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Estudios Turísticos, n." 122 (1994), pp. 41-51 Instituto de Estudios Turísticos D. G. de Política Turística LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE. APORTACIÓN AL PATRIMONIO PREHISTÓRICO DE MADRID: UN FUTURO POR CONSERVAR José Luis Bozal' y Nieves Serrano 2 Resumen: Aprovechando el ejemplo de Madrid, se realiza una revisión de los problemas de medio ambiente y de patrimonio cultural que ha experimentado cualquier gran ciudad en su desarrollo. Se hace un énfasis especial en el importante patrimonio prehistórico de Madrid y su vulnerabilidad frente a los desarrollos urbanísticos del territorio metropolitano. Concluye insistiendo en la necesidad de una planificación del territorio integral, pluridisciplinar y sistémica buscando el nuevo equilibrio ecológico (ECOSTASIS). Abstract: With Madrid as an example, a thorough study is carried out of the environmental and heritage problems suffered by all growing cities. Special emphasis is made on Madrid's ¡mportant prehistoric heritage and its vulnerability in contrast to the urban town planning. Finally it insists on the need for an integral, pluridisciplinary and systematic territory planning, in an attempt to achieve a new ecological balance. 1. INTRODUCCIÓN La conservación del medio ambiente im- plica en sí misma la conservación del patri- monio cultural; así se desprende de la defi- nición que proporciona la Convención Internacional para la Protección del Patri- monio Mundial (París, 1972), donde se re- ferencia a los dos polos que componen esta acepción, patrimonio natural y patrimonio cultural. En esta misma línea es importante tener en cuenta que todo lo que suponga protec- ción y conservación del patrimonio cultural realza y asegura el turismo, desde cualquier vertiente, que se quiera interpretar. Dentro del amplio término de Patrimonio cultural, vamos a ceñirnos a aquel que hace referencia a los inicios del hombre, esto es, al Patrimonio prehistórico. Esta parte del Patrimonio tiene sus propias características especiales a medio camino entre territorio y lo que entendemos por patrimonio cultural visible. Se trata de la conservación y mues- tra tanto de los restos materiales como de las formas de vida, de la concepción social, de la estructura política, etc., de los prime- ros hombres. No tenemos en cuenta que aquellos rasgos, ahora tan alejados en el tiempo, han configurado nuestra propia so- ciedad, nuestros adelantos técnicos... Es importante la reconstrucción de la 1 Director General de la Escuela de Organización Industrial (EOI). Miembro del Consejo de Dirección de la Escuela Oficial de Turismo. : Profesora del Área de Gestión Medioambiental de la EOI. Licenciada por la Universidad Autónoma de Madrid en la sección de Geografía e Historia, división de Prehistoria y Arqueología. 41

LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE. … · José Luis Bozal y Nieves Serrano monio prehistórico de Madrid, íntimamente unido al problema de la destrucción y con-servación del

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Estudios Turísticos, n." 122 (1994), pp. 41-51Instituto de Estudios TurísticosD. G. de Política Turística

LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE.APORTACIÓN AL PATRIMONIO PREHISTÓRICO DE MADRID:

UN FUTURO POR CONSERVAR

José Luis Bozal' y Nieves Serrano2

Resumen: Aprovechando el ejemplo de Madrid, se realiza una revisión de los problemas de medio ambiente y de patrimonio cultural queha experimentado cualquier gran ciudad en su desarrollo.

Se hace un énfasis especial en el importante patrimonio prehistórico de Madrid y su vulnerabilidad frente a los desarrollos urbanísticos delterritorio metropolitano.

Concluye insistiendo en la necesidad de una planificación del territorio integral, pluridisciplinar y sistémica buscando el nuevo equilibrioecológico (ECOSTASIS).

Abstract: With Madrid as an example, a thorough study is carried out of the environmental and heritage problems suffered by all growingcities.

Special emphasis is made on Madrid's ¡mportant prehistoric heritage and its vulnerability in contrast to the urban town planning.Finally it insists on the need for an integral, pluridisciplinary and systematic territory planning, in an attempt to achieve a new ecological

balance.

1. INTRODUCCIÓN

La conservación del medio ambiente im-plica en sí misma la conservación del patri-monio cultural; así se desprende de la defi-nición que proporciona la ConvenciónInternacional para la Protección del Patri-monio Mundial (París, 1972), donde se re-ferencia a los dos polos que componen estaacepción, patrimonio natural y patrimoniocultural.

En esta misma línea es importante teneren cuenta que todo lo que suponga protec-ción y conservación del patrimonio culturalrealza y asegura el turismo, desde cualquiervertiente, que se quiera interpretar.

Dentro del amplio término de Patrimoniocultural, vamos a ceñirnos a aquel que hacereferencia a los inicios del hombre, esto es,al Patrimonio prehistórico. Esta parte delPatrimonio tiene sus propias característicasespeciales a medio camino entre territorio ylo que entendemos por patrimonio culturalvisible. Se trata de la conservación y mues-tra tanto de los restos materiales como delas formas de vida, de la concepción social,de la estructura política, etc., de los prime-ros hombres. No tenemos en cuenta queaquellos rasgos, ahora tan alejados en eltiempo, han configurado nuestra propia so-ciedad, nuestros adelantos técnicos...

Es importante la reconstrucción de la

1 Director General de la Escuela de Organización Industrial (EOI). Miembro del Consejo de Dirección de la Escuela Oficial de Turismo.: Profesora del Área de Gestión Medioambiental de la EOI. Licenciada por la Universidad Autónoma de Madrid en la sección de Geografía

e Historia, división de Prehistoria y Arqueología.

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Historia porque de esta manera reconstrui-mos la propia vida humana. La pérdida o lanegligencia en tratar datos que están rela-cionados con el pasado del hombre destru-yen parte de la evolución de la Humanidad.

Este hecho se traduce en un vacío de lossentimientos más humanos: si no somos ca-paces de valorar nuestro propio pasado, nosomos capaces de valorar los cambios delpresente. El hombre se humaniza si com-prende su evolución.

Son frecuentes los rasgos que hoy día, demanera cotidiana, utilizamos y son vesti-gios del pasado más remoto de la Humani-dad: el género en el lenguaje es un claroejemplo de la mentalidad animista de losprimeros hombres.

El Patrimonio prehistórico madrileño,como parte que conforma el conjunto debienes que llamamos Medio Ambiente, su-fre una situación de deterioro producida nosólo por las causas que los medios de comu-nicación nos recuerdan, sino por otras pro-pias que parten del desconocimiento que setiene del mismo.

Es imposible apreciar lo que no se cono-ce, lo que no se percibe por los sentidos. Nose conoce, entre los propios madrileños,que la región de Madrid es una de las másimportantes estaciones de asentamiento hu-mano en los inicios del Paleolítico (hacemedio millón de años aproximadamente).

Esta situación de permanecer así imposi-bilita el conocimiento de las raíces propias auna gran mayoría de la población, además

de impedir que revierta en recursos benefi-ciosos esta riqueza que se mantiene oculta,y de esta manera podría ayudar a nuevas in-vestigaciones.

En un yacimiento prehistórico cualquierpieza que sea sacada del contexto donde seencuentre originariamente pierde parte desu valor informativo, pues ya no proporcio-na su edad.

Esta misma situación que actualmente sevive en la ciudad de Madrid y su área me-tropolitana es perfectamente extrapolable amuchas de las ciudades que están situadascerca de cursos de agua, elemento impres-cindible para la vida, y hayan conocido unpoblamiento continuado.

Es tarea de todas las administraciones yorganismos competentes la protección delPatrimonio ante actuaciones directas sobreel medio donde se localizan, perceptible oimperceptiblemente, restos del pasado delhombre; pero fundamentalmente es unacuestión educacional.

Este término debe ser entendido en senti-do amplio no sólo por su inclusión en los li-bros de texto, sino como exposición perma-nente al gran público, que hace que puedaser reconocido y valorado; para ello es pre-ciso promover la sensibilidad de la pobla-ción, facilitando su acercamiento al medioambiente, de un modo compatible con suconservación.

En esta conferencia se va a revisar la si-tuación y evolución histórica del problemade la destrucción y conservación del patri-

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monio prehistórico de Madrid, íntimamenteunido al problema de la destrucción y con-servación del medio ambiente de esta granciudad, y analizando los impactos del turis-mo. Se pretende que sirva de ejemplo deesta problemática común a todas las gran-des ciudades, cuyo desarrollo acelerado haprovocado un fuerte deterioro del medio-ambiente y destrucción, en muchos casosinadvertida, del patrimonio prehistórico.

En las conclusiones se apuntan algunosprincipios que ayudan a corregir dicha si-tuación.

2. SITUACIÓN GEOGRÁFICA

La región madrileña se encuentra en elcentro de la Península Jbérica. Está elevadasobre el nivel del mar unos 600 metros dealtitud como media, siendo su altura máxi-ma de 2.428 metros, y en tan sólo 50 kiló-metros de distancia pasa a una altitud queno supera los 600 metros.

Su geografía se compone de serranía, laSierra de Guadarrama, en el borde noroeste,desde la que corre una serie de cuencas flu-viales, ligeramente escalonadas, cruzadaspor torrenteras ocasionales y cuencas fijasque discurren hacia la búsqueda de la depre-sión del Tajo, en el sur de esta región.

La villa de Madrid, capital del Estado de-finitivamente desde 1605, fue fundada enuna de las terrazas del río Manzanares. Ma-drid inició el presente siglo siendo una ciu-dad administrativa relativamente pequeña(728.937 habitantes en un área de 402,5

hectáreas). En las dos primeras décadas delsiglo xx comienza el desarrollo de los arra-bales, con la consiguiente expansión de laurbe. Se produce un crecimiento rápido delos barrios modernos que rodean al centro.

Este crecimiento se produce de maneradesordenada, sin planificación, procurandoun techo urgente, pero sin contemplar unasmínimas medidas de ordenación urbanís-tica.

A partir de los años cincuentaO, Madridsufre el típico proceso de crecimiento degran ciudad. Se convierte en un gran focode atracción para inmigrantes que buscabanmejorar sus condiciones de vida.

Como consecuencia, el crecimiento de laciudad fue vertiginoso; ejemplo de ello es laanexión o absorción de hasta trece munici-pios por el de Madrid, pasando a ser barriosde la ciudad.

De nuevo la característica primordial deeste crecimiento es la anarquía urbanística,donde ahora se conjugan en una mismazona las construcciones de viviendas enbloques de varias alturas con las tradicio-nales construcciones bajas de aquellas vi-viendas que correspondieron a otros pue-blos.

Este ansia desmesurada por encontrar si-tio produjo un abuso de urbanización desuelos que por su riqueza hubieran tenidomucho mayor valor medioambiental: las te-rrazas de los ríos, fértiles terrenos de culti-vo, etc. Además, se caracteriza por el creci-miento en su periferia de cinturones

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industriales sin planificación urbanística,originando de esta manera la aglomeraciónde viviendas en poco espacio y un notabledesorden en los equipamientos y el paisaje.

Ahora es característica una dualidad con-trapuesta en las zonas de ampliación urba-na: por un lado, destacan las ciudades-jar-dín, con grandes superficies verdes yviviendas unifamiliares, y por otro, o lasdescomunales ciudades-dormitorio, que esen lo que se convierten muchos municipiosde la corona metropolitana.

Gran parte del crecimiento de la ciudadse originó en torno a las vías de comunica-ción por diversos motivos, pero principal-mente porque eran zonas de fácil acceso ypor ser éstas donde se situaron los más im-portantes cinturones industriales.

La región de Madrid ha estado condicio-nada en su desarrollo por la ciudad, y porello ha sufrido y sufre una evolución enca-minada al crecimiento, que en muchos casosha estado falto de planificación. Muchos delos pueblos que se encontraban en las inme-diaciones de Madrid fueron absorbidos porla capital en la década de los cincuenta.Otros municipios que hoy pertenecen al áreametropolitana son ciudades dormitorio, con-servando muy poco del municipio que fueen otros tiempos. Y son frecuentes los pue-blos, principalmente en la vertiente de la sie-rra, donde el crecimiento se debe a las cons-trucciones de segunda residencia.

El territorio sólo se consideró como sola-res-soporte sobre los que construir, nuncacomo medio natural a preservar. En el me-

jor de los casos, la planificación realizó unadistribución funcional de solares sin ningúnrespeto al ecosistema.

3. EL MEDIO AMBIENTE EN ELÁMBITO DE MADRID

En la Comunidad de Madrid son muchosy variados los tipos de paisajes y la vegeta-ción que podemos encontrar. Separando losdos tipos de relieve propios, esto es, Sierray Cuenca, encontramos paisajes muy varia-dos adaptados al relieve, la topografía, elsuelo y las condiciones climáticas. Asípues, es propio de la Comunidad de Madridencontrar un amplio abanico florístico quecomprende tanto el bosque mediterráneo,ejemplificado en el Monte del Pardo, comoel bosque atlántico, representado en el Ha-yedo de Montejo, pasando por toda la varie-dad de paisajes intermedios: campo de ce-real, páramo, valle de río...

Es importante tener en cuenta la impor-tancia que adquiere para Madrid ciudad lariqueza de vegetación en su entorno más in-mediato. Quizá sea ésta la única capital eu-ropea que pueda disfrutar de esta variedadpaisajística y de vegetación en su cinturón.El ya citado Monte del Pardo linda con Ma-drid; la Casa de Campo está dentro de sutérmino municipal, y éstos son sólo dosejemplos.

Al mismo tiempo que la ciudad de Madridcrecía de manera desproporcionada por lasoleadas de inmigrantes que recibía, el entor-no natural ha ido sufriendo en sí mismo esastransformaciones y sus consecuencias.

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Si bien es cierto que el desarrollo de lasciudades no está reñido con la conservacióny respeto del medio ambiente, no se entien-de así en muchas ocasiones. A lo largo delpresente siglo son frecuentes los ejemplosdonde se manifiesta, de forma rotunda, estadestrucción en aras del "desarrollo indus-trial".

En materia medioambiental se puede ob-servar un deterioro de raíces históricas,donde se descubre cómo la conciencia ini-cial de contar con recursos ilimitados era laque respondía a la idea de que la naturalezaestá al servicio del hombre, y esto le da de-recho a utilizarla a su propio antojo, sin elmás mínimo respeto, ni por la naturaleza ensí misma ni por las generaciones humanasvenideras. Esta concepción explica el abusocometido. Al concepto actual de desarrollosostenible hay que añadirle la adaptación alecosistema local.

El crecimiento de Madrid provoca un de-terioro en el medio ambiente: la construc-ción urbanística, el desarrollo industrial, elincremento poblacional, con los consi-guientes vertederos incontrolados y verti-dos a los ríos... Estas actuaciones son degra-dantes tanto del suelo como del paisaje y delos restos prehistóricos. El daño que se haproducido es irreparable, resultando impo-sible imaginar cuál era la calidad medioam-biental a principios de siglo.

En el caso de Madrid, es importante des-tacar la explotación salvaje de graveras enlas terrazas de los ríos, principalmente losde la depresión del Tajo, caracterizados porsus cuencas sedimentarias, muy favorables

para la obtención de áridos (gravas, arenas)fundamentalmente para la industria cons-tructora. Pero las terrazas de los ríos sonimportantes, pues en ellas se encuentran losprincipales asentamientos del patrimonioprehistórico: éstos eran los lugares elegidospor los primeros hombres para asentarse. Ysu destrucción conlleva pérdida medioam-biental y cultural.

Esta actitud de falta de cuidado ha sidoparcialmente corregida en los últimos añosgracias a la aparición de nuevas normas y ala presión social que se aprecia en el discur-so político de estos tiempos; es, por ello,que desde las instancias administrativas hahabido una toma de conciencia sobre la des-trucción del medio ambiente, y lo que esmás importante, la enorme necesidad deprotegerlo por considerarlo ahora un bienmuy preciado.

Existe verdadera preocupación por estostemas, lo que conlleva cambios legislativospara llevar a cabo esta preservación, po-niendo en práctica modelos de proteccióndel medio ambiente como es la ley 10/1991,de 4 de abril, de la Comunidad de Madrid;amparada en esta ley, se crea la obligaciónde construir depuradoras de aguas residua-les para aquellas poblaciones que tenganuna entidad de más de diez mil habitantes.Es por esta razón que en los últimos añoshan surgido tanto en la capital como enotros municipios de la Comunidad Autóno-ma un tratamiento de aguas mucho mayorque la observada hasta la década de losochenta.

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4. SITUACIÓN DEL PATRIMONIOPREHISTÓRICO MADRILEÑO

En muchas ocasiones perdemos la ideaprimigenia del concepto de Patrimonio,pues con este término no sólo se hace refe-rencia a los monumentos erigidos en unaetapa cultural o para evocar a un personajehistórico. Patrimonio es mucho más, estodo aquello que nos permite acercarnos alconocimiento del hombre en otras etapaspasadas, bien a través de sus escritos —losfondos de las bibliotecas son patrimonio—,bien a través de sus inventos y descubri-mientos —la ciencia es patrimonio—, bienpor las huellas del pasado que guarda la tie-rra en su seno —la arqueología busca el pa-trimonio de la humanidad.

Todo resto arqueológico representa undocumento histórico del pasado que, inde-pendientemente de su posible valor artísticoo económico, permite reconstruir con todaobjetividad las actividades y la vida de loshombres a los que corresponde.

El Patrimonio cultural histórico del hom-bre está dividido en tantas etapas evolutivascomo las que ha ido experimentando desdehace millones de años: desde el principiodel desarrollo evolutivo de los homínidos.

África ha proporcionado, hasta el mo-mento, los restos más antiguos de homíni-dos. Desde estas tierras se extienden al restodel mundo, pero aún hoy no se sabe conprecisión cuáles fueron las rutas que se uti-lizaron para el poblamiento de Europa.

Son muchos los investigadores que afir-

man que el poblamiento europeo se realizópor la lengua de tierra que une África conAsia, y desde allí y con dirección Este-Oes-te, se extendió por el continente europeo.

Sin embargo, actualmente son cada vezmás los estudiosos del tema que ven en elEstrecho de Gibraltar el paso utilizado porel homínido africano para alcanzar tierraseuropeas, y de esta manera cruzando la Pe-nínsula Ibérica, en el centro de la cual se en-cuentra Madrid; esta teoría comienza a sercorroborada por los hallazgos de los últi-mos años en zonas de Andalucía y otras zo-nas peninsulares.

En grandes líneas, dividimos la historiadel hombre en dos grandes etapas: laprehistoria y la historia. Cuando hablamosde prehistoria nos referimos a un período detiempo mucho más amplio que el que abar-ca la historia, pero se suele tratar, paradóji-camente, muy de pasada. La prehistoriaabarca tres millones de años, mientras quelo que conocemos como historia comienzahace cinco mil años.

Se divide la prehistoria en dos grandesetapas: el Paleolítico y el Neolítico, edad delos metales.

En el Paleolítico, o edad de la piedra anti-gua, que duró un millón ochocientos cin-cuenta mil años, los hombres son nómadasy viven de la recolección, la caza y la pesca.Sus herramientas de trabajo son de piedra.Se agrupan en bandas que se mueven a lolargo de los ríos. Todas las cuencas fluvialestienen restos de la ocupación de estos hom-bres.

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Es durante la última etapa del Paleolítico,el Paleolítico Superior, cuando el homo sa-piens sapiens, esto es, el hombre actual, de-muestra unos mayores avances: ahora ya escapaz de utilizar otros materiales para fabri-carse útiles: el hueso, la madera... Incluso escapaz de realizar acciones que inicialmenteno son productivas: ejemplo de ello son laspinturas rupestres en multitud de cuevas; elhombre ya tiene un sentido artístico.

En el Neolítico, o edad de la piedra nue-va, se inicia una nueva forma de vida, puescon el descubrimiento de la agricultura yganadería los hombres se establecen en po-blados, creándose las incipientes caracterís-ticas de las sociedades actuales: se producey se almacena, y con ello aparece el comer-cio, la sociedad se estratifica y comienzanlas primeras civilizaciones.

Madrid ofrece una gran riqueza de yaci-mientos, pues la región madrileña es una delas estaciones paleolíticas más importantesde Europa por lo favorable del clima, dondeno afectaron las glaciaciones, exceptuandola última y más rigurosa de la que quedanrestos en el circo de Peñalara (Sierra deGuadarrama), pero en las llanuras y vallesno llegó a formarse hielo.

Además, es un terreno favorecido por laabundancia de cauces fluviales, tan impor-tante en la vida del hombre. La gran mayo-ría de asentamientos conocidos se localizanal aire libre y en la mayoría de las terrazas(escalones separados unos de otros por talu-des, y cada uno representa una edad relativadel río) de los ríos que forman la red hidro-lógica de la Comunidad.

La región madrileña en la etapa prehistó-rica, fue muy favorable para el habitat, ade-más de por los datos ya mencionados, por loabundante de la vegetación y la fauna pro-pia de estos hombres: mamut, caballo...Eran muy pocos los hombres que compo-nían cada clan, y aunque son varios losasentamientos que se conocen, correspondí-an a los mismos grupos, siendo lugares dehabitat estacionales. El hombre prehistóricovivía según la estación climática en distin-tas partes de la región madrileña, siendoprácticamente toda ella favorable para suasentamiento.

Fue en las terrazas de uno de estos ríos, elManzanares, donde se localizaron los pri-meros vestigios de la ocupación del hom-breen este período, ya a mediados del si-glo xix. Desde este momento se inició unaintensa labor de estudio, investigación yconservación de estos restos que tantos da-tos aportan sobre el pasado de la humanidad.

Durante las dos primeras décadas del pre-sente siglo son varias las personalidades derenombre internacional quienes se interesa-ron por los hallazgos que seguían sucedién-dose en las tierras madrileñas. Incluso sellegó a crear un Instituto para el estudio dela prehistoria en Madrid.

Todo este interés por el pasado de nuestraregión quedó truncado con la Guerra Civil(1936-39). Es a partir de este momentocuando se interrumpe la intensidad en el es-tudio y conservación de los restos prehistó-ricos, pues aunque se han realizado traba-jos, éstos no han tenido la repercusión delos estudios iniciales.

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Bien es cierto que desde que se creó laComunidad Autónoma de Madrid en la dé-cada de los ochenta se ha intentado protegerlegislativamente zonas propicias a encerraren su subsuelo restos de la presencia delhombre.

El patrimonio prehistórico, como es fácilobservar por el desarrollo de la ciudad y eluso del territorio, ha sido, en gran parte,destruido. Aunque se han creado mecanis-mos para la protección de yacimientos, to-davía hoy el sistema de conservación esprecario.

Actualmente se conoce un gran númerode yacimientos y estaciones paleolíticas yprehistóricas en general, pues se ha poten-ciado la investigación procurando llegar azonas que no se habían estudiado hasta aho-ra, como es la zona norte; en concreto, elcauce del río Guadalix. Pero no por ello sehan descuidado zonas importantes como losareneros de las zonas más industrializadasde la Comunidad, que corresponden con loscauces del Jarama, el Henares, el Manzana-res, y donde tradicionalmente se conocieronlos primeros vestigios.

5.. TURISMO

Al ser la capital del país, Madrid siempreha sido lugar de paso obligado para los visi-tantes nacionales y extranjeros.

En el siglo xix, los románticos europeosy americanos vuelven sus ojos hacia Espa-ña, y los relatos y estampas de los viajerosque recorren nuestro país empiezan a difun-

dir una imagen romántica en el exterior, ali-mentando una leyenda que empieza a atraerlo que podríamos llamar un incipiente tu-rismo.

Las descripciones de Madrid resaltan ras-gos que siguen definiendo a la capital y queconstituyen, también hoy, parte de su atrac-tivo: el bullicio, la animación, las tertulias yel alargar la noche hasta altas horas de lamadrugada.

En el año 1911 se crea la Comisaría Regiade Turismo, que en el año 1928 se transfor-ma en el Patronato Nacional de Turismo, loque refleja la preocupación de las au-toridades de entonces por esta naciente in-dustria y su deseo de regularla y proteger losatractivos turísticos, históricos y naturales.

A principios de siglo se construyen enMadrid los hoteles Ritz y Palace, eviden-ciando cómo la capital, aunque lejana ypeor comunicada que otras, ya ha entrado aformar parte de las rutas turísticas de laépoca.

El verdadero boom turístico de Madridsurge, como en el resto de España, a finalesde los años cincuenta y durante los sesenta,cuando el turismo europeo y americano em-piezan a venir masivamente.

Madrid es una ciudad que recibe un turis-mo muy variado a lo largo de todo el año, locual rompe la típica estacionalidad (SemanaSanta y vacaciones de verano) del turismoen otros lugares. En Madrid, la temporadaturística empieza en marzo y dura hastaprincipios de noviembre. La temporada alta

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es en los meses de septiembre, octubre yprincipios de noviembre, cuando ya hanpasado los rigores de la canícula y es ademáscuando viene el turismo de mejor calidad.

El turismo de Madrid es, principalmente,cultural y profesional. Normalmente, loscircuitos turísticos que recorren España pa-san dos o tres días en Madrid para visitar laciudad y otras ciudades de interés, a las quese llega fácilmente desde aquí. Este entornohistórico es también parte del atractivo deMadrid como ciudad de congresos.

6. ATRACTIVOS TURÍSTICOSDE MADRID

Madrid es hoy día una capital moderna,bien comunicada y con buenos serviciosque sorprende al visitante por la belleza desus edificios, calles y plazas y la de sus mo-numentos.

El principal atractivo turístico de Madrides, indudablemente, el Museo de El Prado,el cual, en palabras de un antiguo director,es la pinacoteca con mayor número de obrasmaestras por metro cuadrado del mundo.

El polo de atracción que ejerce El Pradose ha reforzado con otros museos: el ReinaSofía y la colección Thyssen.

El Palacio Real de Madrid es tambiénmuy visitado y constituye una sorpresa parael visitante por su grandiosidad y riqueza.

Además, Madrid cuenta con casi noventamuseos, colecciones y monumentos, entrelos que destacan el Monasterio de las Des-

calzas Reales, el Museo Arqueológico Na-cional, la Real Fábrica de Tapices y el Mu-seo Lázaro Galdiano.

Desde Madrid se llega fácilmente a otroslugares de gran interés histórico y artístico:en la provincia de Madrid está el Monasteriode El Escorial y los palacios de El Pardo yAranjuez y el pueblo de Chinchón, conocidopor su plaza mayor circular, en la que, comoantaño, aún se celebran corridas de toros.

Fuera de la provincia, pero próximas gra-cias a los medios de transporte, están lasciudades de Toledo, Ávila y Segovia, decla-radas por la Unesco Patrimonio de la Hu-manidad, y visitas obligadas para el queviene a Madrid.

Aparte de los atractivos histórico-artísti-cos en Madrid, se pueden practicar los de-portes de nieve (en la sierra de Guadarrama)y de agua (en los pantanos que rodean la ca-pital).

El turismo profesional es también impor-tante. Madrid es una ciudad de ferias y con-gresos, con una excelente capacidad hote-lera. Madrid cuenta con un Palacio deCongresos, que albergó el año pasado, entreotras importantes reuniones, el CongresoMundial de la Energía. Entre las ferias in-ternacionales que se organizan en Madrid,destacan precisamente Fitur, Feria Interna-cional de Turismo.

Desde otros puntos de vista, Madrid estambién una ciudad de gran atractivo en laque se puede uno divertir hasta altas horasde la madrugada y en la que se puede uno

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quedar atrapado en un embotellamiento ¡alas dos de la mañana!

7. TURISMO ALTERNATIVO

Se ha desarrollado en los últimos años uncompleto programa de visitas de la ciudad,en las que se presta atención a los lugaresque normalmente no se visitan y que, inclu-so, los propios madrileños desconocen.

Senderismo y bicicleta de montaña. Eldeseo de escapar de la ciudad y disfrutar dela naturaleza "en vivo" ha hecho que surjanempresas especializadas en recorrer la sie-rra de Madrid a pie o en bicicleta.

Turismo ecuestre. Es una variedad algomás aventurera que las anteriores.

Turismo rural. La Comunidad Autónomade Madrid apoya este tipo de turismo, alo-jándose en casas de pueblos pequeños, locual, constituye al tiempo un modo de desa-rrollar las zonas más pobres de la provincia.

Turismo prehistórico. Madrid tiene unrico patrimonio prehistórico al que se le haprestado poca atención, con el agravante deque muchos restos arqueológicos han que-dado sepultados por la ciudad. Únicamenteen el Museo Municipal y en el Museo Ar-queológico Nacional puede uno hacerseidea de este patrimonio.

8. CONCLUSIÓN

Hasta ahora, aprovechando el ejemplo deMadrid, se ha realizado una revisión de los

problemas de medio ambiente y de patrimo-nio cultural que ha experimentado cualquiergran ciudad en su desarrollo. El fenómenode la urbanización de nuestras sociedadesse ha producido y se produce en todo elmundo.

Ese fenómeno ha consistido hasta ahoraen un proceso de utilización del terreno sólocomo soporte físico de casas, industrias,mercados, carreteras, trenes, aeropuertos,parques... En el mejor de los casos, se harealizado planificación de esos espacios, enotros simplemente se han amontonado per-sonas provenientes del campo en suburbios,arrabales, favelas, bidonvilles...

En ambos casos, la urbanización ha pres-cindido del territorio en su plena dimensiónde ecosistema, donde convive el hombrecon vegetación, con fauna, con historia, conprehistoria, en resumen, con vida presente,pasada y futura. Un ecosistema donde exis-te un equilibrio, delicado equilibrio, quehay que modificar, pero nunca, nunca, des-truir. Hay que reencontrar la homeostasisecológica de la zona. Ese es el nuevo objeti-vo de la planificación de las grandes ciuda-des y de su entorno, recuperar no su equili-brio anterior, sino su equilibrio nuevo, através de un nuevo concepto extraído delmundo biológico, el de la homeostasis eco-lógica, la ecostasis

La planificación del territorio debe ser in-tegral, pluridisciplinar, sistémica, total y nomás urbanística, entendida como solares-soporte de actividades económicas huma-nas.

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Si somos capaces de transmitir ese con-cepto como valor cultural a nuestras socie-dades habremos dado un gran paso en suaplicación.

Algunos pensarán que eso exige recursoseconómicos de los que no se disponen, yeso no es cierto. El desarrollo destructivodel territorio que se vive o se ha vivido enlas grandes ciudades se debe más a los pro-cesos económicos especulativos sobre elsuelo que al volumen de recursos económi-cos necesarios para un desarrollo dentro dela "ecostasis". La capacidad de conservar elequilibrio con el medio es más un problemade valores culturales, buenas normas regu-ladoras apoyadas en estudios integrales ygestión pública que de recursos económi-cos. El no hacerlo así es a la larga muchomás costoso económicamente si no se haconvertido en irreversible. Para aquellosque se hallan en países con procesos de cre-cimiento urbanístico desmedido, espero quela experiencia de otros les ayude en la con-cienciación de la toma de medidas. Para losque se hallan en países donde el crecimientourbanístico ya se ha detenido espero queadopten medidas correctoras.

En ambos casos, el turismo demandacada vez más ese respeto a la "ecostasis", ycomo es uno de los ingredientes del cócteldel territorio debe colaborar con sus recur-sos económicos en el mantenimiento de losequilibrios locales.

Probablemente la ecostasis en las grandesciudades sea una utopía, pero como todautopía debe ser un ideal al que aproximarse.

Me gustaría acabar agradeciéndoles suatención y rogándoles que ayuden a difun-dir estos conceptos y en particular la sensi-bilidad respecto al patrimonio prehistóricotan fácil de destruir inadvertidamente.

Mi agradecimiento a Mauricio Macarrónpor su contribución en el turismo en Madridy a Fernando Prats por sus sugerencias.

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