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Directora del Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C.
Karina Chowanczak
Coordinadora del libro
Karina Chowanczak
Coordinador del proyecto
Pasos a la Obra
Tomás Alzogaray Vanella
Karina Chowanczak
Colaboradores
Leticia Piña
Genaro J. Recabarrem
Entrevistas y selección de textos
Karina Chowanczak
Tomás Alzogaray Vanella
Genaro J. Recabarren
11 m
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ella. Reflexiones sobre arte e inclusión
a la obra
11 mensajes que no quedaron en la botella
Reflexiones sobre arte e inclusión
11 mensajes que no quedaron en la botella
Reflexiones sobre arte e inclusión
2013
Primera edición: diciembre, 2013
ISBN: 978-607-96358-0-0 CANF
ISBN: 978-607-729-046-9 CNDH
D. R. © Centro de Atención al Niño
y la Familia, A. C.
Erasmo Castellanos Quinto 379,
colonia Educación,
delegación Coyoacán,
C. P. 04400, México, D. F.
www.fundacionpasos.org.mx
D. R. © Comisión Nacional
de los Derechos Humanos
Periférico Sur 3469,
esquina Luis Cabrera,
colonia San Jerónimo Lídice,
C. P. 10200, México, D. F.
Coordinador del proyecto
Pasos a la Obra
Tomás Alzogaray Vanella
Cuidado de la edición
María del Carmen Freyssinier Vera
Rosa Jimena Rey Loaiza
Diseño editorial y de portada
Genaro J. Recabarren
Irene Vázquez del Mercado E.
Impreso en México
Índice
Agradecimientos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 9
Introducción - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 11
Prólogo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 13
1 Willy Dewit González Cos / Julio Sánchez - - 18
2 Gloria Cruz / Mitzin Cuéllar - - - - - - - - - - - - - - 22
3 Mauricio Orozco / Isadora Cuéllar - - - - - - - - 26
4 Marina Wernikoff / Ana Fuentes - - - - - - - - - - 30
5 Mariana Orozco / Arturo Buitrón - - - - - - - - - 34
6 Luis Antonio Palma / Gustavo Monroy - - - - - 44
7 Jeremy Rodríguez / Javier Gutiérrez - - - - - - 48
8 Michelle Manzano / Gabriel Macotela - - - - - 52
9 Rafael Camacho / Héctor Vázquez - - - - - - - - 56
10 Martha Duarte / Antonio Gritón - - - - - - - - 60
11 Andrés Rosales / Tomás Alzogaray - - - - - - 64
Participantes
PASOS A LA OBRA
Willy Dewit González Cos
Gloria Cruz
Mauricio Orozco Alatorre
Marina Wernikoff Zúñiga
Mariana Orozco Alatorre
Luis Antonio Palma Piña
Jeremy Elienay Rodríguez Figueroa
Michelle Manzano Macías
Rafael Camacho Flores
Martha Duarte
Andrés Mauricio Rosales Aldana
PINTORES
Julio Sánchez
Mitzin Cuéllar
Isadora Cuéllar
Ana Fuentes
Arturo Buitrón
Gustavo Monroy
Javier Gutiérrez
Gabriel Macotela
Héctor Vázquez
Antonio Gritón
Tomás Alzogaray
Dentro de un tramo de seda hay un espacio infinito.
El lenguaje es el derrame de una pequeña esquina del corazón.
El viento claro levanta las metáforas, las nubes se elevan desde un bosque de pinceles.
Lu Chi
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gradecimientos
Estamos felices de poder agradecer a mucha gente porque eso significa que somos muchos los que creemos en este proyecto y que hemos logrado una gran red de apoyo. Esto no hubiera sido posible sin la valiosa ayuda de todos ustedes. Gracias a mi amiga Brígida Recamier, a Karmele y a Pablo, del Restaurante D. O.
También a cada uno de los 11 artistas que participaron en el proyecto. Al Colectivo Neter, y en especial a Jimena; Ana Ize y Vicky Pérez; Yadira (nuestra fotógrafa); Hugo Velázquez; Melba Olvera y a la CNDH.
De manera muy especial quiero agradecer a Clima A. C., institución que trabaja hace más de 20 años en favor de la inclusión de las personas con autismo, por su apoyo y participación en las diferentes propuestas de Pasos a la Obra. Particularmente agradezco a su Presidente, Carlos Marcin, y a su Directora, Mary Carmen Marroquí, por su colaboración.
A todas las familias de los chicos y jóvenes que se involucraron en este trabajo. A todo el equipo del Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C.: Leticia Piña, Con
suelo Flores, Rocío Esquivel, Lidia Castro, Anabel Avendaño, Jacqueline Flores, Jeannette Uriarte, Reynel Camaño, Raymundo Quiroga, Genaro J. Recabarren, Gabriela Cortés, Ana Lucía Pérez, Alejandra Rechy, Tania Villaseñor, Rafael Chávez, Daniela López, Mauricio Orozco, Julio Sánchez y a la empresa Movi-ruedas. Quiero agradecer muy especialmente a mi amigo Tomás Alzogaray por su dedicación y compromiso en el trabajo con los chicos, por compartir su inagotable creatividad y, fundamentalmente, por creer en el arte y las microrrevoluciones.
Karina Chowanczak Directora del Centro de Atención
al Niño y la Familia, A. C.
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ntroducción
Pasos a la Obra es una propuesta de inclusión a partir del arte y la cultura, desarrollada por el Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C. un equipo que trabaja con niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. La fundación ha creado numerosas iniciativas que provocan, a través del arte, el encuentro entre poblaciones que no suelen interactuar.
Esta vez decidimos hacer un juego de mensajes. Nos divertía la idea de impulsar un diálogo pictórico, pero para ello necesitábamos cómplices que se animaran a relacionarse con un “otro” de una manera poco convencional.
Hace ya varios años que el Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C., en el espacio del Colectivo Neter, imparte un taller de plástica al que asisten niños y jóvenes con y sin discapacidad. Sus integrantes han encontrado una forma de expresión, un lenguaje común que les permite dialogar con el entorno a través de su obra. Quisimos retomar la experiencia de ese grupo y llevarla hacia otro reto.
La propuesta consistió en proporcionar a esos niños y jóvenes un bastidor en blanco para que lo pintaran y dejaran en él un mensaje, sus huellas, un impulso que luego sería tomado por un artista plástico cómplice de nuestra travesura.
Así fue como nuestros 11 secuaces recibieron una tela ya comenzada y enfrentaron el reto de completar ese lienzo, de escuchar la voz anterior, de recuperar ese impulso y terminar la obra.
Con esta propuesta intentamos salirnos del lugar conocido en el que estamos cómodos y poner atención a ese “otro” que no conocemos. De ese modo pretendemos hacer un ejercicio de convivencia, provocar un intercambio, crear una presencia simultánea de dos en una misma tela.
La mayoría de los artistas plásticos que participaron en el proyecto no conocía al autor del mensaje, no sabía quién era ni imaginaba su historia. Pero la botella se abrió: el mensaje fue contemplado, sentido, y finalmente, contestado.
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Luis Felipe Noé dice que los lenguajes artísticos se diferencian de otros porque los códigos de entendimiento no están prefijados, sino que se establecen durante la propia comunicación, no antes. Sin duda, este intercambio incitó al juego, en la libertad de la comunicación, a partir de elementos comunes; ese juego se basó en el propósito de mantener un diálogo y no imponer un monólogo, tal como los niños juegan, sin censuras.
He aquí los resultados de ese encuentro. La obra final es la excusa perfecta para la reflexión sobre el proceso.
Veintidós artistas, 11 obras, 11 diálogos a través de la plástica.
Karina Chowanczak Directora del Centro de Atención
al Niño y la Familia, A. C.
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rólogo
Una persona que lanza al mar una botella con un mensaje alberga pocas esperanzas de recibir una respuesta. Sin embargo, guarda un anhelo secreto de que eso pueda ocurrir. La botella seguirá un camino complicado: las corrientes la llevarán de un lado a otro, sin dirección aparente; estará algún tiempo inmóvil en altamar, bajo el ardiente sol; cruzará tormentas y, quizá, termine por ceder a las inclemencias del mar y se hunda. Pero también es posible que gracias a un golpe de suerte llegue a puerto seguro, a una costa habitada, y termine en las manos de alguien que la destape, lea el mensaje en su interior y responda.
Ésa es la metáfora elegida como título de este libro: 11 mensajes que no quedaron en la botella: reflexiones sobre arte e inclusión. La interesante dinámica realizada para su elaboración por Pasos a la Obra, proyecto del Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C., fue la siguiente: hacer que 11 reconocidos artistas plásticos intervinieran las pinturas creadas por el mismo número de personas con alguna discapacidad, niños la gran mayoría de ellas. Los artistas no conocían a los autores de las pinturas, ni éstos a aquéllos. El único medio de comunicación entre ellos fue el lienzo. Una vez finalizada la obra de arte, se reunió a los autores de cada pintura para su exposición pública; de ahí que cada una tenga un título y el nombre de los dos realizadores.
El libro contiene las pinturas intervenidas y algunas otras originales de los niños y jóvenes que participaron en el proyecto, así como las reflexiones y aprendizajes de cada artista plástico durante el proceso creativo y su impresión al conocer al autor inicial de la obra. La directora del Centro, Karina Chowanczak, y el coordinador del proyecto Pasos a la Obra, Tomás Alzogaray, guían las reflexiones de los pintores con inteligentes preguntas.
La educación en derechos humanos implica la enseñanza teórica de las prerrogativas que se desprenden de la dignidad de la persona y que están consagradas en documentos internacionales, regionales y en las constituciones de los países del orbe. Pero para completar de manera exitosa el proceso educativo en esa materia, resulta fundamental una formación afectiva que permita a cada persona crear empatía con los demás, y de modo especial con las personas en situaciones de vulnerabilidad. La empatía nos pone afectivamente en la situación del otro,
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permite entender de forma profunda sus necesidades, expectativas y esperanzas. Ése es el primer paso para lograr el reconocimiento y la solidaridad, medios indispensables para el pleno respeto de los derechos humanos.
El experimento artístico que narra este libro es un ejemplo privilegiado de esa parte crucial de la educación en derechos humanos: la sensibilización frente al otro, tratar de entenderlo, verlo como un igual, establecer un diálogo sincero con él. En este caso, el medio para esa sensibilización fue el arte, la pintura como un punto de encuentro y un lenguaje común no delimitado por lo verbal, una forma de comunicación universal que puede ir más allá de las fronteras personales y los prejuicios.
Frente al lienzo, la persona con alguna discapacidad y el artista plástico expresaron su mundo interior; cada uno aportó su individualidad respetando al otro. La primera persona comenzó la pintura, pero dejó un espacio en el lienzo como una invitación personal a conocer su mundo; la segunda, al intervenir la obra, no avasalló ni corrigió al otro, sino que lo respetó y complementó con su propia individualidad. Por ello, la pintura final, además de ser una auténtica obra de arte, es un testimonio de humanidad, un modelo de inclusión y diálogo entre iguales.
Resultan interesantes las opiniones de los artistas sobre este experimento estético —y ético. Algunos de ellos, que poco sabían de la situación de las personas con alguna discapacidad, confiesan que en un principio no sabían qué hacer con el lienzo comenzado, que se sentían indecisos sobre cómo intervenirlo. Sin embargo, conforme pasó el tiempo y reflexionaron sobre los rasgos particulares de los trazos y la combinación de los colores, se sintieron capaces de aportar su propia subjetividad sin eclipsar la del otro. Quizá el momento más impactante fue cuando conocieron al primer pintor tras el lienzo, aquel que inició el diálogo. La mayoría cuenta la profunda impresión que sintió durante el encuentro. La comunicación inicial, con colores y formas, dio pie a una conversación personal, cara a cara. Estas experiencias trasforman profundamente a quien las vive, comprometen de una manera natural los destinos de quienes participan en ellas. No es de extrañar que los pintores, una vez acabado el proyecto, estén interesados sinceramente por conocer más sobre el tema de la discapacidad y participar en nuevas actividades con el Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C. Ésta es la forma ideal de entender y comprometerse con la promoción y el respeto por los derechos humanos.
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La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad enuncia, en su artículo 8o., los medios básicos para promover la toma de conciencia social de los derechos de las personas objeto de la Convención. Tales medios se refieren sobre todo a la elaboración de campañas y programas de sensibilización que fomenten actitudes receptivas y percepciones positivas de las personas con alguna discapacidad, así como el reconocimiento de sus capacidades, méritos y habilidades. No cabe duda de que el proyecto “11 mensajes que no quedaron en la botella” cumple cabalmente esos objetivos.
Al igual que los artistas plásticos que participaron en esta interesante dinámica, quienes recorran las bellas hojas de este libro se sumergirán en una experiencia de sensibilización frente a los méritos y habilidades de personas con alguna discapacidad.
El subtítulo de este libro reza así: “Reflexiones sobre arte e inclusión”. ¿Qué significa incluir? Es acoger al otro sin imposiciones, reconocer el significado de sus palabras y acciones y hacerlo partícipe de la vida pública —cultural, política, jurídica y económica— en igualdad de condiciones. En el caso específico de las personas con alguna discapacidad, la inclusión implica, además, crear espacios de encuentro y una enseñanza paciente y comprometida que les permita acceder a distintos medios de expresión y comunicación. La pintura es uno de ellos. El taller de artes plásticas del Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C., enseña a los niños y jóvenes con y sin discapacidad diversas técnicas y el uso de materiales para la creación artística. De ese modo pueden comunicar su subjetividad valiéndose de formas de expresión distintas de las verbales, lo que implica una mayor libertad. Las exposiciones públicas de las obras plásticas constituyen espacios de encuentro que sensibilizan a la sociedad sobre la vida, los anhelos y las habilidades de sus creadores. También sirven para desterrar el antiguo prejuicio según el cual las personas con alguna discapacidad sólo son receptores pasivos del cuidado que se les brinda; por el contrario, las creaciones artísticas revelan su capacidad creativa y propositiva, y la convivencia permite tomar conciencia de que no sólo son objeto de ayuda, sino sujetos activos capaces de brindarla a quienes se relacionan con ellos.
El nexo entre arte e inclusión se puede llevar a un horizonte aún más amplio porque, como señala hacia el final del libro Karina Chowanczak, el arte no es un medio de expresión sólo para las personas con alguna discapacidad, sino para cualquiera que se encuentre en una situación de aislamiento o vulnerabilidad. El arte es un medio que puede dar luz y reconocimiento social
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a las experiencias o sentimientos que no se pueden expresar con palabras —debido a diversas circunstancias, quizá traumáticas— y que por tanto podrían quedar en el terreno de lo ignoto.
Una de las preguntas dirigidas a los artistas plásticos fue si consideraban que este proyecto podía tener consecuencias sociales y políticas. La respuesta fue afirmativa. En tanto que es capaz de sensibilizar a la sociedad y dar voz y reconocimiento público a las personas con alguna discapacidad, 11 mensajes que no quedaron en la botella es, sin lugar a dudas, un proyecto con impronta en ambas esferas. De hecho, quizá sirva como modelo para diseñar dinámicas semejantes de inclusión y de toma de conciencia que podrían ser promovidas conjuntamente por la sociedad civil y el Estado.
Quien lanza al mar una botella con un mensaje tiene pocas posibilidades de recibir una respuesta. No obstante, si las condiciones son adecuadas, el círculo comunicativo puede cerrarse y dar paso a un diálogo. Sepa el lector que en sus manos tiene una botella con 11 mensajes. Ahora depende de él abrirla y dar una respuesta personal a cada uno de ellos.
Dr. Raúl Plascencia Villanueva Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
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Willy Dewit González Cos / Julio Sánchez
[Julio comenta su acercamiento a la obra de Willy.] Fue difícil, normalmente te enfrentas a un lienzo en blanco para partir de la nada, y de repente surge la idea y se va desarrollando y plasmando; pero cuando ya hay algo y ya está prácticamente terminado…
Esto para mí fue muy complejo. Primero desarrollé una idea: “Tiene que ser algo mío también. Con mi manera de pintar, que es muy pop, muy de bloques, necesariamente voy a tener que tapar algo”. Pero me pasó que cuando empecé a pintar, me arrepentí y pensé: “¡Ya eché a perder el lienzo!”; entonces me congelé, me congelé y pasaron varias semanas en las que no pude volver a tocar el lienzo, porque a cada rato me cuestionaba si estaba bien lo que iba a hacer. La idea era buena, pero cada vez que veía la tela y le metía mano pensaba: “¡Está peor, no va para mejor, sino para peor!, ¿cómo lo regreso?” Lo que pasaba era que el trabajo del niño ya estaba ahí plasmado, un trabajo que le llevó mucho tiempo, un esfuerzo importante. Pero al final quedé muy satisfecho con el resultado.
La percepción de lo pequeño es el secreto de una buena vista, la preservación de lo débil y tierno, el secreto de la fuerza.
Tao Te King, D-II
Este proyecto también fue un reto técnico: hasta dónde llegar, hasta dónde decir alto, dónde poner un freno; hay algo que ya está hecho y sólo hay que intervenirlo. Por supuesto, esta experiencia también me enseñó cómo desarrollar nuevas ideas y a la vez dejar entrever una mezcla del trabajo de ambos. Por eso en una parte trabajo con veladuras, justo para decir que quiero rescatar lo que ya está hecho, pero, al mismo tiempo, que se vea lo mío.
La mamá del chico que comenzó el lienzo me dijo: “¡ahora está pintando toda la casa, se la pasa pintando todos los muros!”; eso me parece maravilloso.
[¿Crees que hay arte en el resultado de este proyecto?] Respecto de la obra y la exposición, yo creo que sí hubo arte. Estéticamente, todas las piezas son muy buenas, prácticamente todas me parecen muy buenas. La persona que la hizo, el niño que pintó el lienzo que después yo intervine, era un artista.
Título: Esperanza Autores: Willy Dewit González Cos
/ Julio Sánchez Dimensiones: 90 x 60 cm
Técnica: Óleo y acrílico
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[El encuentro entre Julio y Willy.] Cuando lo conocí, él estaba emocionado y orgulloso de su arte. Te voy a confesar que eso me ha pasado pocas veces, sentir yo esa emoción de conocer al artista. Entonces veo a Willy, lo veo y le doy un abrazo, y él me saluda y me dice: “Ven, te voy a enseñar mi cuadro”. Willy ya no me soltaba, estaba muy cerca de mí porque estaba muy orgulloso de enseñarme lo que había hecho. Y la verdad es que sí, lo hizo él, lo hicimos juntos; aunque en el proceso no hayamos estado de la mano ni nos conocíamos, no me costó trabajo identificarme con él, porque ya lo conocía a través de la pieza. Muchas exposiciones de arte moderno se asemejan a estas instalaciones, pero creo que pocas logran lo que ésta logró.
[Dijiste una cosa que me gustó mucho: “Recibí la obra y sentí este respeto de no avasallar la obra del otro, pero también quería que se viera lo mío y tenía que jugar con esto”. ¿Relacionas esto con la inclusión?] Sí, pienso en la relación de igualdad entre ambos al tener que participar en un mismo lienzo. Para mí fue un ejemplo de inclusión, de igualdad. Ambos tenemos las mismas oportunidades. Había pensado en esto: “respetar el espacio de cada uno y al mismo tiempo hacer lo que te toca”. Creo que eso es la inclusión y que se dio en estos lienzos.
Yo me quedé en la exposición y estuve observando y escuchando los comentarios de todos. Muchos preguntaban qué hizo el niño y qué hizo el artista. Eso me parecía interesantísimo, es una
muestra del mundo. En la exposición pudimos convivir ambos y todos nos la pasamos bien. No quedan claros los límites del trabajo de cada uno, pero ahí está la mano de ambos, en igualdad de posibilidades de expresión.
Pienso en la inclusión, en vernos como personas, en vernos todos como seres humanos y darnos las mismas oportunidades. También creo que esto no es fácil. Si nos ponemos a pensar que todos en alguna parte somos minoría, en algún sentido nos podemos sentir excluidos.
La inclusión no es sólo vernos como personas, sino tratar de que todos tengamos las mismas oportunidades, los mismos recursos, tener la posibilidad de caminar por el mismo camino, de que otro transite por el mismo espacio por el que yo transito. Eso es a lo que yo llamo inclusión. No pienso en verlos diferentes, ni en verlos especiales; creo que ayudaría más vernos y verlos iguales, y aprender de eso y crear a partir de eso. Cuando pienso en inclusión pienso en respeto, en igualdad.
Me quedé lleno de emociones. Para entender las emociones a veces las tenemos que llevar en la cabeza. Entonces surgen preguntas; pero más allá de hacerme preguntas, me quedé lleno de emociones que me llevan a emprender una acción, a asumir un compromiso.
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Autor: Willy Dewit González Cos
Willy es como el chorrito que se hace grande y chiquito, siempre vivo, casi infinito. Capa tras capa, su chorreado crea atmósferas corrosivas y misteriosas, como si, sin importar cuántasmanchas haya, siempre faltara algo.
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Gloria Cruz / Mitzin Cuéllar
[Mitzin comenta su acercamiento a la obra.] Para mí el arte, pintar, es una forma de expresión, un lenguaje que me libera. Es una pasión, y siempre que tengo la oportunidad de compartirlo con quien sea, me parece una cosa extraordinaria; no dudé en aceptar la invitación; no importaba que me mandaran el lienzo que fuera, yo estaba dispuesta a aceptarlo.
Mi pieza fue un gran reto porque me invadió mucho la expresión de la mirada. Yo trataba de expresar lo mío, pero se me imponía siempre lo que ya se había expresado a través de ese rostro; la pieza ya tenía un rostro, que además carecía de ojos; por lo general resulta terrorífico ver dos manchas negras en lugar de globos oculares, pero en este caso en particular había mucha expresión en esas dos manchas. Es decir, ya estaban expresándose como ojos, ya era un rostro con mirada que hablaba. Recuerdo que tuve la virtud de poder trabajar alrededor de esa imagen, pero llegó un punto en que tenía que involucrarme con esa parte del lienzo y emocionalmente fue muy duro. No podía dejar de pensar en quien siempre me imaginé como un niño pequeño que había empezado el lienzo,
Toda pintura es un hecho: las pinturas están cargadas con su propia presencia.
Andy Warhol
no podía dejar de pensar en el goce de poder tener la libertad de movimiento, de soltar líneas.
[El encuentro entre Mitzin y Gloria.] Al final, cuando llegué a la exposición, me di cuenta de que quien yo pensé que era un niño, era en realidad una mujer adulta. Creo que eso fue lo más impactante en mi experiencia personal durante el trabajo con personas con discapacidad.
[Crees que este proyecto tiene un contenido social o político?] Yo creo que el compromiso social de este proyecto consiste justo en llevar la inclusión a nuestra vida cotidiana, hacerla una forma de vida. Me parece que el compromiso político, por ende, tiene que ver con el compromiso social. Creo que nos urge aprender cómo llevar a cabo esa integración y encontrar espacios de integración para estas personas. Ellos tienen grandes posibilidades; su criterio, su forma de vida y sus posibilidades de desarrollo son enormes, pero no tienen espacios dónde desarrollarlas. Ése es el compromiso social y político que todos tenemos que asumir y que no podemos dejar sólo a las autoridades.
Título: Desde otros ojos Autores: Gloria Cruz / Mitzin Cuéllar
Dimensiones: 60 x 90 cm Técnica: Óleo y acrílico
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Me parece, insisto, que empezar a pensar cómo incluyo al otro en mi vida es una decisión personal.
Esos otros universos no son diferentes o distintos, simplemente son otra forma de pensar y ver el mundo. Se dice que cada cabeza es un mundo, pero me parece que en ellos se trata más bien de un gran universo. Sí, me quedé llena de dudas, la verdad.
[¿Hay arte en el resultado de este proyecto?] Sí, totalmente, creo que fue arte. En éxtasis, diría yo, porque la verdad, el momento de conocer a la mujer que había hecho el lienzo fue un despertar de todo, fue concluir la experiencia en una explosión artística. Además, cuando entré en la sala, Gloria estaba parada junto a su lienzo, muy orgullosa; no era que hablara, era su actitud. Ella estaba orgullosa de lo que había hecho, y entendí que yo había sido nada más un medio para un fin, una suerte de pincel para que ella lograra poner el punto final, pero que realmente la explosión artística total le pertenecía a ella.
[Sobre la inclusión.] Jaime Sabines decía que todos nacemos solos en el mundo, que vivimos en soledad y sólo construimos puentes entre nuestras soledades. Me parece que la inclusión es lo
grar construir esos puentes y resguardarlos. Eso fue lo que ocurrió en esta experiencia concreta: surgió un puente entre nosotros, que nos dedicamos libremente a hacer arte, y un niño, que necesita esa forma de expresión, y esto se vio plasmado en una absoluta armonía. Yo creo que el sentido de la inclusión es una apertura de la visión de la vida, es ir más allá, construir estos grandes puentes y además atreverse a cruzarlos. Insisto, creo que esta experiencia fue de inclusión en su totalidad.
Si se me permite el ejemplo, veo este proyecto como una historia de amor por correspondencia, una de esas historias antiguas en las que nunca tuviste la foto de la persona que te escribía, pero conocías su lenguaje, te conectabas con ella a través de sus palabras y había reciprocidad.
Eso fue lo que me pasó. Creo que fue muy bueno no saber mucho de Gloria cuando recibí el cuadro y así pude dejar que hablara mi pasión por el arte y la pasión y el corazón de ella. Su mamá me dijo unas palabras cuando la conocí que no se me olvidan: “me encanta lo que hiciste con el cuadro y me encanta saber que mi hija tiene un medio de comunicación”. Para mí eso fue lo esencial. Agradezco la experiencia tal como fue: fueron cartas de amor sin conocernos unos a otros, fue un lenguaje hermosísimo que surgió una vez que pudimos conectarnos.
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Autor: Gloria Cruz
Silenciosa, observadora y tranquila. A tiempo, con precisión de “funambulista” , realiza cada trazo, cada gesto. Gloria tiene la sutileza de un orfebre, de un relojero suizo.
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Mauricio Orozco / Isadora Cuéllar
[Isadora comenta su interés en el proyecto.] Cuando me propusieron participar en esta iniciativa me pareció muy bella, humana, y me gustó que fuera con niños. En ese momento no esperaba nada. Simplemente me emocionó y me encantó la propuesta. Es importante apoyar este tipo de proyectos; en ese sentido, pienso que puede haber una ida y vuelta que también me puede dar mucho a mí. Además, era un reto interesante, algo se iba a dar desde el momento que recibiera el cuadro y viera cómo dialogar con él.
[El encuentro con la obra.] Cuando recibí el cuadro fue como shock al principio, porque era un bastidor que no escogí y eso me encantó. Fue una especie de sorpresa, de azar. Me llamaron mucho la atención los colores. Lo que hice fue dejarlo respirar, convivir con él, verlo cada mañana. Lo fui girando, moviendo, para ver de qué manera podía encontrarme con el cuadro. Tampoco sabía qué tipo de discapacidad tenía ese niño. Pensaba en qué era lo que él quería plasmar en el lienzo.
Para que el arte aparezca nosotros debemos desaparecer.
Stephen Nachmanovitch
Primero hubo miedos de mi parte que tienen que ver con hacer conciencia de que estamos en una sociedad donde hay muchas personas con discapacidad a las que no tomamos en cuenta, no las hacemos realmente parte de la sociedad, las evadimos. A veces me aterra esa desinformación. Para mí este trabajo fue el primer acercamiento a una persona con discapacidad, y fue bellísimo que se diera a través de la plástica. Entonces, al tener un lienzo que era muy expresivo, que ya estaba hecho, quise dialogar con él, con sus trazos, sus colores. Eso me ha dejado mucho, fue como un autoanálisis sobre mi manera de percibir la situación y un cuestionamiento de mi ego, fue como darme cuenta de que todos somos iguales y que trabajamos en conjunto. En ese momento, la que tenía que tener respeto por ese dibujo era yo.
[Tenías un prejuicio o preconcepto sobre la discapacidad o lo que podía suceder con esta propuesta?, ¿alguna idea sobre la obra que te iba a llegar?] Nunca pensé en la obra que me iba a llegar. Tengo muy poca información sobre la discapacidad. Cuando me encontré con el niño, todo fue muy fuerte.
Título: s/t Autores: Mauricio Orozco / Isadora Cuéllar
Dimensiones: 90 x 60 cm Técnica: Óleo y acrílico
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Fue un acto amoroso mi encuentro con Mauricio, su familia, el papá, la mamá.
[¿Hay un arte de las personas con discapacidad?] Creo que así como en el arte de los niños más pequeños, que es un arte más libre, que no está influido por otras referencias y está más relacionado con los sentimientos y las sensaciones, con una cuestión muy cercana a los sentidos, las personas con discapacidad pueden afrontar el arte y la plástica tal vez de una manera diferente; por la condición que tienen están más cerca de los sentimientos; supongo que dependiendo de cada uno, según la personalidad y también la discapacidad, a través de su vivencia pueden desarrollar arte de una manera propia.
[¿Crees que este tipo de experiencias deberían insertarse o tener cierto peso dentro de las instituciones artísticas?] Sí, claro, sería muy bueno que las instituciones artísticas insertaran este tipo de experiencias en sus actividades.
[Sobre la inclusión.] Todos cabemos en un solo mundo, en un solo lugar, porque es cierto, el mundo está lleno de todo. La inclusión es justo eso, ver nuestro mundo compuesto por todo, lo negro, lo blanco, los grises, los tonos, lo que nos gusta y lo que no.
…le di mucho valor cuando encontré la huella de sus dedos, eso me significaba aún más.
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Autor: Mauricio Orozco
Mauricio es un pintor salvaje, como decía Dubuffet: chilla, grita, pelea como todo un adolescente insoportable que es. Pero cuando lucha pintando genera un resultado feroz y cautivante.
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Marina Wernikoff / Ana Fuentes
[Ana comenta su acercamiento a la obra de Marina.] Cuando me trajeron el lienzo, me conmoví mucho, no lo quería tocar y pensaba: “¿qué puedo hacer?” De repente se me ocurría seguir el color y las líneas, pero se me hacía una solución fácil. El reto era cómo hacerme presente y a la vez integrar lo anterior. Empecé a hacer lo que yo hago, pintar niñas. Comencé con una niña en el centro del lienzo, que estaba en blanco. Entonces llegó un momento en que el contorno que hizo Marina casi la envuelve, porque fue como si lo que yo estaba creando estuviera surgiendo desde adentro de lo anterior, como si mi contribución atravesara lo que ya estaba ahí. La experiencia me conmovió mucho porque nunca había visto el trabajo de una niña que tuviera algún problema. Me quería imaginar de dónde vino eso, por qué lo hizo, qué estaba pasando por su cabeza, qué sentimiento tenía, qué emoción, por qué el impulso de agarrar ese color.
Me gustó muchísimo la obra, me encantó como quedó. Siento que cualquiera que conoce mi trabajo sabe que yo no haría eso, pero también se alcanza a ver que es mi obra. Logré lo que para
Que estas diversas sutilezas elaboren su magia.
Lu chi
mí es muy importante: la expresión de las niñas que pinto. Si no logro que transmita algo, por más buena que sea la pintura, la borro. Pero en esta ocasión todo ocurrió a la primera y sentí en mí la determinación, “aquí voy, voy de frente y no me quito, sigo”. Pero además Marina le transmitió mucha alegría a la obra, porque los colores que eligió son muy alegres. Eso me sorprendió mucho, que no eligiera un gris o un ocre, sino que usa colores muy vivos.
[Ana comenta si le hubiera gustado tener información sobre la persona que pintó el lienzo.] Es como cuando lees un libro: yo no quiero saber nada del escritor, yo quiero conocerlo a través de lo que escribe, porque luego lo que vemos nos engaña. La realidad nos puede engañar; hay otras realidades que son más verdaderas, estamos muy limitados por los prejuicios. Puedes conocer más a una persona a través de su trabajo, sobre todo cuando es algo creativo.
Me ha pasado que conoces a un escritor y es un viejo refunfuñón y cae mal, y hay toda una historia detrás de eso. Yo diría “quizá si lo leyera, su trabajo me conmovería y me hermanaría con él. Yo también he pasado por lo mismo, yo soy igual”.
Título: Camino Autores: Marina Wernikoff / Ana Fuentes
Dimensiones: 60 x 90 cm Técnica: Óleo y acrílico
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A eso es a lo que siempre me gusta llegar, a “yo soy igual”, “yo soy eso”, “yo soy lo mismo”, nada más que, por desgracia, como seres humanos tenemos muchas barreras y un ego enorme. Pero conoces al otro través de su obra, que es donde realmente deposita su alma, donde exhibe su carne y su sangre. Entonces dices “yo soy esto”.
A la hora de pintar no tienes escapatoria, estás solo frente a eso. No piensas en que vas a donar el cuadro, sino en el trabajo, y el trabajo siempre es un diálogo, o mejor, un lugar donde ocurren muchas asociaciones a muchos niveles. Una raya no es sólo una raya, sino que la asocias con otras cosas. Ocurren muchas asociaciones a nivel emocional y mental que no necesariamente tienes que resolver verbalmente. En el proceso sentí mucha curiosidad, más acerca de quién pintó el cuadro y qué la motivó a pintarlo que de mí misma.
Marina puso todos los elementos en el lienzo. Más que un color y más que una mancha, me atrapó el movimiento de las manos, con mucha fuerza. Eso me llamó la atención, porque creo que ella pintó con las manos y no con un pincel. Yo veía
mucha fuerza y una necesidad inmensa de decir algo. Eso es algo que no encuentro mucho en mí, porque lo tengo ya muy procesado, busco la imagen y la manipulo; pero la fuerza es algo que viene crudo, es un tipo de expresión en un estado puro.
Siempre he pensado que es al revés, que la incapacidad es nuestra al no poder entender a los que no se expresan de la misma forma. Soy yo la que no entiende ese otro tipo de inteligencia, y si no la entiendo es porque no tengo la capacidad, la apertura o la información.
[¿Sentiste que había un mensaje, un diálogo?] Fíjate que sí, siempre sentí que sostenía una conversación con alguien, no sabía con quién ni me lo cuestionaba, pero sí decía: “A ver, ¿cómo voy a hacer para respetarte, para integrarte?” Sí me sentía acompañada, no era como estar frente a un lienzo en blanco; me sentí acompañada, pero no como si sintiera una presencia, sino un diálogo, la energía de una persona que ya está ahí.
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Autor: Marina Wernikoff
Es gracioso ver a Marina trabajar: cuando escucha la música, su mano se agita al compas, pero si la música no le agrada, decide hacerse la dormida; inmutable, de pronto lo que escucha le gusta y reaparece como una brasa encendida entre las cenizas.
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El arte debe hacer eterna a la naturaleza en nuestra imaginación.
Paul Cézanne
Mariana Orozco / Arturo Buitrón
que pude ver una respuesta en las manchas que hizo Mariana. Recuerdo que el día de la exposi
[Arturo comenta su acercamiento a la obra de ción surgió la idea de que hubiese otro ejercicio a Mariana.] Pensé en hacer algo que respetara el la inversa: que los niños intervengan murales hetrabajo de Mariana y descubrí que podemos com chos por mí o por algún otro pintor, y creo que paginar muy bien. Lo que ella hizo tiene, o al me podría ser divertido. Incluso se podría ver cómo nos quise verlo así, una connotación de paisaje, continuar este diálogo en algún momento, trabapor lo que se integró bien con lo que hago ahora, jar al mismo tiempo —que es como se hace una esta cuestión de los árboles y las ramas. No me pintura a la limón— creando un impulso y una restuve que esforzar para hacer algo diferente de lo puesta para ese impulso; así se construye un algo, que normalmente trabajo. Aquí sí hubo diálogo, una realidad nueva. ¡y estuvo padrísimo!
Usé sólo el negro, porque para mí las man [Cuando Arturo conoció a Mariana.] El día de la chas y los trazos de Mariana me remitieron al pai exposición fue curioso para mí, porque se cerró saje. Eso se relacionaba mucho con lo que estoy un círculo cuando me presentaron a Mariana y me haciendo ahora, así que quise conservar la atmós di cuenta de sus limitaciones. Ese encuentro me fera plasmada. No me quise meter en una cues cimbró un poco, como si de repente viera ahí otro tión de color, sino con el alto contraste del negro tipo de cosas reflejadas en un espejo. sobre la luz que había en el fondo creado por Ma riana. La construcción resultó, desde mi punto de vista, bastante pictórica.
A mí se me hace muy bonita esta cosa
[Sobre la posibilidad de un diálogo en la tela.]
lúdica,
Quise ver esta experiencia como un diálogo pic [Sobr
nas, esta necesidad de comunicarnos. natural, que tenemos las perso
e la inclusión.] Me encanta pensar en la idea de tórico, como un juego, un ejercicio de interacción. que el arte sea un instrumento para incluir, para senDesde mi punto de vista, ese diálogo se dio por sibilizar, que sea una herramienta para abrir puertas.
Título: A la limón Autores: Mariana Orozco / Arturo Buitrón
Dimensiones: 90 x 60 cm Técnica: Óleo y acrílico
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Creo que este ejercicio es una gran oportunidad de acercamiento a través de la sensibilidad o de dialogar. El pretexto de la pintura me parece una cosa maravillosa. Creo que ésa es la función subjetiva de la creación artística, que es al final de cuentas una herramienta de expresión.
En el caso de A la limón hay una respuesta también, a lo mejor con otros parámetros, pero eso es lo bonito del resultado: se trata de una cuestión que viene de la parte subjetiva, de la necesidad de expresarse, y no necesariamente de un ejercicio de rehabilitación o de una lectura de una problemática.
Cada vez soy más abstracto, encuentro en la mancha y en la libertad del trazo un terreno subjetivo en el que no me limito a representar una realidad. Me puedo imaginar que Mariana sintió placer y libertad, una sensación vinculada con lo que está ahí en el lienzo, y que para expresarla y en
tenderla la exteriorizamos, la pintamos. Imagino que Mariana siente un placer, una necesidad, y que por eso le entusiasma trabajar con pintura. Quizá en ese punto no supe o no me enteré qué tan consciente fue Mariana de ese intercambio.
[Tomás Alzogaray interviene y aclara.] Yo creo, como conozco a Mariana y veo que ella tiene conciencia de qué hace y qué no hace, que ella puede reconocer cuál es su cuadro y cuál no. Tiendo a suponer que sí se dio cuenta de que en ese cuadro pasó algo distinto. Yo creo que hay un momento de creencia donde lo racional tiene un punto final, ¿no?
[Arturo continúa.] Al final de cuentas, eso es lo bonito, el punto de la expresión y la convicción, el diálogo y la cuestión de la sensibilización a través de este tipo de ejercicios.
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Autor: Mariana Orozco
No sabemos bien si Mariana mira al sol porque éste le habla, o es que su luz la inspira para luego hacerse rayos de color sobre el lienzo.
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Autor: Martha Duarte
Autor: Gloria Cruz
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Autor: Gloria Cruz
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Autor: Luis Antonio Palma
Autor: Willy Dewit González
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Autor: Jeremy Rodríguez
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Autor: Rafael Camacho
Autor: Martha Duarte
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Autor: Luis Antonio Palma
Autor: Marina Wernikoff
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El arte va más allá de su tiempo y lleva parte del futuro.
Wasily Kandinsky
Luis Antonio Palma / Gustavo Monroy
[Gustavo comenta su acercamiento a la obra de Luis.] El dibujo que intenté intervenir era en principio para mí un dibujo elaborado, perfecto, no había más que hacerle. Se trataba, creo, de un personaje de las caricaturas que este niño había interpretado a su manera. Había ocupado todo el formato del cuadro o una gran parte de él. Mi trabajo no tiene que ver nada con ese mundo infantil. Mi trabajo dista mucho de esas referencias, de esa paleta, ese color e inocencia. Entonces, el principal problema fue cómo abordar un dibujo que ya desde mi punto de vista estaba terminado y perfecto, pero que había que intervenir para darle un valor y así ayudar a una causa.
A lo primero a lo que me enfrenté en el proceso fue a mi niño interior. Tampoco es que tuviera que intervenir el cuadro con cosas formales, serias y cercanas a mi discurso cotidiano, que tiene que ver con temas como la violencia, cosas más fuertes, porque no quería contaminar con eso el trabajo. Así que hay que intervenirlo y traté de ponerme en la piel de ese niño. No quise elevar el dibujo del niño a una cosa superior; por el contrario, me quise poner en el lugar del niño con humildad, con
toda la admiración y todo el respeto a ese dibujo que yo veía ya acabado. El niño hizo un trabajo perfecto, los niños hacen trabajos perfectos. Tú le das a un niño tres colores y le dices que pinte una casa, y entonces él pinta una casa preciosa.
Había que trabajar con delicadeza, como diciendo “ahí está tu dibujo, no lo he roto, no lo he manchado, no lo he borrado, pero ahí te va mi travesura”; porque era como hacer una travesura en ese “ahí va mi cartita para ti”.
Lo que tuve que hacer fue olvidarme de todas mis representaciones intelectuales, de toda mi información y de todo mi trabajo formal, y jugar con el trabajo del niño, jugar con él como si él estuviera conmigo y yo le dijera: “¿Qué herramientas te gustan?, ¿qué le ponemos a tu dibujo?, ¿qué sigue?” Pero para hacer eso tienes que olvidarte de quién eres tú y jugar. Como artista cuesta mucho trabajo volver a ser niño y recuperar esa visión del mundo. Yo reviso los dibujos de los niños con el afán de lograr esa frescura. Ahora, si me piden intervenir el dibujo de un niño para ayudarlo, trato de hacerlo sin despojarlo de su naturalidad.
Título: Hormigas Autores: Luis Antonio Palma /
Gustavo Monroy Dimensiones: 60 x 90 cm
Técnica: Óleo y acrílico
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[Gustavo comenta si le hubiera gustado tener información sobre la persona que pintó el lienzo.] Para mí fue mejor no saber cuál era la limitación del niño o qué tan difícil fue para él elaborar el dibujo, porque independientemente de sus características, seguía viendo el dibujo como algo perfecto. Él me mandó un mensaje en una botella y adentro de su mensaje yo le mandé otro. Los niños dibujan y representan su mundo, quieren decir algo, así que lo recibes como un mensaje. Cuando vemos a los niños dibujar, nos están diciendo cómo ven el mundo de los adultos y el mundo de los niños.
Traté de ver este ejercicio con sentido del humor. El niño me dirigió un mensaje con un personaje —mis amigos me dijeron que era Homero Simpson— que a él le pareció interesante representar, que quiso enviar… Así, me mandó un telegrama sin acabar y yo terminé su telegrama. Es como mandar un saludo esperando como respuesta otro saludo, aunque de otra manera; no se trata nada más de un saludo al vacío, sin eco; el dibujo es como darle un eco al mensaje, regresarle parte de su sonido.
Pareciera que ya no establecemos comunicación más que por internet. Ya no platicamos en un café ni nos vemos a los ojos cuando hacemos una pregunta y lanzamos una respuesta. Este dibujo es el pretexto para responder esas cartas que se mandaban anteriormente, y al mismo tiempo da continuidad al sentido de colectividad: ¿para qué sirve hacer grupos?, ¿para qué sirve pensar en el
otro?, ¿qué puedes ser tú? Yo sé que los niños tienen características especiales, pero somos igual de frágiles como seres humanos. No perder el sentido de la fragilidad es lo que, creo, nos permite establecer esos diálogos.
La forma en que trabajamos nos hace vivir en una isla. Tomo las oportunidades como ésta con mucha alegría porque me recuerdan que mi obra puede servir de ayuda para algo o alguien y ser vital en un momento dado. Este proyecto me recuerda que yo, aquí encerrado en mi taller, puedo ayudar aun estando aislado.
[¿Crees que este tipo de experiencias es sólo para ayudar a otro o también te enriqueció a ti?] Sí, también a mí esta experiencia me sirvió, ¡claro que sí! En principio porque como pintores o productores estamos siempre como inmersos en nuestra visión y nuestro trabajo, cerrados, viendo nuestro discurso personal o qué queremos decir. Y ésta es una opción de ver a otro lado, recordar nuestras cosas y abrirse un poco más. Es que no solamente hago esto para ayudar, sino también me está ayudando a mí, me está ofreciendo la oportunidad de hacer algo diferente. Fue algo mutuo, una colaboración, lo vi con mucho respeto y traté de continuar su discurso.
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Autor: Luis Antonio Palma
Autor: Luis Antonio Palma Luis es un descarado, como salido de unatira animada, pero esta misma condición(y cuando confluyen los astros) da comoresultado una originalidad que no tienelímite, como la galera de un mago.
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El arte es lo que dejas salir.
Andy Warhol
Jeremy Rodríguez / Javier Gutiérrez
[¿Por qué aceptaste trabajar en este proyecto?] Anteriormente ya había trabajado con otros niños y me pareció interesante la propuesta y, por qué no, involucrarme desde otro lugar con los chicos. Lo que yo hacía era impartir un taller, pero no participaba directamente con la obra. En este proyecto me pareció interesante participar con los chicos desde el lugar del artista y verlos en otro rol. Me pareció fantástico intervenir la obra de alguno de ellos. Es como este juego en el que se deja una frase inconclusa y se retoma su última letra para iniciar la frase siguiente. Se trataba, de alguna manera, de un desafío.
[Sobre el acercamiento a la obra de Jeremy.] Mi obra es algo irónica y sarcástica. Cuando recibí el cuadro, en el que había una ballena, pensé en una pesadilla. Podía ser la pesadilla de Pinocho tragado por una ballena. Así, dentro de la línea plástica de la pintura, vi eso, a Pinocho atormentado, como un personaje que tiene una pesadilla: una gran ballena azul pintada muy salvajemente. A los costados incluí detalles de paisajes marinos: se ve un
coral y, en la otra parte, unas piedras, un mar oscuro y un cielo gris como de tormenta.
[¿Crees que en los trazos de los chicos se plasma algo de sus vivencias?] Cuando recibí la obra ya había ahí algo plasmado. Es muy difícil explicarlo: vos estás un rato con los chicos en el taller y hay veces que tenés una cosa superlinda con ellos, o llegas y te tocan unos días muy difíciles y estás viendo lo duro de la vida. Muchos de ellos tienen una vida también difícil por la condición que enfrentan; a mí sí me afectaba verlos en esas circunstancias. Cuando recibí esta obra no pensé hacer algo naíf, con colorcitos, una cosa como superflua. Pensé en el lado complejo y duro de la vida que llevan los chicos.
Cuando vi la ballena que me llegó, no era una ballena como la que pueden pintar los alumnos de un colegio regular, que hacen la ballenita sonriendo, como estereotipada, digamos. Esto era algo distinto.
Yo conozco a los chicos del Centro, y como ya esa obra venía con mucha carga, entonces no traté de maquillarla ni ponerme a pintar florecitas alrededor o decorarla y alivianarla.
Título: La pesadilla de Pinocho Autores: Jeremy Rodríguez /
Javier Gutiérrez Dimensiones: 90 x 60 cm
Técnica: Óleo y acrílico
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Lo que hice fue tratar de seguir la corriente e involucrarme desde mi lugar, como soy; sentí que recibí una obra que traía una carga importante, y de ahí traté de continuar.
Apenas llego a la exposición, Jeremy me ve y yo la saludo. Me mira fijo y me agarra la mano. Me empieza a llevar, a sacar del evento. Me llevó a la barra, porque lo que quería era una coca cola y sabía que conmigo podía.
[Retroalimentación.] Esta experiencia dejó algo muy profundo en mí. Me sentí muy cómodo con
Jeremy, y creo que el proceso abrió una puerta, un disparador. Acá pasó algo interesante que quiero seguir trabajando por mi cuenta. Terminó el proyecto y se hizo la exposición de los chicos, pero yo me quedé con algo. No se trató de un ejercicio que llegó hasta aquí y murió, sino de una experiencia que removió algo interesante en mí y que disparó otra cosa; eso fue lo que me dio gratificaciones.
En algún momento me cuestioné si realmente estaba enseñando algo y el sentido de eso. Creo que sí debemos incluir a estas personas por el simple hecho de ser seres humanos, aunque no me cuestiono mucho más allá de eso.
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Autor: Jeremy Rodríguez
Divertida y audaz, Jeremy tiene una actitud que a muchos artistas nos gustaría poseer: es un tanquecito que cuando arremete su tela no tiene miedo alguno, su potencia creativa en esos momentos es como la de un pequeño gran elefante.
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Michelle Manzano / Gabriel Macotela
[Gabriel comenta su interés en el proyecto.] Acepté participar en este proyecto porque es una belleza, no hay artista que no quiera colaborar con eso… La realidad, la belleza y la fuerza en la situación de estos niños, ¿quién se puede negar a eso? La honestidad es de ellos, la belleza es de ellos: cómo son, cómo piensan, es algo que no vamos a entender pero creo que lo expresan. Uno aprende a ver esas formas de expresión. Me costaba mucho trabajo intervenir la obra de Michelle porque me daba cierto pudor. Pero la idea de conjuntar las dos cosas es preciosa. El resultado no es la gran pintura o el gran arte, pero no tiene que ver con eso, sino con una naturalidad que uno intenta seguir.
[Sobre el trabajo con la obra.] El proceso fue muy complejo, filosófica y estéticamente, porque se trataba de respetar esa naturalidad mágica, extraordinaria y bella. Creo que de por sí la pintura es, dentro de las artes, la expresión menos intelectual, la más gestual, la más salvaje.
Cuando éramos niños todos pintábamos. No hay niño que no pinte, nada más que algunos se-
Pinta como quieras y muere feliz.
Henry Miller
guimos haciéndolo. No puedo definir la emoción que me da ver unas manchas que parecen incongruentes pero que no lo son. Hay que seguirlas, seguir su forma de expresión. Traté de hacerlo naturalmente y no pensar tanto. Cada quien concibe las cosas de modo diferente, hay quienes quieren intelectualizarlo y quienes no. Yo no quise intelectualizar el trabajo, sólo verlo y trabajar encima, respetar lo que decía y seguir el contorno de las manchas. No creo que sea más complicado que eso ni tiene que serlo.
Pertenezco a una escuela que se basó mucho en el Art Brut, en Jean Dubuffet, que observaba dibujos de niños, de locos, de changos… Me encuentro cercano a esa dislógica, a esa otra forma. Su enseñanza influyó en miles de pintores del mundo con su manera de observar y de retomar, no tanto la estética, sino la forma pura, bruta. Creo que el pintor debería tomar cada día más esa actitud o filosofía.
[¿Te parece que este proyecto tiene implicaciones en lo político o social?, ¿eso tuvo que ver con tu decisión de participar?] Por supuesto, esta iniciativa tiene implicaciones sociales y políticas.
Título: Con cariño para Michelle Autores: Michelle Manzano /
Gabriel Macotela Dimensiones: 60 x 90 cm
Técnica: Óleo y acrílico
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He participado en varias ocasiones en cuestiones sociales, por ejemplo, he dado clase a artesanos, a indígenas, a chavos banda… Me parece que todas las actividades que el hombre desarrolla tienen que ver con la política, en el buen sentido de la palabra, no con el abuso ni en el horror, sino con el compromiso social. Es tan complejo el mundo ahora... Considero que siempre he estado del otro lado, más salvaje, pero en el buen sentido de la palabra; un lado no destructivo, como estamos ahora como sociedad, sino en una postura que defiende la naturaleza, que aborrece el abuso del poder. Soy una especie de indignado en ese sentido.
Lamentablemente no estoy tan enterado del tema de la discapacidad. Quisiera conocer más a fondo su realidad; me gustaría conocerlos más en lo cotidiano, en todo. Se me hace una labor importantísima la del Centro y muy necesaria. Creo que ustedes son los que saben de esa temática y nosotros somos quienes debemos colaborar.
[Sobre la inclusión.] Tú sabes bien que estamos luchando por eso, y esta propuesta es una de las pequeñas luchas para esa inclusión, ¿verdad?
Ojalá uno tuviera la naturalidad con que trabajan esos niños y jóvenes.
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Autor: Michelle Manzano
Michelle es como un pincel, pero tengo una amiga que dice que es como una brocha.
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Con frecuencia los cuadros son más auténticos que la realidad.
Oskar Kokoschka
Rafael Camacho / Héctor Vázquez
[Héctor comenta sobre su retroalimentación en el proyecto.] Esta experiencia fue cautivante porque como artista pierdes las referencias, siempre pierdes tierra porque el tuyo es un trabajo solitario, egoísta, en el que te olvidas de todo y nadie te dice nada. Así que de repente involucrarse en el trabajo con alguien más es una prueba en la que te cuestionas cómo participar si ya está todo hecho o si participar y hacer lo que sea. Pero en realidad está hecha la mitad, y entonces hay que ver qué agregar, cómo equilibrar el trabajo, cómo armonizarlo y combinar los dos estilos.
[El acercamiento a la obra.] Tuve el cuadro frente a mí por un tiempo, viéndolo, hasta que hice mi parte justo dos días antes de que pasaran por él. Como ejercicio estuvo bien. El proceso fue rápido, porque ya cuando comencé, todo fluyó, aunque antes de eso me pasé semanas viéndolo: lo sacaba y lo volvía a meter, ¡y ya se iba acercando la fecha!
Intenté armonizarlo de acuerdo con mi concepto y lo que hago. Me gustó el resultado. En el
proceso buscas meter lo otro dentro de tu composición o tú meterte en ella.
[¿Se podía intuir la discapacidad al observar la tela?] Cuando vi el cuadro jamás imaginé que la persona que lo hizo tuviera alguna dificultad; por el contrario, lo vi muy bien, con los colores explosivos, pero bien. Y cuando conocí a Rafa, no se veía nada atorado; al contrario, luce desatorado, no se ve con discapacidades. ¿Esa era la broma, no? En dado caso, también yo me vi limitado cuando vi el cuadro y me pregunté “¿qué le hago?” Cuando vi a Rafa vi en él la explosión, ¡los colores!, nunca pensé ver algo así, era muy lindo, muy natural.
[¿Hay arte de las personas con discapacidad?, ¿cuando piensas en discapacidad, piensas en arte?] Lo que pienso es que se desarrollan otros sentidos. Si yo no puedo con la derecha, tal vez puedo con la izquierda; tal vez no puedo hacer esto, pero puedo hacer otras cosas. No hay ni más ni menos. Hay diferencias entre las personas, pero en la vida se agrede a quien piensa distinto.
Hay que ver si los niños no pueden expresarse, y entonces ofrecerles instrumentos.
Título: Euforia cromática Autores: Rafael Camacho /
Héctor Vázquez Dimensiones: 90 x 60 cm
Técnica: Óleo y acrílico
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Hay que buscar dónde se encuentra su lenguaje, si en un acorde, en un color o una seña. Hay que darles miles de herramientas para que se sientan seguros.
[Modificaciones al proyecto, nuevas propuestas para el futuro.] Me hubiera gustado trabajar con Rafa al mismo tiempo o hacer otro proyecto porque ya lo conocía y me cayó bien. En él se ve esa explosión de colores, por eso me gustaría que coincidiéramos en un taller o invitar a los niños a hacer un trabajo aquí en el mío.
[Karina Chowanczak interviene y aclara.] Cuando pensamos hacer este proyecto tomamos varias decisiones, por un cuidado de los niños y jóvenes. Una de ellas fue que los artistas no supieran mu
cho acerca del niño o del joven, para evitar condicionamiento y prejuicios. La idea era trabajar con personas con la misma necesidad de expresión a través de la pintura. A todos ellos los elegimos por su compromiso y placer por la pintura, es decir, no fueron elegidos arbitrariamente, sino que se trata de niños y jóvenes que asisten a un taller de plástica y a quienes les interesa esa actividad. También creemos que construir las relaciones lleva un tiempo, así que nos parecía interesante que después de la primera aproximación los artistas, si tenían el deseo y las ganas, pudieran generar algo nuevo.
Nadie es especial, o todos somos especiales de alguna manera. Todos tienen cualidades, y hay que brindar opciones y espacios para desarrollar esas cualidades.
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Autor: Rafael Camacho
Tic-tac, tic–tac, y no pasa nada; tic-tac, tic-tac. De pronto, sin previo aviso, con sus lentes azul claro, ¡boomm!, la explosión de Rafa o Rafius y todo se vuelve un arrebato de color tras su paso, como un tsunami de pintura.
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Martha Duarte / Antonio Gritón
[Antonio comenta el interés que sintió por el proyecto.] Decidí participar porque me pareció un proyecto equilibrado y bien estructurado: te damos un cuadro, lo pintas, lo vendemos, te pagan a ti, al niño y un porcentaje es para el Centro. Esa parte fue muy clara, fue muy importante para involucrarme. Por otro lado, la propuesta se me hizo mágica, porque no todos estamos relacionados con niños con discapacidad o problemas del desarrollo y muchos no tenemos la más remota idea de lo que es tener un problema así. Quizá no lo hemos tenido en la familia, entonces la única información proviene de las películas. Pero en las películas el tema es un poco matizado y nada más se ve la parte bonita de los problemas. Por ejemplo, para mí el niño con autismo es el niño de la película de Bruce Willis.
Además, el proyecto es una idea totalmente rara, en el sentido de que lo normal es que te pidan un cuadro para donar o pintar con una temática determinada. Por eso me pareció interesante la propuesta. Es muy distinto de lo que se suele plantear. En este proyecto sientes que vas a estar por dentro y no por afuera.
El arte es un modo de aprehender aquello que de otro modo es imposible captar, que excede de la experiencia humana.
Marc Chagall
[Antonio cuenta cómo fue su acercamiento a la obra de Martha, su intervención y su aprendizaje en el proyecto.] La primera impresión que tuve del cuadro que recibí era que había en él un estilo muy parecido al mío. Muchas veces partes de algo abstracto y elaboras una pintura; eso te da una libertad rara a la hora de estar trabajando (por ejemplo, al decidir ponerle los rayos de los ojos, porque finalmente es una cosa que le da todo un sentido al cuadro). Después un cuate me lo hizo notar: había una cosa muy rara en mi pintura, porque un niño con autismo ve distinto, y ponerlo en el cuadro, más el título, es muy fuerte; no se trató de esconder el problema, sino de potenciarlo y sublimarlo.
Me expresé sobre la tela a partir de lo que ya había en ella. Fue un trabajo muy meticuloso: respeté lo que pensaba era importante para Martha, porque había un espacio en blanco y pensé que quizás ella quería que yo pintara ahí. En definitiva, no tenía mucha información sobre el autor del lienzo y eso se me hizo muy padre. Ésta ha sido una experiencia importante para mí como pintor, que me ayudó y en la que avancé.
Título: El niño de la mirada superpoderosa
Autores: Martha Duarte / Antonio Gritón
Dimensiones: 60 x 90 cm Técnica: Óleo y acrílico
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La inclusión sería jalarte a ti, que te ayuden a estar donde quieres estar. Puedes estar en una fiesta y estar en soledad, y de repente alguien te mete a vivir la fiesta. Yo recibí esta invitación y me metí, y fue una fiesta divertida.
[¿Hay arte en el resultado del proyecto?] Yo veo dos momentos en este proceso: el de la joven, que para mí es muy confuso porque no supe hasta qué punto hubo una reflexión, una propuesta de ella. En ese primer momento te preguntas si lo que ves es un estilo. La obra de arte tiene muchos momentos; al ser parte de un proyecto, cuando ella lo pintó, ya era arte porque formaba parte de un proyecto. No se trataba de hacer un cuadro y ya, sino que en una etapa posterior, en un segundo momento, los artistas lo continuarían. Fomar parte de un proceso convierte el trabajo en una obra de arte. Martha se metió en un camino donde había una serie de elecciones, algo como lo que empezó a hacer Marcel Duchamps. Él decía: “Voy a exponer. ¡Ah, mira, hay una bicicleta o un orinal!” Desde el momento en que el orinal entró en un proyecto que lo llevó a una galería, el objeto adquirió una categoría de obra de arte. Aquí pasó lo mismo.
[Tomás Alzogaray interviene y pregunta si Antonio Gritón sintió arte antes de intervenirla.] Sí, yo vi arte en la obra antes de intervenirla. Ésta es una discusión difícil, ¿cualquier cosa que haga alguien
es arte? No es el propósito del proyecto, pero es padre reflexionar sobre ello. Yo no sé de dónde lo saqué, pero cuando vi la obra por primera vez me imaginé un niño sin sexo, no pensé en el sexo pero sí pensé en un niño de unos 8 o 9 años con autismo. Entonces respeté hasta el número de puntos que Martha había hecho, porque como en la película sale algo relacionado con las matemáticas, eso fue algo en lo que me detuve. La información que tuvimos estuvo superbien, quizá si hubiera sabido la edad hubiera abordado la obra de otra forma; no sé, siempre la información te genera actitudes.
A todas las personas hay que impulsarles la creatividad, y cuando aparece la racionalización sobre eso, ya hay arte. Me gustaría volver a participar y explorar otras cosas, darle a los chicos más armas para crear. Este diálogo fue muy interesante, algo muy distinto de la enseñanza. El proyecto en sí fue una obra de arte.
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Autor: Martha Duarte
Con o sin sombrero, con una mirada penetrante y profunda. Cuando plasma los colores, sus pinceladas son tan seguras como su actitud. Martha es una artista de pies a cabeza, con o sin sombrero, siempre al cien por ciento.
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La obra no es lo que uno termina de hacer, sino que la obra es el camino que uno camina.
Andrés Rosales / Tomás Alzogaray
[Genaro Recabarren pregunta a Tomás cuál fue su impresión cuando vio todas las obras en la exposición.] Para mí definitivamente hubo arte ahí. El fenómeno fue fuerte. Cuando vi todas las piezas, el conjunto de todas las obras tenía mucha potencia. Me gustó el discurso que se armó de manera conjunta. Fue algo poderoso, es el tipo de cosas que de alguna manera busco en el arte. Por eso sigo ahí, me parece que es porque me gusta creer que todavía siguen sucediendo cosas que van más allá de algunas explicaciones porque la palabra se queda corta. Lo que yo quiero encontrar es ese acto o esa cosa que te mueve, que te sacude y te moviliza.
Pienso que la exposición fue como un acto performático, con todas esas piezas exhibidas, los artistas, los jóvenes, los adultos, los niños que participaron en la creación de esas obras, sus familias… En algún punto todo eso fue muy conmovedor. Creo que el acto tuvo una fuerza en varias capas, una en la parte plástica pictórica y otra en esa especie de acto performático. Yo sí sentí que ahí se dio una energía colectiva que me movilizó. Para mí, eso es arte.
Anónimo
Siempre me ha gustado trabajar sobre la pintura de alguien más o dársela después, como jugar a los cadáveres exquisitos; me gusta ese juego de compartir.
[Sobre el contenido social del proyecto.] Este proyecto es 100 % político. Creo que hay una acción y una actitud, y hay un hecho que tiene un claro componente político-social: darle visibilidad y voz a uno o varios grupos de personas que están en una situación de marginación. Me parece que también es un acto y un hecho político-artístico, no sólo social-político, porque esta gente propuso algo artísticamente interesante que llama la atención, mueve nuestra curiosidad, nos gusta, nos dice algo, nos revela cosas, nos mueve.
Me gusta utilizar el sistema artístico o la institución artística porque éstos siempre manipulan según sus necesidades, y a mí me gusta manipularlos para otras necesidades. Apoderase de esa institución, como lo hicimos en este proyecto, es un acto que deberían hacer más personas. Me gusta que este trabajo se inserta en espacios de producción artística con artistas reconocidos y equilibra una balanza que carece de una de sus charolas y que siempre va a pesar a los artistas y a nadie más.
Título: s/t Autores: Andrés Mauricio Rosales Aldana
/ Tomás Alzogaray Vanella Dimensiones: 90 x 60 cm
Técnica: Óleo y acrílico
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Entonces, nosotros como artistas decimos “acá hay arte”, y en ese momento hacemos aparecer la otra charola de la balanza y la introducimos. Vamos a decir que es un arte más salvaje, en bruto, pero lo ponemos a jugar, y al hacer ese acto se da visibilidad a un grupo que ni siquiera está en el mapa. Si agarramos un plano de la ciu
dad, las poblaciones marginales están afuera del plano, pero cuando éste se termina, aparecen los lugares que no estaban, esos lugares encerrados como agujeros negros en Google Maps. Darles ese lugar me parece un acto social, político-artístico, muy fuerte; es como una pequeña revolución.
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Autor: Andrés Mauricio Rosales Aldana
Andrés pinta, se ríe, dice no, me mira y vuelve a manchar. Cuando termina, su cara, sus manos, su cuerpo y él mismo se convierten en la mancha.
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11 mensajes que no quedaron en la botella. Reflexiones sobre arte e inclusión,
coeditado por el Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C. y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos,
se terminó de imprimir en diciembre de 2013, en los talleres de GRUPO GRÁFICO S. A. de C. V.,
Leandro Valle 14-C, col. Centro, C. P. 06010, México, D.F. El cuidado de la edición estuvo a cargo de la Dirección
de Publicaciones de esta Comisión Nacional. El tiraje consta de 10,000 ejemplares.
Presidente
Primer Visitador General
Segundo Visitador General
Tercer Visitador General
Cuarta Visitadora General
Quinto Visitador General
Sexto Visitador General
Secretario Ejecutivo
Secretario Técnico del Consejo Consultivo
Oficial Mayor
Director General del Centro Nacional de Derechos Humanos
Raúl Plascencia Villanueva
Luis García López Guerrero
Marat Paredes Montiel
Guillermo Andrés G. Aguirre Aguilar
Yolanda Leticia Escandón Carrillo
Fernando Batista Jiménez
Tomás Serrano Pérez
Nabor Carrillo Flores
Oscar Elizundia Treviño
Jesús Eugenio Uriostegui García
Javier Sepúlveda Amed
Directora del Centro de Atención al Niño y la Familia, A. C.
Karina Chowanczak
Coordinadora del libro
Karina Chowanczak
Coordinador del proyecto
Pasos a la Obra
Tomás Alzogaray Vanella
Karina Chowanczak
Colaboradores
Leticia Piña
Genaro J. Recabarrem
Entrevistas y selección de textos
Karina Chowanczak
Tomás Alzogaray Vanella
Genaro J. Recabarren
Reflexiones sobre arte e inclusión
11 mensajesque no quedaron en la botella
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ella. Reflexiones sobre arte e inclusión
a la obra