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Anaquel de Estudios Árabes 83 ISSN: 1130-3964 2012, vol. 23 83-108 http://dx.doi.org/10.5209/rev_ANQE.2012.v23.39698 La ‘Caída de Palmira’ o la ‘Historia de Zenobia y Ǧaīmah’contada por la tradición norarábiga The “Fall of Palmyra” or the “History of Zenobia and Ǧaīmah” told by the North-Arabian tradition Juan Pedro MONFERRER-SALA Universidad de Córdoba [email protected] Recibido: julio 2011 Aceptado: febrero 2012 RESUMEN Nuestro interés en el presente trabajo responde al deseo de evidenciar las características compositivas y de contenido que presenta la versión recogida por al-Masūdī acerca de la caída de Zenobia y de su reino de Palmira, como reflejo, en nuestra opinión, de una tradición existente en medios norarábigos. Al propio tiempo, este análisis se complementa con el cotejo de la versión de al-abarī, que incluye un texto ligeramente distinto al que ofrece al-Masūdī en sus Murū al-ahab. Palabras clave: Palmira, Zenobia, Ǧaīma, Al-Masūdī, Al-abarī, Arabia del Norte. ABSTRACT Our aim in the present paper is to analyze the compositive and content features of al-Masūdī’s versión of the fall of Zenobia and her kingdom of Palmyra as a reflection of a tradition which, in our opinión, circulated in North-Arabian circles. At the same time, this analysis is complemented with a comparison with al-abarī’s version, which gathers a versión slightly different from al-Masūdī’s Murū al-ahab. Keywords: Palmyra, Zenobia, Ǧaīma, Al-Masūdī, Al-abarī, North Arabia. SUMARIO: 1. Introducción, 2. Contexto del texto, 3. La versión de Al-Masūdī, 4. Traducción anotada, 5. Cotejo de los textos paralelos de Al-Masūdī y Al-abarī, 6. Conclusión.

La caída de Palmira

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Palmira

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  • Anaquel de Estudios rabes 83 ISSN: 1130-3964 2012, vol. 23 83-108 http://dx.doi.org/10.5209/rev_ANQE.2012.v23.39698

    La Cada de Palmira o la Historia de Zenobia

    y amahcontada por la tradicin norarbiga

    The Fall of Palmyra or the History of Zenobia and amah told

    by the North-Arabian tradition

    Juan Pedro MONFERRER-SALA Universidad de Crdoba

    [email protected] Recibido: julio 2011 Aceptado: febrero 2012 RESUMEN Nuestro inters en el presente trabajo responde al deseo de evidenciar las caractersticas compositivas y de contenido que presenta la versin recogida por al-Masd acerca de la cada de Zenobia y de su reino de Palmira, como reflejo, en nuestra opinin, de una tradicin existente en medios norarbigos. Al propio tiempo, este anlisis se complementa con el cotejo de la versin de al-abar, que incluye un texto ligeramente distinto al que ofrece al-Masd en sus Mur al-ahab.

    Palabras clave: Palmira, Zenobia, ama, Al-Masd, Al-abar, Arabia del Norte. ABSTRACT Our aim in the present paper is to analyze the compositive and content features of al-Masds versin of the fall of Zenobia and her kingdom of Palmyra as a reflection of a tradition which, in our opinin, circulated in North-Arabian circles. At the same time, this analysis is complemented with a comparison with al-abars version, which gathers a versin slightly different from al-Masds Mur al-ahab. Keywords: Palmyra, Zenobia, ama, Al-Masd, Al-abar, North Arabia. SUMARIO: 1. Introduccin, 2. Contexto del texto, 3. La versin de Al-Masd, 4. Traduccin anotada, 5. Cotejo de los textos paralelos de Al-Masd y Al-abar, 6. Conclusin.

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    1. INTRODUCCIN

    La clebre reina-guerrera de Palmira (rabe Tadmur), Zenobia (235-273 AD),1 ha permitido trenzar desde el mismo siglo III AD hasta nuestros das2 una rica historia literaria alrededor de su figura a imagen de algunas reinas de la antigedad, de entre las cuales la reina de Saba y Cleopatra, aunque no exclusivamente, representan dos de los arquetipos ms evidentes.3 Pero al propio tiempo, Zenobia se erigi en modelo prototpico de las poderosas mujeres guerreras que, de forma tambin admirable, continuaron apareciendo en la escena de Oriente Medio inmediatamente despus de su desaparicin.4

    Hacia el ao 144 AD, y despus de un periodo durante el cual la ciudad y sus aledaos representaba un enclave de una confederacin tribal rabe,5 Palmira haba entrado a formar parte del Imperio Romano,6 aunque Adriano permitiera que esta ciudad-reino gozase de una serie de privilegios y libertades que la convirtieron en una ciudad distinta a las otras ciudades del Imperio,7 en cierto modo para poder servirse militarmente de los palmirenos contra el Imperio Parto. Pero no qued ah la situacin de Palmira, como una provincia ms del Imperio Romano, aun cuando dispusiese de toda una serie de prebendas frente al resto de provincias del Imperio, hecho que, inter alia, dio lugar a una percepcin anti-romana entre los autores coetneos y posteriores. 8 As, a comienzos del siglo III AD, Septimio Severo convirti a Palmira en una colonia dndole libertad para instituir y elegir un senado que les permitiese a los palmirenos regir y gestionar sus propios intereses comerciales, aunque dependiendo de Roma.

    No es de extraar, en este sentido, que los semitas de Palmira y sus predios experimentasen un creciente proceso de asimilacin de la cultura romana, no slo a _____________

    1 Sobre Zenobia y sus fuentes, vase WEGENAST, Klaus ABEL, Karlhans. Zenobia. En: Paulys Realencyclopdie der classischen Altertumswissenschaft. Neue Bearbeitung begonnen von Georg Wissowa. Mnchen: Alfred Druckenmller, 1972, X, 1-10.

    2 STONEMAN, Richard. Palmyra and its empire: Zenobias revolt against Rome. Michigan: University of Michigan, 1994, 197-200.

    3 ZAHRAN, Yasmine. Zenobia: between reality and legend. London: Stacey International Publishers, 2010.

    4 HOYLAND, Robert G. Arabia and the Arabs. From the Bronze Age to the coming of Islam. London-New York: Routledge, 2002, 75-76.

    5 BALL, Warwick. Rome in the East: the transformation of an Empire. London: Routledge, 2000, 74. 6 Sobre la ciudad de Palmira: STARCKY, J. GAWLIKOWSKI, M.. Palmyre. dition revue et

    augmente des nouvelles dcouvertes. Paris: Librairie dAmrique et DOrient, 1985, 33-56, con posterioridad a Zenobia 69-72. Las descripciones de la ciudad y sus alrededores se han multiplicado con el paso del tiempo, vase una de las descripciones clsicas por MYERS, P. V. N. Remains of lost empires. The ruins of Palmyra, Nineveh, Babylon, and Persepolis, with some notes on India and the Cashmerian Himalayas. New York: Harper & Brothers, 1875, 15-44.

    7 YOUNG, Gary K. Romes Eastern Trade. International Commerce and Imperial Policy 31 BC-AD 305. London: Routledge, 2001, 166.

    8 SHERWIN-WHITE, A. N. The Roman Citizenship. Oxford: Oxford University Press, pp. 1973, 450.

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    nivel onomstico, sino tambin en el aspecto cultural y lingstico.9 Esta realidad, que podemos calificar de multicultural sin riesgo de cometer ningn desatino, se vio favorecida por mltiples aspectos: aluviones de poblacin griega de cultura helenstica, junto con otros pueblos, semitas o no, que acarreaban con ellos sus lenguas, sus creencias, sus costumbres, etc., que posibilitaron una sociedad cambiante.10 Hay que tener presente, como un elemento caracterstico ms de la urbe, que Palmira no era, en modo alguno, un reducto beduino, sino ms bien todo lo contrario, un centro neurlgico en la ruta caravanera que llegaba desde Oriente en direccin al Mediterrneo para seguir, ultramar, hacia Grecia, norte de frica, la Galia o Hispania, entre otros lugares, como parte sustancial de la estructura comercial de Roma en Oriente.11

    De este modo, Palmira representaba un eslabn geogrfico, pero al mismo tiempo poltico y econmico, 12 esencial junto con una serie de ciudades que compartan con ella ese mismo status: v.gr. mesa (actual im) Bur en el awrn y Damasco, entre otras.13 Obviamente, esa provechosa situacin geogrfica, poltica y econmica le permiti a la ciudad experimentar un creciente poder econmico que trajo consigo prosperidad y un elevado nivel de vida de sus ciudadanos frente a los territorios circundantes.14 Con todo, la cada del Imperio Parto y el ascenso al poder de los sasnidas en el ao 227 AD dio al traste con esta situacin de la que gozaban los palmirenos.15

    Como consecuencia de todo ello, la situacin de Palmira va a cambiar de modo drstico, puesto que la aparicin en escena de los sasnidas oblig al ejrcito palmireno a hacerles frente como consecuencia de que el emperador romano Valerio fue hecho prisionero por los persas sasnidas. Es el momento en el que Odaynat,16 el marido de Zenobia, es nombrado cnsul de Roma en Palmira. Sin embargo, Odaynat no tardara en morir vctima de un asesinato junto con su hijo favorito ayrn en Emesa 17 y como consecuencia de ello Zenobia tuvo que hacerse cargo, logrando expandir las posesiones palmirenas hasta lmites insospechados, aprovechando los _____________

    9 BROCK, Sebastian P. Greek and Latin Words in Palmyrene Inscriptions: A Comparison with Syriac. En: CUSSINI, Elenora (ed.). A Journey to Palmyra. Collected Essays to Remember Delbert R. Hillers. Culture and History of the Near East 22. Leiden Boston: Brill, 2005, 11-25.

    10 KAIZER, Ted. The religious life of Palmyra. A study of the social patterns of worship in the Roman period. Oriens et Occidens 4. Sttutgart: Franz Steiner, 2002, 35-66, 67-161,

    11 YOUNG, G. K. Romes Eastern Trade, 148-150. 12 STONEMAN, R. Palmyra and its empire, 31-79. 13 Vase para el caso de Palmira y Dura Europos ROSTOVTZEFF, M. Caravan cities. Trad. por

    D. y T. Talbot Rice. Oxford: Clarendon Press, 91-119. 14 YOUNG, G. K. Romes Eastern Trade, 150-160. 15 STONEMAN, R. Palmyra and its empire, 81-109. Cf. YOUNG, G. K. Romes Eastern Trade, 160-168. 16 Sobre este nombre, vase ILAN, Tal. Lexicon of Jewish Names in Late Antiquity. Part IV: The

    Eastern Diaspora 330 BCE650 CE. texts and Studies in Ancient Judaism 141. Tbingen: Mohr Siebeck, 2011, 258.

    17 BALL, W. Rome in the East, 77.

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    problemas de Roma ante la presin goda,18 aunque Aureliano acabar por hacerla retroceder y apresarla en las inmediaciones del ro Efrates, al tratar de cruzarlo, despus de que las tropas de Aureliano capturasen la ciudad de Palmira.

    Es justo en este punto donde desaparecen las huellas de Zenobia, cuyo final fue, sin duda, dramatizado o, en su caso, idealizado por dos versiones completamente diferentes la una de la otra: una de ellas nos habla de un suicidio, como hiciera Cleopatra dos siglos antes. Pero no es ste la nica versin, pues hay autores que hablan de una vida retirada de la reina, en Tvoli, tras contraer matrimonio con un gobernador romano.19

    En este marco donde el Imperio romano est en todo momento presente, durante la ltima dcada del periodo de gobierno representado por Odaynat y su viuda Zenobia las tensiones en Siria y Arabia adquirieron una dimensin particular, como se deduce de las actividades llevadas a cabo por las confederaciones tribales de los Tan y los Lam, de los cuales los primeros eran los enemigos declarados del reino de Palmira. De ah que cuando Zenobia se levante contra Roma su accin no slo fuera contra sta sino tambin contra la confederacin de Tan, que tena sus particulares pretensiones contra el poder de Palmira en la zona.20

    2. CONTEXTO DEL TEXTO

    El creciente inters por el potencial militar de Palmira no fue el resultado de una necesidad exclusivamente externa, es decir la resultante de las necesidades que tena el Imperio Romano en la zona. Este inters era tambin interno, puesto que las autoridades palmirenas necesitaban asegurar los productos que transportaban sus mercaderes en el trfico caravanero, que con cierta frecuencia se vea afectado por los asaltos que sufran como consecuencia del pillaje a que se vean sometidos por los grupos nmadas. De ello da cuenta, por ejemplo, la creciente actividad a que se vieron obligadas las milicias palmirenas durante el s. III AD. Esta delicada situacin, que obviamente provocaba problemas en el complejo mbito de las relaciones comerciales del momento, llev a las autoridades palmirenas a establecer relaciones con los grupos nmadas que operaban en la zona en esa centuria.

    Conocemos gracias a al-abar la existencia de una coalicin de grupos clnicos bajo el nombre de los Ban Tan. Al-abar, al referirse a la cada de Palmira (Tadmur), la describe como la consecuencia de la guerra desencadenada entre la autoridad local y la tribu de Tan, quedando fuera el factor decisivo que caus la _____________

    18 STARCKY, J. GAWLIKOWSKI, M. Palmyre, 62-67. Cf. STONEMAN, R. Palmyra and its empire, 155-179, vanse adems 111-127. Cf. BALL, W. Rome in the East, 79-80.

    19 STONEMAN, R. Palmyra and its empire, 181-195 y BALL, W. Rome in the East, 81-87. Cf. JAMESON, Anna. Lives of celebrated female sovereigns and illustrious women. Philadelphia: Porter & Coates, 1870, 32-33. Cf. STARCKY, J. GAWLIKOWSKI, M. Palmyre, 65-67.

    20 BOWERSWOCK, Glen Warren. Roman Arabia. Cambridge, MA London: Harvard University Press, 1983, 132, 134-135.

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    prdida de la ciudad, el ataque de las legiones romanas. La narracin que presenta al-abar obedece a una simplificacin de la realidad histrica, con toda probabilidad como consecuencia del inters exclusivamente rabe que presenta el marco narrativo en el que se encuadra el relato sobre los dos protagonistas en torno a los cuales se desarrollan los sucesos acaecidos, la reina guerrera Zenobia (, en la tradicin rabe al-Zabb) y el legendario rey guerrero amah apodado al-Abra, i.e. [de piel] manchada. Es obvio, pues, que el texto de al-abar ha prescindido de la informacin de los detalles histricos para centrarse en el enfrentamiento entre Zenobia y amah, que no es otra cosa que la figuracin en dos personajes del enfrentamiento entre Palmira y Tan provocado por intereses estratgicos y econmicos contrapuestos.21

    Con todo, nos parece evidente que al-abar persigue en su texto mucho ms de lo que ste da a entender a primera vista. La contraposicin de los dos personajes, Zenobia-amah, lgicamente es la formulacin figurativa de intereses contrapuestos, pero al mismo tiempo tambin representa la contraposicin entre s de dos modelos que se oponen, a su vez, al nuevo modelo que inspira la visin de la historia que tiene al-abar. Ciertamente, Zenobia y Palmira son una expresin del cnit, del momento cumbre que conoci la sociedad urbana preislmica, que, sin embargo, est presta a desaparecer (como de hecho acontece en el relato de al-abar), la sociedad urbana pagana, que representa un modelo histrico fundamentado sobre la ausencia de la verdad. A su vez, amah representa esa otra parte de la sociedad preislmica, en este caso la nmada, tambin llamada a desaparecer por hallarse en la misma situacin que la anteriormente descrita, es decir, por haber sido construida al margen de la verdad revelada. Como sucede en otros textos, esa verdad, obviamente, est representada por el nuevo modelo que ha sustituido al viejo modelo preislmico, esto es, el islam.22

    Ahora bien, desde el punto de vista narrativo, en el doble nivel de la crtica textual y de la crtica literaria, el relato de lo acontecido entre Zenobia y amah no ha sido transmitido nicamente por al-abar, sino por otros autores rabes. Powers ha analizado recientemente el texto que ofrece al-abar centrndose en la relacin que establece el texto entre historia y leyenda a base de responder a una serie de interrogantes cuyo fin ltimo sobre la base del anlisis comparativo con otros textos que subyacen al de al-abar es el de arrojar luz sobre el arte de la narracin rabe y la habilidad por medio de la cual las historias fueron incorporadas a las narraciones histricas (to shed light on the art of Arabic storytelling and the craft whereby stories were incorporated into historical narratives).23

    _____________

    21 YOUNG, G. K. Romes Eastern Trade, 159-160. 22 Vase, relacionado con este aspecto, MONFERRER SALA. Qu les queda a las putas para

    jactarse?. Una invectiva paleoislmica de subtemtica promartirial, Al-Andalus-Magreb 13: 163-181, (2006).

    23 POWERS, David S. Demonizing Zenobia: the legend of al-Zabb in Islamic sources. En: MARGARITAI, Roxani, SABRA, Adam & SIJPENSTEIN, Petra (eds.). Histories of the Middle East:

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    Nuestro inters en el presente trabajo responde al deseo de evidenciar las caractersticas compositivas y de contenido que presenta otro texto, el de al-Masd (896-956), contemporneo de al-abar (839-923), que recogi una versin ligeramente distinta sobre el encuentro de Zenobia (al-Zabb )24 y amah al-Abra en sus Mur al-ahab.

    3. LA VERSIN DE AL-MASD

    La versin que ofrece al-Masd en sus Mur al-ahab sobre la relacin con amah atiende a un evidente deseo narrativo que forma parte del marco narrativo general de la historia semi-legendaria que rodea la figura de Zenobia en la tradicin literaria rabe.25 Ello no quiere decir, en modo alguno, que al-Masd haya querido prescindir, sin ms, de los elementos histricos de la misma, ya que el mismo encuentro entre Zenobia y amah tiene todos los visos de ser el resultado de una realidad que tuvo lugar en su momento.26 Todo parece indicar as se deduce tambin de la versin de al-abar que la tradicin rabe explica la cada de Palmira como consecuencia de la intervencin de la confederacin tribal de Tan, por encima de la intervencin romana. Lo ms interesante de esta interpretacin es que la tradicin rabe plantea la cuestin como un problema inter-rabe, al que, adems, se suma otro rasgo interesante: el enfrentamiento hombre-mujer, del cual sale vencedor el primero. Se trata, de nuevo, de una oposicin entre valores opuestos, el de la sociedad matriarcal que conoci el mundo semita y la nueva realidad socio-religiosa que hace del elemento patriarcal uno de sus valores fundamentales.

    Pero vayamos con el texto y la versin castellana del mismo, para posteriormente poder comprobar las divergencias textuales que presenta el texto de al-Masd con respecto al de al-abar.27

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    _____________

    Studies in Middle Eastern Society, Economy and Law in Honor of A.L. Udovitch. Leiden-Boston: Brill, 2011, 127-182, para el planteamiento del anlisis 129-130.

    24 Acerca de Zenobia en los textos rabes, vase SHAHD, Irfan. Al-Zabb. En: EI2, XI, 369. 25 ABBOTT, Nabia. Pre-Islamic Arab Queens. The American Journal of Semitic Languages and

    Literatures 58:1: 13, (1941). 26 ROTHSTEIN, Gustav. Die Dynastie der Lamiden in al-ra. Ein Versuch zur arabisch-

    persischen zur Zeit der Sasaniden. Berlin: Reuther & Reichard, 1899, 44. Cf. BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 134; SHAHD, I, Byzantium and the Arabs in the fourth century, Washington DC: Dumbarton Oaks, 1984, 369.

    27 Una versin de la Historia conjugando varias fuentes figura en NICHOLSON, Reynold A. A Literary History of the Arabs. London: Routledge, 1995 (reed. 1907), 35-37.

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    |k o| s x|o o|s {k kor| ooy xu {knok r oyw on z r {| tz r| r| {so xzo rk o oto {w u| o o|k z v| tz

    s {r xts28

    4. TRADUCCIN ANOTADA

    Zenobia (al-Zabb), hija de Amr b. arb b. Hassn,29 era la reina de Siria y de Mesopotamia30 y [perteneca] a la gente de la casa de milah, de los amalequitas. Se contaban entre [los] Sal.31 Algunos [transmisionistas]32 dicen que era griega (rmiyyah), aunque hablaba rabe (arabiyyah).33 Sus ciudades se encontraban en la ribera oriental y [en la] occidental del Efrates, aunque en la actualidad estn derruidas. Refieren que [Zenobia] haba perforado el Efrates 34 uniendo sus ciudades con tneles. Con las tropas (und) guerre [en persona contra las tribus]. amah el Leproso 35 la pidi en matrimonio36 y ella le respondi por escrito (katabat) [lo siguiente]:

    Har lo que quieras, pues [te] deseo, ven a m, ya que ella era virgen (bikr).37 _____________

    28 AL-MASD. Mur al-ahab wa-madin al-awhar. Ed. Qsim al-Sam al-Ruf. 4 vols. Beirut: Dr al-Qalam, 1408/1989, III, 101-102.

    29 Se trata de Amr b. arb b. Hassn b. Uaynah b. al-Samda b. Hawbar, jeque de los amalekitas muerto en combate con sus enemigos los Tan, convertido en padre de Zenobia vase ROBERTSON SMITH, W. Kinship & Marriage in Early Arabia. New Edition with additional notes by the author and by Prof. I. Goldziher. Edited by Stanley A. Cook London: Adam and Charles Black, 1903, 288; GUIDI, Ignazio. LArabie antislamique. Paris: Librairie Paul Geuthner, 1921, 12. Cf. BALL, W. Rome in the East: the transformation of an Empire, 78.

    30 Acerca de las provincias sirias y Mesopotamia durante el reinado de Zenobia, vanse WATSON, Alaric. Aurelian and the Third Century. London: Routledge, 1999, 63-69 y SOUTHERN, Pat. Empress Zenobia, Palmyras Rebel Queen. London: Continuum, 2008, 101-103.

    31 Los Sal, al ser aliados de los amalekitas, i.e. la tribu de Zenobia, eran consiguientemente enemigos de los Tan Cf. BALL, W. Rome in the East, 101.

    32 Lit. algunos de ellos. 33 Para una sntesis de los dialectos norarbigos, vase MACDONALD, M. C. A. Ancient North

    Arabian. En: WOODARD, Roger D. (ed.). The Ancient Languages of Syria-Palestine and Arabia. Cambridge: Cambridge University Press, 2008, 179-224.

    34 VAUMAS, E. de. Al-Furt. En: EI2, II, 967-970. 35 Se trata del clebre personaje, calificado como rey de Tan en una serie de inscripciones de los

    siglos II y IV AD, vase HOYLAND, R. G. Epigraphy and the linguistic background to the Qurn. En: REYNOLDS, Gabriel Said (ed.). The Qurn in Its Historical Context. Routledge Studies in the Qurn 8. Abingdon, OX: Routledge, 2008, 58.

    36 Este suceso es recogido por otros autores rabes, como Ibn Qutayba, vase NICHOLSON, R. A. A Literary History of the Arabs, 35. Cf. AL, awd. Al-Mufaal f tar al-arab qabl al-islm. 10 vols. Beirut: Dr al-Ilm li-l-Malyn, 1968-1974, II, 624.

    37 Se trata obviamente de un elemento genuinamente rabe, dado que Zenobia se haba casado con Odaynat y haba tenido, al menos, un hijo con l llamado Wahballt, vase al respecto STARCKY, J. GAWLIKOWSKI, M. Palmyre, 57-61.

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    Entonces ama reuni a sus compaeros para or su parecer y le aconsejaron que se marchase, pero Quayr b. Sad,38 de los Lam,39 se opuso a ellos, ordenndole que no hiciese [tal cosa], sino que le escribiese, pues si ella era sincera vendra a l, en el caso contrario no deba atarse a ella. Pero no le hizo caso y siguiendo el consejo de aquellos se puso en camino hasta llegar a Baqqah,40 situada en el camino que conduce de Hayt 41 a al-Anbr 42 los reuni y les pidi consejo. La gente, mostrndose de acuerdo al saber lo que pensaba sobre aquello, le indicaron [que se presentase a ella], pero Quayr le dijo:

    Retrate y tu sangre ser honrada.43 Entonces dijo amah: La decisin fue tomada en Baqqah, [expresin] que se ha convertido en refrn.44 Quayr b. Sad al ver lo que haba decidido [amah] dijo: No ha hecho caso de Quayr, [expresin] que se ha convertido en refrn.45 ama se puso en camino hasta divisar su ciudad [de Zenobia],46 y hallndose

    en un lugar por debajo de al-nqa47 vio que las falanges estaban cerca dndole miedo lo que vea. Entonces dijo:

    _____________

    38 La celebridad de este personaje le viene del papel que le confiere la Historia de Zenobia y amah, vase AL, . Al-Mufaal f tar al-arab qabl al-islm, II, 568.

    39 Es interesante la informacin que nos proporciona la Historia al decirnos que Quayr b. Sad pertenece a la confederacin de los Ban Lam con los que se hallaban federados los Ban Kindah, la tribu a la que perteneca el clebre Imru l-Qays. Vase AIGRAIN, Ren. Arabie. En: BAUDRILLART, A. (dir.). Dictionnaire dhistoire et de gographie ecclsiastiques. Paris: Letouzey et An, 1924, 1228-1230. Cf. SHAHD, I. The Women of Oriens Christianus Arabicus in Pre-Islamic Times. En: SAMIR, Khalil Samir (ed.). Actes du 5e Congrs INTERNATIONAL Dtudes Arabes Chrtiennes (Lund, aot 1996). Tome I, Parole de lOrient 24: 65-66, (1999). Vase adems TRIMINGHAM, J. Spencer. Christianity Among the Arabs in Pre-Islamic Times. Beirut: Librairie du Liban, 1979, 188-202; cf. SHAHD, I. Byzantium and the Arabs in the fourth century, 75-76. Cf. CONRAD, Lawrence. The Arabs. En: CAMERON, Averil, WARD-PEKINS, Bryan & WHITBY, Michael (ed.). The Cambridge Ancient History. XIV: Late Antiquity: Empire and Successors, AD 425600, Cambridge: Cambridge University Pres, 2000, 680, 685.

    40 Poblacin cercana a al-rah, vase YQT AL-AMAW. Muam al-buldn. 5 vols., Beirut: Dr Iy al-Tur al-Arab, 1399/1979, I, 473.

    41 Tambin denominada Ht, se trata de una localidad situada en el Efrates sobre al-Anbr, en los aledaos de Bagdad, vase YQT AL-AMAW. Muam al-buldn, I, 421.

    42 Ciudad oasis fortificada, vase YQT AL-AMAW. Muam al-buldn, V, 257-258. 43 Acerca de la venganza de sangre (ar) entre los rabes, vase HADDAD, Elias N. Blood

    revenge among the Arabs. The Journal of the Palestine Oriental Society 1: 103-112 (1920). Sobre el locus classicus de la venganza de sangre en la poesa preislmica, vanse los ejemplos que analiza STETKEVYCH, Suzanee Pinckney. The Mute Inmortals Speak. Pre-Islamic Poetry and the Poetics of Ritual. Ithaca, NY: Cornell University Press, 1993, 5-83.

    44 Vase la nota siguiente. 45 La celebridad de este dicho atribuido a Quayr dio lugar a variantes del mismo, vase YQT

    AL-AMAW. Muam al-buldn, I, 473a.

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    Eh, Quayr, qu opinas? Y Quayr [le] respondi: He dejado la decisin en Baqqah. Pero en eso le pidi: Dame alguna orientacin. El contest: aadi: Si te encuentras a las falanges y te dan honores de rey y se retiran de delante

    de ti, en ese caso la mujer es sincera, pero si ellos se apoderan de tus dos flancos y se colocan por debajo y la muchedumbre te rodea entre ellos y su [posicin al] medioda, entonces monta a al-A48 [y huye], pues ella no ser alcanzada ni superada.

    Se trataba de un corcel que iba a su lado [en todo momento]. La muchedumbre lo recibi y lo rodearon, pero l no mont a al-A. Quayr se dirigi hacia ella, la mont y [tras] cargar [contra el enemigo] se march. amah volvi la cabeza viendo a Quayr sobre al-A delante de los jinetes hasta evadirse [de ellos]. Entonces exclam amah:

    Que no se extrave el que corre con al-A! Y fue llevado ante Zenobia. Ella lo recibi, le mostr la vulva y el ano

    (kabati-h)49 y lavndose el coo [le] dijo: amah! Cmo gozaras de una novia [como la] que ves? Respondiendo: Advierto el goce de una esclava cobarde y sin vergenza.

    Y [Zenobia] aadi: Por Dios!, eso no es por la falta de navajas, ni por la escasez de siervos,

    sino por la naturaleza [viril] de los hombres. Luego hizo que se tendiese sobre un tapete de cuero (na)50 y colocndole una

    vasija (ist)51 de oro (asad) le cort las venas de la palma de la mano y dej que fluyese [la sangre] hasta que cogiendo fuerza [amah] dio un golpe con su mano y una gota [de sangre] salpic en una pilastra de mrmol (damat rum). Se le haba dicho [a Zenobia] que si caa una gota de su sangre fuera de la vasija su sangre sera vengada. En eso que dijo:

    _____________

    46 Es curioso que a lo largo de todo el relato no se mencione ni siquiera una vez el nombre de la ciudad de Palmira, Tadmur en rabe.

    47 Localidad situada sobre el Efrates, cerca de al-Raqqa, vase YQT AL-AMAW. Muam al-buldn, II, 341a.

    48 La celebridad de esta yegua de ama que cabalg su mawl Quayr fue convertido en un topos potico por los poetas rabes, uraf arabiyyah. Compilacin de Umar al-Suwayd. Leiden: E. J. Brill, 1303 AH/1885 AD, 65.

    49 Agradecemos al Prof. Federico Corriente su ayuda en la identificacin concreta del significado del trmino.

    50 IBN MANR. Lisn al-arab. Ed. Abd Allh al-Alyil. 7 vols. Beirut: Dr al-l Dr Lisn al-Arab, 1988/1408, VI, 661c.

    51 IBN MANR. Lisn al-arab, IV, 591b.

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    Eh amah, que no se pierda nada de tu sangre!, pues slamente te he trado hasta m porque me ha llegado a odos que tu sangre es remedio para el trastorno mental (abal).52

    amah respondi: No te apenes por una sangre que su gente ha descuidado. Sobre esto dice al-Ba:53

    Entre los afeminados cuya sangre es remedio para la locura y el trastorno mental

    Y ella cogi la sangre y la coloc en un recipiente (barniyyah).54 Otro refiere que amah se present ante ella en un palacio que ella posea en el que slo haba esclavas y ella estaba en su trono (sarr). Y dijo [Zenobia] a las esclavas:

    Tomad la mano de vuestro seor (sayyid).55 Luego dispuso un tapete de cuero y haciendo que se tendiese en l dej al

    descubierto sus partes (awrah), pues se haba hecho trencillas del pelo del coo por detrs.56 Entonces le dijo [Zenobia]:

    No ves el cuerpo de una novia? [amah] le respondi: Mas bien una esclava de enorme cltoris (bar).57 En eso que ella dijo: Por Dios!, eso no es por la falta de navajas, ni por la escasez de siervos,

    sino por la naturaleza [viril] de los hombres Luego orden [Zenobia] que le fuesen cortadas las venas y coloc su sangre,

    que manaba, en un tapete de cuero, porque le repugnaba que su asiento se mancillara. Y dijo amah:

    No te apenes por la sangre que su gente ha derramado

    _____________

    52 IBN MANR. Lisn al-arab, II, 787c. 53 Se trata del poeta de los Ban Tamm Jid b. Bir b. Ab Jlid b. Bayna, de kunya Ab Zayd,

    conocido como al-Ba (al-Mui) (134 AH/751 AD), AL-ZIRIKL, Jayr al-Dn. Al-Alm. Qms tarimj li-ahar al-ril wa-l-nis minal-arab wa-l-mustaribn wa-l-mustariqn. 8 vols. Beirut: Dr al-Ilm li-l-Malyn, 1992 (10. ed.), II, 302.

    54 IBN MANR. Lisn al-arab, I, 204a. 55 Sobre este ttulo, SHAHD, I. Shaykh. En: EI2, VII, 873. Acerca del valor polivalente de este

    concepto en poca preislmica, vase MONFERRER-SALA, Juan Pedro. Redefining History on Pre-Islamic Accounts: The Arabic Recension of the Martyrs of Najrn. Gorgias Eastern Christian Studies 26. Piscataway, NJ: Gorgias Press, 2010, 53.

    56 Dicha prctica deba obedecer a una medida a medio camino entre la profilaxis y la optimizacin del rendimiento del pene masculino que deba vrselas con la dureza del vello pbico y de las zonas del cltoris y perianal, de ah la respuesta de Zenobia que sigue ms abajo al aludir a las navajas que se utilizaban para la depilacin de tales zonas.

    57 IBN MANR. Lisn al-arab, I, 230a.

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    Estando sano y salvo Quayr se puso a salvo y llev la noticia (al-abar)58 a Amr b. Abd al-inn al-Tan,59 que estaba en al-rah.60, que se compadeci por aquello. Quayr le dijo: Y compadecindose [de l] por aquello y le dijo:

    Busca [hacer] venganza del hijo de tu to para as evitar que te ultrajen los rabes. Pero no haciendo caso [Amr] de aquello, Quayr fuese hasta Amr b. Ad61 ,

    quien le dijo: Te importaparece bien que te enve el ejrcito para que vengues a tu primo? [Amr b. Ad] le dio el visto bueno a aquello y [Quayr] se dirigi hacia el

    ejrcito y les prometi bienes y fama y se marcharon con l muchos hombres. Se encontraron l y el Tan y temiendo que fuese el fin le sigui el Tan. Una vez Amr b. Ad62 tuvo el poder, Quayr le dijo:

    Recuerda lo que me prometiste acerca de Zenobia. Entonces le respondi Amr: Cmo nos ocuparemos de ella?, pues es ms inabordable que el guila del aire. Quayr aadi: Puesto que te niegas, me cortar la nariz y las orejas63 procurando matarla

    por m mismo. Aydame y quedars libre de censura. Y Amr le dijo: T eres ms perspicaz, yo te ayudar. Entonces Quayr se cort la nariz, de ah que se diga [el dicho]: por un asunto

    se cort Quayr la nariz. Luego fuese donde Zenobia, que le dijo: Quin eres? Respondiendo: Soy Quayr Por el Seor del Oriente,64 que no hay sobre la faz de la tierra

    un ser que sea ms fiel a amah ni ms hostil hacia ti que yo hasta el punto de

    _____________

    58 Sobre el trmino, WENSINCK, A. J. Khabar. En: EI2, IV, 895. 59 Este personaje aparece como Amr b. Abd al-inn al-arm en la versin de AL-ABAR,

    Tar al-rusul wa-l-mulk (ed. M. J. de Goeje), II (ser. 1), 761. 60 Sobre este importante enclave norarbigo YQT AL-AMAW. Muam al-buldn, II, 328-

    331. Acerca de al-ra en poca preislmica, vase KISTER, M. J. Al-ra. Some notes on its relations with Arabia. Arabica 15: 143-169, (1968).

    61 Sobre este rey lam de al-ra, el primero de la lnea lam, que sucedi en el trono a ama, vase WENSINCK, A. J. PELLAT, Ch. Amr b. Ad. En: EI2, I, 450-451. Para su relacin con la cada de Palmira segn las fuentes rabes, BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 133-134.

    62 Sobre la forma nominal Ad vase ILAN, Tal. Lexicon of Jewish Names in Late Antiquity. Part IV, 287. 63 Esta frmula semita, parte de la clebre lex talionis, se aplicaba a casos de muerte injusta, tal

    como se preserv en el Corn (5,45), aunque su uso abarca mbitos diversos en los materiales poticos, por ejemplo, de poetisas omeyas, VAN GELDER, Geert Jan. Close relationships: incest and inbreeding in classical Arabic literature. London: I. B. Tauris & Co. Ltd., 2005, 128-129.

    64 Rabb al-Mariq, Seor de los Orientes, i.e. Seor de los Mundos, nos parece una adaptacin de mr lm , documentada en textos epigrficos palmirenos, cf. COOKE, G. A. A Text-Book of North-Semitic Inscriptions: Moabite, Hebrew, Phoenician, Aramaic, Nabataean, Palmyrene, Jewish. Oxford: Clarendon Press, 1903, 295, 296. Es obvio que la tradicin rabe ha evitado cualquier

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    que Amr b. Ad me cort la nariz y las orejas. S que unindome a ti [me uno] a su mayor enemigo.

    [Zenobia le] respondi: Eh Quayr!, [te] damos la bienvenida [tal como merece] tu posicin

    (manzilata-ka) y pondremos en tus manos nuestras mercancas.65 Y le entreg la cantidad [que necesitaba] para el negocio. Quayr se fue a la

    Casa del Tesoro (bayt al-ml) de al-rah y cogi cuanto all haba con la autorizacin de Amr b. Ad y se march hasta ella. Cuando vio [Zenobia] lo que le trajo se alegr por aquello suministrndole una cantidad hasta que viniera [del nuevo viaje]. Y le dijo [Quayr]:

    No hay ningn rey que no se sirva en sus ciudades de unos tneles preparados [por si hubiera peligro].

    Ella respondi: Yo he hecho eso. Abr una galera (saraban)66 y la constru por debajo de mi

    trono para salir por debajo del Efrates hasta el trono de mi hermana Ralah. Quayr se alegr de aquello y luego se puso en camino hasta llegar a Amr.

    Entonces Amr dispuso dos mil hombres en mil camellos en sacos (andq)67 hasta que lleg donde ella [Zenobia]. Quayr se adelant y ponindose delante de los camellos le dijo:

    Sube a la muralla de tu ciudad y contempla tus riquezas, acrcate a a tus puertas, pero que no se muestre nada de nuestros bienes, pues he venido con bienes en metlico.

    [Zenobia] confiaba en l, pues no tema [nada] de l. Entonces subi e hizo lo que le indicara y al ver el paso pesado de los camellos dijo:

    Qu tienen los camellos de parsimoniosa zancada! Acarrean piedras o hierro,

    _____________

    contaminacin con el cornico Rabb al-lamn. Vase MONFERRER-SALA, J. P. Comparative Semitics as incentive for textual and literary analyses in the Arabic framework. En: Dialectology of the Semitic Languages, ed. F. Corriente et al. Sabadell: AUSA, 2012, pp. 60-64. Vase tambin MONFERRER-SALA, J. P. Un caso de sincretismo religioso preislmico arameo-rabe: mr alh, rabb al-lihah y su eco cornico. Miscelnea de Estudios rabes y Hebraicos 56/2: 99-110, (2007). Vase al respecto J. Starcky M. Gawlikowski. Palmyre, 98-99.

    65 Con ello se alude al emporio comercial en el que se haba convertido Palmira, junto a otras ciudades, dentro del trfico caravanero y comercial en el que participaba la ciudad, vase STARKY, J. GAWLIKOWSKI, M.. Palmyre, 73-88. Cf. MILLAR, Fergus. The Roman Near East, 31 BC AD 337. Cambridge: Harvard University Press, 1993, 331-332. Debido a los peligros que lo acechaban constantemente (cf. ISAAC, Benjamin. Bandits in Judaea and Arabia. Harvard Studies in Classical Philology 88: 171-203, (1984)), el trfico caravanero demand una estructura en el negocio tal como lo evidencia el ttulo rb shyrt (= ), jefe de la caravana, que aparece en una inscripcin bilinge en arameo plamireno y griego de mediados del s. II AD, vase COOKE, G. A. A Text-Book of North-Semitic Inscriptions, 272; cf. GIANTO, Agustinus. Variation in the Palmyrene Honorific Inscriptions. En: CUSSINI, E. (ed.). A Journey to Palmyra, 76-77.

    66 IBN MANR. Lisn al-arab, III, 126b. 67 Las voces andq y awlq son sinnimas, vase IBN MANR. Lisn al-arab, III, 481b.

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    pesado plomo u hombres acurrucados?

    Y los camellos entraron en la ciudad quedndose un camello a la cola [sin moverse]. El portero perdi la paciencia y pinchando con una aguijada que tena en la mano la cadera de un hombre [ste] se pey y dijo el portero bit le-aq,68 que es nabateo (nabaiyyah),69 es decir: en el saco (uwliq)70 hay [algo] malo. Los hombres saltaron de los sacos blandiendo sus espadas. Zenobia, huyendo, entr en su galera y al ver a Quayr en su tnel empuando su espada volvi sobre sus pasos y se la tropez Amr b. Ad que la pas a espada. Algunos refieren que ella dio un sorbo de su anillo, en el que haba un veneno [que mataba] al momento diciendo:

    Sea por mi mano, no por la mano de Amr! La ciudad fue destruida y los descendientes [de Zenobia] fueron hechos prisioneros.

    5. COTEJO DE LOS TEXTOS PARALELOS DE AL-MASD Y AL-ABAR

    Del anlisis comparativo de los textos que proveen al-Masd71 y al-abar72 se deduce una serie de consideraciones que sealaremos en cada lugar, despus de la correspondiente transcripcin de los fragmentos objeto de la comparacin. Como prtico de esa labor, que pretende ser al tiempo descriptiva y valorativa, se infiere que nos encontramos ante dos tradiciones distintas de lo que venimos calificando como Historia de Zenobia y amah. Esto es tanto ms interesante cuanto que ambos autores son prcticamente coetneos, lo que nos indica que en el siglo IX AD ambas tradiciones textuales se encontraban perfectamente definidas tal como lo demuestra su fijacin escrita.

    Cul haya sido el proceso seguido por la Historia el seno de la tradicin rabe islmica es asunto harto de dilucidar. Es obvio que los materiales textuales, como avisan de ello las alusiones a los hechos narrados, fueron, cuando menos, considerables,

    _____________

    68 El texto lee, errneamente, bit bit (el mal, el mal). Cf. AL-MASUDI, Les prairies dor. Texte et traduction par C. Barbier de Meynard et P. de Courteille. 9 vols. Paris: Imprimerie impriale, 1861-77, III, 197. El trmino nabaiyya, en este contexto, hay que interpretarlo como arameo, dado que la expresin bit le-aq corresponde a la aramea (el mal est en el saco), obviamente en su realizacin dialectal palmirena. Adems, hay que corregir la transliteracin rabe aq por la correcta saq (cf. griego skkos) pues se ha producido un cambio // < /s/ en la transmisin rabe. Cf. AL-ABAR, Tar al-rusul wa-l-mulk (ed. M. J. de Goeje), II (ser. 1), 766, nota d.

    69 i.e. arameo, concretamente dialecto arameo palmireno. Sobre este dialecto, vase BEYER, Klaus. The Aramaic language. Its distribution and subdivisions. Translated from the German by John F. Healey. Gttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1986, 27-28. Cf. STARKY, J. GAWLIKOWSKI, M.. Palmyre, 30-32.

    70 IBN MANR. Lisn al-arab, III, 481b. 71 AL-MASDDDD. Mur al-ahab wa-madin al-awhar (ed. Qsim al-Sam al-Ruf), III, 101-102. 72 AL-ABAR, Tar al-rusul wa-l-mulk (ed. M. J. de Goeje), II (ser. 1), 757-766.

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    y ello no slo en el mbito narrativo, sino adems en el potico.73 Con todo, lo ms interesante, desde el punto de vista cronolgico, es el proceso oral que experiment la Historia antes de ser recepcionada en los textos, procedente de determinados rapsodas cuyos nombres no siempre nos son conocidos. La expresin innominada qla bau-hum que utiliza al-Masd es ilustrativa, en este sentido, no slo por evidenciar la ausencia informativa sobre el nombre de los transmisores de determinados segmentos narrativos, sino tambin por la informacin adicional que nos proporciona, a saber: las variantes existentes en esos momentos del proceso oral de determinadas partes de la Historia. Es curioso, en este sentido, que al-abar no ha recurrido a esta frmula en ningn momento, exhibiendo, por lo dems, continuas referencias al clebre historiador Ibn al-Kalb (737 Ah / 819 AD), que supo compilar de modo prodigioso antiguas tradiciones orales sobre la historia y la cultura preislmica.74

    Es interesante, antes de entrar de lleno en el caso concreto de los pasajes que traemos a colacin en este apartado, observar el proceso de recepcin que nos ofrecen, respectivamente, al-Masd y al-abar. Al-abar presenta un texto ms largo y narrativamente ms denso, fruto de un proceso compilador marcado por la impronta de incluir la mayor cantidad de informacin posible. En cambio al-Masd recoge una versin ms corta en la que se aprecia un deseo de ofrecer un texto homogneo y al mismo tiempo gil. Obviamente, las tcnicas compositivas de uno y otro autor divergen considerablemente no slo en cuanto a estilo, sino, sobre todo, en la concepcin de estructurar y ordenar el material.

    Con todo, el resultado final no se debe exclusivamente a la actuacin compiladora y compositiva de ambos autores, sino al texto (o los textos) que cada uno de los dos utiliz al recepcionarlo y adaptarlo en sus respectivas obras. Estamos, pues, ya lo hemos dicho unas lneas ms arriba, ante dos versiones distintas de una misma Historia. No son dos versiones radicalmente distintas, pero s el resultado de dos formas distintas de entender y contar una Historia, tal como la tradicin oral rabe norarbiga entendi, con toda probabilidad all por los siglos V-VI AD, justo cuando surge ese sentimiento rabeque se acab conformando en torno a una serie de rasgos culturales, geogrficos, tnicos y lingsticos, como as nos lo dicen los textos epigrficos de esos momentos.75

    Las referencias que ofrecemos a continuacin han sido llevadas a cabo a partir del texto de al-Masd. Quedan fuera, lgicamente, aquellos materiales recogidos por al-abar que carecen de texto paralelo en al-Masd. Como se observar, en determinados pasajes el orden secuencial que sigue al-abar no coincide con el de al-Masd, lo que es un indicio ms a favor de nuestra hiptesis de que las respectivas versiones que ambos ofrecen textos proceden de tradiciones distintas.

    _____________

    73 AL-MASD. Mur al-ahab (ed. Qsim al-Sam al-Ruf), III, 103-104. 74 Sobre Ibn al-Kalb, ATALLAH, W. Ibn al-Kalb. En: EI2, IV, 495-496. 75 HOYLAND, R. G. Epigraphy and the Emergence of Arab Identity. En: SIJPESTEIJN, Petra

    M. et al. (Eds.). From al-Andalus to Khurasan. Documents from the Medieval Muslim World. Islamic History and Civilization 66. Leiden Boston: Brill, 2007, 219-242.

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    I

    al-abar al-Masd o s x|ous qrsotus vw oo| o|s m v| tz v| my | ry v| os

    xzo }o vw uw o vw xzo

    xyw o v| v| tz x| o|s qrsotus vw xywoz {r| } vw s os

    ry jk mno

    La relacin de Zenobia con los antiguos amalekitas (amlq < ) parece referirse a una suerte de alianza militar entre las fuerzas palmirenas y grupos rabes de la ciudad y de los territorios circundantes,76 al tiempo que con ello la tradicin rabe reclama la alianza de sta con los primeros rabes (al-riba al-l), no con los arabizados, esto es con los nuevos rabes.77 La relacin con los amlq no era exclusiva del ejrcito palmireno, pues as se indica para otros grupos tribales de al-rah.78 Lo ms interesante, en este contexto, es que los amlq, un antiguo grupo de merodeadores nmadas descendientes del nieto de Esa (Gn 36,12) segn las tradiciones israelitas, eran considerados como una poblacin autctona del medio norarbigo,79 como as lo hace notar en esta secuencia al-abar de forma explcita al indicar que los ejrcitos de Zenobia estaban formados por lo que quedaba min al-amlq wa-l-ribah al-l.80 No sabemos si esta filiacin rabe de los amlq, de facto una confederacin tribal, se debe a que stos se convirtieron en los enemigos de los israelitas cuando stos emigraron de Egipto en busca de Canan hasta que fueron conquistados por Geden (Ju 6,33; 7,12).81 Desde el punto de vista de la redaccin podemos apreciar cmo estamos ante dos tradiciones textuales distintas, que aunque exhiben concomitancias, v.gr. la pertenencia de Zenobia a los amlq, sin embargo la referencia genealgica que aporta cada versin es cualitativamente distinta.82 _____________

    76 STARKY, J. GAWLIKOWSKI, M. Palmyre, 31. Cf. WRIGHT, Thomas. Early Christianity in Arabia. A Historical Essay. London: Bernard Quaritch, 1855, 71 y ROBERTSON-SMITH, W. Kinship & Marriage in Early Arabia, 203.

    77 HOYLAND, R. G. Arab kings, Arab tribes and the beginning of Arab historical memory in late Roman epigraphy. En: COTTON, Hannah M. et al. (eds.). From Hellenism to Islam: Cultural and Linguistic Change in the Roman Near East. New York: Cambridge University Press, 2009, 289-290.

    78 TORAL-NIEHOFF, Isabel. The Ibd of al-ra: An Arab Christian Community in Late Antique Iraq. En: NEUWIRTH, Angelika, SINAI, Nicolai & MARX, Michael (eds). The Qurn in Context: Historical and Literary Investigations into the Qurnic Milieu. Leiden-Boston: Brill, 2010, 330, nota 41.

    79 ROTHSTEIN, G. Die Dynastie der Lamiden in al-ra, 64. 80 NLDEKE, Theodor. Ueber die Amalekiter und einige andere Nachbarvlker der Israeliten.

    Gttingen: Dieterichschen Buchhandlung, 1864, 28. 81 Sobre este grupo nmada y su conexin con los grupos rabes, vase NLDEKE, Th. Ueber die

    Amalekiter, 25-42. 82 ROTHSTEIN, G. Die Dynastie der Lamiden in al-ra, 40, nnota 2. Cf. ROBERTSON-

    SMITH, W. Kinship & Marriage in Early Arabia, 288-289.

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    II

    al-abar al-Masd

    xr|uso| y {no xrw {no }| u| o

    La filiacin rabe en la que reparaba al-abar en la secuencia previa no es compartida por la versin que transmiti al-Masd, que si bien nos indica que hablaba rabe (knat tatakallamu bi-l-arabiyyah), 83 en cambio recalca que era romana (bal knat rmiyyah), expresin que hay que entender ms bien culturalmente como filohelnica, erigindose en el ejemplo arquetpico del helenismo rabe y arameo que se conform en esta poca en Oriente Medio.84 Frente a al-abar, la versin que manej al-Masd repara en un aspecto interesante del doble perfil histrico de la reina Zenobia: el de su aculturacin romana, en puridad helenstica como acabamos de sealar, junto al de su pertenencia al territorio norarbigo o sirio-mesopotmico, si se prefiere, del que se deriva la mezcla arameo-rabe de las tribus autctonas que la poblaban y componan esa suerte de o grupo de gentes unidos por intereses comunes,85 del que formaba parte Zenobia en tanto que palmirena.86

    III

    al-abar al-Masd

    {rkj|s s o yz or os yz owjo js nos vw s mrs j j|s

    En este caso las dos secuencias coinciden en situar las construcciones realizadas por Zenobia en la ribera del ro Efrates, aunque con interesantes variantes. Mientras que para al-abar lo que construy fue un castillo fortificado (qar an) en la ribera occidental del Efrates, la versin de al-Masd habla de ciudades (madin) derruidas en poca de al-Masd segn una glosa incorporada por ste al texto situadas a uno y otro lado de la ribera del Efrates.87 Pudiera ser que los

    _____________

    83 STARKY, J. GAWLIKOWSKI, M. Palmyre, 31. 84 BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 135-136. 85 Sobre el concepto, vase MACDONALD, M. C. A. On Saracens, the Rawwfah inscription and

    the Roman army. En: MACDONALD, M. C. A. Literacy and Identity in Pre-Islamic Arabia. Variorum Collected Studies 906. Farnham, SU: Ashgate, 2009, 9-10.

    86 Sobre este asunto, vase RETS, Jan. The Arabs in Antiquity. Their history from the Assyrians to the Umayyads. London-New York: Routledge, 2003, 462-466. Cf. en cambio MACDONALD, M. C. A.Les Arabes en Syrie or La penetration des Arabes en Syrie: a question of perception?. En: La Syrie hellnistique. Paris: De Boccard, 2003, 309-311 (reed. en su Literacy and Identity in Pre-Islamic Arabia, VI, pp. 303-318).

    87 Cf. SOUTHERN, P. Empress Zenobia, Palmyras Rebel Queen, 91.

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    trminos in y madna hayan de entenderse como dos formas de referirse a un mismo tipo de construcciones en la mayora de los casos: un complejo urbano fortificado que estaba dominado por un castillo. Con estas construcciones al-abar y al-Masd se referiran a las varias construcciones levantadas por Zenobia sobre el ro Efrates a instancias del emperador Aureliano con el objeto de proteger la frontera oriental del Imperio romano, a las que debi dirigirse perseguida por Aureliano una vez cay Palmira y desde las cuales trat de cruzar el ro Efrates para ser apresada en el intento.88 Sin embargo, aunque creemos que es ese el caso si lo aplicamos a al-Masd, en cambio con el sintagma qaran anan creemos que al-abar se est refiriendo a una construccin muy concreta: la gran fortaleza que Zenobia levant en alabiyyah, en el margen derecho del Efrates, cincuenta km arriba de Circesium, que Justiniano reconstruy en el s. VI.89

    IV

    al-abar al-Masd

    u s { otrk {no vr| o|on yow

    La construccin, por motivos de seguridad, de unos tneles (anqb) secretos

    que servan para unir las ciudades construidas por Zenobia nos parece que representa una tradicin rabe,90 que sin embargo al-abar no ha recogido en su versin. Esta tradicin rabe, ausente en las fuentes que se ocupan de Palmira, debe remontar a una informacin oral, que tal vez evocaba una idea difundida con la cada de la ciudad de Palmira. La tradicin, por lo dems, no es gratuita, puesto que haba ciudades que disponan de este sistema de seguridad, que discurra por debajo de las murallas, como es el caso de Dura Europos. 91 De hecho, en 1952 fue descubierto un tnel cerca de las ruinas de Palmira de tres pies de ancho por cuatro de alto de poca romana o de la misma poca de la independencia de Palmira con respecto al Imperio romano, esto es de la poca de Zenobia.92 _____________

    88 RETS, J. The Arabs in Antiquity, 463. 89 MILLAR, F. The Roman Near East, 181. 90 ZAHRAN, Y. Zenobia: between reality and legend, 72. 91 STONEMAN, R. Palmyra and its empire, 40. Cf. EDWELL, Peter M. Between Rome and

    Persia: The middle Euphrates and Palmyra under Roman control. Routledge Monographs in Classical Studies. Abingdon, OX: Routledge, 2008, 116-117.

    92 HILL, Donald Routledge. A History of Engineering in Classical and Medieval Times. London: Routledge, 2002 (reimp. 1997 = 1984), 36. Cf. BUTCHER, Kevin. Roman Syria and the Near East. Los Angeles, CA: Getty Publications, 2003, 164.

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    V

    al-abar al-Masd

    {ut oyw os ow os t otykor| | y | xt s

    mso| {no

    Las dos versiones de esta secuencia son, como puede observarse, cualitativamente

    diferentes desde el punto de vista narrativo. La versin que recoge al-abar incluye un desarrollo narrativo mayor, formulado a partir de una conversacin que Zenobia mantiene con su hermana,93 que en la versin de al-abar es llamada Zabba, forma nominal que creemos no es otra cosa que un desdoblamiento onomstico del nombre Zenobia (xr| < xrn) introducido por la tradicin oral/textual a la que sigue al-abar como consecuencia de la confusin /n/ > /b/ y mettesis /b/ /y/. Sabemos por una traduccin sogdiana de un texto maniqueo que la hermana de Zenobia se llamaba Tadi, concretamente la reina Tadi.94

    VI

    al-abar al-Masd

    } oyw on s mz xt s {k yw s on | { otrk o o| | oys jk u ots jk r s os

    xy oumw oyts s on xytts yw s yw tk s }k r os

    w w w y | | }

    xyzok jn rs {k | xt ok js ok { k rk vw yw

    | {no

    Adems de la mayor extensin que presenta el texto recogido por al-abar, la versin de al-Masd ofrece un elemento genuinamente rabe ausente en al-abar, el de la pretensin de Yama de desposar (aaba) a Zenobia.

    VII

    al-abar al-Masd

    s o|s o n otyk oy ryz xt u otrk rs z ow rs t rk

    vw xso| m |o o vw s s } o|s rs z ow ryz uk s o ors r yz tk w jk o

    o } rk o oyw yz sm v| r s

    ook |o xt s z tk u v| r so jtso| ryz ok ors }u wk s vw s o |o oso jk s rs {y xo {no k {r vw x| o zo ouk

    o ut on s mso| wk _____________

    93 AL-ABAR, Tar al-rusul wa-l-mulk (ed. M. J. de Goeje), II (ser. 1), 757-758. 94 LIEU, S. N. C. Manichaeism in Mesopotamia and the Roman East. Leiden New York - Kln:

    E. J. Brill, 1994, 28.

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    v| otn v| | v| r v| xt v| tz v| u r s smk xts xw u o s otrk sok oon xt z r owo o o {k o ok o ryz | o

    n ok s mzon s k w w s xts o w {k os oso| rs vw ot s rs }yk xo {no ok ors yk oo| {y o oso k s n

    r ok r ryz | o ow xt qkm us }rt w n

    ms w { xt ok jk vs jk w s

    v| tz v| xt ozk w {k s otn o rts yz uk ook z zok uw os ms o|s w jwm

    o r ok r z jk w rs jtrts |o v| t v v| }n m s

    | jnoz smw r vrso| sou

    w w ow otyk mw oz| {s jzo m orn t

    mw u| { mw

    us {so w {k w | xr|

    r o s jk vw mtyz ots ors x| xt ok jk w

    w oyk w

    VIII

    al-abar al-Masd noy yw yz z v| tz xt y smr yz uw jws vs z v| tz }u

    m jk o vw s yz k |o ow ok r oz xs n otyk j|s nos

    w {k s { xr| o s

    o z vr u v| r o xt vu w oyk w rs s n xmnos ot| j ow voz

    on os ow r ok ow sok x| s { jn r ok s

    La presente secuencia es un ejemplo ms que habla a favor de dos tradiciones orales/textuales de la Historia procedentes de una misma tradicin antigua. Es interesante advertir la diferencia morfolgica que presenta el topnimo Baqqah en al-abar: Baqiyyah.

    IX

    al-abar al-Masd r r o os oso| o|s } y w ok r k r o xo ts ok wow o ok mrs oy

    os rs ok jyz s z oktsok wow mkn yts xr| rk

    msok n m r| xo

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    ms ok y vw | {o r o xts ok {no ous k o os mrs ryk oryz ow o nok rs n r ok ous vr| r| {sok yz ow w } ok ow yz orsmw xt

    w {k ous ous | ow } o ok o {u {n ts s | us {so ous | o o | oryz k ru|

    xt o | }w ous | o ow r

    ok m vr| r| otrk ryz muw {no ok ju q onk ous | yk | mo ms yok uw { qyn }t ok r ors tuk ous

    ryz ouso| m k xt {sok ow r o vw } ow xt ok | m yr

    ous |

    Como en el caso anterior, de nuevo la versin de al-abar es ms larga que la de al-Masd y como en aqulla todo indica que ambas versiones parten de una misma tradicin.

    X

    al-abar al-Masd otyk o|s yz } mrs | {o xt o {sok mw ok { ts y| ok w {k z z vw o| ow s ow {sok w s

    n ow xtr s xy mw w {k o ys vw o myts ow {n n {so s zk vw {| w n yz y w w ow ts vw os }r {s rs {w ouk r| {no w| y {s r jk j w vw

    myts xw o k os oz | } r k w vw k o {u otyk ytys mz xt ok yts mur {sok {s

    w {k y ur ow

    vz { yok o|s yz }k xt o {so oo| { oou ow

    r ous xw ow o z xy mw z vw ow ow {sok n yz y on ow xtr vs {uk z vw {| s {z r| m {u k

    o vw xwoz yz k os }r y { r jk w vw n or w vw vur xt {sok w| vw o w jy| n rs {u| otn jnk y zo vw n ow xt ok }s

    rus m s jk

    xts s vw o ow vs vrrws vw}s

    } u| o xrn| jk yu w { ms rk rs os jk xt oryz vr r| ows {sok o yz j k omz vz { ryz yk | {z m {sok vw o u z j

    xw m }| ok z ow {sok | os xy mw z vw ow }uk {uk x| w on ow xtr ok ouw x s jk w

    y x n xt

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    En este caso la versin que proporciona al-Masd es ms extensa que la de al-abar. De nuevo, los dos textos coinciden en la informacin bsica. Frente a al-abar, que ha optado por ofrecer una versin nica, al-Masd recoge dos versiones, adems de incluir elementos legendarios ausentes en la versin de al-abar, como por ejemplo la referencia a la sangre derramada como desencadenante de la venganza contra Zenobia.

    XI

    al-abar al-Masd | k yuk w o|s { xt yk {y s s vw r os xu| k v

    vr| ous m z v| tz yz o o o o r s ok rso| ok my os r qk w {k xzot ws vs z v| tz w w xo r otr| yok z v| tz w w

    v| tus vs z v| tz on oy z s k z v| tz ok os rs ow

    owu| yys vs z v| mz

    oty os k o wzo| on vz mz otyk

    ot w m {w

    s orw vs z v| tz ok

    oso ow ow ow owz s us xy yz

    ow}r } k os otw v| rts vryr| }r|

    m o o| rs us o v| tus r ok o s sos {rs s r o so } u r z {no w {k ms oz vw w j o|

    o|s {sok oyw ow vz os xo {s v| tz m vrw r vrw | ow y vw r| vs r| mt vs z oyw vw on tz k s m ow } os v s rk y {no s

    s qs {y w k {so {z m o| } m mw s {so rs { k ss tz

    vs z v| tz yz s k r on y r s ok ss qk rso| jms

    yk us tz v| | s| } s } s ok z v| tz s r k y yz rs ms jk rs ms m k s s vtk so | w rs nok os otso| ow u|o os mko otyk jms m sok r

    ok z v| tus w jms r s r tz ok o|s jk | jz ow n {r| ow ok ms oz vw w j o|os oys ow jn jn o jnk | {n tz s ok jzk r ow w }rk n k nmuw jyz

    yz } qyn n {n vw {sok o|s yz o ow ots r on ok jw s xts n o | jn {kuk jn jn z v| tz {sok uw jw ryz } m w m zk ouo| jk kn sw }n r

    k oys ow rk ow ok rs ow {r| otyk ors | n z v| tz w| o ow s ow z s| {k | oo ow jk yw vw rs n o | jn ow s {sok z s m o|on w

    { vw r| o| {n s {yuk j s s { vw tz vu r s| k xyr jk r| s yz } js jk tz k q r k ors o qos n w o u os ok u| vw js u k |m| s jw sow s

    osmw w {no {wo ot| { jk otyk ow ow {yuk u ko v yk

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    t| myk w z v| tz yz yus vw z ow tyu so rs xkuw z v| tz { s xkos mso|

    to oso m oyw w o o s }k s {t ok nms |or s r|

    mts qynok s tz yz yu| ors | ow y| o|s | w s { ow yz ms vw s ow

    o yz k z v| tz u v| tus r ok tyz {tyz kz ok oo z n z ok w qt| ss {n ow }zo| on ow tz v| o w {k z } r o o os qs o|s m| o jys

    vs tz s ok o ow } k o {sok | n r k | {nok m s k r n ow ts us

    tyts

    n ow o vw r| rso| mts o r

    v| z o mts

    k r s rr s

    otyk | o y n r n z n s | }uk tz o no r ok o|s vw xt so| w | wk oso| r os }rk o|s yz

    k n ok oryz }k {so z v| tz z ok r o | s ow rs rs s { so n {kz rs {yk v ow | }uk ryz w sk w ryz } m w m n s vw ow u| z {|o w

    uts x|s s z otyk myts mw| xk uso| s os o | { rs {y on s ru|ok z or o| r mw o| vw rs }t sow }t us rs xuw vw o| m ow m o|or

    woz oo| s k vrrk os ow u| o us nok z mytso| rz uw {uk s os v yk | | on ow o| k us s qyn {sok

    {so ots jw } s n

    r orw otys ow vyt

    o o| onok mu ot os

    t o j| xts }| {yz jk {no xt| vuk ms }r

    j os o| ms ok k } o vw os o qsms jk xrso| s x|o o|s {k kor| o| qsms r oyw on z r |k o|

    |k z v| tz ooy xu {knok o xzo rk o oto {w u| o {r xts {| tz r| r| {so r w ow jk us {sok s

    k

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    ok or ors vw o| m ow vw osrs us rs {uk ot| r

    o so| k z v| tz yz }k w vw vt ys }us xuw s so| n o ozk z } rk o|s s y s| k or ors m| oo ow o ow ozk oryz uk o|s

    | s u| xrnt rs x | ok s ts k otw | v ow z vw }t z v| tz s us xk s s o|ys qkmw n us s xsos oz ors yt ryz ozow

    k |o o s t o s tz ys v| o mts s s r yz vry } }t s }tz vw r vw s uw }u vr jk ru| on o| yz t o|s xw my ok oo|

    s vw os { xts }o| mok oyy qs o|s {y my yo vtk k os }t z v| tz }uk rso| s }| r s ow yz s vw o mno otyk y os oryz o|s

    tyz ok ors r ow }t ow o s k os s ors vw ors ot| { nok ot vw oryz ow }| y o ys v| o w {k {t o vt vw m }rys r os vt r

    }| |ok o|s {k }rys o os o o {sok osot } vw k m otm

    r

    r orw otys ow vyt o| onok

    w r| o o xts }| {yk yz s o| k xw r| n m xts m|

    o rk ry s ok k ork s }s k o| o| sm| u o| o| xrso| ms }| {m otyk w {k oy z qsms s } qs o| yz tz r {rn xts }o| mo s vw os { o

    rk mu xts yz z v| tz o s ys qs ow xrsmw o|s {y qs o|

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    o s mso| kuk oto tz | ork o oto {tk mts os om tz ooy w {k tz o r| r| {so

    k rso| oyyk z v| vw o ow o oy v| z ok us s ou n xts }oo z v| tz } o|s r x w jk

    Como ltimo ejemplo traemos a colacin un caso ejemplar de diferencia textual entre ambas versiones. Esta diferencia no slo afecta al contenido, sino tambin a la disposicin espacial de los materiales narrativos, que no coinciden en ambas versiones. Entre otros elementos diferenciales, es interesante recalcar que mientras que el texto de al-abar enfatiza la relacin geogrfica de Quayr (que es tan) con el Iraq,95 en cambio al-Masd lo relaciona con al-rah. Este rasgo que incide en la relacin entre la confederacin de tribus rabe que integraban Tan y el enclave de al-rah, que al-abar deja de lado, tiene una importancia crucial en la Historia, por cuanto alude al poder opositor de Zenobia en la zona, en esa poca liderado por amah, cuya poltica fue realmente influyente.96 Por lo dems, nos parece acertado recalcar para el caso presente que una y otra tradicin dependen de transmisiones orales generadas en mbitos geogrficos distintos, en funcin del grupo tribal que la transmiti en su momento. Por otro lado, el cambio espacial de determinadas secuencias textuales que se aprecian en ambas versiones puede que se deba a la labor de compilacin realizada con anterioridad a nuestros dos autores.

    6. CONCLUSIN

    Las variantes que presentan las versiones de al-abar y al-Masd, como hemos venido repitiendo insistentemente, indican que, al menos, circularon dos tradiciones distintas en el medio rabe. Es obvio que dichas tradiciones ofrecen, prima facie, una lectura negativa de Zenobia en la que sta se nos muestra como una mujer lasciva que acaba con la vida del rey amah, cuya sangre es vengada posteriormente por Amr b. Ad, que le suceder en el reino de al-rah. Esta lectura de la Historia nos presenta una visin demonizadora del personaje harto elocuente, como lo ha hecho notar Powers recurriendo a la comparacin con textos rabes y otros personajes conocidos por la tradicin literaria rabe.97

    Sin embargo, esa lectura superficial, que nos llevara a un texto anecdtico genuino de la tradicin rabe esconde una lectura profunda de la Historia que estuvo presente entre las tribus norarbigas desde que tuvieron lugar los acontecimientos all por el s. III AD y que, posteriormente, qued grabada en el imaginario rabe, con _____________

    95 ROTHSTEIN, G. Die Dynastie der Lamiden in al-ra, 37. 96 BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 132-133, 136. 97 POWERS, D. S. Demonizing Zenobia. En: MARGARITAI, R., SABRA, A. &

    SIJPENSTEIJN, P. (eds.). Histories of the Middle East, 127-182.

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    total seguridad en la fase de desarrollo oral de la Historia. Esta lectura profunda a la que nos referimos no es otra que la cada de Palmira y la muerte de Zenobia. Tal lectura es, obviamente, el resultado de la realidad histrica en la que las tribus rabes confederadas de Tan desempearan una labor importante como aliados de las tropas romanas de Aureliano. Bowersock describi la situacin perfectamente al sealar que la destruccin de Palmira se debi, sin duda, a la intervencin de las legiones de Aureliano, si bien la tradicin rabe seala a Amr b. Ad como el que acab con Zenobia y su reino para vengar la muerte de amah a manos de Zenobia, lo que sirvi a Bowersock para plantear que la cada de Palmira hubo de ser el resultado de una potente coalicin de las fuerzas romanas y lames.98

    El hecho de que el desarrollo de la Historia acabase tejiendo una estructura en la que los dos actores principales (Zenobia/amah) se erigieron en figuras opuestas no slo en la representacin individual de ambos actantes dentro de la trama del texto, sino ante todo como representantes mximos de dos poderes cuyos intereses estaban enfrentados: el del reino de Palmira y el de la confederacin de los Tan con rey en al-ra.99 La lectura es ms obvia todava: Zenobia y su reino de Palmira al romper con Roma no slo se converta en un manifiesto enemigo de Roma, sino en un potencial aliado de los persas, de los que antao ya huyeran los Tan emigrando del rea que habitaban cuando los sasnidas llegaron al poder, con el fin de escapar del dominio del poder que la nueva dinasta persa aparecida en escena ejerci en esta rea oriental norarbiga.

    En este marco histrico de conexiones y alianzas polticas y comerciales,100 nos parece evidente que la Historia no se limita a ofrecer meramente un retrato de Zenobia como una reina falta de honor que perdi la vida a manos de Amr b. Ad mientras que las tropas de ste destruan y hacan caer la ciudad de Palmira. sta, por el contrario, es la explicacin figurada de un hecho histrico con la que se pretende enfatizar un rasgo que la historia no rabe no reconoci suficientemente. Adems, junto a esto, la visin demonizadora de Zenobia es el resultado de la imagen que de la reina palmirena elabor la tradicin norarbiga. La explicacin es obvia y no precisa de muchas explicaciones, pues difcilmente poda darse otra visin de Zenobia y de su reino cuando stos eran los dos grandes enemigos de la confederacin norarbiga, que es el medio cultural en el que sin duda alguna se gener la versin oral de la Historia, que posteriormente se desarroll y fue puesta por escrito llegndonos por medio de las versiones que han sobrevivido.

    _____________

    98 BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 136-137. 99 BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 131. 100 BOWERSOCK, G. W. Roman Arabia, 123-132.