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Jorge Tena Reyes - Ponencias. Semana Internacional en Homenaje a Pedro Henríquez Ureña

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Respondiendo a esta iniciativa oficial ha sido invitado un grupo dedestacados intelectuales hispanoamericanos junto a Natacha y Sonia Henriquez Lombardo, hijas del distinguido intelectual dominicano,para que, reunidos en Santo Domingo, se pudiera realizar la SemanaInternacional en Homenaje a Pedro Henriquez Ureña en el Cincuentenariode su Muerte, entre los días 6 y 11 de mayo.Las ponencias preparadas para el desarrollo de este evento serecogen en el presente volumen que incluye, además, los testimonios deadhesión de instituciones vinculadas al quehacermagisteriale intelectualde don Pedro Henriquez Ureña, durante su periplo por México, Españay Argentina. Se incluye también en este tomo la Resolución del VIII Forode Ministros de Cultura y Encargados de las Políticas Culturales deAmérica Latina y el Caribe, celebrado en Managua (Nicaragua) en elpasado mes de marzo, mediante la cual se reconoció a Pedro HenriquezUreña como "Maestro de Cultura Americana".

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  • PONENCIASDE LA SEMANA INTERNACIONAL

    EN HOMENAJE A PEDRO HENRQUEZ UREAEN EL CINCUENTENARIO DE SU MUERTE

    1946-1996

  • Secretara de Estado de Educacin, Bellas Artes y Cultosde la Repblica Dominicana

    PONENCIASDE LA SEMANA INTERNACIONAL

    EN HOMENAJE A PEDRO HENRQUEZ UREAEN EL CINCUENTENARIO DE SU MUERTE

    1946-1996

    Editor:DR. JORGE TENA REYES

    Santo Domingo, D. N.6 - 11 de mayo de 1996

  • Pedro Henrquez Urea(1884-1946)

  • CONTENIDO

    Homenaje a Pedro Henrquez Urei'ia,por el Dr. Jorge Tena Reyes xvii

    ADHESIONES 1

    Universidad de Buenos Aires (Argentina) 3Mario O'Donnell, Secretara de Cultura de la Nacin

    (Argentina) 4Universidad Nacional de la Plata S

    Proyecto de Resolucin del VIII Foro de Ministros deCultura y Encargados de las Polticas Culturales deAmrica Latina y el Caribe celebrado en Managua(Nicaragua), mediante la cual se reconoce a PedroHenrquez Urea como Maestro de Cultura Ame-ricana. 6

    Real Academia Espaola.................................................. 8

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico 9

    Fondo de Cultura Econmica, Mxico.... 11

    El Colegio de Mxico, A.e. 12

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  • x PONENCIAS

    PONENCIAS 19

    ALCNTARA ALMNZAR, JOS (Repblica Dominicana):Pedro Henrquez Urea ante la cultura y la letrasdominicanas........................................................... .... 21

    ALVAREZ, SOLEDAD (Repblica Dominicana):La pasin dominicana de Pedro Henrquez Urea.... 38

    ANDERSON-IMBERT, ENRIQUE (Argentina):Pedro Henrquez Urea: teora de los valores 69

    BALCRCEL ORDOEZ, Jos LUIS (Guatemala):Pedro Henrquez Urea precursor de los estudioslatinoamericanos 83

    BARCIA, PEDRO LUIS (Argentina):Pedro Henrquez Urea y los debates de larevista Sur................................................................... 100

    CASTIEIRA DE DIOS, Jos MARA (Argentina):El americanismo humanista y militante deHenrquez Urea 142

    CERUTII-GULDBERG, HORACIO (Argentina):Pensador generoso 148

    DURN, DIONY (Cuba):Pedro Henrquez Urea fundador de una escrituracrtica 179

    KOVACCI,OFELlA (Argentina):Pedro Henrquez Urea y sus estudios sobre elespaol de Amrica.................................................... 198

  • CONTENIDO xl

    KAAUSE, ENRIQUE (Mxico):El crtico errante: Pedro Henrquez Urea 214

    MARIEZ, PABLO (Repblica Dominicana):Pedro Henrquez Urea y la aportacin culturalcaribea en Mxico 261

    MARTNEZ, Jos LUIS (Mxico):Pedro Henrquez Urea 1884-1946. Vida y obra.Un resumen 292

    MATUTE, ALVARO (Mxico):Antonio Caso, Henrquez Urea y el Positivismo.Breve historia de una relacin 305

    PREZ DE JUREZ, Luz ALTAGRACIA (Repblica Dominicana)La tarea de Pedro Henrquez Urea en el Ateneode la Juventud 325

    PREZ DE LA CRUZ, ROSA ELENA (Repblica Dominicana):La funcin de la utopa en la Amrica hispnicasegn Pedro Henrquez Urea 349

    RICARDO GARCELL, YOLANDA (Cuba):Las Antillas en el pensamiento americanista dePedro Henrquez Urea 364

    TORCHIA ESTRADA, JUAN CARLOS (Argentina):Pedro Henrquez Urea y la historiografa de lasideas de Amrica Latina 381

    ZEA, LEOPOLDO (Mxico):Pedro Henrquez Urea y la raza csmica 402

  • xii PONENCIAS

    PEDRO HENRQUEZ UREA: ECOS INTERNACIONALESEN EL AO DE SU MUERTE (1946) 407

    Cortina, Augusto: Cmo muri Pedro Henrquez Urea. 409

    Martnez Estrada, Ezequiel: Homenaje a Pedro HenrquezUrea (palabras pronunciadas en el acto de susepelio) 412

    Amorim, Enrique: Despedimos a Henrquez Urea 416

    Valle, Rafael Heliodoro: Consternacin por la muerte deun sabio 418

    Franco Omes, Pericles: Pedro Henrquez Urea y supatria la Repblica Dominicana 421

    Maach, Jorge: Xirau y don Pedro .. 428

    Salazar, Adolfo: La Espaa de Pedro Henrquez Urea .... 432

    Guerrero, Francisco: Autores y libros: Recuerdos dePedro Henrquez Urea 436

    Mantovani, Juan: Pedro Henrquez Urea 443

    Gonzlez Sim, Blanca: Ante la prdida de PedroHenrquez Urea 448

    Herrera, Csar: Pedro Henrquez Urea prcer de lacultura americana.. 451

    H. G.: Pedro Henrquez Urea 455

  • CONTENIDO xiii

    Amado, Miguel: Pedro Henrquez Urefia 459

    Tomer, Florentino M.: Pedro Henrquez Urefia 462

    Edicin especial de La Universidad (Managua-Nicaragua),que recoge los artculos publicados originalmente enEl Universal (Mxico), del 7 de junio al4 de octubre de1946:

    De la Selva, Salom6n: In Memoriam P.H.U.1. Su ciudadana espiritual. 467

    11. La vida en los amigos .. 474III. Leccin del Pervigilium 482IV. John Maynard Keynes 486V. Recuerdos neoyorquinos 490

    VI. La fiereza de Afrodita......... 494VII. Los chicos del barrio 498

    VIII. Teora del amor 502IX. La educacin como conspiracin y sacerdocio 508X. Dionisada........................................................ 512

    XI. La llada 516

    Serrano Poncela, Segundo: Pedro Henrquez Urefia elhumanista "............................................ 522

    Ochoa Campos, Moiss: Henrquez Urefia,revolucionario 526

    Julia, Julio Jaime: Recuerdo de Pedro Henrquez Urefia ... 531

  • xiv PONENCIAS

    Edicin especial de Letras de Mxico, 9 (125): 5 jul., 1946:Abru Gmez, E.: Henrquez Urea 536

    Caso, Alfonso: Pedro Henrquez Urea 538Novo, Salvador: Pedro Henrquez Urea 540

    Quijano, Alejandro: La memoria de Pedro HenrquezUrea 544

    Reyes, Alfonso: Evocacin de Pedro HenrquezUrea 546

    Vasconcelos, Jos: Vivi en los amigos 557

    Zavala, Jess: Pedro Henrquez Urea .. 560

    Dickmann, Margarita: Pedro Henrquez Ureaen la ctedra............................................................... 570

    Chacn y Calvo, Jos Mara: Un maestro de la cultura:Pedro Henrquez Urea 573

    Sann Cano, Baldomero: Un recuerdo: Henrquez Urea. 578

    Edicin especial de Sur (Bs. Aires - Argentina), jul., 1946:Alonso, Amado: Pedro Henrquez Urea investigador 581

    Anderson Imbert, Enrique: Pedro Henrquez Urea ..... 588

    Jimenez, Juan Ramn: Invierno anunciador(poema dedicado a P.H.U.) 601

    Romero, Francisco: Un humanista de nuestro tiempo 607

    Castro Leal, Antonio: Pedro Henrquez Urefia,humanista americano (conferencia) 617

  • CONTENIDO xv

    Edicin especial de Juventud Universitaria (CiudadTrujillo, Repblica Dominicana), 2 (15): jul., 1946:Avelino, Andrs: Pedro Henrquez Urea,

    humanista y filsofo 641

    Casado Soler, Ram6n Rafael: Pedro Henrquez Urea,buscador de Amrica 654

    El homenaje tributado por la Universidad[de Santo Domingo] al humanistaPedro Henrquez Urea 655

    Goico Castro, Manuel de Jess: Apuntes para unabibliografa acerca de Pedro Henriquez Urea ..... 659

    --------. Ecos de los homenajes tributados a PedroHenrquez Urea en Argentina, Mxico, Cuba yUruguay 661

    --------. Pedro Henrquez Urea, el maestro distante. 670

    Henrquez Urea, Max: Obras de Pedro HenrquezUrea 679

    Honrar, honra (editorial) 683Las escuelas del pas rindieron un homenaje al ilustre

    educador dominicano Pedro Henrquez Urea.Texto de la Ley que designa el edificio de aulas dela Facultad de Filosofa con su nombre 685

    Nolasco, Flrida: Pedro Henrquez Urea, fillogoy folklorista 688

    Prez, Carlos Federico: Perfiles de Pedro HenrquezUrefia 703

    Pia Puello, Lorenzo E.: Pedro Henrquez Urefia elhombre, ha muerto .-................. 707

  • xvi PONENCIAS

    Uuventud Universitaria, cont.]:Resumen biogrfico [del Homenaje a Pedro

    Henrquez Urea] 712Rodrguez Demorizi, Emilio: Dominicanidad de

    Pedro Henrquez Urea (fragmento) 714

    Mazzei, Angel: Pedro Henrquez Urea 718

    NDICE DE AUTORES 723

  • HOMENAJE A PEDRO HENRQUEZ UREA

    En ocasin de cumplirse el 11 de mayo en curso, cincuenta aos dela muerte de Don Pedro Henriquez Urea, el gobierno dominicano, atravs de la Secretaria de Estado de Educacin, Bellas Artes y Cultos,consider oportuno rendirle un tributo de recordacin al ms clebre yuniversal de los humanistas nacidos en nuestro pas, comparable en laAmrica de habla castellana slo con Andrs Bello, si nos hacemos ecode la autorizada apreciacin del nicaragense Salomn de la Selva.

    Respondiendo a esta iniciativa oficial ha sido invitado un grupo dedestacados intelectuales hispanoamericanos junto a Natacha y SoniaHenriquez Lombardo, hijas del distinguido intelectual dominicano,para que, reunidos en Santo Domingo, se pudiera realizar la SemanaInternacional en Homenaje a PedroHenriquez Urea en el Cincuentenariode su Muerte, entre los das 6 y 11 de mayo.

    Las ponencias preparadas para el desarrollo de este evento serecogen en el presente volumen que incluye, adems, los testimonios deadhesin de instituciones vinculadas al quehacermagisteriale intelectualde don Pedro Henriquez Urea, durante su periplo por Mxico, Espaay Argentina. Se incluye tambin en este tomo la Resolucin del VIII Forode Ministros de Cultura y Encargados de las Polticas Culturales deAmrica Latina y el Caribe, celebrado en Managua (Nicaragua) en elpasado mes de marzo, mediante la cual se reconoci a Pedro HenriquezUrea como "Maestro de Cultura Americana".

    Junto a estas ponencias y adhesiones, se recogen los ensayos de otrosrenombrados escritores hispanoamericanos que por razones ajenas a su

    [xvii]

  • xviii PONENCIAS

    voluntad nopudieron asistiral evento, pero que con sus valiosos aporteshan dejado constancia de su admiracin hacia la personalidady la obradel maestro dominicano. Vale citar en este orden los trabajos de losargentinos Enrique Anderson Imbert, Jos Maria Castieira de Dios,Horacio Cerutti-Guldberg, Ofelia Kovacci, Juan Carlos Torcha Estraday de los mexicanos Enrique Krause y Leopoldo Zea.

    Los temas dilucidados en esta Semana Internacional ofrecen unaamplia visin acerca de las inquietudes ms relevantes de PedroHenriquez Urea durante su incesante bsqueda de la identidadamericana y la difusin de nuestra realidad cultural; pero sobre todo, supreocupacin por darle a la cultura de nuestro continente la dimensinque l le reconoca.

    La serenidad de laprosa de Pedro Henriquez Urea, sus inquietudespor la pureza de nuestro idioma, su concepcin socio-filosfica y suhumanismo universal, aparecen analizados por los distintos autoresque, de manera espontnea y generosa, han hecho posible el contenidode esta obra.

    Nuestro agradecimiento al Instituto de Literatura y Lingstica deCuba, en la persona de su Directora la Dra. Yolanda Ricardo, por sugenerosidad al permitirnos reproducir en este volumen el materialperiodstico puesto a su cuidado, que recoge los ecos internacionales dela muerte de Pedro Henriquez Urea.

    Para todos los que con su talento y vasta cultura participan, directao indirectamente, en este encuentro, la gratitud delgobierno y delpueblodominicanos, pues gracias a ellos se ha hecho posible este homenaje auna figura que si bien nacida en nuestro pas, es una gloria indiscutiblede toda la Amrica.

    DR. JORGE TENA REYES

    Sub-Secretario de Estado de Educacin, Bellas Artes y CultosEncargado de los Asuntos Culturales

    Mayo, 1996.

  • ADHESIONES

  • UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRESRector

    Buenos Aires,[12 de marzo de 1996)

    Sefior Subsecretario:

    Tengo el agrado de dirigirme a Usted para expresarle la adhesinde la Universidad de Buenos Aires a la semana de homenaje al ilustrefillogo dominicano Pedro Henrquez Urea que el gobiernodominicano organiza en el prximo mes de mayo como recuerdohacia quien nos honrara con su proficua labor como profesor einvestigador en la Facultad de la Filosofa y Letras de nuestraUniversidad. Su importantsima produccin as como las profundashuellas que dejara en sus muchos discpulos hicieron de l un ejemplopara generaciones de estudiantes y docentes de esta casa. En este afio,en el que la Universidad de Buenos Aires celebra su 17S aniversario altiempo que su Facultad de Filosofa y Letras completa su primercentenario, la memoria de Pedro Henrquez Urefia encuentra su lugarentre el grupo de los ms selectos profesores que integraron nuestrosplanteles.

    En nombre de la Universidad de Buenos Aires y en el mo propiodeseo transmitirle nuestra congratulacin por la realizacin de tanmerecido homenaje y expresarle que acompafiamos a los organizadoresy participantes en los actos con nuestro clido sentimiento, nuestrarespetuosa memoria y nuestra fundada razn.

    Reciba Usted las expresiones de mi ms alta consideracin.

    OseAR JULIO SHUBEROFF

    Rector

    Doctor Jorge Tena ReyesSubsecretario de Asuntos CulturalesSecretara de Estado de Educacin, Bellas Artes y CultosSanto Domingo

    [3]

  • 4 PONENCIAS

    SECRETARIO DE CULTURA DE LA NACIN

    Buenos Aires, 18 de marzo de 1996

    DoctorJorge Tena ReyesSecretario de Asuntos CulturalesSecretara de Estado de Educacin,Bellas Artes y Cultos.Santo Domingo,Repblica DominicanaPresente

    De mi consideracin:

    Tengo el agrado de dirigirme a Usted a fin detransmitirle mi adhesin a los actos organizados en homenaje delhumanista dominicano D. Pedro Henrquez Urea.

    Al mismo tiempo, me complace hacerle saberque en representacin de la Secretaria de Cultura de la Nacin, a micargo, he designado al prestigioso intelectual argentino Dr. Pedro LuisBarcia.

    Deseo manifestarle mi ms clido recono-cimiento a la siembra generosa de D. Pedro Henrquez Urea entre losargentinos.

    Profesor, ensayista, fillogo e historiador, supreclaro humanismo ilumina el pensamiento latinoamericano.

    Hago propicia la ocasin para saludarlo con lasexpresiones de mi consideracin ms distinguida.

    DR. MARIO O'DoNNELLSecretario de Cultura

    De la Nacin

  • ADHESIONES

    UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATAPresidente

    5

    La Plata, 20 de marzo de 1996

    ADHESION DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA ALHOMENAJE A TRIBUTARSE A DON PEDRO HENRQUEZ UREA,CON MOTIVO DEL CINCUENTENARIO DE SU FALLECIMIENTO

    Desde 1924 hasta su fallecimiento en 1946, Don Pedro HenrquezUrea honr con su vida y obra extraordinarias, los claustros denuestra Universidad.

    Hombre culto, erudito, escritor, maestro, patriota de AmricaHispana, espritu universal, trabajador formidable hasta el fin de susdas.

    La lingstica, la literatura, la crtica literaria, la educacin, seenriquecieron de modo permanente con sus trabajos rigurosos,originales y estimulantes.

    En los muchos lugares en que su ajetreada vida de intelectualcomprometido debi buscar refugio, supo recompensar con creces elpuesto que se le brindaba, prodigando los dones de su ser excepcional.

    Quienes fueron sus alumnos han dado testimonios del respeto ygratitud que les inspiraba y del entusiasmo y amor por el saber quesupodespertar en ellos con su ejemplo de enseanzas. Las generacionessucesivas han ido conociendo y valorando a Henrquez Urea, noslo por la frecuentacin de su obra sino tambin por la de susdiscpulos; bella manera de darse el paradigma del maestro.

    Aunque en vida supo mucho ms de trabajos y aflicciones que delos justos reconocimientos merecidos, la Universidad Nacional de LaPlata, entiende que es tiempo de evocarlo dignamente y se suma conuncin a este homenaje.

    PROF. ING. LUIS JULlN LIMAPresidente Universidad Nacional de La Plata

  • 6 PONENCIAS

    PROYECfO DE RESOLUCIN

    PRESENTADO POR REPBUCA DOMINICANA, CUBA, MXICO,ARGENTINA Y PUERTO RICO

    CONSIDERANDO que el!! de Mayo del ao en curso se cumplenSO aos del fallecimiento del ilustre dominicano Don Pedro HenrquezUrea.

    CONSIDERANDO que Don Pedro Henrquez Urea, adems deser un gran maestro, crtico literario, fillogo, historiador de las letrashispanoamericanas y uno de los ms vigorosos ejemplares dehumanistas que ha producido nuestra Amrica, se destac como unainsobornable personalidad moral en la historia de nuestra CUltura.

    CONSIDERANDO que el autor de LAS CORRIENTES LITERARIAS ENLA AMERICA HISPANICA, HISTORIA DE LA CULTURA EN LA AMERICAHISPANICA y SEIS ENSAYOS EN BUSCA DE NUESTRA EXPRESION se hizoacreedor del respeto y admiracin de sus contemporneos y de lasposteriores generaciones.

    CONSIDERANDO que la obra legada por este riguroso crtico esun patrimonio invaluable para toda la cultura de nuestro continente.

    CONSIDERANDO que sera un acto de merecido reconocimientotributarle, en el cincuentenario de su fallecimiento los honores yhomenajes que merece por su profundo humanismo y dilatadomagisterio.

    CONSIDERANDO que la influencia de Don Pedro HenrquezUrea como pensador de cultura universal y maestro de categorasocrtica ha sido reconocida por escritores de la estatura de DonAlfonso Reyes, Ernesto Sbato, Jorge Luis Borges, Ezequiel MartnezEstrada, Flix Lizaso, Enrique Dez-Canedo, Ramn Menndez y Pidaly Enrique Anderson Imbert, entre muchos.

  • ADHFSIONFS

    RESUELVEN:

    7

    Solicitar a los distinguidos Ministros de Cultura y Encargados dePolticas Culturales de Amrica Latina y el Caribe, reunidos en laciudad de Managua, en ocasin de llevarse a cabo el VIII FOTO deMinistros de Cultura y Encargados de Polticas Culturales de AmricaLatina y El Caribe, que se le reconozca en el cincuentenario de sufallecimiento como MAESTRO DE LA CULTURA AMERICANA, Y que estasolicitud se haga extensiva a los gobiernos representados en este Foropara que durante la semana comprendida entre el 6 y el 11 de mayose unan al homenaje que le rendir el Gobierno de RepblicaDominicana en tan seftalada ocasin.

    PARA QUE CONSTE, EN LA CIUDAD DE MANAGUA,NICARAGUA, A LOS VEINTICINCO OlAS DEL MES DE MARZO DEMIL NOVECIENTOS NOVENTA Y SEIS.

  • 8REAL ACADEMIA ESPAOLA

    PONENCIAS

    Nacido en Santo Domingo dentro de una familia ilustre de poetas

    y literatos, hijo l mismo de poetisa tan distinguida como SalomUrea, el joven Pedro Henrquez Urea destacara en seguida con supluma y, primero en su patria, luego en Mxico y despus en

    Argentina, hubo de participar en muy primer plano y con decidida

    influencia en los movimientos intelectuales hispanoamericanos de la

    primera mitad del siglo, al mismo tiempo que cultivaba los estudios

    de la ciencia filolgica con aportaciones muy notables, que inscriben

    su nombre en sus anales.

    Con el presente mensaje se quiere subrayar la presencia cordial dela Real Academia Espaola en las ceremonias con las que

    admirativamente se recuerda en esta fecha al hombre cuyo paso por

    la tierra fue tan ejemplar y tan digno de veneracin por todosnosotros.

    Madrid, abril de 1996

  • ADHESIONES

    UNIVERSIDAD NACIONALAUTNOMA DE MXICOCoordinacin de Humanidades

    DR. JOS ANDRS AYBAR SNCHEZSecretario de Estado de Educacin, Bellas Artes y CultosSanto Domingo, Repblica DominicanaPresente.

    Estimado sefior Secretario:

    9

    Me dirijo a usted para manifestarle algunas reflexiones ysentimientos a I~ figura de Pedro Henriquez Urefia, quien convivieracon los universitarios de Mxico y desarrollara una fructfera labor enla Universidad Nacional Autnoma de Mxico, donde se le recuerdacon aprecio y se le brinda reconocimiento a su esfuerzo y creatividadintelectual. Pocas veces puede decirse algo novedoso cuando se honraa un gran personaje como lo fue don Pedro Henriquez Urefia. y tantola Repblica Dominicana como Mxico estn en deuda con quienfuera uno de los ms grandes pensadores no slo de Latinoamricasino del mundo entero.

    Los sesenta y dos afios que vivi entre el fin del siglo XIX y el finde la Segunda Guerra Mundial, a no dudar, influyeron en supensamiento y actividades. De hecho, lo comprueban las relacionesde amistad que tuvo con las ms destacadas personalidades delmundo intelectual de entonces, entre otros los miembros del Ateneode la Juventud: Antonio Caso, Alfonso Reyes, Jos Vasconcelos.

    Como es bien sabido, muchas son las publicaciones del MaestroHenrquez Urefia, pero cabe recordar algunas por las cuales esampliamente reconocido: Seis ensayos en busca de nuestra expresin,Historia de la cultura en Amrica Hispnica, Horas de estudio, En la orilla:mi Espaa... donde las reas de su dominio giraron en torno a laliteratura, la historia, la filosofa. Temas tratados por su muy atinadapluma y muchas veces enfocados a la reflexin sobre la identidad de

  • 10 PONENCIAS

    lo hispanoamericano. Un humanista en el pleno sentido de lapalabra, sin miedo a equivocarse y reconocerlo.

    Ahora que se celebrar el quincuagsimo aniversario de la muertededon Pedro Henrquez Urea, quien ha dejado una huella imborrable-como todo gran pensador y creador- en la Universidad NacionalAutnomade Mxico, resultaungranhonorpara todos los intelectualesmexicanos unirse a los festejos de la Semana Internacional dedicadaa la memoria de tan ilustre humanista.

    Reitero la adhesin de nuestra Casa de Estudios al homenaje a donPedro Henrquez Urea, y aprovecho la ocasin para expresar miaprecio y reconocimiento a los organizadores de tan importanteevento.

    Atentamente."POR MI RAZA HABLARA EL ESPIRITU"Ciudad Universitaria, D.F., a 16 de abril de 1996.EL COORDINADOR DE HUMANIDADES

    DR. HUMBERTO MUoz GARciA

  • ADHESIONES

    FONDO DE CULTURA ECONOMICAMxico, D. F. a 18 de abril de 1996;

    Dr. Jos Andrs Aybar SnchezSecretario de Educacin, Bellas Artes y CultosRepblica DominicanaPRESENTE

    Distinguido Dr. Aybar Snchez,

    11

    Es para nosotros un placer informarle que el Fondo de CulturaEconmica se adhiere con sumo grado al homenaje en honor delmaestro Pedro Henrquez Urea, autor y por largo tiempo amigo deesta casa editorial. La figura del maestro Henrquez Urea tiene unaespecial importancia en nuestro pas, pues junto conJos Vasconcelosfueron los artfices de un proyecto cultural basado en el serviciopblico y en el fortalecimiento de la identidad y la expresinamericanas. Aunque lamentamos no poder estar presentes en la"Semana Internacional de Homenaje", como editores de este granhistoriador y crtico, nos proponemos hacer en breve una nuevaedicin de la Antologa de la versificacin rtmica y una recopilacinespecial de su obra en nuestro proyecto "Periolibros", preparada porSoledad lvarez, connotada especialista dominicana. Asimismo, enfechas prximas, realizaremos aqu en nuestro pas un acto dehomenaje de este insigne americanista, del cual le avisaremos contoda oportunidad.

    Agradeciendo sus atenciones, quedo de usted,

    Atentamente,

    MIGUEL DE LA MADRID

    Director General

  • 12

    EL COLEGIO DE MXICO, A. C.Camino al Ajusco No. 20Codigo Postal 01000Mxico, D. F.

    P/Of.192.96

    Dra. Rosa Elena PrezFacultad de Filosofa y LetrasUniversidad Nacional Autnoma de MxicoPresente.

    Distinguida doctora Prez:

    PONENCIAS

    23 de abril de 1996

    Adjunto a la presente envo a usted el texto preparado por eldoctor Javier Garciadiego y por la doctora Rebeca Barriga comoadhesin de El Colegio de Mxico a la celebracin "SemanaInternacional en Homenaje a Pedro Henrquez Urefia, en ocasin delCincuentenario de su Fallecimiento".

    Desafortunadamente la invitacin para participar en dichacelebracin lleg en los momentos en que se haban acumulado yaotros compromisos, de tal suerte que a quienes estamos interesadosen la inmensa obra de Pedro Henrquez Urea y, particularmente a losprofesores que conocen distintos aspectos de ella, les ha sido imposiblepreparar una ponencia en forma, por lo que nos vemos en lanecesidad de enviar este texto de adhesin que confiamos sea unmedio para continuar en las tareas de investigacin sobre PedroHenrquez Urea y lograr trabajos de mayor entidad.

    Sin otro particular le saludo cordialmente manifestndole laseguridad de mi consideracin y aprecio.

    DR. ANDRS LIRA GONZLEZPresidente

  • ADHESIONES 13

    La relacin de Pedro Henrquez Urea con Mxico no puedelimitarse a las enormes secuelas de sus estancias en el pas. Analejadode ste, HenrquezUrea volvi a resultaruna figura influyenteen el desarrollo de dos de las principales instituciones culturales delMxico contemporneo. Sus dos estancias en el pas han sido yarigurosamente documentadas; sin embargo, el conocimiento de suimpacto se enriquece da a da. En otras palabras, an no conocemosplenamente la magnitud de nuestra deuda con l: su influencia, sobretodo la de mediano y largo plazos, est todava por evaluarse.

    La primera estancia del dominicano se prolong de 1906 a 1914,y en ella destaca su participacin, animadora y directiva, en lassucesivas empresas del grupo llamado del "Ateneo de la Juventud":Savia Moderna, la "Sociedad de Conferencias", el propio Ateneo y laUniversidad Popular. Prcticamente todos los atenestas -AlfonsoReyes, Carlos Gonzlez Pea,JulioTorri,Jos Vasconcelos- reconocenen Henrquez Urea a un compafero-maestro, a su mentor. Sinembargo, ese carcter docente no se manifest nicamente enpequefos cenculos. Enefecto, HenrquezUrefa particip activamenteen las labores de la naciente Universidad Nacional de Mxico,fundada en 1910; en ella fue, simultneamente, estudiante deJurisprudencia, empleado de la oficina rectorial-Oficial Mayor segnunos, auxiliar del Secretario, Antonio Caso, segn otros- y profesoren la Escuela Nacional Preparatoria y en la de Altos Estudios.

    Sus dos experiencias en tierras mexicanas fueron muy fecundaspero relativamente conflictivas. Durante la primera, su designacincomo sustituto de Luis G. Urbina en la Preparatoria para impartir lactedra de Literatura Espafola y Mexicana, en mayo de 1912, provocuna desagradable polmica, pues se le increp por ser extranjero y sedijo que su ascenso tena como origen sus relaciones polticas. As,acaso para evitar que se repitiera tan triste experiencia, en 1913 dictel curso de literatura inglesa y anglo-americana en la Escuela de AltosEstudios, donde tuvo una decisiva intervencin en el disefo ycreacin, entre 1912 y 1913, de la Subseccin de Lengua Nacional yLiteratura, que tena como objeto "formar profesores" de ambasmaterias para las escuelas secundarias, preparatorias y normales.

  • 14 PONENCIAS

    Al margen de cuestiones poltico-administrativas, loverdaderamente importante es la calidad de su magisterio. De otraparte, tambin fue importante su labor como animador de nuevosgrupos y movimientos culturales, as como la de conferencista, enespecial sobre temas literarios, filosficos y musicales. La labor deHenrquez Urefta es grande en mritos pues todos estos empeftosacadmico-culturales los realiz en un pas ajeno; adems, los realizdurante una poca nada propicia: a Henrquez Urefta le toc entoncesatestiguar la destruccin revolucionaria del antiguo rgimen, ascomo el fracaso del reyismo -movimiento con el que simpatizaba- yde la opcin democrtica que signific el maderismo; en lo inmediato,hizo lo mejor de su obra cuando su grupo, el Ateneo, se desintegrabapor motivos polticos: si Alfonso Reyes tuvo que salir de Mxico a unpuesto diplomtico en Europa, Vasconcelos y Martn Luis Guzmn seincorporaron a la lucha revolucionaria. Comobien lo dijera HenrquezUrefta, aquellos fueron "aftos terribles".

    Pedro Henrquez Urefta dej eseMxicoen abril de 1914, radicandoluego en Cuba y, sobre todo, en Estados Unidos. A pesar de ladistancia, el destino y la naturaleza de Mxico siguieron siendo dos desus principales preocupaciones intelectuales; puede incluso decirseque a pesar de la distancia sigui activo en la vida cultural mexicana.Siete aos despus, a mediados de 1921, Pedro Henrquez Ureavolvi a radicarse en Mxico, invitado por el flamante rector JosVasconcelos para que fundara y dirigiera una Escuela de Verano,aunque poco despus se le encomend tambin el Departamento deIntercambio Universitario. Como en laocasin anterior, sus actividadesdesbordaron sus obligaciones laborales, en las que destacan variasresponsabilidades docentes: imparti numerosas conferencias, volvia vincularse al ambiente musical y se esforz por desarrollar el esprituy los vnculos latinoamericanistas. Ahora los tiempos eran altamentefavorables: en lugarde ser los"aos terribles" de la lucha revolucionaria,Mxico se haba pacificado y haba entrado en un proceso deefervescencia educativa y cultural, con Vasconcelos como el caudillomayor de esa cruzada.

  • ADHESIONES 15

    Dado que su gran amigo Alfonso Reyes estaba entoncesrepresentando al gobierno mexicano en Espaa, Henrquez Ureatuvo que buscar nuevos amigos encontrndolos entre los jvenes quehaban heredado el liderazgo cultural del Ateneo a travs de un nuevogrupo: los "Siete Sabios". As, se hizo maestro-amigo -que tal era surelacin favorita- de Vicente Lombardo Toledano, Manuel GmezMorn, Daniel Coso Villegas, Antonio Castro Leal y Alfonso Caso,entre otros. Henrquez Urea volvi a sufrir espordicos ataques,tanto porcelos profesionales como por ciertas conductasxenofbicas.Sin embargo, peores dificultades surgieron en 1923 por razoneseducativas y polticas, cuando se distanciaron violentamente loshermanos Caso y Lombardo Toledano del ministro Vasconcelos.Henrquez Urea se adhiri a los primeros por solidaridad fraternal,pero abstenindose de participar en el conflicto que se suscit cuandoel rector Vasconcelos destituy a Lombardo Toledano de la direccinde la Preparatoria, acusndolo de inmiscuir a la institucin en asuntosde poltica extrauniversitaria. Con todo, poco despus renunci a supuesto y docencia, concluyendo as sus ligas formales con laUniversidad Nacional de Mxico.

    Poco despus Henrquez Urea colabor con Vicente LombardoToledano, cuado suyo desde haca unos meses, cuando ste fuenombrado gobernador de Puebla a finales de 1923. Qued al frente dela Direccin de Educacin estatal, pero el experimento de ese gobiernode jvenes intelectuales result efmero. A pesar de lo breve, su laboren Puebla result muy intensa, tanto en el mbito educativo como enel cultural. Cuando Lombardo Toledano tuvo que dejar la gubernaturapoblana Henrquez Urea qued desempleado. Fue entonces cuandodecidi aceptar el ofrecimiento que se le haca desde Argentina.

    Pedro Henrquez Urefia jams volvi a Mxico. Su ausencia, sinembargo, fue solo fsica. Qued su influencia en sus compafieros-discpulos del Ateneo, por lo que en las grandes obras de estos -porejemplo, en la labor educativa de Vasconcelos- se detecta su impacto.Tambin qued su influencia en sus alumnos posteriores, con los quetermin colaborando, como Alfonso Caso, Antonio Castro Leal yVicente Lombardo Toledano. En resumen, puede decirse que fue

  • 16 PONENCIAS

    mentor de los principales actores de laculturay laacademia nacionalesde la primera mitad de este siglo.

    Al margen de estas influencias, seminales pero indirectas, sondetectables otras dos relaciones con Mxico, establecidas a pesar de lalejana. No es casual que en stas hayan intervenido su mejor amigoy compaero, Alfonso Reyes, y su discpulo y colaborador de lasegunda etapa, Daniel Coso Villegas. En efecto, en 1934 ste fundla empresa editorial Fondo de Cultura Econmica, en la que sellevaron a la prctica algunos sueos editoriales de Henrquez Urea,como la coleccin Biblioteca Americana. Es ms, desde la fundacindel Fondo de Cultura Econmica hasta la muerte de Henrquez Urea,doce aos despus, las relaciones entre ambos fueron estrechas, ashayan sido, sobre todo, sugerencias bibliogrficas epistolares.

    Posteriormente, en 1938 y 1940, Reyes yCoso Villegas fundaronLa Casa de Espaa y su sucesor El Colegio de Mxico. Es indudable enambos la antigua pero an fresca influencia de Henrquez Urea.Dado que ellos conocan su calidad acadmica y su experienciadocente, lo invitaron formalmente, a mediados de 1940, antes de queLa Casa se transformara en El Colegio, a que dejara la Argentina y setrasladara a Mxico. El tono de ofrecimiento refleja la confianza quese le tena: "Te pediramos -le dijo Reyes- ...que hicieras aqu lo quete diera la gana". A pesar de lo abierto y generoso del ofrecimiento entrminos acadmicos, Henrquez Urea contest con un contundentey lacnico "Qudome".

    Cinco aos despus, en 1945, ante las vicisitudes polticas queenfrentaba Argentina con el triunfo del peronismo, se le volvi ainvitar a formar parte de El Colegio de Mxico. Se le ofreci que seconseguiran recursos --con la Fundacin Rockefeller- para costear suviaje y el de su esposa e hijas. El objetivo era que fundara y dirigieraun "Centro de Estudios Literarios de la Amrica Latina", en el que sehicieran investigaciones de carcter filolgico. El proyecto era

    *Tambin debe consignarse su influencia enotra aventura editorial mexicana,pues el fundador de Siglo XXI Editores, Amaldo Orfila, se haba formado en sunatal Argentina con Henriquez Urea.

  • ADHESIONES 17

    ambicioso: para comenzar, se le ofreca un contrato por cuatro aos;adems, se le dijo que tambin se estaba buscando contratar a ngelRosenblat y a los hermanos Mara Rosa y Raimundo Lida. A cambio,tendran que desarrollar sus propias investigaciones y ensear ajvenes mexicanos y latinoamericanos**.

    Es incuestionable que el ofrecimiento le result atractivo, pues aprincipios de 1946 contest solicitando que le permitieran dar surespuesta definitiva despus de febrero. Qu decidi, realmente,Pedro Henrquez Urea? Iba a aceptar la invitacin de trasladarse aMxico para incorporarse, con su amigo Alfonso Reyes, a El Colegiode Mxico? Haba resuelto hacerlo posteriormente? DecidipermanecerenArgentina? No se sabe con certeza, puesPedroHenrquezUrea muri, de improviso, en mayo de 1946. La creacin de dichoCentro, ya fuera de Estudios Literarios o Filolgicos segua en trmites,lo que implica que no haba habido una negativa de don Pedro, comolo prueba que su muerte fuera inmediatamente anunciada a losdirectivos de la Fundacin Rockefeller. En Mxico se lamentprofundamente el deceso, pero sobre todo en El Colegio de Mxico,dirigido por Reyes y Coso Villegas, quienes en gran medida se habanformado con Henrquez Urea. Los afanes filolgicos y los estudios detemas clsicos del primero provenan del amistoso magisterio deHenrquez Urea. Lo mismo podra decirse del espritu latino-americanista y del proyecto editorial del segundo. Es ms, debeaceptarse que, sin Henrquez Urea, el hoy Centro de EstudiosLingsticos y Literarios de El Colegio de Mxico fue al principiohechura indirecta suya, pues menos de un ao despus de su muertese traslad a Mxico para dirigirlo uno de sus principales discpulos,Raimundo Lida. En resumen, puede asegurarse que a travs de estostres -Reyes, Coso Villegas y Lida- estuvo siempre presente en ElColegio de Mxico, a pesar de su ausencia fsica, el espritu crtico,independiente, riguroso y magisterial de Pedro Henrquez Urea. Enrigor, sigue y seguir estando presente: su ejemplo y su obra sonimborrables.

    ** Los documentos que avalan esta versin se encup.ntran en el ArchivoHistrico de la Institudn. Agradezco a Beatriz Morn la informadn al respecto.

  • PONENCIAS

  • JOS ALCNTARA ALMNZARRepblica Dominicana

    PEDRO HENRQUEZ UREAANTE LA CULTURA Y LAS LETRAS DOMINICANAS

    Pedro Henrquez Urea tena diecisis aos cumplidos cuandosali por primera vez de Santo Domingo para iniciar sulegendario peregrinaje por tierrs americanas. Se alejaba de supas en los inicios del siglo XX, con la mirada puesta en unfuturo lleno de esperanzas, dejando atrs amargos recuerdosprovocados por la dictadura de Ulises Heureaux. Pero llevabaconsigo todo un caudal de conocimientos adquiridos en susaos de formacin. Me refiero a ese lapso capital que fue suinfancia y adolescencia junto a la madre que haba dejado deescribir versos para dedicarse por entero a la crianza y cuidadode sus hijos y a la educacin superior para mujeres, a instanciasde su esposo y estimulada por la palabra y el ejemplo del SeorHostos, cuyos aportes a la educacin dominicana serandecisivos en la transformacin del pensamiento social en laRepblica.

    Despus de su salida en 1901, el joven Pedro enrumbarasus pasos hacia Cuba, Estados Unidos, Mxico, Espaa,Argentina, imprimiendo en cada pas las huellas de una laboreducativa que lleg a trascender la ctedra, la investigacinliteraria, la crtica y el periodismo. La magnitud de su trabajo

    [21]

  • 22 PONENCIAS

    hay que medirla tambin por la influencia que ejerci en lasnuevas promociones intelectuales de Mxico y Argentina,iluminando con su prdica el camino que deban seguir,mientras publicaba una serie de obras que bien puedenconsiderarse como fundacionales en la comprensin de lacultura y las letras espaolas e hispanoamericanas.

    El joven Pedro estaba, pues, formado cuando sali de supatria. Una formacin clsica que ira diversificando yenriqueciendo con el tiempo, pero que resultaba excepcionalpara la poca y el pas en que le haba tocado nacer, aunqueconviene precisar que perteneca a una familia de escritoresporambos lados. Suabuelo materno, Nicols Urea de Mendoza,haba sido magistrado y poeta; su madre, Salom Urea, fue lams insigne poeta del siglo pasado; su padre, FranciscoHenrquez y Carvajal, educador, lleg a ocupar la presidenciade la Repblica; su to paterno, Federico, se distingui comomaestro y escritor prolfico. La infancia de Pedro y sus hermanos,sobre todo Max y Camila, que tambin seran escritores,transcurri entre adultos, intelectuales y polticos de renombreque pertenecan a la corriente poltica liberal de la nacin. Losjuegos de los nios Henrquez Urea constituan un remedodel universo ntimo de la familia: confeccionar un peridico,reunir poemas para estructurar una antologa, comentar libros,hacer representaciones teatrales para entretenimientode todos.

    Slo dos veces regres Pedro Henrquez Urea a su pas enlos cuarenta y cinco aos que mediaran entre su primera salidade la isla y su muerte: un brevsimo viaje en 1911, el mismo aoen que fue asesinado el presidente Ramn Cceres, vctima deuna emboscada que le tendieron adversarios polticos en lasafueras de la ciudad; yun puado de meses entre 1931 y 1933,cuando desempe el cargo de Superintendente General deEnseanza, bajo el primer gobierno de Rafael Leonidas Trujillo.Es lgico suponer que en ambas ocasiones sus expectativas de

  • j. ALCNTARA ALMNZAR: P.R.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 23

    encontrar un clima adecuado para el retorno definitivo sehicieran trizas ante las duras realidades polticas del pas, esdecir, las zozobras causadas por las continuas revueltas ydisputas caudillistas en los primeros lustros del siglo, y despusel absolutismo implantado por Trujillo. Ambas situaciones, lainestabilidad provocada por el caos poltico de la llamadapoca de las revoluciones, y la quietud sepulcral impuesta porel totalitarismo trujillista, tenan que sacudir la conciencia deeste hombre que vivi para la libertad de pensamiento yespritu, deudor de un orden que provena de la constancia ydisciplina en el estudio; un hombre que se distingui siemprepor sus encarnizadas batallas contra la ignorancia de nuestrospueblos, las injusticias y desmanes del poder autoritario, y laincapacidad de tantos hombres y mujeres aquejados de apata,pereza, incultura y desorganizacin.

    Pedro Henrquez Urea no pudo retornar para quedarse enSanto Domingo. Form familia en Mxico y luego, ya en sumadurez, vivi en Argentina hasta la hora de su muerte. Sinembargo, desde muy joven dedic importantes esfuerzos a lasmejores causas de su patria -como fue su participacin en laComisin Nacionalista presidida por su padre entre 1916 y1921, en tiempos de la primera Ocupacin Norteamericana-,y en especial el conjunto de ensayos sobre la cultura y las letrasdominicanas, as como sus conferencias, artculos y cartas, enlos que demostrara, una y otra vez, el fuerte vnculo emocionalque le una a la Repblica.

    El hecho de no haber renunciado nunca a su nacionalidadpara naturalizarse como ciudadano de otro pas, pese a lasduras pruebasa que lo someti estavertical actituden momentosespecficos de su vida, revela su determinacin de ser leal a supequeo pas antillano, donde haba nacido y vivido duranteun tiempo que fue suficiente para marcarlo. En el extranjero,convertido en ciudadano de Amrica y del mundo, gracias a la

  • 24 PONENCIAS

    universalidad de su saber, a un slido trabajo crtico, filolgicoy humanstico, y a una ingente labor educativa, forj PedroHenrquez Urefia su prestigio de maestro de maestros, queridoy respetado por todos, como se evidencia en sus relaciones conAlfonso Reyes, Antonio Caso, Jos Vasconcelos, Amado Alonso,y Jorge Luis Borges, para slo mencionar algunos nombresilustres.

    Al releer la obra de Pedro Henrquez Urea cincuenta aosdespus de su desaparicin fsica, uno advierte en seguida queescribi con un sentido de futuro, como corresponda a unhumanista de la modernidad, eludiendo siempre la hojarascagrandilocuente de tantos autores que hoy permanecenolvidados. Pero no es slo la precisin, la mesura y el cuidadosotejido de su prosa lo que deslumbra hoya quienes aprenden delequilibrio que exhiben sus ensayos, sino la profundidad de supensamiento, construido a base de estudios sistemticos sobreunavariedad de temas verdaderamente asombrosa. Su arraigadohispanismo no contradice su vocacin americanista, sino quela nutre; son dos polos de un mismo continuo unidos por elfuerte nexo del idioma. Asus afanes por reinterpretar la culturay las letras espaolas habra que sumar sus contribuciones a laexplicacin de perodos cruciales de la cultura y las letrasamericanas, y su extraordinaria sabidura para ordenar, conminuciosa exactitud, ese universo amorfo, esas constelacionesde figuras mayores y menores que configuran las literaturas denuestra Amrica.

    El texto "Vida intelectual de Santo Domingo," recogido enHoras de estudio (1910), fue el primero de cierta importanciaescrito por Pedro Henrquez Urefia sobre los aspectos msrelevantes de la actividad literaria de su pas, desde los tiemposde la colonia hasta finales del siglo XIX. Ah aparecen, si bien

  • J. A1.cANTARA A1.MANzAR: P.H.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 25

    en estado germinal todava, los planteamientos de sudocumentado ensayo La cultura y las letras coloniales en SantoDomingo (1936), y las ideas que reiterara en "La emancipaciny el primer perodo de vida independiente en la isla de SantoDomingo," as como en "Literatura de Santo Domingo." Lastesis bsicas de estos escritos son las mismas en lo que respectaal perodo colonial: Santo Domingo fue el centro principal decultura en Amrica durante el siglo XVI, de ah sus conocidosblasones de "Cuna de Amrica" y el ampuloso "Atenas delNuevo Mundo," que el autor califica de "exageracin barroca."

    La primaca de Santo Domingo durante el siglo de laconquista se fundaba en el privilegio de ser el ms antiguoncleo urbano en la implantacin de la cultura europea entierras americanas. La pequefia ciudad construida por FreyNicols de Ovando en la margen occidental del ro Ozama enlos primeros afios del diecisis fue asiento de iglesias y escuelas,sedes episcopales, Real Audiencia y universidades, las de SantoToms de Aquino (1538) y Santiago de la paz (1583), antiguoestudiode Gorjn (1540). Aquvivieron historiadores, cronistas,letrados y telogos, cuya actividad intelectual desbordara losestrechos lmites de la isla para proyectarse con fuerza en otraslatitudes, sobre todo Cuba, Mxico y Venezuela.

    En el plano religioso, Santo Domingo acogi a los miembrosde las rdenes de franciscanos, dominicos, mercedarios yjesuitas, quienes lejos de permanecer enclaustrados entre lasparedes de sus conventos, llevaron a cabo una labor deevangelizacin de los aborgenes -piedra angular del procesocolonial-, as comoun activo trabajoen escuelas y universidadesdestinadas a la educacin de los colonizadores.

    La presencia de figuras eclesisticas como Fray Antn deMontesinos, Fray Pedro de Crdoba, Fray Bernardo de SantoDomingo, Fray Bartolom de las Casas constitua un valladarfrente a la brutalidad y los excesos cometidos por los

  • 26 PONENCIAS

    conquistadores. Los dominicos, en particular, encaminaron sulucha de reivindicacin de los indgenas hasta la propia Corona,y no cejaron en su empefio en favor de los tanos, inclusodespus de la proclamacin de las Leyes de Burgos (1513),primer instrumento jurdico en favor de los aborgenes y de losderechos humanos en Amrica.

    Entre los escritores seglares, Pedro Henrquez Urea resaltala labor de Lzaro Bejarano, poeta, y de Gonzalo Fernndez deOviedo, autor de la Historia general y natural de las Indias. Estaobra y la de Fray Bartolom de las Casas, Historia de las Indias,permitiran reconstruir las primeras dcadas de la colonizacinespafiola en Amrica. Santo Domingo tuvo poetas y drama-turgos nativos, aunque poco ha quedado de su labor literaria.La obra de Elvira de Mendoza y Sor Leonor de Ovando,primeras poetisas del Nuevo Mundo, y los trabajos dramticosdel cannigo Cristbal de Llerena, preparados para lasactividades eclesisticas, prcticamente se desconocen. Apenasse conservan algunas muestras de poesa y un entrems deLlerena representado en la Catedral en 1588, que el propioHenrquez Urea antologa al final de su ensayo de 1936.

    Los escritores nativos de Santo Domingo produjeron unaobra reducida que la falta de imprenta en ese periodo hacondenado a meras referencias orales. Los poemas, obrasdramaticas y testimonios ocupan una modesta posicin si secomparan con los Comentarios reales del Inca Garcilaso de laVega; el extenso poema La Araucana, de Alonso de Ercilla; laprodigiosa obra potica de SorJuana Ins de la Cruz, o el teatrode Juan Ruiz de Alarcn.

    La isla languideci durante el siglo XVII, a causa de lasdespoblaciones de la zona noroeste, ordenadas por Espafiabajo alegatos de ndole religiosa, pero en realidad parainterrumpir el contrabando entre los nativos y barcos deprocedencia francesa, holandesa e inglesa. Pedro Henrquez

  • }. ALCNTARA ALMNZAR: P.H.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 27

    Urea afirma que todo languideci, pero es muy preciso alasegurar que la decadencia no era solo nuestra, sino tambin dela metrpoli. El ocaso de Santo Domingo como centro decultura se acentuo durante esa centuria y la siguiente, pese a lareanimacin pasajera durante la poca de Carlos III. Comofcilmente puede advertirse en la mayora de los ensayos deHenrquez Urea, hayen ellos una queja constante: el abandonoa que nos someti Espaa en distintos momentos de unperodo colonial que se prolongo durante casi tres siglos, fueel origen de muchas de nuestras vicisitudes insulares. Esedesplome -"catstrofe" lo llama don Pedro- aconteci en 1795con la cesin de la parte oriental de la isla a Francia, y pocosaos despus con el nacimiento de Hait en la parte occidental.

    De todos los escritores nativos del siglo XVIII slo haquedado el nombre de Antonio Snchez Valverde, oradorsagrado y catedrtico, autor de Idea del valor de la isla Espaola,obra fundamental para la comprensin del perodo colonial.En el siglo XIX, la estampida que origin el Tratado de Basilea,convirtiendo en francesa toda la isla, acentu el atraso cultural.Emigr una elite integrada por familias instruidas, y con ellasse fueron a Cuba, Puerto Rico, Venezuela y Colombia, lasesperanzas de una reactivacin de esa parte esencial de lacultura reservada a los libros, la ctedra y la investigacin.

    Atento siempre a la evolucin de la cultura y las letras en elcomplejo tejido de la historia, Pedro Henrquez Urea, comose ha visto, intenta demostrar que no todo en el periodocolonial fue oscuridad e ignorancia, aunque admite que SantoDomingo nunca tuvo paz ni conoci la tranquilidad, ni huboorganizacin eficaz en el orden econmico que garantizara undesarrollo sin sobresaltos.

  • 28 PONENCIAS

    Las invasiones haitianasdeprincipios del siglo XIX asolaronel territorio de habla espaola y poco despus, con elmovimiento de La Reconquista, camos en un perodo deabandono e inanicin, conocido como lila Espaa Boba," pesea la restauracin de la Universidad de Santo Toms de Aquinoen 1815 y la creacin de "El Telgrafo Constitucional de SantoDomingo" (1821), dando origen al periodismo dominicano.La Independencia Efmera de noviembre de ese mismo ao,proclamada por Jos Nez de Cceres en un intento deintegramos a la Gran Colombia de Bolvar, no pudo evitar laocupacin del territorio por tropas haitianas a principios de1822. La incipiente repblica muri de asfixia en la cuna.Padecimos la ocupacin durante veintids aos, sin que seprodujera la unificacin a que aspiraban los invasores. Masbien se acentu, segn Henrquez Urea, un sentimiento depertenencia, una identificacin espiritual entre los pobladoresde la parte oriental, canalizada a travs del idioma, ms que delfactor tnico, como sostiene el autor.

    La independencia polticade 1844, protagonizadapor JuanPablo Duarte, Francisco del Rosario Snchez y Ramn Mella yotros trinitarios que haban operado clandestinamente desde1838, contribuyo a la reorganizacin de la vida cultural, conla fundacin de nuevos centros educativos y la formacin desociedades culturales, como la de los Amigos del Pas (1846) yAmantes de las Letras (1854), Yla creacin de "El Dominicano,"(1845) primer peridico de la naciente Repblica, as comootros medios de comunicacin escrita.

    La nueva Repblica no pudo hallar la tranquilidad necesariapara un sostenido desarrollo cultural. Primero fueron lasnumerosasbatallascontraHaitparadefender la Independencia,en medio de una sucesin interminable de gobiernos, y luegolas pugnas entre Pedro Santanay Buenaventura Bez, caudillosque durante aos se alternaron el poder, dejando establecido

  • J. ALCNTARA ALMANZAR: P.R.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 29

    un estilo de gobierno personalista, autoritario, clientelista, enque campeaba por sus fueros la corrupcin en los manejos delEstado. A estas pendencias y ambiciones debemos aadir laAnexin a Espaa en 1861, una vuelta al orden colonialespaol que no hizo otra cosa que agudizar entre losdominicanos su "conciencia de la nacionalidad," como lallama Pedro Henrquez Urea.

    La guerra de la Restauracin, primero, y el lapso deenfrentamientos armados y convulsiones sociales que va de1865 a 1873, denominado por nuestro humanista como unperodo de "liquidacin del pasado," dio apertura a unpromisorio florecimiento delpas, donde se reactiv el comercio,prosper la industria, y hubo un auge del periodismo y laliteratura. El movimiento del 25 de noviembre de 1873, quepuso fin a los "Seis Aos" de Bez, dio inicio a una nueva era,imprimindole un tono liberal a la poltica dominicana.

    El progreso material y la estabilidad social comenzaron arepercutir positivamente en la enseanza superior de carcterlaico, bajo la inspiracin de Hostos, as como en la publicacinde obras, el debate publico por los medios de prensa, y laemergencia de una nueva generacin de escritores, entre losque sobresalen el novelista Manuel de jess Galvn, autor deEnriquillo, la mejor novela indigenista de Amrica, los poetasjosjoaqun Prez y Salom Urea, el historiador jos GabrielGarca, el ensayista Ulises Francisco Espaillat y el fogososacerdote orador Fernando Arturo de Merio, ambospresidentes de la Repblica.

    Fue, en definitiva, la incorporacin del pas a la culturacontempornea occidental. Pero ese paso, de singularsignificacin en la historia dominicana, no cambi porcompleto el carcter aldeano de la sociedad civil, ni evit lasasonadas militares, ni la emergencia de nuevos dictadores,como Ulises Heureaux, que gobernara despticamente entre

  • 30 PONENCIAS

    1887 Y 1899, afio en que cay abatido por las balas de susenemigos polticos. La historia de la Repblica Dominicana,como se deduce de la lectura de los ensayos y conferencias deHenrquez Urefia, no ha sido otra cosa que una cadena debreves momentos de estabilidad y prosperidad econmicaseguidos de largos perodos de conflagracin armada odictaduras sangrientas. Aunque el autor persiste en manteneruna mirada optimista ante el panorama general de su pas endistintos instantes de su devenir, es fcil advertir su desalientofrente a la injusticia y el oscurantismo que nos han impedidodurante siglos alcanzar el viejo suefio de nuestros mayores, laafiorada utopa por la que tanto se han esforzado los mejorestalentos del pas.

    El humanista busca entre los escombros del pasado parasacar alguna piedra que brille, algn sntoma que permitalevantar los nimos, pero no puede menos que dejar caer, aquy all, breves comentarios que revelan su verdadero sentir. Diceque la Repblica nace despus de "desastre" y "angustias" yluego de organizada no faltaron nuevas "calamidades;"considera como una "enfermedad" los alzamientosrevolucionarios de la poca de Gregorio Lupern; estima que elascenso de la industriaazucarera durante el rgimen de Heureauxreport un "dudoso beneficio" que enriqueca a una lite ypagaba salarios de hambre a millares de negros provenientes delas Antillas de habla inglesa y francesa; y as sucesivamente.

    En Horas de estudio hay tres textos que fijan la posicin deHenrquez Urefia sobre aspectos significativos de la literaturadominicana del siglo XIX. Se trata de la carta-ensayo que en1909 enviara a su compatriota, el novelista Federico GarcaGodoy, y los estudios acerca de la obra potica de]os]oaqunPrez y Gastn F. Deligne, que forman, junto con Salom

  • J. ALCNTARA A1.MANZAR: PH. U. ante la cultura y las letras dominicanas. 31

    Urefia, los llamados "Poetas Mayores" del siglo pasado. A sumadre no la incluy entonces en sus reflexiones, sino muchoms tarde, en 1920, cuando public en "El Fgaro," de LaHabana, una modesta nota biogrfica que luego fue incluidaen la edicin madrilefia de las Poesas de Salom, y que aparecisin la firma de Pedro por razones obvias. Es muy reveladora desu personalidad la mesura que emplea al referirse a la msimportante poeta dominicana de todos los tiempos, de la queslo sefiala sus temas de pazy progreso, sus afanes de educadora,su entrega al hogar y a los hijos, y el triste final que acab consus das antes de haber cumplido medio siglo de vida.

    En la carta a Garca Godoy, autor de la triloga patriticaque integran Rufinito, Alma dominicana, y Guanuma, novelas enque la historia de la Repblica desde la Independencia hasta laRestauracin es, ms que un teln de fondo, un cuadro en elque se proyectan los caracteres esenciales de una sociedad enbusca de su identidad, Henrquez Urefia se muestra partidariode la creacin de una literatura nacional, pero recuerda queentre nosotros no se haban hecho "esfuerzos suficientes paradar carcter regional definido a la vida intelectual." La tradicineuropea gravitaba demasiado sobre nosotros, y slo cuandologrsemos "dominar la tcnica europea" podramos explotarcon xito nuestros asuntos.

    Con espritu generoso, el joven Pedro elogia a GarcaGodoy por haber llevado al pblico lector lo que denomina "lainterpretacin viva del pasado," e insiste en que la idea de laindependencia germin en Santo Domingo a principios delsiglo XIX, creci en 1844 con la proclamacin formal, yculmin en 1873, cuando hubo una verdadera inteleccin dela idea nacional. De modo que si bien el afio de 1844 marca elmomento ms heroico y simblico del proceso, fue en 1873cuando se convirti en una realidad moral, luego de superados

  • 32 PONENCIAS

    los escollos de la guerra con Hait, la Anexin a Espaa, y lasdictaduras de Santana y Bez.

    El ensayo sobre Jos Joaqun Prez es un modelo deexplicacin didctica sobre la personalidad y la obra de nuestropoeta lrico por excelencia, a quien reconoce cualidadesexcepcionales y versatilidad como escritor. Sus Fantasasindgenas (1877), escritas bajo la gida del Romanticismo,constituyen una interpretacin potica de la vida de losaborgenes. Prez, que tambin escribi textos patriticos ydescriptivos, y que acat, en La industria agrcola (1882), lospostulados de la doctrina positivista, con su culto al progreso,tampoco escap el mito indigenista, de estirpe romntica, queexaltaba las leyendas del pasado precolombino como sinnimode la vida de todo un pueblo. En este punto, Henrquez Ureaes enftico cuando dice que el indigenismo fue relegado alolvido porque la tradicin indgena era "un pasado muerto, sinpeso sensible ni significacin importante en la vida de nuestrasnacionalidades."

    Lo que le impresiona de Jos Joaqun Prez es su alcanceantillano, su espritu equilibrado, amplio, profundo, y sobretodo su optimismo, no obstante sus ocasionales desnimosante las realidades sociales y polticas de la Repblica.

    No es de extraar, pues, el contraste entre el ensayo dedicadoa Prez con el estudio, ligeramente ms extenso, acerca deGastn F. Deligne, poeta de transicin entre los siglos XIX YXX, que se levanta como una torre entre todos sus coetneos.Deligne no tuvo apego al formalismo neoclsico ni sigui lospasos de Jos Joaqun Prez, siempre henchido de fervorromntico, ni se dej conquistar por los aires modernistas. Suobra tuvo el sello de su fuerte personalidad: la de un hombresolitario, hurao por efecto de su terrible enfermedad, de grancapacidad de observacin y tendencia a la elucubracinfilosfica.

  • J. ALCNTARA ALMNZAR: P.H.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 33

    El ensayo de Henrquez Urefia sobre Deligne, que tantoirrit en su momento a los apasionados seguidores del poeta,debido a la severidad de algunos comentarios del humanista,demuestra su agudeza y capacidad de penetracin, y sobre todosu certera visin en los juicios crticos, en el momento deplenitud de Deligne. Lo que ocurre con este ensayo no es queHenrquez Urefia le haya escamoteado mritos al autor deGalaripsos (1908), pues reconoce su capacidad reflexiva y desntesis, su autarqua frente a las corrientes en boga, su audacia,su maestra para encontrar la palabra nica, sino que le criticasu ineptitud para alcanzar "la perfeccin sin cadas," surepresin emocional, su tendencia al prosasmo.

    He ledo muchas veces este ensayo sobre Deligne, uno denuestros poetascapitales, llegando a descubrir que en HenrquezUrefia hay una admiracin autntica por su obra, al punto dereconocerle la creacin de su propio gnero, nico en Amrica:el poema psicolgico. Pero lo que el humanista rechaza en lapoesa de Deligne puede probarse punto por punto en unacuidadosa revisin de su obra. Antes que la severidad de losjuicios, admiro, una vez ms, los aciertos memorables delmaestro.

    Pedro Henrquez Urefia evit referirse en detalle a la cultura ylas letras dominicanas durante el rgimen de Trujillo. Despusde su fugaz experiencia como Superintendente General deEnsefianza march al extranjero para no volver. Haba conocidolas entrafias de la bestia cuando era apenas un cachorrillo, perosu fino olfato y las noticias que de seguro le llegaban de la patriaoprimida fueron suficientes para indicarle las proporcionesque adquira la represin interna en el pas. Adems -y esto talvez sea lo ms importante-, tena familiares en Santo Domingo;su hermano Max se haba convertido en un prominente

  • 34 PONENCIAS

    diplomtico del rgimen, y Pedro no quera poner en peligrolas vidas de sus seres queridos con declaraciones o escritos quehubieran arriesgado la seguridad de todos.

    Su actitud fue siempre reservada, reveladoramente parcacuando tuvo que escribir sobre el desenvolvimiento cultural yliterario del pas, como ocurre en el texto liLa RepblicaDominicana desde 1873 hasta nuestros das," aparecido en laHistoria de Amrica, dirigida por Ricardo Levene y publicada enBuenos Aires en 1940. En ese ensayo dice que durante los dosprimeros perodos gubernamentales de Trujillo "se realiz unavasta labor de reorganizacin y desarrollo," y que Trujillo, enel gobierno de 1942-1947 (perodo que Pedro no lleg a verconcluido), "ha mantenidoal pasen franco progresoeconmicoy cultural," ya continuacin ofrece ejemplos de lo uno y lootro.

    Aunque lejos, segua de cerca las palpitaciones de laRepblica, como lo demuestran sus cartas, entre otros, a suamigo, el historiadory diplomtico Emilio Rodrguez Demorizi,y a su prima, la ensayista Flrida de Nolasco, a quien daconsejos sobre sus obras. Mas an, en sus Obras completaspublicadas por la universidad que lleva su nombre, figura lacorrespondencia que sostuvo con Pericles Franco Ornes pocoantes de su muerte, y las simpatas hacia el movimientosocialista en nuestro pas, que en 1946estabaen plenaebullicin.

    Pedro Henrquez Urea falleci de repente ellO de mayo de1946, poco menos de dos meses antes de cumplir los sesentay dos aos de edad, cuando se diriga a la Universidad de LaPlata a impartir sus ctedras. Muri en el trajn cotidiano de loque haba sido su actividad pecuniaria desde muy joven: laenseanza. Su corazn ces de latir, dejando su cuerpo inerme.A partir de entonces su obra no ha hecho ms que crecer ydifundirse, y su ejemplo de hombre honesto e intelectualinsobornable se ha convertido en un paradigma para las nuevasgeneraciones americanas.

  • J. ALcANrARA ALMANZAR: P.H.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 35

    BIBLIOGRAFA

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  • 36 PONENCIAS

    --------. Obras completas. Recopilacin y prlogo dejuanjacobode Lara. Santo Domingo, Edicin de la UniversidadNacional Pedro Henrquez Urea, impreso en los talleresde la UNPHU. "Salom Urea de Henrquez" (Tomo IV,1978, pp.367/370); "La emancipacin y primer perodode la vida independiente en la isla de Santo Domingo"(Tomo VIII, 1979, pp.229/240); "La Repblica Dominicanadesde 1873 hasta nuestros das" (Tomo VIII, 1979, pp.263/278); "Literatura de Santo Domingo" (Tomo IX, 1980,pp.249/259); "Dos momentos en la historia cultural deSanto Domingo" (Tomo X, 1980, pp.23/39).

    --------. Obra crtica. Prlogo de jorge Luis Borges, Edicin,bibliografa e ndice de Enma Susana Speratti Piero.Mxico-Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1960."De mi patria": "Vida intelectual de Santo Domingo"(pp.124/143); "Literatura histrica" (pp.135/138); "josjoaqunPrez" (pp.139/144); "GastnF.Deligne" (pp.145/153); "La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo"(pp.332/446); "Enriquillo" (pp.670/673).

    NOLASCO, Flrida de: Pedro HenTquez Urea. Sntesis de supensamiento. Santo Domingo: Editora del Caribe, 1966.285p.

    PIA CONTRERAS, Guillermo: "El universo familiar en la forma-cin intelectual de Pedro Henrquez Urea." SuplementoIsla Abierta, Hoy, Ao XIV, No.649, 4/11/94 (pp.19/27);No.650, 2/12/94 (pp.l9/27).

    RAMos, Samuel: "Pedro HenrquezUreiia". CuademosAmericanos,Ao V, Vol. XXVII, No.4, julio/agosto 1946, pp.264/267.

  • J. ALcANrARA ALMNZAR: P.H.U. ante la cultura y las letras dominicanas. 37

    RODRGUEZ ALCAL, Hugo: "En el cincuentenario de las'Orientaciones' de don Pedro," en Cuadernos Americanos,Ao XXXVI, Vol. CCX, No. 1, enero/febrero 1977, pp.221/232.

    SBATO, Ernesto: "Pedro Henrquez Urea," en Apologfas yrechazos. Barcelona: Editorial Seix Barral, 1979, pp. 53/77.

  • SOLEDAD ALVAREZ

    Repblica Dominicana

    LA PASIN DOMINICANA DEPEDRO HENRQUEZ UREA

    "Cun largo ha corrido el tiempo, amiga ycompatriota, desde que, alejndome de nuestra tierra,abandon la familiar reunin y las lecturas de vuestracasa! A la vida exclusivamente intelectual que llevantes, ha sucedido larga y variada experiencia de gentesy de pases, de ideas y de cosas; distancias y afios parecenhaber impuesto pausas en nuestra correspondencia; ytal vez pensis que se nubl ya en m la memoria de losviejos das...

    "Y sin embargo, estas pginas deben atestiguar locontrario. No se os escapar, si atentamente las veis,cmo en ellas perdura vuestra influencia que ya creaislejana, que acaso nunca juzgasteis mucha.

    (...)

    "Yen esta labor de mis horas de estudio, de mis dasalcineos, va hoya recordaros todo un ao de actividadintelectual que vos dirigisteis y cuya influencia perdura;va hacia vos, a la patria lejana y triste, triste como todos

    [38]

  • S. A!.vARfZ: La pasi6n dominicana de P.H.U. 39

    sus hijos, solitaria como ella en la intimidad de susdolores y de sus anhelos no comprendidos"!

    Pedro Henrquez Urefia inicia su libro Horas de estudio publicadoen Pars diez afiosdespus de haber dejado Santo Domingo coneste hermoso texto dedicado a Leonor Feltz, discpula predilectade su madre.

    Pginas singulares por el tono confesional y por la nostalgiahacia la patria, pocas veces expresada abiertamente, comocualquier otro sentimiento; palabras que apuntalan su raigalpertenencia a un pas pobre y pequefio, sometido a vicisitudespolticas que tanto l como su familia conocieron muy decerca, porque fueron justamente esos conflictos los que le cata-pultaron hacia un viaje que slo habra de terminar -extrafiacoincidencia- en otro viaje yen un tren en movimiento, aquelque deba llevarle a La Plata el 11 de mayo de 1946, donde lelleg la muerte.

    La dominicanidad de Pedro Henrquez Urefia se reafirma enel peregrinaje que fue su vida, paradoja que quizs slo puedaser entendida en toda su significacin por los dominicanos ypor quienes, como nosotros, han conocido esa tradicin a laque se refiere Emilio Rodrguez Demorizi a propsito deHenrquez Urea: la de los ciudadanos ilustres que arrastradospor las desdichas del pas han ido a otras playas a erigirse enforjadores de cultura2 Dominicanidad como apora, padecere opasin acrecentada en el largo exilio iniciado en 1901, y queslo interrumpe en dos breves ocasiones: durante algunos dasen 1911, yen 1931, cuando regresa a Santo Domingo para

    1 Pedro Henriquez Urei'l.a: "Das alci6neos" en Obra critica, prlogo de JorgeLuis Borges. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1983, pp. 50--51.

    2 Emilio Rodrguez Demorizi: Dominicanidad de Pedro Henriquez Urea. SantoDomingo: Editora Taller, 1984, p. 16.

  • 40 PONENCIAS

    ocuparpordieciocho meses el cargo deSuperintendente Generalde Enseanza.

    Pensar la relacin que mantuvo Henrquez Urea con supas natal -sin dudas determinada por el lugar primario de sufamilia en la sociedad dominicana- no slo alumbra la relacindel ensayista con la sociedad de su tiempo, as como lascontradicciones que configuraron su personalidad, evocadacon un cierto halo de enigma por sus contemporneos3; sinoque tambin permite dilucidar las races de su americanismo.

    Pocos escritores de la erudicin y de la estatura crtica deHenrquez Urea han nacido en un pas tan pobre como laRepblica Dominicana en 1884 - ao de su nacimiento.

    En la "Amrica tropical", en los petit pays chaude - comodenomin el ensayista a las naciones vctimas de vaivenespolticos y desorden econmico- encontraremos poetas,novelistas, pero la suma de conocimientos y el rigor intelectualevidentes desde sus primeros libros discuerdan con laslimitaciones del ambiente y con la ausencia de institucioneseducacionales, y slo son explicables o por el ilustre ambientefamiliar o por el esotrico razonamiento de Salomn de laSelva, quien despus de afirmar que Pedro Henrquez Urea losaba todo ya, deca de l que era el prodigio del alma que al

    3 Borges se refiere a los "singulares rasgos de su carcter" (Obra critica, pg. VII).Alfonso Reyes, su fraternal amigo, en el homenaje pstumo que le ofreci elgobierno mexicano en 1946 recordaba su timidez, la sobriedad, cierta tristeza ycmo esconda sus ternuras "con varonil denuedo, bajo el impasible manto de lapersuasin racional". Ezequiel Martnez Estrada, en sugerente rememoracin,escribe sobre su natural reserva y sobre el constante control de sus sentimientos:"extico, pues, enigmtico. Era entonces un hombre fro, razonador, corts,impersonal? Era un domador de s mismo. "Evocacin iconomntica de PedroHenriquez Urefta" en: En tomo a Kafka Yotros ensayos, Biblioteca Breve, Seix Barral,Barcelona, 1967, p. 83.

  • s. ALVARFZ: La pasin dominicana de P.R.U. 41

    nacer a la vida no olvid el mundo de las ideas de dondeproceda4

    El ensayista defini al Santo Domingo de su infancia comouna ciudad de tipo colonial, a la que "corresponda una vidaarcaica de tipo patriarcal. Ese fue el tipo de vida que exista entodas las Antillas espaolas en el Siglo XVIII y que en SantoDomingo se prolong hasta fines del XIX".s Alguna vez apunt:"Digo siempre a mis amigos que nac en el Siglo XVIII". Y enefecto, todava en 1893 la ciudad apenas contaba con 14,072habitantes, 20 establecimientos de ensefianza pblica y 17privados, 4 bibliotecas y 4 libreras. Sin embargo, existan 12peridicos nacionales -nmero que impresionaba a los viajeros,como tambin la activa vida cultural en medio de la anarquapoltica.6

    La infancia y la adolescencia de Henrquez Urefia trans-currieron en los aos de la dictadura de Heureaux, perodo degrandes transformaciones econmicas y sociales. La insercinde la Repblica Dominicana en el mercado capitalistainternacional, as como el desarrollo de las fuetzas productivasligadas a la industria azucarera y al comercio dinamizaron lasinversiones y la actividad econmica, loque dio como resultadoun perodo de progreso econmico, con la consiguientemodernizacin en las comunicaciones y en los servicios. As,

    4 Salomn de la Selva: "Teora del amor" en La Universidad, Revista de laUniversidad Nacional Autnoma de Nicaragua, Managua, 2 (6): 33, abr.-jun.,1993.

    s Pedro Henrquez Urea: "La antigua sociedad patriarcal de las Antillas" enPatria, 20 y 25 de diciembre de 1925, reproducido en Obra dominicana, SantoDomingo, Sociedad Dominicana de Biblifilos, 1988, p. 503.

    6 Sobre la Repblica Dominicana del Siglo XIX, ver H. Hoetink, El pueblodominicano 1850-1900, UCMM, Santiago, Rep. Dom., 1985. Pedro HenrquezUrea "Dos momentos en la historia cultural de Santo Domingo", Ob. cit., pp.512-525, texto en el que se evidencia la aguda mirada del socilogo.

  • 42 PONENCIAS

    en 1896 se instala el alumbrado elctrico, y aos despus, segnHenrquez Urea, llegaron el fongrafo, el primercinematgrafoy tambin el automvil y el aeroplano. "El Siglo XX lleg, pues,tan a prisa corno haba llegado despacio el XIX". 7

    El nuevo orden econmico favoreci el proyecto polticoliberal y nacionalista, del cual fueron portadores los sectoresagrupados alrededor del Partido Azul, que no sin rivalidades yambivalencias mantuvo una cierta hegemona poltica en lasltimas dos dcadas del siglo XIX. Los Henrquez fueron figurasconspcuas de ese sector liberal, que hizo suyo el ideariopositivista de "civilizacin o muerte" planteado por elpuertorriqueo Eugenio Mara de Hostos, en esencia compartidopor los sectores liberales latinoamericanos.

    Por su participacin en el poder poltico tanto como en elpoder del conocimiento la familia de nuestro ensayista esparadigma de la lite ilustrada latinoamericana.8 El to, FedericoHenrquez y Carvajal se distingui por su pensamientoantillanista y americanista, y por las campaas apasionadas enfavor de las independencias cubana y puertorriquea. Abogado,periodista, escritor prolijo y Fundador-Director del peridicoEl Mensajero, desde donde libr arduas batallas polticas enrepresentacin del sector liberal. Amigo cercano de Ramn E.Betances, de Eugenio Mara de Hostos y de]os Mart, quien le

    7 Pedro Henrquez Urea: "La antigua sociedad patriarcal", Ob. cit. p. 503.a Los Henrquez formaron parte de la inmigracin judeo-sefardita que lleg

    a Santo Domingo procedente de Holanda va Curazao, y que rpidamente secoloc en la cspide social por su nivel educativo. (Ver Hoetink, El pueblodominicano, p. 40-47). Frank Moya Pons, al referirse a la diferencia entre las familiastradicionales, de "primera", y aquellas que haban ascendido por nombradamilitar o poltica ganada a expensas de las numerosas revoluciones, seala: "Si nose contaba con el necesario grado de educacin, la permanencia en el seno de laoligarqua se haca ms que difcil, imposible." Elpasado dominicano, Fundacin).A. Caro Alvarez, Santo Domingo, 1986, pg. 20.

  • S. ALVAREZ: La pasin dominicana de P.H.U. 43

    deja su trascendental carta-testamento - comparti con ellosel ideal de una confederacin antillana.

    La madre, Salom Urefta de Henrquez, descendiente deantiguas familias de educadores, fue seguidora convencida deHostos, partcipe de sus esfuerzos por una reforma educacional,a la que ella misma contribuye con la fundacin de la primeraescuela de enseftanza secundaria para la mujer en el pas9 Salom Urefta fue ungida con el ttulo de "primera poetisa delpas" por Marcelino Menndez y Pelayo, despus que el pueblola haba consagrado corno poetisa nacional, ridindole unmemorable homenaje, en 1877, cuando le fue otorgada unamedalla costeada por suscripcin popular.

    Francisco, el padre, fue hombre de ciencia y maestro. Autorde trabajos cientficos y literarios, ocup diversos cargospblicos, desde Secretario Particular del Presidente FernandoArturo de Merifto, Ministrode Relaciones Exterioresy Embajadorante diversos pases americanos y europeos, hasta Presidente deJure de la Repblica durante los aftos de la ocupacin militarnorteamericana. Fue, adems, Presidentede la SociedadCultural"Amigos del Pas", una de las ms influyentes, sino la que ms,en la difusin de las ideas positivistas. Su liderazgo poltico eintelectual estuvo indisolublemente ligado al proyectohostosiano, y en particular al democrtico del Partido Azul.

    La familia Henrquez Urefta vivi y sufri en carne propiala activa participacin del padre en las luchas partidarias definales de siglo. Las conflictivas relaciones de Federico Henrquezy Carvajal con el dictador Heureaux fueron motivo de frecuente

    9 Eugenio Mara de Hostos afirm6 sobre la poetisa dominicana: "Si noviviramos en esa deplorable lejana y aislamiento, el nombre de Salom Ureda deHenrquez no s610 sera familiar en todos nuestros pueblos, sino que sus poesas sehabran vulgarizado en todo el Continente. Pero, dicha sea la verdad, la poesa deesta poetisa no es de las que gusta el vulgo". Pginas dominicanas, Selecci6n EmilioRodrguez Demorizl, librera Dominicana, Santo Domingo, 1963, p. 52.

  • 44 PONENCIAS

    inseguridad, cuando no de prolongadas ausencias, ya fuese porlos viajes relacionados con la prctica poltica, o por losfrecuentes exilios que el mismo se impona en los momentosde crisis poltica. La madre era el elemento cohesivo alrededordel cual giraba la vida familiar, fragmentada irreversiblementedespus de su muerte. 10

    Estas adversidades debieron influir en Pedro, el segundo de loshermanos. En los fragmentos de sus Memorias, de HenrquezUrefia recuerda sus aflicciones de adolescente acosado por lapersecucin poltica, y por las contradicciones con el medioque le rodeaba. Refugiado en s mismo y en la literatura, llevauna "vida exclusivamente intelectual". En esa "crisis de miadolescencia" -escribe- cuando todas mis aficiones tranquilastropezaban con la incultura ambiente, prefer estar en la casa asufrir el trato variable de las gentes". 11 La crisis a la que se refieretuvo lugar en el afio de 1897, en los meses posteriores a lamuerte de la madre, y sin dudas estuvo relacionada con esetriste acontecimiento. El "trato variable" no era otro que el queestableceuna sociedad sometidaal amedrentamiento dictatorialcon los proscritos polticos, pues justamente en esos afios, ysegn Max Henrquez Urefia, el padre "haba resuelto,

    10 En 1887, cuando Pedro tena 3 aos, su padre, Francisco Henrquez yCarvajal se traslada a Pars, donde pasara cuatro aos para completar sus estudiosde medicina. En 1895, el padre decide radicarse en Cabo Haitiano por los peligrosque representaba su oposicin pblica a la dictadura de Heureaux. Dependiendode la gravedad de las circunstancias, a Cabo Haitiano se trasladaban sus hi jos Frank,Pedro y Max. En las ausencias del padre, Salom Urea de Henrquez era laresponsable de la educacin y la salud de los hijos. Ver Pedro Henrquez Urea:Memorias, Academia Argentina de Letras, Buenos Aires, 1899; y el Epistolario de lafamilia Henriquez Urefla, Publicaciones del Sesquicentenario de la IndependenciaNacional, Seco de Estado de Educacin, Bellas Artes y Cultos, Santo Domingo, 1994.

    11 Memorias. p. 54

  • s. ALVAREZ: La pasin dominicana de P.H.U. 45

    inconforme con el rgimen del Presidente Ulises Heureauxdentro del cual l y sus mejores amigos eran objeto de continuavigilancia, emigrar a Cabo Haitiano, donde haba encontradoal visitarlo poco antes campo favorable para el ejercicio de suprofesin de mdico"12. Un afio despus de la muerte deSalom, en el 1898, Henrquez y Carvajal estuvo involucradoen una fracasada invasin contra el dictador lidereada porluanIsidro limenes, y conocida como "el caso Fanita" nombre delbarco en el que llegaron a Montecristi los conjurados. MaxHenrquez Urefia nos dice al respecto: "mi padre era uno de losaliados y consejeros con que contaba limenes para sus planesrevolucionarios contra Heureaux y para la organizacin de sufuturo gobierno. Aunque mi padre estim prematura laarriesgada empresa del desembarco en Montecristi y opin quepara iniciar una revolucin poderosa deba esperarse a que lasituacin econmica del gobierno de Heureaux, ya en extremoprecaria, se hiciere insoportable, su colaboracin con limenesno era un secreto para Heureaux". 13

    Araz del fracaso de los planes conspirativos, por razones deseguridad los hermanos Henrquez Urefia se ven obligados areunirse con su padre en Cabo Haitiano, hasta que, asesinadoHeureaux el 26 de julio de 1899, luan 1. limenes va en buscade Henrquezy Carvajal en el vapor que le traa de Cuba a SantoDomingo. Meses despus, elegido limenes PresidenteConstitucional, la familia regresa a Santo Domingo en el barcode guerra Independencia, con lo que se inicia "una vida nueva,dentro de la cual veamos de momento colmados nuestrosanhelos de vida intelectual". 14

    12 Max Henrquez Urea: "Hermano y Maestro" en Pedro Henriquez Urea.Antologfa, Librera Dominicana, Ciudad Trujillo, 1950, p. XXXIII.

    13 Ibid: p. XXXVIII.14 Ibid: p. XXXIX.

  • 46 PONENCIAS

    El ao que media entre el 15 de noviembre de 1899 -fechaen queJimenes asume la Presidencia y Henrquez y Carvajal laSecretara de Relaciones Exteriores- y el 17 de enero de 1901,cuando Pedro sale hacia Nueva York, es el que ste recuerda enla carta a Leonor Feltz que transcribimos al inicio de estetrabajo, como de intensas jornadas de lecturas. "Puedo decirque este fue el ao decisivo de mi gusto" confiesa en susMemorias: de Rod a D'Annunzio; y sobre todos, Ibsen. Pero alos sobresaltos de la oposicin se suceden los sobresaltos delejercicio del poder en un pas en el que, por la debilidadinstitucional y el fraccionamiento poltico, la guerra civil eraalgo ms que un fantasma. Las condiciones, pues, distaban deser idneas para el ansia de conocimiento y el desarrollointelectual de quien desde muy temprana edad haba dadomuestras de un talento excepcional. Cuando sale hacia NuevaYork, gracias a una misin encomendada a su padre, "Ibacontento, lo cual caus extraeza en quienes me conocan conmis exagerados afectos patrios; pero pensaba que mi ausenciadurara cuatro cinco aos, y que durante ella tendra ocasinde visitar el pas" 15. Desde entonces se entrecruzaron en elpatriotismo y ansia de conocimiento.

    El Henrquez Urea que encontramos en Nueva York en losprimeros aos del siglo XX es el joven vido de la vida culturalirrealizable en Santo Domingo. Ese primer ao, en el que asistia numerosas obras de teatro, peras, conciertos, exposicionesy conferencias fue el nico perodo de su vida de extranjero enel que no estuvo agobiado por responsabilidades o precariedadeseconmicas, las que comenzaran muy pronto, en abril de1902, cuando el Presidente Jimenes es derrocado y el padretiene que salir a Cuba como exiliado.

    IS Memorias, p. 77.

  • s. ALVARFZ: La pasin dominicana de P.H.U. 47

    El viaje de estudios se convierte as, por imperativo de lascircunstancias dominicanas, en "das amargos"; comenzandoentonces la que a mi juicio dbi ser la ms cruel de las tantasadversidades que debi enfrentar el humanista, por lo demsrecurrente en su vida: la de posponer el estudio y sus proyectosliterarios para atender las urgentes necesidades de subsistencia.En este momento, y bajo ese signo, inicia el itinerario que lellev de la anarqua de una sociedad invertebrada al centro deun continente en ebullicin, lejos de su familia y del SantoDomingo de su infancia. Lejos fsicamente, pero no as en loespiritual, ya que sin dudas durante cada uno de los das de sumodesta y ejemplar existencia Henrquez Urea fuedominicano, el hijo de Salom Urea dedicado a cumplir eldestino avizorado por la madre, de quien recibi la primeraeducacin y la apoyadura de su dominicanidad. 16

    En el hogar, bajo la mirada exigente y amorosa de Salom,cultiva Henrquez Urea el amor hacia la cultura dominicana.Entre las mltiples referencias a ese ntimo aprendizajerecordemos la que aparece en la carta del 2S de noviembre de1909, dirigida al dominicano]. Humberto Ducoudray, donderesponde tajantemente a las crticas que le hiciera Ducoudraypor sus juicios sobre la obra del poeta Gastn F. Deligne: "Creohaber dado pruebas abundantes del inters que en m despiertasu poesa: inters que existi, puedo decir, desde mi infancia,pues en mi casa se me ense a admirarle, a l y a todos los altosespritus del pas. "17

    16 Con su vida de magisterio, dedicada al enriquecimiento y a la difusin denuestra cultura, Pedro hizo realidad la profeca de la madre contenida en el poema"Mi Pedro", concluido por Salom poco antes de su muerte. En este texto, comoen "Qu es Patria" y "Angustias" se evidencia la profunda relacin que existi entremadre e hijo.

    17 Pedro Henrquez Urefia: Obra dominicana, op. cit., p. 552.

  • 48 PONENCIAS

    Max Henrquez Urefia recordara el temprano inters de Pedrohacia las letras dominicanas, y como bajo la orientacin de lamadre y de la ta, Ramona Urefia, iniciaron de adolescentes unacoleccin de poesas dominicanas que Henrquez Urefia habrade atesorar a travs de los afios, y de la que saldran diversosensayos crticos18, entre ellos sus estudios sobre Gastn F.Deligne y Jos Joaqun Prez, incluidos en la seccin "De miPatria" en Horas de estudio. Dieciocho aos despus, en 1915-1916, retoma ese proyecto de adolescencia y trabaja en unaantologa de la poesa dominicana, a la que dedica grandesesfuerzos recopilando libros, manuscritos y datos biogrficosde los poetasdominicanos, material que dona al Museo Nacionalde Santo Domingo en 1931, durante su gestin comoSuperintendente General de Enseanza.

    Ese inters hacia la cultura dominicana se mantendrahasta su muerte. Para constatar que en cada momento y desdedonde se encontrara estuvo al tanto de la evolucin de lacultura y la literatura de su pas, de la que fue su ms consagradodivulgador basta consultar los numerosos trabajos sobre temasdominicanos, cuyas fechas abarcan desde 1900 hasta 1945, oseguir en su correspondencia, sobre todo en la que intercambiacon su hermano Max y con Emilio Rodrguez Demorizi, lasfrecuentes noticias, solicitudes de libros y comentarios sobreSanto Domingo. "Dar a conocer lo nuestro! Lo ensayo cuandopuedo y como puedo"19 exclama en 1907, convencido de quesi la literatura dominicana es la gran desconocida en el conciertocontinental, las razones no son de calidad sino de la escasadivulgacin de las obras y de la tradicional actitud de aislamiento

    18 Max Henrquez Urea: "Hermano y Maestro", op. cit., p. XXXVII.19 Pedro Henrquez Urea: Carta a Apolinar Henrquez. Obra Dominicana, op.

    cit., p. 530.

  • s. ALvAREZ: La pasin dominicana de P.H.U. 49

    del escritor dominicano, al que le pide circular las obras fuerade las fronteras nacionales, entre crticos de prestigio tantocomo entre instituciones.

    La mirada atenta del investigador que escudrifia eldocumento histrico y sigue la estela del dato indito se une ala del socilogo perspicaz para abarcar todos los espacios de laculturadominicana: lenguaje, poltica, literatura, monumentoscoloniales, universidades, arte popular, escritores y obras designificacin intelectual y poltica. La perspectiva totalizadorase corresponde con su teora de la literatura hispanoamericanacomo proceso, sucesin de esfuerzos determinados por laespecificidadhistrica de un Continentequebusca suexpresinen el universo de lengua espafiola. El resultado es un mtodognoseolgico que al vincular la historiay la literaturaconstruyeun sistema en el que opera la produccin del autor: "En todoestilo de escritor, por muy alejado que est de la intencinpuramente literaria, se descubre la generacin a que pertenece,se puede determinar si ha escrito antes o despus de tales ocuales transformaciones de estilo"20 Este entendimiento de laliteratura conlleva una estrategia de investigacin abarcadora,que puede dar cuenta de la globalidad del hecho cultural en laformacin histrico-social y de la unidad entre las distintasmanifestaciones humanas. De ah que reclame a FedericoGarca Godoy la "historia sinttica de la cultura dominicana,comprendiendo la evolucin de las tendencias polticasy de lasideas sociales, as como la vida religiosa y la intelectual yartstica 1121, proyecto que l mismo pareciera haberse propuestocuando ampla su trabajo "La vida intelectual en Santo

    20PedroHenriquez Urena: "Uteraturacontempornea de la Amrica Espaftola"en Obras completas, Tomo VI, Santo Domingo, Ed. UNPHU, 1979, p.18.

    2\ Pedro Henriquez Urena: carta a Federico Garda Godoy. Obra dominicana,op. cit., p. 541.

  • 50 PONENCIAS

    Domingo" (1910) en los subsiguientes "Literatura Dominicana"(1917), y "La Cultura y las Letras Coloniales en Santo Domingo"(1936) monumento de erudicin que continu enriqueciendohasta su muerte, y que es complementario de El espaol en SantoDomingo.

    Por qu dedica tanto empeo a la reconstruccin de lacultura colonial de su pas, aun a sabiendas de las dificultadesinsalvables por la escasez de datos? El mismo Henrquez Ureanos da la respuesta: al "escptico que dir que, despus de todo,no vale la pena; que si bien la cultura colonial pudo significarms, y an mucho ms de lo que comnmente se cree, no hubocreacin cientfica u originalidad artstica que justifiquentamao esfuerzo de reconstruccin"22 replica argumentando elmismo derecho de la actividad de la cultura con respecto a lapoltica para la atencin de la historia, mucho ms cuandopuede explicarnos no slo caracteres de la vida social local,como en el caso de Santo Domingo; sino tambin florecimientosde alta significacin en Amrica, como el de la cultura cubanade principios del Siglo XIX.

    En palabras de Rodrguez Demorizi la Historia de la Culturay las Letras Coloniales en Santo Domingo revela la dominicanidaddel ensayista y la manera en que "el ilustre compatriota, atravs del tiempo, iba acumulando noticias de su Patria sinperder un solo dato, leyendo las largas y pesadas colecciones dedocumentos, releyendo las Crnicas de Indias en minuciosainvestigacin de lo nuestro, tras el grano de arena con quepacientemente haba de levantar la noble arquitectura."23

    22 Pedro Henrquez Uref'l.a: "Dos momentos en la historia cultural de SantoDomingo". Obras completas, Tomo X, op. cit., 1980, p. 27.

    23 Rodrguez Demorizi: Dominicanidad de Pedro Henriquez Urea, op. cit., p.13.

  • s. ALVARU: La pasin dominicana de P.R.U. 51

    Igual que en las Corrientes Literarias en la Amrica Hispnica(1945) en La Cultura y las Letras Coloniales en Santo DomingoHenrquez Urea traza el cuadro de nuestra literatura con elteln de fondo de las particularidades socioeconmicas. Igualque en las Corrientes, donde se propone reforzar el sentido dela unidad de cultura en los pases del hemisferio que compartenla tradicin hispnica, el punto de partida es la pertenencia deSanto Domingo a la Amrica hispana, y por ende a esa tradicinen la que su pas ocupa lugar privilegiado por ser"el primero enla implantacin de la cultura europea"24. Hay, pues, un virtualencarecimiento nacional en esta recuperacin del pasado,esplendoroso sobre todo en el orden cultural, el cual adquierenuevo sentido a la luz de la intervencin norteamericana aSanto Domingo. Esta fue la divisa que ostent con orgullo endiversos escenarios, entre otros la Universidad de Minnesotaen los das de la ocupacin militar norteamericana, dondereclam el derecho de su pequeo pas a la libertad y al decoro."Los ttulos de Santo Domingo -afirm en aquella ocasin- noson principalmente geogrficos; son ms bien espirituales"25, yagrega que entre los mayores estn sus esfuerzos en pro de lacultura. El inters es axiolgico. La reconstruccin del pasadodeviene historicidad, imagen proyectiva del"ser" dominicano.Ms que un pasado, Repblica Dominicana ha sido aspiracinde futuro, vocacin que sobrevive en una historia deadversidades gracias a la existencia de la conciencia nacional ya la fortaleza de una cultura en la que se articulan tradicin eidentidad.