Kessler - Ilegalismos en Tres Tiempos

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en Castel, R. et. al. Individuación, precariedad, inseguridad ¿Desinstitucionalización del presente?, Paidós, pp. 109-165.

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  • Espacios del SaberUltimos titulos publicados Robert C=astel,Gabriel Kessler,

    Denis Merlden, Numa Murard47. E. Carria yD. Maffia, Bzisquedas de sentido para una nueva politica48. P. Furbank, Un placer inconftsable49. D. Wechsler y Y. Aznar (comps.), La memoria companida. ~Jpiliiily la

    Argentina en la construfcion de un imaginario atltural50. G. Garcia, El psicoanalisis y los debates fUlturales51. A. Giunta y L. Malosetti Costa, Arte y posguerra. Jorge Romero Brest y

    la revista Ver y Estimar52. L. Arfuch (comp.), Pensar este tiempo53. A. Negri y G. Coceo, GlobAL54. II. Bhabha y J. T. Mitchell (comps.), Edward Said: Continuando

    la conversacion55. ]. Copjec, El sexo y la eutanasia de la razon56. W. Bongers y 1'. Olbrich (comps.), Litemtum, cultura, enfermedad57. J. Butler, Vida precat'ia58. O. Mongin, La condicion urbana59. M. Carman, Las trampas de la fUltura60. E. Morin, Breve historia de la barbarie en Ouidente61. E. Giannetti,

  • 'Iiaduccion del capitulo 2: "Politicas del tiesgo y sentimeintos de insegtIricl~d" y del capitulo 4:"EI mendigo, eI bandiclo y el buen uabajador": Hugo Savino.'Iradnccion del capitulo 3: "Las din
  • 5. llegalismos en tres tiempos

    EI gran incremento del delito urbano en las. ultilllas dos decadasen la Argentina interpelo alas ciencias sociales, que se propusierondescribir, explicar y comprender 10 suceclido. Los hechos aumentan demanera significativa durante las clecadas del ochenta y del noventa peroeste crecimiento presenta diferencias de intensidad segun el periodoconsiderado, el tipo de evento, la provincia en cuestion y el tamano delcentro urbano (vease un analisis de estas diferencias en Isla y Miguez,2010). En el area metropolitana de Buenos Aires, escenario de este tex-to, se producen picos luego de la hiperinflacion de 1989-1990, a media-dos de la decada del noventa y con la crisis de 2001; de 2003 en adelantehay una ligera baja, aunque se verifica un alza en 2008. De todos modos,en el nuevo milenio las tasas nunca descienden del umbra I alcanzado amediados de los noventa.

    Como hemos dicho en la introduccion dellibro, en la ultima deca-cia los trabajos de las ciencias sociales han contribuido a comprendery explicar distintas dimensiones del clelito. Persisten, sin embargo,una variedad de interrogantes, tanto respecto del perioclo de mayorcrecimiento del delito, en los anos noventa y cOlllienzos del nuevornilenio, como sobre sus fonnas pasadas, y acerca de 10 que sucededescle 2003, cuando se produce un mejoramiento de la situacion socialpero sin una franca reversion de los hechos. Este articulo se proponecontribuir a dilucidar estas y otras cuestiones a partir de historias devida, entrevistas y trayectorias vitales de personas que protagonizarondelitos juveniles (yen ciertos casos tambien durante la adultez) contrala propiedacl con uso de violencia en Buenos Aires en tres momentos:

  • 1. Para nn panorama actualizado de 105 debates sabre historias de vida y trayectoriaslahorales vease Mnfiiz "Terra (2012).

    En efecto, el interrogante sobre las razones de sus periplos se les haplauteado muchfsimas veces a la mayor parte de nuestros entrevistados,por 10 cuallos relatos biograficos explicativos son habituales. Lejos deuna construcci6n fija e inmutable, se trata de narraciones y atribucio-nes causales modulados segun el contexto, el interlocutor y el paso deltiempo. Asf, la referencia alas causas sociales de sus actos puede serparte de un trabajo previo de reflexion, much as veces producto de laillteraccion con profesionales del sistema judicial (psicologos 0 traba-jadores sociales), aunque en ciertas ocasiones es tambien la entrevistamisma la que opera como espacio de reflexion, justificaci6n 0 com-prension compartida. Lo social aparece, pero con formatos y nombresno siempre acordes a 10 esperado. Nuestra opcion por explicar el delitoen fun cion del incremento de la desigualdad sude enfrentarse con elhecho de que raramente se trata de una categoria nativa: la necesidad,por ejemplo, es una clave mucho mas utilizada. Mas aun, en ciertoscasos los propios actores, tal como sefiala Boltanski (2009), rechazaninscribir sus periplos en una logica de dominacion, privilegiando eneste caso el azar, cuestiones afectivas 0 decisiones personales funda-mentadas. 2Que hacer frente a esto? 2Imponer una explicacion socialque interprete las narrativas de los actores?, 2proceder a un trabajo de"traduccion" entre sus categorfas y las que consideramos que remiten asus palabras? Somos particularmente sensibles a los cuestionamientosque Latour (2007) ha hecho a 10 que denomina la sociologfa crftica,en tanto suele imponer una gama reducida de categorfas, fuerzas so-cia les detras de las aceiones, que el investigador impone, sustituyendolas propias teorfas sociales que los actores despliegan para explicar suaccion. Adoptamos una posicion intermedia: seremos respetuosos delas teorfas y claves autobiograficas propias de nuestros entrevistadospero, al mismo tiempo, y siempre dentro de un os lfmites cuidadosos,no renul1ciamos a un trahajo de interpretacion ni a recurrir alas teorfase hip6tesis sociol6gicas sobre estos temas. En otras palabras, nuestrainterpretacion no sustituira a la de los actores; sera otra version, a vecesmenos coincidente, sobre los mismos hechos.

    Un sefialamiento sobre la periodizacion elegida. Las decisiones dedividir el pasado en etapas se toman en e1 presente y, por ende, seestablecen hitos temporales arbitrarios. En relacion con la cuestionsocial, es habitual diferenciar el pasado de una sociedad salarial 0 decuasi bienestar de la desarticulacion 0 descolectivizacion producida enlos noventa, reforzada por el hecho de que se produce un incrementoimportante del de1ito; sin embargo, como ya hemos dicho, es algo quecomienza en la decada precedente, por 10 cual deberfa matizarse elcorte establecido entre estos dos momentos. De igual manera, como

    entre los anos setenta y ochenta, en los anos noventa basta 2002, y de2003 en adelante; es decir, eI perfodo de soJidez de la sociedad salariallocal, la crisis neoliberal y la posterior reactivaeioll de la posconver-tibilidad, respectivamellte. Nuestro objetivo es 11l0strar las formas dearticulacion entre 10 legal y 10 ilegal ell each etapa. Al comparar lostres perfodos, ahordaremos la reJacion qne traban los protagonistas deestas histnrias con e1mundo del consnrno y con las formas de privacionrelativa y absolnta, las caracteristicas del ITnll1dodel trabajo, las redesque se estahlecen, ellugar del grnpo de pares y eI vinculo con la poliefa.Nuestro argtltnento centra 1es que las transfonnaciones en las formasdel delito no pueden entenderse solo con refereneia a explicaciones cri-rninologicas, sino que en gran medida son trihutarias de dos grupos deeven !Os:en un polo, las mutaciones del mercado de trabajo (adernas dela variable disponihilidad de puestos por los cambios en las cuaJidadesasociadas a ellos); en eI otTO, la fonna en que se experimenta en cadaepoca la privacion y eJ consunlO. Asimismo, revisaremos una preguntac1asica de la criminoJogfa, poco atendida en los estudios locales: cuM esel peso de los grupos de pares, pues hoy sabemos que ha gravitado enel perfodo de aumento del delito en los novellta y posterior a la crisisde 2001 mas de 10 que entonces crefamos.

    Intentaremos mostrar cuallto de 10 detectado ell 10s estlldios deeste segnndo perfodo (salvo contadas excepciones previas, los primerosrealizados en el pafs) es realmente una configuracionnovedosa y cuan-to ya estaha presente en el pasado, solo que lluestros trabajos no 10ha-bfan percibido. Sabemos tam bien mas acerca del peso de Ja desigualdaden el creciil1iento del delito, y a la vez menos, porqne a pesar de queaqllella disminllye, este no necesariamente baja, como esta sllcediendoell'varios palses de la region. En otras palabras, tal como hall sugeridoLea y YOUllg(1993), Ja privacion relativa opera de fonna distinta enperfodos de crisis que en momentos de mayor bonanza, enigma quela contrastacion entre el segundo y tercer perfodo puede ayudarnos adevelar. Nos interesara, en fin, retomar el interrogante de Katz (1981)sohre la fenomenologfa de los actos, indaganclo en la experiencia mis-ma de cada hecho.

    Centrarse en las narrativas personales ofrece ventajas y plantea al-gUllOSIfmites y retos. La relacion entre estruct:nra y experiencia indivi-dual ha sido siernpre una cllestion teorica y metodologica compleja, talcomo hall demostrado innllmerables trabajos; 1 aquf, ademas, se agregael peso normativo especffico de la pregnnta sobre !as causas del delito.

  • tampoco tenemos en claro cuanto tiempo despues de tenninado unproceso social mas general, sus consecuencias siguen teniendo impac-to, los cambios en la situacion social entre el segundo momento y eltercero no deben extrapolarse como una reversion de los facrores ex-plicativos del delito. En relacion con el primer perfodo, se ha plasllladoen nuestra memoria social de manera un tanro idealizada, algo COlll-prensible a la luz de las perdidas posteriores. Nosotros, y en particularalgunos de nuestros entrevistados, cuestionaran esa imagen nostalgicade un pasado inclusivo para todos. Habra una diferencia tam bien en elalcance de las afirmaciones en cada periodo. En el primero, se trata decasos punhlales considerados "extremos" (Flyvbjerg, 2004: 420-434).No pretendemos generalizar, pero su alejamiento respecto de las ideasmas corrientes sobre sus epocas sirve para cuestionar los consensosque hay sobre elias. En los otros dos momentos, en carnbio, el alcan-ce sera mayor. Si bien no nos referimos solo a personas de sectorespopulares, al tratarse de delitos que hadan las veces de estrategias desupervivencia 0 de obtencion de ingresos cotidianos, eI peso de estosestratos sera mayor. Por ultimo, los protagonistas de nuesrras historiasson hombres, con una sola excepcion, en parte porque mas del 90%de los procesados por delitos contra la propiedad son varones, perosobre todo porque si bien a 10 largo del tiempo hemos entrevistadomujeres, la problematica de genero requiere un tratamiento especi-fico que escapa a los objetivos y lirnites de este articulo. EI materialproviene de distintos trabajos de campo. Una primera investigacionrealizada con mas de 60 jovenes y adultos que habian cometido delirosviolentos contra la propiedad entre 2000 y 2003, cuyos resultados estansobre todo en Sociologia del delito amateur (Kessler 2004) y se utilizanpara las reflexiones de la dos primeras epocas. Para el tercer periodo seutiliza parte del material del trabajo de campo prodllcido pOl' eI equipodirigido por el autor y Pablo Seman en un conjunto habitacional fuer-temente estigmatizado como lugar peligroso en el Gran Buenos Airescompuesto por mas de un centenar de distintas entrevistas a habitanlesdellugar (Kessler 2010, 2012).

    En la vida de German, con casi 60 alios cuando 10 conocimos enel al"lo 2000, se entrecruzan cuestion social, deliro y politica. Desdefines de los arros sesenla trabajo, mho, mililo ell polftica, se vinculoCOilla lucha annada, estuvo preso mas de (liez anos, salio en libertada cOlllienzos de los Jloventa y desde enrollces, seglln nos dice, se ha"c1edicado minuciosamente a no COlneter mas errores". Es L1node losseis hijos de una pareja de inmigranles rllrales entrerrianos de origenaleman, llegados en los anos cincuenta sin absolutameute nada a unaperiferia obrera para tnHar la enfennedaJ pululOnar del pad,r~ en unh(lSpital pllillico. EI pasaje del call1po a b ciudad hie traumatlco: delcalmo enLOfno rural a una cilldad que 10 asuslaha; de Ir descalzo a lanecesidad de usar zapatos, de 1Il0ntar a caballo a un tren cnyo ruido 10atemorizo durante anos. Su infancia lranscurre en lInaprivacion toral:"nadie tenia nada", segClIlsus palahras, pero la ciudad crea lluevoS de-seos al tiempo que presagia la frustracion pOl' no !legar a alcallzarlos.De este modo 10 recordaba:

    En la ciudad aparecen los deseos y las g"anasde teuer cosas, pero lamb~encuesta mas compartir. Y eso tambien se ve en la sociedad, porqlle tamllleues una injllsticia social. Al no verlo un poco mas repartido, Ie elllpiez~ arrabajar la cal,eza. Yo ya de muy temprano decia: hay cosas que n? se SIlas voy a lograr. Tenia 8 anos entonces y ya observaba esascosas. [antapobreza y decir, pncha, tanta pobreza no hay en esre pais. ,Por que no sereparre un poco mas?

    Pasa raudamente poria escuela, donde Ie "pegaban desde la maestrahasta la portera", incnbando denrro de sf una "reheldfa".tanro respectode la injl1sticia economica y social como del autontansmo escolar ypaterno. La pobreza L!miliar se agrava cuando los hermanos mayoresforman pareja y dejan de aportar al presupuesto del hogar. Pasa susdias con sus allligos en un bar del barrio. Allf conoce veC\l1OSque r~lban"pero que ell el barrio no haefan nada, tipos tr~nquilos que. dlSlllll1-laban bien la cosa". Con sus pares hablan de [uthol, de nlLlJeres, depolitica y fantasean con un robo qne los haga "salir de pobres", porquetrabajando no parece factible 'Jue 10 logrell.

    Las historias de esta primera parte transcurrieron en distinrosmomentos de las decadas del sesenta y del ochenta. No se trata de unperfodo hornogeneo, claro esta, pero en relacion con las dos etapassubsiguientes se caracteriza por una mayor disponibilidad de empleo ymenores tasas de delito contra la propiedad.

    Era 13 cosa fantasiosa de la charla en el colectivo; ya gasrabamos a cuenta:compralllos esto, salimos de pobres. Ese era otro eslogan: salil,nos de po-bres. Can esto te digo como uno sufre en la pobreza. Uno deCladepte dejoder, no seas larado, deja que laburen los otros. EnlOl~cesaqnellos qne enese momenta nos consideraballlos mas pensanles, deCJal1losque bueno, 0

  • hahla que gauar la loterfa () !labia que robar para salir de pobre.No se noscruzaba que trahajalldo salieramos de pobres. perfeccionandose como "buen volante" y exp~rto en e1 conocimiento

    de la ciudad mediante su faena diaria de colectlvero. Los hechos se su-ceden, pero espaciados en el tiempo, gracias a un capital s?cial secretoy disperso, evitando toda asociaci6n con delincuentes v:cmos para nolevan tar sospechas: alguien los cita en un bar 0 una esquma apelando aun conocido "del medio", propone un plan 0 busca sumarlo a un golpeen preparaci6n. En poco tiempo, adopta un estil~ (reiterado no, soloentre nuestros entrevistados, sino tambien en traba)os de otros palses ycercano al arquetipo difundido por las ficciones) de asaltante calmo, c.ondominio de la situaci6n: evita usar la violencia, trabaja de manera raplday respeta a sus vfctimas, en especial a las mujeres:

    Proyecto largamente madurado pero con datos errados, el primerhecho rue un fiasco. Entre cinco asaltan a quien supuestall1ente llevabauna suma considerable, pero solo encuentran unos pocos pesos. Casitodos los personajes de su historia tienen enormes fantasfas, fabulan 0desaciertan sobre bJancosinfalibles 0 se equivocan al sostener la exis-tencia de fortunas almacenadas. Montos exiguos, diferentes de 10 espe-rado: una con stante en muchas historias, no solo en esta. Obtener unbotin considerable es casi excepcional, 10 que pone en cuesti6n ciertasimagenes mfticas del primado de una certera planificaci6n en el deli-to profesiona[ del pasado y del presente. Mas alla del fracaso, planeargolpes exitosos los hace considerarse "pensantes" y los coloca por en-cima de sus pares del barrio, a quienes no les quedarfa otra opci6n quetrabajar durameilte. Luego de otros reveses, obtiene la primera sumaimportante en la pizzeria en la que trabajaba con su primo. Despuesde estudiar d6nde se guardaba Ia reeaudaci6n los fines de semana, undomingo por la noche entraron y la robaron.

    l1-abajo y deJito aparecen entonees relacionados. A pesar de carecerde cOlltactos y formaci6n, hay oportunidades laborales estables; sushermanos se convertiran en polidas y obreros de la construcci6n, ylas mujeres en empleadas domestieas. Ese destino de trabajador pococalificado no atrae a German, pues se ve "siempre en eimislllo lugar",no obstante 10cual nunca dejara de trabajar y, a 10largo de quince anos,alternara ocupaciones' legales con robos a casas, bancos, hoteles y res-tanrantes. Ademas del trabajo en la pizzeria, vendio diarios, fue obreroen Hbricas y chofer de colectivo, su ocupaci6n estable durante afios.En rigor, lIega ::IIclelito antes de probar suerte en ellllllmlo laboral. Yel trahajo tendra llllJC!10Susos: Ull ingreso estable (pOl'que los hotines segastan rapidamente), lIna identidad respetahle para ofrecer en eI barrio(como coartada ante [a polida al ser interrogado sobre sus actividades)y un modo de tejer redes y obtener infonnaci6tr en vista de realizarnuevos bechos.

    La mirada del barrio importa; el control social es in ten so: los vecinosohservan que tiene cada uno y se preguntan como 10 obtuvo. En ,unacpoca en que Jos bienes escasean, cada nueva adquisici6n es sometida aun profundo escudrifiamiento. "No hacerse notal''' es un dietado COIl1-partido por German y otros profesionales m~s j6venes, en oposici6n aaquellos que gustan de la "fama", 0 del temor y el l'espeto que suseitaen su entorno el conocimiento de sus acciones, la manipulaci6n de ar-mas y la ostentaci6n de bienes de valor. Entre tanto, se hace su Jugar

    Aprendes que el factor sorpresa es algo que te favorece.AI otro 10 agamisdesguarnecido, 10sorprendes. Queda helado, petrificado. Y ese es un factorinteresante porque uno puede manejar Iasituaci6n. Puede aparecer un armadel otro, pero uno esta en triunfador y no era necesariomatar, por 10menosesa era la parte con la cual yo siempre me relacione [...]. En e.1caso de ~ueestuviesemos trabajando tres 0 cuatro, y a alguien se Ie hublese ocurndomanosear a una pendeja, ahi si, posiblemente yo hubiese matado a algun?:eso estaba bien establecido entre nosotros, 0 por 10 menos yo 10estableCla,vamos a laburar vamos a buscar plata, vamos a buscar joyas, d6lares, perono busquemos o~rascosas,no nos agreguemos causasque no tienen sentido.2Queremos mujer? Bueno, despuesvamosy pagamos.

    En retrospectiva, la vida de German se ha desplegado en tres ?Ianosparalelos: uno de trabajador pobre, casado sin amor, con dos hl)os; elsegundo, cuando realiza un robo y obtiene dinero, da una excusa pococrefble a su mujer, huye y 10 gasta rapido en "prostitutas y champan", yel tercero, el del compromiso polftico. Primero se acerca al PC, del quese aleja en los setenta por su "tibieza", puesto que el partido rechaza lalucha armada. Entonces se aproxima al peronismo revolucionario, losMontoneros. A "pedido de la organizaci6n", durante los primeros anosde la dccada "bacia algunos robos para elIos, otros para mf", pero sinque quedara muy claro el destino del dinero:

    Yo a veces estuve participando para la causa politica, pero todo ese mere-quetengue que habia en este pais que era un quilombo, era a rio revuelt~ganancia de pescadores. De ultima, era [...] asaltaron los montoneros. Maque montoneros, era para vos, era para repartir entre los muchachos.Pero a veces la causa era valida, tambien trabajabamos para la gente, para1IJontoneros0 para el ERP [...]. Tampoco supe hien si la guita que, unorobaba iba a parar a la causa. Que se yo, no se tocaba un mango de ahl. Yoconfiaba en que sf.

  • Una vez que un hecho sale mal, cae preso en 1977 en plena dictadu-ra militar, y se salva de una probable desaparicion 0 muerte por tenercausas abiertas por delitos comunes. En efecto, cuando es apresado,un juez, que llevaba la causa de un robo a un hotel, se entera y 10 en-juicia: pasa dieciseis anos preso. Afirma que en la carcel escucha aAdol-fo Perez Esquivel, referente de los derechos humanos y Premio Nobelde la Paz, y que esto 10 lleva a organizar protestas intemas por lascondiciones de detencion de 10s presos que fueron fuertemente repri-midas. En esos largos anos entabla 10 que llama "un proceso cle auto-educacion" para evitar las marcas en el cuerpo y en ellenguaje de sulargo pasaje por !a "tnmba" (nombre que se Ie cia a la carcel). Gimnasiatodos 10s dias, no hablar con las manos como es habitnal entre presos,no masturbarse y abstenerse de comer la tan deseada carne vacunadurante largos periodos son pruebas que se impone para reeducar lavoluntad. Sostiene que, desde que recobro la libertad, y "a pesar de!as tentaciones", no ha vuelto a robar jamas. Pero no es fkiI. Al igllalque otros, acuerda en que la reincidencia es el camino casi inexorable.Se sale de la carcel "fichado", la policia te incluye en su poblacion desospechosos habituales y, ante cualquier hecho, 10 primero que hacenes interrogarte. Por otro lado, las redes construidas pertenecen sobretodo al mundo del de1ito y a menudo surgen ofertas tentadoras paraparticipar en un hecho, sobre todo cuando "uno ya tiene unnombre".Cuando 10 conocemos, lIeva, al menos a todas vistas, una modesta vidaen el mismo barrio donde crecio.

    nada, esforzada y poco sensual frente a 10s horizontes imprevisibles yexcitantes que el delito podia ofrecerle.

    Morosidad de !a movilidad y tambien de la circulacion de bienes.Los objetos de su infancia y juventnd son escasos, duran hasta que noresisten ningun arreglo mas y aquello que se desea esta definido de an-temano: una radio portatil, una heladera de kerosene, un fuenton paralaval' la ropa para la madre, mas tarde un jean. Se suena con cada unode elIos, se disfruta la idea de lIegar a tenerlos, se tanla en conseguiriosy se usan un largo tiempo. No esra presente todavia, como en deca-das posteriores, la velocidad de circulacion, eI uso y desuso de objetos.lambien abandona el PC porque era muy "inmovil" en cornparacioncon la nueva izquierda de los setenta. Pew la temporalidad que oponeno es pura aceleracion. Por un lado, eI trabajo se mantiene, rlor 10 cual,mas que mutua exclusion hay combinacion de ritmos; 1aaceleraeion sonesas ocasiones espeeiales en las que participa de un hecho. Por el ot1'O,el exito consiste en combinar rapidez con esmdiada calma. Nos confiaque el secreto de un "gran volante" no es eI escape rando, que es 10quetodos, y en especialla policia, esperan, sino arrancat tranquilamente porun estudiado trayecto eshunandose por los recovecos urbanos.

    Ahora bien, eI ascetismo y la austeridad de la vida obrera si se oponea la dilapidacion rapida de 10obtenido en los robos: reitera, C0ll10otrosdespues, una maxima perdurable en el tiempo: "Lo que viene dulce, dulcese va".Viajes a ~Mardel Plata, pwstitntas, comidas y bebidas caras agotancon rapidez los botines despues de cada hecho exitoso. Castar riipido,sin ninguna otra logica (Jue intentar disfrntar, a pesar de la omnipresente"persecuta", cues tiona las teorias criminologicas materialistas, en cuanlnel delito no parece ser un camino alternativo de movilidad para aIcan-zar los objetivos socialmente legitirnados, conlO por ejemplo supone la"innovacion" en la anomia de R. Merton (2002: 203-239), puesto queen ese caso habria algun tipo de acumulacion 0 ahorro; el delito seriaun "atajo" para alcanzar 10que mediante eI trabajo se dificulta. Mientrasque esta forma de gasLOdel dinero del robo perdurara, por el contrario,la oposicion entre ulla temporalidad propia de la vida laboral estable y laotra ligada al delito, no. EI tiempo posterior estara signado por la ines~tabilidad laboral y, por ende, sera casi imposible imaginar una movilidadsocial, lenta 0 rapida, a la cual adscribir u oponerse.

    La "rebeidia frente a la injusticia", una clave de su relato autobio-grafico que casi no encontraremos despues, significa la oposicion entredos formas de vida. Esa rebelion es, sobre todo, la no aceptacion de unaperspectiva de escasa movilidad social ofrecida alas franjas inferiores de10s sectores populares German jamas senala que no haya tenido opor-tnnidades laborales, pero ~ique solo permiten un magro sustento. Seresiste tarn bien a 1arutina del mundo obrero estable ("yo, por 10menos,rotaba, 0 por ahi me satnraba, era rnuy rebelde") y narra su pasaje pordistintos puestos, abandonados "por aburridos, repetitivos", recordan-donos de ese modo que la posterior desestructuraci6n del mundo deltrabajo estable hizo casi olvidar la critica previa a la alienaeion y al dis-ciplinamiento laboral de la sociedad industrial. No rechaza solo la faenadiaria, sino un destino de estabilidad, ascetismo y mantenimiento en lamisma situacion 0, a 10 sumo, de pequenos 10gros. Una vida discipli-

    Juan tiene 40 aiios cualldo 10 conractamos ell el aiio 2000. Oriundode la zona sur del conurbano, luego de pro bar distinros lipos de hechos

  • se ulle en Ios ~nos ochenta a una red de "piratas del asfalto", hasta caerpreso a fines de la decada. AI igual que Gennall, alterll~rii de/ilo con tra-bajos, pero de modo ll1:1sinestable. La "rebeldfa" tambien es una de susclaves autoexplicativas, aunl}ue sin atisbo de lectura politica: la rebeldiaes contra el padre. Asi comienza su historia:

    ell seis meses la plata no te alcanza, que trabajas y trabajas y no podes llegara 10 que vos queres. De ultima decis "loco, yo voy, robo, y esta plata quehice en seis meses la tengo en una hora 0 en dos".

    I ,0 mfo empieza por una rebeldia haeia la persona que me erio, mi viejo.Lo tmnaba en revancha yo. Pero no pensaba que se me pegaba, que se te vapegando, que te va gustando. POI'que ponele, uno no empiez,a can un banco,empez,as can un mfsero vaqnero, vas no tenes el vaquero, yo no tenia ropaybueno, yo querfa el vaquero ... y enganchaha una casa y me 10 descolgaba,de frente march ... 2para que vamos a andar con vueltitas? Y bnello, despuesdel vaquero venfan las zapatillas ...

    Trabajar es "parar", pero lejos de servir como incentivo para dejar derobar, es una experiencia de Ia dificultad de la ganancia en el trabajo, 10que legitima asf su eleccion primera, Tambien establece una oposiciontemporal entre el trabajo y el robo, ya no como dos proyectos de vida,sino por la abismal diferencia de tiempos necesarios para conseguir 10mismo. Como "pi rata del asfalto" se dedica al robo de garrafas y des-pues de eamiones de medicamentos: personas denu'o de los laboratoriosdaban la informacion de los cargamentos y las rutas, y algunos "clien-tes" fijos les "encargaban la mercaderia" de antemano. Su historia hacehincapie en un punto poco tratado en la literatura criminologica, maspreoeupada por trazar fronteras enu'e delito y ley: la existencia de mer-cados de distintos bienes donde 10 legal y 10 ilegal estan interconectados,recordandonos que la economia es una e indivisible. Su carrera se truncapor una "caida" que no se perdona: el robo a un colectivo por Ia cualleclan cinco anos de carceL Una y otra vez vuelve al hecho: "No entendescomo podes caer de tan grande que venis, a tan chico que caes: si andasrobando c1esde hace mucho, tenes que entender que un colectivo no po-des robar". En la carcel de Olmos tiene que pelear hasta hacerse un lugarcomo laelt'on, ya que es tildado de "cachivache" por su desliz. Reitera unaescala de jerarqufas entre ladrones, que se mantendr:'i, al menos en losc1iscnrsos, hasta eI presente:

    Su relato CallCllenla can 1a idea cia sica de la criminologia de Ulla "ca-rrera delincuente" incremental, narranclo objetivos cada vez mas valiosos,de ropa a bicicletas, despues eJectrodomestieos, hasta que se cantaeta COil"gente que Ie ensefia a robar bien" y comienz:m los ''raIlys'' par carni-eerias que disponen de grandes c~lltidades de efectivo. A diferencia deGennall, mas cercano ala hip6tesis de la "asociaei6n diferencial", porla eual el grupo de pares va imaginando y legitimanclo conjuntamente eIc1elito, el periplo deJuan se aproxima mas a la idea de "autoseleccion": ladecision es individual y luego se busca a otros que ya optaron por el c1elitopara aeompafiarlos en los hechos.2 Si bien describe una epoca con menorcontrol policial que la presente, por 1l1omenlos "paraba" y trabaj~b~:

    A IIIf 10 lIue 1IIe detenfa 1II11dwera que yo JIIe iha y volvfa de mi casa.Cuando volvfa lIIe ponfa a trahajar. POl' ahf paraha un mes, dos meses, treslueses, medio aiio, lrabajaba ... pero volvfa de vuelta. Ya no era un vicio, yaera una necesiclad de volver a robar. Porque vos vefas que de tanto sacrificio

    Porque no es ley de carceI robar un colectivo, el preso esta resentido con elque roba eI colectivo. Alios atras, un colectivo tumbero, como Ie dicen a losque van a Olmos, fue asaltado, Ie robaron toda la mercaderia que lIevabanpara los presos, a los familiares los golpearon, y estan mal mirados. Vos estaspor un bondi y esta mal. En sf, te teues que peIear mucho. Rasta que terespetan, basta que aparece gente que te conoce, que realmente te conoce,que Ie vio robando bien ... y podes tener una equivocaci6n en la vida [... ]Te tenes que ganar eI puesto. EI puesto de chorro. Porque es ley de chorrosser chorro. Si vos no sos chorro, sos un bardero en la calle, quedas comohardero. Terminus lavando ropa de los otros, y bueno, tenes que pelear mu-cho para hacerte respelar, pero no me quejo. Vivf como un ladr6n. AlIatenes que ser ladr6n; si no, no sirve. Es como ad, vos sos policfa afuera, sosabogado, sos una persona de bien, sos medico, sos bien. Pero alIa no vale nieI medico, ni el policia, Ili el abogado. AlIa sos chorro y listo.

    2. El debate sobre el peso de los grupos de pares eSuno de Ins temas celllrales en lasociologfadelcrimen, alpUlltoque Kercher,luegnde IIntrabajo exhauslivosourela relaci6ueutre delito y gmpo de pares en las leodas del sigloXX, Ilegaa afirmar que "Ia asociaci6nCOil fJtrps criminales es de nlanera consist"ente el predictor tnas flJerte de cOlnportamientoilegal".No hay,sin embargo, acuerdo sohre un punto de dehate central: el ordell temporalentre el eSlahlec;mienlode relaciones con pares delincl1enleSy la realizaci611de accionesilegales.Unapostura, estahlecidaya por SUlberiand,esque el delito se a[wendede (,lros,por10 cualla asociacioncon pares precede a Inscomporlamientos delictivos,proclucienc!oseutiproceso de socializacionsuhcnltural, Jo que Seha dado en Ilamar "asociaciondiferencial".La poshna conlraria supone que Ia formaci6n de hanelases el resultado de un efecto deselecci6u,eu el que un individuo con detenninaclosintereses busca re[acionarsecon otrossimilares("IospojatOsde una mismabandaclavuelansiempre juntos", comoafinnan Gluecky Glueck en 1950). De todos modos, algunos trabajos actuales no oponen ambas hip6tesiscomo exdllyentes sino,por el contrario, reforzondosernutllalllente(Kercher,1988).

    No es una noveclad la existencia de jerarquias dentro de las prisiones.Miguez (2008: c~pitulo 3) presenta en detalle las "taxonomias tumberas"

  • y tambien subraya que no debe!). considerarse como reglas tijas e in-mutables ni idealizarse su eficacia en el pasado. De todos mod os, sor--prende su perdurabilidad discursiva. A pesar de los profundos c
  • del torno.Y esa es la plata que mas 0 menos dumba. Porqll~ en sf,yo tuve ladesgracia de tener dos parejas atmomento de caer en cana, pero ninguna de!asdos sabia adtninistrar la plata.

    antes de pagar saliamos corriendo. No sadbamos plata las primeras veces.Pero despues un dia no se que paso, busdbamos comida y encontramosplata. Primero era para corner, despues era diversion, despues era pOl' Iaplata y bueno, caiamos presos y cuando saliamos querfamos mas plataporque querfamos hacer esto, querfamos hacer aquello, ya la mentaIidad[uecambiando de apoquito nos fuimosdando cuenta que alga de la practicate va cambiando a medida que Johaces.

    Al terminar la charla, nos dice que no qHiere tomar ning{in riesgom~s, la amenaza de fa carcel, perder ailos, 10 mantiene tranquilo "prw.qHe vos ves que hay gente que por una hala pierde anos y anos, quecuando salls no conoces ni la maquina de 10s co]ectivos. No sabes quees una tarjeta de credito, no sabes como es la plata". Y termina conuna reflexion sobre su historia y una vuelta a la responsabiIidad de supadre: "Si, ellaburaba, pero yo tenia hambre. [... J no sirvo para pedir.Es algo que siempre me da vergiienza, pedir. Quiz~ por eso lie quepreferi aprender a robar".

    Aprende a moverse con soltura en la ciudad, a escapar de la polida yde los institutos de minoridad. Al principio se trata de mera superviven-cia. Poco a poco, esto va cambiando: el deseo de bienes nuevos apareceen la misma medida en que va robando y accediendo a ellos. En el mismolugar vive el otro personaje central de su historia, el Percha. Es un traba-jador del mercado central de alimentos de la ciudad, entre la bohemia y lamarginalidad. Por un lado, el Percha marca constantemente una Fronteramoral entre ellos: el es un trabajador que "hace la segllnda" y se encargade vender 10 robado, pero que, lejos de establecer una complicidad, re-fuerza la distancia moral entre ambos, puesto que eJ "nunca se queda connada" del dinero que obtiene. De este modo Luisito 10recuerda:

    Contactamos a Luisito, cinco anos menor que .Juan, gracias a unade las organizaciones sociales para "j6venes en riesgo" que surgieron afines de los aiIos ochenta. De una c1asemedia rural de la provincia deBuenos Aires, su madre los abandona, el padre se pone en pareja conuna mujer que segun Luisito los estafa y se queda con la casa y el peque-no campo. Sin embargo, ella vuelve pocos afios mas tarde, el padre laperdona pero Luisito no: a los 11 afios intenta matarla con una escopetay se escapa: primero y,aa otro pHeblo a buscar a SHmadre porque "que-ria conocerle la cara", pero como ella se desinteresa por el, toma un trennunbo a Buenos Aires. Relata una ciudad y unos habitalltes amigablesco\1 los "llifios de la calle", qHe aun no hall sido identificados, como enlas decadas sigtiientes, con algun tipo de amenaza. POI' el contra rio, lagente 10 ayuda: Ie dan comida, 10 orientan y as! da con un lugar dondevivir. La cilidad de los setenta conta ba todav!a con espaeios publicosh

  • en contacto con una organizacion. Se transfonl1a en "operador social"conta~ta a otros jo:renes. con una ,trayectoria comparable a la suya, s~capaClta en eI trabaJo socIal ya mediados de los noventa es invitado a unencuentro nacional de organizaciones sociales a cont~l1'su caso. Cuando~o conocimos, todavia veia a su amigo de entonces, Mosca, que habiall:stalado ~n pequeno negocio en Santa Fe, !a ciudad en la que habia na-cldo. Segun nuestro entrevistado, Mosca a veces volvia a Buenos AirespOl"que"siglle robando aca y vende alIa, en su negocio".

    A diferencia de Mosca, y al igual que German y Juan, Luisito noahorra y sale ~e la carcel sin nada. Pero hay una distincion importanrecon los dos prnneros: las armas. Mientras que la pregul1ta de la crimi-nologia es la Frontera de la ley, para muchos entrevistados la decisioncentral en sus trayectorias habia sido eI uso 0 no de annas. Cuando,como ha~e ~osca, deciden no robar con armas, se dedican a un tipo dehecho y J3mas a otros. Las armas son un eIemento central para respon-der una pr~gll~~a clave a .la hora de caracterizar a los actores: eI gradode es~eclahzaclOn, es declr, que tip os de iIegaIismos son pasibles de serCOl1lbllladospor IIn mismo individllo y cllales no. Quienes deciden fe-~reamente no IItiIizar armas, podran dedicarse a hurtos de distinto tipo,lllcluso a.rrebatos con al1lenaza 0 violencia flsica, pero jamas a hechosqU,ereqmeran armas. Esta podria ser una clave que permitiera expIicar lacalda paraleI~ de hurtos y robos de automotores en eI area metropolitanade Buen~s Aires al ~enos entre 2002 y 2008.3 Los nuevos dispositivos?e segundad cOlllphcaron el hurro tradicional, 10 que hizo temer que selllcrementaran los robos cuando estaban los conductares. Siu embargo,los datos muestran una disminucion de ambos tipos de delitos. Por ende,no se ha prod~lcido undesplazamiento de hmtos a robos, esto es, ql1ie-nes robaban Slll armas no han comenzado a utilizarlas para quedarse enese mercado delictivo, sino que han desistido 0 han virado hacia otroshechos, p~esto que no usar arlllas es un limite infranqueable para unsubgrupo lmportante de actores.

    entrevistados y el delito. Padres, herl1lanos, parejas, abogados, policias,jueces, trabajaelores sociales, psicologos, nosotros y ellos mismos, hallplanteado con frecueneia la pregunta sobre las razones de sus periplos.511snarraciones se habian construido en la interaccion con los diversosinterIoClltores significativos de sus vidas, pew lejos estal1lOSde creerque se trate de un relata acabado e invariable. Las respuestas a !as mis-mas preguntas pueden variar seglln la circunstancia, el oyente y, porsupuesto, a 10 largo del tiemjlo: cuanto maym"es eran 0 mas tiempohabia transcurrido desde [os hechos, mas reflexividad evidenciaban.

    A diferencia de las teorias criminologicas (lue intentan expIicarIa ruptura de la ley en genaal, eIlos pueden centrarse en las razonesde cada hecho en particular y recien retrospectivarnente constTuir unreIato relativamente unificado sobre su trayectoria. En gran medida,porque la movilidad lateral entre trabajo y delito se opone a la idea deuna entrada en la ilegalidad sin retorno, concibiendo I)or el conrrarJoel abandono temporal 0 total de los ilegalismos. Es decir, son contadosquienes, COIIIOGenll

  • Bueno, yo no tengo un oficio, yo siel11preme tuve que rebuscar de dislintafonna de lrahajo. 0 si no es poniendo eI hombro, haciendo alguna cosa,pero manllalmente no tengo oficio [... ]Y despues eI tema este que yo te dijela otr.avez, hay un monton de trabajos que es imposible pensar. 0 sea, a mide caJero no me van a lomar.

    o disponibilidad para la acci6n que se con creta no por alglin tipo deinexorabilidad sino por facto res circunstanciales.

    German, Juan, Mosca, Luisito, Alejandro y Enrique no condensantoclas las experiencias de esta primera epoca, pero permiten cuestionaralgunas ideas sobre el pasado. En especial, pensar que el desdibujamien-to de fronteras entre trabajo y delito es solo reciente y que antes loslimites eran bien precisos. En todos los casas, el mundo del trabajoesta presente, de manera diversa. Como ingreso estable entre golpes,como coartada, como limite moral can 105 propios ilegalismos, comoforma de comparaci6n entre 10que se gana can una y otra actividad; deun modo u otro, pareciera que nunca fueran dos mundos excluyentessino que habra diversas fornns de combinadas. En efecto, la relaci6ncon el trabajo es particular: en general se elige el delito antes de tentarsuerte en el mundo laboral. Esto, sumado al usa particular del dineroque vimos, cuestiona las teorias criminol6gicas que indican que el deli toes una opcion como resignaci6n a fracaso laboral, a bien una alternativapara alcanzar una movilidad social en forma mas rapida. Cuando recha-zan el proyecto de vida de la clase trabajadora, tambien se apartan delascetismo 0 la austeridad que ello supone y adoptan una forma veloz degastar y de consumir 10 robado.

    En segundo lugar, en la mayoria de estos casas, mas alia de intentarevocar las claves de la propia trayectoria, cruzar la ley no es alga quesurja desde el principia como un problema. No se 10plantean como unaentrada al deli to, sino que explican un hecho, luego el siguiente y cadauno bien puede tener su propia raz6n. La explicaci6n de cada eventono es la misma que la de toda la trayectoria; esta sf, en cambio, es cons-truida retrospectivamente dentro de un relata con un mayor grado degeneralidad. A diferencia de la pregunta por la ley, la cuesti6n del riesgode caer preso, mas que de morir, se les presenta rapidamente. Pero eseriesgo se gestiona incrementando el sentimiento de inmunidad subje-tiva mediante un intento de manejo de la escena can rapidez y sangrefda, y guardando dinero para negociar la liberaci6n a estableciendoseen una especialidad que equilibre el balance entre riesgo y beneficiaesperaclo.

    Los relatos de este perfodo ubican la decisi6n de robar como resul-tado del propio derrotero previa, a de las circunstancias, y a veces nisiquiera plantean una causalidad fuerte. No hay practicamente referen-cia a Jos medias de comunicaci6n, a la televisi6n o.a la cultura populary, si bien hay autoselecci6n y alga de asociaci6n diferencial, no aparecela presion de los grupos de pares, como sucede en epocas mas recientes.Lejos de laiclea de una iniciaci6n a rito de pasaje de los mas j6venesbajo la egida de los mayores, en general, cada uno tuvo que aprender

    No queda claro si cometio ese clelito 0 si la policfa aprovecbo paraacusarlos a el ya otros chicos del gmpo a fin de "dispersarlos", comoasegura. Alejandro, pero 10 cierto es que ese primer hecho, real 0 no, yen. partIcular sus consecuencias son una de las c1aves explicativas de losValvenes de toda su trayectoria posterior. Enrique, de la misma ecladvjl~c,da sus vicis~tudes con la locura por amor, la bmjerfa y 1111 mal qu~10II1vaderepentmamente. El delito es un saito al vacfo en un lIlomentode desesperacion. FI eje de su historia es la relaci6n con una mellor unesdndalo que termilla en un casamiento al que Ie sigue una rel::l~i6nenfenniza, dinero ganado trabajando que se gasta en quiniela, alcohol,drogas y regalos que, ell los lIlomentos de furia, destruye.llay violellcia(~olIlestica, Ul~a.separacicJn que no acepta, Ull roho a un taxista y unahbertacl condlclOnal que no cumple. Acusa a una vecina de "hacerle untra.bajo para destruir Sll pareja" y siente que tiene "un diablo atras, al-gu~enque me: esta chupando [... ]. 2Por que? Si yo era huen pibe, 2porqne estoy haCIenda estas cosas?". EI delito era una vaga idea que Ie dabavueltas en la cabeza, como una opcicJn mas 0 menos fantasiosa que ellun ll1omento se precipita 0, almellos, esta es la forma en que el 10relata:

    ~o, 10tenia pensado, lo tenia planeado de antes, pero no tenia un empujon.I~,ntoncespaso un pIbe, otm m~s, que no tiene problemas COil nada y dicevamos a chorear ... y dale, agarramos a nn taxista, holudo, es Licilcon unrevolver de jugnete. Estaba maI, 110tenia un mango, no queria vivirm~s,noqueria saber nada, mi vida estaba jugada, percHa mi senora, mis hijas esdncon .ella...; mi vieja que tenia diabetes, que estaba ciega, pohre. Ya estabamettdo en un p07:0... l1n p07.0depresivo que 110podia salir... Entoncesahf... Ie digo a Rosana, yo tengo que laburar, yo necesito unos pesitos... Ysejunto toda una bola de nieve en la cabezay dije bneno.

    EI clelito es una suerte de fuga hacia adelante sin direccion deter-l~tinada, Ullamanera de echar pOl' tierra un estado de cosas angustiante.I',n efecto, a partIr de alIf todo cambia para el: entra en el circuito deIibertad cOlldicional que no cumple y se precipita hacia una judiciali-zaci6n 110 resuelta. Su testimonio interesa para cuestionar la Iinealidadtemporal implfeita en la idea de planificacion. A rnenudo, como en estec~;o, es el juicin retrospectivo el que atribuye una supuesta planifica-cIOn a un hecho en reaJidad poco calculado. Mas bien, ulla vaga idea

  • solo, 0 con otros pero con muy PQcainformacion, mediante ensayo yerror. Pero en todos los casos, y a diferencia de 10 que se contan! enlos dos periodos siguientes, hay menos oportunidades e informacionessobre ilegalismos. Es una tarea casi secreta, y los lazos se van constru-yendo lentamente a traves del tiempo.

    La criminologia ha ubicado 1a privacion relativa como una de lasclaves para explicar el delito. En los relatos, esta y la privacion absolutaestan presentes, a veces como aquello que se busca resolver en cadahecho y, en otros casos, como una motivacion mas general Clundo in-tentan encontrar las claves para dilucidar toda una trayectoria en lugarde las causas de un hecho determinado. Pero pOl'10general, nunca hayuna excluslVareferencia a la privacion. Las otras variables que eligenpara explicar sus trayectos son diversas y no siempre coinciden conlas explicaciones sociologicas. En un polo, German, con un discursoestructurado y complejo sobre los pIanos en los que se juega la desigual-dad y la rebeldia frente a la injusticia. En e1otro, Enrique, con la ideade un diablo en el cuerpo. En medio, la apelacion a la avaricia paterna,el deslizamiento casi imperceptible en la supervivencia cotidiana 0 undelito cuyas causas no son muy claras pero si 10son sus consecuencias.Deciamos en la introduccion que se trata de un dilema central parael investigador: 2que hacer cuando las explicaciones de los actores seresisten a inscribir su historia dentro de una logica de dominacion 0privacion? Una opcion es hacer una operacion de interpretacion 0 "tra-duccion" de las razones persona1es en variables sociales. Pero, tal comoafirmaba Latour, se corre el riesgo de imponer una metanarrativa maspoderosa que la esgrimida por los propios actores. Nuestra posicion estomar en cuenta los relatos autobiograficos no como la clave de bovedaque explica una trayectoria, pero sin imponer tampoC() una narrativaalternativa acorde a nuestros principios teoricos y politicos. Entendertambien que la pregunta no tiene el mismo estatuto para los actores quepara la teoria criminologica. Mientras que 1aidea del cruce de la ley escentral para esta disciplina, para 10sactores no se formula de este modo.Hay movilidades laterales, derroteros nunca del todo previstos y relatoscambiantes que se van construyendo y reconstruyendo a la luz de [oshechos, con las vicisitudes sufridas en interaccion con una variedad deactores, entre ellos, la situacion misma de entrevista que realizamos.

    Afirmabamos en 1a introduccion que algunos elementos se man-tienen en el tiempo. Uno, como dijimos, es la existencia de jerarquiasimpuestas por la "ley de la carcel" que clasifican las acciones delictivascon un grado de reproduccion importante a 10 largo del tiempo. Otroes la relacion con la policia en 1aregulacion del deli to. Los entre vista-dos de distintas generaciones sefialan la necesidad de tener una reserva

    de dinero para negociar la libertad con la polida, asegurarse de quelos "dejen trabajar" 0 simplemente contribuir con una mensualidad 0pago sernanal; en ciertos casos, trabajando bajo las ordenes miSlllas dela polida. La fuerza que control a el espacio urbano, que franquea laconcrecion de acciones ilegales aparece una y otra vel'..En el pasado, aligual que en los tiempos posteriores, pareciera qLIela polida tiene unrol central en la gestion de ilegalismos urbanos, por 10cual es impres-cindible una continua negociacion.

    Para hnalizar, dos cuestiones a remarcar. Una, ellugar de las mujeres,ya que hasta ahora presentamos un universo casi exclusivamente mascu-lino. En 105relatas de esta printera epoca las mujeres no forman partede las redes. Asi 10resume Mosca, el amigo de Luisito: "No, no existfan,ellas en nuestros problemas no aparecfan. No las lIevabamos a ningunlado, no les contabamos nada, no las invitabamosa nada. Las mujeressiempre traen problemas". Aparece una imagen muy estereotipada de ladivision de tareas tradicionales, donde las mujeres, esposas 0 compafie-ras, no saben ni parecen sospechar 10que hacen sus parejas y tampocopreguntan 0, en todo caso, SLISopiniones no se toman en cuenta. Estosera distinto en los perfodos posteriores; talllhien nos preguntamos sireallllente fue as! en el pasado. En fin, hasta aquf revisamos relatos sobrelas causas y razones de los hechos, pero cabe finalizar retontando la pre-gunta que realiza]ack Katz (1981) en Seductions of Crime: 2

  • mayor de generaliz,aci6n, En los noventa se produce la profunda muta-ci6n delmundo del trabajo argentino, al igual que en otros paises de laregion. Durante la decada, el empleo industrial desciende en un 41% yel dcsempleo alcanza el 15%. Sin embargo, Ia situaci6n mas frecuenteno file el desempleo de larga duraci6n, como en el caso europeo, sinola inestabiliclad laboral. En efeclo, la mayor parte de los puestos delrahajo creados en los noventa correspondian a posiciones precarias,con hajas remuneraciones, sin cohertura social ni seguro de desempleo(Altilnir y Beccaria, 1999). En consecuencia, su volatilidad era muy alta,implicando una elevada inestabilidad de los ingresos. A estos puestosaccedfan, sobre todo, aqueltos con menor nivel educativo y calificaci6n,en particular j6venes.

    Este era el mundo deltrabajo de los mils de sesenta j6vcncs de entre15 y 25 alios que entrevistamos esencialmente antcs de principios de2000 y en algunos casos entre ese aoo y 2002, que habian cometidodelitos violentos contra la propiedad. La mayoria habian trabajado al-guna vez, ya sea antes 0 durante Ia realizaci6n de actividades ilegales.Fueron cadetes de delivery, trabajadores de Iimpieza y mantenimiento,empleados de pequelios comercios, cuidadoras de nilios, lavadares deautos, entre otras ocupaciones. Cuando nos fue posible comparar lastres ultimas ocupaciones, los ingresos [ueron decreciendo y tambien suduraci6n: en las primeras, el promedio fue de veinte meses, mientrasque en las segundas y terceras descendi6 a chez.

    movilidad ascendente futura, en el presente llevaba a que el trabajo fue-ra un recurso de obtencion de ingresos mas entre otros: el pedido en lavia publica, el "apriete" (pedir dinero en forma amenazante), el "peaje"(obstruir eI paso de una calle del barrio y exigir dinero a los transeuntes)y el robo: se podia recurrir a unos a a otros seglin la oportunidad y elmomento.

    Nuestros entrevistados combinaban legalismos e ilegalismos. Enuna linea de continuidad can la "16gica del cazador" que MerIden (2000)habia descrito para graficar los periplos cotidianos en busca de ingresosde quienes se hallaban par fuera del mundo labaral estable, algunosalternaban entre puestos precarios y, cuando escaseaban, perpetrabanacciones ilegales para mas tarde valveI' a trabajar. Otros mantenian unatarea principal -cn algunos casas el robo, en otros el trabajo- y realiza-ban la actividad complementaria para completar sus ingresos. En cier-tos casos, salfan a robar los fines de seman a conlos mismos compailerosdel trahajo. 2Como pensar este pasaje del trabajo a su combinacion canotras actividades? La llamamos el pasaje de una logica de trabajador auna de proveedar. En este caso, la diferencia conla logica de trabajadarse ubicaba en la Fuente de legitimidad de los recursos obtenidos. En lalogica del trahajador, esta reside en el origen del dinero: fmto del trabajohonesto en una ocupacion respetable y reconocida socialmente. En lalogica de la provision, en cambia, la legitimidad ya 110 se encuentra enel orige17 del dinero, sino en su utilizaci6n para satisfacer necesidades:cualquier recurso provisto es legitimo si permite cubrir una necesidad,no importa elmedio utilizado. La necesidad en estc caso incluia tantodimensiones de la privacion absoluta como relativa. Asi, se trataba dealgunas consideradas basicas, par ejemplo, la comida, ayudar a la madrecan los gastos de la casa, pagar un impuesto, pero tambien comprarseropa, cerveza, marihuana, festejarle un cumpleanos a un amigo y hastarealizar un viaje para conocer las Cataratas del Iguazu. Como en el casode Andres, para quien la provision era la Fuente de legitimidad de susacciones:

    'Nos encontramos can una segnnda generaci6n can inserci6n ines-table. Sus padres, en general j6venes, hahfan ingresado al mercado detrahajo a mediados de los alios ochenta y presentaban biograffas labo-rales signadas porIa inestabilidad. De hecho, tuvimos que entenderque la pregunta c1iisica~2que hacen tus padres?- no era respondicla tansimplemente apelando a un oficio 0 una profesi6n, sino mas bien conuna descripci6n puntua/ de 10 que estaban haciendo en ese momenta.La idea de la ocupaci6n era, en l11uchoscasos, una idea acotada tempo-ra/mente para sus padres y para eIJos: velan [rente a ellos un horizontede precariedad duradera en el que era imposible vislumbrar algUn atis-bo de "carrera Jabot"al". Sill disimnlar la amargura, un joven nos decia:"2Que te parece que pueclo esperar? Como miiximo, un lahurito cle 180mangos durante tres meses. Desplles, nada durante un tiempo. Otrolaburito de 180,200 mangos pOl' un tiempo. Despues nada de nuevo ...y as! siempre". Si la inestabilidad Jaboral dificult:Jba imaginal' alguna

    A veces nos Ilevamos bien, a veees mal con mis hermanos, porque a mino me gusta pOl,"queellos no aportan en mi easa. Entonees yo traigo paracomer, para Ios gastos de mi mama. Y ellos se gastan todo yeomen dearriba, Nli mama trabaja ... va a cumplir 60 ailos y trabaja. Entonces, yosalia a robar y ponia la plata para los gastos, para la comida, pagaba Ja luz,los iJ1lpuestos, yo iba ahi a poneI' el pecho, me podian matar, para dades decomer aelIos, porque ellos carnian graeias a 1111.

    En Ja logica de provision, legalidad y legitimidad de las acciones sesepa ran. Asi, una accion ilegal, pero orientada a la provision, se propane

  • como mas legitima que el trabajo legal de los hermanos que no buscaese fin. Al igual que en la prim((ra epoca, cuando combinaban trabajoy robo, much os tendian a establecer el regimen de las "dos platas": eldinero dificil, que se ganaba con esfuerzo en el trabajo y que costeabarubros importantes (ayuda en la casa, transporte, etc.) y la "plata Hcil",que se obtenia mas rapido en un delito y que, de la rnisma manera, segastaba en salidas, cerveza, zapati!las de marca, regal os, entre otras. Contodo, hay una diferencia importante con el periodo anterior. Antes la"plata dulce" marcaba un apartamiento del ascetismo y la austeridad delproyecto de vida ligado al trabajo estable en el mundo popular. AllOraese objetivo cayo y las opciones de consumo son mayores, por 10 cualse establecen dos circuitos de gasto diferenciado pero necesariamemecomplementarios para su justificaeion moral. Al fin y al cabo, usar laplata faeil para satisfacer las necesidades personales permite qne la di-ficil cubra las demandas familiares, y es esto ultimo 10 que legitima engran medida, al menos para elIas, la logica de provision, como en estetestimonio donde el ingreso del trabajo se complementaba con algunosrobos:

    Me la gaste con mis amigos. Fui a joder. Con otra genre fui. Despues, nose... despues hice un par de maxikioscos... pero no, no me gusto mas eso.-2Yel sueldo para que 10 usabas? 2Manejabasvos la plata?-Si, la manejaba yo y mi vieja. Yo iba, cobraba y Ie daba plata a mi vieja,me compraba ropa yo, y Ie preguntaba 2que te hace falta?Y ella me decfa.Agarraba, Ie daba la plata y yo me compraba ropa, todas las cosasque hacfanfaIra,y despues Ie daba a mi vieja.Mi vieja gastaba en la casa.

    Desprovisto de sus atTibutos tradicionales, el trabajo se revestfa denn sentido meramente instrumental, acercandose alas restantes formasde provision. En esa mutacion, la ley perdia eticacia simbolica y prag-matica. Algo sorprendente en todo el trabajo de campo fue la dificultadque tenian para percibir la existencia de la ley, entendida como ullaterceridad, ya sea ulla institucion 0 un individuo, que Icgitil1lamculepodia intervenir en 105 conHictos privados. En efecto, no cOlllprelldianpOl' que razon si robahan y, cercados por la policia, devolvian el bOtln ala victirna y hasta Ie pedian perdon, igualmemc cran detenidos. Menosocnltaban su indignacion cuando contaban que un vecino los habia de-nunciado por robar en otro barrio: "No entiendo ... 2Y el por que scmete, si yo a el no 10 robe?". Tal dilucion de toda instancia facultadapara intervenir en los conHictos privados ]legaha al punto de obviarcnalquier referencia al Estado como responsable de sus suenes. Cuandoal termino de una descripcion de sus padecimientos econoluicos se lespreguntaba que rol cabria al Estado en su resolucion, a menudo la pre-gunta ni siquiera era comprendida. "2 ... e1estado de llue?", preguntabanun tamo perplejos.

    Nos preguntamos que lIevo al desdibujamiento de la ley, ya queaquello que la Iiteratura ha lIamado "socializacion legal" (Fagan y'Tyler2005: 217 -242) parecia haber entrado en crisis. Con este concepto sehace referencia alas experiencias tempranas con distintas institucionesque !levan a una mayor adscripcion a la ley. Una diferencia con los es-tudios anglosajones es que ellos otorgan una importancia central a larelacion con la policia y las instituciones de justicia, mientras lJue noso-tros considerarnos que las agencias y actividades significativas son masamplias, con gran peso de las experiencias lahorales. Lo cierto es queningUI'la instirucion aparece como representante de la ley y, menos quemenos, la polida. Para ellos se trata de o(ra banda, potentemente armaday preparada, a la que se tewe mucho mas jlOt-la posibilidad de Illorir 0 serlastimado al caer entre SllSmanos que por la certeza de ljlie los conduz,caante Ja ley. No es qllc carezcan de vinculos con instituciones: tienen unavariedad de relaciones farniliares, habian ido 0 continuaban yendo a laescuela, ensus barrios hay organizaciones sociales, agencias del Estadocomo comedores escolares, iglesias 0 clubes deportivos. Sin embargo, sino conocieramos sus barrios y nos guiaramos solo por SliSdescripcionesdel lugar, pareceria que hay solo. casas, alguna escuela y quizas una igle-sia. Diffcil es encontrar las marcas subjetivas de tales instiruciones, illClu-so de la propia escuela, que !lamamos en su momento una "escolaridadde baja inrensidad". Del barrio, pOl' ejemplo, se habla con exterioridad,

    En este contexto, tienden a establecer una relacion instrumental conel trabajo. Y no se trata solo de la inestabilidad de los ingresos: cuandose ahonda en sus experiencias Iaborales, es evidente que estas no podrianhaber generado el tipo de socializacion historicamente asociada al tra-bajo. No hay rechazo total al mundo deltrabajo ni a la movilidad lenta,~ino la caracterizaci6n de una ocupacion por definicion acotada, rnagrosmgresos y con pocas cualidades. Relatan pasajes cortos por ocupacionesdiversas, que no Ios calificaban en un oficio 0 actividad determinada.La inestabilidad dificulta la construccion de una identidad laboral dealglin tipo: de ofieio, sindical 0 incluso de pertenencia a una empre-sa. Tambien es poco probable la conformacion de vinculos duraderosen grupos laborales. Asi las cosas, la desestabilizacion de importantessegmentos del mercado de trabajo en la decada del noventa ha tenidoun impacto en eI deli to, no solo por la carencia de puestos sino por lascaracteristicas que asumian aquellos que efectivamente existian.

  • como si fuera una comunidad social y geognifica externa: "EI barrio nonos quiere", afirmahan una y otra vez, describiendo las form as en quelos vecinos iban colocando dispositivos (rejas, perros, construcci6n decemento) para evitar que se junta ran delante de sus casas, corriendolospaulatinamente hacia los m:hgenes, donde no vivia nadie.

    Ni odio ni resentimiento: mas bien expresaban una suerte de ex-traiiamiento y lejania respecto de los adultos de sus lugares. Nuestrahipotesis es que tal distanciamiento era en gran medida e1resultado de1111aruptura generacional afectada por la crisis de las formas de integra-cion !aboral habituales. En efecto, tradicionalmente las nuevas genera-ciones ihan incorporandose al l11ulldoadulto mediante su inserci6n enlos escalones mas bajos de las estructuras productivas existentes, ya seaen las fabricas, ell los puestos de aprendices en los oficios 0 como ayu-dantes en los comercios barriales. Tal integracion no excIula de ningtiumodo eI confIicto generacional ni las formas de "desviacion permitida"(Hoggart, 1970) como !as peleas 0 borracheras, pero las resolvia dentrode estructuras de relaciones y de senti do compartidas.

    Todo pareda haberse desvanecido en esta segunda fase. Por mediode estas relaciones habia tambien un aprendizaje de la ley, en particularlaboral. Parte de la formaei6n ell el trabajo cOllsistia en ir conociendoy apelando a leyes que regulaban la relaei6n can los patrones, ya sealimitando la explotaci6n, mediando los couflictos, ante enfermedades aaccidentes 0 en la puja distributiva por benefieios. Nada de esto siquierase insinua en los relatos de nuestros entrevistados, hi de su propia ex-periencia ni de la de sns padres. Narraban arreglos laborales de palabrasin ningnna reglaexpHcita, ni siquiera la paga. Algunos sufrieron acci-dentes laborales y fneron enviados a sns casas, heridos, en el momentomismo, sin recihir atenci6n medica. Es decir, el mllndo del trabajo sehabfa ecIipsado como un espacio de experiencia de la ley, erosionandola soeializaci6n legal.

    Dedamos en la introducci6n que nuestros trabajos cuestionaron la"elecci6n racional" como nna actitud natural. En ella se basan [as "teoriade la disnasion" que sirven de jnstificaci6n a parte de las poHticas actua-les. Basados en los trabajos de Becker (1968: 169-217), quien considerael de1ito como una actividad economica, se propane 11naumento de !aspenas y de la probabilidad de ser aprehendido como principal factor di-sl1asivoen el c:ilculo previo aI accionar. Becker tambien da un lugar cen-tral a !as multas como fortna de disuasi6n, pero Ios trabajos posteriores

    parecen haberlo olvidado. Esta teoria presupone que estamos frente aactores racionales, un homo economicus que se maneja can caIculos decosto-beneficio antes de emprender cada una de sus acciones. Aharabien, el tipo de c:ilcuIo que nu~stros entrevistados pare cia desplegaren sus aceiones era muy limitado: se trataba de acciones rapid as, canvfctimas elegidas en el momento, casi sin premeditacion. Un obstaculopara realizar una eIeceion racional era la limitacion del horizonte tem-poral imaginario. EI "consecuencialismo" (prever los resultados de Iosposibles cursos de acei6n) es un componente central de esta teoria. Peroanticipar las consecuencias requiere vislumbrar un tiempo mas alIa dela acci6n, un futuro en el cual se padeceran los resultados de haberoptado par eI deli to. Los relatos evidencian una fuerte fragmentaci6nespacial y temporal. Cuando narraban los diferentes sucesos, describianescenas cerradas sabre si mismas, can objetivos especificos: "N ecesitabaplata, saH a buscar"; "consegui un trabajo, necesitaba plata para viajar,saH a robar para eI colectivo". Cada escena era antorreferencial, teniaun principia y un fin, y en !as decisiones que se tomaban, no parecianrealizar una evaIuacion mas alIa de los Hmites y objetivos de la situaci6n.

    La 16gica de la provisi6n se articulaba can otra, una suerte de guia deprocedimientos para estas escenas cortas, el "ventajeo", de "ventajear".Se puede definir del siguiente modo: en toda interaccion en la que medieun conflicto de intereses can el otro se debe "ventajear" al competidor;es decir, obtener 10 deseado apelando a cualquier medio que se tengaal alcance. Tiene un aire de familia can la idea de "factor sorpresa" delos ladrones del perfodo anterior, ya que busca controlar el manejo dela escena, pero hay una diferencia: el ventajeo puede legitimar el usade la violencia si se presupone que eI otro esta armado; es menos unamaxima de control de todo el acto que una forma de adelantarse a losmovimientos del otro. Ventajear, ademas, no rige solo para los ilega-lismos, sino para la provisi6n en general, ya que no prescribe un unicocurso de acci6n sino que este se decide en el desarrollo mismo de lainteraccion. Asi las casas, un pedido de dinero en la caIIe sin exito puedetransformarse en un "apriete" y, si este tam bien fracasa, terminar en unrobo. Ventajear es un atributo de la accion: Tener buenos reflejos parahacer el movimiento necesario antes que el rival, anticipandose sobre lajllgada del otm, como en las peliculas de cowboys, donde sobrevive el pri-mero que desenfunda su rev6lver, dispara y acierta. EI ventajeo aynda acOlllprender el aumento de los homicidios ante pequefios crfmenes quetuvo lugar en los afios noventa. En un contexto de fuerte incrementode la posesi6n de armas en los hogares, Ia 16gica del ventajeo legiti-maba disparar ante el minimo movimiento que hiciera sospechar quefa vlctima pudiera tener un anna, tal como se desprende del siguiente

  • Algo hacia, con mi tio: Ie daba una mano, Ie pintaba las cosas, Ie cortaba elpasto ami otro tio, que seyo, plata siempre tenia. Aguantabas hasta el fin desemana con eso,y despues, despues tenia la ot1'aplata. T1'abajeun tiempo enpanaderia despues, ahi me acostumbre a trabaja1',como panadero mas quenada. Estaba con gente grande, gente que andaba robando bien y a vecessalia a 1'oba1'con ellos y ganaba muy buena plata, muy buena plata, hacia ladife1'encia.-~A que te dedicabasen ese entonces?-A las dos cosas,1'obabay t1'abajaba.Hacia una changa, pero si era p1'eferible1'oba1'antes que hace1'una changa, la changano te lapagaban nada y robandotenia mas plata.-2Hiciste esto en forma paraleIa?-Si, pareja. Seisanos. Digamos, seismesesbien y seismesesmal. Seismesesderecho y seismeses izquierdo.

    migrantes del con urbano, deja la escllela, no pasa grandes necesidadespero no tiene dinero para gastar. EI primer hecho es narrado como unasucesion de eventos no planificados: esta con un grupo de amigos, lIeganotros, van charlando de ir a robar, la primera accion en un almacen salebien, roban a transeuntes yen la ultima hay una muerte que no conside-ra suya. Describe una red de unos diez adolescentes, que por 10 generalse dividen en grupos de tres, uno de los cuales iba primero a reconocerel lugar y luego entraban a robar. Cuenta que Ie pegaban a la genteque se resistfa y que no pensaba 10 que les podia pasar porque "tenesque ir y que va a salir, y que va a salir. Si vos vas con otro pensamiento,que te van a matar, que se yo ... bah, yo cuando voy siempre pienso eneso". rftxlo su relato, entrecortado, son descripciones y reflexiolles muyescuetas y el detalle mas 110torio es la idea del "fin delmundo": a finesde 1999, cuando 10 conocimos, dice creer que a fin de ano se acabara elmundo, que quedar.in pocos y que no llegara a grande.

    testimonio: "Antes asustabas a alguien con un chumbo en el bolsillo,ahora tenes que ir con el dedo en el gatillo, porque cualquier perejilest:1 armado". EI ventajeo es una logica que privilegia exclusivamentelos fines, a los que en ultima instancia no debe subordinarse ningunmedio ni ninguna ley.

    Fernando ha alternado en forma perdurable trabajo y robo durantevarios aiios, tal como nos cuenta:

    -2VoSpara que pensas que te sirviola escllela?-A Illi no me sirvio para nada. Porque no se nada.-2Nunca trahajaste?-No, plledo Ilegar a trabajar. .. pero no se... no se en que puedo trabajar.-2Y como te imaginas en eI futuro?-No, pOl'queno voy a ser mas grande. Nos vamos a lllorir todos en eI 2000.Para el otro ano ya estamos todos muertos entonces.

    Su caso es casi un arquetipo de logica de la provision, una estrate-gia estable y planificada de antemal1O, si bien es posible que esto searesultado de la recol1stmccion retrospectiva y que los hechos se hayanentramado como oportunidades coyunturales. En efecto, asi era en lamayoria de los casos. Si la logica de provision fue quizas el hallazgo masimportante de este periodo, no se deb en olvidar otros periplos, como elde aquellos que jamas habian trabajado. En particular en los mas jove-nes, no habia experiencia laboral, pero tampoco era un relato similar alde la primera epoca con una opcion deliberada por las actividades ile-gales. Algunos eran muy laconicos en sus respuestas y casi no llegaban aconstruir un relato autobiogTafico. Eran entrevistas diffciles durante lascuales opera ban las diferencias de edad y de clase con los investigadoresy no habia ninglin interes por contar la propia historia; una narracionque posiblemente todavia no habian armado.

    Machuco tiene 16 aiios cuando 10 contactamos en una instimcionpara j6venes en conflicto con la ley. De sectores populares, hijo de

    Sin duda, es necesario ubiear ese relato en eontexto: un adoleseente,en una institucion, privado de slllibertad por un homicidio cuya aurorfano est

  • vida es fea. Porque tenes que ir, estar. .. trabajar, y despues]a plata no valenada. Entonces, en cambia, si vas vas a rohar, en un par de minutos tenesun monton de plata. A cambia arriesgas tu vida, 0 tu libertad, par eso. Yopienso y entiendo. Y si me toco perder, buena ...

    cumplir un deseo: conocer el pais. Pero 10 que nos interesa es comorelata 10 que sentfa en cada hecho:

    Sabia que tenia que ir a buscar algo, pensaba un poco a donde y como, ycuando, la hora ... 2Que sentia? No se. Nada. Adrenalina sentia. Como laadrenalina que no sabes 10 que es. Yo no 10 Hamaria placer, pot'que no medaba placer ir a robar. Sentia como una especie de temor, y a la vez felicidad,y a la vez te pasan casas por la cabeza. Son un monton de cosas. Como quesentia temor porque nunca yo por ejemplo, no me gustaria matar a alguien ...temor a que saliera alguien de atras con un anna, 0 temor de que alguno semueva ... eso mas que nada, pero gracias a Dios no tuve que usar un disparoo pegarle a alguien, cuando ya veia que estaba ... ya de un primer momentote clascuenta que va a salir bien la cosa, me dab a un poco de ... no de placer,sino de alegria, pot'que iba a tener plata. Y eso 110maS... mas que eso nosenti. Y bueno, desplles cuando ya tenia la plata, y ya estaba bien a salvo, ahisf estaba bien.

    A diferencia tiel perfodo anterior, si bien adopta un rol comparablea los profesionales y habla de su "trabajo", no adscribe al ideal de vidahedonista ni al regimen de los dos dineros. Sll relato 10 acerca al tipoideal de Ia innovaci6n mertoniana: establece una relaci6n instrumentalcon el delito como forma de acumulacion y ahorro para Ja cornpra debienes y para hacerse una posici(in, aunque parece mas una fantasia queuna decision racionalmente fundada.

    lJna novedad respecto del periodo anterior es la irnportancia de laexperienciaindividual. Algunos explican sus acciones por el deseo de"pr?bar" por sf mislnos, sin importar 10 que digan los demas. Es el casude Angel,

  • Salimos, teniamos un anna, y nos metimos a una tienda. Estabamos total-mente en cualquiera.Estabamos todasdescontroladas.Yjusto teniamos, quehabiamos conseguido... no me acuerdo cual de ellas habia consegllido uncano. Agarramos,nos metirnos y robamos... , y salimos, nos fuirnos.Encilllano teniamos nada. No teniamos ni un m6vil, nada. Porque estabamos encualquiera, era una pavada que encima que es un pueblo chico, todo elmundo ya nos conoda ... era porque estabamos asi... no teniamos ni ideaen ese momenta 10 que nos podia pasar. Eramos todas mujeres. Eramoscinco. Una se qued6 en 1aesquina. Y 1asotras cuatro entramos. Agarramos,sacamos la plata, que se yo... asi, totalmente sin nada en 1acara... y todoe1mundo nos conoda. Est
  • como esencialmenteinestable y desprovisto de cualidades; se vuelve Ullrecurso m~s dentro de fa 16gica de la provisi6n, si bien morallllentesuperior al delito. Se debilitan tambien los dispositivos de articulaci6ngeneracional ell elmundo del trabajo. EI Illundo del consull1o est~ Ill~Spresente descle un comienzo, asf como las necesiclades son v
  • decadas del siglo XX, y tal como confirman nuestros informantes, partedel incremento del delito a mediados de los noventa se apoyo en lasnuevas posibilidades abiertas por la entrada de motos de alta cilindrada,que permitian nuevas acciones y escapes raudos. Es evidente que no setrata de una variable explicativa del deli to, y menos de una motivacionpara las acciones, pero si es necesario reconstruir, tal como proponeLatour, las articulaciones entre actores y objetos que producen 10 social.

    En esta etapa, la desigualdad era mayor que en la fase previa, pero laexperiencia relatada hace mas hincapie en la privacion absoluta y en larelativa en clave de necesidad, casi sin atisbo de una critica politica por lainjusticia social. Pueden reprochar 10 poco que han ganado trabajando,pero no llegan a un juicio general. En varios casos tambien hay denun-cias de violencia policial, aunque ha sido menos fi-ecuente que ellla etapasiguiente. La falta de una critica a la situacioll de necesidad puede tenervarios factores. Hay un efecto de edad temprana y de socializacion poli-tica en conformacion. Tambien el religamiento generacional servia paratransmitir valores populares de reivindicacion. La perdida de perspectivadel mundo del trabajo estable se lleva consigo el tipo de critica que es-taba en algunos de los juicios del pasado, sobre todo la idea del delitoopuesta al ascetismo y movilidad lenta de la vida obrera. La exclusion nogenera esa misma critica porque es mas dificil establecer padmetros dereferencia criticables. Asi, la relacion con el delito se construye desde uncampo de experiencias en el cual el trabajo no es el parametro central dereferencia, ni siquiera para rechazarlo. Tampoco opera casi la cuestiondel respeto, la dignidad alternativa, como en periodos posteriores 0 enestudios de otros paises. No hay enlos noventa, de parte del Estado, undiscurso sobre los derechos y la discriminacion Como veremos despues ylos movimientos sociales, como las organizaciones piqueteras, no hablanllegado todavia hasta estos jovenes. Pocos aiios mas tarde, aJ/,'Unosdeellos conocedn una reinsercion mediante un compromiso politico enestos grupos. Hoy ese periodo, fines de la decada delnoventa, nos pareceuna etapa de multiplicacion de la IOgica de provision, pero todavia sinuna politizacion ni circulacion y mediatizacion de identificaciones conlas cuales identificarse. Es decir, colectivamente estan sufi-iendo un de-terminado proceso, pero no hay dispositivos que les devuelvan una ima-gen mas general de 10 que estaba pasando con tantos otros como ellos.

    nucion del desempleo, de la desigualdad y de la pobreza, fuerte incre-mento del consumo y disminucion de la conflictividad social. EI delitodisminuye pero, como ya seiialamos, nunca llega a los valores previosde mediados de los noventa y las tasas de victimizacion se mantienenelevadas.7 En este periodo aumentan 10 que la teoria llama "oportllnida-des" de delito. En cuanto al incremento del con sumo, hay tam bien masdinero y bienes en circulacion, como autos, celulares y otros dispositivostecnologicos livianos y valiosos y, por ende, objetivos deseables de robo.Asimismo, otro factor, el tllrismo, un habitual blanco de delttos contrala propiedad en los espacios publicos, tam bien crece.8 Las encuestasde victimizacion en los principales centros Urban(lS registran que alre-dedor de un tercio de la poblacion ha sufi-ido un delito en un ano, unporcentaje bastante significativo. Esto quiere decir que la Ihejora en lasituaci6n social no estllvo acompaiiada por una franca disminucion delos delitos. Al mismo tiempo, qllizas al atenuarse la precicupacion por Jaeconomia, se aIcanzan picos en el sentimiento de inseguridad: en 2003por primera vez la preocupacion por el crimen supera la del desempleoo la crisis economica: alrededor del 80% de la poblacion considera quees un problema primordial (Kessler, 2009).

    Este ultimo apartado nos encuentra en 2007 y luego en 2010 en uncomplejo haLitacional del conurbano construido a comie~zos d: los se-tenta con alrededor de 20.000 habitantes, fuertemente esngmatrzado enlos medios y en la opinion publica como lugar peligroso. Dado qne todauna parte de la historia local se narra en fragmentos, es ditlcil conocerla aciencia cierta: en la dictadura, Ia represion habria actllado de dos modos:mediante la desaparicion y rnuerte de jovenes militantes y tambien de dis-tintos personajes ligados al delito para quedarse con sus negocios 0 confines de exterminio puro. La violencia policial contra gente del lugar, ellparticular jovenes, nllnca se detuvo. En el 2004 se monta un importante

    7. Datos dellNDEC (lnstituto Nacional de Estadisticas y Censos), si bien contestatlosdesde el 2007, senalan una disminucion del coeficiente de Gini para el Gran lluenos Aires en-tre 2003 y 2012 del 0,486 al 0,408. l.as tasas de deli to sobre 100.000 habitantes en la provinciade Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires [neron en 2002 de 2.523 y 6.742 yen 2007 de1.612 y 7.0l7, mientras qne en 1996, ya con una fuerte suba respecto de anos antenoreseran de 1.260 y 4.185, respectivamente. No hay datos oliciales completos poslenores a 200lj.Por su parte, 10s ultimos datos de enCllestas de victimizacion disportibles, reahzados por laUniversidad 'Jorcuato Di 'n,lIa a partir de 2008, llluestran enu'e esa !echa y JlllllOde 2012 lInincremento del 31,3 aI35,2% de poblacion victimizada en el Gran IluenosAires. ,

    8. Miermas que en 2004 habia 7.400.000 cellliares, en 20W ya erau 12mil10ues (hren-te Carrier y Asoc.); en 2002 se vend en 96.951 automotores y en 2011 760.000 (Rev/JillJDl!.'A, septiembre-octubre de 2011, ano XXXIV, n 255); en 2003 arriban casi 3 rnil10nesde mristas del exterior y en 2010 rwis de 5 mil10nes (Consultora \\1 basado en datos delMinisterio de 1i:rrismo).

    TERCER TIEMPO. REACTIVAC10N CON TASASDE DELlTO AL11\S

    En el 2003 comienza en Argentina un cicIo de recuperacion econo-mica y social. Se produce un crecimiento economico sostenido, dismi-

  • dispositivo de seguridad: hay fuerzas del orden apostadas dfa y nocheen las vfas de entrada al barrio para controlar quienesentran y salen.Circul::m innmnerables historias acerca de la complicidad del poder poli-tico y policial can eI delito, de desannaderos de autos, de relacion con lasdrceles, imagenes retornadas en la constmccion del estigma mediatico.

    La cuestion del delito y la inseguridad es un terna local complejo.Mas alia del estigma, es cierto que par momentos la situacion local hIellIuy diffcil, sobre lodo enlas epocas de mayor crisis social, pero no cuan-do nosotros tr:lbajamos en eI lugar. Por otro lado, la infraccion de laley como Frontera opera en el estigrna hacia afuera, pero en otro valorimportante para la vida de toda comunidad: la pacificaciolI de las relaeio-nes locales, 10 legal y 10 ilegal se superponen configurando una variedadde condnctas y personajes jlJ7,gados,sobre todo si atentan contra la pazlocal, si son neutros 0 si contribuyen a la concordia. De la combinaci6nde esos criterios surge una diversidad de dasificaeiones locales. Los masdetestados, cllya muerte 0 encarce!amiento no pocos vecinos celebran,son los "cachivaches" 0 "atrevidos", adolescentes mny jovenes que ro-barlan en eI barrio. Una subcategoria son Jos "sogueros", que hurtanJa ropa colgada II otras objetos que la gente deja afuern. En una posi-ci6n intenneclia, los "pibes grandes", en la treintena, con familia e hijos,mantienen Ja paz en el barrio y sus ilegalismos se ejecutall afuera singenerar conAicto local. En 10 alto de la jerarqufa, al igual que en la "leyde la carcel", los "dinosaurios", los "historicos" y los "sobrevivientes" (degrupos del hampa tradicionales diezrnados par la pol1efa). Son ladronesprofesionales mayores, especialir;tdos en distintos rubros y en much oscasos integrantes de bambs mfticas. Se los respeta, pero se habla pocode ellos, no se entablarfan much as relaciones y a 10 sumo tener algtintipo de dnculos con ellos hace las veces de proteccion local. POl' ultimo,una categorfa exdllsivamente femenina, las "mecheras", qne hurtan ennegocios, en particular ropa, son respet~das 0 ~l mellOS dispensaclas deljuicio moral porque ~ rnenudo son sosten de hogar rnonoparental.

    Respecto del periodo anterior, se advierten una serie de paradojas ytellsiolles, algunas de las cu;\les afectan a toda la poblacion joven y otrassolo a aqllellos que cometen iIegalismos: en general, hay mas trabajo,pero mas alejado de ellos por el estigma que pesa sobre el barrio; estigm;\que, lejos de padecerse en silencio, causa rabia e indignaci6n porque hayuna fllerte identidad local y el barrio es un lugar valorado y divertido;hay mas conSUIllO,pem mucha sensaci611de privaci6n relativa. Un rasgode epoca: la mediatizaci6n del crilnen y su condena social son paralelasa Ia mercantilizaci()n en productos culturales de esos mismos conteni-dos rechazados. A diferencia de la despolitiz,acion percibida en la faseanterior, nociones como derechos, discriminacioll y desigualdad estan

    un poco mas presentes, 10cual vuelve mas insoportable la hostilidad po-licial. EI delito no aparece como una unica alternativa en cada coyuntura,pem sf como una opeion posible para algunos de ellos, y los jovenesestablecen distintas relaciones con las cohortes algunos afios mayores,l11uertos,presos 0 retirados. Veamos cada uno de estos temas.

    En tanto que desde 2003 la economfa y el empleo se recuperan,cuando estuvimos en ellugar la tasa de desempleo de jovenes varones de15 a 24 aiios ronda ba eI 21,5 %: 2,5 veces las tasas de la poblacion general(OIT, 2007). Datos del barrio arrojan una tasa de desocupacion del 12%en general, por 10 cnal, de mantenerse la relacion para los jovenes, estapodria trepar a casi el 30%. Por el estigma que pesa sobre el lugar, paraintentar conseguir un empleo es necesario poner nna direccion por fueradel barrio y mentir sobre el domicilio. Si en algo coincidian todos losentrevistados, y en particular los jovenes que buscaban su primer trabajo,era en juicios tales como "cuando en una entrevista se dan cuenta que ve-nis de aea, te dicen que te van a llamar pero sabes que te vas y enseguidatiran tll solicitud". Algunos informantes otorgaban a tal discriminacionun peso importante en la explicacion de las tasas de delito locales, sobretodo en los noventa y despues de 2001.

    Las estrategias para intentar lidiar con el estigma eran variadas. Lamas comun consiste en poner la direccion de una persona que no seadel barrio. 1ener que callar 0 mentir el lugar de residencia es una delas experiencias mas penetrantes y recurrentes del estigma; es saberde antemano que vivir allf despertara una cantidad de ideas motorasnegativas en qui en 10 escuche. A decir verdad, no todos aceptaban taleSlrategia: muchos se negaban a ocultar el domicilio y haefan de estouna cuestion de honor y orgullo. A su vel., cuando piensan en un tra-bajo, se les representa siempre como inestable, no se vislumbra la ideade tener un puesto fijo por much os afios. Tampoco el horizonte laboralposible es para muchos muy atractivo. Puestos precarios en su mayorfa,el mejor empleador de la zona es uno de los concesionarios privados derecoleccion de basura de la Capital que tiene su sede muy cerca, cuyossueldos son considerados aceptables, pero implican una dura faena. Encontraposicion con el estigma externo, hay una fuerte identidad barrialasociada a valores positivos, la solidaridad, la cercalifa de todos lados ysobre todo ]a diversion. A diferencia del perfodo anterior, cuando la vidabarrial pareda gris, triste 0 aburrida, en estos casos el barrio es un lugaratractivo para los jovenes. Asf 10 describe uno de ellos:

  • Ad hay mucho movimiento, de gente, aca si precisas algo alas closde lamanana, bajasy 10 conseguis, los negocios esran abiertos. De noche hay unmovimiento barbaro, se yen grupos por ad, por alla, y es como que estatodo bien, toclotranquilo, se ve alegria por tocloslados. Vos venfsalas seiso siete de la tarde cuando !legan todos del trahajo y baja 1a gente, se juntantadas a tamar una cerveza, una gaseosa,escucharmusica, a l11ime gusta, hayde todo, si quensmovimienta haya la tarde; si queres ruida, hay ala noche.

    un tanto exageradas y estereotipaclas las imagenes delmundo popularque presenta. Mas alia de estas criticas, respecto de los tes~tunOlllOSde ladecada anterior don de no habia casi marcas de la SltUaClOncolectlva, lacurnhia y otros 'generos, hasta varios programas televisi.vos de liccion yno ficcion de laultill1a decada, son un indicac!or de Ia dlsponl bdulad deguiones cnlturales, menos presente ell la decada del n~Nellta, !)ara darsentido a la experiencia de muchos jovenes, al descnblr sltuaclOne~ desn cotidianeidad y plantear una serie de opasiciones, valores 3:' senudosreivindicatorios, no del delito pero sf de una condicion juve11l1popularen las cuales, tanto situaciones cannictivas, hostilidad policial c(.lllla esadiversion barrial sefialada, constituyen elementos de imponanCla.

    2Cuanto es un efecto de epoca y cuanto de lugar? Es diffcil saberlo,pero 10 cierto es que los relatos en este lugar son mas vivaces y cola-ridos que los escuchados en las entrevistas del segundo momento. Sibien hay pugna y a menudo conBieto con los adultos por la presencia enel espacio publico, los jovenes estan instalados de pleno derecho en elbarrio. Otro cambio es el desarrollo de una cultura popular que recogesignificados e imagenes de la vida cotidiana de estos jovenes; un ejemploparadigmatico es la Hamada "cumbia villera". Martin (2008) argumentaque recrea narrativas presentes en este universo: la valoracion del ocio,el robo y un tiempo sin ordenamientos como oposicion al u-abajo yalas formas tradicionales de construir la masculinidad. Sus letras, agrega,cuestionan la discriminacion, se reivindica ser considerado "negro", queen la Argentina tiene menos una connotacion etnico-fenotipica que unatributo moral negativo. Miguez (2006; 2008: cap. 6), por su parte, estu-dia la forma en que la cumbia villera incorpora la figura del "cachivache"o delincuente mas bajo, la constIUccion de una alteridad con el policfao delator. Un dato llamativo es que sus CD Hegaron a representar entree125 yel 50% del mercado discografico en su momenta de mayor auge,testimonio de la relacion ambigua que la cultura hegemonica y el mer-cado han entablado desde siempre con la violencia y el deli to: rechaze ycondena por un lado, pero mercantilizacion y circulacion comercial deaquello reprobado por el ou-o.

    Lo que interesa seilalar es que esta musica expresa una estetica yciertos sentidos que se alejan del mero relato de la privacion 0 la exclu-sion, casi hegemonico en los discursos sociologicos sobre las condicio-nes de vida de estos jovenes. 2Que cambio conlleva esto?, 2tiene algunimp acto en quienes yen Stl universo cultural retomado por grupos demusica y en la radio? De ninglin modo pensamos que la musica tengaun efecto en el delito, tal como algunas voces han sostenido para in ten-tar controlar sus contenidos. Mas aun, los jovenes del barrio la tomabancomo una musica de baile y diversion mas, sin vislumbrar "efecto con-tagio", tal como ironicamente nos decia un joven dellugar: "Yo musicade Pibes Chorros no escucho, jsi esos nunca Ie robaron a nadie!". Otrosdeclaran "detestar" la cumbia en general, en parte porque consideran

    Descle hace algunos ailos, en distintos pafses de la. region se llama"democratizacion del consumo" al creciente acceso a blenes de sectorespapulares gracias a la mejora de la situacion economica y al abarata-miento de ciertas mercanclas, entre ellas celulares y cOluputadoras per-sonales. El barrio no es ajeno a este fellomeno ni a la reactivaci6ngeneral: a la par de la perdllrabilidad de ca:eneias habitacionales,. desalud y otras, se observan en el barno zapanllas ~iemarca, equtpos d~gimnasia, celulares, MP3 y mows, entre .ou-os blenes. Los pmduct()splleden ser legftimos, falsificaciones de calt~ad diversa yon-os cuyo 011-gen es indescifrable. Asf, hay mas obJetos clrculando, pem, sobre wdo,1111 discurso mucho mas extendido que en el periodo precedente sobreel con sumo como forma de placer individual, sobre "la envidia" quepueden general' los bienes nuevos, sabre Ia nec~sidad de ciertas rnarcasde ropa para "que te aprueben" los grupos de Jovenes. L~s va.rones sequejan de que alas chicas mas codici~das las seduce qU1~nnene unamoto, mas alla de cual sea su au-activo tiSICO;los adultos crIll can el altovalor local dado a los bienes:

    Pero ahara lospibesestos tienen lamaldada los 15 0 16anos,seacosturnbra~rona usar ropa eara y salen a robar para eomprarla, la e~lV1(ltano es sana aea ~nel barrio. Si ven que alguien se compro un auto aea, sale~ a robarle. Esta!lmirando quien se cOIllpray quien no. Cuando te cornpras un auto, andasperseguido.

    Pareciera que en una epoca de reactivacion ~conol~,ica y una r.eno~,a-da promesa de COnSIll1l0,se produce una reconfiguraclOn de I~pnvaclOnrelativa. Mientras que pOl"unlado hay mas bienes en clfculaclOn, 10 cual

  • disminuirfa tal privacion, por el otro el mayor consutno local y la menorprivaci6n absoluta dan lugar a una comparaciol1 continua con los parescercanos que acceden a ciertos biel1esy que haya una mayor adscripci6nalas estrategias de distincion juvenil mediante bienes, tal como relatabaesta docente del Ingar:

    la situacion social, precisamos reflexionar sobre las formas particularesen que se reconfigura la privacion relativa en perfodos de crecimiento.

    Mis zapatillas son Topper 0 si no alpargatas, yo estoy comoda, yen c1asea veces yo vengo de jeans, zapatillasy una camisa, y hay confianza y ellosme gastan.Me dicen: "Profe, que rata, mire Ias que tengo yo". Es la iiItimallloda y sabesque pueden estar 400 pesos. "Yo 10 consegufcon mi esfuerw,,vos me podes decir 10 mislTlo?",les digo. "Sf", me dicen, "un esfuerzo, fuerapidito ... ".

    "Yc) no 10hago, pero si 10 tengo que hacer 10voy a hacer. Es decir, sino tengo para comer, 10voy a hacer. Pero 10 quiero evitar."

    En la etapa anterior, el delito se describfa como la unica opcionposible en una coyuntura determinada de necesidad, sin que eso su-pusiera obligatoriamente una repeticion en el futuro. Ahora, como eltestimonio sintetiza, para algunos el delito aparece como una opcionposible dentro del campo de experiencias, pero la diferencia central esque describell una variedad de opciones entre las que el delito es apenasuna mas; se otorgan, en definitiva, mas capacidad de agencia para elegir,tal como se ve en este testimonio:

    Por supuesto que se trata de una brorna, pero 10que nos interesa esque a c1iferencia c1ela epoca anterior, c10nde si bien el consuillo estabapresente, habfa un protagonismo mayor de la privacion absoluta y, porende, casi no recogimos testimonios sobre la distincion, la envidia 0 eIplacer ligado al consumo. En una etapa de reactivacion que IJega hastael barrio, la privacion relativa y la co