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Junio 2008 Número 450 Aforismos ISSN: 0185-3716 Georg Christoph Lichtenberg Novalis Nicolás Gómez Dávila Ernst Jünger Antonio Porchia Alberto Blanco Franz Kafka Paul Valéry Gottfried Benn Fernando Pessoa Salvador Elizondo Luis Alberto Ayala Blanco

Junio 2008 Número 450 Aforismos · número 450, junio 2008 la Gaceta 1 Sumario Aforismos 3 Georg Christoph Lichtenberg Gérmenes o fragmentos 6 Novalis Escolios a un texto implícito

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Junio 2008 Número 450

Aforismos

ISSN

: 018

5-37

16

■ Georg Christoph Lichtenberg ■ Novalis ■ Nicolás Gómez Dávila ■ Ernst Jünger

■ Antonio Porchia ■ Alberto Blanco ■ Franz Kafka ■ Paul Valéry ■ Gottfried Benn

■ Fernando Pessoa ■ Salvador Elizondo ■ Luis Alberto Ayala Blanco

número 450, junio 2008 la Gaceta 1

SumarioAforismos 3

Georg Christoph LichtenbergGérmenes o fragmentos 6

NovalisEscolios a un texto implícito 8

Nicolás Gómez DávilaMáximas, epigramas y mantrana 11

Ernst JüngerVoces 13

Antonio PorchiaEl hombre y Diez aforismos 16

Alberto BlancoConsideraciones sobre pecado, sufrimiento, esperanza y el verdadero camino 18

Franz KafkaLos principios de an-arquía pura y aplicada 21

Paul ValéryLa palabra es el falo del espíritu 24

Gottfried BennPlural de nadie 26

Fernando PessoaOstraka 28

Salvador ElizondoResiduos 30

Luis Alberto Ayala Blanco

Ilustraciones:Grabados al aguafuerte de Vlady, pertenecientes a la colección del Centro Vlady.Fotografías de Mariano Grimaldo.

Directora del FCE

Consuelo Sáizar

Director de La GacetaLuis Alberto Ayala Blanco

EditorMoramay Herrera Kuri

Consejo editorialSergio González Rodríguez, Alberto Ruy Sánchez, Nicolás Alvarado, Pa-blo Boullosa, Miguel Ángel Echega-ray, Martí Soler, Ricardo Nudelman, Juan Carlos Rodríguez, Citla li Ma-rroquín, Paola Morán, Miguel Ángel Moncada Rueda, Geney Beltrán Fé-lix, Víctor Kuri.

ImpresiónImpresora y EncuadernadoraProgreso, sa de cv

FormaciónMiguel Venegas Geffroy

Versión para internetDepartamento de Integración Digital del fcewww.fondodeculturaeconomica.com/LaGaceta.asp

La Gaceta del Fondo de Cultura Econó-mica es una publicación mensual edi-tada por el Fondo de Cultura Econó-mica, con domicilio en Carretera Picacho-Ajusco 227, Colonia Bosques del Pedregal, Delegación Tlalpan, Distrito Federal, México. Editor res-ponsable: Moramay Herrera. Certifi -cado de Licitud de Título 8635 y de Licitud de Contenido 6080, expedi-dos por la Comisión Califi cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas el 15 de junio de 1995. La Gaceta del Fondo de Cultura Económica es un nom-bre registrado en el Instituto Nacio-nal del Derecho de Autor, con el nú-mero 04-2001-112210102100, el 22 de noviembre de 2001. Registro Pos-tal, Publicación Periódica: pp09-0206. Distribuida por el propio Fondo de Cultura Económica.ISSN: 0185-3716

Correo electró[email protected]

2 la Gaceta número 450, junio 2008

Aforismos, sentencias, máximas, epigramas, voces, fragmentos…, en fi n, sabiduría decantada de todo el ruido que circunda la palabrería de los hombres. Intentar com-primir en unas cuantas palabras el infi nito, aquello que sólo puede ser evocado pero jamás explicado. Nicolás Gómez Dávila no lo podría haber expresado mejor: “Escri-bir corto, para concluir antes de hastiar”. Este tipo de escritura no está hecha para acumular conocimiento, ni para hacer de los asnos lechuzas, son voces que emanan de lo inefable, y quienes las emiten son simples vehículos del silencio primigenio, del vacío ahíto de imágenes que sobrevuela nuestras mentes. Un aforismo, a diferencia de lo que indica su etimología, no defi ne, evoca y provoca múltiples signifi cados. Cada aforismo es un mundo, un fragmento de eternidad donde habitamos por un instante, y cada instante es una eternidad. Un viejo proverbio árabe reza así: “Si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio… cállate”. Un aforismo, cuando se logra, no es algo más hermoso que el silencio, es una expresión del silencio. La escritura de un aforismo se realiza en la mente, en absoluto silencio, y sólo después se plasma en el papel. El autor no es el escritor, éste se limita a ser su vehículo. Por eso los aforismos no pertenecen a nadie, son de todos y de nadie. Antonio Porchia, en una de sus “vo-ces”, expresa esta falta de identidad —que dota de identidad al cosmos entero— en lo más efímero que habita el universo, su propia persona, o la persona de cualquiera de nosotros: “Uno no está hecho de sí mismo, pero no podría señalar de quién estoy hecho. Nadie está hecho de sí mismo”.

La Gaceta, en esta ocasión, apuesta por ese eco del silencio llamado aforismo. Y ya que se ha nombrado a dos grandes escritores latinoamericanos, curiosamente poco conocidos en Latinoamérica, el colombiano Nicolás Gómez Dávila y el italoargenti-no Antonio Porchia, es justo señalar que este número es un pretexto para mostrar un pequeño fragmento de sus obras, y qué mejor que acompañándolos de algunos de los más grandes aforistas de todos los tiempos: Lichtenberg, Novalis, Benn, Jünger, Wittgenstein, Kafka, Valéry, Pessoa.

Pero basta de palabras, ya son demasiadas. No queremos cansar antes de comenzar. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 3

Aforismos*

Georg Christoph Lichtenberg

Hoy le permití al sol levantarse antes que yo […]

Varias veces he sido censurado por faltas que mi censor no tuvo el ingenio o la energía de cometer.

Aunque mi fi losofía tampoco descubra nada, al menos tiene sufi ciente corazón para considerar inexistentes los pensamientos establecidos.

Uno no puede estar tan feliz como cuando tiene la certeza de vivir sólo en este mundo. Mi desgracia estriba en no vivir jamás en este mundo sino en sus posibles desarrollos […]

He notado claramente que tengo una opinión acostado y otra parado. […]

Entonces, cuando el alma aún era inmortal.

Eso que ustedes llaman corazón está bastante más abajo del cuarto botón del chaleco.

Al pueblo lo arruina la concupiscencia carnal contra el espíritu y al intelectual la concupiscencia espiritual contra el cuerpo.

Las torres de las iglesias: embudos invertidos para que el rezo llegue al cielo.

¿Cómo habrá sido la conversión de las putas en la antigüedad?, ¿ya habría beatas?

Cartas sobre la más reciente literatura: y le doy mil gracias a Dios de que me haya permitido volverme ateo.

El sacerdote: “Vosotros sois antropófagos”. El neozelandés: “Vosotros, teófagos”.

Cuando un libro choca con una cabeza y suena a hueco, ¿se debe sólo al libro?

El primer libro que habría que prohibir en el mundo sería un catálogo de libros prohibidos.

Os entrego este librito, no como un lente para ver a los demás, sino como un espejo.

Aquello tuvo el efecto que por lo general tienen los buenos libros. Hizo más tontos a los tontos, más listos a los listos y los miles restantes quedaron ilesos.

Darle el último toque a una obra, es decir, quemarla.

En todo momento hacemos lo que ignoramos. Esta capacidad irá en aumento hasta que llegue el día en que el hombre haga todo sin saberlo; su misma razón será la de un animal pensante. La razón tiende a lo animal.

La mucha lectura nos ha brindado una barbarie ilustrada.

No es que los oráculos hayan dejado de hablar: los hombres han dejado de escucharlos.

En verdad hay muchos hombres que leen sólo para no pensar.

A lo más a lo que puede llegar un mediocre es a descubrir los errores de quienes lo superan.* Georg Christoph Lichtenberg, Aforismos, selección, traducción,

prólogo y notas de Juan Villoro, fce, México, 1989.

4 la Gaceta número 450, junio 2008

Hay ineptos entusiastas. Gente muy peligrosa.

Casi todos los hombres fundan su escepticismo respecto a una cosa en la fe ciega en otra.

Nosotros, dejados de la mano de Dios: siervos, negros, lacayos, asalariados.

La tableta de chocolate con arsénico en la que se escriben las leyes.

El hombre tenía tal entendimiento que ya casi no servía para nada.

Nada puede contribuir tanto a la tranquilidad del alma como no tener opinión alguna.

En la Francia libre, donde ahora uno pude ahorcar a quien quiera.

El bien público de ciertas naciones se decide a partir de la mayoría de votos, a pesar de que cualquiera acepta que hay más hombres malos que buenos.

Mi proyecto tenía más bilis que fundamentos. Quedé exhausto antes de realizarlo. […]

El primer americano descubierto por Colón hizo un descubrimiento atroz.

Amarse a sí mismo al menos tiene una ventaja: no hay muchos rivales.

El mejor refugio contra las tormentas del destino sigue siendo una tumba.

Me parece imposible demostrar que somos la obra de un ser superior y no el pasatiempo de uno bastante defectuoso.

Un pueblito donde cada rostro rima con otro.

He conocido personas que bebían a escondidas y se emborrachaban en público.

Hacer todo lo contrario también es imitar. Imitar todo lo contrario.

[…] Sé, por experiencia irrefutable, que los sueños conducen al autoconocimiento. […]

[…] Vivir cuando no se quiere es repugnante, pero aún más terrible sería ser eterno sin desearlo […] G

número 450, junio 2008 la Gaceta 5

6 la Gaceta número 450, junio 2008

Toda ceniza es polen y su cáliz el cielo.

Nada más accesible al espíritu que lo infi nito.

El lenguaje signifi ca para la fi losofía lo mismo que para la música o para la pintura: de ninguna manera es el medio adecuado de la representación.

La vida es una enfermedad del espíritu, una acción apasionada.

Quien conciba la vida de otra manera que como una ilusión que se aniquila a sí misma, es aún prisionero de la vida.

La muerte es una victoria sobre sí mismo —la cual, como todo vencimiento de sí mismo, proporciona una nueva existencia más fácil.

El hombre: una metáfora.* Novalis, Gérmenes o fragmentos, versión española de J. Gebser,

Renacimiento, Sevilla, 2006.

Gérmenes o fragmentos*

Novalis

número 450, junio 2008 la Gaceta 7

Hay que estar orgulloso del dolor; cada dolor es un recuerdo de nuestro alto rango.

A la humanidad le toca desempeñar un papel humorístico.

Toda marcha está en su ritmo: habiendo comprendido la del mundo, se comprende el mundo.

Cada línea es un eje del mundo.

Todo parece que fl uye hacia nosotros porque salimos de nosotros. Somos negativos porque queremos. Cuanto más positivos nos volvemos, tanto más negativo se vuelve el mundo que nos rodea, hasta que, por fi n, no haya ninguna negación, sino que seamos todo en el todo.

El mundo es la suma del pasado y de lo que se desprendió de nosotros.

Pensar es un movimiento muscular.

El mundo humano es el órgano común de los dioses. La poesía les une con nosotros.

El aire es también órgano del hombre, como la sangre.

Tenemos que considerar las enfermedades como locuras orgánicas, o sea, al menos en parte, como ideas fi jas.

El sueño es digestión del alma: el cuerpo digiere el alma.

Cuando soñamos que soñamos es que ya nos vamos acercando al despertar.

De la fe depende el Mundo. Fe y prejuicio son una misma cosa. Tal como acojo una cosa, tal es ella para mí.

Dios quiere dioses.

Todo lo que llamamos azar proviene de Dios.

Para el verdadero religioso nada hay que sea pecado.

Todo sentir absoluto es religión.

Lo pesado proviene del espíritu.

La verdad es un error total como la salud una enfermedad también total.

La destrucción del aire equivale a la implantación del reino divino. G

8 la Gaceta número 450, junio 2008

Una “sociedad ideal” sería el cementerio de la grandeza humana.

Los parlamentos democráticos no son recintos donde se discute, sino donde el absolutismo popular registra sus edictos.

El amor al pueblo es vocación de aristócrata. El demócrata no lo ama sino en período electoral.

El hombre cree que su impotencia es la medida de las cosas.

Tener razón es una razón de más para no lograr ningún éxito.

Las sociedades se diferencian meramente en el estatuto de sus esclavos y en el nombre que les dan.

El placer es el relámpago irrisorio del contacto entre le deseo y la nostalgia.

Escribir corto, para concluir antes de hastiar.

La única ejecutoria de nobleza, en nuestro tiempo, es la derrota.

El perdón es la forma sublime del desprecio.

Escolios a un texto implícito*

Nicolás Gómez Dávila

* Nicolás Gómez Dávila, “Escolios I”, en Escolios a un texto implí-cito. Obra completa, Villegas editores, Bogotá, 2005.

número 450, junio 2008 la Gaceta 9

Vencer a un tonto nos humilla.

La tiranía de un individuo es preferible al despotismo de la ley, porque el tirano es vulnerable y la ley incorpórea.

Verdad es aquello que cualquier imbécil refuta.

Siempre se trata de suicidio, cuando algo auténtico muere.

El hombre vive de sus problemas y muere de sus soluciones.

La más execrable tiranía es la que alegue principios que respetemos.

Quisiéramos no acariciar el cuerpo que amamos, sino ser la caricia.

Humano es el adjetivo que sirve para disculpar cualquier vileza.

El hombre es un animal que imagina ser hombre.

El mal es vestigio de una resaca metafísica.

El reaccionario anhela convencer a las mayorías, el demócrata sobornarlas con la promesa de bienes ajenos.

La poesía que desdeña la musicalidad poética se petrifi ca en cementerio de imágenes.

Aun entre igualitarios fanáticos el más breve encuentro restablece las desigualdades humanas.

Antes de disolverse en convulsiones el rostro femenino se compacta en una eternidad instantánea.

El prejuicio de no tener prejuicios es el más común de todos.

La resignación al error es el principio de la sabiduría.

El Estado moderno fabrica las opiniones que recoge respetuosamente con el nombre de opinión pública.

La conciencia descubre su libertad al sentirse obligada a condenar lo que aprueba.

Ningún ser merece nuestro interés más de un instante, o menos de una vida.

Sólo lo trivial nos ampara del tedio.

El político tal vez no sea capaz de pensar cualquier estupidez, pero siempre es capaz de decirla.

10 la Gaceta número 450, junio 2008

Cultivar el alma consiste en enseñarle a transformar en admiración su envidia.

No cometas la injusticia de tratar a tus superiores como iguales.

El que no se resigna a la fundamental asimetría del mundo acaba falsifi cando las medidas.

Nada es explicable fuera de la historia, pero la historia no basta para explicar nada.

Ya no basta que el ciudadano se resigne, el Estado moderno exige cómplices.

Toda vida es un experimento fracasado.

El artista actual ambiciona que la sociedad lo repudie y que la prensa lo elogie.

La Revolución francesa parece admirable a quien la conoce mal, terrible a quien la conoce mejor, grotesca a quien la conoce bien.

Con buen humor y pesimismo no es posible ni equivocarse ni aburrirse. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 11

Máximas, epigramas y mantrana*

Ernst Jünger

La conciencia es un ser entre comillas.

El Eros del encuentro fugaz no es menor sino distinto.

La plebe ensaliva su botín con alabanzas.

El Demos es su propio tirano.

Mientras el hombre destruye la selectividad de las castas, cambia la suerte por la selectividad.

Los fi lósofos de lo inconsciente atrapan la oscuridad con linternas.

El crimen no es la última, sino la primera salida que se nos ofrece; con frecuencia proviene de una falta de imaginación.

En los movimientos más fi nos del espíritu del mundo, avanzan las fi guras insignifi cantes.

En el ámbito de la más alta decisión no penetra la voluntad.

Un signo del más alto estilo es la oscuridad pulida. Uno se desliza sobre el misterio de la profundidad como en patines sobre un lago helado.

La esclavitud puede aumentar considerablemente si se le otorga la apariencia de libertad.

Una ramera que escoge, contradice su posición.* Ernst Jünger, Máximas, epigramas y mantrana, traducción de Javier García-Galiano, Aldus, México, 2004.

12 la Gaceta número 450, junio 2008

La muerte es el recuerdo más profundo.

La posibilidad del suicidio forma parte de nuestro capital.

La piedad del verdugo radica en un golpe certero.

Debe conocerse el punto desde el que uno todavía puede retroceder.

Pocos son dignos de que se les contradiga.

Vivir signifi ca comprobarse en una fi gura. En ese sentido, morir es la última acción.

Muerte y nacimiento. Con eso el individuo paga su entrada y su salida, sin importar qué obra se representa. No hay repetición ni reclamación.

Cuando morimos seguimos un instinto. Ésa es una de las causas por las cuales con la civilización crece también la longevidad.

Del gran camino no llegan noticias.

Si existe lo indestructible, todas las destrucciones imaginables pueden ser sólo depuraciones.

Si estuviéramos seguros de la bondad de Dios, la anarquía sería nuestra forma estable.

Un espíritu que no se asombra, tampoco merece admiración.

Quien se comenta a sí mismo, baja su nivel. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 13

Voces*

Antonio Porchia

En nuestro corto vivir, el tiempo es una larga espera.

Cuando uno comprende que es hijo de sus creencias, pierde sus creencias.

Comprendo que la mentira es engaño y la verdad no. Pero a mí me han engañado las dos.

Mi alma tiene todas las edades, menos una, la de mi cuerpo.

Creen que moverse es vivir. Y se mueven, no para vivir. Se mueven para creer que viven.

La materia, solamente materia, no es palpable.

Nunca se puede no lastimar. Pero se puede lastimar menos, lastimando donde menos se lastima.

Porque crees que me has comprendido has dejado de comprenderme.

Comprendo que tu poco de no me importa es un poco de suicidio, pero es lo que te salva del total suicidio.

Cuando tengo algún momento de sensatez lo pierdo todo.

Hieres y volverás a herir. Porque hieres y te apartas. No acompañas a la herida.

Por lo que vivo no es por lo que muero. Me avergonzaría morir por lo que vivo.

Ninguna suerte es mejor. Porque no hay ninguna suerte que no quisiera ser mejor.

Y si ellos no te hicieran mal, el dolor de ellos sería demasiado dolor para ti.

Casi todo lo que el hombre necesita lo necesita para no necesitarlo.

No perdonamos ser como somos.

¿Por qué vuelves a la vida? Comprendo. Uno se cansa de todo. También de estar muerto.

Saber morir cuesta la vida.

No hables mal de tus males a nadie, que hay culpas de tus males en todos.

El esforzarse de unos para obtener lo que otros obtienen sin esfuerzo, envilece el esfuerzo.

Para librarme de lo que vivo, vivo.

No me hables, quiero estar contigo.

Todo se había quedado sin engaño, esa vez. Y esa vez tuve miedo de todo.

He abandonado la indigente necesidad de vivir. Vivo sin ella.

La condenación de un error es otro error.

Hay cosas que viven larga vida, porque viven muertas.

He sido para mí, discípulo y maestro. Y he sido un buen discípulo, pero un mal maestro.

* Antonio Porchia, Voces reunidas, Alción Editora, Argentina, 2006.

14 la Gaceta número 450, junio 2008

Se va igualando todo, y es así como se acaba todo: igualándose todo.

Lo hondo, visto con hondura es superfi cie.

Una cosa sana no respira.

Sí, eso es el bien: perdonar el mal. No hay otro bien.

Antes de recorrer mi camino yo era mi camino.

El mal de no creer es creer un poco.

Quien me tiene de un hilo no es fuerte; lo fuerte es el hilo.

Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy.

Durmiendo sueño lo que despierto sueño. Y mi soñar es continuo.

Quien perdona todo ha debido perdonarse todo.

A veces estoy como en un infi erno y no me lamento. No encuentro de qué lamentarme.

Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos.

El misterio apacigua mis ojos, no los ciega. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 15

16 la Gaceta número 450, junio 2008

El hombre

Alberto Blancoa Novalis

El hombre es un relámpago entre dos islas.

El hombre es un pájaro de palabras.

El hombre es un árbol de Dios en la neblina.

El hombre es la hora cero en el reloj.

El hombre es un animal autodomesticado.

El hombre es un error vuelto a nacer.

El hombre es agua que corre en el sueño.

El hombre es el argonauta del sueño.

El hombre es el timón del sueño.

El hombre es el don de la elegía y el lujo de la impaciencia.

El hombre es un sueño del lenguaje.

El hombre es el único animal que busca su defi nición.

El hombre es un capataz de rostro radiante en las praderas del alma.

El hombre es una especie de cuervo que vuela con la tinta de sus plumas.

El hombre es un reloj de arena: se va llenando de espacio, se va vaciando de tiempo.

El hombre: mitad luzmitad sombramitad imaginación. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 17

Diez aforismos

a Edmond Jabès

Escribe menos y dí más.

Borra la vida con la escritura; borra la escritura con la vida.

Sí, tal vez escribir ya no tiene ningún sentido… pero yo sigo escribiendo para llegar a comprender lo que signifi ca este tal vez …

Si el desierto quiere secar mi escritura, tendré entonces que escribir secamente sobre el desierto.

Cambiar el contexto es cambiar el texto.

Sólo el que carga un libro sabe lo que pesa.

No existen los libros misteriosos; sólo existen lecturas misteriosas.

Yo soy un poema en Dios y Dios es en mí el poeta.

Cuando reconozco que creo en Dios, de inmediato me nacen dudas; cuando creo que reconozco mis dudas, de inmediato me nace Dios.

Dios ve por ti a través de ti mismo. G

18 la Gaceta número 450, junio 2008

Consideraciones sobre pecado, sufrimiento, esperanza y el verdadero camino*Franz Kafka

Hay dos pecados capitales humanos de los que se derivan todos los otros: impaciencia y desidia. A causa de la impaciencia han sido expulsados del paraíso, a causa de la desidia no vuelven a él. Pero quizá haya sólo un pecado capital: la impaciencia. A causa de la impaciencia han sido expulsados, a causa de la impaciencia no vuelven.

A partir de determinado punto ya no hay regreso. Es preciso alcanzar este punto.

El momento decisivo del desarrollo humano es per-petuo. Por eso todos los movimientos espirituales revolucionarios que declaran nulo todo lo anterior tienen razón, pues todavía no ha ocurrido nada.

Una primera señal de que empieza el conocimien-to es el deseo de morir. Esta vida parece insopor-table; otra, inalcanzable. El hombre ya no se aver-güenza de querer morir; pide ser trasladado de la antigua celda, la que odia, a otra nueva que des-pués aprenderá a odiar. Tiene cierta infl uencia un resto de fe respecto a que, durante el traslado, se presentará casualmente el Señor para ver al prisio-nero y decir: “No volváis a encerrar a éste. Viene conmigo.”

No dejes que el mal te haga creer que puedes tener secretos delante de él.

Tú mismo eres la tarea. No hay ningún discípulo ni a lo largo ni a lo ancho.

Del verdadero adversario pasa a ti un ilimitado valor.

Hay una meta, pero no hay un camino; lo que lla-mamos camino es vacilación.

Todavía se nos encarga hacer lo negativo; lo posi-tivo ya nos ha sido dado.

Una vez que has dejado entrar lo malo en ti, ya no requiere que creas en ello.

Lo bueno es en cierto sentido desesperante.

Los mártires no menosprecian el cuerpo, hacen que se lo levante sobre la cruz. Coinciden en ello con sus contrarios.

No hay un haber, sólo un ser, un ser que anhela el último aliento, que anhela asfi xiarse.

Antes yo no comprendía por qué no recibía ningu-na respuesta a mis preguntas; hoy no comprendo cómo podía creer que podía preguntar. Pero yo no creía en absoluto, solamente preguntaba.

Todo es engaño: buscar el mínimo de ilusiones, permanecer en lo usual, buscar el máximo. En el primer caso se engaña al bien cuando se quiere tomar muy a la rápida su adquisición, al mal por-que se le ponen condiciones de lucha muy desfavo-rables. En el segundo caso se engaña al bien al no buscarlo ni siquiera en lo terrenal. En el tercer caso se engaña al bien al alejarse lo más posible de él, al mal porque se espera hacerlo impotente al darle el máximo de intensidad. Preferible sería en-tonces el segundo caso, pues al bien se lo engaña siempre y al mal en este caso no, por lo menos según la apariencia.

* Werner Hoffmann, Los aforismos de Kafka, fce, México, 2001.

número 450, junio 2008 la Gaceta 19

La desproporción del mundo parece ser, consola-doramente, sólo numérica.

Dejar caer sobre el pecho la cabeza llena de asco y de odio.

Creer en el progreso no signifi ca creer que ya ha ocurrido un progreso. Eso no sería fe.

No está permitido quitar nada a nadie con enga-ños, ni siquiera al mundo, su victoria.

Hay preguntas sobre las cuales no podríamos pasar si por naturaleza no hubiéramos sido libra-dos de ellas.

Se miente lo menos posible sólo si se miente lo menos posible, no si se tienen las menos oportuni-dades posibles para ello.

Quien dentro del mundo ama a su prójimo no hace ni más ni menos injusticia que quien dentro del mundo se ama a sí mismo. Quedaría sólo la pre-gunta de si es posible lo primero.

El hecho de que no hay nada más que un mundo espiritual nos quita la esperanza y nos da la certeza.

En el mismo hombre hay conocimientos que, a pesar de que difi eren por completo, tienen el mis-mo objeto, de ahí que haya que concluir que en el mismo hombre hay diversos sujetos.

Si lo que debió de ser destruido en el paraíso era destructible, entonces no ha sido nada decisivo; pero si era indestructible, entonces hemos vivido con una fe errónea.

El espíritu sólo se vuelve libre cuando deja de ser sostén.

El amor sensual lo engaña a uno y le hace perder el celestial; solo no podría lograr tal efecto, pero como tiene inconscientemente en sí el elemento del amor celestial, lo puede.

La verdad es indivisible, no puede por lo tanto conocerse a sí misma; quien la quiera conocer tie-ne que ser mentira.

Fuimos creados para vivir en el paraíso; el paraíso estaba destinado a servirnos. Nuestro destino ha sido modifi cado; que esto haya ocurrido también con el destino del paraíso, no se dice.

20 la Gaceta número 450, junio 2008

El mal es una irradiación de la conciencia humana en ciertas situaciones transitorias. No es propia-mente el mundo sensorial apariencia, sino lo malo que hay en él, que es lo que forma sin duda a nues-tros ojos el mundo sensorial.

La verdadera fe es por eso como una guillotina, tan pesada, tan ligera.

Dos posibilidades: hacerse infi nitamente pequeño o serlo. Lo segundo es perfección, por lo tanto inacti-vidad; lo primero, comienzo, por lo tanto acción.

Sólo aquí el sufrimiento es sufrimiento. No como si los que aquí sufren debieran ser elevados en otra parte a causa de este sufrimiento, sino de tal mane-ra que lo que en este mundo se llama sufrimiento es en otro mundo bienaventuranza, sin que se lo cambie, librado sólo de lo que es contrario a él.

La idea de la infi nita extensión y plenitud del cosmos es el resultado de la máxima mezcla posible de peno-sa creación con libre conocimiento de sí mismo.

El pecado se presenta siempre abiertamente y pue-de captarse al punto con los sentidos. Anda sobre sus raíces y no debe ser arrancado.

Puedes mantenerte alejado de los sufrimientos del mundo, ello queda a tu criterio y está de acuerdo con tu naturaleza; pero precisamente es este man-tenerse alejado el único sufrimiento que podrás evitar.

La humildad les da a todos, hasta al que desespera en la soledad, la más fi rme relación con los congé-neres, y por cierto en seguida, cuando se trata de una humildad total y duradera. Sólo se puede con-seguir ésta porque es el verdadero lenguaje de la plegaria: simultáneamente adoración y la más fi r-me unión. La relación con los otros hombres es la relación de la plegaria, la relación consigo mismo es la relación del esfuerzo por superarse; de la ple-garía se toma fuerza para este esfuerzo.

No es necesario que salgas de casa. Quédate junto a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera. Pero ni siquiera esperes, quédate completamente quieto y solo. Se te ofrecerá el mundo para el des-enmascaramiento, no puede hacer otra cosa, exta-siado se retorcerá ante ti. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 21

Los principios de an-arquía pura y aplicada*

Paul Valéry

El rico es un hombre a quien todos los pobres dan un céntimo.

“Anarquista” es el observador que ve lo que ve y no lo que es costumbre que se vea. Y razona sobre ello.

An-arquía es el intento de cada cual por rechazar toda sumisión a la imposición fundada en lo inverifi cable.

El individuo distingue al individuo en el precepto o la doctrina que se quiere que adopte, la cual se reviste de unos términos de los que ningún individuo es capaz.

“Ten por seguro lo que yo te aseguro y de lo que no estoy seguro ni puedo estarlo.”

“Haz, obedece, por el bien común que consiste en la idea que yo tengo de él, yo.”

Democracia: impracticable. El control total sólo es posible en una esfera muy reducida, y en materias muy corrientes y elementales; así pues, el reinado de la democracia se analiza en falsifi caciones.

El país más dividido es el menos estúpido por cabeza y el más estúpido en masa.

El partido más numeroso reúne necesariamente la mayor cantidad de tontos; y no sólo por ser el más numeroso, sino también porque los tontos se atraen entre sí incomparablemente más que los no-tontos.

No se puede atacar a un gobierno sin atacar simultáneamente a todo gobierno posible. Decir que uno ha fracasado los denuncia a

* Paul Valéry, Los principios de an-arquía pura y aplicada, traducción y notas de Félix de Azúa,Tusquets, Barcelona, 1987.

22 la Gaceta número 450, junio 2008

todos como susceptibles de fracasar, etc. Quien ataca al Rey ataca la Ley, y quien ataca a la Ley ataca al Rey. Cada partido separado del poder ataca su futuro poder. Crea y enseña la guerra a todo poder.

La historia exige que olvidemos nuestra participación en la representación de los hechos y los seres de los que habla.

Un partido que no está en el poder es siempre más absurdo que aquel que lo detenta, ya que quiere y no puede; y el otro quiere y puede. Así pues, tiene RAZÓN.

La Igualdad es condición de la conciencia que el gran número tiene de su fuerza. El pueblo igual destruye inevitablemente la “civilización” que es lujo.

No hay ningún gobierno que tenga el poder de respetar la ley.

Para las masas el mecanismo político-social es un misterio. Cuando acceden a él necesariamente lo vulgarizan.

La libertad es un sentimiento es decir una sensación.

Dictadura es el régimen conforme a la idea que todo pensamiento produce espontáneamente en respuesta al desorden de los negocios públicos y de la disipación del Estado.

El único régimen concebible: partir de mí.

Toda “política” se reduce a esto: quien tiene la fuerza, o se supone que la tiene, puede hacer lo que quiera. G

número 450, junio 2008 la Gaceta 23

24 la Gaceta número 450, junio 2008

La palabra es el falo del espíritu*

Gottfried Benn

Las obras de arte son apariciones, ausente de efi cacia histórica y consecuencias prácticas. Ésta es su grandeza.

Una forma aislada, una forma en sí misma no existe absolutamente. Ella es el ser, la obligación existencial del artista, su objetivo. En este sentido hay que entender también sin lugar a dudas la frase de Staiger: La forma es el contenido.

Dios es forma.

Quien ama las estrofas ama también las catástrofes; quien es para la estatua debe ser también para la carnicería.

En cuanto al rigor, soy de la opinión de que en el mundo intelectual han llegado más males de la suavidad que de la dureza.

La poesía moderna, la poesía absoluta, es la poesía sin fe, la poesía sin esperanza, la poesía que no se dirige a nadie, una poesía de palabras que van montadas en sí mismas para fascinar.

En el principio era la palabra y no el parloteo, y al fi nal no será la propaganda sino de nuevo la palabra.

Si se escribiese solamente aquello que quince años después sería oportuno haber escrito, es probable que no se escribiese absolutamente nada.

La epopeya es embrollo. ¡Clarísimo!

Tener las ideas confusas y no saber escribir no es surrealismo.

Ahora entiendo por qué Nietzsche escribía por medio de aforismos. Quien no ve más conexiones, huellas de sistema, puede entonces proceder sólo por episodios.

El público es el hedor de un pozo negro, y la política el dominio de individuos en forma limitados.

Si una mujer es inteligente, magnífi co; pero si no lo es, nada cambia absolutamente, como cuando un violinista sufre de ronquera.

O ser puta o hallar lo más pronto marido, esto es la provincia.

La humanidad entera se nutre de algunos autoencuentros, pero ¿qué encuentra en ellos? Muy poca cosa, y siempre en soledad.

En el interior del mundo histórico no existe bien ni mal. Sólo existe el mal, digo yo. Quien no ve esto es débil en la sustancia e inmaduro en el espíritu.

El arte es una ocupación de cincuenta personas, de las cuales treinta no son normales. Aquello que publican las grandes casas editoriales no es arte, pero trabajan con gente que escribiendo cumple su propia mediocridad.

En general no sé qué es lo que escribo, qué tengo en mente o cómo nace algo en mí: entonces como hoy, sólo lo sé cuando he terminado. Pero el todo no está terminado.

* Gottfried Benn, Aforismos, selección y versiones de José Manuel Recillas, Verdehalago, México, 1999.

número 450, junio 2008 la Gaceta 25

Ninguna frase, ninguna frase estará realmente en pie, en ella no está todo el pathos ni todo el sufrimiento interior de la personalidad.

Sólo el momento vale, sólo el estado de ánimo cuenta, sólo la impresión tiene razón, sólo lo trágico tiene duración. G

26 la Gaceta número 450, junio 2008

Plural de nadie*

Fernando Pessoa

No existe nada, ninguna realidad, excepto las sen-saciones. Las ideas son sensaciones, pero de cosas no situadas en el espacio, y a veces ni siquiera en el tiempo.

¿Qué pensará el muro de mi sombra?

La literatura, como cualquier forma de arte, es la confesión de que la vida no basta.

Amar es la eterna inocencia. Y la única inocencia es no pensar.

Mi alma es una orquesta secreta; ignoro cuáles ins-trumentos pulso y cuáles rechinan dentro de mí.

Yo sólo me conozco como una sinfonía.

Dormimos la vida, criaturas eternas del destino.

El mundo no se hizo para pensarnos en él (pensar es estar enfermo de los ojos) sino para mirarlo y estar de acuerdo…

Fui como yerbas y no me arrancaron.

¿No habrá un cansancio de las cosas, de todas las cosas como hay uno de las piernas o de los brazos?

Yo no refl exiono, sueño…

No quiero recordar, ni conocerme. Somos dema-siados si miramos quién somos.

En este mundo en que olvidamos, somos sombras de lo que somos.

No busques ni creas: todo está oculto.

* Fernando Pessoa, Plural de nadie. Aforismos, selección y versiones de Miguel Ángel Flores, Verdehalago, México, 2005.

número 450, junio 2008 la Gaceta 27

Dios es el Hombre de otro Dios más grande.

He aquí la única misión en el Mundo: existir clara-mente y saber hacerlo sin pensar.

El mito es la nada que es todo.

El abismo es mi límite, ser yo no tiene medida.

No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Aparte de eso, tengo en mí todos los sue-ños del mundo.

Quisiera vomitar por aquello que he visto, vomitar por el solo hecho de haberlo visto, el estómago del alma revuelto por ser yo…

Yo cultivo el odio a la acción como una fl or de in-vernadero.

Sólo existo para disfrazarme.

Pensar una fl or es verla y olerla, y comer un fruto es saborearle el sentido.

Hay que ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural.

El poeta es un fi ngidor. Finge tan bien que hasta fi n-ge que es dolor el dolor que de verás siente.

Vivir no es necesario, lo que es necesario es crear. G

28 la Gaceta número 450, junio 2008

Ostraka*

Salvador Elizondo

Hay ciertos recuerdos que constituyen una experien-cia de la memoria sin la experiencia de la experiencia.

El opio es una droga que en sus niveles más super-fi ciales, provoca en el hombre la sensación de ser una mujer feliz.

Siempre que los hombres han deseado ser mujeres, han deseado esencialmente ser putas.

La poesía amorosa es una de las grandes necedades de Occidente: es una carta sin destinatario.

El drama de la inteligencia estriba en su incapaci-dad de analizar, mediante los sentidos, lo sensible.

Esta fi nalidad no es inherente al conocimiento en sí, sino a la voluntad que lo detenta y que establece pragmáticamente esa fi nalidad.

La voluntad es lo único que es autónomo porque no puede ser regido desde el exterior: rige.

Lo que no es orden es desorden y lo que es desor-den pertenece al ámbito de lo irracional. El cono-cimiento entonces sólo tiene pretensiones de ra-cionalidad en función de un orden supuesto.

La pretensión de racionalidad, dentro de cualquier orden de pensamiento, es una prueba inmediata de irracionalidad.

El conocimiento es inalcanzable porque es el tér-mino de un orden que no puede existir.

El conocimiento matemático es absoluto; pero no trascendente.

El sentimiento no se manifi esta en su forma abso-luta, en su apariencia total, más que en el coito.

Lo necesario es lo que tiende a lo imposible.

El purgatorio no existe porque no está en la natu-raleza de Dios hacer concesiones.

El infi erno no es infi nito, sino eterno.

La muerte es la conclusión de un silogismo cuyas premisas casi siempre son confusas.

Si se realizaran nuestras aspiraciones secretas se despoblaría el mundo.

Todo pesimismo es sospechoso dado que la condi-ción del hombre es deplorable. El único pesimis-mo válido es el de Dios.

El coito es la consumación del amor; es decir el fi n del amor.

Hay cierta belleza en la realización del mal, como la hay en una jugada de ajedrez realizada hábilmente. No hay nada más triste que el Mal mal hecho.

A veces creemos encontrar el mal inscrito dentro de algo. Falacia radical. El Mal es el ámbito dentro del que está inscrito el Universo.

El dolor corporal, como el amor y el mal, no tiene término ni límites. La tortura es su expresión tan-gible y su demostración.

* Salvador Elizondo, Cuaderno de escritura, fce, México, 2000.

número 450, junio 2008 la Gaceta 29

El amor es la nostalgia del asco.

Morir es un instante eterno; tal vez.

El drama sexual se revela en el hecho de que el coito, si bien nunca decepciona, tampoco, casi nunca, satisface.

Todo amor requiere de una lucha feroz contra el recuerdo.

La soledad es la medida de todas las cosas; funda-mentalmente porque es nuestra propia medida.

La tortura sólo es tal si su fi n no es la muerte. Un supliciado a muerte es, inequívocamente, la más alta torpeza del verdugo.

El amor es el único sentimiento sobrenatural que se origina en el ámbito de lo estrictamente natural.

Los aforismos más ciertos son siempre los aforis-mos menos brillantes.

Un aforismo es la defi nición siempre arbitraria de algo improbable, pero cierto. G

30 la Gaceta número 450, junio 2008

Residuos

Luis Alberto Ayala Blanco

Concebir el origen como algo inédito es un error.El origen es un residuo… el residuo de algo más.

Mi patria es el Vacío.

Morir es mi única esperanza.Sólo la esperanza me mantiene vivo.

La vida es un viaje inexorable hacia la muerte. Aunque no del todo. La vida no es el viaje, sino el carruaje donde la muerte se dirige al encuentro consigo misma. Este enigmático encuentro tiene un nombre: alma.

¿Cómo escapar de la terrible pulsión de ser uno mismo?

Sólo cuando duermo siento que aprovecho el día.

El verdadero maestro se retira antes de emitir en-señanza alguna.El discípulo debe seguir rigurosamente las ense-ñanzas del maestro.

El ritmo es un corte en el Vacío, una herida, la herida que es el mundo.

número 450, junio 2008 la Gaceta 31

La mujer, como el mal, es la imagen invertida de Dios. De ahí su divina perfi dia. El hombre, en cambio, es un simple residuo de dicha imagen.

El poder no existe, sólo sus representaciones. Y qué es la representación sino la evocación de lo que es. La representación existe, pero no es. Así como el poder es, pero no existe.

El triunfo del espermatozoide es la condena del hombre y el reino del autómata, del autómata es-permático.

La felicidad no es una ilusión, es una realidad, y como toda realidad… inalcanzable.

Siempre me mantengo a la zaga de mí mismo para saber qué quiero.

El nihilismo es un juego de niños, y en eso radica su encanto.

Dudar de todo, es creer todo.Negar todo, es querer ser todo.

Caos signifi ca “vacío que bosteza”. La güeva rige al universo desde el inicio de los tiempos.

¡Qué puede ser más transparente que el secreto!

La sabiduría es el eco del silencio.

Para afi rmar la vida hace falta tener muchos güe-vos. Para negar la vida basta ser inteligente. Para afi rmar la vida siendo inteligente no basta tener muchos güevos, hace falta algo más, un poco de locura.

Optimismo: saber que siempre puede ser mucho peor me reconcilia con el momento actual.

La oscuridad ilumina mis noches, con luz tenue, para no perder mi camino.

Fui, y soy un niño de espíritu cansado, esperando el reposo eterno. G

32 la Gaceta número 450, junio 2008