la civilizacin. El hombre de hoy est slo, frente a frente, slo.

    El hombre de la ciudad, del tumulto, del escndalo de la multitud, el hombre del anonimato, est slo y espera. Si, espera un nuevo mun-do, una nueva hora que muchos creen ser la nueva panacea universal. Tal piensan los constructores de la Nueva Torre de Babel, los idealiza-dores planetarios del Hombre del Tercer Milenario.

    No lo tienen a Dios. Estn aniquilados por el peso de la sociedad absurda e injusta que han construido, que han deseado y esperan la nueva hora de la humanidad, la hora) de la resurreccin del hombre "autntico", liberado de las esencias comprometedoras de su yo reli-gioso, la hora de la unidad universal, de la justicia de los hombres sin tener en cuenta la justicia de Dios.

    Plutcratas ensoberbecidos con sus propios pecados. Sincretistas. Fariseos de Cristo Icnico, de la Iglesia Unica. Sacerdotes corruptos, entregadores de lo ms sagrado, Cristo Trinitario y la Patria. Estos son los nuevos entregadores del Dios Vivo, los nuevos judas. Cien mil veces peores que Judas, pues ste se conden slo y stos otros arrastran como lo dice la Santsima Virgen. Mara por el camino de sus ini-quidades a muchas almas de Dios.

    Estos son los albailes del nuevo mundo, los sinarcas, los plut-cratas sionistas y no sionistas, los sacerdotes vendidos al mundo, estos

    33

  • son los arquitectos de la sociedad masnica universal que se avecina da a da. Los buscadores de la paz sin Cristo, "el desarrollo es el nuevo nombre de la Paz". . . la nica paz que puede existir en la humanidad siempre doliente es la Paz "de y en" Cristo Trinitario. No existe otra paz verdadera.

    Ya no puede haber en el mundo mayor corrupcin. El valor ms trascendente del hombre es la religin y hoy este valor est infectado por las obras de estos canallas inauditos, hemos llegado a la decadencia de lo ms alto, hemos llegado a lo peor.

    Nuestra pobre Patria an sin fundar , sus cimientos abandonados a la vera de la historia, cimientos greco-helnicos-romano-hispnicos con-tactados con las pstulas del rgimen, c o n c i b e n derrumbndose ante la nefasta obra de los dueos del mundo, de los incrdulos descubrido-res del desarrollismo cientificista y tecnocrtico, de los sinarcas mun-dalistas. Estos son los que darn nuevos aditamentos a la fundacin inconclusa de la Patria. Ellos son los que terminarn por derrumbar esos cimientos histricos y sumergirnos en los pozos pestilentes de la nada; desde ah sin vigencias las estirpes, sin la herencia espiritual, sin Patria podrn taponarnos a su arbitrio y manejarnos junto a la gran federacin universal de las naciones, tan soada y deseada por estas rcuas.

    Mientras tanto, qu puedo hacer yo y mis camaradas frente a este derrumbe inevitable? Qu puedo hacer encerrado en los lmites de mi precariedad humana, frente a este poder demonaco colosal? Qu puedo hacer?

    Slo queda un camino: ORAR Y FUNDAR. Frente al demonio el signo de la CRUZ y la oracin mistrica, si-

    lenciosa, t r iunfadora (pedid y recibiris). Frente a las obras sobrenaturales del demonio las cosas sobrena-

    turales de Dios. Inmerso en la ciudad del hombre, replegarse a las tierras abando-

    nadas y vrgenes, tierra de Dios, y FUNDAR. Frente a la ciudad del hombre debemos levantar la ciudad de Dios. FUNDAR Y ORAR, esta es la ms grande esperanza que le queda

    a la humanidad creyente, la ms grande esperanza para nuestra juventud ORAR Y FUNDAR.

    En la esperanza de la oracin est implcito el triunfo. Recuerdo lo que dijo cierta vez un maestro en serio:

    "Nosotros sin embargo, esperamos confiados en la fulgurante espada de San Miguel Arcngel. Sabemos que l quebrar las potestades tenebrosas, sus manifestaciones visibles y concretas, sus siniestros servidores esotricos y sinrquicos".

    CARLOS VERONA LPEZ

    34

  • Tenaglia en caso de libertad

    Ducadelia dej la pluma sobre las cuartillas, se levant pesadamente gruendo : Qu quieren ! y abri la puerta. Entr un vejete inverosmil con una bolsa al hombro, sin esperar que Je dijeran "entre". El fraile dio dos pasos atrs con una sensacin de sorpresa seguida de algo como es-panto enteramente inmotivado. El viejo dej caer la bolsa sin decir una palabra.

    Ducadelia se olvidaba siempre, a pesar de las moniciones de sus dos seides, de mirar por el bichadero llamado "ojo mgico"; y abra la puerta del partamento por un gesto maquinal ; y as era vctima de toda clase de encajadores de rifas, colectores de colectas, y propagandefos de una nue-va marca de chupapolvos, que preguntaban por "la seora". De repente le apareca un morochn de ojos tristes que sin introduccin ni interrup-cin -le expetaba a toda velocidad la siguiente soflama a lo loro:

    "Distinguidoseorconsupermisovengoasolicitarsudistinguida. . . c.olaboracinparalaSociedadProtectoradeHurfanosdepadrede. . . Montevideoquenopidedinerodeningunaformasinoqueaqutiene. . . ustedcuatrojabonesdepurococosuperfinacalidqueseentreganpor. . . lamdicasumadecuarentayochopesosabeneficiodeldichobenfico. . . SociedadProtectoradeHurfanosdepadre. . .";

    y el infeliz del fraile se los compraba. Esta vez el mendicante dej caer la bolsa, de la cual se desparrama-

    ron varios papeles, con un gemido de cansancio. El irritado exclaustrado, como siempre, se abland.

    Trapos, diarios y revistas viejas dijo ya s. Creo que hay poco o nada, achidente. Pero cmo diablos se va a arreglar usted para llevar-lo. Cuntos aos tiene usted? Lo menos cien aos, "a osadas"!

    El vejete tartamude algo, se torci con dificultad y empez a tan-tear por el suelo como pichiciego; para alzar sus papeles rotos y cuan-to poda tocar. Justamente el fraile haba estado limpiando el archivo, ti-rando con rabia al suelo. . . casos no concluidos, facturas de clientes no pagadas y facturas pagadas de la "Agencia el Tro: informaciones e in-vestigaciones privadas"; y en consecuencia el hall-comedor^escritorio esta-ba nevado de papelera.

    Deje exclam Ducatelia yo le voy a alzar esta basura. Ust no puede ni doblarse. Cuntos aos tiene?

    Ochenta y seis tartamude el trapero.

    35

  • Ochenta y seis! Y yo me quejo de tener quie t raba ja r todava! murmur el fraile compungidamente.

    No veo bien. . . Ca ta ra tas . . . Y tengo una hernia. . . gimoteaba el otro.

    Saprist! Achidente ! contest Ducadelia levantando los ojos para mirar lo; y entonces se qued absort un momento. Fue como un golpecito en la cabeza que le recorri todo el cuerpo; el mismo que le dio al entrar el vejestorio. Cmo? Qu? dijo en voz baja , al volver a rastrillar papeles pensando intensamente. El otro se haba recostado contra la estantera ry miraba a todos lados guiando los ojos. Ducadelia no levantaba ms los suyos: le haba filiado un rostro de los que llaman "perverso constitucional"; y lo ms extrao, era un rostro vagamente co-nocido.

    Ducadelia que estaba en cuclillas, sin incorporarse desliz a un silln y se repantig jadeando. Por mucho trigo nunca hay buen ao. Deje lo que queda dijo. Vuelva maana a las 10, yo le voy a juntar re-vistas viejas y lo que haya; \y le voy a llevar las bolsas, porque usted vistamente no puede. Hasta maana !

    El vejete se despidi temblequeando bajo la mirada encendida del otro que lo cubra. Cuando sali golpeando la puerta, la mirada del Duca estaba perdida entre los libros que cubran las paredes. "Dnde he visto yo esta fisonoma o alguna parecida?"

    Bah, poco importa ! dijo al fin, frotndose las manos. Algo s y el resto averiguar. Zorro viejo! V ciertamente ms que yo; v como un lince. Un lbulo amputado y dos orejas como aspas. . . A quin me recuerda eso? Yo he ledo ciertamente algo as hace poco. A qu ha en-trado? Trapero ciertamente no es. Se hace el "ciruja". Pero ha venido a otra cosa. . .

    Alarcn entr silbando. Qu le pasa, Patrilec, que est excitado? Aventura en puer ta! dijo el jefe. No s lo que es. H u e l o . . .

    huelo. . . Ms huele su amigo que cruc en la puerta. Quin es? Eso quisiera saber! Maana lo sabr. Se da cuenta, Alarcn, un

    trapero que no puede alzar una bolsa de papeles, que se finge cegato, y. . . que v ms que un lince?

    Cmo lo sabe usted? Dej en el suelo un billete de cinco pesos arrojado bastante lejos,

    y no solamente lo vio, pero lo hizo desaparecer en su bolsillo sin que yo me diera cuenta y estaba observndolo! Lbulo amputado y orejas pa-ra adelante como pantallas. . . qu le dice a usted sto? Yo he visto algo as en alguna parte . . . Estoy perdiendo la memoria.

    Lobotoma, de esta que hacen ahora? ri Alarcn. Lbulo de la oreja de recha . . .

    36

  • Crimina] viejo? Quiere que vaya a ver el archivo de calle Mo-reno 1550?

    No, yo lo tengo por aqu. Lo le hace poco. Ya lo encontrar. Ma-ana tenemos sesin. . . baile. Le voy a preparar una trampa al falso ci-ruja. Debe ser un "campana".

    Y calndose el sombrero y cindose su viejo cinto de sargento, sa-li a pasos lentos a su acostumbrado paseto vespertino.

    Si hubieran estado all el da siguiente a las 10 sus dos compinches D'Elia los haba mandado a pasear hubiesen visto algo altamente in-verosmil : el fraile dispona sobre la mesa piezas de vajilla de plata ma-cizas, que sacaba de una canasta, cuando lleg el "ciruja". De donde las sac, Dios lo sabe. Al final, levant del cesto una primorosa cajita de acero de esas de guardar joyas que pareca pesar muchsimo, la dej en el medio, ry se sec el sudor.

    Adelante le dijo al bicharraco, aqu tengo tres bolsas para us-ted: revistas alemanas, algo valen. Cmo diablos sigue "trabajando" usted a su edad? Sapristi! La costumbre, supongo. Ojo, no se me arri-me a la mesa. Aqu hay mucha plata. Por desgracia, no es ma. Yo le voy a llevar las bolsas a la puer ta de calle. De ah no puedo pasa r . . . Tengo que cuidar la casa. . . y estas joyas de una dienta . No son mas, sapristi.

    Yo las arrastro no ms las bolsas dijo el bicharraco y ay en Vieyra est mi cumpa con el carrito. Muchas gracias, seor y no se iba En el ascensor no me de jan . . ese portero de porquera. Es un puerco.

    ,Esta seguro que no rueda por la escalera? Costumbre! dijo el vejete. Soy como un gato. No ruedo, no. Como un pichiciego. Lstima la vista, s. Pero veo de noche, seor. Como un g a t o . . .

    ( Y de da tambin, canallita. Quin demonios es ste? Voy a retratarlo en mis pupilas. . . pens el fraile. A lo mejor estoy equivocado. . . !)

    Llegaron al rato Alarcn y el indio comidos de curiosidad: al ver la plata expuesta se quedaron bizcos. Por supuestos, el indio no haba ido lejos de la casa, y haba seguido al trapero. Tena noticias.

    No es "ci ruja" dijo. Dej las botellas en el pasaje culobotella de la vuelta. Las dej.

    Esperar el carrito? ^-pregunt el fraile. El carrito del cumpa? Qu! Los chicos del barrio, a la arrebatia. Cada uno se alz con

    un fa jo revistas. El otro los deja hacer. No le importa ni las bolsas. Sali al trote largo. Dej todo.

    Disfrazado de viejo? No. Viejo es. Pero ms fuerte que andubay. Quin es, Patriolec? Estoy estudindolo. Le he tendido una trampa. Vistamente es un

    "campana". Quiz el jefe de la banda; se est en el prontuario, yo lo he visto en alguna parte. Qu van a robar en estos departamentos de po-bres? Deben andar en "las peores". Claro que el robo es fc i l . . . so se creen ellos. Miren toda la chafalona que le he hecho ver! Esta noche los

    37

  • espero sin falta. Creen que vivo solo. Esta noche caen seguro tres aqu. . . el clsico golpe: puerta de entrada, puerta de pieza y uno adentro. Pero nosotros tambin somos tres. Amalaya! Cmo me gustara que les ro-basen a los vecinos de arr iba! Pero no hay caso : vendrn aqu flechados.

    Como el fraile lo previo, as sali. . . o casi. Durmi en un catre al lao la mesa; es decir, no durmi. . . Cmo si esos Naguila y su cine del diablo fuesen capaces de dejarme dormir antes de las dos ! A- las dos la puerta se abri sin sentirse y un hilito de luz le dio en la cara. El fraile ronc : estaba acurrucado como un tigre. Un momento despus sinti un jadeo sobre su cabeza. D'Elia levant despacito la mano y lo agarr por el pescuezo al intruso : son un alarido y el fraile sinti en el brazo un dolor agudsimo, como el relmpago fro de un filo. Apret la perilla y dio luz: colgado de su mano el vejete se debata como una lagartija, con un tremendo cuchillo que le buscaba el corazn. Un coso grandote y negro salt dentro del cuarto armado de un rompehuesos; pero se top con Alarcn que sali de la cocina con un pistoln amartillado de esos del tiempo de San Martn. El indio sali detrs. Alto! Largue so! chill Alarcn al otro ratero.

    Al otro! grit el fraile. Al otro de la entrada! Djeme a ste. >

    El segundo cmplice dio un salto de tigre y lanz al indio contra la jamba y a la pistola al aire al mismo t iempo; y se perdi. El indio sali tras l al mismo instante. Se oy el martilleo de la escalera y una llamada al ascensor. El fraile entretanto haba desarmado al viejo. . .

    Se le va a escapar! dijo. El ascensor tarda. . . y son dos. Co-rra abajo, Alarcn! Agarramos a los tres, si es posible!

    Pero Alarcn no obedeci. Agarr al viejo los brazos y lo sujet atrs. El fraile sangraba abundantemente del brazo derecho. En la lucha haban rodado varias cosas por el suelo. El fraile levant un manojo de llavecitas finsimas, que se le cay al "ciruja" falso.

    Sapris t ! dijo. Un "a juar" perfecto. Como ste hace tiempo que andaba deseando uno. Finsimo! Mire que esqueletos de llave, Alarcn! Mire qu ganza! Espselo pronto, y llvelo adentro, que con este alboroto van a venir los vecinos. . . Como vengan los Naguila, les pego!

    El bandido viejo cedi a los empujones de Alarcn con la cara des-compuesta y unos ojos de muerte. Temblaba todo y llevaba torcida la cabeza: el fraile haba apretado demasiado. La baba le caa. Alarcn es-taba imponente con un ropn de seda azul rameado. "Marche, bes-t ia!" Y lo llev al dormitorio a los tirones.

    El fraile cerr la puerta, apag la luz y se acost. Efectivamente, al rato son el timbre, tres o cuatro veces, y cuando

    el fraile hacindose el dormido abri, apareci la cabeza del "encarga-do". D'Elia les grit con fu r i a :

    Qu hay! !No dejan dormir!

    38

  • Trepe! dijo Bernardo. No s