La Catedral de Lima - Damián Bayón

Embed Size (px)

Citation preview

  • 28. G. Gasparini, Amrica, barroco y arquitectura, Caracas, 1972,pg. 260 sqq., establece el itinerario geogrfico e histrico de este "viaje" reali-zado por la fachada-retablo.

    La catedral de Lima: una tcnicaconstructiva adaptada a la necesidad

    Historia del arte hispanoamericano, tomo II, pg. 124, fig. 103.

    Se seala siempre la obra de Wendel Dietterlin, Architectura(1598). Quisiera agregar como antecedente de ese libro el de Vredeman de Vries,Architectura v. Vitruvius (1581); y como trabajo posterior, Jacob Francart, Premier/ivre d'architecture (1616), sin olvidar los dibujos y proyectos, entre otros, del pro-pio P.P. Rubens.

    George Kubler, Art and Architecture in Spain and Portugaland their American Dominions, Harmondsworth, 1959, pg. 92, propone comoprototipo del retablo exterior de la catedral del Cuzco, la iglesia de San Miguelde los Reyes, en Valencia, obra de Martn de Olinda. Pienso que el ejemplo citadono constituye una verdadera fachada-retablo. En Amrica y Espaa se producecontemporneamente esa resurgencia de un viejo tema hispnico. Y en la Penn-sula ello tiene lugar en Andaluca, regin con la cual las afinidades hispanoameri-canas son siempre mayores y ms intensas: una misma sensibilidad en dos focosdistintos, el sudamericano ms influido por la sensibilidad de los Padres extranjerosy el uso constante de los tratados como trmino de referencia.

    Erwin W. Palm, "L'Art du Nouveau Monde aprs la conquteespagnole", Diogne, Pars, n. 47, 1964, pg. 76.

    100

    He elegido esta vez en esta serie de cateos, de ejemplos-clave otro aspecto an de la arquitectura colonial sudamericana, el de lareconstruccin de Lima despus del terremoto del 28 de octubre de 1746.En general y en toda la medida de lo posible no he querido hablar de "monu-mentos fantasmas". Ahora bien, las iglesias de Lima que remontan a lossiglos XVI y XVII puede decirse que slo existen sobre el papel o en las des-cripciones de los cronistas 1 , ya que ellas tuvieron que ser reconstruidas en elsiglo XVIII. Para trabajar sobre elementos concretos me ha sido, pues, nece-sario tratar del principal edificio religioso de Lima en ese momento de sudevenir.

    Esta vez, pues, ser cuestin de un problema tcnico. De unaconstruccin ms astuta que gloriosa, adaptada bien que mal a circuns-tancias precisas, en este caso bastante trgicas. Al no tratarse de un simplejuicio esttico que la simple contemplacin del monumento podra en s mis-ma justificar, me pareci indispensable ir a buscar directamente al Archivode Indias de Sevilla la informacin histrica directa y de primera mano.

    La eleccin de la catedral de Lima como testimonio de estareconstruccin no fue voluntaria de mi parte, sino que result casi obligada,justamente en razn de las fuentes que encontr en esos archivos 2. Sobretodo de dos plantas antiguas con inscripciones explicativas, y de una planchasuelta donde estn representadas las torres, tanto en elevacin como en cor-tes transversal y longitudinal. En cuanto a las fuentes escritas 3 conciernen elterremoto en general y las instrucciones dadas al respecto para la reconstruc-cin de la ciudad con todo el papeleo burocrtico que ello comporta (figs. 30y 31).

    Las otras grandes iglesias limeas aparecern tambin en estecaptulo, aunque slo sea como acompaamiento. Es por dems evidente que

    101

  • rk..2195.~211~11y,~11~2.1,~21.,1~~-,-,---7~~10

    1.

    w awdow . rL.A. N L M 1,1711,4..,,,,ImM cm Lm u 'si, o, ...11,,V, l.", 111Z,/M1,11.. .., -

    ........,....', ..... til4TINGVE.SE V< FILA CON COLOR AMARILLO. LO FABA/CADO ,14.t -r4 EL AO Dx3" ,;; i',5,7',:::-.;:t: 17,5 QVI, E... b14 onan SE Es T4 cm.. ..4,4140, e...v.141 y , e rmouc.4

    i&---.L'..t";.1`,.......'..,,,.7.,1:7,-; 11S. I'.4.,'... ,_, .,,......,. \'t AV CoN .1 .114VA 4.: O r loawy r. coro cooLca RotwooLl. 1/1A 111015J1.11 COMP. Nt ntuo A, f It AMPOI CO.J.. .44 . 11...... ... den, 1.01.01. 0011 EARRWA DA, In NAIllat n . como -rwmasnom . macu. Y MARI. or coRREorr0 00ronorr .1,..............; .....,.., ...,..... ni ..... r......, rEA....-......... Do o ao, Lo. Di 7nn 1.4 1.1 Maco, Ya ...MI. n O/ ww.a :loroS E... J..... 2../.........,,.

    t7.I:1117."=owao ww. .4 woowo www. ,,Lci, tan ......t..

    ..........

    '--" " . ''''' "..:..,..,"'".. 117;''....1:z. :1--....,.l..--,. .... ..., ,.,...,,..,......... L..c.w

    ..,o I.C. 3..,,, -.I....,,..,24 W......1. ..11,. j. I.....

    w... d., C-..,...... ,..,......... ..,,,.. i!' Y:+.. II N.,....,,... .: .c,,.........,. 1... wo..... , ./... 3,.. :. h........ dawoo-.1t ...... .14 c... ,..41.,... ,... t .4 n IL,Tii.....M: oz..... J. fw,.... orowroow

    1 '1,7.r:', :: 1" ,.r

    ..

    52

    \'t CYZAILM.MI ALA MRTI1.mem m worw .1.1114/00.

    1714,514,1117WW7.,,t, -

    San Francisco 4 o Santo Domingo son ms interesantes que la propia cate-

    dral en su volumetra exterior; que la Merced o San Agustn lo resultan porsus fachadas; que, en fin, San Pedro la iglesia de los jesuitas las vencea todas por la magnificencia de su interior que conserva intactos sus retablos.Sin embargo, la catedral llena de defectos va a servirme para estudiar losavatares de una forma que se quiere conservar a toda costa. Y de paso paraestudiar un procedimiento constructivo que se ha sabido adaptar a las ven-tajas y servidumbres de un clima y de un suelo tan particulares como losde la regin de Lima.

    Para estudiar este episodio del terremoto de 1746 debemoscomenzar por ocuparnos de una vida impar: la del famoso conde de Superun-da, nombre que parece extrao a odos espaoles hasta el momento en quecomprendemos que es inventado por la unin de los vocablos latinos super-unda, lo que sirve para recordar su activa participacin en el afn de recons-truir Lima.

    D. Jos Antonio Manso de Velasco era un militar de carrera.Tom parte en las guerras de Sucesin al lado del primer borbn espaol,Felipe V. En 1735 fue nombrado presidente de la audiencia de Chile, pas en elque emprendi grandes trabajos, muy beneficiosos para la lejana colonia. Acausa de su buena gestin, diez aos ms tarde era promovido al cargo devirrey del Per y haca su entrada en Lima justamente un ao antes de loscatastrficos sucesos. Ya veremos, ms adelante, cmo Superunda ejercicon mano firme sus funciones. En agradecimiento de las cuales la Coronale confiri ese ttulo, con nombre simblico, en 1748. Dos aos ms tarde,en 1750, debi enfrentar una revuelta que se haba producido muy lejos deLima, en los confines orientales del virreinato: en las misiones jesuticas sobrela margen izquierda del ro Uruguay.

    Fue muy buen administrador, el primero que hizo cumplir lasordenanzas de 1741 relativas a las estadsticas en las colonias. Se elev contralos abusos y, al mismo tiempo, se dedic a aumentar las contribuciones, insti-tuyendo el monopolio del tabaco que haba sido de venta libre en el Pery Chile hasta ese momento. Sustituido ms tarde, en 1761, por D. Manuel

    102

    Fig. 30. Planta antigua de lacatedral de Lima, (Archivo deIndias, Sevilla). En esta antiguaplanta la disposicin general esla misma que perdura hoy da.Solucin rectangular con bsi-de plano como la catedral deJan. En elevacin se trata deuna verdadera Hallenkirche eu-ropea en versin sudamerica-na. El perfil no es elevado deli-beradamente a causa de lostemblores. Los pilares crucifor-mes resultan muy sinceros yrevelan su funcin: cada pilas-tra parece hecha para conti-nuar los arcos fajones que uneny separan entre s las distintasbvedas en que culmina este"bosque de columnas".

    Fig. 31. Planta antigua de lacatedral de Lima, siglo XVIII,(Archivo de Indias, Sevilla). Seconfirma aunque mejor deli-neada la antigua solucin.En esta traza se ve ya el diseode las bvedas nervadas exclu-

    103

    sivamente rectilneas, o seadentro de la tradicin del pri-mer gtico. Las indicacionesescritas nos resultan preciosashoy para comprender la natura-leza de los trabajos: materiales,insistencias, etc.

  • Amat, el gobierno de Superunda result el ms largo de la historia colonial,puesto que iba a durar diecisis aos. Vuelto a Espaa, muri seis aos mstarde, en 1767.

    Despus de la vida del hombre providencial, veamos ahoraconcretamente el relato de los hechos. Los conservamos gracias a dos tiposde documentos. En Sevilla pude manejar la carpeta que comprende el informey toda la correspondencia cambiada entre Superunda y la Corona En losArchivos Histricos Nacionales de Madrid encontr, por otra parte, una Indi-vidual y verdadera relacin... etc., en que figuran todos los detalles, perodonde ya es difcil saber hasta qu punto la historia no empieza a ser nove-lada segn la costumbre de la poca. No podemos pretender dos siglosdespus de la catstrofe contar en detalle todo ese horror que, para colmode males, tuvo lugar de noche. No es eso lo que interesa esta vez. Ya mos-trar ms adelante cmo el virrey, en su informe, lleg muy bien a dar el tonoy el clima de lo que pudieron ser esas horas nocturnas en que los muros sedesplomaban, los incendios se prendan solos, el pnico y la desesperacinse instalaban en la ciudad destruida.

    Prcticamente todos los grandes edificios se derrumbaron.Como siempre en esas ocasiones, el fuego acababa de consumir lo que eltemblor haba respetado. Algunas horas apenas ms tarde los cadveresempezaban a heder, las ratas a salir de los stanos y el peligro de la pestese cerna como otra tragedia superpuesta a las que la haban precedido. Elvirrey fue el hombre del momento: no huy, para ir a instalarse en plenocampo como era la costumbre. Sino que permaneci en la ciudad dandordenes, rodeado de algunos de sus bravos y decididos subalternos. Nosasombra an hoy la rapidez y el seoro con los cuales Superunda se hizodueo de la situacin5.

    Se planteaba entonces el problema de la reconstruccin. Porempezar, hubo notables en la Junta que quisieron simplemente mudarse yabandonar la ciudad 6. Es lo que se haba hecho en multitud de casos: movi-miento fatal empero para Lima que hubiera perdido su prestigio. Hay quepensar que Lima representaba en ese momento una de las ciudades msimportantes y hermosas de todo el imperio espaol. Quererla cambiar deemplazamiento para instalarla en otro sitio, no volver a hacerla a la altura desu antiguo prestigio, era condenarla forzosamente a declinar. Es lo que feliz-mente Superunda no quiso hacer.

    Despus del hombre y las circunstancias abordemos ahora,por fin, la historia misma de la catedral de Lima que he querido tomar hoycomo ejemplo que me va a servir para desarrollar varios temas fundamentales.Francisco Pizarro, el fundador de la ciudad en 1535, haba tenido buen cui-

    104

    dado, segn la costumbre espaola de la poca, de establecer la catedral almismo tiempo que la traza urbana. La iglesia "oficial" se iba a encontrar,de entrada en la Plaza de Armas, centro y razn de la nueva villa. Una granparcela de terreno cerca del Rimac, el ro que justificaba la fundacin, fueelegida por Pizarro en esa oportunidad. La eligi de manera que resultaraperpendicular a la sede del poder civil, disposicin que pese a todos los cam-bios habidos se perpeta an hoy en nuestros das.

    Una primera construccin que imaginamos muy modesta fuelevantada en ese lugar. Seis aos apenas ms tarde este esbozo de temploera elevado ya a la categora de catedral. Algo despus, en 1551 se realizotra obra un tanto ms apropiada a la alta funcin a la que se la destinaba.El nuevo edificio, siempre an muy humilde, consista en una sola nave cu-bierta por un simple techo en madera a dos aguas, un coro elevado a lospies de la iglesia y un bside abovedado en ladrillo. Era cuatro veces mslarga que ancha puesto que sabemos tena 260 pies en un sentido y sola-

    -,mente 55 en el otro.

    El arzobispo Loaysa y el captulo decidieron en 1564 lanzarsea la construccin de una nueva fbrica y para ello nombraron maestro deobras a un cierto Alonso Beltrn, encargado de trazar nuevos planos. ElCabildo no quiso pagar esos trabajos y hubo que esperar la intervencin delvirrey D. Francisco de Toledo que supo contentar a todo el mundo. Entre1569 y 1574, Fray Jernimo de Loaysa pudo finalmente colocar la piedrafundamental de un monumento que prometa ya ser a gran escala. Habaque ponerse al diapasn de las rdenes religiosas, que estaban a la saznlevantando conventos y ciertas iglesias muy considerables. Los dominicos ymercedarios haban comenzado a partir de 1540; los franciscanos desde 1555estaban ocupados en llenar una gigantesca parcela de terreno que comoen Quito les haba sido atribuda en suerte. Venan despus los agustinosque se instalaron ya en 1574.

    La nueva catedral iba a tener una planta libre sobre tres desus cuatro lados. Se la construa en piedra, la cual tratndose de una regindesprovista de ella deba venir desde Panam... Se levantaron algunos pilaresdel bside pero el obrador no progresaba aunque el tiempo no dejara depasar. Hubo que interrumpir los trabajos por falta de fondos; se haba vistodemasiado grande y las autoridades comprendieron que habra que confor-marse con algo ms modesto. Fue entonces cuando el virrey de turno, D.Martn Enrquez de Almansa, invit al gran arquitecto Francisco Becerra 7 aque viniera a ocuparse l mismo en persona del proyecto de esa nueva cate-dral de Lima. Becerra dej la ciudad de Quito, donde se haba instalado, parair a vivir a Lima y trabajar all. Debi llegar hacia 1582 y se puso en seguidamanos a la obra. La muerte de su protector al ao siguiente no cambi paranada su posicin y un poco ms tarde, en 1584, la Audiencia lo nombr"maestro", no solamente de la catedral sino tambin de las obras del palaciode los virreyes y de la fortaleza del Callao (figs. 32 y 33).

    105

  • Las cosas se prolongaron una vez ms. Hubo que demoler loya existente y volver a empezar. Slo la llegada de otro gobernador, D. Luisde Velasco, en 1596, dio impulso definitivo a la obra. El en persona explica8cmo pidi al arquitecto que redujera un tanto su proyecto inicial. Finalmentedespus de algunos aos de mucha labor, en 1604, se pudo inaugurar la parteposterior del templo. Un poco ms tarde mora Becerra, pero su idea iba a serproseguida hasta llegar a una forma bastante parecida a la que an hoy toda-va podemos ver.

    Estudiemos ahora esa planta definitiva de la catedral de Lima,que es prcticamente la misma de la del Cuzco, tambin de la mano de Bece-

    rra. Se inspira principalmente en la andaluza catedral de Jan: un rectngulode bside cuadrangular dividido en tres naves de misma altura iglesia-sa-ln con una fila de capillas laterales a ambos lados. En Lima, los tramos sonnueve: el primero es ms corto que los siguientes y sirve de base a las torresque desbordan del rectngulo bsico. Los otros tramos son iguales entre s aexcepcin del que corresponde al crucero, del que lo precede y del que cierrala composicin.

    La elevacin nunca pretendi ser tan esbelta como las cate-drales "verticales" espaoles, Granada, Jan, Mlaga, que constituyen ver-daderas obras maestras. Pero la prueba de que Lima se inspira de esta glo-

    Fig. 32. Fachada de la cate-dral, Lima (foto D. Bayn). Lacatedral tal como se la ve hoydesde la Plaza de Armas, mo-dernizada pero siempre conser-vando su antigua fuente debronce. El edificio como escostumbre en Sudamrica seexpande libremente en anchura(amplitud de las parcelas atri-buidas en el momento de lafundacin), hecho que com-pensa en cierto modo lo pocoque se atreve a crecer en altu-

    106

    ra a causa de los terremotos.Slo la parte central en piedraes del siglo XVII, el resto esobra de mampostera de imita-cin realizada en quihcha amediados del siglo XVIII. Losremates de las torres son muyposteriores y de algn modocontradicen la voluntad serenade la gran masa de tendenciahorizontal, de carcter "pianis-ta" (sin cuerpos de edificacinque avancen) y a dominantecbica.

    Fig. 33. Centro de la fachadade la catedral, Lima (foto D.Bayn). Se conservan dibujosde Martnez de Arrona en losque se puede comprobar lasdiferencias que fueron introdu-cidas ms tarde en esta fa-,chada. Se trata en realidad deuna portada perfectamentecompuesta con elementos cl-sicos o manieristas "a placas".Slo la ruptura ascendente dealgunas molduras curvas pres-ta al conjunto un carcter tmi-

    107

    damente movido. Es siempre eltema de una puerta casi unarco de triunfo estrecho biencompuesta de acuerdo a loscnones. De ninguna manerase la puede asimilar a la facha-da-retablo cuya estructura mis-ma es siempre mucho ms es-cultrica que arquitectnica.

  • riosa prosapia de catedrales renacientes andaluzas, la podramos encontraren los pilares muy espaciados entre s, hechos para ofrecer una circulacinparticularmente cmoda. Estos pilares son, en realidad, cruciformes en planta.Sobre un ncleo en forma de paraleleppedo, cuatro pilastras jnicas vienen aaplicarse al ncleo, el todo coronado por una especie de "segundo capitel",constituido por un pequeo entablamento abreviado que da vuelta al pilar.A partir de este falso capitel que confiere esbeltez al pilar nacen los arcosfajones que, a su vez, establecen la cuadrcula necesaria sobre la que vienena apoyarse las nervaduras de las bvedas (fig. 34).

    Ahora bien, es justamente a nivel de las bvedas que huboen Lima durante siglos muchos cambios. En efecto, las primeras las deBecerra eran bvedas de arista, lisas sin molduras ni decoracin alguna.Un temblor de tierra en 1609 hizo sufrir mucho a esta cubierta y, despus decinco aos de consultas, el Consejo de Indias orden al virrey zanjar por smismo la cuestin. A fines de 1614 ste decidi pues envar tres funcionariosque, a su vez, convocaron a ciertos expertos para aprobar o rechazar lasreformas que propona Juan Martnez de Arrona, maestro de obras de lacatedral. Lo apoyaron por ltimo en su idea de demoler las bvedas de aristapara hacerlas nervadas aprovechando la ocasin para rebajar la altura de esasbvedas sobre el sueio.

    Hasta aqu la informacin. Habra sin embargo que estableceruna polmica con dos especialistas que tratan del tema. Se trata de MarcoDorta y de Wethey. El primero dice 9: "He aqu, pues, cmo a principios delsiglo XVII se vuelve al gtico en Lima, buscando en la flexibilidad de susestructuras constructivas una defensa contra los temblores de tierra". Habraque agregar un matiz quizs importante: al gtico como sistema constructivode bvedas nervadas. Nada ms. En todo caso, no al gtico como "estilo" osentimiento general de la forma. Es quiz el siglo XIX el que nos ha acostum-brado a la idea del "estilo" como algo abstracto. Los gticos no saban queconstruan "en gtico" como el personaje de Moliere no saba que hablabaen prosa... Me parece que hay que insistir en el hecho de que a principiosdel siglo XVII en Lima se vuelve a la bveda nervada por razones de fuerzamayor y slo como expediente constructivo til. Eso es todo.

    La reflexin de Wethey no cae en esa trampa estilstica, perol tambin lamenta a su manera el uso de la bveda nervada en un monu-mento de "otro estilo". En su libro ya clsico dice textualmente l : "La adop-cin de la bveda gtica en 1613 fue un procedimiento constructivo y no unacuestin de preferencia estilstica, puesto que desde haca mucho el gticohaba pasado de moda en beneficio de la bveda renaciente de can corrido.Desgraciadamente contina nadie pens en sugerir un artesonado depaneles de madera de tipo renacimiento ni siquiera uno mudjar, siendoambos empleados abundantemente en Lima en el siglo XVI y a principios delXVII. Del punto de vista esttico tal solucin habra sido altamente satisfac-toria para la catedral y para Lima en general".

    Fig. 34. Interior de la catedral,Lima (foto D. Bayn). El as-pecto original proviene de losarcos rebajados, las bvedassobreelevadas (de tipo llamadoangevino) y la retcula de ner-vaduras floreciendo en abanicopor encima de los pilares cruci-formes. Los diminutos capite-les jnicos de las pilastras sonaportes recientes y no cambianen nada el aspecto severo yproporcionado del conjunto. Elbarroquismo, como casi siem-pre en las catedrales hispano-americanas, hay que buscarloen algunos retablos laterales.

    Hasta aqu Wethey. Me asombra un tanto ver al historiadornorteamericano poner mala cara ante una bveda nervada y predicar en cam-bio la adopcin de un artesonado renaciente o mudjar. Si se busca unaideal pureza "clsica" para una catedral compuesta en orden jnico, me pa-rece que los artesonados renacientes o mudjares estarn tan fuera de lugarcomo una bveda nervada. Adems, del punto de vista puramente cons-tructivo, una vez adoptada la estructura de los pilares vinculados entre s porlos arcos fajones no veo cmo se puede cubrir ese espacio con un techo acasetones o en carpintera de madera tratada a lo rabe, sin compartimentardemasiado el espacio.

    Creo encontrar otra buena razn al partido adoptado. En loscasos prenrios muy frecuentes en Amrica del Sur no se trata de ejercera priori una voluntad de forma sino sobre todo de contentarse con las posi-bilidades de los materiales y la mano de obra local en un momento dado.

    Para m, al revs de lo que le pasa a Wethey, no slo nohay que censurar sino por el contrario admirar la libertad de espritu de esasgentes del siglo XVII que no teman volver atrs, adoptando en circunstancias

    108 109

  • difciles un procedimiento que haba resultado ampliamente satisfactorio en lossiglos precedentes.

    La historia de esas famosas bvedas no para ah. Destruidasuna vez ms en el temblor de 1677 fueron reconstruidas "hecho de cruceriacon media bara de reliebe el serchon muy bien obrado de cedro incorruptibley iesso canteado significando ser silleria de piedra" 11 , lo que parecera demos-trar que las anteriores haban sido de ladrillo. Anticipando vemos que este pro-cedimiento "ligero" fue el mismo empleado un siglo ms tarde en ocasin delsismo de 1746 que nos ocupa en este captulo.

    Hnos aqu casi el trmino de estas adaptaciones sucesivasque venimos estudiando. Antes de justificarlas globalmente debemos ahorahablar de la quincha. Se llama as en el Per una especie de aglomerado,verdadero trenzado de juncos y barro seco, que puede servir de tabique o detechumbre a condicin de encontrarse en una regin como la limea en quejams llueve. No digo que el clima sea seco, entindaseme bien, el clima deLima no es seco, si vamos al caso. Lo curioso es que no llueve nunca 12 y queeso viene ocurriendo desde siempre, lo cual no quiere decir que la atmsferasea seca, por el contrario. Nueve o diez meses al ao el cielo de Lima resultabajo y cubierto. Se vive, por as decir, "al interior de una nube" y ya sabemosque una nube es por definicin hmeda. El fenmeno extrao es que esahumedad no se condensa en lluvia sino en una especie de roco, agua en sus-pensin que los peruanos llaman la gara. Ahora bien, es precisamente eseelevado grado de humedad el que permite a los techos de quincha, ligeros yal mismo tiempo porosos, el hecho de poder resistir a lo largo de los aos.La sequedad total acabara por destruirlos: si esas tenues "telas de araa"pueden precisamente perdurar, es gracias a la falta de lluvia pero, tambin, ala notable humedad del ambiente.

    Segn Buschiazzo 13 , el origen de la quincha para edificiosimportantes habra que buscarlo en Constantino Vasconcelos, arquitecto por-tugus que trabaj en la reconstruccin del convento y la iglesia de SanFrancisco, quiz el ms hermoso conjunto de Lima y que sufri enormementeen ese terremoto de 1746. Para rehacer esa iglesia, Vasconcelos decidi cons-truir las ltimas bvedas (las primeras eran de ladrillo y segn el procedi-miento tradicional) empleando ese ligero trenzado de juncos unidos con barroseco y recubierto de cal o de estuco: lo que acabamos de llamar la quincha.En la costa peruana en lugares como Cerro Sechn o Moxeque, en construc-ciones de la cultura ancash, se encuentran ejemplos precoces del uso deladobe seco 14 . Por otra parte, el R.P. Bernab Cobo nos proporciona el dobletestimonio del empleo de esos materiales en tiempo de los espaoles. En su

    Fundacin de Lima habla de los pantanos que se encuentran en la zona delCallao donde crecen los juncos y carrizos "de que estn hechas las esterasque cubren las humildes casas"; y ms adelante explica que las casas, engeneral, son de adobe "recubiertas de esteras trenzadas con carrizos..."Vemos que haba una verdadera tradicin de la quincha. La originalidad deVasconcelos consiti quiz en emplearla en construcciones "nobles". Si nofue el inventor, result al menos su divulgador en la arquitectura a gran pro-grama.

    Vemos ahora el resto del sistema. Hemos conservado algunasde las instrucciones para la reconstruccin de la catedral en 1704. En las partesconcernientes a las torres se puede leer lo siguiente 15 : "...se an de encadenartodas las quatro fases, con dose vigas las ocho de a quinse baras de maderafuerte pesada y casi yncorructible, como lo es el amarillo o moral, que estasan de asentarse, a los estremos de los muros y quatro en medio que podranser de roble y a todas se les pondran sus mordasas o Ilaues de la mesmamadera de amarillo, o moral, que quedaran embeuidas en el grueso del muroque es arto, y superabundante, esto de la parte esterior y ynterior pues puedealgn mouimiento ser de ynopinado ynpulso que allando solo de la parteesterior resistencia recurra a la parte desmparada. Sobre estas vigas se pa-raran pies derechos de dicha madera de alto y grueso que pidiere la pro-porcin que es necesaria para el adorno de la cornixa y banco o basa, deotro cuerpo que se a de formar para colocar las campanas que le faltan ala torre y estn en ser por no auer lugar y acompaar las maderas con ladrilloy cal para que queden sujetas asimismo se an de asentar otras ocho soleraspara formar el terser y vltimo de madera en la forma que se dispusiese oredondo o quadrado, o ochauado pues la arquitectura produse de diuersasformas para la hermosura y adorno de los templos rematando (roto) medianaranxa con su lin (roto) o en capitel, quedando todo con sus cornijas ydemas molduraje que pide este cuerpo que quedando en vltima perfecsiontendra de costo treinta mil pesos".

    Vemos pues que ya un siglo antes la madera y el yeso habansido adoptados para rehacer las bvedas y que el procedimiento de "arma-dura en madera" haba sido utilizado desde 1704. La gran reconstruccin de1746 comportar el empleo de estos dos sistemas ms el de la quincha,siguiendo en eso las obras que se hicieron en San Francisco.

    Sobre una planta existente en los Archivos de Indias 16, fecha-do en 1755, se habla de los colores empleados para marcar las partes reali-zadas en madera: las amarillas anteriores a 1755, las rosa representan tra-bajos en ejecucin. Una nota explicativa nos informa: "Las bbedas com-prehendidas en ambos colores son fabricadas de madera, como tambin susarcos y pilares correspondientes".

    111110

  • quincha. En cierto modo el constructor no ha traicionado el procedimientodinmico del gtico donde hay siempre un rgano portante: la nervadura, yun elemento pasivo de relleno (lo que llamo membrana) y que no es sino unverdadero tabique delgado entre cada nervadura.

    Fig. 35. Planta, elevacin,cortes de una de las torres dela catedral, Lima. (Siglo XVIII,Archivo de Indias, Sevilla.) Setrata de uno de los planos parala reconstruccin de la catedraldespus del terremoto de 1746.Una estructura de fuertes ma-deros entrecruzados y un re-vestimiento de quincha son su-ficientes gracias al clima sin

    lluvias de Lima para consti-tuir verdaderos edificios esta-bles de gran presencia urbana.Por un procedimiento casi tea-tral o cinematogrfico el virreySuperunda consigui conser-varle a Lima su antiguo presti-gio mediante estas construc-ciones "elsticas", adaptadasa las condiciones fsicas impe-rantes en la regin.

    Resumiendo los acontecimientos del terremoto en el punto enque los dejamos, podemos agregar que, tanto el conde de Superunda como.los "oficiales" en general se comportaron de modo irreprochable. Detuvieronlos incendios, hicieron buscar los cuerpos entre los escombros, protegieron alos desamparados, se opusieron a los robos tratando de recuperar las merca-deras depositadas en tierra o que se encontraban an en las calas o flotandoalrededor de los navos que se haban ido a pique en el puerto del Callao17.

    Apenas seis das ms tarde, el virrey peda consejo a D. LuisGodin (o Gaudin), matemtico francs que haba ido con la misin de LaCondamine para medir un arco de meridiano terrestre en el ecuador. Dichopersonaje se haba quedado en Amrica y era, a la sazn, profesor en Lima.El aviso de ese,

    sabio extranjero fue seguido al pie de la letra. Hay que reco-nocer que su informe comportaba medidas lgicas y prudentes para la recons-truccin de una ciudad que siempre estar sometida a posibles terremotos quepueden llegar a tener la fuerza destructiva del de 1746.

    Si las medidas tomadas por Superunda fueron, en general,realizadas con bastante rapidez, no se puede decir lo mismo en lo concer-niente a la reconstruccin de la catedral, que iba a durar an doce aospuesto que slo fue inaugurada el 8 de diciembre de 1758. Es, a grandesrasgos, el monumento que vemos an hoy da salvo algunos transformacio-nes no muy afortunadas de los siglos XIX y XX.

    El responsable de la reconstruccin fue un jesuita de Praga(y siguen los extranjeros en Amrica del Sur...!), el P. Juan Rehr. Fue l quienen realidad erigi la quincha a la categora de procedimiento tcnico con todaslas de la ley. La adopcin, por parte de un centroeuropeo habituado al yesoy al estuco, de este sistema local liviano y barato que hace pensar en undecorado de teatro es algo que no sorprende demasiado y demuestra cmoun hombre inteligente puede siempre adaptarse a las circunstancias.

    Los pilares fueron realizados del mismo modo en que se habapreconizado construir las torres el siglo precedente, es decir mediante la for-macin de un ncleo central de vigas de madera unidas entre s. La faz exte-rior de estos pilares es de ladrillo, que ha sido dispuesto de manera quereproduzca el orden jnico tal como lo practicaban los antiguos. Podra ser,sin embargo, que tanto estas pilastras como el entablamento que hoy vemos,sean producto de una ltima transformacin del siglo XIX (fig. 35).

    Las bvedas son sobreelevadas, de tipo "angevino", es decir,que el punto central de unin de las nervaduras es ms alto que la cumbrede cada arco fajn. Al ser distinta la separacin entre los pilares (la naveprincipal es ms ancha y hay al menos cuatro clases de tramos) haba queadoptar un "sistema-comodn" como ste de la bveda sobreelevada connervaduras. Esas nervaduras son de madera y las membranas, en cambio, en

    112113

  • :.,5;.!t1:11ztrozo,,,,bi I SI ')111.,

    Fig. 36. Fachada de la iglesiadel convento de San Francisco,Lima (foto D. Sayn). Unode los mejores y ms ricosejemplos de arquitectura con-ventual de toda Sudamrica.La parte central en piedra de-sarrolla una imaginacin pocoarquitectnica, aunque hechaa base de columnas, frontiscurvos, quebrados, etc. Es un

    delirio plstico que muy a laespaola se mantiene en elplano sin invadir el espacio tri-dimensional. La lgica que pre-side en esta pieza de orfebreragigantesca es la lgica del reta-blo. Grandes partes del edificiofueron reconstruidas por elportugus Vasconcelos a razde otro gran terremoto quetuvo lugar en el siglo XVII.

    Me da la impresin de que en los libros especializados no seha subrayado bastante el carcter original de esta arquitectura limea de lossiglos XVII y XVIII. Ya que lo que acabo de decir de la catedral podra tam-bin ampliarse a la mayora de las otras grandes iglesias de Lima reconstruidasdespus de 1746 (fig. 36).

    en hacerlos en imitacin de mampostera. En vez de intentar una nuevaexpresin, adaptada tambin a las particularsimas condiciones geolgicas yclimatricas de la zona.

    Para luchar contra los temblores de tierra los antiguos noposean sino dos mtodos, opuesto el uno al otro. O el de construir muy pesa-do, muy macizo o, todo lo contrario, el de construir tan liviano, tan "elstico"que las sacudidas del terremoto fueran por as decir absorbidas por esosmateriales sin que ello supusiera su destruccin. Si, por ejemplo, el primerode esos procedimientos es el adoptado en el caso de la catedral de Puno(como veremos ms adelante), no hay duda de que es el ltimo de esosmtodos el mtodo liviano el que fue empleado en Lima. Pero ello nose produjo de entrada sino a travs de la penosa experiencia de siglos enque el conjunto de los edificios pblicos y privados, civiles o religiosos, caainexorablemente a cada gran terremoto.

    Varias razones contribuyeron a esta poltica constructiva.Primero, la falta de materiales slidos 18 . Cuando se los empleaba con grangasto, los resultados eran siempre malos y decepcionantes. El caso de la cate-dral de Lima es, pues, ejemplar y por ese motivo, principalmente, lo eleg.Su historia se presenta, en efecto, como la titubeante bsqueda de un equi-librio entre varios trminos: el geolgico, climatrico, econmico..., pero tam-bin el "representativo". Se tard siglo y medio en cqmprender que, prcti-camente, en Lima y su regin no se poda construir con los tpicos procedi-mientos europeos. Vala ms encontrar un compromiso entre la utilizacintradicional de la madera, el ladrillo, y esa novedad que poda implicar elempleo de la quincha local..

    Por qu no haber hecho entonces se preguntar el lectorverdaderas iglesias en madera como las que hay en Bolivia (Moxos y Chiqui-toS) o en el Paraguay (Yaguarn)? Existen por lo menos dos buenas razones:por empezar se haba elegido a priori una arquitectura a gran programa, yes justamente pensando en ese aspecto de la cuestin que hablamos de unanecesidad representativa. Una construccin lgnea sincera poda quiz con-venir en esa poca a una simple capilla o aun a una iglesia modesta. Para loscnones espaoles de la poca, la sola madera no poda resultar bastantedigna para elevar con ella una verdadera catedral.

    En segundo lugar, desde el comienzo de la conquista y colo-nizacin hay que reconocer que los espaoles -se haban embarcado en un tipode construccin que, aunque humilde, aspiraba a estar realizada al menos enpiedra o en ladrillo. Cuando en la regin limea los temblores de tierra y ladificultad de aprovisionarse en materiales los convencieron de que no habaque hacer edificios en mampostera verdadera, se contentaron, bien que mal,

    114 115

  • Por una parte, los interesados no podan dejar de observarque las pequeas construcciones en quincha resistan bastante bien a lasfuertes sacudidas telricas; por otra, alguien debi comprender que, en seme-jante clima sin lluvias, una arquitectura "en decorado de teatro" parecaimponerse por s misma. Por qu no intentarla guardando al mismo tiempola imagen prestigiosa a la que se estaba acostumbrado? Para usar el lenguajede John Ruskin en las Siete lmparas de la Arquitectura, en Lima a mediadosdel siglo XVIII se alumbraron las lmparas del sacrificio, del poder, de labelleza, de la memoria. Pero en cambio quedaron apagadas otras muy impor-tantes: la de la obediencia, la de la verdad y, sobre todo, la de la vida. Esacaso verdad esto que acabo de escribir? La originalidad de la arquitecturalimea en el siglo XVIII habr que buscarla al nivel de la tcnica, y es unaoriginalidad que, en s, me resulta ya de por s bastante fascinante. Ya quesupone, al menos, una calidad importante: la de la adaptacin a un medio ya unas condiciones mentales dadas.

    No hay que sonrojarse demasiado de esta arquitectura astutay desprejuiciada. El historiador peruano Hctor Velarde la ha visto y la hajuzgado sin duda mejor que nadie cuando dice: "Las iglesias de Lima no tie-nen la prestancia y la nobleza de las del Cuzco; sus materiales son ms mo-destos. El adobe, el ladrillo de los muros y la quincha de las bvedas les handado una fisonoma caracterstica y general: las masas son blandas, lisas,coloreadas; hay una cierta melancola sonriente en la paz de sus amplias pro-porciones y en la ostentacin de sus lujos plsticos y fciles.

    "Las iglesias de Lima son amables, aun las de gran categora.Ellas son todas profundamente criollas en su ingenuidad estructural y en sufalta de vigor arquitectnico."

    Es lo que aqu hay que tener en cuenta. El Cuzco ha hechouna arquitectura dura en granito de sus montaas; Arequipa una arquitecturaabovedada en tufa calcrea de una inolvidable blancura; Lima ha modeladocon astucia una arquitectura que sale de la tierra puesto que es de barro, deladrillo, de quincha. No es en s nada vergonzoso. Si no queremos tomarnosla molestia de verla desde ese ngulo corremos el riesgo de no entenderlaen absoluto. Y lo que sera peor an, de no hacerle un mnimo de justicia.

    Notas

    1. R.P. Bernab Cobo, Historia de la fundacin de Lima, Lima,1882; Fr. Diego de Crdoba Salinas, Teatro de la iglesia metropolitana de la Ciu-

    116

    dad de los Reyes, 1650; Ruiz Cano y Galiano, Jbilos de Lima en la dedicacin dela Santa Iglesia Catedral, Lima, 1755; etc.

    Archivo de Indias, documentos grficos, seccin Mapas y Pla-nos, nos. 183, 193, 229.

    A. de I., Audiencia de Lima, carpeta n. 511.

    C. Morales Macchiavello, "San Francisco de Lima", El Arqui-tecto Peruano, Lima, 1941, ha estudiado este convento y su iglesia en una seriede artculos en donde tambin trata del procedimiento constructivo liviano al quehago alusin aqu. Ultimamente ha aparecido un trabajo fundamental de H. Rodr-guez Camilloni sobre el mismo tema, Boletn del Centro de Investigaciones Hist-ricas y Estticas, Caracas, n. 14, 1972 (ya citado precedentemente).

    Archivo Histrico Nacional, Madrid, n. 433 (clasificacin en ellibro de la Sra. Pescador del Hoyo), Individual y verdadera relacin de la extremaruyna que padeci la Ciudad de los Reyes Lima Capital del Reyno del Per con elhorrible Temblor de tierra acaecido en ella la noche del 28 de octubre de 1746 yde la total asolacin del Presidio y Puerto del Callao, por la violenta irrupcin delMar que ocasion en aquella Baha. (Impreso en Lima "en la imprenta que estabaen la calle de los Mercaderes", 1746, 13 pginas, in-4.; existe otra edicin poste-rior hecha en Mxico.)

    Marco Dorta .17 Angulo Iguez, Historia del arte hispanoame-ricano, Barcelona, 1956, tomo I, pg. 682.

    E. Marco Dorta, idem, pg. 603, habla de Becerra en estos tr-minos: "Hombre noble, hijodalgo notorio, nacido en Trujillo de Extremadura hacia1545, le vena 'de su abolengo ser grande maestro de cantera', segn declarabaenfticamente con una inmodestia hija, quiz, de la propia estimacin de su com-petencia profesional. Su padre Alonso Becerra haba sido 'gran maestro de dichoarte', as como su abuelo materno Hernn Gonzlez, maestro mayor de la catedralde Toledo, amigo y albacea del inmortal Alonso de Berruguete. Francisco Becerra,discpulo y alguna vez colaborador de su padre, 'hera tenido por uno de los mejo-res maestros que hu yo en aquella tierra', de Trujillo, donde vivi los aos de suprimera juventud y construy bastantes obras. Pero su sangre extremea parecaimpulsarle a buscar ms amplios horizontes, y en 1573 hizo informacin de lim-pieza de sangre para pasar a las Indias. En el mismo ao embarcaba con su mujeren Sevilla, formando parte ambos del squito que llevaba el licenciado GraneroDvalos, provisto para un cargo en Nueva Espaa. Trabaj Becerra en Mxico,Puebla y sus comarcas, segn queda dicho al tratar de esta ltima catedral, yhacia 1581 se traslad a Quito, donde desempe por nombramiento de la audien-cia el cargo de 'partidor de estancias y solares'.

    "A principios de 1582 se fue a Lima, llamado por su protector elvirrey don Martn Enrquez para trazar los planos de la catedral; pero durante sucorta residencia en Quito hizo las trazas para construir tres puentes en ros comar-canos, y traz las iglesias de Santo Domingo y San Agustn, cuyas obras tuvo asu cargo hasta dejarlas sacadas de cimientos."

    Hasta aqu Marco Dorta. Sabemos que, ms adelante, Becerradio los planos de esas dos catedrales gemelas que son Lima y el Cuzco. Murien 1605.

    117

  • E. Marco Dorta, op.cit., tomo I, pg. 684, cita las palabras delvirrey: "Vi la (catedral) que estaba comenzada escriba el Virrey en 1598 ...yparecindome que la traza de la nueva y lo que estaba hecho iba encaminado amucho gasto, demasiada grandeza y poca seguridad para los terremotos... lo hicereformar todo y reducir a una mediana convenible, de suerte que la costa sea me-nos y la obra ms segura y se acabe en breve tiempo, y en el poco que ha quese aprieta en ella va pareciendo y luce bien lo que se gasta".

    E. Marco Dorta, op.cit., tomo I, pg. 687.

    Harold E. Wethey, Colonial Architecture and Sculpture inPeru, Cambridge, Mass., 1949, pg. 72 sqq.

    Inscripcin que figura sobre un plano antiguo de la catedral,citado por D. Angulo Inguez, Planos de monumentos arquitectnicos de Amricay Filipinas existentes en el Archivo de Indias, tomo I, pg. 91.

    R.V. Bernab Cobo, Fundacin de Lima, 1639 (ed. mod.Madrid, 1956) pg. 301: "Por beneficio de estas acequias que cruzan y fertilizanla campia est a todos tiempos verde, amena y deleitosa ofreciendo a la vista unafresca y florida primavera; y como todas las heredades tienen sus casas de campoadonde se suelen irse a recrear los vecinos de Lima (sin recelo de que las lluviasles agen sus fiestas y placeres por no llover jams), hermosean grandemente elvalle". Fr. Diego de Crdoba Salinas, Teatro de la iglesia metropolitana de la Ciu-dad de los Reyes, 1650 led.mod., Lima, 1958), pg. 4: "Es tal el temple de laCiudad de Lima, tal la serenidad del ayre, la tranquilidad y amenidad del sitio, queapenas tiene igual en todo el mundo: porque est fundada a las faldas y races deunos montes y cerros que la cercan en forma de medialuna; y junto de las aguasy playas del mar del sur y puerto del callao: donde ni con el demasiado calor delsol se abrasa en el verano, ni con los elados fros se entorpece ni tiembla en elibierno porque la baan muy agradables, templados y saludables ayres. No estexpuesta a las largas y abundantes aguas plubiales que la embaracen, no la espan-tan los truenos ni la yenden los rayos ni tempestades, porque siempre goza de uncielo tranquilo y sereno, donde tambin se halla aquella calidad de Egipto, queponder la Escritura, que no se riega con las aguas y plubias del cielo, sino quees conducida por canales y acueductos...".

    Mario J. Buschiazzo, Historia de la arquitectura colonial enIberoamrica, Buenos Aires, 1961, pg. 84.

    George Kubler, The art and architecture of ancient America,Harmondsworth, 1962, pg. 238 sqq.

    Archivo de indias, Audiencia de Lima, 407 (citado por D.Angulo Iiguez, op.cit., tomo II, apndice, pg. 652 sqql.

    Planta ichnographica de la Santa Iglesia Catedral de Lima,Archivo de Indias (Mapas y planos), Per 183.

    Superunda hizo reconstruir el cabildo, restaur la prisin,dot a la ciudad de nuevas caeras de agua y encarg al citado profesor francsGodin la edificacin de una fortaleza moderna en el Callao.

    118

    P. Cobo, op. cit., pg. 307: "...los edificios de canteras sonpocos, por la mucha falta que hay de materiales, porque no se halla en todo estevalle cantera buena de donde cortar piedra para labrar, y a esta causa la que segasta es por la mayor parte traida por mar de Panam, distante quinientas leguas,de Arica que dista doscientas, y de otras tierras remotas... De los dems materialespara edificar, fuera de la madera que tambin se trae de lejos, hay abundanciaen este contorno, porque los adobes y ladrillos se hacen dentro de la ciudad, ensus arrabales, y vale el millar de adobes a 26 pesos y a 18 el de ladrillo. Para calhay mineras de buena piedra, y en gran abundancia, un cuarto de legua; arena hayharta en las orillas del ro: vale la fanega de cal ocho reales. Tamoin para cimien-tos y obra de mampostera hay copia de piedra tosca de rocas y lajas en las sierrasvecinas. La madera se trae toda por la mar, la mayor parte de la ciudad de Guaya-quil, ms de doscientas leguas de aqu; es casi toda de roble; del reino de Chile setrae tambin alguna, que dista de esta ciudad quinientas leguas, y antes que seperdiera la ciudad de Valdivia se traa muchsima, y andaba muy barata (...) Asi-mismo se trae de Tierra Firme y de la Nueva Espaa madera de cedro, de granadilloy de otros gneros preciosos para labrar puertas, balcones, sillas, mesas y otrascosas de este jaez".

    Hctor Velarde, Arquitectura peruana, Mxico, 1946, pg. 107sqq.

    119

    Page 1Page 2Page 3Page 4Page 5Page 6Page 7Page 8Page 9Page 10