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En el sector agroalimentario tendemos a decir que la transformación digital no nos afectará demasiado, que esto

es un negocio de personas, tradicional, y que, por supuesto tenemos que adaptar algunas cosas, pero que no se deberían pro-ducir grandes cambios… La realidad, sin embargo, nos demuestra que este cambio nos va a afectar en todos los sentidos.

Pongamos un ejemplo muy reciente: ¿os acordáis de los carretes de fotos? Pues algo parecido pensaban grandes compañías como Kodak, reacias al cambio. Lo mismo les ocu-rrió a grandes monstruos de la distribución como la cadena de almacenes más grande del mundo, la americana SEARS, hoy quebrada.

La historia nos ha enseñado que en muchos sectores se ha modificado comple-tamente la forma de trabajar. Y en mitad de ese proceso de cambio se han quedado fuera aquellos que no quisieron aceptarlo, o que simplemente no supieron adaptarse. Son muchos los ejemplos que podemos señalar: industrias como la de la distribución al por menor, las agencias de viajes, la publicidad, el mundo inmobiliario, la prensa conven-cional…

Ellos también pensaban que no les iban a afectar los cambios tecnológicos, exactamen-te lo mismo piensan muchos en el segmento agroalimentario.

La Agricultura 4.0, la agricultura digital del futuro

* Tendemos a decir que la transformación digital no nos afectará demasiado, que la agricultura esto es un negocio de personas, tradicional, y que, por supuesto tenemos que adaptar algu-nas cosas, pero que no se deberían producir grandes cambios… La realidad, sin embargo, nos demuestra que estos cambios nos van a afectar a todos y en todos los sentidos

* La transformación digital afecta a las tecno-logías, pero es también una transformación humana. Habrá que especializarse en dar el mejor servicio, en todo momento, y surgirán oportunidades, durante la pre-cosecha, la post-cosecha, e incluso la post-venta

Daniel Martínez CEO de Cefetra Digital Services. @DanielMtnzMe

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Aunque es complicado escarmentar en cabeza ajena, como dice el refrán, lo cierto es que hoy sabemos que las nuevas tecnologías hacen que el proceso de transformación sea imparable.

La conectividad, la comunicación, la capacidad para analizar datos y (sobre todo) la movilidad han puesto todo al alcance de todos, ya golpe de un solo clic. Por eso, la industria agroalimentaria no se puede quedar atrás en este proceso de cambio: la nueva revolución industrial es la revolución digital.

LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL Y EL COMERCIO DE CEREALES

Sabemos que existen multitud de herra-mientas que nos pueden servir para optimi-zar nuestras operaciones en el comercio y en la agricultura. Lógicamente no podemos enumerarlas todas, pero en lo que afecta al comercio de cereales podemos resaltar tres campos especialmente relevantes: los algoritmos predictivos, la automatización de procesos y las plataformas comerciales.1º. Los algoritmos predictivos

Los algoritmos son cálculos matemáticos de diversas complejidades, y cada vez más potentes, destinados a darnos respuestas con las que analizar tendencias de mercado, y así tomar mejores y más rápidas decisiones. Desde que se empezaran a aplicar en los años 50, su uso se ha incrementado exponencialmente en toda la industria.

Llevándolo a nuestro terreno agrario del mercado de materias primas, podemos decir que alrededor del 70% de las operaciones que se realizan en las bolsas de mate-rias primas (la más importante, la de Chicago: conocida como CME Group) son realizadas por grandes fondos de inversión. Y estos fondos operan principalmente a través de órdenes procedentes de decisiones electrónicas obtenidas a través de algoritmos.

En la jerga de la bolsa se suele hablar de los stop-loss, que son precisamente operaciones de compra y venta cuando el mercado llega a determinados niveles, y que funcionan a base de algoritmos. Los algoritmos actúan tan rápido (mucho más de lo que la mente humana pueda imaginar), que, inmediatamente después de la publicación del último informe del USDA (del Departamento de Agricultura de EEUU) fueron capaces de hacer caer el precio del maíz 4 euros en apenas 100 milisegundos, y otros 4 euros más en los 300 milisegundos siguientes. ¡Los algoritmos fueron

capaces de hacer fluctuar los precios 8 euros en menos de medio segundo!

Pero no solo estamos hablando de mercados al referirnos a los algoritmos. Aunque para algunos parezca ciencia fic-ción, está próximo el futuro en el que el comprador (sobre todo el comprador industrial) quizás sea máquina y no una persona. Una máquina algorítmica que procese datos de nuestros mercados, de desarrollos industriales, de niveles de inventarios, de comportamientos de la demanda, de climatología, de precios de los productos finales, de índices de sostenibilidad y requerimientos legales... ¡Una máquina que después de procesar, antes de que podamos pestañear siquiera, decida cuándo es el mejor momento para comprar! Sin duda, tenemos que estar preparados para entender estos cambios, y aprovecharlos.2º. La automatización de procesos

Cuando hablamos de transformación digital también tenemos que pensar en una mejora de la calidad de vida. Pensemos en todas esas labores cansadas y repetitivas que sin embargo son importantes en el sector agroalimentario. La tecnología hará que sean automatizados en gran

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medida los procesos que sean recurrentes. Todos los datos serán almacenados, intercambiados y clasificados de forma digital, y absolutamente todo lo que pueda conectarse, será conectado.

¿Verdad que os suena la firma electrónica para realizar burocracia administrativa del Ministerio? Hoy por hoy, los sistemas informáticos programan procesos para que se hagan automáticamente (y que nos eviten tareas como desplazarnos físicamente a firmar documentos en la admi-nistración, por ejemplo).

Llegará el día en el que con una sola orden podremos desembocar un proceso logístico de mercancía que involu-crará a todos los implicados de manera automática. Desde la salida de las instrucciones de envío, pasando por la orden de facturación y cobro del banco, hasta la contratación de transportistas combinados tierra, mar y aire.

Un caso real de la automatización de procesos en el cam-po es la medida adoptada por la Organización Mundial de Comercio (OMC), que ya ha implantado en muchos países los certificados fitosanitarios electrónicos que permiten el intercambio de datos entre países, para validar los requisi-tos de importación de productos agrícolas y la expedición de certificados. El Blockchain ya está gestionando sistemas de trazabilidad de muchos productos alimentarios para asegurar su buen estado de principio a fin de la cadena. Con todo ello, podemos asegurar que el proceso logístico y el servicio tendrán siempre una importancia crítica, y, por lo tanto, será valorado el esfuerzo realizado en el campo y en la cadena de transformación.

Aquel que pueda probar que es más eficiente (y lo podrá hacer a través de certificaciones garantizadas por Block-chain), aquel que siga las prácticas agrícolas adecuadas a las exigencias del mercado, aquel que apueste por la sostenibi-

lidad, aquel que utilice los medios más convenientes para el transporte, el almacenaje y la manipulación y aquel que consiga hacer llegar su producto más rápido, más barato, más controlado o más fresco al destino… tendrá claramente una ventaja diferencial sobre el resto.

Lo que nos falta en el sector es formar un círculo de conexión entre agricultores, proveedores, distribuidores, comerciantes y transportistas que nos permita crear unos estándares de comunicación y gestión para beneficiarnos mutuamente, aprovechando estos avances necesarios y sin dejar fuera a ningún miembro de la cadena.3º. Plataformas comerciales y el cliente

La comunicación, la forma en que negociamos, nos damos a conocer, transaccionamos y gestionamos las rela-ciones con los demás operadores en los distintos órdenes, se verá condicionada por las nuevas tecnologías y formará una parte importante del valor del servicio que ofrecemos.

La comunicación a larga distancia entre personas ha tardado muchos años en evolucionar. Pasaron muchos siglos entre las señales de humo o las palomas mensajeras hasta la llegada del telégrafo o el teléfono. Ahora la evolución de la comunicación es mucho más rápida. Desde que la llegada de Internet y el correo electrónico a nivel de usuario (1991) han ido apareciendo nuevas opciones que mejoran la co-municación (Whatsapp, Instagram, Twitter, Facebook...).

Hoy, las propias compañías nos ofrecen la posibilidad de comunicarnos con ellos a través de plataformas abiertas que nos permiten gestionarnuestros procesos de compra-ventafacilitándonos el acceso a muy diversa información, lo cual nos permite poder verificar el estado de nuestros contratos, facturas, previsiones de pago, localización de nuestras entregas…

Pero lo más revolucionario ha sido la aparición de nue-

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vas pautas de consumo relacionadas con el comercio electrónico. Con la generalización de la conectividad se ha materializado un crecimiento ex-ponencial del e-commerce, cambiando definitivamente la mentalidad del consumidor sobre el proceso de com-praventa en todos los sectores. Tuve mi primera experiencia en Amazon comprando un libro hace 20 años. Parece difícil asumir rápidamente el “monstruo” en el que se ha convertido desde entonces, más aún sabiendo que hace 15 años este gigante comercial se encontraba técnicamente quebrado. Pero si lo pensamos bien, en estos 20 años la movilidad y la conectividad han ido evolucionando a pasos de gigante, haciéndolo todo más fácil. Las nuevas generaciones nacen pegadas a un teléfono móvil y muchos jóvenes sólo tienen experiencia de compra a través de plataformas on-line porque ya casi no van a las tiendas. Por lo tanto, no es extraño ver que Amazon esté presente casi diariamente en nuestras vidas. Hoy en día se pueden comprar toda clase de suministros agrícolas en su plataforma y cualquiera puede ofrecer sus productos fácilmente.

En el sector agrícola han aparecido múltiples iniciativas de plataformas específicas de comercio electrónico, pero es cierto que (excluyendo alguna relativamente pequeña, para determinados productos nicho, como la distribución de proximidad o productos orgánicos) ninguna ha conseguido un papel relevante entre los operadores del comercio… de momento.

ADAPTARSE AL CAMBIO: UN PROCESO DE FOR-MACIÓN Y TRANSFORMACIÓN

En BayWa y Cefetra (a través de Cefetra Digital Services y nuestra plataforma Sembralia) estamos invirtiendo gran-des esfuerzos para dar a conocer estas nuevas tecnologías, orientadas al comercio, pero también al agricultor.

Actualmente estamos desarrollando servicios relacio-nados con sensorización del campo y la creación de mapas vía satélite de fácil lectura para la obtención de datos rela-cionados con la fertilidad de los terrenos (Talking Fields). También trabajamos en tecnología para que recursos como el agua sean más eficientes y sostenibles (Variable Rain), y ofrecemos herramientas digitales para la administración de fincas y el trabajo diario a través del propio teléfono. Además, trabajamos para ofrecer una visión agregada de la producción agrícola local a través de herramientas de predicción (Ypsilon).

Generalizar el acceso del sector al comercio electrónico, tanto para la provisión de insumos y suministros agrícolas como para la distribución de los productos del campo, es otra área en la que enfocamos nuestros esfuerzos.

Debemos saber que un agricultor ya puede, con su mó-vil y desde la palma de su mano, comprar insumos, vender productos, sacar una foto a sus campos y conocer su estadio, recibir alertas sobre potenciales plagas, conocer los precios de las ultimas lonjas, fotografiar facturas, anotar fechas de aplicación, y obtener casi con un clic la contabilidad de las explotaciones, el cuaderno de campo, e incluso producir los formularios de la PAC.

TRANSFORMACIÓN TECNOLÓGICA Y HUMANAMuchos se preguntarán qué papel tendrá el ser huma-

no ante la irrupción de tantas máquinas y tecnologías. La respuesta está en la calidad y el valor que como personas añadimos con nuestros servicios. La transformación digital afecta a las tecnologías, pero es también una transformación humana. Habrá que especializarse en dar el mejor servicio, en todo momento, y surgirán oportunidades, durante la pre-cosecha, la post-cosecha, e incluso la post-venta.

La logística, el transporte, el almacenaje... siempre se-rán necesarias. Y en esa calidad de servicio estará la clave diferencial entre unos y otros. Parte de la fórmula del buen servicio está en la eficiencia, y para ello nos encontramos también en medio de una transformación digital que au-tomatice y haga mucho más eficientes nuestros procesos.

Sabemos que la transformación da vértigo, pero lejos de intentar bloquearla (porque es imparable) debemos adaptarnos a ella para que el trabajo en vez de destruirse se transforme. Así conseguiremos más riqueza, más ca-lidad de vida y un sector más atractivo, más eficiente y sostenible. T