88
LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: BOGOTÁ 1930-1950 AUTOR: VIVIAN PAULINA ROSADO CARDENAS DIRECTOR: CARLOS ALBERTO URIBE UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA BOGOTÁ ENERO 26 DE 2004

LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: BOGOTÁ 1930-1950

AUTOR: VIVIAN PAULINA ROSADO CARDENAS

DIRECTOR: CARLOS ALBERTO URIBE

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA BOGOTÁ

ENERO 26 DE 2004

Page 2: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: BOGOTÁ 1930-1950

VIVIAN PAULINA ROSADO CARDENAS

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA BOGOTÁ

ENERO 26 DE 2004

Page 3: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

A Mis Padres

Page 4: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN................................................................................................................5

ANTECEDENTES..............................................................................................................10

Contexto De La Ciudad.............................................................................................10

Costumbres Funerarias: El Cementerio Central.......................................................17

Periodismo Y La Ciudad : La Crónica Roja En Bogotá............................................24

CAPÍTULO I : LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA

NECROLÓGICA................................................................................................................28

1.1. Posición E Importancia De La Nota Necrológica En El Contexto De Las Noticias

Semanales.......................................................................................................................28

1.2. Jorge Eliécer Gaitán: La Excepción A La Regla De La Nota Necrológica....................37

1.3. La Nota Necrológica: Una Representación De Lo Cotidiano........................................40

1.4. La Nota Necrológica: Un Indicador De “Progreso”.......................................................44

1.5. Lugares Vedados: Escenarios De La Crónica Roja........................................................46

1.6. La Nota Necrológica: Un Muestra De Jerarquización Entre Las Élites.........................50

CAPÍTULO II: IMÁGENES QUE SE CONSTRUYEN A PARTIR DE LA NOTA

NECROLÓGICA: EL HOMBRE CAPITALINO...........................................................55

2.1. El Intelectual..................................................................................................................56

2.2. El Militar.........................................................................................................................62

2.3. El Industrial – Progresista...............................................................................................64

2.4.El Clérigo.........................................................................................................................68

CAPÍTULO III: IMÁGENES QUE SE CONSTRUYEN A PARTIR DE LA NOTA

NECROLÓGICA: LA MUJER CAPITALINA...............................................................71

3.1. La Matrona......................................................................................................................72

3.2. La Señorita......................................................................................................................75

3.3. La Religiosa....................................................................................................................77

CONCLUSIONES...............................................................................................................80

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA ..................................................................................86

Page 5: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

5

INTRODUCCIÓN

El objeto de la presente investigación es realizar una aproximación al análisis de los

imaginarios sociales que a partir del fallecimiento de reconocidos miembros de la sociedad

bogotana, fueron representados en las notas necrológicas en el periodo que correspondió de

1930 a 1950. Es usual que las investigaciones existentes estén restringidas al campo de las

prácticas funerarias de las clases populares, generadas principalmente como respuesta a los

discursos hegemónicos sobre la cotidianidad de la ciudad. Sin embargo, dejar de lado la

exploración de los imaginarios sociales que se construyen, se reivindican o se transforman a

partir de la muerte de los miembros destacados de la comunidad desde la escritura de la

nota necrológica, mutila de alguna manera la reconstrucción de los procesos, siendo así, las

élites capitalinas las excluidas.

Se consideró a las élites como una alternativa viable para complementar el campo de los

estudios realizados sobre la ciudad, ya que en cuanto se refiere a sus notas necrológicas se

evidenció la construcción y difusión de una forma de producción simbólica de la sociedad,

gracias a la cual los hombres y las mujeres se identificaron como parte de una fracción

especifica de la ciudadanía, con sus creencias, roles y valores. La nota necrológica permitió

un acercamiento al panorama social especialmente porque en ésta se encontró el espacio

ideal para la transmisión y reafirmación de los principios que configuraron la

jerarquización, la aceptación y reinterpretación de las nociones generadas sobre la vida

cotidiana a partir de la muerte. Igualmente las notas necrológicas revelaron las jerarquías,

funciones, privilegios claramente definidos y reconocidos, por los bogotanos en general,

Page 6: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

6

sobre los miembros de las élites; la importancia que se le otorgó a los apellidos, a valores

como el honor y la filiación.

El periodo comprendido entre 1930 y 1950, fue escogido por considerarse espacio-

temporalmente propicio para evidenciar los elementos que se transformaban lentamente,

por ejemplo las ideas sobre los géneros y los roles y, los imaginarios religiosos; además de

aquellos elementos que fueron coyunturales como la creación de nuevos proyectos de

ciudad y las transformaciones del régimen de producción, al igual que los imaginarios

políticos. Cambios que se presentaron en la que iniciaba su consolidación como “ciudad

moderna” y “cosmopolita”, auspiciados por la industrialización y el fortalecimiento de los

nuevos actores sociales: burgueses y asalariados.

La principal particularidad que presenta este análisis sobre las notas necrológicas, es que se

realiza en un periodo de transición y consolidación de la ciudad, donde se generaron

fenómenos de industrialización y modernización, a la vez que se pasó de un proyecto

político conservador a uno liberal, lo que generó grandes dinámicas en el campo cultural

como el surgimiento y desaparición de sectores sociales, tensiones entre los individuos y las

clases, alteraciones en los ritmos cotidianos y el surgimiento de nuevas concepciones sobre

el tiempo y el espacio. Sin embargo estas dinámicas no se manifestaron de una manera

homogénea y compacta, sino que se adecuaron a las relaciones de oposición, subordinación

y dominación que guardaban con otros fenómenos. Así, la presencia de inversiones

norteamericanas, la consolidación de la clase obrera y el proyecto modernizador de la

república liberal dieron a la ciudad de este periodo unas tendencias que contrastaron con

los modelos conservadores, lo que generó una ambivalencia sentimental entre la añoranza

Page 7: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

7

de la ciudad colonial y la nostalgia de una tranquila, con el deseo de la ciudad cosmopolita

y moderna que se manifestó en algunas de las notas.

Las imágenes que se prestan en este texto son imágenes generales, construidas a partir de la

información considerada más relevante, lo que deja abierto el presente trabajo a futuras

complementaciones. Las fuentes primarias fueron exclusivamente las notas necrológicas

publicadas en la revista CROMOS1 y complementadas con algunas aparecidas en el diario

EL TIEMPO para el periodo de interés. Igualmente, para el desarrollo de los capítulos, se

prefirió dar mayor énfasis a la cita de las notas necrológicas que a la de textos teóricos.

En este texto, las prácticas sociales fueron entendidas como la existencia de reglas y

condiciones materiales a partir de las cuales se elaboró el discurso; la nota necrológica fue

vista como una práctica discursiva (Fairclough 1995), en la que se expresa una dimensión

argumentativa de la interacción social que legitima o deslegitima el orden social. La nota

necrológica como práctica discursiva es una herramienta capaz de revelar la presencia de

estructuras, reglas y valores, al igual que evidencia los filtros sobre los cuales de manera

espacio-temporal se construye la cotidianidad, como son la clase, el género, la edad y la

“raza”; filtros que constituyen lugares desde los cuales los actores sociales crean el sentido

sobre el mundo (Fairclough 1989).

1 La revista CROMOS, es un magazín semanal que se ha publicado desde 1916. Su contenido ha presentado la actualidad nacional e internacional, temas de interés en general y columnas de opinión. También ha tratado los temas de moda, ha tenido secciones literarias a parte de la sección social, que desde sus inicios ha sido la mejor ilustrada. Por su costo, volumen de las ediciones, su contenido y su lenguaje ha sido una revista de amplia circulación y asequible a un amplio sector de la población.

Page 8: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

8

El trabajo “la ciudad vista a través de la nota necrológica: Bogotá 1930-1950”, esta

dividido en tres partes. En la primera se intenta dar una imagen sobre los aspectos generales

relacionados con la construcción de ciudad desde la nota necrológica. En ella se hace

referencia a la ciudad como un espacio geográfico determinado, que contiene una cultura

dominante: la bogotana, donde se logra ver la elaboración de una cultura regional clasista,

claramente definida y que establece relaciones de dominación en la región y con el resto del

país. En la segunda y tercera parte, se construyen imágenes sociales sobre los géneros a

partir de los distintos tipos de saberes: institucionales, profesionales o religiosos. En ellos

se privilegiaron los roles masculinos y femeninos socialmente configurados y aprobados.

En este panorama, la indagación que se realiza a lo largo de este texto es una búsqueda de

las representaciones colectivas, que desde el fallecimiento de los “miembros ilustres” de la

ciudad, circulan en los diarios y revistas. Es un intento por analizar a partir de la nota

necrológica, aquellas representaciones colectivas que rigen los sistemas de identificación y

de integración social y que en palabras de Pintos (1994) “hacen visible la invisibilidad

social a través del establecimiento de una matriz de conexiones entre diferentes elementos

de la experiencia de los individuos y las redes de ideas, imágenes, sentimientos, carencias

y proyectos que están disponibles en un ámbito cultural determinado”.

Para finalizar, solo queda por reconocer que esta investigación no hubiera sido posible sin

la oportuna ayuda y disposición del querido Edgar, funcionario del centro de

documentación de la Revista CROMOS, al igual que sin la asistencia general de los

funcionarios de la Hemeroteca de la biblioteca Luis Ángel Arango. Pero ante todo no

hubiera sido posible sin la contribución de todas las personas que acompañaron y apoyaron

Page 9: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

9

todas las fases que dieron como resultado este texto. Gracias a quienes se tomaron el

tiempo para de leer el documento y dieron sus aportes, al igual que a quienes fueron soporte

anímico a lo largo del proceso. No se especifican los nombres porque no se quiere, por

olvido, dejar de mencionar alguno pero con verdadera sinceridad... nuevamente gracias.

Page 10: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

10

ANTECEDENTES

Contexto De La Ciudad

Los trabajos realizados sobre las prácticas sociales generadas y vividas en Bogotá en el

período de 1930 a 1950, pertenecen casi en su totalidad al campo de la Historia. Sin

embargo, es importante destacar que para los propósitos de esta investigación es

significativo conocer el entorno social capitalino, característico de las últimas décadas del

siglo XIX. Así, trabajos como el de Mejía (1999) se encargan de mostrar la transición que

experimentó la ciudad del régimen colonial al republicano, todas las implicaciones que este

tránsito significó para el desarrollo de la ciudad, de sus espacios, de sus habitantes y la

interacción entre ambos. “Los años del cambio” (Mejía 1999) es un texto fundamental para

la comprensión de los procesos de modernización que más tarde experimentará la ciudad,

ya que, las costumbres y prácticas heredadas desde la colonia se mantendrán, con algunos

matices, hasta las primeras décadas del siglo XX.

La ciudad a la cual se refiere Mejía (1999), es una urbe que no cambia de apariencia física

de forma significativa entre el siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, situación que

ayuda a la creación de una percepción común entre sus habitantes y visitantes. La imagen

que se construye de corresponde a la de “una ciudad tradicional”2; no obstante, como lo

describe el autor, en este periodo la ciudad pasa por un estado ambivalente entre el modelo

colonial clásico español y el capitalista, que se abrió ante ésta llevando implícitos

mecanismos como la industrialización.

2 Esta construcción colectiva del imaginario sobre la ciudad toma fuerza por la conservación de la traza española; carencia de vida nocturna, lo homogéneo de sus edificaciones y la posición geográficamente aislada de la ciudad con relación al resto del mundo. (Mejía 1999)

Page 11: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

11

Aunque en principio los habitantes de la ciudad se opusieron a los cambios, se

desarrollaron diferentes dinámicas de carácter biopolítico que se pusieron en marcha con

el propósito de mejorar las condiciones de vida de los residentes de la capital, incrementar

su riqueza e insertar a Bogotá a las dinámicas en las que se encontraban inmersas las

grandes capitales europeas de la época.

Otros trabajos que hablan sobre el contexto de la ciudad para el periodo de interés, son los

de Zambrano (2002) y Fundación Misión Colombia (1988: T.III), en los cuales se describe

el proceso de modernización de Bogotá. En estos textos se afirma que el proceso fue

bastante lento, principalmente por el aislamiento geográfico en el que se encontraba la

ciudad, lo que le permitió a ésta mantenerse desconectada de las influencias extranjeras, las

cuales se vieron rápidamente en otras capitales latinoamericanas como Buenos Aires y

Ciudad de México. Sumada a esta condición de aislamiento geográfico, experimentó un

aislamiento cultural que le permitió a la élite capitalina continuar imponiendo su propuesta

social y cultural proveniente de la tradición, sin el peligro que implicaba la existencia de

ideas foráneas que enjuiciaran su legitimidad.

En estos trabajos se mantiene la línea de análisis de la ciudad desde una perspectiva

temporal que contiene las últimas décadas del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX. Así,

aparecen descripciones esquemáticas de las crisis económicas, higiénicas y sociales por las

que atravesó la ciudad. Sin embargo estos textos a diferencia del de Mejía (1999), prestan

mayor importancia a las relaciones entre los habitantes, dejando el espacio urbano como

escenario y no como el protagonista de estas relaciones.

Page 12: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

12

Zambrano (2002) argumenta que la profunda crisis económica por la cual atravesó la

ciudad en los últimos años del siglo XIX, “Produjo una perturbación de los símbolos que

hasta entonces le habían permitido a la élite la puesta en marcha de la diferenciación

social. Es allí donde se recurre a la construcción de otro tipo de mecanismos que permitan

continuar con las fronteras, esta vez los elementos son culturales, “virtuales”, los cuales le

permiten a una élite intelectual establecer nuevamente una jerarquía social visible” (p.10).

Así, en Bogotá el uso correcto de la lengua se convirtió en un instrumento de distinción

social, la matriz a partir de la cual la élite separó lo que fue considerado culto en oposición

a lo vulgar, por tal motivo el “buen hablar” se convirtió en un requisito necesario para los

capitalinos que aspiraban a ser calificados como “gente culta y bien nacida”. El correcto

manejo del idioma fue, para este periodo, la máxima expresión de civilización, por ello no

es coincidencia que en este lapso se hubiera dado una gran presencia de gramáticos y

poetas en los altos cargos del Estado, a la vez que se construyó entre los habitantes más

ilustres de la ciudad la denominación de Bogotá como la “Atenas Suramérica”3 (Fundación

Misión Colombia 1988: T.III).

En otros trabajos como el de Cecilia Muñoz y Ximena Pachón (2002) “Réquiem por los

niños muertos. Bogotá siglo XX”, se complementa la descripción de la crisis higiénica, que

fue agravada por la situación económica que atravesó la ciudad en ese espacio temporal, ya

que la densificación demográfica forzaba a un hacinamiento general que no respetaba las

divisiones sociales entre ricos y pobres, obligándolos a compartir los mismos lugares de

3 Frase del humanista español Menéndez Pelayo en su antología de la poesía latinoamericana, escrita en Madrid en 1892:“La cultura literaria en Santa fe de Bogotá, destinada a ser con el tiempo la Atenas de la América del sur, es tan antigua como la conquista misma”. Curiosamente este escritor nunca conoció la ciudad, ni siquiera estuvo en el país. Citado en Zambrano (2002: 1)

Page 13: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

13

residencia. Las epidemias se desarrollaron de manera mucho más veloz y cobraron un

mayor numero de victimas, principalmente niños, los cuales morían especialmente por la

diarrea y la enteritis en un 30% y las bronconeumonías en un 20%. Estas enfermedades

fueron causadas por la calidad del agua y la leche que se consumían en la ciudad, la

acumulación de basuras en las calles, y en general, por las precarias medidas higiénicas de

la capital, al igual que, por la escasez e inestabilidad del cubrimiento del servicio médico4.

Varios autores, (Pedraza 1999, Urrego 1998, Ibáñez 1991, Zambrano 2002, Ramírez 2001),

concuerdan en afirmar que fue tan marcada la crisis por la que atravesó la ciudad, que la

estructura social exigió nuevos símbolos de jerarquización. Dichos símbolos fueron

encontrados en el buen hablar, los buenos modales y el manejo de un protocolo social,

actitudes y comportamientos que marcaron las diferencias entre la élite: su cultura y la

civilización; y la barbarie: la del “pueblo bajo” y los “provincianos”. Aquellas

necesidades de distinción se constituyeron en elementos sobre los cuales se elaboró la

nueva urbanidad “burguesa”5 en Bogotá que incluía “El respeto al orden social,

corrección en el vestir, uso del tiempo, noción de comportamiento femenino y masculino, al

igual que principios estéticos y morales a partir de los cuales elaborar normas de 4 Un ejemplo de esta situación es la descrita en el texto de Muñoz y Pachón (2002:62) basados en artículos publicados en el diario El Tiempo el 25 y 26 de noviembre de 1937. “Un día después de anunciada la aparición de la epidemia del sarampión en 1937, desde la prensa y en primera página, se informaba que el número de niños muertos ascendía ya a más de 60 casos. En los días siguientes la epidemia se intensificó y los casos subieron a más de 6.000 a pesar de las campañas realizadas por la oficina de Higiene Municipal. Los periodistas informaban cómo el sarampión se estaba propagando en forma alarmante, especialmente en los barrios del sur de la capital”. Esta cita deja ver la gravedad del asunto si se tiene en cuenta que para la década de 1930 el censo de Bogotá es de aproximadamente 340.000 habitantes. La cifra de niños muertos en tan solo unos días representaba el 2% de la población. Sin duda el porcentaje aumenta al contar el número de defunciones de adultos y de los niños sin registrar, haciéndose más alarmante si se piensa que epidemias como esta azotaban a la población capitalina varias veces en un año. 5 Categoría utilizada por Fabio Zambrano en su texto “De la Atenas suramericana a la Bogotá moderna. La construcción de la cultura ciudadana en Bogotá”, con la cual se hace alusión a las nuevas maneras de socialización entre los habitantes capitalinos que responde a las necesidades de distinción virtual.

Page 14: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

14

distinción social” (Pedraza 1999: 25). En este contexto, los textos de urbanidad se

constituyeron en el mejor promotor de los ideales del comportamiento público, el trato

armónico entre las personas y la preservación de los valores tradicionales. El otro gran

difusor de la urbanidad fue la prensa bogotana.

La Bogotá De 1930-1950: Partiendo de los textos de Pearce (1992), Ocampo (1994) y

Palacios (2000), el contexto global que enmarcó el periodo de 1930 a 1950, se articuló en

torno a dos ejes fundamentales en Colombia: lo político y lo socioeconómico. En cuanto a

lo político los elementos más importantes fueron los cambios en proyectos políticos sobre

la Nación representados en la alternación de hegemonías: de la Conservadora a la Liberal

(1930-1946) y de la Liberal a la Conservadora (1946-1953); que a primera vista fueron

vinculadas con la desunión de las cabezas visibles de los partidos políticos, pero que se

interpretaron como producto de la tensión existente entre sus construcciones de mundo, es

decir, los rumbos o las metas para alcanzar el “progreso”. Es así, como el proyecto liberal

representó una ruptura con los imaginarios tradicionales anteriores: religiosos, políticos,

educativos y sociales, pero es importante explicitar que las ideas liberales fueron más un

proyecto que una realidad ejecutada o consolidada.

En lo referente a lo socioeconómico, se presentó un cambio en las formas tradicionales de

producción rural – agrícola, asociado a las nociones de “modernidad”, entendida como la

implementación de industrias urbanas, como una manera de centralizar las finanzas en la

urbe. Es así, como la ciudad se convirtió en un centro de acopio del mercado local, que

evidenció la paulatina transformación de Bogotá en un centro político, administrativo y

Page 15: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

15

económico, que revistió a la ciudad con la importancia de Capital y la consolidó como un

verdadero epicentro de las decisiones nacionales.

En este marco, estos años fueron ricos en transformaciones para Bogotá, transformaciones

que abarcaron desde los cambios físicos, las nuevas formas de apropiación de los lugares, la

entrada en escena de la industrialización y la modernización con sus ideas de “progreso” y

“felicidad”, hasta las nuevas dinámicas poblacionales, la inserción de la ciudad al plano

internacional y los cambios en las maneras de socializar entre los habitantes capitalinos por

la aparición en el panorama local de nuevos sectores sociales.

Un ejemplo de lo anterior se encuentra en las novelas urbanas de José Antonio Osorio

Lizarazo, especialmente en “La casa de vecindad” a través de la cual, el autor mostró

cómo la perspectiva social sufrió fuertes cambios originados principalmente por la entrada

en escena del sindicalismo y el socialismo en la ciudad, generando dinámicas que ayudaron

a remplazar las imágenes generadas desde el costumbrismo por el paisaje sórdido en el

cual vivía la clase baja bogotana.

Varios autores han reseñado que el trabajo de Osorio Lizarazo trazó un símil entre “La casa

de vecindad” y la ciudad de Bogotá, que esta, muy alejada del esplendor puntualizado por

sus habitantes ilustres y fue descrita por el autor como un lugar de miseria y desesperanza,

vivido por las clases trabajadoras que buscaban un nuevo espacio en una ciudad que se

Page 16: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

16

transformaba. A su vez, Osorio Lizarazo mostró la fatalidad de habitar en Bogotá y la

inconformidad por la fuerte segregación social6

Pese a lo heterogéneo de las miradas que se realizaron a partir de los diferentes autores que

trabajan el tema de la ciudad, una cuestión común en su argumento es el hecho de que

Bogotá entró a las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX sin haber podido superar las

discusiones entre lo tradicional y lo moderno en el ámbito social, lo que implicó una nueva

reorganización social donde, en palabras de Zambrano (2002), “De ser claramente

símbolos de jerarquización social el vestido, el transporte, la comida, la música, la forma

de hablar, poco a poco dejan de ser fronteras entre las clases sociales y el paisaje urbano

comienza a asemejarse progresivamente. Si a comienzos del siglo usar alpargatas y ruana

se constituía en el uniforme que matriculaba inmediatamente a su poseedor como miembro

de la clase popular (o guache, como despectivamente se le denominaba), el uso del vestido

a la europea se convertía en el uniforme del cachaco, miembro de la clase alta. Desde la

posguerra estas fronteras visibles comienzan a desaparecer y a ser sustituidas por otras

más sutiles pero más fuertes”(p.15).

En este periodo, la ciudad se constituyó en una cosmopolita que abrió las puertas a los

procesos de homogenización de sus habitantes, procesos que se desarrollaron a lo largo del

siglo XX y marcaron las dinámicas sociales de los primeros años del siglo XXI.

6 Esto se evidencia en algunos fragmentos de la novela “la casa de vecindad”, como el siguiente: “Me entregare a la ciudad, incoherente fatal que devoró mis esperanzas, mi vida, mis estúpidas ilusiones y que negara también la sepultura para mi cadáver, destinado a las cuchillas impías del anfiteatro o a la voracidad de los perros en un recodo incógnito del Paseo Bolívar” ( Osorio Lizarazo 1978: 132)

Page 17: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

17

Costumbres Funerarias: El Cementerio Central

La gran mayoría de las fuentes existentes sobre las prácticas y costumbres funerarias en

Bogotá, para el periodo de 1930 a 1950, se han centrado principalmente en la importancia

que ha tenido el Cementerio Central de la ciudad. Así, desde las páginas de las revistas

nacionales o desde los libros gubernamentales, el Cementerio Central de Bogotá aparece

como hito de la sociedad e idiosincrasia capitalina, principalmente por su arquitectura

reflejo de las constantes luchas sociales por la apropiación de su espacio y materialidad7.

El primer texto de la época en el cual se describió con detalle el Cementerio Central y

algunos de los ritos funerarios asociados a él, fue el libro de Enrique Ortega Ricaurte

“Cementerios de Bogotá” (1931), en el cual se dio cumplimiento al decreto # 66 de 1928,

en el que se le ordenó realizar un inventario completo sobre la historia de los cementerios

de Bogotá, con datos precisos sobre su procedencia, linderos, etc.

7 Desde su origen el espacio del cementerio se convirtió en un territorio de lucha que se evidenció principalmente en su arquitectura, ya que, la forma circular que le dio la élite santafereña rompió con el proyecto reticular de la sociedad española y la segmentación de su espacio se correspondió con lo segmentado de las clases sociales capitalinas. (Calvo 1998, Zambrano 2002, Mejía 1999) Dicha segmentación se afirmó en la desigualdad de la producción y conservación de los monumentos funerarios de los diversos grupos sociales de la ciudad, con dificultad quedaron huellas de los pobres en el Cementerio Central, ya que la gran mayoría eran inhumados en fosas comunes o en tumbas sin lápida, mientras las élites construyeron suntuosos mausoleos. Los miembros de éstas que no contaban con el dinero suficiente para realizar una edificación “ostentosa” por lo menos poseían una lápida que identificaba su tumba. Tan marcada fue la importancia de las élites en la apropiación del cementerio, que hasta bien entrado el siglo XX habían bóvedas, terrenos y osarios cedidos a perpetuidad a “hombres ilustres” o “servidores públicos” (Calvo 1998 y Niño 2003). Entre los Hombres ilustres se encontraron intelectuales, educadores, burócratas, políticos y militares, cuyos diferentes rangos se evidenciaban en el lugar que les fueron concedidos dentro del cementerio: “A los más prestantes hombres de la Nación, se les asignaron varios metros de terreno en el cementerio circular, para que les sean constituidos monumentos, a otros de menor importancia se le asigno un área de terreno más pequeño, mientras que a burócratas o simples funcionarios solo se les otorgaron bóvedas en las galerías del cementerio. Con menos suerte contaron aquellos a quienes apenas se les ceden nichos u osarios” (Calvo 1998: 28)

Page 18: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

18

Ortega (1931) realizó una descripción tan detallada que se remontó a los orígenes de la

palabra “necrópolis”, la importancia de la inhumación de los cadáveres y las distintas

costumbres funerarias en diversos pueblos del mundo, para continuar con las prácticas

funerarias de los indígenas colombianos como los “Chibchas” y los “Quimbayas”. Narró

las costumbres coloniales, los primeros intentos para construir un cementerio, las

oposiciones del pueblo santafereño a las nuevas ordenanzas y contó cual fue el primer

cadáver en ser enterrado en el nuevo cementerio. Igualmente mencionó la importancia de

la construcción de la capilla y el nombramiento del capellán, a la par que recapituló sobre la

procedencia de los fondos que fueron utilizados para dicha construcción, el primer acuerdo

municipal que reglamentó el ramo de los cementerios, la numeración de las galerías, el

inventario de las personas que estaban sepultadas allí, los monumentos existentes en el

cementerio circular y el nombre de las personas a quienes pertenecían, para finalizar con la

descripción de los discursos y funerales de varios personajes destacados.

Este texto fue el punto de partida para que autores más recientes (Calvo 1998, Fundación

Misión Bogotá 1988, Niño 2003) coincidieran en afirmar que el Cementerio Central ha

sido un espacio de lucha simbólica que no ha tenido tregua desde el inicio de su

construcción hasta nuestros días, luchas que se evidenciaron desde su construcción,

resultado de políticas de salubridad generadas en el siglo XIX que buscaron la separación

“del espacio que habitaban los vivos del espacio donde descansaban los muertos” (Calvo

1998: 4) quienes, por la herencia europea medieval, habían sido enterrados en las iglesias y

Page 19: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

19

en los conventos8. Solo hasta las primeras décadas del siglo XX, por el crecimiento físico y

demográfico que experimentó Bogotá el Cementerio Central quedó inserto en el centro de

la ciudad.

Calvo (1998) describió cómo desde la colonia, el lugar donde fueron enterrados los

muertos, ofrecieron a las familias acaudaladas posibilidades de distinción y prestigio.

Fueron lugares donde se afirmó el poderío social de las élites, razón por la cual las

disposiciones que generó en 1787 Carlos III dictaminando que sólo se enterrarían en las

iglesias a “las personas por cuya muerte se siguieran procesos eclesiásticos de virtudes o

de milagros” (p.4) fueran rechazadas por las élites neogranadinas, las cuales sólo se

resignaron a ser llevadas al cementerio ubicado en los extramuros de la ciudad, cuando éste

representó un nuevo espacio de distinción y prestigio social.

Según Calvo, los próceres de la independencia y las generaciones que los remplazaron en

el poder “Quisieron connotar el espacio del cementerio y de los mausoleos que lo

componían como un lugar de memoria, de evocación de la reconquista, de la soberanía de

los criollos sobre el territorio que constituiría la Nación...la construcción del Cementerio

Central de la ciudad es por excelencia una materialización del mito fundador de la

Republica. Este territorio se convierte en un santuario porque pretende simbolizar y

8 Como afirma Phillipe Ariès, en su texto “el hombre ante la muerte” (1983:18-83) Durante la edad media cristiana, los entierros se realizaban cerca a las tumbas de santos y mártires en los atrios de las iglesias, después fueron realizados en todos los espacios posibles dentro del las mismas. Al ser colmadas, los patios interiores que hacían parte de ellas habilitados para inhumar a los pobres, dieron origen a los cementerios dentro de la ciudad. Según este autor, la importancia de la iglesia y del cementerio consistía en ser las bases de la vida social. La iglesia era la casa común, el cementerio era un espacio abierto que desempeñaba el papel de plaza pública. En medio de los ataques bárbaros los únicos símbolos que permanecieron vigentes en medio del caos fueron las iglesias, en las cuales la población en general se salvaguardaba de las incertidumbres y la violencia del entorno, así el sitio física y simbólicamente era un lugar seguro para sepultar a los muertos.

Page 20: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

20

contener en sí mismos los símbolos de identidad, no solo de la ciudad, sino de la sociedad,

condensando la memoria en los monumentos de las más prestantes familias criollas, sus

héroes y sus guerras. Identidad que remite a una génesis imaginada en que reposa la

estructura de la sociedad” (Calvo 1998: 15).

Sin embargo los autores (Calvo 1998, Fundación Misión Bogotá 1988, Niño 2003, Ortega

1931), no solo hacen una descripción del espacio físico del cementerio y sus procesos de

consolidación, también a través de la descripción de los cortejos fúnebres lograron

ejemplificar de forma eficaz su argumentación, ya que todo el protocolo socialmente

constituido para las manifestaciones públicas del duelo estuvo directamente relacionados

para la época, con la estructura y distribución espacial del Cementerio. Así, a partir de los

ritos funerarios ciertas áreas del cementerio tomaron mayor importancia, como fue el caso

“Olaya Herrera visitando la tumba de su madre” Fotografía publicada en la Revista CROMOS Febrero 8 de 1930

Page 21: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

21

de la plazoleta a la entrada de éste, que marcó un espacio de transición entre el cementerio

y la ciudad. Para las últimas décadas del siglo XIX fue el punto del “último adiós” al

difunto, ya que el cortejo tuvo prohibido el acceso9. Hasta la mitad del siglo XX, la

plazoleta mantuvo su importancia por ser el escenario para la realización del discurso

fúnebre a través del cual la ciudad y en ocasiones el país entero le rindió homenaje a sus

hombres ilustres. (Calvo 1998, Niño 2003)

Un ejemplo de la importancia de la plazoleta de acceso al cementerio central, se puede

encontrar en la descripción que realizó la señora Anita, entrevistada por Calvo (1998:27),

sobre el cortejo fúnebre en los años de 1940:

“...En esos tiempos era tan bonito porque los cortejos traían caballos bien

vestidos y... eran adornadas con encajes y bonito porque el que manejaba los

caballos era vestido de frac... aquí (en la plazoleta) hacían las grandes paradas

militares cuando se morían los generales en mando o retirado traían sus

caballos, traían sus bandas. Venían todas las tres bandas: la de la policía, la

del ejercito y la del gobierno, que es la presidencial. Eso era muy bonito, una

grandiosidad...”

Otro elemento que se resalta en la caracterización de los ritos funerarios en Bogotá fue la

trayectoria del cortejo fúnebre, el cual conservó muchos elementos desde la colonia y cuya

principal característica fue el recorrido por los lugares de mayor importancia simbólica de

la ciudad, entre los cuales se encontraron la Plaza de Bolívar, la carrera séptima o la

antigua Calle Real y el antiguo camino a Engativá, hoy día calle 26. (Calvo 1998, Mejía

1999, Zambrano 2002, Ortega 1931).

9Véase Ortega Enrique, “Cementerios de Bogotá” (1931: 75- 76)

Page 22: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

22

Para terminar, es importante señalar la importancia que para los viajeros tuvo el Cementerio

Central en la construcción de la imagen que se divulgó de Bogotá hacia los lugares

distantes de su influencia inmediata. El siguiente corresponde a un fragmento del artículo

“Crónicas de Bogotá” publicado en la revista Sábado de 1922, escrito por Simón

LATINO, quien describe la celebración del día de los difuntos en el Cementerio Central

así:

“ Al llegar por vez primera a esta ilustre ciudad de los zaques, mi visita inicial

ha sido para los muertos. En este día, día de difuntos, se ha tornado gris y

pesaroso el cielo bogotano; no obstante, va al cementerio una peregrinación

constante y nutrida; todo Bogotá puede decirse que deja unos momentos el

mundo de los vivos para vivirlos en la ciudad de la muerte.

El culto a los desaparecidos es proverbialmente sincero aquí y en el día de

difuntos—por una inevitable paradoja—el cementerio, colmado de gentes de

todas las clases que portan canastillas llenas de vistosas flores, más parece un

sitio de recreo que un templo de la serenidad. Hemos seguido a lo largo de esas

imponentes avenidas de eucaliptus, que constituyen lo más grandioso y bello

del Cementerio de Bogotá, y que le dan el aspecto triste y solemne de las

grandes catedrales.

Lujosos monumentos ostentan a cada lado de la vía la riqueza de que gozaron

en vida los que hoy reposan allí pobres y oscuros; pero ninguno de ellos mueve

tanto la admiración del viajero, como una humilde cruz de piedra, sin un

adorno, sin una lápida que indique quién reposa debajo: tosca y agreste bajo

esa cruz de piedra debe cobijar seguramente el cuerpo de un ser que despreció

la vida y se burló más tarde de la muerte...

Page 23: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

23

Al fin de la gran carretera sombreada de eucaliptus, al amparo de un pequeño

alar, están las tumbas de los suicidas: No se hallan, no, en el abandono; son,

por lo contrario las más visitadas y las que menos se ven, ¡tan ocultas están

bajo las flores que manos cariñosas han depositado allí! Muestran las lápidas,

en cantidades casi iguales, nombres de mujeres y de hombres; raros son los que

llegan a los cuarenta años; la mayoría no pasa de treinta y seis.

Comienza la gran galería de tumbas un sepulcro que una gran hiedra cubre y

tapa una humilde plancha de mármol negro, sobre la que se destacan doradas

las letras de un nombre querido: JOSÉ A. SILVA 1866-1896. Eso es todo; ni

una palabra más porque no se necesita. Solo en ésta no hay una corona que

denote que mano humana alguna ha tocado la tumba. Tan sólo un lirio blanco

que el viajero coloca sobre ella, como un símbolo, y el manto verde oscuro de

la manta de hiedra dejan ver que, bajo esa lápida, reposa un hombre triste que

murió por haber amado mucho...

La impresión que nos deja esta visita es honda y amarga y así nos volvemos

recorriendo por el occidente el gran pueblo de cruces sobre las cuales, de

trecho en trecho, se ven bultos negros arrodillados en actitud de seres que

lloran... Seguimos bordeando la parte central en donde yacen los grandes

hombres de la Patria. Al penetrar allí un recogimiento profundo invade el

alma: aquellos monumentos, severos los más y otros lujosos y enormes,

infunden un respeto cariñoso.

De afuera a adentro vamos deteniéndonos ante las tumbas de Ezequiel Rojas,

Caro, Zaldúa, Santos Acosta, José Eusebio Otálora, Murillo Toro, Prospero

Pinzón, Arboleda, Posada Gutiérrez [...] Más al fin, nos llama la atención ver

a muchos campesinos que rodean absortos una tumba lujosísima: - debe ser la

de un filántropo o la de un arzobispo, pensamos. Al acercarnos leemos con

sorpresa : RAFAEL REYES [...] Al salir, frente a la gran puerta principal,

vemos el sepulcro más bello de todos: representa un cuadrilátero limitado por

Page 24: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

24

pequeños pero frondosos cipreses viejísimos, y en el centro un túmulo cubierto

de parásitas oscuras. – Es- Me dicen – el sepulcro de Don Gonzalo Jiménez,

fundador de Bogotá”.

En esta descripción, LATINO hizo para los antioqueños una rápida valoración que

contempló desde la arquitectura y composición física del lugar, hasta las costumbres y la

apariencia de los visitantes. Mostró la manera en que la calidad de las hazañas hechas en

vida por los personajes muertos enterrados en una ciudad incidía en el prestigio de la

misma frente a las demás, recordando el hecho que “para las ciudades era un honor grande

poseer muertos notables” (De Coulanges 1982: 185)

El Periodismo Y La Ciudad : La Crónica Roja En Bogotá

Trabajos como el de Constanza Crowder,10 muestran de forma clara como “Los medios de

comunicación fueron parte activa en la construcción del imaginario social en los diferentes

períodos históricos de la ciudad” y la importancia que tuvieron las crónicas en el proceso

de armado del rompecabezas social del pasado, que le permitieron al investigador un mejor

posicionamiento frente al presente. En el trabajo “Crónicas de la Plata XIX/XX”, la autora

muestra como “El periodismo, en el correr de los años, ha sido una intrincada herramienta

de poder, piquete precursor de nuevas ideas y reflejo social de distintas épocas. Sus

cambios y adaptaciones han descrito la identidad cultural de una nación, evolucionando

hacia el futuro o retrocediendo con la misma agilidad en los períodos de censura y terror.

10Crowder, Constanza “Crónicas de la Plata XIX/XX”, tomado de la pagina web www.laplatamagica.com.ar/cronicas.htm, consultada el 15 de noviembre del 2003

Page 25: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

25

De una u otra manera, ha incidido de forma decisiva en la conformación de la conciencia

social”.

La importancia de este trabajo radica en hacer visible el hecho, de que son innumerables los

relatos que hacen parte de la posibilidad discursiva de un ámbito social; que en todos y cada

uno de ellos se mezclan las tonalidades de una época, constituyendo el patrimonio

intangible de una ciudad. El periódico, mediante la crónica social como lo menciona

Crowder, “va a tener un papel activo en la imagen que los habitantes de la ciudad [...] se

han de formar de sí mismos y de todo lo que constituye la base de sus códigos y valores”,

ya que muestra cómo a través de los años han sido las formas de habitar la ciudad y cómo a

través de las crónicas el periodismo se constituye en parte activa de la construcción del

imaginario social.

Con relación al caso bogotano, no se encuentra ningún estudio que relacione de forma

general el periodismo y la ciudad. Todos los trabajos basados en notas periodísticas o

análisis de los diarios nacionales pertenecen a ámbitos estrictos, como son la concepción de

familia y de mujer, las nociones sobre el cuerpo o las formas de percibir la modernidad,

entre otros11. Sin embargo, existe un considerable número de trabajos que tratan sobre la

crónica roja en Bogotá, los cuales son pertinentes reseñar con mayor atención, ya que de

una u otra manera están relacionados con la nota necrológica. Si bien, ésta fue destinada

para la divulgación del fallecimiento de los miembros pudientes o reconocidos de la ciudad,

11 Véase Zandra Pedraza, “en cuerpo y alma. Visiones sobre el progreso y la felicidad”, Universidad de los Andes, 1999, Miguel Ángel Urrego, “sexualidad, matrimonio y familia en Bogotá. 1880-1930”, Bogotá, Ariel Historia, Carlos Ernesto Noguera, Alejandro Álvarez y Jorge Orlando Castro, “la ciudad como espacio educativo”, Bogotá, Arango Editores, 2000

Page 26: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

26

la crónica roja estuvo relacionada con los sucesos y la descripción de los hechos que

rodearon la muerte de la población humilde o de baja extracción social12.

Según Ramírez (2001), la crónica roja se puede entender en algunos casos como la nota

“exótica” que las clases altas utilizaron para referenciar y comprobar la brutalidad del

“pueblo”, ya que estas muertes estuvieron asociadas a efectos de la chicha sobre el asesino,

la violencia intrafamiliar o las peleas públicas, que en últimas fueron interpretadas por las

élites como argumentos que ejemplificaron la degeneración de la raza. Un ejemplo de esto

fue lo mencionado sobre el suicidio por Ramírez en el mismo texto, el cual al ser tratado

por el escritor de la crónica atraviesa por un campo de distinciones de clase relacionadas al

“compromiso sentimental” que él tuvo con los deudos. Mientras para los cadáveres

ilustres se resaltó esta última condición en los titulares y se remató la noticia con

un“lamentamos este fatal acontecimiento y presentamos nuestro pésame a los deudos del

finado” o “lamentamos este desgraciado acontecimiento”, para los cadáveres de baja

condición se empleó un pragmatismo informativo al estilo de “el revolver, que era un

Smith y Wesson, se lo había prestado un amigo” o “se cree que fue ella quien suministro el

arma a su novio, para el caso de que se quisiera impedir la celebración del matrimonio por

la fuerza” (Ramírez 2001: 120)

12 En revistas como CROMOS, eje central de esta investigación, la crónica roja es prácticamente inexistente, esta revista semanal esta diseñada para el consumo de las élites capitalinas y la consolidada y cada vez más numerosa clase media. En la nota necrológica de este semanario no tiene cabida la noticia que rompa con el encanto de la vida moral y ética de los más dignos representantes de la idiosincrasia bogotana y algunos “hombres honorables” de provincia. Así, la crónica roja queda reservada casi de forma exclusiva para las secciones judiciales o policiales de los diarios de circulación nacional, El Tiempo y El Espectador. El diario El Espacio se consagró de manera casi exclusiva a la crónica roja, sin embargo éste no fue tomado dentro de los medios impresos utilizados para esta investigación.

Page 27: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

27

En esta fotografía se observan algunos de los contrastes en las diferentes formas en que las clases sociales capitalinas se representaron en el Cementerio Central. En la parte superior de la fotografía se encuentran distinguidas damas, en la parte inferior, miembros de las clases populares.

Fotografía publicada en la Revista CROMOS Noviembre 5 de 1938

Page 28: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

28

CAPÍTULO I

LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA

Teniendo en cuenta el contexto descrito sobre Bogotá en el transcurso de las últimas

décadas del siglo XIX a la mitad de siglo XX, en este capítulo se tratarán aspectos

relacionados con los quehaceres cotidianos de la ciudad vistos a través de la nota

necrológica, los cuales identificaron con algunos matices las constantes luchas sociales y

las transformaciones físicas por las cuales atravesó Bogotá.

Lo anterior, es descrito a través de los ojos del periodista que escribe la nota, quien tuvo

una posición privilegiada dentro del contexto social por pertenecer, en la gran mayoría de

los casos, a las familias más importantes y pudientes; fue un personaje letrado, que tuvo la

oportunidad de conocer otros países y otras formas de sociabilidad. Sin embargo, fue la

voz más severa para calificar o descalificar lo que sucedía con la ciudad, con sus

ciudadanos y con la interacción entre el espacio y los habitantes. Muchas de las

apreciaciones que se encontraron en las revistas trascendieron más allá del ámbito

capitalino, entonces fue el periodista el llamado a construir la imagen de Bogotá sobre la

cual se articularon las relaciones de ésta con el resto del país y entre sus propios habitantes.

1.1. Posición E Importancia De La Nota Necrológica En El Contexto De Las Noticias

Semanales

La nota necrológica ocupó en la década de los años 30 del siglo XX un lugar destacado en

las noticias semanales; hizo parte de la primera página de las notas sociales al lado de la

Page 29: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

29

principal columna de opinión, la editorial o crónica donde se trataron los más relevantes

temas de la ciudad. Las notas necrológicas variaron de tamaño dependiendo de la

importancia del difunto, de su sexo y de su edad, en fin, éstas se pueden entender como

formas discursivas a través de las cuales las categorías sociales se evidenciaron y tomaron

más realce.

La nota necrológica, al igual que el resto de las notas periodísticas hizo parte de un

fenómeno a través del cual se dio la “socialización de la experiencia” y “se difundieron los

criterios de interés social”, que fueron previamente seleccionados como relevantes y

pertinentes para el momento social vivido.13 Así pues, el tamaño de la nota correspondió a

la importancia del finado en la comunidad y las categorías discursivas utilizadas en la

construcción de ésta, representaron de manera parcial el croquis social creador de

categorías de jerarquización.

Las notas necrológicas más grandes, llegaron a ocupar de una a dos paginas, perteneciendo

en su mayoría, a hombres mayores herederos de los grandes “héroes de la patria”. En

cuanto al tamaño le siguieron las notas sobre las distinguidas matronas; esposas de

caballeros eminentes de la ciudad y madres de “ciudadanos respetables”. Por último,

quedaron las notas sobre los ciudadanos destacados, quienes no contaron con la

importancia suficiente para que se les dedicara una gran nota, pero tuvieron la condición

suficiente para no hacer parte del “pueblo”, aquel que solo figuró en las notas cuando fue

13 Vázquez Medel, Manuel Ángel, “La prensa escrita y la construcción social de la realidad”, tomado de la pagina web www.cica.es/aliens/gittcus/licsr.htm, consultada el 26 de septiembre del 2003

Page 30: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

30

victima de grandes tragedias, a estos ciudadanos solo les correspondió un pequeño párrafo

debajo de su fotografía. Sin embargo, siendo este tipo de nota el más pequeño, fue el más

común; allí se habló del fallecimiento de jóvenes hombres, señoritas, madres, niños, y en

mayor número, de hombres que no pertenecieron a la vida política, como médicos,

ingenieros o maestros, al igual que todos los miembros de las élites de provincia.

La nota necrológica del Monseñor Carrasquilla, fue una de las notas más extensas publicadas en CROMOS para este periodo. El monseñor Carrasquilla, representó aquél ciudadano ejemplar en el contexto del tránsito del siglo XIX al XX.

Revista CROMOS, Marzo 22 de 1930

Esta nota necrológica representó el tercer tipo y fue las más comunes. Aunque la nota necrología fue reduciéndose hasta desaparecer del todo, el componente visual nunca perdió importancia

Fotografía tomada de la Revista

CROMOS, Mayo 22 de 1934

Page 31: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

31

Hacia la década de los años 40, el tamaño de las notas necrológicas sufrió una fuerte

reducción. En su mayoría pertenecieron al tercer tipo de los descritos anteriormente. Una

de las posibles explicaciones que se puede formular sobre el fenómeno, es el

recrudecimiento del conflicto internacional conocido como La Segunda Guerra Mundial;

conflicto que trastornó al mundo entero incluyendo a Colombia y en especial a la sociedad

bogotana que estuvo más preocupada por saber sobre la situación extranjera y sus muertos,

que sobre los fallecimientos de los miembros de su colectividad. Esta preocupación se vio

reflejada en la incorporación a la revista CROMOS de una sección de dos páginas con

material fotográfico sobre el conflicto, al igual que los recurrentes titulares en las páginas

principales de la nota social en el lugar que antes ocupó la nota necrológica. Titulares que

hablaron sobre las vicisitudes que planteaba el conflicto, las repercusiones que éste tuvo

sobre la ciudad y en general sobre el país por haber sido aliado de los Estados Unidos.

Otra posible explicación sobre la reducción de la nota necrológica corresponde al número

de fallecimientos de los “más ilustres personajes de la ciudad” a lo largo de la década de

los años 30, quienes fueron actores directos en los procesos de formación de la Republica o

“herederos de los héroes de la patria”, herederos de la tradición y “piedras angulares de

la sociedad. En los años siguientes las notas necrológicas hablaron de miembros de la

naciente burguesía bogotana. Así, la nota necrológica dejó de ser un espacio para la

evocación de los grandes momentos constitutivos o cismáticos (guerras, crisis y momentos

coyunturales) de la sociedad, para reducirse a pequeños enunciados prácticos donde ya no

se describieron a profundidad las vidas de los difuntos; en estas notas se suministró la

mínima información correspondiente al lugar del deceso, los motivos de éste y en algunos

Page 32: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

32

casos el sitio donde descansarían los restos del difunto. La reducción de la nota necrológica

fue una constante hasta 1946, año en el que desapareció en la revista CROMOS la editorial,

la nota social y junto con ellas las notas necrológicas, para ceder su espacio al reportaje

gráfico.

En cuanto al lenguaje utilizado en la escritura de las notas necrológicas, en la mayoría de

los casos, este pudo calificarse como refinado, lleno de adornos sofisticados destinados a

enaltecer aun más la figura del difunto y de su familia. Éste constituyó en si mismo una

muestra de “buenas maneras”, en las cuales calificativos como “caballero”, “gentleman”,

“hidalgo” y “dama de noble abolengo”,entre otros, fueron las categorías constantemente

utilizadas por los escritores de las notas, en su mayoría anónimos, para hablar y definir los

perfiles públicos y personales de las más notables personalidades bogotanas fallecidas. En

algunos casos, la referencia a escritores nacionales y extranjeros, al igual que fragmentos de

poesías o de afamados textos literarios, adornaron las notas necrológicas. El siguiente es un

ejemplo:

“Muerte de Barrera Parra”

“La dolorosa nueva ya ha sido profusamente divulgada. Un accidente estúpido, truncó

la vida de uno de nuestros periodistas más ágiles y originales: Jaime Barrera Parra.

La muerte lo ha sorprendido en plena juventud y en el apogeo de sus facultades

creadoras, como sorprendió a José Eustacio Rivera, a quien se parecía por su

hercúlea complexión física y por la exuberancia de un temperamento sanguíneo y

sensual de gozador insaciable. Se parecen también – arcades14 ambos- en la avidez

14 La palabra “Arcades”, es el calificativo que hace alusión a los miembros de un movimiento literario denominado Arcadismo, cuya temática preferida son los idilios y el bucolismo. Tomado del Pequeño Larousse Ilustrado. Bogotá, Circulo de lectores 1989

Page 33: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

33

con la que mordieron la manzana epicúrea y en la patética brevedad de sus vidas,

prematuramente segadas.” (CROMOS: Febrero 2 de 1935)

En cuanto a la forma y contenido de la nota necrológica en los diarios se encontró una

marcada diferencia, ya que ésta correspondió a descripciones tácitas sobre los distintos

aspectos y lugares que hicieron parte de las honras fúnebres. A diferencia de las notas que

aparecieron en CROMOS, no hacían pequeñas reseñas sobre la vida del difunto. Un

ejemplo de esto es la siguiente nota sobre el sepelio del DR. Camacho Carrizosa:

“El cadáver del Dr. Camacho Carrizosa fue sepultado ayer”

“El sepelio: Hasta el cementerio lo acompañó un gran numero de intelectuales y

periodistas- ofrendas florales.

A las once de la mañana de ayer se verifico el sepelio del cadáver del Doctor

Guillermo Camacho Carrizosa, fallecido anteayer en la vecina estación veraniega de

Cachipay.

En la casa de habitación: Como lo informamos en nuestra edición de ayer, el cadáver

del distinguido hombre público fue traído de Cachipay el sábado a las seis y media de

la tarde, hora desde la cual la casa de la familia Camacho Carrizosa fue visitada por

numerosos amigos personales y políticos del extinto. El cadáver fue velado en su casa

de habitación de la carrera novena, entre calles 16 y 17 y durante toda la noche la

alcoba mortuoria fue visitada por un numeroso grupo de intelectuales, periodistas y

políticos de todos los partidos.

Las ofrendas florales: Desde que en Bogotá se tuvo conocimiento de la muerte

inesperada del Dr. Camacho Carrizosa, las familias amigas suyas y los amigos

personales del ilustre periodista, enviaron a su casa de habitación gran cantidad de

coronas que fueron colocadas alrededor del cadáver en la alcoba que le sirvió de

cámara ardiente hasta el día de ayer.

Las invitaciones: Fuera de su familia invitaron al sepelio la Academia Colombiana de

Jurisprudencia, la Academia de la Lengua, de la cual formaba parte; la Academia de

Page 34: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

34

Historia, el Gun Club , el Jockey Club, la Gobernación de Cundinamarca, el Consejo

Municipal de Bogotá [...]

Sepelio: A las once de la mañana salió el cadáver del doctor Camacho Carrizosa de su

casa de habitación[...] en hombros de sus hijos, de sus parientes cercanos y de varios

amigos. Hasta la iglesia de la Veracruz, donde se llevaron a cabo las exequias

fúnebres, el cadáver fue acompañado por un crecido número de personas que

deseaban testimoniar su aprecio y estimación por el ágil periodista y culto caballero.

Poco después de las doce del día terminadas las honras fúnebres por el descanso de su

alma, el cadáver fue llevado al cementerio[...] El cortejo fúnebre siguió por la carrera

séptima hasta la calle 17, doblando allí hasta la carrera décima para continuar hasta

la calle 26 y hasta el cementerio. Alrededor del coche mortuorio marchaban sus hijos,

sus parientes y el crecido numero de amigos que acompañaron al doctor Camacho

Carrizosa hasta la ultima morada. Detrás seguía una larga fila de coches que

conducían todas las ofrendas florales de la ciudadanía bogotana al insigne hombre

público.

El discurso de Gaitán: Colocado el cortejo funeral al pie de la tribuna que queda al

frente del cementerio. El doctor Luis Alejandro Gaitán pronuncio el siguiente

emocionado discurso: “ Vamos a entregar a la tierra misericordiosa los despojos de

un gran ciudadano y de un incomparable amigo, cuyas actividades ahora quedan bajo

la jurisdicción de la historia[...] Camacho Carrizosa no fue un político en el sentido

estricto de la palabra y si algún calificativo habría de caberle con exactitud seria el de

pensador. Ni cortejó la popularidad ni abatió el vuelo de su poderoso cerebro hacia

las zonas bajas donde el zurcidor de voluntades procura mejor que servir una idea o

satisfacer una ambición[...] La lógica directriz de Camacho Carrizosa escapaba al

alcance de ese vulgo docto que tiene como elementos de raciocinio los postulados

inexorables, fosilizados, intolerantes, despiadados y crueles. Hombres como Camacho

Carrizosa que ven más allá del porvenir de los miopes, en muy contadas épocas logra

imponerse a sus contemporáneos ni asir en sus manos el gonfalón de las luchas

ciudadanas. Están destinados a la tortura de pensar, y a los desdenes y dardos

envenenados, que el hacerlo sinceramente trae sobre su cabeza[...] Camacho

Carrizosa era ejemplar de una raza selecta, a quien debe la Republica glorias

perdurables. Por su sangre y por su tradición caracterizábalo una irreducible

severidad ideológica[...]

Page 35: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

35

El dolor que ahora nos domina es el mismo que embarga a esta ciudad que amó

Camacho Carrizosa con todas las venas de su corazón; es el mismo que ha

sobrecogido al país ante la infausta nueva; es el mismo que ira impregnando a la

patria toda, que pierde un hijo ilustre y amantísimo, a la literatura y al pensamiento

nacionales, que no en un momento de estupor sino al desfilar lento de los días y de los

años podrá comprender la entidad y magnitud de esta desgracia que no es para ser

llorada ni apreciada en el breve transcurso de unos soles, sino a través de los tiempos

inextinguibles.” (El Tiempo: Septiembre 5 de 1932)

El tipo de descripción anterior, fue una constante a lo largo del periodo de 1930 a 1950 en

el contexto bogotano, en el cual según la importancia del personaje el texto se ampliaba o

se reducía, pero manteniendo siempre el mismo plan general. Las ceremonias, como las

descritas por la notas, fueron frecuentes por ser la capital del país, sin embargo, para el

período de análisis no aparecieron para la capital de la Republica gran número de

narraciones de esta magnitud, excepto las que trataron sobre las honras fúnebres de Jorge

Eliécer Gaitán que por su contexto marcaron una ruptura con las tradicionales prácticas

funerarias capitalinas15, en las cuales los lugares, los desfiles, los ramos florales y los

discursos fueron elementos claves en el momento de contarle a la ciudadanía la magnitud

del deceso de un personaje público.

Fue a través de la nota necrológica, que los periodistas mostraron a la ciudadanía un

diagnóstico sobre el futuro que le esperaba a la ciudad y en general al país, ya que fue a

partir de la recapitulación de la vida de los ilustres difuntos que se evidenciaron las

carencias por las que atravesó la ciudad, el camino que le faltaba a ésta por recorrer para

15 Para la descripción detallada de los funerales de Jorge Eliécer Gaitán , véase Herbert Braun “Mataron a Gaitán. Vida pública y violencia urbana en Colombia ” Bogotá, Editorial Norma 1998.

Page 36: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

36

aproximarse a una ciudad europea, pero ante todo se mostró una añoranza por el pasado,

por los valores éticos y morales perdidos, por las generaciones que gestaron de una u otra

manera los pilares de la sociedad capitalina con su lucha y decisión, y en general por la

pérdida de una generación que fue coyuntural para la historia de la nación.

El detalle descriptivo con el que no contaron las notas necrológicas en la revista CROMOS, fue suplido con el reportaje grafico que cubrió los mismos aspectos de los funerales: la ceremonia en la catedral, el desfile fúnebre y el arribo del féretro al Cementerio Central.

Fotografías que corresponden a las honras fúnebres del “Patriota Hernández”, publicadas en la Revista CROMOS, Diciembre 14 de 1940

Page 37: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

37

1.2. Jorge Eliécer Gaitán: La Excepción A La Regla De La Nota Necrológica

El año de 1948 se constituyó en un año coyuntural en la historia de la ciudad y en general

del país. La muerte de Gaitán, marcó lo que representó este personaje en vida: con su

muerte subvirtió hasta el orden del discurso necrológico.

Para este periodo, la nota necrológica había desaparecido de la Revista CROMOS, la cual

dejó de circular esa semana por la quema y destrucción de sus instalaciones a manos de los

ciudadanos amotinados a causa del reconocido deceso. Por tal motivo, lo relacionado con el

suceso circuló en la publicación que salió a la venta la semana siguiente, pero solo había

imágenes: imágenes del estado de destrucción en el cual había quedado Bogotá, del estado

deteriorado del cuerpo del supuesto asesino del caudillo linchado por la multitud y los

desordenes generalizados a nivel nacional. En el último rincón de la pagina y en reducido

tamaño solo apareció una fotografía del cadáver de Gaitán.

El diario El Tiempo, tampoco circuló, sin embargo la siguiente edición, también presto más

atención a la descripción detallada del estado en el cual había quedado la ciudad y las

implicaciones que a futuro tendría sobre el país la muerte del político, que sobre los

aspectos concernientes a su deceso, que eran la marquilla acostumbrada a través de la cual

se realizaba la nota necrológica. En éste aspecto, la presentación de la información no

marcó la diferencia entre la nota necrológica y la crónica roja, ya que si bien, se realizó una

reseña detallada de la vida del político liberal y se hizo llegar el sentido pésame a su

familia, el texto alternaba los párrafos y las imágenes del caudillo en vida y en plena

exaltación de sus capacidades oratorias con la descripción de su cadáver, “el estado de

Page 38: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

38

completa irracionalidad de sus seguidores” y la destrucción de Bogotá. (El Tiempo 21 de

abril de 1948) .

Toda la solemnidad y protocolo social que tenían para el periodo las honras fúnebres de los

personajes públicos, fueron desechadas. El cuerpo de Gaitán no fue transportado en una

carroza fúnebre como al resto de los cuerpos de los personajes “ilustres”, éste tuvó que ser

llevado a su casa en una zorra por la dificultad de encontrar otra vehículo; su cuerpo no fue

sepultado en el Cementerio Central, según varios autores como Palacios (2000) y Braun

(1998) sostienen que se debió al miedo de la clase política dirigente a una nueva subversión

del pueblo. Por tal motivo “Gaitán quedaría enterrado fuera del centro de la ciudad y en

su casa privada, no en ninguno de los lugares históricos del Centro” (Braun 1998: 354).

La inhumación del féretro tampoco contó con el componente público que caracterizó estos

años, aunque el “pueblo” asistió al llamado de la cúpula liberal solo fueron a escuchar los

discursos políticos, ya que el cuerpo de Gaitán fue enterrado en la sala de su casa en

presencia solo de su esposa y de su hija, los jefes del liberalismo, “un desconocido

capellán” y dos curas párrocos. De los acostumbrados desfiles por la Carrera Séptima, las

misas en la Catedral Primada y los discursos en la plazoleta de acceso al Cementerio

Central no quedo nada.

Hasta en la estructura de las notas relacionadas a su fallecimiento, que circularon todas

fuera del tiempo común para su publicación y en la caracterización de sus honras fúnebres,

se evidenció la coyuntura que significo para el país y para la ciudad el caudillo liberal, que

lo hizo acreedor a ser la excepción a la regla.

Page 39: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

39

¡ MATARON A GAITÁN !

Fotografías tomadas de: “EL BOGOTAZO” en www.rose-hulman.edu/~delacova/ gaitan.htm

Page 40: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

40

1.3. La Nota Necrológica: Una Representación De Lo Cotidiano

Como se mencionó, para el periodo de 1930 a 1950, los habitantes de la ciudad vivieron

una constante contradicción de sentimientos, ellos se encontraron entre la añoranza de la

grandeza colonial, de la herencia española; y los procesos de modernización, las nuevas

relaciones económicas y comerciales con los Estados Unidos y algunos países europeos.

Esto lo mostró este artículo que apareció al lado de la columna necrológica en la Revista

CROMOS de marzo 30 de 1935, titulado “Elogio a la cultura” :

“Al mismo tiempo que la ciudad de se transforma y cambia en su aspecto material,

las costumbres de antaño, la mentalidad de los bogotanos y los aspectos íntimos de

una sociedad amiga del vivir tranquilo, también desaparecen bajo el empuje violento

y no siempre grato de una civilización accidentada y movediza. Hoy serían

imposibles y parecerían grotescos y ridículos los trajes de fin de siglo, la chistera y

la levita, los entierros solemnes, los modales, dichos y piropos de los galanes de

1900, los sombreros de plumas, los guantes de cabritilla que hicieron de nuestras

mujeres figurines llenos de gracia y desprovistos de naturalidad, para el modo y el

sentir de ahora. Pero al margen de esos aspectos espirituales, de esas modalidades

de antaño, la vieja, noble y agradable educación de Bogotá bien puede conservarse

para provecho de todos, pues no hay razón ni explicación alguna, que por correr en

esas calles automóviles y motocicletas en lugar de coches y construir edificios de tres

o cuatro pisos en el centro a cambio de las antiguas casonas coloniales, haya

desaparecido por completo la pulcritud del lenguaje, la atención debida y el respeto

mutuo que, hasta hace algunos años dieron a esta ciudad fama de culta y de educada

[...] Podemos imitar al mismo tiempo que las modas europeas, la franca, cordial y

admirable educación de los ingleses, pues no hay razón para importar aquello

exótico en Colombia y rechazar de plano como si fueran innecesarios, los preceptos,

modales y reglas de la buena educación que aquí como en Inglaterra y en todo el

mundo son de aplicación universal.”

Page 41: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

41

Esta nota reflejó el grado de malestar social que generaron los cambios en el panorama de

la ciudad tanto en el ámbito físico como estructural; con un serio tono de denuncia habló

sobre la pérdida de las buenas maneras, sin embargo, al mismo tiempo en tono burlón

evidenció la ridiculez de aquellos que todavía continuaban viviendo a la luz de la tradición.

Bogotá se encontraba en el dilema de “transformar su aspecto de aldea grande en ciudad

principal”16.

En el periodo de los años 30 del siglo XX, el panorama político en Colombia cambió de

eje. Así, de las políticas hegemónicas conservadoras se transitó a las reformas liberales,

que impulsaron nuevas formas de socialización que penetraron esferas de la vida social

diferentes a las políticas. El periodo de la “meritocracia” hizo su arribo, al tiempo que se

consolidó la burguesía capitalina, las estructuras se reajustaron dando una especial

importancia a la educación que dejó de lado, por lo menos en apariencia, la jerarquía de los

apellidos como códigos de acceso al protocolo social.

Sin embargo, esta sociedad capitalina que se anunció “liberal”, siguió estando sujeta a la

tradición, fue una sociedad conservadora, que en apariencia pregonó el rompimiento con

los antiguos parámetros costumbristas y abrió sus brazos a las corrientes progresistas, como

se observó en varios artículos escritos sobre la ciudad17, pero que en eventos coyunturales

de índole social como fueron los funerales de los personajes importantes de la comunidad,

continuó siendo fuertemente tradicionalista. La mayoría de sus habitantes se rehusaron a 16 Frase tomada del articulo “Una ciudad moderna”, que circuló la semana del 5 de agosto de 1944, fue solo un ejemplo del proceso de modernización que experimentó la ciudad en estos años. 17 Como fueron los casos: "El retorno de la prosperidad”,y “ La transformación de Bogotá”, que circularon en la revista Cromos en la semana del 24 de febrero de 1934 y en la semana del 5 de agosto de 1944 respectivamente.

Page 42: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

42

que sus despojos mortales fueran enterrados fuera de los órdenes establecidas por la Iglesia,

las familias continuaron velando a sus muertos en los hogares y si bien, utilizaron los

servicios de las funerarias para el traslado y el arreglo de los cuerpos, la velación tuvo lugar

en la última morada del difunto18. Entre los miembros de la sociedad bogotana de esa

época fue inconcebible la posibilidad de la cremación de los cuerpos, solo hasta las últimas

décadas del siglo XX se popularizó el uso de los hornos crematorios en la ciudad, lo que

implicó un aumento en su número y otro tipo de dinámicas que transformaron de forma

radical las prácticas funerarias en la capital.19

Otro elemento que evidenció lo tradicional de la sociedad bogotana, fue la negación a dejar

de lado las viejas maneras de diferenciación social, encontrando en la nota necrológica un

espacio para hacerlas más visibles y vigentes. Como sucedió con la importancia de los

apellidos, que si bien en el plano de la vida pública estaban en el periodo de decadencia, en

la nota fueron resaltados, evocados como parte de esa nostalgia por la Bogotá “letrada” y

de las “buenas maneras”. La siguiente nota necrológica es un ejemplo:

“Doña Sofía Valenzuela de Carrizosa”

“A edad muy avanzada dejó de existir esta distinguidísima matrona bogotana, tronco

fecundo y noble de un hogar que en los anales de la sociedad de Bogotá , ocupó por

18 Paradójicamente, es en la década de los años 30 del siglo XX, que se consolidó en Bogotá la Funeraria como un negocio familiar, acreditado y rentable. Éste tipo de empresas experimentó un rápido incremento en cuanto a su número y en la diversificación de los servicios ofrecidos, servicios diseñados principalmente para la población urbana perteneciente a las clases económicamente acomodadas. Aunque las funerarias representaron un pensamiento secular, para este periodo no marcaron una ruptura significativa con las costumbres religiosas, principalmente de las comunidades católicas de fuerte influencia en Bogotá. Por el contrario, las funerarias fueron negocios que pasaron a ser parte de las más afamadas y concurridas iglesias, administrados por el párroco o por las congregaciones religiosas. 19 Véase los trabajos de Cepeda Cuellar, Álvaro, “La muerte en la sociedad de consumo : almacenamiento y empacotecnia de cenizas fúnebres”, Bogotá, Universidad Javeriana. 1995 y de Builes, Miguel Ángel “el manejo del cuerpo en contextos desritualizados”Inédito.

Page 43: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

43

derecho de sangre y tradición, posición destacada a lo largo de la historia. Doña Sofía

Valenzuela Carrizosa, a pesar de sus ochenta años cumplidos, solía frecuentar

animosa sus extensas relaciones sociales y su conversación franca, agradable y por

sobre todo risueña y no exenta de cierta ironía de buen tono, era el encanto de los

muchos que tuvieron el honor y el placer de contar con su amistad.

Paso a paso, las nobles damas bogotanas que allá por los años de “El Papel

Periódico”, lucían y brillaban en los salones frecuentados por los Urdanetas, los

Vargas, los Holguines, los Valenzuelas y los Carrizosas, van desapareciendo al correr

los días, y una parte de esta sociedad, transformada a golpes de fortuna, conserva tan

solo de ellas, el recuerdo de los tiempos idos. Pero si esta sociedad de ahora, con mal

gusto olvida la enseñanza caballerosa de antaño, los hijos de los grandes señores y de

aquellas damas que fueron compañeras y madres admirables, sí guardan con respeto y

con amor su memoria, para transmitirla a sus hijos, futuros defensores de la callada y

elegante tradición bogotana[...]” (CROMOS: Septiembre 14 de 1935)

Un tercer elemento, lo constituyó el uso del vestido. Si bien, en el artículo que abrió este

capítulo fue ridiculizado el atuendo de las primeras décadas del siglo XX, las mejores galas

continuaron siendo las predilectas por las élites para la aparición en público en el desfile

fúnebre; la ropa continuó marcando la diferencia entre los habitantes de la ciudad, que lejos

de entrar en la moda de la masificación; adoptaron cada vez más tendencias y diseños

exclusivos que distanciaron aun más a las élites del pueblo.

La continuidad de la Catedral Primada, la Carrera Séptima y el Cementerio Central como

los lugares de mayor importancia simbólica para el desfile del féretro y la evocación de la

vida social y política del país, a partir de los acalorados discursos que fueron suscitados en

medio de la pena por el deceso de un reconocido capitalino, fueron costumbres tildadas

como anticuadas pero que continuaron siendo, con gran fuerza, el motor de la vida

cotidiana capitalina.

Page 44: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

44

1.4. La Nota Necrológica: Un Indicador De “Progreso”

Las preocupaciones por el futuro de la ciudad fueron constantemente encontradas en las

notas de prensa, incluyendo las necrológicas; sin embrago los matices que fueron hechos

sobre el sector de la población que correspondía “al bajo pueblo bogotano”, mostraron los

crudos resultados del esfuerzo de las élites por el “progreso”. No obstante los periodistas

fueron conscientes del hecho y describieron “las miserias de Bogotá”, más desde la

resignación a los hechos que desde el deseo por cambiarlos. El “pueblo” fue construido

como ese “otro” temible, que solo apareció como protagonista de los actos más “atroces”

y “bárbaros” que se generaron en la ciudad, y se constituyó en un obstáculo para el tan

anhelado “progreso”. El siguiente fue un fragmento de “las miserias de Bogotá ”, artículo

publicado el 14 de septiembre de 1935:

Fotografía de la carroza fúnebre que trasladó el cadáver del general Eliseo Arbeladez Publicada en la revista CROMOS Octubre 8 de 1938

Page 45: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

45

“[...]En Bogotá como en las otras ciudades del país, se nace, se vive y se muere en

condiciones inferiores al limite aceptado como standard de existencia en otras

naciones; el chiquillo de los barrios bajos, si no perece en los primeros seis meses y

logra a pesar de numerosas condiciones adversas disfrutar de los beneficios de la vida

animal, a los diez años privado de todo consejo espiritual y de toda práctica moral,

estará por fuerza del medio, de la pereza y de la suciedad del ambiente convertido en

un minúsculo bandido, para llegar a los veinte a ser carne de todas las enfermedades y

de todas las prisiones [...]”

(CROMOS: septiembre 14 de 1935)

Esos niños que tanta preocupación le causaron a las autoridades locales y en forma de

denuncia se mostró su situación en las columnas de las revistas, fueron mas tarde, los

protagonistas de la crónica roja, figurando en ésta como actores principales de la tragedia,

desempeñando el papel de victima o de victimario.

Curiosamente, mientras la mortalidad infantil era un problema de vieja data en la Capital,

el periodo de 1930 a 1950 se constituyó como uno de los más grandes renglones de

mortalidad en la ciudad, teniendo como primera causa “las pésimas condiciones higiénicas

de los barrios obreros, la falta de agua y de alcantarillados” y en segunda “la pésima

calidad de la leche que se consume en Bogotá ”; los decesos de los niños en pocas

ocasiones fueron inspiración de las notas necrológicas. Una posible explicación de este

fenómeno se podría hallar en una nota sobre la mortalidad infantil que circuló el 7 de

octubre de 1939 en la revista CROMOS:

“[...] La mortalidad infantil tiene un doloroso significado. No se concibe en una

ciudad moderna, no se justifica aun en las soledades del trópico, muchísimo

menos en Bogotá [...]”

Page 46: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

46

Así pues, escribir sobre el deceso de niños a causa de enfermedades producto de las

condiciones descritas, significaría reconocer por parte de la ciudadanía que Bogotá no era

una ciudad moderna y que contaba con condiciones muy precarias para ser el epicentro de

la vida nacional. Si la ciudad no podía velar por el bienestar de los niños, cómo podría ser

el guardián y máximo bastión de la imagen del país tanto hacia su interior como hacia el

exterior?.

Las notas necrológicas pertenecientes a niños en su mayoría correspondieron a decesos

relacionados con accidentes, mostrando los efectos lamentables del “progreso”, ya que

fueron niños que en gran número murieron arrollados por el tranvía o por un vehículo,

electrocutados por jugar con cables dañados del alumbrado público y en accidentes aéreos

o de tránsito. (Muñoz y Pachón 2002)

1.5. Lugares Vedados: Escenarios De La Crónica Roja

Como ya se ha tratado, las principales muertes infantiles fueron asociadas a los barrios

obreros o con los lugares de residencia de la población capitalina de bajos recursos.

Igualmente la crónica roja, constituyó en palabras de Ramírez “uno de los indicadores más

expresivos de ese polivalente y dinámico universo de excluidos sociales” (2001: 116),

también fue constante en la mención de dichos lugares como focos de violencia y de

inseguridad. De esa manera, en la ciudad se fueron creando territorios vedados para las

élites, los cuales se convirtieron en el epicentro de la orientación de las políticas públicas,

especialmente las de índole higiénico y de control policiaco.

Page 47: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

47

FOTOGRAFÍAS DE LOS FUNERALES DEL GENERAL URUETA

Salida del

cortejo fúnebre

de la Catedral Primada

Desfile fúnebre y parada militar a lo largo de la carrera séptima

Féretro en la plazoleta de acceso al Cementerio Central

Ex- presidente de la republica Enrique Olaya Herrera, en la lectura del discurso fúnebre en la plazoleta del acceso al Cementerio Central

Fotografías tomadas de la revista CROMOS Septiembre 19 de 1931

Page 48: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

48

Así pues, bajo este panorama es imprescindible hablar del Paseo Bolívar, lugar que fue

descrito por varios artículos de la revista CROMOS como: “...Aquello que si bien había

podido ser paseo y lugar de singular belleza, por causas muy conocidas [gran numero de

chicherias] se convirtió en terrible y temible foco de infección, aparte de ser un lugar

habitado por gentes de dudosa reputación ...” (CROMOS: Febrero 26 de 1936). O

apreciaciones como: “...Si examinamos las casuchas del Paseo Bolívar, las miserias vividas

de ese barrio ciego colocado al oriente de la plaza de Bavaria, los ranchos mal empajados

vecinos de los de los tejares situados al sur de Bogotá, llegaremos a una conclusión pésima

y deprimente...” (CROMOS: Octubre 7 de 1939). De este modo, el Paseo Bolívar y sus

habitantes fueron vistos como la contraparte de todos los “buenos valores” e imaginarios

que ejemplificaron y pregonaron las élites de la ciudad, a tal punto que en ninguna de las

notas necrológicas de 1930 a 1950 se encontró alusiones a este lugar como sitio de

residencia de las finadas personalidades.20

Las noticias policíacas o la crónica roja, en los pocos casos que aparecieron en la revista

CROMOS, estuvieron ligadas a éste sector de la ciudad reconocido por el gran número de

sus Chicherías y la proclividad de sus habitantes al delito por el consumo de la sustancia

fermentada. Es así, como el imaginario social capitalino que fue difundido por los diarios

sobre el sector correspondió a los efectos de las chicherias sobre sus habitantes, ya que “las

chicherías producían no solo abandono de hogares y desintegración familiar sino que eran

consideradas los principales centros de criminalidad a tal punto que los días que cuándo

20 El sector de la ciudad denominado el Paseo Bolívar se ubicó al oriente de la ciudad sobre las estribaciones de Monserrate y Guadalupe y comprendió el espacio entre el parque de la independencia y la plaza del barrio Egipto. (Fundación Misión Colombia 1988: 31-33)

Page 49: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

49

las autoridades lograban cerrarlas, la prensa anunciaba jubilosamente la disminución y

en algunos la total desaparición de delitos de sangre, riñas, hurtos y anunciaban una

calma total en la ciudad” (Llano y Campuzano 1994: 102).

El crimen de Eva Pinzón, citado por Ramírez (2001:121), tuvo como escenario el Paseo

Bolívar y fue sólo uno de los múltiples ejemplos de los cadáveres encontrados en este

sector de la ciudad. Esta mujer descrita como humilde, fue encontrada “apuñalada,

destripada, descuartizada y cuyo cadáver fue goleado por las piedras”, fue noticia

publicada el 23 de abril de 1932 en el diario El Tiempo y continuó ocupando las primeras

planas durante las dos semana siguientes, según Ramírez no solo correspondió a una

denuncia de actos repudiables, sino también a la criminalización de una zona de la ciudad

donde tales actos fueron habituales. Otro ejemplo que respaldó la opinión anterior fue el

titular “otro crimen en el tenebroso Paseo Bolívar” que circuló el día 13 de mayo del

mismo año, donde se hizo la descripción del asesinato de una pareja de ancianos, Manuel

Vicente y Ernestina, quienes al salir de la iglesia en la cual se encontraban rezando el

rosario, fueron victimas de un ataque a puñal al pasar por el frente de una chichería, de

camino a su casa.

Así, el Paseo Bolívar se constituyó en el lugar donde sucedieron los más atroces crímenes

de la ciudad. Sin embargo, la fuerte segregación social, se encargó de que solo los

humildes aparecieran en las notas necrológicas en las cuales se relacionó dicho lugar; el

cual fue visto con recelo, siendo para el proyecto de ciudad diseñado por los habitantes

ilustres, la mancha negra de Bogotá que a toda costa se pretendió borrar u omitir, bien fuera

Page 50: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

50

desde el cambio físico del sector o desde el traslado o reubicación de sus habitantes a

municipios cercanos a Bogotá.21

1.6. La Nota Necrológica: Un Muestra De Jerarquización Entre Las Élites

La sociedad bogotana de la época fue una estructura fuertemente fraccionada, sus élites

encontraron casi en cualquier detalle, lugar o condición un motivo de diferenciación. Sin

embargo, los mecanismos de distinción entre los habitantes de la ciudad en contadas

ocasiones fueron rangos fácilmente visibles como en el caso de los territorios vedados para

las élites.

A partir del contenido de las notas necrológicas, aparecen con tenues matices elementos de

jerarquización entre las propias élites capitalinas, de las cuales comenzaban a ser parte

personas nacidas en otros lugares, personas de “provincia”, constituyéndose así en un

fuerte punto de segmentación al interior de las propias élites el componente urbano /rural.

Sin embargo, éste no fue el único punto de jerarquización visible; el segundo se encontró en

la diferencia entre los géneros.

En el primer punto, pocas ciudades alejadas de Bogotá contaron con el peso suficiente para

hacer que sus nativos al fallecer merecieran una nota necrológica que contuviera más de

tres renglones y una fotografía, como fueron los casos de los funerales del ex-presidente

Restrepo en Medellín y el de Raúl Clavijo en Cúcuta. Las ciudades que tuvieron especial

21 Artículos titulados como “obras en el Paseo Bolívar por el centenario de la ciudad, le cambiarán la cara a Bogotá”, “refugio de rufianes y malhechores: El Paseo Bolívar”, “el lugar de la muerte” , que circularon entre 1939 y 1941, fueron ejemplos de la creación y delimitación de territorios hostiles y peligrosos para las élites de la ciudad.

Page 51: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

51

importancia para el periodo fueron Medellín, Popayán, Cúcuta y Cali, por su condición de

haber sido cuna de varios políticos, escritores y destacados personajes públicos.

Pese a lo anterior, un gran número de notas necrológicas relacionadas con miembros de

provincia, dejaron entre ver algunos de los rasgos que caracterizaron más tardíamente el

periodo de “La Violencia”. Fueron muertes relacionadas con “caciques locales”. Un

ejemplo que llamó la atención fue la nota necrología originada a raíz de la muerte de Don

Alberto Barriga ocurrida en Villeta; lo particular de esta nota fue el hecho de que no trató

sobre su vida, como fue lo acostumbrado, por el contrario, fue utilizada como un espacio

para la realización de una denuncia política sobre la situación general del país. La nota se

presenta a continuación:

“La muerte de Don Alejandro Barriga, asesinado de forma vil por una obscura

cuadrilla de malhechores, ha consternado profundamente la sociedad de Bogotá .

Queremos considerar este hecho cruel y salvaje, con criterio apolítico y sólo vemos en

él, un índice de una época bárbara, reflejo de la mentalidad de una clase de individuos

que por desgracia entre nosotros no han desaparecido todavía.

Es increíble pero dolorosamente cierto, que a pocas horas de la capital de la

Republica, existe aun una casta de caciques, señores feudales que toman el nombre de

uno de los dos partidos políticos, para amparar bajo el rotulo de liberal o de

conservador, toda clase de fechorías y de ambiciones. Unos celosos defensores de la

religión cuyas máximas desconocen, encubren con el mayor celo religioso y la

exhibición de su piedad, los apetitos desordenados de una audacia ilimitada; aferrados

otros a una idea que consideran liberal, siempre han atentado contra la libertad de los

infelices que pueblan sus tierras [...] El cacique nombra alcaldes, reparte granjerías

y aquellos que se resisten a su poder, les condenan a morir. Las leyes, en la mayoría de

los casos, son letra muerta para estos señores feudales.

Page 52: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

52

En el doloroso caso de la muerte de don Alejandro Barriga, los caciques de este

villorrio de Quebradanegra, pueden estar satisfechos. Han asesinado y saqueado a un

individuo cuyo delito consistió en creer en la seguridad del sufragio popular; los

victimarios cuentan con la impunidad pues nadie declarará ante los jueces la verdad

de los hechos.” (CROMOS: Mayo 16 de 1931)

En esta nota, se puso de fondo el componente rural en la base de las acciones delictivas, al

mismo tiempo que se aclaró que los sucesos violentos de esta clase estaban físicamente

alejados de Bogotá . Los bogotanos o el resto de los habitantes del país, pudieron ser

victimas de las acciones delincuenciales, pero éstas jamás se desarrollaron en la capital, o

por lo menos no fueron descritas a través de los diarios y revistas por la imagen que se

quiso construir de ésta.

En ese contexto, el deceso de este joven político, descrito en la nota anterior, según una

nota de interés que apareció al pie de su nota necrológica, terminó siendo utilizado para

reclamar a través de una marcha masiva en Bogotá el cambio de la Constitución, acto que

el autor del artículo terminó repudiando al tildar los miembros de la manifestación como

una “muchedumbre campesina[...] socialista y estatista” descalificándolos tanto por su

procedencia como por sus ideas políticas.

El segundo punto, el referente a la diferencia entre géneros, fue también recurrente y no

sólo se presentó de forma literal en el número y calidad de las notas necrológicas escritas

sobre mujeres en comparación a las inspiradas por los hombres. En la estructura interna de

cada nota, especialmente cuando estas fueron ampliamente descriptivas, se hicieron

constantes menciones a las imágenes o estereotipos de hombre y de mujer que fueron

Page 53: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

53

constituidos socialmente en la Bogotá de 1930 a 1950, éstas se apegaron al panorama

político, económico y cultural por el cual atravesó la ciudad, hicieron parte de esas

constantes luchas de los capitalinos por modernizar su urbe, sin resignarse a perder ese

componente tradicional que los caracterizó y marcó la diferencia con relación al resto de

los habitantes del país: la figura del “Cachaco”.

Así, las diferencias de género se correspondieron a los ideales de realización de la época,

donde la mujer comenzó a ganar representación política, a la educación y capacidades

laborales. Sin embargo, ella siguió siendo educada para ser el soporte de su esposo y la

base del hogar, aunque, se abrió paso en el panorama público lo hizo de forma tímida y con

algunos matices de clandestinidad, al no ser completamente avalada culturalmente.

El hombre continuó siendo el héroe letrado de los días de gloria de la patria, cuyos

apellidos fueron de gran valor social y su dinero un reconocimiento público que aseguró a

sus hijos la oportunidad de continuar siendo parte de las élites capitalinas y en general de la

élites nacionales.

Con lo anteriormente descrito, la ciudad que se construye a través de la nota necrológica

para los años de 1930 a 1950, es una en la cual las clases sociales están generando nuevos

espacios y nuevas formas de apropiación de éstos; sin embargo estas dinámicas están

todavía fuertemente impregnadas por ideas, valores y principios tradicionales,

especialmente por los juicios implantados a partir de la fuerte diferenciación entre las

clases sociales creadas por las élites y articuladas a través de las instituciones locales,

formadas y administradas por ellas mismas.

Page 54: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

54

La nota necrológica nos muestra una ciudad que sufrió grandes precariedades en todos los

planos, especialmente en el higiénico y en el económico, una ciudad que anheló ser una

metrópoli culta y civilizada, a la altura de las grandes capitales europeas y norteamericanas,

pero que se enfrentó continuamente a realidades que con hechos desdibujan todos los

imaginarios clasistas de sus élites.

Sin embargo, el aspecto que más llama la atención es la construcción de imágenes sobre lo

masculino y lo femenino que se encontraron para la época reflejadas en el contenido de las

notas necrológicas. Esas imágenes serán desarrolladas en los siguientes capítulos.

Page 55: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

55

CAPÍTULO II

IMÁGENES QUE SE CONSTRUYEN A PARTIR DE LA NOTA NECROLÓGICA:

EL HOMBRE CAPITALINO

Para éste periodo, la imagen de lo masculino y lo femenino continuó siendo, como lo

menciona Urrego (1997: 183-273) para el período de 1880 a 1930, constituida básicamente

por la convivencia de nociones creadas por la Iglesia católica; por la respuesta de los

sectores populares a las normas de control social; por la adopción de formas de

comportamiento de género que surgían en Europa y en los Estados Unidos por las

necesidades de la naciente burguesía de constituir su intimidad y afirmarse como clase.

En ese contexto, el hombre pudiente bogotano fue caracterizado como un personaje

multifacético; siendo precisamente esto lo que permitió crear la imagen o perfil del

bogotano que se identificó por su versatilidad en todos los campos de la vida pública y lo

llenó de categorías altamente valorativas sobre sus méritos intelectuales, su excelente

dominio de la oratoria, al igual que de la palabra escrita, su personalidad guerrera en la

defensa de sus ideales políticos, su honor y su familia. Con respecto a ésta ultima, se le

reconoció en gran manera sus logros económicos y académicos como medios que le

permitieron glorificar y enaltecer aun más las distinciones heredadas: “sus apellidos y la

nobleza de su raza”.

Esa imagen de hombre fue la que se construyó a través de la nota necrológica, sin embargo

en el contenido de éstas no todos los aspectos anteriormente mencionados fueron

igualmente valorados. Así, a partir del contenido de estas descripciones se puede

esquematizar 4 imágenes tipológicas sobre el bogotano: el intelectual, el comerciante -

Page 56: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

56

progresista, el militar y el clérigo, fueron construcciones culturales sobre lo masculino que

primaron para la época trabajada. Éstas se elaboraron a partir de las descripciones de las

vidas, los valores y los principios de los más célebres hombres de la ciudad a partir de su

fallecimiento.

La muerte recreó los principales aspectos de la vida diaria, sin embargo para la generación

fallecida en ese espacio temporal, no se encontró en la revista CROMOS ninguna nota

necrológica sobre deportistas, ni siquiera se menciona éste elemento como característica

relevante en ninguna nota. Aunque en la vida cotidiana se experimentaba una gran

preocupación por la generación de políticas que impulsaran las actividades físicas y el

deporte, la estructura social no reconoció méritos o condición especial a la práctica de un

deporte. La Bogotá de ese tiempo tuvo una alta valoración al trabajo intelectual, por esto

las imágenes descritas a lo largo de este capítulo están relacionadas con ésa valoración.

2.1. El Intelectual

“La desaparición de don Alejandro Osorio, fallecido el martes último, ha causado una

dolorosísima impresión en el ánimo de la sociedad bogotana. Por que don Alejandro

fue uno de los últimos sobrevivientes de esa amable estirpe de Cachacos de otra época

que poseyeron todas las virtudes y cualidades constitutivas del Gentleman y del

caballero intachable.

Don Alejandro ocupó altísimos puestos públicos entre otros el de Senador de la

Republica. Y como tal, sirvió al país eficazmente en más de una ocasión. Pero la

política, con sus luchas acres y sus contactos mancillantes, no fue jamás campo

propicio para su carácter amablemente frívolo y ligero. Donde brillaba y sobresalía

verdaderamente era en la intimidad de los salones de buen tono, donde el roce de

espíritus afines estimulaba su ingenio y su innata jovialidad. Nadie, como él, para

narrar un chascarrillo o definir con frase chispeante un hombre o una situación.

Page 57: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

57

Pertenecía a esa raza de los Julios Defranciscos y los Jorges Pombos, ya

desgraciadamente próxima a extinguirse con la Bogotá ateniense de otros tiempos.

Nosotros registramos con pesar la muerte de este hombre bueno y afable, que tantos

gratos recuerdos ha dejado entre quienes lo conocieron y trataron, y que empleó gran

parte de su vida y de su fortuna en hacer el bien en torno suyo. Al mismo tiempo,

enviamos nuestras sinceras expresiones de condolencia a los miembros de su

distinguida y honorable familia”. (CROMOS: Febrero 8 de 1930)

La figura del intelectual fue la más renombrada en las crónicas necrológicas, ya que

contenía, casi en su totalidad, a los padres de la patria y a los personajes ilustres de la

ciudad. Esta categoría fue demasiado amplia, las personalidades descritas en estas notas

fueron caracterizadas principalmente porque su desempeño abarcó diferentes áreas del

conocimiento; fueron versátiles ingenieros que realizaron notables estudios en el campo de

la arqueología indígena, como don Miguel Triana22, poetas tímidos e introvertidos que

“prefirieron partir para el viaje final sin someter a quienes los amaban al dolor de una

despedida23” y tomaron el camino melancólico e idílico del suicidio, como fueron Roberto

Caro y Adolfo Milanes; Maestros y filólogos que se preocuparon por “mantener incólume

la herencia idiomática de nuestros abuelos, los colonizadores españoles” y por que

“Colombia continuara siendo el país del nuevo continente en que con más pulcritud y

propiedad se habla el castellano” 24, como fue Don Emiliano Isaza. Periodistas y

escritores, a quines ni siquiera “la muerte pudo arrebatarles de la diestra esa pluma ágil y

temblorosa con la cual escribieron tantas paginas hermosas”25, también fueron

22 Cuya nota necrológica apareció en la revista CROMOS en la semana del 2 de Mayo de 1931 23 Fragmento extraído de la nota necrológica de Roberto Caro de Narváez. Revista CROMOS Abril 11 de 1931. 24 Fragmento extraído de la nota necrológica de don Emiliano Isaza. Revista CROMOS Febrero 22 de 1930. 25 Fragmento extraído de la nota necrológica de Eduardo Domínguez. Revista Cromos Febrero 22 de 1930.

Page 58: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

58

incorporados en esta categoría. Sin embargo, la figura que cumplió con mayor versatilidad

todos los oficios anteriores fue la del político, personaje culto, orador y carismático.

La nota necrológica que abre el capítulo, fue solo uno de los múltiples ejemplos en los

cuales se describió la personalidad de un político, la importancia de sus servicios para la

patria y la destacada condición de su “naturaleza humana”.

El campo de la política representó, el escenario tradicional para que los miembros de las

élites capitalinas evidenciaran públicamente sus habilidades, los logros en sus estudios y

toda la herencia proveniente de la “buena cuna”. Igualmente, fue el campo que utilizaron

para afirmar su status y garantizar a su descendencia la permanencia en un lugar destacado

y privilegiado de la estructura social.

Toda familia bogotana de renombre contó con un miembro fuerte y activamente

involucrado en el campo de la política. Sus contactos y sus influencias siempre estuvieron

relacionadas con un temperamento frívolo y ligero necesario para sopesar con cabeza fría

los temas relevantes del panorama público, ya que las discusiones viscerales siempre

fueron mal vistas por impulsar al “espíritu humano” a ir más allá de todas las normas del

protocolo social. El bogotano, nunca debió mostrar sus límites y se caracterizó por la

perfecta compostura ante cualquier circunstancia, lo que lo identificó con un hombre

protocolizado e invulnerable en el difícil y casi nunca fiable campo que constituyó la

política en aquellos días.

Page 59: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

59

Chocando fuertemente con los dos componentes de la personalidad descritos anteriormente,

el intelectual estuvo connotado socialmente como poseedor de un espíritu agraciado que

complementado con la buena conversación, lo hizo afamado orador innato, de gran

suspicacia y en constante indagación sobre su entorno y los temas de interés. Así, el

intelectual abrió el espacio para la polémica y la tertulia, epicentros de buena parte de la

vida cultural de la época.

En el pie de pagina que acompañó las fotografías de los funerales del profesor Juan David Herrera se resaltó la presencia del presidente de la republica Alfonso López y su esposa (última fotografía), conmovidos por el gran duelo social que significo “la perdida del ilustre científico fallecido”.

Revista CROMOS. Noviembre 5 de 1938

Page 60: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

60

Esta imagen tipológica del hombre bogotano, resaltó la importancia y gran valoración que

en las élites capitalinas tuvo el estudio y la preparación profesional, que fue una de los

parámetros más importantes, sino el más, para la valoración social de los individuos: “el

hombre fue su capacidad intelectual”. Sin duda alguna, el elemento monetario también

influyó notoriamente en dicha valoración; sin embargo, los hombres con riquezas que no

se “cultivaron”, siempre fueron victimas del filtro social que las élites aplicaron a quienes

aspiraban ser parte de ellas. En este periodo, la “meritocracia” entró en escena y el

profesionalismo se convirtió en una forma de ascenso en la dura estructura social

bogotana26.

La imagen del científico puro fue venerada, a pesar de ello, algunas de las mentes más

brillantes murieron en condiciones económicas desfavorables. Sin embargo, fueron

personajes reconocidos como parte activa de la élite, respetados y socialmente recordados

con hondo pesar a raíz de su muerte. En la Bogotá de 1930 a 1950 siguió teniendo más

valor el “status adscrito27” que el “status adquirido” en la valoración social de los

individuos.

26 Un ejemplo fue la siguiente nota necrológica publicada el 2 de Mayo de 1931: DON JESÚS GONZÁLEZ F. “Después de una vida dispuesta al servicio de los más nobles propósitos públicos y privados, falleció en la tarde del miércoles pasado, este apreciado caballero. Don Jesús González f. Reunió en si, cualidades y virtudes que le merecieron la estimación y el respeto de todos los suyos y sus amigos. Hombre de hogar, supo formar al amparo del trabajo diario una familia que hoy se recoge al recuerdo de su nombre en la más completa turbación y el más cruel desconcierto. Ciudadano desinteresado logro escalar puestos muy distinguidos de esta capital, donde ocupó en varias ocasiones una curul como consejero municipal. En el cabildo le vimos muchas veces intervenir en la defensa de los intereses y de las conveniencias de Bogotá, como representante del obrerismo, distinguiéndose siempre por su patriotismo. Liberal convencido y entusiasta, no omitió esfuerzo alguno en beneficio de la causa a la cual le presto siempre el contingente de su fe y de sus energías”. 27 Categorías utilizadas por Virginia Gutiérrez de Pineda en su texto “Cultura y familia en Colombia”. Con “status adscrito”, la autora hizo alusión a la posición social que fue heredada por un individuo. Con “status adquirido” explicó los logros propios de cada individuo que le permitieron escalar socialmente.

Page 61: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

61

“Los funerales del doctor José Vicente Concha”.Tomado de Revista CROMOS Marzo 28 de 1930

Page 62: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

62

2.2. El Militar

“Con la muerte del general Antonio Samper Uribe pierde la Republica uno de sus hijos

más ilustres, y el liberalismo uno de sus héroes más organizados y uno de sus

conductores más expertos.

A lo largo de la vida siempre agitada y siempre limpia de este ilustre varón, se

destacan como rasgos característicos, al lado de sus excelsas dotes de guerrero, su

perfecta y diamantina honradez, su ardiente patriotismo y su amor ilimitado a la causa

liberal. Hijo legitimo de su propio esfuerzo, escaló sin ajena ayuda las más altas

posiciones, se opuso a todos por sus méritos incontestables, y en trayectoria

maravillosa, de modesto soldado en el campo de batalla pasó a ser no solo un

auténtico prestigio de nuestras glorias militares, el más entusiasta de nuestros hombres

civiles, el jefe indiscutible de una colectividad política que correspondió a sus servicios

con una devoción sin par en nuestra historia.

Jamás la calumnia ni el vituperio pudieron hacer la más leve mella en aquella

reputación granítica, que era un timbre de honor para la nación y que le mereció ser

considerado con justicia y admiración como el más elevado modelo de desinterés,

patriotismo y austera probidad.

En la guerra y en la paz supo mantener siempre pulcra la gloria de su espada. Jamás

su espíritu dejo de comprender, en su más completa significación, lo que representa

para el hombre, para el ciudadano, la patria y los más bellos ideales de la causa

política a la que se pertenece [...]” (CROMOS: Febrero 8 de 1930)

La imagen del hombre de guerra, como se lee en la anterior nota necrológica, se acercó en

gran medida a la del intelectual, en ocasiones yuxtaponiéndose28. En el ocaso o en la

juventud varios de los miembros destacados de la sociedad bogotana fueron parte de la

milicia, por ser el camino armado la forma más comúnmente empleada en aquellos días 28 Otra nota que circuló sobre el General Samper Uribe en la semana del 15 de febrero de 1930 en la revista CROMOS, mostró otra faceta de su vida.: “Antonio Samper Uribe fue una de las unidades valiosas de la generación que entre 1872 a 1873, llegaron a los claustros de la Escuela de Literatura y Filosofía, instalada en el edificio de San Bartolomé y dependiente de la Universidad Nacional [...] La guerra de 1876 lo obligó a abandonar las aulas por haberse cerrado la Escuela [...] pero en 1880 se retiró definitivamente de los claustros para marchar a Europa a complementar sus estudios en los centros científicos de París y de Londres de los conocimientos ya adquiridos: económicos y fiscales [...]”

Page 63: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

63

para la generación del cambio en el panorama social de los derechos civiles y políticos. Sin

embargo, la imagen del militar no se correspondió con la del hombre tosco y violento, sino

con aquella en la que el individuo combatió por un ideal, por una causa que para sus

principios se presentó como justa y alteró el diario acontecer de su vida .

La imagen del bogotano de la época fue la del ciudadano capaz de abandonar el uso de las

armas al alcanzar sus metas, a diferencia de otros regiones del país donde los miembros de

la élite se enrolaron de forma permanente en las fuerzas militares.

Dentro de las buenas maneras del bogotano, el uso de la fuerza en los momentos

coyunturales hizo que varios de los milicianos se convirtieran en heroicas figuras del

liberalismo, frases como la que se encontraron en la nota necrológica de Don Elías Garay,

en las que se describió el hecho de que este personaje “llegado a la extrema senectud,

evoca[ba] con orgullo el haber tomado parte de la defensa del convento de San Agustín

Fotografías que ilustraron la nota necrológica del general Antonio Samper Uribe.Revista CROMOS Febrero 8 de 1930

Page 64: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

64

contra las tropas conservadoras de Leonardo Canal, en el año de 1861”29, ejemplificaron

cuán importante fue el papel del guerrero en la consolidación de los propósitos liberales de

la época.

La nota necrológica del doctor Lucas Caballero, fue otro ejemplo que ilustró la versatilidad

del bogotano “con la pluma y con la espada” ya que “cuando los tambores de guerra

llamaban en nuestro país a la defensa de las libertades públicas y del decoro nacional,

Lucas Caballero abandonó su bufete de abogado y salió a campo abierto convencido de su

razón y de su fe [...]. Jefe del Estado Mayor del general Herrera, negociador de la paz

del “Winsconsin”, que puso final a la más sangrienta de nuestras guerras civiles. Escritor

y soldado, hombre rectilíneo y libre de rencores cumplió en la paz un papel tan diáfano

como el que había desempeñado en la guerra [...]”(CROMOS: Octubre 17 de 1942).

Así, figuras mayores, que fueron capaces de tomar las armas, pero al mismo tiempo batallar

en el campo intelectual, se convirtieron en los hitos del carácter del bogotano: miembro de

familia pero ante todo servidor a la patria y a su partido político.

2.3. El Industrial - Progresista

“Con la muerte de don Eustacio Santamaría perdió el país uno de sus hijos de mayor

valor. Caballero cuyo mérito fue sin duda el ejercicio noble de la inteligencia, trabajó

en beneficio de su tierra con extraordinaria energía y en los años de su vida dio

muestra singular de dinamismo y talento.

No hubo, en verdad, y ahí reside el principal atractivo de su persona, una sola

manifestación de progreso que no le interesara fuertemente, ni un solo sector del

trabajo donde no acudiera presuroso para realizar una empresa de vastas

29 Fragmento extraído de la nota necrológica de Don Elías Garay. Revista CROMOS Abril 25 de 1930

Page 65: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

65

proporciones. Dotado de fortuna y de espléndida posición social, puso al servicio de

su trabajo, su patrimonio y su nombre; habría podido como otros disfrutar en calma de

esos beneficios, pero prefirió arriesgar la tranquilidad de su vida para enseñar y

ayudar al país en el lento proceso de desarrollo económico. Las empresas que el fundó

han sido fuente de riqueza inestimable. La industria harinera, marcó un rumbo

definitivo para los agricultores y dio impulso y extraordinario ensanche a los cultivos

a tal punto que gran parte de ellos y de su riqueza actual, derivan su origen en la feliz

iniciativa de don Eustacio Santamaría, el primero que tuvo entre nosotros, el valor

suficiente, para acabar con esa pésima costumbre de aceptar la tradición sin examen.

Con la industria harinera terminaron las grandes importaciones de harina extranjera.

En la hacienda de “Aposentos”, los cultivos y el mejoramiento de las razas de ganado,

alcanzaron merecida fama. Agricultor en grande no se contentó con explotar la tierra

a la manera indígena; convencido de las ventajas de los nuevos sistemas fue precursor

y maestro; enseñó, mostró, regaló y en forma patriótica y desinteresada fue buen

ciudadano y gran caballero. Su empresa de transportes fluviales dio un vuelco a la

navegación por el río Magdalena, y si por desgracia, no llegó a ser lo que se suponía

en los días de su fundación, culpa fue de factores extraños a su intervención,

inevitables y conocidos.

Un caballero como don Eustacio Santamaría deja a su muerte un vació difícil de

remplazar. Casi imposible. Representa una vida de trabajo; una vida de experiencia,

de gran corazón y grandes conocimientos.” (CROMOS: Febrero 22 de 1936)

Hasta la mitad del siglo XX, la ciudad experimentó al igual que el resto del país la

consolidación y masificación de la industria, con los sueños del “progreso” y de

“bienestar” heredados de las ultimas décadas del siglo XIX. En ese marco se encontró el

espacio y las condiciones que caracterizaron esta tercera imagen tipológica del bogotano;

quien influenciado por las nuevas oportunidades comerciales y los adelantos tecnológicos

que surgían en Europa, pero ante todo por los procesos de tecnificación que habían

Page 66: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

66

experimentado las granjas en los Estados Unidos; marcó significativamente un camino en

el panorama productivo del país.

Hombres cultos, preparados, que contaban con los apellidos y los medios económicos

suficientes fueron los primeros en entregarse a los ideales de “progreso”. Estos hombres

fueron caracterizados por fundar empresas en lugares donde nunca antes se habían

intentado, o en los cuales por las circunstancias económicas, geográficas o climáticas, éstas

habían tenido un rotundo fracaso.

Las notas necrológicas realzaron el espíritu transformador del industrial. La fuerza, el

coraje y la pasión por la patria que no entregó en los enfrentamientos bélicos, los utilizó en

la transformación del entorno y en el dominio de la naturaleza. A través de éstos

componentes fueron hombres que hicieron posible la lenta recuperación económica del país

y de la ciudad, desarrollando en ésta enclaves productivos que entraron a competir con la

posición hegemónica que tenía Medellín y en general Antioquia en éste aspecto.

En este perfil del habitante bogotano, fue contemplado un gran número de extranjeros que

encontraron en la ciudad las condiciones para el establecimiento de nuevas industrias como

fue el caso de don Leopoldo R. Kopp, el cual mezcló las ideas empresariales con las obras

sociales. Un aparte de su nota necrológica lo describe como un “cultivado y selecto

espíritu, en el que la discreción preponderaba hasta en los más mínimos detalles de la

vida; religioso a fondo, exigía la rectitud de la conciencia y de la amistad y estaba ajeno

por entero al afán de la concepción económica que suele agitar a quienes pueden estar en

el ápice del movimiento financiero del conglomerado social.” ( CROMOS: Abril 16 de 1938).

Page 67: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

67

Así, se vio surgir entre los hombres industriales y de negocios, las características del

filántropo, del benefactor.

La nota necrológica sobre don Gustavo Restrepo, describió la vida de un banquero e

importante comerciante que al morir donó su fortuna a la beneficencia para la creación de

un “magnifico hospital de tuberculosos en Bogotá ”, la revista complementó la descripción

de ésta acción haciendo un elogio a la conciencia social y a la caridad cristiana de los

distinguidos miembros de la élite capitalina: “la clásica característica de los bogotanos ha

sido dar sin medida, atender a los desvalidos, en una palabra, practicar la más bella de las

obras de misericordia: vestir al desnudo y dar de comer al hambriento”(CROMOS:

Septiembre 14 de 1940).

Las notas necrológicas sobre los benefactores, no hicieron tanto énfasis en su vida, como las notas de los industriales destacados. En éstas el autor describió todas las obras en servicio de la comunidad que el difunto había generado, principalmente escuelas, reformatorios y hospitales; complementando esta descripción con fotografías.

Revista CROMOS: Julio 5 de 1941

Page 68: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

68

Este tipo de obras benéficas fueron destinadas en gran medida al mejoramiento de las

condiciones de vida de los sectores obreros, con el propósito de reducir los obstáculos

materiales hacia el “progreso” y su verdadera constitución como una “ciudad moderna”.

2.4. El Clérigo

“Con la desaparición del doctor Francisco Javier Zaldúa se cierra un ciclo en la historia

de la elocuencia sagrada en Colombia; él, como Carlos Cortes Lee y Rafael María

Carrasquilla, fue uno de los predicadores más elocuentes del púlpito bogotano[...] El

doctor Zaldúa no deja escritas sus obras oratorias, si se exceptúa acaso una sola, que

tuvo resonancia muy grande por la ocasión en que se pronunció; pero la obra del doctor

Zaldúa perdurará en el corazón de los bogotanos; a él se debe la devoción especial que

ellos le profesan a la Virgen del Carmen, de la cual era devoto el ilustre canónigo de la

Metropolitana. Fue, pues, en la mejor acepción del vocablo un orador genuinamente

popular, que subyugaba y atraía por la vehemencia y el arrebato de la expresión, por la

firmeza del convencimiento y por el ademán aristocrático de aquel hombre que llevaba

con honor gloriosísimas tradiciones familiares [...]

(CROMOS: Septiembre 26 de 1931)

El fuerte arraigo de la religión en el seno de la sociedad bogotana, hizo de ésta una ciudad

bastante conservadora y devota de las imágenes del catolicismo; las familias tradicionales

tuvieron entre sus miembros religiosos tanto sacerdotes como monjas. Así, la imagen del

clérigo apareció con ciertos matices similares a la del intelectual, ya que eran poseedores de

las habilidades de la oratoria y contaron con un amplio dominio del público, fueron

gestores de cambio social y difusores activistas de ideas políticas desde sus púlpitos.30

Igualmente, la imagen del clérigo se compenetró con la del maestro humanista, quien a

30 Véase Abel, Christopher “Política, iglesia y partidos en Colombia: 1886-1953”. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá 1987

Page 69: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

69

través de su ejemplo promovió entre sus discípulos la importancia de la vida austera a pesar

de la condición social que poseía. Fue un personaje ampliamente docto, que acercó a las

clases populares a las formas propias de la cultura europea a través de la estructura y

prédica en las liturgias31.

El clérigo fue uno de los eslabones de transición y acercamiento entre las fracciones

sociales capitalinas, ya que a través de la formación de las comunidades logró beneficiar

los barrios obreros e informales de la ciudad. La nota necrológica sobre monseñor Julio

Cesar Beltrán describió sus esfuerzos por lograr la construcción de la iglesia del barrio

Egipto, pero reconoció que el verdadero mérito de su acción fue la realización de “una

labor de propaganda social en su barrio, expuesto como ningún otro a trastornos y

reyertas; él fomento entre las clases obreras la moralidad en las costumbres, el ahorro y la

honradez.” ( CROMOS: Julio 26 de 1930). El clérigo, se convirtió así, en una herramienta social

31 Para este periodo las reformas en la estructura de las misas se encontraba en apogeo, el abandono del latín ya era casi generalizado, pero el uso de oraciones francesas y estructuras clásicas sobresalieron principalmente en las oraciones fúnebres. (sagrada congregación para el culto divino 1971)

Dos aspectos de los funerales de Monseñor carrasquilla: Izquierda, féretro en la cámara ardiente ubicada en el Colegio del Rosario. Derecha, desfile fúnebre por la carrera séptima.

Fotografías de la Revista CROMOS: Marzo 22 de 1930

Page 70: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

70

que mejoró la calidad de vida de las clases menos favorecidas y que catequizó a sus fieles

no solo dentro de los conceptos de la religión, sino que a la vez los aleccionó sobre los

ideales políticos de la época.

Un aspecto que apareció recurrentemente en todas las notas necrológicas que abarcaron las

cuatro imágenes arriba esbozadas, fue el hecho que la muerte de estos personajes fuera

divulgada con la resignación y el dolor propios de la pérdida de un ser estimado de la

comunidad, pero con la valoración del deber cumplido, como el fin a una vida llena de

éxitos y de logros, como una recompensa o descanso a su ardua tarea. Éste elemento

marcó una de las más importantes diferencias entre las valoraciones encontradas en las

notas necrológicas entre las que tratan sobre las defunciones femeninas y las masculinas.

Esto se profundizará en el siguiente capítulo.

Para el periodo de 1930 a 1950, pocas fotografías de cadáveres aparecieron en las notas necrológicas. Sin embargo, todas pertenecieron a Hombres: políticos como el caso del cadáver de Olaya Herrera y religiosos como es el caso de esta fotografía que corresponde al cadáver del Monseñor Carrasquilla.

Fotografía tomada de la Revista CROMOS: Marzo 22 de 1930

Page 71: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

71

CAPÍTULO III

IMÁGENES QUE SE CONSTRUYEN A PARTIR DE LA NOTA NECROLÓGICA:

LA MUJER CAPITALINA

Al igual que en el caso masculino, la imagen femenina estuvo marcada por las nociones

religiosas, las formas de control social y por las ideas que penetraron desde Europa y los

Estados Unidos sobre la civilidad y las buenas maneras, al igual que por los

comportamientos considerados como los propios de cada género (Urrego 1997). En este

contexto las imágenes que se crearon y se difundieron sobre la mujer a partir de sus notas

necrológicas, permitieron construir tres tipologías de ellas: la matrona, la señorita y la

religiosa, teniendo la primera mucho más valor y relevancia social, en cuanto a las

extensión de sus notas y en la cantidad y la calidad de las mismas.

Para este período, la imagen de la mujer se encontró en constante transformación, sin

embargo la importancia primordial en su rol continuó siendo su papel de madre y esposa

abnegada y ejemplar, ama de su casa y poseedora de las más refinadas y distinguidas

maneras. El manejo del lenguaje, de su arreglo personal al igual que la educación de sus

hijos marcaron un patrón para el reconocimiento de su papel en la sociedad, y las obras

benéficas y caritativas se mantuvieron como epicentro de su actividad social.

En la Bogotá de aquellos años la mujer había logrado varias reivindicaciones culturales,

sociales, políticas y económicas, generadas principalmente por la necesidad de incorporar

mano de obra a las industrias32; la mujer trabajadora, independiente y profesional, fue

escasamente reseñada en las notas necrológicas. Si en el caso masculino, el hombre 32 Véase Miguel Ángel Urrego, op.cit y Fundación Misión Colombia, op.cit.

Page 72: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

72

producto de su esfuerzo, estudio y trabajo, fue señalado en las notas y valorado por sus

meritos, en el caso de la mujer este fenómeno no se dio. Aunque, la educación fue

importante, la profesionalización femenina fue muy escasa.

3.1. La Matrona “Doña Elvira del Corral de Restrepo Sáenz”

“Gran señora y dama de alcurnia era doña Elvira del Corral de Restrepo Sáenz,

fallecida repentinamente en los primeros días de la semana. Por su abolengo, por su

raza, por su cultura y por el hogar muy noble que fundó en asocio del doctor don

Eduardo Restrepo Sáenz, su nombre era para la sociedad bogotana, muestra señalada

de gente discreta, refinada y distinguida.

Tuvo doña Elvira del Corral de Restrepo Sáenz, en su vida consagrada a su marido y a

sus hijos la oportunidad admirable de desarrollar sus dotes de señorío y de elegancia,

que al igual de sus mayores fueron en ella parte de su ser. Su hogar fue centro de

exquisita distinción, refugio escogido y seleccionado de buen tono, casa bogotana por

las grandes cualidades de sus moradores, casa de estilo, clásica, acogedora para todo

aquel merecedor de serlo y a la vez severa para aceptar innovaciones de moda.

Rasgo distintivo de la familia Restrepo Corral, ha sido el continuo ejercicio santo de la

caridad, hecha sin alardes de mundanismo. Por el contrario doña Elvira del Corral de

Restrepo Sáenz siempre tuvo una palabra amable, una ayuda efectiva, un gesto grande

de caridad para todos aquellos que hasta ella llegaron y recibieron los beneficios de su

bondad inagotable, sin hacer ruido ni dejar hablar de ella.

Como las grandes damas que fueron sus abuelas, prefirió de continuo ayudar al

prójimo sin que otros tuvieran noticia, y ese rasgo noble y señorial de su carácter,

pinta por si sola la delicadeza de su modo de ser. Heredera de un gran hombre, dotada

de las cualidades que hacen de la bogotana, dama y señora, supo llevar con brío,

elegancia y soltura, sus apellidos y el de los suyos.

CROMOS envía su manifestación de sincero pésame al doctor don Eduardo Restrepo

Sáenz y sus hijos, en estos momentos de intensa y dolorosa pena”. (CROMOS: Diciembre 7 de 1935)

Page 73: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

73

La imagen de la matrona bogotana estuvo fuertemente relacionada con su destacada

posición social, lo refinado de sus comportamientos y su temperamento dócil y siempre

abnegado al servicio de los demás, como lo dejó ver un fragmento de la nota necrológica de

doña María Jesús Arias de Pasos, en la cual fue descrita como una mujer que “reunía las

más bellas cualidades de la mujer bogotana: discreción, exquisito gusto, refinamiento

logrado por tradición y por estudios, caridad bien entendida, don de gentes y conversación

de gran mundo”(CROMOS: Marzo 12 de 1938).

Sin embargo, esta descripción de “la esposa que cae en oración mientras el marido va a la

guerra, y que ignora los ajetreos políticos del hombre de la casa”, rivalizó con la imagen

de la mujer “tormentosa y atractiva que carecía en lo absoluto de neutralidad política”,

como lo ejemplificó la nota necrológica de doña Carlota la Rotta de Acosta, esposa del

general y ex–presidente de Colombia Santos Acosta, que circuló en la semana del 4 de

marzo de 1933. En dicha nota se mostró la importancia del respaldo y de la posición

política que ella le brindó a su marido en los momentos más difíciles de la lucha armada y

después en el escenario de lo político; como educó a sus hijos con una fuerte posición

política que estaba en contra de la imparcialidad propia de las mujeres de la época, ya que

esta responsabilidad la llevaron adscrita los hombres, a ellos les correspondió el dar

criterios políticos a sus hijo varones.

Este tipo de mujeres no contaron fácilmente con la aprobación general de la clase a la cual

pertenecieron, ya que rompían con los comportamientos propios de cada género. Sin

embargo, quienes contaron con ésta se convirtieron en verdaderos personajes capitalinos y

Page 74: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

74

ejemplo para las futuras generaciones, según lo afirmaron los mismos autores de las notas

necrológicas.33

Pese a lo anterior, la figura de la matrona y de la mujer en general, estuvo respaldada y

supeditada por el buen nombre e importancia de los hombres más cercanos a su vida: el

padre, el esposo, los hermanos y los hijos, jugaron un papel vital en su reconocimiento

social. Un ejemplo de esto, fue la estructura de la nota necrológica femenina, donde las

frases a través de las cuales se daba el hilo conductor al recuento de su vida estaban dadas a

partir de la mención de los hombres. La estructura general se desarrolló así: “Doña

Conchita hija de don Antonio de Narváez [...] , hermana de don Enrique – el ultimo

mochuelo- [...] esposa de don Pedro Iregui [...] y sus hijos el doctor Parmenio y don

Carlos [...]34”, dieron a la imagen de la hija, la esposa y la madre ejemplar el componente

esencial de lo que significó la matrona, a la cual la imagen masculina más próxima, en

todo momento respaldó y dio el aval a los proyectos y acciones de las distinguidas damas,

para las cuales las únicas empresas posibles fueron las que se encontraron estrechamente

relacionadas con la caridad y las obras sociales.

El rol de la matrona estuvo fuertemente relacionado al papel reproductivo, al cumplimiento

de sus compromisos católicos y civiles como esposa, a la posesión de los más “nobles

sentimientos” de caridad cristiana y al papel de guardián de las buenas maneras y

elementos de distinción propios de las élites capitalinas.

33 véase: Pedraza Sandra op. cit , Urrego Miguel op. cit y “ Doña Carlota la Rotta de Acosta” en Revista CROMOS 4 de Marzo de 1933. 34 Fragmentos de la nota necrológica de Doña Conchita de Narváez de Iregui. Revista CROMOS Mayo 5 de 1934.

Page 75: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

75

3.2. La Señorita

“La muerte de la señorita Margarita Liévano Ricaurte, causó hondo sentimiento de

pena en la sociedad bogotana. Doña Margarita, hija de ese hogar modelo fundado por

don Enrique Liévano y doña Margarita Ricaurte Carrizosa, unía a su delicada belleza

las condiciones nobles de su juventud; joven de porvenir risueño, lleno de esperanzas

pasó por la vida sencilla y admirable y su muerte deja en profundo desconcierto a los

muchos que pudieron apreciar la suavidad de su espíritu.

CROMOS envía la manifestación sincera de su pésame a don Enrique Liévano y a

doña margarita Ricaurte de Liévano”. (CROMOS: Febrero 24 de 1934)

La imagen de la señorita bogotana se construyó alrededor de los logros y meritos de su

hogar: la posición e importancia de los padres. Sin embargo, estuvo dotada de todas las

cualidades que con los años convertirían a la señorita en una respetable matrona.

Las notas necrológicas en las cuales se destacó su perfil, las colmaron de todas las

bondades propias del género y con un fuerte sentido de añoranza por la “juventud” perdida

“La distinguida dama doña Rogelia G. de Escobar, fallecida recientemente, se halla rodeada de 22 nietos y 5 biznietos. Faltan en la fotografía 10 hijos y 10 nietos, lo cual da un total de 47 descendientes, todos vivos”

En la Revista CROMOS Abril 26 de 1930

Page 76: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

76

y la vida truncada, no narraron su corta vida, sino por el contrario trataron de formar un

breve esbozo de lo que hubiera sido su futuro.

Sin embargo, la imagen de la señorita también agrupó a todas aquellas mujeres mayores

que no consolidaron el fin social del matrimonio, contrario a las descripciones que se

realizan sobre este tipo de perfil en otros lugares del país35, en Bogotá no fue vista como la

“solterona”, ya que en la mayoría de las notas necrológicas, se destaca su múltiples

virtudes que le hubieran permitido “desempeñar muy bien el papel de madres”, sin

embargo, la gran mayoría de estas mujeres fueron preparadas académicamente, tuvieron

estudios técnicos o profesionales, se dedicaron a la docencia, al igual que a las artes. Eran

mujeres independientes que a parte de tener el respaldo de su núcleo familiar, contaron con

una autonomía económica y un reconocimiento social producto de su propio trabajo. Un

ejemplo de esto fue la siguiente nota:

“Señorita doña Mercedes de la Cruz. –la semana pasada falleció el día jueves en esta

ciudad [ Bogotá] esta distinguida e inteligente dama. La señorita de la Cruz fue una

grande institutora y muy destaca artista. Apenas hace unos pocos meses tuvo lugar en

el teatro municipal una magnifica exposición de sus obras pictóricas, la cual mereció

el aplazo unánime de cuantos la visitaron. Cromos lamenta la temprana desaparición

de la señorita de la Cruz y envía a sus hermanos la expresión de su más sentido pesar” (Cromos: Junio 28 de 1941)

En este tipo de notas se mostró el claro significado que tubo la categoría de señorita y de

doña: la señorita, hacia referencia a la virginidad de la mujer, al acto biológico de la

35 Véase Virginia Gutiérrez de Pineda El complejo cultural antioqueño o de montaña en “cultura y familia en Colombia” op.cit

Page 77: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

77

reproducción y la dama hizo referencia a todos los elementos culturalmente aprobados para

ser reconocida como un valioso elemento social.

3.3. La Religiosa “Después de una larga enfermedad, sufrida con cristiana resignación, falleció antier

en la ciudad [de Bogotá] Magdalena de la Inmaculada, de la comunidad de madres

adoratrices. En el mundo Magdalena Esguerra, perteneciente a una distinguida familia

de nuestra sociedad. En esta hora de dolor enviamos nuestra condolencia más sincera

a toda su familia. Especialmente a sus hermanos don Luis y don Juan Esguerra.” (El Tiempo: Jueves 8 de Julio de 1937)

La figura de la religiosa aunque es escasamente nombrada, fue destacada por la

ejemplificación de su vida al servicio de los demás, teniendo como recompensa los

Estas dos notas son ejemplos del tipo de información y diagramación que fue empleada para dar la noticia del deceso de las señoritas. Este tipo de nota nunca tuvo la misma importancia que la nota de la matrona pero fue mucho más destacada que la nota de la religiosa.

Publicadas en la revista CROMOS: Febrero 24 de 1934 y Junio 28 de 1941. Respectivamente

Page 78: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

78

beneficios propios de la práctica de la religión cristiana: la posibilidad del acceso al reino

de los cielos.

Esta imagen de mujer rompió con las otras imágenes construidas para el género, ya que la

vida austera las llevó a alejarse del cultivo de virtudes sociales fuertemente valoradas como

el cuidado de su apariencia física, su vestimenta y sus comportamientos, al igual que las

obligó a retirarse del panorama público. Sin embargo, a través de la práctica de la caridad

cristiana y del amor al prójimo, la imagen de esta mujer encontró convergencias con la

imagen de la matrona, siempre de una manera desinteresada a través de su sacrificio

personal, veló por el bienestar de quienes lo necesitaron, cumpliendo así como una figura

materna.

Un elemento común de las notas necrológicas femeninas, fue la connotación de la muerte

como un hecho repentino, inesperado, como una trampa del destino para desequilibrar la

estructura social. Esta concepción fue igual sin importar la edad de la difunta, si ésta era

una persona de avanzada edad o una joven señorita, la muerte nunca se sintió como justa,

hecho que se diferenció con los sentimientos sobre la muerte masculina que fue el

“descanso a una gloriosa vida”, o “la consoladora de una solitaria alma”. La siguiente

nota necrológica recopiló la diferencia fundamental entre la concepción social de la muerte

femenina con la masculina:

“Registramos con profunda y dolorosa emoción el prematuro fallecimiento de la

señora María Luisa de Barrera Parra, esposa de nuestro queridísimo amigo y colega

don Jaime Barrera Parra. La muerte que se complace en asestar sus golpes sobre

aquellas criaturas dilectas a quienes todo parece predestinar a una larga existencia y a

Page 79: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

79

una dicha sin nubes, ha convertido en una pequeña sombra, errante por las regiones

del más allá, a la fiel compañera del escritor y artista exquisito que hoy llora su

desaparición. A ella, que fue en vida toda luz y toda sonrisa.

En el fondo del alma más sumisa a los decretos del destino, hay algo que protesta, algo

que se revela, contra estos trágicos escamoteos, así alejan dos almas hechas para

comprenderse y amarse. Y es preciso acudir a la fe – esa fe indestructible que enciende

una maravillosa luz de esperanza sobre el negro pudridero final, - para poder

sobrellevar penas como las que hoy aqueja a Jaime Barrera Parra. Es preciso decirse

que tales separaciones son únicamente transitorias y que más allá de la tumba existe

una esfera de dicha y claridad donde habremos de juntarnos para siempre con los

seres amados que nos precedieron en el viaje sin retorno.

Otras palabras de consuelo resultarían, en este caso, vanas y huecas. Por eso nosotros

ante el inmenso infortunio que hoy hiere a un amigo carísimo, callamos

emocionadamente. Y nos limitamos a oprimir su mano larga y fraternalmente,

poniendo en ese gesto nuestra más sincera y profunda expresión de condolencia” (CROMOS: Agosto 23 de 1930)

De la imagen de la muerte poética que le daría al hombre la “gloria del sepultó”, para las

mujeres no quedó nada, para ellas la muerte fue una calamidad que arrebató lo más bello

que poseía el género femenino: “La juventud, la suavidad y el amor”. En las notas

necrológicas aparece un componente que no estuvo en las masculinas: el destino. Los

hombres vivieron y murieron como quisieron o como se lo merecieron, a las mujeres les es

arrebatada la vida de un momento a otro, es el destino que marca la calamidad. Tal vez el

hombre pudo escapar a su destino pero la frágil condición de la mujer la sometió a éste.

La evocación a las creencias religiosas apareció como una forma de consuelo, al igual las

nociones sobre la vida eterna y la muerte como un tránsito que de manera momentánea

separó a los seres queridos por unos instantes en el contexto de la eternidad.

Page 80: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

80

CONCLUSIONES

A través del análisis de las notas necrológicas para el periodo de 1930 a 1950, se reafirmó

la importancia de los medios escritos en la difusión y consolidación del imaginario social,

los cuales partiendo de recursos socialmente difundidos -bagaje cultural, sentido común-

ayudaron a la continuidad, más que al cambio de las estructuras e imaginarios sociales. Así,

éste lapso que se caracterizó principalmente por la transformación de los proyectos

políticos y sociales, acompañados por la metamorfosis física y estructural de la ciudad, se

mostró desde la nota necrológica como un periodo de ambivalencia, donde a partir de

elementos relacionados a las prácticas funerarias, los habitantes capitalinos colocaron en

escena los componentes más tradicionales de la vida cotidiana.

La nota necrológica no fue ajena a las representaciones de las modas y los clichés que

circulaban entre los “ilustres capitalinos”. La muerte y la descripción del suceso sirvieron

de marco para el surgimiento, revaloración y legitimación de categorías, valores e ideas

sobre la vida, la moral y lo éticamente correcto, en fin, lo que contó con el aval y el

reconocimiento social.

Igualmente, la nota necrológica tendió a ser una radiografía del momento presente, reveló

los anhelos de “progreso”, el cambio de horizonte político, el surgimiento y valorización

de los saberes expertos y las relaciones de exclusión y mutua complementación entre las

ideas seculares y religiosas. Así mismo, dieron cuenta de los cambios en cuanto a la

composición de las clases sociales que experimentó la ciudad, de la mención de una

“aristocracia criolla”, compuesta por “los héroes y padres fundadores de la patria”,

Page 81: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

81

donde el valor, la lucha y el esfuerzo fueron las constantes para su reconocimiento social,

se pasó a sus descendientes que pertenecieron a los sectores comerciales, políticos y

religiosos de mayor importancia e influencia en el contexto local de aquellos días, quienes

complementaron la trascendencia de “la buena cuna” y “las buenas maneras” con el

dominio del dinero y de la preparación académica, elementos suficientes para continuar

determinando y categorizando lo social.

La ciudad que se construyó a través de la nota necrológica, correspondió a la Bogotá que se

consolidó como el principal centro político, cultural y de servicios del país; en el cual

permanecieron valores de la cultura tradicional de “los blancos de la colonia” y cuya

identidad estuvo ligada al mantenimiento de las tradiciones, la “cultura” del honor y del

orden.

Fue una ciudad tradicional en la medida que mantuvo ciertas diferencias sociales, culturales

y políticas imperantes desde la colonia, fue paternalista, clasista y racista, y ante todo

modernizadora, por cuanto incorporó nuevos elementos simbólicos de las élites dominantes

en Europa y los Estados Unidos.

Las notas necrológicas también pueden ser leídas como parte del andamiaje cultural que le

permitió a los bogotanos la posibilidad de mantener estructuras simbólicas básicas, que

garantizaron la continuidad de la comunidad, demostrando que hasta la muerte sirvió para

diferenciar simbólicamente a los bogotanos, pues las causas de ésta fueron distintas según

las clases y la interpretación e importancia de los decesos pasaron y se articularon por los

mismos filtros, - clase, género, edad-; no en vano se resaltó la diferencia en cuanto a los

Page 82: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

82

protagonistas como al contenido con respecto a la crónica roja y la ejemplificación de

territorios que fueron la antitesis de la ciudad soñada para este periodo: El Paseo Bolívar,

asociado a pobreza, ausencia de servicios públicos y foco de enfermedades no solo de tipo

físico sino también moral.

La nota necrológica nos mostró una ciudad que sufrió grandes precariedades en todos los

planos, especialmente en el higiénico y en el económico, una ciudad que anheló ser una

metrópoli culta y civilizada, a la altura de las grandes capitales europeas y norteamericanas,

pero que se enfrentó continuamente a realidades que con hechos desdibujaron todos los

imaginarios clasistas de sus élites.

Igualmente, aunque de forma esquemática, la nota necrológica mostró las imágenes que

circularon sobre lo que debía ser el hombre y la mujer capitalinos, el primero multifacético,

carismático y hábil orador, “caballero que con la misma versatilidad y honor empuñaría la

espada o tomaría la pluma”. El hombre en el periodo de 1930 a 1950, continuó siendo“el

héroe letrado” de los días de gloria de la patria, cuyos apellidos sirvieron de soporte a esa

sociedad tan fuertemente clasista como la capitalina. Sin embargo, personajes como Gaitán

demostraron que en este espacio ya se estaban generando cambios a nivel social entre los

cuales sobresalía la concepción de lo que debía ser el “hombre público”.

La segunda, la mujer capitalina, “ramillete de virtudes cristianas”, de belleza natural y con

incalculables cualidades sociales que le permitieron no solo ser el soporte de su esposo,

sino también el pilar ejemplar de su hogar, experimentó una serie de transformaciones, en

un ambiente político que le ampliaba sus derechos y la introducía a lo que sería las

Page 83: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

83

reivindicaciones de género que se dieron a lo largo de las décadas de los años de 1960 y

1970 en el país. Así, la imagen de esposa abnegada, madre ejemplar y ciudadana

destacada, se comenzó a complementar con el rol de la ciudadana trabajadora y mujer

académicamente preparada.

Las notas necrológicas de las élites capitalinas, permitieron evidenciar la construcción y

difusión de una forma de producción simbólica de lo sociedad, gracias a la cual los

hombres y las mujeres se identificaron como parte de una fracción especifica de la

ciudadanía, con sus creencias, roles y valores. Tanto la escogencia de las élites como la del

análisis de las notas necrológicas se consideraron ejes viables para el acercamiento al

panorama social, especialmente porque en éstos se encontró el espacio ideal para la

transmisión y reafirmación de los principios que configuraron la jerarquización, la

aceptación y reinterpretación de las nociones generadas sobre la vida cotidiana a partir de

la muerte en el contexto citadino.

A lo largo del texto, se ejemplificó el por qué de la escogencia e importancia del periodo

comprendido entre 1930 y 1950 para el estudio de la ciudad, ya que fue el espacio más

propicio para evidenciar la convivencia de ideas y procesos que se transformaban a

distintos ritmos. Por ejemplo: las lentas transformaciones que se dieron con relación a los

imaginarios religiosos, al igual que las ideas sobre los géneros y sus roles, como fue el caso

de las diferentes interpretaciones sobre la muerte que se encontraron entre “la gloria del

sepulcro” y la desgracia del “pudridero final”. Además, en esta época se presentaron

elementos coyunturales que involucraron la creación de nuevos proyectos de ciudad, las

Page 84: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

84

transformaciones del régimen de producción, al igual que los imaginarios políticos,

realzados en la ruptura representada por la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.

Un personaje como Gaitán, que contó con las características más valoradas para el periodo,

fue un ejemplo de los choques de los imaginarios sociales que intentaban abrirse nuevos

espacios de representación en una sociedad donde los apellidos y la “raza” contaban con

una gran valoración. Los funerales de Gaitán aparecieron entonces, como un caso sin

precedentes para el periodo, porque desarticularon toda la protocolización propia de las

practicas funerarias capitalinas, involucraron nuevos elementos como fue la presencia

masiva y sentida del “pueblo”, el cual pasó de ser un telón de fondo de los actos públicos, a

un sentido y enérgico protagonista. Los funerales de Gaitán fueron el ejemplo más

fehaciente que la Bogotá de este periodo no fue la misma de inicio a fin.

Sin embargo, quedan abiertas preguntas que impiden realizar un análisis más completo,

como son: ¿Por qué desapareció en 1946 la nota necrológica de la Revista CROMOS?,

¿Esta desaparición se debió al cambio de régimen político, como fue el ascenso al poder en

este mismo año del presidente conservador Mariano Ospina Pérez y la consecuente

radicalización de la Violencia, que acabó con un periodo de 16 años de hegemonía liberal?,

¿La revista desde su posición política liberal prefirió guardar silencio frente a los

acontecimientos y escoger el camino de la representación gráfica?, o ¿En la década de los

años de 1930 falleció la población más relevante para la capital?, ¿Se originan nuevos

proyectos sociales para los cuales ya no son validas formas de jerarquización como las que

se reafirmaron en las notas necrológicas?, o ¿El proceso de intensa violencia en la que se

sumergió el país volvió irrelevante la escritura de la nota necrológica? O por el contrario

Page 85: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

85

¿Excluyeron a la nota necrológica por respeto a sus lectores por la situación del país?, ¿La

desaparición de la nota implica un cambio en las actitudes e imaginarios que se generan en

los últimos años de la primera mitad del siglo XX de los cuales las honras fúnebres como

las de Gaitán ya eran síntomas?.

A pesar de las dudas anteriores, se puede concluir que la ciudad que se construye a través

de la nota necrológica para los años de 1930 a 1950, es una en la cual las clases sociales

están generando nuevos espacios y nuevas formas de apropiación de éstos; sin embargo

estas dinámicas están todavía fuertemente impregnadas por ideas, valores y principios

tradicionales, especialmente por los juicios implantados a partir de la fuerte diferenciación

entre las clases sociales creadas por las élites y articuladas a través de las instituciones

locales, formadas y administradas por ellas mismas. Con este panorama que se esbozó

desde la nota necrológica, Bogotá entró a la segunda mitad del siglo XX.

Page 86: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

86

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Abel, Christopher. 1987. “Política, iglesia y partidos en Colombia: 1886-1953”.

Bogotá. Universidad nacional de Colombia.

Ariès, Philippe. 1983. El hombre ante la muerte. Madrid : Taurus Ediciones.

Braun, Herbert. 1998. Mataron a Gaitán: Vida pública y violencia urbana en

Colombia. Bogotá: Norma.

Builes, Miguel Ángel. El manejo del cuerpo en contextos desritualizados. Inédito.

Calvo, Oscar Iván. 1998. El Cementerio Central: Bogotá, la vida urbana y la

muerte. Santafé de Bogotá: Tercer Mundo.

Cepeda, Álvaro. 1995. La muerte en la sociedad de consumo: almacenamiento y

empacotecnia de cenizas fúnebres. Bogotá: Universidad Javeriana.

Crowder, Constanza. “Crónicas de la Plata XIX/XX”, En

www.laplatamagica.com.ar/cronicas.htm, 15 de noviembre del 2003.

De Coulanges, Fustel. 1982. La Ciudad antigua. Madrid : Edaf. Ediciones.

Fairclough, N. 1989. Language and power. London and New York. Logman.

------------------. 1995. Critical Discourse Analysis. London. Logman.

Fundación Misión Colombia. 1988. “Siglo XX”. En Historia de Bogotá T.III.

Bogotá D.C: Salvat- Villegas editores.

Gutiérrez de Pineda, Virginia. 1975. Familia y cultura en Colombia: tipología,

funciones y dinámica de la familia: manifestaciones múltiples a través del mosáico

cultural y sus estructuras sociales. Bogotá: Colcultura.

Page 87: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

87

Latino, Simón .1922). “Crónica de Bogotá”. En revista Sábado Vol. 2 # 74. pp.

896 – 898. Medellín.

Llano Maria, Campuzano Marcela. 1994. La chicha una bebida fermentada a

través de la historia. Bogotá: Colcultura/ Cerec.

Mejía P, Germán Rodrigo. 1999. Los años del cambio: Historia urbana de Bogotá,

1820-1910, Santa Fe de Bogotá: CEJA.

Muñoz, Cecilia, Pachón Ximena. 2002. Réquiem por los niños muertos: Bogotá

siglo XX. Bogotá: Cerec/ Hogares Club Michin.

Niño, Álvaro. 2003. Espacio, historia y sentido: el semanalisis como historiografía

urbana. Bogotá D.C. Universidad Piloto de Colombia.

Noguera, Carlos, Álvarez Alejandro y Castro Jorge. 2000. La ciudad como

espacio educativo. Bogotá: Arango Editores.

Ocampo López, Javier. 1994. Historia Básica de Colombia. Bogotá: Plaza y Janes

Editores.

Ortega, Enrique 1931. Cementerios de Bogotá. Bogotá: editorial Cromos.

Osorio Lizarazo, José Antonio. 1978. Novelas y Crónicas. Bogotá: Instituto

Colombiano de Cultura.

Palacios, Marco. 2000. Entre la legitimidad y la Violencia, Colombia 1875-1994.

Bogotá: Norma.

Pearce, Jeanny. 1992. Colombia dentro del Laberinto. Bogotá: Altamir Ediciones.

Pedraza, Zandra. 1999. En cuerpo y alma: visiones del progreso y de la felicidad.

Bogotá: Universidad de los Andes.

Page 88: LA CIUDAD VISTA A TRAVÉS DE LA NOTA NECROLÓGICA: …

88

Pintos, Juan. 1994. Los imaginarios sociales, la nueva construcción de la realidad

social. En http://web.usc.es/~jlpintos/articulos/imaginarios.htm. 25 de septiembre

del 2003.

Ramírez Tobón, William. 2001. “La crónica roja en Bogotá” . En Historia Crítica

# 21. pp. 111- 126. Bogotá D.C: Universidad de los Andes.

Sagrada congregación para el culto divino. 1971. Ritual de las exequias:

reformado según los decretos del concilio Vaticano II, aprobado por el episcopado

colombiano y afirmado por la Sagrada congregación para el culto divino. Bogotá.

Urrego, Miguel .1997. Sexualidad, matrimonio y familia en Bogotá 1880-1930.

Bogotá: Ariel Editores.

Vázquez Medel, Manuel Ángel, La prensa escrita y la construcción social de la

realidad. En www.cica.es/aliens/gittcus/licsr.htm, 26 de septiembre del 2003.

Zambrano Pantoja, Fabio Roberto.2002. “De la Atenas suramericana a la Bogotá

moderna: la construcción de la cultura ciudadana en Bogotá”. En Revista De

Estudios Sociales #11. pp. 9-16. Bogotá: Universidad de los Andes/ Fundación

Social.

Revista CROMOS. 1930-1950: Bogotá.

Periódico EL TIEMPO. 1930-1950: Bogotá.