11
LA DEMOCRACIA COMO GOBIERNO ABSOLUTO Fabián Acosta 1 3.1 MAQUIAVELO El Renacimiento es el redescubrimiento de la libertad 2 , de la libertad como dimensión de la vida política. Y al mismo tiempo el redescubrimiento de la producción, de la virtud, del construir, del inventar…era el descubrimiento de la posibilidad y de la capacidad de acumular 3 . La apertura renacentista actualiza la libertad según Marx puesto que “…Lo testamentario feudal ha constituido un régimen político de la no-libertad, la democracia de la no. Libertad.” (La imposición aplastante del régimen político de estos mismos estamentos) 4 . En el medioevo había siervos, bienes feudales, corporaciones de oficios, corporaciones de sabios, etc., es decir, que en la Edad Media la propiedad, el comercio, la sociedad al hombre son políticos, pues el contenido material del Estado es formulado como su forma y cada esfera privada tiene un carácter político, o es una esfera política, o la política es igualmente el carácter de las esferas privadas. En el medioevo la constitución política es la constitución de la propiedad privada es una constitución política. En el medioevo la vida del pueblo y la vida del Estado son idénticas. El hombre es el principio real del Estado, pero el hombre no-libre. Por esto es la democracia de la no- libertad, la alienación realizada. La oposición abstracta reflejada pertenece únicamente al mundo moderno. El medioevo es el dualismo real; los tiempos modernos el dualismo abstracto. La obra de Maquiavelo está implicada por estas determinaciones, es parte de la tensión histórica que genera la posibilidad de unas ciudades italianas encavas en el sistema feudal dominante 5 . Los 1 Capítulo del libro “Democracia, Procedimiento y Multitud: La imaginación de las necesidades. Bogotá: De La Salle, 1997. 200 p. 2 “… la definición de libertad que encontraremos en los humanistas refleja bien a las claras el tipo de contexto que le da origen: libertad, señalarán, no es más que independencia y autogobierno. Ni una autoridad tiránica impuesta por una ciudad extraña, ni un despotismo interno que iguale la calidad del gobierno de la patria con el enemigo.” AGUILA TEJERINA DEL, Rafael. Maquiavelo y la teoría política renacentista. En: Historia de la teoría política. Madrid: Alianza, v. 2. Fernando Vallespin (compilador). P 72. 3 NEGRI, Antonio. El poder constituyente. Madrid: Prodhufi, 1994. P 107 4 MARX, Karl., Crítica de la filosofía hegeliana del derecho. México: Grijalbo, 1989. P. 42-43. 5 “El eclipse simultáneo del imperio y del papado convirtió a Italia en el eslabón débil del feudalismo occidental: desde mediados del siglo XIV hasta la mitad del siglo XVI, las ciudades situadas entre los Alpes y el Tíbet vivieron la revolucionaria experiencia histórica que los propios afectados bautizaron como “Renacimiento”, el renacimiento de la civilización a la antigüedad clásica tras el oscuro intervalo de la “Edad Media”. (147) “En realidad, la naturaleza socioeconómica de las ciudades- Estado de la Antigüedad y del Renacimiento es profundamente diferente. Como ya hemos visto, las ciudades medievales eran enclaves urbanos dentro del modo de producción feudal, estructuralmente posibles por la fragmentación de la soberanía; existían en lo esencial en tensión dinámica con el campo, mientras que las ciudades antiguas eran una continuación emblemática de éste.” (150)”…las ciudades del Renacimiento siempre estuvieron fundamentalmente en desacuerdo con el campo: sus leyes de movimiento se concentraban en la propia economía urbana, cuya relación con su entorno rural era de antagonismo estructural. La llegada de las signorie –dictaduras principescas con un fondo profundamente agrario- no abrió, pues, ningún otro ciclo de

La Democracia Como Gobierno Absoluto

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Maquiavelo pensador de una democracia no procedimental.

Citation preview

Page 1: La Democracia Como Gobierno Absoluto

LA DEMOCRACIA COMO GOBIERNO ABSOLUTO

Fabián Acosta1

3.1 MAQUIAVELO

El Renacimiento es el redescubrimiento de la libertad2, de la libertad como dimensión de la vida

política. Y al mismo tiempo el redescubrimiento de la producción, de la virtud, del construir, del

inventar…era el descubrimiento de la posibilidad y de la capacidad de acumular3. La apertura

renacentista actualiza la libertad según Marx puesto que “…Lo testamentario feudal ha constituido

un régimen político de la no-libertad, la democracia de la no. Libertad.” (La imposición aplastante

del régimen político de estos mismos estamentos)4.

En el medioevo había siervos, bienes feudales, corporaciones de oficios, corporaciones de sabios,

etc., es decir, que en la Edad Media la propiedad, el comercio, la sociedad al hombre son políticos,

pues el contenido material del Estado es formulado como su forma y cada esfera privada tiene un

carácter político, o es una esfera política, o la política es igualmente el carácter de las esferas

privadas. En el medioevo la constitución política es la constitución de la propiedad privada es una

constitución política. En el medioevo la vida del pueblo y la vida del Estado son idénticas. El

hombre es el principio real del Estado, pero el hombre no-libre. Por esto es la democracia de la no-

libertad, la alienación realizada. La oposición abstracta reflejada pertenece únicamente al mundo

moderno. El medioevo es el dualismo real; los tiempos modernos el dualismo abstracto.

La obra de Maquiavelo está implicada por estas determinaciones, es parte de la tensión histórica

que genera la posibilidad de unas ciudades italianas encavas en el sistema feudal dominante5. Los

1 Capítulo del libro “Democracia, Procedimiento y Multitud: La imaginación de las necesidades. Bogotá: De

La Salle, 1997. 200 p. 2 “… la definición de libertad que encontraremos en los humanistas refleja bien a las claras el tipo de

contexto que le da origen: libertad, señalarán, no es más que independencia y autogobierno. Ni una autoridad tiránica impuesta por una ciudad extraña, ni un despotismo interno que iguale la calidad del gobierno de la patria con el enemigo.” AGUILA TEJERINA DEL, Rafael. Maquiavelo y la teoría política renacentista. En: Historia de la teoría política. Madrid: Alianza, v. 2. Fernando Vallespin (compilador). P 72. 3 NEGRI, Antonio. El poder constituyente. Madrid: Prodhufi, 1994. P 107

4 MARX, Karl., Crítica de la filosofía hegeliana del derecho. México: Grijalbo, 1989. P. 42-43.

5 “El eclipse simultáneo del imperio y del papado convirtió a Italia en el eslabón débil del feudalismo

occidental: desde mediados del siglo XIV hasta la mitad del siglo XVI, las ciudades situadas entre los Alpes y el Tíbet vivieron la revolucionaria experiencia histórica que los propios afectados bautizaron como “Renacimiento”, el renacimiento de la civilización a la antigüedad clásica tras el oscuro intervalo de la “Edad Media”. (147) “En realidad, la naturaleza socioeconómica de las ciudades- Estado de la Antigüedad y del Renacimiento es profundamente diferente. Como ya hemos visto, las ciudades medievales eran enclaves urbanos dentro del modo de producción feudal, estructuralmente posibles por la fragmentación de la soberanía; existían en lo esencial en tensión dinámica con el campo, mientras que las ciudades antiguas eran una continuación emblemática de éste.” (150)”…las ciudades del Renacimiento siempre estuvieron fundamentalmente en desacuerdo con el campo: sus leyes de movimiento se concentraban en la propia economía urbana, cuya relación con su entorno rural era de antagonismo estructural. La llegada de las signorie –dictaduras principescas con un fondo profundamente agrario- no abrió, pues, ningún otro ciclo de

Page 2: La Democracia Como Gobierno Absoluto

enclaves de este tiempo contradictorio, sórdido y fecundo –uno de cuyos frutos es el

Renacimiento- desarrollan la capacidad de acumular; capacidad que no es más que la fortuna, la

dinámica de una ética que se opone a la virtud.6

Los tiempos son difíciles para la Florencia de finales del siglo XV y las presiones que arrecian desde

múltiples flancos debilitan su política:

Eran aquellos tiempos difíciles para su ciudad natal. Por un lado estaban las presiones de la

ambiciosa y “serenísima” República veneciana; por otro, Roma el papado, cuyas intenciones de

restaurar el poder temporal de la Iglesia eran patentes. Por si esto fuera poco, César Borgia, hijo

del papa Alejandro VI, intentaba la unificación de los señoríos independientes de la Romagna en

un estado centralmente administrado. Como colofón, las ambiciones imperialistas de franceses y

españoles hacían que en suelo italiano acamparan dos de los ejércitos más poderosos del mundo,

ocupando los territorios milaneses y napolitanos. *…+ La obra de Maquiavelo refleja claramente

este continuo estado de emergencia.7

Maquiavelo nace como pensador en esa tensión esencial. La dimensión primigenia del

pensamiento de Maquiavelo es la mutación (“… un movimiento incesante al que se asiste, una

absoluta precipitación de la historia.”).8 Su obra se levanta sobre el espesor de una crisis que

asfixia el poderío moderno de las ciudades italianas. Esta mutación tiene un carácter propio, es el

contenido efervescente de una determinación; la verdad como punto de partida, como sensación

de una plenitud abierta puesto que lo que ha pensado, la política no da cuenta de su experiencia.

Lo verdadero es contenido de la mutación, y a su vez, acción sobre ella. El pensamiento de

Maquiavelo comienza moviéndose como instauración de la lógica del tiempo sobre un espeso

universo material, sobre un horizonte vivo, real y efectivo. La tercera dimensión de lo “verdadero”

es su movimiento dentro de esa integridad de naturaleza y praxis, la dinámica de la una en la otra

que “constituyen el mundo de la vida y el objeto de la ciencia”9.

crecimiento político o económico, sino, que por el contrario, acabó con el futuro de las (error 170) ciudades italianas.” ANDERSON, Perry. El Estado absolutista. México : S. XXI., 1980 p. 155 6 “El reino de la fortuna es siempre violento. Es una diosa cruel que nunca cumple sus promesas y deshace sin

piedad, ley o razón, a unos hombres mientras exalta a otros sin motivo aparente… En estas condiciones la fuerza que gobierna nuestras vidas se convierte en amenazante y no sirve de nada confiar en un reino trascendente que en el futuro dé sentido a sus caprichos. Todo lo que tenemos está ante nosotros, y no más allá, y si queremos sobrevivir no hay mas remedio que oponer a la fuerza aplastante de la fortuna una virtud extraordinaria que frene o atenúe su poder omnímodo.” AGUILA TEJERINA DEL, Rafael. Maquiavelo y la teoría política renacentista. En: Historia de la teoría política. Madrid: Alianza, v. 2. Fernando Vallespin (compilador). P. 98. 7 AGUILA TEJERNA DEL, Rafael. Maquiavelo y la teoría política renacentista. En: Historia de la teoría política.

Madrid: Alianza, v. 2. Fernando Vallespin (compilador). p. 77. 8 Negri., Op.Cit., p. 61.

9 IDEM., P. 63. LA REFLEXIÓN SOBRE LA MUTACIÓN PUEDE ENCONTRARSE EN DIVESOS TEXTOS, TANTO

TEMPRANOS COMO MÁS MADUROS, DE Maquiavelo especialmente en: Legazione all ‘Imperatore Massimiliano y Discorso sopar il riformare lo Stato di Firenze, ad istansa di Papa Leone X.

Page 3: La Democracia Como Gobierno Absoluto

La indecisión de las instituciones florentinas durante todo el siglo XV con respecto a la República o

el Principado, es lo que ha generado su inestabilidad. El desastre y la ruina sólo fueron detenidos

por los peligros externos que de tiempo en tiempo contribuían a la cohesión de esas mismas

instituciones. Sin embargo, las cosas dejan de ser iguales en 1494; si de la signorie medicea, eso se

debía a un particular contexto “nacional” de existencia independiente de las ciudades italianas.

Pero en el tiempo en el que piensa Maquiavelo las cosas ya no son idénticas:

Después del 94, nada pudo ya repetirse; la mutación abrió la imposibilidad de retomar las viejas

fórmulas mediceas y, a la vez, la posibilidad de decidirse por fin por la más moderna de las figuras

del gobierno, la República.10

En la primera década del siglo XVI Maquiavelo considera que la mutación actúa sobre la historia y

su estructura, constituyéndola como segunda naturaleza, como política. En el tiempo es posible,

sobre la base de esta acción, retornar al equilibrio. El tiempo deviene entonces, materia que

conforma las relaciones sociales, la sustancia constitutiva del poder.11

La acción del Príncipe es “inmediatez” y “puntualidad”, contra la “lentitud” del enemigo. En los

años 1502-1504 Maquiavelo enviado a la corte de Valentino (Cesar Borgia), descubre por primera

vez el poder principesco en su práctica. Los dispositivos políticos que hacen suyo el tiempo

comienzan a hacer visibles los polos de la “virtud” y de la “fortuna”. La experiencia de Valentino es

corta pero excepcional y contribuye a la interiorización del tiempo histórico real en la singularidad

de una proyección antropológica.

Hacía 1510 redacta su Ritratto di cose de Francia, escrito, que es producto de sus legaciones a

Francia (1500, 1504, 1510). Aquí se describe con mucha intensidad la constitución francesa, el

sometimiento a la política y dejación de las armas por parte de los Barones, las condiciones

económicas del pueblo, la posición de la Iglesia y el sistema de impuestos:

…el país francés es un gran país militar, capaz de imponer su poder por todas partes, hasta que al

menos no lo bloqueen otras potencias. Dicho esto, ninguna analogía ni referencia se podrán

trasladar para la solución del problema italiano. Porque, de un lado –y es sobre todo en la segunda

legazione donde aparece el argumento-, Italia es más moderno que Francia: aquí el poder del

soberano está basado sobre la antigüedad de un sentimiento de autoridad que en Italia es

desconocido. Antigua es la soberanía absoluta del monarca. Porque, en segundo lugar –y aquí

tocamos uno de los puntos más significativos de la temática maquiavélica- la crisis italiana llega

tan a fondo, que la acción constitutiva debe alcanzar el nivel más extremo de radicalidad, mostrar

la tendencia de un acto creativo.12

10

IDEM., P. 64. 11

“Maquiavelo construye una función científica que arranca la mutación al destino y hace de él un elemento en la historia, arranca la historia al pasado y la considera como un continuo temporal, arranca el tiempo a la continuidad y construye la posibilidad de superdeterminar el destino.” IDEM., P. 65. 12

IDEM., P. 72.

Page 4: La Democracia Como Gobierno Absoluto

La ruptura del equilibrio italiano es el abrebocas de una catástrofe que hace que en el juego

político europeo de la época, no sean decisivas las ciudades italianas. En Francia la

institucionalización del poder es completa, y siendo monárquica, coloca condiciones impensables

para Italia, donde se considera el poder como siempre republicano y la constitución como

constitución de la libertad.

En diciembre de 1512 Maquiavelo comienza la redacción de su libro [La presentación de la tensión

intelectual y vital que motiva la obra de Maquiavelo, va permanentemente de la mano del texto

de A. Negri: “El poder constituyente”.+ La República, que es el esbozo de lo que posteriormente

serán sus Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio. Este es un trabajo donde se hace el

análisis de la forma republicana de gobierno, su crisis como sistema y la crisis actual. Este

proyecto, donde se trata precisamente, lo que se ha denominado la mutación; es un análisis que

va desde los fundamentos del poder a los de gobierno, que estudia sobre las condiciones de

mutua implicación entre la libertad y el poder. Este trabajo queda inconcluso probablemente a la

altura del capitulo XVIII.

En 1513 el arresto interrumpe su trabajo, y una vez libre de esta vicisitud emprende la elaboración

de un opúsculo denominado De Principatibus *“…ocuparse del “Principado” no es lo contrario de

ocuparse “de las repúblicas”. Principado no traduce Monarquía ni Aristocracia; Principado no es

una categoría de la clasificación polibiana, ni el modelo polibiano del mejor gobierno, esto es, el

que resulta de la composición del uno, de los pocos y de los muchos. Principado es aquí

simplemente la relación entre poder y mutación, entre potencia y mutación, entre potencia y

poder. Es el sujeto histórico de la superdeterminación de la mutación.” IDEM., p. 75+. Éste cambio

de dirección es la fijación de la atención más que en la libertad en el fundamento, un giro

metafísico:

Me visto trajes curiales. Entro en las antiguas cortes de los antiguos hombres… como de aquel

alimento que solum es mi… no siento durante cuatro horas ningún aburrimiento, olvido todo afán,

no temo la pobreza, no me asusta la muerte, me transfiero todo en ellos…; y puesto que Dante

dice que no hace ciencia sin retenerlo, haberlo entendido, yo he anotado aquello de que por su

conversación ha hecho capital, y compuesto un opúsculo De Principatius; donde profundizo

cuanto puedo en las cogitaciones de éste tema, disputando sobre qué es principado, de cuántas

especies son, como se adquieren, como se mantienen, porqué se pierden…13

La inmersión metafísica es clara, el principio del poder es el Principado. A Maquiavelo le interesa

su movimiento, ésta sobre-determinación de la mutación.

El libro primero de los Discursos ha redondeado la definición de un sujeto como entidad colectiva:

plebe, multitud, pueblo. La vigorosa legitimidad reivindicada y repetida con insistencia del

gobierno de la multitud la democracia como la mejor forma de gobierno. En los primeros capítulos

del Libro I encontramos un pensador que teje su reflexión atravesando la teoría polibiana de las

formas de gobierno, es decir, en el elemento del ciclo “…en el que girando todas las repúblicas,

13

Niccolo Machiaveli., Opere, Rizzoli Editore, Milán, 1939 pp 916-920. Citado por Negri.]

Page 5: La Democracia Como Gobierno Absoluto

son gobernadas y se gobiernan”. El círculo polibiano, atrapado en la lógica aristotélica de las tres

formas buenas y las tres formas malas de gobierno, derivantes la una en la otra (de la mejor a la

menos mala y de la menos mala a la menos mejor, y así sucesivamente hasta que después de la

anarquía se reinicia el ciclo), puede ser roto14. Y efectivamente en la segunda parte del Capítulo II

se considera la posibilidad de separar las tres formas buenas de gobierno de las malas y su

carácter corrupto. La intención es mostrar como en la constitución mixta romana esto puede ser el

procedimiento de su estabilidad, su unificación y equilibrio. El triunfo de la constitución mixta es

Roma, una constitución donde conviven la monarquía consular (Principado) y la aristocracia

senatorial, dos componentes, de un lado antitéticos, y de otro fuertemente capaces de expresar

política. El tercer elemento es el que conjugándose con los dos anteriores le da la perfección a la

constitución romana: es la institución de la tribuna desde donde se impone la presencia del

principio democrático. y es justamente aquí donde el Maquiavelo polibiano se vuelve en contra de

Polibio. Lo democrático no es banal, es la desunión de la plebe y del Senado, esta desunión es el

acceso a la perfección, un criterio que integra los componentes óptimos de una forma de

gobierno.15

El principio de la desunión es el principio clave, su función es central en el mantenimiento de la

libertad (cap. III al X):

Si todos los hombres son malos y pueden convertirse en rey,…, tanto más malos son los Patricios

cuando no se les opone como contrafuerte la potencia de la plebe. De esta nace una “república

tumultuaria”; ciertamente, pero los tumultos producen “buen orden”. “quien examine bien los

fines de ellos (de los tumultos) no encontrará que hayan producido algún exilio o violencia en

contra del bien común, sino leyes y órdenes en beneficio de la pública libertad”…”los pueblos

aunque sean ignorantes, son capaces de la verdad”.

Pero esta cercanía sustantiva a la multitud como principio, no logra, aún desembarazarse de la

atención fijada en la forma de lo político propia de la idea polibiana del gobierno mixto,

efectivamente la libertad y la garantía del progreso de las instituciones se afinca en la presencia de

14

Este historiador griego (siglo II a.C.) considera también la clasificación que fue creada por Aristóteles con la única variación de que llama Democracia a lo que Aristóteles llamó Politeia: “La mayoría de los que quieren instruirnos acerca del tema de las constituciones (las politeias), sostienen la existencia de tres tipos de ellas: llaman a una reino (monarquía), a otra aristocracia y a la tercera democracia […] No todo gobierno de una persona ha de ser clasificado inmediatamente como reino, sino sólo aquel que es aceptado libremente y ejercido más por la razón que por el miedo a la violencia. Tampoco debemos creer que es aristocracia cualquier gobierno de pocos hombres; sólo lo es la presidida por hombres muy justos y prudentes, designados por elección. Paralelamente, no debemos declarar que hay democracia allí donde la turba sea dueña de hacer y decretar lo que le venga en gana. Sólo la hay allí donde es costumbre y tradición ancestral venerar a los dioses, honrar a los padres, reverenciar a los ancianos y obedecer a las leyes […] Hay que afirmar, pues, que existen seis variedades de constituciones: las tres repetidas pro todo el mundo, que acabamos de mencionar, y tres que derivan de éstas: la tiranía, la oligarquía y la oclocracia (o anarquía para unificar la terminología. F.A.).” ver, ACOSTA, Fabián. El Universo de la Política. Bogotá: De La Salle, 1995. 15

“Permaneciendo mixta, hizo una república perfecta, a la cual perfección accede por la desunión de la Plebe y del Senado”. IDEM.

Page 6: La Democracia Como Gobierno Absoluto

la iniciativa popular y del tumulto, fuerza que sin embargo está atrapada en elemento del

equilibrio de los poderes. Maquiavelo intuye el poder constituyente pero no lo ha arrancado como

principio. Sin embargo, su incomodidad es evidente con el encierro que supone el principio cíclico

de las formas de gobierno poiibianas cuyo referente es siempre de manera velada o manifiesta

una especie de pesimismo histórico insalvable. De hecho aparecen preguntas de suma

importancia, cuya resolución, de cierto modo, se constituye en el programa intelectual a seguir.

En efecto, preguntas como:

“…un pueblo corrompido,16 venido a la libertad, con grandísimas libertades puede mantenerse

libre” (Discorsi, I, 17)

“¿de qué modo, en las ciudades corrompidas se podría mantener un Estado libre? o, no siéndolo,

ordenado” (Discorsi, I, 18)

La resolución de estas preocupaciones es asumida de modo genuino en El Príncipe, ya no bajo el

limitado horizonte polibiano, sino en el pathos de la innovación total. La invención es su método y

su respuesta...

El método consiste en ir “… de la estructura al sujeto, de la descripción fenomenológica a la

antropología natural, del gobierno mixto a la creatividad democrática”17 El método es anti-

polibiano puesto que desgarra una lógica que atrapa la problemática en el ciclo de los poderes. En

este sentido, podemos identificar a El Príncipe como la reflexión desde donde se construye el

fundamento. El Príncipe es principio.

A Maquiavelo le interesan los principados nuevos “Los nuevos principados que se adquieren con

las armas propias y la virtud”18. El procedimiento nos indica el carácter del acto fundante, se trata

de constituir ex Novo el principado, por eso la virtud es armada.

Pero el Príncipe no es sólo el fundador del Estado, también funda la lógica y el leguaje, la ética y la

ley. El nuevo Príncipe es un nuevo objeto científico, un sujeto fundador donde se funden ciencia y

demiurgo, partencia y verdad, una mezcla creativa.

16

“Pero ¿Cuáles son los límites del conflicto? En sus escritos Maquiavelo había puesto de manifiesto cómo el faccionalismo y las luchas internas habían debilitado y destruido la República florentina, mientras, al tiempo, había valorado muy positivamente los antagonismos políticos en la antigua Roma. Que la condujeron al dominio del mundo (D, I, 2; D, I, 4, etc.). sólo una diferencia esencial entre ambas sociedades podría explicar un análisis tan divergente. Y esa diferencia existe. Maquiavelo la denominó corrupción. Florencia estaba corrupta en sus hábitos e instituciones y el pueblo no era una excepción. Roma, por el contrario, supo, al menos hasta el Imperio, mantener la corrupción lejos de sus costumbres y de sus decisiones políticas. Su pueblo estuvo largo tiempo comportándose “Virtuosamente” y lejos de esa amenaza *…+ comportamiento egoísta, particularista y estrechamente vinculado a la defensa de los intereses privados.” Rafael Del Águila Tijerina. Op. Cit., p 111. 17

Negri., Op.Cit., p 95. 18

Negri., Op.Cit., p. 95.

Page 7: La Democracia Como Gobierno Absoluto

La creación se despliega en el horizonte de la constitución que es el tiempo; producción ontológica

y superabundancia ética se revelan en este horizonte.

En los primeros nueve capítulos, donde se plantea esta problemática, junto con esta

determinación positiva del principio, aparece la determinación negativa. Efectivamente a la virtud,

producción y fuerza constituyente se oponen fortuna, producto y poder constituido. La creación

de nueva realidad ontológica y la súper-determinación del tiempo siempre encuentran un

obstáculo. Este obstáculo es la crisis del poder constituyente. El poder constituyente está siempre

proyectado sobre un límite.19

Aquí encontramos el tema central de El Príncipe: la tragedia del poder constituyente, una tragedia

necesaria puesto que verdad y bien se unen siempre a la potencia como acción anterior analítica y

libre que antecede al surgimiento de la negatividad, cuya posibilidad ha de ser, sin embargo,

remontada:

Le es necesario al príncipe tener a lo menos bastante prudencia como para preservarse de

aquellos vicios y defectos que pudieran perderle. Debe librarse también, si le es posible, de los

otros defectos menores que no pueden comprometer su seguridad ni la posesión de sus estados;

más, si fuese superior a sus fuerzas el librarse de ellos, no debe incomodarse para no incurrir en

las faltas graves que causarían su ruina. Tampoco debe reparar en que se vituperen en él los vicios

que son útiles para la conservación de sus estados; porque, bien meditadas las cosas, tal calidad,

que parece buena y laudable, le perdería inevitablemente, y de tal otra, que parecerá mala y

viciosa, dependerá su conveniencia y seguridad.

En los capítulos centrales de El Príncipe Maquiavelo describe las condiciones de la tragedia del

político; esa que está determinada por la colisión entre la necesidad de las condiciones y la

contingencia de la acción. La complejidad de este antagonismo no es, sin embargo, un resultado;

sino, el dispositivo mismo de lo político que despunta siempre como ecuación de infinitas

variables:

Algunos políticos disputan acerca de si es mejor que el príncipe sea más amado que temido, y yo

pienso que de lo uno y de lo otro necesita. Pero, como no es fácil hacer sentir en igual grado a los

mismos hombres estos dos efectos, habiendo de escoger entre uno y otro, yo me inclinaría al

último con preferencia. (Cap. XVII) Sépase pues, que hay dos modos de defenderse: el primero es

propio y peculiar de los hombres, y el segundo común con las bestias. Cuando las leyes no

alcanzan es indispensable recurrir a la fuerza; y así un príncipe ha de saber emplear estas dos

especies de armas, como finalmente nos lo dieron a entender los poetas en la historia alegórica de

la educación de Aquiles y de otros varios príncipes de la antigüedad, fingiendo que le fue

encomendada al centauro Quirón; el cual, bajo figura de hombre y de bestia, enseña a los que

19

“Aquel principio que no tiene fundamento sino en una absoluta operación efectuada sobre las alternativas de la vida y la muerte, no puede más que asomarse siempre más adelante; el poder constituyente ese este andar más allá de todo límite, una voluntad que no se aplaca (subrayado nuestro). El tiempo construido sobre este ritmo es superabundante cuanto inconcluso.” IDEM., p. 81.

Page 8: La Democracia Como Gobierno Absoluto

gobiernan que, según convenga, deberán valerse del arma de cada una de éstas dos clases de

animales, porque sería poco durable la utilidad del uso de la una sin el concurso de la otra.

De las propiedades de los animales debe tomar el príncipe las que distinguen de los demás al león

y a la zorra. Esta tiene pocas fuerzas para defenderse del león, y aquél cae fácilmente en las

trampas que se le arman; por lo cual debe aprender el príncipe, del uno ser astuto para conocer la

trampa, y del otro a ser fuerte para espantar al lobo. Los que solamente toman por modelo al

león, y desdeñan imitar las propiedades de la zorra, entienden muy mal su oficio: en una palabra,

el príncipe prudente, que no quiere perderse, no puede ni debe estar al cumplimiento de su

promesa, sino mientras no le pare perjuicio, y en tanto que subsisten las circunstancias del tiempo

en que se comprometió.

Ya que guardaría bien de dar tal precepto a los príncipes si todos los hombres fuesen buenos; pero

como son malos y están siempre dispuestos a quebrantar su palabra, no debe el príncipe ser solo

exacto y celoso en el cumplimiento de la suya; el siempre encontrará fácilmente modo de

disculparse de esta falta de exactitud. Pudiera dar diez pruebas por una para demostrar que en

cuantas estipulaciones y tratados se han roto por mala fe de los príncipes, ha salido siempre mejor

librado aquel que ha sabido cubrirse mejor con la piel de la zorra. Todo arte consiste en

representar el papel con propiedad y en saber disimular y fingir; por que los hombres son tan

débiles y tan incautos, que cuando uno se propone engañar los demás, siempre encuentra quien

se deje engañar.*…+ Doy por supuesto que un príncipe, y en especial siendo nuevo, no puede

practicar indistintamente todas las virtudes; porque muchas veces le obliga el interés de su

conservación a violar las leyes de la humanidad, y las de la caridad y la religión; debiendo ser

flexible para acomodarse a las circunstancias en que se puedan hallar. En una palabra, tan útil le es

perseverar en el bien cuando no hay inconveniente, como saber desviarse de él si el interés lo

exige. (Cap. XVIII)

Y de nuevo la contradicción, el principio descubierto es incontenible, siempre se encuentra ante

nuevos límites. Como principio productivo, se opone a sí mismo cuando produce. Maquiavelo

construye una relación entre virtud y fortuna que es irresoluble. La tragedia se hace así crisis pues

el poder constituyente al no resolverse, no se supera, manteniéndose en una terrible precariedad.

El principio absoluto del poder constituyente quiere negarse por su propia realización, encuentra

ante sí la rigidez e irracionalidad de lo constituido.

Los últimos capítulos de El Príncipe, reflejan la indecisión del príncipe para resolver esta situación,

su única decisión frente a lo absoluto resulta ser su propia indecisión.

La problemática es retomada por Maquiavelo en la continuación de los Discursos, escrito que

había dejado quieto, una vez que la problemática lo condujo a la formulación del principio del

poder constituyente en El Príncipe Maquiavelo reinserta El Príncipe en los discursos, es decir, hace

vivir el carácter absoluto de la política inventado en El Príncipe la República que es el objeto de los

Discursos. El gobierno absoluto se hace entonces la Democracia. Como plantea Negri, Maquiavelo

coloca al príncipe al servicio del gobierno democrático.

Page 9: La Democracia Como Gobierno Absoluto

En los libros II y III de los Discursos el principio inventado en el Príncipe hace sentir la diferencia

con respecto al planteamiento inicial que se encontraba atrapado en la lógica polibiana de los

poderes20. De un lado (Libro II) el sujeto se muestra como la base dinámica de la producción

histórica, como la potencia. La causa del imperio que construyeron los romanos fue la virtud, su

prudencia y su método. La virtud que se tensiona en el tiempo por un sujeto colectivo y que

persigue el bien común.

A este movimiento se le opone la tiranía, esta forma global de la dominación que es penetrante e

invasora como un hecho espiritual:

Nuestra religión ha glorificado más a los hombres humildes y contemplativos que a los activos. Ha

puesto el sumo bien en la humildad, en la abyección y en el desprecio de las cosas humanas… y si

nuestra religión requiere que tengas fortaleza, quiere que seas más bien apto para padecer que

para hacer una cosa fuerte. Este modo de vivir, pues, parece que haya vuelto al mundo débil, y

dándolo en prenda a los hombres malvados; los cuales seguramente lo pueden manejar, viendo

cómo la universalidad de los hombres, para ir al Paraíso, piensan más en soportar su apaleamiento

que en vengarlo…21

De otro, en el Libro III encontramos un discurso sobre la República Democrática enriquecido y

fuerte porque se ha trasladado al campo del poder constituyente. La república democrática es la

forma constitucional de la multitud, la fundación de una república que reforme el Renacimiento.

La libertad es el primer producto de la potencia y es en el redescubrimiento de la libertad (que es

el Renacimiento) donde puede vivir . Pero el proceso de la acumulación que constituye la fortuna

bloquea el proceso de la libertad. Tendrá entonces que oponérsele una acumulación de la virtud,

es decir, la fundación de un sujeto colectivo que se le oponga. Las pasiones contienen el elemento

vivo del cambio, porque en ellas se percibe el límite como exasperación y por ello pueden reventar

como virtud, son la clave que conduce hacía la posibilidad de la transformación puesto que se

acumulan como crecimiento de ella:

…la conjura es en sí el mal, una inefectividad respecto al valor de la paz; pero ella puede ser

también, y a menudo lo es, la emersión –en una situación, de otro modo, bloqueada- de la

exigencia del cambio y de la necesidad de reforma.

La conjura puede ser virtud que se presenta y se desarrolla como contrapoder. La conjura se debe

rechazar cuando implica la posibilidad de tiranía. Pero cuando es virtud, o inclusive sólo indicación

de un eterno “sube y baja” de la efectividad desesperada, cuando es por tanto signo de apertura y

20

La relación Polibio-Maquiavelo es pues, en los Discorsi, un proceso que, movido por una confusa y estricta confrontación inicial concentrado sobre el ciclo de la constitución mixta, se agota en el curso de la obra; apenas la influencia de El Príncipe interviene sobre los Discorsi. El abandono de la teoría del ciclo comporta el de la constitución mixta. Fundamentalmente emerge, por el contrario, la afirmación del principio constituyente: es cuanto el Príncipe inventa…; la historia, pues, no viene súbitamente, los tiempos de la historia no son los de una condena, un vacío, suicida repetirse. Al contrario, son los de la construcción, los de la creación. Negri., Op.Cit., p. 95-96. 21

IDEM., p. 100.

Page 10: La Democracia Como Gobierno Absoluto

dinamismo, entonces sea bienvenida. La conjura es virtuosa cuando es democrática, porque la

democracia es siempre virtuosa. En realidad la república merece la conjura cuando debe ser

instituida; una vez instituida, la república rechaza la conjura. La república rechaza la conjura

justamente, si ella se organiza de manera de permitir la movilidad de los sujetos y la ductilidad de

los tiempos de la reforma.22

Esto es reforma de la libertad que se ve aprisionada por la fortuna, como lo es también el discurso

maquiavélico sobre la pobreza. Discurso que no consiste únicamente una invocación espartana de

lucha contra la ostentación como único medio para evitar la corrupción. La pobreza se ve

traducida en Maquiavelo en el elemento mismo de la lucha entre la virtud y la fortuna, la potencia

medida de las pasiones:

Pobreza: como la distopía, ella está, sobre aquel límite absoluto de la libertad que es el vacío de

posesión (lógica o práctica), pero justamente por esto le es concedido a ella ser elemento de la

posibilidad de un nuevo príncipe, de una nueva urgencia y oportunidad de transformar lo real.23

Este estar dentro de la materia de las pasiones es a la vez el conducirse por el principio de la

reforma, pues la teoría de Maquiavelo ni es estoica ni es cristiana. Es pensar la libertad, teoría de

las pasiones, como dispositivo liberador, como libertad concreta que se constituye a través de

ellas. Si es imposible fundar una república eterna, en cambio si es posible la perpetuidad de su

transformación, la pasión agita las inercias constituidas en el tiempo, actúa sobre el tiempo en la

dirección ética de la reforma:

Virtud no puede ser pasión constructiva si no es cupiditas y amor, instinto natural y altísima

condición ética; y,…, también racionalidad: no simplemente racionalidad instrumental sino

racionalidad compositiva y re compositiva, racionalidad que tiene la movilidad pasional del

continuo temporal; que sabe sistematizarse dentro de la liquidez del tiempo y aquí actuar.24

El gobierno absoluto se puede formar sólo cuando la desunión se han convertido en la clave de las

relaciones institucionales. Este es un gobierno democrático que no soslaya las diferencias, puesto

que es la multitud en acción que construye unidades. El principio de la absolutez del poder es un

principio democrático, es el poder constituyente que es apertura y renovación continua sobre el

plano de multitud y ejército en acción. Este el secreto del Príncipe revelado, este es el principio de

la reforma del Renacimiento. La revolución no es el fin que cierra el proceso, es la apertura

permanente del proceso revolucionario de la multitud.

Hasta aquí hemos analizado, dos momentos del pensamiento de Maquiavelo: un primer momento

ha sido el análisis de como el poder constituyente se forma en medio de la mutación en cuanto

descubrimiento de la posibilidad de al súper-determinación del tiempo (La primera parte de los

Discursos y El Príncipe). Un segundo momento donde se configura el carácter absoluto del poder

constituyente cuyo sujeto adecuado es la multitud y, su sustancia una forma siempre abierta de

22

Negri resume aquí el contenido de los capítulos 7, 8 y 9 de los Discursos. Op. Cit., p 108. 23

IDEM., Discorsi, III 25. p. 109 24

IDEM., p. 110.

Page 11: La Democracia Como Gobierno Absoluto

gobierno democrático (La segunda parte de los Discursos). El tercer momento se abre en cuanto la

fundación es profundamente material, es decir, en cuanto el pensamiento de Maquiavelo se

constituye en el primer antídoto de todo pensamiento de pacificación de la historia, del

antagonismo social y de la negación del acto productivo de la historia.

Este último procedimiento es el que heurísticamente se desata en la Historia de Florencia. Allí

Maquiavelo descubre como la revolución esperada no es posible, puesto que no hay sujeto

adecuado que encarne el principio constituyente. La burguesía ha destruido en su ascenso y en la

consolidación de su victoria el principio constituyente, y en esta condición la universalidad de la

lucha y del antagonismo de clase no puede darse. La fortuna desinfla y convierte en impotencia la

virtud. En estas condiciones la única posibilidad de conocimiento es el mito (lo cómico como

opción de reflexión sobre una realidad caricaturesca25). Desde el mito se resiste y en él se refugia

el poder constituyente. En la Historia de Florencia se muestra el momento cuando el proyecto

democrático del poder constituyente se convierte en utopía, cuando la ciencia cede ante el mito:

es cuando la lucha de clases de los proletarios florentinos tiene que ceder a la razonable ideología

y a la pacificación medicea26, la derrota de la nobleza y de la plebe.

En definitiva, en Maquiavelo se encuentra la primera, absoluta e inevitable definición del poder

constituyente. Definición dada en el entramado de una lucha de clases que lo hace imposible,

donde se revela como ausencia de todas las condiciones de un principio y de una democracia.

25

He dejado pues los pensamientos de las cosas grandes y graves; ya no me deleita leer las coas antiguas, no razonar sobre las modernas; todas se han convertido en dulces razonamientos, por los que doy las gracias a Venus y a Cipri. Carta a Francesco Vettroi, 3 de agosto de 1514. Citado por Negri., Op.Cit. p 126. 26

En el libro III, en torno a los Ciompi, el análisis materialista de las clases es profundizado y especificado ulteriormente: aquí los sujetos son definitivamente identificados; pueblo y plebe, pueblo grueso y pueblo diminuto, específicamente en el arte de la lana *…+ Al contrario que Roma, aquí efectivamente la lucha de clases se profundiza hasta el punto de determinar la victoria absoluta del pueblo grueso. Con lo que se pierde la posibilidad de armar a la republica; el pueblo diminuto, la plebe, la multitud, no puede ser armada, porque representa la subversión vencida. IDEM., p. 123-124.