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LA ENERGÍA
NUCLEAR.
APARICIÓN, EVOLUCIÓN E
IMPLICACIONES
SOCIOECONÓMICAS.
AUTORES:
Rafael GIL, Cristina GÓMEZ, Rodrigo LÓPEZ y Abel
MOCLÁN
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1. Introducción.
El presente trabajo va a tratar de hacer una breve introducción al mundo de la energía nuclear,
incluyendo no solamente elementos de carácter histórico, sino también a nivel físico y atómico.
Vamos a comenzar explicando lo que es la energía nuclear como tal, después pasaremos
directamente a hablar de algunas de las personalidades que han influido en el desarrollo de esta
tecnología. Se trataran también tres de las grandes iniciativas gubernamentales que se desarrollaron
durante la Segunda Guerra Mundial para la creación de las bombas nucleares, los tipos que existen y
sus aplicaciones.
Incluiremos aquí el terrible suceso que supuso el lanzamiento de las bombas nucleares sobre las
localidades de Hiroshima y Nagasaki, y la Crisis de los Misiles de Cuba durante la Guerra Fría.
Para acabar, se trataran tres accidentes nucleares que han hecho replantearse a lo largo de los
últimos años si de verdad es rentable la utilización de esta forma de producción de energía, por lo
que vamos a incluir también el debate que esto suscita, así como dos entrevistas realizadas a
personas directamente relacionadas con el accidente nuclear de Fukushima.
2. La energía nuclear.
En este apartado se va a explicar la energía nuclear dentro del aspecto técnico y científico, qué
es, cuáles son los materiales de los que se compone y cómo se produce, es decir, los métodos de
procesos de reacción nucleares. Y después se van a exponer los comienzos de su descubrimiento, así
como las personalidades que formaron parte del mismo.
La energía nuclear es un proceso físico – químico en el que se libera gran cantidad de energía.
Para comprender lo que es la energía nuclear, primero tenemos que tener una idea clara de los
elementos que la componen, como son la materia y los componentes de ésta.
La materia es todo aquello que tiene masa y ocupa un lugar en el espacio. Y se representa en tres
estados o formas de agregación: sólido, líquido y gaseoso.
El átomo es la unidad de materia más pequeña de un elemento químico. Compuesto por un
núcleo atómico, que a su vez se encuentra rodeado de una nube de electrones. El núcleo está formado
por protones de carga positiva y neutrones, sin carga. Y los electrones, que tienen carga negativa, se
encuentran ligados al núcleo mediante fuerza electromagnética (Urbina, 1984). Es decir, que un
átomo está formado por protones, neutrones y electrones.
Teniendo claros estos dos conceptos, existen otros dos elementos primordiales en la energía
nuclear, el Uranio y el Plutonio, es decir, los elementos radiactivos.
El Uranio es un elemento químico, y el elemento natural más pesado. En relación con la energía
nuclear son el Uranio 238, el Uranio 235, y el Uranio enriquecido, los que nos interesa explicar. El
Uranio 238 es el isótopo más abundante, naturalmente radiactivo, pero muy débilmente, es incapaz
de generar una reacción en cadena (que pasaremos a explicar posteriormente con la fisión nuclear).
Su periodo es de 4.500.000.000 años, que, como dato curioso, equivale a la calculada edad de la
Tierra (Urbina, 1984).
Pero es el Uranio 235, el que más nos interesa, ya que es un isótopo que existe en los minerales
en una proporción muy débil, de 0,7%. Pero puro o casi puro (95%) es capaz de generar una fisión en
cadena, con un factor de multiplicación de 2,5.
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El Uranio enriquecido, es el resultado tecnológico por el cual, a partir del mineral Uranio, se
consigue un porcentaje del isótopo fisionable (Uranio 235) que supera el 60%. Como la separación
de los isótopos no puede hacerse por medios químicos, se tuvo que recurrir a un difícil y muy
costoso proceso de separación, es decir de “purificación” del Uranio o “enriquecimiento”, por medio
de su diferencia de peso.
El Plutonio es el siguiente elemento radiactivo que entra en juego, es un elemento químico que
no existe en la naturaleza, sólo existe al formar parte del Uranio. Fue creado a partir del Proyecto
Manhattan (por bombardeo neutrónico del Uranio 238).
En la actualidad es el residuo más preocupante de los reactores nucleares, por un lado por la larga
duración de su media-vida: 24.360 años (es decir, que una tonelada contenida en los reactores
nucleares tardará 48.720 años en quedar reducida a un cuarto de tonelada). Por otro lado porque es la
sustancia más peligrosa que se conoce por tres razones:
Porque en estado puro o concentrado sólo 300 gramos es ya “masa crítica”.
Porque se recalienta y desprende continuamente calor.
Porque es el veneno más terrible que se conoce, si bien su radiación es prácticamente
inocua si queda “fuera” del organismo, una vez inhalado por éste basta una cantidad
equivalente a 0,0005 microgramos (una diez billonésima de gramo puede producir graves
lesiones internas, debido a su extraordinaria potencia de ionizar los tejidos con partículas
alfa)
La conversión en reacciones nucleares de una parte de la materia en energía radiante, con
disminución de la masa en reposo, se puede observar en procesos de fisión como la explosión de una
bomba atómica, o por otro lado en procesos de fusión como la emisión constante de energía que
realizan las estrellas (Asimov, 1985).
Para la obtención de la energía nuclear existen dos métodos diferentes: la fisión nuclear y la
fusión nuclear.
La fisión nuclear, es la división del núcleo de un átomo. Este núcleo pasa a dividirse en varios
fragmentos, con una masa que equivaldría casi a la mitad de la masa original, incluyendo dos o tres
neutrones. Aunque sea menor que la masa original, se ha comprobado gracias a la ecuación de
Einstein (E = mc2), que, a través de la fisión nuclear, se pueden extraer grandes cantidades de
energía.
Este método de obtención de energía nuclear puede suceder cuando un núcleo de un átomo
pesado captura un neutrón, o puede ser totalmente espontáneo.
Dentro de la fisión nuclear se forma una reacción de cadena, proceso en el cual los neutrones
liberados en la fisión producen una fisión adicional en al menos un núcleo más. A su vez este núcleo
libera neutrones, y el proceso se vuelve a repetir. Sin embargo, este proceso puede ser controlado, en
el caso de la energía nuclear, o incontrolado como ocurre con las armas nucleares (Asimov, 1985).
La energía liberada por cada fisión nuclear depende de los millones de electrón-voltios que se
generen, produciendo así mismo diferentes tipos de energía, como la energía cinética o los rayos
gamma.
En el caso de que este proceso se descontrole, es decir, cuando la reacción de cadena ya no pueda
autoabastecerse por la pérdida rápida de neutrones, el proceso pasa a denominarse “masa crítica”, ya
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que puede desencadenar una reacción nuclear catastrófica. Al liberarse demasiados neutrones, y si la
relación es más grande, cede sin control, provocando una explosión atómica.
Sin embargo, esto se puede evitar. Para ello hay que controlar los neutrones libres en el espacio
de reacción, con un elemento de absorción de neutrones, que normalmente suelen ser barras de
control de boro o cadmio, pues el material de sus neutrones es muy absorbente. Otra medida, cuando
los neutrones se mueven a gran velocidad (con mucha energía cinética), se reducen a través del uso
de un moderador, como puede ser el agua pesada y el agua corriente, o incluso el grafito.
La fisión nuclear será utilizada en las centrales nucleares.
La fusión nuclear es una reacción en la que dos núcleos de átomos ligeros, normalmente
Hidrógeno, y sus isótopos, Deuterio y Tritio; se unen para formar otro núcleo más pesado, y al
hacerlo liberan una gran cantidad de energía.
Esto se puede observar muy bien en la energía solar, ya que tiene su origen en la fusión de
núcleos de hidrógeno, generando helio y liberando una gran cantidad de energía que llega a la Tierra
en forma de radiación electromagnética.
Pero la fusión nuclear depende de ciertos aspectos, es necesaria una temperatura muy elevada,
para separar los electrones del núcleo y que éste se aproxime a otro venciendo las fuerzas de
repulsión electroestáticas. Esa masa gaseosa compuesta por electrones libres y átomos con un nivel
de iones muy alto, es el plasma.
También es necesario un confinamiento, para mantener el plasma a elevada temperatura durante
un tiempo mínimo. Y la densidad del plasma tiene que ser la suficiente para que los núcleos estén
cerca unos de otros y así se puedan dar reacciones de fusión (Urbina, 1984).
Debido a las altas temperaturas del plasma, es decir, decenas de miles de grados, no son válidos
los confinamientos convencionales, sin embargo el confinamiento inercial (FCI) y el confinamiento
magnético (FCM) sí que lo serán. El confinamiento inercial consiste en crear un medio muy denso,
en el que las partículas no tengan posibilidad alguna de escapar sin chocarse entre sí. Y el
confinamiento magnético, es aquel en el que las partículas eléctricamente cargadas de plasma son
atrapadas dentro de un espacio reducido por la acción de un campo magnético.
Para un reactor de fusión nuclear es indispensable confinar dicho plasma con la temperatura y la
densidad lo suficientemente elevadas y durante el tiempo justo, con el objetivo de permitir que
sucedan reacciones de fusión nuclear, evitando mientras que escapen partículas, y así conseguir una
ganancia neta de energía (Asimov, 1985).
Es indispensable conocer los elementos principales que intervienen en la fusión nuclear. El
Hidrógeno, el Deuterio y el Tritio. El Hidrógeno es un átomo muy abundante en la Tierra, ya que las
tres cuartas partes de ésta, se encuentran cubiertas por agua, y las moléculas del agua son dos átomos
de Hidrógeno y uno de Oxígeno.
El Deuterio es un isótopo estable del hidrógeno formado por un protón y un neutrón. Su
abundancia en el agua es de un átomo por cada 6.500 átomos de Hidrógeno, es decir, que con esa
cantidad de Deuterio en el agua del mar, es posible obtener una energía inagotable mediante la fusión
nuclear. El contenido energético es tal que la energía obtenida por la fusión nuclear de estos átomos
equivale a 250 litros de petróleo.
El Tritio, es el isótopo radiactivo o inestable del átomo de Hidrógeno, compuesto por un protón y
dos neutrones, se desintegra con gran rapidez por emisión beta. Es muy escaso en la naturaleza, pero
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puede ser generado por reacciones de captura neutrónica con los isótopos del Litio, un material, que
al contrario, es muy abundante en el agua del mar y en la corteza terrestre.
Historia de la energía nuclear
La energía nuclear tiene sus comienzos en la antigua Grecia, donde se empezó a divagar sobre las
partículas diminutas que formaban parte de la materia, tan pequeñas que era imposible verlas. Y
como en circunstancias normales no pueden dividirse en nada más pequeño, recibieron el nombre de
átomos, que en griego significa indivisible (Asimov, 1985).
Pero hasta el siglo XIX la Teoría Atómica no recibió avances claros. Sería John Dalton, químico
inglés, uno de los pioneros en este campo, al cual siguieron otros muchos. Cabe destacar entre ellos a
cuatro figuras importantes en el descubrimiento de la energía nuclear y la influencia que tuvieron en
científicos posteriores: Marie Curie, Ernest Rutherford, Enrico Fermi y Leo Szilard.
Marie Curie (1867-1934), química y física polaca, nacionalizada francesa, demostró en 1898 que
la fuente de radiación del fenómeno que Roentgen había llamado Rayos X (radiación producida al
chocarse los rayos catódicos contra el vidrio) era el átomo de Uranio, y que cualquier compuesto que
contuviera átomos de uranio emitiría estos rayos permanentes (Preston, 2008).
Desde que se descubrió que el Uranio era una fuente inagotable de radiación, sobró un interés
que no ha disminuido hasta ahora. Madame Curie dio nombre a este fenómeno de emitir
continuamente rayos, radiactividad. El uranio fue el primer elemento que se comprobó que era
radiactivo. Aunque pronto se le uniría el Torio, gracias a Berzelius.
Ernest Rutherford (1871-1937), físico y químico neozelandés. Denominó a las tres clases de
radiación que emitían el uranio y el torio (una carga positiva, una negativa y la tercera sin carga),
rayos alfa, rayos beta y rayos gamma. Los rayos gamma resultaron ser otra forma de radiación
parecida a la luz, con ondas más cortas que la de los Rayos X. Los rayos alfa y los rayos beta, que
portaban carga eléctrica, parecían ser corrientes de partículas cargadas (partículas alfa y partículas
beta), igual que se había comprobado en el caso de los rayos catódicos.
Rutherford en 1906 comenzó a estudiar lo que ocurría cuando las partículas subatómicas de gran
masa, como las partículas alfa, pasaban a través de la materia. Y en su investigación demostró que
los átomos no eran macizos, como se creía, sino que están vacíos en su mayor parte, y en su centro
hay un diminuto núcleo. Según su modelo, el átomo estaba formado por una espuma de electrones
que giran alrededor de un núcleo central cargado positivamente. El modelo átomo nuclear de
Rutherford es el que se sigue aceptando hoy en día (Asimov, 1985).
Una vez que Rutherford elaboró la teoría nuclear del átomo, por la equivalencia de masa y
energía se vio claro que la fuente de energía de la radiactividad residía probablemente en el núcleo,
donde se hallaba casi toda la masa del átomo. Ante la pregunta: ¿Se podía separar la carga positiva
de la masa del núcleo de hidrógeno? Rutherford decidió en 1914 que había que abandonar el intento,
sugiriendo que, a pesar de la gran masa, había que considerar al núcleo de hidrógeno como la unidad
de carga eléctrica positiva, igual que el electrón lo era de la negativa. Al núcleo del hidrógeno lo
llamó protón, que en griego significa primero, pues era el núcleo del primer elemento.
La cuestión de por qué el protón es mucho más pesado que el electrón sigue siendo uno de los
misterios sin resolver de la física. Posteriormente también investigó el bombardeo de nitrógeno con
partículas alfa.
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Enrico Fermi (1901-1954) físico italiano, descubrió la eficacia de los neutrones lentos y había
comprobado en sus experimentos que estos neutrones, que tenían muy poca energía, eran fácilmente
absorbidos por los núcleos atómicos. A través de su investigación sobre el bombardeo de uranio con
neutrones, desarrolló el primer reactor nuclear. Además de haber contribuido a la ciencia con grandes
desarrollos en la teoría cuántica, la física nuclear y de partículas, y en la mecánica estadística.
Leo Szilard (1898-1964), físico judío, de nacionalidad húngaro-estadounidense, fue el primero en
pensar seriamente en una reacción nuclear en cadena, trabajó en Alemania, pero en 1933 cuando
Adolf Hitler llegó al poder, tuvo que huir a Gran Bretaña por ser judío. En 1934, ya en Inglaterra,
empezó a estudiar ciertos tipos nuevos de reacciones nucleares, recientemente descubiertas. Temía la
guerra, y a los gobernantes alemanes, en lo referente a la utilización de esa reacción nuclear en
cadena como arma militar, por ello solicitó en secreto la patente sobre un dispositivo encaminado a
aprovechar una reacción nuclear en cadena de este tipo, con la idea de cedérsela al gobierno inglés.
Pero aquí es donde surgió la duda de ¿y la fisión del Uranio? Ésta la iniciaban neutrones lentos ¿y si
la fisión del Uranio, aparte de ser iniciada por un neutrón, produjera a su vez neutrones?
Es aquí donde aparece con un papel importante Enrico Fermi, afirmando que los núcleos pesados
poseían más neutrones por protón que los menos pesados, cuando un núcleo pesado se rompía en
otros dos núcleos bastante más ligeros, se produciría un exceso de neutrones. Ambos fueron
copropietarios de la patente del reactor nuclear.
Szilard ya seguro del funcionamiento de su reacción nuclear en cadena, y establecido en los
Estados Unidos, en 1937, entrevió la enorme fuerza explosiva de algo que llamaría bomba nuclear.
Este hecho desencadenaría lo que actualmente conocemos como el Proyecto Manhattan.
Estos fueron solamente cuatro de la gran cantidad de científicos que participaron en las
investigaciones y desarrollo de esta nueva energía. Cabe destacar, que cada uno por sus diferentes
descubrimientos recibieron un Premio Nobel.
3. Iniciativas nucleares.
En este apartado del trabajo vamos a tratar el tema de las iniciativas gubernamentales que
llevaron al rápido desarrollo de la energía nuclear. La Segunda Guerra Mundial fue el principal
motivo por el cual el proceso atómico se aceleró, ya que el intento de crear un arma definitiva y
superior a las demás, capaz de provocar una destrucción inimaginable hasta el momento, y que fuera
capaz de decantar la guerra a favor de aquel bando que la consiguiera desarrollar antes que el rival,
era prácticamente el único fin que perseguían todos los países beligerantes. En este contexto los tres
grandes proyectos de desarrollo nuclear fueron el proyecto Manhattan de los EEUU, el proyecto
Uranio en la Alemania nazi y el proyecto Borodino llevado a cabo por la URRS, finalmente los tres
acabaron estrechamente relacionados entre sí debido a espionajes, tratados, etc.
Proyecto Manhattan.
Los grandes avances producidos en la física a principios del siglo XX, motivaron a que EEUU
fuera en la búsqueda del arma definitiva siguiendo la vía de la energía atómica como paradigma para
crear un arma que decantase la Guerra. Pero las dudas que generaba este ambicioso proyecto hicieron
que el presidente americano Rooselvet consultara con el gran físico del momento Albert Einstein,
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sobre la viabilidad de un proyecto nuclear de gran calibre. La respuesta que le dio Einstein fue que
efectivamente ese plan con una gran inversión de capital podría ser viable, y el presidente asesorado
por su consejero delegado Alexander Sachs dio luz verde a la realización del Proyecto. Aunque en un
principio se pospuso (debido a que EEUU aún no había entrado en guerra). Sería tras el bombardeo
de Pearl Harbour y la incursión por tanto de los EEUU en la Segunda Guerra Mundial cuando
definitivamente se puso en marcha este ambicioso proyecto.
Tras dar luz verde al proyecto, el gobierno dio 100 millones de dólares de presupuesto a la
financiación del mismo, pero todavía faltaba elegir a los físicos que se iban a encargar de su
dirección. Tras buscar una larga lista de candidatos se consideró que Robert Oppenheimer era el más
adecuado ya que era el más ilustre alumno de uno de los físicos nucleares más importantes del
momento, Enrico Fermi.
Una vez elegido al director del proyecto sólo faltaba encontrar el lugar en el que situar los
laboratorios y las zonas de pruebas, y el lugar elegido fue la zona desértica de Los Álamos, en el
desierto de Nuevo México (EEUU). Tras dos arduos años de trabajo en el desarrollo de la bomba
nuclear finalmente en noviembre de 1943 la primera bomba de uranio estaba preparada, la llamada
Little Boy. Pero no fue hasta 1945 cuando se terminó de armar definitivamente la bomba. Sin
embargo, el inconformismo del científico Seth Neddermeyer (también incluido en el proyecto
Manhattan) provocó un avance muy importante, que consistía en realizar una bomba con Plutonio
como base, y no con Uranio, ya que la reacción nuclear sería mucho mayor. A su vez el mecanismo
de detonación y el consumo de combustible de la bomba eran mucho mayores, lo cual puso en
peligro el desarrollo de esta segunda bomba.
Finalmente esto se conseguiría, y tras realizar las pruebas en el desierto de Alamogordo (300 Km
al sur del laboratorio de los Álamos) se comprobó que ambas eran totalmente operativas. La segunda
recibiría el nombre de Fat Man.
Tras la caída en Europa de las tropas de Hitler, sólo el Imperio japonés seguía en guerra con los
EEUU, ya con el nuevo presidente Harry S. Truman en EEUU (Roosevelt falleció unos meses antes
de terminar la guerra) se dio Orden de lanzar las bombas Little Boy a bordo del bombardero B-29,
llamado Enola Gay, sobre la ciudad de Hiroshima y las bombas Fat Man, a bordo del bombardero
llamado Bockscar, sobre la ciudad de Nagasaki poniendo fin a la guerra y provocando más de 200
mil muertes.
Proyecto Uranio.
Se conoce como Proyecto Uranio al plan desarrollado por el departamento de desarrollo
armamentístico de la Wermacht, que fue iniciado tras conocerse que los EEUU estaban trabajando en
el desarrollo de armamento nuclear. El proyecto fue puesto en manos del físico alemán Werner
Heissenberg y su colega Max Van Leue, los cuales a pesar de no tener ninguna afinidad con el
partido nazi lo aceptaron, por la financiación que les ofrecía el Reich y su gran interés en la física
nuclear .
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Sin embargo esta falta de afinidad con el régimen nazi fue quizás lo que provocó que este
proyecto fracasara ya que ambos científicos sabían que si ponían ese armamento en manos de las
Wermacht las consecuencias podrían ser fatales, y aunque no se sabe a ciencia cierta si esto verdad,
sí que podríamos casi afirmarlo ya que estos científicos tenían la suficiente capacidad técnico –
económica como para haberla desarrollado prácticamente a la vez que los americanos. Pero su ética
les hizo ir alargando paulatinamente el proceso para que el final de la guerra llegara antes que su
bomba atómica y esto lo afirmó el propio Max von Naue “los motivos morales nos obligaron a no
construir con toda la rapidez posible la bomba atómica”.
Otro hecho que nos hace pensar en esto fueron las reuniones secretas que tuvo Heissenberg con
Bohr (de ascendencia judía) en el que le presentó su modelo atómico pero le hizo entender que no lo
finalizaría nunca bajo el yugo nazi, sino que trataría de posponerlo hasta el fin de la guerra.
Así pues, finalmente, tras la caída de Berlín en el año 1945, el proyecto se dio por terminado con
un resultado de fracaso rotundo y algunos de los científicos presentes en el Proyecto Uranio cayeron
en manos soviéticas, que los utilizaron para desarrollar su proyecto atómico, del cual hablaremos a
continuación.
Operación Borodino.
Fue el plan nuclear llevado a cabo por los soviéticos en el año 1943 para desarrollar armamento
nuclear, aunque en realidad no se puede hablar de un plan propiamente desarrollado por los
soviéticos, ya que fue un tanto ecléctico, pues se basó en las informaciones que trajeron los espías
rusos que se colaron en el proyecto Manhattan, además de la información que consiguieron de los
científicos alemanes que fueron apresados tras la toma de Berlín.
Así pues el plan nuclear soviético estuvo preparado en el año 1946, cuando tras utilizar los
diseños americanos y obtener las reservas de Uranio que cogieron de los territorios alemanes
conquistados, consiguieron crear su primera bomba nuclear, la cual recibió el nombre de RDS-1.
Tras esta operación que llevaron a cabo sin problemas siguieron con su programa nuclear, y
actualmente es el país que cuenta con más cabezas nucleares.
4. El armamento nuclear.
Tras la iniciativa del Proyecto Manhattan, comenzada después de las investigaciones de Szilard
quien, como ya ha sido comentado anteriormente, fue capaz de ver el potencial destructivo de la
bomba atómica y el uso de la energía nuclear en conflictos bélicos, la carrera nuclear tuvo un
desarrollo constante hasta la actualidad, siendo los países con mayor inversión Estados Unidos y
Rusia (los cuales dedican amplios fondos en la investigación y desarrollo de esta energía).
Durante los comienzos, las expectativas al respecto eran bajas. Nadie sabía a ciencia cierta cómo
funcionarían los diferentes experimentos y ha sido a medida que ha pasado el tiempo y la experiencia
cuando los conocimientos sobre el uso de la armamentística han denotado la capacidad destructiva de
ésta. Fue entonces cuando verdaderamente se dieron cuenta del poder que tenía la ciencia en la
guerra.
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En la industria nuclear armamentística, la bomba atómica juega un papel destacado dentro del
contexto bélico, a pesar de que su uso haya sido en muy pocas ocasiones (siendo la mayoría pruebas,
por fortuna). El elevado coste del desarrollo y construcción de la bomba complican también su
creación; a pesar de esto, EEUU y Rusia cuentan con más de 5.000 cabezas nucleares (bomba “H”),
a raíz de la Guerra Fría, seguidos de lejos por Francia (con 300).
La bomba atómica se encuentra entre las denominadas, en la actualidad, como armas de
destrucción masiva (que comprende tanto armas nucleares, como químicas y físicas).
Bomba A
La bomba A, o bomba atómica (de fisión), fue la primera en ser desarrollada, con una potencia
de, en un principio, entre 10 y 25 Kt (Kilotones), llegó a tener tras diversas mejoras una potencia de
más de 200 Kt. Su función consiste en crear una reacción nuclear en cadena (mediante fisión) que se
producirá por un bombardeo continuado de neutrones. Su producción consistía en una esfera de
plutonio dividida en partes para que por sí sola no llegara al punto de criticidad (el punto mínimo
para que se produzca la reacción en cadena). Entonces, llegado el momento de activación de la
bomba, se juntan las distintas divisiones de la esfera en un punto concreto y colapsa, creando la
esfera completa que ahora tendrá la masa crítica suficiente como para producir la reacción en cadena.
Esta reacción provoca que el núcleo de los átomos se divida y libere una enorme cantidad de energía
y neutrones, que serán los encargados de continuar la reacción en cadena chocando contra otros
núcleos. Para que se produzca esto, la densidad es imprescindible, ya que el material se puede
expandir y terminar la reacción en cadena, por lo que para la bomba atómica se usa el Uranio 235 y
el Plutonio 239 (muy densos y que permite que las divisiones de los núcleos de los átomos sean más
rápidas).
El proceso de desarrollo de las bombas atómicas, se divide en diferentes períodos o generaciones:
Generación 0: Estaba formada por HEU (Uranio altamente enriquecido), capaz de liberar una
cantidad de kilotones situada entre los 10 y 25. Forma parte de esta generación la bomba Little Boy
(con una potencia de 13 Kt), que fue lanzada sobre Hiroshima en el año 1945, y provocó más de
200.000 víctimas pasados 5 años (Sánchez Ron, 2007). Actualmente, los Estados ya no producen
este tipo de bomba, pues su peso y tamaño dificultan su maniobrabilidad en temas bélicos; aunque es
la bomba de más sencilla fabricación.
Generación 1: En esta generación está la base de las bombas atómicas actuales. Nace de la fisión
por implosión del Plutonio (hasta entonces sólo se había utilizado el Uranio), y libera una cantidad
de energía notablemente mayor que la bomba A de la Generación 0, hasta un máximo de 45 Kt. Se
incluye en esta generación la bomba que arrasó Nagasaki, “Fat Man”, con una fuerza de 25 Kt (11
más que la “Little Boy” de la generación anterior). A pesar de tener una mayor fuerza, el número de
víctimas fue menor debido a la orografía del terreno.
Generación 2: Aquí se produce una notable mejora de la bomba gracias a un mayor desarrollo
del dispositivo electrónico que esta lleva incorporada y la geometría de la masa Plutonio, que
produce una eficiencia en la reacción en cadena. Se considera que puede llegar a alcanzar una fuerza
cercana a los 200 Kt (más de 10 veces que la que provocó el desastre en Hiroshima). La primera
bomba que realizó Francia, la Gerbaise Blue, perteneció a esta generación, con una potencia de 65
Kt.
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Generación 3: Es el paso anterior al desarrollo de la Bomba H (o bomba termonuclear, la
actual), pues ya han sido descubiertos el Deuterio y Tritio, por lo tanto sólo faltaba continuar con las
investigaciones y era cuestión de tiempo que se pudiera desarrollar la bomba termonuclear de fusión.
Bomba H
La bomba termonuclear (o Bomba H) se desarrolla a medida que los científicos se dan cuenta de
que las reacciones en serie de los isótopos del Hidrógeno, Deuterio y Tritio, producidas mediante
fusión, liberan una gran cantidad de energía. La mayor complicación de esta bomba es la alta
temperatura que tienen que alcanzar para que la fusión comience (20M Kelvin) que se consigue
mediante el Proceso de Teller – Ullam (que usa una bomba atómica de fisión como “disparador” de
un combustible de fusión y el desarrollo de la implosión de la radiación para conseguir el encendido
de la bomba). El primer caso de detonación de una bomba termonuclear se produjo en Eniwetok, en
1952. Fue llamada Ivy Mike y produjo una potencia de 60 megatones (más de 600 veces mayor que
la bomba atómica de Plutonio), y formaba parte de la Operación Ivy.
Como en el caso de la bomba atómica (de Uranio y Plutonio), también existen etapas de
desarrollo y perfeccionamiento de esta tecnología nuclear. Continúa desde la Generación 3 (que
como ya dijimos, es la antecesora de esta):
Generación 4: Se considera un gran avance en el desarrollo de la bomba termonuclear, pues
implica un mayor grado de conocimiento y refinación en el proceso de construcción, porque esta
bomba necesita tener una Bomba A en su interior para que se produzca la detonación que inicie el
proceso de fusión del núcleo. Dentro de esta generación podemos encontrar la llamada “Bomba del
Zar”, creada por la URSS, con una potencia de 100 Megatones, se trata de la mayor explosión que
haya sido llevada a cabo por el ser humano. Esta bomba seguramente no fue realizada para usar en
guerra, si no más como “exhibición” de capacidad militar y desarrollo científico durante la Guerra
Fría que mantuvo con los Estados Unidos.
Generación 5: Se desarrolla durante los años 1970-1980. El principal avance en este momento se
produce por la reducción drástica del tamaño de la bomba, hasta unos límites que serían de unos 50
cm de alto por 30 de ancho, con un peso de unos 65 kg. Lo cual supone una gran ventaja a la hora de
facilitar movimientos con la bomba, pues su transporte es mucho más sencillo y menos aparatoso que
lo que sería con la bomba de la Generación 4. Francia actualmente se encontraría en esta fase de
desarrollo, con sus bombas M51. Esta generación ha dado lugar a diferentes derivados como son las
bombas de neutrones o la bomba sucia (que posteriormente trataremos).
Generación 6: Antes de nada, cabe mencionar que esta tecnología solamente es alcanzada en la
actualidad por Estados Unidos y Rusia, que, como ya ha sido dicho anteriormente, son los
principales baluartes del desarrollo de la tecnología nuclear en sus implicaciones bélicas. El principal
avance se extrae de la mejora de la eficiencia de todos los sistemas, así como la reducción de los
núcleos que hacen que el tamaño de la bomba sea muy pequeño, a pesar de la reducción en potencia
(aunque los misiles actuales no la necesitan tanto, pues son de acción rápida y no de devastación).
Bomba sucia
Esta bomba es la más susceptible de ser usada por grupos terroristas. Se le llama bomba sucia
porque disemina radiactividad a la atmósfera. Su primer uso fue en la Guerra entre Irán e Irak y en la
Guerra del Golfo, cuando se utilizaron armas químicas. La dispersión y la capacidad de
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contaminación de la bomba varían según el tamaño del polvo en el que se convirtiera el material
explosionado.
Bomba de neutrones
Se realiza por un 50% de fisión y un 50% de fusión de átomos. Esta bomba tiene una gran
capacidad radiactiva. Su principal característica es que la onda expansiva no es muy fuerte. Cuando
explota, los edificios se mantienen en pie, pero arrasa con toda la vida que encuentre por el grado de
contaminación que producen las radiaciones ionizantes que provoca, que son en mayor medida de
Rayos X y Gamma con una alta capacidad de penetración.
5. Conflictos bélicos.
En este apartado, como ya comentamos en la Introducción a este trabajo, vamos a incluir una
explicación sobre los sucesos ocurridos en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, así
como la denominada Crisis de los Misiles de Cuba, para hacer referencia a la que ha sido la única
vez en la Historia en la que se han empleado armas nucleares, y para exponer el momento en el que
más claramente ha podido iniciarse una guerra nuclear durante el siglo XX.
Hiroshima y Nagasaki
Los sucesos que acontecieran sobre Hiroshima y Nagasaki, se encuentran dentro del conflicto de
la Segunda Guerra Mundial, gran guerra que haría temblar al mundo occidental desde el año 1939
hasta el año 1945. Prácticamente todos los estados de la época se verían inmiscuidos en este
conflicto que implicaría una “guerra total”, llevada a cabo sobre todo en los continentes europeo,
asiático y de Oceanía.
Se han diferenciado claramente dos tipos de estados contendientes, por un lado los Aliados
(países que acabarían ganando la guerra) y los Estados del Eje, cuyos principales representantes eran
Alemania, Italia y Japón. Ambos bandos estaban unidos no solamente por intereses
socioeconómicos, sino también, en principio, por motivos ideológicos.
El final de la guerra llegaría una vez ya se hubiesen acabado los conflictos en territorio europeo,
y solamente Japón quedase como representante “del Eje”, en su guerra prácticamente personal contra
EEUU.
Será aquí donde entre la energía nuclear en juego, pues el día 6 de agosto de 1945 comenzarían
los bombardeos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, ordenados por el presidente estadounidense.
Los bombardeos sobre Japón fueron el colofón a toda una serie de ataques aéreos que se habían
estado realizando durante seis meses en tierras niponas por parte de EEUU.
El nueve de agosto llegaría la segunda tanda de bombardeos sobre la ciudad de Nagasaki, las
bombas Little Boy y Fat Man habían sido pues, utilizadas.
La estimación de fallecidos por las bombas en Hiroshima llega a las 140.000 personas, y en
Nagasaki a las 80.000. En ambas ciudades la gran mayoría de muertos fueron civiles.
El 15 de agosto de 1945, Japón proclamaría su rendición, totalmente incondicional frente a los
“Aliados”, firmándose el acta de capitulación al mes siguiente. Con esta rendición la Guerra del
Pacífico y la Segunda Guerra Mundial concluyeron. Japón no salió muy bien parado, ya que
posteriormente fue ocupado por las fuerzas aliadas con los Estados Unidos a la cabeza, haciendo que
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se adoptara la medida de los “Tres principios nucleares” que prohibía a Japón almacenar armamento
nuclear.
Hasta la fecha de hoy, estos dos bombardeos son los únicos ataques nucleares de la Historia. Y
desde entonces, los efectos de radicación de esas bombas nucleares siguen causando estragos en la
población, produciendo leucemia, y diferentes tipos de cáncer, que conllevan la muerte de aquellos
que los padecen.
Crisis de los Misiles de Cuba.
La crisis de los misiles de Cuba surge de la enmienda Platt y del contexto de la Guerra Fría entre
el bloque comunista y el bloque capitalista.
La declaración Platt fue una enmienda que hizo el gobierno de los EEUU mientras Batista estaba
en el gobierno y que consistía en que EEUU intervendría militar y económicamente en Cuba siempre
que la seguridad y la independencia de la isla se vieran afectadas. Esto significó que al triunfar la
Revolución Castrista en la isla caribeña, EEUU se acogiera a esa enmienda para financiar terrorismo
contra Cuba, para bloquear económicamente la isla y enviar espías de la CIA a Cuba. Pusieron
además en marcha una maquinaria contrarrevolucionaria y publicitaria en contra del nuevo Régimen,
principalmente en la región de Florida que es donde se habían refugiado la mayoría de los cubanos
que apoyaban a Batista.
A pesar de los intentos de Castro de reunirse con Eisenhower (llegando a presentarse en
Washington para negociar, y recibir una negativa total por parte de la Casa Blanca a reunirse con él)
EEUU impidió el total acceso de materias primas, carbón y petróleo a la isla, lo que provocó que
Cuba, de ideología comunista, se viera obligada a pedir ayuda a la URRS para obtener esos recursos.
Pero llegado este punto los EEUU en su intento de boicot y bloqueo total se encargaron de saquear
todos los barcos de suministro que intentaban llegar a la isla, siendo el punto culmen el intento
fracasado de invasión en la playa de Bahía Cochinos en abril de 1961, que fue una operación
financiada por la CIA para que los disidentes cubanos en Miami dieran un golpe de estado a la isla,
pero el golpe fracasó.
Tras este fracaso Cuba pasó a negociar con la URRS para recibir armamento militar, y fue en
1962 cuando la Guerra Fría llegaría a su punto álgido, tras la colocación por parte de la OTAN de un
escudo de misiles en Turquía, zona cercana a la Unión Soviética. La respuesta de la URSS fue enviar
navíos de guerra con cabezas nucleares en su interior, para colocarlas en Cuba. Pero el servicio de
inteligencia estadounidense mediante imágenes por satélite se percató de la colocación de estas
cabezas nucleares en la isla apuntando directamente a EEUU, lo que provocó que el mundo estuviera
al borde una guerra nuclear que podría haber sido catastrófica. Durante 13 días hubo una gran
tensión diplomática entre los dos bloques, parecía que el mundo se dirigía sin freno hacia la primera
guerra nuclear de la historia.
Pero finalmente las negociaciones epistolares entre Eisenhower y Kruchev consiguieron parar el
intento de guerra nuclear y finalmente ambos bandos acordaron retirar sus respectivos escudos de
misiles, tanto los de la OTAN en Turquía, como los de la URRS en Cuba.
6. Las centrales nucleares.
Desde 1940 hasta 1945 los Estados Unidos llegaron a gastar más de dos billones de dólares en
desarrollar las primeras bombas atómicas como hasta ahora ya hemos comentado, pero sin embargo
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hubo que esperar aún veinte años más y 100 billones de dólares en subvenciones para desarrollar los
primeros reactores atómicos que fueran capaces de generar energía eléctrica utilizable por el ser
humano.
Ahora bien, ¿realmente se dejó de emplear la energía nuclear en primer término para la
elaboración de bombas?
Esta pregunta tiene como respuesta un no rotundo, a pesar de la opinión de algunos científicos de
la época que consideraban que ya se estaba trabajando en el camino de los “Átomos por la paz”1.
Una vez destacado el hecho de que centrales nucleares resultaron ser, al fin y al cabo, una
creación colateral derivada de la producción de armamento atómico, es el momento de explicar cómo
es su funcionamiento en la actualidad.
Las centrales nucleares son en realidad como el resto de centrales eléctricas de tipo térmico en las
que se genera este tipo de energía, cambiando únicamente la materia prima empleada.
El principio básico de las centrales es ante todo mecánico, es decir, se transforma la fuerza de un
movimiento físico en energía eléctrica. Para que este proceso se pueda llevar a cabo en primer lugar
tiene que producirse un movimiento, y por tanto el primer paso en toda la cadena será crear este
movimiento, siendo aquí donde entra la energía de fisión nuclear.
La estructura de los reactores es simple, están compuestos por:
1. Combustible: Uranio 235, por sus propiedades radiactivas.
2. Moderador: Elemento empleado para mantener activa la reacción de fisión nuclear una
vez iniciada para así producir energía, haciendo que los neutrones se muevan a la
velocidad necesaria. Puede ser grafito, agua o agua pesada2.
3. Barras de control: Encargadas de parar la reacción de fisión dentro del reactor, gracias a
una sustancia capaz de ralentizar el movimiento de los neutrones.
4. Núcleo del reactor: Lugar en el que están insertados el moderador y las barras de control,
y donde se lleva a cabo la propia reacción atómica en cadena.
5. Refrigerante: Suele ser agua, agua pesada o dióxido de carbono. Se emplea, como su
nombre indica, para la refrigeración del sistema, y en concreto de las barras donde va
inserto el material que sirve como combustible.
El funcionamiento de las centrales, una vez vistos estos elementos es muy simple, pues realmente
lo único que se hace es calentar agua con el calor producido a través de la fisión. El vapor de agua
producido moverá rápidamente una turbina conectada a un alternador, produciendo así la energía
eléctrica. Lo complicado por tanto es el proceso de elaboración de la fisión, mientras que la creación
de la electricidad es igual a la de la máquina de vapor.
Así pues con esto se desmiente uno de los principales mitos que circula hoy en día en torno a la
energía nuclear y a sus centrales, que las grandes columnas de humo que se pueden observar saliendo
desde los reactores están formadas por gases contaminantes que dañan directamente a la atmósfera.
La explicación de que esto sea mentira es simple: realmente lo que emiten (a la atmósfera) es vapor
1 Este fue el nombre que se le dio a un discurso de Eisenhower en el cual, alentaba ya una utilización controlada
de la energía atómica, abriendo paso a los tiempos de paz. Dicho discurso fue pronunciado ante la Asamblea General de
las Naciones Unidas el 8 de diciembre de 1953. 2 Se conoce como agua pesada a aquellas moléculas de agua cuyos átomos de Hidrógeno han sido sustituidos por
átomos de Deuterio, un isótopo pesado del Hidrógeno. La fórmula química del agua pesada, agua deuterada u óxido de
deuterio es D2O.
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de agua, como el que se pueda producir en cualquier proceso de evaporación de agua marina, sin ser
esto perjudicial de ninguna forma.
Ahora bien, cuando el proceso de generación de la energía eléctrica se da sí que hay una serie de
elementos contaminantes que se producen estos son los residuos radiactivos.
Estos residuos, de alta, media o baja actividad son los que quedan tras el proceso de fisión, y son
los que tantos quebraderos de cabeza dan a la sociedad actual, por su alta peligrosidad y por la
imposibilidad que hay de que sean eliminados.
Es aquí donde nos encontramos con el principal problema que plantea la energía nuclear en la
actualidad ¿es rentable utilizarla a cambio de la producción de tantos deshechos que pueden causar
daños tan graves a los seres vivos? En los siguientes puntos del trabajo se tratarán de explicar
algunos de los problemas derivados de esta pregunta.
Ahora bien, no podemos terminar este punto sin hacer una breve mención a las plantas en la
actualidad. Hoy en día existen 443 centrales nucleares distribuidas en 31 países, sin olvidar que hay
64 nuevos reactores en construcción en 15 países. En el año 2010 han producido 2.579,2 TWh, hecho
que supone que casi el 17 por ciento de la electricidad que se consume en todo el planeta sea de
origen nuclear.
Y no podemos aquí dejar de evidenciar el caso francés, cuyo 74,12% de la electricidad es de
origen nuclear. El país galo, además de los 58 reactores en funcionamiento, tiene uno en
construcción.
7. Accidentes nucleares.
Cuando en la actualidad hablamos de accidentes nucleares nos estamos refiriendo a esos
momentos en los que bien por un fallo humano o de cualquier otro tipo, se da un problema en una de
las partes que conforman las centrales nucleares provocando daños al sistema de producción de
energía o a la misma estructura, liberando así grandes cantidades de radiación que pueden resultar
mortales para el ser humano y para el resto de organismos.
Así pues, en este punto del trabajo vamos a comentar cómo han sido dos de los accidentes más
importantes en la Historia del siglo XX y uno del actual siglo XXI, el de Fukushima.
Antes de comenzar a tratar los tres accidentes debemos comentar por qué los hemos escogido. La
selección se ha basado en una escala realizada por el Organismo Internacional de la Energía Atómica
(OIEA), que pertenece a las propias Naciones Unidas.
La lista que ha creado el OIEA es conocida como INES (The International Nuclear and
radiological Event Scale) y se basa en un organigrama piramidal con siete niveles, que representan la
peligrosidad de los accidentes, siendo los de nivel 1 los menos problemáticos, simplemente
anomalías en el sistema, y los de nivel 7 los más peligrosos y dañinos para todo cuanto rodee a las
centrales (International Atomic Energy Agency, 2012).
Los tres accidentes que vamos a tratar tienen dos de ellos nivel siete y uno nivel seis, empezando
por orden ascendente.
Accidente de la central nuclear de Mayak.
La región de Mayak se encuentra cercana a los Montes Urales, a 1.400 Km de Moscú, y es una
de las zonas más contaminadas del mundo. Este accidente tiene su origen entre los años 1945 y 1948,
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formaba parte del programa nuclear que estaba llevando a cabo la URSS, y tenía la función de tratar
el Plutonio.
A lo largo de su historia, Mayak ha tenido varios accidentes, siendo los tres más graves:
Entre 1948 y 1956 se produjo la contaminación del río Techa, ya que los operarios (controlados
por los directivos del complejo nuclear) desechaban los residuos en él. Este río se convirtió en un
veneno para las más de 120.000 personas que vivían cerca de él y les provocó diferentes tipos de
enfermedades, muchas de ellas mortales.
El 29 de Septiembre de 1957 se produjo un fallo en el sistema de refrigeración de un tanque, que
provocó un estallido no nuclear (afortunadamente) de cientos de toneladas de material radiactivo.
Como consecuencia, murieron más de 200 personas y más de 10.000 tuvieron que ser evacuadas por
el peligro de radiación que había en los alrededores. Está considerado el segundo mayor accidente
nuclear en la historia de Rusa, únicamente superado por la catástrofe de Chernobil.
En 1967 la naturaleza le jugó una mala pasada a la central nuclear, pues diversos factores
meteorológicos (sequías, tornados…) hicieron que se vertieran grandes cantidades de líquidos
radiactivos, los cuales se evaporaron y precipitaron en forma de lluvia sobre más de 40.000 personas.
Según cálculos de diferentes físicos, más de 400.000 personas estuvieron afectadas por esas lluvias.
La aldea más cercana a la planta nuclear, cercana al río Techa, donde viven más 4.000 personas,
ha sido la que más ha sufrido los diferentes accidentes que en Mayak se han ido sucediendo. El
número de habitantes que padecen leucemia, y otros tipos de cáncer, así como múltiples problemas
cardíacos, digestivos, articulares etc. ha crecido exponencialmente. Por no hablar de nacimientos en
los que los neonatos tienen diferentes deformidades y problemas mentales. Estadísticamente, la
leucemia se duplicó. El cáncer de piel, se cuadruplicó. Los enfermos cardiovasculares, aumentaron
un 30% y los nacimientos con defectos, crecieron un 25%.
Este es uno de los ejemplos más claros de cómo no se debe gestionar una planta nuclear, y uno de
los principales baluartes sobre los que se apoyan diferentes grupos ecologistas para defender una
energía menos peligrosa, a pesar de la mayor eficiencia que ha llegado a demostrar la energía
nuclear. En conjunto, se considera que los problemas aquí ocurridos tienen una categoría de 6, según
la INES.
Accidente de la central nuclear de Chernobil.
El 26 de abril de 1986 tendría lugar el peor accidente de la historia de la energía nuclear, el de la
central de Chernobil, en Ucrania.
Ha sido considerado el único accidente nuclear de nivel siete hasta la terrible catástrofe de
Fukushima.
El accidente sucedió mientras se estaba realizando una prueba de seguridad en la central. La idea
era comprobar cómo funcionaría el reactor en el caso de que hubiese un corte en el suministro
eléctrico, para poder ver, así, si los sistemas de calentamiento con gasolina estaban aún en perfecto
estado. El problema apareció por una serie de malas decisiones de los trabajadores de la central, que
aún sabiendo que estaban infringiendo el Código de Seguridad Nuclear de la URSS mantuvieron
encendido el reactor provocando la fisión de los átomos de Uranio, puesto que si paraban la reacción
se produciría un gas, el Xenón, que en grandes cantidades impide la reacción en cadena dentro de los
reactores. La aparición del gas suponía un problema a nivel de producción, ya que hasta dentro de
varios días no podrían volver a producir energía en los niveles que tenían establecidos.
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Todo este conjunto de fallos provocó un sobrecalentamiento del núcleo del reactor 4 de la
central, que haría que las barras de control se deformasen y no funcionase su mecanismo activador,
la consecuencia fue que una serie de explosiones provocadas por el Hidrógeno del interior del reactor
destruirían la capa de protección del mismo liberando grandes cantidades de material radiactivo junto
con otra gran cantidad de materiales altamente tóxicos a la misma atmósfera, siendo mortales para el
ser humano.
Las consecuencias del accidente se dejaron notar en el acto, con la muerte de 31 personas por la
gran cantidad de calor irradiado en la explosión, quinientas veces más potente que la de la bomba de
Nagasaki y por la propia radiación, la cual se extendería de forma descontrolada por el continente
europeo, con una tendencia clara hacia el oeste.
Más de 300.000 personas tuvieron que ser evacuadas de la zona, a la que nunca podrían volver
dado que la radiación es tal que aún hoy en día podría provocar graves lesiones o incluso la muerte,
en el caso de una contaminación intensa.
Un claro ejemplo de las graves consecuencias demográficas que causó la explosión del reactor 4
de la central de Chernobil es la visualización de las imágenes del estado actual de la ciudad de
Pripiat. Esta ciudad nació al mismo tiempo que la creación de la central nuclear, para dar cabida a
todos los trabajadores que allí tendrían que trabajar, antes y después de la construcción de la misma.
Hoy en día, tras la evacuación, es lo que podemos denominar una ciudad fantasma.
Pero los daños de la negligencia de Chernobil no acaban aquí, no sólo se vieron afectados las
personas que se encontraban allí en el momento, sino que hasta hoy en día se siguen produciendo
malformaciones y otros problemas físicos y psicológicos en la gente que nace en la zona, debido a la
gran cantidad de radiactividad del lugar.
Accidente de la central nuclear de Fukushima.
La situación el 11 de marzo de 2011 en Japón fue apocalíptica, ese mismo día se produjo a su vez
un terremoto de magnitud 9, y el posterior tsunami que surgió por el noreste de Japón. El accidente
nuclear comenzó con la explosión del reactor 1 de la central nuclear de Daiichi de Fukushima. Los
habitantes de Namie, uno de los nueve núcleos urbanos situados en un radio de 20 kilómetros de la
central, guiados por las noticias del accidente y por las autoridades, se dirigieron a la zona más alta
en el centro de la ciudad, pero fue una nefasta decisión ya que se encontraron de golpe con el aire
cargado de residuos radiactivos. La gente se refugió con las escasas provisiones que tenían durante
15 días en lugares preparados, pero otra explosión los obligó a desplazarse aún más.
Las explosiones y los incendios se fueron repitiendo de forma descontrolada, la central había sido
dañada de tal manera, que la gravedad de la situación era cada vez peor. Sobre todo el reactor 3, que
empleaba un combustible especial, y sumamente peligroso, conocido como “MOX”, una mezcla de
Uranio y Plutonio.
Se comenzó la evacuación en un radio de 20 kilómetros alrededor de la central, extendiéndose
después hasta un radio de 40 kilómetros. Los primeros afectados por la radiación fueron los mismos
trabajadores de la planta.
Un mes después, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) elevó el nivel de gravedad
de 5 a 7, para los reactores 1,2 y 3, el máximo en la escala INES, y el nivel que alcanzó como hemos
visto el accidente de Chernobil.
Al instante las autoridades declararon el estado de emergencia nuclear, a la vez que adoptaron
medidas urgentes con el objetivo de aminorar los efectos del accidente. Definitivamente se evacuó a
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la población de las zonas cercanas, e incluso se movilizaron las fuerzas armadas. Las medidas que se
fueron tomando en los días siguientes, como el suministro de yoduro potásico a la población o el
desplazamiento de vuelos civiles, fueron respaldadas en todo momento por el Fondo Monetario
Internacional, y la Organización Mundial de la Salud.
Pero el área de exposición radiactiva fue demasiado expansiva, todo el noroeste de Japón estuvo
expuesto, la radiación no solo afecto a la isla, sino también a las aguas del mar que la rodean,
impidiendo así la pesca.
En lo que respecta a pérdidas humanas, no hubo muchas, dos operarios de la planta, aunque se
dice que sus muertes se debieron a heridas provocadas por el tsunami. Sin embargo en abril del
mismo año, se calculó al menos que 20 operarios de la central, que permanecieron en ella para
intentar controlar los reactores, ya sufrían ciertas aceleraciones en el ADN, debido a la radiación.
Esos efectos siguen hoy en día, porque la radiación tiene un periodo de existencia demasiado grande,
y cada vez más, en la zona, están surgiendo los efectos secundarios del accidente que dejó destrozado
al país.
Hemos querido investigar un poco más en profundidad la experiencia vivida por personas
afectadas directa o indirectamente en este accidente, ya que se encuentra tan reciente.
Yuko Suzuki
Japonesa de nacimiento, y residente en la actualidad en España, donde se encontraba en el
momento del accidente de la central nuclear de Fukushima, en Madrid.
La primera reacción que tuvo al enterarse de la catástrofe fue un sentimiento de miedo al tener a
su familia, específicamente a su hijo, cerca de la zona afectada. Ella tenía concertado un viaje para
esas fechas, el cual no pudo realizar ya que cualquier entrada o salida de Japón se había paralizado,
no había forma de entrar o salir, siendo civil. Incluso los transportes en Tokio se paralizaron. Nos
cuenta que su hijo se encontraba en la oficina trabajando cuando recibió el aviso, pero no podía
volver a su casa de ninguna manera, y tuvo que comprarse una bicicleta (que los vendedores habían
subido a un precio trepidante, ya que no había otra manera de que las personas se moviesen a sus
hogares).
Las personas de Tokio que no pudieron volver a sus hogares (durante dos días estuvieron
paralizados todos los servicios de transporte) se quedaron en hoteles, en las estaciones, o incluso en
cafeterías, ya que allí en Japón en la calle no se permite pernoctar.
Junto a los servicios de transporte, también se cerraron los comercios, y se estableció que cada
persona únicamente podía acceder a comprar un rollo de papel higiénico y una botella de agua. Pero
a pesar de que se cerraran todos los comercios no hubo ningún robo, un detalle bastante curioso.
Al igual que la anécdota que nos cuenta de un compañero de trabajo suyo, que estaba en Nara en
esos momentos, ciudad cerca de Kioto, y alejada de la zona afectada. “Hubo un momento en que mi
móvil dejo de funcionar, no había cobertura donde antes solía haber, fue muy extraño, a las horas
volvió a funcionar, y tenía una cantidad exagerada de llamadas de España, pero yo no sabía el por
qué, encendí el televisor y comprendí todo”.
Aquí como nos cuenta ella, se observa la dificultad de transmisión que hubo en el momento del
accidente y el desconcierto por parte de la población, afectada o no.
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Ahora mismo Yuko nos cuenta, que toda actividad con energía nuclear está completamente
parada en el país, y que en su opinión si no es necesario utilizar la energía nuclear, mejor no usarla,
ya que puede ser muy peligrosa.
Comparando la situación con lo ocurrido en Chernobil, nos cuenta que recientemente leyó una
noticia, no recuerda muy bien donde, en la cual se hablaba de los efectos secundarios que estaban
comenzando a florecer a consecuencia del accidente. Efectos secundarios en niños de 5 años
aproximadamente que vivían en los pueblos cercanos a Fukushima, a los cuales les estaban
realizando análisis de ADN, con el objetivo de encontrar alguna anomalía peligrosa para ellos, y en
este caso, eran mutaciones genéticas.
Esto en la sociedad, según nos sigue contando Yuko, ha afectado bastante. Las madres de estos
niños cada vez están más preocupadas, y él único medio que tienen para prevenir este mal, es
marcharse de estos lugares contaminados. Pero el marcharse, el mudarse, de estos pueblos tan
pequeños en Japón no es tan sencillo, aquellas familias que se marchan son tachadas de cobardes, por
abandonar esa comunidad (algo que predomina sobre todo en los pueblos pequeños).
También nos cuenta que uno de los peores efectos, junto con el anterior, que ha traído esta
catástrofe, es el político. Existen dos ciudades importantes en Japón, Tokio y Osaka. Osaka quiere
separarse de Tokio, al igual que la situación de Cataluña con España, según nos ha explicado ella. Y
está utilizando los movimientos de población debido al accidente en beneficio propio, y una de estas
consecuencias son movimientos en la capital. También, que hay un rumor, el cual se dice que dentro
de 3 años aproximadamente la zona de Tokio será afectada por una serie de terremotos de gran
calibre, y es algo que Osaka también está sacando a su favor.
8. Nuclear ¿Sí o no?
En este último punto vamos a tratar de hacer patente todo el debate ético, político y económico
que gira en torno a la protagonista principal de nuestro trabajo, la energía nuclear.
Con la producción de electricidad mediante procesos de fusión en centrales nucleares se suele dar
un fenómeno designado en inglés con el acrónimo NIMBY (“No in my back yard”) y que algunos
traducen al español como SPAN (“Sí, pero aquí no”), es decir, que muchos ciudadanos lo verían bien
siempre y cuando las centrales estén instaladas lejos de sus casas.
Por otro lado están los que defienden a ultranza que la energía nuclear debería desaparecer por
los terribles daños que es capaz de provocar.
Y en última instancia están aquellos, que bien por creer que no provoca ningún problema a la
sociedad o simplemente por intereses económicos sí están de acuerdo con que se siga empleando la
fisión de los átomos de Uranio como materia prima de la producción de la energía eléctrica que tan
importante es en la cultura occidental actual.
Para evidenciar esto vamos a incluir ahora la opinión directa de los representantes de ambos
grupos, es decir, por un lado la opinión de una asociación ecologista, y por el otro, la opinión del
Director de la División de Fisión Nuclear del CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas).
Por un lado la Organización Greenpeace propuso en el año 2008 una serie de puntos en los que
planteaba el por qué de la importancia de acabar con la energía nuclear. Estos diez puntos se podrían
resumir en lo siguiente: “La energía nuclear es muy peligrosa”, basándose en el ejemplo de
Chernobil; “la energía nuclear es la más sucia”, considerando que los residuos radiactivos son los
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peores y más peligrosos de todos los que se pueden generar; “la energía nuclear es la que menos
trabajo produce”, haciendo una comparación con el trabajo que aportan el resto de Energías
Renovables; “la energía nuclear es muy cara”, aportando que reciben importantes subsidios estatales
que todos pagamos; “la energía nuclear no es necesaria”, diciendo que se puede reducir su uso al
mismo tiempo que se reducen las emisiones de CO2; “la energía nuclear no es la solución al cambio
climático”, alegando que no está incluida ni si quiera en el Protocolo de Kioto; “la energía nuclear no
genera independencia energética”, añadiendo que países como España realmente importan el 100%
de su Uranio, y que por tanto se crea un régimen de dependencia; “la energía nuclear también se
acaba”, considerando que el Uranio 235 se acabará en pocas décadas; “la energía nuclear no tiene
respaldo social”, siendo esta afirmación basada en la información que aportan las encuestas; y su
último punto añade que “la energía nuclear es incompatible con un modelo energético sostenible”,
apoyándose en las premisas de que no resulta eficiente económicamente, ni socialmente justa, ni por
último, medioambientalmente aceptable.
Vistos los puntos propuestos por Greenpeace queda claro el catastrofismo que aporta su opinión.
Ahora pasamos a ver la opinión del especialista del CIEMAT, E. M. González Romero.
El autor nos da una lista de “las características positivas” de la energía nuclear (Gónzalez y
Romero, 2010), sin llegar a darnos en ningún momento las que cabría esperar como negativas, ya
que menciona el hecho de que sean positivas. Sin embargo, como no es nuestra intención hacer un
comentario crítico sobre el texto sino simplemente incluir aquí su contenido nos vamos a ceñir a lo
que aporta.
Estas características serían: Es una energía segura gracias al gran control que se tiene hoy en día;
es respetuosa con el medio ambiente por la no emisión de CO2; tiene la capacidad de producir de
forma continuada y predecible, garantizando el suministro de energía eléctrica; presenta costes
competitivos y predecibles; está basada en una tecnología madura en constante investigación y, por
último, el impacto que tiene sobre el ser humano no llega al 0,1 del total de todos los residuos que se
producen hoy en día.
Como podemos comprobar tenemos aquí claras contradicciones entre las posturas de unos y
otros, y por tanto la pregunta que deberíamos hacernos ahora es la de ¿quién tiene razón realmente?
O incluso la pregunta de cómo se podría arreglar este problema también sería planteable, pero aquí
es donde acabamos este breve apartado del trabajo que busca dejar estas preguntas abiertas, pero con
la clara intención de clarificar la complejidad del debate abierto que hemos estado mostrando, así
como la importancia de las decisiones que se tomen en torno a él.
9. Conclusión del trabajo.
Podríamos concluir, por lo tanto, asumiendo las consecuencias que trae consigo la utilización de
la energía nuclear tal y como hemos ido observando a lo largo del trabajo, que pueden tener su lado
positivo y su lado negativo, al igual que un átomo con sus diferentes cargas. Pero el descontrol de ese
equilibrio trae consigo el caos, la destrucción. Sin embargo, su uso controlado puede traer beneficios,
ya que es una fuente de energía muy grande.
Pero el descontrol de la energía nuclear muchas veces se encuentra en manos de aquellos que la
utilicen, y eso también lo hemos ido observando a lo largo del trabajo, cómo las decisiones que se
toman traen consigo diferentes consecuencias.
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En conclusión, volvemos a la pregunta de si es necesaria la energía nuclear para nuestra
existencia, ¿los daños que provoca merecen la pena por esa producción de energía?, ¿se podría
encontrar la forma de utilizar la energía nuclear de tal manera que no produjese tanto daño? ¿O si ya
se ha encontrado, aquellos que la tienen en su poder querrían darla a conocer?
Nos gustaría terminar con una frase del escritor Jean Cocteau: “Lo malo de nuestro tiempo no es
la estupidez, pues siempre la ha habido; lo malo es que hoy la estupidez piensa”
21
10. Bibliografía.
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