La Casa Del Cerro El Pino

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Tema que habla de los detalles de una época en avance

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La casa del cerro El pinoEste breve libro de relatos posee la sustancia y la fuerza narrativa que uno de los mejores escritores de la literatura peruana actual ha sabido fecundar, y cuyo despliegue pico se halla en novelas de extraordinaria factura como Rosa cuchillo y Hombres de mar. Los componentes de esta inquietante alquimia literaria son connaturales a nuestra cultura: ande y urbe, mito e historia. La casa del cerro El pino (Arequipa, LaTravesa editora, 2012) condensa, en diversos elementos, tal composicin en la que se oponen el amor y la muerte, el dios andino y el dios cristiano, la memoria histrica y la memoria mtica; pero tambin establecen tan ntima relacin que se complementan y hasta se confunden. Al producirse ese sincretismo es cuando estas historias destilan su jugo, su esplendor y su verdad. La casa del cerro, cuento que presta su nombre al ttulo de este libro, es una sutil muestra de esto. En el interior de la casa se confunden elementos de la revolucin subversiva (histricos) con elementos mticos (una estatuilla que parece representar un antiguo dios andino); la narrativa de este relato es casi fotogrfica, un admirable manejo de la tcnica descriptiva logra que narracin y descripcin se confundan. Los otros cuentos no se alejan de esta pauta, aunque eso s, cobran mayor dimensin en lo andino y lo mtico.Sus personajes tienen un rasgo en comn muy marcado: en un contexto de violencia la violencia de la guerra poltica de los aos ochenta son buscadores eternos y utpicos de justicia, incluso despus de la muerte. Hacia ella est dirigida su fe y esperanza aun cuando se llega a confundir con la venganza. El vnculo de este tema con lo mtico est en la vida despus de la muerte, las almas en pena que proporcionan una mirada distinta de la historia.

Estos y otros elementos, como en la elaboracin de una pcima se combinan y producen, cmo no decirlo: de manera mgica, voces que nos parecen tan cercanas y familiares y a la vez, remotas. Escuchamos la voz de Hilaria que cuenta cmo apareci el mundo y cmo se orden por mandato de Wiracocha; la voz del nio que cuenta la lectura de la surte que su madre hace de la Guerra grande. Son historias contadas de la mejor forma que pueden serlo: en clave oral. Por eso los dilogos y el narrador en segunda persona son fundamentales.

En las pginas de este libro tambin hallaremos la sustancia de los mltiples recursos tcnicos que el consagrado escritor scar Colchado maneja tan bien, al punto de que esa visin mtica y mgica de la realidad nos parece, a los lectores, tan natural como seguramente a l mismo o a cualquiera de sus personajes. Entonces, por obra y gracia del lenguaje, el narrador nos sita, aunque sea de manera temporal, en esa visin de la realidad. Una muestra ms de que es una ingenuidad creer que el trabajo con el lenguaje pertenece solo al plano de la forma. Es preciso, tambin, reconocer en ese trabajo un contenido ideolgico y cognitivo.

Colchado es un narrador nato; de aquellos que pueden transmitir a uno la sensacin de que en vez de leer; se est, al calor de un fuego, sentado, escuchando historias de lejanos familiares; pues guarda la conviccin de que hasta las desgracias se curan contando historias, como se insina en uno de los cuentos de este libro.