Karl Mannheim - Ideología Y Utopía

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  • 5/11/2018 Karl Mannheim - Ideolog a Y Utop a

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    Prirnera edicion en aleman,Segunda edicion en ingles,Primera edicion en espanol,Scgunda cdicion,

    Primera reimpresion,

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    KARL MANNHEIM

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    Ideologia y Utopia. \' (_;! I (_Introduccion a la sociologia del conocimiento

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    EstudioPreliminarpor

    Louis Wirth

    Traducci6nde

    SALVADOR ECHAVARRIA

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    48 CONSIDERACIONES PRELIMINARESactitud no valoradora, y c6mo la verdadera ontologia del concepto estaimplicada en sus cambios hist6r icos, los cuales pasan casi inadver tidos.

    La Parte III se ocupa del problema de la politica cientifica: dc6-mo es posible una ciencia polit ica frente al caracter ideol6gico inherentea todo pensamiento? A este respecto, se hara un intento por resolverernpiricamente un importante ejemplo de analisis del sentido de unconcepto, siguiendo las trazas de la sociologia del pensamiento. Semostrara c6mo los conceptos de teoria y practica difieren en losvocabularios de diferentes grupos, y c6mo esas diferencias en los usosde un vocablo surgen de las posiciones de diferentes grupos y se lespuede comprender por medio de una consideraci6n de sus diferentessituaciones.

    La Parte IV tratara de la "Mentalidad ut6pica", y analizara elelemento utopico en nuestro pensamiento y experiencia. Se tratara deindicar, con referencia a unos cuantos casos tipicos, con que amplitudlos cambios en el elemento ut6pico de nuestro pensamiento influyenen los fondos de referencia que usamos para ordenar y valorar nuestrasexperiencias, y como puede refe rirse a movi rnientos soc iales e l origende semejantes cambios.

    La Parte V ofrece un surnario sistematico y una visi6n genera lde la nueva discipl ina de la Sociologia del Conoc imiento .

    II. IDEOLOGIA Y UTOPIA1. Definicion de Conceptos

    Para comprender la actual situacion del pensamicnto es precisoempezar por los problemas de la "ideologia". La mayoria de la gentecree que el termino "ideologia" esta intimamente ligado con el mar-xismo, y esta asociacion determina en gran parte sus reacciones anteese vocablo. Por tanto, es preciso, ante todo, as en tar que, aunque elmarxismo contribuy6 mucho en el planteo del problema, tanto lapalabra como su significado se remontan mas alla del marxismo, ydesde la epoca en que este apareci6 nuevos significados de la palabrahan surgido y han adquirido una forma independiente de dicha doc trina.

    No hay mejor introducci6n al problema que el analisis del ter-mino "ideologia": en primer lugar, tenemos que desentraiiar los dife-rentes matices de significado que se han mezclado aqui en una pseu-dounidad, y una determinaci6n mas precis a de las variaciones de lossignificados del concepto, tal como se le emplea ahora, allanara elcamino al analisis sociologico e hist6rico de el. Ese analisis mostraraque, en general, hay dos sentidos distintos y separados del termino" ideologfa" -uno par ticular y, el ot ro, total -.

    El concepto particular de "ideologla" implica que el termincexpresa nuestro escepticismo respecto de las ideas y representacionesde nuestro adversario. Se considera a estas como disfraces mas 0men o s conscientes de la verdadera naturaleza de una situaci6n, puesno podria reconocerla sin perjudica r sus intereses. Tales deformacionesabarcan todo el camino que media entre las mentiras conscientes, lassemiconscientes y las involuntaria s di simulaciones; entre los intentosdel iberados para engai iar al pr6 jimo y el engaiio de uno mismo. Estaconcepci6n de la ideologfa, que s610 gradualmente se ha ido diferen-ciando de la noci6n cormm y corriente de la mentira, es particularen muchos sentidos. Su particularidad se vuelve patente cuando laoponemos al concepto total mas amplio de ideologia. Nos referimosaquf a la ideologia de una epoca 0 de un gropo hist6ricosocial con-creto, por e jemplo, de una clase, cuando estudiamos las ca racteri st icasy la composici6n de la total estructura del espiritu de nuestra epocao de este grupo.

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    50 IDEOLOGIA Y UTOPIALos elementos comunes a estas dos concepciones y los que las

    diferencian son por sf evidentes. EI elemento comun a ambos parececonsistir en el hecho de que ninguno confia en 1 0 que dice. el adver-sario para comprender su verdadero significado e intencion.! Ambosse apartan del sujeto, ya sea individuo 0 grupo, y tratan de cornpren-der 10 que se dice por el metodo indirecto del analisis de las con-diciones sociales del individuo 0 de su grupo. Las ideas expresadaspor el sujeto se eonsideran en tal forma como funciones de su exis-tencia. Esto significa que las opiniones, las afirmaciones, las propo-siciones y los sistemas de ideas no se aceptan por su valor aparente,sino que se les interpreta a la luz de la situaci6n vital de aquel quelas expresll;t.,Significa, ademas, que el caracter especifico y la situacionvital del sujeto ejercen una influencia sobre sus opiniones, sus percepciones y sus interpretaciones.

    Estas dos concepciones de ideologia, hacen, por 1 0 tanto, de esasllamadas "ideas", una funci6n de la persona que las sostiene, y desu posici6n en su medio social. Pero aunque poseen algo en comun,existen entre ellas ciertas diferencias bien marcadas. Mencionaremosunicamente las mas importantes:

    a) En tanto que el concepto particular de ideologia designa solouna parte de las afirmaciones del adversario con el nombre de ideo-logias -y esto, unicamente en cuanto se refiere a su contenido- elconcepto total pone en tela de juicio toda la concepcion del mundo(inclusive su aparato conceptual) del adversario y se esfuerza encomprender dichas concepciones como un producto de la vida co-lectiva en que participa.

    b) EI concepto particular de "ideologia" analiza las ideas desdeun punto de vista meramente psicologico. Si se pretende, por ejemplo,que un adversario esta mintiendo, 0 que esta ocultando 0 deformandodeterminada situacion real, se acepta, sin embargo, que ambas partescomparten criterios comunes de validez; se supone asimismo que esposible refutar las mentiras y cegar las fuentes de error al referirsea criterios reconocidos de validez objetiva, comunes a arnbas partes.La sospecha de que el adversario es victirna de una ideologfa no llegahasta el punto de excluirlo de la discusion, euya base habra de ser

    1 Si la interpret ac i6n descansa unicamente en aquel lo que rea lmente se dice,habla remos de una "in te rpre tacion inmanente": si t ra sc iende estos datos , e i rnpl icapor t anto un anal is is de la si tuac i6n vita l del su je to , habla remos de una "in tc rpre -t ac i6n t rascendente" . Se hal la ra una t ipologia de estas var ias formas de interpre-tacion en la obra del autor: Idcologiscllc und Soziologische Interpretation dergeistigen Gebilde, publicada en lahrbuch. fiir Soziologie, vol . n (Karl sruhe, 1926) ,p. 424 63.

    DEFINICION DE CONCEPTOS 51

    un marco te6rico comun de referencia. Algo muy diferente ocurrecon el concepto total de ideologia. Cuando atribuimos a determinadaepoca hist6rica un cierto mundo intelectual y a nosotros un mundodistinto, 0 si cierto grupo social; determinado hist6ricamente, piensaen categorias distintas de las nuestras, nos rcferimos, no a los casosaislados del contenido del pensamiento, sino a sistemas de pensamientodivergentes y a modalidades de experiencia y de interpretaci6n pro-fundamente diferentes.Tocamos el punto de vista teorico 0 noologicocuando consideramos no solo eI eontenido, sino la Iorma, y aun laarmazon conceptual de un modo de pensamiento como funcion dela situacion vital de un pensador. "Las categorfas economicas sonmeras expresiones teoricas, meras abstracciones de las relaciones 50 -ciales de producci6n... EI mismo hombre que establece relacionessoeiales de acuerdo con su productividad material, produce tambienprincipios, ideas, categorlas que estan de acuerdo con sus relacionessociales" (Karl Marx, Mi se ri a d e la Filosoffa). Tales son la s dos manerasde analizar las afirmaciones, como funciones de su fondo social; laprimera aetna en el plano psicologico, la segunda, en el noologico.

    c) En relaci6n con esta diferencia, Ia concepcion particular deideologia se aplica principaImente a una psicologia de los intereses,en tanto que Ia concepcion total emplea un analisis funcional masformal, sin referencia alguna a las motivaciones, concretandose a unadescripcion objetiva de las diferencias estructurales de las mentalida-des que operan sobre una base social diferente. La primera aceptaque tal 0 cual interes es causa de determinada mentira 0 de determi-nado engafio. La segunda presupone sencillamente que existe unacorrespondencia entre determinada situacion social y determinadaperspectiva, punto de vista 0 masa aperceptiva. En este caso, si elanalisis de complejos de intereses puede ser a menudo necesario,no 10 sera. para establecer relaciones causales, sino para caracterizarla situaci6n total. Asi, pues, el interes de la psicologfa tiende a serdesplazado por un analisis de la situacion que se trata de conocer yde las formas del conocirniento.

    Ya que el concepto particular se basa, en realidad, en el planopsicol6gico, cl punto de referencia en semejantes analisis es siempreel individuo. Tal es el caso aun cuando se estudian grupos, puestoque todos los fen6menos psiquicos se reducen, al fin y al cabo, a laspsiques de los individuos. Es cierto que el termino "ideologia degrupo" se suele emplear en los discursos populares. Presencia del gru-po, en ese sentido, 5610 puede significar que un grupo de personas,ya sea en sus reaceiones inmediatas a la misma situacion, ya sea comoresultado de una interaccion psfquica directa entre ellas, reacciona

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    en forma parecida. Por tanto, condicionadas por la misma situaci6nsocial, estan sujetas a las mismas ilusiones. Si concretamos nuestrasobservaciones a los procesos mentales que ocurren en el individuoy 1 0 conside ramos como el unico portador posible de ideologias, nun-ca lograremos comprender en su totalidad la estructura del mundointelectual en que un grupo social vive en determinada situacionhistorica, Aunque esc mundo mental, como el todo que es, no podraexistir sin las experiencias y las fecundas respuestas de los diferentesindividuos, no es posible encontrar su estructura interna en una meraIntegracion de esas experiencias individuales. Los miembros individualesde las c lases traba jadoras, por ejemplo, no perciben todos los elemen-tos de una perspectiva a la que se pod ria llamar una concepcion delmundo proletaria. Cada individuo par ticipa s610en ciertos fragmentos deeste sistema de pensamiento, cuya totalidad no es en modo algunola mera suma de esas experiencias individuales fragmentarias. Encuanto constituye una totalidad, el sistema de pensamiento esta in-tegrado sistematicarnente, y no es meramente una confusi6n accidenta lde experiencias fragmentarias de los miembros del grupo, considera-dos aisladamente. Asi, pues, el individuo s610 puede concebirse comoportador de una ideologfa mientras se trate de aquel concepto deideologfa que, por definicion, se aplica mas bien a contenidos sepa-rados que a la entera estructura del pensamiento, y que descubrefalsos caminos de pensamiento y revela las mentiras. En cuanto seemplea el concepto total de ideologfa, tratamos de reconstruir todala vision de un grupo social, y ni los individuos concretos, ni la sum aabstracta de todos ellos, pueden legitimamente considerarse como losporta do res de ese sistema ideol6gico de pensamiento, consideradocomo totalidad. EI objeto del analisis, desde este punto de vista,consiste en reconstruir la base te6rica sistematica que yace bajo losjuicios singulares de cada individuo. Los analisis de las ideologias,en el sentido particular, que hacen del contenido del pensamientoindividual algo que depende en gran parte de los intereses del sujeto,nunca logran realizar esa reconstruccion basica de toda la vision deun grupo social. Pueden, cuando mucho, revelar aspectos psicocolec-tivos de la ideo logia , 0 conducirnos a c ierto desarrollo de la psicologiade las masas, estudiando ya sea el comportamiento diferente delindividuo en la muchedumbre, 0 los resultados de la integraci6n a lamasa de las experiencias psiquicas de muchos individuos. Y aunqueel aspecto psicocolectivo puede con harta frecuencia encarar los pro-blemas del analisis ideologico total, no resuelve esos problemas conexactitud. Una cosa es saber hasta que punto mis actitudes y juiciosse hallan influidos y alterados por la coexistencia de otros seres hu-

    DEHNICION DE CONCEPTOS 53manes, y otra el saber cuales son las implicaciones te6ricas de mimodo de pensar, identicas a las de mis compaiieros de grupo 0 declase.

    2. El Concepto de ldeologia en la Perspectioa Hist6ricaAs! como es posible distinguir la concepcion particular y la total

    de ideologia basandose en las difercncias de scntido de la palabratambien se pueden diferenciar los origcnes hist6ricos de ambas, aun-que en realidad sicmpre estan mczclados. No se ha estudiado aunen forma sa tisfac tori a el desarrollo historico del concepto de ideologia ,ni tam poco la historia sociol6gica de las muchas variaciones 2 de susignificado. Aun si estuvieramos capacitados para hacer ese estudio,no formaria parte de nuestro programa, para los fines que persegui-mos, el escribir una historia de los cambiantes sentidos del conceptode ideologia. Nuestra meta consiste sencillamente en exponer loshechos que constituyen pruebas dispersas y muestran claramente ladistincion que existe entre los dos terminos, tal como se la ha esta-blecido en el capitulo anterior; y en definir el proceso que condujogradualmente al sentido mas fino y especial que dichos terminos han ad-quirido. En relacion con el doble sentido del termino ideologia, quedesign amos aqui con los nombres de concepci6n particular y con-cepc i6n total, re spectivamente, exi sten dos corrientes di st intas de des-arrollo hist6rico.

    La desconfianza y el recelo que los hombres experimentan siem-pre para con sus adversarios, en cualquier etapa de desarrollo hist6-

    2 Como bibliografia parcial del problema, el autor indica las sigulentesobras suyas:Mannhcim, K., Das Problem einer Soziologie des Wissens, en Arehiv fur So-

    z ialwissenschaf t und Sozialpol it ik , 1925 , vol. 54.Mannheim, K., Ideologische und Soziologische Interpretation der Geistlgen

    Cebildc, en lchrbucii fur Soziologie, editado por Gottfried Salomon, II (Karlsruhe,1926), pag. 424 ss.Se podra consult ar con provecho:Krug, W. T., Aligemeines Handuiorterbucli der philosophischen Wissen-

    schaiten nebst ihrer Literatur und Ceschichie, 2~ ed. , Leipz ig , 1833.Eisler, Philosophisches W iirterbuch,Lalande, Yocabul aire de la philosophic (Paris, 1926).Salomon, G., Historischer Materialismus und ldeologienlehre, en lahrbucli fur

    Soziologie, II, P: 386 ss.Ziegler , H . 0 ., Ideologienlehre, en Archio fu r Sozia lw is senscha ft und Sozia lpo-

    litik, vol. 57, P: 657 ss.La mayoria de los estudios de ideologia no intentan hacer un analisis sis-tematico y se concretan por 10 general a citar referencias his t6ricas 0 a fonnular

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    54 IDEOLOGIA Y UTOPIArico, pueden considerarse como los precursores inmediatos de la n?-ci6n de ideologfa. Pero s610 cuando la desconfianza del hombre haciael hombre, que es mas 0 menos evidente en cualquicr etapa de lahistoria humana, se reconoce explicita y metodo16gicamente, podemoshablar propiamente de un matiz ideo16gico de las opiniones ajenas,Alcanzamos en tal forma un nivel en que ya no hacemos personalmenteresponsables a los individuos de los errores que descubrimos en susideas, y en que no atrihuimos el mal que causan a su/, astuta per-versidad. S6lo cuando nos esforzamos, en una forma mas 0 menosconsciente, por descubrir el origen de su falta de veracidad en unfactor social, damos propiamente una interpretaci6n ideo16gica. Em-pezamos a considerar las ideas de nuestro adversario como ideologias610 cuando dejamos de considerarlas como mentiras descaradas ycuando percibimos en su total comport~miento una. aus~ncia d~ fun-damento que consideramos como funcI~n de la S.ltu~:16n social enque se halla. El concepto particular de ideologia slgnlllCa, por tanto,un fen6meno intermedio entre una Simple mentira, en un polo, y unerror que es resultado de un con junto deformado y defectuo~o deconceptos, en el otro. Se refiere a una_esfera. de errores, de I.ndolepsicolcgica, que, a diferencia del engano dehbera~o, no son l.nten-cionales, sino que se derivan inevitable e involuntanamente de ciertosdeterminantes causales.

    Seglin esta interpretaci6n, la teoria de los idola de Bacon puedeconsiderarse hasta cierto punto como precursora del concepto modernode ideologia. Los "idol;s" eran "fastasmas" 0 "preconcepciones", yeran, como sabernos, los idolos de la tribu, de 1a caverna, del mer-cado y del teatro. Todos elIos eran Fuentes de error brotadas a vecesconsidemciones generales. Ci temos, por c jcmplo , los bien conoc idos trabajos deMax Weber , de Georg Lukacs, de Car l Schmit t, y mas rec ientemente :

    Kelson, Hans, Die philosophischen Grundlagen der Naturrechtslehre und derRechtsposltivismus, NQ31 del Vortriige dcr Kant Cesellschait, 1928.

    Las obr as de W. Sombart, Max Scheler y Fr anz Oppenheimer son demasiadoconoeidas para necesitar que se las mencione en detnlle. . . ,En un campo mas ampl io , los siguientes estudios ofrecen especial intercs:Riez1er, K. , Idee und In teresse In de r Politische Geschichte, en Die Dioskuren,

    vol. ill (Munich, 1924).Szende, Paul., Verhullung UM Enthiillung (Leipzig, 1922).Adler, Georg, Die Bedeutung der lllusionen fu r Politik UM Soziales Leben(Jena, 1904).

    Jankelevitch, Du rdle des idees c lans Teco lu t ior : des societes, en Revue philoso-phique, vol. 66, 1908, P: 256 SS.Millioud, M., La formation de l'icUal, ibid, p. 136 ss.Dietrich, A., KriUk de r poUtisclien Ideologien, en Archil) fUr Geschtchte uudPoUtIk, 1923.

    IDEOLOGIA: PERSPECTIVA IUSTORICA 55de la. ~ropia n~turaleza humana, a veces de individuos particulares.Tambien es posiblo atribuirlos a la sociedad 0 a la tradici6n. En todocaso, son obstaculos en el camino del verdadero conocimiento,e Deseguro" e~iste cierta relacior; entre el termino moderno "ideologia"y el terrnino que usaba Bacon para significar una fuentc de error.Adema~, el descubrimiento de que la sociedad y la tradici6n puedenco~vertl:se 4en .fuentes de error es una anticipaci6n del punto de vistasoclOl6g1CO..Sill embargo, no se puede afirmar que exista una ver-dadera relacion, que se pueda trazar directamente en la historia delpensamiento, entre ese concepto y el concepto actual de ideologia.

    Es sumamente probable que la experiencia cotidiana de los asun-tos politicos ~a~a. perrnitido al hombre percibir por primera vez ysometer a un JU!c~ocntICo el elemento ideol6gico de su pensamiento.~urante el Renaclmiento, entre los conciudadanos de Maquiavelo sur-gl6 un nuevo proverbio, que se aplicaba a una observaclon comunen aquella epoca -esto es, que una cosa se piensa en palacio y otra enC D 8 Pasaje ~aracteristico del Nooum Organum, de Bacon, 38: "Los Idolos ylas falsas nociones que han deformado ya el entendi rn iento humano y estanprofundamcnte arraigados en 61 , no s6lo cercan el espiritu de los hombres en talfo rma que su acc~o se. vuelve . diflcil, sino que, aun cuando se logre tal acceso,nos per turbaran . e unpedlI8._nla mstauraci6n de las c ienc ias, a menos que e l geneT"humano, prevemdo del peligro, se precava cuidadosamente contra ellos ." The Phy-sical and Metaphysical Works of Lord Bacon (inclufdos el Advancement of Learn-Ing y el Novum Organum). Editado por Joseph Devey, p. 389. G. Bell and Sons(Londres, 1891).

    4 "Existen tambien fdolos formados por el trato redproco y compaiila delhombre co~ el h.ombre, a los cuales l lamarnos Idolos del mercado, porque provienende la conVlvenCla y asociaci6n de los hombres unos con otro s, pues los hombresconversan , po r medio del lengu.aje, pero las palabr as se forman por volun tad dela mayona, y de la mala e llladecuada formaci6n de las palabras surge unaasombrosa obturac i6n de la mente ." Bacon op cit p 390 /I. 43 VLs tbien 59. ' . .,. ''I . ea e am-

    Sobre e l "Idolo de la tradici6n ", Bacon dice:"El entendim ien to humano, una vez que se ha asen tado alguna p roposici6n(ya, sea porque es genemlmente aceptada y creida, ya sea porque proporciona

    algun p lacer~, obliga a todo 10 demas a p restarle nuevo I lpoyo y con firmaci6n :y aunque exi st an contundentes y abundantes a rgumentos en contra, sin embargo,o n~ los toma en c~e~ta, 0 los desprecia, 0 se libera de ellos y lo s r echaza porm~~l0 de alg~a distincion, con v iolentos y ofensivo s p rejuicios, mejor que sa-criflcar la autondad de su prirnera conclusi6n." Op. cit., ~ 46, p. 392.

    .EI ~e~ho de que existe aqui una Fuente de error queda demotrado por e)pasaJe slguIente:. " EI entendimiento humano no es como una Iuz cruda, sino que admite los

    mat ices de la vol~ntad y de las pasiones, l as cua les determinan su propio s ist ema,pues el hombre siempre esta mas dispuesto a creer aquello que le halaga." Op,cit., 49, p. 393-394. Vease tambien 52.

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    I ,I IIIIII

    y la plaza. ~ E n tal forma se queria expresar el grade cada vez mayoren que el publico tenia acceso a los secretos de la politica. Aqui pode-mos observar el principio del proceso en el curso del cual 10 queantafio habia side unicamente un arrebato accidental de suspicaciay de escepti cismo respecto a las dec laraciones publ icas, se desa rro1l6 enuna investigaci6n met6dica del elemento ideol6gico que contenian to-das las opiniones. La diversidad de los caminos del pensamiento entrelos hombres se atribuye ya, en tal etapa, a un factor al que bien sepodria llamar socio16g ico, sin deformar indebidamente el termino.Maquiavelo, con su implacable razonamiento, se propuso relacionarlas var iaciones en las opiniones de los hombres con las correspondientesvariac iones en sus intereses. POl' t anto, cuando presc ribe una medicineforte para cada engano de las partes in teres ad a s en alguna con t rover-sia," pa rece que esta exponiendo expHci tamente y asentando como unanorma general del pensarniento 10 que estaba impHci to en el proverbiovulgar de su epoca.

    Al parecel', existe una linea recta que conduce desde ese punto dela orientaci6n intelectual del mundo occidental al modo racional ycalculador de pensar de Ia "epoca de las luces". La psicologia de losintereses parece brotar de esa fuente. Una de las principales caracte-ri st icas del metodo del anali si s raciona l del comportamien to humano,del que es un modelo la Historia de Inglaterra, de Humc, Iue la pre-suposici6n de que existia en los hombres cierta tendencia innata a"fingir" 7 y a enganar a sus semejantes. La misrna caracteristica seobserva en los historiadores contemporaneos que trabajan con el con-cepto particular de ideologia. Esa modalidad del pensamiento se es-forzara siempre, en uni6n con la psicologia de los intereses, en arrojaruna duda acerca de la integridad del adversario y en sospechar susmotivos. Sin embargo, ese procedimiento t iene un valor posi tive s iemprcque en un caso dado tengamos interes en descubrir el autentico signi-ficado de una afinnaci6n que se oculta detras de un camouflage depalabras. Esa tendencia a "desenmascarar" se ha vuelto muy marcadaen el pensamiento de nuestra epoca," Y aunque much os consideran eserasgo como falto de dignidad y de respeto (yen verdad, en cuanto

    5 Maquiavelo, Discorst, vol. II, P: 47. Citado par Meinecke, Die Idee derStaatsTiison (Munich y Berlin, 1925), P: 40.

    G Vease Meinecke, ibid.7 Meusel, Fr., Edmund Burke und d ie [ ra ti zo sis che Revolu tion (Berlin, 1913).

    p. 102, nota 3.8 Carl Schmitt analiz6 con mucho acierto esa manera de pensar contemporanea

    cuando dijo que sentimos un constante miedo de equivocamos. Por eso, estamosperpetuamente en guardia contra disfraces, sublimaciones y refracciones. Pone de

    lDEOLOGIA: PERSPECTIVA mSTORICA 57c~a busca de 10 oculto y vclado es un fin en si, la critica es muy mere-clda~, ,csa posici6n intelectual se impone a nosotros en una epoca detransicion como la nuestra, que juzga necesario abandonar muchastracliciones y formas anticuadas.

    3 . De l Concepto Part icular al Concepto Total de Ideologia,Es preciso recordar que el desenmascaramiento que se realizaW~CIaSa l punto ~e vista psicologico no debe confundi rse con e l escep-

    ticisrno mas radical y el analisis critico mas absoluto y devastador,que opera desde el plano ontol6gico y nool6gico. Pero no se puedes~parar a ambos. Las mismas fuerzas hist6ricas que detenninan con-tmuas transfonnaciones en uno, actuan tarnbien en el otro. En e1primero, las i lusiones psicologicas se hallan constantemente socavadas:en el otro, las f6rmulas ontologicas y l6gicas que surgen de detenni~nadas eoncepeiones del mundo y de ciertos modos del pensamientose resuelven en un conflicto entre las partes interesadas. S610 en unmundo sacudido pOl' un trastorno social, en que se estan creando nue-vos valores fundamentales mientras los antignos se derrumban eJC~~icto intelectual puede llegar a tal extremo que los bandos a~ta-g.O~ICOSraten de aniquilar no s610 las creencias espedficas y las DO-sic iones del adversa rio, sino ta rnbien los cimientos intelectua les sobrelos cuales descansan esas creencias y esas posiciones.

    Mientras las partes contendientes viven en el mismo mundo ytratan de re?resentarlo, aunque se hallen en los polos opuestos de esemundo, ~ mlentr:ls un gmpo feudal combate contra su igual, semejantedestruccion, recIproca y completa, es inconeebible. Esa profundadesintegraci6n de la unidad intelectual se vuelve posible unicamentecuando los valores basicos de los gropos combatientes constituyenmundos separ~dos. Al principio, en el curso de esa desintegraci6n ques~ va profundizando cad a vez mas, la ingenua desconfianza s:: con-vierte en una sistematica noci6n particular de ideologfa, que, sinemb~rgo, permanece en el plano psicologico, Pero, a medida queprosIgu~ el proeeso ~e exticndc a la esfera nool6gica y epistemol6gieaLa naciente burguesIa, que trajo consigo una nueva serie de valoresno se, c,onfonnaba con que se Ie mareara su lugar, cireunserito dentrodel VIeJOo rden feudal. Representaba un nuevo "sistema econornico"(e~ el sentido que Ie atribuye Sornbart ), acornpafiado de un nuevoestilo del pensamiento, que, a la postre, desplaz6 los modos existentesmanifiesto que la palabra simulacra, que apareci6 en la Iiteratura politica del sighxvm,. puede considerarse como un precursor de la actitud actual (Politische Ro-mantlk, 2~ ed, Munich y Leipzig, 1925, p. 19).

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    de interpretar y explicar el mundo. Lo mismo puede decirse del pro-letariado, en la actualidad. Aqui tambien observamos un conflicto en-tre dos concepciones econ6micas, entre dos sistemas sociales y, por10tanto, entre dos est ilos de pensamiento divergentes .

    dCuiles fueron los factores que allanaron el camino, en la historiade las ideas, al concepto total de ideologia? De seguro no fue unica-mente la actitud de desconfianza de la que surgi6 gradualmente elconcepto de ideologia. Hubo que dar pasos mas trascendentales antesde que las numerosas tendencias del pcnsamiento que se movian enla misma direcci6n general pudieran sintetizarse en el concepto totalde ideologia. La filosofia desempefio un papel en tal proceso, perono la filosofia tal como es entendida generalmente, es decir, el de unadisciplina totalmente apartada de la trama real de la vida. Su papelconsisti6 mas bien en se r e l ul timo y fundamenta l inte rprete de l deveni r,en el mundo contemporaneo. Ese cosmos en etemo fluir debe consi-derarse como una serie de conflictos determinados por la naturaleza'de la mente y .sus reacciones ante la estructura perennemente cam-biante del mundo. S610 indicaremos aqui las principales etapas dela aparici6n del concepto total de ideologia, des d e los puntos de vistanool6g'ico y ontol6gico.

    EI primer paso importante en esa dlreccion consisti6 en el des-arrollo de una filosofia de la conciencia. La tesis de que la concienciaes una unidad constituida por elementos coherentes, plantea un pro-blema de investigaci6n que, especialmente en Alemania, ha sido labase de importantes intentos de analisis. La filosoHa de la concienciasustituy6 a un mundo infinit amente variado y confuso una organizaci6nde la experiencia, cuya unidad se halla garantizada por la unidad delsujeto que pcrcibe. Esto no implica que el sujeto refleja unicamentela forma estructural del mundo exterior, sino mas bien que, en elcurso de esa experiencia del mundo, desarrolla espontaneamente losprincipios de organizacion que le permiten comprenderlo. Una vezdestruida la unidad ontologica objetiva, se trat6 de sustituirle unaunidad impuesta por el sujeto que percibe. En lugar de la unidadobjetiva y ontol6gica, cristiana y medieval del mundo, surgi6 la unl-dad subjetiva del sujeto absoluto de la "epoca de las luces": "la con-ciencia en Ii".

    Por tanto, el mundo como "mundo" s610 existe con referencia ala mente cognoscente, y la actividad mental del sujeto determina laforma en que se representa el mundo. Esto constituye, de hecho, elembri6n del concepto total de ideologia, aunque se halla aun despro-visto de significado sociol6gico.

    IDEOLOGIA: DE SU CONCEPTO PARTICULAR AL TOTAL 59En esta etapa se concibe al mundo como una unidad estructural

    y no, como una ,pIuralidad de acontecimientos heterogeneos, com~pa,recla que habna de ocurrir cuando en el perlodo intermedio Iaruina del orde~ objetivo pared a acarrear el caos. Se refiere inte~ra-mente a un sujeto, pero en este caso el sujeto no es un individuo con-cret~, Es mas bien Ia ficci6n de "la conciencia en si", En esta doctrinap~rtIcuI~rmente manifiesta en Kant, el punto de vista nooI6gico s~d~feren~la profundamente del pSico16gico, Es el primer paso en lad~olu~16n de u~ dogmatismo ontol6gico que conside ra que el "mundo"existe mdependlentemente de nosot ros, en forma fi ja y definitiva., EI segundo paso en el desarrollo del concepto total de ideolo-gla conduce a ~onsid,er~r .la noci6n total , pero supratemporal de ideologiaen su per~pec~va historioa, ~s precisamente 10 que hacen Hegel y laescueia historica. Esta, ~ mas aun Hegel, parten de la hipotesis deque el mundo es una unidad, y de que s610 es concebible con relaci6na un sujeto cognoscente. En este punto se afiade al concepto algoque es. para nosotros un elemento completamente nuevo, a saber, quee~a ulll~ad se halla en un proceso de continua transformaci6n hist6-nca y tiende a una constante restauraci6n de su equilibrio en nivelescada vez mas elevados. Durante la "epoca de las luces" se considerabaen ,conjunto al sujeto, portador de la unidad de conciencia, como unaentidad abstra:ta, supratemporal y supersocia l: "la conciencia en sf".Durante el pcnodo que cstudiamos el Volksgeist "el espi it d IhI " II " In u e pue-

    0, ~ga ~ representar los elementos his t6ricamente diferenciales dela con:;encla, ~ue se hallan integrados por Hegel en el "esplritu del. mundo . Es evidente que el caracter concreto, cada vez mas acentuadode esa clase, de filosofia, se deriva de la atenci6n mas estrecha qu~pre~ta a las ld,cas que surgen de la interacci6n social y de la incorpo-r~cI6n, de cornentes de pensamiento hi st6rico-polit ico a l dominio de lafilosofia. De esta suerte, las experiencias de la vida cotidiana no seaceptan ya sin discusi6n, sino que se las examina bajo todos susaspectos y se remonta hasta sus supuestos. Debe observarse, no obs-tante, ~ue la naturaleza hist6ricamente eambiante del espiritu no fuedescubierta t~~to por la filosofia como por la penetraci6n de losconceptos politicos en la vida cotidiana de aquella epoca,

    La rea,eci6n que sigui6 al pensamiento ahist6rico del periodo dela Revolucion franeesa, reanim6 y di6 nuevos brios a la pers tihist6rica. En Ult imo anali sis, la t ransic ion de l sujeto general ab; treCa tvaunifi d did ' ' c 0,ica or e mun 0 (' l a coneiencia en sf"), al sujeto mas cone et("el espirim del, p~eblo", diferenciado de naci6n a nacion ), no rfu~tant~ un descubrimiento filos6fieo como la expresi6n de una transfor-macion en la manera de reaccionar ante el mundo, en todos los campos

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    60 IDEOLOGlA Y UTOPIAde la experiencia. Este cambio se inici6 con la revolucion del senti-miento popular, durante las guerras napole6nicas y despues, epocaen que naci6 cl sentimiento de nacionalidad. El hecho de que sepuedan atribuir antecedentes mas remotos a la visi6n hist6rica y alVolksgeist no destruye la validez de esta observacion."

    EI Ultimo paso, y el mas importante, en la creaci6n del conceptototal de ideologia surgi6 tambien de un proceso hist6ricosocial. Cuandola "clase" sustituy6 al "pueblo" 0 a la naci6n, como portadora de laconciencia en estado de evoluci6n hist6rica, la misma tradicion te6rica,a la que antes nos hemos referido, absorbi6 la obra que entretanto sehabia realizado en el proceso social, es decir, que la estructura dela sociedad y sus correspondientes fonnas intelectuales se empezarona comprender como variantes, segun las relaciones entre las clasessociales.

    Asi como, en una epoca anterior, el "espiritu del pueblo", histo-ricamente diferenciado, susti tuy6 a la "conciencia en si", del mismomodo el concepto de Volksgeist, aun demasiado estrecho, fue reempla-zado por el concepto de conciencia de clase, 0 mejor dicho, por elde ideologia de clase, Asi, pues, el desarrollo de estas ideas sigue undoble camino: por una parte hay un proceso de sintetizacion y deintegraci6n, por el cual el concepto de conciencia proporciona un cen-tro unitario a un mundo infini tamente variable; y por la otra, un cons-tante empefio en hacer mas flexible el concepto unitario que se habiafonnulado con demasiada rigidez y en forma exageradamente esque-matica en el curso del proceso de sintetizaci6n.

    El resultado de esta doble tendencia es que, en vez de una unidadficticia, de una "conciencia en si", colocada fuera del tiempo e inmunea los cambios (cosa que nunca se pudo demostrar ), tenemos unconcepto que varia con los periodos hist6ricos, las naciones y las clasessociales. En el curso de esa transicion, seguimos apegados a la unidadde la conciencia, pero tal unidad es ahora dinamica y en constanteproceso de devenir. Asi se explica el hecho de que, aun cuando el

    9 Para futuras referencias, nos parece oportuno asentar que la sociologia delconocimiento, muy diferente en csto de la historia de las ideas, no se proponeseguir la evoluci 6n de aquellas desd e su s remotos p ro to tipo s hi st6r ic os . Si se s ienteuno inclinado a bus c ar los motivos del pensamiento desde sus pr im er os or igcnes,siempre resulta posible hallar "precursores" para cualquier idea. Nada se ha dichoque no se haya dicho antes. (Nu llum est [ani d ic tum, quod non s it d ic tum prius ).El tern a de nuestro estudio consistira en observar en que forma la vida intelectualen det er rninado moment a hist6ri co sc hal la rclaci onada con las fuerzas existentes,socialcs y po li ti ca s. Veas e mi es tu dio, Vas konservative Denken, lac. cit ., P: 103,nota 57.

    IDEOLOGIA: DE SU CONCEPTO PARTICULAR AL TOTAL 61concepto estatico de la conciencia haya sido abandonado, el conjuntode materiales, cada vez mas abundantes, descubiertos por la inves-tigaci6n historica, no aparezca como una masa incoherente y discon-tinua de acontecimientos aislados.

    Dos consecuencias se derivan de este concepto de la conciencia:en primer lugar, percibimos claramente que no se pueden comprenderlos asuntos humanos si se separan y aislan su s elementos. Cadahecho y cada acontecimiento de un periodo hist6rico se explica uni-camente en terminos de sentido, y a su vez ese sentido esta relacionadocon otros. Asi, pues, el concepto de la unidad y de la interdependen-cia con otros "sentidos" de un periodo, constituye la base de la interpreta-ci6n de ese periodo, En segundo lugar, ese sistema interdependiente de"sentidos" varia a la vez en cada una de sus partes y en su totalidad,de un periodo hist6rico a otro. La reinterpretaci6n de ese continuo ycoherente cambio de sentido constituye el tema principal de nuestrasmodernas ciencias hist6ricas. Aunque Hegel contribuyo probablementemas que cualquier otro a demostrar la necesidad de integrar los di-versos elementos de sentido en determinada experiencia historica, pro-cedi6 en forma especulativa, en tanto que nosotros hemos llegado auna etapa de desarrollo en que es posible traducir esa fecunda nocion,que nos han dado los fil6sofos, en investigaci6n empirica.

    Lo importante para nosotros es que, aunque las hayamos separadoen nuestro analisis, las dos corrientes que conducen respectivamentea conceptos particulares y totales de ideologia, y que tienen aproxi-madamente el mismo origen, se estan acercando una a otra. EI con-cepto particular de ideologia se mezcla con el total. Esto se vuelveevidente para el observador en la siguiente forma: anteriormente seacusaba al adversario, como representante de cierta posici6n politico-social, de falsificacion consciente 0 inconsciente. Hoy en dia, la criticaes mas decidida, pues habiendo desacreditado la estructura total desu conciencia, no Ie consideramos capaz de pensar correctamente.Esta sencil la observacion, a la luz de un analisis estructural del pen-samiento, quiere decir que en anteriores intentos por descubrir lasfuentes de error, la deformaci6n se reve16 unicamente en el plano psi-col6gico, al delatar las raices personales del engafio intelectual. Elaniquilamiento se ha vuelto ahora aun mas absoluto desde que elataque se hace adoptando el punto de vista nool6gico y se socava lavalidez de las teorias del adversario demostrando que s610 son Unci6nde la situaci6n social que prevalece generalmente. As! se llega a unanueva etapa, tal vez decisiva, en la historia de los modos de pensar.Es dificil, sin embargo, estudiar este desarrollo sin analizar previamentealgunas de sus implicitas consecuencias. El concepto total de ideologia

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    62 IDEOLOGIA Y UTOPIAplantea un problema que a menudo ha sido esbozado antes, pero queadquiere por primera vez en nuestra epoca un significado mas amplio,a saber, e l problema de c6mo la "conciencia falsa" (falsches Bewusstsein)-el problema de la mente totalmente deform ada que falsifica to docuanto esta a su alcance- pudo haber surgido. La clara percepci6nde que nuestra visi6n total de las cosas, independientemente del deta-lle de estas, puede ser deformada, da al concepto total de ideologia unsignificado especial y capital, para la comprension de nuestra vidasocial. Al hecho de que se ha reconocido esto se debe la profundainquietud y desasosiego que experimentamos en nuestra actual situa-ci6n in telectual, pe ro de el lo se deriva tambien todo 10que esta situacionentrafi a de fecundo y est imulante .

    4. ObjetivicUul Y ParcialidadLa sospecha de que pudiera existir algo parecido a la "conciencia

    falsa", en la cual resulta necesariamente err6neo cualquier conocimientoy la mentira base del alma, data de la antigiiedad. Tiene un origenreligioso, y ha perdurado hasta ahora como parte de nuestra antiguaherencia espiritual. Se plantea como un problema, siempre que laautenticidad de la inspiraci6n 0 de la vision de un profeta es puestaen duda por un pueblo 0 por el mismo profeta.l?

    Aqui tenemos un ejemplo de una concepci6n antiquisima que esel substrato de una idea epistemologica moderna, y siente uno la ten-taci6n de afirmar que la esencia de la observacion estaba ya presenteen la idea ant igua: 10 unico nuevo seria la forma. Pero aqui tambien,como en otras partes, debemos afirmar, en contradicci6n con aquellosque se esfuerzan en bus car el origen de todo en el pasado, que laforma modem a que ha asumido esa idea es mucho mas importanteque su origen. En tanto que, antiguamente, la sospecha de que pu-diera existir la "conciencia falsa" era la mera afirmaci6n de un hechoobservado, hoy en dia, gracias a metodos analiticos claramente defi-nidos, hemos podido enfocar aspectos mas fundamentales del problemade la conciencia. Lo que antafio era un mere anatema tradicional, seha welte ahora un procedimiento met6dico que se funda en una de-mostraci6n cientifica.

    El cambio que discutiremos a continuacion es aun mas impor-tante. Ya que el problema se ha apart ado de su tram ad0 estrictamentereligioso, los metodos empleados para comprobar y demostrar la fal-

    10 "Amado, no creas en cua lquier espiritu, sino comprueba que los espiritusproceden de Dios, pues muchos fal sos profe tas andan por e l mundo." 1 , Juan, IV, 1.

    OBJETIVIDAD Y PARCIALIDAD 63sedad 0 Ia verdad de un concepto no s610 han cambiado, sino que aunIa escala de valores que nos servia para medir la verdad y Ia falsedad,1 0 real y 10 irreal, se ha transformado profundamente. Cuando el pro-feta dudaba de la autenticidad de su visi6n, era porque se sentiaabandonado de Dios, y su inquietud provenia de una Fuente de refe-rencia trascendente. En cambio, cuando nosotros nos ponemos ahoraa criticar nuestras propias ideas, es porque abrigamos el temor de queno esten a la altura de algtin criterio mas secular.

    Para detcrminar la indole exacta de ese nuevo criterio de la reali-dad, que sobrevivi6 al trascendente, debemos sujetar el sentido de lapalabra "ideologia", tambien en este respecto, a un analisis hist6ricomas preciso. Si, en el curso de tal analisis, tenemos que estudiar ellenguaje cotidiano, esto indica sencillamente que la historia del pen-samiento no se halla limitada a los libros, sino que deriva su principalSignificado de la vida cot idiana, y aun los principales cam bios en lasvaloraciones de diferentes esferas de la realidad, tal como aparecenen la Hlosofia, proceden quiza de los valores cambiantes del mundode la vida cotidiana.

    La palabra "Ideologia" carecia, al origen, de un significado on-tol6gico intrinseco: no suponia afirmaci6n alguna respecto del valorde las diferentes csferas de realidad, ya que, primitivamente, desig-naba la teoria de las ideas. Los ideologos 11 eran, como sabemos, miem-bros de un gropo de fi16sofos franceses que, siguiendo la tradici6nde Condillac, rechazaban la metaHsica y se csforzaban en dar comofundamento a las ciencias, l a antropologia y la psicologfa.

    El concepto modemo de ideologia naci6 cuando Napole6n, aladvertir que ese gropo de fil6sofos se oponian a sus imperiales ambi-ciones, les aplic6 el despectivo marbete de "ideologos". As! la palabraadquiri6 el significado peyorativo que, con la palabra "doctrinario",ha conservado hasta la fecha. Ahora bien, si se examina todo 10 que

    11 Vease Picavet, Les ideologues, essai sur Thss toire des idees et des theoriesscientiliques, philosophiques, religieuses en France depuis 1789 (Paris, Alcan, 1891).Destutt d e Tr acy, fundador de la escuela antes mencionada, define la cienciade las ideas en la forma sigu iente: Se puede dar a la ciencia el nombre de Ideologic,s i se considera unicamente la materia que trata; de gramatica general, si se con-s ideran solamente sus metodos: y de 16gica, si se conside ra 5610su prop6si to . Cual -qu iera que sea el nombre, contiene necesariamen te estas tr es divisiones, puestoque no se puede tratar una en forma adecuada sin tratar a la vez las otras dos.A mi par ecer, el tt~nn ino "ideo logia" es generico, po rquc la ciencia de las ideassupone a la vez la de su expresi6n y de su der ivac i6n. Les elements de Z'idJologie,(1 ed. Paris, 1801), citada de la 3' ed., Ia un ica que he log rado procurarme(Paris, 1817), P: 4.

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    nI I II I !Iii,I 'I tI l I la l iII IlitIll'!I II I f 'II~!~ I tt f. ,I f :I I ;IIIIIiIIII :

    64 IDEOLOGIA Y UTOPIAte6ricamente implica y supone tal desprecio, se vera que esa actitudde desprecio es, en el fondo, de una naturaleza epistemologica yontol6gica. Lo que se desprecia es Ia validez del pensamiento deladversario, porque se Ie juzga apartado de Ia realidad. Pero si sepreguntara: capartado de que realidad?, la respuesta seria: apartadode Ia practica, no real en cuanto se la confronta con los asuntos que sediscuten en la palest ra poHtica. Por tanto, cualesquiera pensamientosmarcados con el marbete de "ideologia" se consideran como frivoloscuando se tratan de aplicar al dominio practice, y el unico acceso,digno de confianza, a la realidad, debe bus c arse en la actividad prac-tica. Cuando se le mide con los patrones de la conducta practica, elpensamiento 0 la refl exi6n pura sobre determinada situacion se vuelvetrivial. ASI se ve claramente como el nuevo significado de la palabra"ideologia" lleva grabado el sello de la posici6n y del punto de vistade aquellos que la aeufiaron, es decir, de hombres de acci6n, de po-liticos. EI vocablo nuevo sanciona la experiencia espedfica que elpolitico tiene de la realidad.P y brinda un apoyo a Ia irracionalidad !practica, que tan poco aprecio siente pOl' el pensamiento como ins-trumento capaz de comprender Ia real idad.

    Durante el siglo XIX, el termino ideologia, empleado en ese sen-tido, tuvo amplia aceptaci6n. Esto significa que el sentido de la rea-lidad del politico pas6 a ocupar Iugar preferente y sustituyo las mo-dal idades escolast icas y contemplativas de la vida y del pensamiento.ASl, pues, el problema implicito en el vocablo ideologla -dque es real-mente rea l?- nunca desaparec i6 del horizonte.

    Pero es preciso comprender correctamente esa transicion, EI pro-blema de saber que es 10 que constituye la realidad, a todas luces noes nuevo; pero el hecho de que haya surgido en la palestra de ladiscusi6n publica (y no s610 en reducidos gropos academicos ) pareceindicar importantes cambios. EI nuevo sentido que adquiri6 la pa labraideologia, por haberlo definido el politico en terminos de sus propiasexperiencias, parece demostrar que nos hallamos frente a una trans-formaci6n en Ia manera de plantear el problema de la naturaleza dela realidad. Por tanto, si hemos de satisfacer las exigencias que nosimpone la necesidad de analizar el pensamiento modemo, debemoscuidar de que la historia de las ideas estudie el pensamiento real deIa sociedad, y no unicamente los sistemas de ideas elaborados dentro

    12 De acuerdo con las conclusiones de la Par te I II, seria posib le def inir masexactamente, seg(m la pos ic i6n soc ia l que ocupa , e l t ipo poli ti co cuyo concepto delmundo y cuya ontologia est amos discut iendo aqui , pues no todos los pol it icos sonadlctos a esa idoologia i rrac iona l. VtIase p . 118 ss.

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    de la tradici6n academica, y que se perpetuan abstractamente, comosi se bastaran a si mismos. Si se logr6 al principio contener el conoci-miento err6neo apelando a la garantia divina, que infaliblemente reve-laba 10 c ierto y 10 real, 0 a la contemplaci6n pura, en la que se suponlaque se descubria la verdad, en la actualidad el criterio de la verdadse halla principalmente en una ontologia que se deriva de la experien-cia poHtica. La historia del concepto de ideologla desde Napole6nhasta el marxismo, a pesar de algunos cambios en su contenido, haconservado el mismo criterio politico de la realidad. EI ejemplo his-t6rico muestra, al mismo tiempo, que el punto de vista pragmaticoestaba ya impHcito en la acusaci6n de Napole6n a sus adversarios.En verdad, puede decirse que, para el hombre modemo, el pragma-tismo se ha vuelto, por decirlo asi, en muchos respectos, la concepci6ninevitable y adecuada, y que la filosofia, en este caso, se ha apropiadolisa y llanamente esa concepcion, de la que ha sacado su conclusi6n16gica.

    Llamamos Ia atencion sobre el matiz que daba Napole6n al sig-nificado de la palabra ideologia, con el objeto de mostrar clararnenteque a menu do el vocabulario comun y corriente contiene mas filosoHay entrafia mayor significado, para el planteo ulterior de los problemas,que las di scusiones academicas, que tienden a volverse esteril es porqueno cuidan de comprender el mundo fuera de las paredes de unaacademia.P

    Si nos referimos al ejemplo antes citado, daremos otro paso en elanalisis y podremos aclarar otro aspecto del problema. En Ia luchaque emprendio Napoleon contra sus crit icos, pudo, como vimos, debidoa su posici6n preponderante, desacreditarlos con s610 poner de rna-nifiesto la naturaleza ideol6gica de su pensamiento. En estados masavanzados de su desarrollo, la palabra ideologia se emplea como unarma de comb ate en manos del proletariado contra el gropo dominan-teoEn resumen, esta penet rante revelaci6n de la base del pensamiento,como nos ofrece Ia noci6n de ideologia, no puede, al fin y al cabo,seguir siendo el privilegio de una sola clase. Pero, precisamcnte, Iaexpansi6n y la difusi6n de la apreciaci6n ideol6gica conduce a unaencrocijada en que los defensores de un determinado punto de vistae interpretaci6n no pueden seguir atacando los de sus adversarios,

    13 Respec to de la est ructura y pccul ia ridades del pensamiento escolas tico, y decualquier clase de pen samien to que goce de un monopolio, vease la memoria pre-sentada en ZUrich por el autor an te el Sexto Cong reso de la Deutsche Gesellschaftfur Soziologle. "Die Bedeutung der Konkurrenz im Geblete des gemigen", en losVerhandlungen des sechsten deutschen Soziologentages in Zurich (J. C. B. Mohr,Tiibingen, 1929).

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    66 IDEOLOGIA Y UTOPIApor coasiderarlos ideol6gicos, sin colocarse a su vez en una situaci6ntal que tengan que rechazar el mismo reproche, Asi llegamos de im-provi so a una nueva e tapa metodologica en e l ana lisis del pensamientoen general.

    Durante cierto tiempo pareci6 privilegio del proletariado el em-pleo del analisis ideologfco para desenmascarar los motivos ocultosdel adversario. La gente no tard6 en olvidar el origen historico delterrnino, que acabamos de indicar, y no sin cierta razon, pues si bienconocido de antes, este metodo critico aplicado al pensamiento, fuerecalcado y desarrollado metodicamente por el marxismo. La teoriamarxista realiz6 por vez primera una fusion de las dos concepciones,la particular y la total, de ideologia. Esta teoria fue la que, por vezprimera, concedi6 la debida importancia al papel que representanla posicion y los intereses de clase en el pensamiento. Principal.mente por el hecho de que se deriva del hegelianismo, el marxismopudo ir mas alla del punto de vista psicologico de analisis y plantearel problema de una manera mas comprensiva y filos6fica. La noci6nde una "conciencia falsa" 14 adqui rio en tal forma un signifi cado nuevo.

    Pero esa etapa ha sido rebasada ya en el curso de desarrollos so-ciales e intelectuales mas recientes. Hoy en dia, ha dejado de ser pri-vilegio exc lusivo de pens adores sociali st as el descubrir cimientos ideo-16gicos bajo el pensamiento burgues y el desacreditarlo de ese modo.En la actualidad, grupos de divers as doctrinas esgrimen esa armacontra sus adversarios. A consecuencia de ello, estamos penetrandoen una nueva epoca del desa rrollo social e intelectua l.

    En Alemania, Max Weber, Sombart y Troeltsch -para solo men-cionar los representantes mas prominentes de ese movimiento- dieronlos prim e ros pasos en esa direccion, La verdad de las frases siguientesde Max Weber aparece cada vez con mayor claridad a medida quepasa el tiempo: "La concepcion materialista de la historia no es unaespecie de carricoche que uno puede montar a capricho 0 quemarlocuando le estorbe, no; una vez montado en el, ni los revolucionariostienen la libertad de abandonarle"." EI analisis del pensamiento y delas ideas en terminos de ideologia es un arma cuyas aplicaciones sondemasiado amplias e importantes para que se convierta en monopoliopermanente de un solo partido. Nada podia oponerse a que los adver-

    14 La expresion "conciencia falsa" (falsches Bewusstsein) es en si de origenmarxista. Vease Mehring, Franz, Ceschichte der deutschen Sozialdemokratie, I, 386;vease tarnbien Salom6n, op . cit" P: 147.

    15 Vease Weber , Max, Politlk als Beru], en Cesammeltc Polistische Schriften(Mun ich , 1921), p . 446.

    OBJETIVIDAD Y PARCIALIDAD 67sarios del marxismo usaran a su vez esa arma y la esgrimieran contrael propio marxismo.

    5. Transic ioti de la Teoria de la Ideologia a la Sociologiadel Conocimiento

    En el capitulo anterior describimos un proceso del que se puedendescubrir muchos ejemplos en la historia social e intelectual. En el des-arrollo de un nuevo punto de vista, un partido representa siempre elpapel de explorador, en tanto que los demas, para luchar contra lasventajas del adversario, tienen forzosamente que emplear el punto devista del mismo. Tal es el caso de la noci6n de ideologia. EI marxismodescubri6 meramente un camino hacia la comprensi6n y un metodode pensamiento, que uti liz6 todo e l siglo XIX. La exposici6n completa deesa idea no es la realizaei6n de un solo grupo aislado, ni esta exclusi-vamente vinculada en una sola posici6n intelectual y social. EI papelque el marxismo represent6 en el proceso merece lugar aparte en Iahistoria inteIectual y se deberia apreciar en su justa valor. EI caso esque, ahora, el proceso por el eual se generaliza el uso del metodo ideo-16gico, se esta desarrollando ante nuestros propios ojos, y por tanto esmater ia de observaci6n empir ica.

    Es interesante ver c6mo, a resultas de la expansion del conceptoideo16gico, una nueva manera de comprender se ha ido formandopoco a poco. Este nuevo punto de vista intelectual no constituye unsimple cambio de grade en un fen6meno que esta ya actuando. Tenemosaqui un ejemplo del verdadero proceso dialectico que a menudo seinterpreta err6neamente con propositos escolasticos, pues 10 que real-mente se observa aqui es una diferencia de grado, que se convierteen diferencia de naturaleza. En efecto, tan luego como todos lospartidos se sienten capaces de analizar las ideas de sus adversariosen terminos ideo16gicos, todos los elementos s ignificantes 0 de sentidose cambian cuali tat ivamente y el t ermino ideologia adquie re un sent idoenteramente nuevo. En tal proceso todos los factores que empleamosen el analisis hist6rico del Significado del termino se transforman enla misma forma. Los problemas de la "conciencia Falsa" y de la natu-raleza de la realidad cobran, por 10 tanto, un sentido diferente.Este punto de vista a la postre nos obliga a reconocer que nuestrosaxiomas, nuestra ontologia, y nuestra epistemologia se han trans for-mado profundamente. Nos limitaremos en 10 sucesivo a exponer lasvariaciones que ha sufrido el concepto de ideologia en el curso deesa transformaci6n.

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    68 IDEOLOGIA Y UTOPIA

    Ya indicamos ante riormente la t ransici6n del concepto parti cula ral total. Esta tendencia se ha ido intensificando. En vez de contcntarsecon mostrar que el adversario es victima de ilusiones 0 delormacioncsde indole psicologica 0 en el plan de la realidad, existe hoy en diala tendencia a sujetar la estructura total de su coriciencia y de supensamiento a un minucioso analisis sociologico.!"

    Mientras no pone uno en tela de juicio su propia posIcIon, sinoque la considera como algo absoluto, en tanto que interpreta lasideas del adversario como una mera Funcion de la posici6n social queocupa, no ha dado un paso decisive. Es cierto que, en tal caso, seaplica el concepto total de ideologia, puesto que se propone unoanalizar la estructura mental del adversario en su totalidad, y nosolo unas cuantas proposiciones. Pero ya que, en semejante caso,se hace unicamente e l anali si s soc io16gico de las ideas del adversa rio,nunca se llegara mas alla de una formulaci6n sumamente reducida,o 10 que Hamada yo especial, de la teoria, En contraste con esaconsideracion especial, la forma general 17 del conccpto total de ideologiaha sido fecunda para el analista, cuando ha tenido el valor de someterno s610 el punto de vista de su adversario, sino todos los puntos devi sta, inclusive el suyo, a l ana lisis ideo16gico.

    En el estado actual de nuestra comprension, apenas si es posibleevitar esta formulaci6n general del concepto total de ideologia, segunel cual el pensamiento de todos los partidos, en cualquier epoca,presenta un caracter ideologico, No existe una sola posicion intelec-tual -y el marxismo no constituye una excepci6n a esta regla- que nohaya cambia do en el curso de la historia y que aun en la actualidadno se presente en varias formas. El marxismo tarnbien ha tornado mu-chas apariencias diversas. No deberia ser dificil para un marxista rc-conocer sus bases sociales.

    A I surgir la enunciaci6n general del concepto total dc ideologia,la nueva teoria de la ideologia se convierte en la sociologia del conoci-

    i!

    16 Con esto no se quiere decir que para ciertos aspectos de la lucha cotidianael concepto par ticular de ideologia resulte inaplicable.

    17 Af iadimos aqui otr a distinc i6n a la ante rior de "part icular y total", verbi-gracia, Ia de "especial y general". En tanto que la primera se refiere a la cuestionde saber si las ideas senc il las y aisladas 0 l a mente , en conjunto, se deben conside-rar como ideol6gicas, y s i la si tuacion soc ia l condiciona meramente las mani fest s-ciones psicol6gicas de los conceptos, 0 si Ilega aun a los sen tid os noologicos, en Iadistinci6n de especial versus general, la cuestion decisiva consiste en saber si elpensamiento de todos los grupos (inc1uido e l nuestro \ Q solo e l de nuestros adver -sarios se reconoce como socialmente detcrminado.I I

    TRANSICION A LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO (39miento. Lo que en una ocasi6n Iue el arsenal intclectual t" de un partidosc convierte en un metodo de invcstigacion para la historia social eintelectual . En primer lugar , cierto gropo social descubre la "vinculacionala situacion'' (Seinsgebundenhcit) de las ideas de sus adversaries . Luego,el reconocimiento de ese hecho se traduce en un principio de gran al-cance, segun el cual el pensamiento de cada gropo se representa comofruto de las condiciones de su vida.P Asi, pues, la tarea de la historiasociologies del pensamiento tendra que ser la de analizar, sin consi-deracion para las deformaciones de partido, todos los factores de lasituacion social real que pueden influir el pcnsamicnto. La historia so-cio16gicamente orientada del pensamiento tendra que proporcionar alhombre moderno una revision de todo el proceso hist6rico.

    Es claro, por 10 tanto, que, en este sentido, el concepto de ideologiaadquiere un significado nuevo. De tal significado surgen dos manerasalt ernat ivas de rea lizar l a investigacion ideol6gica. La primera consisteen concretarse a descubrir en todo la correlacion que existe entre elpunto de vista intelectual que se defiende y la posici6n social que seocupa. Esto implica que se deb era. renunciar a cualquier intento porexponer 0 desenmascarar las concepciones con las cuales no esta uno deacuerdo.

    Al tratar de exponer las ideas ajenas, tiene uno que presentar laspropias como algo infalible y absoluto, 10 cual constituye un proce-dimiento que debera evita rse si se especializa uno en una invest igaci6ncspeci ficamente no valoradora. El segundo rnetodo posible consiste encombinar, a pesar de todo, ese analisis no valorador con determinadaepistemologia. Considerado desde el angulo de este otro metoda, exis-ten dos soluciones separadas y distintas para el problema de 10 queconstituye un conocimiento solido: una a la que se podria dar elnombre de relacionismo, y otra a la que se podria llamar relativismo.

    El relativismo es el producto del procedimiento modemo, histo-r icosociologico, bas ado en el reconocimiento de que cualquier pensa-miento historico se halla ligado con la posici6n concreta del pensadoren la vida (Standortsgebundenheit des Denkers). Pero el relat ivismo com-bina ese concepto historicosociologico con una teoria mas antigua delconocimiento, en la cual no se mencionaba la relacion entre las con-

    18 Comparcse l a expresi6n marxista: "Forjar las armas intelectual es del pro-letariado".

    19 Con el terrn ino "determinacion situacional del conocirniento" (0 vinculaci6ndel conocirniento a la situacion ) estoy tratando de difercnciar el contenido delconcepto que tiene un caracter cxc1usivo de propaganda del que presenta un carac-ter cientifico sociol6gico.

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    diciones de existencia y los modos de pensar, y que moldea su conoci-miento sobre prototipos estati cos, como, por ejemplo, l a proposici6n:2 X 2 = 4. Este antiguo tipo de pensamiento, que considera ejemplosde la Indole del anterior como el modelo de todos los pensamientos,tuvo necesa riamente que rechazar todas las form as de conocimiento quedependian de puntos de vista subjetivos y de la posici6n social delsujeto cognoscente, y que, por tanto, eran meramente "relativas", Asi,pues, el relativismo debe su existencia a la discrepancia entre ese con-cepto, descubierto hace poco, de los verdaderos procesos del pensamientoy una teoria del conocimiento que no habia tornado aim en cuenta esenuevo concepto.

    Si queremos emanciparnos de ese rela tivi smo, deberemos tra tar decomprender, con la ayuda de la sociologia del conocimiento, que no esla epistemologia, en un sentido absoluto, sino mas bien cierto tipo,hist6ricamente t ransitorio, de epi st emologia el que se ha lla en confli ctocon el tipo de pensamiento orientado hacia la situaci6n social. Enrea lidad, l a epistemologia esta intimamente ligada con el proceso soc ial ,10 mismo que la totalidad de nuestro pensamiento, y progresara alpunto de que podra dominar las complicaciones que surjan de la earn-biante estructura del pensamiento.

    Una teoria moderna del conocimiento que tom a en cuenta el ca-racter "relacional", y 10 distingue del meramente "relativo", de todoconocimiento hist6rico, debe aceptar como punto de partida la hipo-tesi s de que existen esferas de pensamiento en las que result a imposibleconcebir una verdad absoluta, que exista independientemente de losvalores y de la posici6n del sujeto y no guarde "relacion" con la tram asocial. Ni un dios podria formular una proposici6n sobre tern a s his-t6ricos, que fuera el equivalente de: 2 X 2 = 4, pues 10 intel igibleen la historia se puede formular unicamente con relaci6n a problemasy construcciones conceptuales que surgen a su vez en el devenir de laexperiencia hist6rica.Tras de reconocer que todo conocimiento hist6rico es "relacional",y que s610se puede formularlo con relaci6n a la pos ici6n del observador,tenemos que afrontar, una vez mas, la tarea de discriminar 10 que escierto y 10 que es falso en semejante conocimiento. Entonces surge lapregunta: ~cual es el punto de vista social que, frente a la historia,ofrece el maximo de probabilidades de llegar a un punctum optimumde la verdad? En todo caso, en esta etapa la vana esperanza de des-cubrir la verdad en una forma que sea independiente de un haz desentidos his t6rica y socialmente determinados, deber ia abandonarse. Noesta, ni con mucho, resuelto el problema cuando hayamos llegado a

    TRANSICION A LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO 71esa conclusion, pero esta remos, cuando menos, mejor capac itados paraplantear los verdaderos problemas que se presentan en una forma me-nos restringida. En 10 sucesivo, tendremos que distinguir dos manerasde acercarnos a la investigaci6n ideol6gica, desde el plano de una concepci6n general y total del termino ideologia: en primer lugar, elmetodo que se caracteriza por su independencia de los juicios de valor,y en segundo lugar, el metodo normativo orientado epistemologica ymetafisicamente. Por e l momento, no examinaremos la cuest i6n de sabersi el ultimo metodo se halla comprendido dentro del relativismo 0 delrelacionismo.

    La concepcion general y total de ideologia, concepci6n no valo-radora, debe buscarse ante todo en esas investigaciones hist6ricas enlas que, provisionalmente y con el objeto de simplificar el problema,no se pronuncian juicios acerca de la verdad de las ideas que habrande tratarse. Este metodo se concreta a descubrir las relaciones entreciertas estructuras mentales y la s si tuac iones vit ales dentro de las cua lesexisten. Debemos pregunta rnos constantemente c6mo de teminado tipode situacion social produce determinado tipo de interpretacion. Asi,pues, el elemento ideologico del pensamiento humano, consideradodcsde este angulo, se halla siempre vinculado con la situaci6n vitaldel pensador. Segun este concepto, el pensamiento humano surge yactua, no en un vacio social, sino en un ambiente social definido.

    No necesitamos considerar como una Fuente de error el hechode que todo pensamiento tenga semejantes rakes. As! como el individuoque participa en un complejo de relaciones sociales vitales con otroshombres, goza de este modo de una oportunidad de adquirir una visionmas clara y mas preci s a de sus compai ieros, de igual manera dete rmina-do punto de vista y determinado haz de conceptos, por el solo hechode estar vinculados en cierta realidad social, que los produce, nos ofre-cen, mediante un contacto intimo con esa realidad, una probabilidadmayor de revelarnos su sentido. (EI ejemplo que citamos antes nosmuest ra que e l punto de vi sta proletariosociali st a ocupaba una posicionpart icularmente favorable para descubrir los e lementos ideol6gicos enel pensamiento de sus adversarios.) Sin embargo, la circunstancia deque el pensamiento esta ligado a la situaci6n social y vital en que surgi6,constituye, a la vez, una vent~ja y un inconveniente. Es de todo puntoimposible que el observador 0 el pensador tenga una visi6n completade los problemas, si ocupa determinada posici6n en la sociedad. Porejemplo, como ya se ha indicado, la idea socialista de ideologia nohubiera pod ido abocar por S! misma en la soc iologia del conocimiento.Parece algo inherente al proceso hist6rico el que la estrechez y laslimitaciones que restringen un punto de vista se corrijan al chocar con

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    puntos de vista opuestos. La tarea propia de un estudio de la ideologiaque trate de liberarse de juicios de valor, consiste en comprender lamezquindad del punto de vista de cada individuo y cl ent rejuego deesas diferentes posiciones en el total proceso social. Tenemos, pues,ante nosotros un tema inagotable. EI problema estriba en mostrarc6mo, en toda la histori a del pensamiento, c iertos puntos de vista estanrelaciouados con ciertas form a s de experiencia, y en determinar suint ima acci6n rec iproca , en e l cursu de los cambios socia les e intelectua-les. En el dominio de la moral, por ejemplo, es preciso poner de man i-fiesto no solo continuos carnbios en la conducta hurnana, sino lasnorma s constantemente alteradas por medio de las cuales se juzga talconducta. Se ahondara mas aun el problema si se logra comprobarque tambien la moral y la e tica se ha llan condicionadas por c iert as situa-ciones definidas, y que conceptos tan fundamentales como el deber, Iatransgresion y el pecado no han existido siempre , sino que aparecieroncomo corre lat ivos de situaciones socia les definidas.P" La doc trina fi lo-s6fica tan en boga que acepta cautamente el hecho de que el contenidode Ia conducta se dete rmina historicamente, pero que, al propio t iempo,se empefia en conservar las formas eternas de valor y una serie formalde categorias, ya no puede sostenerse. EI que se haya establecido unadistincion entre el contcnido y las form a s de conducta, constituyeuna importante concesion a l metodo h ist6rico sociologico que hace cadavez mas di fici l presentar los valores contemporaneos como absolutos.

    Despues de reconocer esto, es preciso recordar tambien que elhecho de que hablemos de la vida cultural y soc ial en te rminus de va lo-res, es por si solo una actitud peculiar de nuestra epoca. La nocion de"valor" nacio de la economia y se difundi6 gracias a ella, pues el puntode partida de esa ciencia es una eleccion consciente entre valores. Laidea de valor se traslado mas tarde a la esfera de la etica, de la esteticay de la religion, con 1 0 cual se produjo c iert a deformacion en la descrip-cion de la verdadera conducta humana en dichas esferas, Nada maserroneo que describir la actitud real del individuo cuando se dele itairreflexivamentc en una obra de arte, 0 cuando actua de acuerdo connorma s de etica que le han inculcado desde la infancia, en terminos deuna elecci6n consciente entre valores .

    La doctrina que sostiene que toda la vida cultural es una orienta-c i6n hacia valores objetivos, es otro ejemplo de la poca atenci6n que elraciona lismo moderno concede a los mecanismos basicos i rracionales

    20 Vease Weber, Max, IVirtschaft unci Ceselschajt, en su Grundri ss des Soz ia-lokonomik, Part. III, P: 794, que trata de las condiciones sociales que se requierenpara la genesis de la moral.

    TRANSICION A LA SOCIOLOCIA DEL CONOCIMIENTO 73que gobiernan las relaciones del hombre con el mundo. Lejos de serpermanentemente valida, la interpretacion de la cultura en terminosde valo res obje tivos es realmente una carac te ri stica del pensamiento denuestra epoca, Pero, aun concediendo provisionalmente que esa con-cepci6n tenga cierto valor, la existencia de ciertos dominios formalesde valores y su est ructura especi fica solo result aria inte ligible por re fe-rencia a las s ituaciones concretas a que concicrncn y dent ro de las cualesson validos.s- Por tanto, ninguna norma puede pretender que pDseeuna validez formal, ni se puede separar, como elemento formal y uni-versal, de su cambiante contenido his torico,

    Hoy por hoy, hemos llegado a un punto en que podemos percibirclaramente que existen diferencias en los modos de pensar, no solo endi ferentes periodos, sino tambien en di ferentes culturas. Lentamente,vislumbramos que no solo cambia el contenido del pensamiento, sinotambien su estructura categorica. Hace poco que se ha podido estudiarla hipotesis segun la cual , 10 mismo en el pas a do que en el presente, losmodos de pensar prevalentes son reemplazados por nuevas categoriascuando la base social del grupo, de la que estas formas de pensamientoconstituyen la caracteristica, se des integra 0 se transforma bajo el choquede algun cambio socia l.La investigacion, en la sociologia del conocimiento, nos ofrece laesperanza de poder llegar a una etapa de exactitud, porque en nin-gUn campo de la cultura es tan patente y tan determinable la inter-dependenc ia, esa inte rdependencia impl ici ta en los cambios de sentidoy de enfasis, como en el pensamiento mismo. En efecto, el pensamientoes un indice parti cula rmente sensible a los cambios soc iales y cultura les.La variacion de l sent ido de las palabras y las mul tip les connotaciones decualquier concepto reflejan la polaridad de esquemas antagonicosde la vida, implicita en esos matices del sentido.F

    En ningtm otro dominic de la vida social encontramos tampocouna intc rdependencia , mas claramente t razable, y una sensibil idad, masfinarnente percept ible, para el ca rnbio y para el desplazamiento de acentoque en los sentidos de las palabras. La palabra y el sentido que se le

    21 Vease Lask, E ., Die Logik dcr Philosophic und die Katcgoricnlchre (Tu-bingen, 1911), en cuya obra se usa el termino hingelten para expl ica r que las forroascateg6r icas no son validas en si, sino unicamentc con re lac i6n a su contenido s iemprecambiante, que neccsariamente reacciona sobre su naturaleza.

    ~2 Por esa raz6n, el analisis sociol6gico de los "scntidos" rcpresentara un papelimportante en estos estudios. Podemos sugerir aqui que tal analisis se desarollaen una sintomatologia basada en el princi pio de que, en cl dominio social, si apren-demos a observar cuidadosamente, podrcmos ver que cada elemento de la situaci6nque anal izamos proyecta una luz que i lwnina cl conjunto.

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    presta son una verdadera realidad colectiva. El mas leve matiz del sis-te~a to~al ?~l pensamiento reverbera en la palabra individual y en lossu til es slgmfIcados que la acompafian. La palabra nos vincula con todala hi storia . y, a l mismo tiempo, refle ja la totalidad del presente. Cuando,al comumcar con nuestros semejantes, buscamos un terre no comun de~nt~~dimiento, la palabra puede servir para eliminar las diferenciasindividuales de sent ido. Pero, cuando es necesario, puede convertirseen instrumento para acentuar esas diferencias de sentido y el caracterunico y original de las experiencias de cada individuo. Puede servirtarnbien para captar 10 nuevo que va surgiendo en la historia de lac~ltura, cnriqueciendo asi, con valores que anteriormente no se perci-bian, ~l tesoro de la exper iencia humana. En todas estas inves tigaciones ,se aplicara el concepto general y total de ideologia en su sentido novalorador.

    6. Concepci6n No Valoradora de la Ideologia. . El investigador que emprende los estudios hist6ricos que se hanmdlca~o. ~ntes, no necesitara examinar el problema de saber que es,en definitiva, la verdad. Hoy en dia, se ha comprobado la existencia decorrelaciones, 10 mismo en el presente que en el pas a do, que nuncase habian analizado tan minuciosamente como ahora. El reconocimiento~e este hecho, con las multiples consecuenc ias que implica, da al inves-hgador una tremenda ventaja, Dejara de preocuparse por indagar cualde las partes contendientes tiene raz6n, y eoncentrara mas bien suatencion en el descubrimiento de una verdad aproximada, a medidaque esta surja, en el curso del desarrollo his t6rico, de un complejo procesosocial. El moderno investigador puede responder, si se le acusa de quetrata de eludir el problema de la verdad, que el metoda indirecto parallegar a esta por el camino de la historia social, sera a la postre masfecundo que un intento de solucion directa por la 16gica. Aun cuandono descubra la verdad "en si", descubrira el marco cultural y muchas"circunstancias" hasta entonces desconocidas que pueden ser Miles parael descubrimiento de la verdad. En rea lidad, si creemos esta r en posesi6nde la verdad, perderemos interes en conquistar esas perspectivas quepueden conducirnos a una comprensi6n aproximada de la situacion,Preci samente, nuest ra ince rtidumbre es 10 que nos acerca a la realidadmucho mas de 10 que era posible en otras epocas que tenian fe en 10absoluto.

    Es claro que, s6lo en un mundo intelectual que cambia rapidamente,pueden haberse sometido a una criti ca pene trante los va lores y las ideas,que antaiio se consideraban como fijos. En ninguna otra situaci6n hu-bieran podido los hombres estar 10 bastante alerta para descubrir el

    IDEOLOGtA: CONCEPCION NO VALOR.A1)A 75

    factor ideol6gico de todo pensamiento. POl' supuesto, los hombres siem-pre han combatido las ideas de sus adversarios, pero en el pasado lamayoria 10 hizo unicamente para aferrarse con mayor tenacidad a suspropios conceptos absolutos. Existen ahora demasiados puntos de vistade igual valor y prestigio, cada uno de los cuales delata la relatividaddel otro, para que pueda uno concretarse a una sola posicion y con-side rarla como inexpugnable y absoluta . Esta situacion intelectua l, so-cialmente desorganizada, es la unica que permite conocer 10 que hastaahora ocultaban una estructura social generalmente estable y la prac-ticabilidad de ciertas norm as tradicionales, a saber, que todo punto devista corresponde a de terminada si tuac ion soc ial . 2J Tal vez sea ciertoque, para actuar, necesitamos cierta dosis de confianza en nosotrosmismos y de seguridad intectual. Quiza es cierto tarnbien que la propiaforma de la expresi6n, con la que revestimos a nuestros pensamientos,tiende a imponerles un tono absoluto. Pero en nuestra epoca incumbeprecisamente a la investigacion hist6rica (y, como veremos, a losgrupos sociales ent re los cuales se rec1utan los hombres cultos) ana lizarlos elementos que componen nuestra propia seguridad, tan indispen-sables para la accion en situaciones inmediatas y concretas, y contra-rrestar la parcialidad que puede surgir de 10 que nosotros, como indi-viduos, damos por supuesto. Esto solo es posible gracias a incesantescuidados y a la voluntad de reducir al minimo la tendencia 3. ensal-zarse uno mismo. Por medio de ese esfuerzo se remedia el incon-veniente de la unilateralidad de nuestro propio punto de vista, y lasposiciones intelectuales que pugnaban una contra otra, tal vez podrancompletarse mutuamente.

    Es del todo preciso, en el actual periodo de transici6n, utilizar elcrepusculo intelectual que domina nuestra epoca y en el cual todoslos valores y puntos de vista aparecen en su genuina relatividad. Debe-mos comprender una vez por todas, que los sentidos que ccmponennuestro mundo consti tuyen, senc ill amente, una estruc tura, dent ro de lacual el hombre crece, historicamente detenninada y en continuo des-arrollo, y que dis t an mucho aquellos de ser absolutos.

    En este momenta de la historia en que todo 10 que se refiere alhombre y a la estructura y los factores de la historia, se nos revelan depronto a una nueva luz, es preciso que nuestro pensamiento cientfficodomine la situacion, pues no es imposible que, mas pronto de 10 que

    23 Por est abil idad soc ia l, no entendemos la ausencia de acontecimientos 0 lasegu ridad personal de los indiv iduos, sino mas bien la relativa fijeza de la totalest ructura vigente , que garanti za l a estabi lidad de los valores y de las ideas do-minantes.

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    76 IDEOLOGIA Y UTOPrAsospechamos, como a menudo ha sucedido en la historia, esta visi6ndesaparezca y se pierda la actual oportunidad, y cl mundo recobre sucaracter estatico, uniforme e inflexible.

    La primera mirada no valoradora sobre la historia no conduceinevitablemente al relat ivismo, sino mas bien al relacionismo. El cono-cimiento, tal como aparece a la luz del concepto total de ideologia, noes en forma alguna una experiencia ilusoria, pues la ideologia, en suconcepto relacional, no se parece en nada a la ilusion, El conocimientoque se deriva de la experiencia de situacioncs reales de la vida, aunqueno es absoluto, no por eso deja de scr conocimiento. Las normas quesurgen de semejantes si~aciones reales de la vida no existen en unvacio social , s ino que son eficaces como garantias reales de la conducta.El relacionismo significa meramente que todos los elementos signi fi-cantes 0 de sentido de una determinada situacion estan relacionadosunos con otros y derivan su sentido de esa correlacion reciproca dentrode determinada armazon (:c pcnsamicnto. Semejante sistema de "sen-dos" solo es posible y valido en cierto t ipo de existencia histor ica, a la queproporciona, durante algun tiempo, una expresion adecuada. Cuandouna situacion social cambia, el sistema de normas que habia producidoanteriormente deja de estar en arrnonia con el. La misma separacion seproduce respecto del conocimiento y la perspectiva historica. Todo elconocimiento se orienta hacia algun objeto y su metodo se halla influen-ciado por la naturaleza del objeto que estudia. Pero el modo de enfocarel objeto que se trata de conocer, depende tambien de la naturalezade la persona que conoce. Esto es cierto, en primer lugar, en cuantose refiere a la profundidad cualitativa de nuestro conocimiento (enpart icular , cuando intentamos llegar a una "cornprension" de algo en queel grado de penetraci6n que se trata de adquirir presupone una afinidadpsiquica 0 intelectual entre la persona que comprende y el objeto quese trata de comprender). Es asimismo cierto, en consideracion de lapos ibi lidad de formular intelectualmente nuestro conocimiento, sobretodo porque, para que cualquier percepcion se transforme en conoci-miento, es y debe ser ordenada y organizada en categor ias. Ahora bien,el grado en que podemos expresar y organizar nuestra exper iencia entales form a s conceptuales, depende a su vez de los trasfondos de refe-rencia de los que se dispone en determinado momento historico. Losconceptos que poseemos y e 1 universo discursivo en que nos movemos,junto con las direcciones con arreglo a las cuales tratan de organizarse,dependen, en gran medida, de la situacion hi storicosocial de los miem-bros intelectualmente activos y responsables del grupo. El tema de esteestudio no valorat ivo de la ideologia sera, pues, la relacion de cualquierconocimiento parcial y de sus elementos componentes con la trama,

    IDEOLOGIA: CONCEPCION NO VALORADA 77mas amplia, de los "sentidos" y, por ultimo, con la cstructura de larealidad histor ica. Si , en vez de tornar en cuenta ese conocimiento y susconsecuencias, hicieramos caso omiso de el, perderiamos una posicionavanzada de realizaciones intelectuales, eonquistada a duras penas.

    PO' tanto, se ha vuelto sumamente discutible el hecho de saber si,en el fluir de la vida, el problema que consiste en bus car ideas quietase inmutablcs 0 absolutas tiene algun valor intrinscco. Tal vez sea unatarea intelectual mas fecunda aprender a pensar dinarnica y relacio-nalmentc, mas bien que estaticamcnte, En la condicion social e inte-lectual contemporanea, es fastidioso advertir que las personas que seprecian de haber descubierto un absoluto, suelen ser las mismas quepretenden ser superiores a los demas. EI hecho de que, en nuestraepoca, haya personas que recomiendan y tratan de administrar a lasdernas cierta panacea de absoluto, descubierta par ellos, es unicamenteel signo de que se ha perdido la certidumbre intelectual y moral y deque se bene de ella una apremiante necesidad, que experimcntan ampliossectores de la poblacion incap aces de mirar la vida cara a cara, Tal vezes cierto que, para poder seguir viviendo y actuando en un mundo comeel nuestro, es de vital importancia buscar un camino que nos saque deesa inseguridad de multiples aspectos; por tanto, la gente puede sentircl deseo de considerar alguna meta inmediata como un absoluto graciasal cual sienten Ia esperanza de que sus problemas parezcan concretosy reales. Pero no es el hombre de accion quien busca 10 absoluto einmutable: sino, mas bien, aquel otro que se propone inducir a losdernas a conservar el s tatu quo porque se siente satisfecho con el ordende cosas vigente. Los que estan contentos con el orden de cosas existenteprobablemente consideraran la situacion del memento Como absolutay eterna, con el objeto de tener algo estable en que apoyarse y disminuiren tal forma todo cuanto de precario hay en la vida. Sin embargo, estosolo es posible si se recurre a toda clase de nociones y mitos romanticos,As! llegamos al estudio del asombroso derrotero que sigue el pens a-miento moderno, en el cuallo absoluto, que en otros t iempos fue el modode entrar en cornunion con 10 divino, se ha vuelto ahora un ins trumentoque utilizan aquellos que sacan un provecho de el, para deformar, tor-cer, pervertir y ocultar el sentido del presente.

    7. Trans icuni del Concepto No Valorador al ConceptoValorador de Ideologia

    Asi pues, al empezar por el concepto no valorador de ideologia, quenos sirvio para comprender el fluir de realidades continuamente cam-biantes, hernos s ido empujados, sin querer lo , a enfocar el problema desde

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    un angulo epistemol6gico va lorador y, por ultimo, ontologico metaHsico.En nuestra argumentaci6n, el punto de vista no valorador y dinamicose convirt io, sin que 10 advi rti eramos, en un anna contra cierta posic ionintelectual. Lo que era al origen s610 una tecnica metodol6gica, serevel6 a la postre como una concepci6n del mundo y un instrumentodurante cuyo empleo vimos surgir la vision valoradora del mundo. Aqui ,como en otros casos, s610 al final de nuestra actividad advertimos losmotivos que nos impulsaron al principio a poner en movimiento todoslos valores establecidos, considerandolos como parte de un movimientohist6rico general.

    Vemos ahora que habiamos empleado juicios de valor metafi si co-ontol6gicos, de los que no nos habiamos dado cuenta anteriormente .s!Pero solo se alarmaran de que se afirme este hecho aquellos que con-se rvan aun los pre juic ios positivistas de otra generac i6n, y que todaviacreen en la posibilidad de emanciparse completamente, en el dominicdel pensamiento, de hip6tesis ontol6gicas, metafi si cas y eticas.25 Dehecho, cuanto mejor comprende uno los supuestos que sirven de basea su propio pensamiento, en beneficio de una investigaci6n verdadera-mente empirica, mas claro se vuelve que ese procedimiento empirico(cuando menos en las ciencias sociales) puede unicamente desarrollarse

    :M Por supuesto, el tipo de los juicios de valor y la ontologia que hemosempleado, en par te inconsciente y en 'pa rt e del iberadamente , representa un juiciode un nivel en ter amente d if erente, y es una on to logia completamente distinta deaquella a que aludimos cuando hicimos la critica de la tendencia al absolu tismoque intenta recons trui r (en e l espir itu de la escue la romanti ca a lemana) l as ruinasde la histor ia . La ontologia que impli cit a e inevit ablemente const ituye la base denuest ras acc iones, aun cuando nos res ist amos a cree rlo, no es a lgo a 10que se TIegapo r un anhelo romantico y que se impone arbitrariamen te a la realidad. Marca elhor izonte dentro del cua l radica nuest ro mundo rea l y del que no se puede disponerponiendole lisa y ll anamente el marbe te de ideologia . En este punto vislumbramosuna "soluci6n" a nuestro problema, aunque en ninguna otra parte de esta obraintentemos ofrecer a lguna. La expos ic i6n de los elementos ideol6gicos y ut6picosdel pensamiento logra des trui r s610aquel la s ideas con las que no nos hemos iden-t ificado intimamente. Asi pues, se puede preguntar s i, en deterrninadas circunstan-cias, mientras destruimos la validez de ciertas ideas por medio del analisis ideol6gico,no erigimos, al mismo tiempo, una nueva construcci6n, y si la manera en queponemos en tela de juicio las c reencias ant iguas no revela inconsc ientemente lanueva decisi6n -como 10 dijo en cier ta ocasi6n un sabio: "Cuando alguien acudea mi para pedirme un consejo, mientras Ie escucho se cual es el consejo que saesta dando a si mismo" .

    25 Un positivismo un tanto mas critico era un poco mas modesto y estabadispuesto a admitir 5610 un "minimo de hip6tesis indispensables". Se podriaplantea r l a cuest i6n de saber s i ese "minimo de hip6tes is indispensables" no habrade ser , a la po stre, el equivalen te de la elemental e irreductible ontologia contenidaen nuestras condiciones de ex. is tencia.

    IDEOLOGIA: TRANSICION AL CONCEPTO VALORADOR 79sobre la base de ciertos juicios metaempiricos, ontol6gicos y metafisicosy las previsiones e hip6tesis que de aquellos se derivan. Quien no tomadecisiones, no tiene por que plantearse problemas; ni siquiera es capazde fonnular una h ipotesi s provisiona l, que 10 capacit aria para plantea run problema, y estudiar la historia en busca de su solucion, Afortuna-damente, el positivismo se aventura a Iormular ciertos juicios metafi-sicos y. ontol6gicos a pesar dc sus prejuicios antimetafisicos y suspretensiones de 10 contrario. Su fe en el progreso y su ingenuo realisrnoen cas os especificos constituyen ejemplos de semejantes juicios onto-l6gicos: .F~eron precisamente esas presuposiciones las que permitieronal positivismo aportar contribuciones de gran in teres, algunas de lasc~ales sera pr:ciso reconocer en 10 futuro. El peligro de las presuposi -cIone~ no radica meramente en el hecho de que exist e n 0 de que sonantenores al conocimiento empfr ico.26 Estriba mas bien en el hecho deque una ontologia t ransmit ida por tradici6n impide nuevos desarrol Ios,especialmente en los modos de pensar basicos, y mientras no se pongaen tela de juicio la particularidad de la armaz6n te6rica convencional,seguiremos siendo esclavos de cierto modo de pensar estatico, inade-cuado a la etapa actual de nuestro desarrollo intelectual e hist6rico.Por tanto, 10 que se necesita es estar continuamente preparados parareconocer que cualquier punto de vista es propio de una situaci6n defi-nida, y para descubr ir por medio del analisis en que consiste exactamentesu par ticularidad. Una clara y explici ta confesi6n