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JOSE LUIS - Trabajo de Gladiadores y Coliseo

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ÍNDICE

● Introducción..................................................................................................... 2

● Del rito al espectáculo...................................................................................... 3

● Finalidad religiosa, política y social............................................................... 4

● Los gladiadores................................................................................................ 5

● Costes de los combates de gladiadores y las naumaquias...........................10

● El origen del anfiteatro......................................................................... .........11

● El gran Coliseo de Roma............................................................................... 13

● Ficha................................................................................................................ 21

● Conclusión...................................................................................................... 23

● Glosario........................................................................................................... 24

● Bibliografía..................................................................................................... 25

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INTRODUCCIÓN

La enorme mole del anfiteatro Flavio, más conocido como “Coliseo”, aún domina majestuosamente el margen izquierdo del Tiber, como el mayor y más solemne testimonio del antiguo poder de Roma. El historiador Beda el Venerable, ya en la lejanía del oscuro siglo VIII, formuló una admirada y celebré profecía que da cuenta de la gloria de este monumento:

“Mientras siga en pie el Coliseo, seguirá en pie Roma. Cuando caiga el Coliseo, caerá Roma. Cuando caiga Roma, caerá el mundo”.

Las enormes dimensiones que podía acoger a unos 50.000 espectadores, justifican su denominación, aunque los orígenes de esta sea un misterio, según muchos, se debía a una estatua o “Coloso” de Nerón en sus cercanías.

En general la capacidad de los anfiteatros que conocemos superaba con creces la cifra de habitantes de una ciudad, serían edificios erigidos para acoger en los días de espectáculos tanto a los moradores urbanos como a quienes vivían en el campo y a los visitantes de localidades vecinas. En la gran Roma los indicadores visibles de estatus reforzaban la disimetría social, contribuyendo a consolidar la imagen de los grupos aristocráticos frente a los sectores plebeyos. Lo mismo ocurría a escala municipal, como se recuerda en la ley colonial de Urso. Los juegos debían ocupar la mayor parte del día, sólo así merecería la pena del desplazamiento a campesinos o a quienes acudían desde poblaciones cercanas. Incluso podían durar hasta la noche y necesitan iluminación y prolongarse durante sucesivas jornadas festivas como ocurriría con la inauguración del Coliseo en el año 80 d.C.

El lanzamiento recientes de películas sobre gladiadores, ha restablecido un interés y encanto sobre los duelos a muertes entre romanos llevadas desde un principio ritual a los grandes espectáculos en épocas del Imperio. Un recorrido a través del tiempo de la Roma Antigua donde los hombres de combates dieron sus vidas para satisfacer los caprichos de emperadores y del pueblo.

Aunque esta sangrienta historia esté basado en las evidencias y los relatos de la época. Los números de todos esos animales y seres humanos masacrados, los indescriptibles actos de crueldad está más allá de lo explicable.

En Pompeya la muerte de 10.000 hombres durante el curso de ocho espectáculos, en uno de ellos se arrojaron 20 elefantes, 600 leones y más de 400 leopardos contra gétulos armados con dardos. Después de la victoria de Trajano sobre los dacios 11.000 fueron masacrados por bestiarios, gladiadores que luchan contra animales. Los estadios se inundaban para que flotas de navíos pudieran luchar hasta la muerte, de hecho, se inventó cualquier forma imaginable de torturar o de matar hombres, mujeres o niños, para divertir, impresionar y aplacar al pueblo romano. El mundo de los juegos romanos que aparece retratado por el increíble de su ferocidad. El pueblo romano que soltaba carcajadas ante la vista de los seres humanos indefensos siendo desgarrados por animales salvajes este pueblo no puede descartarse como antiguo ya que todavía el pueblo de nuestro día sigue pidiendo más sangre.

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DEL RITO AL ESPECTÁCULO

En fechas recientes se han cuestionados algunos grandes mitos en torno a la lucha de gladiadores en la arena. Por ejemplo no es definitivo que el pulgar hacia abajo marcara la muerte de un vencido; tampoco parece que la fórmula con que los prisioneros condenados a luchar saludaron al emperador Claudio, el conocido “Ave César, los que van a morir te saludan”.

Fuera de tales gestos o simples signos, todos los demás parece haber sido cierto, cacerías, condenados a morir bajo ataques de fieras, luchas a muerte.

El espectáculo de la sangre derramada, en el que la vida se defendía al filo de la muerte, basaba su atractivo para la muchedumbre que poblaban las gradas del anfiteatro. Lo que antemano, 264 a.C. comenzó de modo ritual con motivo de unos funerales nobles, se acabaría imponiendo en los primeros siglos de nuestra era como un tipo de espectáculos de masas.

Tertuliano en el siglo II d. C. se creía atraer el favor de los dioses sobre el alma de los difuntos a través del derramamiento de sangre de esclavos o de prisioneros de guerra. Se trató según Festo, de una práctica que entroncaría con la costumbre más antigua de derramar sangre sobre la tumba de los guerreros valerosos. Fueron rituales de vivos para librarse de los muertos, para apaciguar a los espíritus que vagaban sin reposo, que podría perturbar a sus conocidos en vida.

Pero las luchas de gladiadores dejaron de ser sacrificios funerarios para convertirse en espectáculos donde la sangre exaltaba los ánimos bajo la voluptuosidad de la crueldad sanguinaria. Al despojar de derechos al ser humano fue posible crear el espectáculo del anfiteatro romano, la sociedad de la que se asentó un sistema basado en la mano de obra servil y el imperialismo, que ignoró los derechos del hombre no libre y convirtió a los vencidos en esclavos que fueron estos los que nutrieron las escuelas de gladiadores: esclavos fornidos que además de luchar, acompañaban como escoltas a sus dueños, patricios que temían por su seguridad, los prisioneros de guerras entregados a las escuelas de gladiadores, criminales sentenciados a morir a espada de gladiador o por las fieras.

También hubo hombres libres que se enrolan voluntariamente en las escuelas, dispuestos someterse a un entrenamiento, quizás por la vanidad de la fama, por unos honorarios que crecían a medida que se acumulaba victorias y por las recompensas.El éxito de los primeros espectáculos en época de la República motivó que se multiplicara la organización de combates por iniciativa de particulares, los combates de gladiadores merecían el apelativo de munera “regalos y deberes” en latín. Con un doble sentido que eran regalos para gozo popular pero también deberes para la memoria de los muertos al principio y para el pueblo, contraídos por los acaudalados, de los candidatos a puestos públicos.

Los juegos respaldaran carreras políticas de manera determinante. El primer espectáculo de gladiadores conocido, es el que ofrecieron los hijos de Junio Bruto a la memoria de su padre en el año 262 a.C. consistió en tres parejas de esclavos. La República, César, se sirvió con frecuencia de este instrumento de propaganda, reuniendo a más de 300 parejas para un solo espectáculo.

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En época imperial los cuestores y los pretores de Roma siguieron ofreciendo munera que no podían hacer palidecer los juegos.

Así se creó una industria en desarrollo, debido por un lado a su naturaleza destructiva. El negocio en la organización de combates y la preparación de gladiadores no gozo de buena reputación. Los propietarios de gladiadores se denominan Lanistas se trataba de los empresarios de un negocio caro si unos juegos era un acto de prodigalidad y exhibición ante el pueblo no tenía sentido escatimar ni regatear. La calidad de los juegos derivaba del número y la categoría de los combates. El Editor era aquel que financiaba, organizaba y presidía los juegos. Podía tratarse del Emperador, un magistrado, un sacerdote o un simple particular, a él le correspondía premiar a los vencedores, dejándose aconsejar por el clamor popular, Y así podía transcurrir una jornada en el Anfiteatro Flavio.

FINALIDAD RELIGIOSA, POLÍTICA Y SOCIAL

La organización de los espectáculos fue un tipo de acto munificente muy extendido por todo el mundo romano. Los evergetas que los financiaron serían conscientes de la repercusión pública que podía tener la celebración de estos espectáculos que normalmente se concentraban varios miles de personas y esperarían obtener a cambio popularidad y prestigio que posteriormente intentarían rentabilizar a nivel político y social. La obtención de gloria y honores dentro de sus comunidades fue una motivación fundamental para la mayoría de las personas que hicieron donaciones en el mundo romano, y ayuda a comprender la alta participación de los nobles locales en la organización de estos juegos. Mediante la realización de donaciones las elites municipales podían obtener de los senadores la concesión de honores públicos, logrando así aumentar su prestigio ante sus conciudadanos y ver reconocida públicamente su generosidad. Por otra parte, la erección de estatuas y epígrafes de homenajeados, la de los demás miembros de sus familias y la de sus descendientes, quienes podrían utilizar el prestigio familiar adquirido a la hora de iniciar sus carreras políticas. Estas donaciones y los honores recibidos por los miembros de las elites municipales se irían acumulando en la memoria cívica colectiva y permitirían a determinadas familias de nobles locales controlar el poder político en sus comunidades durante varias generaciones.

Determinadas personas de condición libre que lograron hacer fortuna y los libertos con recursos económicos también buscaron obtener prestigio y mejorar sus status invirtiendo parte de sus fortunas en actos de munificencia cívica. Los primeros intentarían atraerse el favor del pueblo y de los decuriones para alcanzar un puesto en el senado o un cargo municipal. Los segundos, dado que su estigma servil les impedía acceder a los senados locales o a los magistrados ciudadanos, aspirarían a ser nombrados por las curias seviros Augustales1 o ver recompensada su generosidad con un decreto decurional que les concediese los ornamenta decurionalia, distinción muy ansiada por ellos, ya que les permitía disfrutar de las insignias y privilegios reservados a los miembros del ordo decurionum. Entre los cuarenta y dos evergetas que organizaron espectáculos públicos en diferentes ciudades encontramos a diez de origen libre que no indican haber desempeñado cargo público alguno.

1 Sacerdotes del culto imperial

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La explotación incontrolada y especialmente brutal de las masas de esclavos, gracias al comercio o a la influencia de prisioneros de guerra, condujo a conflictos en los que se encontraban frente a frente los más fuertes y poderosos de la sociedad romana y los más oprimidos. El odio del esclavo, que antes de su captura había sido en muchos casos ciudadanos libres y conscientes de sus derechos en otro Estado, no podía pasar desapercibido a su amo, dada la fuerza del estado romano, las posibilidades de resistencia de los esclavos contra sus amos eran reducidísimas. El desobediente era al punto castigado con toda severidad. Escapar de una villa agrícola era difícil y a la larga pocas veces terminaba bien para quienes lo intentaban, el hecho de que Plauto y también Catón mencionen la huida de esclavos, sólo pone de manifiesto la suerte fatal que aguardaba a quienes se atrevían a ello. Más inviable todavía era un abierto levantamiento contra los dueños con independencia del estrecho control y del encadenamiento de los esclavos en muchas villas, apenas había entre ellos posibilidades de comunicación, que habían sido imprescindibles para preparar un movimiento de masas; en las ciudades, donde se daban mejor estas condiciones, la situación de los esclavos como lo serán más tarde los gladiadores.

LOS GLADIADORES

Gladiador, del latín Gladiador, etimológicamente significa el que lucha con la espada. Los orígenes de las luchas entre gladiadores se sitúan en el período etrusco, en ese tiempo se recoge los primeros testimonios que hablan de combates realizados para honrar a los fallecidos. Esas prácticas fueron asimilados por los romanos primigenios y tardaron poco en ser incorporadas a las costumbres de aquella civilización, en principio fue un puro asesinato de esclavos y enemigos prisioneros, luego se convirtió en luchas profesionalizadas.

La época republicana los notables pagaban abundantes sumas para contratar los servicios de estos hombres. En Hispania el primer combate fue organizado en el 206 a.C. por Cornelio Escipión, el africano, con el propósito de honrar la memoria de su padre y tío. Otro impulsor fue Julio César, no reparó en gastos a la hora de convocar gratos festejos que le sublimaran como líder. Todo el siglo I a.C. la popularidad de los potentes gladiadores se incrementó notablemente, la crueldad llegó a tal extremo que el propio Octavio Augusto se vio obligado a dictar normas reguladoras por aquellos sanguinarios eventos.

- La LEX FLAVIA: Se ocupa de la distribución de los espectadores en un único capítulo, el LXXXI, que titulada de ordeni specta [colurum] pero, a diferencia de la Ley de Urso; dedica al tema de las reservas de asientos en los espectáculos públicos nada menos que 3 capítulos (XXV – XXXVII).La ley Flavia se limita a disponer que cada clase de hombres contemplarán los espectáculos en los mismos lugares que solía hacerlo antes de la promulgación de esta ley, como allí es o será permitido, según un decreto de los decuriones y los edictos o decretos del divino Augusto, o de los emperadores Tiberio, Claudio, Galba, Vespasiano, Tito y Domiciano. El texto de la ley Flavia es extraordinariamente parco:1º No distingue entre ludi scaenici y circenses, limitado a hablar de spectacula.2º Al referirse al público, habla de clases de hombres (genera hominum), sin distinguir entre decuriones y el resto de la población.

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Otro dato lo constituye la referencia como base legal para realizar dicha distribución no solo a un decreto de los decuriones, sino a los edictos y decretos de diversos emperadores, que se inicia con Augusto y se termina con Domiciano en el que se promulgó la lex Flavia municipalis.

Augusto había proclamado que con la promulgación de sus leyes intentaba recuperar las costumbres ejemplares de los antepasados y presentar otros nuevos para las futuras generaciones. Quedan muchas dudas en relación con las decisiones que tomó en la distribución de la audiencia en los teatros y anfiteatros. Algunos estudiosos han sugerido que en ciertas partes del Imperio las distribuciones se hicieron al azar, y fueron individuos o grupos de presión quienes tomaron la iniciativa en incluso llegaron a pagar dinero para la reserva de asientos. Sin embargo, Augusto no permitió ninguna de esta clase de actuaciones, las reformas, con ligeras modificaciones pervivieron a lo largo del Imperio.

Algunos emperadores se involucraron tanto en el espectáculo que, también se convirtieron en auténticos luchadores, tal caso como el de Cómodo, hijo de Marco Aurelio, quien participó en 735 combates proclamándose a sí mismo. “Vencedor de mil gladiadores”.Los festejos en Roma eran constantes, en el siglo I d.C. el emperador Vespasiano mandó a construir el anfiteatro Flavio para casi 50.000 personas que se dieron cita las celebraciones más importantes del Imperio romano.

Los gladiadores desfilaban ante la multitud con sus indumentaria, tras esto se situaban frente al Emperador y levantando sus brazos armados emitían el famoso saludo.

La historia comienza hace más de dos mil años cuando se preparaban los juegos del anfiteatro. El origen parte de 4 fuentes que dan el origen de los gladiadores:

1º Los prisioneros de guerras, pueblos prisioneros de los romanos que les hacen esclavos y son comprados por los Lanistas que eran los propietarios de las escuelas.

2º Esclavos, propietarios que reunían las condiciones físicas buenas y todo lo que consiguen el esclavo lo consigue el propietario.

3º Los esclavos que son enviados a la escuala de gladiadores que luchaban durante 5 años y si sobreviven pasaban a ser instructores de la escuela.

4º Hombres libres endeudados que su salario era ingresar en la escuela o los saldos que acaban su vida servil y no se adapta a la ciudad.

En Roma los días de juegos comenzaban por la mañana con la lucha de animales o exhibiciones de estos, donde se veían los animales traidos desde los límites del Imperio. Al mediodía las ejecuciones el Coliseo era donde se ejecutaba los condenados, tambien los espectáculos de comabates de gladiadores profesionales y condenados sin protección. Por la tarde los combates de los gladiadores se pondrían prolongar por la noche.

Igual de deseados que los ludi circenses eran los combates de gladiadores, aunque estos últimos eran menos organizados debido a su mayor coste.

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Se conoce más de una quincena de amaduras de gladiadores, las cuales se distinguían por sus armas de ataque.

La vestimenta básica de un gladiador constaba de un calzón corto (subligaculum) sujetado con un ancho cinturón (balteus) que protegía el bajo vientre de los golpes, más protecciones de cuero y refuerzos de metal en las extremidades, un casco de 4 Kg, (el doble que el de un legionario), con un visor que protegía la cara, manica en los brazosm en especial en el derecho ya que en el izquierdo se protegían con el escudo, y fasciae y ocreae en las piernas. Las protecciones matálicas iban sujetas sobre acolchados de lana para no producir heridas en los ocmbatientes. Todo este equipo junto con el escudo y la armas de ataque (espada y lanza) llegaban a pesar 20 Kg.

Las parejas que se enfrentaban normalmente eran el mirmillon contra el tracio o el hoplómaco, y el secutor contra el retiario. De este modo, son los tipos que aparecen habitualmente en las decoraciones de tema gladiatorio.

El mirmillon: Luego derivará en el samnes, se protegía y empujaba al oponente con un escudo grande y rectangular (unos 100 x 65 cm y 10 Kg de peso) y ataca con el gladius Hispanensis.

Su cabeza va protegida por un casco en forma de pez, y sus piernas y brazos estaban protegidos por grebas y brazales.

El tracio: Se caracterizaba por su escudo pequeño (parma) y cuadrangular (60 cm de lado y menos de 3 Kg) por la sica (espada cruza) con el filo corvo y por llevar fasciae metálica en ambas piernas. Y lleva un casco cerrado completamente y

decorado con una cresta.

El hoplómaco: Simulaba un hoplita griego, llevaba casco cubierto en su totalidad. Era un tipo muy parecido

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al anterior ya que portaba las misma protecciones pesadas 10 Kg. en las piernas y la parma, aunque circular, pero atacaba con una lanza.

El retiario: Es el más popular de los luchadores. A diferencia de las anteriores, era un gladiador ligero, con menos protecciones; en muchas ocasiones no llevaba ni siquiera casco ni escudo. Sus armas de ataques era un tridente, una daga y una red de unos 3 m (iuculum) con la que intentaba mantener apartado al contrincante y hacerle caer para darle el golpe definitivo con el tridente. Ante la flata de protecciones llevaba la manica en su brazo izquierdo prolongándose esta en un galerus de metal por

encima del hombro para defenser la cabeza de los ataques laterales.

El secutor y el contraretiario: Era una variante de mirmillon para enfrentarse contra el retiario, siendo la principal diferencia con aquél el casco, que era más compacto para evitar las poderosas embestidas del tridente.

Otros tipos conocidos, pero menos habituales en el espectáculos era el provocator, llevaba una armadura

pesada (lorica) y espada larga (spatha); el eques, jinete a caballo con lanza y espada; el essedarius, gladiador de origen britano que atacaba con una jabalina montado en un carro guiado por un auriga; el veles, infante con hasta; el dimachero, que luchaba con 2 espedas; la andabato, que combatía a ciegas cubierto por una malla metálica; el sagittario o arqueo; el laqueario, parecido al retiario pero en vez de una red se protegía con un lazo con el que atrapaba al contrincante. Estos gladiadores dados sus rasgos solían combatir contra otros de sus misma armadura.

Los gladiadores por lo general se enfrentaban por parejas sujetos a unas regla, controlados a pie de pista por un árbitro principal (summa rudis) y su ayudante (secunda rudis). Los árbitros provistos de una vara o látigo azuzaban a los gladiadores que realizaban golpes prohibidos y también a los que eran poco combativos. Las tácticas de ataque se concentraban en el torsos única parte del cuerpo junto con los pies que iba desnuda. Los golpes de las armas ocasionaban heridas pero no la muerte. La decisión final sobre la vida o muerte del vencido recaía en el presidente de los juegos atendiendo a la opinión del público. No obstante, las figuras tenían sus seguidores por lo que es improbable que pidiesen su ejecución en caso de pérdida; incluso eran suspirium puellarum. Las cicatrices sufridas en los combates constituían en época imperial un signo de valentía y virilidad. En este sentido la tasa de mortalidad al igual que el resto de profesionales de los espectáculos, era elevada. La edad media de defunción de los gladiadores se sitúa en torno a los 27 años, en los que no suelen alcanzar los 20 palmas. Ahora bien, en las inscripciones funerarias se aprecia que por término medio los

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gladiadores vivían más años que los aurigas aunque lograban muchas menos victorias que estos. En este sentido, Epidecto2 aludía a los ruegos de los que eran poco contratados para combatir, e igualmente, Cicerón3 afirmaba que era difícil que un gladiador lograse 6 palmas en Roma.

En cuanto al status de los gladiadores, algunos portan tria nomina por lo que serían ciudadanos metidos voluntariamente en el oficio (auctorati), pero la mayoría se identifica sólo por un cognomen. Era costumbre entre los profesionales adoptar un apodo de guerra que con frecuencia estaba vinculado etimológicamente con la mitología (Hermes), con la suerte (Faustus), con una cualidad física (Ampliatus) o moral (Amandus, Probus). Además los apodos de las grandes figuras eran adoptados posteriormente por los nuevos luchadores. Por ello, el nominarse únicamente por el cognomen no tiene por qué indicar un origen servil. Así pues, abundaban los gladiadores auctorati pro la fama y el salario de hecho, los noxii en muchos casos eran desviados de la arena para ser empleados en trabajos municipales (Plinio: Estipulae X 31). Pero esclavos y libertos serían los predominantes entre los gladiadores, está era la condición de Amandus, Faustos, Sagitta y Simplex.

En todo caso, además de la palma triunfal y en los casos de victorias brillantes de una corona, tanto esclavos como auctorati percibían un salario por pelear, salario cifrado por la lex gladiatoria de Marco Aurelio respectivamente en el 20 y 25% de lo que embolsaba el lanista. Esta lex establecía diferentes precios según la mayor o menor categoría del espectáculo y del gladiador, variando lo que podía cobrar el lanista entre los 1.000 sertercios por la venta del gladiador más barato (gregarius) y los 15.000 HS por el summus et formonsus gladiator. Además con la finalidad de reducir los elevados costos que

alcanzaban la organización de los munera gladiatoria en las grandes ciudades la lex obligaba a que la mitad de los combatientes de cada espectáculo fuesen gregarii.

Los munera gladiatoria solían incluir en su programa matutino venationes. Estás podían ser de cinco tipos: exhibición de animales exóticos, cacería con perros, enfrentamientos de un bestiarius contra una fiera salvaje, combate entre dos bestias salvajes, o ajusticiamiento de condenados. Los venatores del anfiteatro no eran tan apreciados como los gladiadores de tal forma que apenas se conservan epitafios referidos a ellos.

Los análisis de huesos en un cementerio de gladiadores han demostrado que el golpe decisivo para los combatientes postrado boca abajo en la arena, penetraba por el omoplato hasta alcanzar el corazón. Quienes se tenían en pie, debían hundir la rodilla en la arena a la espera de la sentencia. El vencedor asía la cabeza del derrotado bajo la barbilla. Llegado el caso, la espada penetraba en el cuello y el gladiador moría exangüe. El cadáver pasaba a poder de los dioses.

2 (Dissentationes 1 29,37)3 (Philippicae XI 11)

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COSTES DE LOS COMBATES DE GLADIADORESY LAS NAUMAQUIAS

El coste de los espectáculos debió variar mucho en función del programa presentado y de su duración.Los combates de gladiadores debieron ser los espectáculos más caros. El Aes Italicenus nos muestra los diferentes precios que debían tener los combates de gladiadores en el último tercio del siglo II. Estos aparecen clasificados en: munera de 30.000 a 60.000 sestercios4; de 60.00 a 100.000 HS., de 100.000 a 150.000 HS., y de más de 150.000 HS. No obstante, la oratorio de pretiis gladiatorum minuendis fijaban unos precios que debían respetar los lanitas, pero no establecía un límite máximo de gastos para los evergetas, quienes podían emplear más de 150.000 HS. en la celebración de munera.

Las naumaquias llegó a ser la culminación de la ambición aplicada a la producción de espectáculos, que apareción en tiempor de César y aún pudieron verse durante el siglo I d.C. se trataba de recreaciones de batallas navales célebres, simuladas sobre lagos artificiales creadas para la ocasión. En ellos, los barcos maniobraban, los remeros bogaban y finalmente, los combatientes prisioneros o criminales, todos condenados a muerte, se debatían en el cuerpo sobre las cubiertas fibgiendo operaciones de abordaje y asalto. Guardias pretorianas vigilaban para evitar intentos de fuga. Es fácil suponer el coste de tales espectáculos, en los que se derrochaban medios materiales y humanos y donde hasta el agua debía llegar para la ocasión. El Coliseo, ubicado en el emplazamiento de un antiguo estanque de los jardines de Nerón, fue escenario, como motivos de su inauguración en el año 80, de una gran naumaquia evocando la guerra entre Corinto y Corcira.

Domiciano ofreció allí otra batalla naval antes de excavarse todo el sistema de galerias bajo la arena, pero lo más memorable lo había organizado Claudio en el lago Fuccino a ella se destinaron 19.000 prisioneros.

4 Según las tarifas establecidas en el senado con treinta mil sestercios (= HS.) se podría dar un munus con seis parejas de gladiadores: dos gladiadores de 6.000 HS., dos de 4.000 HS., dos de 3.000 HS. y seis de 1.000 HS.

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La segunda gran naumaquia de la que se tiene noticia se celebró en Roma en el año 2, organizada por Augusto, en el algo artificial construido casi enfrente, al lado del Tíber para celebrar la consagración del templo de Marte Ultor. En el combate, que sesimulaba el encuentro naval entre los atenienses y persas participaron 30 birrenes y trirremes con espolón y un sin número de naves de menor tamaño.

Con los años, los combates de gladiadores alcanzaron la perfección, miles de guerreros luchaban en la recreación de enormes batallas, terrestres y navales. Los presupuestos eran altísimos, el emperador Tiberio llegó a pagar 10.000 sestercios por una terna de gladiadores invencibles. La noche previa a los combates era muy sugestiva para los gladiadores, se les concedía el placer de una suculenta cena y el amor de mujeres bellas.

Los gladiadores eran profesionales bastantes valorados por el público de este modo, era normal que durante la cena que procedía a la competición sus admiradores les regalasen obsequios de gran valor. Una de las historias de un gladiador fue la que gira alrededor de la verdadera historia de Verus, que se levanta de esclavo a gladiador estrella, quién hace frente al último desafío. Es una de las muy pocas luchas de gladiadores que fue registrado y descrito por los escritores contemporáneos de esa época.

En el siglo IV el emperaror Constantino denostó este tipo de lucha, con la llegada del cristianismo provocó enormes críticas que enflaquecieron el ánimo de los romanos hacia lo que había sido uno de sus espectáculos más valorados duerante siglos. Fue Honorio en el año 404 quién decidió acabar con las luchas mortales entre gladiadores.

EL ORIGEN DEL ANFITEATRO

El origen del anfiteatro, es así mismo, debido a los romanos, que encontraron lo más apropiado para la exhibición de los espectáculos para su más deleite; es la combinación de dos teatros juntos, de este modo tiene un escenario circular que en el centro se asienta la arena, mientras que el resto del espacio es reservado para los espectadores.

Así mucha de la porción del edificio fue de servicio y todo el mecanismo de la exhibición debió ser visto facilmente por los miles de presentes. Esto es también necesario el uso del espacio que está debajo de la arena, el así llamado “hipogeo” y del exterior de la construcción para preparación, la maquinaria, el acomodar y la adaptación de los efectos escénicos, etc.

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La condición del anfiteatro se le da de la palabra griega en que se deriva para la explicación de la idea original de la estructura; que es un lugar de donde se puede ver desde varias partes: (γύρω από) alrededor y (έαμα) espectáculo. Este edificio fue también destinado especialmente para la caza de animales, que también fueron los que los llamaron el teatro de las cacerías. El derrrame de sangre humana para que el pueblo viera los espectáculos, había sido una superstición predominante en Etruria, donde especialmente los ritos funerarios fueron celebrados con estas exhibiciones sanguinarias.

Desde Etruria no lejos de Roma, en el año 263 a.C. en el Forum Boarium, en honor al funeral del padre de Marco y Decimo Brutus, los combates de gladiadores fueron los primeros en exhibirse en Roma. Durante algún tiempo, las personas distinguidas fueron solo las que veían y estuvieron en los principales foros alrededor de la pira sobre la cual los cuerpos eran quemados y los combates de gladiadores tomaron lugar. Por ello llegaron a ser tan corrientes en todos los funerales importantes, incluso los veían las mujeres patricias, en los diferentes foros, la forma de un rectángulo fue elegido para la erección de estos lugares de reunión público, como los mejores adaptados para los combates. De hecho, estas plazas, fueron rodeadas con pórticos de dos pisos y fueron dados gratuítamente.

Fue sobre el año 252 a.C. que el pro-consul, Lucio Cecilius, en su victoria siciliana sobre los cartagineses. Tomó a 142 elefantes en el Circo y de estas matanzas, la intención fue simplemente la costumbres que los romanos los vieran, una costumbre que ellos habían traido desde Asia, donde había predominado desd tiempos remotos, así como aparece también en la Biblia el acontecimiento de Daniel que reparte a los leones hacia la guarida. Los griegos recibieron la costumbre de los persas, y de ahí suscita la exhibición de la competición por la vida entre el hombre y la bestia.

Los primeros tiempos que los espectáculos de leones y panteras cazadas por atletas fueron testigos en Roma, fue en los juegos dados por Marcos Fulvius Nobilior sobre el año 188 a.C. Los animales fueron llevados desde África, así en la ocasión de las fiestas dados 20 años más tarde por los curiones, Nasica y Lentulus, cuando 63 bestias africanas, 40 osos y elefantes fueron exhibidos. Las costumbres cartagineses de exponer los animales salvajes, fueron introducidos en Roma por Escipión africano el joven, y los terribles castígos empezaron a ser usados en todas las provincias romana, también así en la capital. La élite romana podía acrecentar su prestigio siempre que tuvieran fondos para la construcción de edificios en el cual podrían acoger los espectáculos públicos.

Durante la República todos los años en Roma los magistrados eran responsables de los juegos o las familias de los más nobles eran quienes ofrecían la munera gladiatora a las gentes que habían construido temporalmente los teatros o anfitatros de madera para estos espectáculos. Algunos de estos fueron famosos por su prodigio e ingeniosidad tecnológica, como el teatro de madera de M. Aemilio, construido en el año 58 a.C. con unas 3.000 estatuas de bronce y la construcción de la escena adornados con 360

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columnas de mármol y madera dorada5. O el doble teatro giratorio de C. Scribonius6, construido para un gladiador en su honor y su desendencia en el año 52 o 51 a.C. El acontecimiento de los edificios de espectáculos permanente comienza a parecer en las afueras de las zonas urbanas. Por lo tanto la erección de la construcción de estas fue la imagen del Imperio, como por ejemplo el anfiteatro de madera construido por Nerón en el Campo de Martes o el Anfiteatro de Flavio.

EL GRAN COLISEO DE ROMA

El anfiteatro Flavio, conocido como el Coliseos, tal vez por sus enormes dimensiones, se erigió en el lugar que ocupaba un estanque situado en los jardines de la Domus Aurea, el fastuoso palacio de Nerón.

Los ejes mayor y menor del edificio miden 188 y 156 m. y su diámetro es de 527 m. Su estructura interior es radial, descansa en ochenta potentes pilares y muros de travertino orientadas hacia la arena, sobre los que las bóvedas de hormigón sostenían el graderío (cávea), organizado en cinco niveles. Se cree que podía acoger a 50.000 espectadores.

1. El velario: Una hilera de 240 soportes salientes sobre la cornisa permitía encajar unos mástiles a los que se unían el aparejo para tender un inmenso toldo el velario, que procuraba sombra a los espectadores.

2. El pórtico superior: Un pórtico protegía las gradas superiores, sus columnas estaban talladas en una sola pieza en granito gris o cipollino. Las basas y capiteles eran de mármol.

3. Asientos de maderas: Hasta el cuarto nivel de asientos, estos eran de mármol, sustentados en estructuras abovedados. Los asientos del quinto nivel eran de madera, a fin de reducir el peso, con él, el empuje sobre el muro exterior.

4. Vomitorios: Las entradas por las que los espectadores accedían a las gradas que tenían asignadas, estaban decoradas y contaban con protecciones para evitar caídas en los huecos de las escaleras.

5 (Plino, Hist. Nat. 36, 113-116)6 (Plino, Hist. Nat. 36, 24)

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5. La tribuna imperial: En la fachada del lado sur estaba la puerta reservada al emperador quien desde allí accedía al palco imperial, situado muy cerca de la arena, en el eje corto de está.

6. Gradas de mármol: No se han conservado el mármol de que estaban hechos los asientos (cuneus) de los cuatro primeros niveles, reservados – en este orden a los senadores, la aristocracia, los ciudadanos y la plebe.

7. El podio: Los senadores, las vestales, los embajadores extranjeros y otros altos dignatarios se sentaron en el primer nivel de las gradas, el podio estaba a unos cuatros metros de altura sobre la arena.

8. En la Arena: La arena, de forma elíptica, medía en sus ejes mayor y menor 75 y 44 m. respectivamente. El suelo de la pista no se ha conservado, pero se cree que era de madera y de piedra en la zona más próxima a las gradas.

9. Galerías de acceso: Cuatro amplias galerías concéntricas, cuyas paredes estaban enlucidas y pintadas, daban acceso a los diferentes niveles de graderías mediante un complejo sistema de escaleras.

10. La fachada: La fachada de casi 50 m. de altura constaba de cuatro órdenes. En cada uno de los tres primeros se abrían 80 arcos, y en el último, ventanas. Había 76 entradas generales, y otras cuatro reservada, como la del emperador.

11. Cubiles para fieras: Bajo la arena se abría una serie de jaulas abovedadas donde se alojaban parte de los animales que debían intervenir en los espectáculos. Rampas y montacargas los conducían hasta la superficie.

12. Cimientos profundos: Los cimientos del Coliseo son de hormigón (opus caementicium) y de unos 12 m. de profundidad. El hormigón se echó directamente sobre el suelo del antiguo lago, contenido por un muro lateral revestido de ladrillo.

Bajo la arena se ocultaba un laberinto de subterráneos sostenidos por muros de 6 m de alto. Allí los gladiadores y las fieras aguardaban su turno para aparecer en escena, un complejo sistema de rampas y montacargas les permitía acceder a la superficie. Las galerías estaban comunicadas con la mayor escuela de gladiadores de Roma, ludus magnus, mediante un túnel, otros dos pasajes subterráneos llevaban al palco imperial y al palco de los magistrados.

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Recreación del interior del anfiteatro

Estado actual del anfiteatro

El anfiteatro constaba de varias partes entre las que destacan:

a) Cávea: Compuesta por tres secciones de gradas donde se acomodaban los espectadores, los más cercanos a la arena estaban reservadas a las personalidades más importantes.

b) Arena: Se encontraba en el centro del circo y era donde tenía lugar los espectáculos.

c) Subterráneo: Galerías donde se encontraban los gladiadores antes de las peleas, un foso, las jaulas de las fieras y las máquinas que movían los decorados.

En la inauguración del Coliseo tan solo fueron masacradas 5.000 fieras y para la inauguración se crearon decoradas para la arena y se prepararon cacerías. A 6 metros bajo tierra se encontraba los sótanos del Coliseo justo debajo de la arena. En el sótano había 28 ascensores donde se albergaba las fieras. En el suelo de la galería había una jaula donde se necesitaba varios minutos y hombres para que salieran a la arena, las maquinarias sabían gracias a una señal acústica cuando era preciso para poner todo en marcha. Al haber 28 ascensores se necesitaba 8 hombres por lo tanto era un total de 224 si se incluye otros, eran aproximadas 300 personas las encargadas en trabajar, solo en la parte de los animales era fundamental que saliera todo correcto si había algún error los maquinistas serían condenados a muerte. Sin embargo, podría decirse que esas ejecuciones bajo las garras o los colmillos de las fieras comenzaron a escribirse el final de los espectáculos del anfiteatro.

La idea del anfiteatro fue de Augusto, pero se empezó a construir 8 emperadores después de él. Flavio Vespasiano que completó solo las tres primeras partes, después de su muerte se continuó y se le llamó el anfiteatro de Flavio en su honor.

El pueblo era tan exigente que el propio emperador temía por su vida, cuando se reunía unos 50.000 espectadores en el Coliseo era imprescindible ver algo admirado, el punto de vista del espectador era la arena, la superficie estaba recubierta por tablas que el propio suelo estaba llena de arena, se ponía arena en el ruedo por que era el único objetivo que absorbía la sangre en cada espectáculo.

Actualmente el Coliseo es una ruina pero en la antigüedad había 76 arcos que era la entrada y los espectadores tenía una ficha nueva que sabían donde se tenían que situarse. Cada uno de las entradas conduce a un lugar diferente en las tribunas la

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asignación de la plaza estaba definidas. En función de la puerta por donde había entrado estaba obligado a recorrer un trayecto que se subía por unas escaleras, por otras puertas se subía hacia las partes más altas. Gracias a este sistema el Coliseo podía llenarse o ser desalojada por 50.000 espectadores tan rápido como uno de los estadios en al actualidad.

La entrada era gratuita pues las plazas no eran distribuidas al azar. Justo por encima de la arena está las tribunas, lo más importante de los romanos es que casa uno ocupara su plaza, los espectadores eran distribuidos según su categoría social dirigidos por unas normas muy estrictas.

1º Asientos reservados a las autoridades “senadores”.

2º Justo en el centro del emperador y su séquito era la zona más controlada.

3º Cuando se accedía cada vez más alto a la zona de tribuna, se bajaba de escala social.

Las mujeres se sentaban a parte en lo más alto del anfiteatro en las plazas menos privilegiadas pero eran una acepción las “Vestales” se sentaban en la primera fila con los senadores.

Los que están en la arena deben ganarse la gracia del público y solo hay una manera de tener al público de su parte, que es seguir luchando aunque estén heridos y demostrar un gran valor.

sector reservado primera segunda segunda gradas altas a los senadores gradas gradas bajas gradas altas de madera

Pocos conocen el origen del Coliseo, el nombre científico era conocido por el Anfiteatro de Flavio, pero hay varias hipótesis:

1º Para edificar el Coliseo habría que vaciar el lago de la villa de Nerón la “Domus Auera” y su nombre deriva de que había una estatua colosal de Nerón de 35 m.

2º Esta zona había templos y se hacían ritos egipcios y orientales donde estaban la Diosa Isis y hablan que era el “Colis y Seo”. Se taña a Isis el “Colis-seo”.

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3º Durante la Edad Media el Coliseo era una fortaleza y centro donde se celebraban ritos demoníacos y los sacerdotes eran donde se ejecutaban estas personas y preguntan “Coliseum venera a estos sacerdotes” esta hipótesis es menos creíble.

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El Coliseo lo construyen la familia de los Flavios, Vespasiano entre los años 69 – 79 d.C. lo inaugura su hijo Tito en el año 80 y lo terminaría su hermano Domiciano, para edificar esto trabajaron unos 15.000 trabajadores durante 10 años se construye en mármol, ladrillo, etc. El hierro servía como arpones para asegurar los bloques de travertino. El emperador Tito su participa en la conquista de Jerusalén y en el saqueo de esta ciudad en el año 70 d.C.

En un bloque de mármol muestra el origen del Coliseo, una epigrafía que muestra que Vespasiano mandó a construir el anfiteatro justo después de la guerra de Judea y del saqueo de Jerusalén que permitió financiar el Coliseo.

IMPCAES VESPASIANVS AVG [IMPTCAES VESPASIANVS AVG AMPHITHEATRVM NOVVM AMPHITHEATRVM NOVVM EXMANVBIS FIERI IVSSIT EXMANVBIS FIERI IVSSIT] 7

Hay una teoría de que el constructor fue un cristiano Gaudencio, por una inscripción encontrada, pero muchos lo rechazan por no dar a entender que la grandeza de Roma es gracias a un cristiano. Los arqueólogos pudieron querer apreciar la idea de que el arquitecto del Coliseo fue uno de los muchos grupos que frecuentemente fueron mártires después de que Nerón había comenzado la cruel persecución de algunos de estos grupos. Pero el monumento no hace absolutamente expresión de que fue él, el arquitecto y solo se debió a que él tuvo alguna capacidad importante en los trabajos de construcción. Las apariciones de inscripciones en piedras y cartas hacen pensar que pudo ser considerado la principal persona entre los trabajadores. Mientras que a cuenta de su condición de ser cristiano, esto es un hecho singular que nada ha sido visto por los historiadores latinos que escribieron sobre el arquitecto del anfiteatro y de las descubrimientos de estas piedras que fueron por lo tanto una inclinación a referirse a la explicación de tal secreto, desde el supuesto de que paganos vendrían a despertar las declaraciones de ellos, que por causa del intelecto de un cristiano y un mártir, para tal designación del grandioso monumento de los romanos.

El poeta Marcial, que en su obra “De Spectaculis”, dice, que ninguna de las pirámides, o el palacio de Babilonia, ni el templo de Diana, ni el mausoleo, pudo igualar el anfiteatro, describe en detalles los espectáculos dados por Domiciano en esta construcción, y menciona algunos de los combates más notables: Una mujer venció y mató a un león. Uno de los peores criminales estuvo atado a una cruz y esposado aguantando hasta que un oso lo matase, el mismo animal le desgarra la piel en trozos. Un rinoceronte sacude a un toro con su cuerno. Un bestiario tuvo que defenderse de pies a cabeza de los golpes de un oso y estuvo obligado a quedarse quieto en la arena. Un tigre tuvo un buen éxito hiriendo a un león, algo nunca antes visto. Un toro, con sus cuernos de fuego a través de la arena, más tarde un elefante que le agarró con su trompa y lo sacudió y lo mató.

7 Reconstrucción del texto por Alfóldy, 1995.

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Dos gladiadores, Priscus y Verus, habían combatido en uno de estas exhibiciones durante un largo tiempo, con tal éxito, la gente solicitó que ellos tuvieron la “missione” o el privilegio. Domiciano lo rechazó, pero les envió otros donativos hasta la espera del resultado, Domiciano les envió a ellos dos palmas y “urdí” o bastones de madera dados merecidamente y quedaron libres.

Los últimos descubrimientos de inscripciones y esculturas. Entre las más interesantes hay muchos fragmentos de inscripciones, encontrados principalmente en los pavimentos de la arena. Algunos de estas hacen referencia a otras restauraciones; algunos a los editores o muneratores de los espectáculos; alguna de las regulaciones de los juegos, mientras otros recuerdan a extraordinarias valentías de los combates.

Una inscripción monumental en caracteres cúbico era esculturas de mármol que habían dos ranuras en los lados sostenidos por el muro del podio.Los siguientes son las cartas legibles.

Palma.- PE ADMAIOREMGRATIAMVO LENTIICTISVITAOSINSTAVRAV YMETIIDIV mae NIANIPEQV DIMISSVSRERAVDICANS VRB TE (cuore) DTVMCAATIEDAC MRPVOORVM ET FELIG ARISSIMVAEANTEITACEE

De esta igual inscripción o de otra similar, la siguiente carta forma una parte.

SVALCEPNIAMERTVVVSRNNPRIGEEDNNPRINCTISSIISMOCORVMI – Es ODISOM

Estas cartas forman un puzzle arqueológico para la información de estas palabras.

VICTA – eT – FeliCE Ervnt SPOSATI(E) NEMICO Del PVNITI PENEMORTE ISPENNG

Al lado de la inscripción, un número de lucernas fueron encontradas entre la mampostería, 6 pedestales de estatuas, una base de un relieve que representa una liebre agarrada por un león con sus garras. 9 cabezas de estatuas y 7 mármoles con interesantes diseños de arcos.Sobre los arcos, estos hay un parapeto guardado con redes, etc. Debajo de ellos están dos figuras, posiblemente bestiarios. En el segundo dibujo son dos gladiadores, uno con un escudo cuadrilátero, probablemente un traciano o mirmillon, combatiendo con un reciario, del último tiene un largo cuchillo en su mano derecha y una malla en su izquierda. Hay también una liebre seguida por un perro, mientras, debajo un toro está cayendo a la tierra, tiene en su torso una especie de montura.

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En otro dibujo, está delineada la figura de un bestiario, armado con el venabulum, o dardo con un largo hierro y tiene la forma de una lanza, y con una tela que estimula los leones y osos, así los toros son irritados con el movimiento de esta cosa roja.Sobre un montón de cipollino, fue encontrado el dibujo de un gladiador, exhibe en su mano derecha la palma, símbolo de victoria, mientras alrededor de su cuello tiene un doble collar, (torques gladiatoria).Otra representación, las exhibiciones en la arena, dividido por una malla entre dos parte. En una de estas, un bestiario usa una lanza en contra de dos osos, y el otro, una bestia salvaje, arrastra una cuerda, es combatido con otro, y un arrenario está atacando con su lanza al lomo de un animal. Sobre otro mármol estuvo dibujada la cabeza de Diana, adornado con diademas y con flechas en su mano. Un fragmento fue también descubierto sobre que estaba representado, en relieve, dos figuras de gladiadores, con sus respectivos cascos.

El nombre de uno de estos casi está resuelto, pero cerca del gladiador, (benemerito, bien meritorio). Quintus, son las palabras, LIMENINIKA, con la abreviación PE (Palma Emirita) y la inscripción.

QVINTVS VICIT

Estos fueron encontrados, al lado de esculturas conformando los históricos estamentos como las naumaquias o los combates navales que se dan en el anfiteatro, desde estos mármoles son representados, delfines, tridentes y otros símbolos acuáticos.

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FICHA: MOSAICOS DE GLADIADORES

Mármol y caliza 58 cm. alto; 58 cm. ancho. Roma S. III Museo Arqueológico Nacional

El emblema está dividido horizontalmente en dos partes.

En la escena inferior se representa los primeros momentos del combate gladiatorio entre el sector Astyanax y el retiario Kalendio. A la derecha se encuentra el lanista, maestro de gladiadores, animando el combate. Kalendio ha lanzado la red que cubre a su adversario y atacaron el tridente. Lleva como defensa el galerus, pieza metálica que protegía el hombro y la

nuca de los golpes altos de espada. Astyanax lleva, como secutor que es, casco, manica en el brazo, derecho, el subligaculum o falda corta, fascinae en torno la pierna izquierda, ocrea en la derecha, escudo grande y espada.

En la escena superior se representa el final del combate donde la victoria de Astyanax, así lo demuestra la escena y la inscribe la theta nigrum o abreviatura de obiit, muerte, una O cruzada. El retiario, ya caído en la arena, espera el ataque final y mortal del secutor.

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Los lanistas, ahora uno a cada lado de los gladiadores levantan la mano en señal de victoria y en espera de la orden del editor muneris para la terminación de la lucha con la muerte de Kalendio, cuyo tridente, también caído en la arena, se utiliza como separación de ambas escenas.

El origen de los combates de gladiadores se sitúa en el mundo etrusco. En el año 264 antes de nuestra era, ya existen noticias de la celebración de un combate en Roma. A partir de aquí, y eventualmente se realizaban luchas, pero siempre dentro de rituales funerarios. Poco a poco se imponen como un deber, un honor obligado para satisfacer a los Manes, como escribió Tertuliano a finales del siglo II. Con el emperador Augusto ya se conoce combates célebres como el llevado a cabo en el año 6 y consagrado a la memoria de Agripa. Aficionados a los espectáculos de lucha y juegos circenses fueron, como narra Suetonio, los emperadores Calígula, Claudio, Nerón, Domiciano y especialmente Cómodo a quien el poeta Ausonio califica de emperador manchado con la sangre producida por los combates realizados en la arena con la espada Tracia. Saepta lulia hasta que se terminó de construir el Coliseo inaugurado por Tiro en el año 80, constituyéndose desde ese momento en el centro, por excelencia de los mejores espectáculos de todo el Imperio.

Mármol, caliza y pasta vítrea60,5 cm. Alto; 60,5 de anchoRoma. Siglo IIIMuseo Arqueológico Nacional

Este mosaico está dividido en dos registros en los que representan escenas de combate entre los gladiadores Symmachus y Maternus. El emblema con teselas blancas y negras. Hay que destacar el importante cromatismo de las teselas realizadas con diferentes tipos de mármoles, calizas y pastas vítreas. El colorido, muy efectista, acentúa las sombras formadas por los personajes y dan resplandor a los escudos y cascos.

La inscripción que contiene este mosaico se desarrolla en las dos partes del mismo, en ella se puede leerse:

SIMMACHI NE CO HAECVIDEMVS HOMO FELIX (hereda)HABILIS MATERNUS (Theta nigrum)QUI BVSPUG NANTIBVS SIMMACHIVS FERRVMMATERNVS (theta nigrum) HABILIS MISIT

En el registro inferior vemos sobre la arena del circo a dos gladiadores pertenecientes al grupo de mirmillones, ambos llevan armas iguales, espadas cortas de doble filo, grandes escudos rectangulares, bandas de cuero, fasciae, que protegían las piernas y cascos, que

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representaban a un pez de nombre mirmillon. Están vestidos con una corta túnica de amplias mangas para facilitar todo tipo de movimientos. Los jueces o lanistas a ambos de la escena y vestidos con túnica clavata, vigilan el combate.

En la parte superior, Maternus yace en el suelo abatido por el ganador Simmachius, llamado en la inscripción hombre afortunado. La salvación o muerte en la arena era voluntad del pueblo y del emperador quienes reconocían su valentía y su forma de luchar a la hora de conceder la missio.

Estos mosaicos de gladiadores fueron encontrados en el año 1670 en el huerto de Carciofolio, en la ladera del monte Celio en Roma. Estaban insertadas en grandes lajas de piedra dentro de una zona termal. Desde su descubrimiento pertenecieron a la colección privada del Cardenal Camillo Máximo. Un siglo después en 1760, pasan a pertenecer al rey Carlos III quien los regaló, junto con otros mosaicos al Museo de Antigüedades de la Biblioteca Nacional donde permanecen hasta que entran a formar parte de la colección estable del Museo Arqueológico Nacional en 1867.

Hoy constituye piezas de excepcional importancia dentro de las representaciones con luchas de gladiadores.

CONCLUSIÓN

Muchas veces, la primera imagen que se tiene de los gladiadores es la lucha en la arena, y raramente se para a pensar en ellos mismos y en unos momentos de sus vidas.

El análisis de estos documentos tanto las pinturas murales o las lápidas, la mayoría son fragmentos que reflejan sobre la importancia de la Epigrafía en el estudio de los combates de gladiadores. Estos documentos forman datos interesantes en los modelos interpretativos más tradicionales, como fueron los propios escritores latinos, en que los gladiadores y los espectadores son mostrados como una multitud confusa y sin voluntad propia.

Los ejemplos que se comentan, representan a complejidades y diversidades de visiones sobre los espectáculos, bien como abren camino para estudiarlos a partir se sus propios registros de las personas más próximas a ellos. En este sentido, en la Epigrafía hacen impedir que los pueblos, muchas veces, presenten sus vidas de manera homogénea e íntegra.

Hacer un estudio y saber más sobre la vida y el entorno que rodeaba los espectáculos sobre el Coliseo y los gladiadores. Ya este tema me gustaba anteriormente y ahora he podido conocer aún más sobre todos estos.

La bibliografía en general ha sido amplía ya que muchas de las obras que he utilizado y alguna más que no se ha mencionado hablan bastante de este tema, pero la mayoría de las estas fuentes escritas que trata el tema, la mayoría es de lengua extranjera y poca en la lengua española, ya que en el caso del español está más vinculado a los espectáculos en las provincias romanas de Hispania.

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GLOSARIO

Arena, ae: arena del anfiteatro; combate de gladiadores.

Bestiarius, ii: bestiario, luchador con las fieras en el circo.

Carystyum o cipollino: mármol blanco con vetas en verdes oscuros.

Editor, oris: el que produce, autor.

Essedarius, ii: combatiente en carro.

Hoplites, ae: hoplita, infante de armadura pesada.

Hoplomachus, e: gladiador armado de todas las piezas.

Lanista, ae: maestro de gladiadores.

Laqueus, i: lazo, nudo corredizo.

Mirmillo, onis: gladiador armado de escudo y espada y cubierto con yelmo galo.

Naumachia, ae: naumaquia, representación de una batalla naval.

Negotiator ursorum: de negotiator, oris, negociante, comerciante, y ursus, i, osos.

Pira: hoguera donde se quemaba antiguamente los difuntos.

Postulatum, i: súplica, petición, solicitud.

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Provocator, oris: gladiador que provocaba a su adversario.

Retiarius, ii: reciario, gladiador armado de un tridente y una red.

Secutor, oris: gladiador que luchaba contra un reciario.

Venator, oris: cazador.

Venatio, onis: caza.

BIBLIOGRAFÍA

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CASTELLANO HERNÁNDEZ, Ángeles (coord...). Ludi romani: espectáculos en Hispania Romana; Córdoba, Mérida: Ministerio de Cultura, 2002.

AUGUET, R. Crueldad y civilización: los juegos romanos; Barcelona: Aymá, 1872.

TEJA, R. Espectáculos y deportes en la Roma Antigua; Madrid: Santillana, 1996.

WELLS, CLARA L. Les amphitheatres of Ancient Rome; Avezzano: Studio Bibliografico Aldemo Polla, 1984.

INTERNET: www.the-colosseum.net/

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