418
El criterio Jaume Balmes Obra reproducida sin responsabilidad editorial

Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El criterio

Jaume Balmes

Obr

a re

prod

ucid

a si

n re

spon

sabi

lidad

edi

toria

l

Page 2: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Advertencia de Luarna Ediciones

Este es un libro de dominio público en tanto que losderechos de autor, según la legislación españolahan caducado.

Luarna lo presenta aquí como un obsequio a susclientes, dejando claro que:

1) La edición no está supervisada por nuestrodepartamento editorial, de forma que no nosresponsabilizamos de la fidelidad del conte-nido del mismo.

2) Luarna sólo ha adaptado la obra para quepueda ser fácilmente visible en los habitua-les readers de seis pulgadas.

3) A todos los efectos no debe considerarsecomo un libro editado por Luarna.

www.luarna.com

Page 3: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

EL CRITERIO

Capítulo primero

Consideraciones preliminares

§I

En qué consiste el pensar bien. -Qué es laverdad

El pensar bien consiste: o en conocer laverdad o en dirigir el entendimiento por el caminoque conduce a ella. La verdad es la realidad de lascosas. Cuando las conocemos como son en sí,alcanzamos la verdad; de otra suerte, caemos enerror. Conociendo que hay Dios conocemos unaverdad, porque realmente Dios existe; conociendoque la variedad de las estaciones depende del Sol,conocemos una verdad, porque, en efecto, es así;conociendo que el respeto a los padres, la obedien-cia a las leyes, la buena fe en los contratos, la fide-lidad con los amigos, son virtudes, conocemos laverdad; así como caeríamos en error pensando quela perfidia, la ingratitud, la injusticia, la destemplan-za, son cosas buenas y laudables.

Page 4: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Si deseamos pensar bien, hemos de procu-rar conocer la verdad, es decir, la realidad de lascosas. ¿De qué sirve discurrir con sutileza, o conprofundidad aparente, si el pensamiento no estáconforme con la realidad? Un sencillo labrador, unmodesto artesano, que conocen bien los objetos desu profesión, piensan y hablan mejor sobre ellosque un presuntuoso filósofo, que en encumbradosconceptos y altisonantes palabras quiere darleslecciones sobre lo que no entiende.

§ II

Diferentes modos de conocer la verdad

A veces conocemos la verdad, pero de unmodo grosero; la realidad no se presenta a nuestrosojos tal como es, sino con alguna falta, añadidura omudanza. Si desfila a cierta distancia una columnade hombres, de tal manera que veamos brillar losfusiles, pero sin distinguir los trajes, sabemos quehay gente armada, pero ignoramos si es de paisa-nos, de tropa o de algún otro cuerpo; el conocimien-to es imperfecto, porque nos falta distinguir el uni-forme para saber la pertenencia. Mas si por la dis-tancia u otro motivo nos equivocamos, y les atribui-mos una prenda de vestuario que no llevan, el co-nocimiento será imperfecto, porque añadiremos lo

Page 5: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que en realidad no hay. Por fin, si tomamos unacosa por otra, como, por ejemplo, si creemos queson blancas unas vueltas que en realidad son ama-rillas, mudamos lo que hay, pues hacemos de ellouna cosa diferente.

Cuando conocemos perfectamente la ver-dad, nuestro entendimiento se parece a un espejoen el cual vemos retratados, con toda fidelidad, losobjetos como son en sí; cuando caemos en error, seasemeja a uno de aquellos vidrios de ilusión quenos presentan lo que realmente no existe; perocuando conocemos la verdad a medias, podríacompararse a un espejo mal azogado, o colocadoen tal disposición que, si bien nos muestra objetosreales, sin embargo, nos los ofrece demudados,alterando los tamaños y figuras.

§III

Variedad de ingenios

El buen pensador procura ver en los objetostodo lo que hay, pero no más de lo que hay. Ciertoshombres tienen el talento de ver mucho en todo;pero les cabe la desgracia de ver lo que no hay, ynada de lo que hay. Una noticia, una ocurrenciacualquiera, les suministran abundante materia para

Page 6: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

discurrir con profusión, formando, como suele decir-se, castillos en el aire. Estos suelen ser grandesproyectistas y charlatanes.

Otros adolecen del defecto contrario: venbien, pero poco; el objeto no se les ofrece sino porun lado; si éste desaparece, ya no ven nada. Éstosse inclinan a ser sentenciosos y aferrados en sustemas. Se parecen a los que no han salido nuncade su país: fuera del horizonte a que están acos-tumbrados, se imaginan que no hay más mundo.

Un entendimiento claro, capaz y exacto,abarca el objeto entero; le mira por todos sus lados,en todas sus relaciones con lo que le rodea. Laconversación y los escritos de estos hombres privi-legiados se distinguen por su claridad, precisión yexactitud. En cada palabra encontráis una idea, yesta idea veis que corresponde a la realidad de lascosas. Os ilustran, os convencen, os dejan plena-mente satisfecho; decís con entero asentimiento:«Sí, es verdad, tiene razón.» Para seguirlos en susdiscursos no necesitáis esforzaros; parece queandáis por un camino llano, y que el que habla sólose ocupa de haceros notar, con oportunidad, losobjetos que encontráis a vuestro paso. Si explicanuna materia difícil y abstrusa, también os ahorran

Page 7: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mucho tiempo y fatiga. El sendero es tenebrosoporque está en las entrañas de la tierra; pero osprecede un guía muy práctico, llevando en la manouna antorcha que resplandece con vivísima luz.

§ IV

La perfección de profesiones depende de laperfección con que se conocen los objetos de ellas

El perfecto conocimiento de las cosas en elorden científico forma los verdaderos sabios; en elorden práctico, para el arreglo de la conducta de losasuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado, forma los grandespolíticos; y en todas las profesiones ea cada cualmás o menos aventajado, a proporción del mayor omenor conocimiento de los objetos que trata o ma-neja. Pero este conocimiento ha de ser práctico, hade abrazar también los pormenores de la ejecución,que son pequeñas verdades, por decirlo así, de lascuales no se puede prescindir, si se quiere lograr elobjeto. Estas pequeñas verdades son muchas entodas las profesiones; bastando para convencersede ello el oír a los que se ocupan aun en los oficiosmás sencillos. ¿Cuál será, pues, el mejor agricultor?El que mejor conozca las calidades de los terrenos,climas, simientes y plantas; el que sepa cuáles son

Page 8: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

los mejores métodos e instrumentos de labranza yque mejor acierte en la oportunidad de emplearlos;en una palabra: el que conozca los medios más apropósito para hacer que la tierra produzca, conpoco coste, mucho, pronto y bueno. El mejor agri-cultor será, pues, el que conozca más verdadesrelativas a la practicada su profesión. ¿Cuál es elmejor carpintero? El que mejor conoce la naturalezay calidades de las maderas, el modo particular detrabajarlas y el arte de disponerlas del modo másadaptado al uso a que se destinan. Es decir, que elmejor carpintero será aquel que sabe más verdadessobre su arte. ¿Cuál será el mejor comerciante? Elque mejor conozca los géneros de su tráfico, lospuntos de donde es más ventajoso traerlos, losmedios más a propósito para conducirlos sin dete-rioro, con presteza y baratura, los mercados másconvenientes para expenderlos con celeridad yganancia; es decir, aquel que posea más verdadessobre los objetos de comercio, el que conozca mása fondo la realidad de las cosas en que se ocupa.

§ V

A todos interesa el pensar bien

Échase, pues, de ver que el arte de pensarbien no interesa solamente a los filósofos, sino tam-

Page 9: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bién a las gentes más sencillas. El entendimiento esun don precioso que nos ha otorgado el Creador, esla luz que se nos ha dado para guiarnos en nuestrasacciones; y claro es que uno de los primeros cuida-dos que debe ocupar al hombre es tener bien arre-glada esta luz. Si ella falta, nos quedamos a obscu-ras, andamos a tientas, y por este motivo es nece-sario no dejarla que se apague. No debemos tenerel entendimiento en inacción, con peligro de que seponga obtuso y estúpido, y, por otra parte, cuandonos proponemos ejercitarle y avivarle, conviene quesu luz sea buena para que no nos deslumbre, biendirigida para que no nos extravíe.

§ VI

Cómo se debe enseñar a pensar bien

El arte de pensar bien no se aprende tantocon reglas como con modelos. A los que se empe-ñan en enseñarle a fuerza de preceptos y de obser-vaciones analíticas se los podría comparar conquien emplease un método semejante para enseñara los niños a hablar o andar. No por esto condenotodas las reglas; pero sí sostengo que deben darsecon más parsimonia, con menos pretensiones fi-losóficas y, sobre todo, de una manera sencilla,práctica: al lado de la regla, el ejemplo. Un niño

Page 10: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

pronuncia mal ciertas palabras; para corregirle,¿qué hacen sus padres o maestros? Las pronun-cian ellos bien y hacen que en seguida las pronun-cie el niño: «Escucha bien como yo lo digo; a ver,ahora tú; mira, no pongas los labios de esta mane-ra, no hagas tanto esfuerzo con la lengua», y otrascosas por este tenor. He aquí el precepto al lado delejemplo, la regla y el modo de practicarla(1)

.

Page 11: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo II

La atención

Hay medios que nos conducen al conoci-miento de la verdad y obstáculos que nos impidenllegar a él; enseñar a emplear los primeros y a re-mover los segundos es el objeto del arte de pensarbien.

§ I

Definición de la atención. -Su necesidad

La atención es la aplicación de la mente aun objeto. El primer medio para pensar bien esatender. La segur no corta si no es aplicada al árbol;la hoz no siega si no es aplicada al tallo. Algunasveces se le ofrecen los objetos al espíritu sin queatienda; como sucede ver sin mirar y oír sin escu-char; pero el conocimiento que

de esta suerte se adquiere es siempre lige-ro, superficial, a menudo inexacto o totalmenteerrado. Sin la atención estamos distraídos, nuestroespíritu se halla, por decirlo así, en otra parte, y porlo mismo no ve aquello que se le muestra. Es de lamayor importancia adquirir un hábito de atender a loque se estudia o se hace, porque, si bien se obser-

Page 12: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

va, lo que nos falta a menudo no es la capacidadpara entender lo que vemos, leemos u oímos, sinola aplicación del ánimo a aquello de que se trata.

Se nos refiere un suceso, pero escuchamosla narración con atención floja, intercalando mil ob-servaciones y preguntas, manoseando o mirandoobjetos que nos distraen; de lo que resulta que senos escapan circunstancias interesantes, que senos pasan por alto cosas esenciales, y que al tratarde contarle a otros o de meditarle nosotros mismospara formar juicio, se nos presenta el hecho desfigu-rado, incompleto, y así caemos en errores que noproceden de falta de capacidad, sino de no haberprestado al narrador la atención debida.

§ II

Ventajas de la atención e inconvenientes desu falta

Un espíritu atento multiplica sus fuerzas deuna manera increíble; aprovecha el tiempo ateso-rando siempre caudal de ideas; las percibe con másclaridad y exactitud, y, finalmente, las recuerda conmás facilidad, a causa de que con la continua aten-ción éstas se van colocando naturalmente en lacabeza de una manera ordenada.

Page 13: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Los que no atiendan sino flojamente, pase-an su en entendimiento por distintos lugares a unmismo tiempo; aquí, reciben una impresión; allí, otramuy diferente; acumulan cien cosas inconexas que,lejos de ayudarse mutuamente para la aclaración yretención, se confunden, se embrollan y se borranunas a otras. No hay lectura, no hay conversación,no hay espectáculo, por insignificantes que parez-can, que no nos puedan instruir en algo. Con laatención notamos las preciosidades y las recoge-mos; con la distracción dejamos, quizá, caer al sue-lo el oro y las perlas como cosa baladí.

§ III

Cómo debe ser la atención. -Atolondrados yensimismados

Creerán algunos que semejante atención fa-tiga mucho, pero se equivocan. Cuando hablo deatención no me refiero a aquella fijeza de espíritucon que éste se clava, por decirlo así sobre los ob-jetos, sino de una aplicación suave y reposada quepermite hacerse cargo de cada coma, dejándonos,empero, con la agilidad necesaria para pasar sinesfuerzo de unas ocupaciones a otras. Esta aten-ción no es incompatible ni con la misma diversión yrecreo, pues es claro que el esparcimiento del áni-

Page 14: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mo no consiste en no pensar sino en no ocuparsede cosas trabajosas y en entregarse a otras másllanas y ligeras. El sabio que interrumpe sus estu-dios profundos saliendo a solazarse un rato con laamenidad de la campiña, no se fatiga, antes sedistrae cuando atiende al estado de las mieses, alas faenas de los labradores, al murmullo de losarroyos o al canto de las aves.

Tan lejos estoy de considerar la atencióncomo abstracción severa y continuada, que, muy alcontrario, cuento en el número de los distraídos nosólo a los atolondrados, sino también a los ensi-mismados. Aquéllos se derraman por la parte deafuera; éstos divagan por las tenebrosas regionesde adentro; unos y otros carecen de la convenienteatención que es la que se emplea en aquello de quese trata.

El hombre atento posee la ventaja de sermás urbano y cortés, porque el amor propio de losdemás se siente lastimado, si notan que no aten-demos a lo que ellos dicen. Es bien notable que laurbanidad o su falta se apelliden también atención odesatención.

§ IV

Page 15: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Las interrupciones

Además son pocos los casos, aun en losestudios serios, que requieren atención tan profun-da que no pueda interrumpirse sin grave daño. Cier-tas personas se quejan amargamente si una visita adeshora o un ruido inesperado les cortan, comosuele decirse, el hilo del discurso; esas cabezas separecen a los daguerrotipos, en los cuales el menormovimiento del objeto o la interposición de otro ex-traño bastan para echar a perder el retrato o paisa-je. En algunas será tal vez un defecto natural; enotras, una afectación vanidosa por hacerse pensa-dor, y en no pocas, falta de hábito de concentrarse.Como quiera, es preciso acostumbrarse a tener laatención fuerte y flexible a un mismo tiempo y pro-curar que la formación de nuestros conceptos no seasemeje a la de los cuadros daguerrotipados, sinode los comunes; si el pintor es interrumpido sus-pende sus tareas, y al volver a proseguirlas no en-cuentra malbaratada su obra; si un cuerpo le haceimportuna sombra, en removiéndole lo deja todoremediado(2)

Page 16: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo III

Elección de carrera

§ I

Vago significado de la palabra «talento»

Cada cual ha de dedicarse a la profesiónpara la que se siente con más aptitud. Juzgo demucha importancia esta regla y abrigo la profundaconvicción de que a su olvido se debe el que nohayan adelantado mucho más las ciencias y lasartes. La palabra talento expresa para algunos unacapacidad absoluta, creyendo, equivocadamente,que quien está dotado de felices disposiciones parauna cosa lo estará igualmente para todas. Nadamás falso; un hombre puede ser sobresaliente, ex-traordinario, de una capacidad monstruosa para unramo, y ser muy mediano, y hasta negado, con res-pecto a otros. Napoleón y Descartes son dos geniosy, sin embargo, en nada se parecen. El genio de laguerra no hubiese comprendido el genio de la filo-sofía, y si hubiesen conversado un rato es probableque ambos habrían quedado poco satisfechos. Na-poleón no le habría exceptuado entre los que conaire desdeñoso apellidaba ideólogos.

Page 17: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Podría escribirse una obra de los talentoscomparados, manifestando las profundas diferen-cias que median aun entre los más extraordinarios.Pero la experiencia de cada día nos manifiesta estaverdad de una manera palpable. Hombres oímosque discurren y obran sobre una materia con aciertoadmirable, al paso que en otra se muestran muyvulgares y hasta torpes y desatentados. Pocosserán los que alcancen una capacidad igual paratodo, y tal vez pudiérase afirmar que nadie, pues laobservación enseña que hay disposiciones que seembarazan y se dañan recíprocamente. Quien tieneel talento generalizador no es fácil que posea el dela exactitud minuciosa; el poeta, que vive de inspi-raciones bellas y sublimes, no se avendrá sin traba-jo con la acompasada regularidad de los estudiosgeométricos.

§ II

Instinto que nos indica la carrera que mejorse nos adapta

El Criador, que distribuye a los hombres lasfacultades en diferentes grados, les comunica uninstinto precioso que les muestra su destino; la in-clinación muy duradera y constante hacia una ocu-pación es indicio bastante seguro de que nacimos

Page 18: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

con aptitud para ella, así como el desvío y repug-nancia, que no puede superarse con facilidad, esseñal de que el Autor de la Naturaleza no nos hadotado de felices disposiciones para aquello quenos desagrada. Los alimentos que nos convienense adaptan bien a un paladar y olfato, no viciadospor malos hábitos o alterados por enfermedad, y elsabor y olor ingratos nos advierten cuáles son losmanjares y bebidas que, por su corrupción u otrascalidades, podrían dañarnos. Dios no ha tenidomenos cuidado del alma que del cuerpo.

Los padres, los maestros, los directores delos establecimientos de educación y enseñanzadeben fijar mucho la atención en este punto paraprecaver la pérdida de un talento que, bien emplea-do, podría dar los más preciosos frutos, y evitar queno se le haga consumir en una tarea para la cual noha nacido.

El mismo interesado ha de ocuparse tam-bién en este examen; el niño de doce años tiene,por lo común, reflexión bastante para notar a qué sesiente inclinado, qué es lo que le cuesta menostrabajo, cuáles son los estudios en que adelanta conmás facilidad, cuáles la faenas en que experimentamás ingenio y destreza.

Page 19: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ III

Experimento para discernir el talento pecu-liar de cada niño

Sería muy conveniente que se ofreciesen ala vista de los niños objetos muy variados, condu-ciéndolos a visitar establecimientos donde la dispo-sición particular de cada uno pudiese ser excitadacon la presencia de lo que mejor se le adapta. En-tonces, dejándolos abandonados a sus instintos, unobservador inteligente formaría, desde luego, dife-rentes clasificaciones. Exponed la máquina de unreloj a la vista de una reunión de niños de diez adoce años, y es bien seguro que si entre ellos hayalguno de genio, mecánico muy aventajado se daráa conocer, desde luego, por la curiosidad de exami-nar, por la discreción de las preguntas y la facilidaden comprender la construcción que está contem-plando. Leedles un trozo poético, y si hay entre ellosalgún Garcilaso, Lope de Vega, Ercilla, Calderón oMeléndez, veréis chispear sus ojos, conoceréis quesu corazón late, que su mente se agita, que su fan-tasía se inflama bajo una impresión que él mismono comprende.

Cuidado con trocar los papeles: de dos ni-ños extraordinarios es muy posible que forméis dos

Page 20: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

hombres muy comunes. La golondrina y el águila sedistinguen por la fuerza y ligereza de sus alas, y, sinembargo, jamás el águila pudiera volar a la manerade la golondrina, ni ésta imitar a la reina de lasaves.

El tentate diu quid ferre recusent, quid vale-ant humeri que Horacio inculca a los escritores,puede igualmente aplicarse a cuantos tratan deescoger una profesión cualquiera(3)

Page 21: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo IV

Cuestiones de posibilidad

§ I

Una clasificación de los actos de nuestroentendimiento y de las cuestiones que se le puedenofrecer

Para mayor claridad dividiré los actos denuestro entendimiento en dos clases: especulativosy prácticos. Llamo especulativos los que se limitan aconocer, y prácticos, los que nos dirigen para obrar.

Cuando tratamos simplemente de conoceralguna cosa se nos pueden ofrecer las cuestionessiguientes: primera, si es posible o no; segunda, siexiste o no; tercera, cuál es su naturaleza, cuálessus propiedades y relaciones. Las reglas que seden para resolver con acierto dichas tres solucionescomprenden todo lo tocante a la especulativa.

Si nos proponemos obrar, es claro que in-tentamos siempre conseguir algún fin, de lo cualnacen las cuestiones siguientes: primera, cuál es elfin; segunda, cuál es el mejor medio para alcanzar-le.

Page 22: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Ruego encarecidamente al lector que fije laatención sobre las divisiones que preceden y procu-re retenerlas en la memoria, pues además de facili-tarte la inteligencia de lo que voy a decir le serviránmuchísimo para proceder con método en todos suspensamientos.

§ II

Ideas de posibilidad e imposibilidad. Susclasificaciones

Posibilidad. La idea expresada por esta pa-labra es correlativa de la imposibilidad, pues que launa envuelve necesariamente la negación de laotra.

Las palabras posibilidad e imposibilidad ex-presan ideas muy diferentes, según se refieren a lascosas en sí o a la potencia de una causa que laspueda producir. Sin embargo, estas ideas tienenrelaciones muy íntimas, como veremos luego.Cuando se consideran posibilidad o imposibilidadsólo con respecto a un ser, prescindiendo de todacausa, se les llama intrínsecas, y cuando se atiendea una causa se las denomina extrínsecas. A pesarde la aparente sencillez y claridad de esta división,observaré que no es dable formar concepto cabal

Page 23: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de lo que significa hasta haber descendido a lasdiferentes clasificaciones, que expondré en lospárrafos siguientes.

A primera vista se podrá extrañar que seexplique primero la imposibilidad que la posibilidad,pero reflexionando un poco se nota que este méto-do es muy lógico. La palabra imposibilidad, aunquesuena como negativa, expresa, no obstante, mu-chas veces una idea que a nuestro entendimientose le presenta como positiva; esto es, la repugnan-cia entre dos objetos, una especie de exclusión, deoposición, de lucha, por decirlo así; por manera que,en desapareciendo esta repugnancia, concebimosya la posibilidad. De aquí nacen las expresiones de«esto es muy posible, pues nada se opone a ello»;«es posible, pues no se ve ninguna repugnancia».Como quiera, en sabiendo lo que es imposibilidadse sabe lo que es la posibilidad, y viceversa.

Algunos distinguen tres clases de imposibi-lidad: metafísica, física y moral. Yo adoptaré estadivisión, pero añadiendo un miembro, que será laimposibilidad de sentido común. En su lugar se verála razón en que me fundo. También advertiré que talvez sería mejor llamar imposibilidad absoluta a lametafísica; natural a la física, y ordinaria, a la moral.

Page 24: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ III

En qué consiste la imposibilidad metafísicao absoluta

La imposibilidad metafísica o absoluta es laque se funda en la misma esencia de las cosas, o,en otros términos, es absolutamente imposibleaquello que, si existiese, traería el absurdo de queuna cosa sería y no sería a un mismo tiempo. Uncírculo triangular es un imposible absoluto, porquefuera círculo y no círculo, triángulo y no triángulo.Cinco igual a siete es imposible absoluto, porque elcinco sería cinco y no cinco y el siete sería siete yno siete. Un vicio virtuoso es un imposible absoluto,porque el vicio fuera y no fuera vicio a un mismotiempo.

§ IV

La imposibilidad absoluta y la omnipotenciadivina

Lo que es absolutamente imposible no pue-de existir en ninguna suposición imaginable, pues niaun cuando decimos que Dios es todopoderosoentendemos que pueda hacer absurdos. Que elmundo exista y no exista a un mismo tiempo, queDios sea y no sea, que la blasfemia sea un acto

Page 25: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

laudable, y otros delirios por este tenor, es claro queno caen bajo la acción de la omnipotencia, y, comoobserva muy sabiamente Santo Tomás, más biendebiera decirse que estas cosas no pueden serhechas que no que Dios no puede hacerlas. De estose sigue que la imposibilidad intrínseca absolutatrae consigo la imposibilidad extrínseca, tambiénabsoluta; esto es, que ninguna causa puede produ-cir lo que de suyo es imposible absolutamente.

§ V

La imposibilidad absoluta y los dogmas

Para afirmar que una cosa es absolutamen-te imposible es preciso que tengamos ideas muyclaras de los extremos que se repugnan; de otramanera hay riesgo de apellidar absurdo, lo que enrealidad no lo es. Hago esta advertencia para hacernotar la sinrazón de los que condenan algunos mis-terios de nuestra fe, declarándolos absolutamenteimposibles. El dogma de la Trinidad y el de la En-carnación son, ciertamente, incomprensibles al débilhombre, pero no son absurdos. ¿Cómo es posibleun Dios trino, una naturaleza y tres personas distin-tas entre sí, idénticas con la naturaleza? Yo no losé, pero no tengo, derecho a inferir que esto seacontradictorio. ¿Comprendo, por ventura, lo que es

Page 26: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

esta naturaleza, lo que son esas personas de quese me habla? No; luego cuando quiero juzgar si loque de ellas se dice es imposible o no, fallo sobrearcanos desconocidos. ¿Qué sabemos nosotros delos arcanos de la divinidad? El Eterno ha pronun-ciado algunas palabras misteriosas para ejercitarnuestra obediencia y humillar nuestro orgullo, perono ha querido levantar el denso velo que separaesta vida mortal del océano de verdad y de luz.

§ VI

Idea de la imposibilidad física o natural

La imposibilidad física o natural consiste enque un hecho esté fuera de las leyes de la Natura-leza. Es naturalmente imposible que una piedrasoltada en el aire no caiga al suelo, que el aguaabandonada a sí misma no se ponga al nivel, queun cuerpo sumergido en un fluido de menor grave-dad no se hunda, que los astros se paren en sucarrera, porque las leyes de la Naturaleza prescri-ben lo contrario. Dios que ha establecido estas le-yes, puede suspenderlas; el hombre, no. Lo que esnaturalmente imposible lo es para la criatura, nopara Dios.

§ VII

Page 27: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Modo de juzgar de la imposibilidad natural

¿Cuándo podremos afirmar que un hechoes imposible naturalmente? En estando seguros deque existe una ley que se opone a la realización deeste hecho y que dicha oposición no está destruidao neutralizada por otra ley natural. Es ley de la Na-turaleza que el cuerpo del hombre, como más pe-sado que el aire, caiga al suelo en faltándole el apo-yo; pero hay otra ley por la cual un conjunto decuerpos unidos entre sí, que sea específicamentemenos grave que aquel en que se sumerge, sesostenga y hasta se levante aun cuando alguno deellos sea más grave que el fluido; luego unido elcuerpo humano a un globo aerostático dispuestocon el arte conveniente, podrá remontar por losaires, y este fenómeno estará muy arreglado a lasleyes de la Naturaleza. La pequeñez de ciertos in-sectos no permite que su imagen se pinte en nues-tra retina de una manera sensible; pero las leyes aque está sometida la luz hacen que por medio de unvidrio se pueda modificar la dirección de sus rayosde la manera conveniente para que, salidos de unobjeto muy pequeño, se hallen desparramados alllegar a la retina y formen allí una imagen de grantamaño, y así no será naturalmente imposible que,con la ayuda del microscopio, lo imperceptible a la

Page 28: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

simple vista se nos presente con dimensiones gran-des.

Por estas consideraciones es preciso andarcon mucho tiento en declarar un fenómeno por im-posible naturalmente. Conviene no olvidar: primero,que la Naturaleza es muy poderosa; segundo, quenos es muy desconocida; dos verdades que debeninspirarnos gran circunspección cuando se trate defallar en materias de esta clase. Si a un hombre delsiglo XV se le hubiese dicho que en lo venidero serecorría en una hora la distancia de doce leguas, yesto sin ayuda de caballos ni animales de ningunaespecie, habría mirado el hecho como naturalmenteimposible, y, sin embargo, los viajeros que andanpor los caminos de hierro saben muy bien que vanllevados con aquella velocidad por medio de agen-tes puramente naturales. ¿Quién sabe lo que sedescubrirá en los tiempos futuros y el aspecto quepresentará el mundo de aquí a diez siglos? Seamosenhorabuena cautos en creer la existencia de fenó-menos extraños y no nos abandonemos con dema-siada ligereza a sueños de oro; pero guardémonosde calificar de naturalmente imposible lo que undescubrimiento pudiera mostrar muy realizable; nodemos livianamente fe a exageradas esperanzas de

Page 29: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cambios inconcebibles, pero no las tachemos dedelirios y absurdos.

§ VIII

Se deshace una dificultad sobre los mila-gros de Jesucristo

De estas observaciones surge al pareceruna dificultad que no han olvidado los incrédulos.Hela aquí: los milagros son tal vez efectos de cau-sas que, por ser desconocidas, no dejarán de sernaturales; luego no prueban la intervención divina,y, por tanto, de nada sirven para apoyar la verdadde la religión cristiana. Este argumento es tan espe-cioso como fútil.

Un hombre de humilde nacimiento, que noha aprendido las letras en ninguna escuela, quevive confundido entre el pueblo, que carece de to-dos los medios humanos, que no tiene donde recli-nar su cabeza, se presenta en público enseñandouna doctrina tan nueva como sublime; se le pidenlos títulos de su misión y él los ofrece muy sencillos.Habla, y los ciegos ven, los sordos oyen, la lenguade los mudos se desata, los paralíticos andan, lasenfermedades más rebeldes desaparecen de repen-te, los que acaban de expirar vuelven a la vida, los

Page 30: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que son llevados al sepulcro se levantan del ataúd,los que, enterrados de algunos días, despiden yamal olor, se alzan envueltos en su mortaja y salende su tumba, obedientes a la voz que les ha man-dado salir afuera. Este es el conjunto histórico. Elmás obstinado naturalista, ¿se empeñará en descu-brir aquí la acción de leyes naturales ocultas? ¿Cali-ficará de imprudentes a los cristianos por haberpensado, que semejantes prodigios no pudieranhacerse sin intervención divina? ¿Creéis que con eltiempo haya de descubrirse un secreto para resuci-tar a los muertos, y no como quiera, sino haciéndo-los levantar a la simple voz de un hombre que losllame? La operación de las cataratas, ¿tiene algoque ver con el restituir de golpe la vista a un ciegode nacimiento? Los procedimientos para volver laacción a un miembro paralizado, ¿se asemejan, porventura, a este otro: «Levántate, toma tu lecho yvete a tu casa»? Las teorías hidrostáticas e hidráuli-cas, ¿llegarán nunca a encontrar en la mera palabrade un hombre la fuerza bastante para sosegar derepente el mar alborotado y hacer que las olas setiendan mansas bajo sus pies y que camine sobreellas, como un monarca sobre plateadas alfombras?

¿Y qué diremos si a tan imponente testimo-nio se reúnen las profecías cumplidas, la santidad

Page 31: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de una vida sin tacha, la elevación de su doctrina lapureza de la moral y, por fin, el heroico sacrificio demorir entre tormentos y afrentas, sosteniendo ypublicando la misma enseñanza, con la serenidaden la frente, la dulzura en los labios, articulando enlos últimos suspiros amor y perdón?

No se nos hable, pues, de leyes ocultas, deimposibilidades aparentes; no se oponga a tan con-vincente evidencia un necio «¿quién sabe?...» Estadificultad, que sería razonable si se tratara de unsuceso aislado, envuelto en alguna obscuridad,sujeto a mil combinaciones diferentes, cuando se laobjeta contra el cristianismo, es no sólo infundada,sino hasta contraria al sentido común.

§ IX

La imposibilidad moral u ordinaria

La imposibilidad moral u ordinaria es laoposición al curso regular u ordinario de los suce-sos. Esta palabra es susceptible de muchas signifi-caciones, pues que la idea de curso ordinario es tanelástica, es aplicable a tan diferentes objetos, quepoco puede decirse en general que sea provechosoen la práctica. Esta imposibilidad nada tiene que vercon la absoluta ni la natural; las cosas moralmente

Page 32: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

imposibles no dejan por eso de ser muy posiblesabsoluta y naturalmente.

Daremos una idea muy clara y sencilla de laimposibilidad ordinaria si decimos que es imposiblede esta manera todo aquello que, atendido el cursoregular de las cosas, acontece o muy rara vez onunca. Veo a un elevado personaje, cuyo nombre ytítulos todos pronuncian y a quien se tributan losrespetos debidos a su clase. Es moralmente impo-sible que el nombre sea supuesto y el personaje unimpostor. Ordinariamente no sucede así; pero tam-bién se ha sufrido este chasco una que otra vez.

Vemos a cada paso que la imposibilidadmoral desaparece con el auxilio de una causa ex-traordinaria o imprevista, que tuerce el curso de losacontecimientos. Un capitán que acaudilla un puña-do de soldados viene de lejanas tierras, aborda aplayas desconocidas y se encuentra con un inmen-so continente poblado de millones de habitantes.Pega fuego a sus naves y dice: marchemos.¿Adónde va? A conquistar vastos reinos con algu-nos centenares de hombres. Esto es imposible; elaventurero ¿está demente? Dejadle, que su de-mencia es la demencia del heroísmo y del genio; laimposibilidad se convertirá en suceso histórico. Ape-

Page 33: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

llidase Hernán Cortés; es español que acaudillaespañoles.

§ X

Imposibilidad de sentido común, impropia-mente contenida en la imposibilidad moral

La imposibilidad moral tiene a veces un sen-tido muy diferente del expuesto hasta aquí. Hayimposibles de los cuales no puede decirse que losean con imposibilidad absoluta ni natural, y, noobstante, vivimos con tal certeza de que lo imposi-ble no se realizará, que nos la infunde mayor lanatural, y poco le falta para producirnos el mismoefecto que la absoluta. Un hombre tiene en la manoun cajón de caracteres de imprenta, que supondre-mos de forma cúbica para que sea igual la probabi-lidad de caer y sostenerse por una cualquiera desus caras; los revuelve repetidas veces sin orden niconcierto, sin mirar siquiera lo que hace, y al fin losdeja caer al suelo; ¿será posible que resulten porcasualidad ordenados de tal manera que formen elepisodio de Dido? No, responde instantáneamentecualquiera que esté en su sano juicio; esperar esteaccidente sería un delirio; tan seguros estamos deque no se realizará, que si se pusiese nuestra vidapendiente de semejante casualidad, diciéndonos

Page 34: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que si esto se verifica se nos matará, continuaría-mos tan tranquilos como si no existiese la condición.

Es de notar que aquí no hay imposibilidadmetafísica o absoluta, porque no hay en la naturale-za de los caracteres una repugnancia esencial acolocarse de dicha manera, pues que un cajista, enbreve rato, los dispondría así muy fácilmente; tam-poco hay imposibilildad natural, porque ninguna leyde la Naturaleza obsta a que caigan por esta oaquella cara, ni el uno al lado del otro del modoconveniente al efecto; hay, pues, una imposibilidadde otro orden, que nada tiene de común con lasotras dos y que tampoco se parece a la que se lla-ma moral, por sólo estar fuera del curso regular delos acontecimientos.

La teoría de las probabilidades, auxiliadapor la de las combinaciones pone de manifiesto estaimposibilidad, calculando, por decirlo así, la inmen-sa distanciaen que este fenómeno se halla con res-pecto a la existencia. El Autor de la Naturaleza noha querido que una convicción que nos es muyimportante dependiese del raciocinio y, por consi-guiente, careciesen de ella muchos hombres; así esque nos la ha dado a todos a manera de instinto,como lo ha hecho con otras que nos son igualmente

Page 35: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

necesarias. En vano os empeñaríais en combatirla,ni aun en el hombre más rudo; él no sabría tal vezqué responderos, pero movería la cabeza y diríapara sí: «Este filósofo, que cree en la posibilidad detales despropósitos, no debe de estar muy sano dejuicio.»

Cuando la Naturaleza habla en el fondo denuestra alma con voz tan clara y tono tan decisivoes necesidad el no escucharla. Sólo algunos hom-bres, apellidados filósofos, se obstinan a veces eneste empeño, no recordando que no hay filosofíaque excuse la falta de sentido común y que malllegará a ser sabio quien comienza por ser insensa-to(4)

Page 36: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo V

Cuestiones de existencia. -Conocimientoadquirido por el testimonio inmediato de los sentidos

§ I

Necesidad del testimonio de los sentidos, ylos diferentes modos con que nos proporcionan elconocimiento de las cosas

Asentados los principios y reglas que debenguiarnos en las cuestiones de posibilidad pasemosahora a las de existencia, que ofrecen un campomás vasto y más útiles y frecuentes aplicaciones.

De la existencia o no existencia de un ser, obien de que una cosa es o no es, podemos cercio-rarnos de dos maneras: por nosotros mismos o pormedio de otros.

El conocimiento de la existencia de las co-sas que es adquirido por nosotros mismos, sin in-tervención ajena, proviene de los sentidos mediatao inmediatamente: o ellos nos presentan el objeto, ode las impresiones que los mismos nos causanpasa el entendimiento a inferir la existencia de loque no se hace sensible o no lo es. La vista meinforma inmediatamente de la existencia de un edifi-

Page 37: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cio que tengo presente; pero un trozo de columna,algunos restos de un pavimento, una inscripción uotras señales me hacen conocer que en tal o cuallugar existió un templo romano. En ambos casosdebo a los sentidos la noticia; pero en el primeroinmediata, en el segundo mediatamente.

Quien careciese de los sentidos tampocollegaría a conocer la existencia de los seres espiri-tuales, pues, adormecido, el entendimiento, no pu-diera adquirir esta noticia ni por la razón ni por la fe,a no ser que Dios le favoreciera por medios extraor-dinarios, de que ahora no se trata.

A la distinción arriba explicada en nada obs-tan los sistemas que pueden adoptarse sobre elorigen de las ideas, ora se las suponga adquiridas,ora sean tan sólo excitadas por ellos; lo cierto esque nada sabemos, nada pensamos si los sentidosno han estado en acción. Además, hasta les deja-remos a los ideólogos la facultad de imaginar lo quebien les pareciere sobre las funciones intelectualesde un hombre que careciese de todos los sentidos;sin riesgo podemos otorgarles tamaña latitud, su-puesto que nadie aclarará jamás lo que en ellohabría de verdad, ya que el paciente no sería capazde comunicar lo que le pasa, ni por palabras ni por

Page 38: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

señas. Finalmente, aquí se trata de hombres dota-dos de sentidos, y la experiencia enseña que esoshombres conocen o lo que sienten o por lo que sien-ten.

§ II

Errores en que incurrimos por ocasión delos sentidos. Su remedio. -Ejemplos

El conocimiento inmediato que los sentidosnos dan de la existencia de una cosa es a veceserrado, porque no nos servimos como debemos deestos admirables instrumentos que nos ha concedi-do el Autor de la Naturaleza. Los objetos corpóreos,obrando sobre el órgano de los sentidos, causanuna impresión a nuestra alma; asegurémonos biende cuál es esta impresión, sepamos hasta qué pun-to le corresponde la existencia de un objeto; ha aquílas reglas para no errar en estas materias. Algunasexplicaciones enseñarán más que los preceptos yteorías.

Veo a larga distancia un objeto que se mue-ve, y digo: «Allí hay un hombre»; acercándome másdescubro que no es así, y que sólo hay un arbustomecido por el viento. ¿Me ha engañado el sentidode la vista? No; porque la impresión que ella me

Page 39: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

transmitía era únicamente de un bulto movido, y siyo hubiese atendido bien a la sensación recibidahabría notado que no me pintaba un hombre. Cuan-do, pues, yo he querido hacerle tal, no debo culparal sentido, sino a mi poca atención, o bien a que,notando alguna semejanza entre el bulto y un hom-bre visto de lejos, he inferido que aquello debía deserlo en efecto, sin advertir que la semejanza y larealidad son cosas muy diversas.

Teniendo algunos antecedentes de que sedará una batalla o se hostilizará alguna plaza, paré-ceme que he oído cañonazos, y me quedo con lacreencia de que ha comenzado el fuego. Noticiasposteriores me hacen saber que no se ha disparadoun tiro; ¿quién tiene la culpa de mi error? No mioído, sino yo. El ruido se oía, en efecto, pero era elde los golpes de un leñador que resonaban en elfondo de un bosque distante; era el de cerrarsealguna puerta, cuyo estrépito retumbaba en el edifi-cio, y sus cercanías; era el de otra cosa cualquiera,que producía un sonido semejante al del estampidode un cañón lejano. ¿Estaba yo bien seguro de queno se hallaba a mis inmediaciones la causa del rui-do que me producía la ilusión? ¿Estaba bastanteejercitado para discernir la verdad, atendida la dis-tancia en que debía hacerse el fuego, la dirección

Page 40: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

del lugar y el viento que a la sazón reinaba? No es,pues, el sentido quien me ha engañado, sino miligereza y precipitación. La sensación era tal cualdebía ser, pero yo le he hecho decir lo que ella nome decía. Si me hubiese contentado con afirmarque oía ruido parecido al de cañonazos distantes nohubiera inducido al error a otros y a mí mismo.

A uno le presentan un alimento de excelen-te calidad, y al probarlo dice: «Es malo, intolerable;se conoce que hay tal o cual mezcla» porque, enefecto, su paladar lo experimenta así. ¿Le engañóel sentido? No. Si le pareció amargo no podría su-ceder de otra manera, atendida la indisposicióngástrica que le tiene cubierta la lengua de un humorque lo maleaba todo. Bastábale a este hombre unpoco de reflexión para no condenar tan fácilmente oal criado o al revendedor. Cuando el paladar estábien dispuesto, sus sensaciones nos indican lascalidades del alimento; en el caso contrario, no.

§ III

Necesidad de emplear en algunos casosmás de un sentido para la debida comparación

Conviene notar que para conocer por mediode los sentidos la existencia de un objeto no basta a

Page 41: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

veces el uso de uno solo, sino que es preciso em-plear otros al mismo tiempo o bien atender a lascircunstancias que nos pueden prevenir contra lailusión. Es cierto que el discernir hasta qué puntocorresponde la existencia de un objeto a la sensa-ción que recibimos es obra de la comparación, laque es fruto de la experiencia. Un ciego a quien sequitan las cataratas no juzga bien de las distancias,tamaños y figuras, hasta haber adquirido la prácticade ver. Esta adquisición la hacemos sin advertirladesde niños, y así creemos que basta abrir los ojospara juzgar de los objetos tales como son en sí. Unaexperiencia muy sencilla y frecuente nos conven-cerá de lo contrario. Un hombre adulto y un niño detres años están mirando por un vidrio que les ofrecea la vista paisajes, animales, ejércitos; ambos reci-ben la misma impresión; pero el que sabe bien queno ha salido al campo y se halla en un aposentocerrado no se altera ni por la cercanía de las fierasni por los desastres del campo de batalla. Lo que lecuesta trabajo es conservar la ilusión; y más de unavez habrá menester distraerse de la realidad y supliralgunos defectos del cuadro o instrumento parasentir placer con la presencia del espectáculo. Peroel niño, que no compara, que sólo atiende a la sen-sación en todo su aislamiento, se espanta y llora,

Page 42: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

temiendo que se lo han de comer las fieras o viendoque tan cruelmente se matan los soldados.

Todavía más: experimentamos a cada pasoque una perspectiva excelente de la cual no tenía-mos noticia, vista a la correspondiente distancia,nos causa ilusión, y nos hace tomar por objetos derelieve los que en realidad son planos. La sensaciónno es errada; pero sí lo es el juicio que por ella for-mamos. Si advirtiésemos que caben reglas paraproducir en la retina la misma impresión con unobjeto plano que con otro abultado, nos hubiéramoscomplacido en la habilidad del artista, sin caer enerror. Este habría desaparecido mirando el objetodesde puntos diferentes o valiéndonos del tacto.

§ IV

Los sanos de cuerpo y enfermos de espíritu

Los que tratan del buen uso de los sentidossuelen advertir que es preciso cuidar de que algunaindisposición no afecte a los órganos, y así se noscomuniquen sensaciones capaces de engañarnos;esto es, sin duda, muy prudente, pero no tan útilcomo se cree. Los enfermos raras veces se dedicana estudios serios; y así sus equivocaciones son depoca trascendencia; además, que ellos mismos, o

Page 43: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sus allegados, bien pronto notan la alteración delórgano, con lo cual se previene oportunamente elerror. Los que necesitan reglas son los que, estandosanos de cuerpo, no lo están de espíritu, y que,preocupalos de un pensamiento, ponen a su dispo-sición y servicio todos sus sentidos, haciéndolespercibir, quizá con la mayor buena fe, todo lo queconviene al apoyo del sistema excogitado. ¿Qué nodescubrirá en los cuerpos celestes el astrónomoque maneja el telescopio no con ánimo reposado, yajeno de parcialidad, sino con vivo deseo de probaruna aserción aventurada con sobrada ligereza?¿Qué no verá con el microscopio el naturalista quese halle en disposición semejante?

A propósito he dicho que estos errores pod-ían padecerse quizás con la mayor buena fe; por-que sucede muy a menudo que el hombre se enga-ña primero a sí mismo antes de engañar a los otros.Dominado por su opinión favorita, ansioso de en-contrar pruebas para sacar la verdadera, examinalos objetos no para saber, sino para vencer; y asíacontece que halla en ellos todo lo que quiere. Mu-chas veces los sentidos no le dicen nada de lo queél pretende; pero le ofrecen algo desemejante: «Es-to es -exclama alborozado-; helo aquí, es lo mismo,que yo sospechaba»; y cuando se levanta en su

Page 44: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

espíritu alguna duda, procura sofocarla, achácala apoca fe en su incontrastable doctrina, se esfuerzaen satisfacerse a sí mismo, cerrando los ojos a laluz, para poder engañar a los otros sin verse preci-sado a mentir.

Basta haber estudiado el corazón del hom-bre para conocer que estas escenas no son raras yque jugamos con nosotros mismos de una maneralastimosa. ¿Necesitamos una convicción? Pues deun modo u otro trabajemos en formárnosla; al prin-cipio la tarea es costosa, pero al fin viene el hábito arobustecer lo débil, se allega, el orgullo para nopermitir retroceso, y el que comenzó luchando con-tra sí mismo con un engaño que no se le ocultabadel todo acaba por ser realmente engañado y seentrega a su parecer con obstinación incorregible.

§ V

Sensaciones reales, pero sin objeto externo.-Explicación de este fenómeno

Además es menester advertir que no siem-pre sucede que el alucinado atribuya a la sensaciónmás de lo que ella le presenta; una imaginaciónvivamente poseída de un objeto obra sobre losmismos sentidos, y alterando el curso ordinario de

Page 45: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

las funciones, hace que realmente se sienta lo queno hay. Para comprender cómo esto se verificaconviene recordar que la sensación no se verificaen el órgano del sentido, sino en el cerebro, pormás que la fuerza del hábito nos haga referir la im-presión al punto del cual la recibimos. Estando elojo muy sano nos quedamos completamente ciegossi sufre lesión el nervio óptico; y privada la comuni-cación de un miembro cualquiera con el cerebro, seextingue el sentido. De esto se infiere que el verda-dero receptáculo de todas las sensaciones es elcerebro, y que si en una de sus partes se excita porun acto interno la impresión que suele ser producidapor la acción del órgano externo, existirá la sensa-ción sin que haya habido impresión exterior. Esdecir, que si al recibir el órgano externo la impresiónde un cuerpo la comunica al cerebro, causando enel nervio A la vibración u otra afección B, y por unacausa cualquiera, independiente de los cuerposexteriores, se produce en el mismo órgano A lamisma vibración B, experimentaremos idéntica sen-sación que si el órgano externo fuese afectado en larealidad.

En este punto se hallan de acuerdo la razóny la observación. El alma se informa de los objetosexteriores inmediatamente por los sentidos, pero

Page 46: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

inmediatamente por el cerebro; cuando éste, pues,recibe tal o cual impresión, no puede ella desenten-derse de referirla al lugar de donde suele proceder yal objeto que de ordinario la produce. Si se hallaadvertida de que la organización está alterada seprecaverá contra el error, pero no será dejando derecibir la sensación, sino desconfiando del testimo-nio de ella. Cuando Pascal, según cuentan, veía unabismo a su lado, bien sabía que en realidad no eraasí; mas no dejaba de recibir la misma sensaciónque si hubiese habido tal abismo, y no alcanzaba avencer la ilusión por más que se esforzase. Estefenómeno se verifica, muy a menudo y no se haceextraño a los que tienen algunas nociones sobresemejantes materias.

§ VI

Maniáticos y ensimismados

Lo que acontece habitualmente en estadode enfermedad cerebral puede suceder muy biencuando, exaltada la imaginación por una causacualquiera, se pone actualmente enfermiza conrelación a lo que la preocupa. ¿Qué son las maníassino la realización de este fenómeno? Pues entién-

Page 47: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dase que las manías están distribuídas en muchasclases y graduaciones; que las hay continuas y porintervalos, extravagantes y arregladas, vulgares ycientíficas; y que así como Don Quijote convertía losmolinos de viento en desaforados gigantes y losrebaños de ovejas y carneros en ejércitos de com-batientes, puede también un sabio testarudo descu-brir, con la ayuda de sus telescopios, microscopiosy demás instrumentos, todo cuanto a su propósitocumpliere.

Los hombres muy pensadores y ensimis-mados corren gran riesgo de caer en manías sa-bias, en ilusiones sublimes; que la mísera humani-dad, por más que se cubra con diferentes formas,según las varias situaciones de la vida, lleva siem-pre consigo su patrimonio de flaqueza. Para unadébil mujercilla el susurro del viento es un gemidomisterioso, la claridad de la luna es la aparición deun finado y el chillido de las aves nocturnas es elgrito de las evocaciones del averno para asistir apavorosas escenas. Desgraciadamente no son sólolas mujeres las que tienen imaginación calenturientay que toman por realidades los sueños de su fantas-ía(5).

Page 48: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo VI

Conocimiento de la existencia de las cosasadquirido mediatamente por los sentidos

§ I

Transición de lo sentido a lo no sentido

Los sentidos nos dan inmediatamente noti-cias de la existencia de muchos objetos, pero deéstos son todavía en mayor número los que no ejer-cen acción sobre los órganos materiales o por serincorpóreos o por no estar en disposición de afec-tarlos. Sobre lo que nos comunican los sentidos selevanta un tan extenso y elevado edificio de cono-cimientos de todas clases que, al mirarle, se hacedifícil percibir cómo ha podido cimentarse en tanreducida base.

Donde no alcanzan los sentidos llega el en-tendimiento, conociendo la existencia de objetosinsensibles por medio de los sensibles. La lava es-parcida sobre un terreno nos hace conocer la exis-tencia pasada de un volcán que no hemos visto; lasconchas encontradas en la cumbre de un monte nosrecuerdan la elevación de las aguas, indicándonosuna catástrofe que no hemos presenciado; ciertostrabajos subterráneos nos muestran que en tiempos

Page 49: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

anteriores se benefició allí una mina; las ruinas delas antiguas ciudades nos señalan la morada dehombres que no hemos conocido. Así, los sentidosnos presentan un objeto y el entendimiento llegacon este medio al conocimiento de otros muy dife-rentes.

Si bien se observa, este tránsito de lo cono-cido a lo desconocido, no lo podemos hacer sin queantes tengamos alguna idea más o menos comple-ta, más o menos general del objeto desconocido, ysin que, al propio tiempo sepamos que hay entre losdos alguna dependencia. Así, en los ejemplos adu-cidos, si bien no conocía aquel volcán determinado,ni las olas que inundaron la montaña, ni a los mine-ros, ni a los moradores, no obstante todos estosobjetos me eran conocidos en general, así comosus relaciones con lo que me ofrecían los sentidos.De la contemplación de la admirable máquina deluniverso no pasaríamos al conocimiento del Criadorsi no tuviéramos idea de efectos y causa de orden yde inteligencia. Y sea dicho de paso, esta sola ob-servación basta para desbaratar el sistema de losque no ven en nuestro pensamiento más que sen-saciones transformadas.

§ II

Page 50: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Coexistencia y sucesión

La dependencia de los objetas es lo únicoque puede autorizarnos para inferir de la existenciadel uno la del otro, y, por consiguiente, toda la difi-cultad estriba en conocer esta dependencia. Si laíntima naturaleza de las cosas estuviera patente anuestros ojos, bastaría fijarla en un ser para cono-cer, desde luego, todas sus propiedades y relacio-nes, entre las cuales descubriríamos las que le ligancon otros. Por desgracia no es así, pues en el ordenfísico, como en el moral, son muy escasas e incom-pletas las ideas que poseemos sobre los principiosconstitutivos de los seres. Estos son preciosos se-cretos velados cuidadosamente por mano del Cria-dor, de la propia suerte que lo más rico y exquisitoque abriga la Naturaleza suele ocultarse en los se-nos más recónditos.

Por esta falta de conocimiento en lo tocantea la esencia de las cosas nos vemos con frecuenciaprecisados a conjeturar su dependencia por sólo sucoexistencia o sucesión, infiriendo que la una de-pende de la otra porque algunas o muchas vecesexisten juntas o porque ésta viene en pos de aqué-lla. Semejante raciocinio, que no siempre puedetacharse de infundado, tiene, sin embargo, el incon-

Page 51: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

veniente de inducirnos con frecuencia al error, puesno es fácil poseer la discreción necesaria para co-nocer cuando la existencia o la sucesión son unsigno de dependencia y cuándo no.

En primer lugar, debe asentarse por indu-dable que la existencia simultánea de dos seres, nitampoco su inmediata sucesión, consideradas en sísolas, no prueban que el uno dependa del otro. Unaplanta venenosa y pestilente se halla tal vez al ladode otra medicinal y aromática; un reptil dañino yhorrible se arrastra quizás a poca distancia de labella e inofensiva mariposa; el asesino, huyendo dela justicia, se oculta en el mismo bosque donde estáen acecho un honrado cazador; un airecillo fresco ysuave recrea la Naturaleza toda, y algunos momen-tos después sopla el violento huracán, llevando ensus negras alas tremenda tempestad.

Así es muy arriesgado el juzgar de las rela-ciones de dos objetos porque se les ha visto unidosalguna vez o sucederse con poco intervalo; este esun sofisma que se comete con demasiada frecuen-cia, cayéndose por él en infinitos errores. En él seencontrará el origen de tantas predicciones como sehacen sobre las variaciones atmosféricas, que bienpronto la experiencia manifiesta fallidas; de tantas

Page 52: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

conjeturas sobre manantiales de agua, sobre vene-ros de metales preciosos, y otras cosas semejantes.Se ha visto algunas veces que, después de tal ocual posición de las nubes, de tal o cual viento, detal o cual dirección de la niebla de la mañana, llovía,o tronaba, o acontecían otras mudanzas de tiempo;se habrá notado que en el terreno de este o aquelaspecto se encontró, algunas veces agua, que enpos de estas o aquellas vetas se descubrió el pre-cioso mineral; y se ha inferido, desde luego, quehabía una relación entre los dos fenómenos, y se hatomado el uno como señal del otro, no advirtiendoque era dable una coincidencia enteramente casualy sin que ellos tuviesen entre sí relación de ningunaclase.

§ III

Dos reglas sobre la coexistencia y la suce-sión

La importancia de la materia exige que seestablezcan algunas reglas:

1ª. Cuando una experiencia constante y di-latada nos muestra dos objetos existentes a unmismo tiempo, de tal suerte que en presentándoseel uno se presenta también el otro, y en faltando el

Page 53: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

uno falta también el otro, podemos juzgar, sin temorde equivocarnos, que tienen entre sí algún enlace,y, por tanto, de la existencia del uno inferiremoslegítimamente la existencia del otro.

2ª. Si dos objetos se suceden indefectible-mente, de suerte que puesto el primero, siempre sehaya visto que seguía el segundo, y que al existiréste, siempre se haya notado la procedencia deaquél, podremos deducir con certeza que tienenentre sí alguna dependencia.

Tal vez sería dificil demostrar filosóficamen-te la verdad de estas aserciones; sin embargo, losque las pongan en duda seguramente no habránobservado que, sin formularlas, las toma por normael buen sentido de la Humanidad que en muchoscasos se acomoda a ellas la ciencia, y que en lasmás de las investigaciones no tiene el entendimien-to de otro guía.

Creo que nadie pondrá dificultad en que lasfrutas, cuando han adquirido cierto tamaño, figura ycolor, dan señal de que son sabrosas. ¿Cómo sabeesta relación el rústico que las coge? ¿Cómo de laexistencia del color y demás calidades que ve infie-re la de otra que no experimenta, la del sabor? Exi-gidle que os explique la teoría de este enlace, y no

Page 54: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sabrá qué responderos; pero objetadle dificultades yempeñaos en persuadirle que se equivoca en laelección, y se reirá de vuestra filosofía, aseguradoen su creencia por la simple razón de que «siempresucede así».

Todo el mundo está convencido de que cier-to grado de frío hiela los líquidos y que otro de calorlos vuelve al primer estado. Muchos son los que nosaben la razón de estos fenómenos, pero nadieduda de la relación entre la congelación y el frío, yla liquidación y el calor. Quizás podrían suscitarsedificultades sobre las explicaciones que en estaparte ofrecen los físicos; pero el linaje humano noaguarda a que en semejantes materias le ilustrenlos sabios: «Siempre existen juntos estos hechos -dice-; luego entre ellos hay alguna relación que losliga.»

Son infinitas las aplicaciones que podríanhacerse de la regla establecida; pero las anterioresbastan para que cualquiera las encuentre por símismo. Sólo diré que la mayor parte de los usos, dela vida están fundados en este principio: la simultá-nea existencia de dos seres observada por dilatadotiempo autoriza para deducir que existiendo el unoexistirá también el otro. Sin dar por segura esta

Page 55: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

regla, el común de los hombres no podría obrar ylos mismos filósofos se encontrarían más embara-zados de lo que, tal vez, se figuran. Darían pocospasos más que el vulgo.

La segunda regla es muy análoga a la pri-mera: se funda en los mismos principios y se aplicaa los mismos usos. La constante experiencia mani-fiesta que el pollo sale de un huevo; nadie, hastaahora, ha explicado satisfactoriamente cómo dellicor encerrado en la cáscara se forma aquel cuer-pecito tan admirablemente organizado; y aun cuan-do la ciencia diese cumplida razón del fenómeno, elvulgo no lo sabría; y, sin embargo, ni éste ni lossabios vacilan en creer que hay una relación dedependencia entre el licor y el polluelo; al ver elpequeño viviente, todos estamos seguros de que leha precedido aquella masa que a nuestros ojos sepresentaba informa y torpe.

La generalidad de los hombres, o mejor di-remos todos, ignoran completamente de qué mane-ra la tierra vegetal concurre al desarrollo de las se-millas y al crecimiento de las plantas, ni cuál es lacausa de que unos terrenos se adapten mejor queotros a determinadas producciones; pero siemprese ha visto así, y esto es suficiente para que se crea

Page 56: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que una cosa depende de otra y para que al ver lasegunda deduzcamos, sin temor de errar, la exis-tencia de la primera.

§ IV

Observaciones sobre la relación de causali-dad. Una regla de los dialécticos

Sin embargo, conviene advertir la diferenciaque va de la sucesión observada una sola vez, orepetida muchas. En el primer caso no sólo no ar-guye causalidad, pero ni aun relación de ningunaclase; en el segundo, no siempre indica dependen-cia de efecto y causa, pero sí al menos dependen-cia de una causa común. Si el flujo y reflujo del marse hubiese observado que coincidía una que otravez con cierta posición de la luna, no podría inferir-se que existía relación entre los dos fenómenos;mas siendo constante la expresada coincidencia,los físicos debieron inferir que si el uno no es causadel otro, al menos tienen ambos una causa común,y que así están ligados en su origen.

A pesar de lo que acabo de decir, tienenmucha razón los dialécticos cuando tachan de sofís-tico el raciocinio siguiente: post hoc, ergo propterhoc: después de esto, luego por esto. 1º.Porque

Page 57: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ellos no hablan de una sucesión constante. 2º. Por-que, aun cuando hablaran, esta sucesión puedeindicar dependencia de una causa común y no quelo uno sea causa de lo otro.

Si bien se observa, la misma regla a queatendemos en los negocios comunes es más gene-ral de lo que a primera vista pudiera parecer: de ellanos servimos en el curso ordinario de las cosas, dela propia suerte que en lo tocante a la Naturaleza.Según el objeto de que se trata, se modifica la apli-cación de la regla; en unos casos basta una expe-riencia de pocas veces, en otros se la exige másrepetida; pero, en el fondo, siempre andamos guia-dos por el mismo principio: dos hechos que siemprese suceden tienen entre sí alguna dependencia: laexistencia del uno indicará, pues, la del otro.

§ V

Un ejemplo

Es de noche y veo que en la cima de unamontaña se enciende un fuego; a poco rato de ardernoto que en la montaña opuesta asoma una luz,brilla por breve tiempo y desaparece. Ésta ha salidodespués de encendido el fuego en la parte opuesta;pero de aquí no puedo inferir que haya entre los dos

Page 58: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

hechos relación alguna. Al día siguiente veo otravez que se enciende el fuego en el mismo lugar yque del mismo modo se presenta la luz. La coinci-dencia en que ayer no me había parado siquiera yame llama la atención hoy; pero esto podrá ser unacasualidad, y no pienso más en ello. Al otro díaacontece lo mismo; crece la sospecha de que seauna señal convenida. Durante un mes se verifica lopropio; la hora es siempre la misma, pero nuncafalta la aparición de la luz a poco de arder el fuego;entoces ya no me cabe duda de que un hecho esdependiente del otro o, por lo menos, hay entreellos alguna relación; y ya no me falta sino averiguaren qué consiste una novedad que no acierto a com-prender.

En semejantes casos el secreto para des-cubrir la verdad y prevenir los juicios infundadosconsiste en atender a todas las circunstancias delhecho, sin descuidar ninguna, por despreciable queparezca. Así, en el ejemplo anterior, supuesto que apoco de encendido el fuego se presentaba la luz,diríase, a primera vista, que no es necesario parar-se en la hora de la noche y ni tampoco en si estahora variaba o no. Mas en la realidad estas circuns-tancias eran muy importantes, porque según fuesela hora era más o menos probable que se encen-

Page 59: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

diese fuego y apareciese luz, y siendo siempre lamisma era mucho menos probable que los doshechos tuviesen relación que si hubiera sido varia-da. Un imprudente que no reparase en nada de esoalarmaría la comarca con las pretendidas señales;no cabría ya duda de que algunos malhechores seponen de acuerdo, se explicaría sin dificultad elrobo que sucedió tal o cual día, se comprendería loque significaba un tiro que se oyó por aquella parte,y cuando la autoridad tuviera aviso del malvadocomplot, cuando recayeran ya negras sospechassobre familias inocentes, he aquí que los explorado-res enviados a observar de cerca el misterio podríanvolver muy bien riéndose del espanto y del espan-tador y descifrando el enigma en los términos si-guientes: Muy cerca de la cima donde arde el fuegoestá situada la casa de la familia A que a la hora deacostarse aposta un vigilante en las cercanías por-que tiene noticia de que unos leñadores quierenestropear parte del bosque plantado de nuevo. Elcentinela siente frío y hace muy bien en encenderlumbre sin ánimo de espantar a nadie si no es a losmalandrínes de segur y cuerda. Como cabalmenteaquella es la hora en que suelen acostarse los co-marcanos, lo hace también la familia B, que habitaen la cumbre de la montaña opuesta. Al sonar el

Page 60: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

reloj, levanta el dueño los reales de la chimenea,dice a todo el mundo: «Vámonos a dormir», y entre-tanto, él sale a un terrado al cual dan varias puertasy empuja por la parte de afuera para probar si losmuchachos han cerrado bien. Como el buen hom-bre va a recogerse, lleva en la mano el candil, yheos aquí la luz misteriosa que salía a una mismahora y desaparecía en breve, coincidiendo con elfuego y haciendo casi pasar por ladrones a quienessólo trataban de guardarse de ladrones.

¿Qué debía hacer en tal caso un buen pen-sador? Helo aquí. A poco rato de encendido el fue-go aparece la luz, y siempre a una misma hora pocomás o menos, lo que inclina a creer que será unaseñal convenida. El país está en paz; con que estodebiera de ser inteligencia de malhechores. Perocabalmente no es probable que lo sea, porque noes regular que escojan siempre un mismo lugar ytiempo, con riesgo de ser notados y descubiertos.Además que la operación sería muy larga durandoun mes, y estos negocios suelen redondearse conun golpe de mano. Por aquellas inmediacionesestán las casas A y B, familias de buena reputación,que no se habrán metido a encubridores. Parece,pues, que o ha de ser coincidencia puramente ca-sual, o que si hay seña, debe de ser sobre negocio

Page 61: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que no teme los ojos de la justicia. La hora del su-ceso es precisamente la en que se recogen los ve-cinos de esta tierra; veamos si esto no será quealgunos quehaceres obligan a los unos a encenderfuego y a los otros a sacar la luz.

§ VI

Reflexiones sobre el ejemplo anterior

Reflexionando sobre el ejemplo anterior senota que, a pesar de la ninguna relación de seña nicausa que en sí tenían los dos hechos, no obstantereconocían en cierto modo un mismo origen: el so-nar la hora de acostarse. Así se echa de ver que elerror no estaba en suponer que había algo decomún en ellos, ni en pensar que la coincidencia noera puramente casual, sino en que se apelaba ainterpretaciones destituidas de fundamento, se bus-caba en la intención concertada de las personas loque era simple efecto de la identidad de la hora.

Esta observación enseña, por una parte, eltino con que debe procederse en determinar la cla-se de relación que entre sí tienen dos hechos, si-multáneos o sucesivos; pero, por otra, confirma másy más la regla dada de que cuando la simultaneidado sucesión son constantes arguyen algún vínculo o

Page 62: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

relación o de los hechos entre sí o de ambos con untercero.

§ VII

La razón de un acto que parece instintivo

Profundizando más la materia encontrare-mos que el inferir de la coexistencia o sucesión larelación entre los hechos coexistentes o sucesivos,aunque parezca un acto instintivo y ciego, es laaplicación de un principio que tenemos grabado enel fondo de nuestra alma y del que hacemos conti-nuo uso sin advertirlo siquiera. Este principio es elsiguiente: «Donde hay orden, donde hay combina-ción, hay causa que ordena y combina; el acaso noes nada.» Una que otra coincidencia la podemosmirar como casual; es decir, sin relación; pero sien-do muy repetida, ya decimos, sin vacilar: «Aquí hayenlace, hay misterio; no llega a tanto la casualidad.»

Así se verifica que, examinando a fondo elespíritu humano, encontramos en todas partes lamano bondadosa de la Providencia, que se hacomplacido en enriquecer nuestro entendimiento ynuestro corazón con inestimables preciosidades(6).

Page 63: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo VII

La lógica acorde con la claridad

§ I

Sabiduría de la ley que prohíbe los juiciostemerarios

La ley cristiana, que prohíbe los juicios te-merarios, es no sólo ley de caridad, sino de pruden-cia y buena lógica. Nada más arriesgado que juzgarde una acción, y sobre todo de la intención, pormeras apariencias; el curso ordinario de las cosaslleva tan complicados los sucesos, los hombres seencuentran en situaciones tan varias, obran por tandiferentes motivos, ven los objetivos de maneras tandistintas, que a menudo nos parece un castillofantástico lo que examinado de cerca y con presen-cia de las circunstancias, se halla lo más natural, lomás sencillo y arreglado.

§ II

Examen de la máxima «Piensa mal y noerrarás»

El mundo cree dar una regla de conductamuy importante diciendo: «Piensa mal y noerrarás», y se imagina haber enmendado de esta

Page 64: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

manera la moral evangélica. «Conviene no ser de-masiado cándido -se nos advierte continuamente-;es necesario no fiarse de palabras; los hombres sonmuy malos; obras son amores y no buenas razo-nes»; como si el Evangelio nos enseñase a ser im-prudentes e imbéciles; como si Jesucristo, al enco-mendarnos que fuésemos sencillos como la paloma,no nos hubiera amonestado al mismo tiempo quefuésemos prudentes como la serpiente; como si nonos hubiera avisado que no creyésemos a todoespíritu; que para conocer el árbol atendiésemos alfruto, y, finalmente, como si a propósito de la maliciade los hombres no leyéramos ya en las primeraspáginas de la Sagrada Escritura que el corazón delhombre está inclinado al mal desde su adolescen-cia.

La máxima perniciosa, que se propone nadamenos que asegurar el acierto con la malignidad deljuicio, es tan contraria a la caridad cristiana como ala sana razón. En efecto; la experiencia nos enseñaque el hombre más mentiroso dice mayor númerode verdades que de mentiras, y que el más malvadohace muchas más acciones buenas o indiferentesque malas. El hombre ama naturalmente la verdad yel bien, y no se aparta de ellos sino cuando las pa-siones le arrastran y extravían. Miente el mentiroso

Page 65: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en ofreciéndosele alguna ocasión en que, faltando ala verdad, cree favorecer sus intereses o lisonjearsu vanidad necia; pero fuera de estos casos, natu-ralmente, dice la verdad y habla como el resto delos hombres. El ladrón roba, el liviano se desmanda,el pendenciero riñe, cuando se presenta la oportu-nidad, estimulando la pasión; que si estuviesenabandonadas de continuo a sus malas inclinacionesserían verdaderos monstruos su crimen degeneraríaen demencia, y entonces el decoro y buen orden dela sociedad reclamarían imperiosamente que se losapartase del trato de sus semejantes.

Infiérese de estas observaciones que el juz-gar mal no teniendo el debido fundamento y el to-mar la malignidad por garantía de acierto, es tanirracional como si habiendo en una urna muchísi-mas bolas blancas y poquísimas negras se dijeraque las probabilidades de salir están en favor de lasnegras.

§ III

Algunas reglas para juzgar de la conductade los hombres

Page 66: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Caben en esta materia reglas de juiciosacautela, que nacen de la prudencia de la serpiente yno destruyen la candidez de la paloma.

Regla 1ª

No se debe fiar de la virtud del común delos hombres puesta a prueba muy dura.

La razón es clara: el resistir a tentacionesmuy vehementes exige virtud firme y acendrada.Ésta se halla en pocos. La experiencia nos enseñaque en semejantes extremos la debilidad humanasuele sucumbir, y la Escritura nos previene quequien ama el peligro perecerá en él.

Sabéis que un comerciante honrado sehalla en los mayores apuros cuando todo el mundole considera en posición muy desembarazada. Suhonor, el porvenir de su familia están pendientes deuna operación poco justa, pero muy beneficiosa. Sise decide a ella todo queda remediado; si se abs-tiene, el fatal secreto se divulga y la perdición totales inevitable. ¿Qué hará? Si en la operación podéissalir perjudicado, precaveos a tiempo; apartaos deun edificio que si bien en una situación regular noamenazaba ruina, está ahora abatido por un furiosohuracán.

Page 67: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Tenéis noticia de que dos personas deamable trato y bella figura han trabado relacionesmuy íntimas y frecuentes; ambos son virtuosos, yaun cuando no mediaran otros motivos, el honordebiera bastar a contenerlos en los debidos límites.Si tenéis interés en ello, tomad vuestro partido cunpresteza; si no, callad, no juzguéis temerariamente;pero rogad a Dios por ambos, que las oracionespodrán no ser inútiles.

Estáis en el gobierno, los tiempos son ma-los, la época crítica, los peligros muchos. Uno devuestros dependientes, encargado de un puestoimportante, se halla asediado noche y día por unenemigo que dispone de largas talegas. El depen-diente es honrado, según os parece; tiene grandescompromisos por vuestra causa, y, sobre todo, esentusiasta de ciertos principios y los sustenta conmucho acaloramiento. A pesar de todo, será buenoque no perdáis de vista el negocio. Haréis muy bienen creer que el honor y las convicciones de vuestrodependiente no se rajarán con los golpes de unariete de cincuenta mil pesos fuertes; pero serámejor que no lo probéis, mayormente si las conse-cuencias fuesen irreparables.

Page 68: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Un amigo os ha hecho grandes ofrecimien-tos, y no podéis dudar que son sinceros. La amistades antigua, los títulos muchos y poderosos, la sim-patía de los corazones está probada y, para colmode dicha, hay identidad de ideas y sentimientos.Preséntase de improviso un negocio en que vuestraamistad le ha de costar cara; si no os sacrifica, seexpone a graves pérdidas, a inminentes peligros.Para lo que pudiera suceder, resignaos a ser vícti-ma, temed que las afectuosas protestas se que-darán sin cumplirse y que, en cambio de vuestroduelo, se os pagará con una satisfacción tan geme-bunda como estéril.

Estáis viendo a una autoridad en aprieto; sela quiere forzar a un acto de alta trascendencia, aque no puede acceder sin degradarse, sin faltar asus deberes más sagrados, sin comprometer inter-eses de la mayor importancia. El magistrado es,naturalmente, recto; en su larga carrera no se leconoce una felonía, y su entereza está acompañadade cierta firmeza de carácter. Los antecedentes noson malos. Sin embargo, cuando veáis que la tem-pestad arrecia, que el motín sube ya la escalera,cuando golpee a la puerta del gabinete el osadodemagogo que lleva en una mano el papel que seha de firmar y en otra el puñal o una pistola amarti-

Page 69: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

llada, temed más por la suerte del negocio que porla vida del magistrado. Es probable que no morirá:la entereza no es el heroísmo.

Con los anteriores ejemplos se echa de verque en algunas ocasiones es lícito y muy prudentedesconfiar de la virtud de los hombres, lo que acon-tece cuando el obrar bien exige una disposición deánimo que la razón, la experiencia y la misma reli-gión nos enseñan ser muy rara. Es claro, además,que para sospechar mal no siempre será menesterque el apuro sea tal como se ha pintado. Para elcomún de los hombres suele bastar mucho menos,y para los decididamente malos, la simple oportuni-dad equivale a vehemente tentación. Así, no esposible señalar otra regla para discernir los casos,sino que es preciso atender a las circunstancias dela persona que es el objeto del juicio, graduando laprobabilidad del mal por su habitual inclinación a élo su adhesión a la virtud.

De estas consideraciones nacen las otrasreglas.

Regla 2ª

Para comparar cuál será la conducta de unapersona en un caso dado es preciso conocer su

Page 70: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

inteligencia, su índole, carácter, moralidad, inter-eses y cuanto pueda influir en su determinación.

El hombre, aunque dotado de libertad de al-bedrío, no deja de estar sujeto a una muchedumbrede influencias que contribuyen poderosamente adecidirle. El olvido de una sola circunstancia nospuede llevar al error. Así, suponiendo que un hom-bre está en un compromiso del que le es difícil salirsin faltar a sus deberes, parece a primera vista queen sabiendo cuál es su moralidad y cuáles losobstáculos que a la sazón median para obrar con-forme a ella, tenemos datos bastantes para pronos-ticar sobre el éxito. Pero entonces no llevamos encuenta una cualidad que influye sobremanera encasos semejantes: la firmeza de carácter. Este olvi-do podrá hacer muy bien que defraude nuestrasesperanzas un hombre virtuoso y las exceda el ma-lo, pues que para sacar airosa la virtud en circuns-tancias apuradas sirve admirablemente el que obrenen su favor pasiones enérgicas. Un alma de templefuerte y brioso se exalta y cobra nuevo aliento a lavista del peligro; en el cumplimiento del deber seinteresa entonces el orgullo, y un corazón que natu-ralmente se complace en superar obstáculos yarrostrar riesgos se siente más osado y resueltocuando se halla animado por el grito de la concien-

Page 71: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cia. El ceder es debilidad; el volver atrás, cobardía;el faltar al deber es manifestar miedo, es sometersea la afrenta. El hombre de intención recta y corazónpuro, pero pusilánime, mirará las cosas con ojosmuy diferentes. «Hay un deber que cumplir, es ver-dad; pero trae consigo la muerte de quien lo cumplay la orfandad de la familia. El mal se hará tambiénde la misma manera, y quizá, quizá, los desastresserán mayores. Es necesario dar al tiempo lo quees suyo; la entereza no ha de convertirse en ter-quedad; los debetes no han de considerarse enabstracto, es preciso atender todas las circunstan-cias; las virtudes dejan de serlo si no andan regidaspor la prudencia.» El buen hombre ha encontradopor fin lo que buscaba: un parlamentario entre elbien y el mal; el miedo, con su propio traje, no serv-ía para el caso, pero ya se ha vestido de prudencia;la transacción no se hará esperar mucho.

He aquí un ejemplo bien palpable, y porcierto nada imaginario, de que es preciso atender atodas las circunstancias del individuo que se ha dejuzgar. Desgraciadamente el conocimiento de loshombres es uno de los estudios más difíciles, y porlo mismo es tarea espinosa el recoger los datosprecisos para acertar.

Page 72: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Regla 3ª

Debemos cuidar mucho de despojarnos denuestras ideas y afecciones y guardarnos de pensarque los demás obrarán como obraríamos nosotros.

La experiencia de cada día nos enseña queel hombre se inclina a juzgar de los demás tomán-dose por pauta a sí mismo. De aquí han nacido losproverbios «Quien mal no hace, mal no piensa» y«Piensa el ladrón que todos son de su condición».Esta inclinación es uno de los mayores obstáculospara encontrar la verdad en todo lo concerniente ala conducta de los hombres; ella expone con fre-cuencia al virtuoso a ser presa de los amaños delmalvado, y dirige a menudo contra probada honra-dez, y quizá acendrada virtud, los tiros de la maledi-cencia.

La reflexión, ayudada por costosos desen-gaños, cura a veces este defecto, origen de muchosmales privados y públicos; pero su raíz está en elentendimiento y corazón del hombre, y es precisoestar siempre alerta si no se quiere que retoñen lasramas.

La razón de este fenómeno no sería difícilexplicarla. En la mayor partede sus raciocinios pro-

Page 73: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cede el hombre por analogía. «Siempre ha sucedidoesto; luego ahora, sucederá también.» «Común-mente, después de tal hecho sobreviene tal otro;luego lo mismo acontecerá en la actualidad.» Deaquí dimana que tan pronto como se ofrece la oca-sión de formar juicio apelamos a la comparación; siun ejemplo apoya nuestra manera de opinar, nosafirmamos más en ella, y si la experiencia nos su-ministra muchos, sin esperar más pruebas, damosla cosa por demostrada. Natural es que necesitandocomparaciones las busquemos en los objetos másconocidos y con los cuales nos hallamos más fami-liarizados; y como en tratándose de juzgar o conje-turar sobre la conducta ajena hemos menester cal-cular sobre los motivos que influyen en la determi-nación de la voluntad, atendemos, sin advertirlosiquiera, a lo que solemos hacer nosotros y presta-mos a los demás el mismo modo de mirar y apreciarlos objetos.

Esta explicación, tan sencilla como fundada,señala cumplidamente la razón de la dificultad queencontramos en despojarnos de nuestras ideas ysentimientos cuando así lo reclama el acierto en losjuicios que formamos sobre la conducta de los de-más. Quien no está acostumbrado a ver otros usosque los de su país tiene por extraño cuanto de ellos

Page 74: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

se desvía, y al dejar por primera vez el suelo patriose sorprende a cada novedad que descubre. Lopropio nos sucede en el asunto de que tratamos:con nadie vivimos más íntimamente que con noso-tros mismos, y hasta los menos amigos de concen-trarse tienen por necesidad una conciencia muyclara del curso que ordinariamente siguen su enten-dimiento y voluntad. Preséntase un caso, y no aten-diendo a que aquello pasa en el ánimo de los otros,como si dijéramos en tierra extraña, nos sentimos,naturalmente, llevados a pensar que deberá desuceder allí lo mismo, a corta diferencia, que hemosvisto en nuestra patria. Y ya que he comenzadocomparando, añadiré que así como los que hanviajado mucho no se sorprenden por ninguna diver-sidad de costumbres y adquieren cierto hábito deacomodarse a todo sin extrañeza ni repugnancia,así los que se han dedicado al estudio del corazón ya la observación de los hombres son más diestrosen despojarse de su manera de ser y sentir, y secolocan más fácilmente en la situación de los otros,como si dijéramos que cambian de traje y de tenorde vida y adoptan el aire y las maneras de los natu-rales del nuevo país(7).

Page 75: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo VIII

De la autoridad humana en general

§ I

Dos condiciones necesarias para que seavaledero un testimonio

No siempre nos es dable adquirir por noso-tros mismos el conocimiento de la existencia de unser, y entonces nos es preciso valernos del testimo-nio ajeno. Para que éste no nos induzca a error sonnecesarias dos condiciones: primera, que el testigono sea engañado; segunda, que no nos quiera en-gañar. Es evidente que faltando cualquiera de estosdos extremos su testimonio no sirve para encontrarla verdad. Poco nos importa que quien habla laconozca si sus palabras nos expresan el error, y laveracidad y buena fe tampoco nos aprovechan siquien las posee está engañado.

§ II

Examen y aplicaciones de la primera condi-ción

Conocemos si el testigo ha sido engañado ono atendiendo a los medios de que ha podido dis-poner para alcanzar la verdad; y en estos medios

Page 76: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

comprendo también su capacidad y demás cualida-des personales, que le hacen más o menos aptopara el efecto.

Al referírsenos algún hecho, cuando el na-rrador no es testigo ocular, a veces la buena educa-ción no permite preguntar quién lo ha contado, perola buena lógica prescribe atender siempre a estacircunstancia y no prestar ligeramente asenso sinhaberla tenido presente.

Atravieso un país que me es desconocido yoigo la siguiente proposición: «Este año es el demejor cosecha que de mucho tiempo acá se havisto en esta comarca.» Lo primero que debo haceres parar la atención en la persona que así lo dice.¿Es un hombre anciano, rico propietario de la tierra,establecido en sus mismas posesiones, aficionado arecoger noticias y formar estados comparativos? Nopuedo dudar que quien habla debe de saberlo muybien, pues que su interés, profesión, inclinacionesparticulares y larga experiencia le proporcionancuantos medios son deseables para formar juicioacertado. ¿Es un hijo del mismo propietario, quesólo se llega a las posesiones de su padre paradivertirse o sacar dinero, que, distraído por la vidade las ciudades, se cuida muy poco de lo que pasa

Page 77: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en los campos? Bien podrá saberlo por habérselooído a su padre; pero si esta última circunstanciafalta, el testimonio es muy poco seguro. ¿Es unviajero que recorre de vez en cuando aquel país pornegocios que nada tienen que ver con la agricultu-ra? Su palabra merece poca fe, porque son escasoslos medios que ha tenido para cerciorarse de lo queafirma; su proposición podrá ser echada a la ventu-ra.

En una reunión se cuenta que el ingenieroN. acaba de idear una nueva máquina para tal ocual producto y que su invención lleva ventaja acuantas se han conocido hasta ahora. El testigo esocular. ¿Quién lo refiere? Es un caballero de lamisma profesión, muy acreditado en ella, que haviajado mucho para ponerse al nivel de los últimosadelantos en maquinaria, comisionado repetidasveces, ya por el Gobierno, ya por Sociedades defabricantes, para comparar diferentes sistemas deconstrucción y elaboración: el juez es competente;no es fácil haya sido engañado por un charlatáncualquiera. El testigo es un fabricante que tieneinvertidos grandes capitales en maquinaria y sepropone invertir muchos más; posee algunos cono-cientos en el ramo, pues que su interés propio lellama la atención hacia este punto, y cuenta con

Page 78: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bastantes años de experiencia. El testimonio no esdespreciable, ha perdido mucho de las cualidadesdel primero. No conoce por principios la mecánica,habrá visto algunos establecimientos, mas no losnecesarios para poder comparar la invención conlos demás sistemas conocidos; el maquinista sabíaque las arcas no estaban vacías, tenía un interés enque se formase alto concepto de la invención; hay,pues, bastante peligro de que el mérito sea exage-rado; hasta padrá ser muy mediano, y quizá nulo.

Una mujer de veracidad probada, pero deimaginación ardiente y viva, y además muy crédulaen asuntos de carácter extraordinario y misterioso,refiere, con el tono de la mayor certeza y con ellenguaje y ademán de una impresión reciente, queen la noche anterior ha oído en su casa un ruidoespantoso; que, habiéndose levantado, ha visto elresplandor de algunas luces en partes del edificioen las que no habita nadie, y que repetidas veceshan resonado con toda claridad voces desconoci-das, ya cual gemidos de dolor, ya cual aullidos dedesesperación, ya cual aterradoras amenazas. Latestigo habrá sido engañada. Es probable que, es-tando profundamente dormida, algún gato que an-daría ocupado en sus ordinarias tareas de hurto ocaza habrá derribado algún trasto con estrepitoso

Page 79: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fracaso. La buena señora, que quizá conciliaríadifícilmente el sueño, agitada por espectros y fan-tasmas, despierta al retumbante ruido; levántase,despavorida; corre presurosa de una a otra parte;ve en los aposentos desiertos alguna luz, por lasencilla razón de que nadie cuidó de cerrar las ven-tanas, y por ellas penetran los rayos de la luna; porfin llegan a sus oídos las voces misteriosas, que nodebieron de ser más que los silbidos del viento, loscrujidos de alguna puerta mal segura y tal vez elremoto maúllo del malandrín, que, salido por labuhardilla, se va a trabar refriegas por la vecindad,sin pensar que sus maldades tienen en congojosacuita a su dueña y bienhechora.

Así discurría un buen pensador, sin decidir-se por esto a creer o dejar de creer, pero inclinán-dose algo más a lo segundo que a lo primero, cuan-do he aquí que llega a la reunión el marido de laseñora espantada. Es hombre que frisa en los cin-cuenta, que ha tenido tiempo de perder el miedo enlargos años de carrera militar, no escasea en cono-cimientos y, retirado ahora, vive entregado a susnegocios y a sus libros, dejando que su mujer delirea mansalva. La vista de los circunstantes se dirige,naturalmente, al recién llegado, y todos deseansaber de su boca la impresión que le causara la

Page 80: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

medrosa aventura. «En verdad, señores -dice-, queno sé qué diablos teníamos esta noche en casa.Ocupado en despachar unos papeles que me corr-ían prisa no me había acostado todavía cuando heaquí que a eso de las doce oigo un estrépito tal queme creí que la casa se nos venía encima. Lo quees, gato no podía ser, porque era imposible quehiciese tal estrépito, y, además, esta mañana nadase ha encontrado ni dislocado ni roto. Eso de lasluces yo no las he visto, pero que resonaron unasvoces tan tremehundas que casi casi me habríanmetido el miedo en el cuerpo es positivo. Veremossi la zambra se repite; yo me temo que se nos haquerido jugar una treta. Desearía sorprender a losactores representando su papel.» Desde entoncesla cuestión cambia de aspecto; lo que antes eraimprobable ha pasado a ser creíble; el hecho seráverdadero, sólo falta aclarar su naturaleza.

§ III

Examen y aplicaciones de la segunda con-dición

Si conviene precaverse contra el engañoque inocentemente puede haber sufrido el narrador,no importa menos estar en guardia contra la falta deveracidad. Para este efecto será bien informarse de

Page 81: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la opinión que en este punto disfruta la persona y,sobre todo, examinar si alguna pasión o interés laimpelen a mentir. ¿Qué caso puede hacerse dequien pinta prodigiosos hechos de armas de loscuales espera grados, empleos y condecoraciones?Está bien claro el partido que tomará el especula-dor, si no está dominado por principios de rígidamoral y caballerosa delicadeza. Así, quien refiereacontecimientos en cuya verdad o apariencia tienegrande interés, es testigo sospechoso; prestarlecrédito sobre su palabra fuera proceder muy deligero.

Cuando tratamos de calcular la probabilidadde un suceso que no sabemos sino por el testimo-nio de otros, es preciso atender simultáneamente alas dos condiciones explicadas: conocimiento yveracidad. Pero como en muchos casos a más deltestimonio tenemos algunos datos para conjeturarsobre la probabilidad de lo que se nos cuenta, esnecesario hacerlos entar en combinación para deci-dirnos con menos peligro de errar. Por lo común,hay muchas cosas a que atender, en lo cual ense-ñarán más los ejemplos que las reglas.

Un general da parte de una brillante victoriaque acaba de conseguir; el enemigo, por supuesto,

Page 82: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

era superior en fuerzas, ocupaba posiciones muyventajosas, pero ha sido arrollado en todas direc-ciones y sólo una precipitada fuga le ha librado dedejar en manos del vencedor numerosos prisione-ros. La pérdida del general ha sido insignificante encomparación de la del enemigo; algunas compañíasque, llevadas de su ardor, se habían adelantado endemasía, viéronse envueltas por cuadruplicadasfuerzas y tuvieron algunos momentos de conflicto;pero, merced a la bizarría de los jefes y acertadasdisposiciones del general, pudiéronse replegar conel mayor orden, sin más resultado que extraviarseun reducido número de soldados.

¿Qué concepto formaremos de la acción?Para que se vea cuánta circunspección es necesa-ria si se desea acertar en los juicios, y con la mirade ofrecer ejemplos que sirvan de norma en otroscasos, detallaremos las muchas circunstancias aque es preciso atender.

¿Es conocido el general? ¿Tiene reputaciónde veraz y modesto, o pasa plaza de fanfarrón?¿Cuáles son sus dotes militares? ¿Qué subalternosle auxilian? ¿Sus tropas gozan fama de valor y dis-ciplina? ¿Se han distinguido en otras acciones, oestán desacreditadas por frecuentes derrotas?

Page 83: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¿Con qué enemigo ha tenido que habérselas?¿Cuál era el objeto de la expedición del general?¿Lo ha conseguido o no? En el parte hay una cláu-sula que dice: «Sé de positivo que la plaza N puedetodavía sostenerse algunos días. Así no he creídonecesario precipitar las operaciones, mayormentecuando la situación del soldado, rendido de hambre,y fatiga, reclamaba imperiosamente algún descan-so. El convoy queda seguro en la ciudad M, adondeme he replegado, abandonando al enemigo unasposiciones que me eran inútiles y dejándole que secebase en una porción de víveres que en el ardorde la refriega cayeron en su poder a causa de undesorden momentáneo que se debió al miedo de losbagajeros.» El negocio presenta mal aspecto; apesar de todos los rodeos, se conoce que el vence-dor ha perdido una parte del convoy y no ha podidopasar con lo restante.

¿Qué trofeos nos presenta en testimonio desu victoria? No ha cogido prisioneros y él confiesaalgunos extraviados; aquellas compañías demasia-do adelantadas sufrieron algunos momentos deconflicto y fueron envueltas por fuerzas cuadrupli-cadas; todo esto significa que hubo en aquella parteun «sálvese quien pueda» y que el enemigo no dejóde hacer presa.

Page 84: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¿Cuáles son las noticias que vienen del lu-gar donde se ha replegado el general? Es probableque las cartas serán tristes y que traerán descrip-ciones aflictivas sobre el desorden en que entró latropa y la disminución del convoy.

¿Qué dicen los partidarios del enemigo?¡Ah! Esto acaba de aclarar el misterio; se han echa-do las campanas a vuelo en el punto P y han entra-do muchos prisioneros; los enemigos se han pre-sentado orgullosos en presencia de la plaza sitiada,cuyos apuros son cada día mayores.

¿Qué está haciendo el general vencedor?Se mantiene en inacción y se añade que ha pedidorefuerzos; la brillante victoria habrá sido, pues, unainsigne derrota.

§ IV

Una observación sobre el interés en enga-ñar

Casos hay en que por interesado que pa-rezca el narrador en faltar a la verdad no es proba-ble que lo haya hecho, porque, descubierta en bre-ve la mentira, sin recurso para paliarla, se convertir-ía contra él de una manera ignominiosa.

Page 85: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La experiencia nos enseña que no hay quefiar de ciertas relaciones militares que no puedenser contradichas luego con toda claridad y con pre-sencia de datos positivos que produzcan evidencia.Las mayores o menores fuerzas del enemigo, elorden o la dispersión con que tal o cual parte de suejército emprendió la retirada, el número de muertoso heridos, lo más o menos favorable de algunasposiciones, atendida la situación de los combatien-tes, lo más o menos intransitable de los caminos yotras cosas por este tenor, ¿cómo las puede aclararbien el público? Cada cual refiere las cosas a sumodo, según sus noticias, intereses o deseos, y losmismos que saben la verdad son quizá los primerosen obscurecerla haciendo circular las más insignesfalsedades. Los que llegan a desembarazarse delenredo y a ver claro en el negocio o callan o sehallan impugnados por mil y mil a quienes importasostener la ilusión, y la mancha que cae sobre losembaucadores nunca es tan ignominiosa que noconsienta algún disfraz. Pero suponed que un gene-ral que está sitiando una plaza, y nada puede contraella, tiene la imprudencia de enviar un pomposoparte al Gobierno, anunciándole que la ha tomadopor asalto y están en su poder los restos de la guar-nición que no han perecido en la refriega; a pocos

Page 86: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

días sabrá el Gobierno, sabrá el público, sabrá elmismo Ejército que el general ha mentido de unamanera escandalosa, y la burla y la afrenta quecaerán sobre el impostor le harán pagar cara sugloria de momento.

De aquí es que en semejantes casos elbuen sentido del público suele preguntar si el partees oficial, y si lo es, por más que no haga caso delas circunstancias con que se procura realzar elhecho, no obstante, presta crédito a la existencia deél. Hasta es de notar que cuando en gravísimosapuros se miente de una manera escandalosa, conla mira de alentar por algunas horas más y dar lugaral tiempo, rara vez se inventa un parte nombrandopersonas; se apela a las fórmulas de «sabemos depositivo; un testigo de vista acaba de referirnos», yotras semejantes; se suponen oficios recibidos quese imprimirán luego, se ordenan regocijos públicos,etc.; pero siempre se suele dejar un camino abiertopara que la mentira no choque demasiado de frentecon el buen sentido; se tiene cuidado en no com-prometer el nombre de personas determinadas; enuna palabra: hasta reinando la mayor desfachatezse guardan siempre algunas consideraciones a laconciencia pública.

Page 87: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Para dejar, pues, de prestar crédito a unano basta objetar que el narrador está interesado enfaltar a la verdad; es necesario considerar si lascircunstancias de la mentira son tan desgraciadasque poco después haya de ser descubierta en todasu desnudez, sin que le quede al engañador la ex-cusa de que se había equivocado o lo habían malinformado. En estos casos por poca que sea la ca-tegoría de la persona, por poca estimación de símisma que se le pueda suponer, mayormentecuando el asunto pasa en público es prudente darlecrédito, si de esto no puede resultar ningún daño.Será dable salir engañado, pero la probabilidad estáen contra, y en grado muy superior.

§ V

Dificultades para alcanzar la verdad en me-diando mucha distancia de lugar o tiempo

Si es tan difícil encontrar, la verdad cuandolos sucesos son contemporáneos y se realizan enno propio país, ¿qué diremos de lo que pasa a largadistancia de lugar o tiempo o de uno y otro? ¿Cómoserá posible sacar en limpio la verdad de manera deviajeros o historiadores? Por más desconsoladorque sea, es preciso confesarlo: quien haya obser-vado de qué modo se abulta, y se exagera, y se

Page 88: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

disminuye, y se desfigura, y se trastorna de arribaabajo lo mismo que estamos viendo con nuestrosojos, ha de sentirse por necesidad muy descorazo-nado al abrir un libro de historia o de viajes o al leerlos periódicos, particularmente los extranjeros.

Quien vive en el mismo tiempo y país de losacontecimientos tiene muchos medios para evitar elerror: o ve las cosas por sí mismo o lee y oye muydiferentes relaciones que puede comparar entre sí,y como está en datos sobre los antecedentes de laspersonas y de las cosas, como trata continuamentecon hombres de opuestos intereses y opiniones,como sigue de cerca el curso de la totalidad de lossucesos, no le es imposible, a fuerza de trabajos ydiscreción, el aclarar en algunos puntos la verdad.Pero ¿que será del desgraciado lector que mora alláen lejanos países y quizá a larga distancia de siglosy no tiene otro guía que el periódico u obra que, porcasualidad, encuentra en un gabinete de lectura oen una biblioteca o que habrá adquirido por habervisto recomendados en alguna parte aquellos escri-tos u oído elogios de quien presumía entenderlos?

Tres son los conductos por los cuales sole-mos adquirir conocimiento de lo que pasa en tiem-pos y lugares distantes: los periódicos, las relacio-

Page 89: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

nes de los viajeros y las historias. Diré cuatro pala-bras sobre cada uno de ellos(8).

Page 90: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo IX

Los periódicos

§ I

Una ilusión

Creen algunos que, con respecto a los paí-ses donde está en vigor la libertad de imprenta, noes muy difícil encontrar la verdad, porque teniendotodo linaje de intereses y opiniones, algún periódicoque les sirve de órgano, los unos desvanecen loserrores de los otras, brotando del cotejo la luz de laverdad. «Entre todos lo saben todo y lo dicen todo;no se necesita más que paciencia en leer, cuidadoen comparar, tino en discernir y prudencia en juz-gar.» Así discurren algunos. Yo creo que esto espura ilusión, y lo primero que asiento es que, ni conrespecto a las personas ni a las cosas, los periódi-cos no lo dicen todo, ni con mucho, ni aun aquelloque saben bien los redactores, hasta en los paísesmás libres.

§ II

Los periódicos no lo dicen todo sobre laspersonas

Page 91: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Estamos presenciando a cada paso que lospartidarios de lo que se llama una notabilidad laensalzan con destemplados elogios, mientras susadversarios la regalan a manos llenas los dictadosde ignorante, estúpido, inhumano, sanguinario, ti-gre, traidor, monstruo y otras lindezas por este esti-lo. El saber, los talentos, la honradez, la amabilidad,la generosidad y otras cualidades que le atribuían alhéroe los escritores de su devoción, quedan enverdad algo ajadas con los cumplimientos de susenemigos; pero al fin, ¿qué sacáis en limpio de estabarahúnda? ¿Qué pensará el extranjero que ha dedecidirse por uno de los extremos o adoptar un justomedio a manera de árbitro arbitrador? El resultadoes andar a tientas y verse precisado o a suspenderel juicio o a caer en crasos errores. La carrera públi-ca del hombre en cuestión no siempre está señala-da por actos bien caracterizados, y, además, lo quehaya en ellos de bueno o malo no siempre es bienclaro si debe atribuirse a él o a sus subalternos.

Lo curioso es que, a veces, entre tanta con-tienda, la opinión pública en ciertos círculos, y quizáen todo el país, está fijada sobre el personaje; desuerte que no parece sino que se miente de comúnacuerdo. En efecto; hablad con los hombres que nocarecen de noticias, quizá con los mismos que le

Page 92: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

han declarado más cruda guerra: «Lo que es talento-oiréis- nadie se lo niega; sabe mucho y no tienemalas intenciones; pero ¿qué quiere usted?..., se hametido en eso y es preciso desbancarle; yo soy elprimero en respetarle como a persona privada, yojalá que nos hubiese escuchado a nosotros; noshubiera servido mucho y habría representado unpapel brillante.» ¿Veis a esa otro tan honrado, taninteligente, tan activo y enérgico, que, al decir deciertos periódicos, él, y sólo él, puede apartar lapatria del borde del abismo? Escuchad a los que leconocen de cerca y tal vez a sus más ardientesdefensores: «Que es un infeliz ya lo sabemos; pero,al fin, es el hombre que nos conviene, y de alguiennos hemos de valer. Se le acusa de impuros mane-jos; esto ¿quién lo ignora? En el Banco A tienepuestos tales fondos, y ahora va a hacer otro tantoen el Banco B. En verdad que roba de una manerademasiado escandalosa; pero, mire usted, esto esya tan común..., y, además, cuando le acusan nues-tros adversarios no es menester que uno le deje enlas astas del toro. ¿No sabe usted la historia de esehombre? Pues yo le voy a contar a usted su vida ymilagros...» Y se nos refieren sus aventuras, susaltos y bajos, y sus maldades o miserias, o neceda-

Page 93: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

des y desde entonces ya no padecéis ilusiones yjuzgáis en adelante con seguridad y acierto.

Estas proporciones no las disfrutan por locomún los extranjeros, ni los nacionales que secontentan con la lectura de los periódicos, y así,creyendo que la comparación de los de opuestasopiniones les aclara suficientemente la verdad, seforman los más equivocados conceptos sobre loshombres y las cosas.

El temor de ser denunciados, de indispo-nerse con determinadas personas, el respeto debi-do a la vida privada, el decoro propio y otros moti-vos semejantes impiden a menudo a los periódicosel descender a ciertos pormenores y referir anécdo-tas que retratan al vivo al personaje a quien atacan,sucediendo a veces que con la misma exageraciónde los cargos, la destemplanza de las invectivas y lacrueldad de las sátiras no le hacen, ni con mucho, eldaño que se le podría hacer con la sencilla y sose-gada exposición de algunos hechos particulares.

Los escritores distinguen casi siempre entreel hombre privado y el hombre público; esto es muybueno en la mayor parte de los casos porque deotra suerte la polémica periodística, ya demasiadoagria y descompuesta, se convirtiera bien pronto en

Page 94: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

un lodazal donde se revolverían inmundicias intole-rables; pero esto no quita que la vida privada de unhombre, no sirva muy bien para conjeturar sobre suconducta en los destinos públicos. Quien en el tratoordinario no respeta la hacienda ajena, ¿creéis queprocederá con pureza cuando maneje el erario de lanación? El hombre de mala fe, sin convicciones deninguna clase, sin religión, sin moral, ¿creéis queserá consecuente en los principios político que apa-renta profesar, y que en sus palabras y promesaspuede descansar tranquilo el Gobierno que se valede sus servicios? El epicúreo por sistema que en supueblo insultaba sin pudor el decoro público, siendomal marido y mal padre, ¿creéis que renunciará asu libertinaje cuando se vea elevado a la magistra-tura y que de su corrupción y procacidad nadatendrán que temer la inocencia y la fortuna de losbuenos, nada que esperar la insolencia y la injusti-cia de los malos? Y nada de esto dicen los periódi-cos, nada pueden decir, aunque les conste a losescritores sin ningún género de duda.

§ III

Los periódicos no lo dicen todo sobre lascosas

Page 95: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Hasta en política no es verdad que los pe-riódicos lo digan todo. ¿Quién ignora cuánto distan,por lo común, las opiniones que se manifiestan enamistosa conversación de lo que se expresa porescrito? Cuando se escribe en público hay siemprealgunas formalidades que cubrir y muchas conside-raciones que guardar; no pocos dicen lo contrariode lo que piensan, y hasta los más rígidos en mate-ria de veracidad se hallan a veces precisados, yaque no a decir lo que piensan, al menos a decirmucho menos de lo que piensan. Conviene no olvi-dar estas advertencias, si se quiere saber algo másen política de lo que anda por ese mundo comomoneda falsa de muchos reconocida, pero recípro-camente aceptada, sin que por esto se equivoquenlos inteligentes sobre su peso y ley(9).

Page 96: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo X

Relaciones de viaje

§ I

Dos partes muy diferentes en las relacionesde viajes

En esta clase de escritos deben distinguirsedos partes: las descripciones de objetos que havisto o escenas que ha presenciado el viajero y lasdemás noticias y observaciones de que llena suobra. Por lo tocante a lo primero, conviene recordarlo que se ha dicho sobre la veracidad, añadiéndosedos advertencias: 1ª. Que la desconfianza de lafidelidad de los cuadros debe guardar alguna pro-porción con la distancia del lugar de la escena, poraquello: «De luengas tierras, luengas mentiras.» 2ª.Que los viajeros corren riesgo de exagerar, desfigu-rar y hasta fingir, haciendo formar ideas muy equi-vocadas sobre el país que describen por el vanido-so prurito de hacerse interesantes y de darse impor-tancia contando peregrinas aventuras.

En cuanto a las demás noticias y observa-ciones no es dable reducir a reglas fijas el modo dedistinguir la verdad del error, mayormente siendoimposible esta tarea en muchísimos casos. Pero

Page 97: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

será bien presentar reflexiones que llenen de algúnmodo el vacío de las reglas, inspirando prudentedesconfianza y manteniendo en guardia a los inex-pertos e incautos.

§ II

Origen y formación de algunas relacionesde viajes

¿Cómo se hacen la mayor parte de los via-jes? Pasando no más que por los lugares más fa-mosos, deteniéndose algún tanto los puntos princi-pales y atravesando el país intermedio tan rápida-mente como es posible, pues a ello instigan trescausas poderosas: ahorrar tiempo, economizar di-nero y disminuir la molestia. Si el país es culto, conbuenos caminos, con canales, ríos y costas depronta navegación, el viajero salta de una capital aotra disparándose como una flecha; dormitando conel mecimiento del coche o de la nave y asomando lacabeza por la portezuela para recrearse con la vistade algún bello paisaje o paseándose sobre cubiertacontemplando las orillas del río, cuya corriente learrebata. Resulta de ahí que todo el país intermedioqueda completamente desconocido, en cuanto con-cierne a ideas, religión, usos y costumbres. Algo vesobre la calidad del terreno y los trajes de los mora-

Page 98: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dores, porque ambos objetos se le ofrecen a losojos; pero, hasta en estas cosas, si el viajero no escauto y pretende hablar en general, podrá dar a suslectores las noticias más falsas y extravagantes. Side aquí a algunos años logramos navegar por elEbro desde Zaragoza a Tortosa, el viajero que pin-tase el terreno y los trajes de Aragón y Cataluñaateniéndose a lo que hubiese visto en la ribera delrío, por cierto que les proporcionaría a sus lectorescopia desbaratada.

Ahora reflexione el aficionado a relacionesde viajes el caso que debe hacer de las detalladasnoticias sobre un país de muchos millares de leguascuadradas descrito por un viajero que le ha obser-vado de la susodicha manera. «El que lo ha visto decerca lo dice; así será, sin asomo de duda»; de estasuerte hablas, ¡oh crédulo lector!, pensando que enrecoger aquellas noticias ha puesto tu guía grantrabajo y cuidado, pues yo te diré lo que podría muybien haber sucedido, y otra vez no te dejarás enga-ñar con tanta facilidad.

Llegado el viajero a la capital, tal vez conescaso conocimiento de la lengua, y quizá con nin-guno, habrá andado atolondrado y confuso algunosdías en el laberinto de calles y plazas, desplegando

Page 99: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

a menudo el plano de la ciudad, preguntando acada esquina y saliendo del paso del mejor modoposible para encontrar la oficina de pasaportes, lacasa de la Embajada y los sujetos para quieneslleva carta de recomendación. Este tiempo no esmuy a propósito para observar, y si a ratos tomacoche para librarse de cansancio y evitar extravío,tanto peor para los apuntes de su cartera; todo des-fila a sus ojos con mucha rapidez; como linternamágica, las ilusiones de los cuadros; recogerá muygratas sensaciones pero no muchas noticias. Vieneen seguida la visita de los principales edificios, mo-numentos, bellezas y preciosidades, cuyo índiceencuentra en la guía; y o la capital no ha de ser delas mayores o se le han pasado muchos días en laexpresada tarea. La estación se adelanta, es preci-so todavía visitar otras ciudades, acudir a los baños,presenciar tal o cual escena en un punto lejano; elviajero ha de tomar la posta y correr a ejecutar enotra parte lo que acaba de practicar allí. A los pocosmeses de su partida del suelo natal está ya de vuel-ta, y ordena durante el invierno sus apuntes, y en laprimavera se halla de venta un abultado tomo sobreel viaje. Agricultura, artes, comercio, ciencia, políti-ca, ideas populares, religión, usos, costumbres,carácter, todo lo ha observado de cerca el afortuna-

Page 100: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

do viajero; en su libro se halla la estadística univer-sal del país; creedle sobre su palabra y podréisahorraros el trabajo de salir de vuestro gabinete sinque ignoréis los más pequeños y delicados porme-nores.

¿Cómo ha podido adquirir tanta copia denoticias? Un Argos no bastara para ver y notar tantoen tan breve tiempo, y, además, ¿cómo habrá sabi-do lo que pasaba allí donde no ha estado, es decir,a centenares de leguas a derecha e izquierda de lacarretera, canal o río por donde viajaba? Helo aquí.Cuando al dar los primeros rayos del sol a la porte-zuela del coche se habrá despertado y bostezando,y desperezándose habrá echado una ojeada sobreel país, que no se parece ya a lo que era el de ano-che cruzando y arreglando las piernas, con el caba-llero de enfrente habrá trabado quizá la siguienteconversación:

-¿Usted conoce el país éste?

-Un poco.

-El pueblo aquél, ¿cómo se llama?

-Si mal no recuerdo es N.

-¿Los principales productos del país?

Page 101: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-N.

-¿La industria?

-N.

-¿Carácter?

-Flemático como el postillón.

-¿Riqueza?

-Como judíos.

Entretanto llega el coche al parador; el delas respuestas se marcha quizá sin despedirse, ysus informes, que se ignora de quién sean, figu-rarán cual datos positivos entre los apuntes del ob-servador, que tendrá la humorada de afirmar quecuenta lo que ha visto.

Pero como estos recursos no son suficien-tes, y dejarían muy incompleta la descripción, reco-gerá cuidadosamente los trajes extraños, los edifi-cios irregulares, las danzas grotescas que se lehayan ofrecido al paso, y heos aquí un cuadro decostumbres generales que nada dejará que desear.Sin embargo, aun hay otra mina que explotará elviajero y de donde sacará tal vez el principal tesoro.En los periódicos y en las guías encontrará en cre-

Page 102: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cido número las noticias que ha meneste para for-mar su estadística; con los datos que de allí saque,puestos en orden diferente, intercalando algunacosa de lo que ha visto u oído o conjeturado, resul-tará un todo, que se hará circular como fruto de lostrabajos investigadores del viajero y en substanciano será más, en su mayor parte, que cuentos de uncualquiera y traducciones y plagios de periódicos yobras.

Para que no se extrañe la severidad conque trato a los autores de viajes, sin que por estome proponga rebajar el mérito dondequiera que sehalle, bastará recordar las necedades y disparatesque han publicado algunos extranjeros que hanviajado por España. Lo que a nosotros nos ha su-cedido puede muy bien acontecer a otros pueblos,saliendo bien o mal parados, aplaudidos con exage-ración o criticados con injusticia, según el humor,las ideas y otras cualidades del ligero pintor que seempeñaba en sacar copia de originales que no hab-ía visto.

§ III

Modo de estudiar un país

Page 103: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La razón y la experiencia enseñan que paraformar cabal concepto de una pequeña comarca ypoderla describir tal como es, desde el aspecto ma-terial y el moral, es necesario estar familiarizado conla lengua, pasar allí larga temporada, abundar derelaciones, estar en trato continuo, sin cansarse depreguntar y observar. No creo que haya otro mediode adquirir noticias exactas y formar acertado juicio;lo demás es andarse en generalidades y llenar lacabeza de errores e inexactitudes. Hasta que seestudien los países de esta manera, hasta que seforme de esta suerte su estadística material y moral,no serán bien conocidos. Estarán pintados en loslibros, como en los mapas muy pequeños que nosofrecen a la vista dilatadas regiones: todo está cu-bierto de nombres, y de círculos, y de crucecitas, yde cordilleras de montañas, y de corrientes de ríos;pero medid con el compás las distancias y andaospor el mundo sin otra regla; a menudo creeréis estarmuy cerca de una ciudad, de un río, de un monteque distan, sin embargo, nada menos que cien le-guas.

En suma: ¿queréis adquirir noticias exactassobre un país y formar de su estado concepto ver-dadero y cabal? Estudiadlo de la manera sobredi-cha o leed a quien hubiese estudiado de esta suer-

Page 104: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

te: Y si no tuviereis proporción para ello, contentaoscon cuatro cosas generales, que os sacarán airosode una conversación con vuestros iguales en aque-lla clase de conocimientos; pero guardaos de asen-tar sobre estos datos un sistema filosófico, político oeconómico, y andad con tiento en lucir vuestra cien-cia si os encontrarais con algún natural del país y noqueréis exponeros a ser objeto de risa(10).

Page 105: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XI

Historia

§ I

Medio para ahorrar tiempo, ayudar la me-moria y evitar errores en los estudios históricos

El estudio de la Historia es no sólo util, sinotambién necesario. Los más escépticos no le des-cuidan, porque aun cuando no le admitiesen comopropio para conocer la verdad, al menos no le des-deñarían como indispensable ornamento. Ademásque la duda, llevada a su mayor exageración, nopuede destruir un número considerable de hechosque es preciso dar por ciertos si no queremos lucharcon el sentido común.

Así, uno de los primeros cuidados que de-ben tenerse en esta clase de estudios es distinguirlo que hay en ellos de absolutamente cierto. De estamanera se encomienda a la memoria lo que no ad-mite sombra de duda, y queda luego desembaraza-do el lector para andar clasificando lo que no llega atan alto grado de certeza, o es solamente probable,o tiene muchos visos de falso.

Page 106: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¿Quién dudará que existieron en Orientegrandes imperios; que los griegos fueron pueblosmuy adelantados en civilización y cultura; que Ale-jandro hizo grandes conquistas en el Asia; que losromanos llegaron a ser dueños de una gran partedel mundo conocido; que tuvieron por rival a la re-pública de Cartago; que el imperio de los señoresdel mundo fue derribado por una irrupción de bárba-ros venidos del Norte; que los musulmanes se apo-deraron del África septentrional, destruyeron enEspaña el reino de los godos y amenazaron otrasregiones de Europa; que en los siglos medios exis-tió el sistema del feudalismo, y mil y mil otros acon-tecimientos, ya antiguos, ya modernos, de los cua-les estamos tan seguros como de que existen Lon-dres y París?

§ II

Distinción entre el fondo del hecho y suscircunstancias. -Aplicaciones

Pero admitidos como indudables cierta cla-se de hechos, queda anchuroso campo para dispu-tar sobre otros y desecharlos o darles crédito, yhasta con respecto a los que no consienten ningúngénero de duda, pueden espaciarse la erudición, lacrítica y la filosofía de la Historia en el examen y

Page 107: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

juicio de las circunstancias con que los historiadoreslos acompañan. Es incuestionable que existieron lasguerras llamadas púnicas, que en ellas Cartago yRoma se disputaron el imperio del Mediterráneo, delas costas de África, España e Italia, y que al finsalió triunfante la patria de los Escipiones, vencien-do a Aníbal y destruyendo la capital enemiga; perolas circunstancias de aquellas guerra, ¿fueron talescomo nosotros las conocemos? En el retrato que senos hace del carácter cartaginés en el señalamientode las causas que provocaron los rompimientos, enla narración de las batallas, de las negociaciones yotros puntos semejantes, ¿sería posible que hubié-semos sido engañados? Los historiadores romanosde quienes hemos recibido la mayor parte de lasnoticias, ¿no habrán mezclado mucho de favorablea su nación y de contrario a la rival? Aquí entra laduda, aquí el discernimiento; aquí entra ora el admi-tir con recelo y desconfianza, ora el desechar sinreparo, ora el suspender con mucha frecuencia eljuicio.

¿Qué sería de la verdad a los ojos de lasgeneraciones venideras si, por ejemplo, la historiade las luchas entre dos naciones modernas queda-se únicamente escrita por los autores de una de lasdos rivales? Y esto, sin embargo, lo han publicado

Page 108: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

los unos en presencia de los otros, corrigiéndose ydesmintiéndose recíprocamente, y los aconteci-mientos se verificaron en épocas en que abundabanya medios de comunicación y en que era muchomás difícil sostener falsedades de bulto. ¿Qué será,pues, viniéndonos las narraciones por un conductosólo, y tan sospechoso por interesado, y tratándosede tiempos tan distantes, de comunicaciones tanescasas y en que no se conocían los medios depublicidad que han disfrutado los modernos?

Mucho se deberá desconfiar también de losgriegos cuando nos refieren sus gigantescas haza-ñas, las matanzas de innumerables persas, susrasgos de patriotismo heroico y cien cosas por estetenor. La fe ciega, el entusiasmo sin límites, la admi-ración por aquel pueblo de increíbles hazañas, alláse queda para los sencillos; que quien conoce elcorazón del hombre, quien ha visto con sus propiosojos tanto exagerar, desfigurar y mentir, dice parasí: «El negocio debió de ser grave y ruidoso; pareceque, en efecto, no se portaron mal esos griegos;pero en cuanto a saber el respectivo número decombatientes y otros pormenores, suspendo el jui-cio hasta que hayan resucitado los persas y los oigapintar a su modo los acontecimientos y circunstan-cias.»

Page 109: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Esta regla de prudencia es susceptible deinfinitas aplicaciones a lo antiguo y moderno. Ellector que de ella se penetre, y no la olvide al leer laHistoria, dé por seguro que se ahorrará muchísimoserrores, y, sobre todo, no desperdiciará tiempo ytrabajo en recordar si fueron sesenta o setenta millos que murieron en tal o cual refriega, y si los po-bres que anduvieron de vencida, y no pueden des-mentir al cronista, eran en número cuadruplicado oquintuplicado, para su mayor ignominia y afrenta.

§ III

Algunas reglas para el estudio de la Historia

Como la Historia no entra en esta obrita si-no como uno de tantos objetos que no deben pa-sarse por alto cuando se trata de la investigación dela verdad, fuera inoportuno extenderse demasiadoen señalar reglas para su estudio; esto, por sí solo,reclamaría un libro de no pequeño volumen, y noconviene gastar un espacio que bien se ha menes-ter para otras cocas. Así, me limitaré a prescribir lomenos que pueda y con la mayor brevedad quealcance.

Regla 1ª

Page 110: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Conforme a lo establecido más arriba (Cap.VIII), es preciso atender a los medios que tuvo amano el historiador para encontrar la verdad y lasprobabilidades de que sea veraz o no.

Regla 2ª

En igualdad de circunstancias, es preferibleel testigo ocular.

Por más autorizados que sean los conduc-tos, siempre son algo peligrosos; las narracionesque pasan por muchos intermedios suelen ser comolos líquidos, los que siempre se llevan algo del canalpor donde corren. Desgraciadamente, abundanmucho en los canales la malicia y el error.

Regla 3ª

Entre los testigos oculares es preferible, enigualdad de circunstancias, el que no tomó parte enel suceso y no ganó ni perdió con él. (V. Cap. VIII.)

Por más crédito que se merezca Césarcuando nos refiere sus hazañas, claro es que a susenemigos no los había de pintar pocos y cobardes,ni describirnos sus empresas como demasiado ase-quibles. Los prodigios de Aníbal, contados por susenemigos, valen, por cierto, algo más.

Page 111: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¿Cómo vemos narradas las revolucionesmodernas? Según las opiniones e intereses delescritor. Un hombre de aventajado talento ha dadoa luz una historia del levantamiento y revolución deEspaña en la época de 1808; y, sin embargo, altratar de las Cortes de Cádiz al través del lenguajeanticuado y del tono grave y sesudo, bien se traslu-ce el joven y fogoso diputado de las Constituyentes.

Regla 4ª

El historiador contemporáneo es preferible;teniendo, empero, el cuidado de cotejarle con otrode opiniones e intereses diferentes, y de separar enambos el hecho narrado de las causas que se leseñalan, resultados que se le atribuyen y juicio delos escritores.

Por lo común, hay en los acontecimientosalgo que descuella y se presenta a los ojos dema-siado de bulto para que pueda negarlo la parcialidaddel historiador. En tal caso exagera o disminuye,echa mano de colores halagüeños o repugnantes,busca explicaciones favorables apelando a causasimaginarias y señalando efectos soñados; pero elhecho está allí, y los esfuerzos del escritor apasio-nado o de mala fe no hacen más que llamar la aten-ción del avisado lector para que fije la vista con

Page 112: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

atención en lo que hay, y no vea ni más ni menosde lo que hay.

Los informadores apasionados de Napoleónhablarán a la posteridad del fanatismo y crueldad dela nación española, pintándola como un puebloestúpido que no quiso ser feliz; referirán las mil mo-tivos que tuvo el gran Capitán para entrometerse enlos negocios de la Península, y señalarán un millónde causas para explicar lo poco satisfactorio de losresultados. Por supuesto que llegarán a concluirque por esto no se empañan en lo más mínimo lasglorias del héroe. Pero el lector juicioso y discretodescubrirá la verdad, a pesar de todos los amañospara obscurecerla. El historiador no habrá podidomenos de confesar, a su modo y con mil rodeos,que Napoleón, antes de comenzar la lucha, y mien-tras las fuerzas del Marqués de la Romana le auxi-liaban en el Norte, introdujo en España, con pala-bras de amistad, un numeroso ejército, y se apo-deró de las principales ciudades y fortalezas, inclu-so la capital del reino; que colocó en el trono a suhermano José, y que, al fin, José y su ejército, des-pués de seis años de lucha, se vieron precisados arepasar la frontera. Esto no lo habrá negado el his-toriador; pues bien, esto basta; píntense los porme-nores como se quiera, la verdad quedará en su

Page 113: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

lugar. He aquí lo que dirá el sensato lector: «Tú,historiador parcial, defiendes admirablemente lareputación y buen nombre de tu héroe; pero resultade tu misma narración que él ocupó el país, protes-tando amistad; que invadió sin título; que atacó aquien le ayudaba; que se valió de traición para lle-varse al rey; que peleó durante seis años sin ningúnprovecho. De una parte estaba, pues, la buena fedel aliado, la lealtad del vasallo y el arrojo y la cons-tancia del guerrero; de otra podían estar la pericia yel valor, pero a su lado resaltan la mala fe, la usur-pación y la esterilidad de una dilatada guerra. Hubo,pues, yerro y perfidia en la concepción de la empre-sa, maldad en la ejecución, razón y heroísmo en laresistencia.»

Regla 5ª

Los anónimos merecen poca confianza.

El autor habrá tal vez callado su nombre pormodestia o por humildad; pero el público, que loignora, no está obligado a prestar crédito a quien lehabla con un velo en la cara. Si uno de los frenosmás poderosos, cual es el temor de perder la buenareputación, no es todavía bastante para mantener alos hombres en los límites de la verdad, ¿cómopodremos fiarnos de quien carece de él?

Page 114: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Regla 6ª

Antes de leer una historia es muy importan-te leer la vida del historiador.

Casi me atrevería a decir que esta regla,por lo común tan descuidada, es de las que debenocupar el lugar más distinguido. En cierto modo sehalla contenida en lo que llevo dicho más arriba(Cap. VIII), pero no será inútil haberla establecidopor separado, siquiera para tener ocasión de ilus-trarla con algunas observaciones.

Claro es que no podemos saber qué mediostuvo el historiador para adquirir el conocimiento delo que narra, ni el concepto que debemos formar desu veracidad si no sabemos quién era, cuál fué suconducta y demás circunstancias de su vida. En ellugar en que escribió el historiador, en las formaspolíticas de su patria, en el espíritu de su época, enla naturaleza de ciertos acontecimientos y, no pocasveces, en la particular posición del escritor se en-cuentra quizá la clave para explicar sus declama-ciones sobre tal punto, su silencio o reserva sobretal otro, por qué pasó sobre este hecho con pincelligero, por qué cargó la mano sobre aquél.

Page 115: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Un historiador del revuelto tiempo de la Ligano escribía de la misma suerte que otro del reinadode Luis XIV; y trasladándonos a épocas más cerca-nas, las de la Revolución, de Napoleón, de la Res-tauración y de la dinastía de Orleans, han debidoinspirar al escritor estilo y lenguaje. Cuando anda-ban animadas las contiendas entre los papas y lospríncipes, no era, por cierto, lo mismo publicar unamemoria sobre ellas en Roma, París, Madrid o Lis-boa. Si sabéis dónde salió a luz el libro que tenéisen la mano, os haréis cargo de la situación del es-critor, y así supliréis aquí, cercenaréis allá; en unaparte descifraréis una palabra obscura, en otracomprenderéis un circunloquio; en esta páginaapreciaréis en su justo valor una protesta, un elogio,una restricción; en aquélla adivinaréis el blanco deuna confesión, de una censura, o señalaréis el ver-dadero sentido a una proposición demasiado atrevi-da.

Pocos son los hombres que se sobreponencompletamente a las circunstancias que los rodean;pocos son los que arrostran un gran peligro por lasola causa de la verdad; pocos son los que en si-tuaciones críticas no buscan una transacción entresus intereses y su conciencia. En atravesándose

Page 116: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

riesgos de mucha gravedad, el mantenerse fiel a lavirtud es heroísmo, y el heroísmo es cosa rara.

Además, que no siempre puede decirse quehaya obrado mal un escritor por haberse atempera-do a las circunstancias, si no ha vulnerado los dere-chos de la justicia y de la verdad. Casos hay en queel silencio es prudente y hasta obligatorio, y, por lomismo, bien se puede perdonar a un escritor el queno haya dicho todo lo que pensaba con tal que noha dicho nada contra lo que pensaba. Por más pro-fundas que fuesen las convicciones de Belarminosobre la potestad indirecta, ¿habríais exigido de élque se expresase en París de la misma suerte queen Roma? Esto hubiera equivalido a decirle:«Hablad de manera que, tan pronto como el Parla-mento tenga noticias de vuestra obra, sean recogi-dos los ejemplares a mano armada, quemado quizáuno de ellos por la mano del verdugo y vos expul-sado de Francia o encerrado en un calabozo.» Elconocimiento de la posición particular del escritor,de su conducta, moralidad, carácter y hasta de sueducación ilustran muchísimo al lector de sus obras.Para formar juicio de las palabras de Lutero sobre elcelibato servirá no poco el saber que quien habla esun fraile apóstata, casado con Catalina de Boré; yquien haya tenido paciencia bastante para rubori-

Page 117: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

zarse veces hojeando las impudentes Confesionesde Rousseau, será bien poco accesible a ilusionescuando el filósofo de Ginebra le hable de filantropíay de moral.

Regla 7ª

Las obras póstumas publicadas por manosdesconocidas o poco seguras son sospechosas deapócrifas o alteradas.

La autoridad de un ilustre difunto poco sirveen semejantes casos; no es él quien nos habla, sinoel editor, bien seguro de que el interesado no lepodrá desmentir.

Regla 8ª

Historias fundadas en memorias secretas ypapeles inéditos, publicaciones de manuscritos enque el editor asegura no haber hecho más que in-troducir orden, limar frases o aclarar algunos pasa-jes no merecen más crédito que el debido a quiensale responsable de la obra.

Regla 9ª

Relaciones de negociaciones ocultas, desecretos de Estado, anécdotas picantes sobre lavida privada de personajes célebres, sobre tenebro-

Page 118: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sas intrigas y otros asuntos de esta clase han derecibirse con extrema desconfianza.

Si difícilmente podemos aclarar la verdad delo que pasa a la luz del sol y a la faz del universo,poco debemos prometernos tocante a lo que suce-de en las sombras de la noche y en las entrañas dela tierra.

Regla 10ª

En tratándose de pueblos antiguos o muyremotos es preciso dar poco crédito a cuanto se nosrefiera sobre riquezas del país, número de morado-res, tesoros de monarcas, ideas religiosas y cos-tumbres domésticas

La razón es clara: todos estos puntos sondifíciles de averiguar; es necesario mucho tiempode residencia, perfecto conocimiento de la lengua,inteligencia en ramos de suyo muy difíciles y com-plicados, medios de adquirir noticias exactas sobreobjetos ocultos que brindan a la exageración, y enque por parte de los mismos naturales hay a vecesmucha ignorancia, y hasta sabiéndolo tienen mil ymil motivos para aumentar o disminuir. Finalmente,en lo que toca a costumbres domésticas, no se al-canza su exacto conocimiento si no se puede pene-

Page 119: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

trar en lo interior de las familias, viéndolas cómohablan y obran en la efusión y libertad de sus hoga-res(11).

Page 120: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XII

Consideraciones generales sobre el modode conocer la naturaleza, propiedades y relacionesde los seres

§ I

Una clasificación de las ciencias

Conocidas las reglas que pueden guiarnospara conocer la existencia de un objeto, fáltanosaveriguar cuáles son las que podrán sernos útiles alinvestigar la naturaleza, propiedades y relacionesde los seres. Estos, o pertenecen al orden de laNaturaleza, comprendiendo en él todo cuanto estásometido a las leyes necesarias de la Creación, alos que apellidaremos naturales, o al orden moral, ylos nombraremos morales, o al orden de la sociedadhumana, que llamaremos históricos o más propia-mente sociales, o al de una providencia extraordina-ria, que designaremos con el título de religiosos.

No insistiré sobre la exactitud de esta divi-sión; confesaré sin dificultad que en rigor dialécticose le pueden hacer algunas objeciones; pero esinnegable que está fundada en la misma naturalezade las cosas y en el modo con que el entendimientohumano suele distinguir los principales puntos de

Page 121: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

vista. Sin embargo, para manifestar con mayor cla-ridad la razón en que se apoya, he aquí presentadaen pocas palabras, la filiación de las ideas.

Dios ha criado el universo y cuanto hay enél, sometiéndole a las leyes constantes y necesa-rias; de aquí el orden natural. Su estudio podríallamarse filosofía natural.

Dios ha criado al hombre, dotándole derazón y de libertad de albedrío, pero sujeto a ciertasleyes, y que no le fuerzan, mas le obligan; he aquíel orden moral y el objeto de la filosofía moral.

El hombre en sociedad ha dado origen auna serie de hechos y acontecimientos; he aquí elorden social. Su estudio podría llamarse filosofíasocial o, si se quiere, filosofía de la Historia.

Dios no está ligado por las leyes que Élmismo ha escrito a las hechuras de sus manos; porconsiguiente, puede obrar sobre y contra esas le-yes, y así es dable que existan una serie de hechosy revelaciones de un orden superior al natural ysocial; de aquí el estudio de la religión o filosofíareligiosa.

Dada la existencia de un objeto, pertenecea la filosofía el desentrañarle, apreciarle y juzgarle,

Page 122: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ya que en la aceptación común esta palabra filósofosignifica el que se ocupa en la investigación de laNaturaleza, propiedades y relaciones de los seres.

§ II

Prudencia científica y observaciones paraalcanzarla

En el buen orden del pensamiento filosóficoentra una gran parte de la prudencia, muy semejan-te a la que preside a la conducta práctica. Esta pru-dencia es de muy difícil adquisición; es también elcostoso fruto de amargos y repetidos desengaños.Como quiera, será bueno tener a la vista algunasobservaciones que pueden contribuir a engendrarlaen el espíritu.

Observación 1ª

La íntima naturaleza de las cocas nos es,por lo común, muy desconocida; sobre ella sabe-mos poco e imperfecto.

Conviene no echar nunca en olvido esta im-portantísima verdad. Ella nos enseñará la necesidadde un trabajo muy asiduo cuando nos propongamosdescubrir y examinar la naturaleza de un objeto,dado que lo muy oculto y abstruso no se comprende

Page 123: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

con aplicación liviana. Ella nos inspirará prudentedesconfianza en el resultado de nuestras investiga-ciones, no permitiéndonos que con precipitación noslisonjeemos de haber encontrado lo que buscamos.Ella nos preservará de aquella irreflexiva curiosidadque nos empeña en penetrar objetos cerrados consello inviolable.

Verdad poco lisonjera a nuestro orgullo, pe-ro indudable, certísima a los ojos de quien hayameditado sobre la ciencia del hombre. El Autor de laNaturaleza nos ha dado el suficiente conocimientopara acudir a nuestras necesidades físicas y mora-les, otorgándonos el de las aplicaciones y usos quepara este efecto pueden tener los objetos que nosrodean; pero se ha complacido, al parecer, en ocul-tar lo demás como si hubiese querido ejercitar elhumano ingenio durante nuestra mansión en latierra y sorprender agradablemente al espíritu alllevarle a las regiones que le aguardan más allá delsepulcro, desplegando a nuestros ojos el inefableespectáculo de la Naturaleza sin velo.

Conocemos muchas propiedades y aplica-ciones de la luz, pero ignoramos su esencia; cono-cemos el modo de dirigir y fomentar la vegetación,pero sabemos muy poco sobre sus arcanos; cono-

Page 124: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cemos el modo de servirnos de nuestros sentidos,de conservarlos y ayudarlos, pero se nos ocultan losmisterios de la sensación; conocemos lo que essaludable o nocivo a nuestro cuerpo, pero en lamayor parte de los casos nada sabemos sobre lamanera particular con que nos aprovecha o daña.¿Qué más? Calculamos, continuamente el tiempo, yla metafísica no ha podido aclarar bien lo que es eltiempo; existe la geometría, y llevada a un grado deadmirable perfección, y su idea fundamental, laextensión, está todavía sin comprender. Todos mo-ramos en el espacio, todo el universo está en él, lesujetamos a riguroso cálculo y medida, y la metafí-sica ni la ideología no han podido decirnos aún enqué consiste; si es algo distinto de los cuerpos, si essolamente una idea, si tiene naturaleza propia, nosabemos si es un ser o nada. Pensamos, y no com-prendemos lo que es el pensamiento; bullen ennuestro espíritu las ideas, e ignoramos lo que esuna idea; nuestra cabeza es un magnífico teatrodonde se representa el universo con todo su es-plendor, variedad y hermosura; donde una fuerzaincomprensible crea a nuestro capricho mundosfantásticos, ora bellos, ora sublimes, ora extrava-gantes; y no sabemos lo que es la imaginación, ni lo

Page 125: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que son aquellas prodigiosas escenas, ni cómoaparecen o desaparecen.

¡Qué conciencia más viva no tenemos deesa inmensa muchedumbre de afecciones que ape-llidamos sentimientos! Y, sin embargo, ¿qué es elsentimiento? El que ama siente el amor, pero no leconoce; el filósofo que se ocupa en el examen deesta afección señala quizá su origen, indica su ten-dencia y su fin, da reglas para su dirección; pero encuanto a la íntima naturaleza del amor, se halla enla misma ignorancia que el vulgo. Son los senti-mientos como un fluido misterioso que circula porconductos cuyo interior es impenetrable. Por la par-te exterior se conocen algunos efectos; en algunoscasos se sabe de dónde viene y adónde va, y no seignora el modo de aminorar su velocidad o cambiarsu dirección; pero el ojo no puede penetrar en laobscura cavidad; el agente queda desconocido.

Nuestro propio cuerpo, ni todos cuantos nosrodean, ¿sabemos, por ventura, lo que son? Hastaahora, ¿ha habido algún filósofo que haya podidoexplicarnos lo que es un cuerpo? Y, sin embargo,estamos continuamente en medio de cuerpos, y nosservimos continuamente de ellos, y conocemosmuchas de sus propiedades y de las leyes a que

Page 126: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

están sometidos, y un cuerpo forma parte de nues-tra naturaleza.

Estas consideraciones no deben perdersenunca de vista, cuando se nos ofrece examinar laíntima naturaleza de una cosa, para fijar los princi-pios constitutivos de su esencia. Seamos, pues,diligentes en investigar, pero muy mesurados endefinir. Si no llevamos estas cualidades a un altogrado de escrupulosidad, nos acontecerá con fre-cuencia el sustituir a la realidad las combinacionesde nuestra mente.

Observación 2ª

Así como en matemáticas hay dos manerasde resolver un problema, una acertando en la ver-dadera resolución, otra manifestando que la resolu-ción es imposible, así acontece en todo linaje decuestiones; muchas hay cuya mejor resolución esmanifestar que para nosotros son insolubles. Y nose crea que esto último carezca de mérito y que seafácil el discernimiento entre lo asequible y lo inase-quible; quien es capaz de ello, señal es que conocea fondo la materia de que se trata y que se ha ocu-pado con detenimiento en el examen de sus princi-pales cuestiones.

Page 127: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Es mucho el tiempo que se ahorra enhabiendo adquirido este precioso discernimiento,pues, en ofreciéndose el caso, como que se adivinadesde luego si hay o no los datos suficientes parallegar a un resultado satisfactorio.

El conocimiento de la imposibilidad de re-solver es muchas veces más bien histórico y expe-rimental que científico; es decir, que un hombreinstruido y experimentado conoce que una soluciónes imposible, o que raya en ello a causa de su ex-trema dificultad, no porque pueda demostrarlo, sinoporque la historia de los esfuerzos que han hechootros, y quizá de los propios, le manifiesta la impo-tencia del entendimiento humano con relación alobjeto. A veces la misma naturaleza de las cosassobre las cuales se suscita la cuestión indica laimposibilidad de resolverla. Para esto es necesarioabarcar de una ojeada los datos que se han menes-ter, conociendo la falta de los que no existen.

Observación 3ª

Como los seres se diferencian mucho entresí en naturaleza, propiedades y relaciones, el modode mirarlos y el método de pensar sobre ellos hande ser también muy diferentes.

Page 128: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Imagínanse algunos que en sabiendo pen-sar sobre una clase de objetos está ya trillado elcamino para lograr lo mismo con respecto a todos,bastando para ello dirigir la atención a lo que sequiere estudiar de nuevo. De aquí es que se oye enboca de muchos, y se lee también en uno que otroautor, la insigne falsedad de que la mejor lógica sonlas matemáticas, porque acostumbran a pensar entodas materias con rigor y exactitud.

Para desvanecer esta equivocación bastaobservar que los objetos que se ofrecen a nuestroespíritu de órdenes muy diferentes; que los mediosde que disponemos para alcanzarlos nada tienen deparecido; que las relaciones que con nosotros losunen son desemejantes, y que, en fin, la experien-cia está enseñando todos los días que un hombrededicado a dos clases de estudios resulta sobresa-liente, en la una y quizá muy mediano en la otra;que en aquélla piensa con admirable penetración ydiscernimiento, mientras en ésta no se eleva sobremiserables vulgaridades.

Hay verdades matemáticas, verdades físi-cas, verdades ideológicas, verdades metafísicas;las hay morales, religiosas, políticas; las hay litera-rias e históricas; las hay de razón pura y otras en

Page 129: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que se mezclan por necesidad la imaginación y elsentirniento; las hay meramente especulativas, y lashay que por necesidad se refieren a la práctica; lashay que sólo se conocen por raciocinio; las hay quese ven por intuición y las hay de que sólo nos infor-mamos por la experiencia; en fin, son tan variadaslas clases en que podrían distribuirse, que fueradifícil reducirlas a guarismos.

§ III

Los sabios resucitadas

El lector palpará el fundamento de lo queacabo de exponer, y se desentenderá en adelantede las frívolas objeciones que pudiera presentar elespíritu de sutileza y cavilación, asistiendo a la es-cena que voy a ofrecerle, en la cual encontrará re-tratada al vivo la naturaleza de las cosas, y explica-da y demostrada a un mismo tiempo la importanteverdad que deseo inculcarle.

Ya supongo reunidos en un vasto estable-cimiento un gran número de hombres célebres, losque, resucitados tal como eran en vida, con losmismos talentos e inclinaciones, pasan algunos díasencerrados allí, bien que con amplia libertad deocuparse cada cual en lo que fuere de su agrado.

Page 130: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La mansión está preparada como tales huéspedesse merecen; un riquísimo archivo, una inmensabiblioteca, un museo donde se hallan reunidas lasmayores maravillas de la naturaleza y del arte; es-paciosos jardines adornados con todo linaje deplantas; largas hileras de jaulas donde rugen, bra-man, aúllan, silban se revuelven, se agitan todos losanimales de Europa, Asia, África y América. Allíestán Gonzalo de Córdoba, Cisneros, Richelieu,Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Napoleón, Tasso,Milton, Boileau, Corneille, Racine, Lope de Vega,Calderón, Molière, Bossuet, Massillon, Bourdaloue,Descartes, Malebranche, Erasmo, Luis Vives, Mabi-llon, Vieta, Fermat, Bacon, Keplero, Galileo, Pascal,Newton, Leibnitz, Miguel Angel, Rafael, Linneo,Buffon y otros que han transmitido a la posteridadsu nombre inmortal.

Dejadlos hasta que se hayan hecho cargode la distribución de las piezas y cada cual hayapodido entregarse a los impulsos de su inclinaciónfavorita. El gran Gonzalo leerá con preferencia lashazañas de Escipión en España, desbaratando asus enemigos con su estrategia, aterrándolos consu valor y atrayéndose el ánimo de los naturalescon su gallarda apostura y conducta generosa. Na-poleón se ocupará en el paso de los Alpes por Aní-

Page 131: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bal, en las batallas de Cannas y Trasimeno; se in-dignará al ver a César vacilante a la orilla del Ru-bicón; golpeará la mesa con entusiasmo al mirarlecuál marcha sobre Roma, vence en Farsalia, sojuz-ga al África y se reviste de la dictadura. Tasso yMilton tendrán en sus manos la Biblia, Homero yVirgilio; Corneille y Racine, a Sófocles y Eurípides;Molière, a Aristófanes, Lope de Vega y Calderón;Boileau, a Horacio; Boasuet, Massillon y Bourda-loue, a San Juan Crisóstomo, San Agustín, SanBernardo; mientras Erasmo, Luis Vives y Mabillonestarán revolviendo el archivo, andando a caza depolvorientos manuscritos para completar un textotruncado, aclarar una frase dudosa, enmendar unaexpresión incorrecta o resolver un punto de crítica.Entretanto, sus ilustres compañeros se habránacomodado conforme a su gusto respectivo. Quiénestará con el telescopio en la mano, quién con elmicroscopio, quién con otros instrumentos; al pasoque algunos, inclinados sobre un papel cubierto designos, letras y figuras geométricas, estarán absor-tos en la resolución de los problemas más abstru-sos. No estarán ociosos los maquinistas, ni los artis-tas, ni los naturalistas; y bien se deja entender, queencontraremos a Buffon junto a las verjas de unajaula, a Linneo en el jardín, a Whatt examinando los

Page 132: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

modelos de maquinaria y a Rafael y a Miguel Angelen las galerías de cuadros y estatuas.

Todos pensarán, todos juzgarán, y sin dudaque sus pensamientos serán preciosos y sus fallosrespetables; y, sin embargo, estos hombres no seentenderían unos a otros si se hablasen los de pro-fesiones diferentes; si trocáis los papeles, será po-sible que de una sociedad de ingenios hagáis unareunión de capacidades vulgares, que tal vez lleguea ser divertida con los disparates de insensatos.

¿Veis a ese, cuyos ojos centellean, que seagita en un asiento, da recias palmadas sobre lamesa y al fin se deja caer el libro de la mano, ex-clamando: «Bien, muy bien, magnifico...»? ¿Notáisaquel otro que tiene delante de él un libro cerrado yque, con los brazos cruzados sobre el pecho, losojos fijos y la frente contraída y torva, manifiestaque está sumido en meditación profunda, y que alfin vuelve de repente en sí y se levanta diciendo:«Evidente, exacto, no puede ser de otra mane-ra...»? Pues el uno es Boileau, que lee un trozoescogido de la carta a los Pisones, o de las Sátiras,y que, a pesar de saberlo de memoria, lo encuentratodavía nuevo, sorprendente, y no puede contenerlos impulsos de su entusiasmo; el otro es Descar-

Page 133: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tes, que medita sobre los colores, y resuelve que noson más que una sensación. Aproximadlos ahora yhaced que se comuniquen sus pensamientos; Des-cartes tendrá a Boileau por frívolo, pues que tanto leafecta una imagen bella y oportuna o una expresiónenérgica y concisa, y Boileau se desquitará, a suvez, sonriéndose desdeñosamente del filósofo, cuyadoctrina choca con el sentido común y tiende a des-encantar la Naturaleza.

Rafael contempla extasiado un cuadro anti-guo de raro mérito; en la escena, el sol se ha ocul-tado en el ocaso, las sombras van cubriendo la tie-rra, descúbrese en el firmamento el cuadrante de laluna y algunas estrellas que brillan como antorchasen la inmensidad de los cielos. Descuella en el gru-po una figura que, con los ojos clavados en el astrode la noche y con ademán dolorido y suplicante,diríase que le cuenta sus penas y le conjura que ledé auxilio en tremenda cuita. Entretanto, acierta apasar por allí un personaje que anda meditabundode una parte a otra, y reparando en la luna y estre-llas y en la actitud de la mujer que las mira, se de-tiene y articula entre dientes no sé qué cosas sobreparalaje, planos que pasan por el ojo del especta-dor, semidiámetros terrestres, tangentes a la órbita,focos de la elipse y otras cosas por este tenor, que

Page 134: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

distraen a Rafael y le hacen marchar a grandespasos hacia otro lado, maldiciendo al bárbaro astró-nomo y a su astronomía.

Allí está Mabillon con un viejo pergamino,calándose mil veces los anteojos, y ora tomando laluz en una dirección, ora en otra, por si puede sacaren limpio una línea medio borrada, donde sospechaque ha de encontrar lo que busca, y mientras elbuen monje se halla atareado en su faena, se lellega un naturalista rogándole que disimule, y, ar-mando su microscopio, se pone a observar si des-cubre en el pergamino algunos huevos de polilla. Elpobre Linneo tenía recojidas unas florecitas y lasestaba distribuyendo cuando pasan por allí Tasso yMilton recitando en alta y sentida voz un soberbiopasaje, y no advierten que lo echan todo a rodar yque con una pisada destruyen el trabajo de muchashoras.

En fin, aquellos hombres acabaron por noentenderse, y fue preciso encerrarlos de nuevo ensus tumbas para que no se desacreditasen y noperdiesen sus títulos a la inmortalidad.

Lo que veía el uno no acertaba a verlo elotro; aquél reputaba: a éste por estúpido y éste, asu vez, le pagaba con la misma moneda. Lo que el

Page 135: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

uno apreciaba con admirable tino, el otro lo juzgabadisparatado; lo que uno miraba como inestimabletesoro, considerábalo el otro cual miserable bagate-la. Y esto, ¿por qué? ¿Cómo es que grandes pen-sadores discuerden hasta tal punto? ¿Cómo es quelas verdades no se presentan a los ojos de todos deuna misma manera? Es que estas verdades son deespecies muy diferentes; es que el compás y laregla no sirven para apreciar lo que afecta al co-razón; es que los sentimientos nada valen en elcálculo y en la geometría; es que las abstraccionesmetafísicas nada tienen que ver con las cienciassociales; es que la verdad pertenece a órdenes tandiferentes cuanto lo son las naturalezas de las co-sas, porque la verdad es la misma realidad.

El empeño de pensar sobre todos los obje-tos de un mismo modo es abundante manantial deerrores; es trastornar las facultades humanas; estransferir a unas lo que es propio exclusivamente deotras. Hasta los hombres más privilegiados, a quie-nes el Criador ha dotado de una comprensión uni-versal, no podrán ejercerla cual conviene si cuandose ocupan de uña materia no se despojan, en ciertomodo, de sí mismos para hacer obrar las facultadesque mejor se adaptan al objeto de que se trata(12)

Page 136: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XIII

La buena percepción

§ I

La idea

Percibir con claridad, exactitud y viveza,juzgar con verdad, discurrir con rigor y solidez, heaquí las tres dotes de un pensador; examinémoslaspor separado, emitiendo sobre cada una de ellasalgunas observaciones.

¿Qué es una idea? No nos proponemos in-vestigarlo aquí. ¿Qué es la percepción en su rigorideológico? Tampoco es éste el blanco de nuestrastareas, ni conduciría al fin que deseamos. Bastará,pues, decir, en lenguaje común, que percepción esaquel acto interior con el cual nos hacemos cargode un objeto; siendo la idea aquella imagen, repre-sentación o lo que se quiera, que sirve como depábulo a la percepción. Así percibimos el círculo, laelipse, la tangente a una de estas curvas; percibi-mos la resultante de un sistema de fuerzas, la razóninversa de éstas en los brazos de una palanca, lagravitación de los cuerpos, la ley de aceleración ensu descenso, el equilibrio de los fluidos; percibimosla contradicción del ser y no ser a un mismo tiempo,

Page 137: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la diferencia entre lo esencial y accidental de losseres; percibimos los principios de la moral; perci-bimos nuestra existencia y la de un mundo que nosrodea; percibimos una belleza o un defecto en unpoema o en un cuadro; percibimos la sencillez ocomplicación de un negocio, los medios fáciles oarduos para llevarle a cabo; percibimos la impresiónagradable o desagradable que hace en nuestrossemejantes tal o cual palabra, gesto o suceso; enbreve, percibimos todo aquello de que se hace car-go nuestro espíritu y aquello que en lo interior nosparece que nos sirve de espejo para ver el objeto;aquello que ora está presente a nuestro entendi-miento, ora se retira o se adormece, aguardandoque otra ocasión lo despierte o que nosotros lo lla-memos para volverse a presentar; aquello que nosabemos lo que es, pero cuya existencia no nos esdable poner en duda, aquello se llama idea.

Poco nos importan aquí las opiniones de losideólogos; por cierto que para pensar bien no esnecesario saber si la idea es distinta de la percep-ción o no, si es la sensación transformada o no, ni sinos ha venido por este o aquel conducto o si latenemos innata o adquirida. Para la resolución detodas estas cuestiones, sobre las cuales se ha dis-putado siempre, y se disputará en adelante, se ne-

Page 138: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cesitan actos reflejos que no puede hacer quien nose ocupa de ideología, so pena de distraerse en sutarea y embarazar y extraviar lastimosamente supensamiento. Quien piensa no puede estar conti-nuamente pensando qué piensa y cómo piensa; deotra suerte, el objeto de su entendimiento se cam-biará, y en vez de ocuparse de lo que debe se ocu-pará de sí mismo.

§ II

Regla para percibir bien

Percibiremos con claridad y viveza si nosacostumbramos a estar atentos a lo que se nosofrece (Cap. II), y si además hemos procurado ad-quirir el necesario tino para desplegar en cada casolas facultades que se adaptan al objeto presente.

¿Se me da una definición matemática? Na-dad de vaguedad, nada de abstracciones, nada defantástico o sentimental, nada del mundo en sucomplicación y variedad; en este caso he de valer-me de la imaginación no más que como del encera-do donde trazo los signos y las figuras, y del enten-dimiento como del ojo para mirar. Aclararé la reglaproponiendo un ejemplo de los más sencillos: unade las definiciones elementales de la geometría.

Page 139: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La circunferencia es una línea curva reen-trante cuyos puntos distan igualmente todos de unoque se llama centro. Por lo pronto, es evidente queno se trata aquí ni de la circunferencia tal comosuele tomarse en sentido metáforico cuando se laaplica a objetos no geométriros, ni en un sentidolato y grosero, como en los casos en que no senecesita precisión y rigor; debo, pues, considerar ladefinición dada como la expresión de un objeto deorden ideal al cual se aproximará más o menos larealidad.

Pero como las figuras geométricas se so-meten a la vista y a la imaginación, me valdré deuna de éstas, y si es posible de ambas, para repre-sentarme aquello que quiero concebir. Trazada lafigura en el encerado, o en la imaginación, veo oimagino una circunferencia; pero ¿esto me bastapara comprender bien su naturaleza? No. El hombremás rudo la ve e imagina tan perfectamente como elmás cumplido matemático, y no sabe darse cuentaa sí mismo de lo que es una circunferencia. Luegola vista o la imaginacíón de la figura no son suficien-tes para la idea geométrica completa. Además, quesi no necesitara otra cosa, el gato que, acurrucadoen una silla, está contemplando atentamente unacurva que su amo acaba de trazar, y que sin duda la

Page 140: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ve también como éste y la imagina cuando cierra losojos, tendría de la misma una idea igualmente per-fecta que Newton o Lagrange.

¿Qué se necesita, pues, para que haya unapercepción intelectual? Que se conozca el conjuntode condiciones de las cuales no puede faltar ningu-na sin que desaparezca la curva. Esto es lo explica-do por la definición; y para que la percepción seacabal, deberé hacerme cargo de cada una de di-chas condiciones, y su conjunto formará en mi en-tendimiento la idea de la curva.

Quien se haya ocupado en la enseñanzahabrá podido observar la diferencia que acabo deseñalar. Vista una circunferencia y la manera detrazarla con el compás, el alumno más torpe la re-conoce donde quiera que se le presente, y la des-cribe sin equivocarse. En esto no cabe diferenciaentre los talentos; pero viene el definir la curva,señalando las condiciones que la forman, y enton-ces se palpa lo que va de la imaginación al enten-dimiento, entonces se conoce ya al joven negado, almedianamente capaz, al sobresaliente.

-¿Qué es la circunferencia? -preguntáis alprimero.

Page 141: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-Es esto que acabo de trazar.

-Pero, bien, ¿en qué consiste? ¿Cuál es lanaturaleza de esta línea? ¿En qué se diferencia dela recta que explicamos ayer? ¿Son lo mismo la unaque la otra?

-¡Oh, no! Esta es así..., redonda..., aquí hayun punto...

-¿Se acuerda usted de la definición que dael autor?

-Sí, señor; la circunferencia es una líneacurva reentrante, cuyos puntos distan igualmentetodos de uno que se llama centro.

-¿Por qué la llamamos curva?

-Porque no tiene sus puntos en una mismadirección.

-¿Por qué reentrante?

-Porque vuelve o entra en sí misma.

-Si no fuese reentrante, ¿sería circunferen-cia?

-Sí, señor.

Page 142: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-¿No acaba usted de decirnos que ha deserlo?

-¡Ah! Sí, señor.

-¿Por qué, en no siendo reentrante, ya nosería circunferencia?

-Porque... la circunferencia... porque...

En fin, cansado de esperar y de explicar,llamáis a otro, que os da la definición, que os expli-ca los términos, pero que ahora se os deja la pala-bra curva, ahora la igualmente; que si le obligáis auna atención más perfecta, se hace cargo de lo quele decís, lo repite muy bien, pero que a poco tieneotro olvido o equivocación, dando a entender que nose ha formado todavía idea cabal, que no se dacumplida razón a sí mismo del conjunto de condi-ciones necesarias para formar una circunferencia.

Llegáis, por fin, a un alumno de entendi-miento claro y sobresaliente: traza la figura con máso menos desembarazo, según su mayor o menoragilidad natural, recita más o menos rápidamentelas definiciones, según la velocidad de la lengua;pero llamadle al análisis, y notaréis, desde luego, laclaridad y precisión de sus ideas, la exactitud y con-

Page 143: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cisión de sus palabras, la oportunidad y tino de lasaplicaciones.

-En la definición, ¿podríamos omitir la pala-bra línea?

-Como aquí ya hemos advertido que sólotratamos de línea, se daría por sobrentendida; peroen rigor no, porque al decir curva podríase dudar sihablamos de superficies.

-Y expresando línea, ¿podríamos omitir cur-va?

-Me parece que sí..., porque añadimos re-entrante, ya excluimos la recta, que no puede serlo,y además la recta tampoco puede tener todos suspuntos igualmente distantes de uno.

-Y la palabra reentrante, ¿no la pudiéramospasar por alto?

-No, señor; porque si la curva no vuelve so-bre sí misma ya no será una circunferencia; así, porejemplo, si en ésta borro la parte A B, ya no mequeda una circunferencia, sino un arco.

-Pero, añadiendo lo demás, de que todoslos puntos han de distar igualmente de uno que se

Page 144: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

llama centro, bien parece que se sobrentiende queserá reentrante...

-No, señor; porque en el arco que tenemosa la vista hay la equidistancia, y, sin embargo, no esreentrante.

-¿Y la palabra igualmente?

-Es indispensable; de otro modo sería nodecir nada; porque una recta también tiene todossus puntos distantes de uno que no se halle en ella;y además una curva que trazo a la ventura, rasgue-ando así... sobre el encerado, tiene también todossus puntos distantes de otro cualquiera, como A...,que señalo fuera de ella.

He aquí una percepción clara, exacta, ca-bal, que nada deja que desear, que deja satisfechoal que habla y al que oye.

Acabamos de asistir al análisis de una ideageométrica y de señalar la diferencia entre sus gra-dos de claridad y exactitud; veamos ahora una ideaartística, y tratamos de determinar su mayor o me-nar perfección. En ambos casos hay percepción deuna verdad; en ambos casos se necesita atención,aplicación de las facultades del alma; pero con elejemplo que sigue palparemos que lo que en el uno

Page 145: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

daña en el otro favorece, y viceversa, y que las cla-sificaciones y distinciones que en el primero eranindicio de disposiciones felices, son en el segundouna prueba de que el disertante se ha equivocado alelegir su carrera.

Dos jóvenes que acaban de salir de la es-cuela de retórica; que recuerdan perfectamentecuanto en ella se les ha enseñado; que serían ca-paces de decorar los libros de texto de un cabo aotro; que responden con prontitud a las preguntasque se les hacen sobre tropos, figuras, clases decomposición, etc., etc., y que, en fin, han desempe-ñado los exámenes a cumplida satisfacción de pa-dres y maestros, obteniendo ambos la nota de so-bresaliente por haber contestado con igual desem-barazo y lucimiento, de manera que no era dableencontrar entre los dos ninguna diferencia, estánrepasando las materias en tiempo de vacaciones, ycabalmente leen un magnífico pasaje oratorio opoético.

Camilo vuelve una y otra vez sobre las ad-mirables páginas, y ora derrama lágrimas de ternu-ra, ora centellea en sus ojos el más vivo entusias-mo.

Page 146: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-¡Esto es inimitable -exclama-; es imposibleleerlo sin conmoverse profundamente! ¡Qué bellezade imágenes, qué fuego, qué delicadeza de senti-mientos, qué propiedad de expresión, qué inexpli-cable enlace de concisión y abundancia, de regula-ridad y lozanía!

-¡Oh!, sí -le contesta Eustaquio-; esto esmuy hermoso; ya nos lo habían dicho en la escuela;y si lo observas, verás que todo está ajustado a lasreglas del arte.

Camilo percibe lo que hay en el pasaje.Eustaquio, no; y, sin embargo, aquél discurre poco,apenas analiza, sólo pronuncia algunas palabrasentrecortadas, mientras éste diserta a fuer de buenretórico. El uno ve la verdad; el otro, no; ¿y porqué? Porque la vezdad en este lugar es un conjuntode relaciones entre el entendimiento, la fantasía y elcorazón; es necesario desplegar a la vez todas es-tas facultades aplicándolas al objeto con naturali-dad, sin violencia ni tortura, sin distraerlas con elrecuerdo de esta o aquella regla, quedando el análi-sis razonado y crítico para cuando se haya sentidoel mérito del pasaje. Enredarse en discursos, traer acolación este o aquel precepto antes de habersehecho cargo del escogido trozo, antes de haberle

Page 147: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

percibido, es maniatar, por decirlo así, el alma, nodejándole expedita más que una facultad, cuandolas necesita todas.

§ III

Escollo del análisis

Hasta en las materias donde no entran paranada la imaginación y el sentimiento conviene guar-darse de la manía de poner en prensa el espírituobligándole a sujetarse a un método determinadocuando o por su carácter peculiar o por los objetosde que se ocupa requiere libertad y desahogo. Nopuede negarse que el análisis, o sea la descompo-sición de las ideas, sirve admirablemente en mu-chos casos para darles claridad y precisión; pero esmenester no olvidar que la mayor parte de los seresson un conjunto, y que el mejor modo de percibirloses ver de una sola ojeada las partes y relacionesque le constituyen. Una máquina desmontada pre-senta con más distinción y minuciosidad las piezasde que está compuesta; pero no se comprende tanbien el destino de ellas hasta que, colocadas en sulugar, se ve cómo cada una contribuye al movimien-to total. A fuerza de descomponer, prescindir y ana-lizar, Condillac y sus secuaces no hallan en el hom-bre otra cosa que sensaciones; por el camino

Page 148: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

opuesto, Descartes y Malebranche apenas encon-traban más que ideas puras, un refinado espiritua-lismo; Condillac pretende dar razón de los fenóme-nos, del alma, principiando por un hecho tan sencillocomo es el acercar una rosa a la nariz de su hom-bre-estatua, privado de todos los sentidos, exceptoel olfato; Malebranche busca afanoso un sistemapara explicar lo mismo, y, no encontrándole en lascriaturas, recurre nada menos que a la esencia deDios.

En el trato ordinario vemos a menudo labo-riosos razonadores que conducen su discurso concierta apariencia de rigor y exactitud, y que, guiadospor el hilo engañoso, van a parar a un solemnedislate. Examinando la causa, notaremos que estoprocede de que no miran el objeto sino por unacara. No les falta análisis; tan pronto como una cosacae en sus manos la descomponen; pero tienen ladesgracia de descuidar algunas partes, y si piensanen todas, no recuerdan que se han hecho para estarunidas, que están destinadas a tener estrechasrelaciones, y que si estas relaciones se arrumban, elmayor prodigio podrá convertirse en descabelladamonstruosidad.

§ IV

Page 149: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El tintorero y el filósofo

Un hábil tintorero estaba en su laboratorioocupado en las tareas de su profesión. Acertó aentrar un observador minucioso, razonador muyanalítico, y entabló desde luego discusión sobre lostintes y sus efectos, proponiéndose nada menosque convencer al tintorero de que iba a echar aperder las preciosas telas a que se aplicarían suscomposiciones. A la verdad, la cosa presentaba malaspecto, y el crítico no dejaba de apoyarse en re-flexiones especiosas. Aquí se veía una serie decazuelas con líquidos negruzcos, cenicientos, par-duscos, ninguno de buen color, todos de mal olor;allí unos pedacitos de goma pegajosa, desagrada-ble a la vista; enormes calderas estaban hirviendo,donde se revolvían trozos de madera en bruto, enlas cuales iban echando unas hojas secas, que, alparecer, sólo podían servir para tirar a la calle. Eltintorero estaba machacando en un mortero cien ycien materias que andaba sacando ora de un pote,ora de una marmita, ora de un saquillo; y revolvién-dolo todo, y pasándolo de una cazuela a otra, yechando ora acá, ora acullá, cucharadas de líquidosque apestaban y de cuyo contacto era preciso guar-dar el cutis porque lo roían más que el fuego, seaprestaba a vaciar los ingredientes en diferentes

Page 150: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

calderas y sepultar en aquella inmundicia grannúmero de materias y manufacturas de inestimablevalor.

-Esto se va a desperdiciar todo -decía elanalítico-. En esta cavuela hay el ingrediente A,que, como usted sabe, es extremadamente cáusticoy que, además, da un color muy feo. En esta otrahay la goma B, excelente para manchar, y cuyasseñales no se quitan sino con muchísimo trabajo.En esta caldera hay el palo C, que podría servirpara dar un color grosero y común, pero que noalcanzo cómo ha de producir nada exquisito. En unapalabra: examinando todo por separado, encuentroque usted emplea ingredientes contrarios a lo queusted se propone, y desde ahora doy por seguroque, en vez de sacar nada conforme a las bellísi-mas muestras que tiene usted en el despacho, va asufrir una pérdida de consideración en su fama eintereses.

-Todo es posible, señor filósofo -decía el in-exorable tintorero, tomando en sus manos las pre-ciosas, materias y ricas manufacturas y sumergién-dolas sin compasión en las sucias y pestilentescalderas-; todo es posible, pero para dar fin a la

Page 151: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

discusión déjese usted ver por aquí dentro de pocosdías.

El filósofo volvió, en efecto, y el tintorerodesvaneció todas las objeciones, desplegando asus ojos las telas que por rigurosa. demostracióndebían estar malbaratadas. ¡Qué sorpresa! ¡Quéhumillación para el analítico! Unas mostraban finí-sima grana; otras, delirado verde; otras, hermosoazul; otras, exquisito naranjado; otras, subido negro,otras, un blanco ligeramente cubierto con variadocolor; otras ostentaban riquísimos jaspes dondecampeaban a un tiempo la belleza y el capricho. Losmatices eran innumerables y encantadores, manu-facturas limpias, tersas, brillantes como si hubieranestado cubiertas con cristales sin sufrir el contactode la mano del hombre. El filósofo se marchó confu-so y cabizbajo, diciendo para sí: «No es lo mismosaber lo que es una cosa por sí sola, o lo que puedeser en combinación con otras; en adelante no mecontentaré con descomponer y separar; que tam-bién hace prodigios el componer y reunir; testigo, eltintorero.»

§ V

Objetos vistos por una sola cara

Page 152: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Entendimientos por otra parte muy claros yperspicaces se echan a perder lastimosamente porel prurito de desenvolver una serie de ideas que, norepresentando el objeto sino por un lado, acabanpor conducir a resultados extravagantes. De aquí esque con la razón todo se prueba y todo se impugna;y a veces un hombre que tiene evidentemente laverdad de su parte se halla precisado a encastillar-se en las convicciones y resistir con las armas, delbuen sentido y cordura los ataques de un sofistaque se abre paso por todas las hendiduras y seescurre al través de lo más sólido y compacto, comofiltrándose por los poros. La misma sobreabundan-cia de ingenio produce este defecto, como las per-sonas demasiado ágiles y briosas se mantienendifícilmente en un paso mesurado y grave.

§ VI

Inconvenientes de una percepción dema-siado rápida

Es calidad preciosa la rapidez de la percep-ción; pero conviene estar prevenido contra su efectoordinario, que es la inexactitud. Sucédeles con fre-cuencia a los que perciben con mucha presteza nohacer más que desflorar el objeto; son como lasgolondrinas, que, deslizándose velozmente sobre la

Page 153: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

superficie de un estanque, sólo pueden recoger losinsectos que sobrenadan, mientras otras aves quese sumergen enteramente o posan sobre el agua, ycon pico calan muy adentro, hacen servir a su ali-mento hasta lo que se oculta en el fondo.

El contacto de estos hombres es peligroso,porque sea que hablen, sea que escriban, suelendistinguirse por una facilidad encantadora; y, lo quees todavía peor, comunican a todo lo que tratancierta apariencia de método, claridad y precisiónque alucina y seduce. En la ciencia se dan a cono-cer por sus principios claros, sus aplicaciones feli-ces. Caracteres que no pueden menos de acompa-ñar el talento de concepción profunda y cabal; peroque, imitados por otro de menos aventajadas par-tes, sólo indican, a veces, superficialidad y ligereza,como brilla limpia y transparente el agua poco pro-funda regalando la vista con sus arenas de oro(13).

Page 154: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XIV

El juicio

Qué es el juicio. -Manantiales de error

Para juzgar bien conduce poco el saber si eljuicio es un acto distinto de la percepción o si con-siste simplemente en percibir la relación de dosideas. Prescindiré, pues, de estas cuestiones, y sóloadvertiré que, cuando interiormente decimos queuna cosa es o no es, o que es o no es de esta o deaquella manera, entonces hacemos un juicio. Así loentiende el uso común; y para lo que nos propone-mos, esto nos basta.

La falsedad del juicio depende muchas ve-ces de la mala percepción; así, lo que vamos a de-cir, aunque directamente encaminado al modo dejuzgar bien, conduce no poco a percibir bien.

La proposición es la expresión del juicio.

Los falsos axiomas, las proposiciones de-masiado generales, las definiciones inexactas, laspalabras sin definir, las suposiciones gratuitas, laspreocupaciones en favor de una doctrina son abun-dantes manantiales de percepciones equivocadas oincompletas y de juicios errados.

Page 155: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ II

Axiomas falsos Toda ciencia ha menesterun punto de apoyo, y quien se encarga de profesar-la busca con tanto cuidado este punto como el ar-quitecto asienta el fundamento sobre el cual ha delevantar el edificio. Desgraciadamente, no siemprese encuentra lo que se necesita, y el hombre esdemasiado impaciente para aguardar que los siglosque él no ha de ver proporcionen a las generacio-nes futuras el descubrimiento deseado. Si no en-cuentra, finge; en vez de construir sobre la realidad,edifica sobre las creacioncs de su pensamiento. Afuerza de cavilar y autilizar llega hasta el punto dealucinarse a sí mismo, y lo que al principio fuera unpensamiento vago, sin estabilidad ni consistencia,se convierte en verdad inconcusa. Las excepcionesembarazarían demasiado; lo más sencillo es asen-tar una proposición universal: he aquí el axioma.Vendrán luego numerosos casos que no se com-prenden en él, nada importa: con este objeto sehalla concebido en términos generales y confusos oininteligibles para que, interpretándose de mil mane-ras diferentes, sufra en su fondo todas las excep-ciones que se quiera sin perder nada de su presti-giosa reputación. Entretanto, el axioma sirve admi-rablemente para cimentar un raciocinio extravagan-

Page 156: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

te, dar peso a un juicio disparatado o desvaneceruna dificultad apremiadora, y cuando se ofrecen alespíritu dudas sobre la verdad de lo que se defien-de, cuando se teme que el edificio no venga al suelocon fragorosa ruina, se dice a sí mismo el espíritu:«No, no hay peligro; el cimiento es firme, es unaxioma, y un axioma es un principio de eterna ver-dad.»

Para merecer este nombre es menester quela proposición sea tan patente al espíritu como loson al ojo los objetos que miramos presentes a ladebida distancia y en medio del día. En no dejandoal entendimiento enteramente convencido desdeque se le ofrece, y una vez comprendido el signifi-cado de los términos con que se le anuncia, nodebe ser admitido en esta clase. Viciadas las ideaspor un axioma falso, vense todas las cosas muydiferentes de lo que son en sí, y los errores sontanto más peligrosos cuanto el entendimiento des-cansa en más engañosa seguridad.

§ III

Proposiciones demasiado generales

Si nos fuese conocida la esencia de las co-sas podríamos asentar con respecto a ella proposi-

Page 157: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ciones universales, sin ningún género de excepción,porque siendo la esencia la misma en todos losseres de una misina especie, claro es que lo que deluno afirmásemos sería igualmente aplicable a to-dos. Pero como de lo tocante a dicha esencia cono-cemos poco y de una manera imperfecta, y muchasveces nada, es de ahí que por lo común no es posi-ble hablar de los seres sino con relación a las pro-piedades que están a nuestro alcance y de las quea menudo no discernimos si están radicadas en laesencia de la cosa o si son puramente accidentales.Las proposiciones generales se resienten de estedefecto, pues como expresan lo que nosotros con-cebimos y juzgamos, no pueden extenderse sino alo que nuestro espíritu ha conocido. De donde resul-ta que sufren mil excepciones que no preveíamos, ytal vez descubrimos que se había tomado por reglalo que no era más que excepción. Esto sucede aunsuponiendo mucho trabajo de parte de quien esta-blece la proposición general; ¿qué será si atende-mos a la ligereza con que se las suele formar y emi-tir?

§ IV

Las definiciones inexactas

Page 158: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

De éstas puede decirse casi lo mismo quede los axiomas, pues que sirven de luz para dirigir lapercepción y el juicio y de punto de apoyo paraafianzar el raciocinio. Es sobremanera difícil unabuena definición, y en muchos casos imposible. Larazón es obvia; la definición explica la esencia de lacosa definida; y ¿cómo se explica lo que no se co-noce? A pesar de tamaño inconveniente, existe entodas las ciencias una muchedumbre de definicio-nes que pasan cual moneda de buena ley, y al biensucede con frecuencia que se levantan los autorescontra las definiciones de otros, ellos, a su vez,cuidan de reemplazarlas con las suyas, las quehacen circular por toda la obra tomándolas por baseen sus discursos. Si la definición ha de ser la expli-cación de la esencia de la cosa, y el conocer estaesencia es negocio tan difícil, ¿por qué se llevatanta prisa en definir? El blanco de las investigacio-nes es el conocimiento de la naturaleza de los se-res; la proposición, pues, en que se explicase estanaturaleza, es decir, la definición, debiera ser laúltima que emitiese el autor. En la definición está laecuación que presenta despejada, la incógnita, y enla resolución de los problemas esta ecuación es laúltima.

Page 159: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Lo que nosotros podemos definir muy bienes lo puramente convencional, porque la naturalezadel ser convencional es aquella que nosotros mis-mos le damos por los motivos que bien nos pare-cen. Así, ya que no es posible en muchos casosdefinir la cosa, al menos debiéramos fijar bien loque entendemos cuando hablamos de ella, o, enotros términos, deberíamos definir la palabra conque pretendemos expresar la cosa. Yo no sé lo quees el sol, no conozco su naturaleza, y, por tanto, sime preguntan su definición no podré darla. Pero sémuy bien a qué me refiero cuando pronuncio la pa-labra sol, y así me será fácil explicar lo que con ellasignifico. ¿Qué es el sol? No lo sé. ¿Qué entiendeusted por la palabra sol? Ese astro cuya presencianos trae el día y cuya desaparición produce la no-che. Esto me lleva, naturalmente, a las palabras maldefinidas.

§ V

Palabras mal definidas. -Examen de la pa-labra «igualdad»

En la apariencia, nada más fácil que definiruna palabra, porque es muy natural que quien laemplea sepa lo que se dice, y, de consiguiente,pueda explicarlo. Pero la experiencia enseña no ser

Page 160: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

así y que son muy pocos los capaces de fijar elsentido de las voces que usan. Semejante confu-sión nace de la que reina en las ideas y a su vezcontribuye a aumentarla. Oiréis a cada paso unadisputa acalorada en que los contrincantes mani-fiestan quizá ingenio nada común; dejadlos que dencien vueltas al objeto, que se acometan y rechacenuna y mil veces, como enemigos en sangrienta ba-talla; entonces, si os queréis atravesar de mediadory hacer palpable la sinrazón de ambos, tornad lapalabra que expresa el objeto capital de la cuestióny preguntad a cada uno: «¿Qué entiende usted poresto?» «¿Qué sentido da usted a esta palabra?» Osacontecerá con frecuencia que los dos adversariosse quedarán sin saber qué responderos, o, pronun-ciando algunas expresiones vagas, inconexas, ma-nifestando bien a las claras que los habéis salido deimproviso, que no esperaban el ataque por aquelflanco, siendo quizá aquella la primera vez que seocupan, mal de su grado, en darse cuenta a sí mis-mos del sentido de una palabra que en un cuarto dehora han empleado centenares de veces y de queestaban haciendo infinitas aplicaciones. Pero supo-ned que esto no acontece y que cada cual da confacilidad y presteza la explicación pedida: estadseguro que el uno no aceptará la definición del otro,

Page 161: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

y que la discordancia que antes versaba, o parecíaversar, sobre el fondo de la cuestión se trasladaráde repente al nuevo terreno, entablándose disputasobre el sentido de la palabra. He dicho o parecíaversar porque si bien se ha observado el giro de ladiscusión, se habrá echado de ver que bajo el nom-bre de la cosa se ocultaba con frecuencia el signifi-cado de la palabra.

Hay ciertas voces que, expresando una ideageneral aplicable a muchos y muy diferentes objetosy en los sentidos más varios, parecen inventadasadrede para confundir. Todos las emplean, todos sedan cuenta a sí mismos de lo que significan, perocada cual a su modo, resultando una algarabía quelastima a los buenos pensadores.

«La igualdad de los hombres -dirá un de-clamador- es una ley establecida por el mismo Dios.Todos nacemos llorando, todos morimos suspiran-do; la Naturaleza no hace diferencia entre pobres yricos, plebeyos y nobles, y la religión nos enseñaque todos tenemos un mismo origen y un mismodestino. La igualdad es obra de Dios; la desigualdades obra del hombre; sólo la maldad ha podido intro-ducir en el mundo esas horribles desigualdades deque es víctima el linaje humano; sólo la ignorancia y

Page 162: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la ausencia del sentimiento de la propia dignidadhan podido tolerarlas.» Esas palabras no suenanmal al oído del orgullo, y no puede negarse que hayen ellas algo de especioso. Ese hombre dice errorescapitales y verdades palmarias; confunde aquélloscon éstas, y su discurso, seductor para los incautos,presenta a los ojos de un buen pensador una alga-rabía ridícula. ¿Cuál es la causa? Toma la palabraigualdad en sentidos muy diferentes, la aplica aobjetos que distan tanto como cielo y tierra y pasa auna deducción general con entera seguridad, comosi no hubiese riesgo de equivocación.

¿Queremos reducir a polvo cuanto acabade decir? He aquí cómo debemos hacerlo.

-¿Qué entiende usted por igualdad?

-Igualdad, igualdad..., bien claro está lo quesignifica.

-Sin embargo, no será de más que ustednos lo diga.

-La igualdad está en que el uno no sea nimás ni menos que el otro.

-Pero ya ve usted que esto puede tomarseen sentidos muy varios, porque dos hombres de

Page 163: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

seis pies de estatura serán iguales en ella, peroserá posible que sean muy desiguales en lo demás;por ejemplo: si el uno es barrigudo, como el gober-nador de la ínsula de Barataria, y el otro seco decarnes, como el caballero de la Triste Figura.Además, dos hombres pueden ser iguales o des-iguales en saber, en virtud, en nobleza y en unmillón de cosas más; conque será bien que antesnos pongamos de acuerdo en la acepción que dausted a la palabra igualdad.

-Yo hablo de la igualdad de la naturaleza,de esta igualdad establecida por el mismo Criador,contra cuyas leyes nada pueden los hombres.

-¿Así, no quiere usted decir más sino quepor naturaleza todos somos iguales?

-Cierto.

-Ya; pero yo veo que la naturaleza nos hacea unos robustos a otros endebles; a unos hermosos,a otros feos; a unos ágiles, a otros torpes; a unos deingenio despejado, a otros tontos; a unos nos dainclinaciones pacíficas, a otros violentas; a unos...;pero sería nunca acabar si quisiera enumerar lasdesigualdades que nos vienen de la misma natura-

Page 164: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

leza. ¿Dónde está la igualdad natural de que ustednos habla?

-Pero estas desigualdades no quitan laigualdad de derechos...

-Pasando por alto que usted ha cambiadoya completamente el estado de la cuestión, aban-donando o restringiendo mucho la igualdad de lanaturaleza, también hay sus inconvenientes en esaigualdad de derecho. ¿Le parece a usted si el niñode pocos años tendrá derecho para reñir y castigara su padre?

-Usted finge absurdos...

-No, señor; que esto, y nada menos que es-to, exige la igualdad de derechos; si no es así, de-berá usted decirnos de qué derechos habla, decuáles debe entenderse la igualdad y de cuáles no.

Bien claro es que ahora tratamos de laigualdad social.

-No trataba usted de ella únicamente; bienreciente es el discurso en que hablaba usted engeneral y de la manera más absoluta; sólo que arro-jado de una trinchera se refugia usted en la otra.Pero vamos a la igualdad social. Esto significará

Page 165: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que en la sociedad todos hemos de ser iguales.Ahora pregunto: ¿en qué?, ¿en autoridad? Enton-ces no habrá gobierno posible. ¿En bienes? En-horabuena; dejemos a un lado la justicia y hagamosel repartimiento; al cabo de una hora, de dos juga-dores, el uno habrá aligerado el bolsillo del otro yestarán ya desiguales; pasados algunos días, elindustrioso habrá aumentado su capital; el desidiosohabrá consumido una porción de lo que recibió, ycaeremos en la desigualdad. Vuélvase mil veces alrepartimiento y mil veces se desigualarán las fortu-nas. ¿En consideración? Pero ¿apreciará ustedtanto al hombre honrado como al tunante? ¿Sedepositará igual confianza en éste que en aquél?¿Se encargarán los mismos negocios a Metternichque al más rudo patán? Y aun cuando se quisiese,¿podrían todos hacerlo todo?

-Esto es imposible; pero lo que no es impo-sible es la igualdad ante la ley.

-Nueva retirada, nueva trinchera; vamosallá. La ley dice: el que contravenga sufrirá la multade mil reales, y en caso de insolvencia, diez días decárcel. El rico paga los mil reales y se ríe de su fe-choría; el pobre, que no tiene un maravedí expía su

Page 166: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

falta de rejas adentro. ¿Dónde está la igualdad antela ley?

-Pues yo quitaría esas cosas, y estableceríalas penas de suerte que no resultase nunca estadesigualdad.

-Pero entonces desaparecerían las multas,arbitrio no despreciable para huecos del presupues-to y alivio de gobernantes. Además, voy a demos-trarle a usted que no es posible en ninguna suposi-ción esta pretendida igualdad. Demos que para unatransgresión esté señalada la pena de diez mil re-ales; dos hombres han incurrido en ella, y ambostienen de qué pagar, pero el uno es opulento ban-quero, el otro un modesto artesano. El banquero seburla de los diez mil reales, el artesano queda arrui-nado. ¿Es igual la pena?

-No, por cierto; mas ¿cómo quiera ustedremediarlo?

-De ninguna manera, y esto es, lo que quie-ro persuadirle a usted, de que la desigualdad escosa irremediable. Demos que la pena sea corporal,encontraremos la misma desigualdad. El presidio, laexposición a la vergüenza pública son penas que elhombre falto de educación y del sentimiento de

Page 167: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dignidad sufre con harta indiferencia, sin embargo,un criminal que perteneciese a cierta categoría pre-feriría mil veces la muerte. La pena debe ser apre-ciada no por lo que es en sí, sino por el daño quecausa al paciente y la impresión con que le afecta,pues de otro modo desaparecerían los dos fines delcastigo: la expiación y el escarmiento. Luego unamisma pena, aplicada a criminales de clases dife-rentes, no tiene la igualdad sino en el nombre, en-trañando una desigualdad monstruosa. Confesarécon usted que en estos inconvenientes hay muchode irremediable, pero reconozcamos estas tristesnecesidades y dejémonos de ponderar una igualdadimposible.

La definición de una palabra y el discernirlas diferentes aplicaciones que de ella podríanhacerse nos ha traído la ventaja de reducir a la na-da un especioso sofisma y de demostrar hasta laúltima evidencia que el pomposo orador o propalabaabsurdos o no nos decía nada que no supiésemosde antemano, pues no es mucho descubrimiento elanunciar que todos nacemos y morimos de unamisma manera.

§ VI

Suposiciones gratuitas. -El despeñado

Page 168: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

A falta de un principio general, tomamos aveces un hecho que no tiene más verdad y certezade la que nosotros le otorgamos. ¿De dónde tantossistemas para explicar los fenómenos de la Natura-leza? De una suposición gratuita que el inventor delsistema tuvo a bien asentar como primera piedra deledificio. Los mayores talentos se hallan expuestos aeste peligro siempre que se empeñan en explicar unfenómeno careciendo de datos positivos sobre sunaturaleza y origen. Un efecto puede haber proce-dido de una infinidad de causas, pero no se ha en-contrado la verdad por sólo saber que ha podidoproceder; es necesario demostrar que ha procedido.Si una hipótesis me explica, satisfactoriamente unfenómeno que tengo a la vista podré admirar en ellael ingenio de quien la inventara; pero poco habréadelantado para el conocimiento de la realidad delas cosas.

Este vicio de atribuir un efecto a una causaposible, salvando la distancia que vade la posibili-dad a la realidad, es más común de lo que se cree,sobre todo cuando el razonador puede apoyarse enla coexistencia o sucesión de los hechos que sepropone enlazar. A veces, ni aun se aguarda a sa-ber si ha existido realmente el hecho que se desig-na como causa; basta que haya podido existir y que

Page 169: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en su existencia hubiese podido producir el efectode que se pretende dar razón.

Se ha encontrado en el fondo de un precipi-cio el cadáver de una persona conocida; las señalesde la víctima manifiestan con toda claridad que mu-rió despeñada. Tres suposiciones pueden excogi-tarse para dar razón de la catástrofe: una caída, unsuicidio, un asesinato. En todos estos casos el efec-to será el mismo, y en ausencia de datos no puededecirse que el uno la explique más satisfactoriamen-te que el otro. Numerosos espectadores están con-templando la desastrosa escena; todos ansían des-cubrir la causa; haced que se presente el más leveindicio; desde luego, veréis nacer en abundancia lasconjeturas, y oiréis las expresiones de «es cierto,así será, no puede ser de otra manera..., como si loestuviese mirando...; no hay testigos, no puedeprobarse en juicio; pero lo que es duda, no cabe».

Y ¿cuáles son los indicios? Algunas horasantes de encontrarse el cadáver, el infeliz se enca-minaba hacia el lugar fatal, y no falta quien vio queestaba leyendo unos papeles, que se detenía devez en cuando y daba muestras de inquietud. Por lodemás, es bien sabido que estos últimos días habíapasado disgustos y que los negocios de su casa

Page 170: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

estaban muy mal parados. Toda la vecindad veía ensu semblante muestras de pena y desazón. Asuntoconcluído: este hombre se ha suicidado. Asesinatono puede ser; estaba tan cerca de su casa...;además, que un asesinato no se comete de estamanera... Una desgracia es imposible, porque élconocía muy bien el terreno, y, por otra parte, noera hombre que anduviese precipitado ni con lavista distraída. Como el pobre estaba acosado porsus acreedores, hoy, día de correo, debió de recibiralguna carta apremiante y no habrá podido resistirmás.

-Vamos, vamos -responderá el mayornúmero-, cosa clara, y tiene usted razón, cabalmen-te es hoy día de correo...

Llega el juez, y, al efecto de instruir las pri-meras diligencias, se registra la cartera del difunto.

-Dos cartas.

-¿No lo decía yo?... El correo de hoy...

-La una es de N, su corresponsal en la pla-za N.

-Vamos; cabalmente, allí tenía sus aprietos.

Page 171: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-Dice así: «Muy señor mío: En este momen-to acabo de salir de la reunión consabida. No falta-ban renitentes; pero, al fin, apoyado de los amigosN N, he conseguido que todo el mundo entrase enrazón. Por ahora puede usted vivir tranquilo, y si suhijo de usted tuviese la dicha de restablecer algúntanto los negocios de América esta gente se pres-tará a todo y conservará usted su fortuna y su crédi-to. Los pormenores, para el correo inmediato; perohe creído que no debía diferir un momento el comu-nicarle a usted tan satisfactoria noticia. Entretanto,etc.. etc.» No hay por qué matarse.

-¿La otra?

-Es de su hijo...

-Malas noticias debió de traer...

-Dice así: «Mi querido padre: He llegado atiempo, y a pocas horas de mi desembarco estabadeshecha la trampa. Todo era una estafa del señorN. Ha burlado atrozmente nuestra confianza. Nosoñaba en mi venida, y, al verme en su casa, se haquedado como herido de un rayo. He conocido suturbación y me he apoderado de toda su correspon-dencia. Mientras me ocupaba de esto ha tomado elportante e ignoro su paradero. Todo se ha salvado,

Page 172: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

excepto algún desfalco que calculo de poca consi-deración. Voy corriendo porque la embarcación quesale va a darse a la vela, etc., etc.»

El correo de hoy no era para suicidarse; elde las conjeturas sale lucido, todo por haber conver-tido la posibilidad en realidad, por haber estribadoen suposiciones gratuitas, por haberse alucinadocon lo especioso de una explicación satisfactoria.

-¿Si podrá ser un asesinato?...

-Claro es, porque con este correo..., yademás este hombre no carecía de enemigos.

-El otro día su colono N. le amenazó terri-blemente.

-Y es muy malo.

-¡Oh, terrible!... Está acostumbrado a la vidabandolera... Vamos, tiene atemorizada la vecin-dad...

-¿Y cómo estaban ahora?

-A matar; esta misma mañana salían juntosde la casa del difunto y hablaban ambos muy recio.

-Y el colono ¿solía, andar por aquí?

Page 173: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-Siempre; a dos pasos tiene un campo, yademás la cuestión estaba (sino que esto sea dichoentre nosotros), la cuestión estaba sobre esas enci-nas del borde del precipicio. El dueño se quejaba deque él le echaba a perder el bosque; el otro lo ne-gaba; como que en este mismo lugar estuvieron elotro día a pique de darse de garrotazos. Miren uste-des... Sino que uno no debe perder a un infeliz...Casi cada día estaban en pendencias en este mis-mo lugar.

-Entonces no hable usted más... ¡Es unaatrocidad! Pero ¿cómo se prueba?...

-Y hoy vean ustedes cómo no está traba-jando en el campo, y tiene por allí su apero..., y seconoce que ha trabajado hoy mismo... Vamos, yano cabe duda, es evidente; el infeliz está perdido,porque esto transpirará.

Llega uno del pueblo.

-¡Qué desgracia!

-¿No lo sabía usted?

-No, señores; ahora, mismo me lo han dichoen su casa. Iba yo a verle por si se apaciguaba conel pobre N, que está preso en la alcaldía...

Page 174: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-¿Preso?...

-Sí, señores; me ha venido llorando su mu-jer; dice que se ha excedido de palabras y que elalcalde le ha arrestado. Como ya saben ustedesque es tan matón...

-¿Y no ha salido más al campo desde quehabló esta mañana con el difunto en la calle?

-Pues ¿cómo había de salir?; vayan uste-des y le encontrarán allí, donde está desde muytemprano; el pobrecito estaba labrando ahí...

Nuevo chasco: el asesino estaba a largadistancia; el preso era el colono; nuevo desengañopara no fiarse de suposiciones gratuitas, para noconfundir la realidad con la posibilidad y no aluci-narse con plausibles apariencias.

§ VII

Preocupación en favor de una doctrina

He aquí uno de los más abundantes manan-tiales de error; esto es, la verdadera rémora de lasciencias, uno de los obstáculos que más retardansus progresos. Increíble sería la influencia de lapreocupación si la historia del espíritu humano no laatestiguara con hechos irrecusables.

Page 175: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El hombre dominado por una preocupaciónno busca, ni en los libros ni en las cosas, lo querealmente hay, sino lo que le conviene para apoyarsus opiniones. Y lo más sensible es que se porta deesta suerte, a veces con la mayor buena fe, creyen-do, sin asomo de duda, que está trabajando, por lacausa de la verdad. La educación, los maestros yautores de quienes se ha recibido las primeras lu-ces sobre una ciencia, las personas con quienesvivimos de continuo o tratamos con más frecuencia,el estado o profesión y otras circunstancias seme-jantes contribuyen a engendrar en nosotros el hábi-to de mirar las cosas siempre bajo un mismo aspec-to, de verlas siempre de la misma manera.

Apenas dimos los primeros pasos en la ca-rrera de una ciencia, se nos ofrecieron ciertos axio-mas como de eterna verdad, se nos presentaronciertas proposiciones como sostenidas por demos-traciones irrefragables, y las razones que militabanpor la otra parte nunca se nos hizo considerarlascomo pruebas que examinar, sino como objecionesque soltar. ¿Había alguna de nuestras razones queclaudicaba por un lado? Se acudía, desde luego, asostenerla, a manifestar que en tolo caso no eraaquélla la única, que estaba acompañada de otrascuniplidamente satisfactorias y que, si bien ella sola

Page 176: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

quizá no bastaría no obstante, añadida a las demás,no dejaba de pesar en la balanza y de inclinarlamás y más a favor nuestro. ¿Presentaban los ad-versarios alguna dificultad de espinosa solución? Elnúmero de las respuestas suplía a su solidez. Elgravísimo autor A contesta de esta manera, el in-signe B de otra, el sabio C de tal otra; cualquiera delas tres es suficiente; escójase la que mejor parez-ca, con entera seguridad de que el Aquiles de losadversarios habrá recibido la herida en el tendón.No se trata de convencer, sino de vencer; el amorpropio se interesa en la contienda, y conocidos sonlos infinitos recursos de este maligno agente. Loque favorece se abulta y exagera; lo que obsta sedisminuye, se desfigura u oculta; la buena fe protes-ta algunas veces desde el fondo del alma, pero suvoz es ahogada y acallada con una palabra de pazen encarnizado combate.

Si así no fuere, ¿cómo será posible explicarque durante largos siglos se hayan visto escuelastan organizadas, como disciplinados ejércitos agru-pados alrededor de una bandera? ¿Cómo es queuna serie de hombres ilustres por su saber y virtu-des viesen todas una cuestión de una misma mane-ra, al paso que sus adversarios, no menos esclare-cidos que ellos, lo veían todo de una manera opues-

Page 177: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ta? ¿Cómo es que para saber cuáles eran las opi-niones de un autor no necesitásemos leerle,bastándonos, por lo común, la orden a que perte-necía o la escuela de donde había salido? ¿Podríaser ignorancia de la materia cuando consumían suvida en estudiarla? ¿Podría ser que no leyesen lasobras de sus adversarios? Esto se verificaría enmuchas, pero de otros no cabe duda que las consul-tarían con frecuencia: ¿Podría ser mala fe? No, porcierto, pues que se distinguían por su entereza cris-tiana.

Las causas son las señaladas más arriba: elhombre, antes de inducir a otros al error, se engañamuchas veces a sí propio. Se aferra a un sistema,allí se encastilla con todas las razones que puedenfavorecerle, su ánimo se va acalorando a medidaque se ve atacado, hasta que al fin, sea cual fuereel número y la fuerza de los adversarios, parece quese dice a sí mismo: «Este es tu puesto, es precisodefenderle; vale más morir con gloria que vivir conignominiosa cobardía.»

Por este motivo, cuando se trata de con-vencer a otros, es preciso separar cuidadosamentela causa de la verdad de la causa del amor propio;importa sobremanera persuadir al contrincante de

Page 178: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que cediendo nada perderá en reputación. No ata-ques nunca la claridad y perspicacia de su talento;de otro modo se formalizará el combate, la luchaserá reñida, y aun teniéndole bajo vuestros pies ycon la espada en la garganta no recabaréis que seconfiese vencido.

Hay ciertas palabras de cortesía y deferen-cia que en nada se oponen a la verdad; en vacilan-do el adversario, conviene no economizarlas si de-seáis que se dé a partido antes que las cosas hayanllegado a extremidades desagradables(14).

Page 179: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XV

El raciocinio

§ I

Lo que valen los principios y las reglas de ladialéctica

Cuando los autores tratan de esta operacióndel entendimiento amontonan muchas reglas paradirigirla, apoyándolas en algunos axiomas. No dis-putaré sobre la verdad de éstos, pero dudo muchoque la utilidad de aquéllas sea tanta como se hapretendido. En efecto; es innegable que las cosasque se identifican con una tercera se identificanentre sí; que de dos cosas que se identifican entresí si la una es distinta de una tercera lo será tam-bién la otra; que lo que se afirma o niega de todo ungénero o especie debe afirmarse o negarse delindividuo contenido en ellos, y, además, es tambiénmucha verdad que las reglas de argumentaciónfundadas en dichos principios son infalibles. Pero yotengo la dificultad en la aplicación y no puedo con-vencerme de que sean de grande utilidad en lapráctica.

En primer lugar, confieso que estas reglascontribuyen a dar al entendimiento cierta precisión,

Page 180: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que puede servir, en algunos casos, para concebircon más claridad y atender a los vicios que entrañeun discurso; bien que a veces esta ventaja quedaráneutralizada con las inconvenientes acarreados porla presunción de que se sabe raciocinar, porque nose ignoran las reglas del raciocinio. Puede uno sa-ber muy bien las reglas de un arte y no acertar aponerlas en práctica. Tal recitaría todas las reglasde la oratoria sin equivocar una palabra, que nosabría escribir una página sin chocar no diré con lospreceptos del arte, sino con el buen sentido.

§ II

El silogismo. -Observaciones sobre este ins-trumento dialéctico

Formaremos cabal concepto de la utilidadde dichas reglas si consideramos que quien racioci-na no las recuerda si no se ve precisado a formularun argumento a la manera escolástica, cosa que, enla actualidad, ha caído en desuso. Los alumnosaprenden a conocer si tal o cual silogismo pecacontra esta o aquella regla; y esto lo hacen enejemplos tan sencillos, que al salir de la escuelanunca encuentran nada que a ellos se parezca.«Toda virtud es loable; la justicia es virtud, luego esloable.» Está muy bien; pero cuando se me ofrece

Page 181: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

discernir si en tal o cual acto se ha infringido la justi-cia y la ley tiene algo que castigar; si me propongoinvestigar en qué consiste la justicia, analizando losaltos principios en que estriba y las utilidades quesu imperio acarrea al individuo y a la sociedad, ¿dequé me servirá dicho ejemplo u otros semejantes?Los teólogos y juristas quisiera que me dijesen si ensus discursos les han servido mucho las decanta-das reglas.

«Todo metal es mineral; el oro es metal,luego es mineral.» «Ningún animal es insensible; lospeces son animales, luego no son insensibles.»«Pedro es culpable.» «Esta onza de oro no tiene eldebido peso; esta es la que Juan me ha dado, luegola onza que Juan me ha dado no tiene el debidopeso.» Estos ejemplos, y otros por el mismo tenor,son los que suelen encontrarse en las obras delógica que dan reglas para los silogismos, y yo noalcanzo qué utilidad pueden traer al discurso de losalumnos.

La dificultad en el raciocinio no se quita conestas frivolidades, más propias para perder el tiem-po en la escuela que para enseñar. Cuando el dis-curso se traslada de los ejemplos a la realidad noencuentra nada semejante, y entonces o se olvida

Page 182: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

completamente de las reglas o, después de haberensayado el aplicarlas continuamente, se cansabien pronto de la enojosa e inútil tarea. Cierto suje-to, muy conocido mío, se había tomado el trabajo deexaminar todos sus discursos a la luz de las reglasdialécticas; no sé si en la actualidad conservarátodavía este peregrino humor; mientras tuve oca-sión de tratarle no observé que alcanzase gran re-sultado.

Analicemos algunos de estos ejemplos ycomparémoslos con la práctica.

Trátase de la pertenencia de una posesión.Todos los bienes que fueron de la familia N debie-ron pasar a la familia M; pero el mucho tiempotranscurrido y otras circunstancias hacen que sesuscite un pleito sobre el manso B, de que estaúltima se halla en posesión, fundándose en que susderechos a ella le vienen de la familia N. Claro esque el silogismo del posesor ha de ser el siguiente:Todos los bienes que fueron de la familia N me per-tenecen; es así que el manso B se halla en estecaso, luego el manso B me pertenece. Para nocomplicar, supondremos que no haya dificultad enla primera proposición, o sea en la mayor, y quetoda la disputa recaiga sobre la menor; es decir, que

Page 183: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

le incumbe probar que efectivamente el manso Bperteneció a la familia N.

Todo el pleito gira, no en si el silogismo esconcluyente, sino en si se prueba la menor o no. Ypregunto ahora: ¿pensará nadie en el silogismo?,¿sirve de nada el recordar que lo que se dice detodos se ha de decir de cada uno? Cuando se hayallegado a probar que el manso B perteneció a lafamilia N, ¿será menester ninguna regla para dedu-cir que la familia M es legítima poseedora? El dis-curso se hace, es cierto; existe el silogismo, no ca-be duda; pero es cosa tan clara, es tan obvia ladeducción, que las reglas dadas para sacarla másbien que otra cosa parecerán un puro entreteni-miento especulativo. No estará el trabajo en el silo-gismo, sino en encontrar los títulos para probar queel manso B perteneció realmente a la familia N, eninterpretar cual conviene las cláusulas del testamen-to, donación o venta por donde lo había adquirido;en esto y en otros puntos consistirá la dificultad;para esto sería necesario agudizar el discurso,prescribiéndole atinadas reglas a fin de discernir laverdad entre muchos y complicados y contradicto-rios documentos. Gracioso sería, por lo demás, elpreguntar a los abogados y al juez cuántas veceshan pensado en semejantes reglas cuando seguían

Page 184: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

con ojo atento el hilo que debía, respectivamente,conducirlos al objeto deseado.

«La moneda que no reúne las calidadesprescritas por la ley no debe recibirse; esta onza deoro no las tiene, luego, no debe recibirse.» El racio-cinio es tan concluyente como inútil. Cuando yo estébien instruido de las circunstancias exigidas por laley monetaria vigente, y además haya experimenta-do que esta onza de oro carece de ellas, se la de-volveré al dador sin discursos; y si se traba disputano versará sobre la legitimidad de la consecuencia,sino sobre si a tantos o cuantos gramos de déficit seha de tomar todavía, si está bien pesada o no, silleva esta o aquella señal y otras cosas semejantes.

Cuando el hombre discurre no anda en ac-tos reflejos sobre su pensamiento, así como los ojoscuando miran no hacen contorsiones para verse a símismos. Se presenta una idea, se la concibe conmás o menos claridad; en ella se ve contenida otrau otras; con éstas se suscita el recuerdo de otras, yasí se va caminando con suavidad, sin cavilacionessin embarazarse a cada paso con la razón de aque-llo que se piensa.

§ III

Page 185: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El entimema

La evidencia de estas verdades ha hechoque se contase entre las formas de argumentaciónel entimema, el cual no es más que un silogismo enque se calla, por sobrentendida, alguna de sus pro-posiciones. Esta forma se la enseñó a los dialécti-cos la experiencia de lo que estaban viendo a cadapaso, pues pudieron notar que en la práctica seomitía, por superfluo, el presentar por extenso todoel hilo del raciocinio. Así, en el último ejemplo, elsilogismo por extenso sería el que se ha puesto alprincipio, pero en forma de entimema se convertiríaen este otro: «Esta onza no tiene las condicionesprescritas por la ley; luego no debo recibirla»; o, enestilo vulgar y más conciso y expresivo: «No la to-mo, es corta.»

§ IV

Reflexiones sobre el término medio

Todo el artificio del silogismo consiste encomparar los extremos con un término medio paradeducir la relación que tienen entre sí. Cuando seconocen ya y se tienen presentes esos extremos yese término medio; nada más sencillo que hacer lacomparación; pero cabalmente entonces ya no es

Page 186: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

necesaria la regla, porque el entendimiento ve alinstante la consecuencia buscada. ¿Cómo se en-cuentra ese término medio?¿Cómo se conocen losdos extrernos cuando se hacen investigacionessobre un objeto del cual se ignora lo que es? Sémuy bien que si este mineral que tengo en las ma-nos fuese oro, tendría tal calidad; pero el embarazoestá en que ni se me ocurre que esto pueda ser oro,y, por tanto, no pienso en uno de los dos extremos;ni, aun cuando pensara en ello, me encuentro conmedios de comprobarlo. Sabe muy bien el juez quesi el hombre que pasa por su lado fuera el asesino aquien persigue desde mucho tiempo, debería en-viarle al suplicio; pero la dificultad está en que al veral culpable no piensa en el asesino; y si pensara enél y sospechase que es el individuo que está pre-sente, no puede condenarle, por falta de pruebas.Tiene los dos extremos, mas no el término medio;término que no se le ofrecerá ciertamente bajo for-mas dialécticas. ¿Cómo se llama este hombre? Supatria, su residencia ordinaria, los antecedentes desu conducta, su modo de vivir en la actualidad, ellugar donde se hallaba cuando se cometió el asesi-nato, testigos que le vieron en las inmediaciones delsitio en que se encontró la víctima; su traje, estatu-ra, fisonomía; señales sangrientas que se han nota-

Page 187: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

do en su ropa, el puñal escondido, el azoramientocon que llegó a deshora a su casa pocos momentosdespués del desastre, algunas prendas que se hanencontrado en su poder y que se parecen mucho aotras que tenía el difunto, sus contradicciones, sureconocida enemistad con el asesinado; he aquí lostérminos medios, o más bien un conjunto de cir-cunstancias que han de indicar si el preso es elverdadero asesino. ¿Y para qué aprovecharán lasreglas del silogismo? Ahora habrá que atender auna palabra, después a un hecho; aquí se habrá deexaminar una señal, más allá se habrán de cotejardos o más coincidencias. Será preciso atender a lascualidades físicas, morales y sociales del individuo;será necesario apreciar el valor de los testigos; enuna palabra, deberá el juez revolver la atención entodas direcciones, fijarla sobre mil y mil objetos dife-rentes y pesarlo todo en justa y escrupulosa balan-za para no dejar sin castigo al culpable o no conde-nar al inocente.

Lo diré de una vez: los ejemplos que suelenabundar en los libros de dialéctica de nada sirvenpara la práctica; quien creyese que con aquel me-canismo ha aprendido a pensar, puede estar per-suadido de que se equivoca. Si lo que acabo de

Page 188: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

exponer no le convence, la experiencia le desenga-ñará.

§ V

Utilidad de las formas dialécticas

Sin embargo de lo dicho, no negaré queesas formas dialécticas sean útiles, aun en nuestrotiempo, para presentar con claridad y exactitud elencadenamiento de las ideas en el raciocinio, y quesi no valen mucho como medio de invención, sean aveces provechosas como conducto de enseñanza.Así es que, lejos de pretender que se las destierredel todo de las obras elementales, conviene que selas conserve, no en toda su sequedad, pero sí entodo su vigor. Nervos et ossa las llamaba MelchorCano con mucha oportunidad; no se destruyan,pues, esos nervios y huesos; basta cubrirlos conpiel blanda y colorada para que no repugnen niofendan. Porque es preciso confesar que ahora, afuerza de desdeñar las formas, se cae en el extre-mo opuesto, sumamente dañoso al adelanto de lasciencias y a la causa de la verdad. Antes los discur-sos eran descarnados en demasía; presentaban,por decirlo así, desnuda la armazón; pero ahoratanto es el cuidado de la exterioridad, tal el olvido delo interior, que en muchos discursos no se encuen-

Page 189: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tran más que palabras, que serían bellas si serlopudieran palabras vacías. Con el auxilio de las for-mas dialécticas traveseaban en demasía los inge-nios sutiles y cavilosos; con las formas oratorias seenvuelven a menudo los espíritus huecos. Est mo-dus in rebus(15)

Page 190: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XVI

No todo lo hace el discurso

§ I

La inspiración

Es un error el figurarse que los grandespensamientos son hijos del discurso; éste, bienempleado, sirve algún tanto para enseñar, peropoco para inventar. Casi todo lo que el mundo admi-ra de más feliz, grande y sorprendente es debido ala inspiración, a esa luz instantánea que brilla derepente en el entendimiento del hombre, sin que élmismo sepa de dónde le viene. Inspiración, la ape-llido, y con mucha propiedad, porque no cabe nom-bre más adaptado para explicar este admirablefenómeno.

Está un matemático dando vueltas a un in-trincado problema; se ha hecho cargo de todos losdatos, nada le queda que practicar de lo que parasemejantes casos está prevenida. La resolución nose encuentra; se han tanteado varios planteos y anada conducen. Se han tomado al acaso diferentescantidades por si se da en el blanco; todo es inútil.La cabeza está fatigada, la pluma descansa sobreel papel, nada escribe. La atención del calculador

Page 191: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

está como adormecida de puro fija; casi no sabe sipiensa. Cansado de forcejear, por abrir una puertatan bien cerrada, parece que ha desistido de suempeño y que se ha sentado en el umbral aguar-dando si alguien abrirá por la parte de adentro. «Yalo veo -exclama de repente-; esto es...» Y, cual otroArquímedes, sin saber lo que le sucede, saltaría delbaño y echaría a correr gritando: «¡Lo he encontra-do!... ¡Lo he encontrado!»

Acontece a menudo que después de largashoras de meditación no se ha podido llegar a unresultado satisfactorio; y cuando el ánimo está dis-traído, ocupado en asuntos totalmente diferentes,se le presenta de improviso la verdad como unaaparición misteriosa. Hallábase Santo Tomás deAquino en la mesa del rey de Francia, y como nodebía de ser malcriado y descortés, no es regularque escogiese aquel puesto para entregarse a me-ditaciones profundas. Pero antes de la hora delconvite estaría en la celda ocupado en sus ordina-rias tareas, aguzando las armas de la razón paracombatir a los enemigos de la Iglesia. Natural esque le sucediese lo que suelen experimentar todoslos que tienen por costumbre penetrar en el fondode las cosas, que aun cuando han dejado la medi-tación en que estaban embebidos, se les ocurre con

Page 192: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

frecuencia el punto en cuestión, como si viniese allamar a la puerta, preguntando si le toca otra vez elturno. Y he aquí que, sin saber cómo, se sienteinspirado, ve lo que antes no veía, y, olvidándose deque estaba en la mesa del rey, da sobre ella unapalmada, exclamando: «¡Esto es concluyente contralos maniqueos!...»

§ II

La meditación

Cuando el hombre se ocupa en comprenderalgún objeto muy difícil, tan lejos está de andar conla regla y compás en la mano para dirigir sus medi-taciones, que las más de las veces queda absortoen la investigación, sin advertir que medita, ni aunque existe. Mira las cosas ahora por un lado, des-pués por otro; pronuncia interiormente el nombre deaquella que examina; da una ojeada a lo que rodeael punto principal; no se parece a quien sigue uncamino trillado, como sabiendo el término a que hade llegar, sino a quien, buscando en la tierra untesoro cuya existencia sospecha, pero de cuyo lugarno está seguro, anda excavando, acá y acullá, sinregla fija.

Page 193: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Y, si bien se observa, no puede suceder deotra manera, cuando ya de antemano no se conocela verdad que se busca. El que tiene a la vista unpedazo de mineral cuya naturaleza conoce, cuandotrate de manifestar a otros lo que él sabe sobre lamisma, se valdrá del procedimiento más sencillo ymás adaptado para el efecto. Pero, si no tuviesedicho conocimiento, entonces le revolvería y miraríarepetidas aquel indicio formaría sus conjeturas, y, alfin, echaría mano de experimentos a propósito nopara manifestar que es tal, sino para descubrir cuáles.

§ III

Invención y enseñanza

De esto nace la diferencia entre el métodode enseñanza y el de invención; quien enseña sabeadónde va y conoce el camino que ha de seguir,porque ya le ha recorrido otras veces; mas el quedescubre, tal vez no se propone nada determinado,sino examinar lo que hay en el objeto que le ocupa;quizá se prefija un blanco, pero ignorando si esposible alcanzarle o dudando si existe, si es másque un capricho de su imaginación; y, en caso deestar seguro de su existencia, no conoce el senderoque a él le ha de conducir.

Page 194: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Por este motivo los más elevados descu-brimientos se enseñan por principios muy diferentesde los que guiaron a los inventores; y el cálculoinfinitesimal es debido a la geometría, y ahora sellega a sus aplicaciones geométricas por una seriede procedimientos puramente algebraicos. Así, selevanta en una cordillera de escarpadas montañasun picacho inaccesible, donde, al parecer, se divi-san algunos restos de un antiguo edificio; un hom-bre curioso y atrevido concibe el designio de subirallá; mira, tantea, trepa por altísimos peñascos, seescurre por pasadizos impracticables, se aventurapor el estrechísimo borde de espantosos derrumba-deros, se ase de endebles plantas y carcomidasraíces y, al fin, cubierto de sudor y jadeando decansancio, toca la deseada cumbre y, levantandolos brazos, clama con orgullo: «¡Ya estoy arriba!»Entonces domina de una ojeada todas las vertientesde las cordilleras, lo que antes no veía sino por par-tes ahora lo ve en su conjunto; mira hacia los pun-tos por donde había tanteado, ve la imposibilidad desubir por allí y se ríe de su ignorancia. Contemplalas escabrosidades por donde acaba de atravesar, yse envanece de su temeraria osadía. Y ¿cómo seráposible que por estas malezas suban los que teestán mirando? Pero ved ahí un sendero muy fácil;

Page 195: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

desde abajo no se descubre, desde arriba sí. Damuchos rodeos, es verdad; se ha de tomar a largadistancia, pero es accesible hasta a los más débilesy menos atrevidos. Entonces desciende corriendo,se reúne con los demás, les dice: «Seguidme», losconduce a la cima, sin cansancio ni peligro, y allí leshace disfrutar de la vista del monumento y de losmagníficos alrededores que el picacho domina.

§ IV

La intuición

Mas no se crea que las tareas del genio se-an siempre tan laboriosas y pesadas. Uno de suscaracteres es la intuición, el ver sin esfuerzo lo queotros no descubrían sino con mucho trabajo, el te-ner a la vista el objeto inundado de luz cuando losdemás están en tinieblas. Ofrecedle una idea, unhecho, que quizá para otros serán insignificantes; éldescubre mil y mil circunstancias y relaciones antesdesconocidas. No había más que un pequeño círcu-lo, y al clavarse en él la mágica mirada, el círculo seagita, se dilata, va extendiéndose como la aurora allevantarse el sol. Ved: no había más que una débilráfaga luminosa; pocos instantes después brilla elfirmamento con inmensas madejas de plata y de

Page 196: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

oro; torrentes de fuego inundan la bóveda celestedel oriente al ocaso, del aquilón al sur.

§ V

No está la dificultad en comprender, sino enatinar. El jugador de ajedrez. -Sobiezk. Las víborasde Aníbal

Hay en este punto una particularidad muydigna de notarse, y que tal vez no ha sido observa-da, y es que muchas verdades no son difíciles en sí,y que, sin embargo, a nadie se ocurren sino a loshombres de talento. Cuando éstos las presentan, olas hacen advertir, todo el mundo las ve tan claras,tan sencillas, tan obvias, que parece extraño no selas haya visto antes.

Dos hábiles jugadores de ajedrez estánempeñados en una complicada partida. Uno deellos hace una jugada, al parecer tan indiferente...«Tiempo perdido», dicen los espectadores; luegoabandona una pieza que podía muy bien defender yse entretiene en acudir a un punto por el cual nadiele amenaza. «Vaya una humorada -exclaman todos-; esto le hará a usted mucha falta.» «¿Qué quierenustedes? -dice el taimado-; no atina uno en todo»; ycontinúa como distraído. El adversario no ha pene-

Page 197: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

trado la intención, no acude al peligro, juega; y eldistraído, que perdía tiempo y piezas, ataca por elflanco descubierto, y con maligna sonrisa dice: «Ja-que mate.» «Tiene razón -gritan todos-; y ¿cómo nolo habíamos visto?; y una cosa tan sencilla..., puesclaro; perdió el tiempo para enfilar por aquel lado,abandonó una pieza para abrirse paso; acudió allí,no para defenderse, sino para cerrar aquella salida;parece imposible que no lo hubiéramos advertido.»

Están los turcos acampados delante deViena; cada cual discurre por dónde se deberá ata-carlos cuando llegue el deseado refuerzo a lasórdenes del rey de Polonia. Las reglas del arte an-dan de boca en boca; los proyectos son innumera-bles. Llega Sobieski, echa una ojeada sobre el ejér-cito enemigo: «Es mío -dice-; está mal acampado.»Al día siguiente ataca; los turcos son derrotados yViena es libre. Y después de visto el plan de ataquey su feliz éxito, todos dirán: «Los turcos cometierontal o cual falta; tenía razón el rey: estaban malacampados»; todos veían la verdad, la encontrabanmuy sencilla, pero después de habérsela mostrado.

Todos los matemáticos sabían las propie-dades de las progresiones aritméticas y geométri-cas: que el exponente de 1 era 0, que el de 10 era

Page 198: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

1, que el de 100 era 2, y así, sucesivamente, y queel de los números medios entre 1 y 19 era un que-brado; pero nadie veía que con esto se pudiesetener un instrumento de tantos y tan ventajososusos como son las tablas de los logaritmos. Neperdijo: «Helo aquí», y todos los matemáticos vieronque era una cosa muy sencilla.

Nada más fácil que el sistema de nuestranumeración y, sin embargo, no lo conocieron ni losgriegos ni los romanos. ¿Qué fenómeno más senci-llo, más patente a nuestros ojos que la tendencia delos fluidos a ponerse a nivel, a subir a la mismaaltura de la cual descienden? ¿No lo estamos vien-do a cada paso en las retortas y en todos los vasosdonde hay dos o más tubos de comunicación?¿Qué cosa más sencilla que la aplicación de estaley de la Naturaleza a objeto de tanta utilidad comoes la conducción de las aguas? Y, sin embargo, hadebido transcurrir mucho tiempo antes que laHumanidad se aprovechara de la lección que esta-ba recibiendo todos los días en un fenómeno tansencillo.

Dos artesanos poco diestros se hallaban enuna obra. El uno consulta al otro; ambos cavilan,ensayan, malbaratan, sin conseguir nada. Acuden

Page 199: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

por fin a un tercero, de aventajada nombradía: «Aver si usted nos saca de apuros.» «Muy sencillo: deesta manera.» «Tiene usted razón; era tan fácil, yno habíamos sabido dar en ello.»

Está Aníbal a la víspera de un combate na-val; da sus disposiciones y, entretanto, vuelven abordo algunos soldados, que llevan un gran númerode vasos de barro bien tapados, cuyo contenidoconocen muy pocos. Comienza la refriega; los ene-migos se ríen de que los marinos de Aníbal les arro-jen aquellos vasos en vez de flechas; el barro sehace pedazos y el daño que causa es muy poco.Pasan algunos momentos; un marino siente unapicadura atroz; al grito del lastimado sucede el deotro; todos vuelven la vista y notan con espanto quela nave está llena de víboras. Introdúcese el desor-den. Aníbal maniobra con destreza y la victoria sedecide en su favor. Ciertamente que nadie ignorabaque era posible recoger muchas víboras y encerrar-las en vasos de barro y tirarlos a las naves enemi-gas; pero la ocurrencia sólo la tuvo el astuto carta-ginés. Y él, sin duda, encontró el infernal ardid sinraciocinios ni cavilaciones; bastóle, tal vez, quealguien mentase la palabra víbora para atinar, des-de luego, en que este reptil podía servirle de exce-lente auxiliar.

Page 200: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¿Qué nos dicen estos ejemplos? Nos dicenque el talento consiste muchas veces en ver unarelación que está patente y en la cual nadie atina.Ella, en sí, no es difícil, y la prueba está en que tanpronto como alguno la descubre y la señala con eldedo, diciendo: «Mirad», todos la ven sin esfuerzo yhasta se admiran de no haberla advertido. Así queel lenguaje, llevado por la fuerza misteriosa de lascosas, los llama a estos pensamientos: ocurrencia,golpes, inspiraciones, expresando de esta maneraque no costaron trabajo, que se ofrecieron por símismos.

§ VI

Regla para meditar

De lo dicho inferiré que para pensar bien noes buen sistema poner el espíritu en tortura, sinoque es conveniente dejarle con cierto desahogo.Está meditando sobre un objeto; al parecer no ade-lanta; con la atención sobre una cosa, diríase queestá dormitando. No importa; no lo violentéis; mira sidescubre algún indicio que le guíe; se asemeja alque tiene en la mano una cajita cerrada con un re-sorte misterioso, en la cual se quiere poner a prue-ba el ingenio, por si encuentra el modo de abrirla.La contempla largo rato, la vuelve repetidas veces,

Page 201: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ora aprieta con el dedo, ora forcejea con la uña,hasta que, al fin, permanece un instante inmóvil ydice: «Aquí está el resorte; ya está abierta.»

§ VII

Carácter de las inteligencias elevadas. -Notable doctrina de Santo Tomás de Aquino

¿Por qué no se ocurren a todos ciertas ver-dades sencillas? ¿Cómo es que el linaje humanohaya de mirar cual espíritus extraordinarios a losque ven cosas que, al parecer, todo el mundo habíapodido ver? Esto es buscar la razón de un arcanode la Providencia; esto es preguntar por qué elCriador ha otorgado a algunos hombres privilegia-dos una gran fuerza de intuición, o sea visión inte-lectual inmediata, y la ha negado al mayor número.

Santo Tomás de Aquino desenvuelve sobreeste particular una doctrina admirable. Según elsanto doctor, el discurrir es señal de poco alcancedel entendimiento; es una facultad que se nos haconcedido para suplir a nuestra debilidad, y así esque los ángeles entienden, mas no discurren. Cuan-to más elevada es una inteligencia, menos ideastiene, porque encierra en pocas lo que las más limi-tadas tienen distribuido en muchas. Así, los ángeles

Page 202: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de más alta categoría entienden por medio de po-cas ideas; el número se va reduciendo a medidaque las inteligencias criadas se van acercando alCriador, el cual como ser infinito e inteligencia infini-ta, todo lo ve en una sola idea, única, simplicísima,pero infinita: su misma esencia. ¡Cuán sublime teor-ía! Ella sola vale un libro; ella prueba un profundoconocimiento de los secretos del espíritu; ella nossugiere innumerables aplicaciones con respecto alentendimiento del hombre.

En efecto; los genios superiores no se dis-tinguen por la mucha abundancia de las ideas, sinoen que están en posesión de algunas capitales,anchurosas, donde hacen caber al mundo. El averastrera se fatiga revoloteando y recorre muchoterreno, y no sale de la angostura y sinuosidad delos valles; el águila remonta su majestuoso vuelo,posa en la cumbre de los Alpes, y desde allí con-templa las montañas, los valles, la corriente de losríos, divisa vastas llanuras pobladas de ciudades yamenizadas con deliciosas vegas, galanas prade-ras, ricas y variadas mieses.

En todas las cuestiones hay un punto devista principal dominante; en él se coloca el genio.Allí tiene la clave, desde allí lo domina todo. Si al

Page 203: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

común de los hombres no les es posible situarse degolpe en el mismo lugar, al menos deben procurarllegar a él a fuerza de trabajo, no dudando que conesto se ahorrarán muchísimo tiempo y alcanzaránlos resultados más ventajosos. Si bien se observa,toda cuestión y hasta toda ciencia tienen uno o po-cos puntos capitales a los que se refieren los de-más. En situándose en ellos, todo se presenta sen-cillo y llano; de otra suerte, no se ven más que deta-lles y nunca el conjunto. El entendimiento humano,ya de suyo tan débil, ha menester que se le mues-tren los objetos tan simplificados como sea dable; y,por lo mismo, es de la mayor importancia desemba-razarlos de follaje inútil, y que, además, cuando seapreciso cargarle con muchas atenciones simultáne-as, se las distribuya, de suerte que queden reduci-das a pocas clases, y cada una de éstas vinculadaen un punto. Así se aprende con más facilidad, sepercibe con lucidez y exactitud y se auxilia podero-samente la memoria.

§ VIII

Necesidad del trabajo

De las doctrinas de este capítulo sobre lainspiración e intuición, ¿podremos inferir la conve-niencia de abandonar el discurso, y hasta el trabajo,

Page 204: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

y de entregarnos a una especie de quietismo inte-lectual? No, ciertamemte. Para el desarrollo de todafacultad hay una condición indispensable: el ejerci-cio. En lo intelectual, como en lo físico, el órganoque no funcione se adormece, pierde de su vida; elmiembro que no se mueve se paraliza. Aun los ge-nios más privilegiados no llegan a adquirir su fuerzahercúlea sino después de largos trabajos. La inspi-ración no desciende sobre el perezoso; no existecuando no hierven en el espíritu ideas y sentimien-tos fecundantes. La intuición, el ver del entendi-miento, no se adquiere sino con un hábito engen-drado por el mucho mirar. La ojeada rápida, seguray delicada de un gran pintor no se debe sólo a laNaturaleza, sino también a la dilatada contempla-ción y observación de los buenos modelos; y lamagia de la música no se desenvolvería en la orga-nización más armónica, sujeta únicamente a oírsonidos ásperos y destemplados(16)

Page 205: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XVII

La enseñanza

§ I

Dos objetos de la enseñanza. -Diferentesclases de profesores

Distinguen comúnmente los dialécticos en-tre el método de enseñanza y el de invención. So-bre uno y otro voy a emitir algunas observaciones.

La enseñanza tiene dos objetos: primero,instruir a los alumnos en los elementos de la cien-cia; segundo, desenvolver su talento para que alsalir de la escuela puedan hacer los adelantos pro-porcionados a su capacidad.

Podría parecer que estos dos objetos noson más que uno sólo, sin embargo no es así. Alprimero alcanzan todos los profesores que poseenmedianamente la ciencia; al segundo no llegan sinolos de un mérito sobresaliente. Para lo primero bas-ta conocer el encadenamiento de algunos hechos yproposiciones cuyo conjunto forma el cuerpo de laciencia; para lo segundo es preciso saber cómo seha construido esa cadena que enlaza un extremocon otro; para lo primero bastan hombres que co-

Page 206: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

nozcan los libros; para lo segundo son necesarioshombres que conozcan las cosas.

Más diré: puede muy bien suceder que unprofesor superficial sea más a propósito para lasimple enseñanza de los elementos que otro muyprofundo, pues que éste, sin advertirlo, se dejarállevar a discursos que complicarán la sencillez delas primeras nociones, y así dañará a la percepción,de los alumnos poco capaces.

La clara explicación de los términos, la ex-posición llana de los principios en que se funda laciencia, la metódica coordinación de los teoremas yde sus corolarios, he aquí el objeto de quien no sepropone más que instruir en los elementos.

Pero al que extienda más allá sus miradas yconsidere que los entendimientos de los jóvenes noson únicamente tablas donde se hayan de tirar al-gunas líneas que permanezcan allí inalterables parasiempre, sino campos que se han de fecundar conpreciosa, semilla, a éste le incumben tareas máselevadas y más difíciles. Conciliar la claridad con laprofundidad, hermanar la sencillez con la combina-ción, conducir por camino llano y amaestrar al pro-pio tiempo en andar por senderos escabrosos, mos-trando las angostas y enmarañadas veredas por

Page 207: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

donde pasaron los primeros inventores, inspirar vivoentusiasmo, despertar en el talento la conciencia delas propias fuerzas, sin dañarle con temeraria pre-sunción, he aquí las atribuciones del profesor queconsidera la enseñanza elemental no como fruto,sino como semilla.

§ II

Genios ignorados de los demás y de símismos

¡Cuán pocos son los profesores dotados deesta preciosa habilidad! Y ¿cómo es posible que loshaya en el lastimoso abandono en que yace esteramo? ¿Quién cuida de aficionar a la enseñanza alos hombres de capacidad elevada? ¿Quién procurafijarlos en esta ocupación, si se deciden alguna veza emprenderla? Las cátedras son miradas a lo máscomo un hincapié para subir más arriba; con lasarduas tareas que ellas imponen se unen mil y milde un orden diferente, y se desempeña corriendo ya manera de distracción lo que debería absorber alhombre entero.

Así, cuando entre los jóvenes se encuentraalguno en cuya frente chispea la llama del genio,nadie la advierte, nadie se lo avisa, nadie se lo hace

Page 208: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sentir; y, encajonado entre los buenos talentos,prosigue su carrera sin que se le haya hecho expe-rimentar el alcance de sus fuerzas. Porque es preci-so saber que estas fuerzas no siempre las conoceel mismo que las posee, aun cuando sean con res-pecto a lo mismo que le ocupa. Podrá muy biensuceder que el fuego del genio permanezca toda lavida entre cenizas por no haber habido una manoque las sacudiera. ¿No vemos a cada paso que unaligereza extraordinaria, una singular flexibilidad deciertos miembros una gran fuerza muscular y otrascalidades corporales están ocultas, hasta que unensayo casual viene a revelárselas al que las po-see? Si Hércules no manejara más que un bastonci-to, nunca creyera ser capaz de blandir la pesadaclava.

§ III

Medios para descubrir los talentos ocultos yapreciarlos en su valor

Un profesor de matemáticas que explique asus alumnos la teoría de las secciones cónicas lesdará una idea clara y exacta de dichas curvas, pre-sentándoles las ecuaciones que expresan su natu-raleza y deduciendo las propiedades que de ésta seoriginan. Hasta aquí, el discípulo aprende bien los

Page 209: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

elementos, pero no se ejercita en el desarrollo desus fuerzas intelectuales; nada se le ofrece quepueda hacerle sentir el talento de invención, si esque en realidad le posea. Pero si el profesor le hacenotar que aquella ecuación fundamental, al parecerde mera convención, no es probable que se le hayaestablecido sin motivo, desde luego, el joven sehalla mal seguro sobre la base que reputaba sóliday busca el medio de darle algún apoyo. Si el alumnono acierta en el principio generador de dichas cur-vas, se le puede hacer notar el nombre que llevan yrecordarle que la sección, paralela a la base delcoro es un círculo. Entonces, naturalmente, elalumno corta el cono con planos en diferentes posi-ciones, y a la primera ojeada advierte que si la sec-ción es cerrada, y no paralela a la base, resultancurvas cuya figura se parece a la que se ha llamadoelipse. Ya imagina la sección más cercana al para-lalismo, ya más distante, y siempre nota que la figu-ra es una elipse, con la única diferencia de su ma-yor aplanación por los lados o bien de la mayordiferencia de los ejes. ¿Será posible expresar poruna ecuación la naturaleza de esta curva? ¿Hayalgunos datos conocidos? ¿Tienen alguna relacióncon las propiedades del cono y de la sección parale-la? ¿La mayor o menor inclinación del plano cambia

Page 210: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la naturaleza de la sección? Dando al plano otrasposiciones, de suerte que no salga cerrada la sec-ción, ¿qué curvas resultan? ¿Hay alguna semejan-za entre ellas y las parábolas e hipérbolas? Esta yotras cuestiones se ofrecen al discípulo dotado decapacidad; y si es de muy felices disposiciones,veréisle al instante tirar líneas dentro del cono,compararlas unas con otras, concebir triángulos,calcular sus relaciones y tantear mil caminos parallegar a la ecuación deseada. Entonces no aprendesimplemente las primeras nociones de la teoría; seha convertido ya en inventor; su talento encuentrapábulo en qué cebarse; y cuando, aislado en losprocedimientos de primera enseñanza, contabamuchos iguales en la inteligencia de la doctrinaexplicada, ahora echaréis de ver que deja a suscompañeros muy atrás, que ellos no han dado unpaso, mientras él o ha obtenido el resultado que sebuscaba o adelantado en el verdadero camino. En-tonces da a conocer sus fuerzas, y las conoce élmismo; entonces se palpa que su capacidad essuperior a la rutina y que quizá, andando el tiempo,podrá ensanchar el dominio de la ciencia.

Un profesor de derecho natural explicarácumplidamente los derechos y deberes de la patriapotestad y las obligaciones de los hijos con respecto

Page 211: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

a los padres, aduciendo las definiciones y razonesque en tales casos se acostumbran. Hasta aquíllegan los elementos, pero nada se encuentra paradesenvolver el genio filosófico de un alumno privile-giado, ni que pueda hacerle sobresalir entre elcomún de sus compañeros, dotados de una capaci-dad regular. El hábil profesor desea tomar la medidade los talentos que hay en la cátedra, y el tiempoque le sobra después de la explicación le emplea enhacer un experimento.

-Sobre estos deberes, ¿le parece a usted sinos dicen algo los sentimientos del corazón? Lasluces de la filosofía, ¿están de acuerdo con las ins-piraciones de la Naturaleza?- A esta pregunta res-ponderán hasta los medianos, observando que lospadres, naturalmente, quieren a los hijos, y éstos alos padres, y que así están enlazados nuestros de-beres con nuestros afectos, instigándonos éstos alcumplimiento de aquéllos. Hasta aquí no hay dife-rencia entre los alumnos que se llaman de buentalento. Pero prosigue el profesor analizando lamateria, y pregunta:

-¿Qué le parece a usted de los hijos que seportan mal con los padres y no corresponden con ladebida gratitud al amor que éstos les prodigaron?

Page 212: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-Que faltan a un deber sagrado y desoyenla voz de la Naturaleza.

-¿Pero cómo es que vemos tan a menudo alos hijos no cumplir como deben con sus padres,mientras éstos, si en algo faltan, suele ser por so-breabundancia de amor y ternura?

-En esto hacen muy mal los hijos -dirá eluno.

-Los hombres se olvidan fácilmente de losbeneficios recibidos, dirá el otro; quién alegará quelos hijos, a medida que adelantan en edad, sehallan distraídos por mil atenciones diferentes;quién recordará que los nuevos afectos engendra-dos en sus ánimos, a causa de la familia de que sehacen cabezas, disminuyen el que deben a suspadres, y cada cual andará señalando razones máso menos adaptadas, más o menos sólidas, peroninguna que satisfaga del todo. Si entre vuestrosalumnos se encuentra alguno que haya de adquirircon el tiempo esclarecida nombradía dirigidle lamisma pregunta, a ver si acierta a decir algo que ladesentrañe y la ilustre.

-Es demasiado cierto, os responderá, quelos hijos faltan con mucha frecuencia a sus deberes

Page 213: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

para con sus padres; pero, si no me engaño, larazón de esto se halla, en la misma naturaleza delas cosas. Cuando más necesario es para la con-servación y buen orden de los seres el cumplimientode un deber, el Criador ha procurado asegurar másdicho cumplimiento. El mundo se conserva más omenos bien, a pesar del mal comportamiento de loshijos; pero el día que los padres se portasen mal, yolvidasen el cuidar de sus hijos, el linaje humanocaminaría a su ruina. Así, es de notar que los hijos,ni aun los mejores, no profesan a sus padres unafecto tan vivo y ardiente como los padres a loshijos. El Criador podía, sin duda, comunicar a loshijos un amor tan apasionado y tierno como lo es elde los padres, pero ésto no era necesario, y por lomismo no lo ha hecho. Y es de notar que las ma-dres, que han menester mayor grado de este amory ternura, lo tienen llevado hasta los límites del fre-nesí, habiéndolas pertrechado el Criador contra elcansancio que pudieran producirles los primeroscuidados de la infancia. Resulta, pues, que la faltadel cumplimiento de los deberes en los hijos noprocede precisamente de que éstos sean peores,pues ellos, si llegan a ser padres, se portan como lohicieron los suyos, sino de que el amor filial, es desuyo menos intenso que el paternal, ejerce mucho

Page 214: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

menos ascendiente y predominio sobre el corazón,y por lo mismo se amortigua con más facilidad; esmenos fuertes para superar obstáculos y ejercemenor influencia sobre la totalidad de nuestras ac-ciones.

En las primeras respuestas encontrabaisdiscípulos aprovechados; en ésta descubrís al jovenfilósofo que empieza a descollar, como entre raquí-ticos arbustos se levanta la tierna encina, que, an-dando los años, se hará notar en el bosque por sucorpulento tronco y soberbia copa.

§ IV

Necesidad de los estudios elementales

No se crea por lo dicho que juzgue conve-niente emancipar a la juventud de la enseñanza delos elementos; muy al contrario; opino que quien hade aprender una ciencia, por grandes que sean lasfuerzas de que se sienta dotado, es preciso que sesujete a esta mortificación, que es como el novicia-do de las letras. De esto procuran muchos eximirse,apelando a artículos de diccionario que contienen lobastante para hablar de todo sin entender de nada;pero la razón y la experiencia manifiestan que se-

Page 215: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mejante método no puede servir sino a formar loque llamamos eruditos a la violeta.

En efecto; hay en toda ciencia y profesiónun conjunto de nociones primordiales, voces y locu-ciones que le son propias, las cuales no se apren-den bien sino estudiando una obra elemental; desuerte que cuando no mediaran otras consideracio-nes, la presente bastaría a demostrar los inconve-nientes de tomar otro camino. Estas nociones pri-mordiales y esas voces y locuciones deben ser mi-radas con algún respeto por quien entra de nuevoen la carrera, pues ha de suponer que no en vanohan trabajado hasta aquí los que a ella se dedica-ron. Si el recién venido tiene desconfianza de suspredecesores, si espera poder reformar la ciencia oprofesión y hasta variarla radicalmente al menos hade reflexionar que es prudente enterarse de lo quehan dicho los otros, que es temerario el empeño decrearlo todo por sí solo, y es exponerse a perdermucho tiempo el no quererse aprovechar en nadade las fatigas ajenas. El maquinista más extraordi-nario empieza quizá a dedicarse a su profesión enla tienda de un modesto artesano, y por grandesesperanzas que puedan fundarse en sus brillantesdisposiciones no deja por esto de aprender losnombres y el manejo de los instrumentos y enseres

Page 216: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

del trabajo. Con el tiempo hará en ellos muchasvariaciones, los tendrá de otra materia más adapta-da, cambiará su forma y tal vez su nombre; mas porahora es preciso que los tome tal como los encuen-tra, que se ejercite con ellos hasta que la reflexión yla experiencia le hayan demostrado los inconvenien-tes de que adolecen y las mejoras de que son sus-ceptibles.

Puede aplicarse a todas las ciendas el con-sejo que se da a los que quieren aprender la histo-ria: antes de comenzar su estudio es necesario leerun compendio. A este propósito son notables laspalabras de Bossuet en la dedicatoria que precedea su Discurso sobre la historia universal. Asienta lanecesidad de estudiar la historia en compendio paraevitar confusión y ahorrar fatiga, y luego añade:«Esta manera de exponer la historia universal lacompararemos a la descripción de los mapas ge-ográficos: la historia universal es el mapa generalcomparado con las historias particulares de cadapaís y de cada pueblo. En los mapas particularesveis menudamente lo que es un reino o una provin-cia en sí misma; en los universales aprendéis a fijarestas partes del mundo en su todo; en una palabra:veis la parte que ocupa París o la isla de Francia enel reino, la que el reino ocupa en la Europa y la que

Page 217: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la Europa ocupa en el universo.» Pues bien: la opor-tuna y luminosa comparación entre el Mapamundi ylos particulares se aplica a todos los ramos de co-nocimientos. En todos hay un conjunto de que espreciso hacerse cargo para comprender mejor laspartes y no andar confuso y perdido en la manerade ordenarlas. Aun las ideas que se adquieren poreste método son casi siempre incompletas, a me-nudo inexactas y algunas veces falsas; pero todosestos inconvenientes aún no pesan tanto como losque resultan de acometer a tientas, sin anteceden-tes ni guía, el estudio de una ciencia.

Las obras elementales, se nos dirá, no sonmás que un esqueleto; es verdad, pero, tal como es,ahorra muchísimo trabajo; hallándole formado ya,os será más fácil corregir sus defectos, cubrirle denervios, músculos y carne; darle calor, movimiento yvida.

Entre los que han estudiado por principiosuna ciencia y los que, por decirlo así, han cogidosus nociones al vuelo en enciclopedias y dicciona-rios hay siempre una diferencia que no se escapa aun ojo ejercitado. Los primeros se distinguen por laprecisión de ideas y propiedad de lenguaje; losotros se lucen tal vez con abundantes y selectas

Page 218: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

noticias, pero a la mejor ocasión dan un solemnetropiezo, que manifiesta su ignorante superficiali-dad(17).

Page 219: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XVIII

La invención

§ I

Lo que debe hacer quien carezca del talentode invención

Creo haber dicho lo suficiente con respectoa los métodos de enseñar y aprender; paso a tratardel método de invención.

Conocidos todos los elementos de unaciencia, y llegado el hombre a edad y posición enque puede dedicarse a estudios de mayor extensióny profundidad, está en el caso de seguir senderosmenos trillados y acometer empresas más osadas.Si la naturaleza no le ha dotado del talento de in-vención, preciso le será contentarse por toda suvida con el método elemental, bien que tomado enmayor escala. Necesita guías, y este servicio leprestarán las obras magistrales. Mas no se crea quedeba entenderse condenado a ciego servilismo y nohaya de atreverse a discordar nunca de la autoridadde sus maestros; en la milicia científica y literaria noes tan severa la disciplina que no sea lícito al solda-do dirigir algunas observaciones a su jefe.

Page 220: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ II

La autoridad científica

Los hombres capaces de alzar y llevar ade-lante una bandera son muy pocos, y mejor es alis-tarse en las filas de un general acreditado que noandar a manera de miserable guerrillero, afectandola importancia de insigne caudillo.

Diciendo esto no es mi ánimo predicar laautoridad en materias puramente científicas y litera-rias; en todo el decurso de la obra he dado bastantea entender que no adolezco de tal achaque; sólo mepropongo indicar una necesidad de nuestro enten-dimiento, que, siendo por lo común muy flaco, hamenester un apoyo. La hiedra, entrelazándose conun árbol, se levanta a grande altura; si creciese sinarrimo yacería tendida por el suelo, pisoteada porlos transeuntes. Además, que no por haber hechoesta observación se ha de cambiar el orden regularde las cosas, pues con ella más bien he consignadoun hecho que ofrecido un consejo. Sí, un hecho,porque, a pesar de tanto como se blasona de inde-pendencia, es más claro que la luz del mediodíaque esta independencia no existe, que gran partede la humanidad anda guiada por algunos caudillos,

Page 221: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

y que éstos, a su talante, la llevan por el camino dela verdad o del error.

Este es un hecho de todos los países y detodos los siglos; hecho indestructible, porque estáfundado en la misma naturaleza del hombre. Eldébil siente la superioridad del fuerte y se humilla ensu presencia; el genio no es el patrimonio del linajehumano, es un privilegio a pocos concedido; quienlo posee ejerce sobre los demás un ascendienteirresistible. Se ha observado con mucha verdad quelas masas tienen una tendencia al despotismo; estodimana de que sienten su incapacidad para dirigir-se, y, naturalmente, buscan un jefe; la que se expe-rimenta en la guerra y la política se nota también enlas ciencias. La generalidad de los que las profesanson también masas, son verdadero vulgo, que en-tregado a sí mismo no sabría qué hacerse; por lomismo se arremolina, a manera de grupos popula-res, en torno de los que le hablan algo mejor de loque él sabe y manifiestan conocimientos que él noposee. El entusiasmo penetra también en la plebesabia, y lo mismo que la otra en sus asonadas,aplaude y grita: «¡Muy bien, muy bien...; tú lo en-tiendes mejor que nosotros; tú serás nuestro je-fe...!».

Page 222: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ III

Modificaciones que ha sufrido en nuestraépoca la autoridad científica

A medida que se han generalizado los co-nocimientos con el inmenso desarrollo de la prensa,se ha podido creer que el indicado fenómeno habíadesaparecido; pero no es así, lo que ha hecho hasido modificarse. Cuando los caudillos eran pocos,cuando el mando estaba entre pocas escuelas,andaban los entendimientos a manera de ejércitosdisciplinados, siendo tan patente la dependenciaque no era posible equivocarse. Ahora sucede deotra manera: los caudillos y las escuelas son enmayor número; la disciplina se ha relajado; pasanlos soldados de uno a otro campo; éstos se adelan-tan un poco, aquéllos se quedan rezagados, algu-nos se separan y se empeñan en escaramuzas sininstrucciones ni órdenes de sus jefes; diríase quelos grandes ejércitos han dejado de existir y quecada cual marcha por su lado; pero no os hagáisilusiones: los ejércitos existen, a pesar de ese des-orden; todos saben bien a cuál pertenecen; si de-sertan del uno, se unirán al otro, y cuando se veanen aprieto, todos replegarán en la dirección donde

Page 223: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

saben que está el cuerpo principal para cubrir suretirada.

Y si entrar quisiéramos en minuciosas cuen-tas hallaríamos que no es tan exacto que los caudi-llos de ahora sean en mucho mayor número que losde tiempos anteriores. Formando un cuadro de cla-sificaciones científicas y literarias encontraríamosfácilmente que en cada género son muy pocos losque llevan la bandera y que sobre sus pasos seprecipita la multitud ahora como siempre.

El teatro y la novela, ¿no tienen un pequeñonúmero de notabilidades, cuyas obras se imitanhasta el fastidio? La política, la filosofía, la historia,¿no cuentan también unos pocos adalides, cuyosnombres se pronuncian sin cesar y cuyas opinionesy lenguaje se adoptan sin discernimiento? La inde-pendiente Alemania, ¿no tiene sus escuelas filosófi-cas, tan marcadas y caracterizadas como serlo pu-dieron las de Santo Tomás, Escoto y Suárez? ¿Quéson en Francia la turba de filósofos universitariossino humildes discípulos de Cousin? ¿Y qué ha sidoCousin a su vez sino un vicario de Hegel y de Sche-lling? Y su filosofía, que también forcejea por intro-ducirse entre nosotros, ¿no comienza con tono ma-gistral, exigiendo respeto y deferencia, a manera de

Page 224: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ministerio sagrado que se dirige a la conversión delas gentes sencillas? La mayor parte de los queprofesan la filosofía de la historia ¿hacen más querecitar trozos de las obras de Guizot o de otros es-critores muy contados? Los que se complacen endeclamaciones sobre elevados principios de legisla-ción, ¿no son con frecuencia plagiarios de Becaria yFilangieri? Los utilitarios, ¿nos dicen, por ventura,otra cosa que lo que acaban de leer en Bentham?Los escritores sobre derecho constitucional, ¿notienen siempre en la boca a Benjamín Constant?

Reconozcamos, pues, un hecho que tan debulto se presenta, y no nos lisonjeemos de haberdestruido lo que es más fuerte que nosotros, peroguardémonos de sus malos efectos en cuanto nossea posible. Si a causa de la debilidad de nuestrasluces estamos precisados a valernos de las ajenas,no las recibamos tampoco con innoble sumisión, noabdiquemos el derecho de examinar las cosas pornosotros mismos, no consintamos que nuestro en-tusiasmo por ningún hombre llegue a tan alto puntoque, sin advertirlo, le reconozcamos como oráculoinfalible. No atribuyarnos a la criatura lo que es pro-pio del Criador.

§ IV

Page 225: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El talento de invencián. -Carrera del genio

Si el entendimiento es tal que pueda condu-cirse a sí mismo; si al examinar las obras de losgrandes escritores se siente con fuerza para imitar-los y se encuentra entre ellos no como pigmeo entregigantes, sino como entre sus iguales, entonces elmétodo de invención le conviene de una maneraparticular, entonces no debe limitarse a saber loslibros, es preciso que conozca las cosas; no ha decontentarse con seguir el camino trillado, sino queha de buscar veredas que le lleven mejor, más rectoy, si es posible, a puntos más elevados. No admitaidea sin analizar, ni proposición sin discutir, ni racio-cinio sin examinir, ni regla sin comprobar; fórmeseuna ciencia propia, que le pertenezca como su san-gre, que no sea una simple recitación de lo que haleído, sino el fruto de lo que ha observado y pensa-do.

¿Qué reglas deberá tener presentes? Lasque se han señalado más arriba para todo pensa-dor. El entrar en pormenores sería inútil y tal vezimposible, que el empeño de trazar al genio unamarcha fija es no menos temerario que el de sujetarlas expresiones de animada fisonomía al mezquinocírculo de compasados gestos. Cuando le veis aba-

Page 226: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

lanzarse brioso a su gigantesca carrera no le dirijáispalabras insulsas, ni consejos estériles, ni reglasque no ha de observar; decidle tan sólo: «Imagende la divinidad, marcha a cumplir los destinos que teha señalado el Criador; no te olvides de tu principioy de tu fin; tú levantas el vuelo y no sabes adóndevas. Alza los ojos al cielo y pregúntaselo a tu hace-dor. Él te mostrará su voluntad; cúmplela fielmente,que en cumplirla están cifrados tu grandor y tu glo-ria»(18).

Page 227: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XIX

El entendimiento, el corazón y la imagina-ción

§ I

Discreción en el uso de las facultades delalma. La reina Dido. Alejandro

He dicho (Cap. XII) que para conocer laverdad de ciertas materias era necesario desplegara un mismo tiempo diferentes facultades del alma, yentre ellas he contado el sentimiento. Ahora añadiréque si bien esto es preciso cuando se trata de aque-llas verdades, cuya naturaleza consiste en relacio-nes con dicho sentimiento, como todo lo bello otierno, o melancólico o sublime, no lo es cuando laverdad pertenece a un orden distinto que nada tieneque ver con nuestra facultad de sentir.

Si quiero apreciar todo el mérito de Virgilioen el episodio de Dido es menester que no raciocinecon sequedad, sino que imagine y sienta; pero sime propongo juzgar bajo el aspecto moral la con-ducta de la reina de Cartago es preciso que medespoje de todo sentimiento y que deje encomen-dado a la fría razón el fallar conforme a los eternosprincipios de la virtud.

Page 228: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Al leer a Quinto Curcio admiro al héroe ma-cedón, y me complazco en verle cuando se arrojaimpávido al través del Gránico, vence en Arbela,persigue y anonada a Darío y señorea el Oriente.En todo esto hay grandeza, hay rasgos que no fue-ran debidamente apreciados si se cerrara el co-razón a todo sentimiento. La sublime narración delsagrado Texto (Machab., lib. I, capítulo I) no seráestimada en su justo valor por quien no haga másque analizar con frialdad. «Y sucedió que despuésque Alejandro Macedón, hijo de Filipo, que fue elprimero que reinó en Grecia, salido de la tierra deCethim, derrotó a Darío, rey de los persas y de losmedos; dio muchas batallas y conquistó las fortale-zas de todos, y mató a los reyes de la tierra. Y pasóhasta los confines del mundo, y se apoderá de losdespojos de numerosas gentes, y la tierra calló ensu presencia...» Cuando uno llega a esta expresiónel libro se cae de las manos y el asombro se apode-ra del alma. En presencia de un hombre la tierracalló... Sintiendo con viveza la fuerza de esta ima-gen se forma la mayor idea que formarse pueda delhéroe conquistador. Si para conocer esta verdadabstraigo, y discurro, y cavilo, y ahogo mis senti-mientos, nada comprenderé; es preciso que meolvide de toda filosofía, que no sea más que hom-

Page 229: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bre, y que, dejando la fantasía en libertad y el co-razón abierto, mire al hijo de Filipo, saliendo de latierra de Cethim, marchando con pasos de gigantehasta la extremidad del orbe y contemple la tierraque amedrentada calla. Pero si me propongo exa-minar la justicia y la utilidad de aquellas conquistas,entonces será preciso cortar el vuelo a la imagina-ción, amortiguar los sentimientos de admiración yentusiasmo; será preciso olvidar al joven monarcarodeado de sus falanges y descollando entre susguerreros como el Júpiter de la fábula entre el corte-jo de los dioses; será necesario no pensar más queen los eternos principios de la razón y en los inter-eses de la humanidad. Si al hacer este examen dejocampear la fantasía y dilatarse el corazón, erraré,porque la radiante aureola que orla las sienes delconquistador me deslumbrará, me quitará la osadíade condenarle, me inclinará a la indulgencia portanto genio y heroísmo, y se lo perdonaré todocuando vea que en la cumbre de su gloria, a la edadde treinta y tres años, se postra en un lecho y cono-ce que se muere. Et post hoe decidit in lectum, etcognovit quia moreretur. (Machab., lib. I, cap. I.)

§ II

Page 230: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Influencia del corazón sobre la cabeza.Causas y efectos

A cada paso se observa la mucha influenciaque sobre nuestra conducta tienen las pasiones, yel insistir en probar esto sería demostrar una verdaddemasiado conocida. Pero no se ha reparado tantoen los efectos de las pasiones sobre el entendimien-to, aun con respecto a verdades que nada tienenque ver con nuestras acciones. Quizá sea éste unode los puntos más importantes del arte de pensar, ypor lo mismo lo expondré con algún detenimiento.

Si nuestra alma estuviese únicamente dota-da de inteligencia, si pudiese contemplar los objetossin ser afectada por ellos, sucedería que en no al-terándose dichos objetos los veríamos siempre deuna misma manera. Si el ojo es el mismo, la distan-cia la misma, el punto de vista el mismo, la cantidady la dirección de la luz las mismas, la impresión querecibamos no podrá menos de ser siempre la mis-ma. Pero cambiada una cualquiera de estas condi-ciones, cambiará la impresión, el objeto será más omenos grande, los colores más o menos vivos oquizá del todo diferentes: su figura sufrirá conside-rables modificaciones o tal vez se convertirá en otranada semejante. La luna conserva siempre su mis-

Page 231: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ma figura, y, no obstante, nos presenta de continuovariedad de fases; una roca informe y desigual senos ofrece a lo lejos como una cúpula que coronaun soberbio edificio, y el monumento que mirado decerca es una maravilla del arte, se divisa a largadistancia como una peña irregular, desgajada, caídaa la ventura en las faldas del monte.

Lo propio sucede con el entendimiento: losobjetos son a veces los mismos, y, no obstante, seofrecen muy diferentes no sólo a distintas personas,sino a una misma, sin que para esta mudanza seanecesario mucho tiempo. Quizá un instante de in-tervalo es suficiente para cambiar la escena; noshallamos ya en otra parte, se ha corrido un velo ytodo ha variado, todo ha tomado otras formas ycolores; diríase que los objetos han sido tocadoscon la varita de un mago.

¿Y cuál es la causa? Es que el corazón seha puesto en juego, es que nosotros nos hemosmudado, nos parece que se han mudado los obje-tos. Así, al darse a la vela la embarcación que noslleva, el puerto y las costas huyen a toda prisa;cuando en realidad nada se ha movido, sino la na-ve.

Page 232: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Y nótese que esta mudanza no se realizatan sólo cuando el ánimo se conmueve profunda-mente y puede decirse que las pasiones están le-vantadas; en medio de una calma aparente sufrimosa menudo esta alteración en la manera de ver, alte-ración tanto más peligrosa cuanto menos se hacensentir las causas que la producen. Se han divididoen ciertas clases las pasiones del corazón humano;pero sea que no se hayan comprendido todas en laclasificación filosófica, sea que cada una de ellasentrañe en su seno otras muchas que deben serconsideradas como sus hijas o como transformacio-nes de una misma, lo cierto es que quien observecon atención la variedad y graduación de nuestrossentimientos creerá estar asistiendo a las mudablesilusiones de una visión fantasmagórica. Hay mo-mentos de calma, y de tempestad, de dulzura y deacritud, de suavidad y de dureza, de valor y de co-bardía, de fortaleza y de abatimiento, de entusiasmoy de desprecio, de alegría y de tristeza, de orgullo yde anonadamiento, de esperanza y de desespera-ción, de paciencia y de ira, de postración y de acti-vidad, de expansión y de estrechez, de generosidady de codicia, de perdón y de venganza, de indul-gencia y de severidad, de placer y de malestar, desaboreo y de tedio, de gravedad y de ligereza, de

Page 233: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

elevación y de frivolidad, de seriedad y de chiste,de...; pero ¿adónde vamos a parar enumerando lavariedad de disposiciones que experimenta nuestraalma? No es más mudable e inconstante el marazotado por los huracanes, mecido por el céfiro,rizado con el aliento de la aurora, inmóvil con elpeso de una atmósfera de plomo, dorado con losrayos del sol naciente, blanqueado con la luz delastro de la noche, tachonado con las estrellas delfirmamento, ceniciento como el semblante de undifunto, brillante con los fuegos del mediodía, tene-broso y negro como la boca de una tumba.

§ III

Eugenio: sus transformaciones en veinticua-tro horas

Érase una hermosa mañana de abril; Euge-nio se había levantado muy temprano, había exten-dido maquinalmente el brazo a su librería y con eltomito en la mano, pero sin abrir, se había asomadoal balcón, que daba vista a una risueña campiña.¡Qué día más bello! ¡Qué hora tan embelesante! Elsol se levanta en el horizonte matizando las nubeci-llas con primorosos colores y desplegando en todasdirecciones madejas de luz, como la dorada cabelle-ra ondeante sobre la cabeza de un niño; la tierra

Page 234: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ostenta su riqueza y sus galas; el ruiseñor gorjea ytrina en la cercana arboleda; el labrador se encami-na a su campo, saludando al luminar del día concantares de dicha y de amor. Eugenio contemplaaquella escena con un placer inexplicable. Su áni-mo, tranquilo, sosegado, apacible, se presta fácil-mente a emociones gratas y suaves. Goza de com-pleta salud, disfruta de pingüe fortuna; los negociosde la familia andan con viento en popa, y cuantos lerodean se esmeran en complacerle. Su corazón noestá agitado por ninguna pasión violenta; anocheconcilió sin dificultad el sueño, que no se ha inte-rrumpido hasta el rayar del alba, y espera que lashoras se adelanten para entregarse al ordinariocurso de sus tranquilas tareas.

Abre por fin el libro: es una novela románti-ca. Un desgraciado, a quien el mundo no ha podidocomprender, maldice a la sociedad, a la humanidadentera; maldice a la tierra y al cielo; maldice lo pa-sado, lo presente y lo futuro; maldice al mismo Dios;se maldice a sí mismo, y, cansado de mirar un solhelado y sombrío, una tierra mustia y agostada, dearrastrar una existencia que pesa sobre su corazón,que le oprime, que le ahoga como los brazos delverdugo al infeliz ajusticiado, se propone dar fin asus días. Miradle: ya está en el borde del precipicio

Page 235: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fatal, ya vuelve en torno su cabeza desgreñada, susemblante pálido, sus ojos hundidos e inflamados,sus facciones alteradas, y antes de consumar elatentado se queda un momento en silencio y luegoreflexiona sobre la Naturaleza, sobre los destinosdel hombre, sobra la injusticia de la sociedad. «Estoes exagerado -dice con impaciencia Eugenio-; en elmundo hay mucho malo, pero no lo es todo. La vir-tud no está todavía desterrada de la tierra; yo co-nozco muchas personas que, sin atroz calumnia, nopueden ser contadas entre los criminales. Hay injus-ticias, es cierto; pero la injusticia no es la regla de lasociedad, y, si bien se observa, los grandes críme-nes son excepciones monstruosas. La mayor partede los actos que se cometen contra la virtud proce-den de nuestra debilidad; nos dañan a nosotrosmismos, pero no traen perjuicios a otros, no aterro-rizan al mundo, y los más se consuman sin llegar asu noticia. Ni es verdad que el bienestar sea tanimposible; los infortunados son muchos, pero notodo dimana de injusticia y crueldad; en la mismanaturaleza de las cosas se encuentra la razón deestos males, que además no son ni tantos ni tannegros como se nos pintan aquí. No sé qué modode mirar los objetos tienen esos hombres; se quejande todo, blasfeman de Dios, calumnian a la humani-

Page 236: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dad entera y cuando se elevan a consideracionesfilosóficas llevan el alma por una región de tinieblasdonde no encuentra más que un caos desesperan-te. Cuando vuelve de semejantes excursiones nosabe pronunciar otras palabras que maldición ycrimen. Esto es insoportable, esto es tan falso enfilosofía como feo en literatura.» Así discurría Euge-nio, y cerraba buenamente el libro, y apartaba de sumente aquellos tétricos recuerdos, entregándose denuevo a la contemplación de la bella Naturaleza.

Pasan las horas, suena la de comenzar sustareas; y aquel día parece el de las desgracias.Todo va mal; diríase que le han alcanzado a Euge-nio las maldiciones del suicida. Muy de mañanacorre por la casa un mal humor terrible; N ha pasa-do malísima noche; M se ha levantado indispuesto,y todos son más agrios que zumo de fruta verde. AEugenio se le pega también algo de la malignidadatmosférica que le rodea, pero todavía conservaalguna cosa de las apacibles emociones de la salidadel sol.

El día se va encapotando, el tiempo no serátan bueno como se prometía el espectador de lamañana. Sale Eugenio a sus diligencias, la lluviacomienza, el paraguas no basta para cubrir al vian-

Page 237: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dante, y en una calle estrecha y atestada de lodo seencuentra Eugenio con un caballo que galopa, sinatender a que los chispazos de fango de sus cascosdejan al pobre pasajero pedestre hecho una lástimade pies a cabeza. Ya es preciso retroceder, volversea casa, entre irritado y mohino, no maldiciendo tanalto como el romántico, pero sí haciendo no muypiadosa plegaria para el caballo y el jinete. La vidano es ya tan bella, pero todavía es soportable; lafilosofía se va encapotando como el tiempo, pero elsol no ha desaparecido aún. Los destinos de lahumanidad no son desesperantes, pero los lancesde los hombres son algo pesados. Al fin siempresería mejor que las caras domésticas no fueran decuaresma, que las calles estuviesen limpias, o que,si estaban sucias, no galopasen los caballos a lainmediación de los transeúntes.

Sobre una desgracia viene otra. ReparadoEugenio del primer descalabro, vuelve a sus dili-gencias, dirigiéndose a casa de su amigo, quien leha de comunicar noticias satisfactorias con respectoa un negocio de importancia. Por lo pronto es reci-bido con frialdad; el amigo procura eludir la conver-sación sobre el punto principal, y finge ocupacionesapremiadoras que le obligan a aplazar para otro díael tratar del asunto. Eugenio se despide algo desa-

Page 238: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

brido y receloso, y se devana los sesos por adivinarel misterio; pero una feliz casualidad le hace encon-trar con otro amigo, que le revela la trama del prime-ro, y le avisa que no se duerma si no quiere servíctima de la perfidia más infame. Marcha presurosoa tomar sus providencias, acude a otros que puedaninformarle de la verdadera situación de las cosas, leexplican la traición, se compadecen de su desgra-cia; pero todos convienen en que ya es tarde. Lapérdida es crecida y además irreparable; el pérfidoha tomado sus medidas con tanta precaución que eldesgraciado Eugenio no ha advertido la estratage-ma hasta que se ha visto enredado sin remedio.Acudir a los tribunales es imposible, porque el ne-gocio no lo consiente; reprochar al pérfido la negru-ra de su acción es desahogo estéril; con tomar unavenganza nada se remedia y se aumentan los ma-les del vengador. No hay más que resignarse. Eu-genio se retira a su casa, entra en su gabinete, seentrega a todo el dolor que consigo trae el frustrarsetantas esperanzas y un cambio inevitable en suposición social. El libro está todavía sobre la mesa,su vista le recuerda las reflexiones de la mañana yexclama en su interior: «¡Oh cuán miserablementete engañabas cuando reputabas exageración lasinfernales pinturas que del mundo hacen esos hom-

Page 239: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bres! No puede negarse, tienen razón; esto eshorrible, desconsolador, desesperante, pero es larealidad. El hombre es un animal depravado; lasociedad es una cruel madrastra, mejor diré un ver-dugo, que se complace en atormentarnos, que nosinsulta y se mofa de nuestras angustias al mismotiempo que nos cubre de ignominia y nos da lamuerte. No hay buena fe, no hay amistad, no haygratitud, no hay generosidad, no hay virtud sobre latierra: todo es egoísmo, miras interesadas, perfidias,traición, mentira. Para tanto padecer, ¿por qué senos ha dado la vida? ¿Dónde está la Providencia,dónde la justicia de Dios, dónde...?».

Aquí llegaba Eugenio, y, como ven nuestroslectores, la dulce y apacible y juiciosa filosofía de lamañana se había trocado en pensamientos satáni-cos, en inspiraciones de Belzebub. Nada se habíamudado en el mundo, todo proseguía en en ordina-ria carrera, y ni el hombre ni la sociedad podíandecirse peores, ni entregados a otros destinos, porhaberle sucedido a Eugenio una desgracia improvis-ta. Quien se ha mudado es él: sus sentimientos sonotros; su corazón, lleno de amargura, derrama lahiel sobre el entendimiento, y éste, obedeciendo alas inspiraciones del dolor y de la desesperación, sevenga del mundo pintándole con los colores más

Page 240: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

horribles. Y no se crea que Eugenio procede demala fe: ve las cosas tal como las expresa, así co-mo las expresaba por la mañana, tal como a lasazón las veía.

Dejando a Eugenio en el terrible dónde...,que, a no dudarlo habría abortado una blasfemiahorripilante si no se interrumpiera el monólogo conla llegada de un caballero que, con la libertad deamigo, penetra en el gabinete sin detenerse enantesalas.

-Vamos, mi querido Eugenio, ya sé que tehan jugado una mala partida.

-¡Cómo ha de ser!

-Es mucha perfidia.

-Así anda el mundo.

-Lo que importa es remediarlo.

-¿Remedio?... Es imposible....

-Muy sencillo.

-Me gusta la frescura.

-Todo está en aprontar más fondos, aprove-char el correo de hoy y ganarle por la mano.

Page 241: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-¿Pero cómo los apronto? Sus cálculos es-triban sobre la imposibilidad en que me hallo dehacerlo, y como sabía el estado de mis negocios,efecto de los desembolsos hechos hasta aquí parael maldito objeto, está bien seguro que no podrétomarle la delantera.

-Y si esos fondos estuviesen ya prestos...

-No soñemos...

-Pues mira: estábamos reunidos variosamigos para el negocio que tú no ignoras, se nos hareferido lo que te acaba de suceder y el desastreque iba a ocasionarte. La profunda impresión queme ha producido puedes suponerla, y habiendopedido permiso a los socios para abandonar por miparte el proyecto y vecir a ofrecerte mis recursos,todos, instantáneamente, han seguido mi ejemplo;todos han dicho que arrostraban con gusto el riesgode aplazar sus operaciones y de sacrificar su ga-nancia hasta que tú hubieses salido airoso del ne-gocio.

-Pero yo no puedo consentir...

-Déjate...

Page 242: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-Pero y si esos caballeros, a quienes no co-nozco siquiera...

-Tu desconfianza estaba ya prevista; apro-vecha el correo; yo me voy, y en esta cartera encon-trarás todo lo que se necesita. Adiós, mi queridoEugenio.

La cartera ha caído al lado del libro fatal;Eugenio se avergüenza de haber anatematizado lahumanidad sin excepciones; la hora del correo no lepermito filosofar, pero siente que su filosofía tomaun sesgo menos desesperante. A la mañana si-guiente el sol asomará hermoso y radiante comohoy, el ruiseñor cantará en el ramaje, el labrador sedirigirá a sus faenas y Eugenio volverá a ver lascosas como las veía antes de sus fatales aventuras.En veinticuatro horas, que, por cierto, no han altera-do nada ni en la naturaleza ni en la sociedad, lafilosofía de Eugenio ha recorrido un espacio inmen-so para volver como los astros al mismo punto dedonde partiera.

§ IV

Don Marcelino: sus cambios políticos

Don Marcelino acaba de salir de unas elec-ciones en que los partidarios han luchado en tre-

Page 243: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

menda batalla. La fuerza muscular ha tenido tam-bién su voto; se han blandido puñales, se han me-nudeado los garrotazos, la campanilla del presiden-te ha resonado entre el ruido de voces estentóreasy de pulmones de bronce. Don Mareelino perteneceal partido derrotado y ha tenido que salvarse a es-cape. Lo que es valor, ya se ve, no le faltaba; peroha sido preciso no olvidar las consideraciones deprudencia y decoro.

La desagradable impresión no se le borraráen algunos días, y es notable que ella basta paraechar a perder sus ideas liberales. «Desengáñenseustedes, señores -dice con el tono de la más pro-funda convicción-: esto es una farsa, un absurdo;nos hemos empeñado en una barbaridad; no haymás remedio que un brazo fuerte; el absolutismotiene sus inconvenientes, pero del mal el menos. Elgobierno representativo, el gobierno de la razónilustrada y de la voluntad libre es muy hermoso enlas páginas de las obras de derecho constitucional yen los artículos de periódicos, pero en la realidad nomedran más que la intriga, la inmoralidad y, sobretodo, la impudencia, y la audacia. Yo ya estoy des-engañado y he palpado bien aquello de: Otrosvendrán que me abonarán.»

Page 244: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

A consecuencia de los disturbios, la autori-dad militar toma una actitud imponente, declara elestado de sitio, la Constitución se suspende, losrevoltosos se amedrentan y la ciudad recobra sucalma. Don Marcelino, puede entregarse sin receloa sus paseos ordinarios; reina la mayor seguridadde día como de noche, y así el cuitado elector vaolvidando la escena de los campanillazos, gritos,garrotes y puñales.

Ocúrresele entretanto hacer un viaje y ne-cesita su pasaporte. A la entrada de la casa de lapolicía hay numerosa guardia de tropa; D. Marcelinose va a entrar por la primera puerta que se le ofre-ce, y el granadero le dice: «Atrás.» Encamínase a laotra, y el centinela le grita en alta y destempladavoz: «Paisano, la capa.» Quítase el embozo, prosi-gue algo mohíno, y los esbirros que se resienten dela rigidez gubernativa le dicen en ademán des-cortés: «No vaya usted tan aprisa, aguarde usted suturno.» Llegado a la mesa, el oficial le dirige milpreguntas investigadoras, le mira de pies a cabeza,como si sospechase que el pobre D. Marcelino esuno de los jefes del motín del otro día. Al fin le en-trega el pasaporte con ademán desdeñoso, baja lacabeza y no se digna devolver el saludo que el via-jero le dirige con afabilidad y cortesía.

Page 245: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El paciente se marcha muy disgustado, perono piensa que aquella escena haya debido modifi-car sus opiniones políticas. Reúnese con sus ami-gos; la conversación gira sobre las últimas ocurren-cias, y se eleva poco a poco hasta la región de lasteorías de gobierno. Don Marcelino ya no será elabsolutista del otro día.

-¡Qué -escándalo -dice uno de los circuns-tantes-; yo no puedo recordarlo sin detestar esastrampas!

-Ciertamente -responde D. Marcelino-, peroen todo hay inconvenientes; mire usted: el absolu-tismo proporciona quietud; pero, ¿qué sé yo?, tam-bién tiene sus cosas. A los hombres no convienegobernarles con palo, y al fin es necesario no olvi-dar la dignidad propia.

-¿Pero la olvidan, por ventura, los que vivenbajo un gobierno absoluto?

-Yo no digo eso, pero sí que es preciso noprecipitarse en condenar las formas representativas,porque no puede negarse que las absolutas tienencierta rigidez de que se resienten hasta las últimasruedas del gobierno.

Page 246: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El lector conocerá que D. Marcelino, sin ad-vertirlo siquiera, piensa en la escena del pasaporte;el rudo «atrás» del granadero; el grito del centinela:«Paisano, la capa»; la descortesía de los esbirros ydel oficial han bastado para introducir en sus ideaspolíticas una reforma de alguna consideración.

Desgraciadamente, el oficial de la policíahabía llevado muy lejos sus sospechas. Librado elpasaporte, no pudo menos de indicar a su principalque se le había presentado un sujeto, de quien re-celaba, según las señas, no fuese uno de los quebuscaba la autoridad. Sin saber cómo, en el acto desubir D. Marcelino a la diligencia es detenido, con-ducido a la cárcel y allí se le fuerza a pasar algunosdías, sin que basten a libertarle las vehementespresunciones que en su favor ofrecen un traje muydecente y cómodo, un cuerpo bien nutrido y unsemblante pacato. No se necesitaba más para queacabasen de desplomarse con estrépito sus convic-ciones absolutistas, ya algo desmoronadas con elnegocio del pasaporte. Lo brusco de la captura, loincómodo de la cárcel, lo pesado y quisquilloso yofensivo de los interrogatorios bastan y sobran paraque salga D. Marcelino de la prisión con su libera-lismo rejuvenecido, con su afición a la tabla de de-rechos, con su odio a la arbitrariedad, con su aver-

Page 247: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sión al gobierno militar, con su vehemente deseo deque la seguridad personal y demás garantías consti-tucionales sean una verdad. Su fe política es en laactualidad muy viva; en cuanto a firmeza, aguardadque vengan otras elecciones o que un día de ruidole asusten las carreras y los gritos de la calle. Serádifícil que las nuevas convicciones resistan a tandura prueba.

§ V

Anselmo: sus variaciones sobre la pena demuerte

Anselmo, joven aficionado al estudio de lasaltas cuestiones de legislación, acaba de leer unelocuente discurso en contra de la pena de muerte.Lo irreparable de la condenación del inocente, lorepugnante y horroroso del suplicio, aun cuando losufra el verdadero culpable; la inutilidad de tal casti-go para extirpar ni disminuir el crimen, todo estápintado con vivos colores, con pinceladas magnífi-cas; todo realzado con descripciones patéticas, conanécdotas que hacen estremecer. El joven se hallaprofundamente conmovido, imagínase que medita, yno hace más que sentir; cree ser un filólofo quejuzga, cuando no es más que un hombre que secompadece. En su concepto, la pena de muerte es

Page 248: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

inútil, y aun cuando no fuera injusta es bastante lainutilidad para hacer su aplicación altamente crimi-nal. Este es un punto en que la sociedad debe re-flexionar seriamente para libertarse de esa costum-bre cruel que le han legado generaciones menosilustradas. Las convicciones del nuevo adepto nadadejan que desear; en ellas se combinan razonessociales y humanitarias; al parecer, nada fuera ca-paz de conmoverlas.

El joven filósofo habla sobre el particularcon un magistrado de profundo saber y dilatadaexperiencia, quien opina que la abolición de la penade muerte es una ilusión irrealizable. Desenvuelve,en primer lugar, los principios de justicia en que sefunda, pinta con vivos colores las fatales conse-cuencias que resultarían de semejante paso, retrataa los hombres desalmados, burlándose de toda otrapena que no sea el último suplicio, recuerda lasobligaciones de la sociedad en la protección deldébil y del inocente, refiere algunos casos desastro-sos en que resaltan la crueldad del malvado y lospadecimientos de la víctima; el corazón del joven yaexperimenta impresiones nuevas; una santa indig-nación levanta su pecho, el celo de la justicia leinflama; su alma sensible se identifica y eleva con ladel magistrado; se enorgullece de saber dominar los

Page 249: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sentimientos de injusta compasión, de sacrificarlosen las aras de los grandes intereses de la humani-dad, e imaginándose ya sentado en un tribunal,revestido con la toga de un magistrado, parece queel corazón le dice: «Sí, también sabrías ser justo,también sabrías vencerte a ti mismo; también sabr-ías, si necesario fuese, obedecer a los impulsos detu conciencia, y con la mano en el corazón y la vistaen Dios pronunciar la sentencia fatal en obsequio dela justicia.»

§ VI

Algunas observaciones para precaverse delmal influjo del corazón

Nada más importante para pensar bien queel penetrarse de las alteraciones que produce ennuestro modo de ver la disposición de ánimo en quenos hallamos. Y aquí se encuentra la razón de quenos sea tan difícil sobreponernos a nuestra época, anuestras circunstancias peculiares, a las preocupa-ciones de la educación, al influjo de nuestros inter-eses; de aquí procede que se nos haga tan duro elobrar y hasta el pensar conforme a las prescripcio-nes de la ley eterna, el comprender lo que se elevasobre la región del mundo material, el posponer lopresente a lo futuro. Lo que está delante de nues-

Page 250: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tros ojos, lo que afecta en la actualidad, he aquí loque comúnmente decide de nuestros actos y aun denuestras opiniones.

Quien desea pensar bien es preciso que seacostumbre a estar mucho sobre sí, recordandocontinuamente esta importantísima verdad; es ne-cesario que se habitúe a concentrarse, a preguntar-se con mucha frecuencia: «¿Tienes el ánimo bas-tante tranquilo? ¿No estás agitado por alguna pa-sión que te presenta las cosas diferentes de lo queson en sí? ¿Estás poseído de algún afecto secretoque sin sacudir con violencia tu corazón le dominasuavemente, por medio de una fascinación que noadviertes? En lo que ahora piensas, juzgas, prevés,conjeturas, ¿obras quizá bajo el imperio de algunaimpresión reciente que trastornando tus ideas temuestra trastornados los objetos? Pocos días, opocos momentos antes, ¿pensabas de esta mane-ra? ¿Desde cuándo has modificado tus opiniones?¿No es desde que un suceso agradable o desagra-dable, favorable o adverso han cambiado tu situa-ción? ¿Te has ilustrado más sobre la materia, hasadquirido nuevos datos o tienes tan sólo nuevosintereses? ¿Qué es lo que ha sobrevenido, razoneso deseos? Ahora que estás agitado por una pasión,señoreado por tus afectos, juzgas de esta manera y

Page 251: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tu juicio te parece acertado; pero si con la imagina-ción te trasladas a una situación diferente, si supo-nes que ha transcurrido algún tiempo, ¿conjeturas silas cosas se te presentarán bajo el mismo aspecto,con el mismo color?».

No se crea que esta práctica sea imposible;cada cual puede probarlo por experiencia propia, yechará de ver que le sirve admirablemente paradirigir el entendimiento y arreglar la conducta. Nollega por común a tan alto grado la exaltación denuestros afectos que nos prive completamente deluso de la razón; para semejantes casos no haynada que prescribir, porque entonces hay la enaje-nación mental, sea duradera o momentánea. Lo quehacen ordinariamente las pasiones es ofuscar nues-tro entendimiento, torcer el juicio, pero no cegar deltodo aquél ni destituirnos de éste. Queda siempreen el fondo del alma una luz que se amortigua, masno se apaga; y el que brille más o menos en lasocasiones críticas depende, en buena parte, delhábito de atender a ella, reflexionar sobre nuestrasituación, de saber dudar de nuestra aptitud parapensar bien en el acto, de no tomar los chispazosde nuestro corazón por luz suficiente para guiarnosy de considerar que no son propios sino para des-lumbrarnos.

Page 252: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ VII

El amigo convertido en monstruo

Que las pasiones nos ciegan es una verdadtan trivial que nadie la desconoce. Lo que nos faltano es el principio abstracto y vago, sino una adver-tencia continuada de sus efectos, un conocimientopráctico, minucioso, de los trastornos que esta ma-ligna influencia produce en nuestro entendimiento;lo que no se adquiere sin penoso trabajo, sin dilata-do ejercicio. Los ejemplos aducidos más arriba ma-nifiestan bastante la verdad cuya exposición meocupa; no obstante, creo que no será inútil aclararlacon algunos otros.

Tenemos un amigo cuyas bellas cualidadesnos encantan, cuyo mérito nos apresuramos a en-comiar siempre que la ocasión se nos brinda y decuyo afecto hacia nosotros no podemos dudar. Nié-ganos un día un favor que le pedimos, no se inter-esa bastante por la persona que le recomendamos,recíbenos alguna vez con frialdad, nos respondecon tono desabrido o nos da otro cualquier motivode resentimiento. Desde aquel instante experimen-tamos un cambio notable en la opinión sobre nues-tro amigo; tal vez una revolución completa. Ni sutalento es tan claro, ni su voluntad tan recta, ni su

Page 253: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

índole tan suave, ni su corazón tan bueno, ni sutrato tan dulce, ni su presencia tan afable, en todohallamos que corregir, que enmendar; en todo noshabíamos equivocado; el lance que nos afecta hadescorrido el velo, nos ha sacado de la ilusión; yfortuna si el hombre modelo no se ha trocado derepente en un monstruo.

¿Es probable que fuera tanto nuestro enga-ño? No; lo es, sí, que nuestro afecto anterior no nosdejaba ver sus lunares y que nuestro actual resen-timiento los exagera o los finge. Por ventura, ¿nocreíamos posible que el amigo pudiese negarse aprestar un favor, o se portase mal en un negocio, oen un momento de mal humor se olvidase de suordinaria afabilidad y cortesía? Ciertamente queesto no era imposible a nuestros ojos: si se noshubiese preguntado sobre el particular hubiéramosrespondido que era hombre y, por lo mismo, estabasujeto a flaquezas, pero que esto nada rebajaba desus excelentes prendas. Pues ahora, ¿por qué tantaexageración? El motivo está patente: nos sentimosheridos; y quien piensa, quien juzga, no es el en-tendimiento ilustrado con nuevos datos, sino el co-razón, irritado, exasperado, quizá sediento de ven-ganza.

Page 254: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¿Queremos apreciar lo que vale nuestronuevo juicio? He aquí un medio muy sencillo. Ima-ginémonos que el lance desagradable no ha pasadocon nosotros, sino con una persona que nos seaindiferente; aun cuando las circunstancias sean lasmismas, aun cuando las relaciones entre el amigoofensor y la persona ofendida sean tan afectuosas yestrechas como las que mediaban entre él y noso-tros, ¿sacaremos del hecho las mismas consecuen-cias? Es seguro que no; conoceremos que ha obra-do mal, se lo diremos quizá con libertad y entereza,habremos tal vez descubierto una mala cualidad desu índole que se nos había ocultado; pero no deja-remos por esto de reconocer las demás prendasque le adornan, no le juzgaremos indigno de nues-tro aprecio, proseguiremos ligados con él con losmismos vínculos de amistad. Ya no será un hombreque nada tiene laudable, sino una persona que,dotada de mucho bueno, está sujeta a lo malo. Yestas variaciones de juicio sucederán aun supo-niendo al amigo culpable en realidad, aun olvidadoel ser muy fácil que nuestra pasión o interés noshayan cegado lastimosamente, haciendo que noatendiésemos a los gravísimos y justos; motivosque le habrán impulsado a obrar de la manera quenosotros reprendemos, haciéndonos prescindir de

Page 255: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

antecedentes que conocíamos muy bien, de la con-ducta que nosotros hemos observado, y, en fin,trastornando de tal manera nuestro juicio, que unproceder muy justo y razonable nos haya parecidoel colmo de la injusticia, de la perfidia, de la ingrati-tud. ¡Cuántas veces nos bastaría, para rectificarnuestro juicio, el mirar la cosa con ánimo sosegado,como negocio que no nos interesa!

§ VIII

Cavilosas variaciones de los juicios políticos

¿Están en el Poder nuestros amigos políti-cos o aquellos que más nos convienen, y dan algu-nas providencias contrarias a la ley? «Las circuns-tancias -decimos- pueden más que los hombres ylas leyes; el gobierno no siempre puede ajustarse aestricta legalidad; a veces, lo más legal es lo másilegítimo; y, además, así los individuos, como lospueblos, como los gobiernos, tienen un instinto deconservación que se sobrepone a todo, una necesi-dad a cuya presencia ceden todas las consideracio-nes y todos los derechos.» La infracción de la ley,¿se ha hecho con lisura, confesándola sin rodeos yexcusándose con la necesidad? «Bien hecho -decimos-; la franqueza es una de las mejores pren-das de todo gobierno; ¿de qué sirve engañar a los

Page 256: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

pueblos y empeñarse en gobernar con ficciones ymentiras?» ¿Se ha procurado no quebrantar la ley,pero se la ha aludido con una cavilación fútil, inter-pretándola en sentido abiertamente contrario a lamente del legislador? «La ocurrencia ha sido feliz -decimos-; al menos se muestra tan profundo respe-to a la ley, que no se le desmiente ni en la últimaextremidad. La legalidad es cosa sagrada, contra lacual es preciso no atentar nunca; no hace poco elgobierno que, no pudiendo salvar el fondo, dejaintactas las formas. Si algo hay de arbitrariedad, almenos no se presenta con la irritante férula del des-potismo. Esto es preciso para la libertad de los pue-blos.»

Los hombres del poder, ¿son nuestros ad-versarios? El asunto es muy diferente. «La ilegali-dad no era necesaria, y, además, aun cuando lofuese, la ley es antes que todo. ¿Adónde vamos aparar si se concede a los gobiernos la facultad dequebrantarla cuando lo juzguen necesario? Estoequivale a autorizar el despotismo; ningún gober-nante infringe las leyes sin decir que la infracciónestá justificada por necesidad urgente e indeclina-ble».

Page 257: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El gobierno, ¿ha confesado abiertamente lainfracción de la ley? «Esto es intolerable -exclamamos-; esto es añadir a la infracción el insul-to; siquiera se hubiese echado mano de algún ligerodisfraz...; es el último extremo de la impudencia, esla ostentación de la arbitrariedad más repugnante.Está visto, en adelante no será menester andarsecon rodeos; no hiciera más el autócrata de las Ru-sias.»

El gobierno ¿ha procurado salvar las for-mas, guardando cierta apariencia de legalidad? «Nohay peor despotismo -exclamamos- que el ejercidoen nombre de la ley; la infracción no es menos ne-gra por andar acompañada de pérfida hipocresía.Cuando un gobierno, en casos apurados, quebrantala ley y lo confiesa paladinamente, parece que consu confesión pide perdón al público y le da una ga-rantía de que el exceso no será repetido; pero elcometer ilegalidades a la sombra de la misma ley esprofanarla torpemente, es abusar de la buena fe delos pueblos, es abrir la puerta a todo linaje de des-manes. En no respetando la mente de la ley, todose puede hacer con la ley en la mano; basta asirsede una palabra ambigua para contrariar abiertamen-te todas las miras del legislador.»

Page 258: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ IX

Peligro de la mucha sensibilidad. -Los gran-des talentos. -Los poetas

Hay errores de tanto bulto, hay juicios quellevan tan manifiesto sello de la pasión, que no alu-cinan a quien no está cegado por ella. No está laprincipal dificultad en semejantes casos, sino enaquellos en que, por presentarse más disfrazados,no se conoce el motivo que habrá falseado el juicio.Desgraciadamente, los hombres de elevado talentoadolecen muy a menudo del defecto que estamoscensurando. Dotados por lo común de una sensibili-dad exquisita, reciben impresiones muy vivas, queejercen grande influencia sobre el curso de susideas y deciden de sus opiniones. Su entendimientopenetrante encuentra fácilmente razones en apoyode lo que se propone defender, y sus palabras yescritos arrastran a los demás con ascendientefascinador.

Esta será, sin duda, la causa de la volubili-dad que se nota en hombres de genio reconocido;hoy ensalzan lo que mañana maldicen; es para ellosun dogma inconcuso lo que mañana es miserablepreocupación. En una misma obra se contradicen,tal vez de una manera chocante, y os conducen a

Page 259: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

consecuencias que jamás hubierais sospechadofueran conciliables con sus principios. Os equivocar-íais si siempre achacaseis a mala fe estas singula-res anomalías; el autor habrá sostenido el sí y el nocon profunda convicción, porque, sin que él lo advir-tiese esta convicción sólo dimanaba de un senti-miento vivo, exaltado; cuando su entendimiento seexplayaba con pensamientos admirables, por subelleza y brillantez, no era más que un esclavo delcorazón, pero esclavo hábil, ingenioso, que corres-pondía a los caprichos de su dueño ofreciéndoleexquisitas labores.

Los poetas, los verdaderos poetas, es decir,aquellos hombres a quienes ha otorgado el Criadorelevada concepción, fantasía creadora y corazón defuego, están más expuestos que los demás a dejar-se llevar por las impresiones del momento. No lesnegaré la facultad de levantarse a las más altasregiones del pensamiento, ni diré que les sea impo-sible moderar el vuelo de su ingenio y adquirir elhábito de juzgar con acierto y tino; pero, a no dudar-lo, habrán menester más caudal de reflexión y ma-yor fuerza de carácter que el común de los hom-bres.

§ X

Page 260: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El poeta y el monasterio

Un viajero poeta, atravesando una soledad,oye el tañido de una campana, que le distrae de lasmeditaciones en que estaba embelesado. En sualma no se albergaba la fe, pero no es inaccesible alas inspiraciones religiosas. Aquel sonido piadosoen el corazón del desierto cambia de repente ladisposición de su espíritu y le lleva a saborearse enuna melancolía grave y severa. Bien pronto descu-bre la silenciosa mansión donde buscan asilo, lejosdel mundo, la inocencia y el arrepentimiento. Llega,apéase, llama, con una mezcla de respeto y decuriosidad; y al pisar los umbrales del monasterio seencuentra con un venerable anciano, de semblantesereno, de trato cortés y afable. El viajero es obse-quiado con afectuosa cordialidad, es conducido a laiglesia, a los claustros, a la biblioteca, a todos loslugares donde hay algo que admirar o notar. El an-ciano monje no se aparta de su lado, sostiene laconversación con discernimiento y buen gusto, semuestra tolerante con las opiniones del recién veni-do, se presta a cuanto puede complacerle y no sesepara de él sino cuando suena la hora del cumpli-miento de sus deberes. El corazón del viajero estádulcemente conmovido; el silencio, interrumpido tansólo por el canto de los salmos; la muchedumbre de

Page 261: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

objetos religiosos que inspiran recogimiento y pie-dad, unidos a las estimables cualidades y a la bon-dad y condescendencia del anciano cenobita, inspi-ran al corazón del viajero sentimientos de religión,de admiración y gratitud, que señorean vivamentesu alma. Despidiéndose de su venerable huésped,se aleja meditabundo, llevándose aquellos gratosrecuerdos que no olvidará en mucho tiempo. Si ensemejante situación de espíritu le place a nuestropoeta intercalar en sus relaciones de viaje algunasreflexiones sobre los institutos religiosos, ¿qué osparece que dirá? Es bien claro. Para él la instituciónestará en aquel monasterio, y el monasterio estarápersonificado en el monje cuya memoria le embele-sa. Contad, pues, con un elocuente trozo en favorde los institutos religiosos, un anatema contra losfilósofos que los condenan, una imprecación contralos revolucionarios que los destruyen, un lágrima dedolor sobre las ruinas y las tumbas.

Pero ¡ay del monasterio y de todos los insti-tutos monásticos si el viajero se hubiese encontradocon un huésped de mal talante, de conversaciónseca y desabrida, poco aficionado a bellezas litera-rias y artísticas y de humor nada bueno para acom-pañar curiosos! A los ojos del poeta, el monje des-agradable habría sido la personificación del instituto,

Page 262: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

y en castigo del mal recibimiento hubiera sido con-denado este género de vida, y acusado de abatir elespíritu, estrechar el corazón, apartar del trato delos hombres, formar modales ásperos y groseros yacarrear innumerables males sin producir ningúnbien. Y, sin embargo, la realidad de las cosas habríapermanecido la misma en uno y otro supuesto, me-diando sólo la casualidad que depara al viajero aco-gida más o menos halagüeña.

§ XI

Necesidad de tener ideas fijas

Las reflexiones que preceden muestran lanecesidad de tener ideas fijas y opiniones formadassobre las principales materias; y cuando esto no seadable, lo mucho que importa el abstenerse de im-provisarlas, abandonándonos a inspiraciones repen-tinas. Se ha dicho que los grandes pensamientosnacen del corazón; y pudiera haberse añadido quedel corazón nacen también los grandes errores. Sila experiencia no lo hiciese palpable, la razón bas-taría a demostrarlo. El corazón no piensa ni juzga,no hace más que sentir; pero el sentimiento es unpoderoso resorte que mueve el alma y despliega ymultiplica sus facultades. Cuando el entendimientova por el camino de la verdad y del bien, los senti-

Page 263: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mientos nobles y puros contribuyen a darle fuerza ybrío; pero los sentimientos innobles o depravadospueden extraviar al entendimiento más recto. Hastalos sentimientos buenos, si se exaltan en demasía,son capaces de conducirnos a errores deplorables.

§ XII

Deberes de la oratoria, de la poesía y de lasbellas artes

Nacen de aquí consideraciones muy gravessobre el buen uso de la oratoria y, en general, detodas las artes que o llegan al entendimiento porconducto del corazón o al menos se valen de élcomo de un auxiliar poderoso. La pintura, la escultu-ra, la música, la poesía, la literatura en todas suspartes tienen deberes muy severos que se olvidancon demasiada frecuencia. La verdad y la virtud, heaquí los dos objetos a que se han de dirigir: la ver-dad para el entendimiento, la virtud para el corazón;he aquí lo que han de proporcionar al hombre pormedio de las impresiones con que le embelesan. Endesviándose de este blanco, en limitándose a lasimple producción del placer, son estériles para elbien y fecundas para el mal.

Page 264: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El artista que sólo se propone halagar laspasiones, corrompiendo las costumbres, es unhombre que abusa de sus talentos y olvida la misiónsublime que le ha encomendado el Criador al dotar-le de facultades privilegiadas que le aseguran as-cendiente sobre sus semejantes; el orador que sir-viéndose de las galas de la dicción y de su habilidadpara mover los afectos y hechizar la fantasía, procu-ra hacer adoptar opiniones erradas, es un verdade-ro impostor, no menos culpable que quien empleamedios quizá más repugnantes, pero mucho menospeligrosos. No es lícito persuadir cuando no es lícitoconvencer; cuando la convicción es un engaño lapersuasión es una perfidia. Esta doctrina es severa,pero indudable; los dictámenes de la razón no pue-den menos de ser severos cuando se ajustan a lasprescripciones de la ley eterna, que es severa tam-bién porque es justa e inmutable.

Inferiremos de lo dicho que los escritores uoradores dotados de grandes cualidades para inter-esar y seducir son una verdadera calamidad públicacuando las emplean en defensa del error. ¿Quéimporta el brillo si sólo sirve a deslumbrar y perder?Las naciones modernas han olvidado estas verda-des al resucitar entre ellas la elocuencia popularque tanto dañó a las antiguas repúblicas; en las

Page 265: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

asambleas deliberantes donde se ventilan los altosnegocios del Estado, donde se falla sobre los gran-des intereses de la sociedad, no debiera resonarotra voz que la de una razón clara, sesuda, austera.La verdad es la misma, la realidad de las cosas nose muda porque se haya excitado el entusiasmo dela asamblea y de los espectadores y se haya deci-dido una votación con los acentos de un oradorfogoso. Es o no verdad lo que se sustenta, es o noútil lo que se propone: he aquí lo único a que se hade atender; lo demás es extraviarse miserablemen-te, es olvidarse del fin de la deliberación, es jugarcon los grandes intereses de la sociedad, es sacrifi-carlos al pueril prurito de ostentar dotes oratorias, ala mezquina vanidad de arrancar aplausos.

Ya se ha observado que todas las asamble-as, y muy particularmente en el principio de las re-voluciones, adolecen de espíritu de invasión y sedistinguen por sus resoluciones desatinadas. Lasesión comienza tal vez con felices auspicios, perose retoma un sesgo peligroso; los ánimos se con-mueven, la mente se ofusca, la exaltación sube depunto, llega a rayar en frenesí; y una reunión dehombres que por separado habrían sido razonablese convierten en una turba de insensatos y deliran-tes. La causa es obvia: la impresión, del momento

Page 266: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

es viva, prepondera sobre todo, lo señorea todo;con la simpatía natural al hombre se propaga comoun fluido eléctrico, y corriendo adquiere velocidad yfuerza; lo que al principio era chispa es a pocosmomentos una conflagración espantosa.

El tiempo, los desengaños y escarmientosamaestran algún tanto a las naciones, haciendo quese vaya embotando la sensibilidad y no sea tanpeligrosa la fascinación oratoria; triste remedio parael mal la repetición de sus daños. Como quiera, yaque no es posible cambiar el corazón de los hom-bres, serán dignos de gloria y prez los oradoresesclarecidos que emplean en defensa de la verdady de la justicia las mismas armas que otros usan enpro del error y del crimen. Al lado del veneno laProvidencia suele colocar el antídoto.

§ XIII

Ilusión causada por los pensamientos re-vestidos de imágenes

A más del peligro de errar que consigo traela moción de los afectos hay otro, tal vez menosreparado y que, sin embargo, es de mucha trascen-dencia, cual es el de los pensamientos revestidoscon una imagen brillante. Es indecible el efecto que

Page 267: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

este artificio produce; tal pensamiento, no más quesuperficial, pasa por profundo merced a su disfrazgrave y filosófico; tal otro, que presentado desnudofuera una vulgaridad, mostrándose con nobles atav-íos oculta su origen plebeyo, y una proposición queenunciada con sequedad mostraría de bulto que esinexacta o falsa, o quizá un solemne despropósito,es contada entre las verdades que no consientenduda si anda cubierta con ingenioso velo.

He dicho que los daños en este punto sonde mucha trascendencia, porque suelen adolecer desemejante defecto los autores profundos y senten-ciosos; y como quiera que sus palabras se escu-chan con tanto respeto y acatamiento cuanto esmás fuerte el tono de convicción con que se expre-san, resulta que el lector incauto recibe como axio-ma inconcuso o máxima de eterna verdad lo que aveces no es más que un sueño del pensador o unlazo tendido adrede a la buena fe de los poco avi-sados(19)

Page 268: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XX

Filosofía de la Historia

§ I

En qué consiste la filosofía de la Historia. -Dificultad de adquirirla

No trato aquí de la Historia bajo el aspectocrítico, sino únicamente bajo el filosófico. Lo relativoa la simple investigación de los hechos está expli-cado en el Capítulo XI.

¿Cuál es el método más a propósito paracomprender el espíritu de una época, formarse ide-as claras y exactas sobre su carácter, penetrar lascausas de los acontecimientos y señalar a cadacual sus propios resultados? Esto equivale a pre-guntar cuál es el método conveniente para adquirirla verdadera filosofía de la Historia.

¿Será con la elección de los buenos auto-res? ¿Pero cuáles son los buenos? ¿Quién nosasegura que no los ha guiado la pasión? ¿Quiénsale fiador de su imparcialidad? ¿Cuántos son losque han escrito la Historia del modo que se necesitapara enseñarnos la filosofía que le corresponde?Batallas, negociaciones, intrigas palaciegas, vidas y

Page 269: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

muertes de príncipes, cambios de dinastías, deformas políticas, a esto se reducen la mayor partede las historias; nada que nos pinte al individuo consus ideas, sus afectos, sus necesidades, sus gus-tos, sus caprichos, sus costumbres; nada que noshaga asistir a la vida íntima de las familias y de lospueblos; nada que en el estudio de la Historia noshaga comprender la marcha de la Humanidad.Siempre en la política, es decir, en la superficie;siempre en lo abultado y ruidoso, nunca en las en-trañas de la sociedad, en la naturaleza de las cosas,en aquellos sucesos que, por recónditos y de pocaapariencia, no dejan de ser de la mayor importancia.

En la actualidad se conoce ya este vacío yse trabaja por llenarle. No se escribe la Historia sinque se procure filosofar sobre ella. Esto, que en síes bueno, tiene otro inconveniente, cual es que enlugar de la verdadera filosofía de la Historia se nospropina con frecuencia la filosofía del historiador.Más vale no filosofar que filosofar mal; si queriendoprofundizar la Historia la trastorno, preferible seríaque me atuviese al sistema de nombres y fechas.

§ II

Se indica un medio para adelantar en la filo-sofía de la Historia

Page 270: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Preciso es leer las historias, y, a falta deotras, debe uno atenerse a las que existen; sin em-bargo, yo me inclino a que este estudio no bastapara aprender la filosofía de la Historia. Hay otromás a propósito y que, hecho con discernimiento,es de un efecto seguro: el estudio inmediato de losmonumentos de la época. Digo inmediato, esto es,que conviene no atenerse a lo que nos dice de ellosel historiador, sino verlos con los propios ojos.

Pero este trabajo, se me dirá, es muy pesa-do, para muchoo imposible, difícil para todos. Noniego la fuerza de esta observación, pero sostengoque en muchos casos el método que propongo aho-rra tiempo y fatigas. La vista de un edificio, la lecturade un documento, un hecho, una palabra, al parecerinsignificante y en que no ha reparado el historiador,nos dicen mucho más y más claro, y más verdaderoy más exacto, que todas sus narraciones.

Un historiador se propone retratarme lasencillez de las costumbres patriarcales: recogeabundantes noticias sobre los tiempos más remotosy agota el caudal de su erudición, filosofía y elo-cuencia para hacerme comprender lo que eranaquellos tiempos y aquellos hombres y ofrecerme loque se llama una descripción completa. A pesar de

Page 271: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cuanto me dice, yo encuentro otro medio más senci-llo, cual es el asistir a las escenas donde se mepresenta en movimiento y vida lo que trato de cono-cer. Abro los escritores de aquellas épocas, que noson ni en tanto número ni tan voluminosos, y allíencuentro retratos fieles que enseñan y deleitan. LaBiblia y Homero nada me dejan que desear.

§ III

Aplicación a la Historia del espíritu humano

La inteligencia humana tiene su historia,como la tienen los sucesos exteriores; historia tantomás preciosa cuanto nos retrata lo más íntimo delhombre y lo que ejerce sobre él poderosa influencia.Hállanse a cada paso descripciones de escuelas ydel carácter y tendencia del pensamiento en esta oaquella época; es decir, que son muchos los histo-riadores del entendimiento; pero si se desea saberalgo más que cuatro generalidades, siempre inexac-tas y a menudo totalmente falsas, es preciso aplicarla regla establecida: leer los autores de la épocaque se desea conocer. Y no se crea que es absolu-tamente necesario revolverlos todos, y que así estemétodo se haga impracticable para el mayor núme-ro de los lectores, una sola página de un escritornos pinta más al vivo su espíritu y su época que

Page 272: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

cuanto podrían decirnos los más minuciosos histo-riadores.

§ IV

Ejemplo sacado de las fisonomías que acla-ra lo dicho sobre el modo de adelantar en la filosofíade la Historia

Si el lector se contenta con lo que le dicenlos otros, y no trata de examinarlo por sí mismo,logrará tal vez un conocimiento histórico, pero nointuitivo; sabrá lo que son los hombres y las cosas,pero no lo verá; dará razón de la cosa, pero no serácapaz de pintarla. Una comparación aclarará mipensamiento. Supongamos que se me habla de unsujeto importante que no puedo tratar ni ver, y, cu-rioso yo de saber algo de su figura y modales, pre-gunto a los que le conocen personalmente. Medirán, por ejemplo, que es de estatura más quemediana, de espaciosa y despejada frente, cabellonegro y caído con cierto desorden, ojos grandes,mirada viva y penetrante, color pálido, faccionesanimadas y expresivas; que en sus labios asomacon frecuencia la sonrisa de la amabilidad, y que devez en cuando anuncia algo de maligno; que supalabra es mesurada y grave, pero que con el calorde la conversación se hace rápida, incisiva y hasta

Page 273: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fogosa, y así me irán ofreciendo un conjunto físico ymoral para darme la idea más aproximada posible;si supongo que estas y otras noticias son exactas,que se me ha descrito con toda fidelidad el original,tengo una idea de lo que es la persona que llamabami curiosidad, y podré dar cuenta de ella a quien,como yo, estuviese deseoso de conocerla. Pero ¿esesto bastante para formar un concepto cabal de lamisma, para que se me presente a la imaginacióntal como es en sí? Ciertamente que no. ¿Queréisuna prueba? Suponed que el que ha oído la relaciónes un retratista de mucho mérito: ¿será capaz deretratar a la persona descrita? Que lo intente, y,concluida la obra, preséntese de improviso el origi-nal; es bien seguro que no se le conocerá por lacopia.

Todos habremos experimentado por noso-tros mismos esta verdad: cien y cien veces habre-mos oído explicar la fisonomía de una persona; anuestro modo, nos hemos formado en la imagina-ción una figura en la cual hemos procurado reunirlas cualidades oídas; pues bien: cuando se presentala persona encontramos tanta diferencia que nos espreciso retocar mucho el trabajo, si no destruirletotalmente. Y es que hay cosas de que es imposibleformarse idea clara y exacta sin tenerlas delante, y

Page 274: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

las hay en gran número y sumamente delicadas,imperceptibles por separado y cuyo conjunto formalo que llamamos la fisonomía. ¿Cómo explicaréis ladiferencia de dos personas muy semejantes? No deotra manera que viéndolas; se parecen en todo, nosabríais decir en qué discrepan; pero hay algunacosa que no las deja confundir: a la primera ojeadalo percibís, sin atinar lo que es.

He aquí todo mi pensamiento. En las obrascríticas se nos ofrecen extensas y tal vez exactasdescripciones del estado del entendimiento en tal ocuál época, y, a pesar de todo, no la conocemosaún; si se nos presentasen trozos de escritores detiempos diferentes no acertaríamos a clasificarloscual conviene, y nos fatigaríamos en recordar lascualidades de unos y de otros, pero esto no nosevitaría el caer en equivocaciones groseras, endisparatados anacronismos. Con mucho menostrabajo saliéramos airosos del empeño si hubiése-mos leído los autores de que se trata, quizá no di-sertaríamos con tanto aparato de erudición y crítica,pero juzgaríamos con harto más acierto. «El giro delpensamiento -diríamos-, el estilo el lenguaje revelanun escritor de tal época; este trozo es apócrifo; aquíse descubre la mano de tal otro tiempo», y así an-daríamos clasificando sin temor de equivocarnos,

Page 275: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

por más que no pudiésemos hacernos comprenderbien de aquellos que, como nosotros, no conocie-sen de vista a aquellos personajes. Si entonces senos dijera: «¿Y tal cualidad?, ¿cómo es que no seencuentra aquí?, ¿por qué otra se halla en mayorgrado?, ¿por qué...?» «Imposible será -replicaríamos quizá nosotros- satisfacer todos losescrúpulos de usted; lo que puedo asegurar es quelos personajes que figuran aquí los tengo bien co-nocidos y que no puedo equivocarme sobre losrasgos de su fisonomía, porque los he visto muchasveces(20).»

Page 276: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XXI

Religión

§ I

Insensato discurrir de los indiferentes enmateria de religión

Impropio fuera de este lugar un tratado dereligión, pero no lo serán algunas reflexiones paradirigir el pensamiento en esta importantísima mate-ria. De ella resultará que los indiferentes o incrédu-los son pésimos pensadores.

La vida es breve, la muerte cierta; de aquí apocos años el hombre que disfruta de la salud másrobusta y lozana habrá descendido al sepulcro ysabrá por experiencia lo que hay de verdad en loque dice la religión sobre los destinos de la otravida. Si no creo, mi incredulidad, mis dudas, misinvectivas, mis sátiras, mi indiferencia, mi orgulloinsensato no destruyen la realidad de los hechos; siexiste otro mundo donde se reservan premios albueno y castigos al malo, no dejará ciertamente deexistir porque a mí me plazca el negarlo, y, además,esta caprichosa negativa no mejorará el destinoque, según las leyes eternas, me haya de caber.Cuando suene la última hora será preciso morir y

Page 277: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

encontrarme con la nada o con la eternidad. Estenegocio es exclusivamente mío, tan mío como si yoexistiera solo en el mundo; nadie morirá por mí,nadie se pondrá en mi lugar en la otra vida priván-dome del bien o librándome del mal. Estas conside-raciones me muestran con toda evidencia la altaimportancia de la religión, la necesidad que tengode saber lo qué hay de verdad en ella, y que si digo:«Sea lo que fuere de la religión, ni quiero pensar enella», hablo como el más insensato de los hombres.

Un viajero encuentra en su camino un ríocaudaloso; le es preciso atravesarle, ignora si hayalgún peligro en este o aquel vado, y está oyendoque muchos que se hallan como él a la orilla ponde-ran la profundidad del agua en determinados luga-res y la imposibilidad de salvarse el temerario que atantearlos se atreviese. El insensato dice: «¿Quéme importan a mí esas cuestiones?» y se arroja alrío sin mirar por dónde. He aquí el indiferente enmaterias de religión.

§ II

El indiferente y el género humano

La humanidad entera se ha ocupado y seestá ocupando de la religión; los legisladores la han

Page 278: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mirado como el objeto de la más alta importancia;los sabios la han tomado por materia de sus másprofundas meditaciones; los monumentos, los códi-gos, los escritos de las épocas que nos han prece-dido nos muestran de bulto este hecho que la expe-riencia cuida de confirmar; se ha discurrido y dispu-tado inmensamente sobre la religión; las bibliotecasestán atestadas de obras relativas a ella, y hasta ennuestros días la Prensa va dando otras a luz ennúmero muy crecido; cuando, pues, viene el indife-rente y dice: «Todo esto no merece la pena de serexaminado; yo juzgo sin oír: estos sabios son todosunos mentecatos; éstos legisladores, unos necios;la humanidad entera es una miserable ilusa; todospierden lastimosamente el tiempo en cuestionesque nada importan», ¿no es digno de que esahumanidad, y esos sabios, y esos legisladores selevanten contra él, arrojen sobre su frente el borrónque él les ha echado y le digan a su vez: «¿Quiéneres tú, que así nos insultas, que así desprecias lossentimientos más íntimos del corazón y todas lastradiciones de la humanidad; que así declaras frívo-los lo que en toda la redondez de la tierra se reputagrave e importante? ¿Quién eres tú? ¿Has descu-bierto, por ventura, el secreto de no morir? Misera-ble montón de polvo, ¿olvidas que bien pronto te

Page 279: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dispersará el viento? Débil criatura, ¿cuentas acasocon medios para cambiar tu destino en esa regiónque desconoces? La dicha o la desdicha, ¿son parati indiferentes? Si existe ese juez, de quien no quie-res ocuparte, ¿esperas que se dará por satisfechosi al llamarte a juicio le respondes: «¿Y a mi qué meimportaban vuestros mandatos ni vuestra mismaexistencia?» Antes de desatar tu lengua con taninsensatos discursos date una mirada a ti mismo,piensa, en esa débil organización que el más leveaccidente, es capaz de trastornar, y que brevísimotiempo ha de bastar a consumir, y entonces siéntatesobre una tumba, recógete y medita.»

§ III

Tránsito del indiferentismo al examen. -Existencia de Dios

Curado el buen pensador de achaque delindiferentismo, convencido profundamente de que lareligión es el asunto de más elevada importancia,debiera pasar más adelante y discurrir de esta ma-nera: «¿Es probable que todas las religiones nosean más que un cúmulo de errores y que la doctri-na que las rechaza a todas sea verdadera?»

Page 280: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Lo primero que las religiones establecen osuponen es la existencia de Dios. ¿Existe Dios?¿Existe algún Hacedor del Universo? Levanta losojos al firmamento, tiéndelos por la faz de la tierra,mira lo que tú mismo eres, y viendo por todas partesgrandor y orden di, si te atreves: «El acaso es quienha hecho el mundo; el acaso me ha hecho a mí; eledificio es admirable, pero no hay arquitecto; elmecanismo es asombroso, pero no hay artífice; elorden existe sin ordenador, sin sabiduría para con-cebir el plan, sin poder para ejecutarle.» Este racio-cinio, que tratándose de los más insignificantesartefactos sería despreciable y hasta contrario alsentido común, ¿se podrá aplicar al universo? Loque es insensato con respecto a lo pequeño, ¿serácuerdo con relación a lo grande?

§ IV

No es posible que todas las religiones seanverdaderas

Son muchas y muy varias las religiones quedominan en los diferentes puntos de la tierra; ¿seríaposible que todas fuesen verdaderas? El sí y el no,con respecto a una misma cosa, no puede ser ver-dadero a un mismo tiempo. Los judíos dicen que elMesías no ha venido; los cristianos, que sí; los mu-

Page 281: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sulmanes respetan a Mahoma como insigne profeta;los cristianos le miran como solemne impostor; loscatólicos sostienen que la Iglesia es infalible enpuntos de dogma y de moral; los protestantes loniegan; la verdad no puede estar por ambas partes,unos u otros se engañan. Luego es un absurdo eldecir que todas las religiones son verdaderas.

Además, toda religión se dice bajada delcielo; la que lo sea será la verdadera, las restantesno serán otra cosa que ilusión o impostura.

§ V

Es imposible que todas las religiones seanigualmente agradables a Dios

¿Es posible que todas las religiones seanigualmente agradables a Dios y que se dé igual-mente por satisfecho con todo linaje de cultos? No.A la verdad infinita no puede serle acepto el error, ala bondad infinita no puede serle grato el mal; luego,al afirmar que todas las religiones son igualmentebuenas, que con todos los cultos el hombre llenabien sus deberes para con Dios, es blasfemar de laverdad y bondad del Criador.

§ VI

Page 282: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Es imposible que todas las religiones seanuna invención humana

¿No sería lícito pensar que no hay ningunareligión verdadera, que todas son inventadas por elhombre? No. ¿Quién fue el inventor? El origen delas religiones se pierde en la noche de los tiempos:allí donde hay hombres, allí hay sacerdote, altar yculto. ¿Quién será ese inventor, cuyo nombre sehabría olvidado, y cuya invención se habría difundi-do por toda la tierra, comunicándose a todas lasgeneraciones? Si la invención tuvo lugar entre pue-blos cultos, ¿cómo se logró que la adoptasen losbárbaros y hasta los salvajes? Si nació entre bárba-ros, ¿cómo no la rechazaron las naciones cultas?Diréis que fue una necesidad social y que su origenestá en la misma cuna de la sociedad. Pero enton-ces se puede preguntar: ¿Quién conoció esta nece-sidad, quién discurrió los medios de satisfacerla,quién excogitó un sistema tan a propósito para en-frenar y regir a los hombres? Y una vez hecho eldescubrimiento, ¿quién tuvo en su mano todos losentendimientos y todos los corazones para comuni-carles esas ideas y sentimientos que han hecho dela religión una verdadera necesidad y, por decirloasí, una segunda naturaleza?

Page 283: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Vemos a cada paso que los descubrimien-tos más útiles, más provechosos, más necesariospermanecen limitados a esta o aquella nación, sinextenderse a las otras durante mucho tiempo y nopropagándose sino con suma lentitud a las másinmediatas o relacionadas; ¿cómo es que no hayasucedido lo mismo en lo tocante a la religión?¿Cómo es que en la invención maravillosa hayantenido conocimiento todos los pueblos de la tierra,sea cual fuere su país, lengua, costumbres, barbarieo civilización, grosería o cultura?

Aquí no hay medio: o la religión procede deuna revelación primitiva o de una inspiración de lanaturaleza; en uno y otro caso, hallamos su origendivino; si hay revelación, Dios ha hablado al hom-bre; si no la hay, Dios ha escrito la religión en elfondo de nuestra alma. Es indudable que la religiónno puede ser invención humana, y que, a pesar delo desfigurada y adulterada que la vemos en dife-rentes tiempos y países, se descubre en el fondodel corazón humano un sentimiento descendido delo alto; al través de las monstruosidades que nospresenta la Historia columbramos la huella de unarevelación primitiva.

§ VII

Page 284: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La revelación es posible

¿Es posible que Dios haya revelado algu-nas cosas al hombre? Sí. Él, que nos ha dado lapalabra, no estará privado de ella; si nosotros po-seemos un medio de comunicarnos recíprocamentenuestros pensamientos y afectos, Dios, todopodero-so e infinitamente sabio, no carecerá seguramentede medios para transmitirnos lo que fuere de suagrado. Ha criado la inteligencia, ¿y no podría ilus-trarla?

§ VIII

Solución de una dificultad contra la revela-ción

Pero Dios, objetará el incrédulo, es dema-siado grande para humillarse a conversar con sucriatura; mas entonces también deberíamos decirque Dios es demasiado grande para haberse ocu-pado en criarnos. Criándonos nos sacó de la nada;revelándonos alguna verdad perfecciona su obra;¿y cuándo se ha visto que un artífice desmereciesepor mejorar su artefacto? Todos los conocimientosque tenemos nos vienen de Dios, porque Él esquien os ha dado la facultad de conocer, y Él esquien o ha grabado en nuestro entendimiento las

Page 285: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ideas o ha hecho que pudiéramos adquirirlas pormedios que todavía se nos ocultan. Si Dios nos hacomunicado un cierto orden de ideas, sin que nadahaya perdido de su grandor, es un absurdo el decirque se rebajaría si nos transmitiese otros conoci-mientos por conducto distinto del de la naturaleza.Luego la revelación es posible, luego quien dudarede esta posibilidad ha de dudar al mismo tiempo dela omnipotencia, hasta de la existencia de Dios.

§ IX

Consecuencia de los párrafos anteriores

Importa muchísimo el encontrar la verdaden materias de religión (§§ I y II); todas las religio-nes no pueden ser verdaderas (§ IV); si hubiese unarevelada por Dios, aquélla sería la verdadera (§ V);la religión no ha podido ser invención humana (§VI); la revelación es posible (§ VII); lo que falta,pues, averiguar es si esta revelación existe y dóndese halla.

§ X

Existencia de la revelación

¿Existe la revelación? Por el pronto salta alos ojos un hecho que da motivo a pensar que sí.

Page 286: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Todos los pueblos de la tierra hablan de una revela-ción, y la humanidad no se concierta para tramaruna impostura. Esto prueba una tradición primitiva,cuya noticia ha pasado de padres a hijos, y que, sibien ofuscada y adulterada, no ha podido borrarsede la memoria de los hombres.

Se objetará que la imaginación ha converti-do en voces el ruido del viento y en aparicionesmisteriosas los fenómenos de la Naturaleza, y así eldébil mortal se ha creído rodeado de seres desco-nocidos que le dirigían la palabra, y le descubríanlos arcanos de otros mundos. No puede negarseque la objeción es especiosa; sin embargo, no serádifícil manifestar que es del todo insubsistente yfútil.

Es cierto que cuando el hombre tiene ideade la existencia de seres desconocidos, y está con-vencido de que éstos se ponen en relación con él,fácilmente se inclina a imaginar que ha oído acentosfatídicos y se han ofrecido a sus ojos espectrosvenidos del otro mundo. Mas no sucede ni puedesuceder así en no abrigando el hombre semejanteconvicción, y mucho menos si ni aun llega a tenernoticia de que existen dichos seres, pues entoncesno es dable conjeturar de dónde procedería una

Page 287: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ilusión tan extravagante. Si bien se observa, todaslas creaciones de nuestra fantasía, hasta las másincoherentes y monstruosas, se forman de un con-junto de imágenes de objetos que otras veceshemos visto y que a la sazón reunimos del modoque place a nuestro capricho o nos sugiere nuestracabeza enfermiza. Los castillos encantados de loslibros de caballería, con sus damas enanos, salo-nes, subterráneos, hechizos y todas sus locuras,son un informe agregado de partes muy reales quela imaginación del escritor componía a su manera,sacando al fin un todo que sólo cambia en los sue-ños de un delirante. Lo propio sucede en lo demás;la razón y la experiencia están acordes en atesti-guarnos este fenómeno ideológico. Si suponemos,pues, que no se tiene idea alguna de otra vida dis-tinta de la presente, ni de otro mundo que el queestá a nuestra vista, ni de otros vivientes que losque moran con nosotros en la tierra, el hombre fin-girá gigantes, fieras monstruosas y otras extrava-gancias por este estilo, mas no seres invisibles, norevelaciones de un cielo que no conoce, no diosesque le ilustren y dirijan. Ese mundo nuevo, ideal,puramente fantástico, no le ocurrirá siquiera, porquesemejante ocurrencia no tendrá, por decirlo así,punto de partida, carecerá de antecedentes que

Page 288: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

puedan motivarla. Y aun suponiendo que este ordende ideas se hubiese ofrecido a algún individuo,¿cómo era posible que de ello participase la huma-nidad entera? ¿Cuándo se habrá visto semejantecontagio intelectual y moral?

Sea lo que fuere del valor de estas reflexio-nes, pasemos a los hechos; dejemos lo que hayapodido ser y examinemos lo que ha sido.

§ XI

Pruebas históricas de la existencia de la re-velación

Existe una sociedad que pretende ser laúnica depositaria e intérprete de las revelacionescon que Dios se ha dignado favorecer al linajehumano; esta pretensión debe llamar la atención delfilósofo que se proponga investigar la verdad.

¿Qué sociedad es ésa? ¿Ha nacido de po-co tiempo a esta parte? Cuenta dieciocho siglos deduración, y estos siglos no los mira sino como unperiodo de su existencia, pues subiendo más arribava explicando su no interrumpida genealogía y seremonta hasta el principio del mundo. Que llevadieciocho siglos de duración, que su historia seenlaza con la de un pueblo cuyo origen se pierde en

Page 289: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la antigüedad más remota es tan cierto como quehan existido las repúblicas de Grecia y Roma.

¿Qué títulos presenta en apoyo de su doc-trina? En primer lugar, está en posesión de un libroque es, sin disputa, el más antiguo que se conoce, yque además encierra la moral más pura, un sistemade legislación admirable y contiene una narraciónde prodigios. Hasta ahora nadie ha puesto en dudael mérito, eminente, de este libro, siendo esto tantomás de extrañar cuanto una gran parte de él nos havenido de manos de un pueblo cuya cultura no al-canzó ni con mucho a la de otros pueblos de laantigüedad.

¿Ofrece la dicha sociedad algunos otrostítulos que justifiquen sus pretensiones? A más delos muchos, a cuál más graves e imponentes, heaquí uno que por sí solo basta. Ella dice que se hizola transición de la sociedad vieja a la nueva delmodo que estaba pronosticado en el libro misterio-so; que llegada la plenitud de los tiempos apareciósobre la tierra un Hombre-Dios, quien fue a la vez elcumplimiento de la ley antigua y el autor de la nue-va; que todo lo antiguo era una sombra y figura, queeste Hombre-Dios fue la realidad; que Él fundó lasociedad que apellidamos Iglesia católica, le prome-

Page 290: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tió su asistencia hasta la consumación de los siglos,selló su doctrina con su sangre, resucitó al tercerdía de su crucifixión y muerte, subió a los cielos,envió al Espíritu Santo, y que al fin del mundo ha devenir a juzgar a los vivos y a los muertos.

¿Es verdad que en este Hombre se cum-pliesen las antiguas profecías? Es innegable; leyen-do algunas de ellas parece que uno está leyendo lahistoria evangélica.

¿Dio algunas pruebas de la divinidad de sumisión? Hizo milagros en abundancia, y cuanto élprofetizó o se ha cumplido exactamente o se vacumpliendo con puntualidad asombrosa.

¿Cuál fue su vida? Sin tacha en su conduc-ta, sin límite para hacer el bien. Desprecio las rique-zas y el poder mundano, arrostró con serenidad lasprivaciones, los insultos, los tormentos y, por fin,una muerte afrentosa.

¿Cuál es su doctrina? Sublime cual no cu-piera jamás en mente humana; tan pura en su mo-ral, que le han hecho justicia sus más violentosenemigos.

¿Qué cambio social produjo este Hombre?Recordad lo que era el mundo romano y ved lo que

Page 291: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

es el mundo actual; mirad lo que son los pueblosdonde no ha penetrado el cristianismo y lo que sonaquellos que han estado siglos bajo su enseñanza yla conservan todavía, aunque algunos alterada ydesfigurada.

¿De qué medios dispuso? No tenía dondereclinar su cabeza. Envió a doce hombres salidosde la ínfima clase del pueblo; se esparcieron por loscuatro ángulos de la tierra, y la tierra los oyó ycreyó.

Esta religión, ¿ha pasado por el crisol de ladesgracia? ¿No ha sufrido contrariedad de ningunaclase? Ahí está la sangre de infinitos mártires, ahílos escritos de numerosos filósofos que la han exa-minado, ahí los muchos monumentos que atesti-guan las tremendas luchas que ha sostenido con lospríncipes, con los sabios, con las pasiones, con losintereses, con las preocupaciones, con todos cuan-tos elementos de resistencia pueden combinarsesobre la tierra.

¿Dé qué medios se valieron los propagado-res del cristianismo? De la predicación y del ejem-plo, confirmados por los milagros. Estos milagros lacrítica más escrupulosa no puede rechazarlos, quesi los rechaza poco importa, pues entonces confiesa

Page 292: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

el mayor de los milagros, que es la conversión delmundo sin milagros.

El cristianismo ha contado entre sus hijos alos hombres más esclarecidos por su virtud y sabi-duría; ningún pueblo antiguo ni moderno se ha ele-vado, a tan alto grado de civilización y cultura comolos que le han profesado; sobre ninguna religión seha disputado ni escrito tanto como sobre la cristia-na; las bibliotecas están llenas de obras maestrasde crítica y filosofía debidas a hombres que some-tieron humildemente su entendimiento en obsequiode la fe; luego esa religión está a cubierto de losataques que se pueden dirigir contra las que hannacido y prosperado entre pueblos groseros e igno-rantes. Ella tiene, pues, todos los caracteres deverdadera, de divina.

§ XII

Los protestantes y la Iglesia católica

En los últimos siglos los cristianos se handividido: unos han permanecido adictos a la Iglesiacatólica, otros han conservado del cristianismo loque les ha parecido bien, y a consecuencia del prin-cipio fundamental que han asentado y que entrega

Page 293: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la fe a discreción de cada creyente se han fraccio-nado en innumerables sectas.

¿Dónde estará la verdad? Los fundadoresde las nuevas sectas son de ayer; la Iglesia católicaseñala la sucesión de sus pastores, que sube hastaJesucristo; ellos han enseñado diferentes doctrinas,y una misma secta las ha variado repetidas veces;la Iglesia católica ha conservado intacta la fe que letransmitieron los apóstoles; la novedad y la variedadse hallan, pues, en presencia de la antigüedad y dela unidad; el fallo no puede ser dudoso.

Además, los católicos sostienen que fuerade la Iglesia no hay salvación; los protestantes afir-man que los católicos también pueden salvarse, yasí ellos mismos reconocen que entre nosotrosnada se cree ni practica que pueda acarrearnos lacondenación eterna. Ellos, en favor de su salvación,no tienen sino un voto; nosotros, en pro de la nues-tra, tenemos el suyo y el nuestro; aun cuando juzgá-ramos solamente por motivos de prudencia huma-na, ésta nos aconseja que no abandonásemos la fede nuestros padres.

En esta breve reseña se contiene el hilo deldiscurso de un católico, que, conforme a lo que diceSan Pedro, quiera estar preparado para dar cuenta

Page 294: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de su fe, y manifestar que, ateniéndose a la católi-ca, no se desvía de las reglas de bien pensar. Aho-ra añadiré algunas observaciones que sirvan a pre-venir peligros en que zozobra con harta frecuenciala fe de los incautos.

§ XIII

Errado método de algunos impugnadoresde la religión

En el examen de las materias religiosas si-guen muchos un camino errado. Toman por objetode sus investigaciones un dogma, y las dificultadesque contra él levantan las creen suficientes paradestruir la verdad de la religión o, al menos, paraponerla en duda. Eso es proceder de un modo queatestigua cuán poco se ha meditado sobre el estadode la cuestión.

En efecto; no se trata de saber si los dog-mas están al alcance de nuestra inteligencia, ni sidamos completa solución a todas las dificultadesque contra este o aquel puedan objetarse; la religiónmisma es la primera en decirnos que estos dogmasno podemos comprenderlos con la sola luz de larazón; que mientras estamos en esta vida es nece-sario que nos resignemos a ver los secretos de Dios

Page 295: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

al través de sombras y enigmas, y por esto nosexige la fe. El decir, pues, «yo no quiero creer por-que no comprendo» es enunciar una contradicción;si lo comprendieses todo, claro es que no se tehablaría de fe. El argumento contra la religiónfundándose en la incomprensibilidad de sus dogmases hacerle un cargo de una verdad que ella mismareconoce, que acepta, y sobre la cual, en ciertomodo, hace estribar su edificio. Lo que se ha deexaminar es si ella ofrece garantías de veracidad yde que no se engaña en lo que propone; asentadoel principio de su infalibilidad, todo lo demás se alla-na por sí mismo, pero si éste nos falta es imposibledar un paso adelante. Cuando un viajero de cuyainteligencia y veracidad no podemos dudar nosrefiere cosas que no comprendemos, ¿por venturale negarernos nuestra fe? No, ciertamente. Luego,una vez asegurados de que la Iglesia no nos enga-ña, poco importa que su enseñanza sea superior anuestra inteligencia.

Ninguna verdad podría subsistir si bastasena hacernos dudar de ella algunas dificultades queno alcanzásemos a desvanecer. De esto se seguiríaque un hombre de talento esparciría la incertidum-bre sobre todas las materias cuando se encontrasecon otros que no le igualasen en capacidad, porque

Page 296: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

es bien sabido que en mediando esta indiferenciano le es dado al inferior deshacerse de los lazos conque le enreda el que le aventaja.

En las ciencias, en las artes, en los nego-cios comunes de la vida hallamos a cada paso difi-cultades que nos hacen incomprensible una cosa decuya existencia no nos es permitido dudar. Sucedea veces que la cosa no comprendida nos parecerayar en lo imposible; mas si por otra parte sabemosque existe, nos guardamos de declararla tal, y, con-servando la convicción de su existencia, recorda-mos el poco alcance de nuestro entendimiento.Nada más común que oír: «No comprendo lo que hacontado fulano, me parece imposible; pero, en fin,es hombre veraz y que sabe lo que dice; si otro lorefiriera no lo creería, pero ahora no pongo duda enque la cosa es tal como él la afirma.»

§ XIV

La más alta filosofía, acorde con la fe

Imagínanse algunos que se acreditan de al-tos pensadores cuando no quieren creer lo que nocomprenden, y éstos justifican el famoso dicho deBacon: «Poca filosofía aparta de la religión; muchafilosofía conduce a ella.» Y a la verdad, si se hubie-

Page 297: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sen internado en las profundidades de las ciencias,conocieran que un denso velo encubre a nuestrosojos la mayor parte de los objetos, que sabemospoquísimo de los secretos de la Naturaleza, quehasta de las cosas en apariencia más fáciles decomprender se nos ocultan por lo común los princi-pios constitutivos, su esencia; conocieran que igno-ramos lo que es este universo que nos asombra,que ignoramos lo que es nuestro cuerpo, que igno-ramos lo que es nuestro espíritu, que nosotros so-mos un arcano a nuestros propios ojos, y que hastaahora todos los esfuerzos de la ciencia han sidoimpotentes para explicar los fenómenos que consti-tuyen nuestra vida, que nos hacen sentir nuestraexistencia; conocieran que el más precioso frutoque se recoge en las regiones filosóficas más ele-vadas es una profunda convicción de nuestra debili-dad e ignorancia. Entonces infirieran que esa so-briedad en el saber recomendada por la religióncristiana, esa prudente desconfianza de las fuerzasde nuestro entendimiento están de acuerdo, con laslecciones de la más alta filosofía, y que así el Cate-cismo nos hace llegar desde nuestra infancia alpunto más culminante que señalara a la ciencia lasabiduría humana.

§ XV

Page 298: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Quien abandona la religión católica no sabedónde refugiarse

Hemos seguido el camino que puede con-ducir a la religión católica; echemos una ojeadasobre el que se presenta si nos apartamos de ella.Al abandonar la fe de la Iglesia, ¿dónde nos refu-giamos? Si en el protestantismo, ¿en cuál de sussectas? ¿Qué motivos de preferencia nos ofrece launa sobre la otra? Discernirlo será imposible, abra-zar a ciegas una cualquiera nos lo será todavíamás, y, por otra parte, esto equivaldría a no profesarninguna. Si en el filosofismo, ¿qué es el filosofisinoincrédulo? Es una negación de todo, las tinieblas, ladesesperación. ¿Andaremos en busca de otrasreligiones? Ciertamente que ni el islamismo ni laidolatría no nos contarán entre sus adeptos.

Abandonar, pues, la religión católica seráabjurarlas todas, será tomar el partido de vivir sinninguna; dejar que corran los años, que nuestravida se acerque a su término fatal, sin guía para lopresente, sin luz para el porvenir; será taparse losojos, bajar la cabeza y arrojarse a un abismo sinfondo.

La religión católica nos ofrece cuantas ga-rantías de verdad podemos desear. Ella, además,

Page 299: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

nos impone una ley suave, pero recta, justa, benéfi-ca; cumpliéndola nos asemejamos a los ángeles,nos acercamos a la belleza ideal que para la Huma-nidad puede excogitar la más elevada poesía. Ellanos consuela en nuestros infortunios y cierra nues-tros ojos en paz; se nos presenta tanto más verda-dera y cierta cuanto más nos aproximamos al se-pulcro. ¡Ah, la bondadosa Providencia habrá colo-cado al borde de la tumba aquellas santas inspira-ciones, como heraldos que nos avisaran de queíbamos a pisar los umbrales de la eternidad!...(21).

Page 300: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Capítulo XXII

El entendimiento práctico

§ I

Una clasificación de acciones

Los actos prácticos del entendimiento sonlos que nos dirigen para obrar; lo que envuelve doscuestiones: cuál es el fin que nos proponemos, ycuál es el mejor medio para alcanzarle.

Nuestras acciones pueden ejercerse o so-bre los objetos de la Naturaleza sometidos a la leyde necesidad, y aquí se comprenden todas las ar-tes, o sobre lo que cae bajo el libre albedrío, y estocomprende el arreglo de nuestra conducta con res-pecto a nosotros mismos y a los demás, abarcandola moral, la urbanidad, la administración doméstica yla política.

Lo dicho hasta aquí sobre el modo de pen-sar en todas materias me ahorra el trabajo de ex-tenderme sobre estos puntos, porque quien se hayapenetrado de las reglas y observaciones preceden-tes no ignora cómo debe proponerse un fin ni cómoha de encontrar los medios más adaptados paraalcanzarle. No obstante, creo que no será inútil

Page 301: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

añadir algunas reflexiones que, sin salir de los lími-tes fijados por el género de esta obra, suministrenluz para guiarse cada cual en sus diferentes opera-ciones.

§ II

Dificultad de proponerse el debido fin

No hablo aquí del fin último; éste es la feli-cidad en la otra vida y a él nos conduce la religión.Trato únicamente de los secundarios, como alcan-zar la conveniente posición en la sociedad, llevar abuen término un negocio, salir airosamente de unasituación difícil, granjearse la amistad de una perso-na, guardarse de los tiros de un adversario, des-hacer una intriga que nos amenaza, construir unartefacto que acredite, plantear un sistema de políti-ca, de hacienda o administración, derribar algunainstitución que se crea dañosa, y otras cosas seme-jantes.

A primera vista, parece que siempre que elhombre obra debe tener presente el fin que se pro-pone, y no como quiera, sino de un modo bien claro,determinado, fijo. Sin embargo, la observación en-seña que no ces así; y que son muchos, muchísi-

Page 302: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mos, aun entre los activos y enérgicos, los que an-dan poco menos que al acaso.

Sucede mil veces que atribuimos a loshombres más plan del que han tenido. En viéndolosocupar posición muy elevada, sea por reputación,sea por las funciones que ejercen, nos inclinamosnaturalmente a suponerles en todo un objeto fijo,con premeditación detenida, con vasta combinaciónen los designios, con larga previsión de los obstácu-los, con sagaz conocimiento de la verdadera natura-leza del fin y de sus relaciones con los medios quea él conduzcan. ¡Oh, y cuánto engaño! El hombreen todas las condiciones sociales, en todas las cir-cunstancias de la vida, es siempre hombre, es decir,una cosa muy pequeña. Poco conocedor de sí mis-mo, sin formarse por lo común ideas bastante clarasni de la cualidad ni del alcance de sus fuerzas,creyéndose a veces más poderoso, a veces másdébil de lo que es en realidad, encuéntrase conmucha frecuencia dudoso, perplejo, sin saber niadónde va ni adónde ha de ir. Además, para él es amenudo un misterio qué es lo que le conviene; pormanera que las dudas sobre sus fuerzas se aumen-tan con las dudas sobre su interés propio.

§ III

Page 303: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Examen del proverbio «Cada cual es hijo desus obras»

No es verdad lo que suele decirse de que elinterés particular sea una guía segura y que conrespecto a él raras veces el hombre se equivoque.En esto, como en todo lo demás, andamos inciertos,y en prueba de ello tenemos la triste experiencia deque tantas y tantas veces nos labramos nuestroinfortunio.

Lo que sí no admite duda es que, así por lotocante a la dicha como a la desgracia, se verifica elproverbio de que «El hombre es hijo de sus obras».En el mundo físico como en el moral, la casualidadno significa nada. Es cierto que en la instabilidad delas cosas humanas ocurren con frecuencia sucesosimprevistos que desbaratan los planes mejor con-certados, que no dejan recoger el fruto de atinadascombinaciones y pesadas fatigas, y que, por el con-trario, favorecen a otros que, atendido lo que habíanpuesto de su parte, estaban lejos de merecerlo;pero tampoco cabe duda en que esto no es tancomún como vulgarmente se dice y se cree. El tratode la sociedad, acompañado de la convenienteobservación, rectifica muchos juicios que se habían

Page 304: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

formado ligeramente sobre las causal de la buena omala fortuna que cabe a diferentes personas.

¿Cuál es el desgraciado que lo sea por suculpa, si nos atenemos a lo que nos dice él? Ningu-no o casi ninguno. Y, no obstante, si nos es dableconocer a fondo su índole, su carácter, sus costum-bres, su modo de ver las cosas, su sistema en elmanejo de los negocios, su trato, su conversación,sus modales, sus relaciones de amistad o de fami-lia, raro será que no descubramos muchas de lascausas, si no todas, de las que contribuyeron ahacerle infeliz.

Las equivocaciones sobre esta materia,suelen nacer de que se fija la atención en un solosuceso que ha decidido la suerte de la persona, sinreflexionar que aquel suceso o estaba ya preparadopor muchos otros o que sólo ha podido tener tanfunesta influencia a causa de la situación particularen que se hallaba la persona por sus errores, defec-tos o faltas.

La suerte próspera o adversa rarísima vezdepende de una causa sola; complícanse por locomún varias, y de orden muy diverso; pero comono es fácil seguir el hilo de los acontecimientos altravés de semejante complicación, se señala como

Page 305: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

causa principal, o única, lo que quizá no es otracosa que un suceso determinante o una simpleocasión.

§ IV

El aborrecido

¿Veis a ese hombre a quien miran con des-vio o indiferencia sus antiguos amigos, a quien pro-fesan odio sus abogados y que no encuentra en lasociedad quien se interese por él? Si oís la explica-ción en que él señale las causas, éstas no son otrasque la injusticia de los hombres, la envidia que nopuede sufrir el resplandor del mérito ajeno, elegoísmo universal que no consiente el menor sacri-ficio ni aun a los que más obligación tenían dehacerle, por parentesco, por amistad, por gratitud;en una palabra, el infeliz es una víctima contraquien se ha conjurado el humano linaje, obstinadoen no reconocer el alto mérito, las virtudes, la bellaíndole del infortunado. ¿Qué habrá de verdad en larelación? Quizá no será difícil descubrirlo en lamisma apología; quiza no sea difícil notar la vanidadinsufrible, el carácter áspero, la petulancia, la male-dicencia, que le habrán atraído el odio de los unos,el desvío de los otros, y que habrán acabado por

Page 306: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dejarle en el aislamiento de que injustamente selamenta.

§ V

El arruinado

¿Habéis oído a ese otro cuya fortuna hanarruinado la excesiva bondad propia, o la infidelidadde un amigo, o una desgracia imprevista, echándolea perder combinaciones sumamente acertadas,proyectos llenos de previsión y sagacidad? Pues sialcanzáis a procuraros noticias sobre su conducta,no será extraño que descubráis las verdaderas cau-sas, por cierto muy distantes de lo que él se imagi-na.

En efecto; podrá suceder muy bien quehaya mediado la infidelidad de un amigo, que hayaocurrido la desgracia imprevista; podrá ser muchaverdad que su corazón sea excesivamente bueno;es decir, que será muy posible que en su relaciónno haya mentido; pero no será extraño que en esamisma relación se os presenten de bulto las causasde su desgracia; que en su concepción, tan superfi-cial como rápida, en su juicio, extremadamente lige-ro, en su discurrir especioso y sofístico, en su pruri-to de proyectar a la aventura, en la excesiva con-

Page 307: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fianza de sí mismo, en el menosprecio de las obser-vaciones ajenas, en la precipitación y osadía de suproceder, halléis más que suficiente causa parahaberse arruinado, sin la bondad de su corazón, sinla infidelidad del amigo, sin la desgracia imprevista.Esta desgracia, lejos de ser puramente casual,habrá dependido quizá de un orden de causas queestaban obrando hace largo tiempo, y la infidelidaddel amigo no hubiera sido difícil preverla y evitar sustristes consecuencias si el interesado hubiese pro-cedido con más tiento en depositar su confianza yen observar el uso que se hacia de ella.

§ VI

El instruido quebrado y el ignorante rico

¿Cómo es posible que ese hombre tan des-pejado, tan penetrante, tan instruido, no haya podi-do mejorar su fortuna, o haya perdido la que tenía,cuando ese otro tan encogido, tan torpe, tan rudo,ha hecho inconcebibles progresos en la suya? ¿Nodebe esto atribuirse a la casualidad, a fatalidades, amala estrella? Así se habla muchas veces, sin re-flexionar que se confunden lastimosamente las ide-as, y se quieren enlazar con íntima dependenciacausas y efectos que no tienen ninguna relación.

Page 308: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Es verdad que el uno es despejado y el otroencogido, que el uno parece penetrante y el otrotorpe, que el uno es instruido y el otro rudo; pero¿de qué sirven ni ese despejo, ni esa aparente pe-netración, ni esa instrucción para el efecto de quese trata? Es cierto que si se ofrece figurar en socie-dad, el primero se presentará con más garbo y sol-tura que el segundo; que si es necesario sosteneruna conversación aquél brillará mucho más queéste; que su palabra será más fácil, sus ideas másvariadas, sus observaciones más picantes, susréplicas más prontas y agudas; que el y rico encuestión no entenderá quizá una palabra del méritode tal o cual novela, de tal o cual drama; que cono-cerá poco la Historia y se quedará estupefacto al oíral comerciante quebrado explicarse como un por-tento de erudición y de saber; de cierto que nosabrá tanto de política, ni de administración, ni dehacienda; que no poseerá tantos idiomas; pero ¿setrataba, por ventura, de nada de eso cuando seofrecía dar buena dirección a los negocios? No,ciertamente. Cuando, pues, se pondera el mérito deluno y se manifiesta extrañeza porque la suerte no leha sido favorable se pasa de un orden a otro muydiferente, se quiere que ciertos efectos procedan decausas con las que nada tienen que ver.

Page 309: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Observad atentamente a estos dos hombrestan desiguales en su fortuna; reflexionad sobre lascualidades de ambos; ved, sobre todo, si podéishacer la experiencia en vista de un negocio queincumba a los dos, y no os será difícil inferir que asíla prosperidad del uno como la ruina del otro nacende causas sumamente naturales.

El uno, habla, escribe, proyecta, calcula, damil vueltas a los objetos; todo lo prueba, a todo con-testa; se hace cargo de mil ventajas, inconvenien-tes, esperanzas, peligros; en una palabra, agota lamateria; nada deja en ella ni que decir ni que pen-sar. ¿Y qué hace el otro? ¿Es capaz de sostener ladisputa con su adversario? No. ¿Deshace todos loscálculos que el primero acaba de amontonar? No.¿Satisface a todas las dificultades con que su dic-tamen se ve combatido por el contrincante? No. Enpro de su opinión, ¿aduce tanta copia de razonescomo su adversario? No. Para lograr el objeto,¿presenta proyectos tan varios e ingeniosos? No.¿Qué hace, pues, el malaventurado ignorante,combatido, hostigado, acosado por su temible anta-gonista?

-¿Qué me contesta usted a esto? -dice elhombre de los proyectos y del saber.

Page 310: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

-Nada; pero ¿qué sé yo?...

-Mas ¿no le parecen a usted concluyentesmis razones?

-No del todo.

-Veamos: ¿tiene usted algo que oponer aeste cálculo? Es cuestión de números; aquí no haymás.

-Ya se ve; lo que es en el papel, sale bien;la dificultad que yo tengo es que en la práctica su-ceda lo mismo. Cuenta usted con muchas partidasde que no estoy bien seguro; ¡estoy tan escarmen-tado!...

-¿Pero duda usted de los datos que se noshan proporcionado? ¿Qué interés habrá habido enengañarnos? Si hay pérdida, no seremos sólo noso-tros, y participarán de ella los que nos suministranlas noticias. Son personas entendidas, honradas,versadas en negocios, y además tienen interés enello. ¿Qué más se quiere? ¿Qué motivo hay deduda?

-Yo no dudo de nada; yo creo lo que usteddice de esos señores; pero, ¿qué quiere usted?, el

Page 311: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

negocio no me gusta. Además, ¡hay tantas eventua-lidades que usted no lleva en cuenta!

-Pero ¿qué eventualidades, señor? Si nosatenemos a un simple puede ser nada llevaremosadelante; todos los negocios tienen sus riesgos;pero repito que aquí no alcanzo a ver ninguno convisos de probabilidad.

-Usted lo entiende más que yo -dice el rudo,encogiéndose de hombros; y luego, meneandocuerdamente la cabeza, añade-: No, señor; repitoque el negocio no me gusta; yo, por mi parte, noentro en él; usted se empeña en que ha de ser pro-vechosa la especulación, enhorabuena; allá vere-mos. Yo no aventuro mis fondos.

La victoria en la discusión queda, sin duda,por el proyectista; pero ¿quién acierta? La expe-riencia lo dirá. El rico, al parecer tan torpe, tiene lamirada menos vivaz que su antagonista; pero, encambio, ve más claro, más hondo, de un modo másseguro, más perspicaz, más certero. No puede, esverdad, oponer datos a datos, reflexiones a reflexio-nes, cálculos a cálculos; pero el discernimiento, eltacto que le caracteriza, desenvueltos por la obser-vación y por la experiencia, le están diciendo contoda certeza que muchos datos son imaginarios,

Page 312: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que el cálculo es inexacto, que no se llevan encuenta muchas eventualidades desgraciadas, nosólo posibles, sino muy probables; su ojeada pers-picaz ha descubierto indicios de mala fe en algunosque intervienen en el negocio; su memoria, bienprovista de noticias sobre el comportamiento enotros asuntos anteriores, le guía para apreciar en sujusto valor la inteligencia y la probidad, que tanto leponderaba el proyectista.

¿Qué le importa el no ver tanto, si ve mejor,con más claridad, distinción y exactitud? ¿Qué leimporta el carecer de esa facilidad de pensar yhablar, muy a propósito para lucirse, pero muy esté-ril en buen resultado, como inconducente para elobjeto de que se trata?

§ VII

Observaciones. -La cavilación y el buensentido

La vivacidad no es la penetración; la abun-dancia de ideas no siempre lleva consigo la claridady exactitud del pensamiento; la prontitud del juiciosuele ser sospechosa de error; una larga serie deraciocinios demasiado ingeniosos suele adolecer de

Page 313: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sofismas que rompen el hilo de la ilación y extravíanal que se fía en ellos.

No siempre es fácil tarea el señalar a puntofijo esos defectos; mayormente, cuando el que lospadece es un hablador fecundo y brillante que des-envuelve sus ideas en un raudal de hermosas pala-bras. La razón humana es de suyo tan cavilosa,poseen ciertos hombres cualidades tan a propósitopara deslumbrar, para presentar los objetos desdeel punto de vista que les conviene o los preocupa,que no es raro ver a la experiencia, al buen juicio, altino, no poder contestar a una nube de argumentosespeciosos otra cosa que: «Esto no irá bien; estosraciocinios no son concluyentes; aquí hay ilusión; eltiempo lo manifestará.»

Y es que hay cosas que más bien se sien-ten que no se conocen; las hay que se ven, pero nose prueban; porque hay relaciones delicadas, hayminuciosidades casi imperceptibles que no es posi-ble demostrar con el discurso a quien no las descu-bre a la primera ojeada; hay puntos de vista suma-mente fugaces, que en vano se buscan por quien noha sabido colocarse en ellos en el momento oportu-no.

§ VIII

Page 314: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Delicadeza de ciertos fenómenos intelectua-les en sus relaciones con la práctica

En el ejercicio de la inteligencia y demás fa-cultades del hombre hay muchos fenómenos que nose expresan con ninguna palabra, con ninguna fra-se, con ningún discurso; para comprender al que losexperimenta es necesario experimentarlos también,y, a veces, es tan perdido el tiempo que se empleapara darse a entender como si un hombre con vistaquisiese, a fuerza de explicación, dar idea de loscolores a un ciego de nacimiento.

Esta delicadeza de fenómenos abunda entodos los actos de nuestra inteligencia, pero se notade una manera particular en lo que tiene relacióncon la práctica. Entonces no puede abandonarse elespíritu a vanas abstracciones, no pueden formarsesistemas fantásticos, puramente convencionales;preciso es que tome las cosas no como él las ima-gina o desea, sino como son; de lo contrario, cuan-do haga el tránsito de la idea a los objetos se en-contrará en desacuerdo con la realidad y verá des-concertados todos sus planes.

Añádase a esto que en tratándose de lapráctica, sobre todo en las relaciones de unos hom-bres con otros, no influye sólo el entendimiento, sino

Page 315: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que se desenvuelven simultáneamente las demásfacultades. No hay tan sólo la comunicación de en-tendimiento con entendimiento, sino de corazón,con corazón; a más de la influencia recíproca de lasideas hay también la de los sentimientos.

§ IX

Los despropósitos

El que está más ventajosamente dotado enlas facultades del alma, si se encuentra con otrosque o carezcan de alguna de ellas o las posean engrado inferior, se halla en el mismo caso que quientiene completos los sentidos con respecto al queestá privado de alguno.

Si se recuerdan estas observaciones seahorrarán mucho tiempo y trabajo, y aun disgustosen el trato de los hombres. Risa causa a veces elobservar cómo forcejean inútilmente ciertas perso-nas por apartar a otras de un juicio errado o hacer-les comprender alguna verdad, óyese quizá en laconversación un solemne desatino, dicho con lamayor serenidad, y buena fe del mundo. Está pre-sente una persona de buen sentido y se escandali-za, y replica, y aguza su discurso, y esfuerza milargumentos para que el desatinado comprenda su

Page 316: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sinrazón, y éste, a pesar de todo, no se convence ypermanece tan satisfecho, tan contento; las re-flexiones de su adversario no hacen mella en suánimo impasible. Y esto ¿por qué? ¿Le faltan noti-cias? No, lo que falta en aquel punto es sentidocomún. Su disposición natural, o sus hábitos, le hanformado así, y el que se empeña en convencerledebiera reflexionar que quien ha sido capaz de ver-ter un desatino tan completo no es capaz de com-prender la fuerza de la impugnación.

§ X

Entendimientos torcidos

Hay ciertos entendimientos que parecen na-turalmente defectuosos, pues tienen la desgracia deverlo todo desde el punto de vista falso o inexacto oextravagante. En tal caso, no hay locura ni mono-manía; la razón no puede decirse trastornada, y elbuen sentido no considera a dichos hombres comofaltos de juicio. Suelen distinguirse por su insufriblelocuacidad, efecto de la rapidez de percepción y dela facilidad de hilvanar raciocinios. Apenas juzgande nada con acierto; y si alguna vez entran en elbuem camino, bien pronto se apartan de él arrastra-dos por sus propios discursos. Sucede con frecuen-cia ver en sus razonamientos una hermosa perspec-

Page 317: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tiva, que ellos toman por un verdadero y sólido edi-ficio; el secreto está en que han dado por incontes-table un hecho incierto, o dudoso, o inexacto, oenteramente falso, o han asentado como principiode eterna verdad una proposición gratuita, o tomadopor realidad una hipótesis, y así han levantado uncastillo, que no tiene otro defecto que estar en elaire. Impetuosos, precipitados, no haciendo caso delas reflexiones de cuantos los oyen, sin más guíaque su torcida razón, llevados por su prurito de dis-currir y hablar, arrastrados, por decirlo así, en laturbia corriente de sus propias ideas y palabras, seolvidan completamente del punto de partida, noadvirtiendo que todo cuanto edifican es puramentefantástico, por carecer de cimiento.

§ XI

Inhabilidad de dichos hombres para los ne-gocios

No hay peores hombres para los negocios;desgraciado el asunto en que ellos ponen la mano,y desgraciados muchas veces ellos mismos si ensus cosas se hallan abandonados a su propia yexclusiva dirección. Las principales dotes de unbuen entendimiento práctico son la madurez deljuicio, el buen sentido, el tacto, y estas cualidades

Page 318: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

les faltan a ellos. Cuando se trata de llegar a la rea-lidad es preciso no fijarse sólo en las ideas, sinopensar en los objetos; y esos hombres se olvidancasi siempre de los objetos y sólo se ocupan de susideas. En 1a práctica es necesario pensar, no en loque las cosas debieran o pudieran ser, sino en loque son; y ellos suelen pararse menos en lo queson que en lo que pudieran o debieran ser.

Cuando un hombre de entendimiento claro yde juicio recto se encuentra tratando un asunto conuno que adolezca de los defectos que acabo dedescribir, se halla en la mayor perplejidad. Lo queaquél ve claro, éste le encuentra obscuro; lo que elprimero consideraba fuera de duda, el segundo lomira como muy disputable. El juicioso plantea lacuestión de un modo que le parece muy natural ysencillo; el caviloso la mira de una manera diferente;diríase que son dos hombres de los cuales el unopadece una especie de estrabismo intelectual, quedesconcierta y confunde al que ve y mira bien.

§ XII

Este defecto intelectual suele nacer de unacausa moral

Page 319: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Reflexionando sobre la causa de semejan-tes aberraciones no es difícil advertir que el origenestá más bien en el corazón que en la cabeza. Es-tos hombres suelen ser extremadamente vanos; unamor propio mal entendido les inspira el deseo desingularizarse en todo, y al fin llegan a contraer unhábito de apartarse de lo que piensan y dicen losdemás; esto es, de ponerse en contradicción con elsentido común.

La prueba de que entregados con naturali-dad a su propio entendimiento no verían tan erra-damente los objetos, y de que el caer en ridículasaberraciones procede más bien de un deseo desingularizarse convertido en hábito, está en quesuelen distinguirse por un espíritu de constanteoposición. Si el defecto estuviese en la cabeza nohabría ninguna razón para que en casi todas lascuestiones ellos sostuvieran el no cuando los de-más sostienen el sí, y ellos estuviesen por el sícuando los otros están por el no, siendo de notarque a veces hay un medio seguro para llevarlos a laverdad, y es el sostener el error.

Convengo en que a menudo ellos no advier-ten lo mismo que hacen; que no tienen una con-ciencia bien clara de esa inspiración de la vanidad

Page 320: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que los dirige y sojuzga; pero la funesta inspiraciónno deja de existir, ni deja de ser remediable si hayquien se lo avise; mayormente si la edad, la posi-ción social y las lisonjas no han llevado el mal hastael último extremo. Y no es raro que se presentenocasiones favorables para amonestar con algúnfruto; porque esos hombres, con su imprudencia,suelen atraer sobre sí amargos disgustos, cuandono desgracias; y entonces, abatidos por la adversi-dad y enseñados por experiencia dolorosa, suelentener lúcidos intervalos, de que puede aprovecharseun amigo sincero para hacerles oír los consejos deuna razón juiciosa.

Por lo demás, cuando una realidad cruel noha venido todavía a desengañarles, cuando en susaccesos de sinrazón se entregan sin medida a lavanidad de sus proyectos, no suele haber otro me-dio para resistirles que callar, y con los brazos cru-zados y meneando la cabeza, sufrir con estoicaimpasibilidad la impetuosa avenida de sus proposi-ciones aventuradas, de sus raciocinios incoheren-tes, de sus planes descabellados.

Y por cierto que esa impasibilidad no dejade producir de vez en cuando saludables efectos,porque el deseo de disputar cesa cuando no hay

Page 321: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

quien replique; no cabe oposición cuando nadiesostiene nada; no hay defensa cuando nadie ataca.Así, no es raro ver a esos hombres volver en sí apoco rato de abrumar con su locuacidad a quien noles contesta; y, amonestados por la elocuencia delsilencio, excusarse de su molesta petulancia. Sonalmas inquietas y ardientes, que viven de contrade-cir y que, a su vez, necesitan contradicción; cuandono la hay, cesa la pugna; y si se empeñan en com-prenderla, bien pronto se fastidian cuando notanque, lejos de habérselas con un enemigo resuelto apelear, se ceban en quien se ha entregado comovíctima en las aras de una verbosidad importuna.

§ XIII

La humildad cristiana en sus relaciones conlos negocios mundanos

La humildad cristiana, esa virtud que noshace conocer el límite de nuestras fuerzas, que nosrevela nuestros propios defectos, que no nos permi-te exagerar nuestro mérito ni ensalzarnos sobre losdemás, que no nos consiente despreciar a nadie,que nos inclina a aprovecharnos del consejo yejemplo de todos, aun de los inferiores; que noshace mirar como frivolidades indignas de un espírituserio el andar en busca de aplausos, el saborearse

Page 322: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en el humo de la lisonja; que no nos deja creerjamás que hemos llegado a la cumbre de la perfec-ción en ningún sentido ni cegarnos hasta el puntode no ver lo mucho que nos queda por adelantar yla ventaja que nos llevan otros; esa virtud, que, bienentendida, es la verdad, pero la verdad aplicada alconocimiento de lo que somos, de nuestras, rela-ciones con Dios y con los hombres, la verdadguiando nuestra conducta para que no nos extrav-íen las exageraciones del amor propio, esa virtud,repito, es de suma utilidad en todo cuanto conciernea la práctica, aun en las cosas puramente munda-nas.

Sí; la humildad cristiana, en cambio de al-gunos sacrificios, produce grandes ventajas hastaen los asuntos más distantes de la devoción. Elsoberbio compra muy caro su satisfacción propia, yno advierte que la víctima que inmola a ese ídoloque ha levantado en su corazón son a veces susintereses más caros, es la misma gloria en pos de lacual tan desalado corre.

§ XIV

Daños acarreados por la vanidad y la so-berbia

Page 323: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

¡Cuántas reputaciones se ajan, cuando nose destruyen, por la miserable vanidad! ¡Cómo sedisipa la ilusión que inspirara un gran nombre si alacercársele os encontráis con una persona que sólohabla de sí misma! ¡Cuántos hombres, por otra par-te recomendabilísimos, se deslustran y hasta sehacen objeto de burla por un tono de superioridadque choca e irrita o atrae los envenenados dardosde la sátira! ¡Cuántos se empeñan en negociosfunestos, dan pasos desastrosos, se desacreditan ose pierden sólo por haberse entregado a su propiopensamiento de una manera exclusiva, sin dar nin-guna importancia a los consejos, a las reflexiones oindicaciones de los que veían más claro, pero quetenían la desgracia de ser mirados de arriba abajo,a una distancia inmensa, por ese dios mentido que,habitando allá en el fantástico empíreo fabricado porsu vanidad, no se dignaba descender a la ínfimaregión donde mora el vulgo de los modestos morta-les!

¿Y para qué necesitaba él de consultar anadie? La elevación de su entendimiento, la seguri-dad y acierto de su juicio, la fuerza de su penetra-ción, el alcance de su previsión, la sagacidad de suscombinaciones, ¿no son ya cosas proverbiales? Elbuen resultado de todos los negocios en que ha

Page 324: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

intervenido, a quién se debe sino a él? Si se hansuperado gravísimas dificultades, ¿quién las hasuperado sino él? Si todo lo han echado a perdersus compañeros, ¿qúién lo ha evitado sino él?¿Qué pensamiento se ha concebido de alguna im-portancia que no le haya concebido él? ¿Qué ocu-rrencia habrán tenido los otros que con mucha anti-cipación no la hubiese tenido él? ¿De qué hubieraservido cuanto hayan excogitado los demás si no lohubiese rectificado, enmendado, ilustrado, agranda-do, dirigido él?

Contempladle; su frente altiva parece ame-nazar al cielo; su mirada imperiosa exige sumisión yacatamiento; en sus labios asoma el desdén haciacuanto le rodea, en toda su fisonomía veréis querebosa la complacencia en sí propio; la afectaciónde sus gestos y modales os presenta un hombrelleno de sí mismo, que procede con excesiva com-postura como si temiese derramarse. Toma la pala-bra, resignaos a callar. ¿Replicáis? No escuchavuestras réplicas y sigue su camino. ¿Insistís otravez? El mismo desdén, acompañado de una miradaque exige atención e impone silencio. Está fatigadode hablar, y descansa; entretanto, aprovecháis laocasión de exponer lo que intentabais hace largorato; ¡vanos esfuerzos!; el semidiós no se digna

Page 325: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

prestaros atención, os interrumpe cuando se le an-toja, dirigiendo a otros la palabra, si es que no esta-ba absorto en sus profundas meditaciones, arque-ando las cejas y preparándose a desplegar nueva-mente sus labios con la majestuosa solemnidad deun oráculo.

¿Cómo podía menos de cometer grandesyerros un hombre tan fatuo? Y de esa clase haymuchos, por más que no siempre llegue la fatuidada una exageración tan repugnante. Desgraciado elque desde sus primeros años no se acostumbra arechazar la lisonja, a dar a los elogios que se letributan el debido valor; que no se concentra repeti-das veces para preguntarse si el orgullo le ciega, sila vanidad le hace ridículo, si la excesiva confianzaen su propio dictamen le extravía y le pierde. Enllegando a la edad de los negocios, cuando ocupaya en la sociedad una posición independiente,cuando ha adquirido cierta reputación merecida oinmerecida, cuando se ve rodeado de considera-ción, cuando ya tiene inferiores, las lisonjas se mul-tiplican y agrandan, los amigos son menes francos ymenos sinceros, y el hombre abandonado a la vani-dad que dejó desarrollarse en su corazón siguecada día con más ceguedad el peligroso sendero,hundiéndose más y más en ese ensimismamiento,

Page 326: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en ese goce de sí mismo, en que el amor propio seexagera hasta un punto lamentable, degenerando,por decirlo así, en egolatría.

§ XV

El orgullo

La exageración del amor propio, la sober-bia, no siempre se presenta con un mismo carácter.En los hombres de temple fuerte y de entendimien-to, sagaz es orgullo; en los flojos y poco avisados esvanidad. Ambos tienen un mismo objeto, pero em-plean medios diferentes. El orgullo sin vanidad tienela hipocresía de la virtud; el vanidoso tiene la fran-queza de su debilidad. Lisonjead al orgulloso y re-chazará la lisonja, temeroso de dañar a su reputa-ción haciéndose ridículo; de él se ha dicho, conmucha verdad, que es demasiado orgulloso paraser vano. En el fondo de su corazón siente vivacomplacencia en la alabanza; pero sabe muy bienque este es un incienso honroso mientras el ídolono manifiesta deleitarse en el perfume; por esto noos pondrá jamás el incensario en la mano, ni con-sentirá que le hagáis undular demasiado cerca. Esun dios a quien agrada un templo magnífico y unculto esplendoroso, pero manteniéndose el ídoloescondido en la misteriosa obscuridad del santuario.

Page 327: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Esto probablemente es más culpable a losojos de Dios, pero no atrae con tanta frecuencia: elridículo de los hombres. Con tanta frecuencia digo,porque difícilmente se alberga en el corazón el or-gullo, sin que, a pesar de todas las precauciones,degenere en vanidad. Aquella violencia no puedeser duradera; la ficción no es para continuada pormucho tiempo. Saborearse en la alabanza y mostrardesdén hacia ella, proponerse por objeto principal elplacer de la gloria y aparentar que no se piensa enella es demasiado fingir para que, al través de losmás tupidos velos, no se descubra la verdad. Elorgulloso a quien he descrito más arriba no podíallamarse propiamente vano, y, no obstante, su con-ducta inspiraba algo peor que la vanidad misma;sobre la indignación provocaba también la burla.

§ XVI

La vanidad

El simplemente vano no irrita; excita a com-pasión, presta pábulo a la sátira. El infeliz no des-precia a los demás hombres; los respeta, quizá losadmira y teme. Pero padece una verdadera sed dealabanza, y no como quiera, sino que necesita oírlaél mismo, asegurarse de que, en efecto, se le alaba;complacerse en ella con delectación morosa y co-

Page 328: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

rresponder a las buenas almas que le favorecen,expresando con una inocente sonrisita su íntimogoce, su dicha, su gratitud.

¿Ha hecho alguna cosa buena? ¡Ah!Habladle de ella, por piedad, no le hagáis padecer.¿No veis que se muere por dirigir la conversaciónhacia sus glorias? ¡Cruel!, que os desentendéis desus indicaciones, que con vuestra distracción, convuestra dureza, le obligaréis a aclararlas más ymás, hasta convertirlas en súplicas.

En efecto; ¿ha gustado lo que él ha dicho, oescrito, o hecho? ¡Qué felicidad!; y es necesario quese advierta que fue sin preparación, que todo sedebió a la fecundidad de su vena, a una de susfelices ocurrencias. ¿No habéis notado cuántasbellezas, cuántos golpes afortunados? Por piedad,no apartéis la vista de tantas maravillas, no intro-duzcáis en la conversación especies inconducentes;dejadle gozar de su beatitud.

Nada de la altivez satánica del orgulloso;nada de hipocresía; un inexplicable candor se retra-ta en su semblante; su fisonomía se dilata agrada-blemente; su mirada es afable, es dulce; sus moda-les, atentos; su conducta, complaciente; el desgra-ciado está en actitud de suplicante; teme que una

Page 329: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

imprudencia le arrebate su dicha suprema. No esduro, no es insultante, no es ni siquiera exclusivo;no se opone a que otros sean alabados: sólo quiereparticipar.

¡Con qué ingenua complacencia refiere sustrabajos y aventuras! En pudiendo hablar de símismo, su palabra es inextinguible. A sus alucina-dos ojos, su vida es poco menos que una epopeya.Los hechos más insignificantes se convierten enepisodios de sumo interés; las vulgaridades, engolpes de ingenio; los desenlaces, más naturales,en resultado de combinaciones estupendas. Todoconverge hacia él; la misma historia de su país noes más que un gran drama, cuyo héroe es él; todoes insípido si no lleva su nombre.

§ XVII

La influencia del orgullo es peor para losnegocios que la de la vanidad

Este defecto, aunque más ridículo que elorgullo, no tiene, sin embargo, tantos inconvenien-tes para la práctica. Como es una complacencia enla alabanza más bien que un sentimiento fuerte desuperioridad, no ejerce sobre el entendimiento uninflujo tan maléfico. Estos hombres son, por lo

Page 330: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

común, de un carácter flojo, como lo manifiesta lamisma debilidad con que se dejan arrastrar por suinclinación. Así es que no suelen desechar, comolos orgullosos, el consejo ajeno, y aun muchas,veces se adelantan a pedirle. No son tan altivos queno quieran recibir nada de nadie, y además se re-servan el derecho de explotar después el negociopara formar su pomito de olor de vanagloria en quese puedan deleitar. ¿Es poco, por ventura, si elasunto sale bien, el gusto de referir todo lo quepensó el que le condujo, y la sagacidad con queconoció las dificultades, y el tino con que procediópara vencerlas, y la prudencia con que tomó conse-jo de personas entendidas, y lo mucho que el acon-sejado ilustró el juicio del consejero? No deja dehaber en esto una mina abundante, que a su debidotiempo será explotada cual conviene.

§ XVIII

Cotejo entre el orgullo y la vanidad

El orgullo tiene más malicia, la vanidad másflaqueza; el orgullo irrita, la vanidad inspira compa-sión; el orgullo concentra, la vanidad disipa; el orgu-llo sugiere quizá grandes crímenes, la vanidad ridí-culas miserias; el orgullo está acompañado de unfuerte sentimiento de superioridad e independencia,

Page 331: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

la vanidad se aviene con la desconfianza de símismo, hasta con la humillación; el orgullo tiendelos resortes del alma, la vanidad los afloja; el orgulloes violento, la vanidad es blanda; el orgullo quiere lagloria, pero con cierta dignidad, con cierto predomi-nio, con altivez, sin degradarse; la vanidad la quieretambién, pero con lánguida pasión, con abandono,con molicie; podría llamarse la afeminación del or-gullo. Así, la vanidad es más propia de las mujeres,el orgullo de los hombres, y, por la misma razón, lainfancia tiene más vanidad que orgullo, y éste nosuele desarrollarse sino en la edad adulta.

Si bien es verdad que en teoría estos dosvicios se distinguen por las cualidades expresadas,no siempre se encuentran en la práctica con seña-les tan características. Lo más común es hallarsemezclados en el corazón humano, teniendo cadacual no sólo sus épocas, sino sus días, sus horas,sus momentos. No hay una línea divisoria que sepa-re perfectamente los dos colores; hay una gradaciónde matices, hay irregularidad en los rasgos, hayondas, aguas, que sólo descubre quien está acos-tumbrado a desenvolver y contemplar los complica-dos y delicados pliegues del humano corazón. Yaun si bien se mira, el orgullo y la vanidad son unamisma cosa con distintas formas; es un mismo fon-

Page 332: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

do que ofrece diversos cambiantes, según el modocon que le da la luz. Este fondo es la exageracióndel amor propio, el culto de sí mismo. El ídolo estácubierto con tupido velo o se presenta a los adora-dores con faz atractiva y risueña; mas por esto novaría; es el hombre que se ha levantado a sí propioun altar en su corazón y se tributa incienso y deseaque se lo tributen los demás.

§ XIX

Cuán general es dicha pasión

Puede asegurarse, sin temor a errar, queesta es la pasión más general, aparte las almasprivilegiadas, sumergidas en la purísima llama de unamor celeste. La soberbia ciega al ignorante comoal sabio, al pobre como al rico, al débil como al po-deroso, al desventurado como al infeliz, a la infanciacomo a la vejez; domina al libertino, no perdona alaustero; campea en el gran mundo y penetra en elretiro de los claustros; rebosa en el semblante de laaltiva señora que reina en los salones por la noble-za de su linaje, por sus talentos y hermosura, perose trasluce también en la tímida palabra de lahumilde religiosa que, salida de familia obscura, seha encerrado en el monasterio, desconocida de los

Page 333: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

hombres, sin más porvenir en la tierra que una se-pultura ignorada.

Encuéntranse personas exentas de livian-dad, de codicia, de envidia, de odio, de espíritu devenganza; pero libre de esa exageración del amorpropio que, según es su forma, se llama orgullo ovanidad, no se halla casi nadie, bien podría decirseque nadie. El sabio se complace en la narración delos prodigios de su saber, el ignorante se saboreaen sus necedades, el valiente cuenta sus hazañas,el galán sus aventuras; el avariento ensalza sustalentos económicos, el pródigo su generosidad; elligero pondera su viveza, el tardío su aplomo; ellibertino se envanece por sus desórdenes y el aus-tero se deleita en que su semblante muestre a loshombres la mortificación y el ayuno.

Este es, sin duda, el defecto más general;esta es la pasión más insaciable cuando se le darienda suelta, la más insidiosa, más sagaz parasobreponerse cuando se la intenta sujetar. Si se ladomina un tanto a fuerza de elevación de ideas, deseriedad de espíritu y firmeza de carácter, bienpronto trabaja por explotar sus nobles cualidades,dirigiendo el ánimo hacia la contemplación de ellas;y si se la resiste con el arma verdaderamente pode-

Page 334: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

rosa y única eficaz, que es la humildad cristiana, aesta misma procura envanecerla, poniéndole ase-chanzas para hacerla perecer. Es un reptil que si learrojamos de nuestro pecho se arrastra y enrosca anuestros pies, y cuando pisamos un extremo de suflexible cuerpo, se vuelve y nos hiere con emponzo-ñada picadura.

§ XX

Necesidad de una lucha continua

Siendo ésta una de las miserias de la flacahumanidad, preciso es resignarse a luchar con ellatoda la vida; pero es necesario tener siempre fija lavista sobre el mal, limitarle al menor círculo posible;y ya que no sea dado a nuestra debilidad remediarlodel todo, al menos no dejarle que progrese, evitarque cause los estragos que acostumbra. El hombreque en este punto sabe dominarse a sí mismo tienemucho adelantado para conducirse bien; posee unacualidad rara que luego producirá sus buenos resul-tados, perfeccionando y madurando el juicio,haciendo adelantar en el conocimiento de las cosasy de los hombres y adquiriendo esa misma alaban-za que tanto más se merece cuanto menos se bus-ca.

Page 335: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Removido el óbice, es más fádil entrar en elbuen camino; y libre la vista de esa tiniebla que laofusca, no es tan peligroso extraviarse.

§ XXI

No es sólo la soberbia lo que nos induce aerror al proponernos un fin

Para proponerse acertadamente un fin esnecesario prender perfectamente la posición del quele ha de alcanzar. Y aquí repetiré lo que llevo indi-cado más arriba, y es que son muchos los hombresque marchan a la ventura, ya sea no fijándose en unfin bien determinado, ya no calculando la relaciónque éste tiene con los medios de que se puededisponer. En la vida privada como en la pública estarea harto difícil el comprender bien la posiciónpropia; el hombre se forma mil ilusiones, que lehacen equivocar sobre el alcance de sus fuerzas yla oportunidad de desplegarlas. Sucede con muchafrecuencia que la vanidad las exagera; pero como elcorazón humano es un abismo de contradicciones,tampoco, es raro el ver que la pusilanimidad lasdisminuye más de lo justo. Los hombres levantancon demasiada facilidad encumbradas torres deBabel, con la insensata esperanza de que la cimapodrá tocar al cielo; pero también les acontece de-

Page 336: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sistir, pusilánimes, hasta de la construcción de unamodesta vivienda. Verdaderos niños que ora creenpoder tocar el cielo con la mano en subiendo a unacolina, ora toman por estrellas que brillan a inmensadistancia, en lo más elevado del firmamento, bajas ypasajeras exhalaciones de la atmósfera sublunar.Quizá se atreven a más de lo que pueden; pero, aveces, no pueden porque no se atreven.

¿Cuál será en estos casos el verdadero cri-terio? Pregunta a que es difícil contestar y sobre lacual sólo caben reflexiones muy vagas. El primerobstáculo que se encuentra es que el hombre seconoce poco a sí mismo, y entonces, ¿cómo sabrálo que puede y lo que no puede? Se dirá que con laexperiencia, es cierto; pero el mal está en que esaexperiencia es larga y que a veces da su frutocuando la vida toca a su término.

No digo que ese criterio sea imposible, muyal contrario; en varias partes de esta misma obraindico los medios para adquirirle. Señalo la dificul-tad, pero no afirmo la imposibilidad: la dificultaddebe inspirarnos diligencia, mas no producirnosabatimiento.

§ XXII

Page 337: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Desarrollo de fuerzas latentes

Hay en el espíritu humano muchas fuerzasque permanecen en estado de latentes hasta que laocasión las despierta y aviva; el que las posee no losospecha siquiera; quizá baja al sepulcro sin habertenido conciencia de aquel precioso tesoro, sin queun rayo de luz reflejara en aquel diamante quehubiera podido embellecer la más esplendente dia-dema.

¡Cuántas veces una escena, una lectura,una palabra, una indicación remueve el fondo delalma y hace brotar de ella inspiraciones misteriosas!Fría, endurecida, inerte ahora, y un momento des-pués surge de ella un raudal de fuego que nadiesospechara oculto en sus entrañas. ¿Qué ha suce-dido? Se ha removido un pequeño obstáculo queimpedía la comunicación con el aire libre, se hapresentado a la masa eléctrica un punto atrayente yel fluido se ha comunicado y dilatado con la celeri-dad del pensamiento.

El espíritu se desenvuelve con el trato, conla lectura, con los viajes, con la presencia de gran-des espectáculos, no tanto por lo que recibe defuera como por lo que descubre dentro de sí. ¿Quéle importa el haber olvidado lo visto u oído o leído si

Page 338: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

se mantiene viva la facultad que el afortunado en-cuentro le revelara? El fuego prendió, arde sin ex-tinguirse, poco importa que se haya perdido la tea.

Las facultades intelectuales y morales seexcitan también como las pasiones. A veces uncorazón inexperto duerme tranquilamente el sueñode la inocencia; sus pensamientos son puros comolos de un ángel, sus ilusiones cándidas como elcopo de nieve que cubre de blanquísima alfombra ladilatada llanura; pasó un instante, se ha corrido unvelo misterioso: el mundo de la inocencia y de lacalma desapareció y el horizonte se ha convertidoen un mar de fuego y de borrascas. ¿Qué ha suce-dido? Ha mediado una lectura, una conversaciónimprudente, la presencia de un objeto seductor. Heaquí la historia del despertar de muchas facultadesdel alma. Criada para estar unida con el cuerpo conlazo incomprensible y para ponerse en relación consus semejantes, tiene como ligadas algunas de susfacultades hasta que una impresión exterior viene adesenvolverlas.

Si supiéramos de qué disposiciones nos hadotado el Autor de la Naturaleza, no sería difícilponerlas en acción, ofreciéndoles el objeto que másse les adapta y que por lo mismo las excita y desa-

Page 339: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

rrolla; pero como al encontrarse el hombre engolfa-do en la carrera de la vida ya le es muchas vecesimposible volver atrás, deshaciendo todo el caminoque la educación y la profesión escogida o impuestale han hecho andar, es necesario que acepte lascosas tal como son, aprovechándose de lo bueno yevitando lo malo en lo que le sea posible.

§ XXIII

Al proponernos un fin debemos guardarnosde la presunción y de la excesiva desconfianza

Sea cual fuere su carrera, su posición en lasociedad, sus talentos, inclinaciones e índole, nuncael hombre debe prescindir de emplear su razón, yasea para prefijarse con acierto el fin, ya para echarmano de los medios más a propósito para llegar aél.

El fin ha de ser proporcionado a los medios,y éstos son las fuerzas intelectuales, morales ofísicas y demás recursos de que se puede disponer.Proponerse un blanco fuera del alcance es gastarinútilmente las fuerzas, así como es desperdiciarlas,exponiéndolas a disminuirse, por falta de ejercicio,el no aspirar a lo que la razón y la experiencia dicenque se puede llegar.

Page 340: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ XXIV

La pereza

Si bien es cierto que la prudencia aconsejaser más bien desconfiado que presuntuoso, y quepor lo mismo no conviene entregarse con facilidad aempresas arduas, también importa no olvidar que laresistencia a las sugestiones del orgullo o de lavanidad puede muy bien explotarla la pereza.

La soberbia es, sin duda, un mal consejerono sólo por el objeto a que nos conduce, sino tam-bién por la dificultad que hay en guardarse de susinsidiosos amaños; pero es seguro que poco falta sino encuentra en la pereza una digna competidora.El hombre ama las riquezas, la gloria, los placeres,pero también ama mucho el no hacer nada; esto espara él un verdadero goce, al que sacrifica a menu-do su reputación y bienestar. Dios conocía bien lanaturaleza humana cuando la castigó con el trabajo;el comer el pan con el sudor de su rostro es para elhombre pena continua y frecuentemente muy dura.

§ XXV

Una ventaja de la pereza sobre las demáspasiones

Page 341: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La pereza, es decir, la pasión de la inacción,tiene para triunfar una ventaja sobre las demás pa-siones y es el que no exige nada; su objeto es deuna pura negación. Para conquistar un alto puestoes preciso mucha actividad, constancia, esfuerzos;para granjearse brillante nombradía es necesariopresentar títulos que la merezcan, y éstos no seadquieren sin largas y penosas fatigas; para acumu-lar riquezas es indispensable atinada combinación yperseverante trabajo; hasta los placeres más mue-lles no se disfrutan si no se anda en busca de ellosy no se emplean los medios conducentes. Todas laspasiones para el logro de su objeto exigen algo;sólo la pereza no exige nada. Mejor la contentáissentado que en pie, mejor echado que sentado,mejor soñoliento que bien despierto. Parece ser latendencia a la misma nada; la nada es, al menos,su solo límite; cuanto más se acerca a ella el pere-zoso, en su modo de ser, mejor está.

§ XXVI

Origen de la pereza

El origen de la pereza se halla en nuestramisma organización y en el modo con que se ejer-cen nuestras funciones. En todo acto hay un gastode fuerza, hay, pues, un principio de cansancio y,

Page 342: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

por consiguiente, de sufrimiento. Cuando la pérdidaes insignificante y sólo ha transcurrido el tiemponecesario para desplegar la acción de los órganos omiembros no hay sufrimiento todavía y hasta puedesentirse placer; más bien pronto la pérdida se hacesensible y el cansancio empieza. Por esta causa nohay perezoso que no emprenda repetidas veces ycon gusto algunos trabajos, y quizá por la mismarazón también los más vivos no son los más labo-riosos. La intensidad con que ponen en ejercicio susfuerzas debe de excitar en ellos más pronto que enotros la sensación de cansancio, por cuyo motivo seacostumbrarán más fácilmente a mirar el trabajocon aversión.

§ XXVII

Pereza del espíritu

Como el ejercicio de las facultades intelec-tuales y morales necesita la concomitancia de cier-tas funciones orgánicas, la pereza tiene lugar en losactos del espíritu como en los del cuerpo. No es elespíritu quien se cansa, sino los órganos corporalesque le sirven, pero el resultado viene a ser el mis-mo. Así es que hay a veces una pereza de pensar yaun de querer tan poderosa como la de hacer cual-quier trabajo corpóreo. Y es de notar que estas dos

Page 343: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

clases de pereza no siempre son simultáneas, pu-diendo existir la una sin la otra. La experiencia ates-tigua que la fatiga puramente corporal o del sistemamuscular no siempre produce postración intelectualy moral, y no es raro estar sumamente fatigado decuerpo y sentir muy activas las facultades del espíri-tu. Al contrario, después de largos e intensos traba-jos mentales, a veces se experimenta un verdaderoplacer en ejercitar las fuerzas físicas cuando lasintelectuales han llegado ya a un estado de comple-ta postración. Estos fenómenos no son difíciles deexplicar si se advierte que las alteraciones del sis-tema muscular distan mucho de guardar proporcióncon las del sistema nervioso.

§ XXVIII

Razones que confirman lo dicho sobre elorigen de la pereza

En prueba de que la pereza es un instintode precaución contra el sufrimiento que nace delejercicio de las facultades se puede observar: Pri-mero, que cuando este ejercicio produce placer nosólo no hay repugnancia a la acción, sino que hayinclinación hacia ella. Segundo, que la repugnanciaal trabajo es más poderosa antes de empezarle,porque entonces es necesario un fuerzo para poner

Page 344: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en acción los órganos o miembros. Tercero, que larepugnancia es nula cuando, desplegado ya el mo-vimiento, no ha transcurrido aún el tiempo suficientepara hacer sentir el cansancio que nace del que-branto de las fuerzas. Cuarto, que la repugnanciarenace y se aumenta a medida que este quebrantose verifica. Quinto, que los más vivos adolecen másde este mal porque experimentan antes el sufri-miento. Sexto, que los de índole versátil y ligerasuelen tener el mismo defecto por la sencilla razónde que a más del esfuerzo que exige el trabajo hanmenester otro para sujetarse a sí mismos, vencien-do su propensión a variar de objeto.

§ XXIX

La inconstancia: su naturaleza y origen

La inconstancia, que en apariencia no esmás que un exceso de actividad, pues que nos llevacontinuamente a ocuparnos de cosas diferentes, noes más que la pereza bajo un velo hipócrita. El in-constante substituye un trabajo a otro porque así seevita la molestia que experimenta con la necesidadde sujetar su atención y acción a un objeto determi-nado. Así es que todos los perezosos suelen sergrandes proyectistas, porque el excogitar proyectoses cosa que ofrece campo a vastas divagaciones

Page 345: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que no exigen esfuerzo para sujetar el espíritu;también suelen ser amigos de emprender muchascosas, sucesiva o simultáneamente, siempre con elbien entendido de no llevar a cabo ninguna.

§ XXX

Pruebas y aplicaciones

Vemos a cada paso hombres cuyos inter-eses y deberes reclaman ciertos trabajos no máspesados que los que ellos mismos se imponen, y,no obstante, dejan aquéllas por éstos, sacrificandoa su gusto el interés y el deber. Han de despacharun expediente y le dejan intacto, a pesar de que nohabían de emplear en él ni la mitad del tiempo quehan gastado en correspondencias insignificantes.

Han de avistarse con una persona para tra-tar un negocio, no lo hacen y andan más camino yconsumen más tiempo y más palabras hablando decosas indiferentes. Han de acudir a una reunióndonde se han de ventilar asuntos de intereses, noignoran lo que se ha de tratar y no habrían de hacergran esfuerzo, para enterarse de lo que ocurra y darcon acierto su dictamen, pues no importa: aquellashoras reclamadas por sus intereses las consumiránquizá disputando de política, de guerra, de ciencias,

Page 346: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de literatura, de cualquier cosa con tal que no seaaquello a que están obligados. El pasear, el hablar,el disputar son, sin duda, ejercicio de facultades delespíritu y del cuerpo, y, no obstante, en el mundoabundan los amigos de pasear, los habladores ydisputadores y escasean los verdaderamente labo-riosos. Y esto ¿por qué? Porque el pasear y hablary disputar son compatibles con la inconsciencia, noexigen esfuerzo, consienten variedad continua,llevan consigo naturales alternativas de trabajo des-canso enteramente sujetas a la voluntad y al capri-cho.

§ XXXI

El justo medio entre dichos extremos

Evitar la pusilanimidad sin fomentar la pre-sunción, sostener y alentar la actividad sin inspirarla vanidad, hacer sentir al espíritu sus fuerzas sincegarle con el orgullo; he aquí una tarea difícil en ladirección de los hombres y más todavía en la direc-ción de sí mismo. Esto es lo que el Evangelio ense-ña esto es lo que la razón aplaude y admira. Entredichos escollos debemos caminar siempre no con laesperanza de no dar jamás en ninguno de ellos,pero sí con la mira, con el deseo y la esperanza

Page 347: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

también de no estrellarnos hasta el punto de pere-cer.

La virtud es difícil, mas no imposible; elhombre no la alcanza aquí en la tierra sin mezcla demuchas debilidades que la deslustran, pero no ca-rece de los medios suficientes para poseerla y per-feccionarla. La razón es un monarca condenado aluchar de continuo con las pasiones sublevadas,pero Dios la ha provisto de lo necesario para peleary vencer. Lucha terrible, lucha penosa, lucha llenade azares y peligros; mas, por lo mismo, tanto másdigna de ser ansiada por las almas generosas.

En vano se intenta en nuestro siglo procla-mar la omnipotencia de las pasiones y lo irresistiblede su fuerza para triunfar de la razón; el almahumana, sublime destello de la divinidad, no ha sidoabandonada por su Hacedor. No hay fuerzas quebasten a apagar la antorcha de la moral ni en elindividuo ni en la sociedad; en el individuo sobrevie-ne a todos los crímenes, en la sociedad resplande-ce aun después de los mayores trastornos; en elindividuo culpable reclama sus derechos con la vozdel remordimiento, en la sociedad por medio deelocuentes protestas y de ejemplos heroicos.

§ XXXII

Page 348: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La moral es la mejor guía del entendimientopráctico

La mejor guía del entendimiento práctico esla moral. En el gobierno de las naciones la políticapequeña es la política de los intereses bastardos,de las intrigas, de la corrupción; la política grandees la política de la conveniencia pública, de larazón, del derecho. En la vida privada la conductapequeña es la de los manejos innobles, de las mirasmezquinas, del vicio; la conducta grande es la queinspiran la generosidad y la virtud.

Lo recto y lo útil a veces parecen andar se-parados, pero no suelen estarlo sino por un cortotrecho; llevan caminos opuestos en apariencia, y,sin embargo, el punto a que se dirigen es el mismo.Dios quiere por estos medios probar la fortaleza delhombre, y el premio de la constancia no siempre sehace esperar todo en la otra vida. Que si esto suce-de una que otra vez, ¿es acaso ligera recompensael descender al sepulcro con el alma tranquila, sinremordimiento, y con el corazón embriagado deesperanza?

No lo dudemos: el arte de gobernar no esmás que la razón y la moral aplicadas al gobiernode las naciones; el arte de conducirse bien en la

Page 349: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

vida privada no es más que el Evangelio en prácti-ca.

Ni la sociedad ni el individuo olvidan impu-nemente los eternos principios de la moral; cuandolo intentan por el aliciente del interés, tarde o tem-prano se pierden, perecen, en sus propias combina-ciones. El interés que se erigiera en ídolo se con-vierte en víctima. La experiencia de todos los díases una prueba de esta verdad, en la historia detodos los tiempos la vemos escrita con caracteresde sangre.

§ XXXIII

La armonía del universo defendida con elcastigo

No hay falta sin castigo; el universo está su-jeto a una ley de armonía; quien la perturba sufre. Alabuso de nuestras facultades físicas sucede el do-lor, a los extravíos del espíritu siguen el pesar y elremordimiento. Quien busca con excesivo afán lagloria se atrae la burla; quien intenta exaltarse sobrelos demás con orgullo destemplado, provoca contrasí la indignación, la resistencia, el insulto, las humi-llaciones. El perezoso goza en su inacción, perobien pronto su desidia disminuye sus recursos y la

Page 350: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

precisión de atender a sus necesidades le obliga aun exceso de actividad y de trabajo. El pródigo disi-pa sus riquezas en los placeres y en la ostentación,pero no tarda en encontrar un vengador de susdesvaríos en la pobreza andrajosa y hambrientaque le impone, en vez de goce, privaciones; en vezde lujosa ostentación, escasez vergonzosa. El avaroacumula tesoros temiendo la pobreza, y en mediode sus riquezas sufre los rigores de esa misma po-breza que tanto le espanta; él se condena a sí mis-mo, a todos ellos con su alimento limitado y grosero,su traje sucio y raído, su habitación pequeña, in-cómoda y desaseada. No aventura nada por noperder nada; desconfía hasta de las personas quemás le aman; en el silencio y tinieblas de la nochevisita sus arcas enterradas en lugares misteriosospara asegurarse que el tesoro está allí y aumentarletodavía más, y entre tanto le acecha uno de sussirvientes o vecinos, y el tesoro con tanto afán acu-mulado, con tanta precaución escondido, desapare-ce.

En el trato, en la literatura, en las artes, elexcesivo deseo de agradar produce desagrado; elafán por ofrecer cosas demasiado exquisitas fasti-dia; lo ridículo está junto a lo sublime; lo delicado nodista de lo empalagoso; el prurito de ofrecer cua-

Page 351: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dros simétricos suele conducir a contrastes dispara-tados.

En el gobierno de la sociedad el abuso delpoder acarrea su ruina; el abuso de la libertad daorigen a la esclavitud. El pueblo que quiere extenderdemasiado sus fronteras suele verse más estrecha-do de lo que exigen las naturales; el conquistadorque se empeña en acumular coronas sobre su ca-beza acaba por perderlas todas; quien no se satis-face con el dominio de vastos imperios va a consu-mirse en una roca solitaria en la inmensidad delOcéano. De los que ambicionan el poder supremo,la mayor parte encuentra la proscripción o el cadal-so. Codician el alcázar de un monarca y pierden elhogar doméstico; sueñan en un trono y encuentranun patíbulo.

§ XXXIV

Observaciones sobre las ventajas y desven-tajas de la virtud en los negocios

Dios no ha dejado indefensas sus leyes: atodas las ha escudado con el justo castigo; castigoque por lo común se experimenta ya en esta vida.Por esta razón los cálculos basados sobre el interésen oposición con la moral están muy expuestos a

Page 352: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

salir fallidos, enredándose la inmoralidad con suspropios lazos. Mas no se crea que con esto quierayo negar que el hombre virtuoso se halle muchasveces en posición sumamente desventajosa paracompetir con un adversario inmoral. No desconozcoque en un caso dado tiene más probabilidad dealcanzar un fin el que puede emplear cualquier me-dio por no reparar en ninguno, como le sucede alhombre malo, y que no dejará de ser un obstáculogravísimo el tener que valerse de muy pocos me-dios o quizá solamente de uno, como le acontece alvirtuoso, a causa de que los inmorales son para élcomo si no existiesen, pero si bien esto es verdadconsiderando un negocio aislado, no lo es menosque, andando el tiempo, los inconvenientes de lavirtud se compensan con las ventajas, así como lasventajas del vicio se compensan con los inconve-nientes, y que, en último resultado, un hombre ver-daderamente recto llegará a lograr el fruto de surectitud alcanzando el fin que discretamente se pro-ponga, y que el inmoral expiará tarde o tempranosus iniquidades, encontrando la perdición en la ex-tremidad de sus malos y tortuosos caminos.

§ XXXV

Page 353: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Defensa de la virtud contra una inculpacióninjusta

Los hombres virtuosos y desgraciados tie-nen cierta propensión a señalar sus virtudes comoel origen de sus desgracias, pues que a esto losinclinan de consuno el deseo de ostentar su virtud yel de ocultar sus imprudencias, que imprudenciasmuy grandes se cometen también con la intenciónmás recta y más pura. La virtud no es responsablede los males acarreados por nuestra imprevisión oligereza, pero el hombre suele achacárselos a ellacon demasiada facilidad. «Mi buena fe me ha perdi-do», exclama el hombre honrado víctima de unaimpostura, cuando lo que le ha perdido no es subuena fe, sino su torpe confianza en quien le ofrecíademasiados motivos para prudentes sospechas.¿Acaso los malos no son también con mucha fre-cuencia víctimas de otras malos y los pérfidos deotros pérfidos? La virtud nos enseña el camino quedebemos seguir, mas no se encarga de descubrir-nos todos los lazos que en él podemos encontrar;esto es obra de la penetración, de la previsión, delbuen juicio, es decir, de un entendimiento claro yatinado. Con estas dotes no está reñida la virtud,mas no siempre las lleva por compañeras. Como fielamiga de la humanidad, se alberga sin repugnancia

Page 354: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

en el corazón de toda clase de hombres, ora brilleen ellos esplendente y puro el sol de la inteligencia,ora esté obscurecido con espesa niebla.

§ XXXVI

Defensa de la sabiduría contra una inculpa-ción infundada

Creen algunos que los grandes talentos y elmucho saber propenden de suyo al mal; esto es unaespecie de blasfemia contra la bondad del Criador.¿La virtud necesita acaso las tinieblas? Los cono-cimientos y virtudes de la criatura, ¿no emananacaso de un mismo origen, del piélago de luz y san-tidad, que es Dios? Si la elevación de la inteligenciacondujese al mal, la maldad de los seres estaría enproporción con su altura; ¿adivináis la consecuen-cia?, ¿por qué no sacarla? La sabiduría infinita seríala maldad infinita, y heos aquí en el error de losmaniqueos, encontrando en la extremidad de laescala de los seres un principio malo. Pero ¿quédigo?, peor fuera este error que el de Manes, puesque en él no se podría admitir un principio bueno. Elgenio del mal presidiría sin rival, enteramente solo,a los destinos del mundo; el rey del Averno debieracolocar su trono de negra lava en las esplendentesregiones del empíreo.

Page 355: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

No, no debe el hombre huir de la luz portemor de caer en el mal; la verdad no teme la luz, yel bien moral es una gran verdad. Cuanto más ilus-trado esté el entendimiento mejor conocerá la inefa-ble belleza de la virtud y, conociéndola mejor,tendrá menos dificultades en practicarla. Rara vezhay mucha elevación en las ideas sin que de ellaparticipen los sentimientos, y los sentimientos ele-vados o nacen de la misma virtud o son una dispo-sición muy a propósito para alcanzarla.

Hasta hay en favor del talento y del saberuna razón fundada en la naturaleza de las faculta-des del alma. Nadie ignora que, por lo común, elmucho desarrollo de la una es con algún perjuiciode la otra; por consiguiente, cuando en el hombrese desenvuelvan de una manera particular las facul-tades superiores, menguarán en su fuerza las pa-siones groseras, origen de los vicios.

La historia del espíritu humano confirma es-ta verdad: generalmente hablando, los hombres deentendimiento muy elevado no han sido perversos,muchos se han distinguido por sus eminentes virtu-des, otros han sido débiles como hombres, mas nomalvados, y si uno que otro ha llegado a este ex-

Page 356: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tremo debe mirarse como excepción, no como re-gla.

¿Sabéis por qué un malvado de gran talentocompromete, por decirlo así, la reputación de losdemás, prestando ocasión a que de algunos casosparticulares se saquen deducciones generales?Porque en un malvado de gran talento todos pien-san, de un malvado necio nadie se acuerda; porqueforman un vivo contraste la iniquidad y el gran sa-ber, y este contraste hace más notable el extremofeo, por la misma razón que se repara más en larelajación de un sacerdote que en la de un seglar.Nadie nota una mancha más en un cristal muy su-cio, pero en otro muy limpio y brillante se presenta,desde luego, a los ojos el más pequeño lunar.

§ XXXVII

Las pasiones son buenos instrumentos, pe-ro malos consejeros

Ya vimos (Cap. XIX) cuán pernicioso era elinflujo de las pasiones para impedirnos el conoci-miento de la verdad, aun la especulativa; pero loque allí se dijo en general tiene muchísima másaplicación en refiriéndose a la práctica. Cuandotratamos de ejecutar alguna cosa, las pasiones son

Page 357: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

a veces un auxiliar excelente; mas para prepararlaen nuestro entendimiento son consejeros muy peli-grosos.

El hombre sin pasiones sería frío, tendríaalgo de inerte, por carecer de uno de los principiasmás poderosos de acción que Dios ha concedido ala humana naturaleza; pero, en cambio, el hombredominado por las pasiones es ciego y se abalanza alos objetos a la manera de los brutos.

Examinando atentamente el modo de obrarde nuestras facultades se echa de ver que la razónes a propósito para dirigir y las pasiones para ejecu-tar, y así es que aquélla atiende no sólo a lo presen-te, sino también a lo pasado y a lo venidero cuandoéstas miran el objeto sólo por lo que es en el mo-mento actual y por el modo con que nos afecta. Yes que la razón, como verdadera directora, se hacecargo de todo lo que puede dañar o favorecer nosólo ahora, sino también en el porvenir; pero laspasiones, como encargadas únicamente de ejecu-tar, sólo se cuidan del instante y de la impresiónactuales. La razón no se para sólo en el placer, sinoen la utilidad, en la moralidad, en el decoro; las pa-siones prescinden del decoro, de la moralidad, de la

Page 358: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

utilidad, de todo lo que no sea la impresión agrada-ble o ingrata que en el acto se experimenta.

§ XXXVIII

La hipocresía de las pasiones

Cuando hablo de pasiones no me refieroúnicamente a las inclinaciones fuertes, violentas,tempestuosas que agitan nuestro corazón como losvientos el océano; trato también de aquellas mássuaves, más espirituales, por decirlo así, porque, alparecer, están más cerca de las altas regiones delespíritu, y que suelen apellidarse sentimientos. Laspasiones son las mismas, sólo varían por su forma,o más bien, por la graduación de intensidad y por elmodo de dirigirse a su objeto. Son entonces másdelicadas, pero no menos temibles, pues que esamisma delicadeza contribuye a que con más facili-dad nos seduzcan y extravíen.

Cuando la pasión se presenta en toda sudeformidad y violencia, sacudiendo brutalmente elespíritu y empeñándose en arrastrale por maloscaminos, el espíritu se precave contra el adversario,se prepara a luchar, resultando tal vez que la mismaimpetuosidad del ataque provoca una heroica de-fensa. Pero si la pasión depone sus maneras violen-

Page 359: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tas, si se despoja, por decirlo así, de sus groserasvestiduras, cubriéndose con el manto de la razón, sisus gestiones se llaman conocimiento y sus inclina-ciones voluntad, ilustrada pero decidida, entoncestoma por traición una plaza que no hubiera tomadopor asalto.

§ XXIX

Ejemplo: la venganza bajo dos formas

Un hombre que ha irrogado una ofensa estácon una pretensión en cuyo éxito puede influir deci-sivamente el ofendido. Tan pronto como éste losabe, recuerda la ofensa recibida; el resentimientose despierta en su corazón, al resentimiento sucedela cólera y la cólera engendra un vivo deseo devenganza. ¿Y por qué dejará de vengarse? ¿No sele ofrece ahora una excelente oportunidad? ¿Noserá para él un placer el presenciar la desespera-ción de su adversario burlado en sus esperanzas yquizá sumido en la obscuridad, en la desgracia, enla miseria? «Véngate, véngate -le dice en alta vozsu corazón-, véngate, y que él sepa que te has ven-gado; dáñale, ya que él te dañó; humíllale, ya que élte humilló; goza tú el cruel pero vivo placer de sudesgracia, ya que él se gozó en la tuya. La víctimaestá en tus manos, no la sueltes, cébate en ella,

Page 360: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sacia en ella tu sed de venganza. Tiene hijos y pe-recerán..., no importa..., que perezcan; tiene padresy morirán de pesar..., no importa..., que mueran, asíserá herido en más puntos su infame corazón, asísangrará con más abundancia, así no habrá con-suelo para él, así se llenará la medida de su aflic-ción, así derramarás en su villano pecho toda la hiely amargura que él un día derramara en el tuyo.Véngate, véngate; ríete de una generosidad que élno practicó contigo, no tengas piedad de quien no latuvo de ti; él es indigno de tus favores, indigno decompasión, indigno de perdón; véngate, véngate.»

Así habla el odio exaltado por la ira; peroeste lenguaje es demasiado duro y cruel para noofender a un corazón generoso. Tanta crueldaddespierta un sentimiento contrario: «Este compor-tamiento sería innoble, sería infame -se dice elhombre a sí mismo-; esto repugna hasta el amorpropio. Pues qué, ¿yo he de gozarme en el abati-miento, en el perpetuo infortunio de una familia?¿No sería para mí un remordimiento inextinguible lamemoria de que con mis manejos he sumido en lamiseria a sus hijos inocentes y hundido en el sepul-cro a sus ancianos padres? Esto no lo puedo hacer,esto no lo haré, es más honroso no vengarme; sepami adversario que si él fue bajo, yo soy noble; si él

Page 361: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fue inhumano, yo soy generoso; no quiero buscarotra venganza que la de triunfar de él a fuerza degenerosidad; cuando su mirada se encuentre con mimirada sus ojos se abatirán, el rubor encenderá susmejillas, su corazón sentirá un remordimiento y mehará justicia.»

El espíritu de venganza ha sucumbido porsu imprudencia; lo quería todo, lo exigía todo, y conurgencia, con imperiosidad, sin consideraciones deninguna clase, y el corazón se ha ofendido de se-mejante desmán, ha creído que se trataba de envi-lecerle, ha llamado en su auxilio a los sentimientosnobles, que han acudido presto y han decidido lavictoria en favor de la razón. Otro quizá hubiera sidoel resultado si el espíritu de venganza hubiese to-mado otra forma menos dura, si cubriendo su fazcon mentida máscara no hubiese mostrado susfacciones feroces. No debía dar destemplados gri-tos, aullidos horribles; era menester que envuelto yreplegado en el seno más oculto del corazón hubie-se destilado desde allí su veneno mortal. «Por cierto-debía decir- que el ofensor no es nada digno deobtener lo que pretende, y sólo por este motivo con-viene oponerse a que lo obtenga, hizo una injuria,es verdad; pero ahora no es ocasión de acordarsede ella. No ha de ser el resentimiento quien presida

Page 362: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

a tu conducta, sino la razón, el deseo de que unacosa de tanta entidad no vaya a parar a malas ma-nos. El pretendiente no carece de algunas buenasdisposiciones para el desempeño; ¿por qué nohacerle justicia? Pero, en cambio, adolece de defec-tos imperdonables. La ofensa que te hizo a ti lomanifiesta bien; de ella no debes acordarte para lavenganza, pero si para formar un juicio acertado.Sientes un secreto y vivo placer en contrariarle, enabatirle, en perderle; mas este sentimiento no tedomina, sólo te impulsa el deseo del bien; y en ver-dad que si no mediase otro motivo que el resenti-miento no opondrías ningún obstáculo a sus desig-nios. Hasta quizá harías el sacrificio de favorecerle,y en verdad que sería doloroso, muy doloroso, peroquizá te resignarías a ello. Mas no te hallas en estecaso; afortunadamente, la razón, la prudencia, lajusticia están de acuerdo con las inclinaciones de tucorazón, y, bien considerado, ni las atiendes siquie-ra; experimentas un placer en dañar a tu enemigo,mas este placer es una expansión natural que tú noalcanzas a destruir, pero que tienes bastante sujetapara no dejarla que te domine. No hay inconvenien-te, pues, en tomar las providencias oportunas. Loque importa es proceder con calma para que veantodos que no hay parcialidad, que no hay odio, que

Page 363: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

no hay espíritu de venganza, que usas de un dere-cho y hasta obedeces a un deber.» La venganzaimpetuosa, violenta, francamente injusta, no hapodido alcanzar un triunfo que ha obtenido sin difi-cultad la venganza pacífica, insidiosa, disfrazadahipócritamente con el velo de la razón, de la justicia,del deber.

Por este motivo es tan temible la venganzacuando obra en nombre del celo por la justicia.Cuando el corazón, poseído del odio, llega a enga-ñarse a sí mismo, creyendo obrar a impulsos delbuen deseo, quizá de la misma caridad, se hallacomo sujeto a la fascinación de un reptil a quien nove y cuya existencia ni aun sospecha. Entonces laenvidia destroza las reputaciones más puras y es-clarecidas, el rencor persigue inexorable la vengan-za se goza en las convulsiones y congojas de lainfortunada víctima, haciéndole agotar hasta lasheces el dolor y la amargura. El insigne protomártirbrillaba por sus eminentes virtudes y aterraba a losjudíos con su elocuencia divina. ¿Qué nombre cre-éis que tomarán la envidia y la venganza, que lesseca los corazones y hace rechinar sus dientes?¿Creéis que se apellidarán con el nombre que leses propio? No, de ninguna manera. Aquellos hom-bres dan un grito como llenos de escándalo, se

Page 364: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tapan los oídos y sacrifican al inocente Diácono ennombre de Dios. El Salvador del mundo admira acuantos le oyen con la divina hermosura de su mo-ral, con el maravilloso raudal de sabiduría y de amorque fluye de sus labios augustos; los pueblos seagolpan para verle y él pasa haciendo bien; afablecon los pequeños, compasivo con los desgraciados,indulgente con los culpables, derrama a manosllenas los tesoros de su omnipotencia y de su amor;sólo pronuncia palabras de dulzura y perdón; diríaseque reserva el lenguaje de una indignación santa yterrible para confundir a los hipócritas. Estos hanencontrado en él una mirada majestuosa y severa yellos la han correspondido con una mirada de víbo-ra. La envidia les destroza el corazón, sienten unaabrasadora sed de venganza. Pero ¿obrarán,hablarán como vengativos? No, este hombre es unblasfemo, dirán; seduce las turbas, es enemigo delCésar; la fidelidad, pues, la tranquilidad pública, lareligión exigen que se le quite de en medio, y seaceptará la traición de un discípulo, y el inocenteCordero será llevado a los tribunales y será interro-gado, y al responder palabras de verdad, el príncipede los sacerdotes se sentirá devorado de celo yrasgará sus vestiduras y dirá: Blasfemó, y los cir-cunstantes dirán: «Es reo de muerte.»

Page 365: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

§ XL

Precauciones

Jamás el hombre medita demasiado sobrelos secretos de su corazón, jamás despliega dema-siada vigilancia para guardar las mil puertas pordonde se introduce la iniquidad, jamás se precavecontra las innumerables asechanzas con que él secombate a sí propio. No son las pasiones tan temi-bles cuando se presentan como son en sí, dirigién-dose abiertamente a su objeto, y atropellando conimpetuosidad cuanto se les pone delante. En talcaso, por poco que se conserve en el espíritu elamor de la virtud, si el hombre no ha llegado todavíahasta el fondo de la corrupción o de la perversidad,siente levantarse en su alma un grito de espanto eindignación tan pronto como se le ofrece el vicio consu aspecto asqueroso; pero ¿qué peligros no corresi, trocados los hombres y cambiados los trajes,todo se le ofrece disfrazado, trastornado?; ¿si susojos miran al través de engañosos prismas, quepintan con galanos colores y apacibles formas lanegrura y la monstruosidad?

Los mayores peligros de un corazón purono están en el brutal aliciente de las pasiones gro-seras, sino en aquellos sentimientos que encantan

Page 366: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

por su delicadeza y seducen con su ternura; el mie-do no entra en las almas nobles sino con el dictadode prudencia; la codicia no se introduce en los pe-chos generosos sino con el título de economía pre-visora; el orgullo se cobija bajo la sombra del amorde la propia dignidad y del respeto debido a la posi-ción que se ocupa; la vanidad se proporciona suspequeños goces engañando al vanidoso con laurgente necesidad de conocer el juicio de los demáspara aprovecharse de la crítica; la venganza, sedisfraza con el manto de la justicia; el furor se ape-llida santa indignación; la pereza invoca en su auxi-lio la necesidad del descanso, y la roedora envidia,al destrozar reputaciones, al empeñarse en ofuscarcon su aliento impuro los resplandores de un méritoeminente, habla de amor a la verdad, de imparciali-dad, de lo mucho que conviene precaverse contrauna admiración ignorante o un entusiasmo infantil.

§ XLI

Hipocresía del hombre consigo mismo

El hombre emplea la hipocresía para enga-ñarse a sí mismo, acaso más que para engañar alos otros. Rara vez se da a sí propio exacta cuentadel móvil de sus acciones, y por esto aun en lasvirtudes más acendradas hay algo de escoria. El oro

Page 367: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

enteramente puro no se obtiene sino con el crisol deun perfecto amor divino, y este amor, en toda superfección, está reservado para las regiones celes-tiales. Mientras vivimos aquí en la tierra llevamos ennuestro corazón un germen maligno que o mata, oenflaquece, o deslustra las acciones virtuosas, y noes poco si se llega a evitar que ese germen se des-arrolle y nos pierda. Pero, a pesar de tamaña debili-dad, no deja de brillar en el fondo de nuestra almaaquella luz inextinguible, encendida en ella por lamano del Criador, y esa luz nos hace distinguir en-tre el bien y el mal, sirviéndonos de guía en nues-tros pasos y de remordimiento en nuestros extrav-íos. Por esta causa nos esforzamos a engañarnos anosotros mismos para no ponernos en contradiccióndemasiado patente con el dictamen de la concien-cia; nos tapamos los oídos para no oír lo que ellanos dice, cerramos los ojos para no ver lo que ellanos muestra, procuramos hacernos la ilusión de queel principio que nos inculca no es aplicable al casopresente. Para esto sirven lastimosamente las pa-siones, sugiriéndonos insidiosamente discursossofísticos. Cuéstale mucho al hombre parecer maloni a sus propios ojos; no se atreve, se hace hipócri-ta.

§ XLII

Page 368: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

El conocimiento de sí mismo

El defecto indicado en el párrafo anteriortiene diferente carácter en las diferentes personas,por cuyo motivo conviene sobremanera no perderjamás de vista aquella regla de los antiguos tanprofundamente sabia: Conócete a ti mismo; Noscete ipsum. Si bien hay ciertas cualidades comunes atodos los hombres, éstas toman un carácter particu-lar en cada uno de ellos; cada cual tiene, por decirloasí, un resorte que conviene conocer y saber mane-jar. Este resorte es necesario descubrir cuál es enlos demás para acertar a conducirse bien con ellos;pero es más necesario todavía descubrirle cadacual en sí mismo. Porque allí suele estar el secretode las grandes cosas, así buenas como malas, acausa de que ese resorte no es más que una pro-pensión fuerte que llega a dominar a las demás,subordinándolas todas a un objeto. De esta pasióndominante se resienten todas las otras; ella se mez-cla en todos los actos de la vida, ella constituye loque se llama el carácter.

§ XLIII

El hombre huye de sí mismo

Page 369: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Si no tuviésemos la funesta inclinación dehuir de nosotros mismos, si la contemplación denuestro interior no nos repugnase en tal grado, nonos sería difícil descubrir cuál es la pasión que ennosotros predomina. Desgraciadamente, de nadiehuimos tanto como de nosotros mismos, nada estu-diamos menos que lo que tenemos más inmediato yque más nos interesa. La generalidad de los hom-bres descienden al sepulcro no sólo sin haberseconocido a sí propios, sino también sin haberlo in-tentado. Debiéramos tener continuamente la vistafija sobre nuestro corazón para conocer sus inclina-ciones, penetrar sus secretos, refrenar sus ímpetus,corregir sus vicios, evitar sus extravíos; debiéramosvivir con esa vida íntima en que el hombre se dacuenta de sus pensamientos y afectos y no se poneen relación con los objetos exteriores sino despuésde haber consultado su razón y dado a su voluntadla dirección conveniente. Mas esto no se hace; elhombre se abalanza, se pega a los objetos que leincitan, viviendo tan sólo con esa vida exterior queno le deja tiempo para pensar en sí mismo. Venseentendimientos claros, corazones bellísimos, que noguardan para sí ninguna de las preciosidades conque los ha enriquecido el Criador, que derraman,por decirlo así, en calles y plazas el aroma exquisito

Page 370: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

que, guardado en el fondo de su interior, podríaservirles de confortación y regalo.

Se refiere de Pascal que, habiéndose dedi-cado con grande ahínco a las matemáticas y cien-cias naturales, se cansó de dicho estudio a causade hallar pocas personas con quienes conversarsobre el objeto de sus ocupaciones favoritas. De-seoso de encontrar una materia que no tuviera esteinconveniente, se dedicó al estudio del hombre;pero bien pronto conoció, por experiencia, que losque se ocupaban en estudiar al hombre eran todav-ía en menor número que los aficionados a las ma-temáticas. Esto se verifica ahora como en tiempo dePascal; hasta observar al común de los hombrespara echar de ver cuán pocos son los que gustan desemejante tare, mayormente tratándose de sí mis-mos.

§ XLIV

Buenos resultados del reflexionar sobre laspasiones

Cuando se ha adquirido el hábito de re-flexionar sobre las inclinaciones propias, distin-guiendo el carácter y la intensidad de cada una deellas, aun cuando arrastren una que otra vez al

Page 371: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

espíritu, no lo hacen sin que éste conozca la violen-cia. Ciegan quizá el entendimiento, pero esta ce-guera no se oculta del todo al que la padece; sedice a sí mismo: «Crees que ves, mas en realidadno ves; estás ciego.» Pero si el hombre no fija nun-ca su mirada en su interior, si obra según le impelenlas pasiones, sin cuidarse de averiguar de dóndenace el impulso, para él llegan a ser una mismacosa pasión y voluntad, dictamen del entendimientoe instinto de las pasiones. Así la razón no es seño-ra, sino esclava; en vez de dirigir, moderar y corregircon sus consejos y mandatos las inclinaciones delcorazón, se ve reducida a vil instrumento de ellas yobligada a emplear todos los recursos de su saga-cidad para proporcionarles goces que las satisfa-gan.

§ XLV

Sabiduría de la religión cristiana en la direc-ción de la conducta

La religión cristiana, al llevarnos a esa vidamoral, íntima, reflexiva sobre nuestras inclinaciones,ha hecho una obra altamente conforme a la mássana filosofía y que descubre un profundo conoci-miento del corazón humano. La experiencia enseñaque lo que le falta al hombre para obrar bien no es

Page 372: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

conocimiento especulativo y general, sino práctico,detallado, con aplicación a todos los actos de lavida. ¿Quién no sabe y no repite mil veces que laspasiones nos extravían y nos pierden? La dificultadno está en eso, sino en saber cuál es la pasión queinfluye en este o aquel caso, cuál es la que por locomún predomina en las acciones, bajo qué forma,bajo qué disfraz se presenta al espíritu y de quémodo se deben rechazar sus ataques o precaversus estratagemas. Y todo esto no como quiera, sinocon un conocimiento claro, vivo y que, por tanto, seofrezca naturalmente al entendimiento siempre quese haya de tomar alguna resolución, aun en losnegocios más comunes.

La diferencia que en las ciencias especula-tivas media entre un hombre vulgar y otro sobresa-liente no consiste a menudo sino en que éste cono-ce con claridad, distinción y exactitud lo que aquélsólo conoce de una manera inexacta, confusa yobscura; no consiste en el número de las ideas, sinoen la calidad; nada dice éste sobre un punto, de quetambién no tenga noticia aquél; ambos miran almismo objeto, sólo que la vista del uno es muchomás perfecta que la del otro. Lo propio sucede en lorelativo a la práctica. Hombres profundamente inmo-rales hablarán de la moral de tal suerte que mani-

Page 373: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fiesten no desconocer sus reglas; pero estas reglaslas saben ellos en general, sin haberse cuidado dehacer aplicaciones, sin haber reparado en losobstáculos que impiden el ponerlas en planta en talo cual ocasión, sin que se les ocurran de una mane-ra clara y viva cuando se ofrece oportunidad dehacer uso de ellas. Quien está en posesión de suentendimiento, de la voluntad, del hombre entero,son las pasiones; estas reglas morales las conser-van, por decirlo así, archivadas en lo más recónditode su conciencia; ni aun gustan de mirarlas comoobjeto de curiosidad, temerosos de encontrar enellas el gusano del remordimiento. Por el contrario,cuando la virtud está arraigada en el alma, las re-glas morales llegan a ser una idea familiar queacompaña todos los pensamientos y acciones, quese aviva y se agita al menor peligro, que impera yapremia antes de obrar, que remuerde incesante-mente si se la ha desatendido. La virtud causa esacontinua presencia intelectual de las reglas morales,y esta presencia, a su vez, contribuye a fortalecer lavirtud; así es que la religión no cesa de inculcarlas,segura de que son preciosa semilla, que tarde otemprano dará algún fruto.

§ XLVI

Page 374: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Los sentimientos morales auxilian la virtud

En ayuda de las ideas morales vienen lossentimientos, que también los hay morales, y pode-rosos, y bellísimos; porque Dios, al permitir quesacudan y conturben nuestro espíritu violentas yaciagas tempestades, también ha querido propor-cionarnos el blando mecimiento de céfiros apaci-bles. El hábito de atender a las reglas morales y deobedecer sus prescripciones desenvuelve y avivaestos sentimientos; y entonces el hombre, paraseguir el camino de la virtud, combate las inclina-ciones malas con las inclinaciones buenas; las lu-chas no son de tanto peligro y, sobre todo, no sontan dolorosas; porque un sentimiento lucha con otrosentimiento; lo que se padece con el sacrificio deluno se compensa con el placer causado por el triun-fo del otro, y no hay aquellos sufrimientos desgarra-dores que se experimentan cuando la razón peleacon el corazón enteramente sola.

Ese desarrollo de los sentimientos morales,ese llamar en auxilio de la virtud las mismas pasio-nes es un recurso poderoso para obrar bien e ilus-trar el entendimiento cuando le ofuscan otras pasio-nes. Hay en esta oposición mucha variedad decombinaciones, que dan excelentes resultados. El

Page 375: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

amor de los placeres se neutraliza con el amor de lapropia dignidad; el exceso del orgullo se templa conel temor de hacerse aborrecible; la vanidad se mo-dera por el miedo al ridículo; la pereza se estimulacon el deseo de la gloria; la ira se enfrena por noparecer descompuesto; la sed de venganza se miti-ga o extingue con la dicha y la honra que resultande ser generoso. Con esta combinación, con la sa-gaz oposición de los sentimientos buenos a los sen-timientos malos, se debilitan suave y eficazmentemuchos de los gérmenes de mal que abriga el co-razón humano, y el hombre es virtuoso sin dejar deser sensible.

§ XLVII

Una regla para los juicios prácticos

Conocido el principal resorte del propio co-razón, y desarrollados tanto como sea posible lossentimientos generosos y morales, es necesariosaber cómo se ha de dirigir el entendimiento paraque acierte en sus juicios prácticos.

La primera regla que se ha de tener presen-te es no juzgar ni deliberar con respecto a ningúnobjeto mientras el espíritu está bajo la influencia deuna pasión relativa al mismo objeto. ¡Cuán ofensivo

Page 376: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

no parece un hecho, una palabra, un gesto queacaba de irritar! «La intención del ofensor -se dice así mismo el ofendido- no podía ser más maligna; seha propuesto no sólo dañar, sino ultrajar; los cir-cunstantes deben de estar escandalizados; si no setomase una pronta y completa venganza, la sonrisaburlona que asomaba a los labios de todos se con-vertiría irremisiblemente en profundo desprecio porquien ha tolerado que de tal modo se le cubriera deafrentosa ignominia. Es preciso no ser descompues-to, es verdad; pero ¿hay acaso mayor descompos-tura que el abandono del honor?; es necesario tenerprudencia; pero esta prudencia, ¿debe llegar hastael punto de dejarse pisotear por cualquiera?»¿Quién hace este discurso? ¿Es la razón? No, cier-tamente; es la ira. Pero la ira, se dirá, no discurretanto. Sí, discurre; porque toma a su servicio al en-tendimiento y éste le proporciona todo lo que nece-sita. Y en este servicio no deja de auxiliarle a su vezla misma ira; porque las pasiones, en sus momen-tos de exaltación, fecundizan admirablemente elingenio con las inspiraciones que les convienen.

¿Queremos una prueba de que quien asídiscurría y hablaba no era la razón, sino la ira? Helaaquí evidente. Si en lo que piensa el hombre enco-lerizado hubiese algo de verdad no la desconocer-

Page 377: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ían del todo los circunstantes. Tampoco carecenellos de sentimientos de honor; también estiman enmucho su propia dignidad; saben distinguir entreuna palabra dicha con designio de zaherir y otraescapada sin intención ofensiva, y, sin embargo,ellos no ven nada de lo que el encolerizado ve contan claridad; y si se sonríen, esa sonrisa es causadano por la humillación que él se imagina haber sufri-do, sino por esa terrible explosión de furor que notiene motivo alguno. Más todavía: no es necesarioacudir a los circunstantes para encontrar la verdad;basta apoyar al mismo encolerizado cuando hayadesaparecido la ira. ¿Juzgará entonces como aho-ra? Es bien seguro que no; él será tal vez el primeroque se reirá de su enojo y que pedirá se le disimulesu arrebato.

§ XLVIII

Otra regla

De estas observaciones nace otra regla, yes que al sentirnos bajo la influencia de una pasiónhemos de hacer un esfuerzo para suponernos, porun momento siquiera, en el estado en que su in-fluencia no exista. Una reflexión semejante, por másrápida que sea, contribuye mucho a calmar la pa-sión y a excitar en el ánimo ideas diferentes de las

Page 378: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sugeridas por la inclinación ciega. La fuerza de laspasiones se quebranta desde el momento que seencuentra en oposición con un pensamiento que seagita en la cabeza; el secreto de su victoria sueleconsistir en apagar todos los contrarios a ellas yavivar los favorables. Pero tan pronto como la aten-ción se ha dirigido hacia otro orden de ideas vienela comparación y, por consiguiente, cesa el exclusi-vismo. Entretanto, se desenvuelven otras fuerzasintelectuales y morales no subordinadas a la pasión,y ésta pierde de su primitiva energía por haber decompartir con otras facultades la vida que antesdisfrutara sola.

Aconseja estos medios no sólo la experien-cia de su buen resultado, sino también una razónfundada en la naturaleza de nuestra organización.Las facultades intelectuales y morales nunca seejercitan sin que funcionen algunos de los órganosmateriales. Ahora bien: entre los órganos corpóreosestá distribuida una cierta cantidad de fuerzas vita-les de que disfrutan alternativamente en mayor omenor proporción y, por consiguiente, con decre-mento en los unos cuando hay incremento en losotros. De lo que resulta que ha de producir un efec-to saludable el esforzarse en poner en acción losórganos de la inteligencia en contraposición con los

Page 379: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de las pasiones y que la energía de éstas ha demenguar a medida que ejerzan sus funciones losórganos de la inteligencia.

Pero es de advertir que este fenómeno severificará dirigiendo la atención de la inteligencia enun sentido contrario al de las pasiones, la que seobtiene trasladándola por un momento al orden deideas que tendrá cuando no esté bajo un influjoapasionado; pues que si, por el contrario, la inteli-gencia se dirige a favorecer la pasión, entoncesésta se fomenta más y más con el auxilio; y lo quepudiese perder en energía, por decirlo así, pura-mente orgánica, lo recobra en energía moral, en lamayor abundancia de recursos para alcanzar elobjeto y en esa especie de bill de indemnidad conque se cree libre de acusaciones cuando ve que elentendimiento, lejos de combatirla, la apoya.

Este trabajo sobre las pasiones no es unamera teoría; cualquiera puede convencerse por símismo de que es muy practicable y de que se sien-ten sus buenos efectos tan pronto como se le apli-ca. Es verdad que no siempre se acierta en el me-dio más a propósito para ahogar, templar o dirigir lapasión levantada, o que, aun encontrado, no se leemplea como es debido; pero la sola costumbre de

Page 380: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

buscarle basta para que el hombre esté más sobresí, no se abandone con demasiada facilidad a losprimeros 'movimientos y tenga en sus juicios prácti-cos un criterio que falta a los que proceden de otramanera.

§ XLIX

El hombre riéndose de sí mismo

Cuando el hombre se acostumbra a obser-var mucho sus pasiones hasta llega a emplear ensu interior el ridículo contra sí mismo; el ridículo, esasal que se encuentra en el corazón y en el labio delos mortales como uno de tantos preservativos con-tra la corrupción intelectual y moral; el ridículo, queno sólo se emplea con fruto con los demás, sinotambién contra nosotros mismos, viendo nuestrosdefectos por el lado que se prestan a la sátira. Elhombre se dice entonces a sí propio lo que decirlepudieran los demás; asiste a la escena que se re-presentarla si el lance cayera en manos de un ad-versario de chiste y buen humor. Que contra otro seemplea también en cierto modo la sátira, cuando laempleamos contra nosotros mismos; porque, si biense observa, hay en nuestro interior dos hombresque disputan, que luchan, que no están nunca enpaz, y así como el hombre inteligente, moral, previ-

Page 381: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sor, emplea contra el torpe, el inmoral, el ciego, lafirmeza de la voluntad y el imperio de la razón, asítambién, a veces, le combate y le humilla con lospunzantes dardos de la sátira. Sátira que puede sertanto más graciosa y libre cuanto carece de testi-gos, no hiere la reputación, nada hace perder en laopinión de los demás, pues que no llega a ser ex-presada con palabras, y la sonrisa burlona que haceasomar a los labios se extingue en el momento denacer.

Un pensamiento de esta clase, ocurriendoen la agitación causada por las pasiones, produceun efecto semejante al de una palabra juiciosa,incisiva y penetrante, lanzada en medio de unaasamblea turbulenta. ¡Cuántas veces se nota queuna mirada expresiva cambia el estado del espíritude uno de los circunstantes, moderando o ahogan-do una pasión enardecida! ¿Y qué ha expresadoaquella mirada? Nada más que un recuerdo deldecoro, una consideración al lugar o a las personas,una reconvención amistosa, una delicada ironía;nada más que una apelación al buen sentido delmismo que era juguete de la pasión, y esto ha sidosuficiente para que la pasión se amortiguase. Elefecto que otro nos produce, ¿por qué no podría-

Page 382: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mos producírnoslo nosotros mismos, si no conigualdad, al menos con aproximación?

§ L

Perpetua niñez del hombre

Poco basta para extraviar al hombre, perotampoco se necesita mucho para corregirle algunosdefectos. Es más débil que malo, dista mucho deaquella terquedad satánica que no se aparta jamásdel mal una vez abrazado; por el contrario, tanto elbien como el mal los abraza y los abandona consuma facilidad. Es niño hasta la vejez; preséntase alos demás con toda la seriedad posible; mas en elfondo se encuentra a sí propio pueril en muchascosas y se avergüenza. Se ha dicho que ningúngrande hombre le parecía grande a su ayuda decámara; esto encierra mucha verdad. Y es que,visto el hombre de cerca, se descubren las peque-ñeces que le rebajan. Pero más cosas sabe él de símismo que su ayuda de cámara, y por esto es to-davía menos grande a sus propios ojos; por esto,aun en sus mejores años, necesita cubrir con unvelo la puerilidad que se abriga en su corazón.

Los niño ríen y juguetean y retozan, y luegogimen y rabian y lloran, sin saber muchos veces por

Page 383: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

qué; ¿no hace lo mismo, a su modo, el adulto? Losniños ceden a un impulso de su organización, albuen o mal estado de su salud, a la disposiciónatmosférica, que los afecta agradable o desagrada-blemente; en desapareciendo estas causas, secambia el estado de sus espíritus; no se acuerdandel momento anterior ni piensan en el venidero; sólose rigen por la impresión que actualmente experi-mentan. ¿No hace esto mismo millares de veces elhombre más serio, más grave y sesudo?

§ LI

Mudanza de D. Nicasio en breves horas

Don Nicasio es un varón de edad provecta,de juicio sosegado y maduro, lleno de conocimien-tos, de experiencia, y que rara vez se deja llevar dela impresión del momento. Todo lo pesa en la ba-lanza de una sana razón, y en este peso no con-siente que influyan por un adarme las pasiones deningún género. Se le habla de una empresa de mu-cha gravedad, para la cual se cuenta con su prácti-ca de mundo y su inteligencia particular en aquellaclase de negocios. Don Nicasio está a disposicióndel proponente; no tiene ninguna dificultad en entrarde lleno en la empresa y hasta en comprometer enella una parte de su fortuna. Está bien seguro de no

Page 384: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

perderla; si hay obstáculos, no le dan cuidado; élsabe el modo de removerlos; si hay rivales podero-sos, a D. Nicasio no le hacen mella. Otras hazañasde más monta ha llevado a cabo; negocios muchomás espinosos ha tenido que manejar; más podero-sos rivales ha tenido que vencer. Embebido en laidea que le halaga, se expresa con facilidad y rapi-dez, gesticula con viveza, su mirada es sumamenteexpresiva, su fisonomía juvenil diríase que ha vueltoa sus veinticinco abriles si algunas canas, asoman-do por un lado del postizo, no revelasen traidora-mente los trofeos de los años.

El negocio está concluido; faltan algunospormenores; quedáis emplazado para redondearlosen otra entrevista, ¿Mañana? No, señor; nada dedilaciones, no las consiente la actividad de D. Nica-sio; es preciso acabar con todo hoy mismo, por latarde. Don Nicasio, se ha retirado a su casa, y ni asu persona, ni a su familia, ni a ninguna de sus co-sas ha ocurrido ningún accidente desagradable.

Es la hora señalada; acudís con puntuali-dad, y os halláis en presencia del héroe de la ma-ñana. Don Nicasio está algo descompuesto en suvestido, merced a un calor que le ahoga. Mediotendido en el sofá os devuelve el saludo con un

Page 385: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

esfuerzo afectuoso, pero con evidentes señales defastidiosa laxitud.

-Vamos a ver, Sr. D. Nicasio, si quedamosconvenidos definitivamente.

-Tiempo tenemos de hablar... -contesta D.Nicasio; y su fisonomía se contrae con muestras detedio.

-Como usted me ha citado para esta tarde...

-Sí; pero...

-Como usted guste.

-Ya se ve; pero es menester pensarlo mu-cho; ¡qué sé yo!...

-Lo que es dificultades conozco que hay;sólo que viéndole a usted tan animoso esta maña-na, lo confieso, todo se me hacía ya camino llano.

-Animoso, y lo estoy aún...; pero, sin em-bargo, sin embargo, conviene no llevar demasiadaprisa... En fin, ya hablaremos -añade con expresiónde quien desea que no le comprometan.

Don Nicasio es otro, expresa lo que siente;nada de la audacia, de la actividad de la mañana;nada de los proyectos tan fáciles de ejecutar; en-

Page 386: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

tonces los obstáculos importaban poco, ahora soncasi insuperables; los rivales no significaban nada,ahora son invencibles. ¿Qué ha sucedido? ¿Le handado a D. Nicasio otras noticias? No ha visto a na-die. ¿Ha meditado sobre el negocio? No se habíaacordado más de él. ¿Qué ha sucedido, pues, paracausar tamaña revolución en su espíritu, alterandosu modo de ver las cosas y quebrantando tan lasti-mosamente sus ímpetus juveniles? Nada; la expli-cación del fenómeno es muy sencilla; no busquéisgrandes causas, son muy pequeñas. En primerlugar, ahora hace un calor atroz, lo que por cierto,dista mucho del oreo de una fresca brisa como su-cedía por la mañana; D. Nicasio está sumamenteabatido, la hora es pesada, el cielo se encapota yparece amenaza tempestad. La comida era ademásalgo indigesta; el sueño de la siesta ha sido dema-siado breve y no sin alguna pesadilla. ¿Se quieremás? ¿No son estos motivos bastante poderosospara trastornar el espíritu de un hombre grave ymodificar sus opiniones? A pesar de todas las citas,¿quién os ha llevado a su casa bajo una constela-ción tan infausta?

Tal es el hombre; la menor cosa le descon-cierta, le hace otro. Unido su espíritu a un cuerposujeto a mil impresiones diferentes, que se suceden

Page 387: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

con tanta rapidez y se reciben con igual facilidadque los movimientos de la hoja de un árbol, partici-pa en cierto modo de esa inconsciencia y variedad,trasladando con harta frecuencia a los objetos lasmudanzas que sólo él ha experimentado.

§ LII

Los sentimientos, por sí solos, son mala re-gla de conducta

Lo dicho manifiesta la imposibilidad de diri-gir la conducta del hombre por sólo el sentimiento; yla literatura de nuestra época, que tan poco se ocu-pa de comunicar ideas de razón y de moral y que, alparecer, no se propone sino excitar sentimientos,olvida la naturaleza del hombre y causa un mal deinmensa trascendencia.

El entregar al hombre a merced del solosentimiento es arrojar un navío sin piloto en mediode las olas. Esto equivale a proclamar la infalibilidadde las pasiones a decir: «Obra siempre por instinto,obedeciendo ciegamente a todos los movimientosde tu corazón»; esto equivale a despojar al hombrede su entendimiento, de su libre albedrío, a conver-tirle en simple instrumento de su sensibilidad.

Page 388: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Se ha dicho que los grandes pensamientossalen del corazón; también pudiera añadirse que delcorazón salen grandes errores, grandes delirios,grandes extravagancias, grandes crímenes. Delcorazón sale todo; es un arpa soberbia que despidetoda clase de sonidos, desde el horrendo estrépitode las cavernas infernales hasta la más delicadaarmonía de las regiones celestes.

El hombre que no tiene más guía que su co-razón es el juguete de mil inclinaciones diversas y amenudo contradictorias; una ligerísima pluma, enmedio de una campiña donde reinan los vientos,¿no lleva las direcciones más variadas e irregula-res? ¿Quién es capaz de contar ni clasificar la infi-nidad de sentimientos que se suceden en nuestropecho en brevísimas horas? ¿Quién no ha reparadoen la asombrosa facilidad con que se basa de laviva afición a un trabajo, a una repugnancia casiinsuperable? ¿Quién no ha sentido simpatía o anti-patía a la simple presencia de una persona, sin quepueda señalarse ninguna razón de ella y sin que loshechos ofrezcan en lo sucesivo motivo alguno quejustifique aquella impresión? ¿Quién no se ha admi-rado repetidas veces de encontrarse transformadoen pocos instantes, pasando del brío al abatimiento,de la osadía a la timidez, o viceversa, sin que

Page 389: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

hubiese mediado ninguna causa ostensible? ¿Quiénignora las mudanzas que los sentimientos sufrencon la edad, con la diferencia de estado, de posiciónsocial, de relaciones familiares, de salud, de clima,de estación; de atmósfera? Todo cuanto afecta anuestras ideas, nuestros sentidos; nuestro cuerpo,de cualquier modo que sea, todo modifica nuestrossentimientos; y de aquí la asombrosa inconstanciaque se nota en los que se abandonan a todos losimpulsos de las pasiones; de aquí esa volubilidadde las organizaciones demasiado sensibles si nohan hecho grandes esfuerzos para dominarse.

Las pasiones han sido dadas al hombrecomo medios para despertarle y ponerle en movi-miento, como instrumentos para servirle en susacciones; mas no como directoras de su espíritu, nocomo guías de su conducta. Se dice a veces que elcorazón no engaña; ¡lamentable error! ¿Qué esnuestra vida sino un tejido de ilusiones con que elcorazón nos engaña? Si alguna vez acertamos,entregándonos ciegamente a lo que él nos inspira,¡cuántas y cuántas nos hace extraviar! ¿Sabéis porqué se atribuye al corazón ese acierto instintivo?Porque nos llama extremadamente la atención unode sus aciertos cuando nos consta que son tantossus desaciertos; porque nos causa extraña sorpresa

Page 390: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

el verle adivinar en medio de su ceguera cuandoson tantas las veces que le encontramos desatina-do. Por esto recordamos su acierto excepcional; engracia de éste le perdonamos todos sus yerros y lehonramos con una previsión y un tino que no poseeni puede poseer.

El fundar la moral sobre el sentimiento esdestruirla; el arreglar su conducta a las inspiracio-nes del sentimiento es condenarse a no seguir nin-guna fija y a tenerla frecuentemente muy inmoral yfunesta. La tendencia de la literatura que actual-mente está en boga en Francia, y que, desgracia-damente, se introduce también en nuestra España,es divinizar las pasiones; y las pasiones divinizadasson extravagancia, inmoralidad, corrupción, crimen.

§ LIII

No impresiones sensibles, sino moral yrazón

La conducta del hombre, así con respecto alo moral como a lo útil, no debe gobernarse porimpresiones, sino por reglas constantes; en lo mo-ral, por las máximas de eterna verdad; en lo útil, porlos consejos de la sana razón. El hombre no es unDios en quien todo se santifique por sólo hallarse en

Page 391: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

él; las impresiones que recibe son modificacionesde su naturaleza, que en nada alteran las leyeseternas; una cosa justa no pierde la justicia por ser-le desagradable; una cosa injusta, por serle agrada-ble, no se lava de la injusticia. El enemigo implaca-ble que hunde el puñal vengador en las entrañas desu víctima siente en su corazón un placer feroz, y suacción no deja de ser un crimen; la hermana de lacaridad que asiste al enfermo, que le alivia y con-suela, sufre más de una vez tormentos atroces, maspor esto su acción no deja de ser heroicamentevirtuosa.

Prescindiendo de lo moral y atendiendo a loútil, es necesario tratar las cosas con arreglo a loque son, no a lo que nos afectan; la verdad no estáesencialmente en nuestras impresiones, sino en losobjetos; cuando aquéllas nos ponen en desacuerdocon éstos, nos extravían. El mundo real no es elmundo de los poetas y novelistas; es preciso consi-derarle y tratarle tal como es en sí, no sentimental,no fantástico, no soñador, sino positivo, práctico,prosaico.

§ LIV

Un sentimiento bueno, la exageración lohace malo

Page 392: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La religión no sofoca los sentimientos, sólolos modela y los dirige; la prudencia no desecha elauxilio de las pasiones templadas, sólo se guardade su predominio. La armonía no se ha de produciren el hombre con el simultáneo desarrollo de laspasiones, sino con su represión; el contrapeso delas que se dejen funcionando no son sólo las otraspasiones, sino principalmente la razón y la moral.

La oposición misma de las inclinacionesbuenas a las malas deja de ser saludable cuandoen ella no preside como señor la razón; porque lasinclinaciones buenas no son buenas sino en cuantola razón las dirige y modera; abandonadas a símismas, se exageran, se hacen malas.

Un valiente está encargado de un puestopeligroso; el riesgo crece por momentos; a su alre-dedor van cayendo sus camaradas; los enemigosse aproximan cada vez más; apenas hay esperanzade sostenerse, y la orden para retirarse no llega. Eldesaliento entra por un instante en el corazón delvaliente; ¿a qué morir sin ningún fruto? El deber dela disciplina y del honor, ¿se extenderá hasta unsacrificio inútil? ¿No sería mejor abandonar el pues-to, excusarse a los ojos del jefe con lo imperioso dela necesidad? «No -responde su corazón generoso-;

Page 393: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

esto es cobardía que se cubre con el nombre deprudencia. ¿Qué dirán tus compañeros, qué tu jefe,qué cuantos te conocen? ¿La ignominia o la muer-te? Pues la muerte, sin vacilar, la muerte.»

¿Se puede culpar esa reflexión con que elbravo oficial ha procurado sostenerse a sí mismocontra la tentación de cobardía? Ese deseo delhonor, ese horror a la ignominia de pasar por co-barde, ¿no ha sido en él un sentimiento? Pero unsentimiento noble, generoso, con cuya fuerza yascendiente se ha fortalecido contra la asechanzadel miedo y ha cumplido su deber. Esa pasión,pues, dirigida a un objeto bueno, ha producido unresultado excelente, que tal vez sin ella no se hubie-ra conseguido; en aquellos momentos críticos, terri-bles, en que el estruendo del cañón, la gritería delenemigo cercano y los ayes de los camaradas mo-ribundos comenzaban a introducir el espanto en supecho, la razón enteramente sola tal vez hubierasucumbido; pero ha llamado en su ayuda a unapasión más poderosa que el temor de la muerte: elsentimiento del honor, la vergüenza de parecer co-barde; y la razón ha triunfado, el deber se ha cum-plido.

Page 394: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Llegada la orden de replegarse, el oficial sereúne a su cuerpo, habiendo perdido en el puestofatal a casi todos sus soldados. «Ya le teníamos austed por muerto -le dice chanceándose uno de susamigos-; no se habrá usted olvidado del parapeto.»El oficial se cree ultrajado, pide con calor una satis-facción, y a las pocas horas el burlón imprudente hadejado de existir. El mismo sentimiento que pocoantes impulsara a una acción heroica acaba decausar un asesinato. El honor, la vergüenza depasar por cobarde, habían sostenido al valientehasta el punto de hacerle despreciar su vida; elhonor, la vergüenza de pasar por cobarde han teñi-do sus manos con la sangre de un amigo impruden-te. La pasión dirigida por la razón se elevó hasta elheroísmo; entregada a su ímpetu ciego, se ha de-gradado hasta el crimen.

La emulación es un sentimiento poderoso,excelente preservativo contra la pereza, contra lacobardía y contra cuantas pasiones se oponen alejercicio útil de nuestras facultades. De ella seaprovecha el maestro para estimular a los alumnos;de ella se sirve el padre de familia para refrenar lasmalas inclinaciones de alguno de sus hijos; de ellase vale un capitán para obtener de sus subordina-dos constancia, valor, hazañas heroicas. El deseo

Page 395: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

de adelantar, de cumplir con el deber, de llevar acabo grandes empresas; el doloroso pesar de nohaber hecho de nuestra parte todo lo que podíamosy debíamos; el rubor de vernos excedidos por aque-llos a quienes hubiéramos podido superar son sen-timientos muy justos, muy nobles, excelentes parahacernos avanzar en el camino del bien. En ellos nohay nada reprensible; ellos son el manantial demuchas acciones virtuosas, de resoluciones subli-mes, de hazañas sorprendentes.

Pero si ese mismo sentimiento se exagera,el néctar aromático, dulce, confortador, se trueca enel humor mortífero que fluye de la boca de un reptilponzoñoso, la emulación se hace envidia. El senti-miento en el fondo es el mismo, pero se ha llevadoa un punto demasiado alto; el deseo de adelantarha pasado a ser una sed abrasadora; el pesar deverse superado es ya un rencor contra el que su-pera; ya no hay aquella rivalidad que se hermanabamuy bien con la amistad más íntima, que procurabasuavizar la humillación del vencido prodigándolemuestras de cariño y sinceras alabanzas por susesfuerzos; que, contenta con haber conquistado ellauro, le escondía para no lastimar el amor propiode los demás; hay, sí, un verdadero despecho, hayuna rabia no por la falta de los adelantos propios,

Page 396: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

sino por la vista de los ajenos; hay un verdaderoodio al que se aventaja, hay un vivo anhelo porrebajar el mérito de sus obras, hay maledicencia,hay el desdén con que se encubre un furor malcomprimido, hay la sonrisa sardónica que apenasalcanza a disimular los tormentos del alma.

Nada más conforme a razón que aquel sen-timiento de la propia dignidad, que se exalta santa-mente cuando las pasiones brutales excitan a unaacción vergonzosa; que recuerda al hombre lo sa-grado de sus deberes y no le consiente deshonrarsefaltando a ellos; aquel sentimiento que le inspira laactitud que le conviene tomar según la posición queocupa; aquel sentimiento que llena de majestad elsemblante y modales del monarca; que da al rostroy maneras de un pontífice santa gravedad y unciónaugusta; que brilla en la mirada de fuego de un grancapitán y en su ademán resuelto, osado, imponente;aquel sentimiento que a la dicha no le permite alegr-ía descompuesta ni al infortunio abatimiento inno-ble; que señala la oportunidad de un prudente silen-cio o sugiere una palabra decorosa y firme; quedeslinda la afabilidad de la nimia familiaridad, lafranqueza del abandono, la naturalidad de los mo-dales de una libertad grosera; aquel sentimiento, enfin, que vigoriza al hombre sin endurecerle, que le

Page 397: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

suaviza sin relajarle, que le hace flexible sin incons-tancia y constante sin terquedad. Pero ese mismosentimiento, si no está moderado y dirigido por larazón, se hace orgullo; el orgullo que hincha el co-razón, enhiesta la frente, da a la fisonomía un as-pecto ofensivo y a los modales una afectación entreirritante y ridícula; el orgullo que desvanece, queimposibilita para adelantar, que se suscita a sí pro-pio obstáculos en la ejecución, que inspira grandesmaldades, que provoca el aborrecimiento y el des-precio, que hace insufrible.

¡Qué sentimiento más razonable que el de-seo de adquirir o conservar lo necesario para lasatenciones propias y de aquellas personas de cuyocuidado encargan el deber o el afecto! Él previenecontra la prodigalidad, aparta de los excesos, pre-serva de una vida licenciosa, inspira amor a la so-briedad, templanza en todos los deseos, afición altrabajo. Pero este mismo sentimiento, llevado a laexageración, impone ayunos que Dios no acepta,frío en el invierno y calor en el verano, mal cuidadode la salud, abandono en las enfermedades, mortifi-ca con privaciones a la familia, niega todo favor alos amigos, cierra la mano para los pobres, endure-ce cruelmente el corazón para toda clase de infortu-nios, atormenta con sospechas, temores, zozobras,

Page 398: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

prolonga las vigilias, engendra el insomnio, persiguey agita con la aparición de espectros robadores losbreves momentos de sueño, haciendo que no pue-da lograr descanso

el rico avaro en el angosto lecho,

y que sudando con terror despierte

Véase, pues, con cuánta verdad he dichoque los mismos sentimientos buenos la exageraciónlos hace malos; que el sentimiento por sí solo esuna guía mal segura y a menudo peligrosa. Larazón es quien debe dirigirle conforme a los eternosprincipios de la moral; la razón es quien debe en-caminarle hasta en el terreno de la utilidad. Perojamás el hombre se ocupa demasiado del conoci-miento de sí mismo; ningún esfuerzo está de máspara adquirir aquel criterio moral y acertado que nosenseña la verdad práctica, la verdad que debe pre-sidir a todos los actos de nuestra vida. Proceder a laaventura, abandonarse ciegamente a las inspiracio-nes del corazón es exponerse a mancharse con lainmoralidad y a cometer una serie de yerros queacaban por acarrear terribles infortunios.

§ LV

Page 399: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

La ciencia es muy útil a la práctica

En todo lo concerniente a objetos sometidosa leyes necesarias claro es que el conocimiento deéstas ha de ser utilísimo, cuando no indispensable.De cuyo principio infiero que discurren muy mal losque, en tratándose de ejecutar, descuidan la cienciay sólo se atienen a la práctica. La ciencia, si es ver-daderamente digna de este nombre, se ocupa en eldescubrimiento de las leyes que rigen la Naturaleza,y así su ayuda ha de ser de la mayor importancia.Tenemos de esta verdad una irrefragable prueba enlo que ha sucedido en Europa de tres siglos a estaparte. Desde que se han cúltivado las matemáticasy las ciencias naturales el progreso de las artes hasido asombroso. En el siglo actual, se están hacien-do continuamente ingeniosos descubrimientos; y¿qué son éstos sino otras tantas aplicaciones de laciencia?

La rutina que desdeña a la ciencia muestracon semejante desdén un orgullo necio, hijo de laignorancia. El hombre se distingue de los brutosanimales por la razón con que le ha dotado el Autorde la Naturaleza; y no querer emplear las luces delentendimiento para la dirección de las operaciones,aun las más sencillas, es mostrarse ingrato a la

Page 400: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bondad del Criador. ¿Para qué se nos ha dado esaantorcha sino para aprovecharnos de ella en cuantosea posible? Y si a ella se deben tan grandes con-cepciones científicas, ¿por qué no la hemos de con-sultar para que nos suministre reglas que nos guíenen la práctica?

Véase el atraso en que se encuentra la Es-paña en cuanto a desarrollo material, merced aldescuido con que han sido miradas durante largotiempo las ciencias naturales y exactas; comparé-monos con las naciones que no han caído en esteerror y nos será fácil palpar la diferencia. Verdad esque hay en las ciencias una parte meramente espe-culativa y que difícilmente puede conducir a resulta-dos prácticos; sin embargo, es preciso no olvidarque aun esta parte, al parecer inútil y como si dijé-ramos de mero lujo, se liga muchas veces con otrasque tienen inmediata relación con las artes. Pormanera que su inutilidad es sólo aparente, puesandando el tiempo se descubren consecuencias enque no se había reparado. La historia de las cien-cias naturales y exactas nos ofrece abundantespruebas de esta verdad. ¿Qué cosa más puramenteespeculativa, y al parecer más estéril, que las frac-ciones continuas? Y, no obstante, ellas sirvieron aHuygens para determinar las dimensiones de las

Page 401: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ruedas dentadas en la construcción de su autómataplanetario.

La práctica sin la teoría permanece estacio-naria o no adelanta sino con muchísima lentitud;pero, a su vez, la teoría sin la práctica fuera tambiéninfructuosa. La teoría no progresa ni se solida sin laobservación, y la observación estriba en la práctica.¿Qué sería la ciencia agrícola sin la experiencia dellabrador?.

Los que se destinan a la profesión de un ar-te deben, si es posible, estar preparados con losprincipios de la ciencia en que aquélla se funda. Loscarpinteros, albañiles, maquinistas, saldrían sinduda más hábiles maestros si poseyesen los ele-mentos de geometría y de mecánica; y los barniza-dores, tintoreros y de otros oficios no andarían tan atientas en sus operaciones si no careciesen de lasluces de la química. Si una gran parte del tiempoque se pierde miserablemente en la escuela y encasa, ocupándose en estudios inconducentes, seemplease en adquirir los conocimientos preparato-rios, acomodados a la carrera que se quiere em-prender, los individuos, las familias y la sociedadreportarían, por cierto, mayor fruto de sus tareas ydispendios.

Page 402: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Bueno es que un joven sea literato; ¿perode qué le servirá un brillante trozo de Walter Scott ode Víctor Hugo cuando, colocado al frente de unestablecimiento, sea preciso conocer los defectosde una máquina, las ventajas o inconvenientes deun procedimiento, o adivinar el secreto con que enlos países extranjeros se ha llegado a la perfecciónde un tinte? Al arquitecto, al ingeniero, ¿serán losartículos de política los que les enseñarán a cons-truir un edificio con solidez, elegancia, aptitud ybuen gusto; a formar atinadamente el plan de unacarretera o canal, a dirigir las obras con inteligencia;a levantar una calzada o suspender un puente?

§ LVI

Inconvenientes de la universalidad

El saber es muy costoso y la vida muy bre-ve, y, sin embargo, vemos con dolor que se despa-rraman las facultades del hombre hacia mil objetosdiferentes, halagando a un tiempo la vanidad, por-que de esta suerte se adquiere la reputación desabio; la pereza, porque es harto más trabajoso elfijarse sobre una materia y dominarla que no el ad-quirir cuatro nociones generales sobre todos losramos.

Page 403: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Se ponderan de continuo las ventajas de ladivisión del trabajo en la industria, y no se advierteque este principio es también aplicable a la ciencia.Son pocos los hombres nacidos con felices disposi-ciones para todo. Muchos que podrían ser una ex-celente especialidad, dedicándose principal o exclu-sivamente a un ramo, se inutilizan miserablementeaspirando a la universalidad. Son incalculables losdaños que de esto resultan la sociedad y a los indi-viduos, pues que se consumen estérilmente muchasfuerzas que, bien aprovechadas y dirigidas, habríanpodido producir grandes bienes; Vaucanson y Watthicieron prodigios en la mecánica, y es muy proba-ble que se hubieran distinguido muy poco en lasbellas artes y en la poesía; Lafontaine se inmortalizócon sus Fábulas, y, metido a hombre de negocios,hubiera sido de los más torpes. Sabido es que en eltrato de la sociedad parecía a veces estar falto desentido común.

No negaré que unos conocimientos prestena otros grande auxilio, ni las ventajas que reportauna ciencia de las luces que le suministran otras,quizá de un orden totalmente distinto; pero repitoque esto es para pocos y que la generalidad de loshombres debe dedicarse especialmente a un ramo.

Page 404: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Así, en las ciencias como en las artes, loque conviene es elegir con acierto la profesión; pe-ro, una vez escogida, es preciso aplicarse a ella oprincipal o exclusivamente.

La abundancia de libros, de periódicos, demanuales, de enciclopedias convida a estudiar unpoco de todo; esta abundancia indica el gran caudalde conocimientos atesorados con el curso de lossiglos y de lo que disfruta la edad presente; pero, encambio, acarrea un mal muy grave, y es que haceperder a muchos en intensidad lo que adquieren enextensión, y a no pocos les proporciona aparentarque saben de todo cuando en realidad no sabennada.

Si la España ha de progresar de una mane-ra real y positiva, es preciso que se acuda a reme-diar este abuso; que se encajonen, por decirlo así,los ingenios en sus respectivas carreras, y que sinimpedir la universalidad de conocimientos, en losque de tanto sean capaces, se cuide que no falte enalgunos la profundidad y en todos la suficiencia. Lamayor parte de las profesiones demandan un hom-bre entero para ser desempeñadas cual conviene; sise olvida esta verdad, las fuerzas intelectuales seconsumen lastimosamente, sin producir resultado,

Page 405: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

como en una máquina mal construida se pierdegran parte del impulso par falta de buenos conduc-tos que le dirijan y apliquen.

A quien reflexione sobre el movimiento inte-lectual de nuestra patria en la época presente se leofrece de bulto la causa de esa esterilidad que nosaflige, a pesar de una actividad siempre creciente.Las fuerzas se disipan, se pierden, porque no haydirección; los ingenios marchan a la ventura, sinpensar adónde van; los que profesan con fruto unacarrera, la abandonan a la vista de otra que brindacon más ventajas, y la revolución, trastornando to-dos los papeles, haciendo del abogado un diplomá-tico, del militar un político, del comerciante un hom-bre de gobierno, del juez un economista, de nadatodo, aumenta el vértigo de las ideas y opone graví-simos obstáculos a todos los progresos.

§ LVII

Fuerza de la voluntad

El hombre retiene siempre un gran caudalde fuerzas sin emplear, y el secreto de hacer muchoes acertar a explotarse a sí mismo. Para conven-cerse de esta verdad basta considerar cuánto semultiplican las fuerzas del hombre que se halla en

Page 406: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

aprieto; su entendimiento es más capaz y penetran-te, su corazón más osado y emprendedor, su cuer-po más vigoroso, y esto ¿por qué? ¿Se crean acasonuevas fuerzas? No, ciertamente; sólo se despier-tan, se ponen en acción, se aplican a un objetodeterminado. ¿Y cómo se logra esto? El aprietoaguijonea la voluntad y ésta despliega, por decirloasí, toda la plenitud de su poder; quiere el fin conintensidad y viveza, manda con energía a todas lasfacultades que trabajen por encontrar los medios apropósito y por emplearlos una vez encontrados, yel hombre se asombra de sentirse otro, de ser ca-paz de llevar a cabo lo que en circunstancias ordi-narias le parecería del todo imposible.

Lo que sucede en extremos apurados debeenseñarnos el modo de aprovechar y multiplicarnuestras fuerzas en el curso de los negocios comu-nes; regularmente, para lograr un fin, lo que se ne-cesita es voluntad, voluntad decidida, resuelta, fir-me, que marche a su objeto sin arredrarse porobstáculos ni fatigas. Las más de las veces no te-nemos verdadera voluntad, sino veleidad; quisiéra-mos, mas no queremos; quisiéramos, si no fuesepreciso salir de nuestra habitual pereza, arrostrar taltrabajo, superar tales obstáculos, pero no queremosalcanzar el fin a tanta costa; empleamos con floje-

Page 407: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

dad nuestras facultades y desfallecemos a la mitaddel camino.

§ LVIII

Firmeza de voluntad

La firmeza de voluntad es el secreto de lle-var a cabo las empresas arduas; con esta firmezacomenzamos por dominarnos a nosotros mismos;primera condición para dominar los negocios. Todosexperimentamos que en nosotros hay dos hombres:uno inteligente, activo, de pensamientos elevados,de deseos nobles, conformes a la razón, de proyec-tos arduos y grandiosos; otro torpe, soñoliento, demiras mezquinas, que se arrastra por el polvo cualinmundo reptil, que suda de angustia al pensar quese le hace preciso levantar la cabeza del suelo.Para el segundo no hay recuerdo de ayer, ni la pre-visión de mañana; no hay más que lo presente, elgoce de ahora, lo demás no existe; para el primerohay la enseñanza de lo pasado y la vista del porve-nir; hay otros intereses que los del momento, hayuna vida demasiado anchurosa para limitarla a loque afecta en este instante; para el segundo elhombre es un ser que siente y goza; para el primeroel hombre es una criatura racional, a imagen y se-mejanza de Dios, que se desdeña de hundir su

Page 408: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

frente en el polvo, que la levanta con generosa alti-vez hacia el firmamento, que conoce toda su digni-dad, que se penetra de la nobleza de su origen ydestino, que alza su pensamiento sobre la región delas sensaciones, que prefiere al goce el deber.

Para todo adelanto sólido y estable convie-ne desarrollar al hombre noble y sujetar y dirigir alinnoble con la firmeza de la voluntad. Quien se hadominado a sí mismo domina fácilmente el negocioy a los demás que en él toman parte. Porque escierto que una voluntad firme, y constante, ya por sísola y prescindiendo de las otras cualidades dequien la posea, ejerce poderoso ascendiente sobrelos ánimos y los sojuzga y avasalla.

La terquedad es, sin duda, un mal gravísi-mo, porque nos lleva a desechar los consejos aje-nos, aferrándonos en nuestro dictamen y resolucióncontra las consideraciones de prudencia y justicia.De ella debemos precavernos cuidadosamente,porque, teniendo su raíz en el orgullo, es planta quefácilmente se desarrolla. Sin embargo, tal vez podr-ía asegurarse que la terquedad no es tan común niacarrea tantos daños como la inconstancia. Éstanos hace incapaces de llevar a cabo las empresasarduas y esteriliza nuestras facultades, dejándolas

Page 409: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

ociosas o aplicándolas sin cesar a objetos diferen-tes y no permitiendo que llegue a sazón el fruto delas tareas; ella nos pone a la merced de todas nues-tras pasiones, de todos los sucesos, de todas laspersonas que nos rodean; ella nos hace tambiéntercos en el prurito de mudanza y nos hace desoírlos consejos de la justicia, de la prudencia y hastade nuestros más caros intereses.

Para lograr esta firmeza de voluntad y pre-caverse contra la inconstancia conviene formarseconvicciones fijas, prescribirse un sistema de con-ducta, no obrar al acaso. Es cierto que la variedadde acontecimientos y circunstancias y la escasez denuestra previsión nos obligan con frecuencia a mo-dificar los planes concebidos; pero esto no impideque podamos formarlos, no autoriza para entregar-se ciegamente al curso de las cosas y marchar a laventura. ¿Para qué se nos ha dado la razón sinopara valernos de ella y emplearla como guía ennuestras acciones?

Téngase por cierto que quien recuerde es-tas observaciones, quien proceda con sistema,quien obre con premeditado designio llevará siem-pre notable ventaja sobre los que se conduzcan deotra manera; si son sus auxiliares, naturalmente se

Page 410: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

los hallará puestos bajo sus órdenes y se verá cons-tituido su caudillo, sin que ellos lo piensen ni él pro-pio lo pretenda; si son sus adversarios o enemigos,los desbaratará, aun contando con menos recursos.

Conciencia tranquila, designio premeditado,voluntad firme: he aquí las condiciones para llevar acabo las empresas. Esto exige sacrificios, es ver-dad; esto demanda que el hombre se venza a símismo, es cierto; esto supone mucho trabajo inter-ior, no cabe duda; pero en lo intelectual, como en lomoral, como en lo físico; en lo temporal, como en loeterno, está ordenado que no alcanza la coronaquien no arrostra la lucha.

§ LIX

Firmeza, energía, ímpetu

Voluntad firme no es lo mismo que voluntadenérgica y mucho menos que voluntad impetuosa.Estas tres cualidades son muy diversas, no siemprese hallan reunidas, y no es raro que se excluyanrecíprocamente. El ímpetu es producido por un ac-ceso de pasión, es el movimiento de la voluntadarrastrada por la pasión, es casi la pasión misma.Para la energía no basta un acceso momentáneo,es necesaria una pasión fuerte pero sostenida por

Page 411: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

algún tiempo. En el ímpetu hay explosión, el tirosale, mas el proyectil cae a poca distancia; en laenergía hay explosión también, quizá no tan ruido-sa; pero, en cambio, el proyectil silba gran trechopor los aires y alcanza un blanco muy distante. Lafirmeza no requiere ni uno ni otro, admite tambiénpasión, frecuentemente la necesita; pero es unapasión constante, con dirección fija, sometida aregularidad. El ímpetu o destruye en un momentotodos los obstáculos o se quebranta; la energíasostiene algo más la lucha, pero se quebranta tam-bién; la firmeza los remueve si puede, cuando nolos salva da un rodeo y si ni uno ni otro le es posiblese para y espera.

Mas no debe creerse que esta firmeza nopueda tener en ciertos casos energía, ímpetu irre-sistible; después de esperar mucho también se im-pacienta, y una resolución extrema es tanto mástemible cuanto es más premeditada, más calculada.Estos hombres en apariencia fríos, pero que enrealidad abrigan un fuego concentrado y comprimi-do, son formidables cuando llega el momento fatal ydicen «ahora»... Entonces clavan en el objeto sumirada encendida y se lanzan a él rápidos como elrayo, certeros como una flecha.

Page 412: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

Las fuerzas morales son como las físicas:necesitan ser economizadas; los que a cada pasolas prodigan las pierden; los que las reservan conprudente economía las tienen mayores en el mo-mento oportuno. No son las voluntades más firmeslas que chocan continuamente con todo; por el con-trario, los muy impetuosos ceden cuando se lesresiste, atacan cuando se cede. Los hombres devoluntad más firme no suelen serlo para las cosaspequeñas; las miran con lástima, no las considerandignas de un combate. Así, en el trato común soncondescendientes, flexibles, desisten con facilidad,se prestan a lo que se quiere. Pero llegada la oca-sión, sea por presentarse un negocio grande en queconvenga desplegar las fuerzas, sea porque algunode los pequeños haya sido llevado a un extremo talen que no se pueda condescender más y sea nece-sario decir basta, entonces no es más impetuoso elleón si trata de atacar; no es más firme la roca si setrata de resistir.

Esa fuerza de voluntad, que da valor en elcombate y fortaleza en el sufrimiento, que triunfa detodas las resistencias, que no retrocede por ningúnobstáculo, que no se desalienta con el mal éxito nise quebranta con los choques más rudos; esa vo-luntad, que, según la oportunidad del momento, es

Page 413: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

fuego abrasador o frialdad aterradora; que, segúnconviene, pinta en el rostro formidable tempestad ouna serenidad todavía más formidable; esa granfuerza de voluntad, que es hoy lo que era ayer, queserá mañana lo que es hoy; esa gran fuerza devoluntad, sin la que no es posible llevar a cabo ar-duas empresas que exijan dilatado tiempo, que esuno de los caracteres distintivos de los hombres quemás se han señalado en los fastos de la humani-dad, de los hombres que viven en los monumentosque han levantado o en las instituciones que hanestablecido, en las revoluciones que han hecho o enlos diques con que las han contenido; esa granfuerza de voluntad que poseían los grandes con-quistadores, los jefes de sectas, los descubridoresde nuevos mundos, los inventores que consumieronsu vida en busca de su invento, los políticos quecon mano de hierro amoldaron la sociedad a unanueva forma, imprimiéndole un sello que despuésde largos siglos no se ha cerrado aún; esa fuerza devoluntad que hace de un humilde fraile un gran pa-pa en Sixto V, un gran regente en Cisneros; esafuerza de voluntad que, cual muro de bronce, detie-ne el protestantismo en la cumbre del Pirineo, quearroja sobre la Inglaterra una armada gigantesca yescucha impasible la nueva de su pérdida, que so-

Page 414: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

mete el Portugal, vence en San Quintín, levanta ElEscorial y que en el sombrío ángulo del monasteriocontempla con ojos serenos la muerte cercanamientras

extraña agitación, tristes clamores

en el palacio de Felipe cunden,

que por el claustro y población a un tiempo

con angustiados ayes se difunden;

esa fuerza de voluntad, repito, necesita doscondiciones, o más bien resulta de la acción combi-nada de dos causas: una idea y un sentimiento. Unaidea clara, viva, fija, poderosa, que absorba el en-tendimiento, ocupándole todo, llenándole todo. Unsentimiento fuerte, enérgico, dueño exclusivo delcorazón y completamente subordinado a la idea. Sialguna de estas circunstancias falta, la voluntadflaquea, vacila.

Cuando la idea no tiene en su apoyo el sen-timiento, la voluntad es floja; cuando el sentimientono tiene en su apoyo la idea, la voluntad vacila, esinconstante. La idea es la luz que señala el camino;es más: es el punto luminoso que fascina, que

Page 415: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

atrae, que arrastra; el sentimiento es el impulso, esla fuerza que mueve, que lanza.

Cuando la idea no es viva, la atracción dis-minuye, la incertidumbre comienza, la voluntad esirresoluta: cuando la idea no es fija, cuando el puntoluminoso muda de lugar, la voluntad anda mal segu-ra; cuando la idea se deja ofuscar o reemplazar porotras la voluntad muda de objetos, es voluble, ycuando el sentimiento no es bastante poderoso,cuando no está en proporción con la idea, el enten-dimiento la contempla con placer, con amor, quizácon entusiasmo, pero el alma no se halla con fuer-zas para tanto; el vuelo no puede llegar allá; la vo-luntad no intenta nada y si intenta se desanima ydesfallece.

Es increíble lo que pueden esas fuerzas re-unidas, y lo extraño es que su poder no es sólo conrespecto al que las tiene, sino que obra eficazmentesobre los que le rodean. El ascendiente que llega aejercer sobre los demás un hombre de esta clase essuperior a todo encarecimiento. Esa fuerza de vo-luntad, sostenida y dirigida por la fuerza de unaidea, tiene algo de misterioso, que parece revestir alhombre de un carácter superior y le da derecho almando de sus semejantes; inspira una confianza sin

Page 416: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

límites, una obediencia ciega a todos los mandatosdel héroe. Aun cuando sean desacertados no se loscree tales se considera que hay un plan secreto queno se concibe: «Él sabe bien lo que hace», decíanlos soldados de Napoleón y se arrojaban a la muer-te.

Para los usos comunes de la vida no se ne-cesitan estas cualidades en grado tan eminente;pero el poseerlas del modo que se adapte al talento,índole y posición del individuo es siempre muy útil yen algunos casos necesario. De esto dependen engran parte las ventajas que unos llevan a otros en labuena dirección y acertado manejo de los asuntos,pudiendo asegurarse que quien está enteramentefalto de dichas cualidades será hombre de pocovaler, incapaz de llevar a cabo ningún negocio im-portante. Para las grandes cosas es necesaria granfuerza, para las pequeñas basta pequeña; perotodas han menester alguna. La diferencia está en laintensidad y en los objetos, mas no en la naturalezade las facultades ni de su desarrollo. El hombregrande, como el vulgar, se dirigen por el pensa-miento y se mueven por la voluntad y las pasiones.En ambos la fijeza de la idea y la fuerza del senti-miento son los dos principios que dan a la voluntadenergía y firmeza. Las piedrezuelas que arrebata el

Page 417: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

viento están sometidas a las mismas leyes que lamasa de un planeta.

§ LX

Conclusión y resumen

Criterio es un medio para conocer la verdad.La verdad en las cosas, en la realidad. La verdad enel entendimiento es conocer las cosas tal como son.La verdad en la voluntad es quererlas como es de-bido, conforme a las reglas de la sana moral. Laverdad en la conducta es obrar por impulso de estabuena voluntad. La verdad en proponerse un fin esproponerse el fin conveniente y debido, según lascircunstancias. La verdad en la elección de los me-dios es elegir los que son conformes a la moral ymejor conducen al fin. Hay verdades de muchasclases porque hay realidad de muchas clases; haytambién muchos modos de conocer la verdad. Notodas las cosas se han de mirar de la misma mane-ra, sino del modo que cada una de ellas se ve me-jor. Al hombre le han sido dadas muchas facultades.Ninguna es inútil. Ninguna es intrínsecamente mala.La esterilidad o la malicia les vienen de nosotros,que las empleamos mal. Una buena lógica debieracomprender al hombre entero, porque la verdadestá en relación con todas las facultades del hom-

Page 418: Jaume Balmes - ataun.eus¡sicos en... · orden práctico, para el arreglo de la conducta de los asuntos de la vida, forma los prudentes; en el mane-jo de los negocios del Estado,

bre. Cuidar de la una y no de la otra es a vecesesterilizar la segunda y malograr la primera. Elhombre es un mundo pequeño, sus facultades sonmuchas y muy diversas; necesita armonía, y no hayarmonía sin atinada combinación, y no hay combi-nación atinada si cada cosa no está en su lugar, sino ejerce sus funciones o las suspende en el tiempooportuno. Cuando el hombre deja sin acción algunade sus facultades es un instrumento al que lo faltancuerdas; cuando las emplea mal es un instrumentodestemplado. La razón es fría, pero ve claro; darlecalor y no ofuscar su claridad; las pasiones sonciegas, pero dan fuerza; darles dirección y aprove-charse de su fuerza. El entendimiento sometido a laverdad, la voluntad sometida a la moral, las pasio-nes sometidas al entendimiento y a la voluntad, ytodo ilustrado, dirigido, elevado por la religión: heaquí el hombre completo, el hombre por excelencia.En él la razón da luz, la imaginación pinta, el co-razón vivifica, la religión diviniza.