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La Argentina y el desarrollo económico en el siglo XXI ¿Cómo pensarlo? ¿Qué tenemos? ¿Qué necesitamos? José María Fanelli

La Argentina y El Desarrollo Económico en El Siglo XXI (Libro Completo)

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  • La Argentina y el desarrollo econmico en el siglo XXI Cmo pensarlo? Qu tenemos? Qu necesitamos?

    Jos Mara Fanelli

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    A la Fundacin OSDE, por muchos aos de apoyo a la investigacin en economa. A Omar, por el impulso para escribirlo y la motivacin intelectual.

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    ndice Introduccin. Enfoque y contenido

    PARTE I: UN MARCO CONCEPTUAL PARA PENSAR LOS PROBLEMAS DEL DESARROLLO

    1. Cooperacin, conflicto y organizaciones 2. Anatoma del sistema econmico y desarrollo 3. Software y fallas de cooperacin 4. Hardware y crecimiento econmico

    PARTE II: LA ARGENTINA Y EL DESARROLLO: DNDE ESTAMOS PARADOS?

    5. Crecimiento y estabilidad macroeconmica 6. Desarrollo humano y distribucin del ingreso

    PARTE III: EL HARDWARE: QU RECURSOS TENEMOS? PARA QU LOS USAMOS?

    7. Recursos naturales, geografa y poblacin 8. Capital fsico, capital humano y progreso tcnico 9. Estructura productiva: heterogeneidad y competitividad 10. Transformacin estructural y sectores productivos

    PARTE IV: EL SOFTWARE EN ACCIN: ESTADO Y MERCADO

    11. Mercados y disfuncionalidad: trabajo y finanzas 12. El Estado y las polticas econmicas

    Conclusin. Reflexiones finales sobre los desafos del siglo XXI: volvi el futuro o ms de lo mismo?

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    Introduccin

    Enfoque y contenido

    El propsito de este libro es analizar el sistema econmico de la Argentina con la intencin de contribuir a la reflexin sobre estrategias para promover el desarrollo. Habr cumplido con su cometido si resulta til para construir marcos institucionales y polticas pblicas orientados a instalar un proceso de crecimiento sostenido con inclusin social, democracia y afianzamiento de la calidad institucional. Los debates sobre polticas pblicas para el crecimiento y la inclusin involucran a actores polticos, econmicos y sociales de extraccin diversa y que actan en mbitos institucionales y organizacionales de caractersticas muy diferentes. Tomando en cuenta este hecho, hemos escrito el libro de forma que pueda ser ledo por un pblico amplio. Nuestra estrategia para facilitar la lectura de los no especialistas fue organizar un texto autorreferenciado. Se incluye tanto la informacin sobre la economa argentina requerida para discutir la cuestin del desarrollo como los conceptos de economa relevantes para interpretar esa informacin. La primera parte presenta un marco conceptual conciso y ordenado de las nociones econmicas imprescindibles para discutir las cuestiones de crecimiento y desarrollo. El concepto central, que acta como pvot, es el de sistema econmico. En las tres partes restantes del libro se analiza la economa argentina a la luz de esta nocin, presentando informacin exhaustiva sobre los recursos materiales, la estructura productiva, los mercados y organizaciones, el sector pblico, la insercin internacional y las variables sociales del pas. En una primera aproximacin, el lector podra pensar que la parte conceptual es algo extensa tratndose de un libro sobre economa aplicada. Pero hemos preferido incrementar la extensin en aras de la claridad de los argumentos. En este sentido, se trata de un libro donde lo conceptual tiene tanto peso como la evidencia que se analiza. Por ello hemos incluido en el ttulo Cmo pensarlo? al referirnos al desarrollo argentino. Creemos que el tiempo que se invierta en leer la primera parte reportar una comprensin ms profunda del funcionamiento y los desafos que enfrenta el sistema econmico argentino. Vale subrayar que el marco conceptual sintetiza una gran cantidad de bibliografa especfica muy actualizada y de alta relevancia, desconocida con frecuencia fuera del mbito de los especialistas, y que sin duda ser de til consulta para quienes deseen profundizar. Los marcos institucionales y las polticas pblicas son el resultado, en ltima instancia, de la interaccin poltica de los actores sociales involucrados, y difcilmente esas polticas se adopten e implementen a partir de una agenda escrita en un libro o siguiendo las indicaciones de un gabinete de investigaciones en economa. Pero estamos convencidos de que si los problemas econmicos se plantean con rigurosidad analtica y sobre la base de informacin sistematizada, la discusin sobre las metas, el diseo y la implementacin de polticas pblicas se facilita enormemente y aumenta la probabilidad de que la calidad de esas polticas mejore.

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    1. Sobre el enfoque

    Hay cuatro dimensiones del enfoque utilizado aqu que es necesario destacar.

    La primera se refiere a la concepcin del desarrollo. Si bien el centro de

    atencin del libro son las variables econmicas y la identificacin de los factores que podran restringir o promover el crecimiento, nuestra aproximacin al tema trata de evitar el economicismo. En particular, nuestro enfoque tiene muy en cuenta que el crecimiento es una condicin necesaria pero no suficiente para el desarrollo. En lnea con la literatura terica y el enfoque aplicado que aportan los reportes anuales las Naciones Unidas para medir el desarrollo humano, nuestro estudio distingue claramente entre desarrollo y crecimiento y pone especial cuidado en evaluar sus interacciones mutuas. As, al estudiar los factores que determinan el crecimiento el nfasis estar puesto en la evolucin del ingreso per cpita, pero al evaluar las implicancias para el desarrollo tomaremos en cuenta variables relativas a la dimensin social, poltica e institucional. Este enfoque es consistente con la evidencia disponible: mientras la trayectoria histrica de los pases desarrollados indica que sin crecimiento sostenido no habran podido alcanzar el nivel de ingresos que hoy muestran, se puede tambin sealar una gran cantidad de casos en los cuales el crecimiento no se tradujo en desarrollo y finalmente abort, por la falta de avances en la dimensin de lo social, lo institucional y lo poltico. Amrica Latina ofrece varios ejemplos (Fanelli, 2008).

    La segunda caracterstica del enfoque es que coloca a la accin colectiva y las

    instituciones en el centro de la escena. Se concibe el desarrollo como una tarea colectiva que involucra movilizar y utilizar los recursos de la sociedad para el logro de metas compartidas. La accin colectiva alimenta el desarrollo porque las capacidades individuales se potencian a travs de la cooperacin. Pero no hay cooperacin sin que aparezcan dificultades de coordinacin y conflictos entre las partes que, cuando no se solucionan, frustran los intentos de actuar colectivamente. Esto es lo que explica que las instituciones ocupen un lugar central en nuestro anlisis: la funcin esencial de ellas es proveer reglas de juego para coordinar las acciones y procesar los conflictos. Resultar natural, por lo tanto, que a lo largo de este estudio vayamos marcando la influencia crtica que ejerce la calidad de las instituciones sobre dimensiones centrales del desarrollo como la iniciativa privada y la innovacin, la resolucin de conflictos de inters, la oferta de bienes pblicos, la lucha contra la exclusin y la creacin de condiciones propicias para la movilidad social. Un sistema econmico que cuenta con instituciones de calidad resuelve conflictos y coordina de manera ms efectiva, por lo que tiene mayor probabilidad de capturar y explotar las oportunidades de crecimiento que se presenten en el mbito local y global y mayor capacidad para responder eficazmente a los eventuales shocks agregados, que suelen afectar no slo el crecimiento sino tambin el empleo, la distribucin del ingreso y la estabilidad poltico-institucional.

    La tercera caracterstica del enfoque es que se considera que desarrollo y

    democracia estn ligados de manera indisoluble. Esto est ntimamente vinculado con el punto anterior: es difcil que las instituciones econmicas sean

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    mejores que la poltica que las crea. El sistema poltico debe promover los consensos bsicos en el plano de las ideas, los valores y las polticas con los cuales instaurar un conjunto de reglas de juego para la economa que sean aceptadas como legtimas por la sociedad en su conjunto, respetadas en la prctica y funcionales para crear un clima de confianza mutua en las interacciones de los actores econmicos entre s y con el gobierno. Cuando las reglas de juego y las polticas pblicas se deciden slo en funcin de intereses especficos o la poblacin no tiene informacin y comprensin adecuadas respecto de cmo esas reglas y polticas afectan la evolucin del bienestar, suelen resultar inestables: o bien se terminan revirtiendo o bien al implementarse no logran sus objetivos por la resistencia de los actores afectados. Hay que considerar, en este sentido, que si la sociedad es democrtica, la transparencia y el bien comn siempre desempean un papel: no es consistente esperar que la ciudadana cuente con el poder del voto y, simultneamente, no cuente con el poder de informarse e influir sobre las polticas que la afectan.1 Cuando los debates se expresan en el parlamento y la prensa y no en cenculos de intereses econmicos o polticos especficos, se hace necesario plantear las polticas pblicas sectoriales tomando en cuenta las consecuencias para los intereses generales de la poblacin. Cuando la perspectiva es la del bien comn, la obligacin de mirar el bosque y no slo los rboles es una condicin ineludible.

    La ltima dimensin a resaltar de nuestro enfoque es su carcter sistmico. La construccin de instituciones y el diseo de polticas son procesos complejos, que requieren de escenarios polticos apropiados para negociar y compatibilizar intereses y visiones particulares sin hacer peligrar el objetivo comn del desarrollo. De ms est decir que intentar un anlisis integral de esos procesos nos llevara bastante ms all de las fronteras de la economa. Creemos, sin embargo, que el anlisis econmico puede ayudarnos a avanzar un buen trecho si adoptamos una visin sistmica de la economa. Esto es, una visin de la economa como un sistema cuyo propsito es organizar las actividades de produccin, distribucin y consumo y que, para su funcionamiento, no slo demanda recursos y tecnologa, sino tambin, reglas de juego institucional y organizaciones adaptadas eficientemente al contexto socio-poltico especfico en que el sistema est inserto.

    Por supuesto, si en estas primeras pginas hacemos referencia a las instituciones y las polticas es porque consideramos que las dificultades para procesar conflictos y transparentar las polticas pblicas a travs de un debate amplio han sido obstculos de peso en el camino de la Argentina hacia el desarrollo. Un problema habitual en el debate econmico ha consistido en extraer implicaciones incorrectas de la premisa bsica segn la cual, en una sociedad democrtica, la poltica no debe ser tributaria de los intereses econmicos. Aceptar esta premisa no implica que la poltica pueda operar sin considerar las restricciones que impone la economa. Extraer esa implicacin es incurrir en el pecado de voluntarismo; pero, obviamente, tomar en cuenta esas restricciones tampoco nos lleva a afirmar que las decisiones polticas deban dar prioridad sistemticamente a la eficiencia o la velocidad del crecimiento, sin observar las consecuencias sobre la inclusin o las oportunidades de movilidad social de cada grupo. 1 Por supuesto, algunas economas crecen en un contexto no democrtico, como es el caso actual de la China. Y tambin hay casos en que la democracia no informa confiablemente, como ocurre con el INDEC en la Argentina. Hay muchas maneras de no ser democrtico, pero slo una compatible con el voto y las prcticas de la democracia.

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    Siempre habr, en definitiva, conflictos de objetivos como los que plantea la clsica dicotoma entre eficiencia y distribucin, y la forma democrtica de encarar esos dilemas es la deliberacin pblica y la bsqueda de consensos. Para esto ltimo es vital contar con informacin y conocimientos sobre la disponibilidad de recursos y el funcionamiento del sistema econmico. Este libro se propone realizar un aporte en relacin con esto.

    2. La Argentina, el crecimiento y el desarrollo: cul es el problema?

    El rgimen de la Primera Globalizacin, que rein en la economa internacional hasta la crisis del treinta, fue benigno para la Argentina. El satisfactorio desempeo de su economa en el perodo que va desde las ltimas dcadas del siglo XIX hasta la crisis del treinta le permiti al pas explotar sus recursos naturales, atraer inmigrantes y acumular una cantidad apreciable de capital fsico y humano. Esto potenci tempranamente el desarrollo y ubic a la Argentina entre las naciones ms ricas. Por ello se esperaba que, una vez terminada la Segunda Guerra, el pas retomara la senda del crecimiento con el mismo mpetu que haba mostrado durante la Primera Globalizacin. Sin embargo, esa expectativa no sera corroborada por los hechos. Bajo el rgimen de Bretton Woods que rigi internacionalmente luego de la Segunda Guerra y hasta mediados de los setenta el crecimiento del pas fue muy mediocre, lo que le hizo perder posiciones en el concierto de las naciones. A mediados de los setenta, el rgimen de Bretton Woods dej paso a la Segunda Globalizacin. Pero bajo el nuevo rgimen internacional la evolucin de la economa argentina no mejor. En realidad, empeor, debido a la recurrencia de crisis macroeconmicas profundas. El pas experiment colapsos de magnitud en 1975, 1981, 1989 y 2001; esto es, uno cada seis aos y medio en promedio. Estas crisis tuvieron consecuencias muy severas sobre la capacidad de crecimiento del pas y, particularmente, sobre la posicin de los sectores ms vulnerables de la sociedad. As, a las dificultades para crecer sostenidamente se sum el problema de la exclusin y la falta de movilidad social. Como consecuencia, la Argentina, que siempre se haba ufanado de contar con una distribucin del ingreso y niveles de pobreza que la acercaban a los pases desarrollados, comenz una rpida convergencia hacia los indicadores tpicos de Amrica Latina, una regin que se caracteriza por su marcada desigualdad. No sorprende, en vista de esta trayectoria, que entre el fin de la Segunda Guerra y la culminacin del siglo XX el pas perdiera buena parte de la ventaja relativa que haba ganado en cuanto a ingreso por habitante y acumulacin de capital humano y que se observara, paralelamente, una escasa dinmica de innovacin tecnolgica y debilidades persistentes en el marco institucional de la economa. Durante buena parte del siglo XX, la Argentina se haba autopercibido como un pas de clase media con oportunidades para la movilidad social ascendente. Al comenzar el siglo XXI, esta percepcin dej lugar a la de una economa de bajo crecimiento, voltil y con alto niveles de exclusin social. En este contexto, la crisis de la convertibilidad en 2001 fue interpretada como una demostracin definitiva de que la Argentina debera posponer por un lapso prolongado sus aspiraciones a ser un pas desarrollado.

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    La evolucin de la economa en lo que va del siglo, sin embargo, no ha convalidado esas expectativas, al menos en lo relativo a crecimiento econmico, que, en la primera dcada los dos mil, contrasta muy favorablemente con lo que fue la norma para la Argentina desde el comienzo de la Segunda Globalizacin. Dos hechos resultan reveladores en relacin con esto. El primero es que la economa recuper, a partir de 2003, la capacidad de crecer a tasas elevadas. La tasa de crecimiento promedio del PBI per cpita entre ese ao y 2010 fue de 5,2%; muy por encima del promedio de 1,5% correspondiente a 1950-2000. El segundo es que, a pesar de la aceleracin de la inflacin y las distorsiones de precios relativos, las fluctuaciones econmicas se suavizaron y no ha habido grandes crisis macroeconmicas. Merece destacarse, en particular, que la turbulencia financiera internacional de 2008 slo tuvo efectos recesivos pasajeros. Indica esta favorable trayectoria del crecimiento que la Argentina ha retomado la senda del desarrollo? Cuando se aborda esta pregunta con una visin sistmica como la de este libro, surgen varios interrogantes difciles de contestar debido a que la evolucin de la economa muestra contrastes muy marcados. Un primer contraste que genera incertidumbre es el que existe entre el remarcable crecimiento posterior a 2002 y las dudas sobre su sostenibilidad, debido a que la economa nacional fue muy ayudada por la evolucin de la economa internacional. El escenario posterior a la crisis de la convertibilidad fue generoso en oportunidades de crecimiento para nuestro pas. Sobresale, en este sentido, la favorable evolucin de los trminos del intercambio as como la buena combinacin de crecimiento y apreciacin del real en Brasil, que result muy conveniente para las exportaciones de origen industrial. Una cuestin que nos ocupar en el libro es, justamente, en qu medida la aparicin de China en el escenario internacional y la evolucin futura de Brasil que cuenta con recursos naturales de novedosa incorporacin pueden hacer que este escenario perdure o no. Tambin ser clave, por supuesto, la evolucin de los pases desarrollados, aquejados por la conjuncin de crisis fiscales y financieras. Un segundo contraste es que, por un lado, la situacin social mejor significativamente con relacin al momento poscrisis, de la mano del crecimiento y las polticas sociales implementadas por los sucesivos gobiernos, pero, por otro, la herencia de exclusin que dej el magro desempeo de posguerra est lejos de haber desaparecido. La proporcin de pobres en la poblacin sigue siendo alta (23%, segn la UCA, 2010) y continan operando factores que crean exclusin social y escasas oportunidades de movilidad ascendente. Como consecuencia, se est asentando en el pas una sociedad dual: mientras una parte de la poblacin muestra indicadores de acumulacin de capital humano y bienestar hasta cierto punto comparables con los de economas de alto desarrollo, al menos un tercio de la poblacin enfrenta serias dificultades para salir de la trampa de bajos ingresos asociada con la escasa acumulacin de capital fsico y humano, la informalidad y la baja productividad. Para que el crecimiento sea inclusivo no alcanza con polticas de transferencia para asistir a los sectores afectados, hay que generar empleo productivo y oportunidades de emprendimientos para los sectores excluidos. De aqu que a lo largo de estas pginas nos acompaar una pregunta: cmo garantizar un mayor acceso de la poblacin a los recursos educativos y financieros necesarios para instalar la igualdad de oportunidades y reforzar la movilidad social ascendente.

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    Como se ver, el desafo de invertir en los jvenes y crear trabajo productivo para ellos resulta clave en la Argentina de hoy, debido a que el pas est transitando por la etapa de oro de la transicin demogrfica: la etapa del bono demogrfico, cuando la poblacin empleada es an joven. El pas debe aprovechar la oportunidad que le brinda el bono para hacerse rico antes de hacerse viejo. Fallar es condenar el bienestar de las generaciones futuras. Las implicancias del bono demogrfico estarn muy presentes cuando analicemos los recursos humanos con que cuenta la Argentina y los desafos en cuanto a inversin en la gente, en capital humano. El tercer contraste es que mientras el nivel de ahorro de la sociedad se ha recuperado, se observan importantes cuellos de botella en la infraestructura bsica y energtica, al tiempo que el dinamismo de la competitividad y la innovacin son insuficientes. Las exportaciones siguen mostrando un perfil muy sesgado hacia productos con poca agregacin de valor y el pas est perdiendo el supervit de divisas que mostraba en el campo energtico. Esto indica que la mayor disponibilidad de ahorro no est siendo utilizada plenamente para financiar las inversiones productivas que necesita el crecimiento para sostenerse. Es plausible conjeturar que las debilidades en el marco institucional tienen un papel en relacin con estas deficiencias: en la primera dcada de los dos mil, la salida permanente de capitales devino un rasgo estructural de la economa.2 Asimismo, las inversiones en infraestructura y energa se resintieron por la falta de reglas de juego claras y estables para el sector. Esta dinmica tiene un costo muy significativo a largo plazo ya que, de hecho, el pas est asignando los beneficios extraordinarios generados por el shock de trminos del intercambio a la importacin de insumos de energa que podra producir internamente y deja de importar los bienes de capital que no produce y que necesita para dinamizar la competitividad y la innovacin. El pas cambia un recurso natural por otro; soja por energa, como es el caso de economas exportadoras de productos primarios muy rudimentarias. Es natural, entonces, que ocupe un lugar protagnico en nuestra reflexin la cuestin de cmo utilizar el mayor ahorro para mejorar la dinmica de la productividad y la competitividad por la va de aumentar la inversin productiva, reforzar la infraestructura y mejorar la capacidad de incorporar tecnologa e innovar. El ltimo contraste que merece destacarse est dado por el hecho de que las autoridades implementaron polticas de redistribucin audaces y hubo mejoras en la distribucin del ingreso, pero, simultneamente, las medidas de accin directa se han ido incorporando a los reclamos sociales y sindicales como pauta permanente de comportamiento. Los conflictos tambin se expresaron bajo la forma de derechos de propiedad poco estables que afectaron a distintos estamentos de la sociedad, desde los trabajadores hasta las empresas y el Estado.3 Es posible que los problemas en la asignacin del gasto pblico y el funcionamiento deficiente de los mecanismos de contralor con sus consecuencias sobre la corrupcin hayan sido relevantes. Pero, adems de esto, parece importante

    2 Durante el perodo de alto crecimiento de 2003-2010, la salida de capitales privados de la Argentina alcanz los 70.000 millones: casi el 20% de lo que el pas produce en todo un ao. La contrapartida de la inversin no financiada con ese ahorro son los puestos de trabajo que no se crearon y las personas que no tuvieron oportunidades de inclusin social. 3 Los hitos en relacin con los cambios en los derechos de propiedad estuvieron dados por el conflicto del campo en 2008, el cambio radical en el sistema de pensiones, la ocupacin de tierras pblicas y privadas en diferentes localidades y los cambios en la normativa sobre reservas del Banco Central. Por otra parte, junto con la exacerbacin de la puja distributiva se cre un clima en que el dilogo poltico sobre cuestiones econmicas se deterior significativamente. As, por ejemplo, no fue posible consensuar un presupuesto en el Congreso para 2011.

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    preguntarnos por qu, en una economa que recibi un shock sustancial de trminos del intercambio, el nivel de conflicto no se redujo. Ser natural, entonces, prestar atencin tanto a lo ocurrido con las polticas sociales como al anlisis del funcionamiento de las organizaciones y el Estado en un contexto de reglas de juego inestables y amenazadas en su credibilidad por la falta de pericia de la sociedad para manejar sus conflictos. Un punto que enfatizaremos es que los conflictos, al afectar el funcionamiento de las instituciones, tambin afectan la funcin de coordinacin que ellas cumplen, con consecuencias muy negativas para la eficiencia y el crecimiento. La inflacin es una de las formas ms visibles en que se manifiestan las fallas de coordinacin, pero tambin sealaremos otros fenmenos, como la falta de crdito y la dolarizacin del ahorro.

    El resultado ltimo de la accin de estas fuerzas contrapuestas ha sido que, durante los ltimos aos, la economa evolucion dentro de un contexto indito que combina alto crecimiento y cierta mejora distributiva con lastres estructurales e incertidumbre. Pero este hecho no debera impedirnos apreciar lo que es central: en lo que va del siglo XXI, la economa internacional abri una ventana de oportunidad para la Argentina asociada con los recursos naturales y el pas tiene medios apropiados para aprovecharla: a pesar de las crisis y el estancamiento en el ltimo cuarto del siglo pasado, la Argentina an cuenta con suficiente acumulacin de conocimiento organizacional, capital humano y fsico. El desafo estratgico consiste, entonces, en instaurar un rgimen institucional y de polticas pblicas que permita canalizar hacia el desarrollo los recursos adicionales que trajo el nuevo siglo. Urge encarar este desafo pues, como ocurre con toda ventana de oportunidad, la que se abri en la primera dcada de los dos mil no estar abierta para siempre. La crisis internacional de 2008 fue un recordatorio en este sentido y, adems, la evolucin de la economa global plantea ms interrogantes que certidumbres (FMI, 2011). Adems, el bono demogrfico est ocurriendo ahora. Los conflictos distributivos y la inestabilidad de las reglas de juego de la economa han constituido, sin dudas, obstculos clave para la adopcin de una agenda mnima de polticas estratgicas. En democracia, los intereses contrapuestos se procesan a travs de una diversidad de instituciones tanto formales como informales que tienen por tarea compatibilizar los intereses sectoriales y de diferentes estamentos sociales con los del bien comn y hacerlo de forma que resulte funcional para el desempeo de la economa. Si la resolucin de los conflictos insume una parte excesiva de las energas de la sociedad, esas energas se restan al esfuerzo productivo y, de esa forma, a largo plazo el conflicto se convierte en un peso muerto para el desarrollo.

    La sociedad argentina ha estado actuando, en cierta medida, como si el objetivo fuera utilizar los medios de la democracia para apoyar reclamos particulares y tratar de establecer derechos sobre una porcin mayor de los nuevos recursos y no como una sociedad que concibe la vida en democracia como una oportunidad para organizar la accin colectiva en pos de metas comunes, donde los intereses especficos se procesan y armonizan en base a normas legales y culturales que priorizan la cooperacin a travs de la coordinacin y la construccin de confianza mutua. Estos hechos sugieren que la Argentina podra estar mostrando sntomas de una enfermedad social que los economistas denominan maldicin de los recursos naturales (Auty, 1993) y que suele aquejar a los pases que cuentan con recursos naturales abundantes e instituciones dbiles, poco eficientes para encaminar las demandas de cada sector sin destruir las bases para el desarrollo. Contraer la maldicin de los recursos, no obstante, no es una condena. La mejor demostracin es el hecho de que haya pases ricos en recursos

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    naturales que no experimentan la intensidad de los conflictos que nos aquejan y que lograron desarrollarse en un marco de equidad, como son los casos de Noruega, Canad o Australia. La amenaza de desaprovechar la oportunidad debido a la maldicin de los recursos naturales es uno de los motivos por los que adoptamos un enfoque sistmico. Para disear estrategias de desarrollo bajo las circunstancias actuales se requiere no slo evaluar la disponibilidad de recursos materiales y tcnicos, sino tambin las reglas de juego formales e informales o culturales que coordinan las acciones colectivas tanto en el nivel de las organizaciones (empresas, burocracia pblica, sindicatos) como en el de las instituciones de mayor nivel que rigen la vida econmica (regulaciones, legislacin). Utilizando una analoga con el mundo de la computacin, en este libro argumentaremos que el estudio del crecimiento econmico y el desarrollo en la Argentina requiere que se tomen en cuenta no slo los problemas de hardware (recursos y tcnicas) sino tambin los de software (reglas de juego, organizaciones y pautas culturales relevantes para la conducta econmica).4 Sobre la base de esta analoga, podemos resumir la hiptesis central que anima nuestro anlisis de la siguiente forma:

    La Argentina ciertamente presenta limitaciones en su hardware econmico; pero su historia de crisis recurrentes, conflictos distributivos y oportunidades desaprovechadas sugiere que tan importantes como las restricciones originadas en el hardware son las que operan a travs del software institucional.

    Al poner el papel del software en primer plano, hay dos cuestiones que surgen naturalmente. La primera es la necesidad de que la elite poltica y la sociedad en general tomen conciencia de los efectos del conflicto y la desconfianza en la capacidad para utilizar el hardware de forma eficiente y para explotar las oportunidades que existen y que se estn perdiendo. La segunda es la necesidad de elaborar propuestas estratgicas para mejorar el paquete de software y, a partir de ello, las organizaciones de la economa, desde los mercados a las empresas y el Estado. Esto es, adaptar las reglas de juego (instituciones) de forma tal que la accin colectiva a travs de las organizaciones coloque a la economa en la senda del desarrollo. La tarea de construccin de software es eminentemente poltica y un debate pblico de calidad puede ser de gran utilidad para tener mejor poltica. El conocimiento es un insumo crtico para la bsqueda de consensos polticos y el diseo de estrategias de cambio. En este sentido, este libro pretende hacer un aporte a partir de analizar el hardware, el software y las organizaciones de nuestra economa de forma de estar en mejores condiciones de disear estrategias para aprovechar las oportunidades que hoy le brinda la economa global a la Argentina y, a la larga, contar con mayor flexibilidad para adaptarse a shocks negativos sin que ello implique pasar por experiencias lmite, como lo fue la crisis de 2002 o las que la precedieron.

    4 Segn la RAE, hardware es el conjunto de los componentes que integran la parte material de una computadora, y software, el conjunto de programas, instrucciones y reglas informticas para ejecutar ciertas tareas en una computadora.

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    3. Sobre el contenido y la estructura del libro En nuestro pas existe una produccin de estudios de buena calidad sobre sectores, problemas especficos de crecimiento y temas de alta relevancia para el desarrollo. Es una produccin que, sin ser abundante, tampoco es particularmente escasa y muchos de los trabajos disponibles sern citados a medida que sean utilizados. Son mucho ms escasos, en cambio, los trabajos que interpretan los resultados de los estudios desde una perspectiva sistmica. Una perspectiva as es vital para evaluar los hallazgos en trminos de tres dimensiones: oportunidades y restricciones para el crecimiento; efectos distributivos asociados; y demandas de reglas de juego y de polticas pblicas para aprovechar oportunidades, superar restricciones y manejar conflictos distributivos. La tarea de escribir este libro es bastante riesgosa desde el punto de vista intelectual ya que obliga a lidiar con temas sectoriales que a veces estn bastante alejados del hbitat natural en el que el autor est acostumbrado a moverse como especialista. Pero los beneficios justificarn el riesgo si logramos mostrar la importancia de observar los problemas especficos desde una perspectiva sistmica cuando se debate sobre crecimiento, inclusin y mejoramiento institucional de la democracia. Por otro lado, si tenemos xito en contribuir a reforzar el debate, seguramente contaremos con la ventaja de que los errores en que incurramos al intentar una visin sistmica sern rpidamente identificados y corregidos. Este libro contiene doce captulos, agrupados, a su vez, en cuatro partes. La Parte I, como ya se anticip, presenta el marco conceptual que fundamenta el anlisis y sirve de apoyo para organizar todo el estudio. Consta de cuatro captulos. Dada la importancia que le atribuimos al enfoque sistmico, es natural comenzar explicando qu se entiende por sistema econmico y cmo se articulan, en su interior, el hardware, el software y las organizaciones, de forma de satisfacer las funciones que la economa cumple en la sociedad. Se le otorga especial importancia a la definicin de indicadores de desarrollo y a identificar en qu sentido la estructura productiva y las instituciones son importantes para l. Las Partes II, III y IV contienen el anlisis de la economa argentina. La Parte II describe y analiza el contexto. La principal pregunta que se plantea es Dnde estamos parados? y la contesta en base a dos dimensiones. El captulo 5 se ocupa de evaluar nuestro nivel de desarrollo sobre la base del ingreso por habitante y sita al pas desde una perspectiva tanto histrica como de ubicacin actual en el concierto de las naciones. El captulo 6 complementa la visin analizando la distribucin del ingreso y, sobre todo, el nivel de desarrollo humano alcanzado en relacin con otros pases. Los datos aportados en este captulo estn pensados para actuar como referencia y punto de partida emprico de nuestra reflexin. Se pone especial cuidado en plantear las oportunidades que la economa argentina enfrenta hoy, as como las restricciones. La Parte III se ocupa del hardware. La pregunta clave, aqu, es: Qu recursos tenemos y como los usamos?. Los captulos 7 y 8 se dedican a estudiar los recursos de que dispone la Argentina y que actan como los inputs que se utilizan para construir la estructura productiva de la economa. El captulo 7 analiza la dotacin de recursos naturales, la geografa y la poblacin, con particular nfasis en el bono demogrfico. En cuanto a recursos naturales, se evala la dotacin de la Argentina en relacin con el

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    resto del mundo en lo que hace a tierras, energa y dems recursos. El captulo 8 se ocupa de tres factores que la economa resalta como determinantes clave del potencial de crecimiento: el capital fsico, el capital humano y el progreso tcnico. Al abordar el capital fsico se examina la dotacin con que cuenta el pas respecto de su fuerza de trabajo y su producto, las fuentes de su acumulacin y su composicin, incluyendo la infraestructura. Los aspectos tecnolgicos se estudian sobre la base de la nocin de productividad total de los factores (PTF). Los captulos 9 y 10 describen la estructura productiva, que es el componente fundamental del hardware. Se le presta particular atencin al sector transable (que exporta o compite con importaciones) ya que, en un mundo global, buena parte de la dinmica de la incorporacin de tecnologa y de la innovacin est determinada por el tipo de insercin internacional de la economa. Esto hace que la cuestin de la competitividad ocupe naturalmente un lugar destacado. La Parte IV tiene dos captulos y su propsito es estudiar el software en accin. Como se mostrar en el marco conceptual, las reglas de juego o instituciones contenidas en el software ejercen su influencia sobre la economa en la medida que son un determinante clave de la forma que toman las organizaciones, desde los mercados al Estado. El captulo 11 se ocupa de dos mercados que cumplen funciones de crtica importancia en la asignacin de recursos y la estabilidad macroeconmica: el financiero y el de trabajo. El captulo 12, analiza el Estado y las polticas econmicas que ste implementa. El libro cierra con un captulo destinado a reflexionar sobre las implicancias de los hechos analizados para encauzar el crecimiento en los rieles del desarrollo de forma de aprovechar las oportunidades que se abrieron junto con el siglo XXI.

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    Parte I

    Un marco conceptual para pensar los problemas del desarrollo

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    En esta parte presentamos y discutimos la nocin de sistema econmico, que, desde el punto de vista conceptual, constituye la columna vertebral del anlisis de la economa argentina que se realiza en este libro. Si bien nuestro anlisis del sistema econmico incluye los aspectos que habitualmente son de inters para la economa (disponibilidad de recursos, tecnologa, mercados), su caracterstica distintiva es la importancia que le asigna al marco institucional y las organizaciones de la economa. En el enfoque que utilizamos, el rol del software del sistema es tan importante como el del hardware para explicar el desempeo econmico. Aun cuando la intencin es estudiar problemas de economa aplicada, hemos dedicado esta primera parte a presentar el marco analtico, porque una de las tesis que sostenemos es que, en cierta medida, los fracasos en el plano de la formulacin e implementacin de polticas econmicas y reformas estructurales en la Argentina se deben a una pobre comprensin de qu es un sistema econmico y las funciones que cumplen las instituciones en l. Es habitual que se tomen iniciativas orientadas a atacar problemas particulares desde la deficiente distribucin del ingreso a la excesiva intervencin estatal sin tomar en cuenta dos aspectos cruciales: por un lado, las consecuencias de medidas especfics sobre el funcionamiento del sistema econmico como un todo y, por otro, si estn dadas las condiciones institucionales para que las autoridades puedan hacer cumplir las normas y regulaciones asociadas con las iniciativas a implementar. Una visin sistmica e institucional obliga a considerar que es difcil redistribuir sin afectar el clima de inversin o la eficiencia y que tambin lo es liberar mercados o introducir cambios en los derechos de propiedad sin afectar el empleo, la distribucin del ingreso y la estabilidad macroeconmica. Una visin sistmica e institucional no implica renunciar a incluir en el anlisis la equidad distributiva o el papel de la intervencin estatal, pero implica s tomar en cuenta que la funcionalidad sistmica importa. Y que importa, antes que nada, para evitar que los efectos colaterales no deseados en el plano institucional impidan que las polticas alcancen los resultados econmicos buscados; como ocurre cuando polticas distributivas o de liberalizacin agresivas terminan en crisis macroeconmicas y destruccin del crecimiento y la inversin o cuando se introducen regulaciones sin mecanismos de monitoreo efectivo de la corrupcin. Esta primera parte conceptual consta de cuatro captulos. Como ya se dijo, probablemente, un lector ansioso por estudiar los problemas especficos del desarrollo argentino considere algo excesivo leer cuatro captulos antes de abordar el ncleo de nuestro inters. Cules son los beneficios? Primero, examinar los problemas econmicos y del desarrollo dentro de un marco conceptual evita que la discusin devenga en una mera descripcin o catlogo de problemas. Un marco conceptual les da sentido a los problemas al mostrar las conexiones y relaciones de prioridad que existen entre ellos. As, el lector estar en condiciones de evaluar las propuestas de poltica que estn en debate en la arena pblica. Segundo, se trata de una inversin que se amortiza en varios frentes: el mismo marco conceptual se puede aplicar para entender los desafos que enfrentan otros pases, sobre todo, pases emergentes. Tercero, hemos recurrido a bibliografa muy actualizada para elaborar este marco, y quienes tengan curiosidad intelectual van a obtener mucha informacin sobre cules son los problemas que le interesan a la economa como ciencia en nuestros das.

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    El propsito del captulo 1 es explicar por qu son importantes las instituciones y las organizaciones en la economa. Se muestra por qu la actividad econmica, al basarse en la cooperacin a travs de la divisin del trabajo y la especializacin, necesita de reglas de juego (organizaciones e instituciones) que resuelvan problemas de coordinacin, motivacin y ejecucin. El captulo 2 define el concepto de sistema econmico y explica su funcionamiento. El centro del captulo es un esquema (vase figura 2.1) que simboliza el sistema econmico y constituye el ncleo del marco conceptual del libro. Se espera que el lector utilice el esquema como referencia a medida que avance en la lectura de los captulos destinados a examinar el sistema econmico de la Argentina. Toda la exposicin del libro est estructurada sobre la base de este esquema. El esquema describe la anatoma del sistema econmico y muestra cmo se articulan sus dos partes centrales el hardware y el software para generar las organizaciones tanto pblicas como privadas que se encargan de llevar adelante las funciones econmicas. Asimismo, se analiza la relacin entre el desarrollo y los tres indicadores ms utilizados para evaluar el desempeo de una economa: crecimiento econmico, estabilidad y distribucin del ingreso. Se presentan argumentos que indican que el crecimiento es un criterio muy estrecho para evaluar el funcionamiento de la economa y que es necesario complementarlo con otras consideraciones. En particular, se introduce la nocin de desarrollo humano utilizada por Naciones Unidas (2011). Los dos ltimos captulos de esta parte se dedican a estudiar con mayor detenimiento el software y el hardware del sistema. El captulo 3 se ocupa del software: cmo es que las reglas de juego del marco institucional contribuyen a dar forma a las organizaciones de la economa. Se discuten las fallas de cooperacin que aparecen cuando las organizaciones funcionan mal. Hasta hace muy poco era comn que la economa se centrara en las fallas de funcionamiento de un solo tipo de organizacin: el mercado. Sin embargo, los avances tericos de las tres ltimas dcadas han dejado en claro que la falla de mercado no es la nica forma en que se expresan las disfuncionalidades organizacionales que llevan a fallas de cooperacin. En lnea con esto, se analizan, adems de las fallas de mercado, las fallas de gobierno, de la organizacin de las empresas, e incluso las disfuncionalidades que pueden presentar las familias en el cumplimiento de sus actividades econmicas. En el caso del hardware, el captulo 4 pone el nfasis en mostrar cmo los factores de produccin tangibles (geografa, capital, recursos naturales y humanos) se vinculan con los intangibles (conocimiento) para formar una estructura productiva especfica. Se discuten diferentes formas de clasificar una estructura productiva y se argumenta que es clave tomar en cuenta que, en el caso de pases con el nivel de desarrollo de la Argentina, las estructuras son heterogneas o duales: los sectores con tecnologa de punta conviven con sectores de subsistencia de muy baja productividad. Se dedica cierto espacio a estudiar cmo se relaciona el crecimiento con la distribucin del ingreso y con la asignacin de recursos a los sectores de la economa con diferentes niveles de productividad. Cuando existen fallas de cooperacin es difcil separar la distribucin del ingreso de la asignacin de los recursos como era la prctica habitual en economa hasta los avances tericos ms recientes y, por ende, crecimiento y distribucin quedan ntimamente vinculados. Esto, a su vez, crea un vnculo inseparable entre instituciones y crecimiento, ya que una funcin central de las instituciones es mediar en los conflictos distributivos. Finalmente, se argumenta

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    que estos hechos crean interacciones intensas entre el plano de la economa y el de la poltica: hay que resolver simultneamente cmo crecer y qu reglas utilizar para distribuir y este ltimo es un problema que se dirime, en buena medida, en el mbito de las instituciones y la poltica.

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    1. Cooperacin, conflicto y organizaciones

    Ya hemos anticipado que nuestro enfoque de los problemas econmicos tiene dos caractersticas bsicas: es sistmico y es institucional. Es posible justificar la relevancia de ese enfoque partiendo de la observacin de una serie de fenmenos organizacionales que estn presentes en todas las economas contemporneas. La primera seccin del captulo describe esos fenmenos. En la segunda seccin se caracteriza a la economa como una actividad que es, antes que nada, cooperativa y que, por ende, no est libre de conflictos. Las organizaciones econmicas surgen, justamente, para ordenar las interacciones entre agentes que, si desean cooperar, deben encontrar la forma de manejar los conflictos de manera eficiente. Con un diagrama se describe el proceso que lleva a la aparicin de las tres formas de organizacin ms importantes del capitalismo actual: el mercado, las jerarquas y las familias. La ltima seccin estudia cmo surge el marco institucional de la economa a partir de la necesidad de establecer reglas de juego para las organizaciones. Se muestra que, adems de aportar modelos para las organizaciones individuales, las instituciones econmicas actan como una malla que articula las relaciones de las organizaciones entre s, contribuyendo a cimentar la funcionalidad del sistema econmico como un todo. Este anlisis nos llevar a definir el sistema econmico como sigue:

    Un sistema econmico es una estructura de organizaciones cuyo fin es facilitar el uso de recursos y las tareas de cooperacin y de manejo de conflictos que son inherentes a las actividades econmicas; esas organizaciones se articulan a travs de un marco institucional que tiene por fin garantizar la funcionalidad de las organizaciones y de la estructura del sistema como un todo.

    Hemos adelantado la definicin de sistema econmico a que arribaremos con el propsito de que el lector sepa cul es el objetivo central del anlisis que sigue. Esta definicin ser utilizada en el captulo 2 para describir la anatoma del sistema econmico.

    1. Seis observaciones sobre la actividad econmica en una economa moderna

    La actividad econmica tiene por propsito central lidiar con dos limitaciones bsicas que enfrentan las personas a la hora de satisfacer los objetivos que se proponen: la escasez de recursos y la ignorancia. Esto es as en cualquier sociedad. Las seis caractersticas de las economas contemporneas que discutimos a continuacin tienen que ver con la forma especfica en que nuestras sociedades enfrentan esas dos limitaciones.

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    a. La abrumadora mayora de las actividades que llamamos econmicas son actividades de cooperacin. La cooperacin permite resolver una enorme cantidad de problemas de escasez e ignorancia de forma ms eficiente que si se lo intenta en soledad. Hay cuatro razones bsicas que motivan la cooperacin:5

    Explotacin de economas de escala. En muchas actividades, realizar las tareas en cooperacin rinde mayores frutos para un colectivo de agentes que si cada agente invierte igual cantidad de esfuerzos por separado. La cooperacin hace, literalmente, que el todo sea mayor a la suma de las partes. El fundador de la economa, Adam Smith, llam la atencin sobre el potencial que tienen la divisin del trabajo y la especializacin para aumentar la productividad del trabajo.6 Nuestra sociedad ha llevado la especializacin y, por ende, la cooperacin a niveles nunca antes observados. Contamos con entidades muy sofisticadas, que van de las empresas productivas a las compaas de seguros y los entes estatales.

    Beneficios mutuos del comercio. Si una persona vive en soledad, no puede realizar intercambios; pero si vive en sociedad, puede sacar provecho de ello para aumentar su bienestar: como los individuos tienen gustos, recursos y habilidades diferentes, se pueden beneficiar intercambiando lo que valoran menos por lo que valoran ms. Es una forma de cooperar muy prctica que cuando se hace rutinaria da lugar a la formacin de mercados ms o menos estables. Hoy contamos con estructuras de mercado muy densas y expandidas, como lo muestra el fenmeno de la globalizacin.

    Manejo de riesgos. Las personas suelen tener aversin al riesgo en el sentido de que prefieren evitar que sus ingresos varen de manera inesperada debido a accidentes o fenmenos meteorolgicos como las sequas. Cuando los eventos negativos afectan de forma independiente a personas diferentes (normalmente no todos se enferman o mueren al mismo tiempo), por la va de la cooperacin es posible formar un fondo de asistencia mutua, explotando la ley de los grandes nmeros. Las economas modernas muestran una gran cantidad de estos instrumentos: seguros de vida, de salud, contra eventos climticos; fondos de pensin, seguros de desempleo, etc. Sin estas formas de cooperacin, nuestro bienestar sera muy inferior; qu haramos sin seguros de salud, sean estatales o privados?

    Compartir conocimientos. Cuando dos agentes comparten informacin sobre recursos, tcnicas o gustos se reducen los costos de bsqueda y generacin de esa informacin. Ntese que la informacin posee una caracterstica muy positiva: como cualquier bien, tiene valor porque es til, pero, a diferencia de un

    5 Vase Heath (2006), que discute en detalle las razones para cooperar . Este autor agrega una quinta razn: la necesidad de ayuda para el autocontrol, como cuando existen problemas de alcoholismo o ansiedad, que representan una reversin temporal de la escala de preferencias del individuo. Para evitar daarse debido a esa reversin, el individuo necesita de otros que lo ayuden a controlarse. 6 La productividad del trabajo se define como la cantidad de producto o valor agregado que genera cada hombre ocupado. El valor agregado mide la produccin neta: a la produccin total se le restan los insumos que se utilizaron y que ya estaban producidos, de forma de saber exactamente cunto valor gener el trabajo en la actividad de que se trate. Vase el captulo 4. Sobre definicin de productividad, OECD (2001).

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    sndwich, puede utilizarse ms de una vez sin que se gaste. Esto facilita, en principio, la cooperacin para producir la informacin. Como veremos ms adelante, este hecho es de crtica importancia para el crecimiento econmico. Por ahora basta con decir que buena parte de la revolucin en la productividad actual tiene que ver con el enorme crecimiento de la industria de las TIC (tecnologas de la informacin y la comunicacin). Sin Internet ni computadoras, nuestro nivel de vida sera muy diferente, debido a la imposibilidad de procesar y transmitir informacin.7

    La creciente importancia de la cooperacin en nuestra economa tiene un resultado que es necesario remarcar: la contraparte de la mayor cooperacin es una complementariedad tambin creciente entre las actividades de cada segmento de la economa. Las partes de nuestro sistema econmico son funcionalmente interdependientes. Y no slo en el nivel nacional: detrs de la globalizacin estn la expansin de la divisin del trabajo internacional y la interdependencia financiera que aparece de la mano del manejo del ahorro, la inversin y el manejo de riesgos a escala global. b. La cooperacin no discurre sin conflictos. Los conflictos son inherentes al proceso de cooperacin (Williamson, 1989). Es usual que los agentes tengan preferencias y visiones divergentes respecto de cmo hacer las cosas y, adems, no es fcil decidir cmo repartir los beneficios producidos de forma colectiva, realizando actividades que son complementarias. Es importante sealar, asimismo, que en algunos casos estos conflictos aparecen no tanto por razones asociadas con la realizacin de tareas comunes, sino porque es econmicamente beneficioso que los agentes involucrados se abstengan de realizar ciertas actividades. Por ejemplo, abstenerse de sobreexplotar recursos naturales compartidos, como es el caso de los ros en general y de nuestro Riachuelo en particular. Pero la abstencin de una accin puede tambin tomar formas ms sofisticadas: evitar que los pases implementen medidas proteccionistas o cambiarias para robarle exportaciones al vecino, como ocurre en el Mercosur (en 1999, devaluacin brasilea; en 2000, devaluacin argentina; actualmente, trabas al comercio) y tambin en la economa global: en el G-20, los Estados Unidos y otros pases acusan a China de mantener intencionalmente depreciada su moneda, para maximizar sus exportaciones.8 Por ende, no sorprende que, asociado a cada uno de los motivos para cooperar antes mencionados, haya un motivo para el conflicto:

    Explotacin de economas de escala: free riding. En las tareas que implican

    acciones colectivas es comn que los individuos traten de no contribuir con la parte de esfuerzo que les toca, haciendo lo que es mejor para cada uno individualmente y no para el grupo en su conjunto.9 Esto se conoce en la literatura sobre accin colectiva como el fenmeno del free rider o colado, y explica que las organizaciones que conocemos gasten una gran cantidad de

    7 Sobre economa del conocimiento vase OECD (1996) y Stiglitz (2012) para quien vivimos en la sociedad del aprendizaje. 8 Sobre estos problemas globales, Naciones Unidas (2009). 9 El ejemplo ms conocido es el que la teora de juegos llamado dilema del prisionero. Pero hay otros juegos que tambin presentan el mismo problema: el de la caza del ciervo (stag hunt) o la tragedia de los comunes; vase Dixit et al. (2009). Sobre el uso de recursos comunes vase Ostrom (1990 y 2005).

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    recursos para seleccionar el personal y monitorear las tareas asignadas. Asimismo, se invierten recursos muy valiosos para controlar que las personas no acten en contra de los intereses del conjunto, desde el control de la corrupcin hasta el del medio ambiente.

    Manejo de riesgos: azar moral y seleccin adversa. En el caso de los seguros, el conflicto de intereses aparece por dos razones. Primero, las personas pueden mentir sobre su condicin: tomar un seguro de salud cuando ya estn enfermos. Segundo, no tomar las precauciones debidas para evitar el siniestro asegurado: dejar de recargar el matafuego luego de tomar un seguro contra incendios. Estos dos problemas se conocen tcnicamente como azar moral y seleccin adversa. En ambos casos se perjudican los intereses colectivos debido a que los participantes colocarn su dinero en el fondo mutuo pensando que la probabilidad del evento asegurado es menor a lo que realmente es debido a la mala condicin de algunos participantes o a conductas negligentes.10 Si todos supieran cul es la realidad, el costo del seguro sera ms alto. Cualquiera que haya contratado un seguro sabe que las empresas invierten mucho dinero en averiguar la verdadera condicin del asegurado y, adems, obligan a cumplir con ciertas normas de seguridad.

    Beneficios mutuos del comercio: fraude y robo. Las fuentes de conflicto aqu se relacionan con el fraude, la violacin de las promesas de pago y el robo. Los mercados, tal como los conocemos, simplemente no podran funcionar si no invirtiramos en hacer respetar los derechos de propiedad castigando el robo, combatiendo el fraude a travs de la defensa del consumidor o manteniendo regulaciones financieras que protegen al ahorrista y establecen derechos y obligaciones de deudores y acreedores.

    Compartir conocimientos: mentira. Para que la informacin pueda transmitirse y compartirse, los agentes econmicos deben decir la verdad. Toda una red de comunicacin o de produccin puede simplemente colapsar si en uno de sus nodos la informacin transmitida es incorrecta o si, para favorecerse, un agente miente. De ah que existan normas y procedimientos respecto de cmo debe transmitirse la informacin, y la sociedad trata de que los individuos internalicen cdigos de tica que ponderan la veracidad. A todos nos contaron el cuento del pastorcillo y el lobo. Hacer respetar esas normas no es simple, como bien lo sabe quien trata de averiguar cul es exactamente la inflacin en la Argentina.

    Los conflictos pueden ser muy gravosos econmicamente: negociar insume tiempo y esfuerzos y los agentes pueden recurrir a mtodos de accin directa costosos para saldar sus diferencias. Las huelgas, el lockout y las manifestaciones en defensa de intereses especficos son habituales en nuestra experiencia econmica. c. Los procesos de cooperacin y de conciliacin de intereses tienen lugar, de forma rutinaria, en el seno de organizaciones muy diversas, que presentan grados variables de complejidad interna.11 Para comprobar este hecho basta con que el lector piense con cuntas organizaciones se relaciona slo para alimentarse y educarse. 10 Sobre seleccin adversa y azar moral, vase Dixit et al. (2009). 11 Sobre organizaciones, vanse Milgrom y Roberts (1993) y Gibbons (2009). Sobre derechos de propiedad y normas culturales para evitar el fraude, Widick (2008).

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    En el caso de una economa capitalista hay tres formas organizacionales que se destacan: los mercados, las empresas y el Estado; pero estn lejos de reflejar la riqueza y sofisticacin organizacional que se observa en la economa actual y que surgen en respuesta a los requerimientos de ordenar las interacciones de los agentes en el proceso de cooperacin y resolucin de conflictos: existen fundaciones, entes de gobierno con niveles variables de autonoma, sindicatos, asociaciones de profesionales, cmaras empresarias, organismos internacionales y, por supuesto, la familia, una organizacin que ha exhibido histricamente continuas mutaciones en cuanto unidad econmica. Asimismo, los mercados pueden mostrar muy distintos grados de organizacin formal desde la Bolsa hasta la venta ilegal de drogas y las empresas pueden ser de estructura y tamao muy variables desde microempresas hasta multinacionales. d. Las organizaciones tienden a desarrollar vnculos de complementariedad que, de forma directa o indirecta, las convierten en funcionalmente dependientes. La interdependencia funcional surge naturalmente del hecho de que cada organizacin realiza tareas especializadas en el marco de la divisin del trabajo. Las relaciones de cooperacin, al cristalizarse en organizaciones, hacen que el sistema econmico se estructure como una red articulada de organizaciones funcionalmente complementarias (Arthur, 1996; Matsuyama, 1995). Un ejercicio mental simple alcanza para comprobar la relevancia emprica de este punto. Cuando observamos una empresa cualquiera, nos resulta claro que sin una jerarqua interna su organizacin no funcionara. Pero tambin es cierto que esa empresa tampoco podra funcionar con un mnimo de eficiencia si desaparecieran los mercados donde se abastece de insumos, trabajo y crdito o si desaparecieran los medios de pago que utiliza para realizar transacciones. De hecho, los medios de pago son emitidos por dos organizaciones muy sofisticadas el Banco Central y los bancos comerciales cuya tarea primordial no es producir sino facilitar los vnculos entre organizaciones distintas. Las relaciones que priman en los vnculos entre organizaciones son de complementariedad y no de sustitucin: sera letal para el funcionamiento del sistema econmico que desaparecieran los bancos, o que el dinero no fuera confiable Para tener una idea de lo que ocurre cuando el dinero no es confiable alcanza con recordar la brutal cada en los ingresos que usualmente acompaa los episodios de hiperinflacin o las crisis financieras (vase el captulo 5, que ilustra este punto para la Argentina). En gran medida, el sistema est organizado como una red que no puede prescindir de una de sus partes sin perder una gran cantidad de eficiencia. Las redes son muy ventajosas porque tienen la particularidad de generar rendimientos crecientes por la va de la complementacin entre sus parte, pero tambin aumentan la vulnerabilidad en la medida que la falla en una parte se ramifica en todo el sistema. Es algo similar a lo que ocurre cuando el sistema elctrico colapsa y se recurre a generadores individuales, de costos unitarios mucho ms altos. e. Tanto las organizaciones como las vinculaciones entre ellas estn regidas por un conjunto de instituciones econmicas o reglas de juego bsicas. Un sistema econmico no puede prescindir de un conjunto de normas jurdicas bsicas que definan de manera general derechos, obligaciones y formas procesales para ordenar la negociacin y los vnculos entre agentes econmicos. Son normas de aplicacin

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    general a todas las organizaciones e individuos y que definen lo que se permite, se prohbe o se requiere en las actividades econmicas en lo relativo a la cooperacin y al conflicto de intereses. No existen economas en el mundo que funcionen sin definir derechos de propiedad (sea esta privada, cooperativa o pblica), normas sobre relaciones del trabajo, contratos y procedimientos de resolucin de controversias (como la Ley de quiebras). Asimismo, se observa que, cuanto mayor es el nivel de desarrollo alcanzado por la economa, mayor es la sofisticacin de las instituciones econmicas que la rigen. Se definen nuevos formatos o modelos organizacionales para sociedades annimas, sociedades sin fines de lucro y entes del gobierno, as como reglas muy especializadas para la organizacin de mercados especficos (Bolsas, mercados concentradores). Los modelos de organizacin bsicos, adems, se suelen complementar con regulaciones particulares que buscan adaptar los formatos a los requerimientos de actividades muy especializadas; por ejemplo: Ley de entidades financieras y Carta Orgnica del Banco Central. Por otra parte, en la prctica, las normas formales se complementan con normas informales que tambin influyen sobre el funcionamiento de la organizacin. Son reglas de comportamiento econmico que los agentes se autoimponen, como las convenciones, los usos y costumbres y las buenas conductas que tienen por propsito cimentar una reputacin; por ejemplo: los cdigos de tica, la nocin del buen hombre de negocios, etc. En lnea con estos desarrollos observados en la economa moderna, la teora econmica actual concibe a las instituciones econmicas como un conjunto de normas formales e informales establecidas por los agentes que influyen sobre el comportamiento de los individuos en las organizaciones, las relaciones entre esas organizaciones y el sistema econmico como un todo. Una aclaracin: las instituciones son las reglas de juego y no los jugadores (North, (1995); Aoki (2001), . Esto resulta motivo de confusin, porque en el lenguaje comn usamos las palabras institucin u organizacin para referirnos tanto al rgimen de reglas de juego como a los jugadores que utilizan esas reglas para organizar sus actividades; pero en economa se los distingue. As, el formato organizacional (reglas de juego que ordenan la interaccin) es una cosa y la organizacin (conjunto de individuos que aportan los recursos y conocimientos tcnicos necesarios en la tarea de cooperar para alcanzar los objetivos buscados), otra. Por ejemplo: la sociedad annima como forma organizacional es una institucin, pero una sociedad annima como YPF es una organizacin: adems de estar estructurada en base a reglas jurdicas argentinas, esa empresa tiene recursos, conocimientos expertos, una reputacin, etc.12 f. Las instituciones econmicas funcionan bajo la gida de una superestructura de instituciones polticas formales, que tienen en la cspide la Constitucin nacional. Fuera del caso particular de las normas informales, aquellas que conforman el marco institucional de la economa actual requieren de autoridades externas que las diseen,

    12 En la prctica, en economa se utilizan como sinnimos forma organizacional y organizacin o institucin al igual que en el lenguaje comn, de forma que hay que estar atento al contexto para comprender el significado. Sobre instituciones en economa, vanse Wydick (2008) y Dixit et al. (2009). Aplicaciones muy interesantes a los problemas del desarrollo econmico mediante un enfoque de juegos pueden encontrarse en Wydick (2008).

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    las promulguen, las hagan cumplir y provean medios judiciales para la solucin de controversias especficas. Las instituciones, en este sentido, son tributarias de la poltica y, por supuesto, es tambin fcil comprobar que esto es una fuente de nuevas dificultades y conflictos per se: las instituciones polticas no pueden hacer cumplir las reglas sin autoridad, pero la delegacin de autoridad genera la posibilidad de que el gobierno abuse del poder que se le deleg, para sacar ventajas econmicas o polticas, haciendo peligrar las actividades que debe proteger. As, en las economas que conocemos es frecuente que el Estado utilice la capacidad de coercin que le asigna la sociedad para recaudar impuestos con fines no deseados por la sociedad. Esto tpicamente desincentiva el esfuerzo, la inversin y la confianza. La cuestin de los procedimientos de control de la autoridad pertenece al plano de la poltica pero no por eso deja de ser un factor determinante del desempeo de la economa.13

    2. Cooperacin, conflicto y reglas de juego Se desprende de lo anterior que organizar la cooperacin y manejar los conflictos son los dos hechos esenciales que dan lugar a la formacin de organizaciones y, en ltima instancia, de las instituciones y los sistemas econmicos que conocemos. Para que la cooperacin tenga sentido econmico, los costos de organizarla deben ser menores a los beneficios extra que reporte. Las tareas bsicas en este sentido son: la negociacin, la coordinacin y la motivacin. Por lo tanto, un componente esencial de la cooperacin ser la bsqueda de instrumentos para minimizar los costos de realizar esas tres tareas. Las organizaciones y las instituciones son instrumentos que pueden cumplir esa funcin con eficacia, de modo que no sorprende que sean omnipresentes en las economas actuales, que han llevado la divisin del trabajo y la especializacin a lmites nunca antes vistos. El diagrama de la figura 1.1 permitir establecer con mayor precisin cmo son los caminos que van de la cooperacin y el conflicto a las organizaciones y las instituciones. El diagrama muestra que todo proceso de cooperacin entre las partes comienza con una negociacin. El propsito de esa negociacin es elegir un modelo de organizacin para las tareas colectivas.14 El modelo deber adaptarse a los objetivos de la cooperacin, especificar cmo se coordinarn las tareas para conseguir esos objetivos, y establecer pautas respecto de cmo se remunerar el esfuerzo de cada uno de forma de motivar la participacin (ya que los intereses de cada una de las partes no necesariamente estarn alineados). Los esquemas de coordinacin debern garantizar que quienes participan estn informados de cul es su tarea y que los sistemas de comunicacin entre las partes y de procesamiento de datos funcionen correctamente. Las decisiones sobre remuneracin del esfuerzo tendrn obvios efectos en la distribucin de la torta de beneficios y, adems, afectarn la eficiencia del emprendimiento: la remuneracin esperada es normalmente el incentivo ms importante entre los que llevan a los agentes a colaborar de manera adecuada en las tareas colectivas de la organizacin . Si las partes llegan a un 13 Sobre jerarqua institucional, vase Aoki (2001); Ostrom (2007) y sobre la relacin entre economa y poltica Drazen (2000). 14 Las referencias bsicas sobre las cuestiones de esta seccin son Milgrom y Roberts (1993) y Williamson (1989).

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    acuerdo sobre qu modelo de organizacin utilizar para coordinarse, pero algunos agentes tienen pocos incentivos para seguir las reglas de la organizacin o la informacin no fluye correctamente, el resultado ser una falla de cooperacin: las tareas colectivas no llegarn a buen puerto debido a que los agentes harn su parte deficientemente.

    Figura 1.1. Cooperacin, conflicto y reglas de juego

    Cooperacin

    Coordinacin

    Conflicto

    Modelo de Organizacin

    Motivacin

    Negociacin

    Recursos Econmicos

    Ejecucin

    Marco Institucional

    Resultados

    Jerarquas

    Mercados

    Familias

    Incertidumbre

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    Como la negociacin sobre cmo organizarse abarca varias dimensiones de las interacciones que se producen en el proceso de cooperar, los costos en prdida de tiempo y recursos seran enormes si hubiese que comenzar a negociar desde cero cada vez que se hace necesario realizar actividades conjuntas. Por fortuna, hay una razn esencial por la que esto normalmente no ocurre: las actividades econmicas son repetitivas y/o se parecen unas a otras y, en consecuencia, se prestan al desarrollo de reglas que pueden utilizarse como modelo y aplicarse como gua del comportamiento en situaciones que son similares, evitando nuevas negociaciones. Las reglas para organizarse se pueden desarrollar tanto a partir de la prctica de manera informal como a partir de estructuras diseadas especialmente y que se corporizan en las rutinas de la organizacin (Kreps, 1990; Gibbons, 2000). Los modelos de organizacin resultantes tienen un enorme valor econmico y pasan a formar parte del stock de conocimientos de la sociedad. Buena parte de la riqueza de conocimientos de la sociedad del aprendizaje de la que habla Stiglitz (2012) esta constituido por los modelos de cmo organizarse. Es importante considerar, por otra parte, que no todos los modelos de organizacin estn codificados; existen conocimientos tcitos, que se expresan y aprenden slo a partir de participar en la organizacin (vase Polanyi, 1966, sobre conocimiento tcito). No existe un solo modelo organizacional que tenga validez universal. Esto es as porque los problemas organizacionales no son independientes del contexto especfico en el que ocurren y muchos cambios evolutivos son irreversibles.15 Como consecuencia, el proceso de conformacin de un modelo de organizacin suele mostrar lo que se conoce como path-dependence (Arthur, 1996; David, 1985) o dependencia de la trayectoria: el resultado final del proceso est en funcin del sendero recorrido para llegar a l. As, cuando dentro de una organizacin se decide encarar un problema de coordinacin o motivacin de una forma y no de otra, esa decisin determina en buena medida, a su vez, qu opciones estarn disponibles en el futuro y cules no. Esto limita los grados de libertad para elegir el modelo de organizacin. Cuando el modelo organizacional elegido se convierte en una organizacin en funcionamiento, el problema de cooperacin/conflicto se transforma en un problema de coordinacin/motivacin que se resuelve de forma rutinaria en el da a da, sin tener que invertir costosos recursos en negociar antes de actuar. Como es inherente a una rutina generar repeticin y estabilidad, cuando se logra establecer una situacin as, se dice que se ha logrado un equilibrio cooperativo: las decisiones de cada uno sern consistentes con las del resto y el resultado observado de la interaccin ser el esperado por cada uno. Ntese que esto requiere no slo que un actor se atenga a las reglas formales e informales de la organizacin y las tome como dadas, sino tambin que ese actor anticipe que el resto de los actores har lo mismo.16 Cuando esto efectivamente

    15 Vanse, sobre este punto, Gibbons (2000) y Greif y Kinston (2001). 16 Tcnicamente, estos intercambios se pueden representar, por ejemplo, como interacciones habituales (juegos repetidos) entre los agentes. Para que las reglas cumplan su funcin, los compromisos, las promesas y las amenazas asociados a las reglas deben ser crebles. Slo si lo son podrn influir en la conducta de los agentes en el sentido esperado. Las reglas pueden ser crebles por tres razones diferentes: a los agentes puede convenirles atenerse a ellas porque estn naturalmente en lnea con sus intereses; puede ocurrir que lo hagan por una conviccin tica (el deber ser) o siguiendo una costumbre aun cuando deban actuar en contra de sus preferencias; o puede ser el caso que exista una autoridad con capacidad de castigar de manera efectiva a quienes se apartan de las normas. Por supuesto, lograr la credibilidad de las normas tiene costo cero o muy bajo en el caso en que los autores se autoimponen la norma por conveniencia o conviccin y es muy caro cuando se requieren tribunales y un poder de polica. Estos

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    ocurre, los actores establecen sus estrategias tomando en cuenta las del resto de los actores y, de esta forma, las reglas de juego actan al mismo tiempo como restricciones, mecanismos de coordinacin e informacin y fuentes de incentivo. Concebir a la organizacin en trminos de un equilibrio cooperativo no implica, sin embargo, ignorar los fenmenos de desequilibrio: por un lado, los modelos de organizacin se descubren a partir de un proceso de aprendizaje y durante ese perodo habr falta de coordinacin entre las decisiones; por otro lado, los shocks (desequilibrios macroeconmicos; nuevas tecnologas, conflictos polticos; crisis financieras) que afectan el habitat producen desequilibrios organizacionales que crean la necesidad de cambiar el modelo. Por supuesto, en la medida que las empresas quiebran y los Estados desaparecen, nada garantiza que los intentos de adaptar el modelo luego de un shock llevarn a buen puerto; a un nuevo equilibrio cooperativo. Al analizar la economa argentina tendremos oportunidad de brindar ejemplos de cmo las interacciones entre la organizacin y su hbitat pueden dar lugar a desequilibrios en los esquemas de negociacin, coordinacin y motivacin de magnitud tal que, a largo plazo, devienen en serios obstculos para el desarrollo organizacional tanto de las empresas como del Estado. En trminos muy abstractos, es posible clasificar los modelos de organizacin sobre la base de las tres categoras que aparecen en el rectngulo central de la figura 1.1: el mercado, las jerarquas privadas o pblicas y las familias. Estos modelos se diferencian por las reglas que utilizan para resolver los problemas de coordinacin y motivacin y, por lo tanto, producen equilibrios cooperativos con caractersticas diferentes. En cuanto a la coordinacin, las jerarquas y las familias se basan en esquemas que centralizan las decisiones, al contrario de lo que ocurre en los mercados, donde las decisiones las toma cada agente de manera descentralizada. En lo relativo a motivacin, mientras el mercado confa la tarea a los precios y el afn de lucro individual, los mecanismos motivacionales utilizados en las jerarquas son muy variados. Abarcan desde el motivo de lucro y la carrera dentro de una empresa hasta los incentivos burocrticos en la administracin pblica. La familia es muy especial en este sentido, ya que los agentes con poder de decisin (tpicamente, los padres) no actan slo en funcin de sus preferencias, y toman en cuenta e internalizan los intereses de otros miembros (hijos y otros dependientes). O por lo menos as lo hacen en la mayor parte de los casos. Ms all de la clasificacin anterior, hay que considerar que hay tambin grandes diferencias entre los equilibrios cooperativos creados por cada tipo especfico de mercado, jerarqua y estructura familiar. Cada uno de estos modelos de organizacin cambia para adaptarse al contexto y la funcin que cumple. Pero aun as, ni las jerarquas, ni los mercados, ni las familias solucionan los problemas de coordinacin, motivacin y ejecucin de manera ideal, a pesar de que es razonable suponer que los agentes econmicos tratarn de elegir una forma de organizarse que minimice los costos de resolver esos problemas. Ya hemos mencionado, no obstante, que los equilibrios cooperativos no estn garantizados y que pueden aparecer fallas de cooperacin; situaciones de desequilibrio organizacional. Como la cooperacin se organiza a travs de diferentes modelos, es lgico que haya diferentes tipos de falla organizacional: si bien la economa siempre enfatiz las fallas de mercado, en las economas modernas

    temas estn planteados de forma muy clara en el excelente libro de Dixit et al. (2009). Para una visin ms avanzada sobre el origen de las reglas de juego, ver Kreps (1990).

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    es posible detectar tambin fallas de gobierno, fallas de la empresa y fallas de la familia. En muchos casos, las fallas se pueden enmendar mediante la intervencin del Estado por la va de polticas pblicas y regulaciones. Desde este punto de vista, las polticas pblicas son instrumentos para mejorar la accin colectiva en casos especiales en que no pueden utilizarse los esquemas de negociacin, coordinacin o motivacin que proveen los mercados, las jerarquas privadas y las familias. Sin embargo, el sector pblico mismo es una organizacin jerrquica, que muestra sus propios problemas, como la corrupcin o el oportunismo poltico. nicamente una visin en extremo ingenua de la naturaleza humana o la ignorancia respecto del rol de los problemas de conflicto, coordinacin y motivacin pueden llevar a pensar que un solo tipo de organizacin, sea el mercado, sea el Estado, podra resultar ptima para solucionar todos esos problemas. Como muestra la figura 1.1, una vez solucionados los problemas de coordinacin y motivacin, las decisiones deben ejecutarse. La ejecucin, sin embargo, puede no llevar a los resultados buscados. La dificultad mayor en relacin con esto es la existencia de incertidumbre. Como ya dijimos, adems de la escasez, la accin humana est limitada por la ignorancia. En un mundo incierto siempre pueden ocurrir eventos que no estaban en los planes de nadie. Al disear mecanismos de coordinacin y motivacin es muy difcil prever todas las contingencias que podran ocurrir. Y aun si ello fuera posible, podra ser muy caro escribir un contrato que tomara en cuenta qu deberan hacer las partes ante cada contingencia. La incertidumbre puede tener su origen en dos tipos de causas: naturales (ejemplo: el clima, un desastre natural) o estratgicas, relacionadas con el comportamiento de los agentes. Este segundo tipo de incertidumbre se origina en la falta de certeza respecto de cmo se comportarn los agentes al interactuar entre s (vase Dixit, 2009). Y est claro que es tan importante saber si va a llover como anticipar correctamente si los deudores honrarn sus deudas o si el Estado respetar las reglas de juego. Por supuesto, puede haber mltiples razones por las que alguien se comporte de forma inesperada: equivocaciones, desinformacin, mala fe, etc. La incertidumbre natural es inherente al entorno fsico dentro del cual el hombre acta; la incertidumbre estratgica es inherente a la condicin social del hombre: Robinson Crusoe, solo en su isla, deba enfrentar nicamente la incertidumbre asociada con la Madre Naturaleza. No contaba con las ventajas de la cooperacin, pero al menos no deba lidiar con los conflictos e incertidumbres asociados con ella. Al evaluar el papel de la incertidumbre es importante considerar, sobre todo en el caso de las jerarquas, que puede mediar un largo camino entre la decisin y la ejecucin, y en cada etapa de ese camino pueden aparecer oportunidades no previstas para que el ejecutor obre de acuerdo con sus intereses y no en funcin del inters de la organizacin en que participa; este es el problema que en economa se conoce como el de el agente y el principal (vase Milgrom y Roberts, 1993). El agente es a quien se contrata para que haga la tarea y el principal, el interesado en que la tarea se ejecute segn lo pactado.

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    La distancia entre decisin y ejecucin, en cambio, suele ser menor en el caso del mercado: una vez que se lleg a un acuerdo, est en el inters de las partes realizar la transaccin lo ms rpido posible y normalmente hay muy pocos pasos que cumplir. Aunque, por supuesto, esto no es as en las transacciones de mercado que se expanden en el tiempo o establecen un seguro, como en el caso de un crdito, un contrato de provisin a largo plazo o un seguro de salud. De hecho, por este motivo resulta mucho ms difcil desarrollar los mercados de ese tipo de productos. Hay mercados de verdura en todos lados, pero en muy pocos pases hay mercados de crdito y seguros plenamente desarrollados. Como la economa puso mucho nfasis en un principio en estudiar los mercados ms que las jerarquas, y los mercados de transacciones instantneas ms que los de transacciones a lo largo del tiempo y los financieros, se cre la tradicin en la disciplina de identificar decisin con accin. Slo recientemente se ha puesto el nfasis en los problemas de ejecucin de las decisiones y las relaciones agente-principal. Por ello, an es fuerte el hbito de identificar decisin con accin, dejando de lado las complejidades de la ejecucin o implementacin. Esto se aplica particularmente a las discusiones sobre poltica econmica, en las que el Estado acta como el agente en representacin de la sociedad, que es el principal (vese Drazen, 2000; Ostrom, 2007). Los argumentos que estamos presentando sugieren que una buena parte del esfuerzo creativo del emprendedor y del cuerpo de direccin se concentrar en buscar el mejor modelo de organizacin y adaptarlo a las demandas de coordinacin, motivacin y ejecucin del emprendimiento especfico de que se trate y que las decisiones de esos agentes estarn siempre bajo la amenaza de resultar equivocadas debido a la incertidumbre, tanto natural como estratgica. De aqu se desprende que, cuanto ms alta sea la calidad del stock de reglas de juego de modelos organizacionales que la sociedad ponga a disposicin de sus agentes econmicos, mayor ser la probabilidad de que sus organizaciones sean de calidad, de tal forma que los problemas de cooperacin y conflicto se manejen con eficiencia, poniendo a los agentes en mejor posicin para explotar cooperativamente los recursos materiales que tengan a su disposicin. Como veremos ms adelante, esto es particularmente as cuando se trata de acotar la incertidumbre estratgica. El stock de reglas al que estamos haciendo referencia es, justamente, lo que la ciencia econmica actual define como el marco institucional de la economa y que nosotros hemos representado en la figura 1.1 mediante el rectngulo punteado sobre la izquierda. Est claro que no podramos realizar ninguna evaluacin precisa respecto de la capacidad de una sociedad para generar riqueza si conociramos sus recursos materiales pero no supiramos qu calidad tiene su marco institucional y organizacional. En el captulo que sigue estudiaremos la anatoma del sistema econmico con la intencin de aclarar cmo se dan las interacciones entre el software institucional, las organizaciones y el uso de los recursos materiales del hardware.

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    2. Anatoma del sistema econmico y desarrollo

    Una vez identificados los vnculos que van de la cooperacin y el conflicto a las organizaciones y las instituciones, analizaremos ahora ms detenidamente la forma que adquieren esos vnculos en los sistemas econmicos de la actualidad. Utilizaremos como gua un esquema que representa la anatoma del sistema econmico. El esquema retoma los conceptos de software y hardware presentados en la introduccin y muestra cmo el software contribuye a estructurar las organizaciones econmicas de forma que la sociedad pueda extraer un mayor excedente utilizando cooperativamente los recursos del hardware. El captulo est dividido en cinco secciones. La primera presenta el esquema del sistema econmico y las dos siguientes analizan sus principales componentes. La cuarta seccin explica cmo interactan el software, el hardware y las organizaciones en el proceso econmico. La ltima seccin est dedicada a discutir los criterios para evaluar el desempeo de una economa, con especial nfasis en la nocin de desarrollo humano utilizada por las Naciones Unidas.

    1. Esquema del sistema econmico

    El diagrama de la figura 2.1 brinda una visin estilizada de la anatoma del sistema econmico. El rectngulo de lnea llena que enmarca a todo el diagrama simboliza el sistema econmico. Dentro de ese rectngulo aparecen, a su vez, dos rectngulos de lnea punteada que representan el hardware y el software. Estos actan como soporte de las tareas especializadas y complementarias que forman parte de las actividades econmicas que se realizan en el seno de organizaciones. El conjunto de las organizaciones del sistema econmico est representado por la forma geomtrica de contorno irregular que se encuentra en el centro de la figura 2.1. El propsito fundamental del esquema es mostrar cmo se articulan el software y las organizaciones de la economa para permitir que los recursos contenidos en el hardware puedan ser utilizados en la consecucin del desarrollo humano.

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    Figura 2.1Anatoma del Sistema Econmico

    Si bien el objetivo de la cooperacin econmica es producir un excedente por encima de lo que cada agente podra conseguir por s solo, maximizar el crecimiento del excedente o valor agregado no es el propsito ltimo del sistema econmico. Ninguna sociedad actual evala su desempeo slo en base a un indicador de crecimiento. Como muestran las tres flechas que aparecen sobre la derecha de la figura 2.1, adems de la tasa de crecimiento tambin se utilizan, como mnimo, indicadores de estabilidad y distribucin. La estabilidad es central pues de nada servira maximizar el crecimiento si el proceso no pudiera sostenerse en el tiempo. La distribucin es relevante, a su vez,

    DDistribuciistribucin n

    CrecimientoCrecimiento

    H a r d w a r eH a r d w a r e

    S o f t w a r eS o f t w a r e

    Conocimientos

    Organizaciones Privadas

    P a u t a s C u l t u r a l e s

    Estructura ProductivaEstructura Productiva

    O r g a n i z a c i o n e sO r g a n i z a c i o n e s

    Recursos Humanos

    Recursos Naturales Capital Fsico

    Geografa

    DesarrolloDesarrollo

    HumanoHumano

    Marco Institucional Marco Institucional de la Economde la Economaa

    MercadosFamilias

    Derechos de propiedad

    Regulaciones

    Rgimen de polticas pblicas

    Contratos Relacionales

    Contratos Formales

    Formatos organizacionales

    CooperaciCooperacinnConflictoConflicto

    Organizaciones Pblicas

    B a s e J u r d i c a

    EstabilidadEstabilidad

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    porque si existiera gran desigualdad o altos niveles de pobreza, el crecimiento no sera inclusivo y, por ende, no sera funcional para promover el desarrollo humano.17 Generar crecimiento inclusivo es particularmente arduo cuando la estructura productiva es muy heterognea. En los pases emergentes es usual que exista un sector formal y otro informal y no necesariamente el crecimiento beneficia a todos por igual. Es frecuente observar procesos de mejoras en el bienestar que van acompaados de incrementos en la desigualdad debido a que, si bien el crecimiento posibilita aumentos salariales en el sector formal, no se crean al mismo tiempo empleos de calidad suficientes como para absorber trabajadores del sector informal o de subsistencia. En una sociedad democrtica, cuando el proceso de crecimiento es no inclusivo, la probabilidad de que no resulte sostenible aumenta: la exclusin provoca conflictos sociales y polticos que terminan afectando la estabilidad macroeconmica, retardan el mejoramiento de la calidad mano obra y debilitan los incentivos para la inversin productiva. La cuestin se discute en la ltima seccin de este captulo y se explica por qu es til recurrir, adems de los indicadores tradicionales de crecimiento, estabilidad y distribucin, a la nocin de desarrollo humano de las Naciones Unidas, un criterio universalmente utilizado para evaluar el grado de desarrollo.

    2. Hardware Como ya vimos, la actividad econmica enfrenta dos restricciones bsicas: la escasez material y la incertidumbre o ignorancia respecto de las condiciones del entorno y de cmo operar sobre l. De aqu que en el rectngulo del hardware que contiene los recursos de la economa no slo aparecen los recursos humanos y materiales el capital fsico y los recursos naturales sino tambin el stock disponible de conocimiento (informacin y tecnologa). Asimismo, en el caso de los recursos humanos nos interesar saber con qu capacidad para procesar conocimientos y aprender de la experiencia cuentan los agentes. Estos recursos, al combinarse dentro de un espacio econmico o geografa, dan lugar a la formacin de una estructura productiva especfica, representada en la figura 2.1 por el rectngulo de lnea ms gruesa situado en el centro del rea correspondiente al hardware. Los recursos disponibles y la estructura productiva existentes en cada momento son el resultado de la trayectoria seguida por la economa en el pasado. Como no se pueden modificar instantneamente, esos elementos fijan los lmites materiales de la actividad econmica. Histricamente, la teora privilegi el anlisis de la restriccin de escasez material y, en consonancia con ello, la economa se defina como el estudio acerca de cmo asignar esos recursos materiales escasos a usos alternativos. Se le daba relativamente menos importancia al factor conocimiento, aunque es cierto que Adam Smith (1958) enfatiz el rol de la divisin del trabajo, que coloca en el cuadro la cuestin de la organizacin y la tecnologa. La mayor disponibilidad de capital fsico o de recursos naturales mejora el bienestar, pero mientras el capital puede producirse a partir del trabajo humano, no es ese el caso de los recursos naturales, algunos de los cuales son renovables (como la 17 Los organismos internacionales suelen utilizar la nocin de crecimiento inclusivo, cuyo objetivo es complementar las mediciones tradicionales con indicadores de la igualdad de oportunidades en el acceso a mercados, regulaciones y recursos. Vase Banco Mundial (2009); Ianchovichina y Lundstrom (2009); International Policy Center for Inclusive Growth (2011).

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    tierra utilizada en la agricultura) y otros, no (c