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Articulo de Jon Juaristi
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Sin duda vivir bajo Putin o Maduro resulta más emocionante
NADIE duda de la calidad moral y el com-
promiso con los derechos democráticos
de Vladímir Putin, el antiguo teniente co-
ronel de la KGB que manda en Rusia des-
de el 2000. Pero sí se puede afirmar que lo rodea un
cierto gafe. Desde hace años se da la casualidad de
que sus opositores más encarnizados suelen mo-
rirse, y no precisamente de una gripe. Como bien
denuncia el Kremlin, una mano negra trata de em-
pañar la imagen del admirable estadista ruso ase-
sinando a sus enemigos. El pobre Putin no gana para disgustos y funerales. En 2006 los conspirado-
res frieron a tiros en el ascensor de su casa a la pe-
riodista Ana Politkovskaya, de 48 años, que se ha-
bía hecho célebre por sus durísimas críticas al ca-
marada Vladímir. Ese mismo año, un antiguo colega
de la KGB, Alexander Litvinenko, al que le había
dado por acusar a Putin de tratos íntimos con la
mafia rusa, fue envenenado con polonio radiactivo
en Londres por dos exespías rusos. En 2013, el mag-
nate Boris Berezovski, un enemigo sonado de Pu-
tin refugiado en Inglaterra, se ahorcó en su man-
sión de Ascot. Seguramente acabó con su vida como
signo de arrepentimiento por haber difamado al
buen Vladímir.
Hoy se iba a celebrar en Moscú una manifesta-
ción contra la invasión de Ucrania, convocada por
el líder opositor Boris Nemtsov. Pero el viernes a la
noche salió a dar un paseo por los aledaños del
Kremlin y se dio la trágica casualidad de que acabó
con cuatro tiros en la espalda. Nemtsov era muy crí-
tico con Putin, que lo había calificado de «traidor
nacional». La madre del opositor había pedido a su
hijo que plegase velas, «porque Putin te va a ma-
tar». En nombre del presidente, el Kremlin ha con-
denado «un crimen monstruoso» y nos ha recorda-
do lo obvio: no es más que otro intento de despres-
tigiar al estadista.
Nicolás Maduro es otro inmenso líder un poco
gafe. Kluiverth Roa, un niño de 14 años, se cruzó con
una manifestación opositora. Un policía de Madu-
ro se bajó de su moto y lo mató a tiros sin pestañear,
mientras el chaval imploraba por su vida. El cama-
rada Nicolás está enojadísimo. A pesar de que esta-
ba un poco liado deteniendo ilegalmente y a golpes
al alcalde de Caracas, Maduro ya ha prometido acla-
rarlo todo, a ver qué pasó con ese policía despista-dillo.
Por desgracia, en los soporíferos países donde
manda la odiosa casta no disfrutamos de tantas
emociones. Todo es aburrido, previsible. Con la la-
cra de la casta perduran cosas tan anacrónicas como
la libertad de prensa y el estado de derecho. Con el
régimen de la casta resulta que hasta ministros,
banqueros y yernos de reyes se enfrentan a la jus-
ticia. Afortunadamente, Podemos revertir esta ho-
rrible situación. Por eso muchos analistas y gurús
demoscópicos vaticinan que vamos a votar en masa
a los funcionarios Iglesias y Monedero, tertulianos
patrocinados por el chavismo, que consideran abe-
rrantes a PP y PSOE y creen que Vladímir y Nico-
lás son dos faros de progreso. Pero mucho me temo
–ay– que no va a ser así. El aburrimiento va a dar en
las urnas una pequeña sorpresa, por la sencilla ra-
zón de que los españoles pueden ser muchas cosas,
pero no son ni lerdos ni suicidas.
LUIS VENTOSO
ABURRIDA CASTA
Hay bastante de pensamiento mágico (o de ausencia de
pensamiento) en las diatribas contra Podemos
A comienzos de este mes, Luis María Anson
proponía que los dos partidos mayoritarios
iniciaran sin dilación la puesta en marcha
de una reforma constitucional, ayudándo-
se, si hiciera falta, de un comité de expertos forma-
do por personalidades independientes de probada
experiencia y reputación incuestionable. Parece ob-
vio que tal propuesta, como otras similares que han
ido planteándose en los últimos meses, trataba de ofrecer una alternativa a la apertura de un proceso
constituyente. Tras el debate de esta semana sobre
el estado de la Nación no cabe albergar esperanza
alguna de que el PP y el PSOE secunden iniciativas
semejantes. Estamos ya en plena confrontación pre-
electoral y nadie quiere hablar de consensos de nin-
gún tipo, tras el repliegue de Pedro Sánchez a posi-
ciones de abierto enfrentamiento con Rajoy una vez
desautorizada su retórica irenista desde la ejecuti-
va de su propio partido. Por otra parte, tampoco el
presidente del Gobierno ha urgido con timbres de
desesperación la colaboración patriótica de un par-
tido socialista que se deshace aceleradamente. Los
lamentos de la derecha por la suerte de la socialde-
mocracia suenan a regocijo imposible ya de disimu-
lar. En el fondo, no es sólo un problema de incapa-
cidad de alcanzar grandes acuerdos de Estado. Hay
otro factor importante, a mi juicio: ni los socialistas
ni los conservadores se acaban de creer lo que, por
otra parte, no cesan de afirmar: que Podemos repre-
sente una amenaza para el sistema. Hay bastante
de pensamiento mágico (o de pura ausencia de pen-
samiento) en las diatribas contra los populistas de
Somosaguas, algo así como un recurso al exorcis-
mo. Como si se diese por supuesto que al verse pre-
sentados como unos totalitarios sedientos de san-
gre se apaciguarán espontáneamente.
Me recuerda mucho esta superstición a la que
predominó en el País Vasco de los años ochenta del
pasado siglo, es decir, durante la época en que ETA
se hinchó de matar. Los partidos democráticos mon-
taban mesas por la paz para obligar a Herri Batasu-
na a distanciarse de la banda y convertirse en algo
así como un PNV cargando a la zurda. A un sector
de la izquierda abertzale no le repugnaba aparentar
que ya estaban en ello. Por descontado, no pasaba
de ser una maniobra de distracción, cara a la gale-
ría europea. Cuando el escritor alemán Hans Mag-
nus Enzensberger visitó el País Vasco a mediados
de aquella década, mantuvo sendas entrevistas con
Arzalluz, presidente a la sazón del PNV, y con Iñaki
Esnaola, que pasaba por ser el más dialogante y ci-
vilizado de los dirigentes filoetarras. Arzalluz le ha-
bló a Enzensberger de las armas enterradas en los
caseríos vascos, prestas para ser usadas en una in-
surrección independentista. Esnaola trató de con-vencerle de que ETA era una organización socialde-
mócrata que quería aplicar en el País Vasco el mo-
delo sueco. Pues bien, un síndrome bastante parecido
de discursos cruzados caracteriza ahora, no ya al
nacionalismo vasco, sino a la izquierda. Zapatero y
Moratinos montan una peregrinación bolivariana
(evitando, eso sí, a Maduro, cuya Policía mata a ado-
lescentes) mientras los de Podemos se disfrazan de
socialistas escandinavos.
Quizá se exagere al presentar a Podemos como
un ejército de orcos en agraz, pero no parece que
estén muy dispuestos a renunciar a su horizonte
utópico, que pasa por barrer la Constitución de con-
senso (el «régimen de 1978») e imponer otra de par-
tido, aunque para ello necesiten hacerse los sue-
cos, como los batasunos de un ayer no tan remoto.
Es ya demasiado tarde para reformas como la que
Anson propone y los dos partidos mayoritarios pa-
recen más lejos que nunca de cualquier consenso
constituyente.
PROVERBIOS MORALES
JON JUARISTI
EXORCISMOS
PUEBLAVIDAS EJEMPLARES
14 OPINIÓN abc.es/opinion DOMINGO, 1 DE MARZO DE 2015 ABC
ABC (Madrid) - 01/03/2015, Página 14Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.