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Rony Christan Hidalgo Lostaunau. CD, Maestrando en Investigación y Docencia en Estomatología Miembro de la Academia Peruana de Estética y Cosmética Dental Miembro de la Asociación Peruana de Odontología Restauradora y Biomateriales Miembro del Centro de Estudios Odontológicos
RESUMEN
El conocimiento técnico, científico y artístico de la teoría del color, aún cuando no se imparta en pregrado
o muy pocas veces se profundice en postgrado, es esencial para lograr el éxito estético. Lo que permite
la existencia del color es básicamente la luz, quien interrelaciona a un observador y a un objeto en un
ambiente o medio determinado. El presente artículo de revisión científica, primero de una serie de cuatro
que profundizarán en la teoría del color con aplicación directa en la odontología, hará referencia a la
fuente de luz, como factor primordial en el laborar odontológico, llevándolo más allá del ámbito clínico.
INTRODUCCIÓN
Es tradicional creer que la luz natural (solar) del ambiente nos permite apreciar, seleccionar y/o aparear
los colores correctamente, sin embargo hay razones que discutiremos a continuación que nos permitirán
entender que la intuición (el hecho de “ver”) no es suficiente, sólo la combinación de un sólido
conocimiento teórico-científico y el uso adecuado de nuestros sentidos permite abarcar todo el arsenal de
posibilidades que ofrece el color. Además conoceremos que la luz en el ambiente odontológico tiene una
importancia trascendental como factor ergonómico, terapéutico y hasta psicológico en odontólogos y
pacientes.
Cuadro 1 . Características de la luz natural
Aspecto de la luz ( T° Kelvin)
1000°K durante una puesta de sol 20000°K durante un día de cielo claro
Concentración de ondas rojas
Concentración de ondas azules
Cantidad de luz ( Intensidad)
< 1000 luxes durante un día oscuro, tormentoso y denso
> 100000 luxes durante una tarde soleada
Variable
Calidad de luz ( IRC )
1 IRC durante la noche (oscuridad total) 100 IRC fases ideales de luz septentrional
Variable
La medición de la intensidad de la fuente luminosa se realiza con fotómetros y la calidad espectral de la luz se mide con
espectrofotómetros y/o espectroradiómetros. Estos aparatos registran gran variabilidad respecto a la luz natural o luz del ambiente
durante diversas condiciones como hora del día, estación del año, neblina, contaminación ambiental,etc.
La Ciencia y El Arte del Color en Odontología. Parte I : La iluminación como
factor primordial, consideraciones científicas y ergonómicas
hasta
hasta
a
El Comité de Colorimetría de la Sociedad Óptica de América define: “El Color no es una propiedad del
objeto sino más bien de la luz que entra en nuestros ojos proveniente de él”. Esta categórica premisa nos
afirma implícitamente que la fuente de luz (sea natural o artificial) debe contener todas las ondas visibles
a nuestros sentidos y codificables en nuestro cerebro, para poder determinar el color de los objetos como
son; es decir, si la fuente de luz carece o tiene mal distribuidas las ondas luminosas del espectro visible,
los objetos no mostrarán el color real o “color de cuerpo” que realmente poseen, sino se apreciarán
modificados por estas deficiencias lumínicas a las cuales nos adaptaremos sensorialmente de manera
casi inmediata. Debemos resaltar que estas deficiencias no sólo existen en las fuentes luminosas
artificiales no corregidas (focos, fluorescentes, etc.) sino también existen en la luz del medio natural, ya
que la distribución de las ondas de luz del sol dependen de la hora del día, la humedad del ambiente y la
polución (Cuadro 1). Respecto a la luz natural debemos desmitificar dos preceptos comunes, tomados
erróneamente como ciertos:
1. La luz natural siempre muestra el color real o “color de cuerpo” en cualquier condición
Este antiguo paradigma es cada vez más limitado, antiguas investigaciones en Europa y Norteamérica
demuestran que la luz diurna del Norte al mediodía en un día ligeramente nublado se considera ideal,
porque presenta todas las ondas lumínicas equilibradamente distribuidas como para mostrar el color de
los objetos correctamente. Respecto a esto podemos decir mucho, principalmente no es posible hablar de
luz diurna única, ya que según la época del año, la situación del sol, el estado atmosférico y los
hemisferios terrestres, la composición y distribución de las ondas lumínicas visibles cambian
enormemente y el color de los objetos también cambia. Por ejemplo, las partículas de humedad que
desvían la luz y causan la neblina (tan propia de Lima), hacen de la luz natural un fenómeno de
apreciación gris-azulado y suavizan los contornos, es decir, las formas y colores pierden su identidad, de
manera que no se observa el “color de cuerpo” real, lo marrón bajo sol se aprecia gris bajo neblina, como
sucede con los troncos de los árboles.
2. Si la luz cambia, el color cambia con ella
Nuestra percepción de los colores cambia según la luz que reciben, pero esto no quiere decir que todos
los colores de los objetos (especialmente si se comparan estructuras naturales con artificiales) cambian
por igual, ya que no todos los objetos tienen la misma capacidad de absorción y remisión de los rayos de
luz que sobre ellos inciden. En el segundo capítulo, referente al color de los objetos, específicamente
dientes y materiales odontológicos, ampliaremos las diferencias que existen referentes al “color de
cuerpo” y su variación individual según la luz que recaiga sobre ellos, por ahora cabe reafirmar que todos
los materiales de distinta naturaleza (por el hecho de tener composición química diferente), cambian su
aspecto visual de color cuando la luz varía, pero no todos varían en la misma proporción o magnitud,
incluso bajo luz natural; basta comparar un diente natural con una cuenta de las guías de color (mal
llamados “colorímetros”) bajo una luz artificial como la lampara de la unidad dental y luego la misma
comparación bajo luz natural, las diferencias son evidentes bajo una y otra fuente lumínica, se aprecia
comúnmente que al cambiar de luz, también tenemos que cambiar de cuenta de la guía de color. Si todos
los objetos cambiasen su apariencia visual de “color de cuerpo” por igual, no se apreciarían estas
diferencias y en si, no hubiesen tantos errores con la elección del color, sobretodo si se escoge el color
dental con luz natural tomándolo como el “verdadero color” y más tarde el paciente refiere que en su
oficina sus coronas se ven diferentes a como se veían en la ventana del consultorio.
La luz diurna septentrional ideal, con una distribución equilibrada de ondas del espectro luminoso
visible se usa como patrón natural para juzgar otras fuentes de luz. Esta luz diurna septentrional es
obtenida a partir de un promedio de fases ideales que son evaluadas espectrofotométricamente durante
algunos días en el transcurso de un año. Es decir, es un patrón teórico de la iluminación ideal para
apreciar los colores. Los expertos en colorimetría y luminotecnia denominaron a la capacidad máxima de
mostrar los colores, tal como son, con el Índice de Reproductibilidad del Color (IRC o CRI) con un valor
límite de 100. Y la capacidad humana de apreciar los colores de los objetos en su máxima expresión, es
decir, el “color de cuerpo” real, se basa en la apreciación de los objetos bajo fuentes lumínicas que
tengan un IRC superior a 80. Específicamente las indicaciones del Comité Internacional de la Iluminación
respecto a las fuentes luminosas que deberían habilitarse en consultorios – oficinas o gabinetes dentales
y laboratorios dentales, entre otros, debería tener un IRC que oscile entre 90 y 100. Sin embargo no se
pueden dejar de lado otros factores que atañen al órgano sensible humano en la percepción de colores,
estos tópicos se tratarán en el tercer capítulo de esta revisión bibliográfica.
Estos nuevos paradigmas nos enseñan que la búsqueda de una fuente de luz ideal tienen su principio en
el logro de una luminaria que esté ajena a la estación del año, la hora del día, la polución, la ubicación de
las ventanas, etc.; y que contenga distribuidas equilibradamente las ondas visibles de la luz diurna
septentrional ideal, y tácitamente reúna las ondas luminosas favorables de las diferentes luminarias
comunes, sean incandescentes, fluorescentes no corregidas e incluso luz natural en condiciones
adversas.
La luz artificial más utilizada en las consultas dentales es la incandescente y la fluorescente común,
ninguna de ellas presenta condiciones que la asemejen a la luz diurna septentrional. Es cosa
generalmente conocida que uno no se puede fiar del aspecto del material bajo luz artificial de este tipo;
una lámpara de luz incandescente ordinaria emite concentraciones relativamente elevadas de ondas
amarillas que de azul-verde y de azul, mientras que los fluorescentes blancos dan concentraciones altas
de ondas azules.
Cuadro 2. Recomendaciones para el gabinete dental versus otras fuentes comunes.
Especificaciones Técnicas
Recomendaciones CIE - ISCC
Luz Natural Luz Incandescente
Luz Fluorescente
Intensidad 100fc – 400fc 100fc –10000fc < 75fc <80fc IRC 80 - 100 1 - 100 56 - 75 50 - 80 Temperatura del Color
5000 - 7000ºK 1000 - 20000ºK 3000ºK 4200ºK
> Concentraciones equilibrado variable amarillo - naranja azul - verde
Las recomendaciones para ambientes cerrados donde se requiera apreciar certeramente el color son por igual en gabinetes
dentales y laboratorios dentales. El uso de luminarias no corregidas (focos amarillos, ahorradores, fluorescentes cool white, warm
white,etc) nos falsean el color de las guías de color, especialmente durante la comparación con el diente natural.
Instituciones como el Comité Internacional de la Iluminación, la Organización Internacional del Trabajo, el
Inter-Society Color Council, y la Sociedad Americana de Normas para Pruebas y Materiales, se han
encargado desde hace casi tres décadas de investigar y finalmente definir indicaciones de la iluminación,
estableciendo recomendaciones de las fuentes lumínicas respecto a su uso en función a su utilidad,
ergonomía y salud humana principalmente. (Cuadro 2)
La luz normativa, principio fundamental de estos organismos, tendría que poseer un espectro de energía
semejante a la luz diurna septentrional ideal, en la que no predomine significativamente algún grupo de
longitudes de onda y se puedan apreciar los colores como se haría bajo las fases ideales de la luz
natural; ya que la mayoría de colores cambian relativamente al cambiar la luz, es necesaria una que
posea todas las ondas del espectro visible distribuidas adecuadamente porque solo bajo este tipo de luz
se podría hacer comparaciones sin verse afectado el color debido a un espectro desequilibrado y/o
limitado; es decir si un material tuviera la capacidad de remitir determinadas longitudes de onda, ello no
podría suceder si estas longitudes no están presentes en la luz que se dispone, como lo puede ser una
fuente de luz natural en estaciones del año no favorables y/o luces artificiales no corregidas; por ende la
necesidad de contar “siempre” con fuentes luminosas que posean adecuadamente distribuidas las ondas
del espectro visible, conjugadas con una correcta intensidad (cantidad de luz), de manera que nos
permitan apreciar con claridad las diferentes tonalidades de un mismo diente y no enmascarar el aspecto
dental en un monocromatismo sin vitalidad.
Para el año 1932 en la 27ava Sesión Anual de la Asociación Dental Americana, E.B Clark afirma:
“Nosotros los dentistas no estamos equipados educacionalmente para abordar el problema del color”. Y
es recién para las décadas del ´60 y ´70 que R.C. Sproull hace especial mención en nuestro
desconocimiento de la importancia del uso de fuentes lumínicas que cuenten con el espectro ideal
presente en la variable luz natural, apoyándose en las recomendaciones hechas por el International
Commission on Illumination (CIE o Comission Internationale del`Eclairage).
Simultáneamente Saleski (1972) empieza a usar fuentes de luz artificial corregida para seleccionar /
aparear colores de dientes naturales con las guías de color, sugiriendo la estandarización de estas
fuentes de luz en la profesión dental para obtener la excelencia cosmética en función de tratamientos
protésicos. Bergen & McCasland (1977) y Preston (1978) realizan trabajos científicos para probar la
capacidad de estas luces, existiendo para entonces no menos de cinco casas comerciales que producían
con mediano éxito bulbos fluorescentes de luz corregida, sugiriendo tomarlas como patrón en la profesión
odontológica.
Ya en la década del ´80 numerosos estudios en diversas ramas de la ciencia como la Arquitectura,
Medicina, Ergonomía e Ingeniería fundamentalmente, respaldados por organismos internacionales como
el International Commission on Illumination, la Sociedad Óptica de América, la Illuminating Engineering
Society, el Inter-Society Color Council, recomiendan el uso de fuentes de luz corregida en oficinas o
gabinetes dentales (dental surgeries) y laboratorios dentales (dental laboratories), fuentes luminosas
catalogadas como Daylight (según la apariencia del color, tomando en consideración la Temperatura del
Color, de 5000° a 6500° Kelvin) y Very Good Color Rendering Index (Group 1; 1A = 90 a 100 IRC ó 1B
= 80 a 89 IRC), que deben colocarse siguiendo patrones de la Organización Internacional del Trabajo,
donde se indica su instalación según el área (m2) a iluminar y la altura de las habitaciones con motivos
ergonómicos; es a partir de entonces su uso común en países desarrollados de Asia, Europa y Norte
América, donde se les denomina lámparas o luminarias de espectro total o espectro completo (full
spectrum) , considerando además de permitir un laborar del odontólogo más adecuado por razones de
apariencias de detalles y colores, factores ergonómicos, psicológicos y terapéuticos, que señalaremos a
continuación.
Factor Ergonómico
La iluminación defectuosa obliga al profesional a acercarse más al campo operatorio, lo que conlleva a la
fatiga local ocular por esfuerzo muscular en los mecanismos de acomodación y convergencia del ojo,
fatiga generalmente acompañada de lagrimeo, hipermotilidad palpebral, y dolor en los músculos del
cuello y nuca. Esto sucede si la fuente luminosa de la unidad dental no está estandarizada a las
recomendaciones ergonómicas o la relación de esta fuente de luz para el campo operatorio (8000 –
30000 luxes) no es proporcional con la iluminación general de la oficina dental (1000 – 3000 luxes);
relacionando estas dos fuentes de iluminación (Figura 1) en una proporción de 10 : 1 como promedio; se
pueden evitar los siguientes factores de fatiga visual: sombras en el área de trabajo, diferencias de
intensidades dentro de un área, deslumbramiento (reflejo en superficies de intensidades muy elevadas),
ya que el odontólogo está constantemente cambiando de dirección su mirada entre el campo operatorio y
el resto del ambiente de la oficina dental, así los músculos oculares están acomodándose a diversas
intensidades de iluminación constantemente, siendo esta situación etiológica del cansancio visual.
Nuestra capacidad para trabajar mejor está directamente relacionada con factores que nos permiten la
máxima performance de nuestras capacidades, y una iluminación adecuada es primordial para lograrlo,
además de las implicancias en nuestra salud visual, se perdería más tiempo en cerciorarse si la actividad
realizada ( finos acabados, terminaciones de tallados, incisiones quirúrgicas, ubicación de conductos,
selección del color, etc.) está bien o mal, mermando la calidad de nuestros trabajos y consecuente
insatisfacción del profesional, del paciente, y de la comunicación entre el profesional y el técnico dental.
J.E. Carlín (1997) sanciona en un estudio de 41 gabinetes dentales de la ciudad de Lima que: “Una
buena iluminación consta de la complementación de cantidades de luz necesarias provenientes de
lámparas adecuadas”. Es decir además de contar con intensidades lumínicas determinadas (cantidad),
es necesario que las mismas fuentes de luz posean un IRC adecuado (calidad), como los fluorescentes
de luz corregida (full spectrum) que al complementar cantidad y calidad logran en el organismo humano
reacciones psicológicas y fisiológicas favorables.
Figura 1. Proporción de iluminación entre las luminarias de techo y la lámpara de la unidad dental.
Factor Psicológico y Terapéutico
El ambiente adecuadamente iluminado da sensación de amplitud y genera una atmósfera relajante para
el paciente, provocando mayor confort, además si la estructura (pisos, paredes, techos) cuenta con
colores fríos (azul, verde, violeta) y neutros (gris); tópicos de ambientación que señalaremos en el cuarto
capítulo.
Las lámparas de espectro completo (fuentes luminosas de luz corregida) han sido testadas además en
diversas circunstancias logrando mayor comodidad de los pacientes, desde alivio del dolor crónico hasta
mejora considerable en desórdenes inmunológicos y cáncer, siendo usadas de manera terapéutica. La
terapia de luz funciona de la siguiente manera : los fotorreceptores sensibles a la luz y color convierten al
estímulo luminoso de estas fuentes de luz corregida (full spectrum) en impulsos eléctricos, que viajan a lo
largo del nervio óptico hasta el cerebro donde activan al hipotálamo, quien envía mensajeros químicos
(neurotransmisores) para regular funciones autonómicas (automáticas) del cuerpo. Sabemos que las
secreciones del hipotálamo como glándula endocrina gobierna funciones corporales como presión
sanguínea, temperatura corporal, respiración, digestión, función sexual, sistema inmune, envejecimiento,
humor y ritmo cardiaco. Según estudios en el Clinical Pathology Departament of the National Institutes of
Healt y el Departament at the Preventive Medical Center of Marin de los EE.UU. estas fuentes de luz
corregida brindan los delicados impulsos que regulan estas funciones y mantienen la salud, revelando
La proporción en intensidad entre la
lámpara de la unidad dental y la
iluminación de techo es variable, el
rango de variación está relacionado
generalmente a la presencia o no de
ventanas, tragaluces, color del
mobiliario, paredes, techos y
básicamente a la edad del operador y
sus necesidades lumínicas que
favorezcan una clara visión
(seeability). El promedio es de 10 : 1
y puede variar en +/- 3, estableciendo
las cifras exactas con fotómetros o
iluminómetros.
que si ciertas longitudes de onda no están presentes en la luz y no estimulan nuestro cuerpo, no se
pueden absorber ciertos nutrientes, esto conllevaría y favorecería a la fatiga, depresión, hostilidad, SAD
(seasonal affective desorder), síndrome premenstrual, migrañas, desbalances metabólicos de
carbohidratos, función inmune suprimida, decaimiento dental, pérdida de cabello, daños a la piel, abusos
de drogas (alcohol, cigarrillo, drogas), disminución académica, hiperactividad en niños, agravamiento de
la enfermedad de Alzheimer, empeoramiento del cáncer, etc., siendo numerosos los estudios en
entidades médicas y universitarias en Asia, Europa y Norteamérica que siguen demostrando la
importancia y utilidad terapéutica de la exposición a estas fuentes de luz corregidas que imitan las fases
ideales de la luz solar.
Consideraciones Técnicas de las Luminarias de Luz Corregida
La Intensidad de las fuentes de luz se mide en luxes o en bujías pie (fc, foot candels o pie candela),
siendo 1fc = 10,67 luxes y la calidad de la luz según la más adecuada distribución de ondas del espectro
visible se designa con el Índice de Reproductibilidad del Color, idealmente deberíamos contar con IRC /
90 (catalogadas como fuentes 1A o en su defecto 1B, con IRC de 80 a 89).
Estas dos consideraciones principales deberíamos tomar en cuenta al adquirir un fluorescente para
nuestra oficina (gabinete) dental o laboratorio dental; además un tercer parámetro técnico sería el
aspecto coloreado de la luz, designado en grados Kelvin, entre 5000° y 6500° Kelvin. Conociendo esto la
disposición de los fluorescentes depende de la cantidad de ellos según el área de la oficina y de la
proporción entre la fuente de luz de nuestra unidad dental y ésta iluminación “de techo”; la proporción
puede tener un rango de 3:1 hasta 20:1, obteniéndose la cantidad de fluorescentes teniendo en
consideración que se recomienda el trabajo odontológico bajo intensidades superiores a 100fc.
Figura 2 . Diversos formatos de fuentes de Luz Corregida. Los diversos formatos de luminarias que encontramos en el mercado son tipo lámparas ahorradoras ,
focos incandescentes, bulbos y lámparas fluorescentes, estos últimos son los más recomendables
para la instalación el gabinetes y laboratorios dentales, habiéndolos en tamaños de 2pies hasta 8pies
de longitud y también circulares, cuyas características de instalación no requieren ningún aditamento
especial, teniendo además muchas otras características favorables respecto al encendido sin
parpadeo, ahorradores, flujo constante, prolongado tiempo de vida, etc.
Desarrollaremos el ejemplo de una oficina (gabinete) dental de 15m2; teniendo bulbos fluorescentes con
3750 lúmenes de flujo de iluminación e IRC 98, es decir adecuada calidad o tipo de luz Considerando que
la intensidad de la lámpara de la unidad dental es 15000luxes para este caso, basándose en resultados
estadísticos de un estudio realizado en la ciudad de Lima.
1. Convertir el flujo de iluminación en intensidad por superficie, siendo: lux = lumen/m2 , entonces:
¿? luxes = 3750 lumen / 15m2 ⇒ 250 luxes cada fluorescente.
2. Determinar la cantidad de fluorescentes, multiplicando la intensidad de una unidad para ubicarnos
dentro del rango 3:1 y 20:1 : ⇒ 250 x 5 = 1250 luxes
⇒ 15000 luxes : 1250 luxes ⇒ 12 : 1
2. Finalmente confirmar si con ese número de fluorescentes logramos intensidades superiores a 100fc
(y no mayor de 400fc), si 1fc=10,67 luxes : ⇒ ¿? fc = 1250 luxes
⇒ 117 fc que se adecua a las indicaciones
técnicas recomendadas.
Así concluimos matemáticamente que necesitamos 5 fluorescentes de 36w con 3750 lúmenes y 98 IRC
para un gabinete dental de 15m2, logrando una proporción con la lámpara de la unidad dental de 12 : 1 y
117fc de intensidad general del ambiente. Hemos de tomar en cuenta el distribuir equitativamente estos
cinco fluorescentes en el techo de la oficina (considerando que se ubican a 230cm del suelo),
acondicionados a interruptores por grupos o parejas ya que ello nos permitirá controlar la cantidad de
iluminación del gabinete si además contamos con tragaluces, ventanas o mamparas.
CONCLUSIONES
1) Mientras algunas fases de la luz natural contienen las cualidades básicas para la evaluación del color,
generalmente cambia en calidad y cantidad, lo cual no nos permite confiar en ella “siempre”.
2) El primer paso para la adecuada apreciación y selección de colores es la estandarización de las
fuentes luminosas, las mismas que se usan para elaborar los materiales dentales (y guías de
colores), han de usarse en gabinetes (oficinas) y laboratorios dentales.
3) Las fuentes luminosas de espectro completo (lámparas de luz corregida) permiten la más adecuada
visión de colores (mejor que cualquier otra versión artificial de iluminación o combinaciones), no
solamente deben estar descritas como “daylight”, sino que deben sustentar esto con características
de IRC, temperatura del color (°K) e intensidad luminosa (lúmenes; luxes; footcandels).
4) La distribución y colocación de luminarias en el gabinete dental debe estar regido por indicaciones
técnicas para los ambientes cerrados donde a su vez se necesite un elevado índice de rendimiento
de color e intensidades favorables, para evitar situaciones como fatiga visual y disconfot del paciente.
5) Factores ergonómicos, psicológicos y terapéuticos favorecen enormemente su uso en el gabinete
dental otorgando al ambiente un aspecto placentero, confortable, donde trabajar sea agradable y se
mejore nuestra performance (odontólogo, asistente y técnico dental).
Finalmente reafirmo que sólo el conocimiento y control de los factores que atañen la percepción de los
colores (luz, objeto, observador y ambiente) nos permitirán con los adelantos de nuestra era logros
cosméticos elevados; no podemos cegarnos ante los nuevos conocimientos y los nuevos conceptos ya
que ello nos impedirá avanzar hacia un futuro más exitoso.
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