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Lamento y madrigal sobre Palmira El polvo, el tiempo, áspera y difícil soledad, desolado mantel seco: aquí no hubo nunca el caserío, la planta, los dedos de la lluvia: tierra rota hasta la harina, paisaje ciego que el viento cambia de lugar. Rara vez en la deshabitada sábana que huye, un cuerpo, una pareja; nunca la moneda o la cruz incomprensible del descubridor, nunca la ruina duradera de dios en el erial perdido; ni lágrimas, ni espinas, ni vidrios rotos para la pisada antigua del aborigen, porque sólo destrozo, sólo agria piel de arena, sólo semanas y siglos que bajan a Palmira por la delgada cintura del aire, sólo aire. Yo, que salí de mujer como del alba, que ardí, que he muerto pocas veces todavía y todavía espero por las cosas, hoy vuelvo con la misma camisa que tocaron los pechos de tantas despedidas, vuelvo y te encuentro en tu liviana muerte de materia, y me detengo, no por duda en los pies, no de paso a la ciudad: es por destino, y traigo mi alma llena de tu páramo, de escombros, de huesos cuyo nombre reconozco y debo enterrar inútilmente: sólo lamento y plural dolor el alma. Porque en las visitas, en las fiestas donde alguien agoniza, porque en los restaurantes, en los diarios, en la gente que habita casas y familias, hay alguien que dice algo, hay un suceso caído como un muerto tras la puerta, sufro de noticias, de necesidades puras, y no puedo más, no puedo despegarme de fantasmas que corren buscando domicilios, no puedo sino escuchar con el oído

JORGE ADOUM-Lamento y Madrigal Sobre Palmira

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Lamento y madrigal sobre Palmira

Lamento y madrigal sobre PalmiraEl polvo, el tiempo, speray difcil soledad, desoladomantel seco: aqu no hubonunca el casero, la planta,los dedos de la lluvia:tierra rotahasta la harina, paisaje ciegoque el viento cambia de lugar.

Rara vez en la deshabitadasbana que huye, un cuerpo,una pareja; nunca la monedao la cruz incomprensibledel descubridor, nunca la ruinaduradera de dios en el erial perdido;ni lgrimas, ni espinas, ni vidriosrotos para la pisada antiguadel aborigen, porque slo destrozo,slo agria piel de arena,slo semanas y siglos que bajana Palmira por la delgadacintura del aire, slo aire.

Yo, que sal de mujer como del alba,que ard, que he muerto pocas vecestodava y todava espero por las cosas,hoy vuelvo con la misma camisaque tocaron los pechos de tantas despedidas,vuelvo y te encuentro en tu livianamuerte de materia, y me detengo,no por duda en los pies, no de pasoa la ciudad: es por destino,y traigo mi alma llena de tu pramo,de escombros, de huesos cuyo nombrereconozco y debo enterrar intilmente:slo lamento y plural dolor el alma.

Porque en las visitas, en las fiestasdonde alguien agoniza, porqueen los restaurantes, en los diarios, en la genteque habita casas y familias,hay alguien que dice algo, hay un sucesocado como un muerto tras la puerta,sufro de noticias, de necesidadespuras, y no puedo ms, no puedodespegarme de fantasmas que correnbuscando domicilios, no puedosino escuchar con el odo

apegado al alma.

Ah solitariaabandonada por la voz, ah dejadadel duradero ro, gran cementerio general:frente a tu mar que esparce su esqueletolloro y digo, no rezo, no prometo, pero piensoen los muertos a escondidas de m,en la alta gavilla de los seres que a la tierravolvieron por la terca hipotenusa.

Si a tu orilla general, sia la ceniza de tu edad incierta,si a tu aventura de obstinadoduelo, como el animal de nuestra tributriste, yo fuera con mis uasa escarbar la ltima arcillaque busca mi vasija, fuerael arenero que te aclama.

Yo te amo, distancia y resistencia, amoel cristal vencido de tu oscurasubstancia donde no encuentro golpeadaa la familia, no encuentro la multitudque alguien azota, ni las habitacionesni las piedras de las habitaciones,y aun as, aun debiendo con los labiosir a tocar la frutal ternurade mi ciudad, de mi escuela y sus tinterosderramados, yo vengo aqu primero,y aun aqu est la patria,su cuerpo torrencial o el granizoviolento que a veces me golpeabael corazn.Balda propiedadde mi nico territorio: acogeestos trozos de ajenas desventurasque tambin me pertenecen.

deEcuador Amargo, 1949___________________________________________________Resumen de la infanciaAnte todo, es preciso ordenar la infanciacomo un pas disperso, hallar las fechasde su lmite: la dulce iniciacinen la desobediencia, la cerraduraque por necesidad puse a mi alcobao la primera mujer que se guard la nocheentre sus telas estriles, sus prpados.

Y descubr de pronto que nadie compartamis costumbres: la muerte haba entradoantiguamente al patio, a la bodega,y yo creca sobre un osario familiar.No s por qu, porque s, por puragana, cambi las rdenes para la cena,el sitio de los adornos, el preciode las plumas; odi el muroque cercaba la via y el camino de orinaa los establos. Y ya no pude vivir ms,no poda establecer mi edad, mi oficio,destruir la seguridad de cada dao levantar los prpados hacia la luzde afuera: un hombre pasaba sin llorarbajo la lluvia, las aldeanascompletaban su cuerpo entre la hierba,pero deba conservar la herencia intacta,conocer los secretos del ganado,calcular la distancia entre mi secaseguridad y la aventura.

As empeca soar solamente con la llave,con la baha donde nadie hubieraa despedirme, con migraciones de pjarosazules. No era la pegajosa soledadlo que buscaba sino una familiadiseminada en la distancia, unahora de paz bajo los rboles, una hojasin odio entre mis manos.

deNotas del hijo prdigo, 1953__________________________________________________________

No es nada, no temas, es solamente AmricaCuando supe(porque yo soy as, aquel que se levantaa golpes, se desentierra, se pone el cuerpoque dej en la silla, la esperanza que ya nole serva sino como una mala dentadura,y sale, ms bien se saca, para ver cmo han idolos das de all afuera, cmo sigue la insolenteestatua de los dictadores, casco arriba y cascoabajo, animal de baraja, ponindose malamadre por su cuenta, mala hostia en el veranoenamorado, mala piedra en su roco, su memoria,solo para que tropiece el desterrado, caigaapenas, a duras penas, crea que se equivoca,que no tiene razn en su raz)me despert

asustado. En dnde estoy, grit, despusde tanto esfuerzo, hasta cundoes antes todava, cmo me llamoentonces, para qu me llamo.

(Porque todoola a siempre, a sufrimiento viejo, muertede ayer que no vali de nada, absurdoen que han quedado restos de la telaraadacena, y todava, todava hay que ponerla mesa, camareros, perezosos profetasconsuetudinarios, ponerle voluntad al pan,servir el desayuno de los pobres, sin tantoregresar a hoy, error de fecha, digo,y tantos siglos sin lavar la servilleta.)

Y no pude seguir desaprendiendo a purahistoria, y no pude apretarle el cinturnal corazn para que aguante. Mejor nos fuimos,prjimo y yo, a rehacer lo roto, los vestidos,a preparar las vsperas.An no he vueltoy no s cundo volver a morir: no tengo tiempo.

deYo me fui con tu nombre por la tierra, 1964.__________________________________________________________It was the lark, bichito, no nightingale*No es fcil injertarse en ti, sima ma.Me doy cuenta de que fue risa y no toslo que te dije, y debo despensar las cosasque puse en tu silencio, y salir de tus bocas dey dejarte, mitad sola, gastada por mis vellos.Es el da consuetudinario, conozco su censura.Se dira que el agua usada del llanto desbordarade anteojos, bales, bodegas, por mi culpa,que todas las guerras que pacen amarradasse fueran galopando a comer, solo porqueme olvid de sufrir anoche, y fuera el centinela,o me hubiera ido a volver, descuidando la tierra.

No es fcil ser feliz: primero, no nos dejany, quin sabe, ser tambin la falta de costumbreo tal vez haya que aprender, pero cmo, desterrado.

Met amor en esa habitacin de cejijunto,en esta slida soledad que debo hacer a un ladopues no cabemos ya los dos al mismo tiempo,mas parece que hubiera que aguantar toda la vida,

hacer cola en el mundo, esperar que los demspasen primero a casarse o comer o a sus negocios,para empezar a vivir sin sentirse culpable,conmutndome a tu lado la pena de durar.

* It was de lark, the herald of the morn, no nightingale de la escena quinta del acto tercero de Romeo y Julieta, de Shakespeare.

deCurriculum Mortis, 1968

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La visita(Captulo de novela)Llamo a la puerta.-Quin es, pregunto.-Yo, contesto.-Adelante, digo.Yo entro.Me veo al que fui hace tiempo.Me espera el que soy ahora.No s cul de los dos est ms viejo.

deCurriculum Mortis, 1968Del libroAntologa potica, Visor, Madrid, 1998.