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LA CULTURA CONCURSAL Judith Saldaña Espinosa Vocal de la Junta Directiva del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles Introducción Mi punto de partida en esta reflexión sobre la cultura concursal, es la decla- ración de dudas acerca de su existencia y de su utilidad como contexto en el cual encontrar formas de vida que contribuyan a la mejor convivencia social. A continuación expongo la evolución que ha tenido el concepto de cultura, desde su significado de gran alcance que abarca las manifestaciones de una so- ciedad completa, hasta la referencia a grupos específicos dentro de la misma. Es decir, una evolución de lo general a lo particular, como reflejo de la tendencia a la división del trabajo y a la especialización que se aprecia históricamente. Defino después la cultura resaltando las tres facetas útiles para delimitar el concepto de cultura concursal y contar con la base sobre la cual construir un mo- delo que – suponiéndola como hipótesis válida – dé orden a los posteriores razo- namientos sobre ella, teniendo como fuentes principales la Ley de Concursos Mercantiles, su exposición de motivos y la experiencia en los tres años que ha es- tado vigente. Toco después las propiedades de la cultura con el fin de conocer el fenó- meno de los cambios culturales y estar en condiciones de promoverlos y conducir- los ordenadamente a los fines de la armonía social. La hipótesis de ver lo concursal como cultura, despertó mi interés como in- tegrante de la Junta Directiva del Instituto de Especialistas de Concursos Mercanti- les, órgano creado por la nueva legislación con atribuciones que tienen efectos de introducción y consolidación de los cambios hacia un paradigma nuevo de conduc- ta social en el ámbito de los negocios. 1

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LA CULTURA CONCURSAL

Judith Saldaña Espinosa Vocal de la Junta Directiva del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles

Introducción

Mi punto de partida en esta reflexión sobre la cultura concursal, es la decla-ración de dudas acerca de su existencia y de su utilidad como contexto en el cual encontrar formas de vida que contribuyan a la mejor convivencia social.

A continuación expongo la evolución que ha tenido el concepto de cultura, desde su significado de gran alcance que abarca las manifestaciones de una so-ciedad completa, hasta la referencia a grupos específicos dentro de la misma. Es decir, una evolución de lo general a lo particular, como reflejo de la tendencia a la división del trabajo y a la especialización que se aprecia históricamente.

Defino después la cultura resaltando las tres facetas útiles para delimitar el concepto de cultura concursal y contar con la base sobre la cual construir un mo-delo que – suponiéndola como hipótesis válida – dé orden a los posteriores razo-namientos sobre ella, teniendo como fuentes principales la Ley de Concursos Mercantiles, su exposición de motivos y la experiencia en los tres años que ha es-tado vigente.

Toco después las propiedades de la cultura con el fin de conocer el fenó-meno de los cambios culturales y estar en condiciones de promoverlos y conducir-los ordenadamente a los fines de la armonía social.

La hipótesis de ver lo concursal como cultura, despertó mi interés como in-tegrante de la Junta Directiva del Instituto de Especialistas de Concursos Mercanti-les, órgano creado por la nueva legislación con atribuciones que tienen efectos de introducción y consolidación de los cambios hacia un paradigma nuevo de conduc-ta social en el ámbito de los negocios.

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ÍNDICE

Introducción............................................................................................................. 1

Punto de partida ...................................................................................................... 3

Cultura. Idea que ha cambiado ............................................................................... 3

Cultura. Concepto ................................................................................................... 4

Cultura concursal. Definición y modelo ................................................................... 5

Pautas de pensamiento .............................................................................. 6 Pautas de posesión .................................................................................. 10 Pautas de conducta .................................................................................. 12

¿Es útil hablar de una cultura concursal? ¿Para quiénes? ................................... 15

Propiedades de la cultura concursal ..................................................................... 15

Aprendizaje............................................................................................... 16 Universales culturales............................................................................... 16 Sistema de sistemas................................................................................. 17 Manejo de las empresas........................................................................... 18 Preservación y conservación de las empresas......................................... 19 El cambio.................................................................................................. 19

Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles................................ 20

Conclusión............................................................................................................. 21

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Punto de partida

Pongámonos en el estado de espíritu de quien quiere saber si una enuncia-ción es verdadera o falsa, sin contestar de inmediato sino buscando, junto con el lector, los indicios para llegar a alguna conclusión.

¿Es válido hablar de cultura concursal? ¿Existe una cultura concursal? ¿Cómo sustentarla?

¿Es útil hablar de cultura concursal? ¿Si lo es, para quiénes?

¿Cómo se vincula con la cultura general? ¿Qué trascendencia social tiene?

Vamos a buscar la respuesta a estas preguntas, utilizando el marco teórico de la sociología, disciplina que estudia la conducta social y las formaciones y pro-cesos sociales, o sea lo relacionado a la convivencia humana en su conjunto, al orden social, al cambio social y a los rasgos comunes a los miembros de grupos sociales.

Cultura. Idea que ha cambiado

La idea de cultura ha ido cambiando con el tiempo en un proceso de deduc-ción o reducción similar al de la especialización. Lo general ha ido haciéndose es-pecífico y el término cultura – que originalmente se refería a una sociedad comple-ta – ha ido empleándose para denotar grupos cada vez más limitados.

Desde su origen, la cultura son los rasgos comunes aprendidos por los miembros de una sociedad, en un espacio histórico y geográfico delimitado. Por ejemplo: cultura griega, cultura egipcia, cultura clásica o cultura occidental.

El término se restringió después a los rasgos comunes aprendidos por los miembros de un segmento de la sociedad. Fue entonces, el desarrollo y resulta-dos del desarrollo de determinadas facultades y habilidades mediante el ejercicio o práctica apropiados en campos identificados como, por ejemplo: cultura científica y cultura literaria (distinguidas y estudiadas en 1959 por Charles Percy Show), y el de cultura jurídica.

Continuó el proceso restrictivo hasta significar los rasgos comunes aprendi-dos por segmentos muy especializados, identificados y reducidos. Se habla de cultura empresarial y hasta de la cultura de una empresa en particular. Actualmen-te es frecuente la expresión “la cultura de mi empresa,” o “la cultura de la organi-zación a la que pertenezco,” etc.

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Fue hacia 1980 cuando la administración empezó a emplear el término cul-tura para significar las actitudes y conducta colectivas de las organizaciones o de algunas empresas en particular.

Esta tendencia histórica observada de la concepción de la cultura, nos da li-cencia para hablar de una cultura concursal aunque sea, en grado de hipótesis, y así lo haremos en lo sucesivo.

Cultura. Concepto

Volviendo a la concepción general de cultura, se aprecian en ella varias fa-cetas y aquí se aprovechan tres para decir que la cultura es un acervo, es un campo de actividad y es la respuesta aprendida.

La cultura como acervo, comprende las realizaciones del grupo en la forma de bienes materiales e intangibles, que cada generación transmite a las que la suceden, para su permanencia y ajuste al medio físico y social, y que va acumu-lando en heredad.

La cultura como campo de actividad se refiere adonde ocurren las manifes-taciones objetivas de la relación, dependencia y actuación recíprocas, de los indi-viduos y de las instituciones creadas por ellos en proceso colectivo y que forman su contexto vital.

Finalmente, la cultura es respuesta, considerada como el conjunto de pau-tas o modelos de contestación y actuación, aprendidos en el seno de la sociedad, que facilitan la adaptación de los individuos y la adecuación de su conducta para la permanencia a la sociedad.

Entiendo por pauta (palabra de la misma raíz que pacto), la norma que go-bierna la ejecución de algo, pactada, impuesta o adoptada como línea directriz de conducta o de explicación.

La distinción de ámbitos culturales o de subsistemas sociales con funciones específicas – como es el caso de los concursos mercantiles – dentro del sistema mayor que constituye la sociedad mexicana, favorece la especialización en las orientaciones idiosincrásicas, los valores y demás rasgos culturales para la solu-ción de los conflictos de intereses entre las empresas y para el ulterior desarrollo social. Por lo tanto, si se considera que los concursos mercantiles son un campo del comportamiento humano con ciertas particularidades, podemos hablar de una cultura concursal y tratar de definirla.

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Cultura concursal. Definición y modelo

La cultura concursal es el conjunto de pautas socialmente prescritas y transmitidas, de pensamiento, posesión y conducta, que caracterizan a las personas e instituciones del ámbito de los negocios y su financiamiento a crédito, en los Estados Unidos Mexicanos desde mayo de 2000.

Ya con la licencia de hablar de una cultura concursal, inmersa e imbricada en la cultura mercantil de nuestro país y con dos posibles escenarios que son el judicial y el extrajudicial, hay que construir el modelo que exprese gráficamente el contenido de esta definición de trabajo.

Con base en esta definición, propongo para la cultura concursal y desarrollo en lo sucesivo, el modelo siguiente:

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Reglas explícitas

Reglas implícitas

IdeasNociones de valor

SímbolosConocimientos

Actitudes

JurídicasDe hecho

InstitucionesTecnológicas

Ilustración 1

Las pautas de pensamiento son los componentes intangibles producto del intelecto: ideas, nociones de valor, símbolos, conocimientos y actitudes ante las cuestiones concursales.

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Las pautas de posesión se refieren a las formas aceptadas o toleradas de producción, tenencia y transmisión de los objetos materiales producto del trabajo humano: jurídicas, de hecho, instituciones y tecnología.

Las pautas de conducta son las guías de acción producto de la comunidad organizada, expresadas en reglas explícitas o transmitidas en reglas implícitas. Son las formas que siguen o se espera que sigan las personas e instituciones de la cultura concursal, con lo cual facilitan la predicción de su tendencia a compor-tarse conforme a lo socialmente prescrito y aceptado.

Es conveniente hacer tres advertencias acerca de las pautas: 1ª) Todos es-tos elementos socioculturales de los concursos mercantiles constituyen una reali-dad inseparable, únicamente disociable en forma abstracta para fines de estudio y explicación en el encuadre estructurado de un modelo; 2ª) Cada pauta cultural tiene diferente grado de influencia sobre la cultura; hay pautas poderosamente influyentes y otras que lo son bastante menos, dependiendo de las características de la cultura en cuestión y de las circunstancias; y, 3ª) Las pautas pueden surgir espontáneamente o bien, un agente las puede crear y fomentar, o inducir su modi-ficación para promover el cambio cultural.

A continuación explico y pongo unos cuantos ejemplos de las pautas de la cultura concursal conforme al modelo propuesto.

Pautas de pensamiento

Las ideas son actos del entendimiento para conocer algo a base de repre-sentaciones o imágenes mentales de los objetos. En el modelo propuesto se in-cluyen la cosmovisión y el ideario.

La cosmovisión es la manera de ver o interpretar el mundo. ¿Cómo se ve o se interpreta el mundo en la cultura concursal?

Se ve al mundo como un sistema en el que hay un subsistema económico que, a su vez, es el entorno en el cual existen y operan las empresas. Lo que ocu-rre en una empresa repercute en las demás con las que mantiene relaciones de negocios; mientras es una empresa redituable las repercusiones son positivas en el entorno económico pero cuando incurre en incumplimiento generalizado de sus obligaciones de pago, pone en riesgo su propia viabilidad y la de las demás con las que mantenga relaciones de negocios.

Otro ejemplo: las empresas mercantiles son inversiones con riesgo. En sus relaciones de negocios realizan operaciones de crédito que por circunstancias im-previsibles del entorno o decisiones deficientes en lo interno, pueden atravesar por situaciones con falta de liquidez.

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El ideario es el repertorio de las principales ideas que le dan soporte en ca-lidad de cultura y, en la concursal, provienen del derecho y de la vida socioeconó-mica. ¿Hay un ideario en la cultura concursal?

Como parte del ideario concursal se adopta la expresión del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ministro Mariano Azuela Güitrón, de que “el fin esencial del Poder Judicial de la Federación puede expresarse en una sencilla fórmula: tramitar y resolver ‘pronto y bien’ los asuntos de su competencia,” en este caso, los asuntos de los concursos mercantiles.

Otros ejemplos de ideas concursales: Hay el interés público de conservar las empresas, por lo cual es conveniente maximizar su valor social, conservar el equilibrio entre deudor y acreedores, propiciar el flujo de información que facilite la participación constructiva, respetar las relaciones contractuales, crear incentivos a los arreglos voluntarios, propiciar soluciones extrajudiciales, apoyar a los Jueces en aspectos técnicos, simplificar los trámites y procedimientos, etc.

Las nociones de valor (que, en lo general, estudia la axiología) constituyen el ‘deber ser’ deseable en cada cultura. Es decir, además de que lo bueno sea lo que debe ser y exista objetivamente, tiene que ser deseable y deseado por los integrantes de la comunidad concursal con respecto a la experiencia de su volun-tad y de sus acciones. Un valor tendrá mayor influencia en la cultura cuanto mayor sea el deseo de alcanzarlo y llevarlo hasta una mística colectiva. El modelo de la cultura concursal incluye dos tipos de nociones de valor: los valores propiamente dichos y las expectativas.

En cuanto a los valores, la ley de la materia tiene implícita variedad de ellos y la práctica de los procedimientos de concurso mercantil ha permitido apreciarlos. Por ejemplo: el predominio del interés público sobre el privado en el estado de de-recho que rige a nuestra sociedad, la justicia, la honestidad, el sentido del honor, el respeto a los derechos de otros, el buen uso de la información, la mística del desempeño de los especialistas, la preferencia por la buena fama, el cumplimiento de las obligaciones que estipula la ley, el buen uso de las facultades que otorga, etc.

La deontología o teoría de los deberes, se ocupa de las nociones de valor y de los códigos aceptados o normas que señalan lo debido en el ejercicio de los oficios, las profesiones o los cargos públicos. Pongo como ejemplos de valores compilados, las deontologías que se pueden derivar de la propia Ley de Concur-sos Mercantiles: la deontología de los especialistas de concursos mercantiles, la deontología de la junta directiva del Instituto Federal de Especialistas de Concur-sos Mercantiles, etc. Una vez que alguien se compromete voluntariamente con los valores, la desatención a ellos en actos u omisiones puede ser constitutiva de in-fracción a la ley y causa de sanciones.

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Tienen expectativas de que la aplicación de la Ley de Concursos Mercanti-les, resolverá los conflictos entre las empresas por cuestiones de crédito y contri-buirá a la paz social, tanto los individuos como la sociedad en su conjunto.

Los símbolos son un medio para desarrollar la cultura ya que, cuando las personas se identifican con ellos, los utilizan para comunicarse y para acumular conocimientos y transmitirlos. De los símbolos se ocupa la sociolingüística, estudiando la conducta lingüística y las relaciones entre la estructura del lenguaje y la estructura social, así como los procesos sociales de información, comunicación, aprendizaje, socialización y transculturación.

El lenguaje propio de la cultura concursal es el sistema de signos con signi-ficado particular para las personas que participan en ella, quienes conocen sus reglas sintácticas y tienen la capacidad de comprender los significados e interpre-tar el sentido de los términos en los mensajes que reciben y de utilizarlos correc-tamente en los que emiten, en una comunicación fluida de ideas. La percepción clara de las palabras legales, aguza la percepción de los fenómenos y orienta la conducta hacia el cumplimiento de la ley.

Luego está el dilema de la literalidad versus la interpretación ¿Cómo usar y entender el lenguaje concursal? El uso legal de una expresión puede ser diferente de su uso ordinario; por ejemplo, la palabra ‘concurso.’ Como todo lenguaje, el concursal es convencional y está sujeto a la vaguedad y la ambigüedad cuando un término tiene varios significados o varios términos se usan como sinónimos, y cuando la ley se aplica a casos limítrofes, padece alguna omisión o antinomia o permite la analogía. Por ejemplo, se presume que un comerciante incumplió gene-ralizadamente el pago de sus obligaciones en seis circunstancias distintas y se agrega la séptima: “en cualesquiera otros casos de naturaleza análoga.”

En la propia Ley de Concursos Mercantiles se puede apreciar el esfuerzo de precisión cuando define los términos Acreedores Reconocidos, Comerciante, Domicilio, Instituto, Masa y UDIs, y también cuando define numéricamente algunos conceptos como, por ejemplo, al pequeño comerciante, y por medio de cálculos el incumplimiento generalizado en el pago de las obligaciones de un comerciante. También contribuyen a la precisión los vocabularios o glosarios como el que el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles ha preparado y publi-cado en la Internet, con la interpretación de los términos comunes de otras cultu-ras que tienen significado diferente o específico en la cultura concursal, y de los términos nuevos acuñados en la misma. Por ejemplo: dictamen del visitador, acta de la visita de verificación, conciliación, cuota concursal, etc.

La cultura se integra y se difunde mediante el vínculo de la comunicación, entendida como la transmisión de conocimientos para producir un efecto en la au-toridad y en los demás participantes del juicio concursal, con la ayuda del lengua-je. La comunicación permite organizar y coordinar los esfuerzos de cooperación,

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armonizar las actividades conjuntas y obtener retroalimentación para ir conducien-do las actividades del grupo hacia las metas propuestas.

La comunicación en la cultura concursal puede ser unidireccional con un emisor y muchos receptores o multidireccional con varios emisores y receptores. Dentro del procedimiento de concurso mercantil la comunicación suele ser bidirec-cional con un emisor y un receptor que van intercambiando estos roles, y puede representarse como una red de varios nodos (las partes del concurso mercantil y los especialistas) alrededor de un nodo central (constituido por el rol del Juez). Esto es, cae en el modelo de comunicación en forma de rueda por tener un eje o nodo centralizado por el que cruza toda la información que se transmite en cual-quier dirección.

La pauta de los conocimientos multidisciplinarios se refiere a los que entran en juego para resolver los complejos problemas de las empresas en dificultades financieras. El conocimiento que nació único, ha ido subdividiéndose por razón de la especialización y ahora son indispensables los entendimientos y esfuerzos inte-gradores para abordar y resolver la complejidad. La Ley de Concursos Mercanti-les menciona las materias administrativa, contable, económica, financiera y jurídi-ca para integrar un enfoque de pensamiento centrado en la intersección de todas estas disciplinas.

La sabiduría popular son los conocimientos derivados de las relaciones de la vida que sirven para determinar lo normal y típico que va consagrándose como la conducta correcta o aceptada o esperada en situaciones particulares. La tradi-ción oral tiene varias formas de expresión pero aquí tomo sólo los refranes, dichos agudos y sentenciosos de uso común que lo mismo sirven para afirmar que para negar algo o para acomodar las conductas o los hechos, pero son medio eficaz de inducir una cultura. “Cien refranes, cien verdades” contradice a “refrán antiguo, mentira vieja.” A reserva de que la propia cultura concursal vaya generando sus refranes originales que reflejen y fomenten sus valores, se puede empezar a repe-tir algunos.

Respecto a la planeación en los negocios: “cual el derrotero, tal el paradero,” “echa bien tus cuentas para que después no te arrepientas.” Respecto al crédito: “cuando promete un hombre honrado, que-da obligado,” “deuda pagada, otra empezada,” ”hoy debiendo, mañana pagando, la vamos sorteando.” Respecto al incumplimiento de pago: “resbalón y tropezón, avi-sos de caída son.” Respecto a la negociación: “barco en varadero no gana dinero,” “de dos bienes, el mayor; de dos males, el menor,” “a cuentas viejas, barajas nuevas.”

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La actitud es también una pauta cultural en la que intervienen tres elemen-tos: el conocimiento, el sentimiento y la intención de comportamiento en una situa-ción social específica. Aunque puede haber incongruencia entre la actitud y la conducta real de las personas debido a los factores del entorno, hay actitudes fa-vorables que promueven y fortalecen la cultura concursal, así como las actitudes desfavorables pueden contraponerse a ella y debilitarla. Cuando las cosas cam-bian mucho y rápidamente es difícil no experimentar desazón; la utopía es la única transformación radical en la que no sentimos miedo. Mientras más satisfactoria sea la experiencia de un procedimiento de concurso mercantil para las partes, ma-yor irá siendo el número de quienes recurran a él para resolver los conflictos.

Pautas de posesión

Las pautas de posesión en las culturas son la base de su sistema económi-co, y se refieren a las distintas formas de producción, de tenencia y de transmisión de los bienes y servicios, como satisfactores potenciales producto del trabajo humano. El modelo de la cultura concursal, reconoce las pautas de posesión de hecho y las de posesión de derecho, las formas de organización llamadas institu-ciones y la tecnología.

La posesión es el estado de hecho por el cual una persona retiene una cosa o el goce de un derecho para – con ánimo de dominio o sólo de poder físico – ejecutar actos materiales de aprovechamiento. Tal posesión de hecho puede ser consecuencia de un derecho (real o personal) o sin derecho (de buena fe o de ma-la fe); y, es reconocible en la persona que ostenta signos de poseedor y realiza actos de ejercer derechos. El poseedor de buena fe cree en conciencia que la co-sa es suya, entra en la posesión en virtud de un título insuficiente para darle dere-cho de poseer o ignora los vicios de su título que le impiden poseer con derecho. En cambio, el poseedor de mala fe se beneficia con daño del patrimonio ajeno.

La posesión de derecho en el modelo, es aquella acorde con la Ley de Concursos Mercantiles y las leyes mexicanas vigentes. Puede revestir la forma de posesión y propiedad, propiedad sin posesión y posesión sin propiedad. La pro-piedad es un modo de afectación jurídica de una cosa a un sujeto, a quien le otor-ga el derecho de uso, de goce o disfrute incluidos los frutos civiles o naturales que produzca, y de disposición válida en actos de dominio (venta, donación, constitu-ción de gravámenes, etc.).

Por ejemplo, el comerciante en concurso mercantil ya declarado, queda en posesión de los bienes y derechos que integran la masa, en distintas condiciones de propiedad: las propiedades de la empresa libres de gravamen y las propieda-des gravadas (inventarios pignorados, otros bienes dados en prenda, inmuebles hipotecados, bienes muebles e inmuebles embargados, etc.). También puede te-

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ner posesión de bienes cuya propiedad sea susceptible de controversia porque la propiedad no se le hubiere transferido por título legal definitivo e irrevocable (bie-nes reivindicables, bienes con algún incumplimiento, etc.) o bien, bienes propiedad de otros (contribuciones retenidas, bienes en depósito, bienes en fideicomiso, bie-nes en administración, bienes en consignación, etc.). Y está el caso de las propie-dades de la empresa del comerciante en posesión de otros, que también integran la masa.

Otro ejemplo, es la identificación de las sociedades controladoras y sus controladas, con base en las cadenas de propiedad de las respectivas acciones.

En la vida humana se desarrollan multitud de contactos, de relaciones, de acciones y reacciones mutuas que dan por resultado las instituciones. Las exigen-cias de la vida en común son el principal motor de la actividad social. Las institu-ciones del modelo de cultura concursal, son las económicas, las jurídicas, las edu-cativas y las gremiales. Con todos estos tipos de instituciones el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles debe establecer relaciones buscando sinergia en pro de la cultura concursal.

Las instituciones económicas, son la Secretaría de Economía, las agrupa-ciones de empresarios como las cámaras de comercio y de industria, las institu-ciones financieras y las propias empresas. Las instituciones jurídicas son la Su-prema Corte de Justicia de la Nación, los juzgados de distrito, los tribunales de alzada, los tribunales del trabajo, etc. Las instituciones educativas son las univer-sidades, el Instituto de la Judicatura Federal – Escuela Judicial, las instituciones de capacitación de personal y de actualización de profesionales, etc. Las institu-ciones gremiales son las barras, los institutos de profesionistas, los colegios de profesionistas, etc.

La tecnología es el conjunto de posibilidades y procedimientos de aplicación del conocimiento científico y no científico, para transformar la materia natural en satisfactores de las necesidades individuales y sociales, con efectos notorios en el ámbito industrial y comercial gracias a las desarrolladas pautas de producción y distribución. Son variadas las pautas de posesión de la tecnología que determinan su monopolio o bien las posibilidades de utilización como las patentes, las marcas, los derechos de autor, la propiedad pública, etc. La cultura concursal deberá ca-racterizarse por el aprovechamiento y fomento de las ventajas de la tecnología, cuidando que se eviten sus efectos secundarios y nocivos. Precisamente, entre las causas de dificultades financieras en las empresas, está la carencia de la tecnolo-gía que las haga competitivas y rentables por la doble vía de la mayor generación de ingresos y de la reducción de los costos.

En construyendo un camino paso a paso hacia el futuro, el Instituto de Es-pecialistas de Concursos Mercantiles desarrolló ya y puso a disposición de los ór-ganos del concurso mercantil, la Tecnología del Visitador, la Tecnología del Conci-

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liador y la Tecnología del Síndico, las cuales automatizan los aspectos repetitivos de su labor, sistematizan su trabajo incorporándole el contenido de la ley en el de-sarrollo de las actividades y la preparación con medios electrónicos de los “forma-tos” ordenados por la misma. El consiguiente abatimiento de laboriosidad, tiempo y costos, redunda en que los especialistas cumplan dentro de los plazos marcados por la ley, reduzcan sus costos y presenten información confiable.

Pautas de conducta

Las reglas explícitas son aquellas que han sido expresa y formalmente enunciadas en cuerpos normativos, con la intención de no dejar lugar a dudas ni equívocos. Su fuerza depende de la autoridad con que hayan sido emitidas y, por lo tanto, tienen variado grado de exigibilidad. En cambio, las reglas implícitas es-tán presentes en la realidad y se reconocen en los hechos sociales o pueden de-ducirse de ellos. Su fuerza radica en la repetición de conductas tácitamente califi-cadas por la comunidad.

La organización social es el sistema formado como complejidad de proce-sos planeados o generados en la dinámica social, que ordenan en lo interno y re-lacionan con los sistemas circundantes. Consiste de múltiples roles conforme a una división de funciones entre las instituciones y las personas de la cultura con-cursal, orientada a los fines del interés social.

Las leyes y reglamentos que directamente o en forma supletoria intervie-nen, son la Ley de Concursos Mercantiles, el Código de Comercio, la legislación mercantil, el Código Federal de Procedimientos Civiles y el Código Civil en materia federal.

Las normas son las estipulaciones específicas y directamente aplicables que deben seguir las conductas y la realización de tareas y actividades de la cultu-ra concursal. Su validez depende de la congruencia que guarden con las leyes y reglamentos. Por ejemplo: las Reglas de Carácter General de la Ley de Concursos Mercantiles, fueron emitidas por el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles en cumplimiento de lo dispuesto por dicha ley, dentro de los límites que marca y para contribuir a la eficacia y observancia de la misma.

Los procedimientos son fórmulas para enlazar las actividades de los múlti-ples participantes, señalando la secuencia, bifurcaciones y puntos de llegada, así como los instrumentos que permiten el avance dejando huella para constancia de los procesos. Son el medio por el cual las organizaciones aplican técnicas estruc-turadas en pasos sucesivos para obtener un resultado, indicando quién, cómo, dónde y cuándo debe hacer qué. La Ley de Concursos Mercantiles misma descri-be el procedimiento judicial que se tiene que seguir para el concurso mercantil.

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La relación con otras culturas es importante para el desarrollo de la cultura concursal mexicana a fin de evitar la endogamia y tener un sistema abierto a la generación de ideas en otras culturas concursales que se están desarrollando en el mundo y con las organizaciones internacionales enfocadas a la insolvencia, Por ejemplo: International Association of Insolvency Regulators (IAIR), International Federation of Insolvency Professionals (INSOL) y American Bankruptcy Institute (ABI).

En cuanto a los usos y costumbres, la Ley de Concursos Mercantiles men-ciona la aplicación supletoria, en tercer lugar, de los usos mercantiles especiales y generales. Los usos son las reglas consuetudinarias cuya práctica y aplicación en situaciones del estamento mercantil se van consagrando y siendo fuente del dere-cho o, por lo menos, de la aceptación social. Por ejemplo, las formas ceremonio-sas de dirigirse a la autoridad, el tipo de redacción que se utiliza en los escritos, etc., aunque ya se han empezado a ver cambios como la aceptación de datos pre-sentados en columnas.

Un uso destacado de la cultura concursal, es la comunicación que hacen los especialistas de diversos aspectos de su trabajo en los formularios – llamados formatos por la Ley de Concursos Mercantiles –, técnicamente diseñados para garantizar que su contenido sea uniforme, claro, coherente, consecuente, comple-to, escueto, de confiable formulación y rápida lectura; y, con conclusiones y expre-siones directas, manifiestas, cotejables y de indudable comprensión. Según esto, una vez llenados sus espacios, los formatos facilitan la comunicación eficiente pues dicen todo lo que tienen que decir y sólo lo que deben decir, siempre en el mismo orden y con economía de tiempo, dinero y esfuerzo para quien los prepare y para quien tenga que tomar decisiones con base en su información.

Las tradiciones son el precedente coherente y socialmente aceptado que in-fluye en el tiempo presente y que pasa de una generación a la sucesora. El arraigo de tradiciones es un indicador del fortalecimiento de la cultura aunque, con el paso del tiempo, se vuelven obstáculo para el cambio. Está en proceso la formación de las tradiciones concursales.

En cuanto a los roles o papeles, la Ley de Concursos Mercantiles establece el papel que desempeña cada persona o institución que interviene en el procedi-miento de concurso mercantil. Por ejemplo: el rol como rector del procedimiento que tiene el Juez para hacer cumplir la ley, el rol de los especialistas de concursos mercantiles como auxiliares imparciales del Juez y como suministradores de in-formación técnica, el rol del comerciante, el de los acreedores, el de los intervento-res y el de los terceros.

Los hábitos son pautas de conducta estables, aprendidas por imitación o por factores externos al individuo como la socialización y la educación, que se po-nen en práctica repetidamente en situaciones determinadas, según las fórmulas o

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convenciones que se hayan ido dando en la experiencia colectiva. Los buenos hábitos que habría qué ir promoviendo en la cultura concursal serían preventivos o correctivos. Serían hábitos preventivos: la planeación y presupuestos sobre todo en la mediana y pequeña empresa; la autoevaluación financiera mediante modelos asequibles a cualquier empresario, tanto periódica como previa a la contratación de préstamos; y, la consulta a especialistas en proyección financiera. Los hábitos correctivos serían: la negociación, la reestructuración, la búsqueda de especialis-tas para mediación y el procedimiento de concurso mercantil.

Los diseños para vivir son repertorios de respuestas adecuadas y conduc-tas experimentadas para la satisfacción reiterada de necesidades, que los indivi-duos aprenden gracias a la socialización y que aplican en su vida cotidiana. Ésta se caracteriza por ser la realidad ordenada y organizada en torno al tiempo y al espacio, percibida e interpretada de forma semejante por la comunidad.

¿De dónde saldrán los diseños para vivir en la cultura concursal? Irán sur-giendo de las costumbres o podrán ser deliberadamente trazados por agentes de cambio e inducidos mediante educación cívica.

Resumo las pautas explicadas, en la siguiente ilustración que trata de refle-jar que están interrelacionadas, son interdependientes e interactúan:

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IDEASCosmovisión

Ideario

NOCIONES DE VALOR

ValoresExpectativas

SÍMBOLOSLenguaje

Otra comuni-caciónConocimiento multidisciplinario

Sabiduría popular

ACTITUDESFavorablesDesfavorables

JURÍDICASPosesión de derechoBienes y servicios

DE HECHOPosesión buena fePosesión mala fe

INSTITUCIONESEconómicas

JurídicasEducativasGremiales

TECNOLOGÍAHabilidades y capacidades

InstrumentosObjetos útiles

REGLAS EXPLÍCITASOrganización socialLeyes y reglamentosNormasProcedimientosRelación con otras

culturasREGLAS IMPLÍCITAS

Usos y costumbresTradiciones

Roles o papelesHábitos

Diseños para vivir

Pensar

Poseer

Actuar

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¿Es útil hablar de una cultura concursal? ¿Para quiénes?

Esta utilidad es de índole social y se refiere a los beneficios que puede aportar la cultura concursal para que se resuelvan por la vía legal o del acuerdo entre las partes, los conflictos de intereses particulares. Se deriva de las pautas ya explicadas pero, principalmente de: a) La aptitud de la propia Ley de Concursos Mercantiles y su procedimiento judicial o convenios extrajudiciales respetuosos de la mencionada ley, para satisfacer las necesidades y expectativas de compensa-ción de las partes; y b) El sistema de valores de la cultura concursal influyendo en las decisiones y la conducta de los participantes.

El grado de utilidad depende entonces de las motivaciones personales y de la disponibilidad de los bienes para otorgar las compensaciones a cada parte, considerando que la consecución de unos bienes tiene la contrapartida de renun-ciar a otros, para que cada quien reciba lo adecuado en las circunstancias y limita-ciones de la masa. Propongo que la cultura concursal puede ser útil para:

• Las instituciones públicas como las del Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial y para instituciones privadas como las agrupaciones empresariales y sindicales.

• Quienes tengan interés en fomentarla y difundirla, como es el Instituto Fe-deral de Especialistas de Concursos Mercantiles y los propios especialistas.

• Quienes se puedan ver inmersos en ella por azares de la vida económica, esto es, las empresas en calidad de comerciantes, las empresas en calidad de acreedoras, las instituciones financieras.

• Los profesionales relacionados con las empresas como consultores exter-nos: abogados, administradores, economistas, contadores, etc.

Propiedades de la cultura concursal

Para mejor actuar en la cultura concursal y saber qué hacer en las diversas situaciones, conviene que los interesados conozcan sus propiedades – comunes a las de otras culturas – en cuanto a que:

• Se transmite y se aprende.

• Tiene universales culturales.

• Es un sistema de sistemas.

• Influye en el manejo de las empresas.

• Busca la preservación y conservación de las empresas como parte del acervo social.

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• Cambia constantemente.

A continuación profundizo en cada una de estas propiedades, con respecto a la cultura concursal.

Aprendizaje

El aprendizaje es el proceso por virtud del cual se verifican y difunden los cambios culturales y es posible el desarrollo de la cultura. Las personas pueden adquirir la cultura concursal aprendiendo las habilidades de crecer y sobrevivir productivamente en el campo de los negocios y los riesgos y errores que conviene evitar. Por ejemplo, aprender a procurarse recursos y aplicarlos productivamente, establecer equilibrio entre el financiamiento mediante deuda y mediante capital.

• La cultura se transmite mediante:

– socialización (aprendizaje de soluciones a los problemas básicos, es-tablecidas por cultura; y ajuste al ambiente de los concursos mercan-tiles)

– interacción humana con significado, y relación con el entorno

• Los problemas van siendo descubiertos y resueltos, y se va:

– acumulando el acervo cultural de la comunidad

– creando patrones de conducta y diseños de vida

Universales culturales

La cultura concursal tiene como focos de interés los procedimientos, expe-riencias y soluciones de la iliquidez y la insolvencia de las empresas. Sin embargo, también participa de fenómenos comunes y desarrolla soluciones pautadas dentro de lo que son los universales culturales, explicados como sigue:

• Las culturas diferentes, enfrentan problemas comunes y desarrollan carac-terísticas genéricas

• Los universales culturales son pautas que se encuentran en culturas dife-rentes.

• Cada cultura ante iguales problemas, adapta las prácticas generales a sus necesidades y preferencias o llega a soluciones propias.

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• Los universales culturales varían en contenido y rasgos, pero no en su esencia.

• Las diferencias culturales ilustran la flexibilidad y adaptabilidad del ser humano, ante problemas semejantes. Como ejemplos de los universales culturales en lo concursal, están: la divi-

sión del trabajo, las formas de cobertura ante los riesgos que enfrentan las empre-sas, la impartición institucionalizada de la justicia, el sistema económico de libre empresa, etc.

UNIVERSALES CULTURALES

Distintas sociedades

Necesidades universales

Formas de satisfacerlas

Pautas culturales

PAUTAS SEMEJANTES PAUTAS DIFERENTES Todas las culturas solucionan los problemas comunes y tienen sistemas: económico, jurídico, de control social, educativo.

Difieren los detalles de las diversas formas ideadas para satisfacer las necesi-dades y expectativas.

Sistema de sistemas

La cultura es sistema de sistemas. En su calidad de sistema, la cultura con-cursal es un ente complejo organizado, compuesto de los subsistemas llamados pautas que están relacionados entre sí y con el todo, son mutuamente dependien-tes y cuyas transformaciones en unos afectan a los demás subsistemas de la cul-tura y a ésta en su conjunto, tanto en forma constructiva como entrópica o degene-rativa.

En consecuencia, la explicación de la cultura concursal como sistema, no se agota con la que hice acerca de la naturaleza de sus pautas constituyentes. Para posterior publicación más extensa, dejo el estudio enfocado a la organización de las interrelaciones, interdependencias e interacciones de dichas pautas, a su

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lugar o función en la totalidad del sistema y a las resultantes de la cultura concur-sal como sistema inmerso en el metasistema de la cultura mexicana.

Por ahora, baste resaltar que la cultura concursal como sistema:

• Es una unidad compleja y organizada,

• Capaz de crear o buscar y mantener el equilibrio, la homeostasis (autorre-gulación ante las perturbaciones), la neguentropía y sus consecuentes or-den y organización, así como la sinergia (resultados conjuntos muy superio-res a los logros individuales o posibles sólo en sistemas),

• Como reacción a que en lo interno del sistema tienen lugar la antinomia, la contradicción, el conflicto y la entropía (estado de desorden y pérdida de energía del sistema),

• Ante los cambios de repercusiones múltiples,

• Gracias a las espirales de retroalimentación que se dan en los procesos so-ciales,

• Y a que puede sostener las relaciones entre los diversos niveles sistémicos de: metasistema-sistema-subsistema. El enfoque sistémico de la cultura concursal implica sus relaciones, entre

otros sistemas, con el jurídico mexicano, sus leyes e instituciones, con el econó-mico nacional, y también con las empresas que operan en él como sistemas gene-radores de empleo, satisfactores y riqueza.

Manejo de las empresas

La cultura concursal puede influir decisivamente en el manejo de las em-presas, fomentando una mejor y más acuciosa planeación,

• Aprender las habilidades para sobrevivir y ser productivo y rentable en el medio de los negocios:

– Cómo procurarse recursos y aplicarlos productivamente

– Cómo establecer el equilibrio óptimo entre financiamiento deu-da/capital

• Formas de satisfacer las necesidades. Efectos de ideas producidas cultu-ralmente en el manejo de las empresas y sus procesos internos.

• Las pautas de pensamiento, posesión y conducta tienen efectos en las per-sonas

• La cultura va por canales y canaliza la conducta

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Preservación y conservación de las empresas

En la cultura concursal se persigue la preservación y conservación de las empresas porque:

• Son parte del acervo de sus instituciones económicas.

• Son organizaciones de trabajo, bienes materiales e intangibles para produ-cir satisfactores y riqueza.

• Representan esfuerzo creativo, experiencia y conocimientos del empresa-rio.

• Representan un valor objetivo de organización económica y social.

El cambio

Por definición, el cambio es una constante en la dinámica social. Se alteran cuantitativa y cualitativamente las relaciones que ocurren en las situaciones socia-les, entre las personas y las instituciones, y de éstas con diversos juegos de los elementos materiales y las fuerzas sociales. De hecho, el cambio resulta de fuer-zas internas y de fuerzas externas al sistema que constituye cada cultura, cuya pervivencia depende de que cada cambio mejore su organización interna y su adaptación al entorno.

En lo social, al igual que en la física según la tercera ley del movimiento de Newton, “para cada acción existe una reacción igual y de sentido contrario.” Esto es, cuando se introduce un cambio social como la abrogación de una ley vigente y la promulgación de una nueva en sustitución, se producen reacciones en contra tal como ocurrió con la Ley de Concursos Mercantiles en mayo de 2000. Se desesta-bilizó el status quo respecto de las quiebras y suspensión de pagos de las empre-sas y se alteraron las fuerzas en conflicto de intereses por el incumplimiento de los créditos. Sin embargo, el periodo de reacciones y críticas fue paulatinamente su-perado y han ido haciéndose palpables las ventajas que supone el nuevo régimen legal, principalmente en cuanto a la menor duración y a la mejor solución de los juicios, así como a la disuasión de iniciarlos optando los deudores y los acreedo-res por arreglos mutuamente convenientes en beneficio de la permanencia de las empresas.

Entre las innovaciones de la Ley de Concursos Mercantiles, estuvo la intro-ducción de un agente de cambio, el Instituto Federal de Especialistas de Concur-sos Mercantiles, para el que resultaron de particular interés las formas del cambio

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pues mientras mejor las conocía, mejor aplicación pudo hacer de ellas y podrá seguir promoviendo las convenientes para el futuro. Las formas del cambio son:

• Espontáneo o reactivo a las circunstancias;

• Dirigido por agentes que se ocupen de:

– Sentar las bases del cambio, y

– Orientar y canalizar la evolución cultural;

• Mediante fuerzas internas: por innovación cultural resultante de invenciones o descubrimientos propios, de modo que las nuevas pautas sean impulsa-das desde dentro de la cultura concursal; y,

• Proveniente de fuerzas externas: por imitación, adopción o adaptación de las mejores prácticas en otras culturas.

Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles

La Ley de Concursos Mercantiles creó el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles, como órgano auxiliar del Consejo de la Judicatura Fe-deral, con autonomía técnica y operativa y, aunque todas las atribuciones que le confirió tienen efectos en la cultura concursal, las propiamente culturales, son:

• Elaborar y aplicar los procedimientos de selección y actualización de los especialistas.

• Promover la capacitación y actualización de los especialistas inscritos.

• Realizar y apoyar estudios e investigación relacionados con sus funciones.

• Difundir sus funciones, objetivos, procedimientos y disposiciones que expi-da.

• Expedir Reglas de designación y remuneración de especialistas y de difu-sión.

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Conclusión

Se puede hablar válidamente de una cultura concursal en proceso de desa-rrollo conforme al modelo planteado, y sustentarlo en que las pautas que lo consti-tuyen son comunes con el concepto de cultura en general. Por ende:

Se desempeña mejor en el terreno de los concursos mercantiles quien conoce su entorno cultural y entra a él preparado para ope-rar en un ambiente con universales culturales pero también con características propias.

El conocimiento del cambio cultural puede ayudar a las institucio-nes de la cultura concursal, entre ellas el Instituto Federal de Es-pecialistas de Concursos Mercantiles, a impulsar el necesario en personas e instituciones para que florezcan los efectos positivos de la cultura concursal en beneficio de la sociedad mexicana.

La cultura concursal es el modo de vida que pueden aprender, compartir y transmitir los miembros de la sociedad mexicana res-pecto de un campo específico de la experiencia humana, el de los negocios, para mantener su salud financiera y contar con vías de solución cuando tengan que enfrentar alguna crisis por falta de li-quidez o de solvencia.

En el contexto de la cultura concursal se puede fijar y facilitar el logro del objetivo de la armoniosa convivencia mercantil y la pre-servación del interés público de conservar las empresas evitando que los riesgos implícitos en su actividad produzcan efectos en cadena desfavorables a la economía nacional.

Esta primera parte publicada de la cultura concursal deja en pie inquietudes y cuestiones por resolver que dan pie a continuar investigando el tema.

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