Javier Heraud - Obra poética

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  • 7/29/2019 Javier Heraud - Obra potica

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    OBRA POTICA

    Javier Heraud

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    ndice:

    Primera y ltima noticia de Javier HeraudCarta del padre al asesinato del poetaMensaje de Pablo NerudaCronologa de Javier HeraudEl roEl viajeEstacin reunidaPoemas a la tierraViajes imaginariosEnsayo a dos voces (con Csar Calvo)

    Poemas de Rodrigo MachadoVaria invencin

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    Primera y ltima noticia de Javier Heraud

    Las informaciones acerca de choques armados, revueltas campesinas y guerrillas ya no sonprimicias en las pginas sombras de la prensa peruana. Nos estamos habituando a la violencia,al horror. Omos decir o leemos que un subversivo ha sido abatido, o que a sangre y fuego sepersigue a un agitador, y nos quedamos quietos. Sin embargo, de pronto, la lisa superficie de lacostumbre se agita como si por primera vez un rebelde (se podra escribir: un romntico) cayeraante las balas de la fuerza pblica.Ayer no ms una noticia as nos sac de nuestro resignado acatamiento de la muerte annima, lade la vctima sin rostro, comunero indio, minero mestizo o estudiante revolucionario. Unarfaga de odio haba acabado con un poeta, Javier Heraud. Y no lo quisimos creer. Hasta'haceapenas un ao estaba entre nosotros, era un joven compaero, todava un adolescente, y sutalento nos sorprenda, nos enorgulleca. No quiero no puedo escribir una elega.La historia de Heraud es brevsima. Cinco aos atrs ingres a la Facultad de Letras de laUniversidad Catlica de Lima. Sus profesores Luis Jaime Cisneros, Washington Delgado, LuisAlberto Ratto y Jos Miguel Oviedo descubrieron inmediatamente en l la rara calidad delartista de race. Conforme se acendr en Heraud la vocacin creadora su inconformismo se hizo

    ms premioso, exigente y, en ciertp modo, mortal. Mas no era un fantico. Estaba cada vez msen s, y tambin ms dado a los dems. La editorial de poesa que Javier Sologuren con tantosacrificio mantiene public, en 1960, un excelente poema de Heraud: El Ro (Cuadernos delHontanar, Lima). Un epgrafe de Antonio Machado la vida baja como un ancho rodesataba ah un cntico en el que la existencia, como una caudalosa corriente brotada de uninsignificante manantial, se confunda al fin con las aguas turbias, ocenicas, de una ms plenavida. Entre El Ro y su segundo libro, El Viaje (Ediciones Cuadernos Trimestrales de Poesa,Lima, 1961), medi apenas un ao, pero la intensidad con que el poeta vivi aquel tiempo,entregado ya a la lucha desigual en la que sucumbira, estaba dulce y patticamente inscrita enlos nuevos versos.El viaje se cumpla hacia la propia intimidad: en ella Heraud no se recreaba porque, de vuelta deun largo recorrido por la realidad y la fantasa, su palabra ya no cantaba jubilosa. Confesin

    desgarradora, limpia de todo ornamento, desnuda como una luz substancial, los poemas de estaserie aludan reiteradamente a la muerte, llamndola yconjurndola, atrado por ella a .pesar de s como la falena que gira alrededor de la llama que laha de quemar. Ahora se habla de la premonicin mortal contenida en los versos de Heraud, peroes preferible y ms justo atribuir dicho culto de la muerte a la eleccin libre de un destino, nosuicida, sino mrtir, distante por igual del xito y del fracaso. El ltimo poema, Eplogo, de susegundo libro, anunciaba su decisin: Slo soy / un hombre triste / que agota sus palabras.Agotadas sus palabras le quedaba la vida. A mediados de mayo, tras de abandonar Cuba,adonde se haba dirigido para estudiar cinematografa, penetr en unin de siete estudiantes msla frontera selvtica del Per y el Brasil e ingres en su tierra patria para luchar comoguerrillero. Los ocho jvenes combatientes atravesaron la enmaraada selva del Departamentode Madre de Dios y arribaron tras larga jornada a pie a Puerto Maldonado, una poblacin

    fronteriza de no ms de seiscientos habitantes. Aqu las informaciones periodsticas y oficialesse contradicen. Es probable que el grupo, agotado por el esfuerzo, fuera sorprendido por lapolica". En la huida resultaron apresados tres de sus miembros, mientras uno, an prfugo,consegua escapar. Los otros dos, Heraud uno de ellos, fueron acorralados por la fuerza pblicay la poblacin armada, cuando, cruzando a nado el ro, lograron ser recogidos por un generosobalsero. Varias lanchas los acosaron. Hubo un tiroteo. Cayeron un polica y el balsero, y luegoHeraud y su camarada, despus que ambos haban enarbolado bandera blanca de rendicin. Enel cuerpo del poeta de acuerdo a la declaracin de su padre, quien viaj a Puerto Maldonadoa. identificar el cadver haba una treintena de balazos, varios de un proyectil explosivohabitualmente empleado en la zona para la cacera de fieras. Eso es todo.Claro que inmediatamente buena parte de la prensa segreg sus vastas infamias mezcladas conlas grandes palabras de la peculiar moralina burguesa. Otra, menos farisea, se pregunt comosi fuera posible preguntarse semejante cosa por qu razones jvenes "con un porvenirbrillante por delante" se daban a matar y morir. Por supuesto que tanta malevolencia o vacuidad

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    no fueron compensadas por el homenaje pblico que a Heraud tributaron escritores yestudiantes, y todava nadie sabe qu hacer para devolver el nombre y la obra del joven poeta allugar que le corresponden. Es mi situacin ahora.Javier Heraud era un hombre parco, pesado de andar, de constante sonrisa en los labios, demirada de asombro profundo. Estuve incontables veces con l, pero no conversamos mucho. Fuital vez el primero que public un comentario de El Ro. Me lo agradeci palmendome con sustoscas manos la espalda, como si yo fuera el chico, pero esto con tal aire de no saber decir unafrase convencional que era claro sntoma de su inocencia, de su candor. Inocencia y candor no ingenuidad, fcil credulidad, no que lo llevaron a empuar un precario fusil para destruirel mundo que consideraba podrido, pero que no venan acompaados de la astucia delcombatiente subrepticio, que suele ser fuerte y gil, que sabe golpear y rehuir el contragolpe delenemigo. Me imagino cmo fue derribado l mismo describi el escenario: y supuse que / alfinal morira / alguna tarde / entre pjaros / y rboles, (en El Viaje), ofreciendo el gran blancode su cuerpo sin malicia, esperando encender con su fuego de ira y justicia el ro, el bosque, elcielo, los hombres. Es todo lo que puedo escribir ahora como introduccin a algunos de suspoemas porque s que, aun acribillado, su cadver, ay, sigui muriendo, como el cadver delmiliciano espaol en el himno de Csar Vallejo, y s que seguir muriendo por siempre en sus

    versos.Sebastin Salazar Bondy

    Carta del padre al asesinato del poeta

    Lima, 23 de Mayo de 1963Sr. D. Pedro Beltrn, Director de "La Prensa"Muy distinguido seor:Le agradecera tuviera a bien disponer se publicara la declaracin que formulo con referencia alos sucesos ocurridos en Puerto Maldonado en donde perdiera la vida mi hijo el poeta Javier

    Heraud Prez.El sacrificio de mi hijo Javier ha sumido a mi familia en el ms profundo desconsuelo, tanto porla forma como ha desaparecido como por la prdida de una promesa para la cultura y elpensamiento de mi patria.Nosotros sabamos que nuestro hijo Javier estaba hondamente preocupado porque aspiraba atener una vida til y creadora. Lo prueba sus libros de poemas, pero nunca supimos que lpensara, al irse a Cuba, en otra cosa que estudiar cinematografa. Por eso las noticias de PuertoMaldonado nos fulminaron, y yo fui al lugar de los hechos porque me resista a creerlos. Alltuve la trgica certidumbre de la muerte de Javier. Pero mi pena, con serinsondable, se haagrandado ms an al saber que mi hijo, que haba ido all urgido por un ideal, arrostrando losms graves peligros con el. ms absoluto desinters, haba sido vctima de una cacerainhumana. Cuando, inerme en una canoa de tronco de rbol, desnudo y sin armas en medio del

    ro Madre de Dios, a la deriva, sin remos, mi hijo pudo ser detenido sin necesidad de disparos,ms an por cuanto, su compaero, haba enarbolado un trapo blanco. No obstante eso, lapolica y los civiles a quienes se azuz les disparaban sobre seguro, desde lo alto del ro, durantehora y media, inclusive con balas de cacera de fieras.Cuando el compaero de mi hijo grit:"no disparen ms", estando ya cerca de la ribera desdedonde les disparaban, y segn versiones orales que he recogido en la poblacin un capitn grit:"fuego, hay que rematarlos". Un teniente, ms humano y ms respetuoso de las leyes de laguerra que prohiben disparar contra el enemigo ya inerme y herido, contuvo el fuego, pero yaera tarde . Una bala explosiva haba abierto un boquete enorme a la altura del estmago de miinfortunado hijo y muchas balas ms se haban abatido sobre el cadver de mi hijo, que con sus21 aos y sus ilusiones, haba tratado de hacer una incitacin para que cesen los males que,segn l, deban desterrarse de nuestra patriaLas leyes de Guerra prohiben el empleo de balas explosivas. Ya se ha desterradodefinitivamente de las prcticas el ensaamiento con el vencido. Y las leyes humanas y sociales

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    impiden soliviantar a los civiles para abrumar al vencido. El Per, que siempre en la guerra fuetan generoso como Grau con sus adversarios, habr de mirar con unnime repulsa estos graveshechos y es de desear, para que no se abra un sombro e impune antecedente de crueldad quepodra no cerrarse nunca, se haga cumplir sancin y justicia al desatado furor fratricida que hatenido como escenario un claro ro de nuestras montaas y como vctima a un mrtiradolescente traspasado de ideales generosos.Para nuestra familia, sin distingos, nuestro Javier es el smbolo de la pureza y del sacrificio.

    De Ud. muy atentamente,Jorge Heraud

    Mensaje de Pablo Neruda

    He ledo con gran emocin las palabras de Alejandro Romualdo sobre Javier Heraud. Tambinel valeroso examen de Washigton Delgado, las protestas de Cesar Calvo, de Reinaldo Naranjo,de Arturo Corcuera, de Gustavo Valcrcel. Tambin le la desgarradora relacin de Jorge A.

    Heraud, padre del poeta Javier.Me doy cuenta de que una gran herida ha quedado abierta en el corazn del Per y que la poesay la sangre del joven cado siguen resplandecientes, inolvidables.Morir a los veinte aos acribillado a balazos desnudo y sin armas en medio del ro Madre deDios, cuando iba a la deriva, sin remos... el joven poeta muerto all, aplastado all en aquellassoledades por las fuerzas oscuras. uestra Amrica oscura, uestra edad oscura.No tuve la dicha de conocerlo. Por cuando ustedes lo cuentan, lo lloran, lo recuerdan, su cortavida fue un deslumbrante relmpago de energa y de alegra.Honor a su memoria luminosa. Guardaremos su nombre bien escrito. Bien grabado en lo msalto y en los ms profundo para que siga resplandeciendo. Todos lo vern, todos lo amarnmaana, en la hora de la luz.

    Pablo NerudaIslanegra,Juliio de 1963

    Tres momentos en la obra de Javier Heraud

    El ro, primer poemario del joven peruano, es la presentacin de una obra prometedora. Sucorazn corre como un ro y desemboca en el mundo. Y en l slo caben las emociones que dael frescor y la inocencia de la primer juventud.: Yo soy un ro. / Yo soy el ro / eterno de la /dicha. Ya siento / las brisas cercanas, / ya siento el viento / en mis mejillas. Hija alegre deAntonio Machado, su voz est cargada de vida y naturaleza.Hasta en la soledad guarda armona con la existencia: slo en casa con sus libros, o esperando elcrepsculo. La lozana, el espritu de la primer obra de Heraud muestra momentos hermosos dela vida, el ro que viaja dentro de los hombres.Pasado un ao, el clima cambia en el segundo poemario. Su alma se ensombrece, el mundo loagobia y lo hace desear alejarse. Quisiera descansar / todo un ao / y volver mis ojos / al mar, /y contemplar el ro / crecer y crecer / como un cauce, / como una enorme / herida abierta / en mipecho.El mundo es la herida que no cierra, que no entiende. Huye de la vida. Esta vez su viaje esrumbo a las cavilaciones y la tiniebla. Y el regreso demuestra que su empresa no soluciono losproblemas. El silencio no borra el pasado. Luego de cerrar los ojos, al volver a abrirlos, todosegua ah, slo que ya es ms tarde: s que en ese tiempo / las moras y las frutas / secaban susraces / triturndolas / de sabor y regocijo.

    La nica herramienta que ha obtenido en el viaje es el pesimismo, perder el miedo a la muerte,quiz esperarla, aquella amiga que los jvenes desdichados suelen confundir con lo miserablede la vida. Grave error de las almas tiernas que descubren que el mundo no es como quisieran!

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    En su tercer poemario, en los primeros versos, se queja del incumplimiento de la felicidadprometida. Para qu cosechar y cosechar si / luego nos quitarn el maz, / el trigo, las flores ylas frutas? (...) Tendremos que llegar al mismo / nacimiento del camino, rehacer todo, (...)Mejor hubiera sido naufragar / y no llegar, / porque ahora todo tenemos / que hacerlo con lasmanos. Mas luego tampoco aboga por el naufragio; tambin la encuentra vana. Oh, intilpartida, / si todo es lo mismo / cuando muere el / tiempo cada tarde, / cada noche!.Hallamos el pasaje al tercer momento de la obra de Heraud en su poemario en prosa. En lfinaliza su invierno el poeta: He vuelto a ser el mismo de antes. El que cantaba a las ventanas,el que se regocijaba con las lluvias, el que admiraba a los rboles cuando caen, en pleno otoo.(..) No s cmo explicarlo. Pero sucede que las sillas se caan y yo como si nada; los pjarospasaban hacia el sur y yo sin notarlo; las gentes entraban al cinema, salan de la iglesia, reanseen los circos y yo alejado, sin estar con ellos como siempre. Ha vuelto!, Heraud ha vuelto.Mas no es el mismo de antes: nada se repite. Su alma ha vuelto a abrirse, es cierto, pero su voz,la nica fotografa real de los poetas, hoy trata al mundo de otra forma. En el final del poemariodice, despidiendose: Al amanecer, tres das despus, partimos en / camino a la carretera quenos llevara a la ciudad. Ese mismo ao, el joven viaja al Forum Mundial de la Juventud.enMosc y conoce Pars, Espaa y parte de Asia, volviendo a Per en octubre. Cinco meses

    despus va a estudiar cine en Cuba.Heraud y su obra cambian mucho esos dos aos, entre los cuales emerge, con la fuerza de lapoca, la revolucin: Un da conoc a Cuba, / conoc su relmpago de furia, / vi sus plazasllenas / de gentes y fusiles, (...) Y record mi triste patria, / mi pueblo amordazado, / sus tristesnios, sus calles / despobladas de alegra. / Record, pens, entrev sus / plazas vacas, suhambre, / su miseria en cada puerta. / Todos recordamos lo mismo. / Triste Per, dijimos, an estiempo / de recuperar la primavera, / de sembrar de nuevo los campos, / de barrer a losmiserables / "patriotas" explotadores.El poeta ya no se esconde del mundo en su lecho, en sus palabras, vuelve a tener esperanza.Nada es vano! Slo sufrir sin hacer nada. La vida, se da cuenta Javier Heraud, no es unproblema imposible.

    ***

    Hoy podemos decir al mundo, las que usaban Heraud para consolar su Pas, ...aguarda /nacern nuevos ros, / primaveras nuevas sern / devastadas nuevos otoos, / y en cada rostrobrillar / la alegra rebosante Todo nos pertenece. / A la alegra vamos.

    ***

    Los escritos publicados que datan de este ltimo momento, en su totalidad, son la parte msfloja de la obra del escritor peruano. Mas esto no es por la temtica, sino por los cambiosgenerales en la vida y obra del autor. Hay variaciones en su estilo e innovaciones no menores,como Balada escnica sobre la revolucin cubana. Un gran cambio en su pluma acababa de

    empezar. Adems, los poemas pstumos no son todos obras acabadas. En su mayora sonincompletas, borradores, algunos abandonados y otros a medio escribir.

    B. Herrera JuradoBs. As., junio de 2013

    Cronologa de Javier Heraud

    1942 Nace Miraflores, el 19 de enero. Hijo de Jorge Heraud Cricet y de Victoria PrezTelleria de Heraud, fue el tercero de seis hermanos.1947 Ingresa al Colegio de Los Sagrados Corazones de Beln.1948 Ingresa al piinifr ao de Primaria al Colegio Markham, en el que fursa toda suinstruccin escolar.Al concluir sus eludios recibe el Segundo Premio de su promocin y el

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    Primer Premio de Literatura. Destac tambin en competencias deportivas, en las que obtuvodiversos trofeos. Colabor en la revista del Colegio con artculos y poemas.1958 Ingresa con el primer puesto a la Facultad de Letras de la Universidad Catlica delPer. Este mismo ao es profesor en el Instituto Industrial N 24, donde dicta cursos deCastellano y de Ingls.1960 Publica su primer libro: El Ro, dentro de la Coleccin Cuadernos del Hontanar, hoy"Cuadernos de Javier Heraud"; dirigida por Luis Alberto Ratto y Javier Sologuren, en edicinauspiciada por el Centro Federado de la Facultad de Letras do la Universidad Catlica. En elmes de diciempre obtiene con Csar Calvo, el Primer Premio en el concurso "El Poeta Joven delPer", convocado por la revista Cuadernos Trimestrales de Poesa, de Truji11o, con el libro: ElViaje. Es nombrado profesor de ingls en el Colegio Nacional Nuestra Seora de Guadalupe.1961 Se matricula en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde contina susestudios universitarios. Publica El Viaje, en edicin conmemorativa del X Aniversario deCuadernos Trimestrales de Poesa. Se le nombra profesor de Literatura en la Gran UnidadEscolar Melitn Carbajal. El 20 de julio viaja a Mosc, invitado al Forum Mundial de laJuventud. Permanece 15 das en Rusia, conoce Asia, y pasa luego a Pars y a Madrid. El 20 deoctubre regresa a Lima.

    1962 Recibe una beca para seguir estudios de cinematografa en Cuba, pas hacia el que parteel 29 de marzo.1963 Retorna al Per como integrante del Ejrcito de Liberacin Nacional y muereabaleado en medio del ro Madre de Dios, frente a la ciudad de Puerto Maldonado, el 15 demayo, a los 21 aos de edad. Postumamente obtiene el Primer Premio de Poesa en los JuegosFlorales convocados por la Federacin Universitaria de San Marcos, con su poemario"EstacinReunida".

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    El roLima, 1960

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    la vida baja como un ancho ro

    Antonio Machado

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    El ro

    1Yo soy un ro,voy bajando porlas piedras anchas,voy bajando porlas rocas duras,por el senderodibujado por elviento.Hay rboles a mialrededor sombreadospor la lluvia.Yo soy un ro,bajo cada vez msfuriosamente,

    ms violentamentebajocada vez que unpuente me reflejaen sus arcos.

    2Yo soy un roun roun rocristalino en lamaana.

    A veces soytierno ybondadoso. Medeslizo suavementepor los valles frtiles,doy de beber miles de vecesal ganado, a la gente dcil.Los nios se me acercan deda,yde noche trmulos amantesapoyan sus ojos en los mos,

    y hunden sus brazosen la oscura claridadde mis aguas fantasmales.

    3Yo soy el ro.Pero a veces soybravoyfuertepero a vecesno respeto ni ala vida ni a lamuerte.

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    Bajo por lasatropelladas cascadas,bajo con furia y conrencor,golpeo contra laspiedras ms y ms,las hago unaa una pedazosinterminables.Los animaleshuyen,huyen huyendocuando me desbordopor los campos,cuando siembro depiedras pequeas lasladeras,

    cuandoinundolas casas y los pastos,cuandoinundolas puertas y suscorazones,los cuerpos ysuscorazones.

    4

    Y es aqu cuandoms me precipitoCuando puedo llegaralos corazones,cuando puedocogerlos por lasangre,cuando puedomirarlos desdeadentro.Y mi furia se

    torna apacible,y me vuelvorbol,y me estancocomo un rbol,y me silenciocomo una piedra,y callo como unarosa sin espinas.5Yo soy un ro.Yo soy el roeterno de ladicha. Ya siento

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    las brisas cercanas,ya siento el vientoen mis mejillas,y mi viaje a travsde montes, ros,lagos y praderasse torna inacabable.

    6Yo soy el ro que viaja en las riberas,

    rbol o piedra secaYo soy el ro que viaja en las orillas,

    puerta o corazn abiertoYo soy el ro que viaja por los pastos,

    flor o rosa cortadaYo soy el ro que viaja por las calles,

    tierra o cielo mojado

    Yo soy el ro que viaja por los montes,roca o sal quemadaYo soy el ro que viaja por las casas,

    mesa o silla colgadaYo soy el ro que viaja dentro de los hombres,

    rbol frutarosapiedramesa corazncorazn y puertaretornados,

    7

    Yo soy el ro que cantaal medioda y a loshombres,que canta ante sustumbas,el que vuelve su rostroante los cauces sagrados.

    8Yo soy el ro anochecido.Ya bajo por las hondasquebradas,

    por los ignotos pueblosolvidados,por las ciudadesatestadas de pblicoen las vitrinas.Yo soy el roya voy por las praderas,hay rboles a mi alrededorcubiertos de palomas,los rboles cantan conel ro,los rboles cantancon mi corazn de pjaro,

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    los ros cantan con misbrazos.

    9Llegar la horaen que tendr quedesembocar en losocanos,que mezclar misaguas limpias con susaguas turbias,que tendr quesilenciar mi cantoluminoso,que tendr que acallarmis gritos furiosos alalba de todos los das,

    que clarear mis ojoscon el mar.El da llegar,y en los mares inmensosno ver ms mis camposfrtiles,no ver mis rbolesverdes,mi viento cercano,mi cielo claro,mi lago oscuro,mi sol,

    mis nubes,ni ver nada,nada,nicamente elcielo azul,inmenso,ytodo se disolver enuna llanura de agua,en donde un canto o un poema msslo sern ros pequeos que bajan,ros caudalosos que bajan a juntarse

    en mis nuevas aguas luminosas,en mis nuevasaguasapagadas.

    Una PiedraPiedra fra,solenme piedrasi pudieras hablaren mi costado,si pudieras cantar entu vertiente!Si desembocaras en unancho ro,

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    Y trajeras la paz almundo entero,al cantarte en tusaguas destiladas,alma seras en mifrente oscura,brazo serasde mi antiguacabellera.

    SoloEn las montaas o el marsentirme solo, aire, viento,rbol, cosecha estril.Sonrisa, rostro, cielo ysilencio, en el Sur, o enel Este, o en el nacimiento

    de un nuevo ro.Lluvia, viento, froy azota.Costa, relmpago, esperanza,en las montaas o en elmar.Solo, solo,slo tu sola risa,slo mi solo espritu,solomi soledady

    susilencio.

    Mi casa

    1Mi cuarto es unamanzana,con suslibros,con sucscara,

    con su camatierna parala noche dura.Mi cuarto es elde todoses decir,con sulamparn queme permite reiral lado de Vallejo,que me permite verla luz eterna deNeruda.Mi cuarto, en

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    fin,es unamanzana,con sus libros,sus papeles,conmigo,con sucoraazn.

    2Por mi ventana naceel sol casi todaslas maanas.Y en mi cara,en mis manos,en el dulceclamor de la luz pura,

    abro mis ojos entre lanoche muerta,entre la tiernaesperanza dequedar vivo unda ms,un nuevo da,paraabrir losojos ante laluz eterna.

    Unas cosasMariposas, rbolescalles angostas yvenideras, cmo decirlesque a la hora del crespsculosus ramas vivideras volverna crujir en la tormenta!Si en la nocheremontaran el ms ancho ro,cmo negarles su candorsangriento,su pecho claro

    e s c l a r e c i d o !Mariposas, rboles en latormenta, en el ro claromerced vuestras alas alruidoso vientoque entre los dos saldrl a m a d r u g a d a.

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    El viajeLima, 1961

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    A mis padres

    Because I cannot hope to turn again

    consequently I rejoice, having to construct something

    upon which to rejoice

    T. S. Eliot

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    El viaje del descanso

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    He dejado descansar tristemente mi cabeza

    en esta sombra que cae del ruido de tus pasos

    vuelta a la otra margen

    grandiosa como la noche para negarte

    he dejado mis albas y los rboles arraigados en mi garganta

    he dejado hasta la estrella que corra entre mis huesos

    he abandonado mi cuerpo

    como el naufragio abandona las barcas

    Emilio Adolfo Westphalen

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    El deseoQusiera descansartodo un aoy volver mis ojosal mar,y contemplar el rocrecer y crecercomo un cauce,como una enormeherida abiertaen mi pecho.Levantarme,sentarme,recostarme enlas vertientesoen las orillas

    de los mares,recostarme enlas crecientes,acomodarmesuavemente enlas aguasoenlosmanantiales.

    El poema

    1He dormido todoun ao,o tal vez he muertoslo un tiempo,no lo s.Pero s que un aohe estado ausente,s que un ao hedescansado,s que en ese tiempo

    las moras y las frutassecaban sus racestriturndolasde sabor y regocijo.Yo descansen la sierra,y felizmente micorazn no se seccon la humedaddel llanto,no solloz,no reclam tristezaspasadas.Todo suceda como

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    siempre:y yo descansabadescansando,los trenes an pesaban sus rieles,los barcos naufragabantarde y anoche,muchos pecesagotbanse en el mar.

    2Pero ya estoy aqu.He vuelto sin embargo,con un raro sabora tierra amarga,muchos sufrimientostena acumuladosy es difcil olvidar

    en un ao.Es difcil dejartodo abandonado,un ao es siempreun ao y nunca es suficiente.Es difcil dejar todo,plidos arbustoscubren el coraznde odio,y arrancar es siempredejar algo,un hueco,

    una raz fina;el alientodel odio incansablementehabitaen el corazny en el sueo.

    3Hoy he vueltomis caminos.Part hace yaun ao.

    Todo podra negarloahora:no s si he nacido,no s si he ledoalguna vez un libro.Habre tal vez hojeadoun verso de Salinasque hoy quiero olvidar.Un ao nunca es suficientecuando se desea el descanso.Si he nacidoes porque he de acabarcon mis huesosen el mar:

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    (el mar lo lava todo,el mar cubrelas hierbas y los pastos,l llena los corazonesde sal y de tinieblas).Pero yo acaso ya he muerto,un ao es siempre un ao,realmente no hedescansado nada,o es que quierovolver a recostarmeen el lechodel descanso, en dondeen sueos escuchabael rumorde las vertientesdel otoo?

    4He vuelto ya.Mam, pap,he vuelto.Hermanos,aqu estoycomo antes,cantando enlas nochesdel invierno,con mi seco

    coraznde pan y piedra.Gustavo, thas crecido.Y ya no cuentascon los dedos,y ya no leesletra a letra,y ya no sueascon los tigresy elefantes?Es cierto, padres,

    hermanos,aqu estoy.No s si he descansado,y es que en el caminoencontr un sauce querea con el viento ycon mis pasos,que rea conlos dientes y las ramas,que rea de todocomo un nio,y esto me hahecho dudar.

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    5He estado un largoao tendido enla hierba del olvido,cubierto porlas hojas del amor ydel otoo.Ya he descansadoun poco, lo confieso,yo part sin despedirme,pero es que en mi coraznno caban ya mis flores,en mi corazn no entrabaya el duro secreto de la vida.

    6He vuelto lentamente

    ( Un poco de sueoes siempre necesarioaunque sea corto comoel silencio de lasenredaderas).Por cada pueblo que pasabade regreso,vea que sus puertasestaban abiertaspara m,que sus techos eran mos,que sus campos,

    sus odos,todo me perteneca.Yo caminaba ycaminaba,no miraba atrshacia mi lecho de hojas,un ao es suficienteme deca,no es necesario morirmas si es que queremosabrir los brazos y decir:"hasta maana, gracias,

    nada ha sucedido,y estoy como siempreentre los ros,y estoy como nuncaentre las piedras".Y segua caminando,pensando en el pancaliente de la casa,saboreando el arrozpreparado por mi madre,sintiendo a micamaconsus

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    sbanasfelices.

    7El canto de losrosacompaaba a mispiesde tibio caminante,el rocantaba con mis brazos,en lyo miraba a la muerte y ala vida.Pero uno est siemprecompuestode un. trozo de muerte y de

    camino,y uno siempre es ro,o canto,o lgrima cubierta.

    8He vuelto. Dorm unlargo ao, descansy estuve muerto, perogoc de abrily de las flores blancas.

    9Hoy he regresado porlos campos,a ratos corriendosofocado,a ratos descansandonuevamente al piede un rbol dehojas castaas.El sol arriba,(como siempre),entonando estruendosas

    canciones de triunfoo desafindome a correrpor todo el campo.Me detuveen las vertientes,hunda mis brazosen sus aguas,conversabarefrescandola cabeza.Y me vi de nuevoreflejado enel mar y aqu dudde nuevo:

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    yo no he sabido nada,todo un ao he viajadopor los pueblos

    de los sueos.no s si soy tan sloun muerto que golpeasu cajn de asfixiado,no s si en un pedazode t pudiese recordartoda una vida perdida,pero s que he estadodormido:un ao es un siglocuando es un aode sueos y de olvidos.

    10

    No me reprochen nadasi he estado ausentetodo un largo racimode das apretados,es porque supuseque nunca se puedevivir tanto,mis manos ya eranmanos slo parael clamor y el refugio.Yo construa misgrutas con mis ojos,

    y las uas no existanpara el pan ni parael trigo.Nunca sabr si hedescansado,saber no es suficiente,un ao es siempre un ao,pero s que he dormido,y all donde dormalas flores cubranmi cabeza,y no me preocupaba

    ni del ro ni del valle,ni del mar ni las arenas.Hoy vuelvo,hoy retornodespus de un ao,despus de un aode descanso ode perenne viajehacia la vida.Pero el viajedel descanso,o el viaje sin descanso,o el viaje y el descanso,todo es un alivio para

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    mis ojos muertos.Hoy regreso con la duday la palabra,hoy retorno conla dicha en la garganta,sin descanso o con descanso,pero sin nuevos sueos.Sin un nuevo suoque me obligue aretornar a mi lechode hierbas y de flores,sin un nuevo y largosueo,podr construirnuevas palabras,tal vez sonreircon cara alegre,

    alguna vez saludara la vida,y esperara la muerte alegremente,con mi seco corazn.

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    Recuento del Ao

    Una vez terminadoel ao,procedo a recogermis cosas nuevas,procedo a reclamarpapeles viejos,hago al compsde charlas amistosasel recuento del ao,el recuento de mis365 das pasados:todo se fuerpidamente,no hubo tiempo

    para la cosecha,ni parasembrar el trigoen los maizales.Los das volaronraudamente,estuve sentado,leyendo,o alguna vezescribiendohasta la noche.No tuve miedo

    de la muerte,no pude sembrarel amor comoquera,recog algunasfrutas cadasy supuse queal final moriraalguna tardeentre pjarosy rboles.No estoy muerto.

    sin embargo,entre tarde y tardecuando vibranlos soplosdel silencio,abro mi coraznal conjurodel vientoy la palabra,y construyocasas,tierras,mares,nuevos albores,

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    nuevas tristezas,y callo al final

    (como siemprerecordando yrecordando).

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    Las Estaciones

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    PoemaOscuro es el tiempo y leveslas sonrisas de los das.El da asume su palidezde infante: su regocijo seexpresa en las nochesdel amor y la venganza.Es la hora de los muertos,ah donde surgen los plidosrostros de nios consumidospor el viento.Largo es el camino y oscuraslas sonrisas de los das.(Las tumbas conservan susviejos temores, los hombressus viejos escritosy los nios nacen

    con nuevosrencores en los labios).Y all donde el da se ofrece(oscuro regocijo de hierbas cadas)abro mis ojos a la luz del amory de tus labios.

    InviernoAgosto ha pasado ya.Duras primaverasacosan mis olvidadosrecuerdos.

    (Las cicatricesdel tiempo y del olvido,lo cicatrices del odioy el amor,las llanuras de sangreabiertas con la mano,los campos desoladospor la sed y el amor).

    PrimaveraEs la hora de la sangrey del clamor.

    ah donde vibrabanlos viejos clarines,all donde sonabanlos viejos sonetos,vibran y suenanlos das oscurosdel tiempo y del amor.Los muertos esperanfelices los truenospacientes,y los ros congeladosaguardan la llegadadel verano.Verano, viejo slido,

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    nada podrs contrala ardiente tiranade la primavera.

    VeranoRedoblados soplos del amorsacuden el corazn y los ojos.(Es la luz de la vida yde los das. Es el castigo de lamuerte y de las noches).Recojo y siembro las semillasdel amor;camino entre nochesoscurecidas porel vino,pregunto a la tierray a los montes,

    arranco montaasde odios y tumultos:Qu son las tardesal lado de la paz,qu son los montesal lado de los sueos,qu son los rosa lado de las lgrimas,qu son una sonrisa,un llanto,un estremecimiento,un

    rostro,unamanosi da a damuerenlas hierbasen los campos,si da a dacaen en susnocheslos rbolesdel amor y

    del silencio?

    OtooEn los ros del otoo,mi sangre, mi muertos,mi amor, las hierbas cadas,mis labios, las cicatrices

    abiertas,se fundirn comouna primavera,se unirn como niosjugando,en el eterno renacer

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    de nuestros corazones.

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    Mi casa muerta

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    1No derrumben mi casavieja, haba dicho.No derrumben m casa.

    2Tenamos nuestra prgola,y dos puertas a la calle,un jardn a la entrada,pequeo pero grande,un manzano que yace secoahora por el gritoy el cemento.El durazno y el naranjohaban muerto anteriormente,pero tenamos tambin

    (cmo olvidarlo!)

    un rbol de granadas.Granadas que salande su tronco,rojas,verdes,el rbol se mezclabacon el muro,y al lado,en la calle,un tronco quedaba morascada ao,

    que llenaba de hojasen otoo las puertasde mi casa.

    3No derrumben mi vieja casa,haba dicho,dejen al menos misgranadasy mis moras,mis manzanas y misrejas.

    4Todo esto contenami pequeo jardn.Era un pedazo detierra custodiadoda y tarde por unaverja,una reja castaa y altaquelos nios a la salidadel colegiosaltaban fcilmente,llevndose las manzanas

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    y las moras,las granadasy las flores.

    5Es cierto, no lo niego,las paredes se caany las puertas no cerrabantotalmente.Pero mataron mi casa,mi dormitorio con sualta ventana maanera.Y no qued nadadel granado,las moras ya noensucian mis. zapatos,del manzano slo veo

    hoy da,un triste tronco quellora sus manzanasy sus nios.

    6Mi corazn se quedcon mi casa muerta.Es difcil rescatarun poco de alegra,yo he vivido entrecarros y cemento,

    yo he vivido siempreentre camionesy oficinas,yo he vvido entreruinas todo el tiempo,y cambiar un pocode rbol y de pasto,una palmera antiguacon columpios,una granada rojadisparada en la batalla,una mora cada con un nio,

    por un pocode pinturay de granizo,escambiartambin algode alegray de tristeza,es cambiar tambinun poco de mi vida,es llamar tambinun poco aqu a la muerte

    (que me acompaabatodas las tardes

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    en mi vieja casa,en mi casa muerta).

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    Yo no me ro de la muerte

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    ElegaT quisiste descansaren tierra muerta y en olvido.Creas poder vivir soloen el mar, o en los montes.Luego supiste que la vidaes soledad entre los hombresy soledad entre los valles.Que los das que circulabanen tu pecho slo eran nuestrasde dolor entre tu llanto. Pobreamigo. No sabas nada ni llorabas nada

    Yo nunca me rode la muerte.Simplementesucede queno tengo

    miedodemorirentrepjaros y arboles

    Yo no me ro de la muerte.Pero a veces tengo sedy pido un poco de vida,a veces tengo sed y preguntodiariamente, y como siempresucede que no hallo respuestassino una carcajada profunda

    y negra. Ya lo dije, nuncasuelo reir de la muerte,pero s conozco su blancorostro, su ttrica vestimenta.Yo no me ro de la muerte.Sin embargo, conozco sublanca casa, conozco sublanca vestimenta, conozcosu humedad y su silencio.Claro est, la muerte nome ha visitado todava,y Uds. preguntarn: qu

    conoces? No conozco nada.Es cierto tambin eso.Empero, s que al llegarella yo estar esperando,yo estar esperando de pieo tal vez desayunando.La mirar blandamente(no se vaya a asustar)y como jams he redode su tnica, la acompaar,solitario y solitario.

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    Las llaves de la muerte

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    Ahora y siempre en mi rostroconservo la inigualable voz,la voz nica que abrir laspuertas incansables de la vida,las puertas inagotablesde la muerte.La nica voz en mi rostroeternamente conservo, mirostro que es inmediatoa la hora del medioda,que es susceptible de frenteal sol eterno, que es partiturade llantos ante la muerte.La voz nica contieneincansablementemi rostro. La inigualable vozque es capaz de abrir las puertas

    de la vida, que puede abrirlas puertas de la muerte.Mi rostro y mi voz seconfunden en las puertasde la vida,se confunden en el albade la muerte,ambos,rostroyvoz,como

    unallave,comounracimode llaves,comoeternasllavesdelamuerte.

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    Eplogo

    Slo soyun hombre tristeque agota sus palabras.

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    Estacin reunidaLimas, 1961

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    Nota: Bajo el ttulo de Estacin reunida el poeta present a los "Juegos Florales Universitarios"dos libros de poemas: "Las sombras y los das" (Compuesto de dos partes, "Alabanza de losdas" y "Estacin del desencanto") y "En espera del otoo".

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    Las sombras y los das

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    We are such stuffas dreams are made of, and our little lifeis rounded with a sleep.Shakespeare, The Tempest

    There are no inns on the road to the graveWhose is the house I go tonight?Prince Otsu

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    ALABANZA DE LOS DASO

    DESTRUCCIN Y ELOGIO DE LAS SOMBRAS

    Destruccin de las sombrase inicio de los dasNos prometieron la felicidady hasta ahora nada nos han dado.Para qu elevar promesas sia la hora de la lluvia slotendremos al sol y al trigo muerto?Para qu cosechar y cosechar siluego nos quitarn el maz,el trigo, las flores y las frutas?Para tener un poco de descanso noqueremos esperar las promesas y

    los ruegos:Tendremos que llegar al mismonacimiento del camino, rehacer todo,volver con pasos lentos desparramandolluvias po.r los campos,sembrando trigo con las manos,cosechando peces con nuestrasinterminables bocas.Nada queremos aprovechar,oh, alegra!Mejor hubiera sido naufragary no llegar,

    porque ahora todo tenemosque hacerlo con las manos:construir palabras comotroncos, no implorar nigemir sino acabar,terminar a golpes con la tierra muerta

    IMi amigo tal vez haya muertoOh! alabanza del aire y de los sueos:nosotros dormimos y el mundomuere alrededor cubierto de roco!

    Dormimos y en el sueo morimoscada tarde y cada noche al sonde los pjaros y los rboles!El despertar es siempre hermoso:perdemos el orden, las gulas,los deseos y placeres.Y tenemosque comenzar a acostumbrarnos denuevo, pesar todo el cuarto,las ventanas, las puertas, todo.TJn pensamiento nos asalta de pronto:hemos olvidado una cita en lamaana y ya es demasiado tarde,no hemos hecho nada

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    muchas horas,tal vez se pueda empezardesde el principio,dormir, dormir,oh tristeza y alabanza!El tiempo de dormir ya se ha pasado,soar diez o doce horases suficiente,nos estn atormentando demasiado,oh sueo,oh alabanza del viento y de la muerte!

    IIMe dejaste con las manoscubiertas slo por el rocodel invierno.Invierno que parece un soplo,

    cogerse las maos y no sentir fro,no sentir fro sino hambre,no sentir hambre sino sed yganas de llorar por estatristeza que se agolpa a vecescomo un valle enorme y silencioso!

    IIIEn el advenimiento de lassonrisas y la dicha,recojo las sombras proyectadaspor mi cuerpo y las arrojo fuera,

    espantando males y misterios.Sombra de mi cuerpo,aos como sueos,cuerpos como signos y mares,sueos al borde de la esperanzay del deseo,aguas del mar y la agona!Das y sombras, sombras y das:no pasen por mi cuerpocomo dioses y nios,no crucen mi cabeza con laespada y las sonrisas,

    reflejen la dicha de las aguasy devulvanla a mis ojos,su eterno origen!

    IVDonde caan informes los recuerdos,silencios y palabras,sonidos y lamentos,caan tambin hojas devastadasy huellas memorables.Oh antiguo sitio del inviernoy del otoo,donde nosotros en las ventanasde la vida

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    veamos pasar las danzas de la muerte,veamos pasar los aos avanzandoen la memoria del tiempo derramado..Ah, las ventanas de la sala,y ah buscbamos nosotrosel rostro de la poesa,hallbamos nuevos silencios,creamos escuchan las alabanzasnocturnal y sufridas,las alabanzas del sueo y delos mares,las alabanzas de los ros del otoo,las alabanzas de los ros y del mar.

    Valabanza de los sueos

    y destruccin de las sombras

    Cuando uno duermeel aire de los tiemposy los sueos desaparecenen la lluvia otoal del sueoy de las sombras.Ver pasar aos,confundirse el tiempo, las horas,olvidar vientos y paisajes,cambiar olas y naufragios,recorrer caminos y senderos,regresar por el mismo vientoy regresar por la misma ola.

    el paisaje eterno,el naufragio simple,el sendero estrecho,el camino recordado!Oh, alabanza del tiempo y de lossueos,destruccin de sombras y misterios

    VIPoema triunfal

    Aunque cuelguen fraslas memorias y aunque el fro

    acabe con los aos,siempre quedar la florque hubimos recordadoy el lecho que nuncaabandonamos.|Oh, tiempo gastado y viejo,intil para satisfacernuestros anhelos,nuestras ansias,pero an el tiempono es suficiente paracalmarnuestros deseos de viajary conocer pueblos, tierras,

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    casas, ciudades, ros,cada hierba, cada libro,cada monte, cada letra olvidada!Tiempo gastado y viejo,no escuches nuestras palabras,no aplaques nuestros deseos!

    VIIHay cosas que perduran,si el tiempo lo permite.Mi antiguo reloj, destruido,bajo el sol no ha perdurado.Mis antiguas creencias(dioses, soles, paisajes interiores)se secaron al influjo del poder.El poder, vaho cruel y tierno,hecho con mentiras y mentiras!

    Ah, nunca se encontrar loperdurable,todo se destruye bajo el mismo cielo,todo se sumerge bajo el mismo mar.Ros de la noche,destemplados y crueles,no debieron negarnossus poderes,no debieron negarnos sus pedazos!Poder,viejo lanzado a la destruccin,tiempo destruido y viejo.

    VIIILos navios rotos y destruidos,Aventuras en el mar,correr, ser pirata,y luego naufragar!Inmensidad del agua,reino del agua,dominio del agua,reflejo del agua,antiguo navio!Habrs naufragado en

    la botella azul ydescolorida en dondete dej todo este tiempo?Ah, embarcacin tontay muerta:nada pude hacer contigo:slo destruirte para siempre.

    IXLas frutas secas

    Las farsas de mi casa,los viejos nacimientos,las frutas secas,las pasas (uvas muertas),

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    los nogales,las almendras yel panetn de navidadme saben a viejas leyendasy a nuevos sabores."Navidad en mi casa,cuando todo transcurradulcemente y yo dormaesperando ansioso la maana!Viejas farsas por m olvidadas!Ah, corazn del desengao,tierno y duro!

    XPor qu huir intilmentesi podemos quedarnoshasta el final del otoo

    y coger algunos frutosy cerrar los ojos agotadospor el da?Por qu abandonarlos barcossi todava el mar noha entrado a la cubiertay podremos tirarnos almenos por la borda?Ah,estacin del desengao,qu fcil es rerse de

    las cosasy sembrar la discordiaentre los pjaros!Oh, intil partida,si todo es lo mismocuando muere eltiempo cada tarde,cada noche!

    ESTACIN DEL DESENCANTOO

    POEMAS CONTRA EL VERANO(Excepto el poema en elogio de Machado)

    Poema para Antonio MachadoCojo mi verde libro de Machado

    y me pongo a llorar sobre la fuente.

    ILa tierra dura y seca de Castillaalimenta las sombras y los das.En la tarde que viene,veo a Machadocaminar entre los bosques,

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    alto y tierno,seco y durocomo los campos planos y redondos.S,te conozco Antonio,alegre y claro,cantandoa Alvargonzlez,leyendo a Virgilioentre los daso conversando con Martn,Abel,Mairena.(Si en el arenal de Andalucao en los patios de Sevilla

    (al pie del limonero)me encuentran

    sentado ante la mesade Machado,no pregunten por my callen al escuchar los gallos de la aurora).S,te conozco Antonio,con tu torpe alio indumentarioy el verbo de tu boca comoun manantial helado.

    IIYo soy el poeta que ustedes

    nombraron.Soy slo el caminante solitarioque recoge las semillas del camino.!Ah, caminos del exilio y de la muerte!Caminos de la huerta y de la fuente!No importan los caminos:la sal es siempre igualy el azcar amarga en cada pueblo^.Pero yo no soy el poeta que ustedesnombraron,soy slo el caminante que despidieronentre risas y sollozos y dejaron vagar

    intilmente por los senderos de la tarde.Requebrando mi guitarra y soltndolaentre risas y recuerdos,abandonando mi cuerpo al reflejo de las olassacudo las hojas de los rboles,reniego de las noches, de las lunas,desprecio los llamados subterrneos,me despido de los sueos y las muertesy de un solo tajo acabo para siemprecon esta poesa.Ah, poesa de la flor y la palabra,poesa del viento y de las miesesl

    III

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    Esta es la huerta que meesper siemprea la salida de mis tristes colegiosinfantiles.Esta es la huerta que sacudierontodos los vientos y todaslas palabras bajo lasmismas sombras del rbolsooliento.Esta es la huertaque reflej en un tiempola fuente del misteriodonde todo se sacudacomo un antiguo barco.Esta es la huerta queflorecien un tiempo

    cubriendo las estrellas de fantasmas.Bajo este mismo nsperoy debajo del manzano y del nogalyo jugaba y jugaba con mi hermano.Huerta del olvido y fuenteeterna del desencanto:los nsperos maduraron hacemucho tiempo,las manzanas se pudrieron ylas uvas fueron vino que ahoraaprovechamos!

    IVltimamentehe estado leyendohasta el albablancos poemas de sed yde castigo.Sueo y muerte,castigo del relmpagoy del viento!Ysiempre las mismas soledades;el brazo, el saludo,

    la despedida alegre.Soledad de los campos,qu hacer sin tus caricias!Sembrador de las flores,jardinero del tiempointerrumpido,ya liada se puede contratus vientosy nada contrael viaje sin regreso!Poemas del destierro indefinido:mustrame cul es tu fuerza,dnde tu envo!No puede ser regalo tuyo,

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    este veranomaldito e inclemente.

    VEl nuevo viaje

    1Hacialas blancas montaasqu difcil es dejarque me esperandebo viajar nuevamente.Hacia los mismos vientosy hacia los mismos naranjalesdeben mis pies enormesacaparar las tierrasy tienen mis ojos

    que acariciar las parrasde los campos.Viaje rotundo y solo:todo abandonado!Qu difcil es vivirentre ciudades y ciudades,una calle,un tranva,todo se acumulapara que sobrevivala eterna estacindel desencanto!

    2No se puede pasearpor las arenassi existen caracolesopresores y araassubmarinas.Y sin embargo,caminando un poco,volteando hacia la izquierda,se llega a las montaasy a los ros.

    No es que yo quieraalejarme de la vida,sino que tengoque acercarme hacia la muerte.

    3No es que yo quieraasegurar mis pasos:a cada rato nostienden emboscadas,a cada rato nos robannuestras cartas,a cada rato nos salencon engaos.

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    4Es mejor: lo recomiendo:Alejarse por un tiempodel bullicioy conocerlas montaas ignoradas.

    VIEstacin del desencanto

    1Cuando en mi casa nadie rey he peleado con mi madre,o con mi padre,o con mi hermano ms pequeo,ya no hay ms tranquilidad:

    2Tengo que dormir toda latarde,levantarme a las siete,comer mi pan con mantequilla,leer a Keats o a Machadoy continuar mi lecturade Proust entre las horas.(No busco el tiemporecobrado y lo pierdocada tarde entre tus libros).

    3Como deca,cuando no tengo con quinconversar,despus de leer un ratosalgo a pasear almalecn y me entretengocon el mar y la quebrada.Camino lentamente,(verano terrible,no s qu hacer contigo!)

    Entreabro los vientossubmarinos y bajoal bao de las piedrasy me distraigocon las sombras de los das.Escribo un poema entre loslabiosy diga tres o cuatro queluego olvido.

    4Ya no s qu hacer,es muy tarde parasentarme ante la mesa

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    y muy temprano an paraacostarme.Entonces,busco a Mario,nos sentamosen un bar del mediodaa beber un vaso de cervezay terminamos por el centrode los parquesconversando y conversando.

    5Y as es todos los dasque peleo o que fastidio,y como me he acostado tres ocuatro horas despusde medianoche,

    ya no tomo desayuno yme despierto con el veranoentre los ojos.(Mam, tal vez t yalo sepas,pero el verano nome gusta,es fofo y dulce yno me agradan los heladosofrecidos).

    6

    No crean que es as todoslos das,digamos que son unoo dos a la semana,pero el verano es elculpable y el sueosiempre el mismo,el mismo sueo.Mientras ms se duermemenos se descansay en el veranopegado a las ventanas

    y a los techosmojando las vidrieras con su llanto.

    7Ustedes perdonarn mi malhumor,y es que adems en mi callecortaron las hojas de losrboles y la sombra yano existe entre mi casa.Un rbol es un rbol,y noestesol

  • 7/29/2019 Javier Heraud - Obra potica

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    malvado,malditov angustiante

    VIIEstacin final

    Si tuviera una espadablanca y dura,cortara en doslas hojas del tiempo derramadoy hundira entre misbrazos siempre armados,al verano seco y pegajoso.

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    En espera del otoo

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    Destruccin del verano e iniciodel otoo entre sonrisasAn no ha muerto la faz de la estacinen que hubimos de permanecer dormidos.Nada es semejante a los ros,nada comparable al mar, al sur,a las estepas, a las montaas,a los valles, a los camposcubiertos por la sed y por la lluvia!Oh tiempo del amor y la esperanza,qu vamos hacer sino callarun poco,qu hacer sino hablar un tantode los rostros, qu hacer sino gritarun poco a las montaas,qu hacer sino escuchar y escucharsin cesar el eco de las sombras!

    Qu bien suenan los acordesde la msicacuando todo caeirremediablemente al vaco de las horas lQu bien se est bajo el solo cantando tendido entre la hierba!(Cantando a los sonidos,admirndonos de los cambiossucedidos entre rayo y roca,o entre canto calladoy canto silenciado).Ya debemos cortar las sombras

    y arrojarlasal fuego del otoo!

    Alegra sin respuestaSe acerca la estacinde las hojas muertasfloreciendo en el pisode los aos, oh, alegra.Ya'es tiempo de regocijarsey de llorar un poco antessu advenimiento!As ha de acabar el verano

    y as han de sucederselas cosechasY ya nada queda,sino comenzara escribir entre las horas.

    El advenimiento del otoo...en el advenimiento del otoo.

    Pablo Neruda

    Por qu el sueonos ha de transportara travs de regionesque no deseamos,que no hemos pedido,

  • 7/29/2019 Javier Heraud - Obra potica

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    regiones que nunca hemos anhelado?Ah, otoo de las hierbas,hazte presentepara que as podamospisar al Jacaranda,a las manzanasy a las parras,y as podamosformar ros de sangremojada por las calles,y ahogar hombresy nios en las puertasde las flores.Sueo, djanos imaginaral otoo prximo,al otooque se acerca!

    Lo difcil que es esperar el otoo sin moverse entre las higueras y la hogueraAh, si pudiera limpiar la higueradon mis manos,si pudiera,si pudiera limpiar la higueracon slo mis manos,toda la higuera apagaday prender la hoguerade los valles,de los hombres,qu fcil sera entonces

    sentarse en las bancasde los dasy ver ardercasas y templos,campos y ciudades,ver pasar aos sin transcurso,cortar uvas suavemente,sentarse en las bancasdel caminoy esperar el otoo.

    Inundacin o sequa?

    Dejar de escribir y agotar maresalgn da entre las sombras?Oh, vientos!Es la pregunta que me hagodiariamente,diariamente me hagola misma preguntay suelo contestarla demanera diferente.Algn da se me alejanlos caminos y me acuestosilenciosamente,silenciosamente me acuestoentre las sombras.

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    Pero hay otros dasen que agarro mi lpizy me pongo a esperar al -otoo,confundiendo palabrasy palabras

    El otoo no me pertenece ysin embargo esperoNo creo que pueda acabarel estallido del truenoporque el trueno se sucedecomo las aves que partenhacia el sur cuando lo creen conveniente.Qu cosas nos ensearona aprender entre los vientos,qu cosas a aprisionar entre las manos1

    No juntbamos a los pjarospara destruirlos ante el fuego,sino que los reunamospara observar sus movimientosAltos movimientos en cruzy en seal de desafo!No podamos burlarnosdel pjaro enjauladopues no pertenecaa esta tierra sinoal aire de todos los dasIgualmente.

    El otoo no me pertenece.pero lo espero solo(como si fuese mo)y lo saludo entre sonrisas colectivas

    En espera del otooEstoy en espera del otoo.Estoy esperando al otoocon mis armas antiguasy mis nuevos saboresadmirando a las montaas,(Leyendo a Machado como siempre

    copiando a la madera de los das,y naciendo o despertandodel desencanto y del esto).

    1Estpy en espera del otoo.La primavera trab mi palabracuando yo me sacuda de todoslos abrigos y de todas las frazadas.La primaveradigoentreabri mis palabras:siempre me detuvoen el mismo sitio,

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    y siempre, descontento,tuve que llegara lugares inseguros, temblorosos:(junto al ro,cerca al campo,prximo a la carreteray a las uvas).El verano me trajodos o tres interjeccionespero no pude ir al marcomo queray hube de quedarme entre-mi casa,entre mis tiernos libros olvidados.

    2Pero estoy esperando al otoo.Otoo sagrado,

    cundo recibiremos tus primeras hojas,cundo pisar las floresde los Jacarandas moradosde la calle de alcanfores?Se acerca el otoo, lo s,pero es que quiero deciralgo ms que lo anteriormente dicho:todo se dilua en el camino,an no he encontradomi meta destinada,an no he escogidoel sendero sealado.

    3Canten, vientos,canten mares y soles,cantemos al advenimiento del otoo,cantemos todos!(ahora que la luzse debilita y tiemblaentre mis manoscomo plido relmpago).Canten soles,canta verano a tu reino

    fenecido,canta primavera a tu sueodesechado,canta invierno a tu frutono nacido.Este es el momentode la separacin:ac pueden quedarlos que temblaronen los dasy all podemos irnoslos que esperamos al otoa

    4

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    Estoy en espera del otoo.Ahora que todo parece derrumbarseestoy esperando al otoo,luego viajaremos a los maresahora estoy en espera del otoo,luego sealaremos a los culpables,estoy esperando al otoo,ms adelante conocer las montaas ignoradasya tiene que acercarse el otoo,luego pensaremos en los reinos derruidosahora estoy en espera del otoo,en otro momento leeremos los poemas

    (olvidados),en otro momento las cartas recibidas,luego escribir los das del verano,luego los das del invierno.

    Ahora y siempre,

    como todos los aosen la misma poca del ao,ahora y siempre,estoy en espera del otoo,del mismo eterno otoo,del otoo de los rboles,del otoo de las luces,del otoo de las casas y las flores.Ahora y siempre,estamos esperando al otoo,estamos en espera del otoo,esperando al otoo,

    en espera del otoo,del otoo,del mismo otoo.

    5Estamos en espera del otoo.Los inviernos nos nieganaltas noches,el verano riega nuestro cuerpo,la primavera nos despierta del invierno.Yo no s por qu, pero cada vez que se anuncia la primavera, la muerte suele acompaarmediariamente y me sigue por debajo de los arcos, me persigue en las iglesias, me circunda en los

    cinemas y accede sonriente y taciturna a acostarse en mi cama, encima de la noche.Yo no s por qu, pero as es como sucede todos los aos cada vez que el invierno entreabre untmido bostezo, yo ya s que luego vendrn ms y que el invierno definitivamente se alejarhacia otros lugares, cruzando mares y ros, saltandomontes y pisando nieves.Pero es en ese momento (el bostezo) cuando me apresuro a mi casa, subo de prisa las escaleras,penetro en mi cuarto y casi siempre exclam: "Primavera, ya s que t te acercas, pero notraigas para m esta vez a la muerte, t ya sabes y conoces mi amor a la soledad. Si quieres,contigo visitar los parques, sacudir a los rboles, arrancar las flores, me beber la lluvia;iremos de casa en casa, tocaremos las puertas y diremos: "a levantarse todos, por esta vez se hanacabado las frazadas, este es el tiempo de la resurreccin y estamos como siempre entre loscampos, durmiendo o descansando, pero no hemos olvidado los pesares de los fros..."; siquieres, primavera, te acompaar a las batallas si han de producirse en esta poca del ao, pero

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    no introduzcas en mi cuerpo la misma desazn acostumbrada, no hagas entrar a la muerte por tupuerta".Pero es igual. Es como si hablara hacia las sillas cuando nos dejan caer, es como siinterrumpiera en sus dilogos a los ros, como si tratara de acallar al mar, como si quisierasilenciar los pasos de viajantes cuando se dirigen hacia el norte, como si detuviera a un pjarocuando huye hacia el sur, en pleno invierno.Entonces, (ya no me lo explico), ingresa la primavera a las casas y a las calles, a los campos y alas horas, y a mi corazn la misma muerte, idntica y cambiada. La muerte muere al llegar elverano, la navidad transcurre para m sin novedades, pero luego yo ya s que morir en el esto,hasta el otoo en donde ascender a los rboles, al otoo que ahora espero, al otoo queesperamos, impacientemente.

    6Nosotros,que nacemos en pleno otooy que no volvemos los ojosa la lluvia ni al pasado,

    nosotrosque no corremos trasdesaparecidos reinosy que no creemos en eldestruido poder ni enel techo destruido,ni en el principio destruido,nosotrosque no vemos la relacinentre el invierno y el otooo entre verano y primavera,y que no asistimos

    a ritos funerariosni a ceremonias del presente,nosotrostenemos que esperarnormalmente el otoo,que esperar al otoo,entre la cosecha y el arado,entre el viento y el sol de esto.

    7Estoy an bebiendo de cadveresque alojaron mis tristes pensamientos

    en cuerpos de madera, en cuerpos otoales.Estoy an bebindome la lluviaque debiera ahogaros en invierno,bebindome mis pasos atrasados,bebindome el otoo que se acercacomo estacin derruida por deseos.(No s ya si vendr el otoo intacto,temo haberlo empaado con deseosque tal vez ya no se cumplan).Ah!, estacin derruida anteriormente,estacin del otoo,nu quiero que me diganque acaso ya no seas como solas ser:tenuemente dulce.

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    tenuemente fra,tenuemente amarga

    I. Entierro del veranoAbril es el mes ms bello. Desprencerboles inmensos al comps de vientos extranjeros,y al comps de msicas triunfalesdesprende rboles enteros.Abril destierra solesy alimenta tibios fros otoales.Abril,qu tiempos transcurren en tu advenimientorEmpieza el otoo y todo vuelve a su proporcin,nos metemos las manos al bolsilloy disimuladamente nos cerramos la camisa.Empezaba el otoo y empezabantambin nuestras clases escolares.

    Javier, Javier, no olvides t gorra al salir,cuida tu maleta,fjate bien al cruzar el tranva.Empieza el otoo y dulces vientos nos despeinan,nos hacen correr detrsde sombras pasajeras,recojemos hojas amarillasy consolamos troncos,parques, bancas, plazuelas.El otoo nos sacude las gargantas,nos sacude de los dasy nos ofrece variadsimos caminos para andar.

    Caminamos con algunos amigosbajo el sol de otooand drank coffee and talked for an hour.Mi hermano (el otoo;me llev a pie por las ciudadesy ah conoc a los parques.Leo mucho en el da y por la nochtme siento a esperar al. otoo.

    II. Tierra vaca del otooTierra vaca del otoo,cunto te he esperado!

    Ahora que recin tus vientossacuden mares,ahora,ya las playas estn desiertas,las olas golpean furiosamente,intilmente golpean los mares a las costas,y los mares ya no beben ms cadveres y nufragos.Tierra vaca del otoo,cmo te aguardo incesantemente,cmo te espero,si supieras cmo te espero!No me importaque se destrocen las hojas en su cadatriunfal,

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    no me importaque tiemblen los troncos de los rboles,no me importaque los vientos me lleven a regiones apacibles,no me importa nada,tierra vaca del otoo,hijo de la tierra vaca del otoo,si el verano ya se muerey el sueo se sepulta entre los libros.(En verano, cada vez que coga un libro, dulcementese resbalaba hacia el sueo inagotable.Ahora me alegro que el sueo se duerma con lamuerte).Tierra vaca del otoo,nada ya me importa,y .slo me atrae tu irresistible llegada.

    Fin del verano 1961.Poesa de otooPor qu me acechas de este modo, poesa?Por qu me persigues insistentemente?Bien.sabes t que nunca te he llamadoy menos ahora en que espero el otoosentado entre pardas bancas de marzo.Pero qu sabes t de las cosas?Nada te puedo explicar.Si te he amado y posedo entre las nochesha sido porque t me lo pedas

    y porque venas hacia m, no te buscaba.S, lo s, no me lo digas,yo acced blandamente a tus llamadosy entre tus manos era un ttereridculo y viejosumergido en las montaas y en los mares.Nunca te he buscado, poesa,ya no te busco,te siento ahora en mi garganta.Ya no puedo librarme de ti,y no es que esto me haga llorar,ay,

    pero sucede que te vuelves excluyentey ya no puedo poseer a la noche ni a la luna,ya no puedo poseer a los ros ni a los marescomo la poesa del nio:acaricindolos y dejndolos partir.Hoy los retienes entre tus finas manos,y cada noche,y cada luna,y cada ro,y cada monte,es diferente al que grabaste en los rboles,diferente al que escribiste,diferente al que ahora imaginamos.Y es as cmo llenas centenares

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    de pginas sobre el invierno,o sobre la primavera,o contra el veranoo a favor del otoo.Y siempre repito los mismos mares,los mismos ros, las noches,pero que nunca son iguales para m.(Para otros pueden ser idnticoslas lunas o las noches,o los das del otoo y del verano).En estos das, por ejemplo,nos hemos sentado calladamentea cantar el advenimiento del otoo.Y qu se va a hacer,el canto ya est escritoy no puedo ahogarlo ni destruirlo,porque contra ti, poesa, nada puedo,

    porque contra ti nunca he podido,porque contra ti nunca podr.

    El otoo y el marAl acercarse el otoo,corro hacia el mar y busco las doradas conchas,son como las hojas,el mar las lanza precipitadamentea la arena,y entre ola y ola,y mientras el mar se aleja y se aproxima,las blancas escamas de los peces,

    (cadas al son del vientodel otoo que penetra hastael fondo del ocano)aparecen para ser recogidas por la mano.Blancas conchas,an escucho los sonidos del marque escuchaba cuando la infanciaera pequea y dulce,an escucho en el fondode todo caracol dormido,el inmenso rugido del mar!Son como las hojas,

    cadas en el fondo de la arena.El m.r las mueve y las renueva,las golpea y las destroza,y el otoo las ofrece con los pies desnudos,recogindolas, ahuyentndolas.

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    Poemas a la tierraLima, 1961

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    1Aqu est el cemento en susenredaderas,aqu est la lluvia en sus entraasfrtiles, la paleta y la brochatrabajando, el bastn y la palaen la mano ardiente,las antenas en sus mallasinterminables de ondas y reflejos,los interruptores listos paraelectrizar a sus dueos de jebey caucho, las palanganas con suscosechas de ropa sucia en losdestiladeros, los vasos de licoren bocas espumantes.Aqu est el sol, el aire, los umbralesaqu est la vida en su geranio

    aqu est el arroz en su granono arrancado,blanquecino,la caoba y el naranjo cosechados.Y aqu estoy yo, agonizando, perolleno de armas para empezar de nuevo.

    2Salid al campo remolachas estriles,salid ahora sin sombras de llantosy quejidos,sin pretextos de fiebre y de ronquera.

    Con la garganta- frgil salidahora a ver el sol,a sentirlo en vuestros brazos,y cargarlo y pesarlo en su dimensinnica.Unidlo a la tierra para siempre,fusionadlo en su\ esencia misma,con estrellas y con rboles,con planetas y animales.Salid ahora en el tiempo oportuno,para poder sentir la brisa fresca,el olor del aceite desparramado,

    poder ver las alfombras extendidas,la caliente tierra,y echarse en ella, sin intermedios,sin una cama que nos aleje denuestra procedencia.

    3Quiero que salgan dosgeranios de mis ojos, demi frente dos rosas blancas,y de mi boca(por donde salenmis palabras)un cedro fuerte y perenne,

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    que me d sombra cuandoarda por dentro y por fuera,que me de viento cuando la lluviadesparrame mis huesos.Echadme agua todas lasmaanas, fresca y del rocercano,que yo ser el abono demis propios vegetales.

    4Todo es madera, los cndores,las mscaras, los ros y lasoscuras madreselvas.Los rboles tienen races enla tierra, en el pavimento,en las veredas, en el pan

    congelado, y hasta en el rbolmismo.El cemento es rbol,el oro es el rbol,rbol el hierro puroy madera los cristales.Todo es raz fina, loscimientos de las enredaderas,los botones de las corbatas,las hebillas de mis entraasarrugadas. Todo es madera, el"alba de tus ojos somnolientos,

    los dedos de mis manosapretadas, el sol en su ocasoturbulento.

    5Todo es color de hoja,verde, celeste, amarilloclaro,todo va cayendo conformea''las hojas.No! no busquis ahorael verde entre las botas,

    el verde de los pastosinalcanzables,el verde de tus ojosenredados.Todo saldr claro luego.Luego ser el tiempo delas hojas colgadas, de lashojas en el suelopisoteadas,de las hojas en su botny en su madriguera.

    6El azcar me sabe a hormigas

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    frescas,a nidos de araas entre la tierra,a flores mojadas entre ros desnudados.Este es el azcar de mi costadodulcificado,los ceniceros con cigarros apagados,los brazos de lassillas apretados.T puedes cambiar el mundo,azcar,volver dulce al ms asalariado,volver azcar los orinesamueblados,volver azcar los ojosquemantes por la agona.Puedes entrar en la sangredebilitar el mundo,

    pisarlo con la boca llena,en su fondo dulce y apagado.

    7Crujen ahora los brazosretorcidos,los blancos costaloneshumedecidos por el viento.Esta es la harina de nuestrosaromas orquestales,de nuestras manos sucias ycalientes.

    Ests en la suavidad detu blancura,en los carnavales de tustrabajadores,en las caras y en las manosamasadas por el trigode los bosques arrancados.No te detengas en mediode la partida, haz felizel pan de los nios en eldesayuno, al pan de losobreros al medioda.

    Siembra de pan tu cosechafrtil.

    8Mirad ahora las pistas flageladas,las patas de las mesas moribundas,en su sombra,fijad vuestros ojos en el ocano,en el alba,adentraos en los volcanes apagados,en los cerros milenarios.en los pinos altsimos,en los muros y en las tumbas delrecuerdo.

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    Penetrad en el fondode vuestras murallas frreas,en vuestros corazones limpios,en las sombrillas tenebrosasdel sol,en los rodillos de papel delas jugueteras,en los corredores de lascrceles fugitivas,en las salas de los hospitalesrepletos, penetrad, s, paracomprender al mundo ensu esencia delicada.

    9"Vamos, coged la manta queya hemos llegado!"

    Este es nuestro destino,nuestra casa,nuestras pertenencias.He aqu nuestros rboles,nuestros libros, islas,paisajes y cielo.Slo esto es nuestro:no deberemos coger nadams, viviremos del cielo,de las ruinas, de los libros,de los rboles, de losatardeceres luminosos,

    y de todo aquello quesurja de la tierra pura.

    10Abrid los brazos, extendindolos!Abridlos, s, es necesario queal atardecer de un da lluvioso,en la espera del tren delmedioda, preparen vuestrasmaletas.Llenadlas de vasos, Jarras,vinos y recipientes.

    No, no pongis los libroscotidianos, las leccionesaprendidas de memoria nilos papeles cubiertos deescritura.Tomad slo vuestroslabios, vuestras manosduras, los papiros secosy rodos,para amar al mundo conlos brazos extendidos.

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    Viajes imaginariosLima, 1961

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    viajes no emprendidos,

    trazos de los dedos

    sileciosos sobre el mapa.

    Luis Hernandez

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    ExplicacinHe vuelto a ser el mismo de antes. El que cantaba a las ventanas, el que se regocijaba con laslluvias, el que admiraba a los rboles cuando caen, en pleno otoo.Yo, que esperaba ansiosamente el advenimiento del otoo, yo, que sala maldiciendo delverano, de pronto, con los primeros fros, qudeme paralizado. No s cmo explicarlo. Perosucede que las sillas se caan y yo como si nada; los pjaros pasaban hacia el sur y yo sinnotarlo; las gentes entraban al cinema, salan de la iglesia, reanse en los circos y yo alejado, sinestar con ellos como siempre.Y ahora, que estoy sentado en la puerta del invierno, comprendo que aquel no fue un tiempoperdido. Estuve en otros sitios, camin por otras plazas, otras arenas pis, vi otros rboles,preme en las ruinas de otros tiempos.Y en vez de buscar un tiempo no perdido, contar viajes no sucedidos, viajes imaginarios.

    Viajes por los bosques perdidosQuise penetrar en los bosques y all encontr asilo para mi soledad. Luego de caminar dasenteros entre rboles y rboles, llegu a la explanada que se junta con el ro y ah me ech avivir por un tiempo.

    Todas las maanas, temprano, cortaba lea para calentar mi cuarto. Yo lo haba levantado conmis manos. (Fue la primera experiencia, todava recuerdo cmo temblaba el dbil techo con lainmensa lluvia de invierno). Yo tena conmigo algunos libros que repasaba de noche junto a mipequea lmpara. (Mi antigua gramtica inglesa, Keats, Thomas, Fray Luis).Era hermoso dormirse y no pensar en nada, y despertar con el canto de los pjaros, y sentarse almedioda, junto al ro, a pescar y a saltar entre las piedras!En las tardes, a eso de las cinco, sentbame a tocar mi rondn y a escribir con mi cuchillo en lacorteza de los rboles!Vivir con las estaciones, cada estacin algo diferente, mucha luz en primavera, y muchos pecesen verano, y muchas hojas en otoo, y mucho fro en invierno junto al fuego!Yo ya estaba totalmente acostumbrado. Una golondrina cay enferma cerca de mi cabana. Yo lacur, la aliment tres das seguidos y la dej partir. Otra vez me intern en el bosque durante

    cuatro das y no supe cmo volver. Otra ca enfermo y la fiebre me persigui infatigablementeocho meses. Mi pelo y mi escasa barba anunciaban dos aos de reposo y de castigo.Pero una tarde, no s cmo, me hallaron en los bosques. Y tuve que regresar a la ciudad.

    Viaje por los sueosOtro tiempo estuve dormido. Viaj incansablemente por el pas de los sueos, pero ahora nadarecuerdo sino el despertar. (Todo me pareca diferente, preguntaba a las cosas por sus nombres,no saba la hora, ignoraba el sentido del lugar en que me hallaba).Pero tuve que levantarme, dejar mi cama y volver a pasear por el rostro de la ciudad, que ya,conozco.

    Viaje por las calles

    Hay calles hermosas como cntaros de agua. (Hay que saber pesarlas, hay que saberles extraertoda el agua que llevan consigo).ltimamente he estado caminando por ellas. Todas son iguales, y an recuerdo, (oh!, cmo seme parecen) la calle sin rboles de mi casa, y la pequea calle sin salida de Barranco, y aquellaotra calle, ascendente, de Chauvinillo.Luego de este viaje intil, a veces, me entran ganas de empezar otra vez. An quedan otrascalles por conocer, mis pies no han tocado todas las calles del mundo. Das hay en que se meacumulan los deseos, y anhelo partir, dejar todo abandonado y seguir caminando. Pero me debodecir: aguarda! Otras calles vendrn. Alguna hermosa calle de Venecia, otra ms bella aun enLondres, o en Sidney, o en Yungay, o en el barrio en donde vivo.Pero cuando diariamente regreso a la calle de mi casa, me digo que el tiempo de partirdefinitivamente ya debe acercarse. Estas tristes veredas me son insuficientes y an no heacabado de romper todos los cntaros del mundo.

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    Viaje por las calles desiertasYo no lo haba deseado, pero me dejaron solo en las playas. Ocho das que vaguincesantemente por las arenas que yo no haba soado. Me aturda el rumor del mar, y cadanoche, cuando el agua penetraba hasta la mitad de la cueva en la que yo me hallaba, sentainfinitos deseos de volver, de encontrarme en casa, con mis amigos y mis cosas.Como digo, cada noche, el mar sonaba como un enorme cuerno anunciando la guerra. Yo nosaba dnde ir, en qu otra cueva meterme. La maana me encontraba profundamente dormido,sobre el lecho que con conchas haba construido.La alimentacin fue lo de menos. Un cangrejo, o los pequeos peces que se podan coger cercade la orilla. Yo cre que nunca iba a poder volver, pero un da, inesperadamente, me encontraroncerca de la cueva. Y regres contento de poder besar nuevamente el rostro tan conocido de miciudad.

    Viaje por las ruinas ignoradasAquella vez que conoc las ruinas, y luego de terminada mi visita, sent un irrefrenable deseo devolver. Yo haba estado acompaado durante el recorrido y anhelaba esta solo, completamentesolo, tendido en medio de la noche. (La poca hierba que creca en los alrededores hubiese

    bastado a mi cuerpo).Pero no pude volver Los pocos das restantes que transcurrieron durante mi permanencia en elpueblecito cercano a las ruinas los pas caminando. En verdad, aquel era un hermoso pueblo,con su acostumbrado monumento detenido en medio de la plaza, con casas y calles queascendan por las laderas de la colina cercana. Completamente cerrado, sin carretera grxima nicuriosos impertinentes, el pueblo se me apareca como un celoso guardin que ante la presenciade un gran secreto (las ruinas), mantena un solemne y resignado silencio.Yo, y los que casualmente caamos en el pueblo, lo habamos quebrado. Y los das quesucedieron antes de mi regreso, recordaba con penosos deseos las hermosas ruinas visitadas. Yosaba que de ah en adelante la indiscrecin de las personas que me acompaaban bastara paraechar definitivamente la idea de un prximo retorno a lasruinas. (Ya no seran las mismas, me deca).

    Y tuve que consumirme en la desesperacin y resignarme con las extraas casas sin ventanas dela colina, o con la indescifrable mudez de los habitantes. Deseaba volver, arrojarme en lahierba y contemplar la pesada adustez de los muros, caminar entre las habitaciones derruidas,saltar las paredes intactas de otros aos!Al amanecer, tres das despus, partimos en camino a la carretera que nos llevara a la ciudad.

    viajes olvidados

    el andar se hace camino

    Antonio Machado

    Todava pueden florecer los caminos olvidados,los viejos caminos.

    Fines de junio, 1961.

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    Ensayo a dos vocesJavier Heraud - Csar Calvo

    Lima, 1961

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    En octubre de 1961, Csar y Javier escribieron esta poema. Segn el proyecto, vendran otrosms para formar un libro que concursara en los Juegos Florales de la Universidad de SanMarcos. Slo alcanzaron a redactar el primer poema de Ensayo a dos voces.No es y salta a la lectura un intento de automatismo como el de los versos de Bretn y susamigos (una imagen persiguiendo a la otra porque s). Es el experimento de dos poetas reunidosen uno.Lo primero que hubieron de plantearse ue ia necesidad de un tema: se escogi el del retorno(tan cerca a Javier). Entonces, juntos realizaron el trabajo, la consulta, el deseo y la correccin.Dos maneras de poetizar fundidas en este nico poema.Ensayo a dos voces es, entre Cesar y Javier, un hermoso documento de amor a la poesa.

    IEs necesario volveruna vez msa la noche que nuncaconocimos, a los rosque siempre se negaron:

    es naufragioen el ltimo navio.Acaso una vez mses necesario. El tiempose acortay no regresa. Heridos,es necesarioreanudar los puertos.El tema sigue siendolo perdido (mi corazntambin). El inviernogastar sus lluvias

    si los rboles mueren.Y habremos de anegarnossin remedio,sentados en un parquede Diciembre.

    IIHa llegado la horade volver.Hoy los rosdestruyenlas cosechas,

    y ha quedado sin nadiela alegra.Es necesario (entonces)correr, gritar un poco,saludar el retornode los das,(necesita sus alasla tristeza)y recibirel canto del rocodesde los labiosdulcesde la hierba

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    IINuevamente,ahora que las lluviasdel veranoenlodan los caminosdel retorno,hay que cortar los trinosde las aves,los truenosde las noches,de la vida,a tientas,para que no se enterenlas hojasylas sombras.

    IVNi el olvidosabr de este regreso.Apenas si el aromade las tardes,al esculpir sus rosasen el viento,hablar de nosotros.Y desde nuestras solassoledades, seguirnextrandonos los ecos.

    VSer partir de nuevoeste regreso.De la luza la luz, de la nubea los ros,de la fuentea la boca de las avesy de las avesa su antiguo vuelo.Recorriendocon los ojos

    de la tardelas llanuras del tiempoderramado,abriremosuna sonrisa en cada valle.

    Lima, 1961.

  • 7/29/2019 Javier Heraud - Obra potica

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    Poemas de Rodrigo MachadoLa Habana, 1962 La Paz, 1963

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    ExplicacinRodrigo Machado naci un da del mes de julio en La Habana, el ao de 1962. ( Su edad no sesabe an pues tiene la edad de la lucha de su pueblo). La guerra contra el imperialismo, a la queir conjuntamente con 40 camaradas, dir o callar los aos que l ha de cumplir.Se quedar en algn monte regado con una bala en el cuerpo? seguir de viaje a la esperanzao lo enterraran en el lecho de algn ro, entonces enteramente seco?No, pero los ros de la vida, de la esperanza, seguirn afluyendo con torrentes cristalinos.Porque en el ro est la vida de un hombre, de muchos hombres, de un pueblo, de muchospueblos. Y Rodrigo Machado, de pie o acostado, seguir cantando con un fusil al hombro,porque el fusil ser uno de los medios para lograr la liberacin. Y una vez liberados, loshombres dignos y honrados dirn la verdad a todo el mundo sobre nuestro pueblo, sobre susluchas y su futura vida. Slo entonces, Rodrigo Machado y con l los 40 que partieron hacia lavida ( de pie o debajo de la tierra) se sentirn felices y dichosos.

    La Habana, octubre 1962.

    Poema especial1

    Se trata ahora de escribiralgo original, nuevo, sorprendente.Maana salgo de viaje.(Ir a Mxico como peruano,turista que recorre las antiguas ruinas)y luego Bolivia,rindome de perros policasy canes presurosos.Entrar junto con 30 compaerosfurtivamente a mi patria.rmados con palabras y fusiles,armados con ansias nuevas

    de un Per ms joven,sembraremos en la sierra de los Andessemillas subversivas".

    IPero esto tiene un origen ms lejano.Fue en Abril (cruel y blando abril)cuando una maana apareciel Comandante.Era el bravo Fidel en carne y huesoque nos propona levantarnos en armasy cambiar de curso la Historia del Per.

    40 aceptamos.Subimos al Turquino2,200 metros de alto y durante6 meses aprendimos la guerra de guerrillas.El final lo conocern todos.(Me aburro y no termino este poema)Pero voy al combate y a la guerra

    1 Antes de partir de La Habana, Javier escribi este poema en noviembre de 1962. Lo titul "PoemaEspecial" y en l explica el viaje, que hara y su decisin de entrar al Per para abrir un frente guerrillero.Lo firma con tres nombres: Javier Heraud y sus seudnimos Gustavo Melgar y Rodrigo Machado.( Gustavo se llamaba su hermano menor que siempre lo recordaba en sus cartas).

    Una parte de este poema fue publicado en Poesa completa, bajo ttulo de "Fragmento de PoemaEspecial". Esta es la versin del poema completo que Javier dejara a uno de sus compaeros que

    permanecieron en Bolivia para formar dicho frente guerrillero.

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    por amor a mi patria, a mi Per,por amor a mi suelo, a mis paisajes,por amor a los pobres de mi tierra,por amor a mi madre, a sus carios,por amor a mi padre, a sus durezas,por amor a hermanos y amigos,por amor a la vida y a la muerte,por amor a las cosas de los das,por amor a los das del otoo,por amor a los fros del invierno.No s qu pasar conmigo y mishermanos en la lucha,pero supe vivir y morir comohombre digno,queriendo respetar y salvar al quetodo lo sufre,queriendo abrir nuevos soles salvadores.

    "El final de la historia lo dirnmis compaeros,arriba, abajo, encima de la historia,y contarn a mis hijoshistorias verdaderas,y para siempre vivir la esperanza."

    La Habana, Nov. 62

    Explicacin

    I.

    Antes habl del ro y las montaas,cant al otoo, al invierno,maldije al verano y a sus ritos.Habl, pase, pis otras tierras,dije Paz en Mosc, en plazas,en calles y puentes.Hoy hago otra cosa.Algunos preguntarn de quse trata, qu ha pasado.Nada ha pasado.Un da conoc a Cuba,conoc su relmpago de furia,

    vi sus plazas llenasde gentes y fusiles,escuch sus gritos,palp, sent, camin Sierra Maestra,pis el Turquino,vi al Apstol en piedrapara siempre.Vi a Fidel de piedra movediza,escuch su voz de furia inconteniblehacia los enemigos.Y record mi triste patria,mi pueblo amordazado,sus tristes nios, sus callesdespobladas de alegra.

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    Record, pens, entrev susplazas vacas, su hambre,su miseria en cada puerta.Todos recordamos lo mismo.Triste Per, dijimos, an es tiempode recuperar la primavera,de sembrar de nuevo los campos,de barrer a los miserables"patriotas" explotadores.Se acabarn, dijimos, lasfiestas palaciegas para los menosy las mesas sin comidasy con hambre.Y un da nos juntamos unos cuantos."Es fcil manejar un fusil, dispararesperanzas,es ms difcil contemplar inerme

    la miseria" dijimos,y con confianza iniciamosuna nueva vida,una vida de futuros parala patria.Triste Per, aguarda,nacern nuevos ros,primaveras nuevas serndevastadas uevos otoos,y en cada rostro brillarla alegra rebosantey la fortaleza del

    pueblo reunido y santo.II.Me paro y preguntoquin sufre?Responden: "TODOS".Qu esperamos?, pregunto,si ya los tiempos maduraron,muchos murieron intilmente(pero no sin causa)muchos cadveres estn esperandosu redencin,

    ah est el cadver de Juanel campesino,y de Pedro el pescador,y de Mateo el leador."Vamos todos juntos, decimos,ahora y con armas en la mano.Aqul tiene muser(camarada que habapedido la palabra)aquel otro una thompson,todos tenemos dinamitay mechas.Basta esto para despertarla conciencia dormida de Nuestro

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    Pueblo,basta esto para volar lasentraas del rgimen burgus.Ahora s todo lo poseemos.Somos fuertes y nobles,los ros sern nuestrosy las aguas doradas delos mares,nuestros sern el pan,el trigo, la espada ylos campos asoleados.Todo nos pertenece.A la alegra vamos".

    Bolivia 1963.III este camino

    Fidel seala el camino.Es fcil pero difcil,hay mucho por hacer,muchos quedan atrs,retroceden,pero la mayora avanzahacia el porvenir.

    IVPregunt:Quin detiene al puebloen su avance hacia el futuro?

    Todos responden "Nadie".Y entre humo y plvoray fusiles,se le ve avanzarde frente a la Historia.V. EllosDnde quedarn los traidoresa sueldo, los vendidos, los pobrediablos?A dnde ir la bazofia del pas,ellos que hablaron de "libertad",

    de "justicia", de "igualdad",cuando miles moran en los campos,(comuneros, campesinos, indiosdesarmados) bajo las balasdel petrleo, de los latifundios,de los explotadores?Dejemos noms que escuchenlos primeros tiros.Dejemos noms que vean alprimer campesino armado.Dirn "es fcil". Y mandarnsus oficiales de plomo y de huiski.Morirn stos. Mandarn otros.Y casi, casi al final

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    se irn arrojando abajode las camas.Se irn a las embajadas.No importa. Los sacaremos desus inmundos huecos,a todos juntos los juzgarel pueblo.Nadie podr pedir clemencia paraellos,pues estn solos.Morirn ante el tribunaldel pueblo.Nadie los llorar.Pronto sern olvidados.

    La Paz, 1963

    VI. Balada del guerrillero que partiUna tarde djole a su amada"Me voy, ya es tiempo de lluvias.todo est anegadola vida se me envuelve en la gargantano puedo resistir mas opresin.Mientras mis hermanosmueren en las sierras por balasasesinas,yo no debo quedar pensativo,indiferente,Adis me voy a los montes

    con los guerrilleros"Se despidi y partiY un da ya estabaarriba, de brazo con los guerrilleros.Fue su mano espada de plata fina,ar, sembr, cosechla tierra,dispar con su fusil rayosde esperanza.y otro da ya estaba muerto,sobre el hombro.Pensativo y triste

    an recuerda a su amadainmemorial por largo tiempo.Y ella lo espera junto al ro,en el puente en donde lo vio partir.Y acaricia su vientre con tristeza,pensando en l, en todos,con su ojos hermososy radiantesmira haca el puente, al ro,a la vida.Y siente en su coraznla esperanza, la nuevaalegra que su amado junt

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    en la tierra.

    PoemaAhora debe ser, Juan, empua tu fusil,Pedro, coge t la treinta.Ahora hablaremos con las armas.Antes era fcil, nos cogan con los gritosen la mano, nos metan en las crceles.Somos menos, no importa. Estamosarmados y con la fe en el pueblo:campesinos, obreros, estudiantes:ahora es el momentolevantmonos todospara sembrar en la tierra,en nuestro Peruna nueva vida con machetes,fusiles, hoces y martillos.

    Quin podr detenernos,si ahora somos menospero seremos todoscontra el puado que gobierna..

    Arte potica

    En verdad, en verdad hablando,la poesa es un trabajo difcilque se pierde o se ganaal comps de los aos otoales.(Cuando uno es joven

    y las flores que caen no se recogenuno escribe y escribe entre las noches,y a veces se llenan cientos y cientosde cuartillas inservibles.Uno puede alardear y decir"yo escribo y no corrijo,los poemas salen de mi manocomo la primavera que derrumbaronlos viejos cipreses de mi calle").Pero conforme pasa el tiempoy los aos se filtran entre las sienes,la poesa se va haciendo

    trabajo de alfarero,arcilla que se cuece entre las manos,arcilla que moldean fuegos rpidos.Y la poesa esun relmpago maravilloso,una lluvia de palabras silenciosas,un bosque de latidos y esperanzas,el canto de los pueblos oprimidos,el nuevo canto de los pueblos liberados.Y la poesa es entonces,el amor, la muerte,la redencin del hombre.

    Madrid, 1961

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    Poemas no publicados

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    PrlogoHa llegado ya elhombre de los maresSeor, abre tu puertaSeor, abre tu coraznque hallegado yael hombre de los mares..

    Gabier Er, 1960

    Nadie te molesta, hermanoNadie te molesta,hermano.Hoy duermes en tu cunaY en tu leche,hoy duermes en tu sueoy en tu noche.

    Qu espantos, qumiedos te cogernen madrugada yte sacudirn enviernes o en sbadoso en sbados convulsos?No. Aqu estoy yo,hermano,velando tu tranquilidady tus noches,mirando tus manosenlazadas con

    la luna,mirando tu rostrohundido en tussus otoales.Invierno. Y aquesttu hermano,tu colcha, tusbana, ytu almohada,y tu hermanopara evitar quengeles perversos

    paseen por tusojospara coger tussueos y arrullarlosfieramente.Hoy, durmiendo,cuidando tu muertepor momentos,evitar que nuevossoles nazcan en tufrente, evitarlas tinieblas y lasruinas,las miserias y,

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    los males,(que hoy se vislumbranen mis ojos)para hacer de ti,hermano,un nuevo hombrenacido aqu enla aurora.

    Junio, 1960

    Poema a un amigoJueves, da ltimo de lainfanciaJueves, viernes das dulcesy amargos para el odoqu sombra que luces

    qu solesdescansabanentufrente

    qu soles te acercabanal pasado,jueves,doce,ltimo, da delos lunespoesa,

    martes de lasemana.Luis, hermano,hoy la humanidadme sabe fuertehoy descansoen mis ojosy en mi voz.