La carcajada del gato

Eran los primeros días de aquellas vacaciones de verano, el tiempo libre se había convertido en tedio, y aquellos tres amigos no encontraban la forma de matar las horas que con tanta dificultad pasaban.

Luis, Armando y Raúl, llevaban ya casi siete años de conocerse ya que habían sido compañeros en colegio desde el cuarto grado de primaria, y desde entonces se habían convertido en un trio inseparable siempre dispuestos ha ser cómplices en todo tipo de juegos y travesuras infantiles, su memoria estaba llena de recuerdos gratos y felices del tiempo que se habían conocido, podían contarte mil y un anécdotas que reafirmaban los lazos de amistad que los unían, ahora se encontraban en las vacaciones previas a entrar al ultimo año de preparatoria que pasarían juntos, sabían que después de es ultimo año escolar seria difícil que volvieran a verse con frecuencia, ya que cada uno de ellos se encontraba interesado en diferentes estudios para su vida profesional, Luis por ejemplo estaba muy entusiasmado con el mundo de el arte por lo había decidido ir a la capital del país a estudiar en una de las escuelas mas antiguas y reconocidas de pintura y grabado, Armando por su parte tenia la ilusión de pasar el examen que lo colocaría en una prestigiosa escuela de medicina ubicada al sureste del país, mientras Raúl realizaría el examen de contabilidad en la universidad publica de su estado, los tiempos libres y vacaciones de los tres no coincidirían, salvo contadas fechas en las cuales de forma obvia preferirían estar al lado de su familia, por lo que habían decidido pasar el mayor tiempo de aquel verano juntos, solo que el problema con el que se encontraban era la falta de lugares que visitar en su ciudad ya que por el hecho de ser originarios de esta, no les pareció atractivo el visitar ninguno de los lugares turísticos que se ofrecían en los trípticos a los visitantes, y aunado a esto la falta de dinero era un factor que no ayudaba a los tres amigo. Los campos deportivos de su ciudad se encontraban atiborrados de niños y jóvenes que pretendían ocupar una cancha todos al mismo tiempo cada uno jugando juegos distintos con diversos balones y pelotas.

Fue entonces cuando Raúl propuso el ir de fin de semana a la casa de campo de sus padres a las afueras del estado vecino, es cierto que la casa se encontraba un poco deteriorada por el paso del tiempo y la soledad en la que se había sumido, ya que desde hacia mucho tiempo nadie iba a la casa, incluso el mismo casi ni la recordaba ya que en su infancia solamente había estado hay un par de veces y por pocas horas, nunca había pasado un día entero en

aquella propiedad y hasta donde el sabia en mucho tiempo nadie lo había hecho tampoco.

Ante la propuesta de Raúl, Luis y Armando se entusiasmaron en demasía, ya que veían en esta oportunidad un buen tiempo para estar juntos y poder revivir anécdotas de su infancia, y ya que la casa se encontraba alejada de la urbe la tranquilidad del campo les sentaría perfectamente a los tres.

Fue así como el viernes a las nueve de la mañana los tres se dispusieron a ponerse en camino hacia la casa de campo en el carro que Luis había pedido prestado a su padre, habían comprado los suficientes víveres necesarios para su estancia, los cuales consistían mayoritariamente en refrescos y papas fritas en bolsa, ya que en la casa no había instalación de gas ni luz eléctrica. Raúl se había asegurado de llevar entre sus cosas una baraja española para poder jugar por las noches ala luz de las velas.

Llegaron a la casa al medio día, esta se encontraba situada en medio del bosque sin bardear, la construcción imponía ya que era una caserón grande y antiguo de dos pisos hecho de madera, los tres amigos se apresuraron a sacar sus cosas del interior del coche, al entrar en la casa no se podía negar que esta transmitía un toque siniestro los pisos y las paredes crujían el silencio invadía el espacio, de pronto el ambiente se lleno de un olor fétido y nauseabundo se podía respirar la putrefacción en el aire, los tres amigos no pudieron ocultar el asco que les trasmitía lo que estaban oliendo. Raúl dijo que probablemente algún animal había entrado en la casa y al quedar atrapado dentro de ella había muerto y como resultado de su muerte ese olor hediondo llenaba el ambiente, así que propuso buscar al desafortunado animal para meterlo una bolsa y sacarlo del caserón antes de que el ambiente siguiera impregnados de aquel aroma tan repugnante. La búsqueda de el animal muerto comenzó sin mucho éxito, hasta que alguno de los tres propuso que el olor no estaba en la planta baja de la casa, si no que el olor venia desde el segundo piso, los amigos subieron a rastrear el olor y en efecto, en la parte de arriba el olor era tan repulsivo que apenas podían aguantar las ganas de vomitar, siguieron el rastro hasta una de las recamas donde el olor se volvía aún mas insoportable, la recamara se encontraba llena de muebles viejos que harían mas difícil la búsqueda ya que tendrían que moverlos todos para poder encontrar la fuente del desagradable olor, los tres siguieron en su búsqueda y fue entonces cuando Armando reviso bajo una cama, gritando indico a sus dos amigos su hallazgo, hay debajo de la cama se encontraba un bulto negro, los tres amigos se dieron prisa y movieron la pesada

cama, fue entonces cuando pudieron ver con claridad aquel bulto negro que revelaba la figura de un gato sin vida, el animal tenia un aspecto espantoso su pelo de un negro intenso se pegaba con fuerza a su cuerpo esquelético, una nebulosa de baba verde y espumosa salía del hocico del animal, pero lo que mas repulsión causaba en aquella figura era la falta de ojos de aquel gato ya que en su rostro solo se encontraban dos heridas profundas con rastros de sangre seca, todo esto se volvió más extraño cuando los amigos se dieron cuenta que el gato se encontraba rodeado por un circulo perfectamente trazado en el piso con un gis de color rojo dentro del que había también una estrella con cinco esquinas pintada del mismo color, el pánico comenzó a invadir a los tres jóvenes los cuales fingieron mantener la calma y hasta hacer alguna broma de aquella situación en la que se encontraban, sin embargo la realidad era que el pánico se había apoderado ellos.

Raúl propuso que alguien bajara por un costal y una pala al cobertizo para poder tirar al espantoso gato de una vez por todas, Luis bajo de prisa por la pala y el costal, en realidad el no solía ser muy acomedido pero la escusa era magnifica para salir de aquel cuarto lleno de ese olor nauseabundo, un momento después llego con las cosas para retirar el cuerpo del gato, Luis le dio la pala a Raúl para que fuera el quien tirara el cuerpo, Raúl se dispuso a hacerlo y pidió a Luis que abriera el costal para poder depositar el cuerpo, cuando la pala toco el cuerpo del gato este con una gran velocidad y agilidad propia de esta especie se puso de pie en modo de ataque su pelo negro se erizo con horror ante la mirada incrédula de los tres jóvenes un maullido siniestro y tenebroso salió de las entrañas del animal el sonio retumbo por toda la casa los tres amigos se encontraban horrorizados y no podían crear lo que sus ojos veían, el gato corrió de prisa y salto por la única ventana que se encontraba en aquella habitación huyendo de prisa.

Los amigos sin intercambiar palabra alguna bajaron las escaleras de madera aun con la sensación de horror en ellos, Raúl propuso regresar a la ciudad Luis apoyo la moción, sin embargo Armando les pidió que reflexionarán un momento y que no se dejaran llevar por sus emociones, rogándoles que aquel acontecimiento no echara a perder su plan de fin de semana. Raúl y Luis aceptaron aunque en realidad el miedo se había apoderado de ellos.

La noche comenzó a caer los amigos encendieron algunas velas Raúl recordó la baraja que había guardado entre sus cosas, los tres amigos comenzaron a jugar, la platica cada vez se tornaba más amena entre los tres y el juego se

volvía interesante divertido, casi habían olvidado el percance ocurrido a su llegada, cuando de pronto Raúl acuso a Armando de ganar en el juego debido a que estaba haciendo trampa, a lo que Armando respondió con un certero puñetazo en la cara de su amigo en un momento los tres se encontraban peleando a puño libre sin control alguno, hasta que de pronto Raúl grito -¡basta! ¿qué nos esta pasando? – Los tres tenían un aspecto horrible a Luis le sangraba la nariz y Armando tenia el labio roto – no puedo creerlo ¿qué es esto? - comento Armando confundido, A lo que Luis respondió, -no lo se de pronto entro en mi una furia incontrolable tenia ganas de matarlos a los dos, - yo igual pero no solo eso, oh a caso nadie escucho la voz, -añadió Raúl – ¿Cual voz? –pregunto Armando aun más confundido –escuche una voz en mi cabeza que me ordenaba que los asesinara confirmó Raúl, - saben algo aquí no esta bien será mejor que nos vayamos de aquí lo más pronto posible –propuso Armando. -los tres se dispusieron a tomar sus cosas de la manera más rápida salieron de la casa y subieron al coche lo encendieron y estaban listos para irse pero el carro no andaba, no podían creerlo aparentemente todo estaba funcionando bien, no había falla aparente sin embargo el carro no se movía, Armando y Raúl le rogaban a Luis que dejara de jugar empero todo esto no era una broma de verdad el carro no andaba, el temor se apoderaba más y más de ellos no podían explicarse aquellas cosas tan extrañas que estaban ocurriendo.

Los tres aparentaron mantener la calma una vez más aun que lo quebrado de sus voces y el temblor de sus manos ya no podía ocultarse, resolvieron pasar la noche en la casa ya que no tenían ninguna otra alternativa solo se limitarían a dormir y al día siguiente a primera hora irían a pie en busca de un mecánico que les pudiera ayudar con aquella anomalía tan peculiar de su vehículo.

Con mucho miedo volvieron a entrar en la casa se prepararon para dormir, el cansancio los venció y en un momento los tres se encontraban completamente dormidos.

Armando escucho un sollozo acompañado por un llanto ahogado se incorporo lo más rápido que pudo y entre la obscuridad pudo ver la silueta de Raúl quien se encontraba sentado abrazando sus piernas mientras lloraba amargamente, Armando prendió la luz de su reloj de pulso eran las 2:20 AM solo tenia tres horas que se habían quedado dormidos, aún faltaban unas cinco horas para que amaneciera, Armando le pregunto a Raúl que era lo que pasaba Raúl aún con lagrimas en los ojos le dijo -no puedo dejar de escuchar la voz en mi cabeza, una voz horrible que retumba dentro de mi y me dice que ya viene por nosotros, -Raúl no había terminado de

completar la frase cuando un violento golpe en la puerta del cuarto los hizo estremecerse del miedo, seguido del primer golpe vinieron muchos más acompañados por una demoniaca voz que les exigía le abrieran la puerta del cuarto, el terror y la angustia no podían ser más grandes los tres amigos se encontraban llorando sin poder explicar que era lo que estaba pasando, Raúl se dirigió a la puerta Luis y armando corrieron a detenerlo para que no abriera el les pedía que abrieran y que si no todo iba a ser peor. Los golpes en la puerta cesaron y el silencio se volvió a ponderar del ambiente, ya no podían fingir más, el pánico los estaba destrozando, de pronto volvieron a tocar la puerta de la habitación solo que esta vez fue un golpe moderado seguido de la voz de una mujer –Raúl soy yo, ya viene por ti hijo vámonos –dijo la voz del otro lado de la puerta – Es mi mamá escucharon ya vino por mi me vino a salvar –exclamo Raúl –era cierto que la voz se escuchaba igual a la de la mamá de Raúl, Armando y Luis conocían esa voz perfectamente sin embargo era evidente que esa no era la madre de Raúl, Raúl corrió a abrir la puerta pero sus amigo se lo impidieron –esa no es tu madre Raúl, no puede ser ella –grito Armando –déjenme abrir -ordeno Raúl – los dos muchachos lo tomaron del cuerpo imposibilitando que siquiera se acercara a la puerta, Raúl lloraba y los maldecía soltaba patadas y puñetazos en todas las direcciones sin embargo Luis y Armando estaban dispuesto a no dejarlo abrir la puerta a si se les fuera la vida en ello.

El sol comenzó a clarear los tres salieron del cuarto llenos de miedo bajaron aprisa las escaleras y salieron de la casa dispuestos a no volver a entrar jamás. Antes de comenzar la caminata para ir en busca de un mecánico decidieron revisar ellos mismos el carro con la luz que les ofrecía la mañana prendieron el carro y la sorpresa fue que el carro andaba perfectamente bien, ya no mostraba el comportamiento extraño de la noche anterior, los tres se encontraban arriba del carro y estaban listos para irse cuando de pronto Raúl pidió que pararan el auto, les pidió que lo esperaran que debía regresar a la casa por algo que había olvidado, Armando y Luis no podían creer que Raúl quisiera entrar nuevamente a la casa intentaron disuadirlo de la idea, pero Raúl dijo que solo seria un momento no tardaría y no tendrían que ir con el solamente les pedía que lo esperaran, el joven bajo del carro, entro en la casa, los minutos comenzaron a correr, pasaron cinco, diez, quince minutos y Raúl no regresaba, Armando y Luis comenzaron a gritarle desde afuera pero era inútil Raúl no respondía, después de media hora los dos amigos decidieron entrar en búsqueda de Raúl. Comenzaron a buscarlo en el interior de la casa gritaban su nombre una y otra vez

pero no había respuesta, buscaron en las habitaciones de la casa pero fue en vano, fue entonces cuando Luis abrió la puerta del baño que se encontraba en la planta baja y fue hay donde encontraron a Raúl, quien se encontraba colgado de la regadera del baño, su pantalón había servido de soga un extremo estaba atado a su cuello mientras el otro se afianzaba a la regadera, Armando y Luis no podían creer lo que veían su amigo de la infancia se encontraba sin vida colgado de la regadera, de pronto escucharon una carcajada espantosa que rompió el silencio los dos amigos voltearon la cabeza al unísono para ver quien era el que reía, el rostro se les desencajo cuando vieron que el que reía no era otro que aquel gato espantoso y horrido con la piel pegada al cuerpo esquelético y sin ojos.