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sábado, 9 de junio de 2007 17.06.04 - Rol Nº 1352-03 Santiago, diecisiete de junio de dos mil cuatro. Vistos: En estos autos Rol Nº 2711-99 del Primer Juzgado Civil de Viña del Mar, caratulados García Cano, Germán Alberto con Inversiones Novara y otro, juicio ordinario sobre nulidad de contrato de compraventa, con fecha 11 de septiembre de 2000, se dictó sentencia de primera instancia que rechazó la demanda en todas sus partes. Contra dicha sentencia la parte demandante interpuso recursos de casación en la forma y apelación, los cuales fueron resueltos por la Corte de Apelaciones de Valparaíso, la que, por sentencia de 22 de enero de 2003, acogió el recurso de casación en la forma por la causal de ultrapetita y, en sentencia de reemplazo, rechazó en todas sus partes la demanda deducida. En contra de esta última sentencia, el actor ha deducido el recurso de casación en el fondo de fojas 199. Se ordenó traer los autos en relación. Considerando: PRIMERO.- Que, en el recurso de casación en el fondo se mencionan como infringidos, en un primer grupo de normas legales, los artículos 1681 y siguientes del Código Civil, en relación con los artículos 1464 y siguientes y 1445 y todos ellos en relación al artículo 19 del mismo texto legal. Sobre el particular, el recurrente manifiesta que no obstante ser un requisito prescrito en la cláusula quinta del contrato de compraventa suscrito entre su padre don Fidel García Vellella con don Samuel Suarez Villalobos, el 11 de agosto de 1954, que cualquier enajenación del pasaje de acceso a su propiedad, ubicada en 7 Norte 344, Viña del Mar, debía contar

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sábado, 9 de jun io de 2007

17.06.04 - Rol Nº 1352-03Santiago, diecisiete de junio de dos mil cuatro. Vistos: En estos autos Rol Nº 2711-99 del Primer Juzgado Civil de Viña del Mar, caratulados García Cano, Germán Alberto con Inversiones Novara y otro, juicio ordinario sobre nulidad de contrato de compraventa, con fecha 11 de septiembre de 2000, se dictó sentencia de primera instancia que rechazó la demanda en todas sus partes. Contra dicha sentencia la parte demandante interpuso recursos de casación en la forma y apelación, los cuales fueron resueltos por la Corte de Apelaciones de Valparaíso, la que, por sentencia de 22 de enero de 2003, acogió el recurso de casación en la forma por la causal de ultrapetita y, en sentencia de reemplazo, rechazó en todas sus partes la demanda deducida. En contra de esta última sentencia, el actor ha deducido el recurso de casación en el fondo de fojas 199. Se ordenó traer los autos en relación. Considerando: PRIMERO.- Que, en el recurso de casación en el fondo se mencionan como infringidos, en un primer grupo de normas legales, los artículos 1681 y siguientes del Código Civil, en relación con los artículos 1464 y siguientes y 1445 y todos ellos en relación al artículo 19 del mismo texto legal. Sobre el particular, el recurrente manifiesta que no obstante ser un requisito prescrito en la cláusula quinta del contrato de compraventa suscrito entre su padre don Fidel García Vellella con don Samuel Suarez Villalobos, el 11 de agosto de 1954, que cualquier enajenación del pasaje de acceso a su propiedad, ubicada en 7 Norte 344, Viña del Mar, debía contar con su consentimiento previo, los demandados celebraron un contrato de compraventa con fecha 3 de agosto de 1998, sobre tal inmueble sin que constare su voluntad, circunstancia que constituye un vicio de nulidad absoluta del mencionado contrato que el tribunal debió declarar, conforme lo prescriben las normas invocadas como infringidas. En un segundo grupo de infracciones, el recurrente menciona como vulnerada la ley del contrato, artículo 1545 del Código Civil en relación al artículo 19 del mismo cuerpo legal, por cuanto, estima que el contrato celebrado entre los demandados el 3 de agosto de 1998 es nulo por cuanto fue celebrado contra la ley del contrato del año 1954. En un tercer grupo de infracciones, menciona vulnerado el artículo 170 Nº6 del Código de Procedimiento Civil, en la medida que el fallo no ha reunido los requisitos señalados en la mencionada norma, puesto que no se habrían apreciado las cuestiones de hecho y derecho y particularmente no se habría manifestado decisión sobre todas las acciones y excepciones discutidas en el juicio. SEGUNDO.- Que son hechos asentados en la sentencia y que resulta necesario consignar para realizar el análisis de las normas legales invocadas como infringidas, los siguientes: a) que el actor es

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dueño del inmueble ubicado en calle 7 Norte Nº 344, Viña del Mar; b) que el mencionado inmueble lo adquirió por compra a su padre don Fidel García Vellella; c) que don Fidel García Vellella había adquirido a su vez el mencionado inmueble de don Samuel Suarez Villalobos por contrato de 11 de agosto de 1954, pactándose en su cláusula quinta El vendedor deja expresa constancia que constituye en beneficio de la propiedad que adquiere el señor García, servidumbre de tránsito sobre el pasaje de acceso que da frente a la calle 7 Norte, declarando además que el referido pasaje de acceso no podrá ser transferido a tercera persona, sino con el consentimiento del comprador señor García, para lo cual constituye en su favor una prohibición de gravar y enajenar... d) que dicho pasaje fue adquirido por las demandadas Gladys Fresia, Mónica Luisa e Inés Hortensia todas de apellido Suarez Caviedes y Fresia Florentina Caviedes López por sucesión por causa de muerte de don Samuel Suarez Villalobos; e) que la referida sucesión vendió a la otra demandada, Inmobiliaria Novara la propiedad raíz que sirve de pasaje de acceso a su propiedad, por es critura pública de compraventa de 3 de agosto de 1998. TERCERO.- Que en primer término es menester consignar que en un recurso de derecho estricto como el de casación, en el cual deben ser explicados los errores de derecho en que ha incurrido la sentencia atacada y en el caso de señalarse normas legales infringidas, ellas deben mencionarse en forma concreta y determinada, no resulta admisible la mención genérica a infracción de diversos capítulos de leyes, como ocurre en el caso de autos, cuando el recurrente expresa que se han infringido los artículos 1681 y siguientes; 1464 y siguientes y 1445 y siguientes del Código Civil. De esta manera, el análisis de este tribunal estará referido al error de derecho denunciado consistente en la negativa a declarar nula la escritura pública de compraventa de 3 de agosto de 1998 suscrita entre la Sucesión Suarez Villalobos e Inmobiliaria Novara, por haber faltado el consentimiento del actor y porque, al haberse vulnerado la prohibición de gravar y enajenar, se habría incurrido en objeto ilícito. CUARTO.- Que el artículo 1681 del Código Civil define la nulidad señalando que es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la calidad o estado de las partes. Por su parte, el artículo 1682 distingue las causales de nulidad absoluta y relativa, señalando que la primera sanción concurre en el caso de objeto o causa ilícita y por omisión de algún requisito o formalidad que la ley prescribe para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos, así como también en los actos de las personas absolutamente incapaces. Todos los restantes vicios, producen la nulidad relativa. QUINTO.- Que, en el caso de autos, habiéndose demandado la nulidad absoluta, corresponde analizar si

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concurren los presupuestos legales que hacen procedente la declaración de tal nulidad. Sobre el particular el recurrente afirma que existe objeto ilícito en el contrato puesto que, por una parte, se ha vulnerado la prohibición contenida en la cláusula quinta del contrato de 11 de agosto de 1954, mencionada en la letra c) del considerando segundo y que atendido que la mi sma produce efectos similares al embargo judicial, debe asimilarse al caso previsto en el Nº 3 del artículo 1464 del Código Civil. SEXTO.- Que conforme al artículo 1461 del Código Civil constituye objeto ilícito aquellos física y moralmente imposibles, siendo moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las buenas costumbres o al orden público. De lo expresado, entonces, sólo es dable colegir que la vulneración de una prohibición voluntaria y contractual de no enajenar no constituye objeto ilícito, puesto que no es una prohibición legal, como lo establece la norma citada. En efecto, tal opinión ha sido reiteradamente manifestada por la jurisprudencia y referida por distintos textos doctrinarios, a saber, don Arturo Alessandri Besa, en su obra La nulidad y la rescisión en el Derecho Civil chileno, página 173 expresa que la nulidad absoluta o relativa sólo procede como sanción de infracciones de ley y no de estipulaciones de las partes en un contrato, y en la página 177 señala que cuando lo que se infringe es una cláusula de no enajenar relativa y lícita se produce el incumplimiento de una obligación de no hacer estipulada en el contrato. Sobre la misma materia, en el Tratado de los Derechos Reales de los autores Sres. Alessandri, Somarriva y Vodanovich, Tomo I, página 60 (Sexta Edición) se sostiene que la sanción de la prohibición voluntaria y relativa de enajenar es la de indemnizar los perjuicios si no puede deshacerse lo hecho" , El acto realizado por el infractor de la cláusula con el tercero queda perfectamente válido porque esa cláusula es una obligación personal que no influye sino entre las partes que la estipularon.... SÉPTIMO.- Que, tampoco puede sostenerse, como lo pretende el recurrente, que la venta efectuada en contravención a dicha cláusula de no enajenar adolezca de objeto ilícito en virtud de lo dispuesto en el artículo 1464 del Código Civil, puesto que la prohibición que nace de la voluntad de las partes, no se encuadra en ninguno de los presupuestos contenidos en los numerales que tal norma contempla y tampoco podría ser asimilada a la contenida en el Nº3 de tal disposición, que en concreto se refiere a las cosas embargadas por decreto judicial, y que tampoco constituye una norma prohibitiva como lo estima el actor, puesto que incluso en aquel caso, el juez podría autorizar la enajenación. La tesis anterior se ve además sustentada por lo que plantea el artículo 1810 del Código Civil cuando señala que pueden venderse todas las cosas corporales e incorporales, cuya enajenación no esté prohibida por la ley. Se debe tratar, entonces, de una enajenación prohibida, vale decir que no puede realizarse en caso alguno.

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OCTAVO.- Que la ausencia del consentimiento del actor en el contrato celebrado el 3 de agosto de 1998, tampoco constituye un vicio de nulidad absoluta del contrato de marras, por cuanto la compraventa para ser válida o perfecta requiere sólo el acuerdo de las voluntades del comprador y del vendedor respecto de la cosa y el precio, requisitos todos que se cumplen en el contrato cuya nulidad se solicita. NOVENO.- Que el argumento de casación referido a la infracción a la ley del contrato suscrito en el año 1954 y al artículo 1545 del Código Civil, será desestimado teniendo únicamente en consideración que la disposición legal citada establece que Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, lo que excluye de manera categórica e inmediata a la demandada Inmobiliaria Novara Ltda., por cuanto es un hecho de la causa, que la misma no fue parte del contrato suscrito el 11 de agosto de 1954, por ende, en nada la obligan sus estipulaciones. En consecuencia, no existe la infracción de la norma invocada. DÉCIMO.- Que el tercer y último argumento de casación, referido a la infracción al artículo 170 Nº6 del Código de Procedimiento Civil, será desestimado por cuanto aquello constituye la alegación de un vicio de casación formal que debió ser planteado a través del recurso y de la causal específica que lo hace procedente, lo que no se hizo. En efecto, la falta de decisión de todas las acciones y defensas planteadas en la causa, constituye una omisión de uno de los requisitos de toda sentencia, contemplado en el numeral 6 del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, que se encuentra recogido expresamente en la causal de casación formal Nº5 del artículo 768 del mismo texto legal que la establece. En consecuenci a, y talcomo se dijo en el considerando tercero de este fallo, siendo el recurso de casación en el fondo un recurso de derecho estricto, no resulta pertinente invocar como fundamento de una casación de fondo, aspectos de nulidad formal que debieron ser alegados a través del recurso pertinente. Y visto lo dispuesto en los artículos 764, 765, 767 y 772 del Código de Procedimiento Civil, SE RECHAZA el recurso de casación en el fondo interpuesto por el demandante en lo principal del escrito de fojas 199 en contra de la sentencia de veintidós de enero del año pasado, escrita a fojas 194 y siguientes, con costas. Redacción a cargo del Abogado Integrante Sr. Juan Infante Philipi. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Nº 1352-03 Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Jorge Rodríguez A., Domingo Kokisch M. y Jaime Rodríguez E. y Abogados Integrantes Sres. Juan Infante P. y Oscar Carrasco A. No firma el Abogado Integrante Sr. Infante, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Marcela Urrutia Cornejo

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15.06.04 - Rol Nº 2957-03Santiago, quince de junio de dos mil cuatro. VISTOS: En estos autos rol 17.587 del Juzgado de Letras de Elqui-Vicuña, caratulados Humberto del Tránsito Miranda Cortés con Alvarita de Mercedes Espejo García, por sentencia de uno de octubre de dos mil dos, escrita de fs. 139 a 150, el Juez no inhabilitado don César Orellana López rechazó la demanda principal y la subsidiaria. Apelada esta resolución por el actor, una Sala de la Corte de Apelaciones de La Serena, por fallo de veinte de junio de dos mil tres, la confirmó. En contra de esta sentencia el demandante dedujo recursos de casación en la forma y en el fondo. Se trajeron los autos en relación. CONSIDERANDO: EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA. PRIMERO: Que el recurrente sostiene que la sentencia, que confirmó la de primer grado y rechazó la demanda, ha incurrido en la causal 4del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, la ultra petita, toda vez que la demandada, al contestar la demanda subsidiaria de lesión enorme no se excepcionó en la existencia de un usufructo vitalicio y, sin embargo, los jueces usaron de este argumento para rechazar dicha acción, extendiéndose así a un punto no sometido a su decisión. SEGUNDO: Que para la adecuada inteligencia del recurso en estudio, deben tenerse presente las siguientes circunstancias del proceso: a) don Humberto del Tránsito Miranda Cortés dedujo demanda de nulidad de contrato en contra de Alvarita de Mercedes Espejo García. Funda su acción en que por escritura pública de 7 de enero de 2000 su padre, don Marcelo del Tránsito Miranda, vendió a la demandada los predios agrícolas denominados Paragu ay, Mitad del Predio Buen Retiro y Buen Retirito, con sus respectivos derechos de agua, en el precio único y total de $700.000, inscribiéndose dicha venta, tanto respecto de los predios como de los derechos de agua, en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Vicuña. Agrega que su padre falleció y él es su único heredero, habiéndosele concedido la posesión efectiva. Señala que el aludido contrato es nulo absolutamente porque en él no se especificó separadamente el precio de los bienes raíces y de los derechos de aprovechamiento de agua, siendo un requisito esencial para la validez del contrato de compraventa que exista precio y que éste sea determinado, de acuerdo con los artículos 1793 y 1808 del Código Civil. En subsidio, solicita la declaración de nulidad relativa del mismo acto jurídico por adolecer de lesión enorme, toda vez que cada uno de los predios vendidos vale $2.500.000 aproximadamente y los derechos de aguas valen, por su parte, $2.400.000, por lo que el justo precio es de $9.900.000 y al haberse vendido en menos de la mitad de dicha cifra, el contrato está viciado por lesión enorme; b) la demandada, contestando, señaló que el contrato es válido porque los elementos esenciales propios de la compraventa son la cosa, el precio y el consentimiento en la cosa y en el precio. En cuanto al precio, agrega, éste alcanza a los predios y a los derechos de agua y, consecuentemente, la demanda debe ser rechazada, además que al actor le rige la prohibición del artículo 1683 del Código Civil, por ser heredero del que celebró el contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba. En lo que toca a la demanda subsidiaria, expresa la demandada que lo pagado en el contrato de compraventa cuya nulidad se pretende no es inferior a la mitad del justo precio. c) que la sentencia impugnada razonó en orden a que no podía el actor solicitar la nulidad absoluta, por cuanto es continuador de la persona del vendedor y, por ende, le es aplicable la norma del artículo 1683 del Código Civil, en cuanto impide pedir dicha nulidad al que celebró el contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba. En lo que respecta a la demanda de nulidad relativa por lesión enorme, se explaya la sentencia en señalar que el contrato estableció, además, un usufructo vitalicio a favor del vendedor, de suerte que el precio pactado comprende sólo la nuda propiedad de las especies vendidas lo cual transforma el contrato conmutativo en aleatorio, pues el comprador va a disponer de los bienes que son objeto del contrato en una época incierta que va a depender de la extinción del gravamen así constituido, por el fallecimiento del usufructuario; y en tal circunstancia la plena disposición de los bienes vendidos se tendrá en un término que es imposible de prever, agregando que el justo precio no puede ser el mismo si se compra la propiedad plena que si se compra la propiedad nuda y, por consiguiente, no toma en cuenta el informe pericial de autos, atendido que para determinar el justo pecio, no tuvo en cuenta dicho informe la existencia de un usufructo vitalicio. Termina confirmando la sentencia de primer grado que rechazaba la demanda principal y la subsidiaria. TERCERO: Que de acuerdo con la definición legal, el vicio de ultra petita se produce cuando la sentencia otorga más de lo pedido por las partes o se extiende a puntos no sometidos a la decisión del tribunal, es decir, cuando apartándose de los términos en que las partes situaron la controversia por medio de sus respectivas acciones o excepciones, altera el contenido de estas cambiando su objeto o modificando su causa de pedir. CUARTO: Que se ha sostenido por esta Corte que los tribunales tienen la facultad de examinar los presupuestos de las acciones y excepciones deducidas y, luego, no se extiende a puntos no sometidos a su decisión el fallo de autos que, interpuesta una acción de nulidad relativa por lesión enorme, examina la concurrencia de las exigencias de esta institución, entre las cuales está la de haberse vendido la cosa a menos de la mitad del justo precio (o haberse comprado a

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más del doble del justo precio), de lo que se infiere que si la sentencia razona que el referido justo precio es distinto en un contrato que se vende la propiedad plena que en otro, como el de autos, en que se vende el dominio nudo, no ha incurrido en el vicio que se denuncia. En efecto, los jueces no han alterado ninguno de los elementos de la pretensión ni de las excepciones, pues se han mantenido exactamente dentro de la causa de pedir como de la cosa pedida. En lo que ahora interesa, la lesión enorme se basó en que los inmuebles se vendieron en menos de la mitad del justo precio, que el recurrente y actor estima, y los sentenciadores sin referirse a un punto extraño de lo que es el justo precio, desestimaron esa pretensión. No ha habido en consecuencia, como se ha dicho pronunciamiento alguno fuera del margen de la litis, lo que hace que el recurso deba desestimarse. EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO. QUINTO: Que el actor, junto con el recurso de casación en el fondo, acompaña un certificado de defunción de su padre (fallecido el 20 de marzo de 2000 y nacido el 16 de agosto de 1908) y una carta que atribuye a la demandada, documentos no acompañados en la oportunidad procesal correspondiente. Agrega el recurrente que su parte contrató a la demandada para que cuidara a su padre, don Marcelo del Tránsito Miranda, el que a esa data no controlaba los esfínteres, no hablaba y había que alimentarlo, afirmaciones todas que no se vertieron en la demanda, ni a lo largo de toda la discusión. SEXTO: Que el recurrente sostiene, luego, que la Corte de Apelaciones, al confirmar el fallo de primer grado y rechazar la demanda principal, ha cometido error de derecho al infringir el artículo 1683 del Código Civil, toda vez que dicha norma impide que quien ha obrado dolosamente o de mala fe se aproveche de ello pidiendo al nulidad del contrato y, en la especie, su parte no ha obrado con dolo desde que su padre y causante tenía a la fecha del contrato, 92 años de edad y estaba privado de sus facultades mentales, falleciendo a los pocos días de celebrado dicho acto jurídico. La mala fe, agrega, corrió por cuenta de la fámula que obtuvo que el anciano a quien cuidaba le traspasara todos sus bienes. SÉPTIMO: Que en primer término cabe señalar que todo lo dicho por el recurrente en orden a que su padre tenía a la fecha del contrato 92 años, que murió pocos días después de celebrado dicho acto jurídico y que estaba privado de sus facultades mentales, constituyen alegaciones nuevas, no señaladas en la demanda, libelo en que, por lo demás, no se demandó la nulidad absoluta del contrato por falta de consentimiento derivado de la demencia del vendedor, sino que se pidió dicha nulidad por falta de precio. OCTAVO: Que luego, sin compartir lo aseverado por la Corte de A pelaciones en cuanto a que un contrato de compraventa en que se vende la nuda propiedad constituyéndose un usufructo vitalicio a favor del vendedor es un contrato aleatorio, dicho tribunal no ha cometido el error que se denuncia. En efecto, constituye un presupuesto fáctico que el demandante es hijo de don Marcelo del Tránsito Miranda, vendedor en el contrato cuya nulidad se pide y que, en tal calidad, es su único heredero y, por consiguiente, es continuador de la persona del difunto y representa la persona del causante para sucederle en todos sus derechos y obligaciones transmisibles (artículo 1097 del Código Civil). Luego, el principio nemo auditur propiam turpitudinem allegans, recogido en el artículo 1683 del Código Civil, en cuya virtud no puede pedirse la nulidad absoluta por quien ha ejecutado el acto o celebrado el contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba, también es aplicable al heredero y, por ende, no puede acogerse la pretensión del demandante de autos de declarar la nulidad absoluta del contrato de compraventa que indica por falta de precio, por cuanto dicho vicio, en caso de existir, era conocido del vendedor, esto es, de su causante, sin que puedan atenderse las alegaciones del recurrente, hecha en el recurso de casación, en orden a que don Marcelo del Tránsito Miranda estaba demente pues, como se dijo, amén de no haberse señalado tal hecho en la demanda, no fue esa la causa de la acción de la nulidad entablada. NOVENO: Que, por consiguiente, si el causante no tenía el derecho de pedir la nulidad absoluta del contrato de compraventa que celebró con la demandada, tampoco le asiste a su heredero este derecho. Y esto no significa, como se ha dicho por esta Corte, que se haga responsable al heredero del dolo o culpa ajenos, pues no cabe identificar al dolo mismo, que es personalísimo y que nace y muere con el autor, con sus consecuencias o efectos civiles que por ser de carácter económico se transfieren o transmiten de acuerdo con las reglas generales. DÉCIMO: Que, consecuentemente, al no cometer la sentencia el error de derecho denunciado, el recurso de casación en el fondo, al igual que el de forma, será desechado. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 766, 767 y 768 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de casación enla forma y en el fondo deducidos a fs. 171 por el abogado Carlos Saez Del Solar, en representación del señor Humberto del Tránsito Miranda Cortés, en contra de la sentencia de veinte de junio de dos mil tres, escrita de fs. 165 a 166 vuelta. Redacción a cargo del Ministro Sr. Tapia. Regístrese y devuélvase. Nº 2957-03. Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Enrique Tapia W., Jorge Rodríguez A., y Domingo Kokisch M. y Abogados Integrantes Sres. René Abeliuk M. y Oscar Carrasco A. No firma el Abogado Integrante Sr. Carrasco, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Autorizado por el Secretario Sr. Carlos Meneses Pizarro.