Juegos de Muerte

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JUEGOS DE MUERTE

Peg una fuerte patada en la puerta y el cerrojo con cadena y tornillos de bronce volaron por el aire.-Te vine a matar hija de puta! Dijo.Mientras con un brazo la empujaba para adentro y cerraba la puerta con llave. Agregando: -Esta vez no te salvas, conchuda!Mari, de estructura delgada, cabellera larga y rubia, mirada lnguida; no pareca estar en condiciones de oponer mucha resistencia; a la fuerza ya conocida de Nico. Pero ella prefiri sta vez decirle: Nicols a secas, para ser consecuente con el corte que haban puesto a la relacin desde haca seis meses y que pareca definitivo. Mientras hablaba se senta agitada y temerosa, porque ya conoca los impulsos de Nico y hasta donde poda llegar. Encima sta vez la amenazaba de muerte. Lo de los seis meses en realidad no era muy creble, dado que el tiempo que estuvieron juntos nunca se dijeron algo que pudieran cumplir. Antes se haban distanciado muchas veces, pero luego como imn aparecan juntos. Clara su hermana mayor siempre le repeta que estaba muy loca para estar con un tipo as. Siempre se preocupaba mucho por Mari y hasta haba hecho varias consultas en servicios de violencia de gnero. Incluso sin saber lo de los otros hombres.Nico visiblemente descontrolado tom una mesita antigua de roble la cual sostena una moderna lmpara LED y la arroj contra el piso, en un claro acto de voluptuosidad llevada al extremo. Es que Nico disfrutaba mucho de stos personajes que crea representar al mejor estilo de Arnold Scharwazenegger, su dolo de toda su vida. Es que con sus 35 aos, no haba conocido a su padre, su vida adolescente la pas al cuidado de una abuela anciana que poco pudo hacer para orientar a un joven que ya mostraba un carcter fuerte y decidido. Su vocacin eran las artes marciales y el gimnasio, all tamizaba sus efervescentes pasiones, que sin embargo no consegua limar. Siempre por algn exceso generalmente fsico se ganaba la expulsin. Nico no aceptaba pares y por eso no tena amigos, l era los personajes de su tan mentado Scharwzenegger. Y es mas imaginaba un momento futuro de declinacin de ste, donde l lo superara en fuerza y poder.Con Mari comenzaron una relacin donde al principio pareca que sta era la medida de todas sus necesidades. Se senta contenido y escuchado, hasta haba planeado trabajar dando clases en gimnasios e ir a vivir juntos. Su abuela estaba por primera vez entusiasmada por el futuro de su nieto.No dur mucho, al romance tierno se sumaron palizas peridicas, que fueron aumentando en tiempo e intensidad. Como si la violencia hubiera sustituido a la ternura que poda haber entre ellos y que era mutua; aunque Mari siempre llevaba la peor parte. O tal vez fue por los otros hombres.Es en esos momentos de la pareja que Clara advirti parte de lo que pasaba a travs de las cicatrices que su hermana trataba de ocultar o justificar. Es all donde estaba decidida a realizar una denuncia temiendo lo peor. Pero sta vez pareca distinto, nunca lo haba visto as: su rostro era una mueca desencajada, sus ojos casi salan de sus rbitas y pareca decidido a pulverizar todo, incluso a ella. No reaccionaba a las splicas de ella que ya lo trataba, ms dulcemente como antes: - Nico, por favor hablemos! Le repeta.Nico no se inmutaba, ya no era l, estaba actuando un personaje. Tom el telfono y lo estrell reciamente contra un cuadro.Mari comprendi lo ineficaces que resultaban sus palabras y jadeando se lanz haca el dormitorio en un intento de protegerse.Nico adiestrado para la accin y la rapidez de sus actos, se arroj en el aire, alcanzando a tomarla de la cabellera y derribarla. Pero al caer se top con los restos de la lmpara que le produjo cortes en el cuerpo y en el rostro. Sinti dolor y se sinti dbil por sentirlo. La escena se transform en pattica; Mari con un hematoma en la frente por su choque con el silln, Nico con sangre en el cuerpo y sollozando la miraba a ella, como si no entendiera que pasaba. Entonces Mari trat de tranquilizarse y con voz pausada y dulce, como ella sola poda hacerlo. Comenz a hablarle, mientras le acariciaba la mejilla.Comenz diciendo sobre la distancia que haban tomado y lo necesario que era para ambos-No, no, no. Sos una puta-Acordate que vos lo propusiste, yo me tom un tiempo para aceptarlo-Pero vos disfrutabas ms con ellos que conmigo, Guacha! Te voy a matar..Mari volvi a leer entre los flecos de tela de su rada camisa, el tatuaje que su novio llevara haca tiempo en su pecho, como homenaje haca un personaje de su hroe y que nunca le prestara atencin: Ill be back. Y entonces comprendi.-Par, par! Le grit dominante. Voy a buscar algo para limpiar esas heridas y quitarte los vidriosEntr en el dormitorio, abri la puerta de arriba del placar y all bajo una pequea manta de algodn tom un revlver calibre 38, comprob su carga y se volvi sobre sus pasos.

Daniel Vspoli Marzo de 2015