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La Biblia Vaquera (Fragmento)

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Libro de relatos de Carlos Velázquez

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  • PopSTock! es un territorio norteo regido por el triunfo del corrido sobre la lgica. Por lugares tan diversos como Moncloyork, San Pedrosburgo y Gmez Pancracio se mueve con soltura la Biblia Vaquera, protagonista en todas sus encarnaciones de este singular volumen de relatos. La Biblia Vaquera es el talismn del Espanto Jr., un luchador diyei santero fantico religioso y pintor que se enfrasca en duelos musicales sobre el ring de las principales arenas de lucha libre; en su faceta de Country Bible gana un reliti chou en el que los concursantes deben quemar discos piratas a toda velocidad; es tambin la codiciada piel de unas botas por las que el composi-tor de corridos Paulino vende al diablo una noche con su mujer, causndole salvajes quemaduras en un baile; y al mismo tiempo es The Western Bible, una gorda descomunal que tiene la misin de devolver a un hombre el de-seo sexual hacia su chamuscada esposa.

    La Biblia Vaquera captura los elementos ms deformes de una realidad que escapa a toda clasificacin. Carlos Velzquez utiliza un lenguaje personal para crear mundos situados en otra dimensin. Con una irona inmisericorde retrata la brutal comicidad de las tragedias y los triunfos de personajes arra-sados por situaciones tan absurdas como verosmiles. Al final slo queda la certeza de estar habitando un territorio con leyes ajenas a todo aquel que, a diferencia de Velzquez, no las conozca desde sus entraas.

    Velzquez lleva a su territorio a Carver o Palahniuk sin perder un gramo de autenticidad, lo que nos recuerda que lo que se est cociendo en el territo-rio transnacional de Norteamrica es un mestizaje cultural sin precedentes entre la cultura anglosajona y la latina.

    Miguel espigado, Quimera

    La Biblia Vaquera es uno de los libros ms extraordinarios que ha inventado el norte de Mxico para comprenderse a s mismo y poner frente a los de-ms un espejo de sarcasmos que delata toda clase de presunciones. Vida, literatura, humor y crtica en una sola tirada.

    sergio gonzlez rodrguez, peridico Reforma

    Carlos Velzquez (Coahuila, 1978) es autor de La marrana negra de la literatura rosa (Sexto Piso, 2010), considerado libro del ao por Reforma, El Economista y Reporte ndigo. Recibi en 2005 el Premio Nacional de Cuento Magdalena Mondragn y el Premio Estatal de Periodismo Coahuila 2011. Ha sido anto- logado en el Anuario de poesa mexicana 2007 del Fondo de Cultura Econmica. La crtica nacional e internacional ha reci-bido su obra con entusiasmo, destacando su calidad, su humor, su originalidad y su capacidad de pensar y hacer pensar a la sociedad desde donde ms le repugna (Pgina 12).

    Jess Flores Valenciano

    ISBN 978-84-96867-91-8

    ttulos reCientes en la ColeCCin

    Joseph Conrad y su mundoJessie Conrad

    ButesPascal Quignard

    Los ingrvidosValeria Luiselli

    Edipo en StalingradoGregor von Rezzori

    La versin de BarneyMordecai Richler

    Nueva YorkHenry James

    La marrana negra de la literatura rosaCarlos Velzquez

    Mire al pajaritoKurt Vonnegut

    Zen y el arte del mantenimiento de la motocicletaRobert M. Pirsig

    La vida es un baln redondoVladimir Dimitrijevi

  • La Biblia Vaquera(Un triunfo del corrido sobre la lgica)

  • La Biblia Vaquera (Un triunfo del corrido sobre la lgica)

    Carlos Velzquez

  • Todos los derechos reser vados.Ning una parte de esta publicacin puede ser reproducida,

    transmitida o almacenada de manera alg una sin el permiso prev io del editor.

    El cuento titulado La Biblia Vaquera obtuvo el X XI Premio Nacional de Cuento Magdalena Mondragn en 2005, que tuvo como jurado a Eugenio Ag uirre.

    Este libro fue escrito gracias a la beca del Fondo Nacionalpara la Cultura y las A rtes durante el perodo 2004-2005.

    Copyright Carlos Velzquez, 2008

    Primera edicin en Sexto Piso: 2011

    Fotografa de portada Sylvia Plachy

    Copyright Editorial Sexto Piso, S.A. de C.V., 2011San Miguel # 36Colonia Barrio San LucasCoyoacn, 04030Mxico D. F., Mxico

    Sexto Piso Espaa, S. L.c/ Monte Esquinza 13, 4. Dcha.28010, Madrid, Espaa.

    www.sextopiso.com

    DiseoEstudio Joaqun Gallego

    FormacinQuinta del Agua Ediciones

    ISBN: 978-84-96867-91-8Depsito legal:

    Impreso en Espaa

  • Para Celeste Velzquez: palomita blanca de piquito colorado

  • NDICE

    Mapa PopSTock! 12

    FICCIN La Biblia Vaquera (ficha biobibliogrfica de un luchador diyei santero fantico religioso y pintor) 15Burritos de yelera 25

    No FICCIN Reissue del facsmil original de la contraportada de una remasterizada Country Bible 39Ellos las prefieren gordas 47Apuntes para una nueva teora de una domadora de cabello 55

    NI FICCIN NI No FICCINLa condicin posnortea 73El dler de Juan Salazar 89

    Eplogo 103

    Eplogo (II) 105

  • Poda ver la gran Biblia de nen iluminada en la iglesia del predicador. Quiz tambin est encendida esta noche, con sus pginas amarillas, las letras rojas y la gran cruz en el centro. Tal vez la enciendan aunque el predicador no est ah.

    John Kennedy Toole

  • San Pedrisco

    MonterreycilloSan Pedro Sky

    Gmez Pancracio

    San Pedroosvelt

    Moncloyork

    Cuatrocinegas

    San Pedroslavia

    San Pedrosttutgart San Pedrosburgo

    San PedroAmaro de la Purificacin,

    Baha

    San Pedro Garza Garca

    San Pedrinho

    Estacin Marte

    Monterrey

    Los Ramones,Nuevo Len

    Saltillo

    PopSTock!

  • FICCIN

  • LA BIBLIA VAquERA (FIChA BIoBIBLIogRFICA DE uN LuChADoR DIyEI SANTERo FANTICo RELIgIoSo y PINToR)

    Para Jos Alfredo Jimnez Ortiz

    Nac en una esquina. En una arena de lucha libre. En gmez Palacio. Soy lagunero. Soy rudo. Soy un Espanto.

    Siempre viv en San Pedro Amaro de la Purificacin, Coahuila. El mejor western de mi infancia, rue des Petites Epi-curos, Pars, julio, 19**, era ver a mi padre enmascarado tocar su viejo saxofn de plstico arriba del cuadriltero. Se llamaba Eusebio Laiseca. Pero era conocido en la noche de Belgrano como el Espanto I, accionista de la compaa rca. Adems de luchador grecorromano y de su afliccin por las nalgas de Ra-quel gelch, form parte del famoso dueto de msica nortea El Palomo y El gorrin.

    Pis la arena olmpico Laguna a los cinco aos. An re-cuerdo a mi padre improvisar con las espaldas planas sobre la lona un tema de fr con su doble cuarteto. Ese da, entre las doce cuerdas y las cuatro esquinas y antes de que Don Cherry se lanzara desde la tercera con su trompeta de juguete, desfil por mis obsesiones. La primera, el burladero smbolo de bar que es la mscara de mi padre, y la segunda, la Biblia que me regal cuando derrot al Santo, el Enmascarado de Plata. Lati-noamericana y de bolsillo, forrada de mezclilla. una lindu- ra de color que oscilaba entre el intenso azul Blue Demon y el de los pantalones Levis 501 sin deslavar. Mi padre la bauti- z como La Biblia Vaquera* y ya no pude separarme de ella. Se convirti en mi blnquet. Era yo un nuevo Linus. El Linus del ring nen.

    * A.k.a. The Country Bible.

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    A los diecisis vi morir a dos yonquis: Espanto I y Espanto II. Mi padre me hered su mscara, la capa y unas botas hechas a mano por grupis anglosexuales. yo no abandon mis estu-dios. Licenciatura en anlisis y discrepancias del Lado B, el Bonus track y el Track oculto. una noche, mientras trabaja- ba en mi tesis sobre la influencia que ha ejercido la tcnica mp3 en la elaboracin de trajes de luchadores de imitacin, El Joven Murrieta anunci en el noticiero de las diez la conti- nuacin de una leyenda, la aparicin en cartelera del hijo del Santo. Entonces me sub a luchar.

    Debut un domingo 21 de diciembre. Mi padrino fue el yelero Aguilar. Lucha semifinal. Relevos australianos. Los Minis tros de la Muerte I y II y Espanto Jr. vs. Tony Rodrguez, Caballero halcn y Pequeo halcn. Rferi: Sergio Cordero.

    Subimos al ring acompaados por edecarnes internacio-nales. Las Primas, grupo femenil de argentinas que cantaban: Saca la mano Antonio, que mam est en la cocina. De msica de fondo sonaba Never let me down again de Depeche Mode. Ah se defini mi estilo de lucha. Lo que despus la banda lla-mara Kitsch Retro Neo Vulgar. La experimentacin que me llevara a programar a Ministry con Roco Banquells y a Los ngeles Negros, Los Terrcolas y Los Caminantes con Mara Daniela y su Sonido Lser.

    Ninguna arena de lucha libre cuenta con clima artifi- cial, estacionamiento o baos limpios. Debido a que gan el Primer Concurso de Instalacin Coahuila 2002 con un con-junto de jaulas que denomin Primeras adolescentes, la cr-tica me calific de fan de Technologic, nuevo video de Daft Punk. otro sector, no enfurecido por la escandalosa ascen-dencia de mi fama, me clasific como el nio genio de la pin-tura lagunera.

    La Biblia Vaquera es como las Matemticas Negras o como un Little Brown Book. Antes de cada pelea, en el vestidor abra mi Biblia frente a un altar dedicado a yemay, Elegu, Chang, ochn y obatal. ofreca en sacrificio cualquier sencillo pop que sonara en la radio y me coma su corazn de pollo. Era un

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    privilegiado de la santera. Los dioses cubanos me protegan en mis combates.

    Porque gmez Pancracio ha sido siempre un exquisito faisn productor de luchadores de aroma, mis exposiciones in-dividuales y colectivas crecieron en proporcin con mis de- tractores. El comisionado de box y lucha en declaracin sublime me conden a una gira por el circuito Torren-gmez-Lerdo.

    Los Ministros y yo triunfamos en todos los antros. En el Auditorio Municipal, catedral del costalazo, despojamos de sus mscaras a Los Diablicos I, II y III. Tripleta de hermanos que atendan una carnicera en el centro de gmez Patricio. Mi apoderado, pendiente de que tuviramos un efectista cartel, nos consigui una lucha estelar, la ltima como mosqueteros, pues saba que deba abandonar la formacin clsica de power-trio: bajo, batera y guitarra, para lanzarme como solista.

    Mi primera presentacin en apartado fue en el Coliseo La-guna. El espectador de lucha no es distinto al cinfilo o al que asiste al balet. Estn hambrientos por mentarle la madre al r-bitro, por baar de orines al abanderado. Entonces comenc a sufrir el sndrome de abstinencia. Era un mano a mano contra el gran Markus. En la oscuridad de mi vestidor, posedo y des-nudo, sacrifiqu un single de Mecano. Sent malilla por la ne-cesidad de Los Ministros cuando me trep al ring con La Biblia Vaquera en mano. La presum al pblico, a los bomberos, la polica, la prensa. Coloqu la mano sobre mi coraza y prome- t cumplir con la Ley de Murphy. Son la campana y el gran Markus me dijo quita tu chingaderita Wrangler y vamos a jugar billar. Lo derrot en dos cadas. La primera y la segunda.

    Mis contrincantes siempre eran rudos o exticos. Mi m-nayer y San Juditas Tadeo, si no te callas te madreo, decan que un gladiador que como yo va por todas las tortas ahogaperros, no malgasta sus indulgencias en coreografas convencionales. La sangre debe salpicar las butacas y manchar a las rubias.

    La angustia existencial que acompaa a los luchadorci- tos de hule sin romper el empaque me motiv a escribir y me posesion no slo como el crtico de artes plsticas ms joven

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    de la ciudad, sino como el primero y, hasta la fecha, el nico. Mi columna Contempornea permanece vigente, aparece los jueves en el peridico Milenio Laguna. Como catador de obra pictrica fui implacable. Me convert en el verdugo local.

    Mi siguiente exposicin fue en la plaza de toros. Me en-frent a Blue Panther, el maestro lagunero. una lluvia itlica caa desde el inicio de la funcin y la edecambre se neg a salir sin paraguas. Abandon el vestidor abrazado de una mu-eca inflable. La ovacin fue catastrfica. Pareca el Territorio Santos Modelo, casillero de los guerreros del Santos Laguna. No se vea nada parecido en la lucha libre desde que huracn Ramrez saliera con la Tonina Jackson. La plaza es un terreno apropiado para la experimentacin. La arena del ruedo y la in-temperie permiten expandir las tcnicas de jazz-rock-fusion y ensayar otras con el funk.

    una minigira por San Pedroslavia y Pancho I. Mamadero me prepar para una ms extensa por las arenas de barrio de Piernas Negras, San Pedrosburgo, Monterrey y Estacin Marte. Jugu en casi todas las posiciones: ccher, jardinero central y en solitn. Estaba en condiciones de participar en una revuelta de relevos atmicos a beneficio de la Cruz Roja, todo se lo de-ba a mi mnayer y al Santo Nio Anacleto.

    El archivo municipal propuso que por mi guarrito glamur en la mezcladora, las tornamesas y el escratch, me concedieran el Premio Estatal de la Juventud. Compet con artistas, roque-ros, escritores, pero el gobierno del estrado me lo concedi por mis aportaciones a la cordura popular atempornea. La comu-nidad gutural protest. En especial el grupsculo frvolo de condecorosas damas de sociedad, a quienes etiquet La Van-guardia Cacerolera y denost como a correosas salchichas para asar marca Ponderosa, damiselas copetonas que elevaron el taller de repujado al rango de filiacin artstica. Cmo que se lo otorgaban a un luchador. A un rudo. De jodido se lo hubie-ran dado a Martn Mantra.

    El reconocimiento, es natural, tanto en la salud como en la enfermedad me proporcion un carpazo de estrella del pop.

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    El enroque de envidia que atiricia a todo comarcalaguneroso los anim a hacer de la burla su estofa y me pusieron un apodo acer-tado, inmejorable, leonero, el ms fiel a m mismo: La Diva.

    La batalla entre voluntarios de la Cruz de olvido se pro-gram en gomitos. En la olmpico Laguna. Final de lujo. Re-levos vintage. hijo del Santo, Fishman, Dr. Wagner y Acuario vs. Pimpinela Escarlata, Sexypiscis, Sper Sper Sper Sper Porky: Brazo de Plata y Espanto Jr.

    Para atender al hijo del que film los salmos como cliente consentido de taquera, dibuj un pentculo en mi vestidor y en el centro deposit un ced de Mariana ochoa. Cuando me enter de que jugara unas venciditas con mi protorrival, apel a toda la brujera que un luchador santero puede codificar por Sky.

    Como ya era de rigor, aparec en el entarimado con La Bi-blia Vaquera en alto. De msica ambient sonaba Amor de la calle en versin de Juan Salazar. La bronca fue capturada para la televisin. La fraccin dura de la lucha libre mit la fraccin dura de la lucha libre. El pleitazo alcanz raitin de programa de diyis fanticorreligiosos. Nos descalificaron. Al rito de los rudos los rudos los rudos, el Mdico Asesino salt de la segun-da fila vestido de civil y madreamos al hijo del Santo hasta romperle la mscara y confiscarle la sangre de mrtir, enro-chados por los gritos de los ocurrentes: chnguenlo, chnguen-lo al pinche enano.

    Tom el micrfono y ret al hijo del Santo por el campa-mento. Todo santo merece su capilla. Pblico. Pblico. Reto al hijo del Santo por el cinturn. El enano madreado se acerc a la cabina y agarr el micro. Acepto. Acepto Espanto Jr. No eres pieza. Slo en montn puedes. T solo no eres pieza Espanto Jr. Con esas lonjas que tienes, que ningn cirujano te quiere operar, no eres pieza.

    Los multicitados compromisos del enano de plata orilla-ron a los promotores a programar el concierto hasta despus de que volviera de su gira de dos meses por Japn con Savoy Brown. Mi apoderoso y San Juditas Tarareo concertaron que haba que darle mantenimiento al aparato de aire, ponerle un

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    flotador nuevo, echarle aceite a las chumaceras y cambiarle la paja. un asunto con fines de lucro. y para hacer ms atractivo el desplante y llegar con ms currculo a la pelea.

    La primera mscara que arrebat fue el Premio de Adqui-sicin de la DCCCXLVIII Bienal de Arte Nuevo del Estado de Coahuila. A partir de eso las vitrinas de la lonchera de mi casa aumentaron en especie y variedad. En mes y medio de capaci-tacin docente crecieron mis acciones en la bolsa. Invert en pirotecnia tailandesa y comenc a fumar habanos de a doscien-tos cuarenta y cinco pesos. Esplndidos.

    Arranqu una cabellera. El Premio Estatal de Periodismo Coahuila. Mi trnsito por la libre: prolificote. Era la sensacin grupera. una mezcla entre Lidia vila y Martha Villalobos, la ms ruda, salvaje y sanguinaria de las luchadoras lesbianas de la industria porno.

    La segunda mascarita que me amerit fue la beca del Fon-do Estatal para la Costura por las Tardes de Coahuila en la ca-tegora de investigacin artstica. El proyecto fue la escritura de un ensayo total, el libro definitivo que interrelacionara mis conceptos tericos sobre la tornalucha libre, la arquitortura y la msica electrnica con las bodas de rancho.

    El fin de semana anterior a que regresara el enano platero tuve mi ltimo agarre de preparacin. Fue en la galera de la Alianza Francesa. Nombr a la exposicin Morir en los desier-tos. La prensa me consinti, dicen los malintencionados. que se port benvola conmigo. Es mentira. Slo reconocieron mi talento. El comentario por el que ms me aborrecen es el de Ignacio Echevarra de El Pas: Espanto Jr., el magnate absoluto del imperio del hip hop.

    Apaniqu al enano enmascarado. Antes de largarse, yo era un terroncito de azcar morena sin refinar y volvi a meterse a la jaula con un mafioso terrorista motorizado. hara falta algo con ms toxinas que un ltigo y una silla para evitar que le arrancara la cabecita de pquet trumpet que tiene.

    La moda impuesta por las bodas de los famosos se estir a todos los crculos del entretenimiento y el tedio masivos.

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    Vendieron el combate como vil puesta en escena a una televi-sora que para darle en la madre a la competencia la trasmiti por cadena abierta. Nada de peipervi.

    El espectculo se llam Maldita Primavera. La arena es-taba de bote en bote. La voz de yuri proveniente de las bocinas del jom tter se confunda con los gritos de los vendedores y la muchedumbre famlica, delirantota y borracha: sodacerveza. Lonches jediondos. gorditas con clera.

    Apareci primero en pantalla El hijo del Santo. Su scond era el Solitario. El mo mini Espectrito. Dej el placard rudo saturado de humo. haba ofrendado tres eleps de Pandora que quem entre convulsiones, cnticos intraducibles y oraciones de estampita recogida en la carretera.

    Sal vestido de seminarista cartesiano. Apenas me vio con un pie rumbo al ring, el encargado de sonorizar las emociones de los apasionamientos a la lucha puso una cancin de la tre-menda Sonora Dinamita.

    Ae ae ae ae. Ae ea. Ae ae ae ae. Ae ea. Llor corazn llor. Llor corazn llor. Llor corazn llor que tu lagunero no vuelve ms.

    Lucharn de dos a tres cadas sin lmite de tiempo por el cam-peonato nacional gelter. En el extremo rudo, el orgullo de la Comarca Lagunera, La Diva: Espanto Jr. Por el bando tcnico, El Enmascarado de Plata, El hijo del Santo.

    ya se va tu lagunero, negra. Se va para no volver. ya se va tu lagunero, negra. Se va para no volver.

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    Antes de que se oiga, de que suene la campana, un nio se acopl junto a las cuerdas para tomarse una foto conmigo y una sexosa mujer se acerc a darme un beso. El local estaba dividido. La popularidad del enano no convenca a los facine-rosos y alegadores ocupantes de la planta alta y los precios po-pulares, consumidores de puro lonche de mortadela.

    Empez la querella, me plant en el centro de los cuatro postes, abr mi Biblia Vaquera y comenc a predicar en yoruba. Lengua negra, hijo de Espanto, cumbianchero, tena al pblico embelesado y me apoyaban. Mtalo. Mtalo Espanto Jr. El ser-mn continuaba.

    Jesus gonna be here. gonna be here soon. you gotta keep the devil Way down in the hole.

    Domin al hijo del Santo en tres cadas. Ni el tope suicida, ninguna llave, ni la de a caballo me doblegaron. Biblia Vaquera y cinturn en mano, macic el micrfono con mi voz de ma-nitico predicador callejero. A ver t, enano protagonista de pelculas camp, te reto a una lucha mscara vs. mscara sin ampyer. Solos. Extrayndonos el cuero de las correas. El actor de guiones rascuaches contest Acepto Espanto Jr. La semana que entra, aqu mismo, a una sola cada.

    El jueves, da institucional para la prctica del ilustre de-porte en gomitos, recibimos la noticia de que la olmpico La-guna estaba vetada. El motivo era que el pblico de la primera divisin arrojaba demasiados objetos a la cancha. Sucede con frecuencia en el balompi. El partido se realizara a puerta ce-rrada y se trasmitira por cadena nacional.

    La arena estaba vaca. Slo los sconds ingenieros de sonido custodiaban las consolas. Subimos al ring al mismo tiempo. Cada uno ocup su lugar en su esquina. Detrs de las tornamesas.

    No fue una lucha cardaca ni dramtica. Mi oponente arras conmigo. Era un hijo de papi. Su coleccin de viniles europeos

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    marc la superioridad. Era inmensa. Amplsima. Ms de dos mil quinientos listos para disponer de ellos y animar una noche entera a la multitud rave.

    yo me esforc por extractar lo mejor de mi material. Por ms yuxtaposiciones malabares de gnero que realic, sampleos, programacin, efectos, el repertorio del enano y sus habilida-des me opacaron de manera rampante. Todo su equipo era de primer nivel. Las agujas, los audfonos, todo importado.

    El sacrilegio cometido dos horas antes, el apualamiento de decenas de discos, no funcion. La Biblia Vaquera tampoco respondi. La estruj, le implor, la maldec y fracas.

    No esper a que una autoridad en la materia me exigiera que me despojara de mi mscara: perd y yo mismo me la quit frente a la cmara. Pronunci mi nombre y mi profesin de socilogo y le avent su trofeo al ganador.

    Camino al vestidor rudo, coloqu La Biblia Vaquera en el tercer asiento de la primera fila y me alej con la idea de retar al hijo del Santo dentro de un mes a una lucha mscara vs. ca-bellera, en mi tierra, en San Pedro, Baha.

  • PopSTock! es un territorio norteo regido por el triunfo del corrido sobre la lgica. Por lugares tan diversos como Moncloyork, San Pedrosburgo y Gmez Pancracio se mueve con soltura la Biblia Vaquera, protagonista en todas sus encarnaciones de este singular volumen de relatos. La Biblia Vaquera es el talismn del Espanto Jr., un luchador diyei santero fantico religioso y pintor que se enfrasca en duelos musicales sobre el ring de las principales arenas de lucha libre; en su faceta de Country Bible gana un reliti chou en el que los concursantes deben quemar discos piratas a toda velocidad; es tambin la codiciada piel de unas botas por las que el composi-tor de corridos Paulino vende al diablo una noche con su mujer, causndole salvajes quemaduras en un baile; y al mismo tiempo es The Western Bible, una gorda descomunal que tiene la misin de devolver a un hombre el de-seo sexual hacia su chamuscada esposa.

    La Biblia Vaquera captura los elementos ms deformes de una realidad que escapa a toda clasificacin. Carlos Velzquez utiliza un lenguaje personal para crear mundos situados en otra dimensin. Con una irona inmisericorde retrata la brutal comicidad de las tragedias y los triunfos de personajes arra-sados por situaciones tan absurdas como verosmiles. Al final slo queda la certeza de estar habitando un territorio con leyes ajenas a todo aquel que, a diferencia de Velzquez, no las conozca desde sus entraas.

    Velzquez lleva a su territorio a Carver o Palahniuk sin perder un gramo de autenticidad, lo que nos recuerda que lo que se est cociendo en el territo-rio transnacional de Norteamrica es un mestizaje cultural sin precedentes entre la cultura anglosajona y la latina.

    Miguel espigado, Quimera

    La Biblia Vaquera es uno de los libros ms extraordinarios que ha inventado el norte de Mxico para comprenderse a s mismo y poner frente a los de-ms un espejo de sarcasmos que delata toda clase de presunciones. Vida, literatura, humor y crtica en una sola tirada.

    sergio gonzlez rodrguez, peridico Reforma

    Carlos Velzquez (Coahuila, 1978) es autor de La marrana negra de la literatura rosa (Sexto Piso, 2010), considerado libro del ao por Reforma, El Economista y Reporte ndigo. Recibi en 2005 el Premio Nacional de Cuento Magdalena Mondragn y el Premio Estatal de Periodismo Coahuila 2011. Ha sido anto- logado en el Anuario de poesa mexicana 2007 del Fondo de Cultura Econmica. La crtica nacional e internacional ha reci-bido su obra con entusiasmo, destacando su calidad, su humor, su originalidad y su capacidad de pensar y hacer pensar a la sociedad desde donde ms le repugna (Pgina 12).

    Jess Flores Valenciano

    ISBN 978-84-96867-91-8

    ttulos reCientes en la ColeCCin

    Joseph Conrad y su mundoJessie Conrad

    ButesPascal Quignard

    Los ingrvidosValeria Luiselli

    Edipo en StalingradoGregor von Rezzori

    La versin de BarneyMordecai Richler

    Nueva YorkHenry James

    La marrana negra de la literatura rosaCarlos Velzquez

    Mire al pajaritoKurt Vonnegut

    Zen y el arte del mantenimiento de la motocicletaRobert M. Pirsig

    La vida es un baln redondoVladimir Dimitrijevi