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Las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (las JONS) y Falange Española. Las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (las JONS), de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, representaban la polarización máxima de la derecha, en versión fascista en este caso, y dentro de la corriente totalitaria de los años treinta. Con la fundación de estos grupos nos encontramos por primera vez ante un movimiento de extrema derecha que no dudaba en utilizar la violencia como método de acción política para la conquista del Estado. Más adelante estos grupos se fusionarían con Falange Española hasta formar, en febrero de 1.934, un grupo único FE y de las JONS, formación politica con importante participación en los acontecimientos de la Guerra Civil y en el régimen franquista. Falange Española es, tal vez, el conjunto de pensamiento político más original de la derecha española. Aunque no cuente con un bagaje teórico voluminoso, no posea una fundamentación teórica muy elaborada y sin ser del todo original, sino afecto de un cierto eclecticismo, no por ello ha dejado de tener importancia y capacidad de convocatoria. De su ideario no cabe excluir un proyecto regeneracionista para España, aunque visto desde otra perspectiva distinta. El falangismo se adhiere también a bastantes postulados del movimiento fascista europeo, aunque adaptándolos a la realidad española, lo que evitó que este derivara hada el totalitarismo, a diferencia del fascismo continental. Las características fundamentales del falangismo eran las siguientes: a) Falange Española era profundamente nacionalista, entendido este nacionalismo en un sentido español total, y aún iberista, y no exclusivamente castellanista. El nacionalismo era beligerante frente al proceso de disolución de España que representaba el separatismo: “España és una unidad de destino en lo universal. Todo lo que conspire contra esta unidad es repulsivo; todo separatismo un crimen que no perdonaremos.” decían. El antídoto contra el separatismo y la decadencia era una nueva concepción de España desde su pasado imperial, entendido este como la tarea común que había unido a los españoles en una unidad de acción con proyección universal. La idea de reconstruir el Estado desde la idea imperial, del imperio americano en este caso, se emparentaba con la idea de Mussolini de reconstruir el suyo desde la idea imperial romana. b) El antiliberalismo y el antiparlamentarismo eran otras dos características destacadas del falangismo, comunes también con el fascismo europeo. Al liberalismo achacaban su carácter excesivamente individualista, manifestando frente a él un rechazo absoluto a los 'partidos políticos, cuya tarea, según afirmaban, era principalmente “…hacer propaganda electoral, dormitar en los escaños del Congreso, adular a los electores, aguantar sus impertinencias, porque de los electores iban a recibir el poder…”; la democracia inorgánica, por tanto, cuyo soporte fundamental eran los partidos políticos, debía ser abolida para sustituirla por la democracia orgánica, cuyos fundamentos eran las “unidades naturales”: la familia, el municipio y las corporaciones laborales (sindicatos).

Jons y Falange

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Page 1: Jons y Falange

Las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (las JONS) y Falange Española. Las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (las JONS), de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, representaban la polarización máxima de la derecha, en versión fascista en este caso, y dentro de la corriente totalitaria de los años treinta. Con la fundación de estos grupos nos encontramos por primera vez ante un movimiento de extrema derecha que no dudaba en utilizar la violencia como método de acción política para la conquista del Estado. Más adelante estos grupos se fusionarían con Falange Española hasta formar, en febrero de 1.934, un grupo único FE y de las JONS, formación politica con importante participación en los acontecimientos de la Guerra Civil y en el régimen franquista. Falange Española es, tal vez, el conjunto de pensamiento político más original de la derecha española. Aunque no cuente con un bagaje teórico voluminoso, no posea una fundamentación teórica muy elaborada y sin ser del todo original, sino afecto de un cierto eclecticismo, no por ello ha dejado de tener importancia y capacidad de convocatoria. De su ideario no cabe excluir un proyecto regeneracionista para España, aunque visto desde otra perspectiva distinta. El falangismo se adhiere también a bastantes postulados del movimiento fascista europeo, aunque adaptándolos a la realidad española, lo que evitó que este derivara hada el totalitarismo, a diferencia del fascismo continental. Las características fundamentales del falangismo eran las siguientes: a) Falange Española era profundamente nacionalista, entendido este nacionalismo en un sentido español total, y aún iberista, y no exclusivamente castellanista. El nacionalismo era beligerante frente al proceso de disolución de España que representaba el separatismo: “España és una unidad de destino en lo universal. Todo lo que conspire contra esta unidad es repulsivo; todo separatismo un crimen que no perdonaremos.” decían. El antídoto contra el separatismo y la decadencia era una nueva concepción de España desde su pasado imperial, entendido este como la tarea común que había unido a los españoles en una unidad de acción con proyección universal. La idea de reconstruir el Estado desde la idea imperial, del imperio americano en este caso, se emparentaba con la idea de Mussolini de reconstruir el suyo desde la idea imperial romana. b) El antiliberalismo y el antiparlamentarismo eran otras dos características destacadas del falangismo, comunes también con el fascismo europeo. Al liberalismo achacaban su carácter excesivamente individualista, manifestando frente a él un rechazo absoluto a los 'partidos políticos, cuya tarea, según afirmaban, era principalmente “…hacer propaganda electoral, dormitar en los escaños del Congreso, adular a los electores, aguantar sus impertinencias, porque de los electores iban a recibir el poder…”; la democracia inorgánica, por tanto, cuyo soporte fundamental eran los partidos políticos, debía ser abolida para sustituirla por la democracia orgánica, cuyos fundamentos eran las “unidades naturales”: la familia, el municipio y las corporaciones laborales (sindicatos).

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c) La Falange se manifestaba como anticapitalista y antisocialista. Anticapitalista porque hacían responsable al capitalismo de haber generado las desigualdades sociales, en beneficio de los ricos, enriquecidos a expensas de los pobres, y antisocialista por antimarxista. Según el ideario falangista, el marxismo era internacionalista, lo que chocaba con el nacionalismo extremo que profesaba la Falange. El marxismo, además, con su dogma esencial de la lucha de clases, había sembrado el odio en la sociedad, generando la división entre los hombres que la forman. En principio, Falange Española y de las JONS tuvo escasa implantación entre los medios campesinos y obreros. En las elecciones de 1.933, José Antonio obtuvo escaño, aunque como independiente por la circunscripción de Cádiz. Su implantación era mayor en la Universidad, en donde el enfrentamiento con otras fuerzas políticas de izquierda llegó a ser muy violento. Los falangistas se organizaron en cuerpos paramilitares uniformados, a imitación de los “camisas negras italianos” o los “camisas pardas hitlerianos”; adoptaron el saludo romano y el símbolo del yugo y las flechas, que procedía de los Reyes Católicos. El modelo de Estado falangista era fuertemente centralizado, jerarquizado mediante el vínculo de la obediencia debida y la disciplina, y superador de la lucha de clases, para lo cual trataba de organizar la producción en estructuras verticales, es decir, en sindicatos organizados por ramas de producción, en donde trabajasen conjuntamente patronos, técnicos y obreros. El Estado, sería el árbitro y garante en la solución de los conflictos. Así pues nos encontraríamos, por tanto, ante un Estado paternaIista y fuertemente autoritario, que rozaba los límites del totalitarismo. A partir de 1.936 la afiliación a Falange Española se hizo más intensa, tendencia que se incrementó nada más iniciarse la Guerra Civil con gentes procedentes de las antiguas organizaciones de derecha, disueltas o desorganizadas hacia el final del Bienio radical-cedista.

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