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Josep Colomer - Instituciones Politicas

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Colomer

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  • I

  • NDICE

    Agradecimientos ................................................................................................................ 9 Introduccin .................................................................................................................... 11

    1. Poltica y eleccin social ..................................................................... 13 1.1. La teora de la eleccin social .............................................................. 15

    El estudio de las instituciones polticas .......................................... 16 La utilidad social .............................................................................. 18 Un modelo de eleccin social ........................................................... 19

    1.2. Plan del libro ....................................................................................... 25

    2. Quines pueden votar .......................................................................... 27 2.1. Electorados simples ............................................................................. 29 2.2. Electorados complejos ......................................................................... 42

    Argumentos sobre el sufragio ........................................................... 43 Estrategias sobre los derechos de voto ............................................. 55

    3. Cmo se cuentan los votos .................................................................. 81 El eficiente votante mediano ............................................................ 83

    3.1. Reglas de un solo ganador ................................................................... 86 Unanimidad ..................................................................................... 86 Mayora absoluta .............................................................................. 99 Mayora relativa ............................................................................. 115

    3.2. Reglas de mltiples ganadores ........................................................... 133 Representacin proporcional .......................................................... 133 Coaliciones multipartidistas ........................................................... 140

    4. Qu se vota ........................................................................................ 159 Gobierno unificado y gobierno dividido ..........................................161

    4.1. Gobierno unificado ............................................................................ 164 Lmites al Gobierno unificado ......................................................... 169

    4.2. Gobierno dividido ............................................................................... 179 Voto dividido .................................................................................. 180 Elecciones concurrentes y no-concurrentes ................................... 184 Gobierno dividido horizontalmente: parlamentarismo y presi-

    dencialismo ................................................................................ 188 Gobierno dividido verticalmente: federalismo ................................. 205 Divisin de poderes horizontal y vertical ........................................ 221

    5. La eleccin de instituciones socialmente eficientes ..........................227 La eleccin de instituciones polticas pluralistas ............................ 230

    Bibliografa ................................................................................................................... 243

  • AGRADECIMIENTOS

    Este libro fue escrito en su mayor parte durante mis estancias en Georgetown University, New York University y el Institut d'Etudes Politi-ques de Paris durante los aos 1995-1999. Estoy particularmente agrade-cido a las personas que hicieron posible estas estancias en las tres insti-tuciones, Eusebi Mujal-Len, Steven Brams y Jean Lca, respectivamente. Algunos borradores preliminares fueron presentados a los estudiantes graduados de las instituciones mencionadas, as como a la Conferencia Graduada de Universidades Suizas celebrada en Cully, Suiza, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y el Centro de Investiga-cin para el Desarrollo (CIDAC), en Mxico, la Universidad Sanmartn en Buenos Aires y la Universidad Siglo 21 en Crdoba (Argentina), la Uni-versidad de Costa Rica, la Universidad Rafael Landvar en Guatemala, y la Universidad de Panam.

    Entre aquellos que proporcionaron datos inditos, crearon ocasiones de intercambios o hicieron comentarios tiles, quiero mencionar a Antonio Agosta, Manuel Alcntara, Alberto Alesina, Gerard Alexander, Klaus Armingeon, John Bailey, Michel Balinski, Samuel Barnes, Michelle Beyeler, Caries Boix, Ana-Sofa Cardenal, Marcelo Cavarozzi, Grace-Ivana Deheza, Alberto Daz-Cayeros, Patrick Dunleavy, Lers Feld, Peter Fishburn, Bernard Grofman, Jos-Luis de Haro, Erick Hess, Evelyn Huber, Robert Lieber, Arend Lijphart, Juan J. Linz, lain McLean, Beatriz Magaloni, Helen Margetts, Nicholas Miller, Gianfranco Pasquino, Stanley Payase, Rubn-Daro Rodrguez-Patino, Donald Saari, Ignacio Snchez-Cuenca, Giulia de Sanctis, Manfred Schmidt, Matthew Shugart, Ligia Tavera, Arturo Valenzuela y Stephen Wayne. Gracias a Georgetown University, pude contar con dos ayudantes de investigacin, Francesca Vassallo y Eric Lagenbacher, y con los servicios editoriales de Sarah Carnpreli.

    Fue un placer beneficiarse de los comentarios y las sugerencias del editor y tres evaluadores annimos para Oxford University Press.

    Hubo ayuda financiera de la Comisin Interministerial de Ciencia y Tecnologa del Gobierno de Espaa (CICYT, PR95-249) y de la Comisin Interdepartamental de Investigacin y Tecnologa de la Generalidad de Catalua (CIRIT, 1995BEAI400127).

  • INTRODUCCIN

    Cuanto ms complejas son las instituciones polticas, ms estables y socialmente eficientes son los resultados. Este libro desarrolla un extensivo anlisis de esta relacin. La discusin es terica, histrica y comparativa. Muchos de los conceptos, las preguntas y las hiptesis se basan en la teora de la eleccin social. Las aplicaciones empricas abarcan ms de 40 pases democrticos y algunas organizaciones internacionales desde la Baja Edad media hasta el presente.

    Las instituciones polticas son concebidas en esta obra como las reglas formales del juego, especialmente con respecto a los siguientes temas: quines pueden votar, cmo se cuentan los votos y qu se vota. Complejidad significa que existen mltiples ganadores, como en los elec-torados plurales creados por derechos de voto amplios, en sistemas mul-tipartidistas basados en la representacin proporcional, y en esquemas de divisin de poderes entre el legislativo y el ejecutivo o entre el gobierno central y las unidades no centrales. La eficiencia de los resultados es evaluada por su utilidad social, es decir, por la agregacin de la utilidad que los individuos obtienen con la satisfaccin de sus preferencias.

    Este libro subraya las ventajas de los Gabinetes y los Presidentes apoyados por el votante mediano, el gobierno dividido y el federalismo. Difiere de ciertos argumentos desarrollados en otras tradiciones pluralistas en que enfatiza el papel de las diferentes reglas institucionales y los procedimientos de decisin en la produccin de diferentes grados de sa-tisfaccin poltica, ms que el de las predisposiciones creadas por las es-tructuras sociales, econmicas o culturales. El pluralismo poltico no es elogiado como un bien en s mismo ni slo como un medio para limitar el poder, como en ciertas elaboraciones orientadas a preservar la libertad individual por encima de todo. Las instituciones democrticas pluralistas son juzgadas como mejores que las frmulas alternativas por su superior capacidad de producir resultados socialmente satisfactorios.

  • CAPITULO 1

    POLTICA Y ELECCIN SOCIAL

    Cul es el mejor rgimen y cul el mejor tipo de vida para la mayora de los ciudadanos y la mayora de los seres humanos?

    La comunidad poltica que se basa en los del medio es la mejor. Los mejores legisladores proce-den de los ciudadanos intermedios...

    Cuanto ms mixtas son las instituciones polti-cas, ms duraderas son.

    ARISTTELES

    Poltica (c. 325-324 a.C.)

    El objeto de la poltica es la provisin de bienes pblicos por lderes. Por definicin, los bienes pblicos no pueden ser provistos por actores privados si no estn sometidos a restricciones institucionales apropiadas, lo cual implica la construccin de una estructura poltica. Los lderes polticos tambin pueden proveer bienes privados, pero esto no los distingue de otros actores sociales.

    La poltica siempre comporta intercambios en mutuo beneficio entre lderes y ciudadanos. El intercambio esencial es entre los lderes que proveen bienes pblicos y los ciudadanos que dan a los lderes su apoyo o sus votos. Los bienes pblicos pueden satisfacer los intereses comunes de ciertos ciudadanos, mientras que el apoyo de los ciudadanos a los lderes se transforma en oportunidades de alcanzar poder, obtener bienes privados, adquirir fama o desarrollar una carrera poltica profesional.

    Cabe que exista cierta rivalidad o competencia entre diferentes proveedores de bienes pblicos en situaciones de guerra civil o en situacio-nes transitorias de cambio de rgimen. Pero los bienes pblicos son fallos del mercado y slo pueden ser provistos efectivamente por un monopolio, por lo cual se requiere una clara delimitacin de campos entre los proveedores. El papel de las instituciones polticas consiste en establecer las reas de la actividad pblica y las reglas para seleccionar a los lderes. (Para una discusin formal, Colomer, 1995b.)

  • Este esquema bsico puede ser vlido para todos los tipos de rgimen poltico, tanto democrticos como no-democrticos. Algunos regmenes autoritarios pueden encontrar apoyo social mediante la provisin de algunos bienes pblicos, como paz y orden social, orgullo nacional y expansin exterior o ciertos resultados econmicos positivos. Sin embargo, cuanto menor es el nmero de personas que participan en el nombramiento de los lderes y la toma de decisiones, mayor es la probabilidad de que las decisiones polticas satisfagan slo intereses privados o intereses pblicos de pequeos grupos. Los gobernantes no-democrticos o autonombrados tendern a satisfacer los intereses comunes de ellos mismos y sus seguidores y resistirn las demandas de otros grupos mediante mecanismos restrictivos o represivos. En cambio, cuanto mayor sea el nmero de individuos que participen en la eleccin de los lderes y la toma de decisiones, mayores sern las oportunidades de que los grupos grandes desarrollen sus demandas y obtengan satisfaccin con los resultados polticos.

    Idealmente, la democracia puede ser definida como el gobierno de muchos en beneficio de sus intereses comunes. No obstante, los bienes pblicos pueden ser objeto de competencia democrtica porque todos ellos comportan siempre alguna dimensin redistributiva. Ciertos bienes pblicos pueden ser considerados universales, es decir, capaces de satis-facer intereses comunes muy amplios porque benefician a todos los ciu-dadanos de un modo que stos difcilmente pueden anticipar. Esta cate-gora incluye bienes como la defensa, la seguridad, la justicia, las dispo-siciones constitucionales que requieren presupuestos equilibrados o la proteccin ambiental. Los bienes pblicos universales pueden ser provistos a travs de polticas consensuales, incluso en regmenes relativamente restrictivos. Pero incluso estos bienes pueden ser provistos por polticas que produzcan diferentes niveles de satisfaccin de los ciudadanos y de utilidad social. Este es el caso, por ejemplo, de la defensa, segn si se basa en el reclutamiento obligatorio o en un ejrcito profesional. Un supervit presupuestario puede producir ciertos beneficios universales, como unos precios estables, pero beneficia de un modo diferentes a los ciudadanos segn si se gasta en defensa, en seguridad social o en algn otro sector. El dinero de los contribuyentes puede ser usado para subvencionar un sistema escolar controlado por el estado o las escuelas religiosas, aunque ambas alternativas pueden satisfacer un derecho universal a la escolaridad. Las obras pblicas comportan decisiones sobre localizaciones, efectos externos, etc.

    Diferentes frmulas institucionales pueden producir diferentes grados de eficiencia social en la provisin de bienes pblicos. En otras palabras, decisiones sociales realizadas mediante diferentes procedimientos institucionales pueden satisfacer las demandas de diferentes grupos de ciudadanos y producir diferentes niveles de utilidad social. Concretamente, los regmenes democrticos organizados en esquemas institucionales simples promueven la concentracin del poder y la alternancia de

  • sucesivos ganadores absolutos y perdedores absolutos. Favorecen de este modo la satisfaccin poltica de grupos relativamente pequeos, as como la inestabilidad de las polticas pblicas. En cambio, las instituciones pluralistas producen mltiples ganadores, lo cual induce la cooperacin y los acuerdos multipartidistas. Favorecen de este modo polticas estables, moderadas y consensuales que pueden satisfacer los intereses de grupos grandes en un alto nmero de temas.

    1.1. La teora de la eleccin social

    La teora de la eleccin social ha desarrollado un programa de in-vestigacin que penetra en el ncleo del estudio de la poltica. Los teoremas fundacionales de la teora demolieron una confianza ingenua en la capacidad de las instituciones polticas de garantizar resultados eficientes que satisfagan las preferencias de los ciudadanos. No existe ninguna regla de decisin que garantice resultados que cumplan ciertos requerimientos normativos aparentemente simples, sino que todas pueden ser manipuladas por los votantes y los lderes y pueden producir resultados socialmente ineficientes, segn los teoremas de la imposibilidad formulados por Kenneth Arrow (1951, 1963), Duncan Black (1948, 1958), Allan Gibbard (1973) y Mark Sattherwaite (1975), entre otros.

    Cabe distinguir tres caminos de pensamiento a partir de este punto de partida. Primero, algunas de las condiciones normativas establecidas inicialmente para declarar aceptable una eleccin social han sido discu-tidas y relajadas. Las correspondientes propuestas se centran en las si-guientes condiciones: i) aceptar la no-monotonicidad, es decir, renunciar a que exista una relacin coherente entre las preferencias de los ciudadanos y la eleccin social; ii) aceptar que la eleccin social dependa de preferencias individuales sobre alternativas irrelevantes que no pueden ganar la votacin; y iii) una nueva interpretacin de la condicin inicialmente llamada ausencia de dictadura para hacer aceptable la existencia de un actor (no automticamente) decisivo (vanse, por ejemplo, Sen, 1970; Barbera, 1977; Dowding, 1977, respectivamente, para las tres condiciones mencionadas). Estas contribuciones suelen ayudar al estudioso a desconfiar de sus propias intuiciones ticas y a seguir discusiones razonables de los criterios normativos. Pero tambin muestran que cualquier eleccin de condiciones normativas requiere renunciar a algn posible criterio de valor o al menos aceptar un intercambio entre varios, lo cual implica en ltima instancia un juicio subjetivo.

    Segundo, se han identificado ciertas condiciones con respecto a las preferencias de los ciudadanos que garantizan elecciones sociales eficientes y estables con algunos procedimientos de votacin. Esta lnea de investigacin relaja el supuesto de los teoremas fundamentales de que no habra que imponer restricciones a las preferencias de los individuos (o dominio universal). Las sociedades relativamente homogneas tienen

  • ventajas para producir decisiones colectivas estables y coherentes, segn sugieren ciertas condiciones como las curvas de preferencias individuales con una sola cumbre (Black, 1958), la restriccin de valores (Sen, 1966) y la restriccin de los extremos (Sen y Pattanaik, 1969). Pero, como se discutir en las pginas siguientes, la restriccin de las preferencias puede ser un resultado del propio proceso de decisin, el cual depende en ltima instancia de las reglas institucionales del juego.

    La tercera lnea de investigacin promovida por la teora de la eleccin social - y la ms estrechamente conectada al presente l ibro- intenta evaluar los resultados relativos de diferentes reglas institucionales en la satisfaccin de las preferencias de los ciudadanos y en la produccin de resultados socialmente eficientes. Los teoremas de la imposibilidad nos dicen que es imposible garantizar elecciones sociales estables e eficientes con ninguna regla. Pero la cuestin es que no slo es posible obtener elecciones sociales estables y socialmente eficientes con algunas reglas, sino tambin que ciertas reglas producen resultados ineficientes con mayor frecuencia que otras. En un mundo de incertidumbre, la probabilidad de la eficiencia social puede ser una gua til para la evaluacin y el diseo institucional.

    EL ESTUDIO DE LAS INSTITUCIONES POLTICAS

    La perspectiva bsica adoptada en este libro es la que las instituciones conforman las estrategias de los actores y stas, en su interaccin, producen resultados colectivos. Las instituciones proveen informacin, oportunidades, incentivos y restricciones tanto a los ciudadanos como a los lderes para la eleccin de ciertas estrategias y slo cabe explicar los 1esultados colectivos a travs de las decisiones estratgicas de los actores.

    Entre las deudas intelectuales acumuladas por el autor de este libro, hay que destacar ciertas contribuciones que versan sobre la eleccin de las instituciones, sobre los incentivos que proporcionan para diferentes estrategias, sobre sus efectos en los resultados y sobre las ventajas de las instituciones pluralistas.

    Primero, la teora de las instituciones en equilibrio de Douglass North seala que la eleccin y la supervivencia de las instituciones depende de su desempeo en la provisin de bienes pblicos y en la reduccin de los costes de transaccin, as como de la va por la que han sido elegidas, incluido el papel de pequeos acontecimientos y de la suerte en la obtencin de adhesiones. Una vez las instituciones existen, establecen parmetros para la accin. Pero tambin pueden autorreforzarse y dificultar su sustitucin mediante los efectos de los incentivos que comportan. Incluso ciertas instituciones que producen resultados ineficientes pueden sobrevivir como consecuencia del aprendizaje de los actores mediante el uso, su adaptacin a las regularidades institucionales y los costes de su sustitucin (North y Thomas, 1973; North, 1990a, 1990b).

  • El variado panorama de frmulas institucionales democrticas que desfilar ante los ojos del lector del presente libro puede ser, tal vez, la ms persuasiva evidencia emprica de la variedad de instituciones en equilibrio. Sin embargo, ms adelante se argumentar que ciertos gobernantes adversos al riesgo que son desafiados por ganadores potenciales alternativos, pueden elegir un cambio de las reglas del juego para mi-nimizar sus prdidas. Asimismo, los perdedores permanentes bajo las instituciones existentes pueden intentar sustituirlas por otros mecanismos que favorezcan una distribucin ms amplia del poder. Sobre esta base, al final de este libro se identificarn ciertas pautas histricas a favor de la eleccin de instituciones pluralistas.

    Segundo, la exploracin seminal de la heresttica por William Riker ha llevado a los estudiosos de la poltica a reanudar el inters clsico y durante demasiado tiempo olvidado por el arte de la toma de decisiones bajo unas reglas institucionales dadas. De acuerdo con este enfoque, la estrategia poltica puede consistir en actividades tales como formar la agenda con una seleccin concreta de temas, dar relieve a ciertas dimensiones evaluativas de las alternativas existentes en el debate pblico, o votar insinceramente para obtener un resultado colectivo ms sa-tisfactorio para el votante que el obtenido con el voto sincero (Riker, 1983, 1986, 1993, 19966). La cuestin correspondiente que ser explorada en este libro es cmo diferentes frmulas institucionales pueden favorecer diferentes estrategias y cun permisiva con las acciones manipuladoras puede ser cada una de ellas.

    Tercero, el concepto de equilibrio inducido institucionalmente de Kennelh Shepsle nos permite entender que las estrategias de los actores y sus interacciones en un escenario social pluralista pueden producir elecciones sociales estables, aunque a veces no deseadas o ineficientes, gracias al papel de las instituciones. La estabilidad es un resultado de los costes impuestos a ciertas estrategias y de los mecanismos de agregacin establecidos por las reglas institucionales (Shepsle, 1979, 1986, 1989). As, los anlisis presentados en las pginas siguientes deberan ayudarnos a evaluar las diferentes alternativas institucionales por sus diferentes grados de restriccin de las estrategias de los actores y su eficacia en la produccin de elecciones sociales.

    Por ltimo, la comparacin entre la teora sociolgica pluralista y la teora de la eleccin social realizada por Nicholas Miller nos ayuda a entender las ventajas del pluralismo poltico en la produccin tanto de una amplia satisfaccin poltica de las preferencias de los ciudadanos como de una elevada estabilidad poltica. A diferencia de un concepto de estabilidad que implica la existencia de ganadores y perdedores permanentes, el pluralismo basado en estrategias tales como los intercambios de votos en diferentes temas, las coaliciones multipartidistas y la cooperacin interinstitucional da a actores distintos la expectativa de convertirse en posibles ganadores o de compartir el poder, lo cual promueve su aceptacin de las disposiciones institucionales (Miller, 1983).

  • El desempeo relativo de ciertas reglas institucionales ha sido estudiado por una serie de tericos de la eleccin social. Algunos anlisis formales innovadores de los procedimientos de votacin se han centrado en la regla de la mayora (May, 1952; Plott, 1967; McKelvey, 1976, 1979; Schofield, 1978), la regla de la unanimidad (Buchanan y Tullock, 1962; Rae, 1975), ciertos procedimientos de voto (Brams y Fishburn, 1983) o en la compara-cin sistemtica de diferentes reglas (Fishburn, 1973; Niemi y Riker, 1976; Riker, 1980, 1982; Nurmi, 1987; Merrill, 1988; Cox, 1997). Las instituciones de divisin de poderes han sido menos estudiadas con este enfoque, pero in-cluyen ciertos trabajos seminales sobre el federalismo (Pennock, 1959; Weingast, 1995), los parlamentos (Weingast, 1979; Shepsle y Weingast, 1981; Laver y Shepsle, 1996), el bicameralismo (Riker, 1992a, 1992b; Tsebelis y Money, 1997) y las elecciones mltiples (Brams, Kilgour y Zwicker, 1998).

    El presente libro cuenta con estas y otras contribuciones que sern mencionadas adecuadamente. El libro aade algunas contribuciones for-males, pretende establecer una conexin directa entre la teora de la eleccin social y la tradicin de estudio emprico de las instituciones en la ciencia poltica, procede a ciertas contrastaciones empricas clave de los modelos y desarrolla extensos anlisis aplicados.

    L A UTILIDAD SOCIAL

    El valor de juicio fundamental que se usa en los anlisis que siguen es la mayor satisfaccin del mayor nmero de individuos, tambin llamado principio de la utilidad social. Este principio utilitario clsico, tal como fue formulado por Jeremy Bentham (1789), fue la base de lo que se llam vieja economa del bienestar. Sufri ciertas crticas con huella (que llevaron a la nueva economa del bienestar), especialmente con respecto a la diferente capacidad de los individuos de experimentar utilidad y la consiguiente imposibilidad de establecer comparaciones interpersonales de bienestar.

    Sin embargo, el supuesto igualitario que subyace en la medicin de la utilidad social como una agregacin de utilidades individuales puede tener bases ms slidas respecto de las decisiones democrticas que de los intercambios econmicos. Los derechos iguales de sufragio y las reglas de decisin equitativas implican el principio de que todas las preferencias individuales, cualquiera que sea la capacidad subjetiva del individuo de experimentar felicidad, deben tener el mismo valor en la toma de decisiones colectivas. La proposicin clsica benthamita de que cada uno cuenta por uno y nadie por ms de uno, por discutible que sea para la elaboracin de una funcin de bienestar econmico, corresponde exactamente al principio de voto individual igual que forma parte de las constituciones democrticas. Desde esta perspectiva, la democracia, que se basa en la eleccin de los gobernantes por el mayor nmero de ciudadanos, resulta muy de-

  • seable porque crea oportunidades mejores y ms regulares que las fr-mulas no-democrticas para la satisfaccin de las preferencias de los ciu-dadanos. Por razones anlogas, como se discutir en las pginas si-guientes, las democracias pluralistas organizadas en esquemas institu-cionales complejos pueden dar mejores resultados a este respecto que los regmenes democrticos ms simples. (Para fuentes y discusin del utili-tarismo, vanse Rose, 1983; Colomer, 1987, 1991; Goodin, 1995.)

    En los modelos inspirados por la teora de la eleccin social, la desutilidad o insatisfaccin poltica corresponde a la distancia entre las preferencias de los votantes y la eleccin social. Esto puede ser escrito del siguiente modo:

    lo cual significa que la desutilidad o utilidad negativa U equivale a la suma

    de las distancias entre cada votante i y el ganador G. El ptimo social corresponde al resultado que minimiza la suma de las

    distancias individuales, el cual maximiza la utilidad social. Concretamente, en una sola dimensin lineal, la suma de las distancias es mnima con res-pecto a la alternativa (candidato, partido o poltica) preferida por el votan-te mediano, es decir, el votante cuya preferencia est situada en una posicin intermedia con menos de la mitad de los votantes a cada lado. En otras palabras, la utilidad social es mxima cuando la eleccin social coincide con la preferencia del votante mediano (Davis, Hinich y Ordeshook, 1970; Huber y Powell, 1994; Flunich y Munger, 1997). En este libro, las reglas ins-titucionales que favorecen la eleccin social de la preferencia del votante mediano sern consideradas relativamente eficientes socialmente.

    Tambin se examinar un supuesto alternativo con respecto a los esquemas de divisin de poderes, como las elecciones separadas para dife-rentes cargos y el federalismo. Si grupos significativos de votantes tienen diferentes intensidades de preferencias en distintos temas y pueden votar sobre ellos por separado, pueden encontrar alta satisfaccin en esquemas institucionales que produzcan diferentes ganadores en diferentes temas. Bajo este supuesto, la utilidad social puede ser mxima si diferentes reas de temas son asignadas a diferentes instituciones de acuerdo con la distribucin de la intensidad de preferencias entre los votantes. Asimismo, la cooperacin interinstitucional puede conducir a decisiones intermedias de compromiso apoyadas por amplias mayoras de consenso y capaces de producir una alta satisfaccin colectiva.

    UN MODELO DE ELECCIN SOCIAL

    Un sencillo anlisis geomtrico puede ilustrar los efectos de diferentes esquemas institucionales sobre la estabilidad y la utilidad colectiva de la eleccin social. Empecemos por el caso ms sencillo posible de

  • un electorado compuesto por tres votantes con preferencias diferenciadas (o tres grupos de votantes con las mismas preferencias y un nmero similar de miembros).

    Para empezar, adoptamos el supuesto simple de que las preferencias de los votantes pueden ser situadas en una sola dimensin de temas, como A, B y C en el eje horizontal del Grfico 1.1. Supongamos, por ejemplo, que la distancia entre el votante A y el votante B es la mitad de la distancia entre el votante B y el votante C, como sugiere el Grfico. Si B, que es la preferencia del votante mediano, gana, la distancia total entre las preferencias de los votantes y el ganador o desutilidad de los votantes puede ser medida como la distancia de A a B, pongamos 1 unidad, ms la distancia de B a B, que es cero, ms la distancia de C a B, 2 unidades, de modo que la suma de las distancias entre las preferencias de los, votantes y el ganador, o desutilidad total, es 3 unidades:

    U ( B ) = ( I A - B I + I B - B I + I C - B I ) = ( 1 + 0 + 2 ) = 3 .

    En cambio, si el ganador fuera A, la suma de las distancias entre las preferencias de los votantes y el ganador o desutilidad total sera 4 uni-dades; si el ganador fuera C, la desutilidad total sera 5 unidades, como el lector puede comprobar fcilmente. Esto muestra que la alternativa del votante mediano (B en el ejemplo) minimiza la suma de las distancias y maximiza la utilidad social.

    preferencia del votante mediano

    A B C

    NOTA: N = 3 votantes: A, B, C.

    GRFICO 1.1. Electorado en una dimensin.

    Pasemos ahora al caso bidimensional, en el que tres votantes, A, B y C, tienen preferencias diferentes en el tema 1 (a1, b1, y c1,) y en el tema 2 (a2, b2 y c2), como se observa en el Grfico 1.2.

    Primero, veamos los efectos de las elecciones separadas y conjuntas. Supongamos que hay dos elecciones separadas para diferentes cargos co-rrespondientes a diferentes temas o, conjuntos de temas, como los de las dos dimensiones en el Grfico 1.2. Estas pueden corresponder, por ejemplo, a elecciones separadas para Presidente, centradas, pongamos por caso, en temas de poltica exterior y de defensa, y para la Asamblea, centradas en temas de poltica econmica y social, o bien a elecciones separadas para dos cmaras del Parlamento o a otros esquemas anlogos. Su-

  • GRFICO 1.2. Elecciones conjuntas y separadas.

    pongamos que, para cada eleccin separada, la alternativa intermedia cercana al votante mediano tiene ventaja y gana. En el Grfico 1.2, b, gana en la eleccin sobre el tema 1 y a2 gana en la eleccin sobre el tema 2. La eleccin social est representada por el punto de interseccin de las posiciones ganadores en cada tema, bt-a2.

    Como puede verse, la decisin social a travs de elecciones separadas sobre diferentes temas bajo los supuestos anteriores se sita en un punto ms bien centrista dentro del conjunto mnimo que contiene todas las preferencias de los votantes o conjunto de Pareto (el tringulo ABC en el Grfico). Este punto est relativamente cerca del ptimo social, que es el punto que minimiza la suma de las distancias a las preferencias de los ciudadanos y, por tanto, maximiza la utilidad social. Exactamente, en un espacio bidimensional como el del Grfico, el punto del ptimo social est situado en la interseccin de las lneas rectas desde la preferencia de cada votante a la mediana del lado opuesto del tringulo.

    Supongamos ahora, como alternativa, que la decisin social en todos los temas se toma en una sola eleccin, como correspondera a un esquema institucional simple del tipo de un rgimen unitario y parla-

  • mentario unicameral. El marco institucional fuerza a los votante a elegir, no entre alternativas en temas separados, sino entre paquetes de alternativas en todos los temas al mismo tiempo.

    El conjunto de ganadores posibles o conjunto-ganador en una eleccin conjunta de este tipo es impredecible y depende del statu quo (o ganador saliente). Adoptemos la hiptesis de que el statu quo es la decisin social previamente producida por dos elecciones separadas, el punto b,-a2 en el Grfico 1.2. El conjunto de ganadores posibles en una sola eleccin bidimensional desde este punto de partida est representado por el rea sombreada con varios ptalos en el grfico. Este rea est formada por las curvas de indiferencia circulares trazadas alrededor de las preferencias de los votantes y que cruzan el statu quo. Se supone que cada votante prefiere las alternativas que estn ms cerca de la preferencia del votante y, concretamente, prefiere aquellas que estn dentro de la curva de indiferencia a aquellas que estn afuera. As, el conjunto de los ganadores posibles por mayora en una eleccin conjunta est formado por todos los puntos en los que una mayora de votantes (cualquier mayora de dos votantes sobre tres en el ejemplo del grfico) estn ms satisfechos que en el statu quo - e s decir; el conjunto-ganador est formado por las intersecciones de pares de curvas de indiferencia-.

    Como puede verse, el conjunto de ganadores posibles en una eleccin conjunta es relativamente grande, lo cual dificulta la prediccin del resultado. El conjunto incluye muchos puntos situados a una distancia relativamente grande del ptimo social. Algunos ganadores posibles estn situados fuera del conjunto de Pareto e incluso ms all del rango de las preferencias los votantes (por ejemplo, el conjunto incluye algunos puntos situados ms all de la preferencia extrema, b2, en el tema 2). La posibilidad de que muchas alternativas diferentes puedan ganar puede generar inestabilidad en los resultados de una serie de elecciones sucesi-vas, dado que cada punto ganador puede ser ulteriormente derrotado por algn otro punto incluido en el conjunto-ganador correspondiente.

    Este anlisis nos permite enunciar que una eleccin conjunta sobre numerosos temas multidimensionales, como modelo para la tpica eleccin nica en regmenes simples, puede ser ms incierta, producir menos utilidad social y ser ms inestable en el tiempo que las elecciones separadas sobre diferentes temas, como las elecciones para diferentes cargos en regmenes con divisin de poderes.

    El juicio comparativo de las elecciones separadas y conjuntas podra ser algo distinto si sustituyramos el supuesto de que la posicin del vo-tante mediano gana en cada eleccin separada por el supuesto de que las alternativas extremas pueden ganar (quizs como consecuencia de una competencia multipartidista con la regla de la mayora relativa). Pero aun as, la decisin social a travs de elecciones separadas estara siempre dentro del rango de las preferencias de los votantes y probablemente dentro del conjunto de Pareto. La decisin social a travs de elecciones separadas podra ser menos eficiente que algunos de los ganadores

  • posibles en una eleccin conjunta slo si las posiciones extremas corres-pondientes a grupos opuestos de votantes extremos ganaran en diferentes temas. Pero, incluso en este caso, el conjunto de ganadores posibles en una eleccin conjunta incluira otros puntos situados fuera del conjunto de Pareto y seguramente algunos situados ms all del rango de las preferencias de los votantes.

    A continuacin introducimos dos nuevas variables en el modelo. Pri-mero, supongamos un electorado ms complejo, compuesto por cinco votantes con preferencias ms dispersas que los tres votantes anteriores. En otras palabras, el electorado con tres votantes, A, B y C, es ampliado con dos nuevos votantes, D y E, cuyas preferencias estn situadas ms all del rango de las preferencias de los votantes previamente existentes, como se muestra en el Grfico 1.3. La adicin de D y E puede corresponder a la aplicacin de derechos de voto para nuevos grupos, como en un proceso tpico de democratizacin gradual.

  • El conjunto de ganadores posibles en una eleccin conjunta depende, de la regla de votacin. Comparamos los efectos de tres reglas con di-ferentes umbrales de inclusin: mayora relativa, mayora absoluta y ma-yora cualificada. La mayora relativa mayor se operacionaliza como 2/5 (o 40 por ciento, no muy diferente de la proporcin de votos obtenida por el ganador tpico en ciertas elecciones parlamentarias por mayora relativa en el mundo real).

    El conjunto de ganadores posibles en una eleccin conjunta con la regla de la mayora relativa para cinco votantes es mucho ms grande que el conjunto de ganadores posibles anteriormente identificado para el electorado con tres votantes, como puede verse en el Grfico 1.3. Incluye muchos puntos situados a gran distancia del ptimo social, fuera del conjunto de Pareto y ms all del rango de las preferencias de los votantes. Esto puede producir una gran impredecibilidad e inestabilidad de la eleccin social, as como poca utilidad social.

    El conjunto de ganadores posibles por la regla de la mayora absoluta (3/5) est identificado por un rea sombreada ms oscura en el Grf ico 1.3. Como puede verse, es menor que el conjunto de ganadores posibles con la regla de la mayora relativa. Esto significa que cuanto ms inclusiva es la regla de decisin, ms estable y socialmente eficiente puede esperarse que sea la eleccin social.

    Si comparamos este resultado con el conjunto de ganadores posibles por mayora en el electorado anterior con tres votantes en el Grfico 1.2, el electorado con cinco votantes puede ser considerado capaz de producir resultados relativamente eficientes. Esto no slo est vinculado al hecho de que una proporcin ms alta de votantes en una comunidad puede au-mentar la suma total de las utilidades individuales. Adems, el nuevo conjunto de ganadores por mayora con cinco votantes est situado en su mayor parte dentro del conjunto de Pardo y relativamente cerca del ptimo social. Esto nos permite enunciar que los efectos de inestabilidad y posible utilidad social baja que conlleva un electorado complejo con preferencias de los votantes muy dispersas pueden ser compensados con los efectos opuestos producidos por reglas de decisin inclusivas.

    Este resultado queda confirmado con el anlisis de la regla de la ma-yora cualificada, 4/5 en el ejemplo del Grfico 1.3. El correspondiente conjunto de ganadores posibles es el rea muy pequea en negro, que est completamente dentro del conjunto de Pareto y en una posicin ms bien centrista. Ciertamente, esta regla puede producir elecciones sociales ms estables y mayor utilidad social que las reglas menos inclusivas analizadas anteriormente.

    Hemos identificado tres variables institucionales que producen dife-rentes grados de estabilidad y diferentes niveles de utilidad de la eleccin social. En el orden en que sern analizadas en los sucesivos captulos de este libro, son:

    i) el grado de dispersin de las preferencias de los votantes, segn se trate de electorados simples o complejos;

  • ii) la inclusividad de las reglas de votacin y los procedimientos de decisin;

    iii) el nmero de dimensiones de temas en elecciones conjuntas y separadas, correspondientes a esquemas de unidad y de divisin de po-deres.

    Se sostiene aqu que los regmenes democrticos pluralistas basados en electorados complejos, reglas de votacin inclusivas y divisin de po-deres tienden a producir resultados socialmente eficientes.

    1.2. Plan del libro

    Los resultados del modelo que acabamos de presentar guan el programa de investigacin que se desarrolla en las pginas siguientes. El segundo captulo trata de la construccin histrica de electorados simples y complejos a travs del desarrollo de diferentes estrategias para la asig-nacin de derechos de voto a diferentes grupos. Se revisan los argumentos tanto de los sufragistas como de los restrictivistas desde la perspectiva de la dispersin esperada de las preferencias de los votantes que estaban dispuestos a promover o a aceptar, respectivamente. Se distinguen tres pautas bsicas desarrolladas en diferentes conjuntos de pases por los distintos grados de inclusividad social y de estabilidad poltica que han sido capaces de producir. El supuesto bsico es que cuanto mayor es la proporcin de ciudadanos con derechos de participacin en un proceso poltico establemente institucionalizado, mayor es la utilidad social que cabe obtener.

    El tercer captulo contrasta las reglas de votacin de un ganador ba-sadas en requerimientos de unanimidad, de mayora absoluta o de ma-yora relativa, con las reglas de mltiples ganadores basadas en la repre-sentacin proporcional y las coaliciones multipartidistas. Las distintas reglas de votacin y decisin son evaluadas y comparadas por su inclu-sividad, por la relacin entre los resultados que tienden a favorecer y las preferencias de los ciudadanos, as como por la utilidad social corres-pondiente. Las diferentes reglas son sometidas a una amplia contrasta-cin emprica con respecto a la produccin de ganadores socialmente efi-cientes correspondientes a la preferencia del votante mediano.

    El cuarto captulo analiza y compara diferentes esquemas de unidad y divisin de poderes que promueven decisiones colectivas sobre distintos nmeros de temas al mismo tiempo. Se comparan el parlamentarismo, el semipresidencialismo y el presidencialismo, as como los estados unitarios y los federales, mediante la aplicacin a todos ellos de las categoras de gobierno unificado y gobierno dividido. Diferentes frmulas proporcionan diferentes incentivos para la cooperacin multipartidista e interinstitucional, de modo que crean diferentes oportunidades para que las preferencias de los ciudadanos sean satisfechas. Se considera que la emergencia de mltiples ganadores en esquemas de

  • divisin de poderes es capaz de producir una amplia difusin de utilidad social.

    El quinto captulo concluye con una comparacin entre las frmulas institucionales que pueden ser consideradas ms socialmente eficientes a la luz de los anlisis previos, especialmente la representacin proporcional, la divisin horizontal de poderes y el federalismo, y las alternativas institucionales que se eligen ms a menudo en procesos estratgicos de democratizacin y reforma institucional. Los actores autointeresados pero no todopoderosos que intervienen en ciertos procesos de cambio institucional tienden a elegir instituciones pluralistas, las cuales pueden ser consideradas como relativamente eficientes en la perspectiva terica desarrollada en este libro.

    Los principales puntos del anlisis, incluida la produccin de resul-tados electorales socialmente eficientes y la frecuencia de gobiernos di-vididos, son contrastados con datos sobre votos, Asambleas, Gabinetes y Presidentes correspondientes a los resultados de 506 elecciones nacionales y 1.765 elecciones regionales en 40 pases democrticos de Europa Occidental y Central, Amrica del Norte y del Sur y Asia, durante el perodo 1945-2000. Los pases han sido seleccionados por tener ms de un milln de habitantes, altas puntuaciones en libertad poltica y al menos dos elecciones democrticas consecutivas hasta el ao 2000, as como datos accesibles. Los pases seleccionados incluyen ms del 90 por ciento de la poblacin mundial que vive en democracia al inicio del siglo XXI. El anlisis comparado se complementa con breves estudios de casi cincuenta casos de desempeo y cambio institucional, incluidas algunas excursiones varios siglos atrs (con uso de fuentes en ocho lenguas). La revisin histrica de largo plazo que se presenta en el ltimo captulo est basada en datos sobre 123 cambios institucionales importantes en 85 pases durante un perodo de 127 aos.

  • CAPITULO 2

    QUINES PUEDEN VOTAR

    Las leyes que establecen los derechos de sufragio son fundamentales para el gobierno democrtico.

    MONTESQUIEU

    El espritu de las leyes (1748)

    Una comunidad poltica puede ser definida como un conjunto de in-dividuos que se reconocen algn inters comn bsico y toman decisiones colectivas vinculantes. Las comunidades simples con preferencias concentradas pueden tomar decisiones de un modo relativamente fcil. Cuando el grueso de la poblacin es suficientemente homogneo en tr-minos socioeconmicos y culturales, como suele suceder en comunidades pequeas, un electorado basado en amplios derechos de voto puede identificar una alternativa aceptable y producir una eleccin social rela-tivamente estable y satisfactoria incluso sin mecanismos institucionales sofisticados. Como se ver ms adelante, las comunidades pequeas con intereses homogneos pueden adoptar un sufragio virtualmente universal y tomar decisiones por unanimidad u otras reglas de votacin altamente inclusivas.

    En cambio, en electorados complejos, formados por la concesin de derechos de voto a grupos diferenciados en sociedades relativamente he-terogneas, puede ser difcil conseguir decisiones colectivas vinculantes y producir elecciones sociales con altos niveles de estabilidad y utilidad. Este suele ser el caso de sociedades modernas en procesos de construc-cin de estados-nacin amplios e inicialmente heterogneos y de demo-cratizacin. Cuanto ms dispersas son las preferencias de los grupos de votantes sobre los temas sometidos a votacin, ms complejo es el elec-torado y ms difcil es alcanzar acuerdos.

    En procesos histricos modernos, las consecuencias de dar derechos de voto a diferentes grupos en sociedades complejas han sido enormemente variadas. La conversin de ciertos grupos en votantes no ha producido mucha innovacin poltica porque la mayor parte de sus miembros han desarrollado preferencias similares a las ya existentes entre el electorado anterior y han tendido a reproducir sus pau-

  • tas de voto. Esta ausencia de innovacin puede ser un resultado de cierta dependencia econmica o personal de los nuevos votantes con respecto a las preferencias de los antiguos o de instituciones polticas restrictivas.

    En cambio, algunos nuevos grupos han sido capaces de crear nuevos partidos polticos, desarrollar estrategias de innovacin de la agenda poltica que han acabado triunfando, formar una nueva mayora poltica o amenazar al sistema poltico en su conjunto. Esta tendencia a la inno-vacin puede ser un resultado de preferencias de los votantes ms dife-renciadas y de instituciones polticas permisivas.

    La asignacin de derechos de voto tiende a estar guiada tanto por presiones colectivas desde abajo>) (los grupos antes excluidos) y clculos estratgicos desde arriba (los lderes y gobernantes ya existentes).

    En la poca moderna, los terratenientes, los mercaderes, los artesanos, los trabajadores, los sirvientes, las mujeres, los miembros de minoras tnicas, los jvenes y los inmigrantes han obtenido derechos de voto en diferentes pases en momentos histricos diversos, en general en procesos que incluyen tambin cambios importantes en las reglas electorales, el sistema de partidos y otros elementos institucionales.

    En ciertos casos, el sufragio universal ha sido introducido de repente v sin modificar las otras reglas institucionales existentes, lo cual tiende a provocar alta inestabilidad poltica. En otros casos, diferentes grupos de votantes minoritarios han obtenido derechos de voto en estadios sucesivos de un proceso ms duradero. Esta estrategia gradual puede evitar la emergencia sbita de una nueva mayora alternativa e inducir a cada nuevo grupo pequeo a entrar en un partido previamente existente. Por ltimo, en otros casos, el sufragio universal ha ido acompaado por innovaciones institucionales, como la representacin proporcional y la divisin de poderes, las cuales producen mltiples ganadores. Mediante un nuevo esquema institucional de este tipo, la eleccin social es transferida a estadios poselectorales en los que cabe alcanzar acuerdos pluralistas e inclusivos.

    Este captulo est dividido en dos secciones. La primera seccin pre-senta una serie de casos de comunidades pequeas y homogneas en tiempos medievales y modernos que fueron capaces de tomar decisiones colectivas consensuales y vinculantes mediante votaciones con derechos de voto relativamente amplios. La segunda seccin aborda los problemas de la eleccin social en electorados complejos. Se revisan y analizan diferentes argumentos histricos a favor y en contra de la ampliacin de los electorados existentes desde la perspectiva antes esbozada. Se identifican diferentes estrategias para la asignacin de derechos de voto, las cuales se asocian a diferentes ritmos de concesin de derechos, as como a diferentes reglas electorales y sistemas de partidos, en una docena de pases durante los siglos XIX y XX.

  • 2.1. Electorados simples

    En la poca medieval y a principios de la moderna no slo haba nu-merosos enclaves feudales y unas pocas estructuras imperiales y monr-quicas de amplia escala, sino tambin una serie de unidades locales en las que se tomaban muchas decisiones colectivas mediante votaciones de un electorado amplio. En general, se trataba de comunidades ms bien simples con intereses relativamente armnicos, valores compartidos y una cultura homognea en las que la identificacin de una decisin comn no era un logro muy difcil. Las unidades en cuestin eran territorios pequeos, bien villas, comunas, municipios, provincias, condados, ciudades, colonias u otras comunidades de tamao pequeo. Los procesos colectivos de toma de decisiones se referan a unos pocos temas lo-cales relativamente simples. As suceda incluso cuando se trataba de elegir representantes locales a organismos de mayor escala, como los parlamentos medievales, debido a la ausencia de partidos de amplia escala (nacionales).

    El desarrollo de preferencias homogneas entre la poblacin reflejaba bien simplicidad social, especialmente en medios rurales, bien el pre-dominio de una clase media de agricultores, artesanos o comerciantes en contextos ms complejos. La homogeneidad de la comunidad o el fuerte atractivo de las posiciones sociales centrales permitan que estas comu-nidades tomaran decisiones colectivas vinculantes con relativa facilidad y produjeran elecciones sociales estables y ampliamente satisfactorias.

    Ciertos rasgos institucionales de la comunidades polticas simples que tomaban decisiones consensuales eran muy parecidos a los que cabe encontrar actualmente en las comunidades de propietarios de viviendas en contextos urbanos modernos - q u e es otro caso de comunidades pequeas y simples con intereses comunes claramente identificables-. Estos rasgos incluyen los siguientes:

    Los derechos de v o t o eran concedidos a los cabezas de hogar, in-dependientemente del nmero de miembros de la familia, bajo el supuesto de que todos ellos tenan preferencias homogneas; ha-bitualmente slo votaban los hombres, pero las reglas eran ms bien vagas e informales y a menudo permitan que los jvenes o ciertas mujeres participaran.

    Las reglas de decisin eran altamente inclusivas; se usaban reglas basadas en la unanimidad o cuasi-unanimidad en reuniones y asambleas de vecinos que decidan por asentimiento o aclamacin.

    Se usaban varios mecanismos de azar, incluidos los turnos y las loteras, para la rotacin de los cargos que deban ejecutar las decisiones de la asamblea, los cuales eran considerados una carga ms que un privilegio.

  • La eleccin de representantes indujo ms innovacin a favor de reglas que permitieran una representacin variada de diferentes categoras sociales o grupos de preferencias. Las frmulas modernas de representa-cin proporcional eran desconocidas en los tiempos medievales, pero, en comunidades relativamente ms complejas que las tpicas villas rurales, se concibieron otros interesantes procedimientos, como los distritos mul-tinominales y la convocatoria frecuente de elecciones, con objeto de evitar el dominio exclusivo de un solo grupo.

    Algunas unidades pequeas y ms bien homogneas que trataban temas locales pudieron mantener una participacin amplia y abierta en la toma de decisiones colectivas frente a las presiones de los emperadores, los papas, los monarcas y las potencias coloniales de gran escala. Sin embargo, en muchos casos, cuando las comunidades tradicionales se hicieron ms complejas internamente y aparecieron ms grupos diferenciados, sus propios criterios tradicionales a favor a derechos amplios de sufragios y acuerdos unnimes se convirtieron en fuentes de conflicto e inestabilidad. El comercio exterior, la ampliacin de las comunicaciones y el creciente relieve de bienes pblicos de gran escala, que llevaron a la formacin de los modernos estados-nacin, indujeron cambios institucionales importantes. Entre stos se incluyen la redefinicin de las condiciones para obtener el derecho de voto, incluida la prdida de los derechos de ciertos grupos, as como unas regulaciones ms explcitas de las elecciones. (Para una perspectiva histrica comparable a la aqu esbozada, vase Manin, 1995.)

    Casos: COMUNAS, PARLAMENTOS Y COLONIAS

    Segn la leyenda, los grupos tribales germnicos de la Alta Edad media ya celebraban asambleas de guerreros en las que aprobaban las resoluciones propuestas por el rey golpeando los escudos con sus lanzas o las desaprobaban con su silencio. Ms all de estos orgenes algo oscuros, la indagacin que se presenta en las pginas siguientes se centra en electorados simples de tres tipos de unidades polticas.

    Primero, analizaremos los procedimientos de toma de decisiones en pequeas comunas independientes, incluidas las villas rurales y los cantones suizos que han existido desde la Baja Edad media, as como ciertas famosas ciudades italianas. La comuna medieval en Europa central fue inicialmente una asociacin privada de hogares que se organizaba para proveer ciertos bienes pblicos bsicos. Asuma la administracin de justicia, la defensa militar, el mantenimiento de la provisin de alimentos y otros servicios elementales. En la medida en que los condes y los obispos fueron incapaces de cumplir estas tareas efectivamente, las comunas reemplaza-ron gradualmente su autoridad. A travs de un proceso, acabaron ignorando de hecho la soberana del Emperador germano y del Papa romano.

  • Segundo, se revisarn las elecciones en algunas unidades locales in-cluidas en ciertos reinos extensos. Entre ellas se incluyen las Asambleas locales, los Estados provinciales y los Estados generales en la Francia de los Borbones antes de la Revolucin, as como los condados y los municipios en las elecciones parlamentarias en la Inglaterra de los Augusto y los Hannover. Inicialmente, los miembros de las asambleas medievales convocadas por los reyes no eran elegidos por electorados populares, sino seleccionados entre aquellos que eran considerados representativos de las tendencias y los intereses de varias categoras sociales en territorios extensos. Pero los representantes electos popularmente de las comunas y otras unidades locales tambin enviaban delegados a los parlamentos medievales. Las elecciones parlamentarias modernas se construyeron en gran medida sobre este precedente.

    Tercero, se analizarn algunas famosas instituciones coloniales. Estas incluyen los dominios britnicos en Amrica del Norte antes de la formacin de Estados Unidos, as como ciertas colonias espaolas en Amrica del Norte y del Sur durante el proceso que les condujo a su independencia. Aunque los dos grupos de colonias se basaron en modelos diferentes, en ambos la aplicacin de regulaciones electorales que eran relativamente restrictivas en las metrpolis permitieron prcticas ms permisivas en los territorios situados al otro lado del Atlntico. De hecho, las elecciones participativas fueron acontecimientos cruciales en los procesos de independencia. Slo cuando las pequeas unidades independientes formaron amplios estados-nacin, ciertos criterios iniciales de concesin de derechos de voto, ms bien vagos, fueron sustituidos por requerimientos ms concretos.

    El conocimiento de los casos de electorados simples que aqu se revisan es reciente o ha sido recientemente reelaborado por los historiadores. Pero, aparentemente, los casos de los distintos pases aqu recopilados no haban sido comparados en la perspectiva adoptada en este trabajo.

    Las comunas y los cantones suizos. Durante la Edad Media, las comunas germnicas fueron reconocidas como la mxima autoridad legal y poltica sobre la poblacin rural. Tomaban decisiones en asambleas populares con un nmero fijo de miembros: los dueos de los hogares mayores de 14 o de 16 aos de edad. Se permita la presencia pasiva de las mujeres casadas y los nios, los cuales acudan a las reuniones, pero habitualmente no votaban bajo la presuncin de que cada casa y familia tena intereses homogneos. La pertenencia a la comuna se basaba en una comunalidad de bienes privados y era determinada del mismo modo como se decide la participacin en las reuniones de propietarios de viviendas en las modernas comunidades urbanas: slo se admita a los residentes en la comuna y no a los extranjeros ni a los arrendatarios temporales sin propiedad en la comunidad.

    En algunas comunas de zonas montaosas de lengua germnica, la Asam-blea era convocada al toque de campanas, habitualmente el domingo por la ma-ana, y formaba un gran crculo en un prado. Se inauguraba con una plegaria

  • en silencio. Cualquiera poda presentar una propuesta a la asamblea. Se votaba

    mano alzada y las decisiones se tomaban por mayora. La homogeneidad y la transparencia de la comunidad creaban fuertes incentivos para participar en las reuniones y tambin para transformar una mayora en unanimidad. Tras la vo-tacin, se tornaba juramento de pertenencia y obediencia a la comuna. Para otros propsitos podan usarse otras reglas: el reparto proporcional de los recursos y las cargas asumidos en comn o la rotacin en el acceso a los bienes pblicos. Se usaban loteras para nombrar cargos que ejecutaran las decisiones de la Asamblea. La accin cooperativa se extendi a las comunas vecinas. Pero la homogeneidad de cada unidad sigui siendo muy grande, incluso en lengua, religin y otros rasgos culturales. Las comunas en las que persista el conflicto se dividan para preservar la homogeneidad de cada unidad de decisin.

    A partir de 1291, los pequeos cantones forestales de Uri, Schwyz y Unter-waiden empezaron a separarse de los condes de Habsburgo en Austria. Acabaron formando una liga que se ampli a ocho cantones a mediados del siglo xiv y a 13 cantones entre los siglos XVl y XVIII. Durante varios siglos, esta confederacin suiza fue poco ms que una alianza informal para preservar la autonoma local frente al Imperio, sin generar ninguna autoridad central.

    La Asamblea se convirti en la forma de gobierno de la mayora de los cantones germnicos. La Asamblea cantonal era algo ms ceremonial que las Asambleas locales y poda incluir un desfile del pequeo ejrcito o milicia del cantn con los magistrados a caballo entre estandartes y cornetas. Los procedimientos eran ligeramente menos permisivos que en las comunas. La participacin estaba limitada a los hombres de ms de 18 o de 20 aos de edad y las propuestas tenan que ser canalizadas con anterioridad a la reunin a travs del Consejo electo. La Asamblea votaba sobre las leyes y mociones cantonales, los impuestos y la admisin de nuevos miembros y elega funcionarios cantonales con funciones judiciales, policiales y ejecutivas, as como los diputados federales. Todos los asistentes, incluidos mujeres y nios, juraban fidelidad a la constitucin. En algunos cantones se imponan multas a los que no asistan.

    An a principios del siglo xx, el tamao del electorado de los cantones era pequeo, entre 3.000 y 12.000 hombres cada uno. Su homogeneidad es an muy grande actualmente. La mayora de los 22 cantones creados en Suiza en 1848 son ms diferentes entre s que con respecto a los pases vecinos. Tambin las ciudades desarrollaron frmulas para nombrar un Consejo y un alcalde muy temprano (empezando por Friburgo en 1248). Los comerciantes y los artesanos predominaban en estos escenarios urbanos, especialmente desde los siglos XVI-XVll. Las Asambleas populares han continuado siendo ms poderosas en los cantones rurales con poblaciones pequeas y homogneas. Pero todava a principios del siglo XXI, la Confederacin Helvtica es sobre todo un instrumento para pre-servar el autogobierno popular local (Lloyd, 1907; Head, 1995).

    Las comunas italianas. Durante el siglo XII las ciudades del Norte de Italia, lideradas por sus cnsules, se hicieron autnomas del Emperador y de las autoridades de la Iglesia. Gnova, Pava, Pisa, Siena y otras muchas comunas se organizaron en torno a la Asamblea de todos los ciudadanos o arenga. La Asamblea aprobaba el nombramiento del Consulado por aclamacin, un proce-dimiento prximo a la unanimidad, o por eleccin indirecta. En la segunda mitad del siglo XIII se ampli la participacin del pueblo. En ciudades como Gnova y Bolonia, los participantes habituales en las Asambleas populares ascendan

  • a cifras entre 7.000 y 8.000, lo cual es equivalente a la mayora de los varones adultos, aproximadamente un 15 por ciento de la poblacin total. (Clculos del autor con datos de Valey, 1988: 33ss.; y Hyde, 1973: 115.)

    En el caso de Venecia, la eleccin del Duque (Doge) por el pueblo data de 697. Durante casi quinientos aos, los poderosos Duques fueron elegidos por la Asamblea o arenga formada por una gran inclusin de altos, medios, bajos y otros muchos venecianos (majores, mediocres, minores et magna Ventorum en-globatio; Wiel, 1895). Desde 1172, la Asamblea general del pueblo eligi indirec-tamente el Gran Consejo (habitualmente compuesto por unos 1.000 o 1.500 hom-bres de ms de 30 aos de edad), el cual se convirti en la autoridad suprema, y el Senado.

    A medida que los poderes del Duque fueron restringidos, dej de ser elegido popularmente y empez a ser nombrado por el Gran Consejo. Para ello, ste adopt un procedimiento cada vez ms complicado con hasta nueve estadios de votos aprobatorios y loteras que fue concebido con el propsito de hacer inviable el voto insincero y otras estrategias manipuladoras. Desde el siglo XIII al XV, la Asamblea del pueblo tena que ratificar la eleccin del Duque por el Consejo. Desde el siglo XIII hasta 1789, los cargos electos incluan los magistrados, los procuradores, los abogados y un Gran Canciller. La Repblica se fundaba en una poltica de compromiso, conciliacin y consenso... la Repblica patricia dio a Venecia 500 aos de paz y estabilidad interior (Finlay, 1980, Lines, 1986).

    En Florencia, las formas republicanas de gobierno, incluida la eleccin de los gobernantes, existieron durante ms de doscientos aos desde finales del siglo XIII. Durante el primer perodo republicano, que se extendi de 1291 a 1433, la Asamblea del pueblo estaba formada por los residentes mayores de 25 aos de edad que hubieran pagado unos impuestos locales mnimos. Este criterio produca Asambleas con ms de 6.000 votantes, lo cual era equivalente a un 15 por ciento del nmero total de habitantes de una ciudad con muchos jvenes e inmigrantes, y sin duda inclua una mayora de los varones adultos. (Clculos del autor con datos de Najemy, 1982, y Brucker, 1977: 252; 1983: 133.)

    El gobierno de Florencia estaba organizado en torno al Justicia (Gonfalo-niere) y otros ocho miembros de la Seora. stos eran elegidos mediante un complejo sistema de voto aprobatorio y loteras muy frecuentes. La Seora se apoyaba en 12 consejeros u hombres buenos electos, 16 confalonieros que representaban a los barrios de la ciudad, as como otros muchos cargos electos para los cuales la mayora de los votantes eran elegibles por perodos cortos (de seis meses o un ao). El Consejo del Pueblo (con 300 miembros) y el Consejo de la Comuna (con 200 miembros) eran seleccionados mediante un procedimiento mixto de eleccin popular y nombramiento por la Seora. Como en Venecia, aunque con diferentes frmulas, se concibi un procedimiento de elecciones ex-tremadamente complejo para evitar la manipulacin fraudulenta del proceso electoral e impedir la dominacin de la comuna por unas pocas familias poderosas de la ciudad. Los gobernantes y los funcionarios eran reemplazados con frecuencia, lo cual cre un cierto sentimiento de aparente inestabilidad. Pero una estabilidad ms bsica estaba asegurada por el amplio grado de acuerdo existente en la comunidad gremial sobre ciertos temas, sobre todo en la esfera econmica (Brucker, 1983: 66, 70, 388ss.).

    El gobierno de los Medici establecido en 1433 introdujo ciertas restricciones y frecuentes interrupciones en el calendario regular de las elecciones. Pero, aunque algunas familias perdieron sus derechos de voto, se incluy a gente nue-

  • va, de modo que, junto con el crecimiento de la poblacin, el electorado lleg a tener unos 8.000 votantes a finales del siglo XV, de nuevo alrededor de un 15 por ciento de la poblacin total (segn los datos en Rubinstein, 1966: 214-215). La nueva repblica establecida en 1494 se basaba en la eleccin popular de los cargos tradicionales y de un nuevo Gran Consejo inspirado en el modelo de Venecia, en este caso formado por unos 3.000 miembros. Tras cierto declive de los poderes del Consejo, un nuevo perodo de gobierno de los Medici reemplaz otra vez las elecciones regulares por la aprobacin directa por la Asamblea del pueblo. La ltima repblica florentina restableci la eleccin de los gobernantes, incluido el Gran Consejo, de 1527 a 1530 (Brucker, 1977, 1983; Guidi, 1992).

    El fin de los rgimenes republicanos en las comunas italianas ha sido atri-huido a frecuentes fenmenos de violencia, desorden e inestabilidad provocados por el faccionalismo poltico, las peleas de familia y los conflictos de clases. Incluso Dante se burl en un clebre pasaje de la Divina Comedia de las amargas disputas entre facciones, las animosidades personales y el impulso de destruccin del enemigo de sus convecinos florentinos. De hecho, Dante haba sido miembro del Consejo de la Comuna en varias ocasiones (Zenatti, 1984: 341-343). Es interesante observar que sus quejas incluan el lamento por la inclusin en el electorado de gente nuova que generaba orgullo y exceso y era capaz de desafiar al grupo gobernante tradicional (Dante 1265-1321, Canto XVI, 73-75).

    Sin embargo, segn ciertos historiadores modernos, las negociaciones y los acuerdos pluralistas se difundieron bajo los incentivos creados por una estructura institucional compleja. La fusin relativamente pacfica de elementos viejos y nuevos en la sociedad florentina haba sido la pauta normal a lo largo de la historia de la ciudad (Bnicker, 1962: 392). La palabra florentinismo se convirti en una expresin corriente en italiano y otras lenguas latinas modernas, como sinnimo de maniobras polticas sofisticadas y construccin de coaliciones.

    En sentido estricto, no hay un solo caso de ciudad italiana del Renacimiento en que la violencia y el desorden civil abrieran directamente la puerta a un gobierno autoritario. Como han sealado algunos historiadores, ciertas ciudades, como Siena, Lucca y Florencia, que experimentaron intensos conflictos civiles en algunas ocasiones, fueron capaces de retener sus gobiernos republicanos despus de que otras muchas ciudades hubieran cado bajo el dominio aristocrtico. En cambio, otras, como Gnova, Bolonia y Pava, con niveles ms bajos de conflicto visible, pasaron con mayor frecuencia de los gobiernos aristocrticos a los republicanos, una y otra vez. Adems, como muestran los casos de Brgamo o Bolonia, los nuevos gobiernos aristocrticos no garantizaron el orden y la paz (Martines, 1979: 79-80).

    A pesar de todo, en algunas ciudades que usaban procedimientos de toma de decisiones menos sofisticados que los utilizados en Venecia y en Florencia, se extendi un cierto sentimiento de insatisfaccin poltica. En particular, el pre-dominio de los gremios de artesanos en la toma de decisiones polticas indujo reacciones negativas de otros grupos. La hiptesis que ser desarrollada a lo largo de este libro indica los efectos negativos de instituciones y reglas simples en electorados complejos. Concretamente, la regla de la unanimidad virtual, que fue usada tan a menudo en las asambleas populares que tomaban decisiones por aclamacin, no siempre produce decisiones rpidas y aceptables en un electorado crecientemente complejo, como los de algunos de los escenarios urbanos de la Italia del Renacimiento, en contraste con la eficiencia de la regla de la unani-

  • midad en medios rurales ms simples. Como lo sugiere uno de los ms recono-cidos historiadores del perodo, una fuente principal de frustracin poltica [en ciertas comunas italianas] fue la incapacidad del gobierno de abordar resuelta-mente algunos temas conflictivos, lo cual era un resultado de la creencia de que la unidad era esencial y de unos rituales que congelaban la presentacin de puntos de vista irreconciliables (Brucker, 1962: 393).

    Los municipios y el Tercer Estado en Francia. En ciertas ciudades del Sur de Europa, la autonoma local fue una tradicin romana, pero tambin fue una creacin de los privilegios concedidos a ciertas comunas por sus seores. Tal vez bajo la influencia de las comunas italianas, con las que mantenan un comercio regular, muchos municipios franceses fueron gobernados por asambleas popu-lares desde finales del siglo XVIII. Especialmente en la regin meridional del Lan-guedoc, con casos famosos como Montpelier y Nimes, entre otros, en la Asamblea General de Vecinos participaban todos los cabezas de hogar (incluidas las viudas) si eran nativos o residentes de largo perodo. La participacin se sola considerar una obligacin ms que un derecho. Las Asambleas elegan procuradores o sndicos, as como el Consulado colectivo convocaba habitualmente el Cuerpo de la villa, cuya legislacin controlaba. Los cargos municipales eran ocupados durante cortos perodos de unos dos aos. Ciertas restricciones con respecto a la reeleccin y la acumulacin de cargos por los miembros de una misma familia promovan la apertura y la circulacin de los nombrados (Babeau, 1882; Petit-Dutaillis, 1947).

    Adems, muchas provincias francesas crearon y eligieron Estados provin-ciales desde mediados del siglo xv, aunque stos slo se reunan por mandato del rey. Durante los siglos XVI y XVII, los Estados locales y provinciales mantuvieron e incluso ampliaron sus poderes. Los impuestos, los emprstitos y los gastos se sometan a votacin, frecuentemente con voto secreto. El sufragio fue ampliado y aument la participacin popular. Sin embargo, el control cada vez ms centralizado del pas por la Corona dobleg gradualmente la autonoma de los cargos locales y provinciales, en particular por medio de la introduccin de can-didaturas oficiales que jugaban con ventaja en las elecciones (Babean, 1894; Bisson, 1964; Temple, 1973, Major, 1980).

    De un modo parecido, los Estados Generales evolucionaron en la direccin de un parlamento moderno, aunque acabaron convirtindose en un rgano me-ramente consultivo del rey. Al principio, tenan poder de establecer impuestos y su acuerdo era requerido para resolver los conflictos religiosos del Reino y otras crisis importantes. Los Estados Generales se reunieron regularmente, aunque de una forma rudimentaria durante el siglo XIV (en 1302, 1308, 1314 y en reuniones frecuentes entre 1344 y 1358), ms formalmente una vez en el siglo XV (1484) y de nuevo con cierta regularidad durante los siglos XVI y XVII (1560, 1576-77, 1588-89, 1614-15), hasta que fueron olvidados durante 175 aos antes de su nueva convocatoria en 1789.

    Inicialmente, los derechos de voto para elegir los diputados nacionales del Tercer Estado fueron concedidos a todos los cabezas de familia u hogar (segn la localidad y de un modo ms flexible en los medios rurales). En este marco, el voto de las mujeres era habitual para las que eran cabezas de familia; las viudas y las hijas que vivan en una casa diferente tambin tenan derecho de voto (Cadart, 1952: 46-47). A partir del siglo XV, el sufragio se extendi a los habitantes de los pequeos pueblos y a los distritos rurales. Mientras que en algunas ciu-

  • dades la eleccin de los diputados nacionales estaba en manos de los cargos mu-nicipales, los representantes de los gremios y otros ciudadanos notables, en los distritos rurales el sistema se aproxim mucho al sufragio adulto masculino (Bridge, 1921: 56). Tradicionalmente se ha considerado que los delegados a los Estados Generales de Francia eran elegidos por el equivalente del sufragio mas-culino universal en las reas rurales (Howard, 1930: 132, pero vanse los co-mentarios de Major, 1951: 44).

    Para la eleccin de los representantes del Tercer Estado a los Estados Ge-nerales en 1789, se ampli el nmero de distritos electorales y se aument el n-mero de escaos en proporcin a la poblacin de cada distrito. Se concedieron derechos de sufragio a todos los hombres de ms de 25 aos de edad, franceses o naturalizados, domiciliados en la localidad y que figuraran en el censo fiscal local (as como a las mujeres de las rdenes religiosas). (Regulaciones para la convocatoria de los Estados Generales, 24 de enero de 1789, en Baker, 1987: 180-184.) Segn algunas interpretaciones recientes, esto no quedaba lejos del sufragio masculino (Jones, 1988: 63); las elecciones [a los Estados Generales] de 1789 fueron el espectculo ms democrtico nunca visto en la historia de Europa y no volvi a ocurrir nada comparable hasta bien entrado el siguiente siglo (Doyle, 1989: 97).

    A partir del siglo xv, la mayor parte de los diputados nacionales de Francia haban sido elegidos indirectamente por los Consejos locales o los Estados pro-vinciales. Cada uno de los tres rdenes elega representantes en asambleas prima-rias separadas, en las que el Tercer Estado tena ms representantes que los otros dos. Pero, en las villas y provincias, los representantes de los tres estados formaban una sola Asamblea electoral y elegan conjuntamente a los diputados de los Estados Generales mediante voto individual. Los diputados nacionales eran, as, electos en distritos multinominales por la regla de la mayora. Cada escao se elega por separado mediante votaciones con varias vueltas, si era necesario, hasta que un candidato obtena un apoyo mayoritario (en 1789 la mayora absoluta fue requerida slo en las dos primeras vueltas; la tercera decida por mayora relativa). Aunque este procedimiento era vulnerable al voto estratgico, pudo inducir intercambios de votos en diferentes vueltas, lo cual permita una representacin genricamente proporcional de diferentes categoras de intereses. De hecho, no se solan necesitar muchas vueltas de votacin porque podan formarse amplias mayoras sobre la base de objetivos ampliamente compartidos, compromisos y acuerdos. La eleccin conjunta de diputados por los representantes de los tres estados se basaba en la elaboracin en comn de un solo cuaderno de quejas (cahier de dolances) en cada distrito. Incluso en 1789, las elecciones fueron notablemente armnicas; los cahiers mostraron un amplio nivel de coincidencia con respecto a cmo debera desarrollarse Francia en el futuro inmediato, incluyendo la sustitucin de la monarqua autoritaria por un gobierno representativo constitucional que promoviera los derechos individuales y la modernizacin econmica (Doyle, 1980).

    El Parlamento ingls. Segn ciertas fuentes histricas, haba amplios derechos de voto en la Inglaterra medieval. Se convocaban peridicamente reuniones locales y tribunales de condado para resolver conflictos, procesar asuntos judiciales y elegir recaudadores de impuestos. Numerosas villas y municipios elegan delegados para que representaran sus intereses en los tribunales de condado. Cuando el rey convoc lo que se conoci como el Parlamento moderno en

  • 1295, incluy dos caballeros por cada uno de los tres condados rurales y dos di-putados por cada uno de las 115 ciudades y municipios urbanos.

    En los condados rurales, hasta el siglo xiv, cada habitante y plebeyo del condado tena voz en la eleccin de los caballeros tanto si era propietario como si no, tanto si posea bienes por valor de un penique, de seis o de doce peniques al ao (Bishop, 1893: 71). Antes del siglo xv es probable que cada hombre emancipado residente en el condado pudiera votar por el caballero del condado. Los sheriffs eran elegidos por sufragio masculino universal y toda la poblacin masculina contribua al salario del sheriff como representante, de modo que cabe suponer que las elecciones parlamentarias seguan sin duda el mismo principio. De modo parecido, en lo que se refiere a los distritos urbanos, es probable que las elecciones de condado tuvieran lugar sobre la base del sufragio masculino universal, de modo que todos los hombres emancipados del lugar participaran en la eleccin de un diputado... En ciertos municipios, probablemente, la gran mayora de los habitantes participaba en la eleccin (Seymour y Frary, 1918, 1: 66).

    A partir del siglo xv los derechos de voto se limitaron en alguna medida a los poseedores de tierra o propiedades por valor de cuarenta chelines al ao, al menos, cargas aparte. La misma ley que estableci esta regulacin explicaba que las elecciones anteriores se haban masificado con muchas personas de bajo nivel y mucha confusin se haba creado. El nuevo electorado estaba formado por agricultores con cierta riqueza o ciudadanos de las clases medias para los cuales era relativamente ms fcil identificar intereses comunes y producir decisiones colectivas vinculantes (Seymour y Frary, 1918, 1: 69).

    A partir de 1688, la Cmara de los Comunes decidi los derechos de voto en varios municipios. Diversas frmulas de residencia y contribucin a los gastos municipales produjeron un virtual sufragio masculino universal a nivel local, mientras que, en la mayor parte de los municipios, hombre emancipado se convirti en una categora ms restrictiva que exclua a los siervos, los villanos y otros desfavorecidos. La proporcin de poblacin con derecho de voto a nivel nacional en la Inglaterra de los siglos XVI y XVII era menor que en algunos de los otros casos europeos antes mencionados. Pero los lmites al sufragio eran vagos e inciertos y la participacin era an notable en muchos distritos locales. El sistema se basaba en distritos multinominales con partidos nacionales flexibles y muchos candidatos locales independientes, lo cual permita una representacin variada de diferentes grupos de preferencias.

    Una serie de estudios histricos ha presentado un panorama de las elecciones en Gran Bretaa antes de las reformas electorales del siglo XIX en el que la par-ticipacin poltica amplia era la norma ms que la excepcin. Hubo un alto nmero de elecciones disputadas y un electorado capaz de mucha accin entre 1689 y 1715 y de nuevo entre 1734 y 1832. Muchas elecciones generales provocaron debates sobre temas nacionales en una amplia variedad de distritos. El electorado era una entidad numricamente impresionante y, durante la mayor parte de este perodo, continuamente creciente. Comprenda un fondo electoral vasto, aunque algo nebuloso, de individuos ricos y con propiedades. Sus miembros participaban con notable frecuencia en elecciones en las que se abra la posibilidad de su par-ticipacin. Las campaas electorales eran acontecimientos abiertos, espectculos pblicos, inclusivos y populares. El control de las elecciones por las lites locales se hizo cada vez ms difcil y la mayor parte de las elecciones se abrieron a candidatos innovadores y a resultados inciertos (O'Gorman, 1982: 389ss.).

  • El electorado activo fue en parte doblegado por ciertas instituciones res-trictivas, especialmente el control del Parlamento por el Gabinete, los Gabinetes unipartidistas y la restriccin de la agenda poltica a unos pocos temas en los que un grupo homogneo poda promover un inters dominante. Como se ver en la prxima seccin, una serie de reformas electorales durante el siglo XIX es-tablecieron a lo largo del pas ms distritos y mejor definidos, pero tambin lmites ms rgidos sobre los grupos de ciudadanos autorizados a participar en el proceso electoral que en algunos de los perodos anteriores (Plumb, 1967, 1969; O'Gorman, 1982, 1989; Phillips, 1982, 1992; Taylor, 1997).

    Las colonias angloamericanas. Las elecciones por sufragio virtualmente universal en las colonias britnicas de Amrica del Norte se remontan a la elec-cin de la Cmara de Diputados en Virginia en 1619, a la que sigui casi inme-diatamente la Asamblea ele Maryland y la eleccin anual de Gobernador en Ply-mouth. En los orgenes de cada colonia, las condiciones requeridas para ser elector no eran numerosas ni estaban claramente definidas, de modo que en muchos casos se permita votar a todos los habitantes. Ms tarde, las restricciones al sufragio introducidas en Gran Bretaa se extendieron a las colonias, especialmente en forma de requerimientos de propiedad de tierra. De hecho, sta no era una condicin extempornea. Como en los otros casos europeos anteriormente men-cionados, el supuesto de que todos los miembros de una familia compartan cier-tos intereses comunes bsicos, los cuales les permitan estar correctamente re-presentados por el cabeza de hogar, tena un slido fundamento en la propiedad familiar. Adems, la ausencia de seores feudales, una disponibilidad mucho mayor de tierra y la amplia difusin de la propiedad territorial y personal en las colonias norteamericanas hicieron que los requerimientos britnicos para votar tuvieran all resultados mucho menos restrictivos.

    Hasta la independencia de las colonias en 1776, hubo amplio consenso en la mayor parte de las comunidades. La unanimidad se consideraba un objetivo muy valioso y se intentaba evitar el conflicto sobre asuntos pblicos. En los inicios ms remotos, el derecho de voto en una colonia se reconoca del mismo modo como se reconoce actualmente el derecho de voto a los accionistas en una empresa moderna. Las primeras colonias eran corporaciones de negocios en la agricultura, de modo que la condicin de tener propiedad territorial se conside-raba un requerimiento apropiado para que el propietario pudiera votar. El su-puesto era que el sufragio era el modo de identificar el bien comn de la comu-nidad y slo debera permitirse participar en la gobernacin de la colonia a aque-llos que claramente tuvieran un inters en ella (Porter, 1969; Dinkin, 1977).

    Los requerimientos para los derechos de voto estaban definidos de un modo vago y diferente en cada colonia. Se adaptaban a. distintas circunstancias para que fuera posible identificar los intereses comunes de los votantes y la estabilidad de la eleccin social. Las reglas eran flexibles y se modificaban con frecuencia, de modo que se usaban condiciones de propiedad de la tierra, de riqueza o de comportamiento moral como ndices de la capacidad del individuo de tomar decisiones razonables en asuntos colectivos.

    Ms concretamente, los que no eran residentes desde un tiempo suficiente eran excluidos del voto. Pero el requerimiento variaba entre seis meses a uno o dos aos, segn la colonia, y no exista en Virginia, New Hampshire y Nueva York. La condicin de edad mnima habitual era 21 aos (20 en Plymouth y 18 en Rhode Island). Sin embargo, los menores a veces votaban) (Bishop, 1893:

  • 65); los muchachos y otras personas [legalmente] no autorizadas votaban en las Carolinas (Seymour y Frary, 1918, 1: 223); muchachos y jvenes de 18 y 19 aos de edad participaban en ciertas elecciones en Carolina del Norte, Pensilvania, New Hampshire y Massachusetts. Todas las mujeres podan votar en New Jersey (Dinkin, 1977: 30-31). Otros criterios de voto incluan el tipo de empleo del individuo y su reputacin moral. La propiedad de la tierra se meda en acres en el Sur, pero en Nueva Inglaterra, donde la tierra era ms cara, se aceptaban parcelas mucho ms pequeas por su valor monetario.

    Por un lado, a los delincuentes se les privaba del derecho de voto y, en varias colonias del Norte, una conducta moral incorrecta poda provocar la supresin de los derechos de un hombre liberado e incluso la prdida total de su derecho de voto. En Massachusetts y Nueva York se requera que los electores fueran miembros de alguna iglesia; en general, los catlicos romanos, as como los judos y los cuqueros en algunos casos, no podan votar. Pero, por otro lado, en las colonias del Sur, donde resida la mayora de los negros, los cobrizos [o nativos] y los mulatos, stos votaron hasta bastante tarde (1716 en Carolina del Sur, 1734 en Carolina del Norte, 1723 en Virginia, 1761 en Georgia). En el Norte, ningn estado apart nunca a la poblacin no blanca de las urnas, incluidos los indios en algunas partes de Nueva Inglaterra.

    Una serie de historiadores han calculado que los derechos de voto estuvieron difundidos con extrema amplitud pese a las condiciones impuestas a los electores potenciales. Con gran uniformidad el electorado parece haber oscilado, slo sobre una base de propiedad, entre el 50 y el 75 por ciento [de la poblacin adulta masculina]. Algunos superaron y otros quedaron por debajo de este rango, pero probablemente no tantos como los que estaban dentro de estos lmites (Williamson, 1960: 38). En algunas colonias como Virginia la proporcin de electores puede haber llegado hasta el 80 por ciento, mientras que en otras, como Nueva York, estaba ms cerca del 50 o 60 por ciento. En general, los derechos de voto eran ms amplios en los distritos rurales. Segn algunas fuentes del decenio de 1770, las condiciones raramente se controlaban: a cualquier cosa que pareciera un hombre se le permita votar. De hecho, slo entre un quinto y una mitad de los varones adultos fueron incapaces de ejercer el derecho de voto (Dinkin, 1977: 41-49). As pues, y de un modo muy parecido a los otros casos de Europa continental antes analizados, entre un 10 y un 20 por ciento de la poblacin total parece haber tenido derechos de voto en las colonias britnicas de Amrica del Norte antes de su independencia.

    En la poca colonial, el da de la eleccin anual era un gran acontecimiento, concebido como una ocasin para que los colonos se reunieran y socializaran. Los procedimientos usados incluan el voto oral, a mano alzada, con urnas, en una cabina que contena un cuaderno con los nombres de los candidatos en el que se iban anotando los votos, as como granos de trigo y alubias para aprobar o rechazar a los candidatos para ciertos cargos. Las papeletas escritas se usaron en algunos lugares a partir de principios del siglo XVII y variantes de la moderna papeleta perforada con los nombres de todos los candidatos se difundieron a partir de finales del siglo XVII.

    Las elecciones de representantes locales fueron cruciales en el proceso hacia la independencia. Sin embargo, entre 1776 y la aprobacin de la Constitucin de los Estados Unidos en 1789, se desarroll una tendencia a una mayor unificacin de criterios entre los estados. Con el deseo de preservar la armona en una sociedad ms amplia y variada, la mayor parte de los lderes patriotas

  • pensaron que la participacin poltica debera ser reservada a aquellos que tu-vieran un inters comn y una vinculacin a la comunidad, a aquellos con un inters en la sociedad, ya que slo stos podran realizar juicios competentes y razonables.

    Es interesante observar que, ya en los primeros aos de la independencia, emergi una nueva estrategia de concesin y denegacin simultneas de derechos de voto a diferentes grupos de electores que sera ampliamente desarrollada durante el siglo xix. Por un lado, los requerimientos de propiedad fueron reducidos y se hicieron similares en los 13 estados, los requerimientos religiosos se moderaron sustancialmente hasta aceptar a casi todos los cristianos, y varios estados permitieron que los negros tuvieran derecho de voto por primera vez. Pero, por otro lado, en todos los estados se establecieron requerimientos formales de ser mayor de 21 aos de edad, de gnero masculino, tener la ciudadana y ser residente, mientras que ocho estados modificaron sus constituciones para excluir de las votaciones a los negros, los esclavos y la mayor parte de los indios. En conjunto, el electorado de los 13 estados probablemente pas de un 50-80 por ciento [de la poblacin adulta masculina] en el perodo provincial tardo a un 60-90 por ciento al trmino del perodo revolucionario (Dinkin, 1982), lo cual significa alrededor del 15-25 por ciento de la poblacin total.

    Las colonias iberoamericanas. El sufragio masculino universal a nivel local fue introducido en las colonias espaolas de Amrica del Norte y del Sur ms abruptamente que en las colonias britnicas. Tras la invasin de Espaa por las tropas de Napolen en 1808, la resistencia popular improvisada fue coordinada por medio de juntas locales electas, que inicialmente adoptaron las reglas de las Cortes medievales y los Consejos locales supervivientes. En 1809, los represen-tantes a la Junta Central de Espaa fueron elegidos indirectamente con sufragio restringido por consejos municipales y parroquiales mediante una mezcla de elecciones y loteras.

    Las elecciones a las nuevas Cortes en 1810 y 1812 se basaron en una com-binacin de viejas reglas con un nuevo sufragio de los cabezas de familia. La Constitucin aprobada en Cdiz en 1812 introdujo el sufragio masculino vir-tualmente universal para elecciones indirectas y fue usado para las elecciones de Consejos municipales y de diputados provinciales en 1812-14. Al tiempo que se ampliaba el electorado, se aument la proporcin de representantes procedentes de las colonias espaolas en las Amricas y en Filipinas. En 1812, todos los hombres de ms de 25 aos de edad y nativos de la provincia, cualquiera que fuera su estatus, pudieron votar. Se e