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LA CONTRIBUCIÓN DE LA ECONOMÍA POLÍTICA INTERNACIONAL A LA REFLEXIÓN TEÓRICA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES Caterina GARCÍA SEGURA Profesora Titular de Relaciones Internacionales Universitat Pompeu Fabra SUMARIO INTRODUCCIÓN: I. LA ECONOMÍA POLÍTICA INTERNACIONAL Y LAS RELACIONES INTERNACIONA- LES: EL CARÁCTER, EL ORIGEN Y LA EVOLUCIÓN DE UNA RELACIÓN: 1. La Economía Política Interna- cional como área de estudio de las Relaciones Internacionales. 2. El objeto de estudio de la EPI. 3. Los hechos como origen de la EPI. 4. Evolución de la EPI y de su relación con las RI.—II. DE LA CRÍTICA A LA EPI A LA EPI CRÍTICA: 1. La nueva EPI y la crítica pos-positivista de las RI. 2. La nueva EPI y la crítica al neorrealismo y al neoliberalismo: la reconsideración del papel del Esta- do. 3. La nueva EPI y la reflexión sobre el poder, la hegemonía y los regímenes internacionales en el contexto de la globalización.—III. REFLEXIONES FINALES. INTRODUCCIÓN 1 El presente trabajo pretende analizar la contribución de la Economía Política Internacional (en adelante EPI) a la reflexión teórica de la disciplina de las Rela- ciones Internacionales 2 (en adelante RI). Aunque nos detendremos en ello más adelante, de entrada hay que señalar que la EPI es generalmente considerada como un área de estudio de las RI que estudia la sociedad internacional, en con- 1 Agradezco sinceramente a Noé Cornago, Josep Ibáñez y José Antonio Sanahuja la atenta lectura del borrador de este trabajo y, por supuesto, sus útiles comentarios críticos. 2 Dada la coincidencia terminológica entre la disciplina y la realidad que estudia, se utilizarán las mayúsculas cuando se haga referencia a la disciplina y las minúsculas cuando se haga alusión a la realidad objeto de estudio de las misma. —————— R.E.D.I., vol. LI (1999), 2

La Contribución de La Economía Política Internacional a La Reflexión Teórica de Las Rrii

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  • LA CONTRIBUCIN DE LA ECONOMA POLTICA INTERNACIONAL ALA REFLEXIN TERICA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

    Caterina GARCA SEGURAProfesora Titular de Relaciones Internacionales

    Universitat Pompeu Fabra

    SUMARIO

    INTRODUCCIN: I. LA ECONOMA POLTICA INTERNACIONAL Y LAS RELACIONES INTERNACIONA-LES: EL CARCTER, EL ORIGEN Y LA EVOLUCIN DE UNA RELACIN: 1. La Economa Poltica Interna-cional como rea de estudio de las Relaciones Internacionales. 2. El objeto de estudio de la EPI.3. Los hechos como origen de la EPI. 4. Evolucin de la EPI y de su relacin con las RI.II. DELA CRTICA A LA EPI A LA EPI CRTICA: 1. La nueva EPI y la crtica pos-positivista de las RI. 2. Lanueva EPI y la crtica al neorrealismo y al neoliberalismo: la reconsideracin del papel del Esta-do. 3. La nueva EPI y la reflexin sobre el poder, la hegemona y los regmenes internacionales enel contexto de la globalizacin.III. REFLEXIONES FINALES.

    INTRODUCCIN 1

    El presente trabajo pretende analizar la contribucin de la Economa PolticaInternacional (en adelante EPI) a la reflexin terica de la disciplina de las Rela-ciones Internacionales 2 (en adelante RI). Aunque nos detendremos en ello msadelante, de entrada hay que sealar que la EPI es generalmente consideradacomo un rea de estudio de las RI que estudia la sociedad internacional, en con-

    1 Agradezco sinceramente a No Cornago, Josep Ibez y Jos Antonio Sanahuja la atentalectura del borrador de este trabajo y, por supuesto, sus tiles comentarios crticos.

    2 Dada la coincidencia terminolgica entre la disciplina y la realidad que estudia, se utilizarnlas maysculas cuando se haga referencia a la disciplina y las minsculas cuando se haga alusin ala realidad objeto de estudio de las misma.

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  • creto las estructuras de poder que la configuran, a partir del anlisis de las inte-rrelaciones que se operan entre Estados y mercados o, usando trminos msamplios, entre actores polticos y fuerzas econmicas. De manera simplificadapodemos decir que la EPI pretende analizar las conexiones entre poltica y eco-noma en las relaciones internacionales.

    Desde estas pginas se defender la idea de que la EPI est desempeandoun papel dinamizador de la reflexin en el contexto de la efervescencia tericaprovocada por las transformaciones del sistema internacional a partir del fin dela guerra fra. La EPI estara alcanzando ahora, en los noventa, los que han sidosus objetivos desde su configuracin como rea de estudio de las RI: ampliar laagenda de estudio, superar la divisin artificial entre Economa y RI (o la msgeneral entre Economa y Ciencia Poltica) e integrar el estudio de la polticainterna e internacional. De conseguir sus objetivos, la EPI dejara de ser un reade estudio de las RI para ser simplemente la disciplina que estudia las relacionesinternacionales, fuera cual fuera la denominacin que prevaleciera.

    Desde finales de los aos ochenta, la EPI no slo es ms visible, lo quepodra atribuirse a la gran proliferacin de estudios realizados en este campo,sino que aparece ms integrada en la produccin terica de las RI. En nuestraopinin, est cambiando el signo de la relacin RI/EPI que haba imperado desdelos setenta en el sentido de que la EPI, que se haba afianzado como rea deestudio especfica dentro de las RI pero que permaneca relativamente aislada delos trabajos tericos de RI, se est convirtiendo en una perspectiva presente enlas obras sobre la Teora de las RI 3 y en los trabajos de anlisis de la sociedadinternacional contempornea. No obstante, actualmente es un proceso en curso,inacabado, en el que an se detectan desajustes que hacen que no se pueda hablarde una verdadera integracin y que justifica que todava se hable de la EPI comorea de estudio. Mientras que en los trabajos tericos de RI la EPI ha encontradoun espacio cmodo, todava debe consolidarlo en los trabajos de anlisis de larealidad internacional. En este segundo campo, ms que de integracin debemoshablar de participacin: participacin que se traduce en la inclusin de un cap-tulo dedicado a la EPI en los trabajos de RI que puede guardar ms o menoscoherencia con el resto de la obra 4.

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    3 Muchos de los numerosos readers sobre el estado de la Teora de las RI que proliferaron enlos primeros aos de la posguerra fra incluyen un captulo sobre la EPI. Por ejemplo, sin nimo deexahustividad, se pueden citar los siguientes: BOOTH, K., y SMITH, S., International Relations The-ory Today, Cambridge, Polity Press, 1995; GROOM, A. J. R., y LIGTH, M., Contemporary Interna-tional Relations: A guide to Theory, Londres, Pinter, 1994; HILL, Ch., y BESHOFF, P., Two Worlds ofInternational Relations. Academics, Practitioners and the Trade in Ideas, Londres Routledge,1994; y MACMILLAN, J., y LINKLATER, A., Boundaries in Question. New Directions in InternationalRelations, Londres, Pinter, 1995.

    4 Aunque hay excepciones, se puede afirmar que la EPI ha conquistado un espacio pero no seha producido la simbiosis. El tratamiento de la EPI en tres obras recientes de RI puede servirnospara ilustrar esta, todava difcil, relacin. Los ejemplos seleccionados constituyen diferentes vasde inclusin de la EPI en el anlisis de las relaciones internacionales. En primer lugar, Art y Jervis

  • La mayor presencia de la EPI en la reflexin terica de las RI est siendoposible gracias a una receptividad por parte de la disciplina que es un rasgonovedoso propio de los ltimos aos. La receptividad ha sustituido a la pasivi-dad y al hermetismo anterior, en el marco del clima de apertura terica que seda a partir del fin de la guerra fra. La confrontacin de la disciplina con lanueva realidad internacional gener un proceso de replanteamiento de los fun-damentos tericos de la misma. Desde el fin del orden bipolar las RI han sidosometidas a examen a partir del cuestionamiento, no ya de su capacidad predic-tiva, sino de su capacidad explicativa ante el cambio acontecido. La disciplinase enfrenta al reto de explicar la naturaleza de las transformaciones de finalesde los ochenta y el alcance de sus consecuencias sobre la sociedad internacio-nal contempornea. Con ello se resita en un primer plano la que sido una delas mayores disfunciones tericas de la disciplina de las RI: la poca atencindedicada al cambio y la incapacidad explicativa que tradicionalmente hademostrado ante l 5. En este contexto de bsqueda urgente de explicaciones, laapertura a nuevas, o renovadas 6, perspectivas ha facilitado que se pusiera demanifiesto la relevancia del enfoque de la EPI para la comprensin de algunos

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    (ART, R. C., y JERVIS, R., International Politics. Enduring Concepts and Contemporary Issues,Nueva York, Harper Collins, 1996, 4.a ed.) le dedican una parte de su obra que situan entre las dosprimeras, en las que tratan los temas ms clsicos -la anarqua y el uso de la fuerza en las relacionesinternacionales-, y la cuarta, ms prospectiva, dedicada a los problemas centrales de las relacionesinternacionales contemporneas (futuro de la guerra, economa global, medio ambiente, interven-cin humanitaria). Adems de presentar las perspectivas de estudio de la EPI analizan cuestionespropias de su agenda de estudio: la interdependencia y el papel del Estado (soberana, inters nacio-nal) y la relacin entre poder poltico y riqueza. En segundo lugar, Baylis y Smith (BAYLIS, J., ySMITH, S., The Globalization of World Politics. An Introduction to International Relations, Oxford,Oxford University Press, 1997) no le encuentran un espacio cmodo. Dedican un captulo a las pers-pectivas tericas de la EPI que, sin embargo, no incluyen en la parte dedicada a las aproximacionestericas de las RI. Lo sitan dentro de la tercera parte dedicada a las estructuras y los procesos, juntoa la seguridad internacional en la postguerra fra, la diplomacia, los regmenes, las Naciones Unidasy los actores transnacionales. Otros temas tradicionales en la agenda de la EPI son tratados en lacuarta parte dedicada a cuestiones internacionales contemporneas. Mayor coherencia se halla en laobra de Clemens, nuestro tercer ejemplo (CLEMENS, W. C., Dynamics of International Relations.Conflict and Mutual Gain in an Era of Global Interdependence, Lanham, Rowman & Littlefield,1998). La tercera parte de este manual de RI dedicada a la EPI mantiene la estructura del resto de laobra: alterna las aproximaciones tericas pertinentes para el anlisis de cada una de las cuestionesexaminadas. stas, en el caso de la EPI, incluyen la relacin entre democracia-autoritarismo y rique-za-prosperidad, la riqueza de las naciones, los desafos del desarrollo y las transiciones.

    5 Es significativo el ttulo de una de las obras ms citadas sobre el cambio: BUZAN, B., &JONES, B., Change and the Study of International Relations: The Evaded Dimension, Londres, Pin-ter, 1981. De entre los trabajos tericos de los noventa sobre el cambio, vase, por ejemplo, el deHolsti (HOLSTI, K. J., The Problem of Change in International Relations Theory, comunicacinpresentada en la Third Paneuropean Conference of the Standing Group on IR of the ECPR andJoint Meeting with the ISA, Viena, 16-19 de septiembre de 1998) y las reflexiones de James Rose-nau en ROSENAU, J., Along the Domestic-Foreing Frontier: Exploring Governance in a TurbulentWorld, Cambridge, Cambridge University Press, 1997.

    6 En el campo de la EPI, muchas de las contribuciones recogidas en los readers que se hanpublicado en los ltimos aos son reimpresiones de artculos de los setenta que siguen manteniendola vigencia de sus premisas y reivindicaciones.

  • de los problemas que han adquirido protagonismo en las relaciones internacio-nales de la posguerra fra 7.

    Como en los aos setenta, momento del boom de la EPI como rea de espe-cializacin, el resurgir de finales de los ochenta es un reflejo de los hechos 8. Sinla crisis del sistema monetario internacional en los aos setenta y sin el estallidodel problema de la deuda en los ochenta no se entendera el porqu, el vigor y ladireccin de las reflexiones tericas de la EPI. Los hechos hacen que unas pro-blemticas cobren relevancia y que la de otras se desvanezca. En los ochentaempiezan a coincidir las problemticas en alza en la disciplina de las RI conalgunas de las que tradicionalmente haban sido tratadas ms en profundidad porla EPI: la naturaleza poltica del proceso de globalizacin econmica, las conse-cuencias de la globalizacin desigual, la estabilidad hegemnica, la erosin otransformacin del papel del Estado en las relaciones internacionales, las din-micas transnacionales, etctera. De esta manera los caminos de las RI y la EPIque haban transcurrido paralelos empiezan a cruzarse.

    Las aportaciones de la EPI a la reflexin terica de las RI de la posguerrafra se desarrollan sobre los diversos niveles de conocimiento de la disciplina:ampliacin de los programas de investigacin (respecto a los tradicionales de lasRI) y posicionamiento respecto a las cuestiones metatericas (epistemolgicas,metodolgicas y ontolgicas) 9 debatidas actualmente. La EPI no haba partici-pado en los dos primeros debates de la disciplina 10 puesto que no se haba desa-rrollado como campo de estudio en los momentos en que stos tenan lugar. Por

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    7 En los primeros momentos de la posguerra fra, las reflexiones tericas centradas en lastransformaciones de las relaciones internacionales se agrupaban en cuatro bloques temticos: 1) elcambio (inicialmente muy centrado en las causas del hundimiento del sistema sovitico entendidocomo hecho generador/posibilitador del cambio o la transformacin- del sistema internacional);2) los rasgos del sistema internacional en transformacin (aumento de la interdependecia e inci-pientes consideraciones del proceso de globalizacin); 3) los retos (nuevas dimensiones de la segu-ridad y mayor consideracin de los problemas globales), y 4) los posibles escenarios de futuro res-pecto a la hegemona y a la estructura de poder del sistema. En cada uno de ellos haba cuestionescentrales en la agenda de investigacin de la EPI. Vase el anlisis de las reflexiones de los prime-ros aos de la posguerra fra recogido en GARCA SEGURA, C. Proyecto docente, Barcelona, UAB,1993, pp. 40-59.

    8 STRANGE, S.,Political Economy and International Relations, en BOOTH, K., y SMITH, S.,International Relations..., op. cit., p. 154.

    9 Utilizando la adaptacin que Rafael Grasa hace del triple eje del conocimiento cientficoproveniente de la filosofa de la fsica, podramos decir que la EPI realiza aportaciones en cada unode los tres ejes: el fenomnico contenido emprico de las teoras, el analtico hiptesis y expli-caciones y el temtico elementos ideolgicos, puntos de partida, imgenes del mundo. Comoindica Grasa, en Relaciones Internacionales esta distincin ya haba sido utilizada parcialmente porLapid (LAPID, Y., The Third Debate: on the Prospects of International Theory in a Post-PositivistEra, International Studies Quarterly, vol. 33, n.o 3, 1989, pp. 235-254). Vase GRASA, R., Lareestructuracin de la Teora de las Relaciones Internacionales en la posguerra fra: el realismo y elliberalismo neoinstitucional, Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz 1996,Madrid/Bilbao, Tecnos/Servicio de publicaciones de la UPV, 1997, p. 117.

    10 El primero, entre idealismo y realismo, fue un debate sobre cuestiones normativas, mientrasque el segundo, entre tradicionalismo y cientificismo, fue bsicamente metodolgico.

  • otra parte, aunque se puede sostener que inicia el llamado debate interparadig-mtico 11, en el sentido que la EPI se articular a partir de los primeros trabajosde los transnacionalistas, la propia naturaleza del tercer debate 12 hizo que la EPIpermaneciera en un discreto segundo plano y fuera desarrollando sus aportacio-nes desde un nivel distinto al nivel en que se desarrollaba la discusin central enla disciplina de las RI. Sin embargo las derivaciones de este debate en los lti-mos aos le han permitido situarse en una posicin nuclear 13, han abierto una

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    11 Entre los trabajos seminales sobre el tercer debate, entre realismo, transnacionalismo oglobalismo y estructuralismo, vanse los de Michael Banks, a quien se debe el calificativo deinterparadigmtico: BANKS, M., The Evolution of International Relations Theory, en BANKS, M.(ed.), Conflict in World Society: A New Perspective on International Relations, Brighton, Wheats-heaf Books, 1984, pp. 3-21 y The Inter-Paradigm Debate, en LIGTH, M., Y GROOM, A. J. R. (eds).International Relations: A Handbook of Current Theory, Londres, Pinter, 1985, pp. 7-26; tambincabe destacar los trabajos siguientes: MAGHROORI, R., y RAMBERG, B. (eds). Globalism versus Rea-lism: International Relations Third Debate, Boulder, Westview Press, 1982; y LAPID, Y. TheThird Debate..., op. cit.

    12 El tercer debate ha sido un debate que ha variado y ampliado enormemente su contenido.Debido a us extensa duracin ha ido incluyendo distintos debates en su seno. Al respecto, vanselos dos artculos que, en la segunda mitad de los ochenta, plantearon el tema desde perspectivasdistintas: mientras que para Banks (BANKS, M., The Inter-Paradigm Debate, op. cit.) es un deba-te entre distintos paradigmas, para Lapid (LAPID, Y. The Third Debate..., op. cit.) es un debatesobre el proceso de produccin del conocimiento.

    Lo que, en los setenta, empez siendo un debate sobre cuestiones sustantivas de las aproxi-maciones paradigmticas (globalismo vs. estatocentrismo o, ms genricamente, realismovs. transnacionalismo vs. estructuralismo) fue variando su esencia hasta convertirse, en losochenta, en otro debate sobre la oportunidad de la pluralidad paradigmtica o la necesidad de unateora unificada de las RI. Las posiciones de aquellos que deducan que las RI estaban en un esta-do precientfico y de desorden intelectual se contraponan a las de quienes celebraban la diversi-dad como signo de vigor intelectual. Entre ambos extremos, una tercera posicin, sin considerarnecesariamente negativa la diversidad, abogaba por una reconstruccin sistemtica de la discipli-na encaminada a una sntesis comprehensiva. Como ejemplos de las primeras posiciones, vaseNAVARI, C. State and Other Actors. Classical and Modern Paradigms, en BANK, M., y SHAW, M.,State and Society in International Relations, Londres, Hearvester/Wheatsheaf, 1991, pp. 39-69,y BIERKESTER, T. J., Critical reflections on Post-Positivism in International Relations, Interna-tional Studies Quarterly, vol. 33, n.o 3, pp. 263-267. Entre las celebratorias, vase las aporta-ciones de DERIAN, J., y SHAPIRO, J., International/Intertextual Relations. Postmoderns Readingsof World Politics, Lexington, Lexington Books, 1989, y ROSENAU, P., Once Again Into the Fray:International Relations Confronts the Humanities, Millennium, vol. XIX, n.o 1, pp. 83-110. Losdiferentes matices de la tercera postura se hallan comentados entre otros en: ARENAL, C., Intro-duccin a las Relaciones Internacionales, Madrid, Tecnos, 1994; HALLIDAY, F., State andSociety, en BANKS, M., y SHAW, M., State and society..., op. cit., pp. 191-209; HOLSTI, K. J.,Mirror, Mirror on the Wall, Which are the Fairest Theories of All, International Studies Quar-terly, vol. 33, n.o 3, pp. 255-261; y KORANY, B., Lanalyse des relations internationales, Montre-al, Gatan Morin y CQRI, 1987.

    Para una interpretacin de la doctrina espaola, vase: ARENAL, C. Introduccin a las relacio-nes..., op. cit., BARB, E., El estudio de las relaciones internacionales. Crisis o consolidacin deuna disciplina?, Revista de Estudios Polticos, n.o 65, julio-septiembre 1998, pp. 173-196; y GRASA,R. La reestructuracin de la teora..., op. cit.

    13 El debate que en un principio se articulaba en torno a la oposicin entre la concepcin esta-tocntrica y la concepcin plural de las relaciones internacionales se fue extendiendo a las variadascuestiones metatericas que caracterizan la reflexin de los noventa. Este hecho, unido a que se hadilatado mucho en el tiempo (desde sus inicios en los setenta hasta la actualidad), ha aumentado laconfusin y le ha restado capacidad explicativa. Ante la pluralidad de cuestiones metateorticas

  • brecha por la que no slo tiene cabida la renovada EPI liberal, que ha reorientadosus reflexiones al hilo de los acontecimientos, sino que la tienen aquellas aporta-ciones ms innovadoras y ms crticas con las distintas versiones/revisiones delrealismo. Estas contribuciones son las que se agrupan en la llamada corriente cr-tica o heterodoxa de la EPI 14, corriente que participa de lleno en las cuestionesdebatidas actualmente en las RI y que se ha posicionado respecto a prcticamentetodas ellas con la voluntad especfica de renovar la disciplina, concedindole unafuncin emancipadora que no persiguen los enfoques tradicionales.

    I. LA ECONOMA POLTICA INTERNACIONAL Y LAS RELACIO-NES INTERNACIONALES: EL CARCTER, EL ORIGEN Y LAEVOLUCIN DE UNA RELACIN

    1. La Economa Poltica Internacional como rea de estudio de las Rela-ciones Internacionales

    La EPI es definida mayoritariamente como un rea de estudio dentro de ladisciplina de las RI. El hecho sobre el que hay unanimidad entre los distintosautores que trabajan en este campo de que no exista todava una teora generalde la EPI 15 explica que en ocasiones se discuta su naturaleza. Sin embargo,actualmente est plenamente aceptada su existencia como rea de estudio 16, es

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    actualmente en liza, el empeo por mantener la vigencia del tercer debate ha sido discutido y criti-cado. Han empezado a abundar las opiniones a favor de que, a fin de seguir siendo explicativo, sedotara al debate de una entidad propia y diferenciada respecto a la etapa anterior. Algunos autoresproponen hablar de una segunda etapa del tercer debate y otros directamente de un cuarto debate.Sobre la extensin y variaciones del mismo, vase el artculo de Waever (WAEVER, O. The rise andfall of the interparadigm debate, en SMITH, S., BOOTH, K., y ZALEWSKI, M., International Theory:Positivism and Beyond, Cambridge, Cambridge University Press, 1996, pp. 149-185). Seencontrar una revisin de estas crticas en: GRASA, R., La reestructuracin de la teora..., op.cit. pp. 125 y ss.

    14 El calificativo de heterodoxa proviene de su doble alejamiento respecto a la corriente domi-nante u ortodoxa: alejamiento respecto a sus asunciones de partida, valores e intereses y respecto alorigen acadmico-geogrfico de sus autores ms representativos. Vase la descripcin detallada deesta corriente en la segunda parte de este trabajo.

    15 Richard Stubbs y Geoffrey Underhill partiendo del reconocimiento de la inexistencia de unateora general de la EPI se proponen, como objetivo de su libro, detectar los factores necesariospara construirla. Vase, STUBBs, R., y UNDERHILL, G., Political Economy and the Changing GlobalOrder, Londres, Macmillan 1994.

    16 Un ejemplo de las dudas planteadas por la emergencia, en los aos ochenta, de un volumenimportante de nuevos estudios sobre la economa poltica internacional fue la mesa redonda cele-brada en el marco de la reunin de la American Political Science Association que tuvo lugar enWashington en 1986: La Economa Poltica Internacional: una moda, un campo o una fantasa?.La conclusin a la que llegaron los participantes fue que definitivamente poda hablarse de la EPIcomo un campo de estudio. Vase. CAPORASO, J.A., International Political Economy: Fad orField?, International Studies Notes, vol. 31, n.o 1, pp. 1-9.

  • decir, como un conjunto de temas y problemas 17, una serie de prcticas reco-nocidas, un campo de investigacin definido o un conjunto de cuestionesque se redefinen y reconceptualizan constantemente 18. Tambin es cierta laafirmacin complementaria de que existe ms acuerdo sobre qu estudiar queacuerdo sobre cmo hacerlo 19.

    Para algunos autores la EPI es adems una manera de pensar sobre el mundo,sobre la poltica y la economa mundial 20, una alternativa a la disciplina en s 21,o una alternativa a la corriente dominante en la disciplina de las RI 22. Otrosautores se refieren a la EPI tambin como una manera diferente de enfocar ladisciplina de las RI, pero ubican la diferencia en el nivel metodolgico 23. Ytodava podramos distinguir otro grupo de autores que la consideran inclusocomo una disciplina aparte, distinta a las RI 24.

    La perspectiva adoptada en este trabajo es la de considerarla, en el estadioactual de su desarrollo, como un rea de estudio dentro de las RI. Esta afirma-cin no impide que se contemple la posibilidad de que, superadas sus limitacio-

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    17 TOOZE, R. International Poltical Economy in an Age of Globalization, en BAYLIS, J., ySMITH, S., The Globalization..., op. cit., p. 214.

    18 TOOZE, R., Perspectives and Theory: a Consumers Guide, en STRANGE, S. (ed), Paths toInternational Political Economy, Londres, Allen and Unwim, 1984, p. 2. Richard Higgott recogelas diferentes expresiones que utilizan los autores para definir la naturaleza de la EPI en relacin ala disciplina de las RI (HIGGOTT, R., International Political Economy en GROOM, A. J. R., yLIGTH, M., Contemporary International..., op. cit., p. 156).

    19 MURPHI, C. N., y TOOZE, R., Introduction, en MURPHI, C. N., y TOOZE, R. (eds.), The NewInternational Political Economy, Boulder, Lynne Rienner, 1991, p. 1.

    20 TOOZE, R. International Political Economy..., op. cit., p. 214.21 Entre los autores que recogen esta posicin, vase: GUZZINI, S., Realism in International

    Relations and International Political Economy. The Continuing Story of a Death Foretold, Lon-dres, Routledge, 1998, y TOOZE, R., International Politica Economy..., op. cit.,

    22 Esta perspectiva es adoptada en la contribucin de Whitworth en la obra de Stubbs y Under-hill (WHITWORTH, S., Theory as exclusion: gender and international political economy, pp. 116-129, en STUBBS, R., y UNDERHILL, G., Political Economy and... op. cit.,). Aunque la autora lo plan-tea en trminos de alternativa a las RI, en su anlisis no se refiere a la relacin entre las RI y la EPIcomo a la existente entre una disciplina y un rea de estudio de la misma. Desde la perspectiva delos estudios sobre el gnero, en su artculo se refiere a las RI como a la corriente realista mayorita-ria, defensora el mantenimiento del statu quo, y atribuye a la EPI potencialidades de alternativa res-pecto a las premisas defendidas por la corriente dominante de las RI. Este planteamiento obviaotros enfoques que existen en el anlisis de las relaciones internacionales. Incluso si se entiendecomo superada la divisin paradigmtica, opcin aconsejable, en nuestra opinin, a la luz de lasreflexiones tericas de los ltimos aos no nos parece oportuno identificar las RI con el realismo.Mantener la divisin obsoleta entre las tres aproximaciones clsicas no ayuda a que la reflexinavance, pero reducir las RI al realismo es simplificar la realidad.

    23 Robert OBrien, por ejemplo, se refiere a la posibilidad de entender la EPI como una meto-dologa que identifica la interaccin entre las esferas econmica y poltica como el fenmeno cen-tral de las relaciones internacionales. Vase, OBRIEN, R., International political economy andinternational relations: apprentice or teacher, en MACMILLAN, J., y LINKLATEr, A., Boundaries inquestion..., op. cit., p. 90.

    24 Guzzini y OBrien tambin se refieren a la posibilidad de considerar la EPI como un intentode trascender las fronteras tradicionales de la disciplina de las RI a travs de la creacin de un campoque estudiara conjuntamente las relaciones internacionales, la economa y la poltica. GUZZZINI, S.,Realism in International..., op. cit., p. ix.; y OBRIEN, R., International political..., op. cit., p. 90.

  • nes presentes 25, pueda ser el marco explicativo de las relaciones internacionalesen una sociedad internacional globalizada.

    Las razones que justifican la primera afirmacin tienen que ver, por unaparte, con los aspectos ms formales vinculados a su origen y a su evolucinacadmica y, por otra, con su contenido. En primer lugar, como veremos a conti-nuacin, la EPI surge desde el interior de la disciplina de las RI con pretensionesde llenar algunos de sus vacos temticos y metodolgicos: las RI son su marcode referencia. En segundo lugar, aquellos que se dedican a la EPI son politlo-gos especialistas en RI 26. En tercer lugar, a lo largo de los aos ha ido cobrandouna entidad suficiente que permite hablar de una autntica rea de estudio y noslo de una mera especializacin temtica. Lo demuestra la variedad de lostemas que se abordan desde la EPI, la consolidacin de asignaturas especficasen numerosas universidades 27, la realizacin de tesis doctorales, la asignacinde plazas docentes con perfil EPI 28, la edicin de colecciones y publicacionesperidicas de reconocida reputacin 29, as como la existencia de grupos perma-

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    25 Precisamente las que la han llevado a constituirse en rea de estudio en lugar de transformarla disciplina de las RI, objetivo inicial de la EPI.

    26 Debemos precisar que, para realizar esta afirmacin, tomamos como punto de referencia laubicacin acadmica actual de los autores, no su formacin previa, es decir, nos basamos en elhecho de que la investigacin en EPI se desarrolla en los departamentos de Ciencia Poltica y Rela-ciones Internacionales. Contrariamente a lo que ocurri con la Economa Poltica tradicional de lossiglos XVII al XIX, los economistas, como colectivo, no han trabajado en el campo de la EPI. Lasaportaciones de los economistas desarrollistas trabajando desde la aproximacin estructuralistaseran una notable excepcin a la afirmacin anterior. Tambin cabra destacar las relevantes apor-taciones realizadas desde la historia econmica por autores como Charles Kindleberger. En los tra-bajos recientes, en el campo de la EPI, se realizan colaboraciones entre economistas y politlogos(por ejemplo: STOPFORD, J., y STRANGE, S., Rival States, Rival Firms. Competition for World Mar-ket Shares, Cambrigde, Cambridge University Press, 1991). Las colaboraciones son ms frecuentesen los estudios de casos, siendo un ejemplo el anlisis de experiencias desarrollistas realizado porLawrence Summersen y Vinos Thomas, ambos economistas del Banco Mundial, en la obra deJeffry A. Frieden y David A. Lake (SUMMERSEN, L., y THOMAS, V., Recent Lessons of Develop-ment en FRIEDEN, J. A., y LAKE, D. A., International Political Economy, Londres, Routledge,1997, 1.a ed. 1995, pp. 299-317). Los economistas no suelen participar directamente en los trabajosde reflexin terica de la EPI. Tambin hay trabajos de especialistas de otras disciplinas que com-binan en sus anlisis elementos de Economa Poltica Internacional, como en el caso de los gegra-fos John Agnew y Stuart Corbridge (AGNEW, J., y CORBRIGDE, S., Mastering space. Hegemony,territory and international political economy, Londres, Routledge, 1995).

    27 Nos referimos a las universidades del mundo anglosajn sobre las que existen estudios emp-ricos como, por ejemplo, el de R. OBrien (OBRIEN, R., The International Political..., op. cit.,pp. 89-106) sobre las universidades britnicas. Somos conscientes de que, en esos pases, la situa-cin de la disciplina de las RI en general y de la EPI en concreto difiere sustancialmente de la reali-dad espaola. En Espaa no slo no goza de ningn espacio especfico, sino tampoco de espaciocompartido en la formacin curricular de los politlogos especialistas en relaciones internacionales.

    28 Tampoco esta situacin es comparable al caso espaol.29 Entre las ms representativas Richard Higgott (HIGOTT, R., International Political...,

    op. cit.) cita las Cornell Series (editadas por Peter Katzenstein), las Columbia Series (editadas porJohn Ruggie y Helen Milner), las Macmillan Series (editadas por Tim Shaw), el International Poli-tical Economy Yearbook (vinculado al grupo de EPI de la International Studies Association) y TheReview of International Political Economy (una publicacin ms reciente Reino Unido, 1994que se identifica con el resurgimiento de los estudios de EPI). Por otra parte, entre las publicaciones

  • nentes de trabajo sobre la EPI dentro de las asociaciones acadmicas internacio-nales dedicadas al estudio de las relaciones internacionales 30.

    En nuestra opinin, en el actual momento de desarrollo de la EPI, sta es laconsideracin ms adecuada respecto a la relacin con las RI, aunque ello noobsta, insistimos, para que estemos de acuerdo con que puede ser tambin unamanera diferente (respecto a la corriente dominante de la disciplina) de pensarsobre las relaciones internacionales. Creemos que la mayora de trabajos realiza-dos en este campo se alinean con la que ms adelante identificaremos como laEPI ortodoxa, y sta no ha supuesto, a pesar de que lo formulara como uno desus objetivos, una diferencia real respecto a la manera de analizar la sociedadinternacional de la disciplina de las RI. Como tambin se ver ms adelante,consideramos que actualmente existe una corriente de la EPI con potencialidadpara alterar significativamente los fundamentos tericos y metatericos de ladisciplina.

    2. El objeto de estudio de la EPI

    En general, el objeto de estudio de la EPI, al igual que el de las RI, es lasociedad internacional. En concreto, la EPI selecciona algunos aspectos de esteobjeto de estudio vasto y complejo. En la seleccin que realiza se halla la esen-cia del rea de estudio que constituye y que la diferencia de otras reas y campostemticos de las RI.

    La EPI, de manera muy amplia, se dedica al estudio de las relaciones y pro-cesos que se dan entre los diferentes actores, pblicos y privados, que distribu-yen el poder y la riqueza a nivel mundial. Los autores que trabajan en este campoconcretan la definicin de estas relaciones enfatizando distintos aspectos.

    La definicin ms extendida es la que define el objeto de la EPI de modogenrico como el estudio de la relacin entre poltica y economa en la sociedadinternacional contempornea 31. Frieden y Lake matizan que, dependiendo de losautores, esta relacin es analizada de forma diferente: para unos la EPI estudialas bases polticas de las decisiones econmicas, mientras que para otros estudialas bases econmicas de la accin poltica 32. Estas perspectivas a menudo refle-jan un posicionamiento ideolgico respecto al papel que el Estado puede o debedesempear en la gestin de la distribucin mundial de la riqueza. A nuestro

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    peridicas, caben ser citadas International Organization (que aunque no est dedicada exclusiva-mente a la EPI, tradicionalmente ha sido una de sus plataformas de difusin), Global Governance(publicada desde 1994) y New Political Economy (desde 1996).

    30 Por ejemplo, en la International Studies Association y en el Standing Group on Internatio-nal Relations del European Consortium for Political Research.

    31 Esta es la utilizada, entre otros, por STUBBS, R., y UNDERHILL, G., Political Economy and...,op. cit., p. 18, y por HEYYNE, B. (ed.), International Political Economy. Understanding GlobalDisorder, Londres, Zed Books, 1995, pp. 1-2.

    32 FRIEDEN, J. A., y LAKE, D. A., International political..., op. cit., p. 1.

  • entender, ambas perspectivas son complementarias y por tanto no deberan serplanteadas en trminos de exclusin o con pretensiones de dominio de una sobreotra, puesto que precisamente la EPI lo que pretende es salvar el divorcio aca-dmicamente impulsado entre economa y poltica para mantener una aproxi-macin integrada. A este respecto la obra clsica de Spero se hizo eco de lo quela autora consideraba la negligencia de un aspecto fundamental de esta relacin.En esta direccin afirmaba: As como los factores econmicos influyen en losresultados polticos, los factores polticos influyen en los econmicos. Sinembargo, los estudiosos de la poltica internacional desatienden, con frecuencia,las determinantes polticas de las relaciones econmicas internacionales 33.

    Murphy y Tooze aaden dos elementos ms a considerar en la relacin ydefinen la EPI como el terreno de confluencia de cuestiones que provienen decuatro campos acadmicos distintos: la poltica internacional, la economa inter-nacional, la poltica interna y la economa nacional 34.

    Precisando la definicin, Gilpin afirma que la EPI se centra en el estudio delconflicto entre la interdependecia econmica y tecnolgica, de carcter envol-vente y de nivel planetario, y la continuada compartimentacin del sistema pol-tico mundial en Estados soberanos. Es decir, estudia el conflicto existente entrelas poderosas fuerzas del mercado (flujos comerciales y financieros) que atra-viesan las fronteras nacionales e intentan escapar al control estatal, y la tenden-cia de los gobiernos a restringir y canalizar estas actividades econmicas y aintentar utilizarlas al servicio de los intereses del Estado y/o de determinadosgrupos de poder que hay en su interior 35.

    La definicin de Susan Strange, si bien coincide con la de Gilpin, aportaotros elementos. De entrada afirma que la EPI analiza los efectos de los Estadosms propiamente de cualquier tipo de autoridad poltica 36 sobre los mercadosy los efectos de las fuerzas del mercado en los Estados. Pero en su opinin elestudio de estas relaciones, que constituyen la esencia de la economa polticainternacional, supone el anlisis de los acuerdos sociales, polticos y econmi-cos que afectan a los sistemas globales de produccin, intercambio y distribu-cin, y a la mezcla de valores que reflejan 37.

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    33 SPERO, J. E., Poltica Econmica Internacional, Buenos Aires, GEL, 1988 (1.a edicin eningls, 1977). Cabe sealar que en la traduccin castellana el ttulo difiere significativamente deldel original en ingls que, precisamente, destacaba un posicionamiento respecto al tema aqucomentado: The Politics of International Economics Relations.

    34 MURPHY, C. N., y TOOZE, R., The New International..., op. cit., p. 2.35 GILPIN, R., The Political Economy of International Relations, Princeton, Princeton Univer-

    sity Press, 1987, p. 11 (existe traduccin castellana: GILPIN, R., La Economa poltica de las Rela-ciones Internacionales, Buenos Aires, GEL, 1990).

    36 El concepto de autoridad poltica utilizado por Strange sera equivalente al concepto deactor internacional.

    37 STRANGE, S., States and Markets. An Introduction to International Political Economy, Lon-dres, Pinter, 1994 (1.a ed. 1988), pp. 13-14 y 18.

  • Stiles y Akaha ponen el nfasis en el estudio de los fenmenos, internacio-nales y globales, que tienen una dimensin econmica, poltica y social. Paraestos autores, la EPI se ocupa de aquellos acontecimientos en los que economay poltica riqueza y poder se hallan interrelacionados al nivel ms bsico 38.

    Conectando con la referencia al carcter global de muchos de los procesosque actualmente tienen lugar en la escena internacional, nos referiremos, enltimo lugar, a la definicin del objeto de estudio de la EPI ofrecida por Gill yLaw 39. La peculiaridad de estos autores estriba en mencionar explcitamente loque otros asumen implcitamente: el carcter global de las relaciones internacio-nales contemporneas y sus efectos sobre la agenda de estudio de la EPI. Estosautores consideran que la EPI, que ellos proponen denominar Economa PolticaGlobal (EPG) 40, debe abordar los temas centrales en el desarrollo de la econo-ma poltica global. Desde su perspectiva la EPG debe estudiar las fuerzas quecontribuyen a tres procesos fundamentales en la sociedad internacional contem-pornea: 1) la transnacionalizacin de la economa (que incluye la globalizacinde la produccin, de los flujos de capital y de tecnologa, el crecimiento delcomercio mundial y la globalizacin de ciertos aspectos de la cultura que afec-tan a los valores y a las ideologas); 2) la militarizacin o rivalidad militar-indus-trial (que incluye las relaciones de la tradicional estructura de seguridad, y quetambin est vinculada a las que se producen en las estructuras de produccin,conocimiento, tecnologa y comercio) y 3) la crisis ecolgica (provocada por losfenmenos de la proliferacin nuclear, el agotamiento de recursos naturales y lacontaminacin de la ecosfera) 41.

    3. Los hechos como origen de la EPI

    Los primeros trabajos de EPI propiamente dicha se remontan a finales delos aos sesenta y a inicios de los setenta, si bien sus races se hallan en laEconoma Poltica clsica. De la misma manera que en RI se habla de las tres

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    38 STILES, K., y AKAHA, T., International Political Economy. A Reader, Nueva York, HarperCollins, 1991, p. xi.

    39 GILL, S., y LAW, D., The Global Political Economy. Perspectives, Problems and Policies,Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1993 (1.a ed. 1988).

    40 A pesar de estar de acuerdo con Gill y Law sobre el carcter global de la economa polticainternacional contempornea, seguiremos utilizando el calificativo internacional. Las razonesque nos mueven son bsicamente dos: en primer lugar, porque es el nombre de uso ms extendido.EPI es utilizado incluso por aquellos autores que claramente parten de la globalizacin como marcode referencia para la EPI contempornea y que, al igual que Gill y Law, consideran toda una ampliagama de actores internacionales y amplan la agenda a los llamados temas globales. En segundolugar, porque consideramos que la denominacin EPI no limita el horizonte de este trabajo: asumi-mos que la economa poltica internacional contempornea es global, de la misma manera que asu-mimos plenamente el carcter global de las relaciones internacionales y no por ello las llamamosrelaciones globales.

    41 Ibdem, p. xxiv.

  • tradiciones de la Teora poltica para referirse a los antecedentes de las aproxima-ciones tericas actuales, en EPI se alude a las tres tradiciones (perspectivas, corrien-tes o ideologas segn los diferentes autores) de la Economa Poltica como antece-dentes de la EPI actual. Es importante destacar que existe un paralelismo, a menudoignorado debido a la separacin de las disciplinas, entre ambos tros de tradiciones:la tradicin poltica realista y la mercantilista en Economa Poltica seran las tradi-ciones que inspiraran las reflexiones vinculadas al realismo y sus derivaciones y ala EPI neorrealista; el racionalismo y el liberalismo ejerceran su influencia sobre eltransnacionalismo y derivaciones sobre la EPI liberal; y la tradicin revolucionistay la marxista seran recibidas por la tradicin estructuralista y por la EPI crtica 42.Por lo tanto, tambin en EPI se puede hablar de tres aproximaciones. Y hay queaadir que, lamentablemente, al igual que en RI, se ha realizado una utilizacinreduccionista de las mismas que ha tendido a ignorar los puntos de coincidencia y aacentuar sus divergencias hasta presentarlas como irreconciliables 43.

    La Economa Poltica persegua el objetivo de captar la complejidad del fun-cionamiento del orden social a travs de la comprensin de la relacin entre lapoltica y la economa. Esta aproximacin, en boga durante los siglos XVII a XIX,haba perdido fuerza con la progresiva especializacin acadmica que se desa-rroll desde el siglo XIX hasta mediados del XX y que separ el estudio de la eco-noma y la poltica. La relacin entre Economa Poltica y EPI es reconocida portodos los autores, sin embargo algunos identifican a la EPI como una rama de laEconoma Poltica mientras que la mayora la consideran un rea dentro las RI ylimitan la relacin con la Economa Poltica a la de antecedente 44. En este traba-

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    42 Sobre las tres tradiciones de la Teora poltica internacional vase la obra clsica de MartinWight (WIGHT, M. International Theory. The Tree Tradictions. Londres, Leicester University Press,1996, 1.a ed. 1991). Sobre las tres perspectivas en Economa Poltica la reflexin ms citada sobrelas tradiciones es la de Gilpin (GILPIN, R., The Political Economy..., op. cit., pp. 25-64). Para unadescripcin mucho ms detallada, vanse los tres primeros captulos del trabajo de Crane y Amawi(CRANE, G., y AMAWI, A. The Theoretical Evolution of International Political Economy. A Reader,Oxford, Oxford University Press, 1997, 1.a 1991, pp. 35-106). A diferencia de las tradiciones de lasRI, en EPI no hay una nica obra de referencia pero casi todos autores les dedican unas lneas, unosprrafos o un captulo.

    43 Entre los autores que, desde la EPI, contestan la simplificacin de las tres aproximacionesparadigmticas habitualmentes ofrecida a los estudiantes de Relaciones Internacionales, vase:GUZZINI, S., Realism in International..., op. cit. En una lnea argumental diferente pero coincidenteen el fondo, Stubbs y Underhill critican la rigidez y simplificacin de la categorizacin de las tresaproximaciones tericas de las RI (STUBBS, R., y UNDERHILL, G., Political Economy and..., op. cit.).George Crane y Abla Amawi sostienen que se est avanzando hacia una convergencia de las tresaproximaciones (CRANE, G. T., y AMAWI, A., The Theoretical Evolution..., op. cit.). Richard Leaverargumenta que no se trata de una convergencia real sino de la incorporacin por parte del realismode ideas que haban surgido como crticas a esta aproximacin (LEAVER, R., International PoliticalEconomy and the Changing World Order: Evolution or Involution? en STUBBS, R., y UNDERHILL, J.,Political Economy and..., op. cit., p. 130-141).

    44 Vase, por ejemplo, GILL, S., y LAW D., The Global Political..., op. cit., Estos autores reco-gen el desacuerdo sobre el tema sin acabar de definirse: en su exposicin presentan los primerostrabajos de la EPI como el resurgir de la voluntad integradora que alentaba la Economa Polticapero no, exacta y abiertamente, como el de la disciplina en s.

  • jo, sin negar los evidentes elementos de conexin, se identifica la EPI con las RIy no con la Economa Poltica, siguiendo el criterio del contexto acadmico enel que se ha desarrollado en las tres ltimas dcadas.

    Las causas de la aparicin de la EPI como rea de especializacin de las RIhay que buscarlas, en primera instancia, en los hechos y tendencias que domina-ron la agenda internacional de aquellos aos: en expresin de Richard Leaver, latriple crisis de los acuerdos monetarios, del comercio de bienes y del petr-leo que sucedi al boom econmico de la posguerra 45. La EPI surge como reac-cin a un estado de cosas en el que, segn Susan Strange, (...) los titulares delos peridicos y las agendas de los polticos estaban dominadas, cada vez ms,por temas superficialmente econmicos pero fundamentalmente polticos en elsentido de que eran producto tanto de los cambios en las polticas como de loscambios en los mercados 46. Una serie de decisiones polticas con importantesrepercusiones econmicas crearon la falsa impresin de la economizacin delos asuntos mundiales y con ello se abri la reflexin sobre temas que habanpermanecido ocultos por la agenda poltico-militar de la guerra fra y ante losque, de nuevo segn Richard Leaver, las RI se sentan manifiestamente incmo-das 47. Las consecuencias econmicas, a su vez, generaban decisiones polticasque comportaban consecuencias que iban ms all de la esfera econmica. Larealidad de la interdependencia 48 y de sus consecuencias negativas para los pa-ses industrializados fue puesta en evidencia por varios acontecimientos: el entie-rro definitivo de las reglas del sistema monetario internacional creado en Bret-ton Woods a partir de la decisin unilateral adoptada en 1971 por el presidenteestadounidense Richard Nixon de poner fin al cambio fijo del dlar 49, la deci-sin de los pases rabes de la OPEP de utilizar el petrleo como arma paraconseguir el apoyo a su causa o castigar a aqullos que se lo prestaban al enemi-go en el marco de la tercera guerra rabe-israel, las pujantes demandas de lospases en vas de desarrollo a favor del Nuevo Orden Econmico Internacional,y el endeudamiento progresivo de los pases en vas de desarrollo que dara lugara la crisis de la deuda de los ochenta.

    La recepcin de estos hechos en el mbito acadmico generara las reflexio-nes que, de la mano de politlogos internacionalistas, se constituirn en los pila-res de la futura rea de estudio de las RI. Admitiendo el peso de los aconteci-

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    45 LEAVER, R., International Political..., op. cit., p. 130.46 STRANGE, S., Political Economy and..., op. cit., p. 155.47 LEAVER, R., International Political..., Ibdem.48 El primer trabajo de referencia sobre la interdependencia es el de Cooper: COOPER, D., The

    Economics of Interdependence. Economic Policy in the Atlantic Community, Nueva York, McGrawHill, 1968.

    49 La centralidad de esta decisin, desde la perspectiva de los Estados Unidos, pas desde elque se iniciar la EPI, ha llevado a Guzzini a considerarla como la fecha de nacimiento de la EPI.Para este autor, la decisin supuso la declaracin oficial de que la posicin de los Estados Unidosen la estructura internacional del poder estaba siendo desafiada. (GUZZINI, S., Realism in Interna-tional..., op. cit., p. 142).

  • mientos en el origen de la EPI, tambin coincidimos con Tooze 50 sobre el hechode que la EPI no es slo el reflejo de los cambios materiales a nivel mundial. LaEPI, en tanto que conocimiento acadmico, tiene que ver con las estructuras delpoder cientfico dentro de las que se desarrolla. Es decir, que se genera en elmarco de unas ideas y unos valores determinados a los que corresponde unaagenda y una metodologa determinadas. As, no es fortuito que las primerasreflexiones surgieran en los Estados Unidos, vinculadas a sus objetivos de polti-ca exterior. Las reflexiones iniciales se situaron en el marco ms amplio de lacrtica a la inoperatividad analtica del realismo en circunstancias distintas a lasde los primeros aos de la posguerra, lo que dio lugar al desarrollo de la aproxi-macin transnacionalista, interdependendista o pluralista de las relacionesinternacionales 51.

    Hay que tener presente en todo momento que estos primeros trabajos, tantosi son considerados RI en general como EPI en particular, fueron reacciones deorigen estadounidense ante la alteracin del statu quo provocada por los cam-bios en el sistema internacional, alteracin que estaba resultando adversa para lasuperpotencia. Por tanto, buscaban implcitamente mejorar los elementos deanlisis que permitieran captar las caractersticas y tendencias de la sociedadinternacional para poder orientar de manera pertinente la poltica exterior de losEstados Unidos en un mundo interdependiente. Se convertiran en la lnea orto-doxa de la EPI y ocuparan prcticamente todo el espacio acadmico concedidoa la EPI.

    Pero la EPI se desarrollar tambin sobre la base de las reflexiones tericasque constituyen la aproximacin estructuralista o globalista de las RI 52, tam-bin crtica con el realismo 53. Esta aproximacin ha tenido, por su origen geo-grfico-acadmico perifrico y por su carcter contestatario respecto al statu

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    50 TOOZE, R., International political economy and the nacional policy-maker, en HILL, C., yBESHOFF, p. , Two Worlds of International..., op. cit., pp. 54-75.

    51 El origen del transnacionalismo lo representan las dos obras de Keohane y Nye (KEONA-NE, R., y NYE, J., Transnational Relations and World Politics, Cambridge, Harvard UniversityPress, 1971 y Power and Interdependence. World Politics in Transition, Boston, Little, Brown andCompany, 1977). La primera, de la cual son editores, introduce los elementos que, en la segunda,les llevarn a plantear un paradigma complementario al realismo. Desde la perspectiva de la que seconvertir en un rea de estudio, las crticas ms relevantes son las referidas a tres aspectos de lasRI: 1) la obsolescencia de la divisin entre poltica interna e internacional; 2) la falta de reaccinante el progresivo protagonismo de los temas de low politics en la agenda internacional y el conse-cuente desplazamiento de los de high politics, y 3) la insuficiente, si no nula, consideracin delpapel de los actores transnacionales en las relaciones internacionales y el empecinamiento en anali-zarlas tan slo sobre la base del comportamiento estatal.

    52 La aproximacin estructuralista no tendra unos nicos padres tan significativos como losdel transnacionalismo, entre otras cosas porque ser una aproximacin con diferentes corrientes,pero entre los autores que marcaran sus orgenes se pueden citar Samir Amin, Fernando HenriqueCardoso, Andre Gunder Frank, Johan Galtung, Raul Prebisch, Theotonio dos Santos, Osvaldo Sun-kel e Inmanuel Wallerstein.

    53. Vase, VIOTTI, P., y KAUPPI, M., International Relations Theory. Realism, Pluralism, Glo-

    balism, Nueva York, Macmillan Publishers, 1993 (1.a 1987).

  • quo, mucha menor recepcin en la disciplina. Tambin el estructuralismo fueuna reaccin a los efectos del crecimiento econmico de la posguerra desde laperspectiva de aquellos pases que jams haban disfrutado de los efectos posi-tivos de la expansin econmica. Por tanto, eran reflexiones que politizabanel problema del subdesarrollo: criticaban el modelo econmico liberal y busca-ban alternativas polticas a los problemas de la desigualdad creciente entreNorte y Sur. Aparte de por su propuesta de cambio radical del sistema interna-cional, su menor impacto puede achacarse a la concentracin casi exclusiva enel estudio de los procesos de desarrollo y de las causas del subdesarrollo, lo queexcluye una amplia gama de temas que conciernen a las RI. En conjunto, lareflexin sobre los mecanismos del poder econmico su dinmica y las estruc-turas en que se sustenta que planea en todos los trabajos de la aproximacinestructuralista coincide totalmente con la agenda de investigacin de la EPI. Enel aspecto que ms se aleja de ella es en el excesivo estatocentrismo de algunasaportaciones de esta corriente. Aunque con objetivos radicalmente distintos,sus reflexiones son coincidentes con ciertas reivindicaciones de la EPI de ori-gen transnacionalista: al introducir la consideracin de los elementos polticosdel problema del subdesarrollo, estaba abogando tambin por la integracin dela economa y la poltica, y al referirse a la importancia de la estructura del sis-tema capitalista mundial estaba aludiendo a las constricciones internacionalesde las polticas nacionales.

    A pesar de los impactos desiguales producidos por una y por otra, ser en laconfluencia de ambas crticas al realismo donde se ir gestando la EPI comorea de estudio de las RI.

    4. Evolucin de la EPI y de su relacin con las RI

    Periodizar una trayectoria tan corta como la de la EPI, apenas veinte aos,puede resultar discutible. No obstante, consideramos que es til para ofrecer unaperspectiva de la evolucin de la EPI y de su aportacin a las RI. Con este nicopropsito y descartando utilizar la compartimentacin temporal para clasificarlos diferentes trabajos de manera cerrada, hemos establecido tres etapas en laevolucin de la EPI como rea de estudio de la disciplina de las RI.

    La primera sera la correspondiente a los aos del nacimiento de la EPI y sesituara en los ltimos sesenta y los primeros setenta. La produccin de esteperodo constituye las bases de la que se convertir en un campo de estudio. Sontrabajos que estn todava en la frontera poco clara entre los trabajos de RI quecritican a la aproximacin realista y los primeros trabajos que se pueden consi-derar de EPI. En cualquier caso, son los que van consolidando los cimientos dela nueva rea de especializacin. Comparten el objetivo de llamar la atencinsobre las transformaciones que se estn operando en el sistema internacional yque no tienen cabida en los anlisis de las relaciones internacionales centrados

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  • exclusivamente en los temas de seguridad poltico-militar 54. En este sentidopodemos afirmar que, en los aos de su nacimiento, la EPI pretenda ser unaalternativa a la disciplina de las RI ya que sus premisas y el anlisis que, en basea ellas, realizaba de la sociedad internacional se estaba revelando, a los ojos deestos autores, inadecuado.

    En esta etapa se asientan las que son las tres propuestas bsicas de la EPI: enprimer lugar, la eliminacin de la separacin entre Ciencia Poltica/RelacionesInternacionales y Economa; en segundo lugar, la eliminacin de la divisinnacional/internacional para analizar la sociedad internacional; y, en tercer lugar,la ampliacin de la agenda de estudio de manera que se reconozca el espaciopertinente a los temas de low politics.

    La segunda etapa, iniciada a partir de la segunda mitad de los setenta, serade desarrollo y consolidacin. Esta etapa constituira el perodo de asentamientode la EPI como rea de estudio y, a la vez, de establecimiento de la ortodoxialiberal. Aumenta la produccin que se articula fundamentalmente alrededor decuatro ejes: 1) la reflexin metaterica sobre la EPI; 2) la teora de la estabilidadhegemnica; 3) la teora de los regmenes internacionales, y 4) la reflexin sobrela erosin del papel del Estado y el protagonismo creciente de los nuevos actoresinternacionales 55. La produccin es mayoritariamente de origen estadounidense,

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    54 Por ejemplo, los ya citados de Robert Keohane y Joseph Nye, as como las primeras obrasde Robert Gilpin, entre otras, GILPIN, R., US Power and The Multinational Corporation, Princeton,Princeton University Press, 1975 y, de Susan Strange, entre las que se pueden destacar las siguien-tes: STRANGE, S., The Sterling Problem and the Six, Londres, Chatham House/PEP, 1967; Interna-tional economics and international relations: a case for mutual neglect, International Affairs, vol.46, n.o 2, abril, 1970; What is Economic Power and Who has it?, International Journal, vol.30, n.o 2, primavera 1975; International Monetary Relations, vol. 2. de SHONFIELD, A. (ed.),International Economic Relations in the Western World 1959-71, Londres, Oxford UniversityPress, 1976.

    55 Conscientes de que la seleccin es parcial, entre algunos de los trabajos ms representati-vos, y a la vez ms citados, se hallan los de: AXELROD, R., y KEOHANE, R., Achieving Cooperationunder Anarchy: Strategies and Institutions, en OYE, K. (ed.), Cooperation under Anarchy, Prince-ton, Princeton University Press, 1985, pp. 226-254; CALLEO, D., Beyond American Hegemony: TheFuture of Western Alliance, Nueva York, Basic Books, 1989; GRIECO, J., Anarchy and the Limitsof Cooperation: A Realist Critique of the Newest Liberal Institutionalism, International Organi-zation, vol. 42, n.o 3, 1988, pp. 485-508; KENNEDY, P., The Rise and Fall of the Great Powers,Nueva York, Random House, 1989; IKENBERRY, J., Rethinking the Origins of American Hege-mony, Political Science Quarterly, vol. 104, n.o 3, 1989, p. 37; KEOHANE, R., After Hegemony.Cooperation and Discord in the World Political Economy, Princeton, Princeton University Press,1984 (existe traduccin castellana: KEOHANE, R. O., Despus de la hegemona: cooperacin y dis-cordia en la poltica econmica mundial, Buenos Aires, Gel, 1988); International Institutions andState Power: Essays in International Relations Theory, Boulder, Westview Press, 1989 (existe tra-duccin castellana: KEOHANE, R. O., Instituciones internacionales y poder estatal: ensayos sobreteora de las relaciones internacionales, Buenos Aires, Gel, 1993) y The Theory of HegemonicStability and Changes in International Economic Regimes, 1967-77, en HOLSTI, O. E.; SIRVE-SON, R. M., y GEORGE, A. L. (eds.), Change in the International System, Boulder, Westwiew Press,1980, pp. 131-162; KINDLEBERGER, C. P., Power and Money: The Economics of International Politicsand the Politics of International Economics, Nueva York, Basic Bokks, 1970 y Economic Response:Comparative Studies in Trade, Finance and Growth, Cambridge, Harvard University Press, 1978;KRASNER, S., Defending National Interest: Raw Materials Investiments and US Foreign Policy,

  • al igual que lo son las preocupaciones que la inspiran y los casos que se estu-dian. La interdependencia ha cuestionado la pertinencia del anlisis realista y, sibien no lo ha sustituido, ha introducido nuevos temas en la agenda. Sin embar-go, la consolidacin como rea de estudio, lo que es una cierta victoria, puedeser interpretada tambin como un cierto fracaso respecto a las expectativas ante-riores. Las premisas de la EPI no consiguen implantarse en el conjunto de la dis-ciplina. Aunque se presta una mayor atencin a los temas econmicos, no se rea-liza la integracin de la economa y la poltica, siguen considerndoseseparadamente las esferas interna e internacional, y la ampliacin de la agendade investigacin deriva hacia una simple divisin temtica, de manera que losnuevos temas son tratados por los autores que se dedican a la EPI mientras quelos autores que trabajan en el campo de las RI siguen estudiando las cuestionesde la agenda tradicional (relacionadas con la seguridad estatal en trminos pol-tico-militares). Son caminos paralelos. La EPI no ignora a la tendencia mayori-taria de las RI puesto que su razn de ser es superar algunas de sus limitacionespara comprender la misma realidad. La tendencia mayoritaria de las RI ignoraen mayor medida a la EPI, pero tampoco puede hacerlo totalmente: sin cambiarsu esencia el realismo va introduciendo matizaciones a sus premisas bsicas.

    Murphy y Tooze 56 sealan que, aunque dos de las tres corrientes de pensa-miento en la EPI la mercantilista y la marxista no aceptaban de hecho la dis-tincin entre poltica y economa y entre la esfera nacional y la internacional,esta divisin no fue superada por la EPI debido a que la EPI de tradicin liberal,que la segua manteniendo a pesar de sus reivindicaciones, se convirti en orto-doxia. Dichos autores estiman que la EPI liberal se convirti en ortodoxia debi-do a que las otras dos corrientes no pretendan dar respuestas a las cuestiones deinters para la superpotencia estadounidense, a saber, cmo crear nuevas reglaspara preservar intacto el orden econmico liberal y el poder de los Estados Uni-dos a finales de los setenta.

    El otro rasgo fundamental de la segunda etapa es la ya aludida consolidacinde la corriente ortodoxa en la EPI, aunque esta denominacin no tendr ni lugarni sentido hasta que no se configuren los contornos de la corriente heterodoxa.

    En esta segunda etapa encontramos trabajos, algunos de ellos obras bsicaspara el estudio de la EPI 57, que se alejan de la temtica que responde a las inquie-tudes poltico-pragmticas estadounidenses y que proponen cambios tericos y

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    Princeton, Princeton University Press, 1978, y KRASNER, S. (ed), International Regimes, Ithaca,Cornell University Press, 1993 (1.a ed. 1983), y Structural Conflict: the Third World against GlobalLiberalism, Berkeley, California University Press, 1985 (existe traduccin castellana: Conflictoestructural: el tercer mundo contra el capitalismo global, Buenos Aires, Gel, 1989); NYE, J., SoftPower, Foreign Policy, vol. 90, n.o 80, pp. 153-171, y Bound to Lead: The Changing Nature ofAmerican Power, Nueva York, Basic Books, 1990; OLSON, M., The Rise and Decline of Nations:Economic Growth, Stagflation and Social Rigidities, New Haven, Yale University Press, 1982.

    56 MURPHY, C. N. y TOOZE, R. The New International..., op. cit., p. 4.57 STRANGE, S. States and Markets..., op. cit.,

  • metatericos mayores que los que estaban prosperando. Pero no sern stos losque liderarn el establecimiento de la nueva rea de estudio. La EPI ir configu-rando su propio espacio en la disciplina de las RI en torno a aquellos estudiosque menos se alejan, a nivel de valores implcitos y objetivos polticos, de lacorriente mayoritaria de las RI 58.

    Por otra parte, el progresivo acercamiento entre el realismo y el transnacio-nalismo, que dar lugar, por una parte, al neorrealismo o realismo estructural 59y, por otra, a la revisin del transnacionalismo 60, facilitar el proceso por el cualla EPI se constituye como un rea de especializacin dedicada a unos estudiostemticos especficos. Por lo que respecta a sus objetivos ms innovadores, laEPI queda, en cierta medida, absorbida y neutralizada por la disciplina quepretenda renovar.

    La tercera etapa, iniciada a finales de los ochenta y primeros aos noventa,llega hasta la actualidad. Es una etapa de resurgir de la reflexin en EPI. Noslo, como indicbamos anteriormente, por el aumento cuantitativo de la pro-duccin sino, esencialmente, por el giro cualitativo de un parte esta produccin.Se ha desafiado con fuerza a la ortodoxia y se ofrecen alternativas que dinami-zan la reflexin terica de la EPI y de las RI en general. Sera la etapa de consti-tucin de la tendencia heterodoxa que pretende romper con los corss que ha-ban conducido al estancamiento de la EPI. El fin de la guerra fra pone alanalista de la sociedad internacional ante una realidad global que desaconsejalas parcelaciones estancas y en la que, una vez eliminadas las rivalidades pro-pias del orden bipolar, quedan de manifiesto las tendencias y contradiccionesque permanecen en la sociedad internacional. En esta etapa se aglutinan esfuer-zos que venan producindose desde etapas anteriores. En este sentido, el mo-vimiento que la EPI registra en los noventa no es slo fruto de los hechos quecaracterizan este final de siglo, sino tambin de la reflexin anterior. La grannovedad de esta etapa es que se traslada el epicentro de la produccin terica detal forma que los Estados Unidos no llevan la iniciativa de esta corriente renova-dora que cuestiona los valores subyacentes en la produccin terica anterior.Los centros actualmente pioneros se sitan a ambos lados del Atlntico, bsica-mente en Canad y en el Reino Unido.

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    58 Las dos obras de referencia en este terreno sern las ya mencionadas de Spero (SPERO, J. E.,Politica econmica..., op. cit.) y Gilpin (GILPIN, R., The Political Economy..., op. cit.).

    59 La obra que se identifica con el surgimiento del neorealismo es la de Waltz ( WALTZ, K.,Theory of International Politics, Reading, Adison-Wesley, 1979). Del mismo autor, vanse tam-bin: Reflections on Theory of International Politics: A Response to My Critics, en KEOHANE, R.,Neorealism and Its Critics, Nueva York, Columbia University Press, 1986 y Realist Thought andNeorealist Theory, Journal of International Affairs, 1990, n.o 44, primavera-verano, pp. 21-37.Para una revisin/reelaboracin del trabajo de Waltz, vase BUZAN, B.; JONES, C., y LITTLE, R.,The Logic of Anarchy. Neorealism to Structural Realism, Nueva York, Columbia UniversityPress, 1993.

    60 KEOHANE, R., y NYE, J., Power and Interdependence revisited, International Organiza-tion, 1987, vol. 41, n.o 4, pp. 725-753.

  • Si bien el rasgo ms distintivo de esta tercera etapa es el desarrollo de unaEPI que cuestiona las premisas de la EPI ortodoxa, sta no desaparece de esce-na, sigue ocupando no slo un espacio intelectual importante sino que ocupa unespacio poltico muy relevante. Identificados con la segunda etapa a nivel decontenidos, pero parcialmente a caballo entre la segunda y la tercera etapa por elmomento de publicacin, los desarrollos de la EPI tradicional (realista y/o libe-ral) de los ochenta sern la base terica de la poltica econmica reaganianaencaminada a restablecer el orden econmico liberal de la postguerra y a frenartoda iniciativa que atentara contra la hegemona estadounidense. Era una polti-ca que, en base a los intereses nacionales de los Estados Unidos, defenda laliberalizacin a ultranza, especialmente en los pases en vas de desarrollo puesera de ellos de donde surgan los principales desafos al modelo liberal (el NOEIy las polticas nacionalistas de desarrollo) 61. En este sentido, podemos afirmarque se extreman los posicionamientos normativos presentes aunque no explci-tos en trabajos anteriores. A pesar de reconocerles la importancia que merecen,este trabajo no se centrar en estos desarrollos de la EPI sino que lo har enaquellos que suponen un cambio de planteamiento respecto a las premisasanteriores.

    En esta tercera etapa, la corriente heterodoxa recupera los objetivos de losprimeros aos, al tiempo que articula una vertiente reivindicativa de la capaci-dad emancipadora de la teora. La EPI heterodoxa abandona los temas exclusi-vamente tiles para la formulacin de la poltica exterior estadounidense y abor-da temas de carcter ms fundamental y universal que conciernen al sistemainternacional en su conjunto: reflexiones sobre la naturaleza del poder, la distri-bucin de la riqueza entre el Norte y el Sur, los problemas ecolgicos, las cues-tiones de gnero, etctera. La ortodoxia es contestada sin ambigedades y lostrminos de las propuestas de la corriente heterodoxa renen un mayor qurumacadmico.

    Entraremos a continuacin a analizar esta corriente.

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    61 Entre algunas de las obras de la EPI realista/liberal fcilmente identificables con la polticaeconmica de los Estados Unidos de los aos ochenta se encuentran: GILPIN, R., The Political Eco-nomy..., op. cit.; KRASNER, S. D., Assymetries in Japanese-American Trade: The Case for SpecificReciprocity, Berkeley, University of California Press, 1987, Structural conflict..., op. cit., Defen-ding the national interest: raw materials investment and U.S. foreign policy, Princeton, PrincetonUniversity Press, 1978; MODELSKI, G., y THOMPSON, W., Seapower in global politics, 1494-1993,Seatle, University of Washington Press, 1988, Leading Sectors and World Powers: The Coevolu-tion of Global Economics and Politics, Greenville, University of South Carolina Press, 1995;MODELSKI, G. (ed.), Transnational corporations and world order: readings in International Politi-cal Economy, San Francisco, W. H. Freeman, 1979.

  • II. DE LA CRTICA A LA EPI A LA EPI CRTICA

    Antes de adentrarnos en su estudio, es preciso matizar que la corriente hete-rodoxa indistintamente llamada nueva EPI (NEPI), Economa Poltica Global(EPG), EPI crtica o escuela neo-gramsciana de la EPI 62 no es exactamentenueva, en el sentido de que, como hemos apuntado, recupera los objetivos delos trabajos de los aos setenta, que podran ser considerados como los antece-dentes de la corriente heterodoxa actual. De hecho, los principales autores cuyostrabajos constituyen el ncleo terico central de esta corriente forman parte delgrupo de los pioneros de la EPI y siempre han trabajado desde posiciones hete-rodoxas respecto a la corriente mayoritaria, caso de Susan Strange y RobertCox. En este sentido, como ocurre con una parte de la produccin terica de lasRI de los noventa, estamos ante un proceso que vuelve sobre cuestiones anterio-res 63. La novedad estriba en el peso especfico que ha adquirido, por una parte,en el seno de la EPI y, por otra, en el de las RI. As, ya no estamos ante el traba-jo aislado y minoritario de un grupo de autores, relativamente alejados de loscircuitos estadounidenses, sino que existe una masa crtica importante de auto-res trabajando en esta direccin que no pueden ser ignorados por la corrientemayoritaria de la EPI 64. Esta diversificacin geogrfica de la produccin tericaes un rasgo que la EPI comparte con las RI de los noventa que ha ido erosionan-do su carcter anglosajn a tenor del aumento cuantitativo y cualitativo de laproduccin de autores de otros pases (especialmente alemanes y nrdicos). Por

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    62 Todas estas denominaciones se refieren a una nica corriente, por lo que las utilizaremos deforma indistinta. A pesar de que entre los autores representativos existan diferencias, tanto ideol-gicas como a nivel de programas de investigacin, las etiquetas no son necesariamente el reflejode stas sino de aquellos aspectos que se quieren enfatizar pero que, en cualquier caso, son compar-tidas en mayor o menor medida por todos. As, las denominaciones de EPI crtica, heterodoxa onueva EPI (NEPI) ponen de relieve la voluntad renovadora frente a la EPI tradicional. La referenciaa la escuela neo-gramsciana de la EPI sita en un primer plano el marco de anlisis utilizado. LaEPG por su parte enfatiza la toma de conciencia del carcter global del sistema internacional.

    63 En RI este carcter de retorno a las cuestiones clsicas desde perspectivas renovadas quedamuy patente en los trminos utilizados en los trabajos tericos: repensando (HALLIDAY, F., Rethin-king International Relations, Londres, Macmillan, 1994), reconsiderando (BUZAN, B., The Levelof Analysis Problem in International relations Reconsidered, en BOOTH, K., y SMITH, S., Interna-tional Relations..., op. cit., pp. 198-216), reestructurando (NEUFELD, M., The Restructuring of Inter-national Relations Theory, Cambridge, Cambridge University Press, 1995), reconstruyendo (VAS-QUEZ, M., The Post-Positivist Debate: Reconstructing Scientific Enquiry and InternationalRelations Theory After Enlightenments Fall, en BOOTH, K., y SMITH, S., International Rela-tions..., op. cit., pp. 217-240), reinvestigando y reinterpretando (DER DERIAN, J., A Reinterpreta-tion of Realism: Genealogy, Semiology, Dromology, en DER DERIAN, J. ed., International Theory.Critical Investigations, Londres, Macmillan, 1995, pp. 363-396).

    64 A pesar del carcter minoritario de la EPI crtica, hasta fechas recientes, sus autores msrepresentativos han gozado siempre de prestigio acadmico tanto en el mbito de la EPI como en elde las RI. Un hecho significativo de este reconocimiento fue la eleccin, en 1995, de Susan Strangecomo Presidente de la International Studies Association. Strange fue la segunda presidencia noamericana de la ISA, en su casi medio siglo de historia.

  • otra parte, lo que en nuestra opinin constituye la mayor novedad y el mayorlogro de la EPI heterodoxa es que ha conseguido conectar de nuevo la EPI conlas RI. A medida que la EPI haba ido consolidando la corriente ortodoxa sehaba ido alejando de sus objetivos iniciales y, por ende, separando de las RI. Enlugar de transformar las RI, como era su objetivo inicial, se haba constituido enuna subrea cuya especificidad se limitaba a lo temas de estudio pero cuyas pre-misas, conceptos tericos y valores subyacentes eran idnticos. La consecuenciade este proceso fue que aquellos especialistas de las RI que no se ocupaban detemas de economa poltica internacional siguieron ignorando la produccin dela EPI. Esta situacin ha cambiado. Con el resurgir de la EPI, la corriente hete-rodoxa cobra importancia en el marco general de la EPI y se conecta con los tra-bajos de reflexin sustantiva y metaterica de las RI de manera que ya no esposible obviarla. En este trabajo nos referiremos a la conexin de la EPI con dosaspectos de la reflexin terica de las RI de los noventa: el posicionamiento dela EPI en el debate pos-positivista 65 y, sin nimo de exhaustividad, su interpreta-cin de algunas cuestiones sustantivas presentes en el debate neorrealismo-neo-liberalismo 66.

    Los autores identificados con la corriente heterodoxa de la EPI afirman queno comparten ni un programa unitario de investigacin 67, ni una nica aproxi-macin al estudio de la economa poltica internacional 68. No obstante, sus tra-bajos comparten elementos que, adems de diferenciarles de la EPI tradicional,permiten identificarles como partes de un mismo proyecto. Estos elementos queconvierten a los distintos programas en corriente son dos: el rechazo de todosellos al positivismo y a las explicaciones propuestas por el neorrealismo y elneoliberalismo, y el objetivo emancipatorio que anima sus trabajos. Su punto departida es la EPI ortodoxa 69, en cuanto que formulan sus objetivos a partir de lascarencias que detectan en la EPI tradicional e indirectamente, a travs de ella, enlas RI. Como veremos, algunas de sus propuestas son recuperaciones de las pre-

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    65 Para una presentacin general de esta faceta del debate, vase NEUFELD, M., The Restructu-ring..., op. cit.

    66 Las tres obras de sntesis de este debate son: BALDWIN, D. A., Neorealism and Neolibera-lism. The Contemporary Debate, Nueva York, Columbia University Press, 1993; KEOHANE, R.,Neorealism and..., op. cit.; y KEGLEY, Ch. W., Controversies in International Relations Theory.Realism and the Neoliberal Challenge, Nueva York, St. Martins Press, 1995.

    67 As, Murphy y Tooze se refieren a los distintos programas de investigacin de autores comoAlker, Anderson, Chatterjee, Cox, Giddens, Bremer o Hughes que, identificados con la EPI hetero-doxa, tienen diferentes orientaciones y distintos centros de inters temtico. MURPHY, C. N., yTOOZE, R., The new international..., op. cit., p. 21.

    68 Gill, por ejemplo, al presentar y defender la utilidad de la aproximacin gramsciana en susdiferentes adaptaciones para el estudio de la economa poltica internacional afirma que no es lanica va. GILL, en MURPHY, C. N., y TOOZE, R., The New International..., op. cit., p. 52.

    69 Tal es el planteamiento del libro de Murphy y Tooze. Estos autores, primero identifican loscontornos de la ortodoxia para despus, a partir del anlisis crtico, deducir la existencia de unanueva EPI. Otros trabajos no lo hacen de manera tan separada pero, en todos, la crtica a la orto-doxia es un elemento central y explcito.

  • misas defendidas y de los objetivos planteados en los setenta y otras son el resul-tado de reflexiones vinculadas al nivel de desarrollo del proceso de globaliza-cin de este final de siglo.

    1. La nueva EPI y la crtica pos-positivista de las RI

    Empezando por el eje metaterico, en conexin con las actuales reflexionespos-positivistas de la disciplina de las RI 70, que a su vez conectan de nuevo conlos debates de las ciencias sociales de los que haban permanecido voluntaria-mente al margen, la EPI discute la concepcin positivista del proceso de produc-cin de conocimiento 71. En concreto, las crticas que la EPI heterodoxa dirije ala EPI tradicional se refieren a dos aspectos: en primer lugar, a la concepcinsubyacente del proceso de conocimiento y, en segundo lugar, a los elementosideolgicos que oculta pero que determinan sus premisas y reproducen una cos-movisin que se pretende universal y natural.

    En plena alineacin con las crticas al positivismo imperante en la corrientemayoritaria de las RI y en la EPI ortodoxa, la NEPI denuncia la falsedad de lapretendida objetividad cientfica de la EPI ortodoxa y hace una llamada al reco-nocimiento de la subjetividad del proceso de produccin del conocimiento 72.Objeto y sujeto, en EPI y en RI, al igual que en cualquier otra ciencia social, noson separables y por tanto el conocimiento es siempre un proceso intersubjetivoy no un proceso puramente intelectual. No es posible establecer una neta distin-cin entre objetividad y subjetividad. El mundo realse basa en significadosintersubjetivos que se han formado a lo largo de muchos aos de experienciacolectiva como respuesta a las condiciones materiales de la existencia 73. Por

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    70 Vase, por ejemplo, BROWN, C., International Relations Theory. New Normative Approa-ches, Londres, Harverster-Wheatsheaf, 1992, NEUFELD, M., The restructuring..., op. cit., y VAS-QUEZ, J., The post-Positivist Debate: Reconstructing Scientific Enquiry and International Rela-tions After Enlightenments Fall, en BOOTH, H., y SMITH, S., International Relations..., op. cit.,pp. 217-240. A efectos de su presentacin del debate Vasquez agrupa a postestructuralistas y pos-modernos. Neufeld, en su anlisis de las crticas al positivismo, diferencia la teora crtica de las RI,la teora postmoderna y la teora feminista. Brown por su parte lo plantea en trminos de teora nor-mativa frente a teora emprica.

    71 Neufeld resume la lgica de la investigacin positivista en tres principios que reposan entres asunciones: 1) el conocimiento positivo es fiable porque se corresponde con la esfera emprica(basado en la asuncin de que existe un mundo real el objeto separado de las construccionestericas del cientfico social el sujeto); 2) la unidad metodolgica de la ciencia: la metodologainvestigadora desarrollada para el estudio de las ciencias naturales es igualmente conveniente paralas ciencias sociales (basado en la asuncin del naturalismo: no existe diferencia entre el mundosocial y el natural), y 3) el conocimiento cientfico est al margen de los valores (basado en la asun-cin de la separacin del hecho y del valor). Vase NEUFELD, M., The restructuring..., op. cit.,pp. 22-38. Para una crtica del trabajo de Neufeld, vase: GRASA, R., La reestructuracion...,op. cit.

    72 Vase, entre otros, MURPHY, C. N., y TOOZE, R., The New International..., op. cit.,73 COX, R., Critical Political Economy, en HETTNE, B. (ed.), International Political...,

    op. cit., pp. 33-34.

  • ello, la corriente heterodoxa defiende que el conocimiento es un proceso socialque vincula sujeto y objeto y reclama la necesidad de concienciacin al res-pecto para poder realizar el potencial transformador y la capacidad emancipa-dora del proceso de conocimiento 74. Que la ortodoxia apueste por el positivis-mo como forma de reproduccin del conocimiento no es inocente: sirveadecuadamente a unos objetivos encaminados al mantenimiento del ordenestablecido. En la que es sin duda su cita ms repetida, Cox resume esta idea:La teora siempre est al servicio de alguien y de algn objetivo 75. Esteautor sostiene que la teora no existe al margen de un contexto determinado: lateora sigue a la realidad en tanto que se forma a partir de la experiencia huma-na sobre el mundo, pero tambin la precede en el sentido de que, a la vez, lateora orienta la conducta de quienes reproducen o alteran la realidad 76. Eneste punto, Cox distingue entre la teora orientada a la solucin de problemas(problem solving theory) y la teora crtica (critical theory) 77. La primera es elresultado de un tipo de trabajo de teorizacin que parte del orden social esta-blecido y de las estructuras de poder existentes y, sin cuestionarlos, los asumecomo el marco para la accin. Responde a intereses nacionales, sectoriales ode clase para los que el orden establecido es vlido. Su objetivo es conserva-dor: hallar soluciones a problemas parciales que surgen en determinadas esfe-ras de un orden global complejo para pulir su funcionamiento. En definitiva,reducir las disfunciones del sistema a fin de mantenerlo. Por contra, la teoracrtica cuestiona el orden establecido, investiga los mecanismos que lo gesta-ron y que lo mantienen para, a travs de ellos, estudiar las posibilidades decambio. Brevemente y siguiendo a Cox, las premisas de una teora crtica soncinco: 1) La accin siempre tiene lugar en un marco contextual que crea laproblemtica. La teora crtica ha de entender este contexto a travs de lainvestigacin histrica que permita identificar la experiencia humana que pro-voca la necesidad de teora; 2) La teora, en consecuencia, tambin es mol-deada por la problemtica. Por ello la tarea de teorizacin es permanente; 3) Elcontexto para la accin y la teorizacin cambia en el tiempo, de ah que lacomprensin del cambio sea central para la teora crtica; 4) El contexto tieneforma de estructura histrica, es decir, una combinacin particular de patro-nes de pensamiento, condiciones materiales e instituciones humanas cuyos

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    74 Vase, por ejemplo, COX, R., A perspective on Globalization, en MITTELMAN, J. H.,Globalization: Critical Reflections, Boulder, Lynne Rienner Publishers, 1996, pp. 21-30.

    75 COX, R., Social Forces, States and World Orders: Beyond International Relations Theory,en COX, R., con SINCLAIR, T., Approaches to World Order, Cambridge, Cambridge University Press,1996, p. 207. El artculo fue publicado por primera vez en la revista Millenium, en 1981. Tambinest reproducido en: KEOHANE, R. (ed.), Neorealism and..., op. cit., pp. 204-254.

    76 COX, R., Critical Political..., op. cit., p. 31. Vase tambin el trabajo de Tooze sobre larelacin entre la EPI, como conocimiento acadmico, y la formulacin de la poltica estatal:TOOZE, R., International political economy and the national policy-maker en HILL, Ch., yBESHOFF, P., Two worlds of International..., op. cit., pp. 54-75.

    77 Ibd.

  • elementos tienen cierta coherencia; 5) El contexto o estructura no tiene porquinterpretarse como algo necesario para el equilibrio o que deba reproducirse,puede entenderse en trminos de conflictos que surgen de su interior y abren laposibilidad de su transformacin 78. Descubrir las posibles alternativas al ordenpoltico y social actual es, siempre segn Cox, el principal objetivo de la teoracrtica. A partir de ah, habr de realizarse la eleccin normativa a favor deuna u otra posibilidad. La teora crtica, advierte el autor, puede contenerteoras orientadas a la solucin de problemas pero siempre las incluye enforma de ideologas identificables.

    Por otra parte, la teora crtica apuesta por el historicismo frente al positivis-mo: es teora de la historia en el sentido de que se interesa no slo por el pasadosino por su construccin, es decir, por el proceso continuo de cambio histrico 79.El historicismo de la EPI crtica es heredero de una corriente que va de Giamba-tista Vico a George Sorel, pero sobre todo es deudora de Antonio Gramsci, yconecta con los trabajos de Fernand Braudel y la escuela francesa de los Anna-les 80. Esta aproximacin permite descubrir las estructuras histricas 81 caracte-rsticas de las pocas en que determinadas regularidades (que son descritas porel positivismo) se mantienen.

    En relacin con la incorporacin de la ideologa en la EPI, los autores crti-cos sealan una contradiccin: se inccorpora de manera puramente ideogrfica,a modo de patrn interpretativo, y no como parte integral de la realidad (sta,recordemos, es supuestamente objetiva). La realidad, segn los crticos, se cons-truye a partir del proceso de conocimiento que incorpora las creencias, valores eideologa del cientfico social. Como afirma Gill, la realidad del orden globalest constituida, en parte, por la estructura de conocimiento que prevalece en laconfiguracin de las estructuras de produccin, de consumo, de los intercam-bios, as como en la estructura poltica asociada a los conceptos de soberana yde Estado 82. El conocimiento como se entiende, interpreta y explica el mundo

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    78 Vase, COX, R., Socials Forces, States ..., op. cit., p. 217.79 COX, R., Social forces, States..., op. cit., p. 209. Vase tambin AGNEW, J., y CORBRIGDE,

    S., Mastering space..., op. cit.; BROMLEY, S. Rethinking International Political Economy, enMACMILLAN, J., y LINKLATER, A. Boundaries in question..., op. cit.; LEAVER, R., International Poli-tical..., op. cit.; MURPHY, C. N., y TOOZE, R., The New International..., op. cit. Tal es tambin laperspectiva adoptada por la obra dirigida por Stubbs y Underhill (STUBBS, R., y UNDERHILL, G.,Political economy and..., op. cit.): el anlisis de los temas globales abordado en la segunda parte esrealizado con una perspectiva histrica cuyo objetivo es, adems de describir el orden mundial,explicar cmo se ha gestado.

    80 COX, R., Realism, positivism and historicism, en COX, R., con SINCLAIR, T., Approachesto..., op. cit., p. 51.

    81 El concepto de estructura histrica tambin es central en la epistemologa de la NEPI. Laestructura histrica puede ser definida como un marco para la accin o como la imagen de una con-figuracin especfica de fuerzas (capacidades materiales, ideas e instituciones). La estructura hist-rica no determina inexorablemente la accin pero la condiciona y limita. Para un desarrollo de esteaspecto, vase: COX, R., Social forces, states..., op. cit., pp. 97 y ss.

    82 GILL, S., Knowledge, Politics and Neoliberal Political Economy, en STUBBS, R., yUNDERHILL, G., Political Economy, and..., op. cit., pp. 75-88 (p. 77).

  • es parte del mundo 83. Los crticos no reclaman, puesto que afirman que no exis-te, una aproximacin objetiva, sino la asuncin abierta de los valores y preferen-cias implcitos en toda aproximacin como parte del proceso poltico 84 ya que,como afirma Tooze, lo contrario tiene sus consecuencias: (...) la mascarada deun conocimiento social libre de valores ha tenido consecuencias polticas impor-tantes ya que, a menudo, ha tendido al mantenimiento del statu quo 85. El recha-zo de la NEPI a la pretendida neutralidad del proceso de conocimiento de la EPItradicional 86 conecta con la siguiente crtica de orden ideolgico-temtico: laEPI es un rea de estudio fuertemente dependiente de, y limitada por, los intere-ses estadounidenses. Ha sido definida y desarrollada por autores estadouniden-ses a partir de unas problemticas y unas hiptesis particulares que, sin embar-go, se han elevado a la categora de universales 87. Al igual que en su momentoocurriera con las RI, la EPI se ha convertido en un rea de estudio estadouni-dense 88.

    La propuesta de la EPI crtica coincide con la teora crtica de las RI 89: refle-xionar sobre el proceso mismo de teorizacin a fin de poner al descubierto las

    LA CONTRIBUCIN DE LA ECONOMA POLTICA INTERNACIONAL 451

    R.E.D.I., vol. LI (1999), 2

    83 Por ello Gill realiza el ejercicio de revisar las ontologas de las dos aproximaciones domi-nantes (neorrealismo y neoliberalismo). Ibdem.

    84 TOOZE, R., International Political..., op. cit.85 Ibd., p. 58. 86 Cabe sealar que esta crtica se dirije principalmente a la EPI de corte liberal constituida en

    ortodoxia. Sin embargo la denuncia no es exclusiva de los autores no crticos; autores tan clara-mente enmarcados en la corriente realista como Robert Gilpin han destacado el papel de las ideolo-gas en la explicacin del funcionamiento de la EPI. Gilpin afirma que (...) las tres ideologas soncompromisos intelectuales o actos de fe y que (...) aun cuando algunas de sus ideas o proposicio-nes pueden mostrarse falsas o verdaderas, las perspectivas, como tales, no pueden ser probadas nirefutadas a travs de la argumentacin lgica o de la presentacin de la evidencia emprica en sen-tido contrario GILPIN, R., The Political Economy..., op. cit., p. 41.

    87 Vase el anlisis que hace Goldstein de la interrelacin entre las ideas y las institucionescmo las ideas se mantienen a travs de las instituciones e influencian la forma en que los actoresven los problemas y buscan soluciones aplicado al caso de la poltica comercial estadounidense.GOLDSTEIN, J., Ideas, Institutions, and American Trade Policy en FRIEDEN, J., y LAKE, D. A.,International Political Economy. Perspectives on Global Power and Wealth, Londres, Routledge,1997 (1.a ed. 1995), pp. 387-406.

    88 De manera similar a cmo la supremaca estado