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LA ALCALINIDAD CELULAR EN EL ORIGEN Y PROGRESIÓN DEL CÁNCER 8 julio, 2013 por Gabriel Gaviña http://muybio.com/alcalinidad-celular-el-origen-progresin- del-cncer Un equipo de investigadores españoles en colaboración con el Dr. Salvador Harguindey, especialista en Oncología Médica, ha elaborado un modelo diferente para entender el cáncer que abre paso a tratamientos terapéuticos menos tóxicos y más selectivos. La investigación, basada en los procesos bioquímicos y moleculares específicos que tienen lugar en las células cancerosas, integra factores hasta ahora ignorados y sirve para relacionar entre sí diferentes campos de investigación como el origen de las enfermedades cancerosas y su diseminación, la muerte de las células malignas (apóptosis selectiva), la resistencia múltiple a los fármacos o la actividad de ciertos oncogenes, entre otros. La clave de la enfermedad estaría en el pH celular. Como ha quedado fehacientemente constatado en los últimos años -aunque desde instancias oficiales se pretenda hacer creer lo contrario- son numerosos los profesionalesde la salud y del mundo científico que no comparten ni el actual modelo sobre el origen y naturaleza íntima delcáncer ni cómo se está afrontando la lucha contra la enfermedad. Así ocurre tanto en Estados Unidos -diversos centros de investigación oncológica como el South Carolina Cancer Center o el 21th Century Oncology de Fort Myers (Florida)- como en el resto de Europa – la Universidad de Bari (talia) o el Laxdale Institute de Stirling

La Alcalinidad Celular en El Origen y Progresión Del Cáncer

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LA ALCALINIDAD CELULAR EN EL ORIGEN Y PROGRESIN DEL CNCER

8 julio, 2013

porGabriel Gavia

http://muybio.com/alcalinidad-celular-el-origen-progresin-del-cncer

Un equipo de investigadores espaoles en colaboracin con el Dr. Salvador Harguindey, especialista en Oncologa Mdica, ha elaborado un modelo diferente para entender el cncer que abre paso a tratamientos teraputicos menos txicos y ms selectivos. La investigacin, basada en los procesos bioqumicos y moleculares especficos que tienen lugar en las clulas cancerosas, integra factores hasta ahora ignorados y sirve para relacionar entre s diferentes campos de investigacin como el origen de las enfermedades cancerosas y su diseminacin, la muerte de las clulas malignas (apptosis selectiva), la resistencia mltiple a los frmacos o la actividad de ciertos oncogenes, entre otros. La clave de la enfermedad estara en el pH celular.

Como ha quedado fehacientemente constatado en los ltimos aos -aunque desde instancias oficiales se pretenda hacer creer lo contrario- son numerosos los profesionalesde la salud y del mundo cientfico que no comparten ni el actual modelo sobre el origen y naturaleza ntima delcncer ni cmo se est afrontando la lucha contra la enfermedad. As ocurre tanto en Estados Unidos -diversos centros de investigacin oncolgica como elSouth Carolina Cancer Centero el21th Century Oncologyde Fort Myers (Florida)- como en el resto de Europa la Universidad de Bari (talia) o elLaxdale Institutede Stirling (Escocia), por ejemplo-, incluida Espaa. De hecho, a los muchos mdicos convencionales y profesionales de las medicinas alternativas que rechazan hoy abiertamente los cerrados planteamientos de la plana mayor oncolgica se unen cada vez ms investigadores integrados en el propio sistema que exigen un replanteamiento urgente de las premisas convencionalmente aceptadas dada la actual falta global de resultados en el tratamiento de un considerable porcentaje de tumores malignos a pesar de la ingente cantidad de sufrimiento, tiempo y dinero invertidos en las ltimas dcadas.

Pues bien, el doctorSalvador Harguindey,en asociacin con otros cientficos de la Universidad del Pas Vasco, han dado ya a conocer a travs de distintas publicaciones de prestigio internacional un nuevo modelo para tratar de entender la enfermedad que permite superar lo que consideran una visin agotada del cncer:Los hallazgos ms sobresalientes prueban que la visin reduccionista actual de las enfermedades neoplsicas afirma sin rodeosSalvadorHarguindey-es un error bsico y conceptual, para empezar. De esa limitacin de enfoque y paradigma deriva gran parte de los fracasos teraputicos.

Conscientes de ello, el equipo del Dr. Harguindey decidi hace algn tiempo buscar nuevas respuestas hasta encontrar un punto comn en los diversos enfoques de la enfermedad realizados hasta el momento. Porque, a juicio de estos investigadores espaoles, el problema de las tendencias actuales de la investigacin cientfica es que se dirigen principalmente a recopilar ms y ms datos analticos y tecnolgicos y ello conduce inevitablemente aun excesivo grado de reduccionismo y a una creciente fragmentacin del conocimiento.Es decir, entienden que la continua acumulacin de cifras (anlisis),lejos de servir para mejorar los resultados en el control y tratamiento de la enfermedad podra estar actuando como elemento de distraccin y confusin.Lleg un momentonos explicara-en el que entendimos que haba que superar esa espada de doble filo y abrir nuestra mente a perspectivas cientficas ms integrales buscando una gran teora de cohesin integrada (sntesis) en medio de tanta confusin fragmentadora y reduccionista.

Fruto de esas reflexiones y apoyndose en ms de 140 publicaciones tericas y experimentales dadas a conocer en los ltimos 25 aos, este grupo de investigacin espaol, junto al norteamericanoStephan Reshkin, ha llegado a la conclusin bsica que hoy sustenta su modelo para entender y tratar esta enfermedad. Y esa conclusin es queel desarrollo del cncer se debe bsicamente a la prdida del equilibrio natural cido-base de la clula. Aunque ello no excluya otros factores determinantes que adems de ste puedan jugar un rol importante en el proceso de malignizacin. Una tesis que implica todo un nuevo modelo de tratamiento de la enfermedad. Es ms, en ciertas ocasiones estos esfuerzos, principalmente dirigidos a prevenir y controlar el proceso de metstasis y a su vez superar la resistencia a frmacos antineoplsicos, ha permitido detener el crecimiento de tumores cancerosos y, al parecer, tambin su diseminacin tanto en animales como, ocasionalmente, en seres humanos con medios menos agresivos y txicos que los actualmente utilizados en Oncologa.Los resultados obtenidos en prevenir la aparicin de metstasisen algunos tumores y en ciertas situacionesafirma el doctor Harguindey-son verdaderamente esperanzadores.

LA IMPORTANCIA DEL PH CELULAR

Para tratar de entender mnimamente el nuevo modelo propuesto el lector va a tener que familiarizarse con dos conceptos: elpH celulary los antiportadores, ambos relacionados con el funcionamiento -normal o anormal- de toda la clula. Evidentemente es imposible tratar de explicar en unas pocas lneas los procesos bioqumicos, moleculares y biofsicos relacionados con el funcionamiento celular o los intercambios dinmicos de iones de hidrgeno que se producen en su interior as que conformmonos con entender lo bsico.

Todos sabemos que en un mecanismo tan perfecto como el de la clula -o el mismo organismo humano como un todo- cualquier pequea alteracin inicial puede provocar una serie creciente de disfunciones que se manifiestan en lo que llamamosenfermedades. Pues bien, uno de los mtodos que nos permiten detectar si hay algn tipo de desequilibrio en el balance de la fisiologa celular es el grado de acidez o alcalinidad, lo que resume todo el equilibrio homeosttico de la clula que se ve afectada tantopor el lquido interior como por el exterior en el que sta flota (medio interno).Es decir, la medicin del grado de acidez es lo que da elpH celular.Por ejemplo,el pH normal de la sangre de una persona sana oscila normalmente entre 7,35 y 7,45. Cuanto ms se supere pues la cifra de 7,4 ms alcalino es el pH. Por el contrario, cuando ms baja sea la cifra, cuanto ms baje de 7,4 ms cido es el pH.

Y de qu depende que una clula tenga un pH ms o menos alcalino o cido? Pues bsicamente, segn explica Harguindey, del intercambio de iones de hidrgeno entre el exterior y el interior (citoplasma) de la clula a travs de la membrana que recubre a sta.

Ahora bien, esa circulacin no es libre. Porque si bien la membrana que rodea a la clula es permeable tambin es selectiva; es decir, permite el paso de unas sustancias pero no de otras. Molculas como los cidos orgnicos, los aminocidos y las sales inorgnicas no pueden atravesar por s solas la membrana. Para lograrlo deben sertransportadasa su interior o expulsadas al exterior. Es ms, ni siquiera un elemento tan pequeo como un in de hidrgeno puede atravesarla libremente; tambin necesita untransporte activo. Y para cumplir ese papel existen determinados mecanismos especficos, generalmente en forma de protenas localizadas en la membrana celular: los llamadosunitransportadores,cotransportadoresy principalmente- elantitransportadoro intercambiador de Na+(sodio) por H+(hidrogeniones). Cuando estos factores transportan simultneamente una de las sustancias hacia el interior y otra hacia el exterior se denominanantiportadores.

Pues bien, llegados a este punto hay que decir que es elantiportadordel sodio y el hidrgeno el que cumple el papel ms relevante en este esquema as como en la causa y tratamiento de muchos cnceres. Y es que segn el modelo elaborado por diversos investigadores interesados en estas lneas de trabajo en todo el mundo cuanto menos iones de hidrgeno hay en el interior de la clula debido a un funcionamiento excesivo de estas protenasantiportadorasms alto es el pH de esa clula -ms alcalino- y ms posibilidades existen de que se convierta una clula normal en cancerosa (transformacinmaligna). Ese desequilibrio puede, asimismo, ser producto de circunstancias medioambientales que afecten al organismo a nivel celular (factores de crecimiento celular) o inducido genticamente.

Es decir, a lo largo de una multiplicidad de investigaciones se ha podido confirmar que las clulas cancerosas de diferentes orgenes -desde leucemias a tumores slidos, sean animales o humanas- presentan sistemtica y continuamente un pH intracelular anormalmente elevado o, cuando menos, casi imposible de ser disminuido como ocurre en las clulas normales. Se ha constatado tambin que las clulas leucmicas de los tipos ms variados -de forma similar a las de los tumores malignos- viven en un estado de alcalinizacin intracelular permanente. As, existen y se multiplican a unos niveles de pH intracelular que est en el lmite de la compatibilidad con la vida celular y, por extensin, con la vida humana en general (llegan a tener hasta un pH de 7,6 e, incluso, superior).

En suma,todas las personas con cncer sufren una alcalosis celular malignaen las clulas tumoralesespecficamente causada por una continua e incontrolada extraccin de iones de hidrgeno del interior de la clula. Adems esta anormalidad celular, que se podra interpretar como muy general o inespecfica, estotalmente especficapara las enfermedades cancerosas ya que no se ha descrito en ningn otro proceso o enfermedad. Y an hay ms: tanto estos investigadores espaoles como otros han constatado que existe una relacin directa entre un progresivo aumento del pH intracelular tumoral y el grado de resistencia a algunos de los actuales medicamentos antitumorales ms utilizados.

Por otra parte, es conocido que los tumores slidos crecen y metastatizan mediante la formacin de nuevos vasos sanguneos (angiognesis tumoral) y se ha podido comprobar cmo un considerable nmero de molculas estimuladoras de los mismos llevan el equilibrio cido-base en direccin alcalinizante. Estos resultados han sido recientemente publicados por el Dr.Gorka Orivey el profesorJos Luis Pedraz-del Departamento de Farmacia y Tecnologa Farmacutica de la Universidad del Pas Vasco- en asociacin con el Dr. Harguindey adems del investigador norteamericano ya mencionado Stephan Reshkin desde la Universidad de Bari (Italia).

Tambin en la activacin de algunos de los oncogenes ms frecuentemente responsables del desarrollo cancergeno se percibe para su activacin una necesaria elevacin del pH intracelular causada por una hiperactividad del antiportador N+/H+estimulndose la entrada de sodio a la clula y la extrusin de H+(hidrogeniones), alcalinizndose as la clula; siendo este un paso previo y necesario para su malignizacin y posterior crecimiento incontrolado.

Este conjunto de observaciones y evidenciasnos dira-sugieren que esta anomala crucial y clave (un elevado pH celular) en la homeostasis celular(conjunto de mecanismos por los que los seres vivos tienden a mantener constantes las propiedades de su medio interno) es la principal razn por la cual muchos genes -tanto oncogenes como genes supresores desestabilizados, como el gen 53, desempean funciones patolgicas tanto en el origen como en el crecimiento y la progresin tumoral incontrolada.

En suma, estos y otros estudios indican queel desequilibrio cido-base es la causa inicial, especfica y probablemente nica de la transformacin de una clula sana en una clula cancerosay adems constatan que, una vez puesto en marcha el proceso canceroso, para que se produzca la replicacin celular debe mantenerse un cierto pH intracelular elevado inhibindose as todo intento de inducir la apptosis selectiva (suicidio de las clulas malignas).Para lo cual las clulas malignas ponen en marcha toda una serie de mecanismos antiacidificantes destinados a mantener el pH lo ms alcalino posible. Toda una estrategia de las clulas cancerosas cuyo objetivo es aislarse biolgicamente del resto del organismo mediante un complejo sistema de autoproteccin incluidos los ataques quimioteraputicos externos- basado en la manipulacin del intercambio de los iones de hidrgeno:El propsito de las clulas cancerosasnos dice Salvador Harguindey-es tener los diferentes mecanismos de la membrana trabajandopara mantener un permanente desequilibrio homeosttico cido-base, consolidando un elevado pH intracelular para protegerse as de un medio interno tumoral extracelular, intersticial y microambiental mucho ms cido y potencialmente txico.

La respuesta a esta malvola pero muy inteligente estrategia de las clulas cancerosas de acuerdo con el nuevo modelo pasa por provocar la acidificacin intracelular selectiva de las clulas enfermas. Slo la de estas. De poco o nada servira elevar la acidificacin general de todo nuestro organismo ya que nuestro cuerpo slo es capaz de soportarla durante unas pocas horas y slo se da en determinadas enfermedades (cetoacidosis diabtica, fallos renales, intoxicaciones por cloruro amnico). Es cierto que incluso ha podido comprobarse cmo se han dado ocasionalmente regresiones espontneas de cncer diseminado en el caso de intoxicaciones generales por acetoaldehido pero es raro que el organismo sobreviva a dichas acidificaciones de todo el sistema orgnico. Si, como decimos, el pH normal de la sangre est entre 7,35 y 7,45, un aumento de la acidificacin que a nivel global lo situara en 7,1 no sera soportado por nuestro organismo ms all de 48 horas. La lucha se establece, por tanto, a nivel celular: A nivel de las clulas enfermas, tericamente al menos, se puede inducir un pH por debajo de 6,8 e, incluso, hasta de 5 sin afectar al resto del sistema orgnico. Lo podemos conseguir con medicamentos que acidifiquen la clula pero no el organismo

VIEJOS MEDICAMENTOS CON NUEVOS USOS

Es evidente que el modelo propuesto por Salvador Harguindey y sus colaboradores cuestiona seriamente los tratamientos actuales al considerar que en su aplicacin no se est teniendo en cuenta la necesidad previa de aumentar el grado de acidificacin de las clulas cancerosas, lo que est obligando -entre otras cosas- a la aplicacin de los quimioterpicos en dosis muy superiores a lo que sera necesario si se comenzar por tratar de disminuir el pH celular por todos los medios posibles:La cantidad de adriamicina (frmaco quimioterpico) que hay que administrar para devolver las clulas cancerosas a su pH habitual alcalino es casi 2.000 veces superior a la que sera necesaria en pH cidos. Mientras mantengamos esta actitud de ignorancia autoimpuesta es evidente que la quimioterapia no funcionar en los tumores quimioresistentes. Persistir en el actual camino trillado es, sencillamente,intil.

Y puede hacerse? Puede rebajarse el pH celular? S, es posible -aunque an difcil- lograr una acidificacin intracelular especfica de las clulas cancerosas. Hay medicamentos que lo consiguen aunque actualmente se estn usando ms en otro tipo de patologas que en el tratamiento del cncer. Con la ventaja de que -al menos en estudios bsicos- algunos de esos frmacos pueden provocar hiperacidificacin slo en las clulas cancerosas y no en el resto. Algo que los convierte en instrumentos de primer orden en la lucha contra el cncer. As opinan tambin conocidos investigadores en este rea como el onclogoIan Tannocko el director de investigacin celular francsJacques Pouyssgur.

La evidencia bsica, preclnica y clnica existente hoyagrega en este sentido Salvador Harguindey-es ms que suficiente para aconsejar la programacin de estudios clnicos prospectivos en el tratamiento adyuvante y neoadyudante de diversos tumores en seres humanos con la idea de prevenir el proceso metasttico utilizando frmacos -solos o en combinacin- como, por ejemplo, amiloride(frmaco bloqueador de la permeabilidad del sodio y acidificante celular, aparte de inhibidor especfico del proceso metasttico)y sus derivados, as como la edelfosina(molcula que induce muerte selectiva de clulas cancerosas), el captopril(medicamentohabitualmente usado en hipertensin arterialcon el que se han obtenido remisiones completas en sarcoma de Kaposi en seres humanos),la squalamina (copia sinttica de una sustancia encontrada en el hgado del tiburn que inhibe la bomba de intercambio sodio-hidrgeno), etc.Su uso cubrira un amplio abanico de objetivos ya que pueden ser potencialmente utilizados como antimetastticos, como citotxicos, en la apptosis tumoral selectiva, como reguladores negativos de la expresin de ciertos oncogenes, inhibiendo la neovascularizacin neoplsica, en la resistencia mltiple a drogas, como adyuvantes en otras formas de quimioterapia e, incluso, como medida preventiva.Tambin contribuye a la acidificacin celular la quercitina, un producto natural (flavonoide) que adems presenta accin antioxidante y eliminadora de radicales libres.

Existe ya, de hecho, un caso clnico registrado -y publicado- que muestra un descenso drstico de los marcadores tumorales y curacin aparente de un cncer con metstasis que no puede ser asociado a ninguna medicacin que no sea el amiloride. Adems, el cariporide -un medicamento similar al amiloride- se utiliza para evitar ciertas complicaciones del infarto de miocardio al funcionar como estabilizador elctrico de la membrana celular despolarizada en las clulas cancerosas. Y medicamentos de la misma familia se utilizan ya en la retinopata diabtica o para reducir el edema cerebral, etc. Otros frmacos, como la suramina y la squalamina, ya tienen demostrada su actividad antitumoral en pacientes con sarcoma de Kaposi, linfoma no-Hogdkin, carcinoma renal, carcinoma suprarrenal y carcinoma de prstata refractario a la hormonoterapia.

En suma, el potencial conjunto de estos productos y su mejor tolerancia hace que Harguindey y sus colaboradores propongan su estudio clnico inmediato y exhaustivo en la prevencin de las metstasis ya que aparte de quela acidificacin selectiva mate a las clulas cancerosas especficamente, retrasa el crecimiento y la replicacin tumorales y puede contribuir a prevenir el proceso metasttico.Adems su uso combinado permitira interferir en otros procesos como la angiognesis tumoral (creacin de nuevos vasos sanguneos) y otros mecanismos de progresin tumoral pero, sobre todo, servira casi con toda seguridad para reducir notablemente las dosis de quimioterpicos que hoy se aplican con lo que su toxicidad, sus efectos indeseables, sern mucho menores. Todo ello sin necesidad de esperar largos perodos de experimentacin porque ya han sido superados.

Estos investigadores recuerdan adems que ya a lo largo del pasado siglo XX se constat en un gran nmero de casos la relacin entre una sostenida acidificacin microambiental y el fenmeno de la regresin espontnea de diferentes tipos de cncer, tanto en animales como en seres humanos, existiendo innumerables publicaciones cientficas sobre este tema.

HAGAMOS UN GRAN ESTUDIO

La va, en suma, esta abierta. El modelo, propuesto. De hecho, parte del mismo ha sido recientemente publicado en conocidas revistas comoCritical Reviews in Oncogenesis,TheFASEB Journal,Medical Hypotheses, Oncologay elBritish Journal of Cancer.Y Harguindey tiene claro cul debera ser el prximo paso:Hacer un estudio con un gran nmero de pacientes para acabar de demostrar que con esta estrategia se puede inhibir el proceso metasttico, al menos en cierto nmero de casos, tanto en melanomas como en otros tumores tales como cncer de mama, colon, etc. Al fin y al cabo es el proceso metasttico el que mata, no el tumor primario. Por eso los enfermos deben ser tratados inmediatamente despus del tratamiento quirrgico y no en estadios avanzados.

Salvador Harguindey y sus colaboradores, en suma, han elaborado a lo largo de las dos ltimas dcadas, primero como mdico onclogo e investigador durante diez aos en Estados Unidos y posteriormente en nuestro pas, un modelo que se abre a un nuevo paradigma de interpretacin de raz (etiolgico o radical) al integrar diferentes subespecialidades y niveles -desde la clnica al metabolismo intermediario a la bioqumica y a la biologa molecular del cncer. A esta perspectiva, que trata de ser asimismo holstica y unitaria, se ha llegado tras integrar los conocimientos de vanguardia de otras especialidades. Algo que empieza a ser comn. Este ao, por ejemplo, el premio Nobel de Qumica ha sido otorgado a dos mdicos mientras el de Medicina ha recado en un qumico y un fsico. A ese respecto,Javier de Mendoza-catedrtico de Qumica Orgnica de la Universidad Autnoma de Madrid- escriba hace poco: Este cruce profesional por el que deberan congratularse tanto mdicos como qumicos o fsicos ilustra el carcter interdisciplinario de la ciencia moderna. Las barreras entre campos cientficos, en un mundo cada vez ms tcnico y especializado son a menudo, como las de las membranas, difciles de cruzar pero todos los grandes descubrimientos recientes se han basado en selectivos canales de ideas que han traspasado las barreras del corporativismo, el aislamiento y la comunicacin entre disciplinas dispares. Los acadmicos suecos, tal vez de forma inconsciente, as lo han reconocido con los premios Nobel del 2003.Ya lo dijeron el descubridor de la vitamina C y premio NobelAlbert Szent-Gyrgyias como el fsico relativistaWerner Heisenberg: Investigar es ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie ms ha pensado.

Claro que para la industria este nuevo modelo presenta un inconveniente: si los frmacos que pueden ser eficaces ya estn en el mercado sus ganancias en nuevas patentes y nuevos medicamentos sern prcticamente nulas. Pero esa es ya una vieja historia. A ella se refiri precisamente el mundialmente conocido profesorDavid Horrobin-creador de la revistaMedical Hypothesesy fundador de dos compaas farmacuticas- en un brillante y esclarecedor artculo publicado de manera pstuma en la prestigiosa revistaThe Lancettras su reciente fallecimiento por cncer linftico: Una de las cosas ms sorprendentes que he aprendido es que para la mayora de los cnceres hay muchos tratamientos potenciales, muchos de los cuales no son txicos. Y contrariamente a la opinin mdica ortodoxa, la mayora de esos tratamientos no son marginales ni irracionales. Estn basados en slidos trabajos bioqumicos in vitro, en experiencia fiable en animales y, en ocasiones, en unas pocas historias clnicas bien documentadas. Eso s, no han sido adecuadamente probados en ensayos bien planificados y la mayora nunca lo sern. Slo que la causa no tiene nada que ver con su racionalidad cientfica o la fuerza de la evidencia: los ensayos no se harn, sencillamente, porque no son patentables o son difciles de patentar. Y sin la proteccin de una patente, en el clima actual, esos remedios potencialmente efectivos nunca sern probados ni utilizados.

Tal es el lamentable y ticamente malignizadolex artisde la investigacin oncolgica occidental actual; lo que tambin podramos llamar elamerican way of death.

Antonio Muro

Nota: las personas interesadas en contactar con Salvador Harguindey pueden dirigirse a [email protected]

Quin es el Dr. Salvador Harguindey

Licenciado en Medicina y Ciruga por la Universidad de Navarra y Doctor en Medicina por la Universidad del Pas Vasco,Salvador Harguindeyes especialista en Oncologa Mdica por elInstituto Roswell Parkde Bfalo (Nueva York) habiendo hecho tambin la especialidad de Endocrinologa en Edinburgo (Escocia) y posteriormente en el Medical College de Georgia EEUU). Autor de ms de 140 publicaciones cientficas en las que ha desarrollado progresivamente una lnea propia de investigacin sobre el cncer es miembro de laSociedad Europea de Oncologa Mdicay ex miembro de laAmerican Society of Clinical Oncologyy de laNew York Academy of Sciences.Pertenece tambin tanto a laAsociacin Americana de Psicologa Transpersonal(ATP) como a las dos entidades espaolas que agrupan a los especialistas de esta disciplina: SEPT y ATRE.

Intelectual polifactico, ha publicado un ensayo sobre poltica integral y transpersonal -Una nueva visin de la vida y de la poltica: caminado hacia Edn-adems de varias novelas:Un nio sin recomendaciones o la cuna de Don Quijote, Las vidas de Daniel y GeorgeyEl da en que Dios fue al cineaparte de numerosos artculos en peridicos, historias cortas y colaboraciones en diversos libros, tanto de temtica cientfica como literaria.

Entre sus principales intereses se incluyenel estudio de la conformacin de los aspectos intuitivos y numinosos de la creatividad cientfica, la investigacin de las vas finales comunes en el desarrollo y tratamiento de las enfermedades malignas y el papel de los saltos evolutivos de conciencia en la resolucin de conflictos intertnicos y otros mtodos de intercomunicacin no-violenta.

Lo que necesitamos todosafirma Snchez Harguindey-no es un arreglo con ms y ms parches de la sociedad sino algo ms radical: la materializacin de una nueva civilizacin, una cultura desmonetizada, no a modo de sueo utpico sino como un colocar la mayor parte de los valores humanos fuera del alcance directo del poder del dinero (). La verdadera alternativa consiste tambin en reconocer al otro el derecho a existir, ese otro que el sistema tiende a ignorar. Necesitamos de una gran interfecundacn cultural, aprender a escuchar empticamente a las dems culturas no dominantes invitndolas a que se expresen estimulando el nacimiento de un nuevo Ser que haya superado el orgullo, el miedo, el desconocimiento mutuo, los privilegios y los desprecios. Desde estareciprocidad se ha de desenmascarar sin miedo el neototalitarismo latente en el sistema poltico actual de las todas sociedades democrticas occidentales. Necesitamos, unos y otros, un proceso de emancipacin espiritual del sistema. Pero hemos de aceptar que sin una nueva toma de conciencia no se produce ningn cambio ya que el cambio de las estructuras es superficial y no alcanza al corazn del problema.