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El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
Prehistoria y Protohistoria
José Luis González Muñoz
2 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
Al Genio del río Salado
Sevilla, 1 de octubre de 2013
3 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
-
El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla): evolución histórica
Prehistoria y Protohistoria
José Luis González Muñoz
La antigua fortaleza de La Alcantarilla1 pertenece en términos administrativos al municipio Utrera de la
provincia de Sevilla, se sitúa entre el kilómetro 578 y 579 de la actual Nacional IV, en una línea invisible
que delimita la campiña baja sevillana y los comienzos de las marismas. Este artículo requiere de su
valiosa paciencia por cuanto vamos a realizar un viaje diacrónico del yacimiento, intentando tener en
algunos casos dimensión sincrónica.
No es fácil que suceda el hecho, que viajando por su vehículo, decida reducir su velocidad y menos
quizá, parar su camino en el punto concreto donde se sitúa La Alcantarilla. Nuestro estudio requiere que
frene, que descanse, ya sea un tórrido verano de espesas horas, o un otoño de horas húmedas. Las
tierras de cultivo que rodean a La Alcantarilla se definen como una amplia planicie situada en el mismo
borde, que delimita a modo de frontera ficticia la campiña, de la marisma. Predomina a su alrededor
vertisoles procedentes de margas terciarias, que varían en tono y calidad, desde el rojizo al gris oscuro o
negro. Es un suelo profundo que se asienta sobre alberos, resulta de gran potencial agrícola con la
maquinaria actual, pero difíciles de trabajar en la antigüedad, puesto que en momentos secos se
endurece produciendo grandes grietas, y al contrario, fuertes lluvias provocan encharcamientos de
difícil evacuación por el perfil esencialmente plano del territorio. La tonalidad varía desde el gris oscuro,
o negro intenso cerca de Montera (cortijo El Torbiscal, Utrera, Sevilla) al rojizo inmediato a La
Alcantarilla. A cientos de metros, comienzan a elevarse pequeños cabezos como partes de la misma
campiña que han producido suficiente toponimia (Paño Cabeza, Cabeza de Campo, Cabeza de Buey, Las
Cabezas de San Juan), en ellos es posible encontrar regosoles calcáricos, tierra con alto porcentaje de
calizas que determinan un color blanquecino, tal es el caso de La Motilla Alta (Cortijo de Jaime Pérez,
Utrera, Se). Más lejos, en lo que denominamos propiamente marismas, se presentan suelos solochanks
que albergan cultivo del arroz. Más curioso a oriente es el afloramiento en superficie de arenas basales
pliocénicas en tierras de Jaime Pérez (Utrera, Sevilla) que coincide al de Los Palacios y Villafranca.
El cómo todo lo presente ha llegado a estar en su lugar, indudablemente está fuera de nuestro estudio,
comprendido más dentro de mis colegas geógrafos. Pero sería ilógico proseguir sin definir algunas
modificaciones sustanciales que afectan al lugar y condicionaron la actividad humana. Por un lado el
sinus tartésico o golfo marino, con el Guadalquivir como principal agente hidrológico. Tras el final de la
última glaciación, se produjo un aumento en el nivel del mar, estimado en unos 2 metros por encima del
actual donde se configuró hacia 6000 BP la línea de costa de mayor facilidad de reconstrucción y que
denominamos Lago Ligustino (Mainake XXX: 2008, 217-246)2
1 En todo el trabajo usaremos su nombre original en singular La Alcantarilla, frente al falso plural Las Alcantarillas que entra en uso a partir del siglo XIX. 2No vamos a olvidarnos de varios afluentes que actuaron como agentes modificadores del paisaje oriental del lago,
de ellos merece la pena nombrar a *Ira (actual Guadaíra y homónimo al río Iro de Barbate, Ca) y río Salado No se
conserva el nombre histórico del río, quizá fuese *Sero -> Searo o bien *Sala por la ciudad sal(i)pensa[na] de Cerro
del Casar (Utrera, Se). Asistimos a la misma dicotomía con variabilidad estacional de su caudal, sometido en gran
medida al régimen pluvial.
4 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
A partir de este momento, vamos a asistir a la presencia continua de colmatación provocada por
agentes naturales, intensificados cuantitativamente por actividades humanas.
Como punto de origen, el neolítico está mal estudiado y regular identificación. Las fenomenales
condiciones que para la ganadería ofrecían los cabezos de la campiña en encuentro con las zonas
húmedas del golfo tartésico presuponen al menos un foco de atracción para intervalos temporales, lo
que evidencia una etapa de escasa demografía pero la presencia firme de personas que con el tiempo
serán las bases de una población estable. Es evidente que la falta de conocimientos en el procesamiento
de comidas y optimización de recursos, obligaría a un mayor desplazamiento en búsqueda constante de
nuevos suministros. Aún así en numerosos yacimientos de Lebrija (Se), mucho más analizada que la zona
utrerana nos dan a conocer yacimientos que sólo el empeño localiza o los hallazgos casuales. La forma
de vida principal del período es la ganadería, cuyo máximo exponente es la cría de cabras. Sin duda, la
presencia de cuevas ocupadas por el ser humano en la cercanas Sierra de Cádiz, está estrechamente
unido a la actividad caprina, cuya actividad ayudada por el clima y la orografía encuentra fácil
propagación por Grecia, los Balcanes, Italia y la península ibérica. La presencia de asentamientos
alejados de las cuevas en asentamientos al aire libre, supone una expansión de las expectativas de vida,
hacia otras actividades como la ganadería ovina e incluso bovina, la verdadera reina de la zona
marismeña. Lo esperado para este momento, son pequeñas construcciones de carácter perecedero.
Paredes elaboradas con ramajes y barro, suelo apisonado. La cerámica neolítica en Andalucía muestra
un particularismo étnico con la cerámica a la almagra que llega a decirse Neolítico Andaluz frente a
formas cardiales habituales en el Levante hispánico. Pero por muy parca sean nuestras palabras, sin este
Neolítico no podemos concebir la etapa posterior denominada Calcolítica, un mero corte artificial en la
Historia, pero puro desenlace de lo anterior.
Sin duda, fruto del avance cultural con la adquisición de nuevos procedimientos fue aquello que
desembocó en lo llamado calcolítico. Dentro de este corte, y pese a su denominación3, lo que más
emociona es aquello que denominamos “revolución de los productos secundarios” enunciada entonces
por Sherratt como aprovechamiento y tratamiento de productos secundarios de animales y plantas. Por
desgracia, hoy en día no podemos saborear las diferentes gamas de quesos y cuajadas que tienden a
expresar el pasto del que se alimentan los animales. O tan solo, visualizar y palpar la perfección de los
tejidos de linos o lana, u oler el cuero recién elaborado, de especies bovinas. Unas mejoras productivas
de este calado suponen un incremento demográfico sustentados además por unas condiciones
climatológicas, creemos que favorables. Esta Edad del Cobre, había visto como se había formado un
delta en la desembocadura del Guadalquivir, a la altura de Coria del Río (Se), con asentamientos
humanos con datos fiables. Y adornadas en algunos casos con elementos arquitectónicos de gran
magnitud como tholoi con pasillo de acceso.
Para esta época se conoce que las actividades giraron en torno a la ganadería (bóvidos, ovicápridos,
cerdos y caballos); agrícolas (cereal y leguminosas principalmente); junto al aprovechamiento textil.
Quizá uno de los elementos más interesantes es la existencia de rutas comerciales estables, pese a que
no han dejado los rastros visibles que deseamos ver. Pero sí pequeños elementos a modo de polvo de
estrellas de una compleja realidad: cobre, sílex, e incluso marfil, éste último atestiguado4.
Necesariamente estas rutas naturales de comunicación estaban presentes tanto para el simple
movimiento rutinario unido a la subsistencia, como a la fase comercial que se producirían en ella. Es
3 El cobre no es el elemento sustancial, en principio se usa en cantidades mínimas para adornos personales y
objetos de prestigio donde hasta introducirse al final del período en armamento y utensilios. 4 En un taller eborario de Valencina de la Concepción, Sevilla. http://www.uhu.es/vic.investigacion/ucc/index.php?option=com_content&view=article&id=892:investigadores-de-la-onubense-situan-en-valencina-de-la-concepcion-sevilla-un-taller-de-marfil-datado-en-el-tercer-milenio-antes-de-cristo&catid=61:publicaciones&Itemid=26
5 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
probable que los primeros carros para uso agrícola comenzaran a desarrollarse en este período, aunque
no será hasta dentro de un milenio y en manos de jefes guerreros cuando alcance su desarrollo militar.
Es muy probable que algunas muestras localizadas en la zona sean contemporáneas de este período. Se
han hallado en Montera (Utrera, Se) a 5,7 km al sur, cerámica y hojitas de sílex; en Buenanao-Entre
Caminos (cortijo El Torbiscal, Utrera, Se) a unos 3 km al sur, ¿fondo de cabaña?; Paño Cabeza (cortijo El
Torbiscal, Utrera, Se) a 1,5 km - hojitas de sílex, y herramientas. En Motilla Alta (cortijo de Jaime Pérez,
Utrera, Se) a 2 km. hachas pulimentadas. Algunos de estos elementos son de múltiples adscripción
temporales pero los datos de Montera dejan pocas
dudas sobre el período calcolítico.
El planteamiento estable en la zona comenzó en la
zona de cabezos en la campiña, de hecho la
arqueología calcolítica andaluza está produciendo
continuas informaciones sobre poblados que
oscilan entre las 14 hectáreas a las muy extensas
hectáreas de Valencina de la Concepción (Se). El
modelo de hábitat se concibe con viviendas
aisladas unas de otras, junto a un espacio para los
animales, y el cultivo, con silos subterráneos en las
mismas construcciones. Se ha divagado mucho
sobre la presencia de fosos y su significado,
claramente funcionales. El concepto de andaluz de
comunidad en el III milenio a.C. concebía la
convivencia en casas independientes, separando
espacios mediante el empleo de estos fosos que se aprovechan para la provisión de aguas fluviales pero
no cohíbe la unidad como grupo asentadas sobre bases familiares u otro índole. Fuera de la mención
formal de toda esta arqueología material, lo relevante es la explicación de las formas de vida. La
Alcantarilla dista muy poca distancia de varios poblados o lugares de especial connotación calcolítica, de
hecho habría que plantearse la seria posibilidad de que respondiera desde el pasado como lugar de paso
o vado natural para una serie de puntos estratégicos. En el mapa de la izquierda, a unos 13 km se
encuentra Amarguillo II de Los Molares (Se) SPAL 12: 145-178, y aún más con la cercanía del yacimiento
de El Casar antigua *Sal(i)pa que a través de la Cañada Real de Prado Gallego, encuentra una forma
natural de acceso pasando por Valcargado (donde existían desde época inmemorial pozos de agua
salobre), y por cerro Malavista y cortijo de La Higuera (Utreras, Se). Otro punto no menos interesante de
nombrar, es el poblado que hubiere en el solar actual de Utrera, del que conocemos una importante
necrópolis funeraria en la Cruz del Gato (Las Arcas de Troya, Utrera, Se) en esencia dos dólmenes. Estos
monumentos fueron desafortunadamente desmontados tras su hallazgo, Manuel Morales cronista que
fue de la localidad me indicó en su momento que sus lozas se montaron en el patio del colegio de los
Salesianos de Utrera5 y luego fueron arrojadas al arroyo Calzas Anchas. El mismo disponía en su vivienda
de un ídolo placa procedente del dolmen, en fabuloso estado de conservación. El vaso campaniforme
que por ejemplo se detecta en Los Molares corresponde a una etapa final tardía, lo cierto es que nos
volvemos a topar con la escasez de estudios en la zona, centrados en yacimientos de envergadura como
Valencina (Se) y Amarguillo II (Los Molares, Se), y un vacío que abarca un milenio (unas 30 generaciones)
correspondiente al Bronce (Antiguo y Medio).
5http://aljizar.com/wordpress/uncategorized/intervencion-arqueologica-en-el-castillo-de-utrera-
conclusiones-parte-iii/
6 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
http://aljizar.com/wordpress/wp-content/uploads/2012/07/Poblado-Utrera-
calcol%C3%ADtico.jpg
Dentro de la arqueología andaluza conocemos como Edad del Bronce a un período relativamente amplio
de más de un milenio que es mal conocido y en cierta manera perturbador. Las condiciones a las que
nos enfrentamos es una vez más la falta de material ordenado, que cuente con una cronología mediante
el empleo de técnicas de datación. Junto a esto, se han ido produciendo estudios relevantes para la zona
que han aliviado en cierta manera la falta de aire ante el vacío informativo.
La primera premisa es que el fin del calcolítico advino de forma evolutiva. Se desencadenan diferentes
culturas con elementos comunes pero de personalidades muy desarrolladas expresadas por ejemplo en
la cerámica local. Para empezar, al igual que muchas sociedades primitivas el Calcolítico había
favorecido un tipo de organización familiar y colectiva basadas en la cooperación y la relativa igualdad
que caracterizan una chrónida Edad de Oro cuasi míticas. De forma puntual surgieron jefaturas que se
impusieron de forma individual sobre lo común. Controlarían diversos aspectos pero sobre todo
ofrecían seguridad física y económica. Hoy en día, sabemos que la obtención de seguridad es una de las
premisas bajo la que funciona el cerebro humano, por ello evolución hacia estas formas de poder
individual se fue imponiendo sobre las anteriores formas de coexistencia.
Los asentamientos tendieron a ser pequeños o temporales, o bien concentrarse en los centros de poder
con defensas, aún así se rarificación los estables, las capas de sedimentación se harán débiles o
mezcladas, confundidas con otras etapas, y cuestionados por la temporalidad de chozas. Pensamos que
hubo un incremento de la actividad ganadera frente a la agrícola, con desplazamientos por el
agravamiento del clima pero que favorece el intercambio de conocimientos y nuevas técnicas. A medida
que nos adentramos en la etapa del Bronce, se incrementa el papel de las zonas atlánticas con recursos
en estaño, provocando un circuito atlántico que unía las diferentes zonas mineras que disponen del
conocimiento metalúrgico. A modo genérico hablaremos de un Bronce Atlántico que aglutinan diversas
culturas a modo de calidoscopio. En el límite de estas culturas se sitúa el Valle del Guadalquivir. A partir
de 1200 a.C. los datos que disponemos son pocos o inexistentes, la población casi ha desaparecido a los
ojos de los arqueólogos que crea una gran incertidumbre, aunque hay que ser cautos en estas palabras,
sí podemos decir de forma categórica que quedarían muy pocos centros importantes y como mucho
puntos estacionales. En la base de todos estos cambios y declive de la poblaación debe centrarse más en
puntos socioeconómicos, culturales más que climáticos. La campiña Sevilla permanece sin las fuerzas de
otros focos como el Alentejo portugués o sierra de Huelva. Así será el Alentejo durante el Bronce Medio
o Bronce Final I donde se producen una serie de estelas con armamento
de moda en ese momento, poco después de las estatuas menhires de
Córcega y algunas piezas autóctonas del Calcolítico. Pero el Valle del
Guadalquivir muestra una ausencia de esta tendencia monumental en
cuanto se excluye del foco económico actual, (a la izquierda, la estela de
Erdivel I seg. M. Varela Gomes e J. P. Monteiro, 1976-1977).
Escacena (1995:196) habla claramente de una Edad Oscura, pienso que
una idea de antítesis demográfica de la Edad Dorada Calcolítica con hiato
poblacional inexplicable. Quizá la situación fue severa pero no absoluta,
se reconocen varios yacimientos que presenta vida en este período
maldito de la arqueología: Carmona (Se), Montoro (Co), Setefilla (Se) y Valencina de la Concepción (Se),
debemos seguir buscando yacimientos que nos aporten soluciones convincentes. Tras el
desvanecimiento del BF I y BF II se produce un esplendoroso resurgir demográfico y poblacional en
Andalucía Occidental. No es posible explicar estos asentamientos por el crecimiento vegetativo natural a
no ser que acudamos acierto desplazamiento prolongado de recursos humanos de otras zonas de la
7 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
península. La vía natural de penetración fue usando la vía de la Plata que comunica el norte y centro con
el sur, así desde el occidente portugués y onubense, pero es fue más que una idea de movimiento
reciente. Estas poblaciones muestran estrechas relaciones practicadas durante siglos. Europa también
atiende a un incremento demográfico provocado por el empleo de nuevas herramientas que van
incorporándose y elaboradas en bronce, cuyo uso se va haciendo habitual tanto en objetos personales
de prestigio como herramientas, elementos para rituales religiosos, etc. Los poblados comenzarán a
tener defensas naturales primeros, artificiales después. Las nuevas armas se expanden en las
comunidades, sigue siendo un elemento de prestigio pero también lo es ya elemento que indica el
estado adulto del individuo, unido al ideal del guerrero que se generaliza y que permite ascenso social
en unas escalas sociales muy sencillas.
En Torres Alocaz (Utrera, Se) a unos 12 kms. se halló una estela decorada con dos guerreros que portan
espadas a la cintura. Escudo arriba con escotadura en V. Otra de estas
piezas se halló en El Coronil (Se) a unos 21 kms. en la que se sitúa la
silueta de un guerrero con casco de cuernos, a su alrededor los
elementos personales de prestigio situados en las cercanías de empleo;
el peine junto a la cabeza, como hoy en día un tipo de peinado es
símbolo de pertenencia militar, un lanza en lo alto de los hombros. La
espada cerca de su mano derecha, el escudo defiende su frontal
izquierda. Ambas piezas atestiguan este floreciente Bronce Final III con
guerreros heroicos que conocerán los fenicios en la pre-colonización y
posterior colonización del territorio. El número de establecimientos
humanos tanto viviendas aisladas, aldeas, poblados y grandes
asentamientos aumentan debido a la atracción económica que causa el negocio con los orientales. Las
viviendas indígenas son habitualmente de tipología redonda, siendo el paso a espacios rectangulares
interpretados como un elemento nuevo proveniente del nuevo espacio orientalizante.
La llegada de los primeros fenicios coincide con la transformación física en un espacio multicanal del
delta del Guadalquivir, identificado éste como una red de canales en zona lacustre que tendía a
inundarse según las crecidas. Su presencia económica y cultural condiciona de forma definitiva a las
comunidades indígenas del Bronce Final, hay que destacar tres fuerzas no antagónicas pero que explican
perfectamente la situación. Por un lado, la orientalización que imprimirá primero a las élites locales,
para luego desplazarse a otros grupos: comida, vestimenta, creencias y mitos, utensilios, medicina, … en
fin, a todos los ámbitos de la vida. Esta orientalización coincide con las influencias provenientes de una
Europa, en profunda transformación a fines del Bronce Final y I Edad del Hierro. El sur peninsular
amalgama Oriente y Occidente. La última fuerza propuesta, proviene de la misma población autóctona,
grupos de la zona o de otros lugares peninsulares llamados por efecto “fiebre del oro fenicia” con su
visión particular de adaptación al medio. Primero fue la recepción de nuevos productos, luego la
transformación de los medios de producción, para terminar en cambios sociales que modificó las formas
de vidas anteriores. Estos hechos ocurrieron con características propias en diversas áreas del
mediterráneo occidental (Etruria, Lacio, Pantalia), no siempre encontró el respaldo de las comunidades
indígenas (cultura nurágica), lo que determino el retraso cultural de aquellos que mantuvieron una
conducta retrógrada. La cultura orientalizada tiene características propias y reconocibles con presencia
de crecientes lunares, flores de lotos, animales fabulosos, símbolos astrales, volutas. Presenta una
síntesis de lo fenicio, egipcio, sirio, y elementos de la imaginaria mesopotámica y áreas periféricas. La
imagen de una diosa con peinado hathórico o egiptalizante impregna como modelo de mujer divina la
mentalidad antigua, con una perduración secular que alcanza hasta la helenización del mundo púnico, y
posterior romanización. El mundo íbero del Levante peninsular heredó como nadie estos elementos
turdetanos y debió tener una conciencia de cultura antigua y culta de aquellos provenientes de
Andalucía. Así la escritura semisilábica meridional siguió en uso como escritura en la zona levantina
8 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
muchos después de la evolución gráfica al semisilábico levantino, y esto es debido sin duda, a la alta
consideración de esta escritura meridional como parte de una cultura superior por menos acertada que
fuere.
¿Qué nos ofrece el yacimiento para el Bronce Final – Orientalizante?
A escasos 200 metros del puente romano se sitúa un yacimiento de unos 6.000 m2 en la que abundan:
Restos de cerámica a mano de factura tosca, se tratan de ollas de cocina con decoración en
algunos casos de incisiones o bien de digitaciones (siglo VII a.C.).
Fragmentos de cerámica a mano bruñida gris sin decoración.
Fragmentos de cerámica a torno con pintura a bandas de tonos ocres y
rojos: ánforas, vasos, cuencos, platos.
Prótomo cerámico decorado con pintura a bandas, en forma de cabeza
equina que recuerda al famoso híppos de Carambolo (80 AEA: 5-
28), pero con una detalle y técnica superior.
Fusayola de cerámica
Molinos de mano
Objetos de bronce: pequeño cuchillo afalquetado (acaso de la
2ª mitad VI-IV a.C.6)
Estos nos permiten hablar de un asentamiento rural de singular
importancia para el estudio del Orientalizante andaluz por su ubicación, y los especiales avatares
históricos que impidieron su ocupación en época romana posterior, por lo que los estratos no se
encuentran en principio mezclados con este período.
Una pieza cerámica interesante es un fragmento de urna que podría contener un grafiti ante coctionem
portando escritura fenicia /šin/, o incluso semi-silábico indígena (/pi/)7
6 Longitud máxima 9,5 x 1,1 cm. 7 /šin/ fenicia invertida como conocida abreviatura antroponímica. Tamaño de la pieza 7,5 x 4 cm y del
signo 2,8 x 2 cm. Colección particular.
9 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
En la zona más inmediata se encuentran diferentes asentamientos con características similares, Paño
Cabeza (El Torbiscal, Utrera, Se), Cabeza de Buey (frente al desaparecido cortijo de Montera, Utrera, Se).
Son sólo pocos ejemplos de los números casos de la arqueología
andaluza, en “Vaina” del Puerto de Santa María y “El Trobal” de
Jerez de la Frontera (SPAL 3): 209-256, se hallan cerámicas muy
similares a La Alcantarilla. A la izquierda puede observar una
fotografía del yacimiento protohistórico, en la parte inferior
derecha se sitúa las ruinas de la Venta (cortijo de San Rafael de La
Alcantarilla). Las líneas discontinuas señalan el espacio significativo
y el espacio en rojo áreas de extensión con elementos dispersos.
Podemos incluir la información de Ponsich (1991) documenta
cerámica a bandas en la zona de Maribáñez (aprox. 5 km.) y Juan
Gómez (aprox. 2,5 km.) Esto mismo podemos añadir nosotros ene l
caso de Suerte-Lozana (aprox. 1,5 km.) de donde procede además
un broche de cinturón de garfios (VI a.C.). Especial interés recobra el yacimiento mencionada antes, me
refiero a Paño Cabeza (cortijo de El Torbiscal, Utrera, Se) a 1,3 km. donde se conocen un buen número
de fragmentos de cerámica a bandas que alcanza hasta ocupación romana, fíbulas incluida una de tipo
céltico (VIII-V a.C.), moneda cartaginesa del s. III a.C. y una punta de flecha con arpón tipo “Macalón” s.
VI a.C.8
El Orientalizante constituirá las bases en las que se asiente la cultura turdetana, de la II Edad del Hierro.
Para entonces, el borde del lago se ha estreñido en nuestro territorio cientos de metros debido al
empuje de tierras a occidente, pero con peligro de inundación en determinadas fechas. Una fuerte crisis
económica asola occidente, desde Marsella 500 a.C. a los diferentes asentamientos de interior. ‘Agadira
(Cádiz, Ca) sale como cabeza visible del colonialismo fenicio, sin embargo la situación internacional se ha
revelado agresiva. La historia a partir de ahora se fundamenta en la participación o no en los intereses
económicos y estratégicos de diferentes potencias que compiten en el Mediterráneo, desde Grecia,
Roma y los púnicos. Durante la época turdetana nos encontramos con producciones estandarizadas, con
gustos alimentarios que se han transformado respecto al milenio anterior. Las conservas pesqueras
muestran una nueva dieta alimentaria que abre posibilidades productivas y de crecimiento demográfico
que incide en el nacimiento de las primeras ciudades andaluzas. El vino se democratiza. A nivel
geográfico ninguna de las paleo-mapas que se han hecho, y quizás, ninguna de las podamos realizar en
el futuro pueden plasmar la realidad de un territorio en continuo cambio, condicionado por períodos
estacionales de mayor o menor pluviosidad. En las fig. 1 y fig. 2 del anexo ofrecemos dos
reconstrucciones imposibles. En tanto que no recogen la desembocadura, ni el delta posterior, o las
zonas palustres que había provocado la antigua situación de la desembocadura posicionalmente más al
norte9. La estacionalidad de las tierras garantiza una pronta incorporación de l panorama económico en
cuanto el medio físico lo permitía, en especial cuando los pastos se hacían difíciles en la campiña por el
advenimiento del verano. El ciclo de restos se repite en los principales puntos estratégicos de la fig. 3)
del anexo que presumiblemente encontraron las legiones romanas, sus testimonios históricos
mencionan como urbes a Orippo (Torre de los Herberos, Dos Hermanas, Se); *Sal(i)pa -> [ex officina]
Salpensa[na] (El Casar, Utrera, Se) de las monedas; Searo (Torre del Águila, Utrera, Se); Ugia (Torres
Alocaz, Utrera, Se); Conobaria (Las Cabezas de San Juan, Se) y *Nawrisa > Nabrisa (Lebrija, Se). Estos
dirigían otras comunidades de menor tamaño, que a su vez controlaban centros menores que hemos
observado junto a La Alcantarilla. Esta jerarquización del territorio había sobrevenido desde la II Edad
del Hierro y fueron utilizadas en época púnica como un fiel sistema de control y contribuciones,
8 Algunos ejemplos coetáneos son: http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blog/show?id=3814916%3ABlogPost%3A281097&commentId=3814916%3AComment%3A282121&xg_source=activity 9 Entre los siglos IV y III a.C. debía situarse más a occidente de La Alcantarilla.
10 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
sobrevivieron en época republicana romana. Al menos es esperable que un elemento como fue el pago
de diezmos de origen religioso se comportara harto superviviente constituido en época romana como
obligación fiscal.
Con todo lo visto y dicho, nos hacemos una idea muy parcial de una organización estructurada anterior a
la ocupación romana, en una sociedad turdetana que expresa elementos orientales como suyos propios,
y que visualizamos en la arqueología material. La arqueología inmaterial está plagada de mitos y cultos a
Ba’al, ‘Astarté, Tannit, Ešmún, Beš, Melqart,… y otros dioses. Animales mitológicos dominan sus
pesadillas. En el cambio de era aún se conservaba un buen número antroponimia que invocan términos
indoeuropeos, herederos de la Edad del Bronce-Edad del Hierro, y su prevalencia sobre onomástica
semítica. De Conobaria (Las Cabezas de San Juan, Se) CILA 993: Turpilla hija de Sauno y Albano hijo de
Sunna. Son personas de alto estatus que se pueden permitir aparecer en una inscripción. El mundo rural
enmudecido por su falta de testimonios, conservaría mucha más esta onomástica antigua. De Ugia
(Torres Alocaz, Utrera, Se) CILA 989: Cornelia Adsi y Junio Sisenna. De Searo (La Torre del Águila, Utrera,
Se) CILA 940: Cornelia Aditsa hija de Publio.
Las mujeres indígenas jugaron un papel fundamental en las transformaciones acaecidas en la
romanización. Sabemos que las jerarquías locales fueron mantenidas casi en su totalidad permitiendo
de esta forma el flujo contributivo hacia Roma mediante el cobro de impuestos. No hay razones para
pensar que en los núcleos urbanos que rodean a La Alcantarilla se aplicara la deditio in dictionem o
erradicación total de la ciudad, y la venta de sus habitantes como esclavos; la forma habitual y que
estimamos se aplicó en el caso de Ugia, Searo, Sal(i)pa, Orippo y Conobaria fue la forma deditio in fidem:
en la práctica real, el ager y la ciudad con sus bienes habían pasado a dominio romano. Sus antiguos
habitantes retomarían a su actividad diaria como posesores no como dueños de los factores de
producción, a cambio debían realizar el pago de un tributo o stipendium, permitir la permanencia de una
pequeña guardia militar que funcionaría a modo de garantes de la circulación fiscal. Las élites locales se
mostraron proclives a mezclarse mediante contratos matrimoniales con los latinos que se desplazaban
para controlar las numerosas societates publicanorum, verdaderas ejes de latinización en la Baetica. En
el próximo capítulo analizaremos la transformación del mundo turdetano al romano en el ambiente de
La Alcantarilla.
11 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
ANEXO
fig. 1) reconstrucción general del lago ligustino, sin presencia de delta o canales interiores. Mapa extraído del Seminario Agustín de Horozco: PRINCIPALES ASENTAMIENTOS ROMANOS EN TORNO A LA CUENCA DEL http://agustindehorozco.uca.es/. Puede verlo en: http://rodin.uca.es:8081/xmlui/bitstream/handle/10498/14697/Lacus%20Ligustinus.pdf?sequence=1
fig. 2) reconstrucción del borde a partir del mapa de 1918 del término de Los Palacios y Villafranca. Se
observa la primera presencia de ensenadas que se harán habituales en la zona de Las Cabezas, Lebrija y
Mesas de Asta.
12 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
13 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
Fig. 3) Principales yacimientos protohistóricos alrededor de La Alcantarilla.
14 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
Fig. 4) A partir de varias fotografías aéreas (1956-1957) Cartográfico de Andalucía
En azul se muestra las zonas inundables en el albor del cambio de Era. Los puntos amarillos, la probable
localización de caminaría antigua, de norte a Sur (Vía Augusta); en color amarillo una antigua de línea
costera con arena terciarias. Se ha señalado en verde los yacimientos protohistóricos y en rojo los
romanos.
15 El puente, fortaleza y estación de La Alcantarilla (Utrera, Sevilla)
BIBLIOGRAFÍA
Acosta (1995): Pilar Martínez, Pilar (1995): Las culturas del neolítico y calcolítico en Andalucía Occidental. Espacio,
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