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PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO PIUBAD Página 1 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA. Abordaje sucinto de tres etapas recientes y elementos para la definición de una estrategia -PRIMERA PARTE- Elaborado por Lic. José Villadeamigo Octubre 2011 ///Versión para discusión///

LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN … 5 Simposio.pdf · Sin embargo, debe señalarse que, también, se adoptaron algunas concepciones sesgadas y simplistas como las

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PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO

PIUBAD Página 1 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA.

Abordaje sucinto de tres etapas recientes y elementos para la definición de una estrategia

-PRIMERA PARTE-

Elaborado por Lic. José Villadeamigo

Octubre 2011

///Versión para discusión///

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―More often individuals acting separately to promote their own ends are too

ignorant or too weak to attain even these. Experience does not show that

individuals, when they make up a social unit, are always less clear-sighted than

when they act separately‖

John Maynard Keynes, J. M. Keynes, The end of Laissez Faire, Hogarth Press, 1926;

London, [1926], Page 287-8

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo, en esta primera parte, aborda en forma sucinta la cuestión de las

limitaciones del modelo ISI en Argentina, la discusión a que ello diera lugar a fines de los ‗60

con la finalidad de identificar y escoger la estrategia de industrialización que permitiría

superarlas. Además, se observan los efectos generados sobre el proceso de industrialización

durante los años 1973-86 y los ‘90, las políticas macroeconómicas de carácter ortodoxo

implantadas y que implicaron, de facto, la adopción de una estrategia de industrialización

conducida, en varios aspectos, por el mercado. O, al menos, que estuvieron de acuerdo a una

concepción afín a las postulaciones de corte liberal en cuanto al tratamiento de las relaciones

comerciales y financieras con el exterior, del mercado de trabajo y del sector público. A ello

se agrega una selección de enfoques teóricos vigentes acerca de la industrialización como

elemento significativo de las políticas de desarrollo a aplicar en los PED.

Debe remarcarse que el tratamiento de estas cuestiones enfocó sólo algunas de las variables

consideradas por los estudios dedicados a la industrialización, en general y a la Argentina, en

particular. Y que el trabajo complementa lo tratado en los cuatro Simposios PIUBAD en los

meses de Mayo, Junio y Julio de 2011.

En la segunda y tercera partes de este trabajo, se incluirán otras variables importantes en el

proceso de industrialización, no tratadas aquí o examinadas en forma muy acotada, y se

discutirán las estrategias, someramente expuestas en el punto III.3 de esta primera parte.

Finalmente, se pretende tratar el tema de las ramas de actividad a considerar como factores

importantes para continuar la industrialización argentina bajo condiciones de competitividad

y las modalidades posibles para encarar la cuestión del fomento manufacturero.

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INDICE

I. Premisas centrales

II. La industrialización y el Desarrollo Económico

III. Rememoración sucinta de tres etapas recientes en materia de industrialización en

Argentina

III.1 Las limitaciones del modelo ISI y las estrategias de industrialización en Argentina

III.2 La industrialización en los períodos 1976-83 y 1989-2001: Su base teórica y sus

resultados

III.3 La recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias. IV. Elementos para la selección de una estrategia de industrialización y deducciones

preliminares. IV.1 La Industrialización en el Proceso de Desarrollo Económico

IV.2 Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización

IV.2.1 La visión teórica de raíz estructuralista IV.2.2 El enfoque de la capacidad tecnológica

IV.2.3 La preeminencia de la IED

IV.2.4 La postura de las restricciones limitantes y la Reforma macroeconómica

IV.2.5 Algunos enfoques heterodoxos sobre el crecimiento y su significación para la estrategia

de industrialización

IV.2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos

IV.3 Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI

IV.4 Deducciones preliminares

IV.4.1 El Rol del gobierno

IV.4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización

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I) PREMISAS CENTRALES

La industrialización está enmarcada en el proceso de desarrollo económico.

El avance de la industrialización se concibe como resultante del accionar del sector privado de la

economía con una participación estatal que tiene como objetivo general el desarrollo económico.

La industrialización desempeña, en el caso argentino, un rol importante en el desarrollo

económico nacional.

El crecimiento económico es un elemento central del proceso de desarrollo económico.

Lógicamente, no cabe aceptar que el desarrollo sea independiente del crecimiento y por ende, la

industrialización requiere de éste para concretarse. Pero, también, el crecimiento económico se

beneficia de la industrialización para constituirse en robusto y sostenido.

El crecimiento debe ser inclusivo, es decir, que no crea, solamente, nuevas oportunidades

económicas sino que también deben ponerse al alcance por igual de todos los segmentos de la

sociedad. Y la inclusión implica la búsqueda y el logro del pleno empleo.

En el caso de las economías en desarrollo, el intercambio con el exterior, considerado

independientemente de la composición del mismo, no garantiza la consecución de un grado

mayor de bienestar ni el alcanzado por las economías desarrolladas. Por ello, sólo el progreso

hacia la producción con una cierta diversificación de bienes y servicios, alta intensidad

tecnológica y con altos niveles de eficiencia, permitirá extraer de las relaciones con el exterior

ventajas mutuas capaces de realimentar el crecimiento económico y los beneficios propios del

intercambio.

II) LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EL MARCO DEL DESARROLLO ECONÓMICO

El pensamiento económico (integrado por la teoría y la política económicas) ha

encarado la cuestión del desarrollo económico y de la industrialización, específicamente,

para el caso de las economías menos desarrolladas. La teoría del desarrollo económico

contiene elementos importantes, dentro de los cuales se ubican los aspectos ligados a la

industrialización. La temática del desarrollo fue analizada con enjundia en la Segunda

Posguerra y entonces, avanzó en la estructuración de un pensamiento que contiene

conceptos todavía vigentes. Pero, además, dado que existen hoy elementos novedosos

importantes en la realidad económica nacional e internacional, acaecidos en buena

medida en el último tercio del S. XX, se han introducido modificaciones en varios

aspectos de ese cuerpo de pensamiento1. Por ello, cabe incorporar los elementos que la

teoría y la política económicas han elaborado en ese tiempo así como las adaptaciones

que aparezcan como necesarias ante las particularidades específicas de la realidad (v.g.

el caso argentino actual).

La teoría del desarrollo ha evolucionado sobre la base de su propia dinámica interna y/o

en respuesta directa a las manifestaciones de la realidad, lo cual ha permitido tener hoy

una visión más amplia y aproximada del proceso de desarrollo. Sin embargo, debe

señalarse que, también, se adoptaron algunas concepciones sesgadas y simplistas como

las que plantean que las experiencias de desarrollo han demostrado ―la irracionalidad

del intervencionismo estatal en contraste con las virtudes incuestionables de la economía

pura de mercado‖, y de que el requisito indispensable para el desarrollo es el paso de

―la planificación (económica) al mercado‖. Si bien el aumento del intercambio con el

resto del mundo y un mayor grado de liberalidad en ciertas áreas de la economía, han

significado progresos para el crecimiento de varias economías subdesarrolladas, ello no

implica que sea inobjetable que el mercado es el factor de éxito generalizado e

1 Desde que surgiera por vez primera, en los ‘30, la cuestión del ―desarrollo‖ y su prosecución ampliada al término

de la Segunda Guerra Mundial, han tenido lugar muchos cambios tanto en el ámbito de la experiencia como en el

de la teoría del desarrollo. Algunos sucesos recientes han justificado el replanteamiento, evaluación o revisión de

nuestras primeras observaciones acerca de la naturaleza del desarrollo económico y social (Amartya Sen, ―Teorías

del desarrollo a principios del S. XXI‖)

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independizado de toda política gubernamental. (A. Sen, 1999; Malinvaud et al. 1996).

La experiencia de varios países en desarrollo (PED) del este de Asia desmiente que la

vía hacia un crecimiento sostenido, con cambio estructural, no puede lograrse mediante

políticas en las que el Estado adopta un rol prominente.

La consideración, en el plano de la teoría y la política económicas, de la continuación

del proceso de industrialización en Argentina debe tomar en cuenta los enfoques de

tres momentos referenciales:

el debate encarado a fines de los ‘60 y en la primera mitad de los ‘70 en

Argentina2, respecto a las limitaciones del modelo ISI y las propuestas de

estrategias para la continuación de la industrialización;

la base teórica que sustentó la experiencia de los períodos 1976-83 y 1989-2001 y

sus resultados;

la recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias.

III) REMEMORACIÓN SUCINTA DE TRES ETAPAS RECIENTES DE LA

INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA

III.1 Limitaciones del modelo ISI y las estrategias de industrialización en Argentina.

III.1.1 La discusión analítica ya realizada (en el caso de la Argentina en los ‘60-‘70) contiene

elementos importantes respecto a las estrategias de industrialización y la selección de

ramas de actividad manufacturera necesarias para conseguir la industrialización

(expandirla y profundizarla). Asimismo, se habían obtenido conclusiones particulares

referidas a los requisitos a cumplir para avanzar en el proceso de industrialización (el

que se había iniciado bajo los condicionamientos surgidos del desequilibrio del balance

de pagos, una vez modificado el contexto externo desde 1929 y la inserción de la

economía argentina en el mundo, y proseguido bajo la tendencia sistemática al déficit de

la cuenta corriente3):

aumentos de la productividad del trabajo a través de una mayor integración del sector

manufacturero, una adecuada selección tecnológica, la consecución de economías de

escala ampliando el tamaño de mercado (por la integración y la progresividad en la

distribución de la renta).

desarrollo de las actividades complementarias a la industrialización como las

infraestructuras económicas y sociales

el acceso a los mercados externos sobre la base de ciertas y determinadas ramas de

industria, acentuando y racionalizando la participación estatal en el proceso de

industrialización.

La revisión de tales elementos –analíticos y conclusivos- a la luz de la realidad presente

es una tarea útil (para actualizar, validar o rechazar las conclusiones).

Una de esas estrategias fue la de avanzar en la integración productiva sectorial,

incorporando la producción interna de bienes de capital e intermedios, lo cual

significaba que había que encarar proyectos de inversión en rubros o actividades

inexistentes, o que alcanzaban una escasa magnitud productiva y/o con insuficientes

niveles de productividad. Este criterio de selección recurría al concepto teórico de los

2 El debate no se circunscribió a Argentina sino que alcanzó estatura internacional ya que tuvo lugar en Brasil,

México y otros países latinoamericanos así como en organismos internacionales como ILPES-UN Y CEPAL. 3 J. Sakamoto, ―El sector externo y el proceso de industrialización argentina. Una estimación de la brecha

comercial‖, ILPES-UN, 1968.

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encadenamientos hacia atrás y adelante y a la concepción del ―desarrollo basado en los

desequilibrios‖ económicos4 (Hirshman, 1967).

Asimismo, se había planteado la cuestión del tipo de tecnología a adoptar, las

implicancias derivadas del aumento de la relación capital-trabajo aneja a la importación

de bienes de capital (con una determinada tecnología incorporada) y del tipo de

actividades productivas encaradas y a encarar (intensivas en mano de obra o en

capital)5. Para la elucidación de esta temática, se recurría a los elementos teóricos

basados en las hipótesis ortodoxas o no (K. Arrow, H. B. Chenery, B. S. Minhas y R.

Solow, 19616; N. Kaldor, etc.), generándose además aportes locales importantes

(comprendidos en las contribuciones de los estructuralistas latinoamericanos) respecto

al caso argentino y demás economías de la región. Se sostenía, al respecto, lo siguiente:

―Una encuesta de la CEPAL7 relativa al desarrollo industrial de América Latina ha

revelado que los niveles tecnológicos se asocian a la competencia del mercado, la edad

de la industria, las fuentes de financiamiento, las conexiones con empresas extranjeras,

el carácter de la empresa y la actitud empresarial de la administración. Suele prestarse

escasa atención a la selección de técnicas más compatibles con las características y

recursos de la región. En ausencia de programas o políticas nacionales para la

aplicación de la tecnología al desarrollo, la selección de procesos de manufactura y

tamaños de planta depende enteramente de los productores individuales. Las tecnologías

seleccionadas son a menudo inadecuadas, de manera que se utiliza un capital excesivo,

mientras que las capacidades son empleadas muy deficientemente. El proceso puede

agravarse por defectos institucionales: la naturaleza de las empresas, la capacidad

administrativa, las deficiencias del mercado, que a menudo tienen un impacto mayor que

la dependencia tecnológica‖ (Graham Jones, 19738).

4 Cabe señalar que el criterio de los grandes bloques de inversión implícito en el enfoque del desarrollo equilibrado

de Rosenstein-Rodan (1943) y R. Nurkse (1954) –una visión diversa respecto a la forma de salir del atraso y

estancamiento de las economías en desarrollo- presentaba el grave inconveniente de exigir montos de capital y

financiamiento que no están al alcance de tales países. Una versión más reciente de este criterio de desarrollo es la

expuesta por K. M. Murphy et al, ―Industrialization and the big push‖, NBER Working paper No. 2708, 1988. Estos

autores sostienen que la coordinación de la inversión entre sectores –que puede ser promocionada por el

Gobierno- es esencial para la industrialización. 5 A fines de los ‘60 se sostenía lo siguiente: ―Muchas industrias ligeras tienen limitado contenido técnico, e

implican interrelaciones tecnológicas relativamente restringidas pero algunas de ellas, como la electrónica o la de

cámaras fotográficas, pueden depender de una tecnología muy avanzada. Así pues, aparte de esenciales industrias

pesadas básicas, tales como la generación de energía, parece realista concentrarse en las primeras etapas en las

industrias ligeras y tradicionales, pero prestando la debida atención a las normas de calidad, los costos y los

métodos de producción mejorados, al mismo tiempo que se generan facilidades de adiestramiento, capacidades

tecnológicas, eficiencia en el trabajo, arreglos financieros de apoyo, etc. A medida que se desarrollan localmente

las habilidades, las técnicas pueden volverse más complejas y la escala de producción tiende a aumentar.‖

De acuerdo con un informe de la Comunidad Económica Europea (CEE), estudios econométricos demuestran que,

en promedio, en una etapa de desarrollo correspondiente a un ingreso per cápita de 100 dólares, el 68 por ciento

de la producción industrial será de bienes de consumo y sólo el 12 por ciento de bienes de capital. Por otra parte,

cuando el desarrollo ha llegado a una etapa en que el ingreso per cápita es de 600 dólares, la participación de los

bienes de capital en la producción industrial habrá aumentado al 35 por ciento mientras que los bienes de consumo

sólo representarán el 43 por ciento. La participación de los bienes intermedios varía dentro de límites muy

estrechos‖;

CEE, ―Industrialization Schemes for the African States Associated with the Community‖. Comisión de las

Comunidades Europeas, junio de 1967, p. 12. 6 ―Capital-Labor Substitution and Economic Efficiency‖, Review of Economics and Statistics.1961

7 CEPAL: El segundo Decenio del Desarrollo de las Naciones Unidas. Desarrollo Industrial en América Latina.

Comisión Económica para América Latina. E/C N. 12/830, 13 marzo de 1969. 8 Ciencia y Tecnología en los Países en Desarrollo, FCE, México.

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Si bien todo eso debe tener, hoy, un tratamiento acorde a la evolución tecnológica

registrada en el último tercio del S. XX y su impacto sobre la producción industrial, la

organización de las actividades productivas, las redes, las habilidades (skills), etc., es

importante reflexionar sobre lo ya abordado y proseguir los análisis sobre unas bases

debidamente re-evaluadas.

En cuanto a los proyectos que surgirían del o los criterios de selección de ramas de

actividad debía concebírselos tomando en cuenta no sólo el mercado interno sino el

contexto de los intercambios con el exterior con la finalidad de superar las deseconomías

derivadas de la pequeña escala9 y la cuestión del desequilibrio de la cuenta comercial

(acentuado ¿paradójicamente? con el avance hacia la sustitución de bienes cuya

producción es más compleja y que demandaban crecientes magnitudes de divisas).

Una segunda estrategia consistía en la industrialización con base exportadora. La

discusión de los ‘60-‘70 ya había aportado el enfoque de la necesidad de exportar

(ciertos) productos manufacturados. Esta estrategia consideraba que el avance en la

industrialización requería abordar los mercados externos, distinguiéndose dos versiones

que consideraban:

la viabilidad de enfrentar el comercio libre en el resto del mundo avanzado;

la conveniencia de constituir mercados comunes compactos o regionales (ALALC) (D.

Félix, 197010

).

Hoy, se enfatiza más en el MERCOSUR y su ampliación posible; antes, se enfatizaba

también en las áreas importadoras potenciales en el mundo con mayor demanda efectiva

y rápido crecimiento del PBI11

.

Es interesante acotar, hoy, cuarenta años más tarde que el mercado regional ha cobrado

una importancia que no se había imaginado por este tipo de análisis en los ‘70. Aun

cuando es, también, fundamental indicar que el concepto de integración económica

regional está todavía por lograrse12

.

Pero, además, estaba el importante punto del tipo de bienes industriales a exportar (que

correspondían a distintos subsectores o ramas de industria), distinguiéndose:

aquellos bienes en los cuales la Argentina tenía capacidades competitivas, en varios

casos derivadas de las ventajas provenientes de la producción local de materias

primas e intensivos en el uso de mano de obra13

.

9 En ciertos rubros industriales el volumen de producción rentable es cada vez menor en función de determinadas

innovaciones tecnológicas (como el caso de los hornos eléctricos para la producción del hierro y del acero que

funcionan sobre la base de chatarra). Sin embargo, todavía, hay numerosos bienes en los que la escala mínima

para viabilizar una producción rentable constituye una limitación para los mercados de reducido tamaño. 10

―Más allá de la sustitución de importaciones. Un dilema latinoamericano‖ Pág. 188. Ver Nota 2) punto C) en

Apéndice. 11

Sin embargo, se reconocía que ―mientras no se alcance un nivel suficiente de competencia técnica, las

perspectivas de los mercados mundiales muy competitivos pueden ser limitadas, y el aumento del comercio regional

puede ofrecer el mejor camino del desarrollo industrial. Sir Arthur Lewis ha observado que "si los países en

desarrollo quieren crecer más de prisa que el mundo desarrollado, tendrán que comerciar relativamente menos con

el mundo desarrollado y relativamente más entre los mismos países en desarrollo". W. A. LEWIS, ―The

Development Process. Trabajo de Información para Ejecutivos, Núm. 2, Centro de las Naciones Unidas para la

Información Económica y Social, 1970‖. 12

No es secundario respecto al avance del proceso de integración bajo la óptica de una industrialización

necesitada de ampliar mercados para otorgarle escala a ciertas ramas de industria, el hecho de la regresión en

materia de política económica que implicó la NMC y el llamado Consenso de Washington difundido después de la

grave crisis de la deuda externa desatada en Latinoamérica en 1982. 13

Y en los casos en que se hubieran desarrollado tecnologías productos y procesos específicos en el país.

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también algunas otras ramas en las que un aprovisionamiento de bienes intermedios

y/o de capital, a precios adecuados, les permitiría acomodar sus costos y acceder a

mercados abastecidos por empresas en competencia de terceros países (sin excluir,

ciertamente, a los avanzados).

Se llegó a plantear además que la orientación exportadora de las ramas industriales

aptas existentes - y a perfeccionar- no excluía la continuación de la sustitución de

importaciones, dejando de lado el carácter de estrategias alternativas para pasar a

considerarlas como complementarias. ―En otras palabras, la Argentina no puede pasar

de una producción industrial orientada exclusivamente al mercado interno, a otra

orientada al mercado externo con prescindencia de la posibilidad de incorporar nuevos

bienes sustitutivos de importaciones, sino que el énfasis debe radicar en encontrar un

justo balance entre aquellas actividades industriales que sustituyen importaciones y

aquellas que requieren expandirse a mercados externos‖ (M. Brodersohn, pág. 15,

197014

).

Existió una tercera estrategia15

que insistía en la necesidad de:

abordar una adaptación de tecnologías respetando las exigencias y conveniencias de

la economía local y resolver la cuestión de la dependencia tecnológica (regulando las

transferencias de tecnología, etc.);

otorgar una mayor coherencia a la acción estatal acentuando su rol de orientador de

la inversión y de regulación de los mercados;

ampliar la participación de los capitales nacionales para avanzar en el proceso de

sustitución de bienes importados y el desarrollo de tecnologías específicas.

Además, estaba la conclusión arribada a partir del razonamiento con inclinación

―monetarista‖ que consideraba que las dificultades experimentadas en los ‘60 y ‘70 eran

consecuencia de la inflación, los déficit fiscales y las tasas de cambio sobrevaluadas.

Entonces, la superación de tales problemas provocaría automáticamente la vuelta al

crecimiento económico sostenido (D. Félix, 1970).

Esa superación se lograría merced a la adopción de estrategias macroeconómicas

delineadas sobre la base de reconocer la importancia de establecer un sistema de precios

libres, la búsqueda del beneficio privado, la asignación de recursos de acuerdo al

automatismo de los mercados eficientes y la consecución del equilibrio presupuestario.

III.1.2 Es preciso tener muy presente que las estrategias de industrialización discutidas

entonces se enmarcaban en un contexto macroeconómico del que cabe destacar algunos

aspectos clave. Uno, es la característica del régimen de acumulación de capital vigente

en el que el Estado desempeñaba un rol destacado; otro, la distribución de la renta y el

nivel de consumo de amplios sectores sociales16

y un tercero, el nivel de protección

otorgado a la producción local17

.

14

Estrategias de industrialización para la Argentina, Ed. Del Instituto T. Di Tella, 1970. 15

Esta estrategia no aparece presentada de un modo único por algún autor en particular sino que debe ser

reconstruida a partir de las críticas, observaciones y propuestas diseminadas en diversos trabajos analíticos y de

política económica en los años 60 y 70. 16

Es decir, la habilitación del consumo masivo, al menos, tomando en cuenta la escala de una población como la

de Argentina (en los ‘60 el número de habitantes era del orden de los 20/22 millones) y el nivel de la renta media

nacional per cápita XXXXX buscarlo. 17

Esta caracterización corresponde a Argentina aunque es extensible a los casos de Brasil y México,

principalmente.

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La relación entre la condición de la economía doméstica visualizada en términos

globales y el proceso de industrialización había recibido una especial atención en la

discusión sobre la continuación de este proceso.

Los economistas del desarrollo (C. Furtado, A. Pinto S., C. O. Sunkel, M. C. Tavares, y

varios otros) planteaban la razón del límite del crecimiento basado en el mercado

interno, en el cual el proceso de sustitución de importaciones desempeñaba el papel de

motor del crecimiento de la renta nacional. La búsqueda de la explicación los había

llevado a ahondar en la vinculación existente entre las variables macroeconómicas clave

y el avance en la industrialización (el tema era porqué y cómo la etapa de sustitución de

los bienes de capital e intermedios y la introducción de tecnologías adecuadas estaban

íntimamente relacionadas con la distribución de la renta doméstica, la capacidad del

estado latinoamericano de captar más ingresos y modificar la estructura económico-

social y la naturaleza de la relación económica con el exterior).

Más allá de la aceptación o no de la teoría del estancamiento, en cuanto a sus aspectos

específicos (C. Furtado, 1966; M. C. Tavares, 1973), elaborada para explicar las

limitaciones de la ISI (Pierre Salama, 200618

), debe rescatarse la importancia de

reconocer la existencia de vinculaciones importantes entre dichos aspectos de la

economía latinoamericana y el proceso de industrialización y crecimiento económico.

Cabe, entonces, revalorizar su importancia respecto de la continuación de la

industrialización manufacturera.

La macroeconomía, su orientación, (según el modelo teórico escogido y las políticas

respectivas) es el marco dentro del cual se concretará todo programa de

industrialización. Por ello, la industrialización no continuará, al menos por cierta

senda, si no se toman en cuenta las condiciones macroeconómicas y se escogen las que

son necesarias para concebir un programa de industrialización y crecimiento, el cual

contendrá la selección de subsectores y ramas de actividad que será preciso desarrollar.

Entonces, el conocimiento (o la teoría del desarrollo) dejado como herencia,

particularmente, en lo referido a porqué y cómo vincular ciertas variables con otras o a

establecer la relación existente entre el crecimiento económico y la industrialización, es

más importante que lo deducido de algunos modelos particulares planteados en su

momento19

. Hacer tabla rasa de todo ello, tal como lo pretende el enfoque neoliberal, es

volver a un camino incierto y que, hasta hoy, se ha mostrado muy poco fructífero o

decididamente, infructífero.

III.1.3 La cuestión del agotamiento del proceso de sustitución de importaciones remitía a la

interpretación del comportamiento del modelo ISI. En el caso argentino, aparte de las

visiones de tipo ―monetarista‖, se otorgaba mayor o menor importancia a ciertos

aspectos del proceso de industrialización (aspectos significativos, por diversos motivos).

Uno de ellos es el comportamiento del coeficiente de importaciones (M/PBI.100)20

.

Cuadro 1:

Evolución de la relación entre Importaciones y PBI (M/OBI)

18

―¿Por qué esa incapacidad para alcanzar un crecimiento regular y elevado en América Latina‖; Foro

Internacional 186, XLVI, 2006 (4), 630-662 19

Ver Nota 1 en el Apéndice. 20

Debe señalarse que la información estadística oficial no proporciona series elaboradas del destino sectorial,

subsectorial, por ramas y actividades de las importaciones. Diversos órganos técnicos no oficiales y trabajos de

investigadores realizan estimaciones aproximadas de ello; sin embargo, no alcanzan a elaborar series completas de

conocimiento público, al modo de las oficiales.

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Quinquenio M/PBI.100

1925-29 25,0

1950-54 10,2

1955-59 10,5

1960-64 11,2

1965-69 9,2

1970-74 9,1

1975-79 8,5

1980-84 7,6

1985-89 6,4

1990-94 9,9

1995-99 11,8

2000-04 9,6

2005-09 12,4

2010 14,0

Fuente: Quinquenio 1925-29: Díaz A. (Etapas de la Industrialización Argentina, Marzo 1970, pág.320) y

elaboración propia sobre la base de BCRA (1976), Ferreres, op cit.

Cuando se aceptaba que la disponibilidad de divisas constituía una restricción al

crecimiento de la producción manufacturera y al de la renta nacional, el hecho que el

avance en el proceso de industrialización trajera consigo una demanda sucesivamente

mayor de ese ―bien‖ escaso, significaba que era un camino indeseable puesto que, en

algún punto, se tornaba inviable21

.

El razonamiento anterior se completaba tomando en cuenta que a medida que se

avanzaba desde la sustitución de unos productos industriales (los bienes de consumo

sencillos) a otros (los bienes que exigen mayores niveles de capital, utilizan las

tecnologías propias de economías industrializadas avanzadas correspondientes a las

etapas de más alta renta per cápita y por ende, de escalas de producción más elevadas,

etc.), resultaba que el período de crecimiento de la producción local de estos bienes se

tornaba más corto. Es decir, las industrias de sustitución fácil o ―vegetativas‖, en

general, presentaban la posibilidad de un crecimiento de mayor duración y con precios

que se iban aproximando a los niveles internacionalmente competitivos, en tanto que las

de carácter más avanzado (bienes de capital e intermedios) tenían un comportamiento,

en general, opuesto.

A su vez, la demanda de divisas de unos y otros era distinta: la sustitución de los bienes

de capital y los intermedios terminaban demandando más divisas que los otros. Eso se

reflejaría, entonces, en que la relación M/Y no desciende o bien, aumenta. Así, la

industrialización, ante la limitación de divisas, provocaría las fases de auge-recesión con

tendencia a agudizarse22

. Esto estaría mostrando el fracaso de la ISI.

Gráfico 1

21

Ver Nota 2 en el Apéndice. 22

Además, algunos consideraban que la inelasticidad de la demanda- precio de bienes importados por parte de un

grupo de industrias ―dinámicas‖, incidía sobre los costos manufactureros en ocasión de las devaluaciones y ello se

traducía en alzas bastante generalizadas de precios de los bienes domésticos.

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COEFICIENTE DE IMPORTACIONES (M/PBI) PERÍODO 1950-2010

2,0

4,0

6,0

8,0

10,0

12,0

14,0

16,0

1950

1954

1958

1962

1966

1970

1974

1978

1982

1986

1990

1994

1998

2002

2006

2010

Año

Po

rcen

taje

s

M/PBI

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la

Argentina (1975); INDEC, Cuentas Nacionales.

Otro aspecto vinculado al escaso dinamismo de la producción manufacturera es el del

patrón de demanda y la elasticidad ingreso de la demanda de los bienes manufacturados.

Se observaba que, a fines de los ‘60, la elasticidad ingreso de un grupo grande

(aproximadamente la mitad) de bienes manufacturados era menor a la unidad, en tanto

que los que tenían una elasticidad mayor a la unidad comprendían al resto. De este

modo, el dinamismo de la demanda quedaba estrechado, alcanzando a un grupo parcial

de los bienes producidos en el país23

.

La conclusión que se extraía de ello era que debía abandonarse la sustitución de las

industrias dinámicas y dedicarse a las vegetativas24

, lo cual significaba la elección de un

modelo alternativo en el cual el sector externo sería clave pues se superaría la limitación

de divisas: las exportaciones debían dedicarse a los países desarrollados, adaptando el

producto de esas industrias a las exigencias pertinentes y logrando, así, mediante las

manufacturas, la participación en mercados dinámicos.

Otra interpretación de los hechos (la caída del coeficiente M/Y y el límite existente para

la continuación del proceso de industrialización) conducía a reconocer las posibilidades

de la persistencia del modelo ISI y se basaba en las hipótesis formuladas respecto al

comportamiento de las exportaciones (en tanto proveedoras del bien escaso, la divisa). Si

las exportaciones tradicionales lograban crecer a ciertas tasas, el proceso

industrializador proseguiría a pesar del mantenimiento del coeficiente de importaciones.

Entonces, era el carácter pesimista de la hipótesis exportadora de los bienes

tradicionales de Argentina el que determinaba que se estuviese ante la posibilidad del

agotamiento, si no se lograba suplementar tales ventas al exterior con productos del

propio grupo de bienes manufacturados (L. Sjaastad). Esto, también, implicaba abordar

una nueva estrategia de industrialización, dando por sentado el agotamiento de la ISI.

III.1.4 Es importante tomar en cuenta que la reducción del coeficiente de importaciones no

dependía, solamente, de la evolución de la producción de bienes manufacturados, de su

23

Vale la pena recordar el razonamiento vinculado a esta cuestión. Ver lo transcrito en Nota 2,B) en el Apéndice. 24

De acuerdo, generalmente, a los enfoques de diversos economistas, principalmente, de orientación no

estructuralista o en los que esta visión no tenía repercusiones favorables.

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composición y de la inversión bruta interna (IBIF) sino también de la renta doméstica y

del tipo de cambio.

Las políticas de ajuste macroeconómico que conducían al debilitamiento del crecimiento

del PBI o a su caída (en las ocasiones de crisis y recesión más o menos pronunciadas),

disminuían la magnitud de las importaciones afectando, entonces, el nivel del coeficiente.

Una devaluación contrae importaciones, al afectar si no a todas, al menos, a una parte

de ellas. Las devaluaciones del cambio incidían, así, sobre las importaciones,

comprimiéndolas durante un cierto tiempo.

La caída del coeficiente M/Y podía reflejar, en algunos años, tanto una razón ligada a la

sustitución de importaciones como el impacto de políticas macroeconómicas de ajuste.

El descenso del coeficiente en los ‘80 se explica en buena medida por el estancamiento

del PBI, los bajos niveles de la inversión y los trastornos en el mercado de cambios. El

aumento en los ‘90 se asocia, por un lado, a la recuperación del ritmo de crecimiento y

el sosiego en el mercado cambiario, lo cual descomprime las importaciones y por otro, a

la modificación experimentada en el valor agregado manufacturero absoluto y en su

composición. Así, la caída, respecto a los ‘70, del VABM per cápita va de la mano con el

aumento de las importaciones correlacionado con la des-industrialización. Este hecho

trajo consigo no sólo el aumento de las importaciones de bienes antes producidos en el

país sino también el incremento del aprovisionamiento en el exterior de bienes de capital

(una parte de los cuales había sido de producción nacional). Esto se refleja en el

aumento del M/Y a 9,9 en 1990-94 y 11,8 en 1995-99 (Ver Cuadro 1).

En los ‘90 la importación de bienes de capital, fuertemente acrecentada, se destinó en

una proporción importante a la producción de bienes no transables. Por ello, la

industria fue destinataria, junto con los otros rubros de transables, de una porción

menor de esas importaciones25

aunque, en términos absolutos, aumentaron

notoriamente26

.

La relación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital se muestra en el

Gráfico 2. Los coeficientes de correlación entre ambas series aumentan cuando cesa la

compresión de las importaciones por el ―enfriamiento‖ de la economía (reducidas tasas

de crecimiento del PBI, baja magnitud de la inversión).

25

―…del total de las importaciones de bienes de capital realizadas entre 1985 y 1990, se destinaron en promedio

al sector fabril 47.9%. Esa proporción en los años noventa se redujo al 38.7%. Sin embargo, aunque se observa

una reversión de la tendencia declinante en 1995, en 1996 vuelve a producirse una suave reducción de la

participación del destino industrial‖ (B. Kosakoff, edit., 2000). 26

Es interesante señalar que según una estimación realizada más recientemente, diferenciando las importaciones

de bienes de capital de acuerdo al destino sectorial, en el período 1994-2005, se determinó que estas compras

destinadas a la producción de bienes aumentaron apreciablemente durante los ‘90, habiendo alcanzado una cifra

alta en relación a las restantes, en 1998. Ver M. Polonsky, ―Nueva Clasificación de la importaciones de bienes de

capital‖; Revista del CEI, Gráfico 2, Pág. 110.

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GRÁFICO 2

Evolución de la IBIF y las importaciones de bienes de capital

En Números índice Año 1950 =100

0,00

100,00

200,00

300,00

400,00

500,00

600,00

700,00

800,00

900,00

1950

1954

1958

1962

1966

1970

1974

1978

1982

1986

1990

1994

1998

2002

2006

2010

Años

ïnd

ices

IBIF M de K

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e ingreso de Argentina; INDEC Cuentas

Nacionales.

Los coeficientes de correlación hallados entre la IBIF y la Importación de bienes de

capital, son los siguientes:

Cuadro 1

Coeficientes de Correlación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital

Período 1950-2010

Período Coeficientes

de correlación

1950-64 0,8468

1965-75 0,5285

1976-83 0,5226

1984-91 0,3356

1992-2001 0,9182

2002-10 0,9818

Fuente: Elaboración propia sobre datos de INDEC Cuentas Nacionales y Comercio Exterior.

Colofón:

Los problemas de la ISI y de la economía argentina hasta mediados de los ‘70 se pueden

resumir en:

Dotación de capital insuficiente, lo cual revelaba un ritmo lento de acumulación,

debido a una inversión cuyo nivel y composición no se correspondía con las

necesidades planteadas por un desarrollo económico con industrialización como el

encarado durante el modelo ISI.

Una morosa tasa de introducción del progreso técnico.

La productividad media del factor trabajo de la economía en su conjunto y de la

industria, en particular, resultaba menor que en las economías avanzadas. Había

diferencias marcadas entre actividades productivas respecto al rendimiento del

trabajo, existiendo franjas significativas de empleo de mano de obra con

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productividad reducida (una parte del cual era el denominado empleo aparente o

desempleo disfrazado).

Integración industrial incompleta

Deseconomías por pequeña escala, especialmente, en varios subsectores de la

industria (particularmente, las ―dinámicas‖) debido al tamaño reducido de mercado.

Dependencia de las importaciones de bienes de capital e inadecuación tecnológica, lo

cual entrañaba que la formación de capital doméstico estaba condicionada por la

escasa disponibilidad de divisas. Esta se originaba en un tipo de relación con el

exterior (comercial y financiera) de carácter desigual, la que provocaba frecuentes

saldos negativos en la cuenta corriente del balance de pagos.

Ciclos de auge-recesión asociables a la dinámica de la producción industrial y la

restricción del balance de pagos.

Incapacidad creciente del Estado para captar recursos requeridos para la

sustentación del gasto público y mantener el ritmo de aumento del capital de las

empresas que le pertenecían.

Políticas macroeconómicas fluctuantes y que reiteraban ajustes que comprimían la

demanda agregada y debilitaban la tasa de inversión. Existencia de un conflicto

distributivo basado en un bajo nivel del desempleo abierto, la existencia de

instituciones políticas y sociales que reforzaban y canalizaban la disputa por la renta

en el contexto de una economía en desarrollo.

Puede concluirse, entonces, que la economía argentina como varias otras en desarrollo,

padecía de falta de capacidad productiva, combinada con una demanda efectiva insuficiente

para sustentar la producción con rendimientos y competitividad adecuados de diversos

bienes manufacturados. La estrechez de demanda efectiva se vincula con un nivel de renta

media más baja que las de las economías industrializadas desarrolladas y la incapacidad de

competir en los mercados externos con la producción local.

III.2 LA INDUSTRIALIZACIÓN EN LOS PERIODOS 1976-83 y 1989-2001: su base

teórica y sus resultados.

III.2.1 Los criterios sustentados hoy para avanzar en el proceso de industrialización en los

países en desarrollo pueden enmarcarse en dos visiones teóricas alternativas:

la visión neoliberal;

la visión de raíz estructuralista (Sanjaya Lall, UN, 200427

).

III.2.2 Una diferencia particularmente significativa respecto a la iniciación o continuación del

proceso de industrialización en los países en desarrollo, es el rol asignado al Gobierno

y la concreción o no de un sector industrial de importancia en esas economías. Según

una de las visiones teóricas, es innecesario y seguramente contraproducente pensar en

términos de una preselección de ramas de industria, labor que supone la asignación del

análisis y luego la promoción, a órganos técnicos cuya ubicación institucional lógica es

el aparato estatal. En la otra, el enfoque es opuesto y por ende, se desarrolla o se

propone desarrollar, un aparato teórico y una conjunción de especialidades científicas

y tecnológicas a los efectos de lograr la industrialización.

Durante los ‘90 (siendo el período 1976/83 una suerte de prolegómeno o avanzada de

éste) se aplicaron las políticas macroeconómicas derivadas de la macroeconomía

27

―Reinventing Industrial Strategy: The role of Government Policy in Building Industrial Competitiveness‖; G-24

Discussion Paper Series. (Ver Nota 3 en el Apéndice.

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nuevo-clásica (MNC)28

. Su implicancia para la industrialización fue que se

abandonara la concepción de una estrategia que sostuviera la defensa de la industria

infante, en la cual el Estado desempeñara un rol significativo en la acumulación de

capital, la producción de ciertos bienes e interviniera en la provisión de financiamiento

promocional. Así, se aplicó la apertura comercial, la liberalización financiera y la

desregulación.

Al considerar, esta línea de pensamiento, que los mercados son eficientes, entienden

―que los mercados de bienes proporcionan las señales correctas para la inversión y los

de factores responden a estas señales. Al nivel de la empresa no existen economías de

escala o externalidades. Las empresas tienen información perfecta y la previsión y el

conocimiento completo de todas las tecnologías disponibles. Eligen la tecnología

adecuada si se enfrentan a los precios libres de mercado. Después de seleccionar la

tecnología adecuada, la utilizan de forma instantánea bajo las mejores prácticas. No

hay procesos de aprendizaje significativos, no hay riesgos, externalidades ni

deficiencias en las habilidades y las finanzas, la información y la infraestructura se

encuentran a su disposición‖.

Por ello, se entendía que la eliminación de las trabas derivadas de la intervención

estatal y de disposiciones regulatorias distorsionantes conduce a que las fuerzas

productivas operen, permitiendo que la economía se desarrolle sobre la base de la

producción de bienes en los que se tienen ventajas comparativas. Entonces, el

desplazamiento de las actividades que no pueden sobrevivir a la competencia por las

que están en condiciones de hacerlo, proporcionará empleo productivo e ingreso

crecientes, de tal modo que el intercambio con el resto del mundo traerá consigo el

aprovisionamiento requerido por la producción y el consumo y abrirá mercados

adicionales al doméstico.

La liberalización financiera, a su vez, se supone que daría fin a la represión crediticia y

permitiría la creación de un mercado de capitales doméstico suficientemente amplio

como para atender los requerimientos de una producción en crecimiento.

Esta concepción de la política económica e industrial, en particular, fue aplicada

también, aunque con diferencia de matices, en toda América Latina.

Ahora bien, es revelador recurrir a aquellos países en desarrollo que aplicaron

estrategias de industrialización diferentes a la señalada y comparar los resultados

obtenidos por aquéllas con los de América Latina.

El grupo de países denominado los tigres y dragones del Asia Oriental alcanzaron una

condición económica estructural radicalmente diversa de la que mostraban antes de

aplicar las estrategias de industrialización a partir de los años ‘60 del siglo pasado29

.

28

Ver Villadeamigo J. D. ―El cuestionamiento a los enfoques ortodoxos de la economía y las visiones alternativas.

El caso de las economías en desarrollo‖ PIUBAD 1er

simposio www.uba.cyt.ar 29

―The successful Asian economies (i.e., Hong Kong-China, Korea, Singapore, Taipei, Malaysia, Thailand, or the

People‘s Republic of China and Viet Nam more recently) present two main differences between three decades ago

and today. First, they are significantly bigger. Second, they are significantly different. Indeed, what sets the

performance of the successful Asian economies apart from that of many other countries is not only their high growth

rates but also their fast and intense structural transformation: their output and employment structures changed

dramatically; resources were transferred to higher-value-added sectors (i.e., from agriculture to industry and

services); production diversified; firms learned how to produce and export a more sophisticated and technologically

advanced range of products; and their levels of labor productivity increased significantly‖ (J. Felipe, “Inclusive

growth, full employment and structural change”, Page 37, 2010)

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Las estrategias de esos países difirieron drásticamente de la política industrial

encarada en América Latina según el enfoque neoliberal30

. No sólo por el rol jugado

por el Estado para recorrer el camino de la industrialización sino también por las

modificaciones promovidas en otras áreas de la producción y el financiamiento. Si bien

hubo diferencias en metas y objetivos entre los países asiáticos aquí considerados31

,

tuvieron en común una macroeconomía adecuada, una (promocionada) oferta de

habilidades y la fuerte promoción de la orientación exportadora. Detrás de estos tres

elementos estaba la acción estatal cuyo objetivo principal fue el desarrollo económico

basado, en los casos más importantes, en la industrialización.

GRÁFICO 3

0

2

4

6

8

10

12

14

Porcentajes

Asia oriental Asia del Sur ALC Africa

Subsahariana

Producción industrial de las regiones en desarrollo respecto del total

mundial

Porcentajes - Años 1980, 1990 y 2000

1980

1990

2000

Fuente: UNCTAD

GRÁFICO 4

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Porcent ajes

Asia oriental exc China China ALC exc M éxico M éxico

Asia Oriental y ALC, Participación en el VAM de los países en desarrollo

1980-

1990

2000

Fuente: UNCTAD

30

La interpretación del proceso de industrialización asiático por parte del enfoque neoliberal omite varios de los

aspectos centrales de esa estrategia y destaca, principalmente, el carácter exportador del crecimiento

manufacturero. 31

There was no general .East Asian model. Each country had a different model within a common context of export

orientation, sound macro management and a good base of skills. Each model reflected different objectives and used

different interventions (though some, like support for exporters, were similar). As a result, each had a different

pattern of industrial and export growth, reliance on FDI, technological capability and enterprise structure.

However, for none was .getting prices right. a sufficient explanation of industrial success. The different objectives of

the NIEs are shown in table 2.

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CUADRO 2.1

Crecimiento del VAM y de las exportaciones de bienes manufacturados según tipo de

tecnología Período 1980-2000

Actividad

Mundo Países

industrializados

Países en desarrollo

Valor Agregado Manufacturero Variación en %

VAM Total 2,6 2,3 5,4

VAM Basado en recursos 2,3 1,8 4,5

VAM de baja tecnología 1,7 1,4 3,5

VAM de media y alta tecnología 3,1 2,6 6,8

Exportaciones de bienes manufacturados Variación en %

Total de exportaciones manufactureras 7,6 6,6 12,0

Exportaciones Basadas en los Recursos 5,6 5,2 6,7

Exportaciones de Baja tecnología 7,4 8,4 11,4

Exportaciones de media y alta tecnología 8,4 7,3 16,5

Exportaciones de Alta tecnología 11,5 9,9 20,2

Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004)

Según S. Lall, los datos anteriores muestran:

El comportamiento del VAM está ampliamente correlacionado con el de la

exportación de bienes industriales aunque el ajuste no es perfecto. El grupo del

Este del Asia 2 y México se desempeñaron mejor en las exportaciones que en el

VAM durante los ‘90, mientras que lo opuesto es verdad para el Sud de Asia y el

MENA.

Ni el crecimiento del VAM ni el de la exportación están fuertemente relacionados

con la liberalización en el sentido del Consenso de Washington. China, en

particular, difícilmente es un paradigma neoliberal.

El éxito industrial se mantiene concentrado. La liberalización no está conduciendo

hacia la convergencia, contradiciendo la premisa neoliberal de que la

liberalización per se promovería el crecimiento industrial y la competitividad.

En el caso de Argentina puede apreciarse el comportamiento de la producción

industrial en los Gráfico 5.1 y 5.2. La participación del producto bruto manufacturero

en el producto total se redujo desde mediados de los ‘70, tornando a crecer a partir de

2003 aunque sin alcanzar las magnitudes de la ISI (en los años 1960 a 1975). El

producto manufacturero por habitante, cuya caída fuera un elemento característico del

período 1976-83, se recuperó en los ‘90, pero no alcanzó la magnitud que la visión

ortodoxa de la economía aseguraba se lograría con el NME, merced a las reformas

estructurales que propugnara y aplicara32

. Así, si bien se acrecentó desde los bajísimos

niveles provocados por los episodios de hiper inflación y retracción productiva de

1989-90 (en moneda del año 1993, $1.083 y $1.029, respectivamente), no repuso ni

superó al nivel que tenía el valor agregado bruto manufacturero por habitante de los

años 1974-1976 ($1.596), ya que en 1998 era sólo de $1.376.

Este descenso del producto industrial por habitante tuvo lugar al tiempo que, ambos, la

apertura comercial y la inversión extranjera directa (IED), propiciaron una

modificación en el patrón productivo nacional. Este consistió en una reducción de la

intensidad laboral media, ciertos cambios en el tipo de producto generado, en la

32

La apertura comercial, la liberalización financiera, la privatización y la desregulación

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organización de las empresas y en una incorporación más abundante de tecnología

importada. Tales transformaciones quedaron circunscritas a varios subsectores de la

industria manufacturera, extendiéndose a los servicios, aunque de ningún modo a

todos, ciertamente.

La fuerte extranjerización empresaria experimentada significó que hubiera una

importación de técnicas y bienes componentes de los productos finales, lo cual pudo

ofrecer a los consumidores una gama más amplia y actualizada de bienes, pero que

implicó una suplantación de lo que podía obtenerse localmente y también una

limitación a las posibilidades de desarrollar capacidades locales en I&D. Como se

observa en el Gráfico 2, en los ‘90 hubo un incremento notorio de las importaciones de

bienes de capital.

GRÁFICO 5.1

Participación del Producto Bruto Industrial En % del

Producto Bruto Interno

R2 = 0,5779

R2 = 0,8717

10

13

16

19

22

25

28

31

1960

1970

1980

1986

1988

1990

1996

1998

2000

2006

2008

2010

Año

Po

rce

nta

jes

En % del VABT industrial Lineal (En % del VABT industrial)Polinómica (En % del VABT industrial)

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina; INDEC

Cuentas Nacionales.

GRÁFICO 5.2

VAB INDUSTRIAL POR HABITANTE AÑO Período 1950-2001

Valores constantes de 1993

600

700

800

900

1.000

1.100

1.200

1.300

1.400

1.500

1.600

1.700

1.800

1950

1954

1958

1962

1966

1970

1974

1978

1982

1986

1990

1994

1998

Años

Pes

os d

e 19

93

VAB POR HABITANTE 5 per. media móvil (VAB POR HABITANTE)

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina; INDEC

Cuentas Nacionales y Población

GRÁFICO 5.3

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PIUBAD Página 19 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

Evolución del Empleo industrial según períodos

En %

-15

-10

-5

0

5

10

1975-82 1983-88 1989-90 1991-2001 2002 2003-2008

Periodo

Po

rcen

taje

s d

e v

ari

ació

n

Empleo industrial %

Fuente: CEP.

Otra forma de corroborar el efecto de la política macroeconómica sobre la

industrialización es recurrir al concepto de las fuentes del crecimiento del sector33

. De

ese modo se ha establecido que en el período 1980-1997 la demanda interna (consumo

más inversión) fue el factor decisivo en el crecimiento de la producción industrial

argentina, mientras que las exportaciones incidieron positivamente aunque en una

proporción mucho menor. En cambio, la sustitución de importaciones mostró un efecto

negativo ya que operó detrayendo producción local por importada; es decir, hubo una

des-sustitución de importaciones. Este último impacto fue más intenso en los años ‘90

(entre 1991 y 1997), de tal modo que la fuente del crecimiento industrial estuvo dada

casi en su totalidad por la demanda interna34

.

Es interesante señalar que durante dicha década se concretó un incremento de

inversiones en la industria. Y que las actividades manufactureras que fueron capaces de

sostenerse y crecer en el contexto de apertura comercial y demás condiciones

macroeconómicas imperantes, mejoraron varias pautas significativas referidas a la

eficiencia productiva sectorial. Hubo un aumento de la productividad del trabajo

(aunque tal hecho tuvo que ver también con el descenso de personal ocupado, según

aparece en el Gráfico 5.335

) y unos menores costos de producción (atribuidos por

algunas investigaciones a una incidencia parcial de las rebajas en los salarios medios

abonados por la industria) que se relacionan con el incremento de la capitalización del

sector. Efectivamente, se ha estimado que alrededor de unos usd 3800 millones anuales

(entre 1991 y 1999) se destinaron a la inversión en la industria. Dicha cifra es, sin

embargo, menor que la registrada en el período 1960-74.

33

H. Chenery introdujo un modelo simple que relaciona el producto de un sector económico (la industria, por

ejemplo) con la demanda doméstica de bienes finales (consumo + inversión), con la demanda interna de bienes

intermedios y con el comercio exterior (exportaciones - importaciones); ―Industrialization and Growth. The

Experience of Large Countries‖, Sectoral Balance, Pages 6-8; World Bank SWP 539; 1982. 34

El desplazamiento de la producción local por la importada alcanzó al 168% del incremento del producto

industrial entre 1980 y 1997 (C. Bonvecchi, ―Una evaluación del desempeño de la industria argentina en los ‘90‖;

2000). 35

Por lo pronto, no cabe ninguna duda que en materia de empleo, a diferencia del comportamiento evidenciado en

el pasado, la industria fue la actividad que expulsó, en términos netos, el mayor número de trabajadores. Ello, junto

con los cambios registrados en la oferta laboral, contribuyó de manera decisiva a elevar los niveles de desempleo.

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El destino según grandes ramas de actividad estuvo, principalmente, en las actividades

orientadas hacia los recursos naturales, y a los productos del rubro automotor36

. Hubo,

asimismo, como se aludió más arriba, una apreciable participación extranjera en la

inversión industrial durante la década.

En el período 1980-2000 el comportamiento de Argentina en cuanto a la producción y

las exportaciones manufactureras comparado con el Mundo, los países desarrollados y

en desarrollo aparece en el Cuadro 2.2. Respecto del VABM, se observa un ritmo de

crecimiento muy inferior al del Mundo como también al de los dos otros

agrupamientos. En cuanto a las exportaciones (la suma de MOA y MOI), se asemeja al

comportamiento presentado por los países en desarrollo, el cual es significativamente

menor al del mundo desarrollado. Por ello, la participación de las exportaciones

argentinas en el total de las exportaciones mundiales sólo aumentó desde los reducidos

niveles de fines de los ‘80 para caer nuevamente a partir de 1999. La recuperación en

los últimos años no logra aumentar el coeficiente de participación y colocarlo en el

nivel del año 1998. Ver Gráfico 6.1

Cuadro 2.2

Crecimiento medio anual del VAM y de las exportaciones manufactureras Argentina y Resto

del Mundo (en %) Período 1980-2000

Rubro Mundo Países en desarrollo Países desarrollados Argentina

VAM 2,6 2,3 5,4 0,307

Exportaciones* 7,6 6,6 12,0 6,26

Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004) Argentina: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas

Nacionales y Comercio Exterior. * Las exportaciones de Argentina corresponden al total de MOA+MOI.

GRÁFICO 6.1

Participación de las exportaciones argentinas en el

total mundial 1992-2009 En %

0,25

0,3

0,35

0,4

0,45

0,5

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

2006

2008

Año

Po

rcen

taje

s

Xarg/Xmundo

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio Exterior

El incremento de las exportaciones recibió una influencia significativa del aumento del

intercambio con el MERCOSUR y de los acuerdos comerciales celebrados con Brasil,

lo cual explica, a su vez, buena parte de las ventas de MOI al exterior. Sin embargo, la

36

Atendiendo a los productos elaborados, los mayores cambios registrados fueron el mayor peso de los bienes

tradicionales y del automotor, el mantenimiento de los commodities alimenticios y el menor peso de los

commodities no alimenticios (G. Yoguel). Ver Nota 5 D) en Apéndice A.

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PIUBAD Página 21 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

pauta del intercambio con Brasil residía, en buena medida, en las exportaciones de

bienes primarios y manufacturas más estrechamente vinculadas a los recursos y de

baja tecnología, por parte de Argentina. El balance de comercio del sector

manufacturero en los ‘90 fue desfavorable. Si bien hubo algunas ramas que mostraron

un saldo comercial externo positivo ello no alcanzó para neutralizar el déficit de las

restantes (en particular, los rubros de bienes de capital, bienes de consumo durables e

intermedios)37

.

GRÁFICO 6.2

Participación de MOI y Resto en las

exportaciones 1992-2001

0,0

10,0

20,0

30,0

40,0

50,0

60,0

70,0

80,0

90,0

1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Año

Po

rcen

taje

s

PP,CyE, MOA MOI

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC Comercio Exterior. El subtotal comprende

Materias Primas, Energía y Combustible y MOA.

III.3 Las reglas del juego derivadas de la visión de la Macroeconomía Nuevo Clásica y

asociadas a la globalización de fines del S. XX

La concepción de la necesidad de apartar al Estado de las actividades productivas

(como productor de bienes y servicios, como orientador de la inversión y como

regulador) que se discutió desde la crisis de los ‘70 en el Centro y se impuso,

generalizadamente, desde la segunda mitad de los‘80, alcanzó al mundo en desarrollo y

también, aunque con un impulso quizás algo distinto, al de las economías avanzadas.

Los países en desarrollo aceptaron la liberación del comercio y del flujo de capitales y

la privatización, en parte, como secuela de las dificultades experimentadas en el

crecimiento económico (con las cuales tuvo bastante que ver, en no pocos casos, el

fracaso en avanzar con la industrialización) y además como consecuencia de las

presiones que provenían del mundo desarrollado y las instituciones de Bretton Woods

37

Así, se ha afirmado lo siguiente: ―En síntesis, uno de los rasgos que define el desempeño industrial en los años

noventa es el abultado y creciente déficit de divisas que presenta el sector. El mismo se origina en el reducido

dinamismo de las exportaciones en contraste con el fuerte crecimiento de las importaciones; en especial, si se tiene

en cuenta que se partió de una situación de superávit de divisas en los comienzos de los noventa. A su vez, ello ha

introducido una fuerte presión sobre los otros sectores que comercian con el exterior: se requieren superávits cada

vez mayores para compensar siquiera en parte los crecientes déficits industriales‖ (B. Kosakoff, edit, ―El

desempeño industrial argentino Más allá de la sustitución de importaciones‖; 2000; Cap. 1, Pág. 33)

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(las que, después de la llamada crisis de la deuda38

, se hicieron con un poder

acrecentado sobre las decisiones de las economías en desarrollo).

La globalización al par que los cambios tecnológicos, estuvieron acompañados de la

adopción de un conjunto de acuerdos internacionales que establecieron reglas de

comportamiento de los países en desarrollo respecto al comercio y las finanzas

internacionales. Tales acuerdos tuvieron expresión bilateral, regional e internacional.

En términos sucintos sus características principales son las siguientes:

Liberalización comercial como norma general, admitiéndose excepciones para el

caso de ciertas economías en desarrollo aunque fijándole a éstas plazos

predeterminados –no necesariamente adecuados a los tiempos necesarios para

despejar o aminorar su condición de inferioridad competitiva – Inclusión de ciertos

servicios dentro de la liberalización (GATS)39

Establecimiento de sanciones para el caso de transgresión de las normas

acordadas

Aceptación de avanzar en la liberalización como regla de largo plazo.

Eliminación de las normas que controlaran las inversiones extranjeras y la

transferencia de tecnología, (TRIMs) aspecto éste que tuvo (y tiene) una incidencia

marcada sobre la cuestión industrial.

Tanto el GATS como el TRIMs tienen incidencia sobre las políticas que favorecen el

proceso de industrialización en los países en desarrollo. Así, las disposiciones

contenidas en la política industrial sobre el contenido local de la producción de ciertos

bienes y el equilibrio comercial, la incorporación de mano de obra doméstica, la

transferencia de tecnología, las prácticas de investigación y desarrollo, resultan

acotadas por los acuerdos pactados en las rondas de negociaciones del GAT (hoy la

OMC).

Cabe tomar en cuenta que las políticas industriales exitosas de varios países del Asia

Oriental contenían medidas referidas a los aspectos mencionados, las que pudieron ser

aplicadas cuando no existían tales acuerdos, a los que pueden considerarse como

restricciones a diversos aspectos de dichas políticas40

(J. Dargin, 2010).

Colofón:

Las políticas macroeconómicas de los ‘90 (de las cuales las del período 1976-83

fueron un prolegómeno, con varios elementos comunes) no lograron que el sector

industrial argentino adquiriera una integración que es considerada necesaria

para otorgarle una capacidad competitiva adecuada en un contexto de apertura y

globalización

Al nivel de Latinoamérica los resultados en materia de industrialización fueron

negativos si se toma en consideración el crecimiento de la producción industrial y

las repercusiones sobre el resto de la economía.

38

Crisis que estallara, en 1982, con el anuncio de default por México. 39

El objetivo es asegurar la ―transparencia‖ y el ―principio de la nación más favorecida‖, es decir, la no

discriminación entre las empresas de diferentes orígenes. La negociación admite la confección de una ―lista

positiva‖ lo que significa que los países huéspedes están facultados a excluir las actividades no contenidas en la

lista. 40

Servicios: El Acuerdo General sobre Comercio de servicios (GATS) incluye la oferta por parte de las empresas

extranjeras presentes en los mercados alcanzados por las disposiciones de la OMC. Sus principios generales son la

transparencia y el de la nación más favorecida (es decir la no discriminación entre las empresas de diferentes

orígenes). El GATS prevé la confección de una ―lista positiva‖ de inversiones permitidas, lo que faculta a los

países huéspedes a tomar la decisión de excluir las actividades no contenidas en la lista. Ver Nota 4 en el Apéndice.

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El intercambio comercial con el resto del mundo de la industria argentina en la

década mostró un agravamiento de su característica ―tradicional‖: el carácter

deficitario de sus relaciones con el exterior.

Las mejoras en la inversión manufacturera fueron tales si se las compara con los

años de la década anterior, muy afectados por los hechos derivados de la crisis

de la deuda de 1982. En cambio, no resultaron mejores de lo experimentado en el

período 1960-74. El destino de la inversión se concentró en los rubros de

producción manufacturera orientados hacia los recursos naturales y los que

recibieron un trato preferencial (protección relativa).

El desempleo constituyó un factor que denota una falencia seria de la economía

argentina en los ‘90. La industria fue un sector que alimentó la elevada tasa de

desempleo medio en el período.

La estrategia de industrialización de raíz neo-liberal muestra más componentes

propios de un fracaso que de una tendencia hacia el progreso de una economía

industrializada eficiente en términos de su desempeño competitivo.

Los acuerdos internacionales traen consigo condiciones inconvenientes para la

adopción de estrategias alternativas a las planteadas por la MNC.

III.3 LA RECUPERACIÓN INDUSTRIAL DESDE 2003. SUS CARACTERÍSTICAS

MÁS NOTORIAS

III.3.1 Después del derrumbe del Patrón Dólar, la modificación del contexto

macroeconómico se fue concretando en pasos sucesivos.

El primer hecho de trascendencia fue el abandono del tipo de cambio fijo convertible y

el default junto a la reestructuración de la abultada deuda externa. Ello implicó la

instauración de una nueva política monetaria (activa, en sustitución de la política de

dinero pasivo sostenida durante una década) y la liberación de recursos del sector

público que quedaron disponibles para funciones alternativas.

Seguidamente, tuvo lugar la implementación de programas sociales gubernamentales

que produjeron un aumento del nivel de empleo (independizados de consideraciones

relativas a su productividad) y con ello alguna repercusión sobre la demanda de bienes

y servicios (aparte de su plena legitimidad como medio de subsidiar la indigencia y la

pobreza). Así, el estado asumía el rol de ―empleador de última instancia‖.

Se encaró, luego, el regreso a la fijación del salario nominal por medio de la discusión

de convenios colectivos, lo que traía consigo el abandono de la concepción que se

impuso en los ‘90 de la necesidad y conveniencia de la liberación del mercado de

trabajo (conocida como ―flexibilización laboral o del mercado de trabajo‖). Se

actualizó, también, el salario mínimo.

Más tarde, se aplicó un incremento del gasto público (actualizando el salario de los

empleados públicos –aunque en modo más bien moroso si se compara con el

cronograma de los aumentos recibidos en el sector privado- y acrecentando la

inversión).

Estas medidas tuvieron un impacto notorio y trajeron consigo:

Un aumento del valor de las exportaciones en moneda doméstica, el que luego se

combinó con el ascenso del precio en divisa de los bienes exportados y de las

cantidades.

Una modificación de los precios relativos domésticos, encareciendo las

importaciones y abaratando el precio en divisa del factor trabajo.

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Una creación de oportunidades para la producción de bienes antes importados

debido a la acentuada modificación de la relación costo-precio al nivel de las

unidades de producción41

.

La conveniencia de utilizar la capacidad instalada ociosa, disponible debido a la

prolongada recesión iniciada en setiembre de 1998.

Una recuperación ulterior de la demanda agregada, la que alentó la prosecución

de la producción de bienes, en particular, los de origen industrial. Hubo así una

reindustrialización espontánea de la economía argentina.

El proceso de reindustrialización se instauraba, así, bajo las siguientes condiciones:

Una reactivación de la demanda agregada.

Una modificación de los precios relativos a favor de la producción doméstica

debido a la acentuada devaluación cambiaria (es decir, una situación con similitud

a la creada merced a la protección del mercado interno durante la ISI).

La disponibilidad de fuerza de trabajo abundante con salarios reales muy bajos.

La disponibilidad de capital físico debido a la notoria subutilización de la

capacidad instalada en varias ramas de la industria.

Una disponibilidad de divisas como consecuencia de la rectificación de la política

de la deuda pública, el aumento del excedente de la cuenta corriente de la balanza

de pagos y el mantenimiento por muchos trimestres de esta condición excedentaria

positiva.

La superación de la aguda iliquidez vigente en los tiempos finales del Patrón Dólar

con convertibilidad merced a la nueva política monetaria y el tratamiento otorgado

a la actividad financiera por el Banco Central.

III.3.2 La magnitud del crecimiento de la producción industrial.

La magnitud del crecimiento de la producción industrial desde 2003 queda reflejada en

el cuadro siguiente:

CUADRO 3.1

Valor agregado bruto manufacturero (VABM) total y per cápita y variación % por

quinquenios - Período 1985-2009

Quinquenio VABM

Mill $ 93 PBI

Mill $ 93 Población

Miles VABM/pob

$ 1993 PBI/pob

$ de 1993 %Variación VABM/pob

%Variación PBI/pob

1985-89 36.930 198.959,6 30.988 1.192 6.421

1990-94 40.292 220.549,2 33.250 1.212 6.633 1,7 3,3

1995-99 45.668 268.745 35.396 1.290 7.593 6,5 14,5

2000-04 43.345 262.114,2 37.331 1.161 7.021 -10,0 -7,5

2004-09 59.159 352.939,8 39.292 1.506 8.982 29,7 27,9

Nota: Los valores corresponden a las medias de cada período y la variación está referida a cada período

inmediato anterior. Fuente: elaboración propia sobre la base de O.J. Ferreres, op.cit. e INDEC, Cuentas

Nacionales y Población.

41

Lo cual quedó expresado en el incremento de los precios mayoristas frente a una variación menor y más tardía de

los salarios.

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Cuadro 3.2

VAB manufacturero total y variación anual. Período 2002-2010

En millones de pesos de 1993 y porcentajes

AÑO VAB Mill $

93 Variación Anual %

2002 36.176 …

2003 41.952 15,97

2004 46.977 11,98

2005 50.480 7,46

2006 54.975 8,90

2007 59.153 7,60

2008 61.482 3,94

2009 61.503 0,03

2010 67.547 9,83

2003-10 8,21

Fuente: (ambos cuadros) Elaboración propia sobre la base de INDEC Cuentas Nacionales y Población

Puede observarse el aumento en la producción manufacturera por habitante del 29,7%

en el último quinquenio (destacándose nítidamente respecto de los guarismos de los

‘90) y que resulta superior al crecimiento del PBI pc.

La evolución del VABM aparece en el cuadro 3.3, donde se presentan los promedios

decenales del producto industrial, comparándolos entre sí. Los ‘60 y ‘70 presentan

variaciones del orden del 57% y 58%, respectivamente, respecto a los decenios

inmediatamente anteriores. El decenio de los ‘80 tuvo una caída media de casi el 6%,

en tanto que los ‘90 sólo muestran una reacción positiva del orden del 14%. El último

decenio, que contiene la fuerte caída del bienio 2001-02, aumenta un 16% el registro

las cifras del decenio anterior.

Las cifras de las fases ascendentes del producto industrial, entre 1950 y 2010, aparecen

en el Cuadro 3.5. Los períodos más dinámicos y prolongados están comprendidos en

los ‘50 a los ‘70 y en la última década (con tasas del 8,67% y 7,13%, totalizando tres

lustros; y del 8,21% con ocho años). En los ‘90, se registran tasas del 7,7% y 5,8% con

una duración de siete años.

Cuadro 3.3:

Variación del VABM según promedios decenales. Período 1950-2009

En Millones de Pesos de 1993 y Porcentajes

Decenio

Promedio Decenal del VABM

Variación % Respecto al

Decenio anterior

1950-59 16.153,5

1960-69 25.391,9 57,19

1970-79 40.144,9 58,10

1980-89 37.781,2 -5,89

1990-99 43.005,5 13,83

2000-09 49.718,0 15,61

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la

Argentina (1975) y Oferta y Demanda Globales (1970 y 1986), INDEC, Cuentas Nacionales.

Gráfico 6.2

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Variación del VABM entre promedios decenales En %

-10,00

-5,00

0,00

5,00

10,00

15,00

20,00

25,00

30,00

35,00

40,00

45,00

50,00

55,00

60,00

65,00

1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 2000-09

Decenio

Po

rce

nta

jes

Variación %

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la información mencionada en cuadros anteriores.

Cuadro 3.4:

Variación del VABM según promedios por período

Período VABM Variación % Respecto al

periodo anterior

1970-75 39.303,3 54,79

1991-98 43.867,5 11,61

2003-10 55.508,6 26,54

Fuente: Elaboración propia. Nota: La variación de 1970-75resulta de la comparación con el decenio

1960-69

Cabe señalar que el crecimiento industrial de los ‘90 presenta una característica distintiva: un

descenso del empleo de trabajo, un ascenso de la productividad media de la mano de obra y una

disminución del salario real medio por obrero ocupado (respecto a los valores de 1965-75)42

.

Algunos han enfatizado que tal ascenso de la productividad reflejaba un proceso de aumento del

capital por ocupado en un claro sentido de modernización industrial y avance tecnológico. Si

bien este hecho existió, quedó circunscrito a un número apreciablemente menor del total de

unidades de producción, en rubros manufactureros específicos y no alcanzó a ser un fenómeno

generalizado de la industria argentina. En cambio, sí tuvo un nivel de generalidad mayor la

incorporación de bienes de capital importado, en la medida que se acentuaron las facilidades

para la compra de equipos en el exterior43

. Más precisamente, el avance estuvo ligado más a la

tecnología de productos y reformas de organización empresaria, con énfasis en las cadenas de

comercialización en varios casos que a la tecnología de procesos, adaptación de tecnologías

avanzadas a la realidad argentina, innovación tecnológica con sello propio, en términos

42

El salario real medio por obrero ocupado y por hora trabajada había caído fuertemente en ocasión de los

episodios de alta inflación de fines de los ‘80 y principios de los ‘90. En 1991, el salario real industrial era un 7% y

un 11,8% más bajo para el obrero ocupado y la hora trabajada, respectivamente. Luego, el salario real asciende a

medida que se reducen las alzas de precios y se acomodan los salarios nominales; pero, desde fines de 1993, se

estancan y descienden a partir de 1995. 43

En especial, el estrato de firmas de menor tamaño relativo ha sido el que menos aprovechó el proceso de

apertura para aumentar el aprovisionamiento externo de bienes y subensambles. (G. Yoguel y R. Rabetino, op cit.

Pág. 216)

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generalizados44

. Sí hubo entonces y en diversos momentos del proceso de industrialización

argentino, núcleos de producción donde tal cosa fue concretada.

Además, debe tomarse en cuenta el efecto de la política macroeconómica imperante sobre la

mediana y pequeña empresa, la que impulsó el proceso de de-sustitución de importaciones y con

ello, la disminución del número de este tipo de unidades productoras. Debe tenerse en cuenta

que esas empresas ocupaban (y ocupan) un número considerable de personal y que presentaban

una productividad media del trabajo mucho menor al de las grandes y también a la media de

todo el sector manufacturero.

Cuadro 3.5:

Fases Ascendentes del Producto Bruto Manufacturero Argentino 1950-2010

Período

Variación media de

cada período %

Número de años

1954-58 8,67 5

1964-74 7,13 11

1983-84 5,01 2

1986-88 4,30 3

1991-94 7,74 4

1996-98 5,82 3

2003-10 8,21 8

Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA, 1975; INDEC, Cuentas Nacionales; Ferreres,

op.cit.

Por último, en el cuadro 3.6, se presenta, como referencia, cuál fue el comportamiento

de la producción manufacturera de cuatro agrupamientos a escala planetaria (PED de

Asia, OECD, LAC, ASS) respecto a la producción mundial y la estructura de la

producción industrial de los PED de Asia en las últimas cuatro décadas.

Es notorio el retraso de América Latina respecto de los PED de Asia; en todas las

divisiones (economías de escala baja, media y alta combinadas con las tecnologías

baja, media y alta respectivas) aparece un ritmo de variación de la producción

industrial menor que el de esos países por lo que su participación relativa en el total

mundial en los ‘90 y entre 2000 y 2003, resulta proporcionalmente más distanciada que

en la década inicial de la comparación y presentando guarismo menores en los cuatro

casos presentado guarismos menores en los cuatro casos citados.

La evolución de la producción por rama de actividad industrial de los PED de Asia

revela una modificación en el sentido de una complejización de la producción

manufacturera; así, las ramas de la industria química, maquinaria eléctrica y no

eléctrica, equipo de transporte y metales básicos acrecentaron su importancia dentro

del total, sucediendo lo contrario con las de Alimentos y Bebidas, Textiles, Vestimenta,

etc.

Cuadro 3.6:

44

Los agentes estarían centrando las ganancias de eficiencia en las cadenas de comercialización y distribución mas

que en el proceso de fabricación y en los equipos de ingeniería de planta y de investigación y desarrollo formal (G.

Yoguel y R. Rabetino, op cit. Pág. 216)

.

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Participación en la producción mundial por tipo de tecnología y década (%)

GRUPO No. 1970s No. 1980s No. 1990s No. 2000-2003

1.Bajas economías de escala/ Tecnología Baja

PED Asia 14 4,86 19 10,4 17 12,26 11 12,75

OECD 22 81,91 23 75,73 23 73,40 17 78,40

ALC 20 4,35 22 5,11 21 7,41 8 3,08

ASS 31 1,8 31 1,82 23 1,08 5 0,12 Resto del

Mundo 20 7,08 30 6,94 33 5,85 25 5,66

TOTAL 107 100 125 100 117 100 66 100

2. Bajas economías de escala/Tecnología media

PED Asia 14 2,51 19 6,08 17 8,23 11 8,42

OECD 22 91,58 23 88,27 23 84,97 17 86,56

ALC 20 1,88 22 2,13 21 3,81 8 1,65

ASS 30 0,97 31 0,93 23 0,51 5 0,07 Resto del

Mundo 20 3,07 30 2,59 33 2,49 25 3,3

TOTAL 106 100 125 100 117 100 66 100

3.Economías de escala Medias /Tecnología Media

PED Asia 14 2,14 19 7,77 17 10,82 11 11,34

OECD 22 88,7 23 81,84 23 77,79 17 80,96

ALC 19 2,3 22 3,35 21 5,23 8 2,01

ASS 29 1,37 30 1,34 23 0,76 4 0,03 Resto del

Mundo 20 5,49 29 5,7 33 5,4 25 5,66

TOTAL 104 100 123 100 117 100 65 100

4. Economías de escala Medias o fuertes / Tecnología media o alta

PED Asia 14 2,19 18 6,07 17 9,41 11 11,33

OECD 22 90,9 23 86,76 23 81,96 17 82,68

ALC 20 1,56 22 2,36 21 4,62 8 1,39

ASS 30 0,71 31 0,77 23 0,36 4 0,01

Res Mundo 20 4,64 30 4,04 33 3,64 25 4,58

TOTAL 106 100 124 100 117 100 65 100

Fuente: Felipe y Estrada, 2008 .que libro, que pág?

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Cuadro 3.7:

Estructura de la producción industrial de los PED de Asia por década (%)

Rama 1970s 1980s 1990s 2000-03

Alimentos y Bebidas 19,4 14,14 12,45 12,55

Textiles 14,77 11,02 7,11 5,84

Vestimenta, cueros y calzados 5,27 4,89 4,74 4,20

Madera y productos de la madera 3,01 2,10 2,01 1,82

Papel y productos de papel 2,20 2,10 2,09 2,28

Imprentas y publicaciones 2,11 1,95 2,58 1,89

Industria química 9,41 10,19 10,21 11,45

Petróleo y carbón 4,90 4,73 4,07 3,57

Caucho y productos plásticos 4,55 4,84 4,38 3,85 Productos de minerales no metálicos 4,46 5,42 5,34 4,60

Metales básicos 5,86 7,75 7,60 7,71

Productos de metal 3,43 4,24 4,23 3,42

Maquinaria no eléctrica 3,88 8,32 8,58 8,66

Maquinaria eléctrica 8,07 9,43 13,69 16,57

Equipo de transporte 5,74 5,49 8,28 9,26

Otros 2,94 3,39 2,62 2,33

Total 100 100 100 100

Fuente: J. Felipe y Estrada, artículo 2008

Cuadro 3.8:

Argentina - participación subsectorial en el VAB industrial, a precios de 1993 (%)

Rubro manufacturero 1980 1991 1998 2002 2005

Alimentos, bebidas y tabaco 19 25 26 32 28

Textiles, prendas de vestir e industrias del cuero 11 14 10 7 8

Madera y sus productos, muebles y otras industrias n.c.p. 3 3 8 6 6

Papel y sus productos; imprentas y editoriales 4 5 7 7 8

Sustancias y productos químicos, der. del petróleo y carbón, de caucho y plásticos

24 25 25 29 25

Productos minerales no metálicos, excepto der. del petróleo y el carbón

6 4 3 2 3

Industrias metálicas básicas 3 4 4 4 4

Productos metálicos, maquinaria y equipo 29 20 24 15 21

Fuente: Bugna-Porta.

La comparación entre la participación de los subsectores manufactureros en el total del

VABM de Argentina y los PED Asiáticos revela la menor importancia, en el primero, de

las actividades industriales más complejas y que exigen un mayor grado de evolución

productiva.

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GRÁFICO 7

EXPO-IMPO y Bce. Comercial 1980-2010

En Millones de usd corrientes

-10000-5000

0

50001000015000200002500030000

350004000045000500005500060000

650007000075000

1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

2006

2008

2010

Año

Mil

lon

es d

e u

sd

Total X Total M Bce Comercio

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, ―Comercio Exterior‖

En el comercio exterior, el ascenso de las exportaciones fue superior al de las

importaciones; sin embargo, éstas últimas retomaron una dinámica que se fue

acelerando en los últimos años. Con todo, el balance de comercio positivo se fue

reiterando trimestre a trimestre coexistiendo con un fuerte ascenso de la renta

agregada doméstica y del VABM.

Es preciso tomar en cuenta que la crisis internacional 2007/08 se hizo sentir sobre el

nivel de actividad económica, reduciéndolo notoriamente y sobre las importaciones,

retardándolas en 200945

.

GRÁFICO 8

Participación de MOI y Resto en las exportaciones

2002-2010

0,05,0

10,015,020,025,030,035,040,045,050,055,060,065,070,075,080,0

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Año

Por

cent

ajes

PP,CyE, MOA MOI

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, ―Comercio Exterior‖

La composición de las exportaciones, entre 2002-2010, no tuvo una modificación

sustancial ya que el conjunto de las PP, CyE y MOA siguió representando más de tres

45

Así, el aumento del balance comercial del año2009 tuvo que ver con la caída en la tasa de crecimiento y con el

efecto directo de la crisis sobre las expo-impo. Además, debe tenerse en cuenta que la reducción de las expo en

2009 se relaciona con la caída de la producción primaria 2008-9.

PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO

PIUBAD Página 31 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

quintos del total exportado aunque sí se registró un ascenso más acelerado de las

MOI46

, lo cual llevó a que superaran el tercio del valor de lo vendido al exterior.

Además, este subconjunto de las exportaciones experimentó una modificación positiva

en algunos productos, al acrecentarse la proporción que contienen de bienes

terminados (lo cual implicó una cierta reducción de los intermedios La aparición de

ventas de papel y cartón en lugar de la pasta celulósica; productos manufacturados

surgidos de la siderurgia; vestuario y confecciones dentro de los textiles; la reaparición

de zapatos y zapatillas, entre otros bienes.)47

En cuanto al contenido tecnológico de lo exportado debe reconocerse el limitado

alcance de las exportaciones con alta tecnología y la mayor proporción de los bienes

con tecnología baja y media baja48

.

Es también importante revisar, al respecto, el comportamiento de la composición de las

importaciones y su relación con el PBI y la IBIF. Tal como se presenta en los Gráficos

1 y 2, el último período (2003-2010) muestra que el ascenso de la producción

manufacturera y de la IBIF trae consigo una correlación positiva con las

importaciones.

En el cuadro 3.9 y el Gráfico 9 se presenta el comportamiento de la producción

nacional e importada en el rubro Equipo Durable de la inversión bruta fija. Para ello,

se relaciona dicho rubro y sus componentes Maquinaria y equipo y Material de

transporte, con el PBIpm.

Puede apreciarse el significativo crecimiento de la inversión en equipo durable

(tomando 1993 =100, pasó a 256,8 en 2010, es decir, un incremento del 157% en

diecisiete años, lo cual equivale a un 2,68 % aa) y además que el aumento de las

importaciones constituye una fuente creciente del abastecimiento de este tipo de bienes.

46

En rigor, debe señalarse que las MOI contienen una parte de bienes que están más cerca del carácter de

primarios que de manufacturas industriales. Así, el rubro ―Piedras y metales preciosos‖ integra las MOI: ―La

única excepción está dada por las ventas externas de piedras y metales preciosos, incluida en las MOI por

razones técnicas, pero vinculada fuertemente con la promoción de la actividad minera y por lo tanto sin mérito

para este análisis por su dependencia de los recursos naturales‖ (INTI)

http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc64/inti8.php. 47

Al respecto, analizando esta cuestión hasta 2006, se ha afirmado que ―Dicho cambio radical en la estructura de

saldos no se ve acompañado de un cambio en el patrón de especialización que, si bien muestra tasas de

crecimiento mayores que el promedio para sectores como las MOI, sigue estando dominado por productos

primarios de escaso valor agregado. La situación de convivencia del superávit externo con un alto nivel de

crecimiento del producto y, por lo tanto, del mercado interno es especialmente atípica para la economía

Argentina. Las condiciones de estabilidad del superávit, tanto internas como externas, plantean interrogantes para

el mediano plazo. Para evitar el dilema que Argentina ha enfrentado en situaciones similares (ajuste recesivo o

desequilibrio externo), las ganancias de competitividad deberían provenir de mejoras en los aspectos no-precio de

las exportaciones. (Bianco, Porta, Vismara, ―Evolución Reciente de la Balanza Comercial Argentina. El

desplazamiento de la restricción externa‖) 48

Las exportaciones industriales argentinas se concentran en las gamas de menor contenido tecnológico,

clasificadas según las convenciones usuales en la materia (Hatzichronoglou, 1997). Para el año 2005, las

manufacturas consideradas de Baja tecnología –compuestas en su gran mayoría por productos del sector de

Alimentos, bebidas y tabaco- alcanzaron al 59% de las exportaciones manufactureras totales argentinas. Las de

Media Baja tecnología representaron en ese año el 19% del total y estuvieron compuestas mayormente por bienes

de las ramas de Metales ferrosos y Productos de caucho y plástico; integran también este lote productos de la

Refinación del petróleo, Productos minerales no metálicos y Productos de metal. Las manufacturas de Medio Alto

contenido tecnológico explicaron una proporción similar del total de ventas externas de productos industriales

(20%), destacándose los productos Químicos (50%) y los Vehículos a motor (42%). La incidencia de las

manufacturas de Alta tecnología en este conjunto de exportaciones sigue siendo marginal (2%), compuesta

predominantemente por productos Farmacéuticos (68%) y, en menor proporción, por Equipo de radio, TV y

comunicaciones. Fuente ídem inmediata anterior

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PIUBAD Página 32 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

CUADRO 3.9

Inversión en Equipo Durable, discriminado en Maquinaria y equipo y Material de transporte,

Nacional e importado, en proporción del PBIpm.

Período 1993-2010

AÑO Maq. y Equip Maq. y Equip Mat. Transp Mat. Transp Equipo

Nacional (1) Importado Nacional Importado Durable Índice

EN PORCENTAJES RESPECTO DEL PBI p.m. 1993=100

1993 3,1 2,0 1,6 0,6 100

1994 2,9 2,6 1,8 1,0 119,8

1995 2,8 2,1 1,3 0,8 98,5

1996 2,9 2,4 1,2 1,0 111,4

1997 2,7 3,1 1,4 1,4 137,2

1998 2,7 3,2 1,4 1,6 147,6

1999 2,3 2,8 1,4 1,3 125,4

2000(*) 2,2 2,9 1,2 0,9 114,2

2001(*) 2,0 2,2 0,7 0,7 85,6

2002(*) 2,0 0,6 0,5 0,3 47,7

2003(*) 2,2 1,3 0,6 0,5 69,3

2004(*) 2,4 2,2 0,8 1,2 105,6

2005(*) 2,5 2,6 1,0 1,5 133,5

2006(*) 2,5 3,1 1,0 1,6 157,1

2007(*) 2,6 3,7 1,1 1,9 192,6

2008(*) 2,5 4,1 1,1 2,4 223,9

2009(*) 2,5 3,1 0,9 1,6 181,9

2010(*) 2,6 4,2 1,1 2,6 256,8

Fuente: Elaborado a partir de INDEC, Cuentas Nacionales. Las cifras correspondientes a las

importaciones de 2010 son una estimación propia aproximada.

Si se toma en cuenta el dato de 2008, el año en que confluyeron la crisis internacional y

la aparición del conflicto con el empresariado del sector agropecuario seguido de la

sequía que afectó la producción de este sector, la importación de Maquinaria y equipo

alcanzó al 4,1% del PBIpm y la de Material de transporte al 2,4%, las cifras más altas

de los últimos tres lustros. Observando el Gráfico puede apreciarse que el ascenso de

la importación de estos bienes de inversión, registrado entre 1993 y 1998, es igualado

en 2006 para ser superado a partir de 2007. Vale la pena destacar que este crecimiento

de la importación de bienes de inversión tiene lugar en un contexto sectorial distinto al

de los ‘90: mientras que hoy se registra una suerte de re-industrialización que tiende a

recomponer el tejido manufacturero (aunque con las limitaciones derivadas de un

mecanismo relativamente espontáneo al amparo de unas condiciones macroeconómicas

favorables al proceso, en un contexto de crecimiento robusto), en la última década del

S. XX se concretaba una reestructuración industrial que tendió a achicar al sector.

PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO

PIUBAD Página 33 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

Vale la pena destacar que este crecimiento de la importación de bienes de inversión

tiene lugar en un contexto sectorial distinto al de los ‘90: mientras que hoy se registra

una suerte de re-industrialización que tiende a recomponer el tejido manufacturero

(aunque con las limitaciones derivadas de un mecanismo relativamente espontáneo al

amparo de unas condiciones macroeconómicas favorables, en un marco de crecimiento

robusto), en la última década del S. XX se concretaba una reestructuración industrial

que tendió a achicar al sector.

GRÁFICO 9

Maquinaria y equipo y Material de transporte. Nacional e

importado. En % del PBI

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

3,5

4,0

4,5

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

(*)

2001

(*)

2002

(*)

2003

(*)

2004

(*)

2005

(*)

2006

(*)

2007

(*)

2008

(*)

2009

(*)

2010

(*)

AÑOS

Po

rcen

taje

s

Maq y equipo nacional Maq. Y equipo importadoMat. Transporte nacional Mat. Transporte importado

Fuente: Elaboración propia

Durante los ‘90 la inversión en la industria manufacturera se concentró en seis

actividades en las cuales es importante la dotación de recursos naturales (Derivados

del petróleo y gas, Alimentos y bebidas, Celulosa y papel, Petroquímica). Si además se

toma en cuenta la inversión en la producción de Hierro y acero resulta que todas ellas

reunían casi el 70% del total de la inversión del sector manufacturero. Y sumando la

inversión de la Industria Automotriz (un caso especial por las características del

régimen que enmarca la producción de este rubro) se tiene que un 88% de la inversión

sectorial en dicha década correspondió a sólo siete agrupamientos manufactureros.

Cabe señalar que entre 2005 y 2010 la producción de la industria manufacturera

estuvo ligada, principalmente, al crecimiento de la capacidad instalada, lo cual implica

que la inversión sectorial aumentó en todos esos años (salvo en 2009)49

aunque con un

grado de concentración aparentemente menor al de los ‘90.

En el Gráfico 10 se compara el comportamiento de la inversión bruta fija con relación

al PBIpm del período ISI (1950-1973) con el que tiene lugar desde 1993 a 2010. Es

interesante indicar el ascenso empinado de la inversión en equipo durable hasta 1964,

el mantenimiento del coeficiente en torno del 9%-9,4% y luego, en los 90, la tendencia

descendente hasta la fuerte caída que tuvo lugar en 2002. La recuperación del

49

En 2009 el impacto de la crisis internacional hizo reducir el nivel de inversión bruta interna.

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coeficiente equipo durable-PBIpm desde entonces lo ha colocado en el 10,5%, en 2010,

por encima del correspondiente a 1973 y debajo del registrado en el año 1964.

En el período 1950-73 tuvo lugar el proceso más intenso de sustitución de bienes de

capital e intermedios antes importados, lo cual queda reflejado en el ascenso de

coeficiente equipo durable-PBIpm y en la incidencia sobre la importación, cuyo

aumento era provocado, en buena medida, por ese tipo de industrialización sustitutiva,

según se señalara más arriba.

Párrafo aparte merece la experiencia del período 1960-64, cuando el fuerte impulso del

coeficiente que se comenta, tuvo su explicación en un incremento notorio del Material

de transporte (cuya magnitud relativa sigue siendo una de las más altas sino la mayor

desde mediados del siglo pasado y la incorporación de Maquinaria y equipo). Así, en la

medida que en la actualidad se incursione en un proceso sustitutivo, aunque fuera con

algún grado de semejanza al ya experimentado, es dable prever que el coeficiente de

importación de bienes de capital tenga un aumento.

GRÁFICO 10

Composición de la inversión en equipo durable: Material de

transporte y Maquinaria y Equipo. En % del PBI.

Períodos 1950-73 y 1993-2010

0,0

1,5

3,0

4,5

6,0

7,5

9,0

10,5

12,0

13,5

15,0

1950

1953

1956

1959

1962

1965

1968

1971

1993

1996

1999

2002

2005

2008

Años

Po

rce

nta

jes

Equipo durable Material de Transporte Maquinaria y Equipo

Fuente: Elaboración propia

Hoy, el proceso de sustitución tiene un mayor grado de libertad, en la medida que la

restricción externa ha mostrado un nítido debilitamiento. Pero, para conseguir un

sendero eficiente de crecimiento, se requiere una tasa de inversión compatibilizada con

un cierto ritmo de aumento del rendimiento del trabajo. El modo de conseguir este

incremento conjunto es de importancia crucial. Y su determinación –variable según el

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PIUBAD Página 35 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

contexto macroeconómico doméstico y externo- demanda la existencia de una

autoridad idónea50

cuya intervención no puede ser sustituida por la mera acción del

mercado.

Cabe mostrar ahora que la vinculación entre la IBIF y la importación vuelve a reiterar

que los bienes importados complejos constituyen un componente significativo de tal

evolución positiva.

Se ha tomado al conjunto de productos electrónicos para visualizar dicha vinculación.

En el Cuadro 3.10 se muestra el balance de comercio de esos productos, su incidencia

en el balance comercial del resto de los bienes intercambiados con el exterior y en los

gráficos 8 y 9 la relación entre la importación de estos bienes, la IBIF y el VABM.

CUADRO 3.10

Balance comercial de productos electrónicos y total.

Incidencia sobre el Bce. Comercial del Resto de las expo-impo. 1992-2010

En u$s corrientes

Año X M BCPE BC Total BC Resto BCPE/BCR %

1992 138,39 2.210,00 -2.071,6 -2.473 -401,4 516,1

1993 129,56 2.529,34 -2.399,8 -3.514 -1.113,7 215,5

1994 155,62 3.316,95 -3.161,3 -5.566 -2.404,9 131,5

1995 205,68 2.586,58 -2.380,9 1.040 3.421,2 -69,6

1996 153,43 2.913,97 -2.760,5 281 3.041,7 -90,8

1997 188,57 4.203,96 -4.015,4 -4.018 -2,8 143.909,9

1998 171,87 4.254,87 -4.083,0 -4.944 -861,4 474,0

1999 148,07 3.734,38 -3.586,3 -2.200 1.386,2 -258,7

2000 197,48 4.314,28 -4.116,8 1.062 5.178,3 -79,5

2001 217,86 2.880,35 -2.662,5 6.223 8.885,9 -30,0

2002 198,74 573,77 -375,0 16.721 17.096,5 -2,2

2003 155,57 1.323,68 -1.168,1 15.715 16.883,3 -6,9

2004 201,71 2.910,03 -2.708,3 12.104 14.812,0 -18,3

2005 232,31 4.075,59 -3.843,3 11.328 15.171,4 -25,3

2006 273,11 4.572,06 -4.298,9 12.393 16.691,9 -25,8

2007 355,13 5.671,27 -5.316,1 11.273 16.589,1 -32,0

2008 400,02 5.934,02 -5.534,0 12.556 18.090,0 -30,6

2009 301,43 4.850,35 -4.548,9 16.886 21.434,9 -21,2

2010 278,89 6.605,25 -6.326,4 11.633 17.959,4 -35,2

Fuente: L. Cianci, Tesis de grado, Ing. Industrial, FIUBA, www.uba.secyt/PIUBAD 2011.

Nota: Se deduce que al acrecentarse las importaciones, el peso de las compras al

exterior de bienes complejos, aumenta. Y el aumento de las importaciones (M) está

asociado al crecimiento de la inversión bruta fija (IBIF), del VABM y del PBI pm.

Entonces, se reitera que el avance de la producción industrial genera un aumento de

las importaciones de bienes complejos.

Además, se han incluido las series del PBI, la IBIF el VABM y la MPE (Cuadros 3.11 y

3.12). La correlación existente entre estas series es elevada (Cuadro 3.13).

Debe considerarse, entonces, que el crecimiento sostenido de dichas variables implica

la necesidad de importar bienes complejos (bienes de capital, partes a ensamblar,

50

El accionar de esa autoridad es concebida de diversas maneras: la coordinación y la información; la elaboración

de programas y el fomento a la inversión en ciertos subsectores; la intervención directa en la producción de ciertos

bienes y servicios; la creación de entidades ad hoc para orientar recursos crediticios, etc.

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tecnología). Pero, además, que lo planteado como deseable y conveniente en los ‘70,

respecto a la producción doméstica de varios de esos bienes, sigue estando en pie.

CUADRO 3.11

Evolución del PBI pm, la IBIF y la importación de productos electrónicos (MPE)

Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993

Año PBI IBIF MPE

1992 223743,0 43121,5 4.733,83

1993 236505,0 45069,4 3.321,82

1994 250308,0 51248,8 4.101,51

1995 243166,0 44539,6 3.088,21

1996 256626,0 48500,3 3.458,85

1997 277441,0 57067,0 4.929,99

1998 288123,0 60830,6 4.989,96

1999 278369,0 53231,8 5.053,86

2000 276173,0 49502,0 5.881,85

2001 263997,0 41750,0 4.204,24

2002 235236,0 26533,0 945,39

2003 256023,5 36659,0 1.947,29

2004 279141,3 48836,7 3.701,70

2005 304815,3 60458,4 4.879,14

2006 330565,5 71438,2 5.297,74

2007 359170,0 81187,0 6.049,04

2008 383444,0 88552,8 5.618,43

2009 386704,0 79527,0 5.509,26

2010 422130,0 96409,0 6.900,08

Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior

Cuadro 3.12

Evolución del VABM y la importación de productos electrónicos (MPE)

Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993

Año VABM MPE

1992 41223 4733,83

1993 43.138 3321,82

1994 45.079 4101,51

1995 41.850 3088,21

1996 44.550 3458,85

1997 48.627 4929,99

1998 49.526 4989,96

1999 45.599 5053,86

2000 43.855 5881,85

2001 40.627 4204,24

2002 36.176 945,39

2003 41.952 1947,29

2004 46.977 3701,70

2005 50.480 4879,14

2006 54.975 5297,74

2007 59.153 6049,04

2008 61.482 5618,43

2009 61.503 5509,26

2010 67.547 6900,08

Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior

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Cuadro 3.13

Coeficientes de Correlación: IBIF, VABM e Importación de productos electrónicos (MPE) Series 1992-2010

Variables Coeficientes de

Correlación

IBIF y MPE 0,8279

VABM y MPE 0,7693

GRÁFICO 11

IBIF y MPE 1992-2010

Millones de $ 93

0,0

20000,0

40000,0

60000,0

80000,0

100000,0

120000,0

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

2006

2008

2010

AÑOS

IBIF

-

1.000,00

2.000,00

3.000,00

4.000,00

5.000,00

6.000,00

7.000,00

8.000,00

mp

e

IBIF MPE

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio exterior.

GRÁFICO 12

VABM y MPE 1992-2010

Millones de $ 93

0

10000

20000

30000

40000

50000

60000

70000

80000

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Año

vab

m

0,00

1000,00

2000,00

3000,00

4000,00

5000,00

6000,00

7000,00

8000,00m

pe

VABM MPE

Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas Nacionales y Comercio exterior.

Es interesante realizar una comparación entre el coeficiente de importación de

Argentina con el de Brasil para el período 2000-2010

Es notorio que el aumento de las importaciones en relación al crecimiento de la renta y

el producto doméstico en Brasil resulta ser menos intenso que en Argentina. Este

comportamiento puede deberse a diversos motivos; sin embargo, las razones más

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PIUBAD Página 38 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

notorias están vinculadas a las tasas de crecimiento de una y otra economía, la

significación del tipo de cambio en un caso y otro y la importancia relativa de los

distintos bienes importados (la composición de las importaciones de uno y otro país).

La tasa media de crecimiento del PBI de Brasil en el período es algo menor que la de

Argentina (Ver Cuadro 3.14) en tanto que los tipos de cambio tuvieron un

comportamiento opuesto (la protección efectiva ha sido mayor en Argentina que en

Brasil). Queda, entonces, la cuestión de la composición de las importaciones como uno

de los factores que pesan en cuanto a la incidencia sobre el PBI. Aparentemente, la

economía de Brasil resulta menos intensiva en la adquisición de bienes extranjeros que

la de Argentina, lo cual estaría revelando una estructura de la producción doméstica

proporcionalmente más ―completa‖ o integrada.

GRÁFICO 13

Argentina y Brasil: Participación de las importaciones en el PBI

2000-2009

0

2

4

6

8

10

12

14

16

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Año

Po

rcen

taje

s

Brasil Argentina 2 per. media móvil (Argentina) 2 per. media móvil (Brasil)

Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010,

Página web e INDEC Cuentas nacionales.

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GRÁFICO 14

Argentina y Brasil: Exportaciones en números índice

Año 2000 = 100 Período 2000-2010

0,0

50,0

100,0

150,0

200,0

250,0

300,0

350,0

400,0

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Año

ïnd

ices

Xs Argentinas Xs Brasileñas

Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010,

Página web e INDEC, Comercio exterior. Los números índice corresponden a las Expo en usd corrientes.

GRÁFICO 15

Argentina y Brasil: Participación de las exportaciones en el PBIpm

2000-2010

0

2

4

6

8

10

12

14

16

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010Año

Po

rcen

taje

s

X/PBI Brasil X/PBI Argent 2 per. media móvil (X/PBI Brasil) 2 per. media móvil (X/PBI Argent)

Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖, 2010,

Página web e INDEC Cuentas nacionales. La relación entre exportaciones y PBIpm de Argentina

corresponde al cómputo de la Oferta y Demanda Global a precios de 1993.

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PIUBAD Página 40 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

CUADRO 3.14:

Argentina y Brasil: Tasa de Variación del PBI pm

Año PBI pm %

Brasil PBI pm %

Arg.

1999 0,8 -3,39

2000 4,2 -0,79

2001 1,9 -4,41

2002 1,0 -10,89

2003 -0,2 8,84

2004 5,1 9,03

2005 2,3 9,20

2006 3,7 8,45

2007 5,4 8,65

2008 5,1 6,76

2009 -0,2 0,85

2010 7,5 9,16

Promedio anual

3,05 3,45

GRÁFICO 16

Argentina y Brasil:TASA DE CRECIMIENTO ANUAL DEL PBIpm

1999-2010

-15

-10

-5

0

5

10

15

1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

año

po

rcen

taje

s

Brasil Argentina

Es interesante indicar que el aumento de las exportaciones argentinas (que resultó

menor que el de Brasil, por ejemplo) no parece haber reflejado una mejora global de su

competitividad sino más bien la consecuencia de los factores vinculados a la mejora de

precios y cantidades51

.

51

―La aplicación del CMSA a la evolución de las exportaciones argentinas en este último período sugiere que gran

parte de su crecimiento resultaría explicado más por el gran dinamismo de la producción y el comercio mundiales

que por eventuales ganancias netas de competitividad de la producción nacional. En ese mismo sentido, llama la

atención la escasa magnitud absoluta del efecto participación de mercado, lo que estaría reflejando la aparente

falta de una respuesta de las exportaciones acorde con la devaluación registrada; esta observación lleva a la

necesidad de enfocar las preocupaciones sobre la competitividad de la producción argentina en torno a la

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IV. ELEMENTOS PARA LA SELECCIÓN DE UNA ESTRATEGIA DE

INDUSTRIALIZACIÓN Y DEDUCCIONES PRELIMINARES

IV.1 El crecimiento, el desarrollo y la industrialización

IV.1.1 Un sector de la literatura económica está planteando que, en la presente etapa de la

evolución de las economías capitalistas y de los intercambios internacionales, se

pone de manifiesto la posibilidad de un crecimiento y desarrollo económico sin que

sea imprescindible acceder a un proceso de industrialización como condición ―sine

qua non‖. Sin embargo, otros autores afirman lo contrario, basándose en

consideraciones coincidentes –en algunos puntos esenciales – con el tratamiento del

desarrollo y la necesidad de promoverlo activamente, por ciertos enfoques teóricos

formulados en al pasado. Se acepta, entonces, que la superación del estado de

menor desarrollo relativo en que se encuentra una parte importante de países y

regiones, cuya población representa una porción mayoritaria del total mundial,

exige:

Lograr una diversificación de la producción de bienes y servicios,

conseguir una inserción más ventajosa en los intercambios con el resto del mundo,

lo cual supone competir en los mercados domésticos, regionales e internacionales

con un conjunto amplio de bienes y con servicios reales, transables, y

estar en condiciones de proporcionar empleo productivo a una elevada porción de

su población.

Tal diversificación de la producción –alcanzable merced al cambio estructural de

las economías en desarrollo – no tiene porqué excluir la producción

manufacturera ya que ésta permite la generación de excedente económico, en

esencia semejante al generado por la agricultura, lo cual posibilita y facilita la

multiplicación de los servicios. Más aún, una literatura económica significativa

ha aportado, recientemente, elementos de juicio que permiten identificar una

serie de regularidades en los patrones de crecimiento y desarrollo, entre las que

la industrialización es la clave de la transformación estructural y el aumento

sostenido de la producción52

(D. Rodrik; J. Felipe, Wang)

IV.1.2 La continuación del proceso de industrialización debe enfrentar, hoy, nuevas

condiciones que resultan ser determinantes para alcanzar una competitividad que

permita establecer y luego sobrevivir, con eficiencia, a las ramas sectoriales

inexistentes o necesitadas de consolidar su permanencia en el tejido productivo

local. Ellas son:

Liberalización comercial asociada a la globalización53

en curso

Cambio tecnológico acelerado

Reducción de las distancias económicas

evolución de la productividad y a los atributos ―no precio‖ (variedad, calidad, diferenciación de productos)‖ (C.

Bianco, F. Porta, F. Vismara, Evolución reciente de la balanza comercial argentina) 52

Ver Nota 5.C) 53

The International Monetary Fund defines globalization as broader and deeper integration, ―...the growing

economic interdependence of countries worldwide through the increasing volume and variety of cross-border

transactions in goods and services and of international capital flows, and also through the more rapid and

widespread diffusion of technology‖ (IMF 1997:45). While there have been dramatic increases in international

economic integration during last 30 years, change has been particularly intense over the last decade. During this

period (roughly the mid 80s to the mid 90s) trade grew twice as fast as world output, foreign direct investment three

times as fast and cross-border trade in shares ten times as fast (Economist 1997: 79).

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Adaptación a las exigencias derivadas del cambio (nuevas formas de organización

industrial, adecuada incorporación de técnicas productivas, utilización de

personal idóneo, demanda de habilidades especiales)

Utilización modernizada de las economías de aglomeración y el estrechamiento de

los eslabonamientos entre las empresas de ramas productivas ligadas por la

complementariedad en el orden nacional.

La competencia asume características particulares pues se basa en una

combinación novedosa de tecnologías avanzadas, duras y blandas oferta y

modalidades de distribución en redes54

.

Todo ello obliga a que las empresas de las economías en desarrollo que deben

encarar el avance en la industrialización utilicen nuevas tecnologías con las

mejores prácticas (tecnologías duras y blandas).

Dado que la accesibilidad a los mercados mundiales se corresponde frecuentemente

con empresas que desarrollan sistemas complejos, que aprovechan diferencias en

costos, se distinguen por el desarrollo de habilidades y encaran la optimización de

tales sistemas, ello se convierte, casi, en una suerte de requisito para la producción

competitiva de los bienes manufacturados.

Y tal requisito no se circunscribe a los bienes más complejos, usuarios de

instrumentos y equipos altamente valiosos y resultantes de procesos complejos;

también, los bienes de consumo e intermedios son generados con tales avances

tecnológicos y modalidades organizativas complejas.

Puede afirmarse, entonces, que la industria manufacturera se está convirtiendo en

una actividad que realiza un uso intensivo de la información y de las

comunicaciones externas e internas y que debe encarar una diversidad de tareas

caracterizadas por su ―levedad‖, el diseño, la investigación, la conformación de

redes (S. Lall, 2004).

Las empresas líderes del mundo desarrollado constituyen un núcleo que son un

exponente típico de las entidades que se desempeñan con la competitividad que

resulta ser un fruto del uso de tecnologías avanzadas y de punta y de organizaciones

adaptadas a las exigencias planteadas por ellas y por la globalización, es decir,

capaces de disputar mercados mundiales.

También, debe tomarse en cuenta el poder adquirido por tales organizaciones

(expresado en su participación en el mercado) y su capacidad para defender sus

cuotas de dominio económico por diversos medios. Así, la preservación de sus

derechos de propiedad intelectual (marcas y patentes de tecnologías de productos y

procesos) tiene lugar en virtud de reclamos y exigencias a los niveles nacional e

internacional, recurriendo para ello a su influencia sobre el poder político para

sostener su poder y capacidad para realizar beneficios.

Sin embargo, puede afirmarse que existen posibilidades –derivadas del avance

tecnológico y el desarrollo de la competencia- para que empresas de menor rango y

poder de mercado puedan entrelazarse con las trasnacionales.

54

―El capitalismo de hoy día conlleva la desagregación detallada de las etapas de la producción y el consumo a

través de las fronteras nacionales, con empresas con una estructura organizativa densamente ‗reedificada‘

(networked)‖ (Gereffi, Korzeniewicz and Korzeniewicz, 1994:1, citado por J. S. Kobrin, 1999)

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IV.1.3 Si bien en un esquema de economía abierta, con intercambios libres, de acuerdo a la

especialización basada en las ventajas comparativas y el intercambio comercial del

modelo ricardiano, sería lógicamente posible lograr un grado de abastecimiento y

de ventajas en el bienestar iguales o mayores al que se pretende merced al cambio

estructural, con una diversificación de la producción. Sin embargo, la experiencia y

el comportamiento de la realidad demuestran que ese no ha sido el camino seguido

para su desarrollo por las economías actualmente avanzadas (Francia, Alemania,

EEUU, Japón) y tampoco resulta ser, hoy, el tipo de intercambio y división del

trabajo vigentes en los países como los del Este de Asia.

En cambio, es aceptable considerar que a comienzos del S. XXI, la industrialización,

en la presente etapa de desarrollo del sistema capitalista –en tanto sistema de

alcance mundial- adquiere características distintivas relevantes respecto a lo que

acontecía a mediados del S. XX. Pero, hay un elemento central común a ambos

momentos: la necesidad de que unas economías (las menos desarrolladas) transiten

desde un estadio de desarrollo a otro superior, para lo cual la industrialización es

un proceso que posibilita y/o facilita francamente dicho tránsito.

IV.2 Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización

IV.2.1 La visión teórica de raíz estructuralista indica que para concretar lo anterior, de

acuerdo a la visión teórica de raíz estructuralista, mencionada antes y dada la

experiencia recogida mediante la aplicación de la visión neoliberal, se considera

necesaria la concepción de una política industrial y su aplicación a través de las

instituciones sociales, con una participación activa del Estado.

Se estima entonces que ―el argumento en pro de una política industrial selecta es sólido

y se debe mantener en los países en desarrollo que tratan de aumentar su nivel de vida‖.

Para que la política industrial sea efectiva, las autoridades deben identificar los fallos

potenciales del mercado (y de los gobiernos), ―los cuales proporcionan el espacio para

implementar la intervención en la capacitación y el bienestar‖ En el caso de países

(como el argentino) en los que ya se ha iniciado un proceso de industrialización, se ha

alcanzado un cierto grado de desarrollo y que poseen un mercado de cierta magnitud, la

estrategia de industrialización debe ser múltiple. ―Debe concebirse un desarrollo según

etapas, de tal modo que, en las iniciales, la sustitución de importaciones debe basarse en

las ramas intensivas en el uso de mano de obra. Luego, correspondería el abordaje de la

producción de bienes de capital, con la finalidad de independizar a la producción local

de la dependencia exterior. Sólo después de haberse creado una base industrial sólida

para los productos intermedios y pequeños, deberían hacerse esfuerzos para expandirse

al mercado internacional. En ningún momento, durante la fase de la producción

nacional, deben dejarse de lado las mejores prácticas (best practices), de tal modo que

este período debe ser un aprendizaje, a través de la práctica, para poder ganar

competitividad con vistas a la competencia internacional‖ (J. Dargin, 2010).

IV.2.2 La estrategia basada en el enfoque de la capacidad tecnológica

Como la industria de los países en desarrollo, en sus diferentes ramas, no suele estar en

la frontera tecnológica, el desafío principal para avanzar en el desarrollo industrial en

dichos países consiste en incorporar y adaptar tecnologías existentes55

.

55

Algunos plantean que en los grados de industrialización intermedia (cuando las economías han cumplimentado

una etapa inicial de este proceso) pueden hallarse casos de introducción de experiencias de tecnologías avanzadas

y hasta procesos productivos con el uso de tecnologías en la frontera del conocimiento aplicado.

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El proceso de adaptación y creación tecnológica y la difusión de la capacidad de

asimilación tecnológica y la adecuación de los procesos productivos y organizativos, en

sentido amplio, en las empresas del mundo en desarrollo requieren la promoción estatal.

Sin embargo, esa promoción debe ser selectiva y expuesta a la neutralización, en algún

momento, por la competencia externa.

El éxito en el desarrollo industrial de los países en desarrollo se asocia principalmente a

la capacidad con que sus sociedades, a través de sus gobiernos, logran fomentar y

orientar con efectividad (por ejemplo teniendo en cuenta las externalidades y aspectos

tácitos asociados a las diferentes tecnologías vigentes) los procesos de incorporación y

adaptación de tecnologías56

.

De ese modo, en forma gradual, dichas naciones se encontrarán en condiciones de tener

un rol activo en la generación de conocimiento e innovaciones a nivel global.

IV.2.3 La estrategia con una participación importante de la IED

Ahora bien, debe hacerse otra consideración relevante respecto de la inversión

extranjera directa. La promoción de este tipo de inversión se basa en las ventajas que

implica su recepción: el suplemento de la inversión doméstica con el consiguiente

aumento del coeficiente de inversión, la posibilidad de acceder a técnicas productivas

más avanzadas, el impacto favorable sobre el conocimiento del personal incorporado a

las empresas y sobre el balance de pagos si es cuantiosa. Pero, si bien la inversión

extranjera directa puede generar el desarrollo de ‗capacidades iniciales‘ de producción

de productos complejos (basadas muchas veces en actividades ‗low-end‘, de escaso valor

agregado), puede ser una trampa hacia el futuro en lo que respecta a la profundización

del proceso de desarrollo, ya que, por diversos motivos, las firmas extranjeras suelen ser

reacias a pasar de los nuevos procesos productivos instaurados en el país anfitrión a la

actividad innovadora dentro de este tipo de economías puesto que implica la adopción de

una decisión estratégica, por las habilidades y vínculos técnicos asociados a tal tipo de

transferencia. (S. Lall, op. cit.).

A estos alertas se agregaría uno adicional: si se gestiona la admisión de inversión

extranjera directa orientada a la generación de nueva capacidad productiva, de manera

de restringirla en los casos que se considere oportuno, y se realizan esfuerzos por

ejemplo para el desarrollo de las capacidades tecnológicas de las empresas locales, pero

no se restringen o desalientan de alguna manera las inversiones orientadas a la

adquisición de empresas locales de buen desempeño por parte de empresas de mayor

envergadura, principalmente del exterior, podrían verificarse problemas similares para

la profundización del proceso de desarrollo, por los mismos motivos que los vinculados a

la admisión indiscriminada de inversión extranjera directa de propiedad plena (FDI).

Por ello, quienes plantean tales inconvenientes se inclinan a recomendar las formas

externalizadas de implantación de tecnologías (licencias, contratos de asistencia,

equipos, etc.) en lugar de las internalizadas (las que ingresan bajo la forma de la

propiedad totalmente extranjera de la inversión directa).

56

―It argues that industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the

process of mastering, adapting and improving upon existing technologies. The process is difficult and prone to

widespread and diffuse market failures, which have important implications for policy. And it often requires inputs

from factor markets: physical inputs, new skills, technical information and testing or trouble-shooting services,

finance and new infrastructure. Capability development can face market failures in building initial capacity and in

subsequent deepening. Both need support, functional and selective‖. (S. Lall, op. Cit. Page 11)

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IV.2.4 La estrategia de la Reforma y las Restricciones limitantes más importantes57

Ante las dificultades derivadas de la aplicación en los PED de las reformas del Consenso

de Washington, se presentó una nueva aproximación al tema, denominado identificación

de las restricciones limitantes del crecimiento, buscando luego determinar cuáles de

ellas son las más importantes. Para hacerlo, se parte de un árbol de decisiones, ―básico

pero poderoso‖ para desembocar en la identificación de aquellas limitantes cuya

remoción rendirá los efectos mas importantes. Así, las reformas no perseguirán la

eliminación de todas las restricciones al crecimiento (lo cual es prácticamente imposible)

sino las que más significación tienen sobre el bienestar social.

El análisis de diagnóstico conduce a que ―en un país de bajo ingreso, la actividad

económica debe estar constreñida por lo menos, por uno de los siguientes dos factores: o

bien el costo financiero es demasiado alto, o bien, el retorno privado de la inversión es

demasiado bajo. Si el problema está en los retornos demasiado bajos, ello debe

originarse ya sea en retornos económicos (sociales) reducidos o en una gran brecha

entre los retornos privados y sociales (a lo que llamamos una baja apropiación de los

rendimientos). El primer escalón en el análisis de diagnóstico es establecer cuál de estas

condiciones caracteriza más ajustadamente a la economía en cuestión‖ (D. Hausman,

D. Rodrik; A. Velasco; ―Getting the diagnosis right‖, F&D, IMF, 2006).

La búsqueda de la ratificación empírica de la hipótesis condujo a estudiar los casos de

Brasil, El Salvador y República Dominicana. Resultando que Brasil constituye el ejemplo

de una restricción financiera (existencia de proyectos empresariales de inversión cuya

concreción quedaba trabada por los altos costos del financiamiento) y El Salvador, el de

una escasez de proyectos dada la baja retribución esperada de la inversión (siendo que

no existía racionamiento crediticio como problema característico).

Ante ello, dada la superación de los problemas que traban el crecimiento (por el

levantamiento de las restricciones limitantes), es dable esperar que éste se sostenga, al

menos, por un tiempo. La existencia (o aparición) de otros problemas requerirá la

adopción de nuevas reformas.

Cabe señalar que esta visión (¿reemplazante de la derivada del Consenso de

Washington?) plantea la posibilidad de la existencia de fallas de mercado, además de las

asignables a la inconveniente intervención gubernamental, la corrupción y la carencia

de instituciones adecuadas. Tales fallas tienen que ver con la existencia de las

externalidades más importantes y que son de dos tipos: a) las de información; b) las de

coordinación.

De acuerdo a tal diagnóstico cabe, entonces, una acción encaminada a superar esos

problemas, consistente en levantar las restricciones identificadas. Pero, el accionar

previsto consiste en la creación de las condiciones para que esto se concrete: es decir, la

introducción de las reformas pertinentes.

Esta visión de la problemática del desarrollo58

, aún reconociendo que las fallas del

mercado tienen la entidad suficiente para impedir el crecimiento, sigue rechazando la

57

El enfoque del desarrollo económico en que se basa esta estrategia ha sido denominado, también, como ―El

Diagnóstico del Marco de Crecimiento‖ (The Growth Diagnostics Framework) Ver M. P. Todaro y S. C. Smith,

2009, Cap. 4; Pearson, Addison-Wesley) 58

Prohijada por el FMI y el BM al cabo de la instauración de la macroeconomía neoclásica y el monetarismo como

posiciones dominantes. Recién en los últimos tiempos y sobre todo desde la crisis desatada en 2007/2008, se acepta

que deben revisarse las posturas asumidas respecto de la macroeconomía (Ver J. D. Villadeamigo, 1er. Simposio,

PIUBAD 8-6-2011)

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PIUBAD Página 46 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

postura que avala las políticas de industrialización entendidas como cualquier tipo de

intervención selectiva dirigida hacia ciertos sectores de la producción con la finalidad de

alterar la estructura productiva, dado que se considera que las perspectivas de

crecimiento serían mayores que sin la intervención (J. Felipe, Page 75, 2010). La crítica

dirigida a tal tipo de políticas de industrialización y desarrollo por los partidarios de la

visión que considera al mercado como garante ineluctable de la optimización y el

crecimiento, sostiene que estas han desembocado en una desvirtuación del mecanismo de

asignación eficiente de recursos al sesgarse hacia el ―picking the winners‖, con lo cual

los burócratas estatales establecían qué actividades se debían promocionar, gastando en

ello recursos públicos. Esta crítica es compartida también por varios de quienes admiten

las fallas del mercado y son promotores de una conducta proactiva del gobierno. La

diferencia radica en la modalidad de la acción estatal para la promoción del crecimiento

y la industrialización.

Desde mediados de la primera década de este siglo, se fue difundiendo en el seno del

pensamiento económico ortodoxo la propuesta de aceptar la elaboración de un nuevo

tipo de políticas industriales con un matiz gubernamental proactivo, en virtud de la

importancia atribuida a las externalidades asociadas a la información y la

coordinación59

. Por ello, se plantea que la política debe consistir en una vinculación

estratégica entre los sectores público y privado, procurando obtener de este último las

informaciones sobre las externalidades significativas y las restricciones limitativas del

cambio estructural y las oportunidades disponibles.

Como las restricciones limitativas pueden deberse a diversos factores (por ej.

insuficiente desarrollo del ―capital humano‖ o inestabilidad fiscal, monetaria y

financiera o insuficiencias de infraestructura) la política industrial puede ser tan

abarcadora que contemple a actividades distintas.

Asimismo, se da por sentado que es posible que la ―intelligentzia‖ estatal no sepa qué es

lo que los empresarios no saben. Y que, por ende, las autoridades no tengan el

conocimiento necesario para ―escoger a los ganadores―.

La superación de la incertidumbre que rodea a las decisiones empresariales en los PED

–la cual, según lo entienden, puede entorpecer las decisiones de inversión y detener el

crecimiento económico- y la superación de los escollos mencionados antes, requiere la

conformación de instituciones apropiadas para viabilizar la política industrial.

Esta visión de la política industrial se ubica en el contexto de la globalización, lo cual

implica que no aparecen como viables ni convenientes (y por ende como innecesarias) la

protección propia del concepto de industria infante así como no se identifica a la

dependencia tecnológica como factor obstaculizador del crecimiento ni aparecen, como

factor primordial, las externalidades tecnológicas. El rol del gobierno queda, entonces,

acotado a ciertas acciones, las que deben ser compatibles con la liberalización comercial

y financiera, la exclusión de la producción directa de bienes y servicios por el Estado y

de las decisiones conformadas a partir de las conclusiones extraídas por la burocracia

estatal per se (aunque esta fuera técnica y científicamente ilustrada). La planificación del

desarrollo no aparece explícitamente aceptada ya que se considera anacrónica la

experiencia de los años anteriores a los ‘80.

59

D. Rodrik (2004, 2006) y varios otros autores.

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PIUBAD Página 47 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

GRÁFICO 17

IV.2.5 Algunos enfoques heterodoxos del pensamiento económico y su importancia para el

crecimiento económico.

El punto de partida de estas estrategias es la adopción de un enfoque económico que no

acepta la teoría del equilibrio walrasiano o neo-walrasiano y que critica los modelos de

crecimiento de raíz neoclásica. Asimismo, adhieren al replanteamiento de la teoría del

comercio internacional introduciendo elementos tales que los alejan de las deducciones

de políticas de carácter clásico y neoclásico.

Los modelos de crecimiento de Harrod, (1936; 1939) y luego el de Domar, de raíz

keynesiana, fueron pioneros. Plantearon la naturaleza inestable de la expansión de la

producción en el capitalismo (el sendero tipo filo de navaja del crecimiento),

estableciendo la vinculación de la relación capital-producto con la propensión al ahorro,

dada la tasa de aumento de la población, lo cual requería un cierto comportamiento de

la tasa de inversión para arrojar el ritmo correspondiente de expansión de la renta

agregada.

Luego, aparecieron los enfoques del crecimiento de J. Robinson, Kahn, M. Kalecki y N.

Kaldor, los que analizan la evolución en el largo plazo de la economía de libre empresa.

En los análisis de J. Robinson, se aborda la conducta de la empresa en el capitalismo60

,

sin regulaciones, la cual, según su disponibilidad de financiamiento, determina la tasa de

acumulación del capital y las implicancias de la selección de técnicas realizadas. Por

60

Corresponde a lo planteado por M. Kalecki: Las empresas acumulan en función de sus beneficios y obtienen

beneficios porque acumulan.

PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO

PIUBAD Página 48 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

otro lado, las familias gastan al ritmo que guían sus preferencias y quedan limitadas por

su capacidad adquisitiva61

. Este modelo no carece de realismo y a partir de él se

muestran aspectos centrales del crecimiento económico conformando un resultado

respecto al sendero de expansión de una economía de ese tipo y estableciendo las

condiciones del estado estacionario.

El análisis de J. Robinson del crecimiento económico es el resultado de su preocupación

por elucidar las cuestiones de la economía capitalista en el largo plazo: el

comportamiento de los salarios reales y de la tasa de beneficios, el progreso de la

acumulación de capital, el auge y decadencia del monopolio y las reacciones a gran

escala de las transformaciones de la técnica sobre la estructura de clases de la

sociedad62

.

Una de las conclusiones de J. Robinson es que en la medida que se genera el progreso

técnico, la cantidad de empleo asociada con un stock de capital dado va cayendo

continuamente, lo que produce un incremento progresivo del desempleo. Este tipo de

desempleo no es el señalado por Keynes (vinculado a la deficiencia de la demanda

efectiva) sino el planteado por Marx (J. E. King, 2009, Pág. 66). Entonces, si para

producir una unidad de producto adicional se requiere más capital y si la población

crece a una tasa más alta que la dotación de capital, habrá desempleo que se amplía. Es

un desempleo marxista.

Luego, este concepto aparecería más o menos modificado en el desempleo estructural

señalado por los estructuralistas latinoamericanos.

Se extrae así la importante conclusión que una dotación de capacidad productiva

inadecuada se traduce en desempleo, siendo esta una característica común de los PED

con alta población.

La otra contribución significativa es su crítica a la concepción harrodiana del

crecimiento, que destaca: i) la desconsideración de la importancia de la distribución de

la renta y la riqueza sobre la propensión a ahorrar; ii) la supresión de elementos

esenciales para la producción como el desempleo marxista, la incorporación del

progreso técnico a los bienes de capital, los hechos de la realidad como guerra o

sequías; iii) ignorar las imperfecciones del mercado de capitales; y iv) la ausencia de un

tratamiento explícito del progreso técnico y el avance científico en relación a la

producción de bienes y servicios (J. Robinson, Essays on Marxian Economics;

Accumulation of Capital)63

.

M. Kalecki representa un puente estratégico entre la visión keynesiana y la marxista. Sus

trabajos tienen una gran coherencia global y no solo se focalizó sobre los ciclos y las

fluctuaciones económicos. Estudió y escribió sobre temas relacionados con países

capitalistas subdesarrollados (que denominaba economías mixtas), países socialistas,

planificación macroeconómica (Bénard et al., 1965) y la historia del pensamiento

económico.

Su análisis del ciclo económico y el examen de las decisiones de inversión en el

capitalismo, contienen elementos importantes para una comprensión del crecimiento y el

rol ejercido por la relación entre beneficio y decisión de inversión (son las decisiones de

61

Ver Nota 8) en el Apéndice A. 62

Robinson, ―Essays on Marxian Economics‖, 1942, Pág. 95 (citado por J. E. King, 2009, pág. 66) 63

Los puntos señalados en su crítica fueron desarrollados por la autora en ―Accumulation of Capital‖.

PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UBA PARA EL DESARROLLO

PIUBAD Página 49 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

inversión las que determinan los beneficios y no al revés64

). También, consideró la

cuestión de las innovaciones tecnológicas, señalando que su dinamismo puede

neutralizar, en parte, el efecto del ahorro de los capitalistas no reinyectado en el circuito

productivo. Agregó que el Estado puede, en última instancia, contrabalancear la

fragilidad del dinamismo de las innovaciones. Este elemento teórico es integrado, en un

trabajo de 1954 y en otros posteriores, tratando el progreso tecnológico con el concepto

del grado de monopolio y el comercio exterior. (A. Saludjian, 200865

).

Su rechazo del principio de la determinación del salario por la productividad marginal

lo conduce a su reemplazo por el concepto del grado de monopolio, el que se convierte

en un factor importante de la macroeconomía kaleckiana. Dada la capacidad de la

empresa capitalista para incidir en la fijación del precio de mercado –el que deriva del

grado de monopolio- existe una porción variable de éste que es el ‗mark up’. Este

consiste en un margen fijado sobre el costo variable de producción (compuesto

principalmente por el salario nominal unitario) y que se relaciona de modo inverso con

la elasticidad precio de la demanda dirigida al bien producido. Entonces, la empresa fija

sus precios sobre la base de sus costos directos, aplicando un ‗mark up‘ y tomando en

cuenta los precios de las otras entidades con quienes comparte el mercado. El precio

microeconómico o de la empresa conduce al correspondiente al nivel macroeconómico,

determinado sobre la base de un promedio de los costos unitarios de las empresas, el

mark up y el precio promedio de los concurrentes (tomado en cuenta por cada empresa

al fijar su propio precio).

Los modelos kaleckianos introdujeron también otro concepto importante, el de que el

capitalista gana lo que gasta y el asalariado gasta la totalidad de su ingreso. Estos

conceptos serían, luego, de uso generalizado entre los autores de la escuela inglesa que

no compartían la visión de la microeconomía neoclásica.

El sistema analítico de Kalecki proporcionaba conclusiones muy significativas respecto a

la conducta de la economía ante las situaciones de auge y recesión, lo cual fue

traspasado a los modelos de J. Robinson y a diversos trabajos que integraron la vertiente

de Cambridge y hoy se inscriben en el pensamiento Post Keynesiano.

N. Kaldor concibió dos modelos de crecimiento, Mark I y Mark II. Con el primero, trata

de explicar el comportamiento de las economías observado empíricamente. Y con el

segundo, reformulaba la función de progreso técnico como una relación entre la tasa de

crecimiento de la productividad del trabajo y la tasa de crecimiento de la inversión per

capita, definiendo el equilibrio como un estado en el que estas dos tasas son iguales. De

ello extrajo la conclusión que los gobiernos debían estimular el dinamismo tecnológico

gastando más en educación e investigación científica y fomentando una gestión

empresarial más receptiva al progreso tecnológico (Thirwall, 1987, pp. 228-257).

Finalmente, plantea ―las leyes de crecimiento endógeno y el principio de causación

circular acumulativa que niegan los procesos naturales de convergencia entre países

ricos y pobres, es decir predicen la formación de centros y periferias que se auto

reproducen. Las leyes son tres: la primera es la alta correlación entre el crecimiento del

producto industrial y el crecimiento del PBI. La segunda es la estrecha relación entre el

crecimiento de la productividad y el crecimiento del producto manufacturero. La tercera

es la relación positiva entre el crecimiento de la productividad de toda la economía y el

64

Podría establecerse la hipótesis que si los capitalistas quieren ganar más, pero dejan de invertir, en rigor,

terminan viendo caer sus rendimientos y en consecuencia, pueden enviar parte de los beneficios al exterior. 65

―De los ciclos económicos a la volatilidad macroeconómica: el aporte de M. Kalecki‖; Ensaios FEE, Porto

Alegre, v. 29, n. 1, p. 133-156, jun. 2008

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crecimiento de la actividad industrial y la negativa con el aumento del empleo en las

actividades no manufactureras de la economía‖. Agregó también que la demanda,

especialmente la de exportaciones, podía ser una notoria fuerza impulsora del

crecimiento.

La elaboración de la teoría del crecimiento económico prosiguió desde estas bases

constituyendo dos o tres vertientes principales. Así, se plantearon los modelos de

Pasinetti, Garegnani y varios otros economistas contemporáneos (conocidos también

como neo-ricardianos), los que desembocaron en la concepción tipo caos como R.

Goodwin y los que le otorgan una particular importancia al rol de la demanda (modelos

de crecimiento liderados por la demanda).

Puede afirmarse sucintamente que estos autores destacan la importancia de la inversión

y el progreso técnico como elementos determinantes del crecimiento económico, así

como el efecto de la demanda sobre la inversión, destacando la inestabilidad de dicho

crecimiento al depender la inversión, en buena medida, de las expectativas empresariales

(el animal spirits de Keynes). De este modo, el carácter volátil de la inversión que debe

asociarse a las expectativas afectadas por la incertidumbre radical, provocan que el

crecimiento económico a largo plazo no tiene porqué ser sostenido. Además, siguiendo a

Kalecki, los postkeynesianos indican la existencia de ciclos económicos (business cycles),

de manera que consideran que debe realizarse un análisis diferenciado de los

determinantes del crecimiento a corto y largo plazo.

Las aportaciones de estos enfoques son muy útiles al mejor entendimiento de la

problemática de los PED desalojando la idea de un presunto comportamiento

automático de la economía en dirección al crecimiento económico.

Es interesante comparar las conclusiones principales de los modelos de crecimiento

postkeynesianos con los aportados por las corrientes que partiendo de los enfoques

neoclásicos han arribado a los modelos denominados de crecimiento endógeno. Varios

de ellos concluyeron que la contribución importante al crecimiento de largo plazo está

dada por aquellos componentes que inciden significativamente en la PTF mientras que la

inversión incide sobre los niveles del ingreso de largo plazo. Entonces, los componentes

importantes son la ―acumulación de capital humano y el aprendizaje tecnológico que

permitan converger a la frontera tecnológica internacional‖ y no la inversión.

―Gutiérrez y Solimano (2007) plantean que el proceso de crecimiento para los países en

desarrollo está en realidad caracterizado por marcadas fluctuaciones en cada década,

que llevan a una sucesión de booms, estancamientos y colapsos. Los booms de

crecimiento son usualmente generados por términos del intercambio favorables, el

descubrimiento de recursos naturales o la adopción de políticas económicas pro-

crecimiento. En este contexto, la inversión es clave para sostener y consolidar el

crecimiento más allá de una fase de boom, a través de la creación de capacidades

productivas y la probable generación de externalidades tecnológicas e incorporación de

nuevas tecnologías. En esta misma línea, Hausmann, Pritchett y Rodrik (2004)

encuentran que los episodios de aceleración en el crecimiento están acompañados por

aumentos en la inversión y el comercio, y por depreciaciones reales, y que estas

aceleraciones no parecen estar lideradas por aceleraciones en la PTF‖ (G. Sanchez, I.

Butler, BID, 2007).

Las importantes contribuciones a la teoría del crecimiento económico derivadas de los

enfoques postkeynesianos tienen una particular trascendencia en el momento de escoger

entre las visiones teóricas más aptas para estructurar políticas de crecimiento y

desarrollo para los PED.

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IV.2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos: una estrategia de industrialización eficaz

Tal como se señalara más arriba, el éxito de las economías del Asia (Hong Kong-China,

la República de Corea, Singapur, Taipéi-China, Malasia, Tailandia; y más

recientemente, la República Popular China y Viet Nam) estriba en que han

experimentado un cambio estructural, diferenciándose nítidamente de su condición

anterior a las estrategias de desarrollo que adoptaron. El rápido crecimiento económico

que sustentaron y muestran hoy día, está íntimamente ligado a dicho cambio estructural.

Existe una opinión no poco difundida respecto a que esta modificación tiene como factor

clave el desarrollo de un sector industrial moderno ya que constituyó el medio utilizado

para propagar la transformación económica de esos países.

La labor gubernamental en relación a la industrialización tuvo diferencias entre los

países citados; sin embargo, salvo uno o dos casos, no hubo un ―laissez faire‖ luego de

crear algunas condiciones macroeconómicas adecuadas al crecimiento económico. La

promoción de actividades, la programación económica y el seguimiento activo de la

marcha del proceso de industrialización fueron elementos más o menos marcados en

cada caso, pero existentes, al fin.

Esta experiencia contrasta con la propuesta neoliberal: ―la mejor política industrial es

la inexistencia de política industrial‖

Sin embargo, cabe tener en cuenta las diferencias existentes no sólo con dicho enfoque

neoliberal sino también con la que surge, hoy día, de la revisión de las posiciones de los

propios organismos internacionales, sobre todo a partir de la crisis de 2007-2008.

IV.3 Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI

Tomando en cuenta:

las dificultades del modelo ISI hacia mediados de los ‘70, los análisis realizados y las

propuestas en discusión acerca de la superación de los problemas y la ulterior

prosecución del proceso de industrialización,

las políticas adoptadas desde la segunda mitad de los ‘70, sus fundamentos teóricos y

los resultados obtenidos en términos de industrialización y desarrollo;

la realidad presente, los enfoques existentes respecto al desarrollo económico, las

experiencias exitosas de varias economías en desarrollo en el abordaje del cambio

estructural y el avance en la industrialización, se pueden señalar los siguientes puntos

importantes relativos a la estrategia de industrialización en Argentina.

IV.3.1 El grado de desarrollo de la industria doméstica indica la existencia de algunos

subsectores y ramas de actividad que ostentan una competividad productiva apta para

conservar el mercado interno y acceder a los del exterior, pero otras no pueden

prolongar su reactivación y sostener su crecimiento cuando la protección efectiva

desciende o aún con el presente grado de protección. Es preciso indicar, además, que

están ausentes ramas de producción necesarias para alcanzar un mínimo de integración

sectorial que viabilice al aumento del VABM per cápita, el incremento de la

productividad media del trabajo en el sector y el de las exportaciones manufactureras.

IV.3.2 La continuación del proceso de industrialización en Argentina requiere conseguir la

producción doméstica de una gama de bienes manufactureros complejos, bajo

condiciones de eficiencia, que permita alcanzar una capacidad productiva y niveles

medios de productividad (competitividad productiva) del trabajo de todo el sector

industrial para competir en el contexto de la globalización. La importación de bienes de

capital e intermedios, imprescindibles para sostener la producción no sólo del sector

manufacturero sino también de otras diversas actividades de la economía, impone, en

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muchos casos, una dependencia de la oferta y del aprovisionamiento tecnológico externo,

con eventuales efectos inconvenientes sobre el ritmo de crecimiento económico derivados

de relaciones poco favorables con el exterior, costos de producción desaventajados

respecto a los de competidores, etc. Este tipo de dependencia implica (o puede implicar)

una capacidad competitiva menor que la requerida para la producción de una diversidad

de productos industriales – aún distintos a dicha gama de bienes complejos- y para

avanzar eficientemente en el abastecimiento del mercado doméstico y lograr el ingreso

en los internacionales.

IV.3.3 La producción de ciertos bienes de capital y varios intermedios de carácter complejo

debe continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial que contenga

―más fuertes complementariedades e interdependencias de la producción de las

empresas (el producto de una es el insumo de otra)―. Esto es un requisito para colocar a

la industria doméstica en condiciones de competitividad aptas para sostener la

producción en un contexto globalizado.

IV.3.4 La consecución de ese tejido industrial adecuado –determinable de acuerdo al análisis

técnico-económico de la economía argentina y en función de ciertos objetivos nacionales

de carácter macroeconómico – para acrecentar el VABM per capita y aún para

concretar una orientación exportadora viable, no debería basarse, excluyentemente, en

aquellos bienes en los que la economía argentina muestra ventajas atribuibles a la

posesión de recursos naturales y mano de obra en condiciones ventajosas.

IV.3.5 El objetivo señalado antes, plantea la necesidad de concretar un acumulación de capital

que exige un ritmo y una composición de la inversión distintos al actual. Si bien en los

últimos años se ha experimentado una reactivación continuada de la inversión bruta

interna, es preciso acrecentarla, especialmente, en los componentes más estrechamente

asociados al crecimiento de la capacidad productiva de la industria y de otros rubros

estratégicos (en particular algunas infraestructuras económicas). Esta condición debe

completarse con la explicitación de la temática del pleno empleo de la fuerza de trabajo

y la superación de las diferencias o heterogeneidades existentes en materia de

rendimiento y retribución a la mano de obra. Debe tomarse en cuenta que el objetivo del

desarrollo económico exige acrecentar la capacidad productiva acompañada con un

cambio estructural. Ya sea que tal capacidad esté o no plenamente utilizada, la

condición requerida para que el incremento de la renta se sostenga durante un período

largo es que exista una expansión de dicha capacidad y una interacción dinámica entre

acumulación de capital y progreso tecnológico.

IV.3.6 Si bien la actual condición excedentaria de la balanza comercial, basada en la

modificación de los precios internacionales de los bienes primarios, con un mayor o

menor grado de elaboración, significa un más amplio grado de libertad para proseguir

el crecimiento económico, no implica ‗per se‘ la posibilidad de una transformación

estructural de carácter espontáneo de la economía argentina. Las tendencias mostradas

por la relación expo-impo cuando se relacionan con el crecimiento del PBI, del VABM y

la IBIF señalan que la diferencial positiva de comercio se viera afectada hacia la baja,

entonces se podrían reproducir las dificultades en el abastecimiento regular de bienes

importados. Además, es preciso considerar el comportamiento negativo del rubro Rentas

de la cuenta corriente del balance de pagos cuya permanencia está asociada al tipo de

vinculaciones existentes entre la economía doméstica y el resto del mundo, originada en

una conformación estructural de la producción y la propiedad del capital (por ej. la

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propiedad extranjera de importantes y relativamente numerosas unidades de producción

residentes).

IV.3.7 El aumento de la exportación de bienes MOI está asociado, en buena medida, al

desarrollo del mercado regional mientras que el de las MOA aún coincidiendo con ello

en varios artículos, tiene un alcance internacional más expandido. Se plantea, entonces,

la necesidad de profundizar la industrialización argentina mediante una estructuración

comercial con el MERCOSUR que contemple una coordinación macroeconómica en la

región.

IV.3.8 La estrategia de industrialización deberá basarse en la cuestión de la sustitución de

bienes complejos seleccionados, la internalización o desarrollo de la capacidad

tecnológica, el fomento de la competitividad productiva mediante la intervención de

instituciones públicas idóneas y la inclusión de la promoción industrial focalizada dentro

de un programa flexible de industrialización.

IV.3.9 La adopción de políticas macroeconómicas compatibles con la industrialización Esto

supone la consideración de las cuestiones atinentes a la demanda agregada, para lo cual

es preciso encarar el tema de la distribución de la renta y el nivel de las compras de

activos externos que operan a modo de filtraciones significativas de la renta doméstica.

Asimismo, es preciso incorporar en forma explícita programas de desarrollo sectorial

para que tenga lugar una orientación ad-hoc de las acciones con incidencia central en el

proceso de crecimiento. Esto ha sido reconocido por algunos autores como una

estrategia de crecimiento conducida por el estado (―a government-led strategy‖).

IV.3.10En principio, los criterios para escoger las ramas industriales integrantes de la

estrategia industrializadora deben contemplar: i)las que actualmente ingresan a

mercados externos y son exitosas en mantenerse en competencia con la producción de

otras áreas del mundo; ii) las que muestran potencialidades de expansión mediante la

introducción de tecnologías aptas, reorganización ad-hoc y requieren mecanismos de

promoción bien identificados; iii) las productoras de bienes de capital; iv) las

actividades productivas inexistentes, pero necesarias y viables66

.

IV.4. Deducciones preliminares

4.1 El rol del gobierno ante las nuevas condiciones que rigen la industrialización

La conjunción de la globalización y la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías

inducen al cambio en las estructuras institucionales y en las políticas necesarias para el

logro de la competitividad productiva en la producción industrial. Se requieren nuevas

especializaciones por parte de conjuntos de individuos conocedores de diversos temas y

prácticas. Las instituciones de promoción y regulación demandan nuevas acciones –

adaptadas al contexto de la globalización y el cambio tecnológico y de las organizaciones

para la producción- que deben enmarcarse en cursos de acción que se basen en el

conocimiento del modo de acrecentar la productividad en las economías en desarrollo.

El rol del gobierno, entonces, debe concretarse a partir de una visión abarcadora de la

industrialización, concibiendo programas de acción flexibles, recurriendo a instituciones

66 El Gobierno ha publicado la siguiente lista de sectores productivos elegidos por el Plan Industrial: Alimentos;

Calzado, Textiles y Confecciones; Madera, Papel y Muebles; Material de Construcción; Bienes de Capital;

Maquinaria Agrícola; Autos y Autopartes; Medicamentos; Software, y Productos Químicos y Petroquímicos.

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idóneas promotoras de la competitividad y entrelazando ese accionar con el sector

privado67

.

IV.4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización de la

política de promoción industrial.

IV.4.2.1 La producción de un conjunto de bienes de capital y varios intermedios de carácter

complejo debe continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial

que contenga ―más fuertes complementariedades e interdependencias de la

producción de las empresas (el producto de una es el insumo de otra)― Esto es un

requisito para colocar a la industria doméstica en condiciones de competitividad

productiva aptas para sostener la producción en un contexto globalizado.

IV.4.2.2 Tal avance debe estar sujeto a una selección de ramas de actividad que tomen en

cuenta cuidadosamente las escalas de producción adecuadas, la introducción de las

tecnologías apropiadas –lo cual entraña una labor de selección y adaptación a las

conveniencias y exigencias del contexto argentino – la complementariedad con otras

ramas y la fijación de horizontes determinados respecto al tiempo de concreción de

la competitividad en la producción.

IV.4.2.3 La acentuación de la orientación exportadora de las ramas industriales existentes

debe suponer, en numerosos casos, la adecuación de sus procesos productivos, la

organización empresaria, y la preparación para el cambio de modo de lograr una

transferencia de tecnología moderna que se concrete en forma más homogénea.

IV.4.2.4 El proceso de integración productiva, la transferencia de tecnología moderna, el

avance hacia una mayor homogeneidad en la producción, requiere acumulación de

capital. Por ello, la tasa de inversión debe aumentar y también modificarse su

composición. El aumento de la capacidad de producción argentina es una condición

central para lograr un crecimiento sostenido y avanzar hacia el desarrollo. Debe

remarcarse que dicho incremento corresponde a las infraestructuras económicas y

sociales y también a la dotación de capital al nivel de las empresas.

IV.4.2.5 La adopción de políticas comerciales cuyo objetivo sea fortalecer el intercambio con

el mercado regional, especialmente, en el caso de las ramas industriales en

desarrollo y una acentuación de la importancia de la complementariedad productiva

regional.

IV.4.2.6 Mejoramiento de la educación y la salud.

APÉNDICE

Nota 1)

La discusión teórica acerca de la naturaleza de las dificultades de crecimiento e intercambio de las economías

latinoamericanas, las más grandes en particular, tuvo (y tiene) varias aproximaciones. Una es la estructuralista

(hoy devenida neo-estructuralista ¿o reemplazada por esta orientación teórica?); otra, es la de raíz ortodoxa de

diverso cuño (la monetarista, la keynesiana de la SNC, la basada en los enfoques clásicos y neoclásicos del

comercio internacional. En la actualidad la MNC y la MNK); y por fin las que pueden incluirse en los enfoques de

base marxista o las que rechazando la teoría neoclásica, elaboraron una visión diversa, tanto en la interpretación

de los hechos como en la deducción de políticas económicas. Algunas de estas fueron incorporadas con

adaptaciones al enfoque estructuralista.

Una interpretación de la realidad de la economía brasileña que se puede incluir en este último grupo es la

efectuada por J. Cartier-Bresson y J. Kopp (1989)68

. De acuerdo a éstos, la naturaleza de las limitaciones del

crecimiento económico brasileño -y por ende de la industrialización- como la tendencia al estancamiento del PBI

67

La experiencia Coreana y la actual de la China Popular son un ejemplo a tomar en cuenta. 68 ―Croissance, exclusion sociale et instabilité de la politique économique au Brésil”. In: Tiers-Monde. 1989, tome 30 n° 117.

pp. 147-159.

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per cápita, la inestabilidad macroeconómica, la incapacidad de superar la pobreza e indigencia de porciones

significativas de su población, radica en el carácter excluyente del modelo económico-social. Así definen el

carácter excluyente del siguiente modo:

―La croissance est dite « excluant » car elle s‘appuie sur une partition — en deux — , selon le revenu, de la

population. En tant que main-d‘œuvre, la population travaillant dans les secteurs formel ou informel de l‘économie

participe à la dynamique d‘ensemble. En tant que consommateurs la majorité n‘a qu‘un accès limité aux biens de

consommation traditionnels et quasi nul aux biens d‘équipement des ménages. Ce modèle « excluant » recouvre,

selon nous, plusieurs phases : la substitution des importations (1955-1962), l‘austérité (1962-1967), la « troisième

demande » (1968-1973), le Deuxième Plan national de Développement (1973-1979), la récession (1981-1983)‖.

Entonces, deducen que: ―le maintien des formes de l‘intervention de l‘Etat organisant la croissance autour du

modèle excluant est incompatible avec l‘extension des systèmes de légitimation fondés sur la démocratie. Cette

contradiction, renforcée par le poids de la contrainte externe, explique l‘instabilité des politiques économiques.

Nous proposons donc d‘examiner l‘idée selon laquelle la stabilisation d‘un régime politique démocratique exigerait

une modification profonde des formes d‘intervention de l‘Etat, en particulier dans deux domaines:

La reproduction de la force de travail. Les dépenses publiques, au Brésil, en matière de logement sociaux,

crèches, transports urbains, loisirs, aide sociale sont très limités. Une plus grande prise en charge de ces

dépenses par l‘Etat (socialisation de la reproduction de la force de travail) diminuerait le caractère

excluant du modèle de croissance. La segmentation importante de la consommation exclut des couches

entières de la population de l‘accès à certains biens2. Cette inégalité très marquée des types de

consommation constitue un réel obstacle à l‘extension d‘une légitimité fondée sur la démocratie

parlementaire.

L‘arbitrage entre les différentes fractions du capital. Les fractions du capital, jusqu‘alors marginalisées,

aspirent à profiter de la nouvelle structure de pouvoir pour redéfinir l‘orientation des aides publiques. Le

parlement permet précisément aux différents groupes économiques de renégocier leurs rapports avec

l‘Etat. Les discussions parlementaires en cours manifestent clairement cette volonté de voir « les cartes

battues et redistribuées ».

Nota 2)

A) ―Para sintetizar: el crecimiento industrial argentino, ha seguido el esquema indicado por nuestro análisis

general de ISI; períodos comparativamente cortos de rápido desarrollo para cada industria ―domesticada‖, con

la fase de rápido crecimiento de las industrias vegetativas. Comenzando usualmente con un incremento

considerable en el precio sobre sus equivalentes de importación, las industrias dinámicas más intensivas en

capital no han podido, debido a la brevedad de su fase de rápido crecimiento, reducir sustancialmente este

margen de precios. Las industrias vegetativas más intensivas en trabajo, por otra parte, comienzan usualmente

con un margen menor de precios sobre las importaciones y tienen además una fase más larga de desarrollo

dentro de la cual reducir este margen. Han tendido por lo tanto a alcanzar una posición de costo-precio más

favorable para entrar en la exportación industrial que las industrias dinámicas. Esta ventaja de costos

comparativos de las industrias vegetativas, además, ha sido relativamente invariable respecto a las sucesivas

devaluaciones del peso argentino de los años recientes, presumiblemente porque el mayor impacto de la

devaluación sobre los costos de las industrias dinámicas, más intensivas en importación, equilibra el efecto

favorable de su progreso técnico relativamente mayor. Como el tamaño del mercado industrial argentino se

halla segundo y cercano a Brasil entre los países latinoamericanos, es razonable suponer que su estructura de

crecimiento industrial y estructura de costos comparativos es al menos aproximadamente representativa de

otros países latinoamericanos de ISI” (D. Félix, op cit., pág. 181/2)

B) Se puede obtener cierta idea tosca de la evolución relativa de las distintas ramas de la industria comparando

sus tasas anuales de crecimiento con la de la economía en conjunto, y con la elasticidad ingreso aparente de la

demanda de diferentes tipos de productos manufacturados (aparente en el sentido de que la estimación es burda,

ya que no toma en cuenta los precios relativos y la distribución del ingreso). La comparación de la aparente

elasticidad ingreso de la demanda interna (incluyendo tanto demanda intermedia como final) para los productos

de cada una de las ramas de la industria, con sus elasticidades de ―crecimiento de producción‖, proporciona un

índice de cuán exitosamente avanzó la sustitución de importaciones en cada sector en los diferentes períodos.

C) La exportación industrial a mercados regionales tuvo un ―defecto básico‖ en su concepción que en el caso de la

ALALC ―ha sido que una precondición necesaria para integrar a los países con espectros similares de

industrias en un mercado regional es un balance de pagos razonablemente fuerte para todos o la mayoría de sus

miembros. Es probable que los esquemas de integración entre los miembros con estructuras industriales

competitivas y severas dificultades en el balance de pagos, no resulten ni en una integración exitosa ni en un

alivio significativo de los problemas del balance de pagos. Si se desea la integración por razones más

sustantivas, por ejemplo su contribución a la eficiencia económica o para otorgar a América latina una mayor

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distancia de su potente vecino del norte, el camino hacia ella tendrá probablemente que emprender un rodeo en

el cual los países miembros refuercen primero en forma bastante independiente su balance de pagos. Si la

exportación industrial debe contribuir significativamente a este esfuerzo, son los mercados mundiales más que

los regionales los que deben contemplar principalmente los países de ISI y es a la racionalización y

resurgimiento de algunas de las industria vegetativas confortablemente descuidadas a las que deben volverse

principalmente‖. El autor, en el párrafo siguiente declara que: ―Esta conclusión se ha alcanzado

principalmente, sin embargo de una perspectiva de costos comparativos‖.

Nota 3)

Según ―las premisas teóricas del enfoque neoliberal los mercados son ―eficientes‖; las instituciones requeridas

para que el mercado funcione, existen y son efectivas; y si hay desviaciones del óptimo, ello no puede ser remediado

eficientemente por los gobiernos. Dichas premisas son una mezcla de supuestos teóricos, empíricos y políticos. Su

núcleo teórico se apoya, entre otros aspectos, en una visión restrictiva de las bases tecnológicas de la

competitividad. El núcleo empírico se apoya en una interpretación particular de la experiencia de la mayor parte de

las economías industriales exitosas, los Tigres del Asia oriental. El elemento político –los gobiernos son necesaria y

universalmente menos eficientes que los mercados- tiene menos que ver con la economía que con la ideología‖.

―El enfoque estructuralista pone menos fe en los mercados libres como conductores de la competitividad dinámica

y más en la habilidad de los gobiernos para concretar efectivamente la intervención. Cuestiona los fundamentos

teóricos y empíricos del argumento que sostiene que las fuerzas del mercado sin trabas explica bien el éxito

industrial de los Tigres del Asia oriental (o de la industrialización temprana de los países actualmente ricos)

Aceptando los errores de la estrategia de industrialización del pasado, y la necesidad de una mayor apertura,

argumentan que la mayor confianza en los mercados no niega a priori un papel pro-activo del gobierno. Los

mercados son fuerzas poderosas, pero no son perfectos; las instituciones requeridas para hacerlos funcionar

eficientemente son, con frecuencia, débiles o están ausentes. Las intervenciones del gobierno son requeridas para

mejorar los resultados del mercado.

Por otro lado, los estructuralistas consideran que existe un rol vital para la política en el éxito industrial. Los

fracasos del pasado no constituyen una razón para que los gobiernos no sean pro-activos sino para mejorar sus

capacidades. Destacan que, en muchas regiones pobres, las políticas neoliberales implementadas recientemente no

dieron lugar al crecimiento industrial ni al éxito exportador que caracteriza a las economías más intervencionistas.

Para ellos, la proyección de las actuales tendencias sugiere que persistiendo en la liberalización pasiva en el

contexto de la globalización, exacerbarán antes que revertirán las divergencias‖.

Nota 4)

―In analyzing industrial policy, it is essential to differentiate between policies that initiate industrialization and

those that continue the process after the country has reached a higher level of growth. The former is applicable to

the least developed countries, especially those in sub-Saharan Africa, and the latter is of interest to semi-

industrialized countries with a basic level of industrialization, but relatively stagnant growth. While the experiences

of the East Asian Tigers are touted as models for other developing states to follow, the increased power of the WTO

has effectively constricted much of the policy space for other developing countries to follow their lead‖.

―The East Asian strategy may well be irreproducible for other developing nations, because critical state

interventionist policies may not be WTO compliant and Western nations have become increasingly adamant about

protection of their domestic industry during the global recession. The US and other Western trading partners

overlooked many of the state interventionist policies of the East Asian countries during the anti-communist struggle.

However, the end of the Cold War significantly lessened the US‘ acceptance of policies that disrupt its free trade

ideology.

Nonetheless, the case for selective industrial policy is strong, and must be pursued if developing countries seek to

increase their standard of living. For industrial policy to be effective, policymakers must identify potential market

(and governmental) failures that would provide the space to implement capacity and welfare interventions. Once

these are identified, policymakers must devise appropriate intervention strategies, and apply corrective strategies as

conditions evolve. While it is beyond the scope of this study to comprehensively map out strategies that specific

regions or countries should undertake to stimulate industrialization, there are general, overarching policies that

would be beneficial to nearly any developing country with a mid-size population, few natural resources, and low-

cost labor‖.

Nota 5)

Según S. Lall: “industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the

process of mastering, adapting and improving upon existing technologies”.

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También afirma que: ―Industrial success in the developing world ((and indeed in the presently developed world in

its early phases of industrialization)) is thus traceable to how effectively governments have overcome these market

and institutional failures‖. Refiriendo como ‗fallas institucionales y de los mercados‘ a aquellas que impiden la

correcta o favorable incorporación de tecnologías.

Por último, destaca que: ―Many interventions have to be selective because technologies differ inherently in their

tacit features and externalities‖

Nota 6)

Respecto a la inversión extranjera directa, se dice lo siguiente:

―Internalized technology transfer takes the form of wholly foreign-owned direct investment. This is an effective and

rapid way to access new technology, but it may result in little capability acquisition in the host country apart from

production skills. The move from production to innovative activity involves a strategic decision that foreign

investors, because of the skills and technical linkages involved, tend to be unwilling to take in developing countries‖

―To ensure socially optimal allocation, it may be necessary to (selectively) restrict technology imports in

internalized forms (via FDI) and promote those in externalized forms (licensing, equipment, imitation or OEM

contracts). Over history most countries that have built strong local innovative capabilities have done it in local

firms, often by restricting FDI selectively‖.

―…complete openness to internalized technology imports may not be a good thing if it truncates the process of

technological deepening and internalized transfers may need to be subjected to interventions to extract greater

technological benefits‖.

―…globalization of production… means that countries that get into the low end of sophisticated activities can reap

enormous export benefits. This makes the cost of restricting FDI much higher.‖

Nota 7)

La orientación industrial y la promoción en la Rep. de Corea fue pragmática y flexible y desarrollada en conjunto

con la industria privada. Por otra parte, sólo un número relativamente pequeño de actividades contó con el apoyo

estatal en un momento dado, y los efectos de la protección se vieron compensados por la fuerte orientación hacia

las exportaciones. Estas características se diferencian fuertemente de las intervenciones típicas de los gobiernos en

los países que sustituían importaciones, donde la protección a la industria naciente era de tipo radical (absoluta?)

y abierta (―sweeping and open-ended‖), no selectiva, inflexible y diseñada sin consultar a la industria

Desde el despegue de la economía en los comienzos de los 60, el sello del enfoque gubernamental sobre el

desarrollo del sector empresarial ha sido la flexibilidad pragmática en responder en forma apropiada a las

circunstancias cambiantes. Varios casos lo demuestran bien: los medios utilizados desde el comienzo para abolir la

generalizada mentalidad rentista que había sido engendrada por una década de dependencia de la asistencia

externa estadounidense; y el modo en que el rampante pesimismo acerca de las perspectivas de crecimiento fue

superado a través de una planificación sensata entre el gobierno y las empresas, cuyo éxito creó rápidamente las

condiciones que estimularon cambios radicales en el modo de realizar la planificación económica.

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PIUBAD Página 61 Secretaría de Ciencia y Técnica, Rectorado, UBA

GLOSARIO

ALC: América Latina y el Caribe

ASS: África Subsahariana

IBIF: Inversión Bruta Interna Fija

IBI: Inversión Bruta Interna

IED (FDI): Inversión Extranjera Directa (Foreign Direct Investment)

ISI: Industrialización por Sustitución de Importaciones

IPRs: Intellectual property Rights (Derechos de propiedad intelectual)

MNC: Macroeconomía Nuevo Clásica

NIEs: New Industrialized Economies (Economías de industrialización reciente)

OECD: Organización para la cooperación y el desarrollo económico

OMC (WTO): Organización Mundial del Comercio

GATT: General Agreement on Taxes and Tariffs

PBIpm: Producto Bruto Interno a precios de mercado

PED: Países en desarrollo

RNMF : Regla de la Nación más Favorecida

I&D (R&D): Investigación y Desarrollo

TRIMS: Trade-Related Investment Measures Agreement

TRIPS: Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights Agreement

VABM: Valor Agregado Bruto Manufacturero

UNCTAD: United Nations Commission on Trade and Development