2
La crisis de la lectura Enero 17, 2011 por profesionales de ciencias de la información En estos momentos es muy difícil lograr que los niños, adolescentes y jóvenes lean. Sólo lo hacen ante una imposición escolar pero no por propia voluntad. ¿Podemos, entonces, hablar de una crisis de la lectura o de un cambio de hábito de la sociedad? Creemos que en realidad la gente sigue leyendo pero de otra manera. Los medios audiovisuales siguen contándoles a nuestros niños diferentes historias que los hacen soñar, ejercitar su imaginación y sentirse protagonistas de ellas. Con Internet la lectura en línea se incentivo de modo que tanto grandes como chicos la han adoptado. Sabemos que las buenas lecturas no están liberadas en Internet sino que exigen un pago, sin embargo, una manera de atraer a niños, adolescentes, jóvenes, y por que no adultos hacia la lectura, es a través de los diferentes dispositivos que podemos adquirir en distintos negocios y que nos permiten disfrutar del placer de la lectura, tanto aquella formativa, informativa como recreativa. La Sociedad de Información globalizada nos inunda constantemente con información que emana de los diferentes medios de comunicación social y también nos imponen una serie de “nuevas reglas” de comportamiento social, de manera tal que aquel que no las siga queda automáticamente excluido. Para enterarnos de qué ocurre en nuestro mundo debemos acudir a las cadenas de noticias de los canales de cable, a los diarios que se han instalado en Internet a través de la PC o de los teléfonos móviles. Si se trata de estudiar o de

La Crisis de La Lectura

Embed Size (px)

DESCRIPTION

rev

Citation preview

Page 1: La Crisis de La Lectura

La crisis de la lectura

Enero 17, 2011 por profesionales de ciencias de la información

En estos momentos es muy difícil lograr que los niños, adolescentes y jóvenes lean.

Sólo lo hacen ante una imposición escolar pero no por propia voluntad.

¿Podemos, entonces, hablar de una crisis de la lectura o de un cambio de hábito de la

sociedad?

Creemos que en realidad la gente sigue leyendo pero de otra manera. Los medios

audiovisuales siguen contándoles a nuestros niños diferentes historias que los hacen

soñar, ejercitar su imaginación y sentirse protagonistas de ellas.

Con Internet la lectura en línea se incentivo de modo que tanto grandes como chicos la

han adoptado.

Sabemos que las buenas lecturas no están liberadas en Internet sino que exigen un

pago, sin embargo, una manera de atraer a niños, adolescentes, jóvenes, y por que no

adultos hacia la lectura, es a través de los diferentes dispositivos que podemos

adquirir en distintos negocios y que nos permiten disfrutar del placer de la lectura,

tanto aquella formativa, informativa como recreativa.

La Sociedad de Información globalizada nos inunda constantemente con información

que emana de los diferentes medios de comunicación social y también nos imponen

una serie de “nuevas reglas” de comportamiento social, de manera tal que aquel que

no las siga queda automáticamente excluido. Para enterarnos de qué ocurre en

nuestro mundo debemos acudir a las cadenas de noticias de los canales de cable, a los

diarios que se han instalado en Internet a través de la PC o de los teléfonos móviles. Si

se trata de estudiar o de recrearse, la respuesta también está en la pantalla. Juegos,

películas, series, música, artículos de publicaciones periódicas, diarios, enciclopedias,

blogs de opinión o educativos, todo está en la red, también la literatura recreativa, y si

no está allí, está en formato digital para llevar en los diferentes lectores que

encontramos en el mercado o en el móvil.

Los adolescentes y jóvenes consumen por este medio hasta los cómics, por lo tanto,

podemos decir que todos leemos de alguna manera, pero ya no de forma tradicional,

lo hacemos a través de la PC, de dispositivos móviles, desde el celular. Ya usamos cada

Page 2: La Crisis de La Lectura

vez menos ese dispositivo que llamamos libro impreso, de igual manera que en su

momento dejamos atrás las tablillas de madera de arcilla, los rollos, los pergaminos,

etc.

Cada uno de estos dispositivos fueron los que nos impuso la sociedad de su momento,

en cada período histórico para aprender, conocer, informarnos.

Lo que han cambiado son los hábitos de lectura, pero mientras exista un escritor,

indudablemente también habrá un lector que disfrutará de buenas historias y que

querrá leer aún más.

Sólo es necesario cambiar las estrategias para atraer a los lectores y simplemente

brindarles aquello que quieran leer según sus edades, gustos y conocimientos previos.