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Color verdadero Hace ya casi una semana que por las calles de las localidades de España pasaron las cabalga- tas de Reyes, pero aún colea la columna «Un negro de verdad», firmada por Juan Manuel de Prada y que ha provocado numerosas reacciones entre los lectores. Destaca, en particular, la remitida a ABC por MAMA- DOU IBRAHIMA FALL, diplo- mático senegalés residente en España. Recuerda nuestro lector lo que De Prada escribió el pasado lunes: «A los que reclaman que a Baltasar lo encarne un negro de verdad” les concedería que albergasen en su casa a un negro de los que cruzan la valla de Melilla». «Cuando Juan Manuel de Prada parafrasea al filántropo de Los Hermanos Karamazov –“Amo a la negritud pero, para sorpresa mía, cuanto más amo a la negritud en general, menos amo a los negros en particular”–, me gustaría destacar, más allá de sus preferencias literarias, que podrían definir el perfil del autor del artículo, la verdadera razón por la cual el señor De Prada se ha expresado de esa forma. Desde mi punto de vista, hay dos maneras de utilizar la imaginación y, por tanto, definirla. Está la imaginación positiva y constructiva, que forma parte de personas que intentan cambiar el mundo, estén donde estén, sea cual sea su género, orientación sexual, edad, religión, ideología o color de piel. Y está también la imaginación negativa y destruc- tiva, a la que corresponden las palabras de Juan Manuel de Prada, que no es, ni más ni menos, que un instrumento para levantar muros ya caídos hace décadas, fomentar la creación de barreras, introducir un debate retrógrado y caduco y utilizar armas que, a día de hoy, ningún soldado estaría orgullo- so de manejar. Invito a Juan Manuel de Prada a que revise y se inspire en el legado de una de las figuras más emblemáticas de todos los tiempos, Nelson Mandela (llamado cariñosa- mente Madiba), no sólo para amar la “negritud”, sino también para comenzar a amar a “los negros”, que no es más que amar al ser humano y, por tanto, a sí mismo. Las personas que se han indignado al leer las palabras de de Prada o lo que se reclama al ABC Y SUS LECTORES A los cuatro vientos Rodeado del núcleo duro de su partido, y también de su gurú electoral, qué boda sin la tía Juana, Mariano Rajoy cerró ayer en Toledo una nueva entrega de su serial de intriga sobre los comicios de mayo. Sigue el suspense. El lunes –anuncia– se conocerá la identidad del jefe de una campaña que aún no tiene candidatos y que mantiene ese tono abstracto, por la inconcre- ción, que tanto gusta al presidente del Gobierno. Rajoy quiere apurar al máximo para evitar el desgaste de sus carteles electorales, sometidos a una erosión que todavía es fuerte, pero el tiempo pasa. Antes de que empiece la carrera, conviene calentar, y de momento hace frío. Reunión del PP en Toledo Abstracciones de precampaña Amén de la sensible disminución de la inver- sión extranjera, en Cataluña han aumentado las desinversiones un 42,46 por ciento, de modo que la inversión neta se redujo en los nueve primeros meses de 2014 un 56,10 por ciento para quedarse en 781 millones de euros. Más allá de las cifras, a veces difíciles de entender, la inestabilidad política derivada del proceso soberanista impulsado por el Gobierno de Artur Mas, con sus socios secesionistas, está incidiendo negativamente en la economía de un territorio que paga muy cara la factura de los delirios independentistas. El dinero no cree en los experimentos, aunque sean con gaseosa, y huye cuando huele el riesgo. Desinversiones en Cataluña El dinero huye cuando huele el riesgo EFE Arenas, Pons y Cospedal, ayer en Toledo Europa es hoy una abuela que no sabe qué hacer con sus nietos F UE Ortega quien acuñó la frase que ha ve- nido retumbando sobre nosotros por más de un siglo: «España es el problema, Eu- ropa, la solución». Pero ahora resulta que el problema es Europa. Sin que España sea, des- de luego, la solución. Es verdad también que la decadencia de Europa viene anunciándose des- de que Spengler publicó un libro con ese título (Occidente era entonces Europa) tras la Primera Guerra Mundial, que la desangró. Y no digamos ya la Segunda, que la dejó en ruinas a merced de las dos superpotencias, EE.UU. y la URSS, que se la repartieron. Aunque desde entonces Europa ha renacido como un ave fénix, poniendo en marcha el proyecto de unificación más ambicioso desde el Imperio Romano, desarrollando sus regiones periféricas, elevando las prestaciones sociales a niveles nunca conocidos y convirtiéndola en foco de atracción de millones de asiáticos y africanos que huyen de la miseria y violencia de sus países. La gran crisis, sin embargo, ha puesto al des- cubierto lo que había de realidad y de ilusión en ese amable cuadro. Por lo pronto, la enorme falla entre la Europa central y la mediterránea, que no marchan al mismo paso y tienen una distinta pers- pectiva sobre cómo afrontar la crisis, a base de ajustes de los países mediterráneos o de estímu- los de los centroeuropeos, con Grecia y Alemania en ambos extremos. Pero ni siquiera de los que van mejor puede decirse que vayan bien. El cre- cimiento alemán es raquítico, como el de la ente- ra eurozona: un 0,6 por ciento en el cuarto trimes- tre de 2014, comparado con un sólido 5 por cien- to de los Estados Unidos, donde se han creado 2,9 millones de puestos de trabajo en 2014, con el paro europeo doblando el norteamericano. Sin entrar en las diferencias políticas, que son abismales Y ni siquiera eso es lo peor. El signo más claro de la decadencia europea es su envejecimiento. El 20 por ciento de los europeos son hoy mayores de 65 años, es decir, jubilados cobrando su pen- sión. En 2030 serán un 25 por ciento, como con- secuencia de que la media de hijos por mujer eu- ropea es sólo del 1,6, insuficiente para mantener el nivel de la población activa. Una tendencia que no hará más que acentuarse al envejecer la mis- ma. Lo que obliga a importar trabajadores. Con lo que llegamos al verdadero problema, pues Eu- ropa no tiene, como los Estados Unidos, experien- cia en inmigración, al haber sido tierra de emi- grantes a lo largo de su historia. Hoy, en cambio, se ve inundada por gentes de otras razas, religio- nes, costumbres y actitudes distintas a las suyas. Como consecuencia, se crean tensiones en los sec- tores sociales más bajos, que viven en contacto directo con los inmigrantes, parte de los cuales se resisten a integrarse, se sienten discriminados y adoptan una actitud beligerante hacia el país que los ha acogido. De ahí en adelante lo cono- cen ustedes de sobra. Europa es hoy una abuela que no sabe qué ha- cer con sus nietos. JOSÉ MARÍA CARRASCAL EUROPA COMO PROBLEMA POSTALES Al oído Pedro Sánchez asegura estar harto de que se le pregunte siempre lo mismo: ¿alcanzaría acuerdos con el PP para fre- nar a Podemos? La pregunta, cierta- mente es recurrente, pero si hay algo que no soporta es que se le pregunte por Susana Díaz. Es como si le mentaran la bicha. No hay entrevista donde no sal- ga su nombre, y la respuesta es siempre una larga cambiada. Fuera de micrófono, ¡hay que ver cómo larga! MENTARLE LA BICHA 16 OPINIÓN abc.es/opinion DOMINGO, 11 DE ENERO DE 2015 ABC ABC (Madrid) - 11/01/2015, Página 16 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

Jose Maria Carrascal Europa Como Problema

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Articulo de Jose Maria Carrascal sobre Europa.

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Page 1: Jose Maria Carrascal Europa Como Problema

Color verdadero

Hace ya casi una semana que

por las calles de las localidades

de España pasaron las cabalga-

tas de Reyes, pero aún colea la

columna «Un negro de verdad»,

firmada por Juan Manuel de

Prada y que ha provocado

numerosas reacciones entre los

lectores. Destaca, en particular,

la remitida a ABC por MAMA-DOU IBRAHIMA FALL, diplo-

mático senegalés residente en

España. Recuerda nuestro

lector lo que De Prada escribió

el pasado lunes: «A los que

reclaman que a Baltasar lo

encarne “un negro de verdad”

les concedería que albergasen

en su casa a un negro de los que

cruzan la valla de Melilla».

«Cuando Juan Manuel de Prada

parafrasea al filántropo de Los Hermanos Karamazov –“Amo a

la negritud pero, para sorpresa mía, cuanto más amo a la

negritud en general, menos amo

a los negros en particular”–, me

gustaría destacar, más allá de

sus preferencias literarias, que

podrían definir el perfil del

autor del artículo, la verdadera

razón por la cual el señor De

Prada se ha expresado de esa

forma. Desde mi punto de vista,

hay dos maneras de utilizar la

imaginación y, por tanto,

definirla. Está la imaginación

positiva y constructiva, que

forma parte de personas que

intentan cambiar el mundo,

estén donde estén, sea cual sea

su género, orientación sexual,

edad, religión, ideología o color

de piel. Y está también la

imaginación negativa y destruc-

tiva, a la que corresponden las

palabras de Juan Manuel de

Prada, que no es, ni más ni

menos, que un instrumento para levantar muros ya caídos

hace décadas, fomentar la

creación de barreras, introducir

un debate retrógrado y caduco y

utilizar armas que, a día de hoy,

ningún soldado estaría orgullo-

so de manejar. Invito a Juan

Manuel de Prada a que revise y

se inspire en el legado de una de

las figuras más emblemáticas

de todos los tiempos, Nelson

Mandela (llamado cariñosa-

mente Madiba), no sólo para

amar la “negritud”, sino también

para comenzar a amar a “los

negros”, que no es más que amar

al ser humano y, por tanto, a sí

mismo. Las personas que se han

indignado al leer las palabras de

de Prada o lo que se reclama al

ABC Y SUS

LECTORES

A los cuatro vientos

Rodeado del núcleo duro de su partido, y

también de su gurú electoral, qué boda sin la tía

Juana, Mariano Rajoy cerró ayer en Toledo una

nueva entrega de su serial de intriga sobre los

comicios de mayo. Sigue el suspense. El lunes

–anuncia– se conocerá la identidad del jefe de

una campaña que aún no tiene candidatos y que

mantiene ese tono abstracto, por la inconcre-

ción, que tanto gusta al presidente del Gobierno.

Rajoy quiere apurar al máximo para evitar el

desgaste de sus carteles electorales, sometidos a

una erosión que todavía es fuerte, pero el tiempo

pasa. Antes de que empiece la carrera, conviene

calentar, y de momento hace frío.

Reunión del PP en Toledo

Abstracciones de precampaña

Amén de la sensible disminución de la inver-

sión extranjera, en Cataluña han aumentado

las desinversiones un 42,46 por ciento, de

modo que la inversión neta se redujo en los

nueve primeros meses de 2014 un 56,10 por

ciento para quedarse en 781 millones de euros.

Más allá de las cifras, a veces difíciles de

entender, la inestabilidad política derivada del

proceso soberanista impulsado por el Gobierno

de Artur Mas, con sus socios secesionistas, está

incidiendo negativamente en la economía de un territorio que paga muy cara la factura de

los delirios independentistas. El dinero no cree

en los experimentos, aunque sean con gaseosa,

y huye cuando huele el riesgo.

Desinversiones en Cataluña

El dinero huye cuando huele el riesgo

EFE Arenas, Pons y Cospedal, ayer en Toledo

Europa es hoy una abuela que no sabe qué hacer

con sus nietos

FUE Ortega quien acuñó la frase que ha ve-

nido retumbando sobre nosotros por más

de un siglo: «España es el problema, Eu-

ropa, la solución». Pero ahora resulta que

el problema es Europa. Sin que España sea, des-

de luego, la solución. Es verdad también que la

decadencia de Europa viene anunciándose des-de que Spengler publicó un libro con ese título

(Occidente era entonces Europa) tras la Primera

Guerra Mundial, que la desangró. Y no digamos

ya la Segunda, que la dejó en ruinas a merced de

las dos superpotencias, EE.UU. y la URSS, que se

la repartieron. Aunque desde entonces Europa ha

renacido como un ave fénix, poniendo en marcha

el proyecto de unificación más ambicioso desde

el Imperio Romano, desarrollando sus regiones

periféricas, elevando las prestaciones sociales a

niveles nunca conocidos y convirtiéndola en foco

de atracción de millones de asiáticos y africanos

que huyen de la miseria y violencia de sus países.

La gran crisis, sin embargo, ha puesto al des-

cubierto lo que había de realidad y de ilusión en

ese amable cuadro. Por lo pronto, la enorme falla

entre la Europa central y la mediterránea, que no

marchan al mismo paso y tienen una distinta pers-

pectiva sobre cómo afrontar la crisis, a base de

ajustes de los países mediterráneos o de estímu-

los de los centroeuropeos, con Grecia y Alemania

en ambos extremos. Pero ni siquiera de los que

van mejor puede decirse que vayan bien. El cre-

cimiento alemán es raquítico, como el de la ente-

ra eurozona: un 0,6 por ciento en el cuarto trimes-

tre de 2014, comparado con un sólido 5 por cien-

to de los Estados Unidos, donde se han creado 2,9

millones de puestos de trabajo en 2014, con el paro

europeo doblando el norteamericano. Sin entrar

en las diferencias políticas, que son abismales

Y ni siquiera eso es lo peor. El signo más claro

de la decadencia europea es su envejecimiento.

El 20 por ciento de los europeos son hoy mayores

de 65 años, es decir, jubilados cobrando su pen-

sión. En 2030 serán un 25 por ciento, como con-

secuencia de que la media de hijos por mujer eu-ropea es sólo del 1,6, insuficiente para mantener

el nivel de la población activa. Una tendencia que

no hará más que acentuarse al envejecer la mis-

ma. Lo que obliga a importar trabajadores. Con

lo que llegamos al verdadero problema, pues Eu-

ropa no tiene, como los Estados Unidos, experien-

cia en inmigración, al haber sido tierra de emi-

grantes a lo largo de su historia. Hoy, en cambio,

se ve inundada por gentes de otras razas, religio-

nes, costumbres y actitudes distintas a las suyas.

Como consecuencia, se crean tensiones en los sec-

tores sociales más bajos, que viven en contacto

directo con los inmigrantes, parte de los cuales

se resisten a integrarse, se sienten discriminados

y adoptan una actitud beligerante hacia el país

que los ha acogido. De ahí en adelante lo cono-

cen ustedes de sobra.

Europa es hoy una abuela que no sabe qué ha-

cer con sus nietos.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL

EUROPA COMO PROBLEMA

POSTALES

Al oído

Pedro Sánchez asegura estar harto de que se le pregunte siempre lo mismo: ¿alcanzaría acuerdos con el PP para fre-nar a Podemos? La pregunta, cierta-mente es recurrente, pero si hay algo que no soporta es que se le pregunte por Susana Díaz. Es como si le mentaran la bicha. No hay entrevista donde no sal-ga su nombre, y la respuesta es siempre una larga cambiada. Fuera de micrófono, ¡hay que ver cómo larga!

MENTARLE

LA BICHA

16 OPINIÓN abc.es/opinion DOMINGO, 11 DE ENERO DE 2015 ABC

ABC (Madrid) - 11/01/2015, Página 16Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.