La Ciencia Política

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    LA CIENCIA POLTICA

    por Julio Pinto en Introduccin a la ciencia poltica (nueva versin),

    J. Pinto (comp.) 1. SU EVOLUCIN HISTRICA HASTA EL SIGLO XX El anlisis sistemtico y riguroso de los hechos polticos est ya presente en los orgenes de la civilizacin occidental, surgiendo en el momento histrico en que, en el siglo IV antes de Cristo, la crisis terminal de las polis griegas suscita la reflexin crtica de Aristteles. Ella busca llegar a conclusiones "cientficas" sobre las causas institucionales de la crisis y para eso recurre a la comparacin de las constituciones de esas polis. El resultado de la investigacin de Aristteles es su obra La Poltica, que denomina y define inicialmente el campo de estudios de la disciplina, comenzando de este modo un vasto cielo de obras de anlisis terico y emprico. Por eso podemos decir con Sheldon Wolin que: En cierto sentido, el proceso de definir el mbito de lo poltico no ha diferido mucho del que ha tenido lugar en otros campos de indagacin. Nadie sostendra con seriedad, por ejemplo, que los campos de la fsica o la qumica han existido siempre de una forma evidente por s misma y bien determinada, esperando nicamente que Galileo o Lavoissier las descubrieran. Si aceptamos que un campo de indagacin es, en importante medida, producto de una definicin, el campo de la poltica puede ser considerado como un mbito cuyos lmites han sido establecidos a lo largo de siglos de discusin poltica (...) el campo de la poltica es y ha sido, en un sentido decisivo y radical, un producto de la creacin humana.1 Una prolongada evolucin histrica caracteriza tambin a las otras ciencias, pero lo que diferencia a la ciencia poltica es, como lo destaca Sheldon Wolin2 la particularidad de sus paradigmas. Esta particularidad consiste en que las grandes teoras polticas que marcan autnticas revoluciones cientficas3 son, a la vez que paradigmas cientficos, paradigmas polticos, dado que procuran cambiar no slo el modo de observar cientficamente lo poltico sino tambin las instituciones jurdicas, que dan sentido a un orden poltico en crisis. Tal es el caso de las teoras de Aristteles, Santo Toms, Maquiavelo, Hobbes, Locke, Montesquieu, Marx y Weber, que evidencian la relacin circular existente entre la teora y la prctica poltica. La crisis del paradigma se produce originariamente en la sociedad, proyectndose luego sobre la comunidad cientfica.4 La crisis, normalmente acompaada por la acentuada decadencia de las instituciones polticas, produce la prdida de autoridad de los gobernantes y de las ideas en las que se sustenta el consenso social que le da legitimidad para gobernar. Se crea as en la sociedad una creciente expectativa de cambio, de que surja una gran teora que sirva de paradigma para reordenar el orden poltico en crisis, al modificar la lectura cultural de lo poltico que realiza esa sociedad. El colapso de las polis griegas, las luchas entre el poder temporal y el poder espiritual para orientar polticamente la Europa medieval, la aparicin de los Estados nacionales, las Revoluciones Inglesas, la Revolucin Industrial, la Europa continental encerrada entre el contractualismo anglosajn y el autoritarismo ruso, conforman entonces las crisis histricas en las que surgen nuevos paradigmas, nuevas grandes teoras que replantean, a la vez que el discurso cientfico vigente, el orden poltico existente. Es por eso que las teoras polticas se constituyen, a la vez que en paradigmas cientficos que orientan a la disciplina, en perspectivas ideolgicas que legitiman la prctica poltica. Es esta la causa de que haya existido siempre en la ciencia poltica una ineludible relacin circular entre la teora y la prctica, entre el desenvolvimiento cientfico de la disciplina y los valores polticos que lo estimulan. Es su horizonte histrico de comprensin el que hace inteligibles las grandes teoras que dan sentido al anlisis cientfico de la poltica. Puede decirse entonces que el desarrollo histrico de la ciencia poltica se produce, a lo largo de siglos, a travs de la definicin y redefinicin del objeto sobre el que proyecta su anlisis, del mismo modo que mediante el replanteo de sus mtodos y tcnicas de investigacin. Cambian as tanto el objeto de la poltica -el resguardo de la polis, la salvacin, el Estado nacional, la salvaguardia de la vida, el individualismo posesivo5, la antropognesis, la comunidad- como los mtodos y tcnicas de investigacin con los que se adquiere el conocimiento cientfico. Pasquino destaca: La ciencia poltica es el producto de un conjunto de contribuciones, reflexiones, anlisis, de los fenmenos polticos madurados, cabalmente, en el curso de la experiencia poltica occidental. Una y otra vez los estudiosos se han enfrentado con estos fenmenos apelando a los mtodos entonces disponibles y estudiando concretamente las temticas ms significativas. Entonces, ninguno de ellos ha nunca sabido o querido (admitiendo que ello sea posible adems que auspiciable) mantener esmeradamente distinguidos el momento descriptivo del prescriptivo, los hechos de los valores.6 ___________________________________________________________ 1 S. Wolin: Poltica y perspectiva. Continuidad y cambio en el pensamiento poltico occidental (1960), Amorrortu, Buenos Aires, 1970, pg. 14.

    2 S. Wolin: Paradigms and Politicals Theories en P. King y B. C. Parekli (comps.) Politics and Experience. Cambridge Universitv Press, 1968. Una interesante aproximacin a estos temas en nuestro medio es el que produce J. Nun: La teora poltica y la transicin democrtica" en J. Nun y J.C Portantiero comps. Ensayos sobre la transicin democrtica en la Argentina, Punto sur, Buenos Aires. 1987

    3 El concepto de paradigma de Kuhn es impreciso y ha merecido mltiples controversias, pero su uso se ha universalizado al definir eficazmente los contenidos metatericos de la

    ciencia. "En su uso establecido, un paradigma es un modelo o patrn aceptado y este aspecto de su significado me ha permitido apropiarme la palabra 'paradigma' a falta de otro

    trmino mejor", en T. S. Kuhn: La estructura de las revoluciones cientficas (1962), Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1975, pg. 51. Un at rayente anlisis del tema puede verse

    en C. Lorenzano: La estructura del conocimiento cientfico, Zavala, Buenos Aires, 1988. La expresin "revoluciones cientficas" de Kuhn es tan elocuente como la de Popper,

    mutaciones cientficas, para describir los bruscos cambios de orientacin que se producen en una disciplina cientfica al cambiar el paradigma que la inspiraba hasta entonces, siendo sus consecuencias muy bien estudiadas por Kuhn: En el desarrollo de la ciencia natural, cuando un individuo o grupo produce, por primera vez, una sntesis capaz de atraer a la mayora de los profesionales de la generacin siguiente, las escuelas ms antiguas desaparecen gradualmente. Su desaparicin se debe, en parte, a la conversin de sus miembros al

    nuevo paradigma, Pero hay siempre hombres que se aferran a alguna de las viejas opiniones, simplemente se los excluye de la profesin que, a partir de entonces, pasa por alto sus

    trabajos. El nuevo paradigma implica una definicin nueva y ms rgida del campo. Quienes no deseen o no sean capaces de ajus tar su trabajo a ella debern continuar en aislamiento

    o unirse a algn otro grupo, en T S. Kuhn, op. cit., pg. 46. 4 Ms que la inteleccin subjetiva, es la inteleccin intersubjetiva la que gua al conocimiento cientfico. As lo entiende Kuhn La ciencia normal, la actividad en que, inevitablemente, la mayora de los cientficos consumen casi todo su tiempo, se predica suponiendo que la comunidad cientfica sabe cmo es el mundo. Gran parte del xito de la

    empresa se debe a que la comunidad se encuentra dispuesta a defender esa suposicin, si es necesario a un costo elevado. Por ejemplo, la ciencia normal suprime frecuentemente

    innovaciones fundamentales, debido a que resultan necesariamente subversivas para sus compromisos bsicos", en T S. Kuhn, op. cit., pg. 26.

    5 Para Macpherson es el "individualismo posesivo" quien identifica a las teoras polticas y econmicas de Locke, dado que para este ltimo es la propiedad la que, al trasmitirse

    hereditariamente, traslada los vnculos contractuales inicialmente establecidos por los individuos para crear el gobierno representativo. C. B. Macpherson: La teora poltica del

    individualismo posesivo (1962), Fontanella, Barcelona, 1975.

    6 G. Pasquino: Natura e evoluzione della disciplina" en G. Pasquino (comp.): Manuale di scienza della politica, Il Mulino, Bologna, 1986, pg. 14 (hay traduccin espaola editada por Alianza).

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    Eso permite comprender por qu en el transcurso de esos siglos, el anlisis cientfico de lo poltico comparte este tipo de estudios con la filosofa poltica, el derecho pblico y la historia poltica, con las que tiene en comn la acumulacin de conocimientos y la construccin de instituciones. Sin embargo, partir de los aos 70 del siglo XIX, la ciencia poltica empieza a diferenciarse de estos otros campos de estudio asumiendo las caractersticas de una disciplina cientfica especializada. En esa dcada comienzan a dictarse cursos de ciencia poltica en tres importantes universidades: Oxford, Pars y Columbia, inicindose el desarrollo de la misma como disciplina autnoma en las grandes democracias. Estas sociedades democrticas -fuertemente influidas por el positivismo- estn urgidas por poseer conocimientos cientficos sobre la poltica, equivalentes a los alcanzados en ese siglo por las ciencias naturales. Pretenden conciliar el orden con el progreso, dado que pasan por un perodo de intensa y conflictiva renovacin institucional. Ello requiere la solucin instrumental de los problemas polticos que las afectan, siendo la ciencia poltica la que debe aportarlas.7 Gran Bretaa atraviesa una transformacin radical de su ciudadana ante las grandes reformas electorales concretadas por el primer ministro liberal Gladstone; Francia tras la derrota frente a Prusia ve surgir la III Repblica, que es tan dbil que slo subsiste inicialmente por la divisin de sus enemigos; terminada la Guerra de Secesin, Estados Unidos entra en un acelerado proceso de industrializacin que produce serias perturbaciones sociales y polticas. La creciente democratizacin de esas sociedades, que sustrae la poltica del manejo exclusivo de las elites gobernantes, al incrementar los procesos electorales y ver surgir los partidos polticos de masas y los sindicatos, es un potente estmulo para el desarrollo de la ciencia. Se requieren entonces conocimientos cientficos especializados que permitan una adecuada explicacin y cierta predictibilidad del confuso y fluido proceso poltico que progresa aceleradamente en esa poca, para as poder dirigirlo. Cincuenta aos despus, la ciencia poltica se ha difundido ampliamente en los Estados Unidos, donde el pragmatismo existente en la sociedad, el pensar para aplicar, le ha dispensado una muy favorable acogida, pero permanece sin grandes avances en Gran Bretaa y Francia. Es la identificacin entre la disciplina y los valores sociales estadounidenses lo que le ha permitido una rpida y feliz institucionalizacin. Esa exitosa institucionalizacin se manifiesta en la creacin de cursos de ciencia poltica en centenares de universidades, en la formacin de una asociacin profesional y en la publicacin en 1906 de la American Political Science Review, que centraliza a partir de ese momento la discusin acadmica sobre los grandes temas de la disciplina; resumiendo, se expresa en la existencia de una autntica comunidad cientfica, ante el grado de institucionalizacin y profesionalizacin alcanzado. Para comprender la importancia de esto, basta con recordar que los otros grandes centros de la ciencia poltica recin tuvieron revistas especializadas que perduraran despus de la ltima posguerra. La Revue Francaise de Science Politique es fundada en 1950, el British Journal of Political Science aparece en 1970; la Rivista Italiana di Scienza Politica es publicada a partir de 1971. Y son precisamente esas revistas las que, al permitir el dilogo crtico entre los miembros de una ciencia, dan lugar a la acumulacin del conocimiento. Entre los aos 70 del siglo XIX y los 50 del XX, la ciencia poltica se caracteriza por abordar principalmente tres campos de estudio. El primero de ellos comprende la investigacin sobre la teora del Estado, es decir el anlisis de la justificacin filosfica en que se sustenta la autoridad estatal, as como la naturaleza que tienen y el rol que desempean en la sociedad poltica la libertad, la igualdad poltica, la justicia y la participacin cvica. Este campo de estudios sigue teniendo por cierto muchos puntos en comn con las reflexiones que caracterizan a la filosofa poltica, el derecho pblico y la historia poltica. El segundo campo de estudios lo constituye el anlisis comparado del funcionamiento del gobierno en los Estados modernos, buscando destacar tanto las similitudes como las diferencias existentes entre los mismos. Finalmente, el tercero se centra en la observacin de las relaciones existentes entre los Estados. En este lapso, la ciencia poltica se distingue por estudiar bsicamente las instituciones polticas, en particular las instituciones estatales representativas que caracterizan a la democracia liberal. Estas ltimas se transforman entonces en el objeto de la disciplina, que utiliza mtodos y tcnicas de investigacin basados en la comparacin histrica y que, por cierto, no pretende poner distancia entre hechos y valores, dado que es ampliamente prescriptiva. Para ella, el gobierno del Estado debe ser eficiente, responsable y representativo en su relacin con la ciudadana, ese tipo de gobierno se da principalmente en las democracias anglosajonas, que se constituyen entonces obligadamente en el modelo histrico a seguir por parte de las numerosas sociedades que ingresan en la vida democrtica. Los grandes trabajos tericos que distinguen a la ciencia poltica de ese tiempo y que se transforman en manuales obligados para la formacin de los futuros miembros de la disciplina, son los que producen dos destacados profesores universitarios: James Bryce en Oxford y Abbot Lawrence Lowell en Harvard. En 1888 Bryce publica el ms slido trabajo que se haya producido sobre el gobierno americano: The American Commonwealth, que obtendr un vasto eco en la comunidad cientfica, para la que se transformar en un clsico de lectura obligada. Desde Amrica le responder Lowell en 1908, editando The Government of England, obra que logr similar repercusin. Ambos autores incursionan asimismo en el campo de la comparacin: Lowell publica en 1896 Governments and Parties in Continental Europe, mientras que Bryce hace conocer en 1921 su Modern Democracies. Hasta 1950, la ciencia poltica vigente en su ms dinmica tradicin de investigacin de este perodo, la anglosajona, ha acumulado datos y ha refinado sus formas de anlisis, pero ha continuado transitando los mismos rumbos. La disciplina se basa en el estudio histrico y valorativo de las instituciones a la vez que en el anlisis comparativo de las mismas. Por eso no llega a identificarse con las ciencias naturales, las ms avanzadas metodolgicamente, dado que los juicios normativos, las prescripciones institucionales, siguen constituyendo el eje conceptual de su discurso cientfico, centrado en el anlisis manifiestamente apoltico de las instituciones polticas que distinguen al mundo de habla Inglesa. Puede entonces definrsela hasta ese momento como ciencia poltica en sentido amplio, utilizando para ello la conceptualizacin que hace Norberto Bobbio: La expresin "ciencia poltica" puede ser utilizada en un sentido amplio y no tcnico, para indicar cualquier estudio de los fenmenos y de las estructuras polticas, conducido con sistematicidad y rigor, apoyado sobre un amplio y cuidadoso examen de los hechos, expuesto con argumentos racionales.

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    7 El fundador de la filosofa positiva, Auguste Comte, entenda que el surgimiento de la ciencia poltica, como ciencia positiva, era el producto de la evolucin del conocimiento

    humano, de los estadios teolgico y metafsico al positivista, y de la evolucin de las sociedades. [...] la teora no pudo establecerse hasta entonces porque hubiera estado demasiado por delante de la prctica. Estando destinada a dirigirla, no hubiera podido precederla hasta el punto de perderla de vista. Por otra parte, no hubiera tenido antes una base

    experimental suficiente. Era menester el establecimiento de un sistema de orden social, admitido por una poblacin muy numerosa y compuesto por varias grandes naciones, y la

    duracin mxima posible de ese sistema, para que hubiera podido fundarse una teora sobre esta vasta experiencia, en A. Comte: Primeros ensayos (1854). Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1977, pg. 111 (el subrayado me corresponde).

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    Sin embargo, los aos 50 marcarn un hito de inflexin en el derrotero de la ciencia poltica, al producirse en los Estados Unidos el apogeo de la Revolucin Conductista, que constituye una autntica revolucin cientfica pues modifica completamente el paradigma vigente hasta esos aos al redefinirlo, no slo metodolgicamente sino asimismo filosficamente en la tradicin de investigacin anglosajona. La expresin tradicin de investigacin es utilizada por Laudan para describir los contenidos meta tericos de la ciencia, resultando sumamente til para explicar el actual desenvolvimiento de la disciplina. Para Laudan, toda teora est encuadrada en una tradicin de investigacin que la caracteriza filosfica y metodolgicamente, producindose en la misma una continua evolucin que es la que permite el cambio gradual en el interior de una ciencia.8 LAS GRANDES TRADICIONES DE INVESTIGACIN ACTUALES: SURGIMIENTO Y AUGE DEL PARADIGMA CONDUCTISTA EN LOS ESTADOS UNIDOS

    2.1. EL EXITOSO TRASLADO DEL POSITIVISMO LGICO A AMRICA Entre ambas guerras mundiales, se agrupa en Viena un conjunto de notables filsofos de lengua alemana. De sus debates surge el Crculo de Viena, cuyos ms renombrados miembros son Schlick, Carnap, Neurath y Feigl. Se harn famosos por elaborar un discurso metodolgico que fue denominado positivismo lgico o neopositivismo, que transcendi rpidamente al mundo anglosajn. Basado en las premisas filosficas del empirismo, este discurso centr la bsqueda del conocimiento en procedimientos inductivos ajenos por completo a la especulacin metafsica que haba caracterizado histricamente a la cultura alemana. Por esa razn pretende sustituir con los protocolos -registros lingsticos de los hechos observados- a los desarrollos conceptuales de la teora, para as orientar empricamente la investigacin cientfica. Su gran contemporneo Karl Popper, quien convivi con ellos en Viena pero sin incorporarse jams al grupo, es quien mejor ha definido este inductivismo. Con la perspectiva histrica que le daba el medio siglo transcurrido desde que participara en los debates metodolgicos que dieron forma al positivismo lgico, Popper opin en 1983: Esta es realmente una teora del conocimiento ingenua. Una ingenua teora del conocimiento a nivel del sentido comn: he nacido, por as decirlo, completamente ignorante y, todo saber alcanza realidad por medio de impresiones sensoriales. Y esta postura conduce fcilmente a una postura ulterior: en efecto, si todo saber est constituido por impresiones sensoriales, por qu creo entonces que hay algo ms que impresiones sensoriales? Y la respuesta es que no hay en modo alguno nada ms. Y as se llega al positivismo. El mundo, pues, no es otra cosa que mis impresiones sensoriales. Por eso Popper llega a una muy distinta conclusin: [] aquella imagen de la ciencia que nos la pinta coleccionando y coleccionando observaciones que, como dijo Bacon, se prensan como las uvas en el lagar. Las uvas son, segn esta representacin, las observaciones, y estas uvas son prensadas y de ello proviene el vino, esto es, la generalizacin, la teora. Este cuadro es esencialmente falso. Mecaniza el acto creador del pensar y descubrir humano. Esto es lo que era importante para m. La ciencia avanza de forma muy distinta, a saber: avanza examinando ideas, imgenes del inundo. La ciencia procede del mito. Por qu fue tan amplia, sin embargo, la vigencia del positivismo lgico? Para comprenderlo deben recordarse las circunstancias histricas en las que surge, pese a que siempre pretendi ser ajeno a las perspectivas histricas y filosficas que orientan el conocimiento a lo largo de los siglos. Sin embargo, como lo destaca Kolakowski, esa versin actualizada del positivismo no escapa a esos condicionamientos al elegir el problema cognoscitivo a responder. Su respuesta, producida en la Europa central a comienzos de los aos 30, representa el rechazo del pensamiento racional ms avanzado hacia el pensamiento totalitario que se est expandiendo en esa poca en el continente. Ante aberraciones pseudo cientficas como el manejo del concepto de raza en el nazismo por Rosenberg o del determinismo econmico por Lysenko en el stalinismo -que llevan a sus comunidades cientficas a condenar la fsica "juda" y la gentica mendeliana-, el positivismo lgico sostiene que slo es posible hacer afirmaciones cientficas partiendo de hechos observados empricamente. Frente a la proliferacin de mitos ideolgicos, no sustentados empricamente pero reconocidos como enunciados cientficos en las sociedades europeas -sobre las que tienen vasta repercusin la mitificacin cientfica del Estado, la raza, el partido-, el mayor objetivo que pretende alcanzar el Crculo de Viena es quitar connotaciones irracionales al discurso cientfico, para impedir que sea utilizado inescrupulosamente por esas experiencias totalitarias. De all su reivindicacin de la supremaca del mtodo de las ciencias naturales y de la empiria sobre las teoras de la filosofa. Cuando el triunfo del totalitarismo es casi total en la Europa continental de fines de los 30, estos intelectuales deben refugiarse en el mundo anglosajn, principalmente en los Estados Unidos. En esta otra orilla del ocano, los exiliados centroeuropeos hallarn reconocimiento no slo acadmico sino tambin social, pues sus ideas se identifican muy fcilmente con el pragmatismo vigente en la filosofa y los valores sociales estadounidenses. Esas "afinidades electivas" harn que el viens Lazarsfeld se transforme en el gran mentor metodolgico de sus ciencias sociales. Las ciencias sociales anglosajonas harn suyo el discurso metodolgico expuesto por el positivismo lgico, identificando sus mtodos de investigacin con los de las ciencias naturales, dado que al hacerlo continan con la tradicin de investigacin que ha caracterizado al pensamiento ingls a lo largo de la modernidad. Habermas define este ltimo fenmeno con su habitual precisin: "en su caso la ontologa empirista se ha transformado en una segunda naturaleza". La dispora centroeuropea que produce el nazismo no slo enriquece la filosofa y mtodos que nutren a las ciencias sociales estadounidenses, tambin incrementa notoriamente su bagaje terico. Aunque en este caso desde una perspectiva filosfica muy diferente a la del Crculo de Viena, pues la mayor parte de los grandes tericos exiliados tienen en comn su pertenencia previa a la Escuela de Frankfurt: Adorno, Gerth, Horkheimer, Kirchhemer, Marcuse, los dos Neumann. Desde el neomarxismo harn asimismo aportes muy importantes al colosal crecimiento cuantitativo y cualitativo de esas ciencias, iniciando un debate terico todava no concluido. ________________________________________________________________________________________ 8 J. Laudan: Progress and values, Berkeley, University of California Press, 1984. Si bien ese trabajo incorpora esa conceptualizacin, cuya riqueza permite asociar dos conceptos tan

    aparente antagnicos como los de tradicin -valores- e investigacin -razn cientfica-, no adhiere en cambio a la totalidad de sus contenidos, caracterizados por desarrollar un debate

    con Kuhn sobre las etapas de la ciencia. Prefiere al respecto preservar como marco de anlisis de esa problemtica los desarrollos tericos previos de H. G. Gadamer (el inspirador de

    todo este debate), particularmente el concepto de conciencia histrica.

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    La riqueza de ese pensamiento centroeuropeo, la acogida que recibi en los ambientes acadmicos y en la sociedad estadounidense, harn que la ciencia poltica sea muy diferente despus de ese exilio masivo, adquiriendo un protagonismo intelectual que hasta entonces no tena, al sustraerla de cierto provincianismo acadmico que la afectaba seriamente. Gravita asimismo en el formidable desarrollo de la ciencia poltica el estar los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial en su apogeo econmico. Su produccin industrial constituye las dos terceras partes de la del mundo, al iniciarse la mayor expansin econmica de la historia de la humanidad. Ello hace comprensible el predominio de sus universidades en el pensamiento occidental. Respaldadas por los subsidios del gobierno federal y de las fundaciones empresariales, notoriamente cuantiosas en el rea de la investigacin aplicada, pasan a ser centros de estudio de prestigio mundial. Y la ciencia poltica pasa a desempear un rol privilegiado en este proceso, dado que la preponderancia de los Estados Unidos en la poltica mundial y los crecientes problemas polticos que se suscitan ante el cambio estructural que se est produciendo en su sociedad pasan a dar notable relieve a la investigacin en ese campo. Carente de una elite poltica acostumbrada a gobernar el mundo como lo ha sido la britnica, el gobierno estadounidense debe recurrir a los expertos para asesorarse en la toma de decisiones en poltica exterior. Del mismo modo, su dinmica social, incrementada ahora ms que nunca por el gran crecimiento econmico, agrava cada vez ms los problemas polticos en las grandes ciudades. La respuesta es el incremento de las prestaciones que caracterizan al Estado keynesiano, estando el diseo de las polticas sociales que orientan las mismas tambin a cargo de expertos, dado que los Estados Unidos jams se caracterizaron por tener una burocracia como la alemana o un servicio civil como el britnico. En ambos casos la ciencia poltica forma y provee esos expertos. Estas circunstancias se reflejarn en la prosperidad y prestigio de los centros universitarios que ensean ciencia poltica. Respaldados por slidos presupuestos, fortalecidos en su claustro docente por la emigracin europea y teniendo tambin grandes perspectivas laborales para sus estudiantes, producirn un extraordinario crecimiento de la disciplina en los Estados Unidos. Sus miembros pasarn a constituir entonces la mayora de los integrantes de esa comunidad cientfica a nivel mundial. 2.2 EL TRIUNFO EPISTEMOLGICO DEL CONDUCTISMO Es en este contexto que se produce en Norteamrica la revolucin conductista o behaviorista en la ciencia poltica. En su transcurso el anlisis cientfico de la poltica se autonomiza de la matriz filosfica, jurdica e histrica que hasta entonces lo haba orientado. Pasa a definirse como una disciplina cientfica con caractersticas propias, como una ciencia natural de la poltica. Norberto Bobbio la conceptualiza como ciencia poltica en sentido restringido: La expresin ciencia poltica sirve para indicar una orientacin de estudios que se propone aplicar al anlisis del fenmeno poltico en la medida de lo posible, esto es en la medida en que la materia lo permite, mas con cada vez mayor rigor, la metodologa de las ciencias empricas (sobre todo en la elaboracin y en la codificacin hechas por la filosofa neopositivista). Ms brevemente, ciencia poltica en sentido restringido o tcnico es entonces la ciencia emprica de la poltica o ciencia de la poltica conducida segn la metodologa de las ciencias empricas ms desarrolladas, como la fsica, la biologa, etc. Cuando hoy se habla de desarrollo de la ciencia poltica se hace referencia a las tentativas que se estn haciendo, con mayor o menor xito ms mirando a una gradual acumulacin de resultados, de promover el estudio de la poltica a ciencia emprica (rigurosamente entendida). En este sentido ms especfico de ciencia, la ciencia poltica se viene distinguiendo cada vez ms de toda investigacin dirigida no ya a describir o a comprender aquello que es sino a delinear aquello que debe ser, investigacin a la que conviene ms propiamente y a la cual se le suele dar ahora comnmente el nombre de filosofa poltica. La repercusin que ha tenido el positivismo lgico en una ciencia poltica que atraviesa por circunstancias excepcionalmente favorables no debe hacernos olvidar que el conductismo se origina en los Estados Unidos, pues est estrechamente enraizado en su tradicin de investigacin. Iniciado en el campo de estudios de la psicologa, se proyecta luego sobre las restantes ciencias sociales, no escapando por cierto la ciencia poltica a este fenmeno cultural de identificacin masiva con las premisas conductistas. La psicologa conductista surge con John B. Watson, quien publica dos importantes obras, Behaviorism en 1912 y Psychology from the Standpoint of a Behaviorist en 1919. El behaviorismo o conductismo tiene como mbito de aplicacin el anlisis de las readaptaciones de la conducta humana a travs de un mecanismo psicolgico de estmulo-respuesta. No niega la subjetividad humana, simplemente la ignora. Dado que la relacin existente entre el estmulo y la respuesta es observable empricamente, para estudiar las readaptaciones que ello produce el conductismo recurre a la tcnica experimental de la recoleccin de datos. Su expectativa no es concretar esos estudios en leyes universalmente vlidas, sino implementar una metodologa de investigacin apta para la solucin de problemas, y por lo tanto slo ocasionalmente concretable en teoras. Watson rechaza la pretensin de construir leyes universales, al entender que sta es la caracterstica de los sistemas filosficos que ha sido rechazada por la ciencia moderna. Para Watson, el conductismo debe entonces controlar las reacciones humanas de la misma manera que los cientficos naturales controlan y manipulan los fenmenos de la naturaleza. El valor cientfico del conductismo consiste para l en su capacidad de predecir y as controlar la actividad humana. Por eso entiende que la sociologa puede hacer suyos los principios conductistas, para de este modo replantearse de un modo ms concreto los problemas que analiza. Como lo define Homans: La intuicin fundamental del conductismo fue de tipo estratgico: en lugar de tratar de analizar la conciencia y los estados mentales, los investigadores podran hacer mayores progresos atendiendo a las acciones de hombres y mujeres y a los estados observables de los individuos y su entorno que es posible relacionar legalmente con tales acciones. Justo es aclarar que los desarrollos tericos que caracterizaban a la ciencia poltica estadounidense ya se encaminaban en esa misma direccin, como lo evidencian las obras de Lowell y Bentley. Al publicar en 1908 Abbot Lawrence Lowell su gran obra The Government of England, evidencia hasta qu punto se identifica el ethos liberal britnico con el estadounidense. Autor de una obra clsica sobre el gobierno ingls -cuyas caractersticas exitosas se reflejan para l en la experiencia estadounidense-, presidente en 1909 de la Asociacin Americana de Ciencia Poltica creada en 1903, rector de la Universidad de Harvard por ms de veinte aos, el peso institucional de la figura de Lowell en la conformacin de las peculiaridades de la ciencia poltica estadounidense ser muy grande. Eso har que muchos aos despus Charles Merriam lo defina como el padrino intelectual del conductismo El discurso de Lowell est orientado por la visin funcionalista, pluralista y cuantitativista con la que analiza el fenmeno poltico. Es el suyo un formalismo organicista, que le permite observar el sistema poltico britnico desde una perspectiva

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    inspirada en las ciencias naturales. Un modelo organicista es el que le permite interpretar las razones de esta exitosa experiencia democrtica, que para l est sustentada en el equilibrio funcional que se da en las prcticas gubernativas inglesas. Para Lowell, este equilibrio se produce por el hecho de que ningn cuerpo poltico organizado posee una autoridad absoluta para expresar la voluntad popular. Este pluralismo los conduce a negociar obligadamente entre ellos, para poder concretar polticas pblicas. Por eso le ser muy grato a Lowell asociar la imagen del comerciante a la del poltico. Un gobierno es entonces, para l, el equivalente de un organismo, cuyas partes accionan y reaccionan unas sobre otras. Por eso, para entender las leyes orgnicas de un orden poltico pluralista es necesario examinarlo como un todo. Slo as podrn descubrirse las autnticas funciones de cada parte, del mismo modo que su influencia sobre las dems partes y su relacin con el equilibrio del organismo en su conjunto. Para Lowell, el gobierno ingls es el ms notable que ha conocido el mundo, dado que su equilibrio permanentemente renovado- es el producto de esa interdependencia fctica y no slo del contrapeso normativo que establecen las instituciones polticas democrticas. Esto lo lleva a oponerlo al gobierno francs y a oponer las costumbres al normativismo o, como lo hace ms contemporneamente Sartori al tratar el mismo tema, la democracia emprica a la democracia racionalista. El sistema ingls funciona mediante una continua serie de readaptaciones que lo hacen cada vez ms congruente consigo mismo. Al ajustar cada una de sus partes de una manera ms eficaz con las dems partes que lo constituyen. Ello es el resultado de un largo proceso, paulatino y sin trastornos revolucionarios. Por eso ese gobierno, como todo organismo viviente, tiene deficiencias, pero ellas no interfieren en el eficiente funcionamiento del todo. Para entender este fenmeno poltico de larga data, Lowell sostiene que debe recurrirse a la psicologa, sustentando empricamente este anlisis con la recoleccin estadstica de datos, para de este modo poder llegar a comprender los complejos fenmenos de reorientacin de la opinin pblica que encauzan las polticas democrticas inglesas. Tambin en 1908 aparece en los Estados Unidos otro valioso trabajo de anlisis poltico: The Process of Goverment. La obra de Arthur Bentley es abiertamente pragmtica, deja de lado tanto las conceptualizaciones formales del Estado, propias del derecho pblico, como la referencia a los condicionamientos contextuales que hace la historia. Le interesa, en cambio, tener instrumentos metodolgicos dotados de la suficiente precisin de medicin como para poder calcular y describir las presiones sociales sobre la poltica. Y eso requiere, adems, unidades observables empricamente, razn por la cual opta por la categora analtica de grupo. La complementa con otra categora definible funcionalmente, la de proceso, y articula a ambas a travs de una tercera que da sentido a la interaccin entre esos grupos, la de inters. Para Bentley, el grupo es indefinible de no observrselo en relacin a otros grupos, slo tiene sentido en funcin de su actividad. A travs de esta actividad los grupos se entrelazan en un sistema en el que interactan de modo pluralista en defensa de sus intereses, presionndose unos a otros y presionando al gobierno. Desde esta perspectiva analtica, el proceso de gobierno se transforma en el anlisis de las presiones ejercidas por los grupos sobre las instituciones formales e informales de la poltica. Estas presiones dan lugar a un equilibrio permanentemente readaptado, que es consecuencia de ajustes transitorios entre las fuerzas en contraste. El valor de las instituciones consiste entonces en su eficacia para actuar como instrumentos representativos y resolutivos de esos intereses en contraste. En Bentley se percibe, como en Lowell, el rechazo al formalismo racionalista de los juristas, del mismo modo que la reivindicacin de los procedimientos metodolgicos tomados de las ciencias naturales, tales como el diseo de modelos analticos y la recopilacin emprica de datos. Para ambos es la autorregulacin social, ms que las instituciones jurdicas, lo que orienta la toma de decisiones polticas en las exitosas democracias anglosajonas. Con Charles Merriam se producir la transicin definitiva del razonamiento terico tradicional a la filosofa y mtodos conductistas. Al asumir en 1926 como presidente de la Asociacin Americana de Ciencia Poltica, expresar en su discurso que el problema ms serio para el estudioso de la poltica es la integracin de la ciencia social con los resultados obtenidos por las ciencias naturales. El hilo conductor de la experiencia conductista ser entonces la adopcin por parte de la ciencia poltica de la filosofa y los mtodos de investigacin de las ciencias naturales, a los que asume como propios. Hasta qu punto se generalizar su implementacin lo demuestra la triunfal descripcin que Merriam hace del xito del conductismo en 1950, al describir el estado de la cuestin en su comunidad cientfica. La Direccin del Departamento de Ciencia Poltica de la Universidad de Chicago, del que son miembros Harold Lasswell, David Truman y Gabriel Almond, le ha permitido a Merriam definir y difundir exitosamente el conductismo. Las obras de estos importantes autores marcan el surgimiento y el auge del conductismo: Merriam publica New Aspects of Plitics en 1925; Lasswell, Politics: Who gets What, When, How en 1936; Truman, The Governmental Process. Political Interests and Public Opinion en 1951; Almond y Powell, Comparative Politics: A Developmental Approach en 1966. Es en una nueva universidad, la de Chicago -en la que por esa misma razn no existen antiguos y prestigiosos estudios que hagan de su perspectiva cientfica el principio orientador del conjunto de ciencias afines que en ellas se estudian, como es el caso del Derecho en Harvard-, donde se da el afianzamiento simultneo de la autonoma institucional y la profesionalizacin de la ciencia poltica y la sociologa estadounidenses, en un contexto de autntica interdisciplinariedad. Pero sus caminos fueron contradictorios. Al hacerse conductista, la ciencia poltica de Chicago se identific con el paradigma funcionalista, vigente en las ciencias sociales estadounidenses por el peso intelectual de la figura de Parsons, dndole esta situacin una gran resonancia a su discurso cientfico. En cambio, la sociologa de Chicago, basada en el interaccionismo simblico, sufri un rpido ostracismo acadmico al chocar con el paradigma funcionalista, hasta desaparecer a mediados de los 40 el esplendor sociolgico de este centro de estudios. 2.3 LAS PRINCIPALES CARACTERSTICAS DE LA REVOLUCIN CONDUCTISTA Por qu puede decirse que el conductismo constituy una revolucin cientfica en la ciencia poltica a mediados del siglo? Robert Dahl, uno de los grandes protagonistas de la misma, lo define con precisin: Histricamente hablando, el mtodo conductista fue un movimiento de protesta en la ciencia poltica. Por su utilizacin partidista. En parte como una especie de epteto, trminos tales como comportamiento poltico y mtodo conductista llegaron a quedar relacionados con un nmero de cientficos de la poltica, principalmente americanos, que compartan un fuerte sentimiento de insatisfaccin por las realizaciones de la ciencia poltica convencional, principalmente en los terrenos histrico, filosfico y descriptivo institucional, junto con la creencia de que deben existir o podran ser desarrollados, mtodos o procedimientos adicionales que pudieran aportar a la ciencia poltica proposiciones empricas y teoras de naturaleza sistemtica, comprobadas por observaciones ms estrechas, ms directas y ms rigurosamente controladas de los acontecimientos polticos. Por lo menos, pues, aquellos que

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    alguna vez fueron llamados conductistas (behavioristas o behavioralist) tenan una nota comn: el escepticismo ante los logros intelectuales normales de la ciencia poltica, la simpata hacia las formas cientficas de investigacin y anlisis y el optimismo respecto de las posibilidades de mejorar el estudio de la poltica. Un canadiense que se doctora en la Universidad de Harvard transformndose luego en el gran terico del conductismo, David Easton, es quien en 1953 precisa el sentido que da el conductismo al estudio de la poltica. Easton destaca que el centro de atencin de la ciencia poltica se ha desplazado del anlisis de las instituciones al de los individuos, cuyas motivaciones, personalidades o sentimientos observa, para poder de este modo investigar adecuadamente cmo estn relacionados y que influencia tienen en un proceso poltico. Para la ciencia poltica ello implica su distanciamiento de la tradicional matriz jurdica, filosfica e histrica que hasta entonces la haba orientado. El derecho pblico es dejado de lado, al considerarse que los comportamientos polticos de los individuos se originan slo parcialmente en las normas jurdicas. Al conductismo no le interesa el estudio de las instituciones y de las estructuras jurdicas que las sustentan, estudio que hasta entonces haba caracterizado a la ciencia poltica; le atrae en cambio el anlisis de los procesos y mecanismos informales a travs de los cuales interactan polticamente los hombres. La filosofa poltica tambin es soslayada, dado que es percibida como prescriptiva. La ciencia poltica como ciencia emprica es para el conductismo una disciplina descriptiva, ajena por lo mismo a la prescripcin valorativa que, al trasladar los juicios de valor al anlisis de los hechos polticos, perjudica al conocimiento cientfico. Gravitan empero en el rechazo al discurso filosfico los mismos valores que el conductismo pretenda disociar del estudio cientfico de la poltica. As lo hace notar Isaas Berlin al destacar, en un trabajo de vasta repercusin, que en una sociedad exitosa -como lo era la estadounidense en ese tiempo- no podan surgir discusiones serias sobre los fines polticos de la misma o sobre los valores que la sustentaban; slo podan surgir debates empricos acerca de la mejor manera de alcanzar una meta que era compartida por todos. Por eso, si bien el conductismo rechaza el discurso filosfico por valorativo y por lo mismo ajeno a la ciencia, su discurso cientfico tambin es valorativo -slo que implcita y no ya explcitamente- al analizar el modelo poltico anglosajn. El rechazo de la historia es, asimismo, casi total: los conductistas tienden a ver no las peculiaridades sino las uniformidades de los fenmenos singulares, para as poder pasar de la descripcin del fenmeno a su explicacin y posteriormente a su predictibilidad. Del mismo modo, desconocen la historicidad de los procesos polticos pues, como ya se ha dicho, desde sus inicios el conductismo no rechaza la subjetividad, simplemente la ignora. Abandonado el estudio de las instituciones, de las ideas que las sustentan y del marco histrico que les da sentido, el conductismo define como objeto de la ciencia poltica el estudio de la personalidad y la actividad poltica del individuo. Fiel a la tradicin de investigacin anglosajona, entiende que lo social no es ms que la suma de sus partes individuales. Por eso el mayor socilogo conductista, George C. Homans, puede decir al respecto que lo que identifica al conductismo es el individualismo metodolgico: Aunque no le hayan dado ese nombre, creo que la posicin del "individualismo metodolgico" es la que han sostenido durante siglos la mayor parte de quienes han pensado sobre esta cuestin, John Stuart Mill, en su A System of Logic, ofrece una buena formulacin, clara y bastante temprana de esta perspectiva: Las leyes de los fenmenos sociales no son ni pueden ser otra cosa que las leyes de las acciones y pasiones de los seres humanos unidos en el estado social. Los hombres siguen siendo hombres en un estado de sociedad; sus acciones y posiciones obedecen a las leyes de la naturaleza humana individual. Cuando se renen, los hombres no se convierten en otro tipo de sustancia con propiedades diferentes, igual que el oxgeno y el hidrgeno son distintos del agua... Los seres humanos en sociedad no tienen ms propiedades que las derivadas (y reductibles) a las leyes de la naturaleza del hombre individual. Ello explica por qu para el conductismo la Psicologa conductista cumple un rol preponderante en la reformulacin de la filosofa y los mtodos de investigacin de la ciencia poltica. Si la relacin entre el estimulo y la respuesta es lo que permite a la psicologa conductista explicar los comportamientos individuales, esa misma relacin ser utilizada por la ciencia poltica conductista para explicar los fenmenos polticos (llevndola por momentos a un reduccionismo psicolgico). El anlisis poltico conductista recurre tambin a la sociologa, al entender que sta posee mtodos de investigacin cuantitativos tan rigurosamente cientficos como los de las ciencias naturales. De este modo hace suyas tcnicas de indagacin como la entrevista, la encuesta de opinin, el anlisis de contenido del discurso poltico, apoyadas en sofisticadas tcnicas cuantitativas de medicin. Como consecuencia de esto, el conductismo redefine el mtodo de investigacin de la ciencia poltica. En muy poco tiempo, la proyeccin de estas tcnicas de investigacin sobre el campo de lo poltico provee una acumulacin notable de datos a la disciplina. Sin embargo, la subestimacin del marco terico como medio de aproximacin al conocimiento emprico -que caracteriza al positivismo lgico- hace que muchas veces esos cuantiosos datos no logren escapar a la trivialidad, como lo reconoce Dahl (el hiperfactualismo es un pesado lastre que arrastra consigo el conductismo). La otra gran contribucin cientfica que reivindica el conductismo es la economa, en particular la economa clsica. De ella hace suya su filosofa racionalista e individualista, y al hacerlo incorpora un modelo de relaciones de intereses que le sirve para explicar los comportamientos polticos. Si las unidades de anlisis son los individuos, dado que las instituciones han quedado relegadas, cmo explicar de qu manera coordinan stos sus acciones polticas? El conductismo responde con el modelo del equilibrio, de la "mano invisible" que regula el mercado econmico. La premisa subyacente es que el intercambio individual es racional y conduce ineludiblemente al acuerdo, a un continuo reequilibrio poltico. Como en la economa clsica, estos individuos son personas que interactan entre s buscando maximizar sus intereses, y para poder concretarlo recurren a una cada vez mayor eficiencia. La interaccin poltica es entonces subinstitucional, pues no se basa en grandes principios normativos -discernidos filosficamente e implementados jurdicamente- sino en las sanciones y recompensas que segn la perspectiva terica de la economa clsica orientan la conducta individual. Todo lo hasta aqu expuesto nos lleva a sintetizar los principios centrales del conductismo. El anlisis poltico conductista busca detectar las uniformidades existentes en los comportamientos polticos individuales, para luego expresarlas en generalizaciones que permiten plantear teoras de valor explicativo y predictivo, en leyes de causalidad. Tanto esas generalizaciones como las teoras que surgen de ellas deben ser el producto de la observacin emprica de lo poltico y no de deducciones especulativas. Para garantizar la objetividad de esa observacin emprica, la misma debe ser verificada mediante su confrontacin con la realidad. Este proceso cognoscitivo tiene como consecuencia obligada la necesidad de la cuantificacin: el cientfico poltico debe recurrir a la medicin y cuantificacin de sus relevamientos de datos, para de esta manera acrecentar estadsticamente la precisin de las investigaciones y permitir la acumulacin del conocimiento.

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    Esta identificacin con el mtodo de investigacin de las ciencias naturales, que lo lleva a reivindicar la explicacin sustentada empricamente, hace que el conductismo sostenga que las valoraciones ticas deben ser ajenas al anlisis poltico. Los juicios de valor deben ser dejados de lado en la investigacin cientfica; la verdad o falsedad de los enunciados polticos no forma parte de esa investigacin; la explicacin del fenmeno poltico debe darse entonces desde una neutralidad axiolgica, que escape por lo tanto a los compromisos valorativos. Slo as, sustrayndola del debate ideolgico, la ciencia poltica podr obtener un conocimiento que sea a la vez preciso y acumulativo. Por eso se pretende eliminar del anlisis cientfico de la poltica sus contenidos normativos y metafsicos, aunque ello signifique mutilar su discurso terico y su contenido tico. Al conductismo le interesa ms el promover la eficacia decisional que la justicia distributiva. El conductismo sostiene la especificidad de la ciencia poltica como disciplina cientfica autnoma, pero a la vez reconoce la necesidad de integrar sus conocimientos con los de las dems ciencias sociales, en una interdisciplinariedad que las beneficia a todas ellas. Para esta perspectiva cientfica, la teora poltica tradicional no ha producido un conjunto acumulativo de conocimientos, al centrar su atencin en temas metafsicos y normativos que proyectan modelos ideales de sociedad: en el deber ser y no en el ser. Para el conductismo, este tipo de reflexin tica es ajena a un proceso preciso y acumulativo de conocimientos y ha conducido por eso al estancamiento disciplinario de este tipo de estudios. Por eso considera a la teora poltica tradicional incompatible con el mtodo cientfico, dado que plantea mundos ideales ms que proposiciones susceptibles de verificacin emprica, y una ciencia se construye a travs de una acumulacin lenta, paulatina y fragmentaria de teoras avaladas por la corroboracin emprica. Este particular criterio hizo que el conductismo definiera a las teoras polticas tradicionales como precientficas, como filosofa poltica, reservando el carcter de cientficas para sus propias teoras, de carcter similar a las de las ciencias naturales. Esta actitud metodolgica, inspirada en el positivismo lgico, se impuso ampliamente, conduciendo en muchos casos al "empirismo ciego". Carentes los investigadores de un marco terico adecuado, se observaban empricamente mltiples fenmenos polticos, pero sin encontrar el sentido que les daban los individuos que participaban en ellos. Dahl percibe inteligentemente el problema estructural que afecta al conductismo: La perspectiva cientfica en la ciencia poltica puede producir fcilmente una sumisin peligrosa y antifuncional: la sumisin y humildad del cientfico social que puede tener plena confianza en sus hallazgos sobre materias menores, pero que puede tener dudas respecto de su capacidad para decir algo en absoluto sobre cuestiones de mayor cuanta ( ... ) parece claro que, a menos que el estudio de la poltica d lugar a, y sea guiado por, amplias y atrevidas teoras generales -aun cuando resultasen altamente vulnerables-, tal estudio quedara abocado al desastre definitivo de la trivialidad. Tambin gravita fuertemente en el rechazo a los desarrollos tericos previos de la disciplina el hecho de que esa teora poltica tradicional, esos clsicos del pensamiento occidental, no ofrecan hiptesis operacionales para investigar los problemas especficos que se sucedan en el escenario poltico estadounidense. Y ste era el requisito obligado para poder acceder a los cuantiosos subsidios gubernamentales y empresariales otorgados a los programas de investigacin que fueran aplicables a la solucin instrumental de los problemas polticos que afectaban a los Estados Unidos en la posguerra. La expectativa de una exitosa insercin en la sociedad que distingue al conductismo se evidencia hasta en la eleccin del nombre que define a esta perspectiva cientfica. Como lo describe Easton, la expresin "ciencias sociales" despertaba grandes prevenciones en el contexto de la guerra fra. Tanto para el Congreso como para las fundaciones empresariales, estaba asociada a los contenidos ideolgicos del socialismo. Por eso, con criterio realista, para poder preservar e incrementar las fuentes de financiamiento de sus investigaciones y de sus centros de estudios, sus seguidores rebautizaron a las ciencias sociales como behavior sciences, ciencias de la conducta. De esta manera lograron superar las prevenciones ideolgicas que despertaba el nombre anterior de estas disciplinas cientficas, al lograr identificarlas con la corriente de pensamiento pragmtico que singulariza a la cultura estadounidense. El conductismo pas a definir, no slo metodolgicamente sino asimismo filosficamente, el anlisis poltico. La ciencia poltica se defini normativamente a s misma como un saber para aplicar, til para orientar las reformas polticas que haba provocado el New Deal. De este modo, ms que la observacin emprica, fue un elemento subjetivo, la eleccin estratgica de un determinado patrn de investigacin, lo que defini el paradigma conductista. 2.4 LA HEGEMONA DEL CONDUCTISMO A MEDIADOS DEL SIGLO XX El conductismo arraiga evidentemente en la tradicin de investigacin anglosajona, particularmente en la estadounidense, de la que hace suyos el pragmatismo y la sacralizacin de la ciencia, y desde all se difunde exitosamente por el resto del mundo. En ello inciden diversas causas. La primera es la notoria supremaca alcanzada por las universidades y centros de investigacin estadounidenses en la ltima posguerra. Esta circunstancia hizo que gran parte de los politlogos graduados en Europa en esos aos realizaran en esas universidades sus estudios de postgrado, y al hacerlo incorporaran a su background el discurso conductista, trasladndolo luego a los mbitos universitarios de sus pases de origen (con las caractersticas de un discurso inicitico). A ello debe sumarse el hecho de que, por la cantidad y calidad de sus miembros, la ciencia poltica estadounidense pas a ser hegemnica en el mundo. A tal punto que, cuando Gabriel Almond asume en 1966 la presidencia de la Asociacin Americana de Ciencia Poltica, proclama exultantemente que la ciencia poltica es una disciplina estadounidense. Ambas circunstancias hicieron que la mayora de la bibliografa que orientaba el desarrollo de la ciencia poltica estuviera escrita en ingls, del mismo modo que las ponencias que se presentaban en los congresos internacionales, foros en los que se discuta el estado de la cuestin en la disciplina. El ingls se transform en una lengua franca, tal cual lo haba sido el latn para las universidades medievales, facilitando de ese modo una gil comunicacin entre los integrantes de la comunidad cientfica. Esto facilit aun ms la difusin exitosa del conductismo, cuya filosofa y mtodos de investigacin pasaron a predominar en el mundo, descartndose como precientfico todo aquello que no coincida con los cnones conductistas. Con la perspectiva histrica que nos da el tiempo transcurrido, hoy resulta evidente que, ms all de sus claroscuros, el conductismo ha transformado a la ciencia poltica. Ha definido la especificidad de la disciplina, poniendo distancia con el derecho pblico, la filosofa poltica y la historia, a la vez que ha reconocido la necesidad de una interdisciplinariedad integradora con las dems ciencias sociales. Al hacerlo, ha redefinido el objeto y las tcnicas de investigacin que durante siglos haban caracterizado a la disciplina. Esta delimitacin contempornea del campo de estudios de la ciencia poltica constituye por cierto uno de los grandes logros del conductismo. Sin embargo, hoy en da es crecientemente reconocida la necesidad de recuperar las perspectivas jurdicas, filosficas e histricas, para as enriquecer el discurso cientfico del conductismo. Si bien este ltimo ha dejado de lado el normativismo,

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    existe la creciente demanda de recuperar el anlisis institucional para el estudio de la poltica. Resulta sumamente claro que la sola observacin del comportamiento de los individuos y los grupos de inters no permiten una explicacin exhaustiva de los complejos problemas polticos de nuestro tiempo. Asimismo, su reivindicacin de la observacin emprica, del uso de mtodos cuantitativos de investigacin, ha dado un saludable rigor cientfico a la disciplina, imponiendo una mayor objetividad al anlisis poltico a la vez que aportando al mismo un formidable banco de datos. Esto ha redundado en un reconocimiento social cada vez mayor de la importancia que tiene la ciencia poltica para los procesos polticos democrticos, tanto en lo referente al anlisis de los comportamientos electorales como en lo atinente al diseo de polticas pblicas. Pero lo que no ha podido imponer el conductismo es la conviccin de la existencia de un nico mtodo de investigacin, el de las ciencias naturales. Si bien la mayora de los cultores de la ciencia poltica estadounidense siguen adhiriendo al inductivismo, los ms refinados de ellos han hecho suyo el discurso metodolgico de Karl Popper, que toma distancia del inductivismo del positivismo lgico. En Europa se ha ido ms all: frente al positivismo del conductismo, ha surgido una fuerte corriente impugnadora, la hermenutica filosfica, producto de otra tradicin de investigacin. 2.5 LAS INCONGRUENCIAS EPISTEMOLGICAS DEL PARADIGMA El bagaje conceptual que le provee la economa clsica permite al conductismo dar sentido a la interaccin individual que desde esta perspectiva caracteriza a la accin poltica. Le da una teora, de la accin, que por cierto ser muy bien aprovechada por los sucesivos desarrollos conductistas. Su consecuencia tica es muy seria: en lo sucesivo el concepto de eficiencia poltica desplaza por completo al de justicia, que a lo largo de siglos ha orientado al anlisis poltico, al entender el conductismo que este ltimo concepto es prescriptivo y, por lo tanto, su anlisis corresponde a la filosofa poltica, no a la ciencia poltica. El equilibrio entre sus componentes, no la equidad social, es el objetivo de un orden poltico. Sheldon Wolin interpreta bien el trasfondo de esta situacin. Ya en 1960 escriba: La primaca de la accin econmica, as como la tendencia de los liberales a tratar los fenmenos econmicos como idnticos y coextensos con los fenmenos sociales, fue sumamente alentada por los mtodos supuestos empleados por los economistas clsicos del siglo XVIII... Al reducir la vida social a trminos econmicos, los economistas se encaminaron hacia una teora de la accin que tena vastas repercusiones para la actividad y la teora polticas... Lo verdaderamente radical del liberalismo fue su concepcin de la sociedad como una red de actividades llevadas a cabo por actores que ignoraban todo principio de autoridad. La sociedad representaba no slo un orden espontneo y autoadaptado, sino una condicin no alterada por la presencia de la autoridad. Se interpret que estas cualidades de la accin social -ausencia de autoridad, espontaneidad y tendencia a la autoadaptacin- significaban que la accin social careca del elemento caracterstico de la accin poltica: la necesidad de recurrir al poder...La antigua tarea de distribuir bienes de acuerdo con cierta norma de justicia fue transferida de la esfera pblica y asignada al criterio impersonal del mecanismo de mercado... Es decir que tambin el conductismo es prescriptivo, pues si bien sostiene la necesidad de encuadrar sus investigaciones en la filosofa y mtodo de las ciencias naturales, se nutre filosficamente en una teora de la accin que le provee la economa, sustentada en valores (los que brinda la tradicin de investigacin anglosajona) que esperan de mecanismos similares a los del mercado la obtencin del equilibrio poltico. No es de asombrarse entonces que los desarrollos tericos del conductismo desemboquen finalmente en las teoras econmicas de la poltica. Sin embargo, pese a las fuertes impugnaciones recibidas, el conductismo sigue teniendo una amplia vigencia en la ciencia poltica. Aunque Dahl estimaba en 1961 que, al constituir una revolucin cientfica exitosa, el conductismo haba llegado a su fin, siendo por lo mismo la primera vctima de su xito, eso no suceder. El conductismo no desaparece sino que se transforma a medida que recorre diversas fases, como lo seala Anthony H Birch. Su primera fase, entre los aos 20 y 50, se ha distinguido por la implementacin de mtodos de investigacin cuantitativos al anlisis de la conducta individual en situaciones polticas. La segunda fase, se caracteriza por el intento de reemplazar al Estado y a las instituciones como sujetos centrales del anlisis poltico, recurriendo para ello a teoras sistmicas de la poltica (tiles como armazones conceptuales que sirven para explicar la circularidad de los procesos polticos). La tercera fase est orientada al diseo y uso de modelos econmicos que describan al individuo como un actor racional de la poltica, propsito admirablemente cumplido por la teora de la eleccin racional. 3 LAS TEORAS SISTMICAS DE LA POLTICA Y LA METAMORFOSIS DEL CONDUCTISMO 3.1 SUS ORGENES INTERDISCIPLINARIOS El conductismo se haba caracterizado inicialmente por su adhesin incondicional a la observacin emprica como fuente del conocimiento cientfico de la poltica y, al hacerlo, su inductivismo haba postergado completamente a la teora, circunstancia que muchas veces lo haba hecho caer en el empirismo ciego. Por eso muchos de sus opositores sealaban que no slo era cuestin de observar sino de saber observar, exigencia que requera un marco terico adecuado. Para obtenerlo, el conductismo recurri a las teoras sistmicas de la poltica, de un altsimo nivel de abstraccin terica. Como lo destaca Giuliano Urbani las teoras sistmicas de la poltica se originan en diversos aportes cientficos, todos ellos muy influyentes en la ciencia estadounidense de mediados de este siglo. La teora de los sistemas generales surge en la biologa, siendo su gran expositor en los aos 20 el alemn Von Bertalanffy, para difundirse luego en la psicologa estadounidense en los aos 50. Su mayor expectativa es la unificacin de la ciencia y el anlisis cientfico. Siendo ste el objetivo que tambin orienta al conductismo, no es de extraarse que el mismo le dispense una calurosa acogida, particularmente a su concepto de isomorfismo9, que 10es el que permitira la concrecin de la unidad de la ciencia, de una nica filosofa y metodologa de la ___________________________________________________________________________ 9 L. von Bertalanffy: "An Outline of General System Theory" en British Journal for the Philosophy of Science, vol. 1, mayo de 1950-febrero de 1951, pgs. 134-165. Para este

    importante autor, todos los sistemas se caracterizan -isomrficamente- por la misma interaccin dinmica de sus partes; por eso, aunque su obra tard un cuarto de siglo en acceder al

    mundo de habla inglesa, obtuvo una amplia recepcin en el mismo.

    10 O. R. Young (Sistemas de Ciencia Poltica [1968], Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1972) es quien define con claridad el concepto de isomorfismo: "Los creadores de la

    teora de los sistemas generales adujeron que muchas disciplinas deben ocuparse a un nivel bsico de sistemas de una clase u otra, y que debe haber cierto pensamiento fundamental

    muy abstracto que oriente los conceptos relevantes para los sistemas de todas las clases. Esta idea llev a su vez a la elaboracin de los conceptos del isomorfismo [...] la idea central

    es que los sistemas que difieren por su tamao, escala de tiempo y sustancia especfica, se pueden asemejar grandemente en ciertas estructuras y procesos bsicos [...] Desde el punto

    de vista de la teora de los sistemas generales, los isomorfismos ms importantes son correspondencias funcionales (ms que e structurales) entre los sistemas, o similitudes

    fundamentales de los principios o procesos que gobiernan los sistemas", pg. 40.

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    investigacin. Las teoras sistmicas de la poltica reciben asimismo el aporte de la teora estructural-funcionalista, hegemnica en la sociologa estadounidense de los 50 ante el grado de aceptacin que tiene el discurso de su gran expositor: Talcott Parsons. Aunque el concepto de sistema social de Parsons difiere del concepto de sistema poltico, al ser totalizante, ambas conceptualizaciones convergen al definir funcionalmente los procesos de cambio en la sociedad y la poltica (particularmente en la obra de Almond). En esos mismos aos tienen gran repercusin las nuevas teoras cibernticas, por la potencialidad explicativa que poseen, en particular las expuestas por Norbert Wiener. Ellas proveern de su lenguaje -y de su lgica- a las teoras sistmicas de la poltica. Easton sostiene que la ms importante innovacin cientfica de la poca es el concepto de Feedback. Finalmente, otro gran aporte es el que le brinda la economa clsica, permanente inspiradora del anlisis poltico estadounidense. Las teoras sistmicas de la poltica toman de ella conceptos claves como los de equilibrio, demanda y oferta. 3.2 LAS RAZONES DEL XITO DE LAS TEORAS SISTMICAS Las teoras sistmicas de la poltica son diseadas en los Estados Unidos en los aos 50 y 60 por destacadas figuras de la ciencia poltica, particularmente David Easton y Gabriel Almond. Constituyen uno de los mayores esfuerzos realizados para proveer a la ciencia poltica conductista de una teora general en la que pudieran subsumirse los cuantiosos hallazgos empricos que se estaban produciendo en la disciplina. Su expectativa es, entonces, darle a esta ltima un lenguaje unificado, un referente terico comn, para as guiar los estudios empricos de la poltica. Sirven, pues, para proveer un armazn conceptual al conductismo y, como consecuencia de ello, la ciencia poltica pasa a ser orientada por las teoras sistmicas de la poltica, contribuyendo la rpida difusin de las mismas al afianzamiento de esa perspectiva cientfica. Esas teoras coinciden con el momento de mayor influencia de la ciencia poltica estadounidense en la disciplina; su declinacin se da simultneamente con la recuperacin de la autonoma intelectual y de la identidad distintiva que logra la ciencia poltica europea. Es indudable que el gran xito que tiene el concepto de sistema poltico en la disciplina, hasta llegar a constituirse en el paradigma vigente como lo destaca Almond al ser elegido como presidente de la Asociacin Americana de Ciencia Poltica en 1966, est estrechamente asociado al predominio avasallante del conductismo en esos aos. Sin embargo, en la dcada siguiente decae rpidamente, como lo evidencia el hecho de que el concepto de sistema poltico no es analizado en el primer Manual de ciencia poltica estadounidense, el de Greenstein y Polsby, cuando es editado en 1975. A qu se debe entonces su vertiginoso xito anterior? Su xito en los aos 60 no slo es el resultado de una fuerte demanda que expresa el conductismo, la necesidad de contar con teoras generales de la poltica; se trata, adems, de dar una identidad terica a la ciencia poltica, para as diferenciarla de las conceptualizaciones del derecho pblico, la filosofa poltica y la historia. Es por otra parte evidente que la exigencia de una teora general de la poltica pertenece a la tradicin del pensamiento poltico de la que ya se ha hablado, y ni siquiera un movimiento reivindicatorio de los estudios empricos de la poltica puede sustraerse a ella. Su masiva aceptacin inicial se explica asimismo por el hecho de que un importante objetivo del conductismo es la individualizacin de una unidad de anlisis que, como expresa Easton, permite la comprensin de la conducta humana en sus expresiones polticas. Y el concepto de sistema poltico es el que le permite soslayar la utilizacin del concepto de Estado, de claras reminiscencias jurdicas, como unidad de anlisis de la poltica. Los individuos protagonizan los procesos de gobierno en el sistema poltico, diseado por primera vez por Easton en 1953. Los tericos que ms repercusin tienen en la difusin del concepto de sistema poltico Easton, Almond y Dahl coinciden en definirlo como un conjunto de interrelaciones que permiten explicar al fenmeno poltico. La comunidad cientfica hace suyas a esas premisas tericas, ante el hecho de que las mismas son fcilmente identificables con el conductismo, dado que el esquema conductista de estmulo-respuesta encuentra una muy amplia aplicacin en el estudio de la persistencia y adaptacin de los sistemas, tras recibir los mismos los estmulos provenientes del ambiente exterior y responder a ellos. 3.3 PRINCIPALES CARACTERSTICAS DE LA TEORA SISTMICA DE EASTON Easton es el nico de los tericos citados que se decide a ir ms all del concepto de sistema poltico como unidad central de anlisis en la ciencia poltica, al intentar construir una teora general de la poltica. Se lo podra considerar el Talcott Parsons de la ciencia poltica: por su intencin de desarrollar, como ste, una teora general que sirviera de armazn conceptual a los estudios empricos en su disciplina, y porque es asimismo notorio que, tambin como a Parsons, le preocupa analizar el equilibrio de los sistemas en un mundo en permanente cambio. La bsqueda de esa teora general lleva a Easton a estudiar cules son los desarrollos fundamentales que caracterizan los procesos polticos. Cmo hacen para persistir en un mundo en continuo cambio? La idea fuerza en la que se apoya es que los sistemas polticos persisten a travs del cambio mediante un equilibrio dinmico: el feedback. Easton es muy claro al respecto: En la vida poltica, como en otros sistemas sociales, el feedback puede ser mostrado como fundamental tanto para la regulacin del error, esto es, para mantener al sistema apuntando en una direccin establecida -preservacin del statu quo-, como para una redireccin intencional, esto es, para apartarse en busca de nuevas metas para conquistar. Al publicar en 1953 The Political System, Easton estudia el desarrollo que ha tenido hasta entonces la ciencia poltica, realizando a la vez su primer intento de disear una abstraccin terica que sirva de teora general a la misma. Le preocupa combinar el concepto de equilibrio y el de sistema en la ciencia poltica y definir conceptualmente a esta ltima (tomando distancia con el derecho). Esto lo lleva a definir como poltica a la asignacin autoritativa de valores, que es el resultado de una interaccin sistmica, marginando conceptos como Estado, institucin o ley. En 1965 Easton publica dos libros casi simultneamente. En el primero, Esquema para el anlisis poltico, desarrolla la estructura conceptual de un esquema analtico que permita el estudio sistmico de la poltica. En el otro, A System Analysis of Political Life, ampla los detalles de su esquema conceptual. Le preocupa analizar la vida poltica como sistema de conducta, y para hacerlo termina por construir de manera analtica una abstraccin: el sistema poltico (que nada tiene que ver con los sistemas naturales). El diseo del mismo utiliza como unidad bsica del anlisis la interaccin existente entre el sistema poltico y su ambiente social. El concepto de sistema poltico abarca entonces el conjunto de interacciones que el investigador considera interesante estudiar, no la totalidad de las que se dan en la poltica. As lo expresa Easton: Reservaremos el concepto de "sistema poltico" a los roles de interacciones para las asignaciones relevantes para las asignaciones imperativas de una sociedad en su conjunto.

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    Aquello que distingue a las interacciones polticas de las dems interacciones sociales es el hecho de estar dirigidas a concretar la asignacin autoritativa de valores en la sociedad (autoritativa porque los actores afectados por ellas consideran obligatorias esas decisiones). El concepto de sistema poltico es atribuible entonces a aquellas interacciones que son cruciales para esa asignacin. Para Easton, los tres componentes del esquema analtico, de la abstraccin terica que constituye el sistema poltico, son la comunidad poltica, el rgimen y la autoridad. La comunidad poltica es un grupo de personas vinculadas por una divisin poltica del trabajo. El rgimen es el conjunto de condicionamientos que tienen las interacciones polticas, y est compuesto por valores, normas y estructuras de autoridad. Los valores son, a la vez que principios orientadores de la accin, objetivos a alcanzar, y tienen que ver con aquello que puede ser admitido en la poltica cotidiana sin agredir los sentimientos de importantes sectores de la comunidad. Las normas explicitan qu procedimientos son aceptables en la transformacin y ejecucin de las demandas. Las estructuras de autoridad se refieren a los modelos formales e informales con los que el poder es organizado y distribuido. La autoridad la constituyen quienes ocupan roles activos en la poltica y estn comprometidos en la gestin diaria del sistema poltico. Cmo se produce la interaccin poltica? Al sistema poltico le llegan como inputs, como demandas y apoyos. Las demandas provenientes del ambiente social estn basadas en las necesidades que se originan en la opinin pblica, expectativas de vida, motivaciones ideolgicas, intereses, etc. Convertidas las necesidades en demandas expresas, stas se trasladan del ambiente social al sistema poltico, responsable de la agregacin y articulacin de esas demandas. Son las funciones que cumple la black box, que acta como el filtro del sistema, a travs de mecanismos de reduccin y seleccin de demandas. Es ste un aspecto muy importante del desarrollo terico de Easton, dado que demuestra la autonoma que atribuye al sistema poltico, tomando as distancia con el modelo sociolgico funcionalista (al que tanto le debe). La poltica no constituye un fenmeno espontneo, meramente homosttico; existen responsables polticos de la torna de decisiones. Es la interaccin entre las partes lo que da sentido al sistema poltico de Easton, no el sistema lo que da sentido a las partes como ocurre en el sistema social de Parsons. El esquema conceptual de Easton pone distancia con el organicismo funcionalista11. Quines son responsables del filtro de la demanda? Aquellos que ocupan determinados roles, sean individuos o grupos, constituyen los elementos estructurales que estn en condiciones de orientar los contenidos del proceso poltico (y de las normas culturales que estn asociadas a ellos). El apoyo, al menos de los miembros relevantes del sistema poltico, es entonces indispensable para transformar las demandas en outputs, en decisiones (o para mantener decisiones ya tomadas). La principal distincin que hace Easton es entre apoyo difuso -que expresa confianza en la legitimidad del rgimen y de la autoridad- y apoyo especfico, que es el resultado de decisiones tomadas por la autoridad que han dado una respuesta satisfactoria a los inputs previos, dado que existe un permanente flujo de intercambio de inputs y outputs. Por eso Easton toma un concepto de la ciberntica, el de feedback o retroalimentacin de la informacin, para explicar cmo un proceso poltico tiene la posibilidad de controlar y as regular los disturbios producidos en el sistema. Las partes que constituyen el circuito de retroalimentacin son: a) los estmulos producidos por los outputs de los gobernantes entre los ciudadanos; b) las respuestas-reacciones de los mismos; e) la comunicacin a los gobernantes de las informaciones relativas a aquellas respuestas, y d) las nuevas y distintas decisiones tomadas por los gobernantes como respuesta a la reaccin de los ciudadanos. Resumiendo, se trata de una autntica reorientacin de metas tras el intercambio producido entre el ambiente social y el sistema poltico, siendo ella la que permite la concrecin de un equilibrio dinmico. As Easton ha definido a la poltica como el proceso circular de asignacin autoritativa de valores a una sociedad, siendo una eficaz circularidad la que da funcionalidad al cambio poltico. De no producirse esto ltimo, se dara la sobrecarga del sistema poltico, entendindose por ello las exigencias cuantitativas o cualitativas sobre las capacidades de un sistema poltico que el mismo no puede satisfacer en el tiempo disponible. Su consecuencia es la ingobernabilidad poltica. La persistencia del sistema se da entonces por la capacidad del mismo para reorientar eficazmente la asignacin autoritativa de valores entre los miembros de una comunidad poltica. Ello le permite preservar su equilibrio, entendido como el estado de reposo que se produce como consecuencia de la interaccin de fuerzas opuestas que se contrarrestan. Es en la nocin de feedback donde est, entonces, mejor representada la receptividad de los sistemas polticos abiertos -democrticos- a la demanda social, siendo su resultado la persistencia a travs del cambio (el colapso sovitico parece ejemplificar adecuadamente el fenmeno contrario). 3.4 LAS DEBILIDADES CONCEPTUALES DE LA TEORA SISTMICA DE EASTON Su terminologa, tomada de la ciberntica, da a la ciencia poltica una nueva gramtica. Pretende as poner distancia con las antiguas conceptualizaciones, provenientes del derecho pblico y la filosofa poltica. Pero el costo es alto: por momentos lo diagramtico diluye a lo real en el estudio de los procesos polticos. Asimismo, si bien se reconoce el mrito que tiene Easton al destacar la circularidad de los procesos polticos, una crtica muy comn a su esquema analtico es que en la elaboracin del mismo da mucha mayor trascendencia a los inputs (como demanda y apoyo) provenientes del ambiente social que a los outputs, las decisiones polticas tomadas por el sistema poltico. Transforma as a los primeros en la fuerza motriz que reequilibra el sistema, y al hacerlo de este modo tan exclusivo -y excluyente- disminuye la comprensin de los procesos de cambio. Ocurre que, como es caracterstico en el conductismo y en la tradicin de investigacin anglosajona, centra la clave de la poltica en la autorregulacin social, disminuyendo el papel que les ha tocado cumplir al gobierno y dems instituciones polticas en los procesos de cambio, menospreciando la circunstancia de que tambin son iniciadores de los hechos polticos. El New Deal que desde el Estado puso en prctica en los Estados Unidos Roosevelt a comienzos de los aos 30, y que despus de sus cuatro elecciones presidenciales se proyect hasta avanzados los 70, constituye un dato emprico que contradice esta estructura terica acentuadamente inputista que disea Easton. Es que, como l mismo lo declara en 1965 la funcin de una teora general es guiar la investigacin emprica, incorporando aquello que ya ha sido descubierto y sugiriendo a la vez nuevas investigaciones. Y esto lo hace desde la perspectiva cientfica -ideolgica- del conductismo. Por eso es oportuno recordar con ________________________________________________________________________________________ 11 Pese a su deuda intelectual con Parsons, Easton pone distancias: "El hecho de que en la idea de persistencia pueda estar incluida la idea de cambio, vuelve indispensable

    diferenciar este concepto del de mantenimiento de sistemas. Mi anlisis no est encaminado a investigar de manera exclusiva o primordial este problema. Una cosa es preguntar por

    las condiciones mediante las cuales un sistema es capaz de mantenerse, y otra totalmente diferente tratar de averiguar las condiciones de la persistencia." El mantenimiento se

    pondera con la idea de salvar la pauta de relaciones existentes, y dirige la atencin hacia su conservacin. La persistencia revela la importancia de considerar, no cualquier estructura

    o pauta particular, sino los procesos vitales mismos de un sistema. En este sentido, un sistema puede persistir aunque cambie continua y radicalmente todo lo asociado a l. La nocin

    de persistencia va mucho ms all de la de mantenimiento; se orienta a investigar tanto el cambio como la estabilidad, pues ambos se pueden interpretar como soluciones alternativas

    para enfrentar la tensin", en "Esquema...", op. cit., pg. 127.

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    Wolin la peculiaridad existente en las teoras generales de la poltica: constituir a la vez que paradigmas cientficos paradigmas polticos. La teora sistmica de la poltica, pese a su alto nivel de abstraccin conceptual, no logra escapar a esa tradicin al soslayar la importancia de los gobiernos en las iniciativas tendientes a lograr el cambio poltico. Esas debilidades tericas hacen que desde los 80 su expectativa de constituir una teora general de la poltica haya quedado totalmente abandonada, resurgiendo el concepto de Estado como unidad central del anlisis de la poltica. Subsiste, en cambio, el uso del concepto de sistema poltico como enfoque terico, til por lo mismo para conectar distintas tradiciones de investigacin, pero sin pretender ya uniformar su discurso con el conductista. Por eso es que pueden utilizarlo destacados politlogos tan diferenciados ideolgicamente como Sartori, Huntington y Offe. Se da la continuidad de la percepcin sistmica de los procesos polticos a la vez que se agotan sus premisas epistemolgicas. 4 LA LTIMA FASE DEL CONDUCTISMO: LAS TEORAS ECONMICAS DE LA POLTICA 4.1 SU XITO EN LA TRADICIN DE INVESTIGACIN ANGLOSAJONA Simultneamente con el desarrollo y agotamiento de las teoras sistmicas, se produce el surgimiento de teoras econmicas de la poltica. Poco tardarn en constituirse en el principal filn terico de la ciencia poltica, identificando una tercera fase del conductismo. Ser esta fase la que tendr ms gravitacin ideolgica sobre el escenario poltico estadounidense. En su caso puede decirse que se trata de una autntica profeca auto cumplida, dado que sus postulados cientficos, difundidos profusamente desde mediados de los aos 50, son asumidos finalmente como propios por el programa y la poltica neoconservadora en los aos 80, ante el grado de repercusin que han alcanzado en una sociedad abrumada por la crisis fiscal del Estado keynesiano. Esas teoras son el resultado del nuevo marco de significado de lo poltico que se ha ido concretando a lo largo del exitoso desarrollo socioeconmico que caracteriza al keynesianismo. El mismo ha repercutido fuertemente sobre los partidos y sindicatos reivindicativos, desmovilizndolos a medida que se iban satisfaciendo las demandas sociales que ellos expresaban. Sumado ello a una creciente complejidad social, han tenido como consecuencia poltica una cada vez mayor desestructuracin de la sociedad. Lo sintetiza Klauss Offe: Cuando T. H. Marshall teoriz acerca de la inherente tendencia de las democracias parlamentarias en transformarse a s mismas en fuertes Estados benefactores (...) dio por supuesta la existencia de importantes organizaciones corporativas y de clase del trabajo, auto conscientes y bien organizadas, que utilizaran el voto como estrategia de las reformas sociales y de polticas sociales expansivas. Sin embargo, desde mediados de los 70 asistimos a una completa y rpida descomposicin o desestructuracin de esas corporaciones. Hay muchos indicadores que sealan que las preferencias polticas y las orientaciones de crecientes segmentos del electorado son un reflejo de este proceso de fragmentacin, pluralizacin y, finalmente, individualizacin de las condiciones socioeconmicas y de la determinacin de los intereses. La votacin orientada por los problemas y no por los partidos; la creciente significacin del nivel de fbrica sobre la regulacin sectorial del conflicto industrial, y la regulacin sectorial sobre la regulacin nacional centralizada; la hendidura que corta transversalmente las lneas divisorias entre las clases y las organizaciones de clase son todos sntomas, observados con frecuencia, del proceso de amplia desestructuracin de la sociedad. La desorganizacin de las amplias, relativamente estables y amuralladas comunidades de intereses econmicos [...] es desde mi punto de vista la clave para entender de modo adecuado la generalizada debilidad de los compromisos solidarios. Si ya no tiene ms sentido referirse a una amplia y bien perfilada categora de compaeros ciudadanos como "nuestra clase de gente", el nico referente interpretativo para la accin es el individuo, que se refiere a s mismo en trminos de clculos racionales. Enunciadas por economistas, estas teoras se inspiran en el modelo del equilibrio general elaborado por la economa neoclsica. Estn centradas en un conjunto de afirmaciones extremadamente simples, que les sirven para construir, deductivamente, modelos econmicos de anlisis poltico. En estos modelos subyace un arquetipo de individuo, el homo oeconomicus, orientado racionalmente a maximizar sus beneficios, en una sociedad que perciben como tomstica. Desde esta percepcin, su unidad central de anlisis es entonces el individuo aislado. Esta fase del conductismo est estrechamente vinculada con el utilitarismo, tan ampliamente predominante en la tradicin de investigacin anglosajona del siglo XIX. As lo destaca Homans: [...] muchos cientficos sociales que emplean el conductismo no se dan cuenta de que lo hacen. Lo llaman utilitarismo o teora de la eleccin racional. El utilitarismo surge como filosofa social en Gran Bretaa. Enfrentado en el siglo XIX al liberalismo revolucionario del continente, le opone un liberalismo basado en la inteligencia prctica, til para ser aplicada en la solucin instrumental de problemas especficos. Por esta razn no cree en las utopas filosficas; el conocimiento emprico debe dejar de lado al normativo, Hume desplaza a Kant como orientador de la Ilustracin britnica. Quien expone por primera vez en forma sistemtica cul es la relacin que debe existir para el utilitarismo entre el individuo y el Estado, es Jeremas Bentham. Los otros grandes expositores de esta filosofa social son James Mill, John Stuart Mill -quien fue el que mayor repercusin intelectual obtuvo de todos ellos- y Herbert Spencer. A su vez, David Ricardo y Alfred Marshall son los grandes difusores de la teora econmica del utilitarismo, que se alimenta, a su vez, con su filosofa social.12 Su utilidad, o sea del valor de las consecuencias de la misma. La accin no est orientada ticamente por valores, como sostena Kant, sino por las consecuencias que tiene para el sujeto que la protagoniza. Constituye por eso una doctrina tica del egosmo individual. Desde esta percepcin de lo social, la misma racionalidad orienta a la poltica. Es el libre intercambio entre los individuos, ajeno a toda interferencia del Estado, lo que permite la autorregulacin poltica de la sociedad. Este criterio le deja un papel muy reducido a la accin gubernamental, cuya funcin queda reducida a la preservacin del orden en la sociedad. Dado que los individuos son racionales, el libre e irrestricto ejercicio de sus libertades los conducir a la autorregulacin poltica de la sociedad. Estos desarrollos tericos permiten comprender cmo el utilitarismo culmina a fin de siglo en el darwinismo social de Spencer. ________________________________________________________________________________________ 12 G. Sartori sintetiza admirablemente la relacin existente en el tiempo entre la economa ortodoxa y la filosofa social del utilitarismo: [...] son los economistas -Smith, Ricardo, y en general los librecambistas- quienes muestran cmo la vida asociada prospera y se desarrolla cuando el Estado no interviene; cmo la vida asociada encuentra en la divisin del

    trabajo su propio principio de organizacin; y entonces cunta parte de la vida asociada es extraa al Estado y no es regulada ni por sus leyes ni por su derecho. Las leyes de la

    economa, no son leyes jurdicas: son leyes del mercado. Y el mercado es de un automatismo espontneo, es un mecanismo que funciona por s mismo, por su cuenta [...] Es en la

    ptica de los economistas, entonces, que la sociedad resulta ser ms autntica cuanto ms espontnea es, cuanto ms liberada est no slo de las interferencias de la poltica sino

    tambin de las molestias del derecho. Es verdad que la 'sociedad espontnea' de los economistas era la sociedad econmica. Mas el ejemplo era fcilmente extensible a la sociedad en

    general, en Elementi di teora poltica, Il Mulino, Bologna, 1987, pgs. 249-250.

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    Como se ve, el utilitarismo ha preparado el terreno durante ms de un siglo al conductismo, y dentro del mismo en particular a su ltima fase. James D. Buchanan, el expositor ms notorio de la teora de la eleccin pblica, define en 1965 al anlisis econmico de la poltica como una teora individualista de la poltica. El primer gran autor que afrontar la polmica cuestin de identificar el funcionamiento del mercado poltico con el del mercado econmico ser el economista Joseph Alois Schumpeter, cuyo peso intelectual sobre la tradicin de investigacin anglosajona de anlisis poltico ser muy grande. 4.2 SCHUMPETER Y LA DEMOCRACIA EMPRICA En 1942, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, un viens exiliado, J. A. Schumpeter, publica en Estados Unidos una revisin crtica del concepto de democracia. Abrumado por la dictadura plebiscitaria de Hitler, ve con sumo escepticismo al modelo de democracia que imaginara Jean Jacques Rousseau dos siglos antes. Su obra, Capitalismo, Socialismo y Democracia, reivindica en cambio la democracia "emprica", entendiendo por tal a la que se da real y exitosamente en el mundo anglosajn. Como el griego Polibio, que defini la grandeza del gobierno mixto que distingua a Roma en la Antigedad, otro extranjero, el austraco Schumpeter, es quien en este caso describe mejor que nadie la eficacia institucional del gobierno democrtico anglosajn. Son las democracias britnica y estadounidense -las nicas grandes democracias subsistentes en el ao 1942, cuando el totalitarismo impera en Europa- las que inspiran sus agudas reflexiones. Estas democracias le proveen el material emprico necesario para convalidar sus tesis, estrechamente vinculadas con su expectativa de definir la democracia realmente existente. Schumpeter contrapone "otra" teora de la democracia a la teora "clsica" enunciada por Rousseau en el siglo XVIII. Es la de Schumpeter una teora competitiva de la democracia, pues ve a esta ltima como caracterizada por la libre co