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ARCHIVOS Y DOCUMENTOS LA CASA DE ESPAÑA EN MÉXICO (1938-2003) A propósito del 65 aniversario de La Casa de España en Mé- xico (1938-2003), convertida años después en El Colegio de México, publicamos un conjunto de siete cartas que abar- can desde noviembre de 1936 hasta marzo de 1938. Ellas son un testimonio de las negociaciones de diversos intelec- tuales mexicanos encabezados por Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas. Dirigidas a instancias así gubernamentales de México como intelectuales en el extranjero, las cartas buscan y proponen una primera lista de intelectuales espa- ñoles víctimas ya de la guerra civil en su país, para venir a ejercer sus profesiones en tierras mexicanas. Los documentos proceden de tres repositorios: el Archi- vo Histórico de El Colegio de México, el del Centro de Es- tudios de Historia de México Condumex y el de la Capilla Alfonsina y fueron presentados a la Redacción de Historia Mexicana por Alberto Enríquez Perea, encargado del pri- mero de esos archivos. La transcripción estuvo a cargo de Graciela San Juan Bernal. Los editores HMex, un: 4, 2004 989

LA CASA DE ESPAÑA EN MÉXICO (1938-2003)aleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/29046/1/53-212...LA CASA DE ESPAÑA E N MÉXICO (1938-2003) 993 Lisboa, enero 22 de 1937. Señor don

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ARCHIVOS Y DOCUMENTOS

LA CASA DE ESPAÑA EN MÉXICO (1938-2003)

A propósito del 65 aniversario de La Casa de España en Mé­xico (1938-2003), convertida años después en El Colegio de México, publicamos u n conjunto de siete cartas que abar­can desde noviembre de 1936 hasta marzo de 1938. Ellas son u n testimonio de las negociaciones de diversos intelec­tuales mexicanos encabezados por Alfonso Reyes y Danie l Cosío Villegas. Dirigidas a instancias así gubernamentales de México como intelectuales en el extranjero, las cartas buscan y p r o p o n e n una pr imera lista de intelectuales espa­ñoles víctimas ya de la guerra civil en su país, para venir a ejercer sus profesiones en tierras mexicanas.

Los documentos proceden de tres repositorios: el A r c h i ­vo Histórico de E l Colegio de México, el del Centro de Es­tudios de Histor ia de México Condumex y el de la Capilla Alfonsina y fueron presentados a la Redacción de Historia Mexicana por Alberto Enríquez Perea, encargado del p r i ­mero de esos archivos. La transcripción estuvo a cargo de Graciela San Juan Bernal .

Los editores

HMex, un: 4, 2 0 0 4 989

990 A R C H I V O S Y D O C U M E N T O S

Buenos Aires, 2 de noviembre de 1936.

Señor Licenciado D o n Luis I . Rodríguez Secretario Particular de l Señor Presidente de la República, Palacio Nacional .

M u y d ist inguido señor Licenciado:

L a naturaleza de l asunto que, p o r el d igno conducto de U d . , deseo presentar al Sr. Presidente de la República, sé que just i f ica­rá a sus ojos la l ibertad que me t o m o al distraer su atención con esta carta.

Pasé en España diez años de m i j u v e n t u d , conviviendo íntima­mente con los intelectuales de izquierda que h a n venido a ser los creadores de la República. D u r a n t e cinco años, compartí c on ellos las labores periodísticas y universitarias, puesto que de ellas vivía yo, y los últimos cinco años tuve la h o n r a de estar al frente de nuestra entonces Legación en M a d r i d . Conozco, pues, lo bas­tante a estos elementos para poder responder de sus puros idea­les políticos; que, en cuanto a su capacidad profesional y técnica, n i s iquiera me corresponde a mí defenderla en los casos en que ella ha merecido ya el consenso de l m u n d o , y son precisamente los casos a que voy a re fer i rme .

L a actual lucha civil en España, desbordada ya fatalmente al terreno de la acción violenta, amilana, como es natural , y deja u n poco sin u t i l i d a d p o r el m o m e n t o , a los hombres de estudio, de Univers idad, de Biblioteca, en suma a los investigadores y maes­tros de la cultura . Así n o es de extrañar que siendo ineptos para la acción armada, y habiéndose suspendido provisionalmente la acción c u l t u r a l , algunos de estos elementos se encuentran en la actual idad en una situación práctica de desterrados buscándo­se trabajosamente la vida en Inglaterra , en Francia, etc., aunque perfectamente identif icados con la política española de izquier­das y con el porvenir de la República española.

Carta de Alfonso Reyes a L u i s I . Rodríguez, 2 de noviembre de 1936, en Archivo Histórico de E l Colegio de México, F o n d o Alfonso Reyes, c. 3, carp. 38, Correspondencia .

L A C A S A D E E S P A Ñ A E N M É X I C O (1938-2003) 991

Tales son: d o n José Castillejo, gran pedagogo y organizador de las varías Instituciones independientes que surgieron de las mag­nas reformas escolares de d o n Francisco Giner de los Ríos, ese santo laico de la m o d e r n a cu l tura española; d o n Luis Zulueta, cuya alta personalidad intelectual y política al servicio de la Repú­bl ica me exime de toda ponderación; d o n M a n u e l G. Morente , fi­lósofo y catedrático de alto fuste, organizador de las actuales Facultades humanísticas de España y considerado como el me jor profesor español e n esas disciplinas; e l Sr. Z u b i r i , sacerdote que renunció a los hábitos y se casó, considerado como la estructura filosófica más fuerte de las nuevas generaciones; d o n Américo Castro, humanista y filólogo de fama m u n d i a l ya conocido en México , donde ha desempeñado cátedras, habiendo dedicado a sus amigos y discípulos mexicanos a lguna de sus importantes obras. T a l vez olvido algunos otros, de igual categoría que los anteriores. E l glorioso José Ortega y Gasset se encuentra suma­mente enfermo y pobre en Grenoble . E l gran histólogo, sucesor de la tradición de Ramón y Cajal, Sr. Río Hortega, acaba de ser contratado p o r la Facultad de M o n t r e a l .

Estos sabios eminentes se encuentran en condiciones de lucha y penur ia , en ambientes donde sus capacidades no encuentran campo prop i c i o y n a t u r a l , y su mayor tragedia es sentirse m o ­mentáneamente ineficaces para España.

Lanzado México a u n a gran labor de reconstrucción que reco­noce por base la educación y la cu l tura encaminadas al b i en de l pueblo , se me ocurre pensar que tal vez sería grato a nuestro Go­b i e r n o aprovechar esta ocasión única para verter sobre nuestro País los beneficios de la sabiduría, la ciencia, las altas virtudes de estos españoles eminentes, haciendo de paso a la República el más noble de los halagos y b r i n d a n d o u n refugio a los que maña­n a volverán a su solar después de haber creado los mejores víncu­los con nuestra t ierra y prestado a nuestro pueblo los mejores servicios. Sus luces y su exper iencia serían inapreciables para nuestras escuelas de acción, nuestros Institutos populares y nues­tros Institutos de investigación.

La realización práctica de este proyecto no parece difícil, porque e n las actuales condiciones esos hombres aceptarían contratos relativamente modestos. E l contacto con ellos puede fácilmente establecerse a través de d o n Américo Castro, que en estos m o ­mentos se encuentra dando u n curso en Buenos Aires y que acu­diría a u n l lamado de nuestra Secretaría de Educación o nuestra Universidad.

992 A R C H I V O S Y D O C U M E N T O S

Tratándose d e a s u n t o t a n t r a s c e n d e n t a l , m i d e b e r más e l e ­m e n t a l m e obl iga a c o m u n i c a r a U d . , d e u n m o d o c o n f i d e n c i a l y c a b a l l e r o s o , q u e e l D r . C a s t r o h a sal ido d e España a l a r m a d o p o r e n c o n t r a r s e a n t e s u p r i m e r a revolución v i o l e n t a , p a r a l a c u a l s u ánimo n o estaba p r e p a r a d o . E s t a c i r c u n s t a n c i a n o resta n a d a a l a p u r e z a d e sus c o n v i c c i o n e s políticas d e i z q u i e r d a , d e m o s t r a d a s e n t o d a s u v i d a , y q u e p r e c i s a m e n t e encontrarán a h o r a u n a m ­b i e n t e simpático y s u m e j o r aplicación e n e l t e r r e n o m e x i c a n o .

E n caso d e q u e e l señor P r e s i d e n t e Cárdenas c o n s i d e r e a c e p ­table esta sugestión p e r s o n a l , m u c h o agradeceré a U d . se s irva decírmelo p o r l a vía aérea, p u e s b i e n sabe U d . q u e doy este p a s o n o e n carácter of ic ia l , s i n o c o m o m e x i c a n o a m i g o d e l a España r e p u b l i c a n a y d e los i n t e l e c t u a l e s q u e l a f o r m a r o n , y p r e o c u p a d o s i e m p r e p o r l a educación d e n u e s t r o p u e b l o .

D a n d o a U d . las grac ias p o r l a atención q u e c o n c e d a a esta c a r t a , q u e d o s u a t e n t o y s e g u r o s e r v i d o r q u e m u y d e veras l o a p r e c i a ,

A l f o n s o R e y e s

L A C A S A D E E S P A Ñ A E N M É X I C O (1938-2003) 993

Lisboa, enero 22 de 1937.

Señor d o n Luis Montes de Oca. Banco de México México , D.F.

Q u e r i d o señor Montes de Oca:

Su cable y su carta los recibí: el p r i m e r o no dejó de causarme alguna sorpresa y cierto t emor de que se tratara, en efecto, de al ­guna inocentada, no m u c h o por la fecha, cuanto por la extraña firma con que venían amparado: "Moca"; la segunda la he rec ibi ­d o sólo hace unos cuatro días.

Antes que nada qu iero agradecerle a usted la eficacia con que se ocupó de este asunto que, puede usted creerlo, vale la pena el t i empo y el esfuerzo de cualquiera, así es de auténticamente ge­nerosa. Y me alegra comprobar lo que siempre he creído: que el Presidente no falla en generosidad y comprensión cuando a l ­g u i e n le plantea b ien las cosas.

Por ahora sólo le escribo para acusarle recibo de su carta y agradecerla; para rogarle también que no desmaye y que si se presenta algún obstáculo, trate usted de vencerlo; por último, para in formar le que desde luego le escribí al Director del Ins t i tu ­t o de Cooperación Inte lectual de París, que se está ocupando de esta obra, pidiéndole u n a lista completa de las personas que es­tén en crisis y que qu ieran i r a trabajar en condiciones modestas a México. Claro que la información que he pedido comprenderá todo : antecedentes personales y familiares, antecedentes acadé­micos y condiciones de t i empo y d inero en que quisieran i r . T a m ­bién le he escrito a Londres a d o n José Castillejo, viejo amigo mío y Secretario p o r muchos años de la J u n t a para Ampliación de Es­tudios , que se ocupa e n Ing laterra de la misma obra. E n cuanto rec iba las informaciones pedidas, creo que estaré en condiciones de sugerir u n p l a n y de presentar u n a lista de candidatos a u n a

C a r t a de Daniel Cosío Villegas a Luis Montes de O c a , 22 de enero de 1937, en Centro de Estudios de Historia de México, C O N D U M E X , F o n ­d o C M L X X V : Luis Montes de Oca, c. 301 /493 , doc. 27756.

994 A R C H I V O S Y D O C U M E N T O S

primera ayuda, pues hay otros muchos, entre ellos algunos magní­ficos, que h a n quer ido resistir hasta el último m o m e n t o : Menén-dez Pidal , Zulueta, Bergamín, p o r e jemplo. (Américo Castro está ya empleado en Buenos Aires ) . De su pregunta de la Univers idad ¿qué cree usted que la pobre pueda hacer?

E n cuanto al r u m b o de las cosas, es muy difícil decir nada; pero , grosso m o d o , puede decirse que n i n g u n a solución será la que convenga y quiera España. E n todo caso, son ya muchos los desajustes y las tragedias y aparte de u n a política gubernamenta l , habrá siempre lugar a u n a obra de cruz roja, - a m i me interesa la intelectual .

C o n el afecto de siempre y la esperanza de poder le escribir b i en p r o n t o , suyo amigo y devoto servidor.

Dan ie l Cosío Villegas

L A C A S A D E E S P A Ñ A E N M E X I C O (1938-2003) 995

[ M E M B R E T E D E L D E P A R T A M E N T O D E A R T E D E L A U N I V E R S I D A D D E C H I C A G O ]

384 Centrai Park West Nueva York. 16 feb. 1937

S. D. G. Estrada México City [sic]

Q d o D . Genaro:

Yo también he pensado m u c h o en U d . Le escribí hace meses y se me devolvió la carta -acaso las señas n o iban b i e n - ¡Qué suerte que esta catástrofe n o le haya encontrado a U d . en España!.

Concretando: yo daba en Chicago todos los años u n curso de 3 meses porque Summa artis me obligaba a viajar. Este año t e r m i ­né m i curso a pr imeros de enero y me vine aquí donde tenemos u n pied-à-terre para, organizar el Quaker-Rel ief socorro para los re­fugiados de M a d r i d en Valencia. E n esto estoy trabajando y ahora pienso ver de const i tuir una comisión para centralizar los esfuer­zos que se están haciendo aquí y en Europa para dar colocación a los que h a n escapado y tendrán que escapar de España. Para m i es inevitable que Franco se impondrá con u n régimen autoritario reaccionario : quema de l ibros, dest ierro, ejecuciones etc. A m i n o creo que esto me per jud ique p o r q u e yo co inc ido con Franco en od iar a los que nos h a n traído esto, los que malbarataron 2 ge­neraciones de esperanzas en 5 años de república constitucional - p a r l a m e n t a r i a - a l o siglo X I X . De todos modos daría m i vida pa­ra que ganara el pueb lo - l a m o r r a l l a - los de abajo, pero si tengo que ver a Azaña entrar en M a d r i d en u n coche t r i u n f a l tirado por dudas pre f i e ro Franco.

Vo lv i endo a nuestro asunto: Onís me d i jo que la Mistral le ha­bía escrito desde Lisboa que Cárdenas había ofrecido aceptar 10 profesores españoles con u n sueldo de 1000 pesos al mes. ¿Será esto u n sueño de la Mistral? Se l o d igo a U d . en confidencia, pero

Carta de José Pijoan a Genaro Estrada, 16 de febrero de 1937, en Archi ­vo Histórico de E l Colegio de México, Archivo Incorporado "Genaro E s ­trada" , c. 1, carp. 13, Correspondencia .

996 A R C H I V O S Y D O C U M E N T O S

desearía q u e m e p r e c i s a r a lo q u e U d s . p u e d e n a b s o r b e r d e inte ­l e c t u a l i d a d española. U n p r o f e s o r d e lógica d e l a U n i v e r s i d a d d e B a r c e l o n a Joaquín X i r a u P a l a u , e d u c a d o e n O x f o r d , m u y l i b e r a l y fino tendría q u e e s c a p a r si g a n a F r a n c o . O t r o s así h a y p o r L o n ­d r e s y París.

N a t u r a l m e n t e q u e q u e r i e n d o yo a México y a l a América L a t i ­n a tanto o más q u e a España, desearía q u e esta d i a s p o r a f u e r a so­b r e t o d o p a r a b e n e f i c i o d e U d s . N o vaya a o c u r r i r lo q u e o c u r r e c o n los e s c a p a d o s a l e m a n e s q u e m u c h o s n o t i e n e n o t r o mérito q u e e l d e ser judíos y les h a v e n i d o m u y b i e n l a dispersión. S i n e l la , n u n c a habrían m e d r a d o e n A l e m a n i a . Además U d s . t i e n e n q u e evitar 2 t ipos, los y a t a n c a r a c t e r i z a d o s e i n d e f o r m a b l e s q u e se tomarían a México c o m o o t r a c a l a m i d a d , u n a déchéance q u e tie­n e n q u e a c e p t a r c o m o u n a j u g a r r e t a q u e les h a h e c h o e l d e s t i n o , y se encontrarían s i e m p r e m a l e n c o n t r a n d o m a l o e l p u l q u e , las torti l las , los s o m b r e r o s , e l i n d i o etc . y los i n a p r o v e c h a b l e s p o r q u e n o tienen n a d a q u e d a r . E s t o s últimos serán legión. N o q u i e r o se­ñalar a n a d i e , p e r o los t i e n e n y a e n t r e los e m i g r a d o s españoles e n México. S i se d e b e a v a n z a r esta dispersión española p u e d e h a c e r m u c h o b i e n a América ¿Quiere U d . c o l a b o r a r c o n nosotros? Noso­tros, será C a s t i l l e j o d e s d e L o n d r e s , Marañón e n París, O n i s y yo d e s d e aquí c o n María d e M a e z t u q u e l lega p a r a B a r n a r d C o l l e g e . A c a s o S a n i n C a n o , Chacón C a l v o , e l d o c t o r A v e l i n o Gutiérrez etc .

P o r fin m i i d a a esa . M e escribió O r o z c o y e l S r . González Porto q u e t r a b a j a b a n p a r a q u e m e i n v i t a r a n . Y o h e d e s e a d o s i e m p r e i r a México . H u b i e r a p r e f e r i d o i r c u a n d o los m e x i c a n o s están solos p e r o d u d o se p u e d a a r r e g l a r antes d e l a sesión d e v e r a n o y e n otoño h e d e i r a C h i c a g o . Después si las cosas se a r r e g l a n algo iré a España, a c a s o a m o r i r .

M e ofreció p u e s a estos tres p a r a i r e n estas c o n d i c i o n e s : b i l le ­tes d e s d e l a f r o n t e r a a México i d a y v u e l t a p a r a m i m u j e r y yo . S i e m p r e v a m o s j u n t o s .

1000 dólares p a r a e l viaje h a s t a l a f r o n t e r a y n u e s t r a estan­c i a allí.

D a r u n c u r s o d e Experiencias artísticas del pueblo español 18 c o n ­ferencias monográficas e n seis s e m a n a s d e 1 l/% o dos h o r a s (3 p o r s e m a n a ) y d o s h o r a s d e entrevistas c o n a l u m n o s p o r s e m a n a . V e a U d . l o q u e hay. Y escríbame s o b r e todo esto q u e se lo agradecerá m u c h o s u afectísimo

José P i j o a i i

L A C A S A D E ESPAÑA E N M É X I C O (1938-2003) 997

México, D . F. 10 de j u n i o de 1937.

Sr. Lic . D o n Danie l Cosío Villegas, París, Francia.

Estimado Licenciado:

Correspondo a sus dos cartas 7 y 28 de mayo último, a las cua­les d i anter iormente respuesta por med io de mis cables de los días 31 de l mes pasado y 4 del actual.

C o m o fácilmente podrá usted apreciar p o r m i mensaje de l 31 de mayo, para esa fecha no había rec ibido aún su última carta mencionada. Por lo mismo, en la lista de las personas que le rue­go ver se inv i ten para venir a México en la f o r m a que usted me propone , esto es: a trabajar u n año con pos ib i l idad de renova­ción de contrato , no está inc lu ido Recaséns Siches, que le suplico agregar a la relación de m i expresado mensaje, la cual para con­firmación le acompaño en u n anexo.

Apreciará usted que incluímos, p o r sugestión de Estrada, a J u a n de la Enc ina y a Navarro Tomás; ent iendo que de la Encina está en Valencia; de Navarro Tomás n o sé d ó n d e se encuentre. También me h a n sugerido, y le encarezco estudiar la convenien­cia de i n v i t a r a Gonzalo Lafora , ps iquiatra , a M a n u e l García M o r e n te, profesor de Filosofía, y al doc tor Paul ino Suárez, bacte­riólogo, que según parece reside en París con domic i l i o en la Casa de España.

Ya se imaginará usted las dificultades de carácter material y a u n llamaría yo de decoro con que vamos a tropezar para que estos intelectuales puedan trabajar en f o r m a realmente prove­chosa para México . Desde luego lo más conveniente sería la U n i ­versidad; pero es tan poco seria la conducta que ahí siguen, que ha estado y está en pel igro el viaje de Menéndez Pidal , por causa de u n a carta que d i cho Inst i tuto , indiscreta y torpemente , le en­vió con mot ivo de su viaje a nuestro país. Nos queda la posibi l i ­d a d de crear algún organismo de ampliación de estudios para

Carta de L u i s Montes de O c a a Daniel Cosío Villegas, 10 de j u n i o de 1937, e n Centro de Estudios de Historia de México, C O N D U M E X , Fon­do C M L X X V : Luis Montes de Oca, carp. 319 /493 , doc. 29498.

998 A R C H I V O S Y D O C U M E N T O S

que e n él desarrollen sus trabajos estos eminentes profesores, y nos ocupamos ahora mismo de lograrlo , ya que considero que n o vendrán antes de dos meses.

Por o t ro lado, se ha conseguido acepten la invitación Menén-dez Pidal , (pendiente) así como Juan Ramón Jiménez y Pedro Sa­linas y, pos ib lemente , Gómez de la Serna, además los que ya están aquí: M o r e n o V i l l a y Pijoan; el p r i m e r o de estos últimos ha rec ibido instrucciones de regresar a España, pero buscamos la f o r m a de que se quede u n poco de tiempo entre nosotros, aun­que existe la d i f i c u l t a d de que n o enseña y l o que deseamos es precisamente que esas personas vengan a i m p a r t i r sus conoci­mientos. Sin embargo, este p u n t o l o podremos dejar resuelto satisfactoriamente.

H e considerado de mucha importanc ia que usted permanezca en París mientras se acaban de formalizar estas invitaciones, pues como le dije en m i mensaje fecha 4 del que cursa, hemos creído más expedito no usar de nuestras misiones allá, p o r la necesidad que habría de enterarlas p o r correspondencia de todo el p lan , y ya sabe usted cuan difícil es que j u z g u e n el asunto con entendi ­m i e n t o claro en tales circunstancias. A l efecto, creo que a usted no le parecerá m a l que el Banco de México le haya confiado la comisión de f o r m u l a r listas de las obras que para nuestra b ib l i o ­teca hacen falta, de procedencia cont inenta l , toda vez que conta­mos con las anglo-sajonas, según la anter ior relación que usted también preparó. A la vez, la comisión le traerá consigo tomarse la molestia de hacer la adquisición inmediata de los l ibros, para que éstos puedan venir con usted o antes, si es posible.

E n previsión de que su estancia se pro longara más allá de este mes, e l Banco Hipotecar io le ha confiado igualmente una comi ­sión, j u n t o con el I n g . Gonzalo Robles y el L i c . Ricardo J . Zevada, para c o n c u r r i r al Congreso Internac ional de Planeación de habi ­taciones y ciudades que se celebrará durante los días del 5 al 11 de

j u l i o próximo. E n la comisión del Banco de México hemos calcu­lado, p o r concepto de sus honorarios , la suma de $700.00. Usted me dirá si es suficiente o n o en las condiciones actuales. Por lo que se refiere al Hipotecar io , aun n o se fi ja la cant idad para sus gastos, aunque supongo que desde luego será mayor que la nuestra.

As imismo, he quer ido me ind ique usted qué clase de autoriza­ción necesita para que sus gestiones, en el asunto de los profeso­res sean más eficaces, pues puedo conseguir que l o comisione alguna de las autoridades educativas de México . A l efecto le tele­grafié y n o he rec ib ido respuesta.

L A C A S A D E ESPAÑA E N M É X I C O ( 1938-2003) 999

Por otra parte , puede usted descansar en la seguridad de que t o d o este p l a n tiene el apoyo directo de l Presidente y que en to­dos los pasos en que ha sido necesario consultar su opinión lo he h e c h o así. E l ha dispuesto que se dote ampl iamente de una par t i ­d a para los gastos que requerirá el desarrollo de este proyecto, t a n t o en lo que ve a los sueldos, gastos de transportes de los pro ­fesores, etc., como a lo que se refiere a sus trabajos en México. E l p u n t o de bibl ioteca, laboratorios, etc., a que usted hace mención e n su carta de 28 de mayo, lo habíamos tomado en cuenta y que­d a inc lu ido en la part ida que el Presidente ha aprobado ya en ge­n e r a l , la cual falta sólo de afinar en detalles personalmente con el L i c . Suárez, q u i e n también está enterado de estos planes.

Inmediatamente que las cosas estén más adelantadas, enviare­mos el d inero para que se impres ionen y estén seguros los pro ­fesores de que el trato que hacemos con ellos es f o r m a l . Sólo q u e d o en espera de noticias más seguras de usted, u n a vez que tenga la personal idad para tratar con estos señores y que el Go­b i e r n o de Valencia haya contestado las gestiones que hemos i n i ­c iado ante su Embajada en esta c iudad.

M e rep i to de usted amigo afectísimo.

Luis Montes de Oca

1000 A R C H I V O S Y D O C U M E N T O S

MEMORANDUM para el señor Profr. D o n Luis Chávez Orozco, Sub-Secretario de Educación Pública.

E n el mes de dic iembre de 1936 se i n i c i a r o n gestiones con el objeto de invitar a varios hombres de ciencias y de letras españo­les, para que enseñaran en México sus respectivas especialidades. D i cha invitación comprendía el pago de honorar ios y el de pasa­jes de ida y vuelta.

L a lista tentativa que se ha preparado de personas que se han considerado apropiadas para el caso, es la siguiente:

Dámaso Alonso. Letras (f i lólogo). Casa de Cul tura , Valencia.

José Fernández Montesinos. Letras. Casa de Cul tura , Valencia.

C laudio Sánchez Albornoz . Histor ia . Université de Bordeaux, Ins t i tu t

d'Etudes Hispaniques, Bordeaux, Francia.

A n t o n i o García Banus. Ciencias químicas. Collège d'Espagne,

5, Boulevard J o u r d a n , París ( X I V ) .

Teófi lo H e r n a n d o . Medic ina .

2, Rue d 'Aubigny, París ( X V I I I ) .

Pío d e l Río Hortega. M e d i c i n a (histólogo).

Memorándum para el señor professor. . . , en Centro de Estudios de His­toria de México, C O N D U M E X , F o n d o C M L X X V : Luis Montes de Oca, carp. 319 /493 , doc. 29498.

L A C A S A D E E S P A Ñ A E N M É X I C O (1938-2003) 1 0 0 1

Juan de la Encina. Li terato .

Navarro Tomás. Filólogo.

Terradas Matemático.

Luis Recaséns Siches. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.

(En México) H o t e l O n t a r i o .

Gonzalo Lafora . Psiquiatra.

Paulino Suárez. Bacteriólogo. Casa de España, París.

Manue l García M o r e n t e . Filosofía.

Ramón Menéndez Pidal . Letras (filólogo e histor iador m u y eminente ) .

Con fecha 18 de j u n i o último se h i c i e ron gestiones directas con Valencia, a través de l Encargado de Negocios de la Embajada de España en México , a fin de que el Gob ierno Español d iera su consent imiento para la separación tempora l de las expresadas personas de los departamentos oficiales a que actualmente per­tenecen.

E l mencionado Gob ierno Español, como resultado de las ges­t iones anter iores , contestó que únicamente podría autor izar e l traslado a México de los señores Dámaso Alonso, Fernández Montesinos y Sánchez A lbornoz . Con relación a los demás seño­res, no era posible porque algunos de ellos estaban fuera de España y los otros prestaban servicios que les impedían ausentarse.

Se halla en Valencia e l L i c . Danie l Cosío Villegas, p o r conduc­to de qu ien el suscrito ha venido haciendo las gestiones re lat i ­vas; pero necesita estar revestido de personalidad suficiente para

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tratar este asunto, tanto con el Gob ierno Español como con los intelectuales o profesionistas, directamente. A l efecto, sería indis­pensable que la Secretaría de Educación Pública comisionara o f i ­c ialmente al citado Lic . Cosío Villegas, para este propósito, pues la lista de nombres que se ha hecho es variable por la naturaleza misma de las circunstancias, dado que las personas que se han da­do como candidatos, o no pueden venir a nuestro país, o b i e n son invitados, para el mismo objeto que México lo ha hecho, de otros Gobiernos.

[Luis Montes de Oca] Rúbrica

L A C A S A D E E S P A Ñ A E N M É X I C O (1938-2003) 1003

[ M E M B R E T E D E L W E L L E S L E Y C O L L E G E , M A S S A C H U S E T T S ]

28 enero 1938

¡Qué gran cosa es, m i quer ido y recordado Alfonso Reyes, que las deudas epistolares n o se parezcan a las monetarias, en eso de te­ner que pagarlas con interés acumulado! Porque si yo tuviera que abonar a V. todo lo debido en tantos años necesitaría escribir más cartas que el mismísimo siglo XVIII , el siglo más epistoleador de todos, según L o r d Birkenhead . Por f o r tuna no es así, y apelo al "decíamos ayer" que nunca d i jo el que dicen que lo d i jo . Y le escribo sin más retrospección n i r e m o r d i m i e n t o .

Me di jo María Luisa que estaban Vs. en New York. Por eso le telegrafié enseguida. De haberse quedado más tiempo en esa c iu­d a d habría ido a verle. ¿Volverá V . p o r esta Norteamérica? Podre­mos vernos en New York? [;]Cuánto lo deseo! A u n q u e quién sabe si aun nos veremos en México, el mejor sitio, creo, quer ido Reyes, para reun imos después de tantos años. Más abajo le explica­ré. Pero antes quiero darle una breve hoja de m i curriculum vitae.

Estaba invitado como Vis i t ing Professor p o r este College desde Noviembre de 1935, y salí de España en agosto del 36, empezada ya la lucha. N u n c a creí que habría de convertirse en tan larga gue­r r a civil . Acaso entonces n o habría salido. Ya u n a vez aquí muchas razones me i m p u l s a r o n a seguir en América p o r ahora. Pero aca­so deba dec ir le que en esas razones n o en t ra n i n g u n a de las muchas que h a n mov ido a tantos intelectuales indecisos a expa­triarse. Yo n o tengo dudas: desde el p r i m e r día y más cada día estuve de corazón a l lado de l pueb lo y de l Gobierno , y creo firme­mente en la just ic ia de su causa. Si me encuentro fuera de España n o es a la expectativa de l que gane, como tantos aprovechados, n i para colocarme en u n a postura de super ior idad sobre los aconte­cimientos, no ; es únicamente p o r esa circunstancia f o r tu i ta de m i invitación. Ese ale jamiento me ha ahorrado muchas penalidades físicas y morales, pero créame, Reyes, que a ratos me falta esa sa­tisfacción que cabe a los amigos, que p o r sus circunstancias perso­nales, se están en España. Ellos part i c ipan con la angustia de cada día y el riesgo de cada m o m e n t o , e n l o que yo sólo puedo part i c i -

Carta de Pedro Salinas a Alfonso Reyes, 28 de enero de 1938, en Capil la Alfonsina, Archivo particular de Alfonso Reyes, Correspondencia.

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par con los dolores del ánimo y el incesante anhelo del fin y la vic­toria . Pero enf in , ya hablaremos de todo esto si nos vemos. V . ya habrá sentido muchas veces que la situación de todo español sen­sible es hoy día muy delicada. L a mía, lo es; pero es también, y sin duda , clara y terminante : estoy con la España en que creo, y des­de aquí he hecho l o que he p o d i d o p o r ella. Si ganara Franco, en lo que n o creo, no volveré nunca a m i país. ¡Y ahora me doy cuenta de l o que significa esa terr ib le promesa que u n o se hace!

Por lo demás esta tierra me ha tratado muy bien. Profeso aquí, y cada quince días en Johns H o p k i n s , Bal t imore , en u n Seminar. E n esa Universidad d i el año pasado las T u r n b u l l Poetry Lectures, fundación para historia de la poesía, en la que D o n Ramón expl i ­có hace años, su "Epopée Castillane". E n verano me inv i taron al Curso de M i d d l e b u r y College. E n suma tengo por el m o m e n t o asegurada ese mínimo de real idad que l lamamos la vida material . Y desde octubre m i m u j e r y mis hijos están conmigo .

E n cuanto llegué aquí se m e despertó el apetito mexicano. Pe­r o lo mantuve callado. Y he aquí que de p r o n t o , y como respon­d iendo a su voz, me llega u n a noble y generosa carta del perd ido Genaro Estrada, invitándome a i r a México. Por desgracia las co­sas n o se h a n arreglado m u y b ien . E l Sr. Díaz de León aceptó, en el mes de agosto, mis fechas, las vacaciones de Navidad. Y todo lo tenía dispuesto, (sobretodo la ilusión) cuando recibí una carta suya pidiéndome que aplazara el viaje hasta después de febrero , porque el Presidente había decretado vacaciones oficiales, que antes no existían y eso me quitaría público. Yo respondí p ropo ­n i e n d o i r en abr i l , en la p r i m e r a semana, para estar unos ocho o diez días. Sé que es muy poco, pero miraba a este viaje sólo como u n p r i m e r contacto. N o he rec ib ido contestación, a pesar de que m i carta salió hace mes y medio . Y n o me atrevo a volver a escri­b i r , p o r si acaso es que el Gob ierno ha desistido de la idea de m i viaje y m i carta les pone en alguna clase de compromiso . Quizá V. , si esto n o es pedir le demasiado, pueda i n q u i r i r algo sobre m i asunto, de m o d o completamente conf idencial , y sólo para que yo sepa l o que hay, pues en manera alguna deseo insistir por m i par­te. N i qué decir t iene que si V . está en México para abr i l me ale­graría doble de que se arreglara el viaje. Pero ¡por Dios! que no parezca que yo qu iero hacer valer la invitación, si por cualquier causa el Gob ierno ha variado de cr i ter io . Perdone, y m i l gracias.

H e escrito u n nuevo l i b r o de poesías, m u y largas y de t ono algo dist into al mío usual. Estoy deseando que las lean los a m i ­gos, para saber l o que piensan de ellas. Pero tengo una cierta resistencia íntima a pub l i car poesías mientras d u r a la guerra.

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También México me ha proporc i onado una solución parcial a este conf l icto entre mis dos deseos interiores. Porque V i l l a u r r u -t ia , y L i r a a través de él, se me h a n ofrecido muy amablemente a edi tarme u n a de esas poesías largas, en "Hipocampo" . Quedé en mandársela hace ya u n mes, pero al trastornarse lo del viaje me sentí con menos ánimo. Pero la voy a enviar m u y p r o n t o ; dígase­l o a V i l l a u r r u t i a , si le ve, le ruego. jQué solo se siente u n o aquí, l i ­t era lmente ! N i amigos cercanos y de confianza, n i público de nuestra lengua. México es también el único consuelo y refugio , y p o r eso agradecí tanto la oferta de V i l l a u r r u t i a y L i r a .

¿Sabe V . que también he escrito u n drama? Título: " E l Direc­tor " . Es de vaga apariencia policíaca y misteriosa, y de real idad fi­losófica (¡palabra dolorosa e inevitable, a falta de o t ra ! ) . L o iba a estrenar en M a d r i d . Por u n m o m e n t o pensé en la Artigas, que es­tá en México. Pero me parece p u r a locura. Cassou lo tiene para t raduc i r l o al francés y ya me h a n hecho una traducción inglesa. S in embargo no creo que conquiste la l l anura de Manhat tan . Más esperanza tengo en el M o n t Martee , y en D u l l i n o Pitoeff.

N o creo saber de los amigos de España algo que V. ignore. Q u i ­zá sólo de Jorge [Guillen]. Está, p o r circunstancias trágicas, que e n su día se conocerán, en Sevilla. Sufro m u c h o pensando en él. Hace poco me mandó , ind i rec tamente , una serie de hermosos poemas nuevos. U n o de ellos t iene u n título ejemplar, para m i : "A pesar de todo" .

Sí, a pesar de todo , de la guerra, de la destrucción, sigue u n o creyendo en muchas cosas, y entre ellas en la poesía.. . y en la vida. L a vida n o es la historia. L a histor ia está hecha de vida y de vidas, sí. Pero la vida misma se escapa de l o histórico y deja creer eterna­mente en algo que n o nos pueden qui tar .

¿Viene V . de descanso y vacación? ¿De negocios? Si lo p r i m e r o se l o deseo t r a n q u i l o y en paz. Si l o segundo, con éxito. Pero oja­lá sea el ocio y no el negocio l o que le espera a V . en México.

Adiós, quer ido Reyes. Muchas gracias p o r haber leído esta car­ta, larga y m a l escrita. (Si le hubiese escrito a m a n o sería i n i n t e l i ­g ib le ) . Y crea en la amistad desde los años y en el presente, de este siempre suyo.

Pedro Salinas

Nadie me jor que V . para saludar de m i parte a todos los amigos mexicanos. N o deje de hacerlo , le suplico. Y recuérdeme a M a ­nuela , con m i respeto. E l chico ya n o m e conocería, n i yo a él. Pe­r o ya nos presentará V . ¿Qué hace?

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Sr. D r . D o n Federico de Onis , Casa de las Espanas, 435 W. 117th. Street, New York , City E.U.A.

México, D . F., marzo 25 de 1938.

M u y quer ido Federico:

Los trabajos materiales de m i instalación, las obligaciones o f i ­ciales y privadas de m i regreso, todo ha contr ibu ido a distraerme u n poco de los planes que usted conoce. Yo pensaba que era el m o m e n t o de concentrar en América una gran labor ed i tor ia l , a la que podía servir de avanzada u n a buena revista de carácter humanístico general, para toda la lengua española que se ha que­dado sin la base edi tor ia l de España. E n la Argent ina hay d inero y recursos, pero hay hábitos mentales orientados hacia la publ ica­ción de cosas procedentes de otras lenguas, hay costumbres arra i ­gadas que crean u n a vida ed i tor ia l ficticia (los autores pagan sus ediciones, etc.) , y hay u n ambiente político poco prop ic io para recoger l iberalmente las nuevas inquietudes americanas. Deje­mos aparte las editoriales l imitadas, de carácter oficial , o de af i ­cionados, inc luyendo en estos últimos la Ed i to r ia l SUR C o m o en México n o hay d inero , yo pensaba en la posibi l idad de interesar a alguna Fundación Norteamericana en el asunto, ofreciéndole en cambio t raduc ir y publ i car aquí, sea en la revista o en la ed i tor ia l que de ella part iera , las muchas y excelentes investigaciones so­bre España y América que se pub l i can en revistas especiales y universitarias de los Estados Unidos y que nunca l legan a conoci­m i e n t o de nuestros públicos. M e encontré con que el Inst i tuto Panamericano de Geografía e His tor ia , cuya sede como usted sa­be está e n México , iba a e m p r e n d e r la publicación de u n a revista histórica bajo la dirección de Silvio Zavala, revista que, aunque de p l a n más l i m i t a d o , bastaba para que la Unión Panamericana se concentrara en esta dirección y n o considerara ya más planes co-

Carta de Alfonso Reyes a Federico de Onís, 25 de marzo de 1938, e n C a ­pil la Alfonsina, Archivo particular de Alfonso Reyes, Correspondencia.

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m o indispensables u oportunos. M e encontré también con que la Fundación Rockefeller no tenía p o r ahora en su programa el de­sarrollar este género de labores en nuestra América Ibera. Me en­contré c on que la opinión mexicana está polarizada hasta la temperatura del frenesí hacia la solución de graves cuestiones na­cionales que realmente son inaplazables. M e encontré con que se me recibía en medio de la mayor cord ia l idad en lo público y en l o privado, pero con que ya la gente intelectual tiene sus caminos o mejor d icho sus angustiosas veredas, b ien trazadas, cada u n o es­tá acostumbrado a valerse de la pequeña tabla de salvación que se ha encontrado, y todos hechos ya a u n ambiente de l cual yo he faltado p o r muchos años, por lo que, aunque se me agobia l la­mándome maestro, nadie siente la verdadera necesidad de con­tar c o n m i g o n i de p o n e r m e a contr ibución para la c u l t u r a nacional . E n tales condiciones, me pregunto si deberé insistir en mis empeños; tal vez sí. T a l vez la alta cu l tura anda muy descuida­da, en este torbe l l ino de preocupaciones políticas que han trans­f o rmado las aulas universitarias en asambleas electorales de la peor especie. H e sometido al Sr. Presidente algunos planes, pero n o es posible ped i r l e su atención i n m e d i a t a para estas cosas, cuando tiene entre manos problemas tan apremiantes, de m o d o que mis planes d u e r m e n en espera de me jor ocasión. Yo no sé si m i deber sería provocar esta ocasión o, en suma, n o esperarla, si­n o lanzarme de u n a vez a u n trabajo que poco a poco volviera a crear en el ánimo del país las necesidades de la alta cultura or ien­tadora, sin las cuales p r o n t o se habrán perd ido los mejores jugos vitales de l espíritu mexicano pero, como usted comprende, yo no puedo lanzarme a esto con las manos vacías. E l transformar en verdaderos intelectuales a los muchos aficionados, muy dotados algunos, que andan p o r ahí traveseando con la cultura , en los t iempos y ratos perdidos que les deja la constante preocupación para sobrenadar en med io de u n ambiente en que hay más p o l i t i ­quería que política, supone la organización de toda una empresa con sustentos económicos de que carezco.

¿Cree usted, después de l o que hablamos en Nueva York, y después de lo que a grandes rasgos le he descrito, que hay toda­vía la pos ib i l idad de intentar algo?.

E n los planes que presenté al Presidente estaba considerado u n viejo proyecto que le envié desde Buenos Aires en cuanto esta­lló la guerra española, proyecto que fué automáticamente trasla­dado al Secretario de Educación Pública, d o n d e d u e r m e el sueño de los justos, y que estaba encaminado a poner a cont r ibu -

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ción en México a todos los sabios españoles, republicanos en su casi total idad, que se han quedado sin puesto, sea por culpa de l m o m e n t o o sea p o r su explicable incapacidad para part ic ipar en la acción violenta. A propósito de esto, se me ocurre contarle que aquí hay una sociedad de amigos de España, d i r ig ida p o r el antiguo Embajador de México en Valencia, d o n Ramón P. De Negrí. C o n o sin razón, este h o m b r e carece de crédito entre las clases intelectuales mexicanas, y n o ha logrado crear b u e n am­biente para sus tareas. L a Embajada Española encuentra, sin darse cuenta ella misma, muchas de sus actividades públicas entorpec i ­das a través de este filtro. A u n q u e el Gobierno Mexicano es f r a n ­co amigo de la República Española, hay u n a enorme masa de opinión reaccionaria en el país, y todos los españoles adinerados, que son los que pesan natura lmente , contr ibuyen a entorpecer u n a acc ión que , más que de p r o p a g a n d a , debería l lamarse de salud pública en el verdadero sentido de la palabra. U n día los diputados, sin ponerse m u y de acuerdo con la Embajada, real i ­zan una sonora acción denunc iando la obra de los españoles des­leales y p i d i e n d o su expulsión de l país. Y sea porque esto se hace sin la conveniente mesura diplomática, sea porque no se pulsó previamente la opinión de las altas esferas y el proced imiento n o pareció estratégico, sea p o r la rigurosa pureza constitucional de la Presidencia, el caso es que al día siguiente nuestra Secretaría de Gobernación declaró publ icándote que n o había lugar a ex­pulsiones y que todos los extranjeros t ienen derecho en nuestro país a op inar l ibremente sobre los apuntos del suyo. E l resultado ha sido u n recrudec imiento de los ataques de toda f o r m a a que están sometidos los representantes españoles, u n grado mayor de desprestigio para esa sociedad que preside De Negr i , y u n arre­ciar de la t o r m e n t a reaccionaria en el país p o r todos lados. Esta es la verdad que n o se ve en los periódicos y de que nadie parece darse cuenta cabal. L a Embajada ha abierto los ojos y desearía ahora substituir poco a poco esa sociedad de mera propaganda combativa p o r u n a institución cu l tura l como la de l Dr . Gutiérrez en Buenos Aires, que acogiera y l lamara a México a los represen­tativos de la inte lectual idad española (salvo, naturalmente los de­clarados enemigos) sin exigirles labor alguna de propaganda n i declaración de credo político sino sólo e l r e n d i m i e n t o de su tra­bajo cu l tura l y científico. Se me ha comenzado a hablar para este objeto que, como usted ve, se relaciona con mis pr imeros proyec­tos. H e quer ido p o n e r ante los ojos de usted todos los elementos de j u i c i o para que, si tiene tiempo, me aconseje y me ayude a

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pensar. Hay muchas cosas que me t ienen perple jo y, po r encima de todo, creo que me encuentro en una de esas encrucijadas en que el h o m b r e se pregunta si tendrá fuerzas p o r sí mismo y por sí solo para rectificar todo u n complejo de errores, u n estado de desbarajuste general. Acostumbrado a luchar solamente con los problemas abstractos de la disciplina intelectual , carezco de la experiencia y acaso también de recursos para u n a obra semejan­te. Por o tra parte, siento que en ello está m i más alto deber al regresar a m i país.

Le p i d o disculpas p o r esta carta tan larga y tan l lena de indeci ­siones. Saludos de m i m u j e r y míos para su esposa. Mis mejores recuerdos para d o n Ramón. U n fraternal abrazo.

Alfonso Reyes