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La palabra eminente de la cultura 1 Por: Diego Alexander Vélez Quiroz Los antiguos concebían dos causas naturales que dan origen a la poesía: la gracia y la imitación. La imitación, en este caso, es imitación de la naturaleza, es decir, de las pasiones humanas. En lo que respecta a la gracia, su definición pone un puente entre el cielo y la tierra, la gracia es “el máximo gozo de dar”. Atribuir este origen a la poesía implica que entre lo divino y lo humano hay un vínculo, la poesía. Esta caracterización de la poesía apunta al efecto que, dada su doble condición (la imitación de la pasión humana y la divina facultad de dar) puede ser entendida como lo sublime, o sea, aquello que nos afecta moralmente. Según se afirma en el Pseudo Longino 2 , son dos las fuentes innatas de lo sublime: “posibilidad de concebir grandes pensamientos” y “la emoción vehemente y entusiástica”. Tales fuentes expresan la relación del arte, para nuestro caso la poesía, con lo dicho (aquello que se dice debe ser digno, Aristóteles enaltecía, por ejemplo, a la tragedia sobre la comedia) y, por otro lado, con la pasión humana: “En efecto, yo dudaría en afirmar que ninguna expresión es tan grande como la noble emoción cuando es debida y que 1 Por Diego Alexander Vélez Quiroz. Maestría en Literatura. Universidad Tecnológica de Pereira. Abril de 2013. 2 PSEUDO, Longino. De lo sublime. Ediciones metales/pesados. Chile. 2007.

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La palabra eminente de la cultura[footnoteRef:1] [1: Por Diego Alexander Vlez Quiroz. Maestra en Literatura. Universidad Tecnolgica de Pereira. Abril de 2013. ]

Por: Diego Alexander Vlez Quiroz

Los antiguos conceban dos causas naturales que dan origen a la poesa: la gracia y la imitacin. La imitacin, en este caso, es imitacin de la naturaleza, es decir, de las pasiones humanas. En lo que respecta a la gracia, su definicin pone un puente entre el cielo y la tierra, la gracia es el mximo gozo de dar. Atribuir este origen a la poesa implica que entre lo divino y lo humano hay un vnculo, la poesa. Esta caracterizacin de la poesa apunta al efecto que, dada su doble condicin (la imitacin de la pasin humana y la divina facultad de dar) puede ser entendida como lo sublime, o sea, aquello que nos afecta moralmente. Segn se afirma en el Pseudo Longino[footnoteRef:2], son dos las fuentes innatas de lo sublime: posibilidad de concebir grandes pensamientos y la emocin vehemente y entusistica. Tales fuentes expresan la relacin del arte, para nuestro caso la poesa, con lo dicho (aquello que se dice debe ser digno, Aristteles enalteca, por ejemplo, a la tragedia sobre la comedia) y, por otro lado, con la pasin humana: [2: PSEUDO, Longino. De lo sublime. Ediciones metales/pesados. Chile. 2007.]

En efecto, yo dudara en afirmar que ninguna expresin es tan grande como la noble emocin cuando es debida y que exhala como bajo un rapto de locura en un espritu entusistico[footnoteRef:3] [3: Ibd. 34. ]

Dicha concepcin de lo sublime pone en un primer plano la pasin, incluso sobre la forma. Lo humano es resaltado en aquello que es verdaderamente sublime. Aun as, la base de estas dos, y de todas las fuentes de lo sublime, es, tambin de acuerdo con el Pseudo-Longino, la potencia expresiva. En trminos de Lezama Lima, el Virgo Potents, la posibilidad infinita.

Dos conclusiones tenemos hasta ahora, la poesa es una experiencia exttica, un rapto del esptitu; y, adems, un puente entre lo humano y lo divino que se teje como posibilidad infinita. Debido a estas dos cualidades, el tiempo de la poesa es, aprovechando la definicin de Gadamer, un tiempo lleno, se ha liberado del compromiso con el tiempo lineal y, por tanto, con cualquier finalidad, es una finalidad sin fin. Es decir:

el autntico enigma que el arte [la poesa en este caso] nos presenta es justamente la simultaneidad entre pasado y presente. No que sea denegacin sin ms; por el contrario, tenemos que preguntarnos qu es lo que une consigo mismo un arte semejante como arte, o de qu manera llega el arte a ser una superacin del tiempo[footnoteRef:4] [4: GADAMER, Hans-George. La actualidad de lo bello. Ediciones Paids. Barcelona. 1991. Pg. 52]

Visto desde la perspectiva del dilogo, o sea, desde la correspondencia de una obra de arte con el arte anterior y posterior a la misma, la cuestin de Gadamer apunta a la relacin con la tradicin, a la forma cmo un arte alcanza la simultaneidad y puede, as, desprenderse de la tradicin y superarla. Esta pregunta por el arte en relacin con su tradicin es imperativa en la modernidad, donde se expresan dos posturas que ponen en juego la superacin o el vnculo con el arte, con la poesa pasada: la apariencia histrica del arte o la apariencia progresista del arte. La primera implica que solo se valida aquel arte que tiene tradicin (que dialoga y se relaciona, de una u otra forma, con el arte tradicional; la segunda, al contrario, implica dejar atrs la tradicin y generar desde su interior aquello que se considerar original. La cuestin es, entonces, acogerse o no a la cultura conocida. Esta pregunta por el tiempo, por la cultura, recibe una respuesta desde la ilustracin, desde all se empieza a considerar la historia como un movimiento regido por una modificacin permanente, ora gradual, ora radical (). Introduce el concepto de progreso, tal como lo concebimos, como continuo perfeccionamiento de la condicin humana. Bajo esta perspectiva, el poeta, y como consecuencia la poesa, se recluye en su interior, niega los valores de la tradicin y se afinca en una idea progresista de la cultura, se fundamenta en el individuo absoluto. Cada nueva obra pretende partir de cero, ser enteramente original y re-crear el gnero. Es como si cada poema necesitara volver a fundar la poesa. Sin embargo, la guerra mundial da cuenta de la impertinencia de esa concepcin progresista de cultura. Los ideales que la ilustracin puso en marcha son cuestionados y, con ellos, la razn que les dio origen. Las vanguardias, entonces, se revelan ante dicha razn y se vuelcan definitivamente sobre el sujeto, exaltan la psicologa y lo irracional sobre lo racional. La mirada a la naturaleza que motivo la produccin potica de la tradicin, y que con el descubrimiento de Amrica es de nuevo exaltada, deja de ser relevante. La poesa se arraiga en la cultura, no va ya al origen de la naturaleza, define su identidad en el desciframiento de la cultura. Parte de los presupuestos culturales para dar origen a lo nuevo, es una sobrenaturaleza, reconoce el trnsito del dilogo entre lo humano y lo divino. As, la poesa sucede al acto primigenio de la naturaleza, que fue agotado en el acto mismo de la creacin, y reinventa el universo de lo potico desde las construcciones culturales de la historia de manera incondicionada.

El poeta en esa concepcin es el guardin de las tres grandes eficacias o temeridades concebidas por el hombre: la conversin de lo orgnico en viviente, de la sustancia en espritu, por la penetracin del aliento oficiante, acto naciente de transubstanciacin, superacin del acto naciente aristotlico en puro Nacimiento; lo inexistente hipostasiado en sustancia, y la exigencia total ganada por la sobreabundancia en la resurreccin[footnoteRef:5] [5: LIMA, Lezama. Obras completas. Aguilar editores. Mxico. 1977. Pg. 775. ]

Solo el poeta puede crear el lazo entre lo divino y lo humano, todo a travs de la palabra. He ah el misterio de la hipstasis. La naturaleza, agotada en s misma luego de la creacin, es superada en la poesa que toma lo ya existente y lo excede, por ello la imagen de la resurreccin expresa, como por excelencia, la poesa. Es el sustituto de lo inexistente. Al rotar la sustancia inexistente como posible, la poesa es siempre resurgimiento del verbo[footnoteRef:6], se erige entonces como la palabra eminente de la cultura. [6: Ibd. ]

Apndice sobre la poticaEs frecuente encontrar, en la obra de algunos poetas relativamente recientes, un ars potica con la cual se pretende dar cuenta de lo que el autor entiende por poesa y, ms exacto an, por construccin potica. Este, sin embargo, no es un tpico exclusivo de nuestros tiempos, la reflexin sobre el tema ha transitado durante la historia como uno de los tpicos inevitables de la poesa. En qu consiste la composicin? Esa es, tal vez, la pregunta ms frecuente entre quienes se han abocado a escribir una potica. En este punto conviene hacer una claridad, la poesa (poiesis), que no definiremos aqu, no es conceptual, es una produccin cultural que obedece a motivos ajenos a la tcnica; la potica, en cambio, s es conceptual, responde a la pregunta cmo est construido aquello que se construye? La composicin, entonces, es aquello que, abarcado mltiples aspectos, se ocupa de la construccin literaria, la potica. La ms conocida de las poticas, es, sin duda, la de Aristteles. El maestro de Alejandro tiene el mrito de prescribir las caractersticas esenciales de la tragedia, sus partes constitutivas y sus motivos fundamentales. Esta teora de la creacin potica hizo carrera en una buena parte de la historia occidental y prescribi la construccin potica del renacimiento. Otro ejemplo destacado, menos abarcador pero igual de genial, es de Edgar Alan Poe, su Filosofa de la composicin revela que incluso la creacin potica ms honda responde a tcnicas precisas que buscan dar forma a la obra de arte y producir un efecto concreto en el lector. El siglo XX, heredero del romanticismo y el simbolismo que, en un principio, tuvo en Poe un modelo a seguir, gener un nmero considerable de poticas. Las vanguardias, que tienen como una de sus caractersticas ser eminentemente programticas, pusieron en juego una buena cantidad de tcnicas o, mejor dicho, formas de ejecutar la creacin potica. Destaca entre ellas la propuesta del Surrealismo, la escritura automtica que, incluso hoy, tiene adeptos. Ha sido bastante difundida, tambin, el arte potica de Vicente Huidobro, propia del creacionismo: por qu cantis la rosa oh poetas! hacedla florecer en el poema Qu es esto sino la regla primera del creacionismo? Aunque la composicin no es exclusiva de la literatura (de hecho todas las artes requieren de esta), la potica si lo es, formula las condiciones sobre las cules se llevar a cabo el proceso de creacin y, de manera implcita, la intencin de la ejecucin potica. Determina las lneas que, al acoger una potica determinada, deber seguir el poeta para alcanzar un resultado acorde con tal lnea.