La Cesura Del Debate

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Artículo de Eduardo A. Bertoni, publicado en el libro "La determinación judicial de la pena", AAVV, Ed. del Puerto, 1993.

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    LA CESURA DEL JU IC IO PENAL

    Eduardo Andres Bertoni

    I. UN H IPOTET ICO CASOIm aginem os una sala de juicio de algU n pueblo en el interior del pa i s .Im aginem os, tam bien, que en esa sala se esta llevando adelante undebate/en el cual resulta acusado de violaci6n seguida de m uerte unjoven que hacia poco tiem po habra llegado a aquel sitio, cansado debuscar y no encontrar trabajo en las grandes ciudades.Es muy posible que este hecho haya conm ocionado a todo el pueblo,por 1 0 que la sala esta completa y , aun mas, el diario lo cal se proponecub rir deta lladamen te e l a conte cimien to .Im aginernos que todo el proceso se encuentra regulado por norm asparecidas a las d el C od ig o P ro cesal F ed eral, y que el fonda de la cues-tion es regido por nuestro Codigo Penal. Siendo ello asi, imagtnemosun fiscal m uy preocupado porque la condena alcance el m axim o legalp osib le, p or lo cu aI, reco rd an do 1 0 que prescribe eI art. 41 del C odigoPenal, se ha encargado de traer innum erable cantidad de testigos quedan cuenta de la escasa educaci6n del joven, de sus costumbres y,ademas, expone ante la sala y aporta testim onios de una sentenciaque 1 0 habfa condenado en suspenso por haber sido encontrado cul-pable de un $lelito m enor. Im aginem os que en cam bio, el defensor seha preocupado en destruir cada una de las pruebas que involucrabanal joven en el hecho, por 1 0 que se encuentra ante la contradicci6ninterna de tener que exponer tam bien algunas cuestiones que, en casode una condena (hipotetica e improbable de acuerdo con su pensa-m iento), sean tenidas en cuenta para am inorarla pena.Im aginemos ahora que la sentencia 1 0 decla ra inocente . La ju stic ia de lfallo es com partida por la totalidad de la comunidad, por cuanto ha

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    resultado evidente que el dia del aberrante acto crim inal, el joven seencontraba en un pueblo vecino. N o obstante, los trabajos esporadi-cos que venfa realizando en el pueblo le son negados despues delfallo, por razones tales com o su educaci6n, costum bres, 0 aetas devida anteriores que, de no haber sido por el juicio im aginado, nadiehub ie ra conoc ido.Im aginernos, finalrnente, que el joven debe abandonar el pueblo porno encontrar tareas que Ie perrnitan sostenerse dignarnente; m ientrasse aleja su m ente trata de com prender por que, si siem pre fue inocen-te, en el juicio se llev6 a cabo ante todo el pueblo una radiograffa desu vida y su pasado, que el m ism o estaba queriendo olvidar.II. IN lR ODUCCIO N AL lEMACreo haber puesto de m anifiesto, con el relato de un hipotetico caso,la importancia y 1 a trascen den cia q ue tien e, en los procesos penales, laintroducci6n de reglas bien definidas que perrnitan llevar adelantein vestigacion es so bre el au to r recien despues de que se 1 0 haya en con-trado culpable del hecho que se Ie reprocha."P or otra parte, desde la perspectiva de los principios basicos garantis-tas del proceso, com o son la presuncion de inocencia y que este cau se,par eso m ism o, el m enor daiio posible al procesado 0 imputado, n atu -ralm ente adelantar al m om ento de la indagaci6n del hecho 0detenni-nacion del injusto,la cuestion de la determ inacion de la pena, afectariag rav emen te el princip io d e in ocen cia y de la minim a lesividad del pro-ceso. E n efecto, com o hem os visto, la determ inacion de la pena obligaa inm iscuirse con la vida del im putado, con las situaciones socialesque 1 0 rodean, con sus problem as de personalidad 0enfrentamientode situaciones, etc. E lla, evidentem ente, no puede decidirse antes dehaber constatado la existencia de un delito 0injusto'".A dernas, resulta obvio que todo 1 0 referido a la indlvidualizacion dela pena presupone que la conducta imputada a una persona ya hayasido corroborada, al m enos como tfpica y antijurfdica, por 1 0 que, a de -m as de razones de respeto a la dignidad de la persona, existen razo-nes de econom fa procesal que im pulsan a la elecci6n de sistem as pro-cesales que contengan reglas que perrnitan la division del juicio.ICf. Bustos Ramirez, J " M e d ic i6 1l d e la p ella y p r oc c s o p e n a l, en Haciauna nueva justicia penal, Presidencia de la Nacion, Buenos Aires,1989, t. I, pp. 329-330.114

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    E n esto consiste pues, precisam ente.Io que la doctrina ha dado en lla-m ar la cesura del juicio penal: una parte del proceso destinada a laaveriguadon de la culpabilidad del im pu tado, y otra posterior que seocupa de reunir todos aquellos elem entos perm itidos para determ i-nar concre tamente cual es la sancion correspondiente.N o es objeto del presente trabajo incursionar en aquello que se refierea los criterios posibles para la detenninaci6n de la pena. Se da porsentado que el tem a es com plejo y que por cierto, no ex is ten criterios, .urucos,Lo relevante es que, en rigor, se pone en juego la dignidad de 1 a per-sona, por 1 0 cual, 1 0 que sirva de base para la imposicion de ]a penadebe ser transparente, y merece un tratam iento que perm ita al pena-do contar con las m ism as garantias que cuenta para defenderse de loshechos que Ie son im putados. N o debe olvidarse que 1 0 "que en defi-nitiva va a afectar directa y concretam ente al ciudadano es Ia p en aque se I e va a aplicar y , JX> rtan to , n ecesariamen te d en tro d el p ro cesotien e que darsele la significaci6n e importan cia que merece'",I I I . L A D IV IS IO N D E L D E B A T E A L A L U Z D E L A S T E O R IA S D E L A P E N AParece claro que si partieramos de una teoria absoJuta de la pena lacesura del juicio no tendria mucho sentido.Si la pena es concebida como una mera expiacion por el hecho com e-tido, como un acto de venganza "controlado" por el estado (en sucaracter de pura retribucion), ya nada importa indagar sobrecuestio-nes inh eren tes al au tor.H istoricam ente, puede advertirse que can el nacim iento del procedi-miento inquisitivo refonnado, los resabios de las doctrinas retributi-vas eran tan im portantes que el C6digo Penal frances de 1791 conte-nia penas fijas, no dandose lugar a ninguna individualizaci6n porparte de los jueces'; ella demuestra la poca importancia dada a ladeterm inacion de la pena cuando se parte de una teoria com o 1a sefia-1ada.En cambio, si se procede a la observacion del tema con el prisma delas teo rias relativ as, las conc1usiones son muy d iferen tes.Es facil presuJX>ner que, si el fin ultimo de la pena es la reso cializaci6 n

    2 C f. Bu sto s Ram ire z, J . , o p . ciJl , p. 329.3 Cf. Maier, J . B. J . , La cesurn d e l juicio p e n a l , en Doctrina Penal,Depalma, Buenos A ire s, 1 984, p. 241.

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    del individuo, la investigacion detallada de aquello que pennita reali-zar una correcta individualizaci6n de la sancion s e r a siempre bienve-nida.Si, en cambio, la pena tuviere sentido para afirmar en la sociedad cier-tas pautas de comportamiento basieo (prevenci6n general positiva),de descuidarse la correcta imposici6n de una pena adecuada, se esta-dan descuidando tambien los fines previstos.Inclusive, desde la optica de la abolici6n de Ia pen a de encierro, unapostura que permita dividir el juicio encontraria defensores, puestoque en esta etapa podrian discutirse forrnas altemativas de resolucionde los conflictos, dando cabida, por ejemplo, a que la victima puedadiscutir la reparacion 0 cornpensacion que considere adecuada. Deesta manera, se Ie estaria otorgando un lugar en el proceso, en unaetapa del juicio en que tanto ella ( la v ic tima) como el autor tendrfanplenas garantfas.Podria argumentarse en cuanto a que todas estas cuestiones no secontraponen a que durante el mismo juicio donde se tiende a la averi-guaci6n de 1 a verdad objetiva de los hechos irnputados al autor, tam-bien y simultanearnente se estudie todo 1 0 que permita una adecuadasand6n; empero, la practica de mas de un siglo de sistemas que asi 1 0hacen, demuestra que existe una exagerada despropord6n entre todoel razonamiento que justifica el juicio de culpabilidad (ademas de lasgarantfas que posee el individuo penalmente perseguido) comparadocon 1 a superficialidad can que se aborda la cuestion de Ia determina-cion de 1 a pena. "El actual sistema de juicio oral es una prueba de lafalta de importancia que se da a la determinacion de la pena en com-paracion can la que se da a la cuestion de 1 a punibilidad ...A diferen-cia de 1 0 que ocurre can los elementos fundamentales de la punibili-dad (v.gr. las hue lIas del delito), los elementos relevantes para ladeterminacion de la pena (v,gr. las relaciones personales del delin-cuente), se establecen de pasada y sin la meticulosidad que en generalcaracteriza la practice de la prueba en el juicio oral'" .Es par ello que la cesura del debate brindaria la posibilidad de rever-tir esta practice, en beneficia de quienes estan involucrados en unproceso penal.( Cf. Hassemer, W., Funda mentos del D erecho Penni, Bosch,Barcelona, 1984, p. 133.116

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    IV. EL MOMENTO DE LA CESURA Y ELCONTENIDO DE CADA FASEE stablecido que la cesura del juicio consiste en la separaci6n de todoaquello referido a la determ inaci6n de la pena de 1 0 estrictamenterelac io nado con la culp ab ilid ad d el auto r por el hecho reprochado, ladisyuntiva se presenta en la opci6n por el m em ento del proceso m a sapro piado para qu e la d ivisio n alcance los fin es p ersegu ido s.E l estudio del momento de la "bifurcacion" del juicio es la contracaradel contenido de cada fase: fijado esto ultim o, 1 0 p rimero su rgira inv a-riablemente'.La cuestion puede ser encarada desde dos posturas: la prim era, quedenom ino extrem a, ubica al principio del juicio todas las cuestionesque se re la cionan con la corrobo ra ci6n del in ju sto (tipicidad y antijuri-dicidad de la conducta); a su vez, la segunda posicion, que podriallam arse m oderada, considera que 1a division com ienza recien des-pues de haber debatido la culpabilidad del sujeto.E l fundamento de la posici6n extrema radica en que, si una de lasprincipales funciones de la division del juido es que no se divulguencuestiones relacionadas can la personalidad del sujeto hasta que no setenga certeza de la constatacion del injusto .. es claro que cualquieracercam iento que se intente para determ inar -par ejem plo- su capaci-dad de culpabilidad, ya im plica inm iscuirse en aspectos personales(v .gr. e l estud io d e lo s p roceso s de motiv acio n con forme a derech o)',A si,la prim er fase culm inaria con un interlocutorio por el hecho, tra-tandose todo 1 0 referente a la culpabilidad y a la d eterm in aciOn d e lapena en un segundo periodo.Esta postura, que puede parecer m uy loable en una primera aproxi-macion, rapidamente presenta problemas de indole pract ice: hoy endia no existe un consenso dogm atico acerca de la ub icac i6n s is tema ti-ca de ciertas categorias (sobre todo en materia de error); ademas,m uchas veces la investlgadon sobre dertas cuestiones relacionadascon el fuero interne del im putado, resultan necesarias para la apreda-cion de los casas de error 0la comproba ci6n de elemento s subjetiv os.

    !IPara ampliar esta cuestion, d. M aier, J . B. J . , op . cit., pp. 250-253.. ;Esta postura es defendida por Bustos Ramirez: "Ya que no ten-dna sentido seguir adelante, en respeto ronsecuente al principiode inocencia y de minima lesividad del proceso para el imputado,si se constata que por cualquier razon no se da el injusto 0no tie-ne sentido su persecuci6n . .." . Cf. op . c it. , p. 332.

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    Por otro lado, no debe perderse de vista que ellfmite del poder estatalse encuentra en que, en verdad, la condena s6]0 podra fundarse siem-pre que el individuo h3)';\ tenido posibilidad de valoraci6n del hechocometido y posibilidad de motivarse conforme a derecho. As! escomo surge 1asegunda posturer antes sefialada, que considera que lacesura debe practicarse a partir del interlocutorio de culpabilidad.De esta manera, pareciera que puede atenderse de mejor manera todo1 0 que hasta hoy se p resenta como secundario: un estudio acabado detodos los aspectos que pennitan una correcta individualizacion de lapena.Relacionado con esto, surge tambien el interrogante sobre el m om en-to apropiado en que deben comenzar a investigarse las circunstanciasque seran valoradas para la determinacion de la reaccion estatal.En mi opinion, 1 0 mas aconsejable seria comenzarla a partir del inter-locutorio de culpabilidad, es decir, cuando ya se tiene certeza de queel autor es culpable del hecho que se le imputa. Me hago cargo de queesto podria traer inconvenientes relacionados con Ia prolongacion delos juicios, pem creo que es un problema solucionable a partir de lafijaci6n de plazos razonables: tal vez una prolongacion del juicio porestas razones traiga aparejado un beneficio considerable para el enjui-ciado, ya que la pena que en definitiva se le impondra habra estadosuficienternente meditada.Podria pensarse, ademas, en que conjuntamente con la condena deculpabilidad se exprese cual es ellimite maximo de pena conforme ala culpabilidad por el hecho. A partir de ese momento comenzarian acorrer los plazos para que en la segunda fuse se investiguen todas lascuestiones para que se individualice la pena.E sta soluci6n m e parece la mas conveniente para que la intromisi6nen aspectos Intimos del enjuiciado se practique can la certeza enmana de su culpabilidad; asimismo, y salvo que se piense en que lasegunda fase sea resuelta por jueces distintos a la primera, se evitatambien la subjetivizaci6n de ellos, pues ciertas c ircun stanc ia s so lopodran ser conocidas una vez que 1 0 han considerado culpable por elhecho.No quisiera dejar de lado la posibilidad de que parte de la investiga-cion se comience antes del interlocutorio de culpabilidad con laexpresa conformidad del imputado y su defensor: a pesar de no estarconvencido de las bondades que ella podria aparejar, estirno que no

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    puede ser descartado de plano. FinaIm ente, y para conduir con estepunto, es necesario, cuanto m enos, enunciar las vinculaciones entreuna fase y la otra.E n prim er lugar, surge la pregunta sobre la conveniencia de regular laapertura de la segunda etapa en form a facultativa U obligato ria parael tribunal: si esta es la disyuntiva, estim o conveniente que ella seasiempre obligatorio, por cuanto ereo serfa la tinica manera de veneerla inercia de mas de un siglo de restarle im portancia a la cuesti6n dela determinacion de la pena.E mpero, podria pensarse en una tercera posibilidad: que el propioim putado decida si se pasa 0 no a la segunda fase', Es claro que parahacer viable esto, debem os aceptar que el interlocutorio de culpabili-dad exprese un quantum d e pen a tal como se d ijera an terio rmen te.A prim era vista, esta ultim a cuestion parece bastante seductora, yaque 1 0 cierto es que el propio sujeto es el que padece las consecuenciasde la im posicion de pena. No obstante, creo que toda teorfa relativade la pena tiende a un fin que debe ser iitil no solo al individuo, sinotam bien al E stado; si esto es asi, el E stado tambiert tiene un interes enla correcta determ inacion de la pena, por 1 0 que, p ara ser co nsecu en tecon los postulados de aquella, no podria dejar librado solo a la volun-tad del individ uo la decisi6n de la apertura de la segunda fase.La segunda relacion entre am bas fases estaria dada por el valor vincu-lante de la prim era con la segunda. Pareciera que 1 0 m as adecuado esaceptar la fuerza obligatoria del interlocutorio de culpabilidad, conexcepciones que faculten a corregirlo en casos realm ente excepdona-les (p. ej., cuando aparezca algiin hecho nuevo).V . EJEMPLOS NORMATIVOSLa cuestion de la cesura del juicio aparece hoy en dia m as com o "pro-yecto" en los c6digos m odemos que como realidad legislativa conere-tao No obstante ello, existen excepciones que merecen ser por 1 0m enos enunciadas. Antes de ingresar en su estudio, es pertinenteaclarar que en derto m odo este tem a se efectiviza en el derecho penalde m enores, el cual no sera objeto de estudio en el presente trabajo.Se pueden encontrar antecedentes en el m odele del juicio por juradosdel derecho anglosaj6n. ASI es que resulta interesante apreciar la

    7 C f. Magarifto s, M ., Haria W I criierio p a r a l a d e t e rmi ll ll c io tl j ud i c in l deIn p e 1 1 a , en esta misma obra.

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    mecanica actual del proceso penal en los Estados Unidos, especial-mente en 1 0 referido al modo de determ inacion de la pena",Basicamente, y tal C0010 se encuentra regulado en la rnayorfa de losestados, el jurado se limita a d ic taminar sobre la culpabilidad 0 ino-cencia del imputado.La etapa de sentencia ( sen tencing phase) es conducida por un solo juez,no teniendo inierencia ningun miembro del ju rado : en este segmen todel juicio es el primero el que fijara concretamente la pena.Esta fase contiene reg]as que varian entre los distintos estados: algu-nos tienen procedim ientos m uy rudim entarios, m ientras que en otrosel proceso es bastante complejo.Las garantias individuales que se tienen en 1a primera etapa no nece-sariamente se tienen en la segunda; par ejemplo, en un fallo de laSuprema Corte en 1967 (S p e c ht v . P a tte rs o n) se estableci6 que no cons-titufa un derecho constitucionalla posibilidad de ser escuchado pre-viarnente a 1a concreta determ inacion de la sentencia.Tampoco existe el d e r e c h o d E 1 confrontar e interrogar a lo s testigosque declaren en esta etapa ( Ba ker v. Un ited S ta tes , 1968), y tam poco seaplican las reglas de la exclusion probatoria.Empero, para llevar adelante su cometido, el juez debe poseer lamayor cantidad de informacion sobre la vida y caracteristicas delim putado, todas las cuales son acum u1adas en un informe previo a lasentencia (presentence report) , que es confeccionado por el servicio deprobation del tribunal.A pesar de 1 0 expuesto, se ha perm itido en algunas ju risdicciones quesea el propio juez quien mantenga entrevistas con amigos, vecinos,compafieros de trabajo del enjuiciado, etc., com o parte del inform e.En este orden se sostuvo que "el uso de pruebas por referencias conrespecto a la solvencia m oral de una persona esta am pliarnente justifi-cado por la conveniencia practica, evitando en el juicio numerosasp ru eb as ac cesoria s q ue complic arian , co nfundiria n, de scon centra rfa ny distraerian a los miembros del jurado" (M i chels on v. U nited S ta tes,1948).8 Como fuente principal de todo este apartado se utiliz6 un traba-jo de Mueller, G. y Buharow, D., Bifurcatioll: the tw o p J lns e system oftri b un a l p ro ce du re i n ti re U n i ted S ta tes , en Wayne Law Review, vol.15,Nl2.120

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    Lo peligroso es que, en ciertos casos, al im putado y a su abogado nose Ie perm itio ver el presentence report, y ni siquiera pudo introducirprue!Jas para refutarlo total 0 parcialrnente (U nited S ta tes v. Durham,1960 ; Un ited S ta tes v . F ischer, 1967 ).Como regia general, el presentence report contiene elem entos talescomo an teced en tes condenato rio s, arresto s can terio res, ev alu acionespsicol6gicas y las m encionadas entrevistas; lei acumulaci6n de infor-m acion varia segun el delito cometido.Retom ando estrietam ente la regulaci6n federal, el juez puede optarJX>rvarios medios al momento de sentenciar: hacer uso de la proba-tion, im poner la pena de prisi6n por el tiem po que determ ine, 0 impo-ner la pena de m uerte.Esta elecdon 1 a establece sobre I a base del p r e s e n t e n c e report, 1 0 eual seencuentra rewlado en laR.e~la32 (c) del P ro ced iro ien to C rim in alFederal',Un sistema que merece particular Importancia dentro del ambito esta-dounidense es el sistema califom iano. En este estado, la condenaim puesta a 1 a culm inaci6n del juicio se entiende que es por el m axim ode tiem po legal; a partir de ese m om ento, cuG tlquier decision sobre elfuturo del condenado es de caracter adm inistrative, que detennina el

    9 Rule 32. S entence a nd J udg em ent (c) . Federa l R ules of C rim ina lProcedure:"(1) In ve stig aci6 n p rev ia a la sen tet1 cia. C u an do se llev a a cab o:E I servicio de prohztion d el trib un al, d eb era realizar u n in fo nn eprevio a la sentencia (presentence report) , antes de que el juez seexpida 0 antes de que sea otorgada la probation, a menos que,co n p erm iso d el trib un al, el acu sado renunci e a ta l Inves tigac iono infonne, 0 el tribun al en ruen tre en el exp ediente la informa-cion su ficiente com o para haeer posible la determinacion de lasen ten cia. E I info nne no d ebera ser presen tado al trib unal n i sucontenido revelado a nadie a : m eIlO S que el acusado se hayadec la rado culpab le , 0 se 1 0 considete culpable, e xc ep to que conconsentirn iento e sc rit o del acusado, el juez pueda in specciona rel in fo nn e en cu alq uier momen to .(2) Infonne (report): EI informe prev io a la sentencia (presentencereport) debera incluir: a) todo antecedente penal anterior dela cu sa do ; b ) la dedaracion de la s c irCUnstanc ia s acerc a del deli tocometido y de las circunstancias que a fe ct en a l comportamientodel acusado ; c) to da infonn aci6 n co ncem ien te a cu alqu ier per-jukio ya s ea patrimon ia l, p sicol6gi cO , socia l y fis ico, s ufrido porcualquier victima del d elito ; y d ) c uil1 qu ie rotra infonnac i6n quepueda ayudar al tribunal en I a s en tenc ia , i nc luyendo la s que sen ec es ite n d e cua lquie r v ic tima del d eU to " .

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    Ca li fo rn ia Adu lt Autho ri ty , organo especial al que se Ie delega la res-ponsabilidad deuna concreta detenninaci6n de la sentencia".Al ser un p ro ce so d e ca ra cte r administrativo, muchas garan tia s v igen -tes en el juicio no se aplican en esta etapa, pudiendo detenninarse Iamedida de la pena sin siquiera tener la posibilidad de introducir nin-guna prueba. E sto, indudablem ente puede dar lugar a innum erablescrfticas.E n un am bito diferente, tanto el CPP M odelo para Iberoarnerica (art.287), com o el Proyecto de C PP de G uatem ala de 1989 (art. 308), el Pro-yecto de CPP de Ecuador (art. 276) y el Proyecto de CPP argentino de1986 (art. 287 ), regulan la posihilidad de dividir el debate.Esta d iv isio n es fa cu lta tiv e para el tribunal cuando, segiin su criterio,resulte adecuado para la rnejor resoluci6n sobre la pena. La decisi6ndebe ser comunicada por el tribunal a mas tardar en la apertura deldebate.No obstante que la regIa es que la cesura sea facultativa para el tribu-nal, en los casos en que, d e acu erdo can la calificaci6n juridica de laacusacion y del auto de apertura a juicio, Ia pena supere los cincoanos de privacion de la libertad, tanto el im putado com o su defensorpueden solicitar la division del debate y , en tal caso, el tribunal estao bligad o a h acerlo.E n este supuesto, el tribunal debe, al culm inar la primera parte deldebate, resolver sobre la cuesti6n de culpabilidad. Si ella habilita laim posici6n de una pena 0medida de seguridad, debe fijar dia y horapara 1a prosecucion del debate referido a la determ inacion de la pena.Una vez abierto el debate sobre esta cuestion, se com ienza con larecepci6n de la prueba. Cabe destacar que ella debe haber sido ofreci-

    1(1 E 1C6digo Penal de California cstablece que:"1168. Toda persona penada por un delito de acci6n publica enestos m em entos prescripto por la ley, debera (a m enos que se Ieotorgue la p r o b a t i o n , 0 tenga derecho a un nuevo juicio, 0 se sus-penda la sen tencia) s er condenada a cum plir Ia pena en una pri-sion estatal, pero el Tribunal n o d eb era fija r l a d ura cion del peri-odo de reclusion al dictar sentencia".II 302 .0 . En los casos en que las personas que hasta el memento 0en 1 0 sucesivo, hayan sido sentenciadas conforme a las clausulasde la secd6n 1168 de esre c6digo, la Adult A u tllO ri hj debora de-terminar, luego de que haya comenzado la reclusion, la dura-don de la misma si la hubiere".122

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    da en su oportunidad conjuntam ente can las otras.F inalm ente, el proceso sigue can las reglas comunes, y la sentencia seintegra recien despues del debate sabre la pena, con el interlocutoriode culpabil idad y con la reso lucio n sob re Ia p en a qu e se aplicara.Lamentablemente, el nuevo C6digo Procesal Penal vigente en elam bito nacional no contem pla, ni siquiera facultativam ente para eltribunal, la posibilidad de la discusion de Ia determ inacion de la pellaen form a au tonoma,No es casual que asf sea ya que, nueva m ente, en el am bito federal sepone en vigencia un codigo que nace viejo, pues es tornado del CPPItaliano de 1913 y 1930, momento en el cual estas ideas todavfa noe ran debatidas.Lo tin ico que puede esperarse es que lo s ju eces o rd en en Ia ex posici6 nde la prueba de manera que todo 10 re la cionado con la dete rminacionde la pena se realice en ultimo term ino (art. 382 CPP Nadon),Podria proponerse otra solucion para cubrir este vado: las partes nopresentan (0 presentan en subsidio) las pruebas relativas a la correctaindividualizacion de la pena. T erm inado el debate, el tribunal delibe-ra (art. 3% Cl'P Nadon) y entonc es, si consid era la re spon sab ilid addel imputado por el heche, procede a 1a reapertura recibiendo lasnuevas pruebas para la correcta indtvidualizacion de la sancion (art.397 CPP Nadon).Esta idea me parece que fuerza las disposiciones del codigo, p ero talvez as! se penn ita en la practica la in troducc ion de la ce su ra en elrec ien te o rd en am iento p ro cesal fed eral.V I. CONCLUS ION .E n definitiva, la decision polftica de optar por un sistem a de cesuradel ju icio o bligato rio es altamen te fav orab le tanto para quien sufre lasancion, como para la victim a y , por que no, para el E stado, que ten-dra un m ejor mecanismo para que las penas que aplique sean las ade-cuadas.E s qu ern atic amente.Ia c esu ra p erm ite :a) mejor adecuacion de la sancion a los fines de la pena (siempretomando como punta de partida las teorias relatives):b) se facilita la labor de la defensa y del imputado.al no sen tirse p re-sionados para e laborar una me jo r estrate gia d efen sista;

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    c) permite que el tribunal no se subjetivice conociendo datos de lapersonalidaddel autor antes de considerarlo responsable por elhecho;d) en la segunda etapa podrian im aginarse m etod os de acercam ientoentre v ic tima y victim ario. No obstante 10 dicho, siempre habra voces que se alcen contra estainnovaci6n en los procedim ientos, con argum entos (tal vez atendi-bles) so bre la proIongaciOn de lo s juicios.De todas form as, opine que 1 0 im portante es intentar el cambio, tra-tando de solucionar estos problemas -menores-, pues el fiel de labalanza se inclina a favor de las ventajas que este s is tema contiene.

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