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La costa, antes y después
El Manhattan del Mediterráneo GREENPEACE / COLECCIÓN PRIVADA/ PEDRO ARMESTRE | 16-07-2010
Así llama Greenpeace a la ex villa marinera de Benidorm (Alicante). A su juicio, es el "estandarte del boom urbanístico en la costa con sus torres de hasta 52 plantas". Con 1.800 habitantes por km2,
ha aumentado en casi un 600% su población censada en 30 años, cifra que asciende a un 4.000% en
la época estival. Las últimas construcciones en añadirse a este laberinto de cemento y hormigón han
sido dos torres de 42 y 35 plantas en el Parque Natural de Serra Gelada.
Contaminación en Parque Natural: Bahía de Algeciras , Cádiz
Greenpeace explica que esta bahía de la Red Natura 2000 "ocupa el cuarto puesto en el ránking mundial de bunkering, una práctica que genera vertidos constantes al mar". A ellos se suman la
refinería de Cepsa, 18 grandes industrias, el paso de una de las rutas con mayor tráfico de petroleros
del mundo y el vertido de las aguas fecales de Algeciras. Estos impactos "afectan gravemente al
Parque Natural del Estrecho", declarado Reserva de la Biosfera Transcontinental del Mediterráneo.
La playa que se robó a los bañistas: Punta del Sebo , Huelva
La organización ecologista cuenta que la industria química llegó en los sesenta y que las playas
fueron quedándose vacías a medida que la arena iba desapareciendo y el agua, llenándose de
espuma. Esta zona, que tuvo balneario, está cerrada al baño por contaminación. El Polo Químico de
Huelva es "el foco de contaminación industrial más importante de España" al verter miles de
toneladas de metales pesados y elementos radiactivos al año. A las plantas químicas y la refinería de
Palos de la Frontera se suman los vertidos de fosfoyesos de Fertiberia en Huelva.
El símbolo de la destrucción: El Albarrobico, Almer ía
En 1987 se declaró el primer parque marítimo-terrestre de España en Cabo de Gata-Níjar. En 2003,
explica Greenpeace, "se puso el primer ladrillo del hotel El Algarrobico en Carboneras, con más de 20
plantas. Una orden judicial lo paralizó en 2006. Según la ONG, es "referente del acoso a los espacios
protegidos": fue avalado por el Ayuntamiento, que le dio licencia, y por la Junta, que modificó el Plan
de Ordenación de los Recursos Naturales para hacer la zona urbanizable. En 2009, Medio Ambiente
paralizó la expropiación de los terrenos. "A pesar de los 16 pronunciamientos judiciales sobre su
ilegalidad, sigue en pie".
De riqueza natural a riqueza monetaria: Marbella, M álaga En las primeras décadas del siglo XX aparecieron los primeros hoteles en este tramo de la Costa del
Sol. Desde entonces, experimentó una expansión y crecimiento continuos a base de ladrillo y turismo
para medio y alto poder adquisitivo. En 2006 Greenpeace denunció que existían en 30.000 viviendas
ilegales. Aunque en 2005 la Junta se inclinaba por conceder una amnistía a las ilegalidades, en 2007
cien personas fueron imputadas por corrupción urbanística.
Asturias no tan verde: Puerto del Musel, Gijón
Greenpeace denuncia que se construyó "en un entorno antes privilegiado que lo convertía en uno de
los mejores puertos naturales del Cantábrico". Poco queda de natural en este entorno, se lamenta. A
pesar de que la Declaración de Impacto Ambiental de 2007 "consideraba que la ampliación no tendría
'impactos adversos significativos', los daños ambientales se acumulan": contaminación del agua y el
desmonte del Alto de Aboño para usarlo como material de relleno.
'Mediterraneización' del Atlántico en Laredo, Canta bria
En la segunda mitad del siglo XIX, Laredo despega con fábricas de conservas y salazones, que a lo
largo del XX ocupan el primer puesto dentro del sector secundario. Poco después irrumpe el turismo,
transformando su economía y su aspecto. "Es el ejemplo de municipios de la cornisa cantábrica que
han copiado el modelo turístico y depredador del Mediterráneo", sostiene Greenpeace. Su futuro
puerto pesquero y deportivo, con 1.170 atraques, será "el mejor del norte", afirmó el presidente de
Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
Parques de Papel: Port Ginesta, Sitges
El Plan de Puertos de Cataluña convirtió a esta marina en el mayor puerto deportivo de España en
alquiler de amarres y servicios náuticos, explica Greenpeace, para añadir que "su ampliación está
enmarcada dentro del Plan de Puertos Deportivos que aspira a que Cataluña cuente con 32.000
amarres en 2015". El problema es que está dentro del Parque Natural del Garraf, donde fueron
destruidos bosques sumergidos de posidonia.
Ermita de Nuestra Señora de la Regla, Santa Cruz de Tenerife
Cuesta encontrar en la imagen actual la Ermita de La Regla, rodeada por ladrillo y por una inmensa
superficie de hormigón ganada al mar, aunque el templo y las montañas del fondo es lo único que no
ha cambiado. La ermita está rodeada por toda la superficie industrial del puerto de Santa Cruz. Este
litoral "ya está perdido para siempre", critica Greenpeace.
La Manga del mar Menor, Murcia
Recuerdan los ecologistas que sólo visitaban La Manga pescadores y tortugas marinas, pero hace 50
años "fue alcanzada por la oleada del turismo y la explotación urbanística descontrolada y anárquica".
A pesar de ser una de las lagunas más importantes de Europa, existen pocas zonas que puedan
rivalizar con ella "en saturación urbanística", ya que apenas queda terreno libre de edificaciones. Al
ladrillo se suman el vertido de las aguas residuales sin depurar o con depuración deficiente.
Camp de Mar, Andratx, Mallorca
Greenpeace explica que en esta zona destacan los espacios protegidos de Sa Dragonera, Serral den
Salat y La Trapa, pero "también la planificación urbanística a medida". La operación Voramar destapó
en 2006 el "mayor escándalo de corrupción urbanística" en el archipiélago balear, que salpica, entre
otros, al ex alcalde de Andratx, al ex director general de Ordenación del Territorio del Govern Balear y
al ex celador municipal de obras. Según denuncia la ONG, son muchas las construcciones ilegales
que, pendientes de juicio, continúan con las obras.
Oropesa del Mar, Castellón
Los promotores de Marina d'Or Golf, una macrourbanización que ocupará 18 millones de m2 entre
Oropesa y Cabanes y que es cuatro veces la Marina d'Or actual, siguen defendiendo su proyecto a
pesar de la crisis, explica Greenpeace. El mal estado del Espacio Natural Protegido de la Albufera de
Oropesa (entre Oropesa y Marina d'Or) es "fiel reflejo de esta política urbanística desmesurada".
Puerto de Pasaia, Guipúzcoa
Durante las décadas de los sesenta y los setenta, fue un puerto bacaladero de gran importancia, con
una flota de altura de 280 embarcaciones y miles de trabajadores. Greenpeace critica que hoy la flota
pesquera ha disminuido drásticamente y que la ría es uno de los puntos de la costa vasca donde la
contaminación es más grave debido a la proximidad de las áreas urbanas e industriales.
Cullera, Valencia
Lo poco que perdura en la segunda imagen es el pino de la serranía de Cap Blanc. Greenpeace
critica que el Ayuntamiento de Cullera aprobó en 2007 un proyecto con 33 rascacielos, un puerto, un
campo de golf y una marina deportiva y pesquera junto a la desembocadura del Júcar, a pesar de que
la propia Confederación Hidrográfica del Júcar advirtiese de la imposibilidad de suministrar agua a
una población que duplicaría la actual.