Upload
jair-garcia-guerrero-md
View
2.524
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Tarea de alumnos de la carrera de medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México.
Citation preview
Introducción
Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración
sobre la praxis. Platón elabora un completo tratado de ética política, “La
República”. Aristóteles hace el primer tratado de ética, la “Ética a Nicómaco”,
basada en la convicción de que todo ser humano busca la felicidad (Ética
Eudemónica). Los estoicos y los epicúreos propusieron comportamientos
morales basados en principios opuestos: la virtud, vivida con moderación
(estoicismo), y la búsqueda del placer.
Los filósofos éticos posteriores elaboraron de diversos modos estos principios,
hasta la revolución de Immanuel Kant, que rechaza una fundamentación de la
ética en otra cosa que no sea imperativo moral mismo. Los filósofos idealistas
desarrollaron esta moral del imperativo categórico.
La ética del siglo XX ha conocido aportes importantísimos por parte de
numerosos autores: los vitalistas y existencialistas desarrollan el sentido de la
opción y de la responsabilidad, Max Scheler elabora una fenomenología de los
valores. Autores como Alain Badiou han intentado demostrar que esta principal
tendencia (en las opiniones y en las instituciones), la cuestión de "la ética" en el
siglo XX, es en realidad un "verdadero nihilismo" y "una amenazante
denegación de todo pensamiento".
La existencia de las normas morales siempre ha afectado a los seres humanos,
ya que desde pequeños captamos por diversos medios la existencia de dichas
normas y de hecho, siempre somos afectados por ellas en forma de consejo,
de orden o en otros casos como una obligación o prohibición, pero siempre con
el fin de tratar de orientar e incluso determinar la conducta humana.
1
Las normas morales existen en la conciencia de cada uno. Esto provoca que
existan diferencias en cada uno de nosotros y por ende también problemas al
momento de debatir nuestras diferencias:
El problema de la diversidad de los sistemas morales : se puede decir
con estos que para algunas personas un acto es correcto para otro es
inmoral como por ejemplo: el divorcio, el aborto, la eutanasia, etc.
El problema de la libertad humana : La libertad de los seres humanos, no
es del todo real, ya que vivimos en una sociedad en la cual todos actúan
bajo una presión social, aunque considerando la ética y la moral, cada
individuo actúa según su conciencia, misma que permite que actué según su
propio criterio.
El problema de los valores: De este problema radican muchos
cuestionamientos, en cuanto a los valores ¿son objetivos? Por que existen
fuera de la mente del individuo o si los valores son subjetivos, por que
depende de la mentalidad de cada uno?.
El problema del fin y los medios: " El Fin justifica los medios", esto lo dijo
Maquiavelo, quiere decir que lo más importante es el fin, sin importar los
medios para alcanzarlo.
"Sobrevalorando las intenciones" de un acto y se descuida el aspecto externo
(la finalidad) con esto se puede decir que "El fin jamás va justificar los
medios".
2
El problema de la obligación moral: Muchos dicen que "Lo que se hace
por obligación pierde los meritos" en cambio lo que se hace con voluntad
propia adquiere valor moral, es bueno aclarar que una cosa es obligación
por coerción o sea, forzando la voluntad del hombre y otra la obligación
interna, ejercida por los valores en conciencia.
Problemas de esta magnitud requieren la acción enérgica y concertada del
profesional para desarrollar una nueva ética. "Corresponde al momento actual
compensar el poder del profesional moderno, en cuanto técnico, con una más
fina percepción de sus regulaciones morales". Como es sabido, en todas las
profesiones surgen estos tipos de problemas. Es a través de cursos, cuya
finalidad sea la formación ética profesional, que se logra desarrollar "en el
futuro profesional el conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y voluntad para
que cuando actúe lo haga a nombre de los intereses de la comunidad
profesional de la que es parte, de la comunidad que le une a sus clientes y del
pueblo o humanidad de la que es miembro".
3
Resumen
La ética, es una rama de la filosofía que se dedica al estudio de los actos
humanos, de aquellos que se realizan tanto por la voluntad y libertad absoluta,
de la persona. La Ética Profesional es importante porque ayuda a los
profesionales a reflexionar los dilemas éticos específicos que le plantea su
práctica y constituye además un aporte a toda persona que descubra la
necesidad de emprender este camino de progresiva humanización. La Ética
Médica entonces es una disciplina que se ocupa del estudio de los actos
médicos desde el punto de vista moral y que los califica como buenos o malos,
a condición de que ellos sean voluntarios, conscientes.
En épocas como la actual, en la que en algunas de las instituciones
prestadoras de servicios de salud tienden a olvidar a la persona humana en la
relación médico-paciente, es necesario actualizar la discusión de si es o no
necesaria la enseñanza de la ética médica en el pregrado, y si es necesaria,
¿cómo hacerlo?. Indudablemente no sería suficiente que el estudiante apruebe,
a veces memorísticamente, un Curso de Ética que por sí solo no siempre lleva
a la interiorización de principios éticos que garanticen conductas morales.
4
Summary
The ethics, is a branch of the philosophy that is dedicated to the study of the
human acts, of those that they are carried out so much by the will and absolute
liberty, of the person. The Professional Ethics is important because helps the
professionals to reflect the specific ethical dilemmas that presents its practice
and constitutes besides a contribute to every person that discover the need to
undertake this road of progressive humanization. The Medical Ethics then is a
discipline that is in charge of the study of the medical acts since the moral point
of view and that qualifies them as good or bad, to condition that they be
volunteers, conscious.
In epochs as the present one, in which in some of the institutions lends of
services of health they tend to forget the human person in the medical-patient
relation, is necessary to bring up to date the discussion of if is or not necessary
the teaching of the medical ethics in the pregrade, and if is necessary, ¿how to
do it? Undoubtedly it would not be sufficient that the student approve, to times
memoirist, a Course of Ethics that in and of itself does not always carry to the
exteriorization of ethical principles that they guarantee moral conducts.
5
¿Qué es la Ética?
La ética, es una rama de la filosofía que se dedica al estudio de los actos
humanos, de aquellos que se realizan tanto por la voluntad y libertad absoluta,
de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad
de la persona y que esté ausente de libertad, no ingresan en el estudio o
campo de la ética.
El sentido más antiguo de la ética (del griego ethika, de ethos,
‘comportamiento’, ‘costumbre’), residía en el concepto de la morada o lugar
donde se habita. El éthos es el suelo firme, el fundamento de la praxis, la raíz
de la que brotan todos los actos humanos.
Éthos significa carácter, que se logra mediante el hábito y no por naturaleza.
Dichos hábitos nacen "por repetición de actos iguales", en otras palabras, los
hábitos son el principio intrínseco de los actos, aquel que acuñamos en el alma.
Ética, es la rama de las ciencias filosóficas que investiga las leyes de la
conducta humana, para formular las reglas que convienen al máximo grado de
la evolución psicológica y social del hombre.
Tiene como objeto de estudio la moral y la acción humana. Su estudio se
remonta a los orígenes de la filosofía moral en la Grecia clásica y su desarrollo
histórico ha sido diverso.
6
Ética y Moral
Conviene diferenciar entre los términos ética y moral: aunque en el habla
común suelen ser tomados como sinónimos, se prefiere el empleo del vocablo
moral para designar el conjunto de valores, normas y costumbres de un
individuo o grupo humano determinado. Se reserva la palabra ética, en cambio,
para aludir al intento racional (vale decir, filosófico) de fundamentar la moral
entendida en cuanto fenómeno de la moralidad o ethos («carácter, manera de
ser»). En otras palabras: la ética es una tematización del ethos, es el proyecto
de crear una moral racional, universal y, en consecuencia, transcultural.
Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios. Esta sentencia
ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá
términos tales como 'malo', 'bueno', 'correcto', 'incorrecto', 'obligatorio',
'permitido', etc. referido a una acción o decisión. Cuando se emplean
sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas
o acciones.
La ética estudia la moral y determina qué es lo bueno y, desde este punto de
vista, cómo se debe actuar. Es decir, es la teoría o la ciencia del
comportamiento moral de los hombres.
Sin embargo, como anota Bilberny analizados los dos términos en un plano
intelectual, no significan lo mismo, pues mientras que "la moral tiende a ser
particular, por la concreción de sus objetos, la ética tiende a ser universal, por
la abstracción de sus principios". No es equivocado, de manera alguna,
interpretar la ética como la moralidad de la conciencia.
7
El Campo de la Ética
La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia
humana, o forma de comportamiento de los hombres, el de la moral, pero
considerando en su totalidad, diversidad y variedad. Lo que en ella se diga
acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales ha de ser válido
para la moral de la sociedad griega, o para la moral que se da efectivamente en
una comunidad humana concreta. Esto asegura su carácter teórico, y evita que
se le reduzca a una disciplina normativa.
El comportamiento moral se presenta como una forma de conducta humana,
como un hecho, y a la ética le corresponde dar razón de él, tomando como
objeto de su reflexión la práctica diaria de la moral de la humanidad en su
conjunto. En este sentido, como toda teoría, la ética es explicación de lo que ha
sido o es, y no simple descripción.
La ética parte del hecho de la existencia de la historia de la moral: es decir,
arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con sus correspondientes
valores, normas y principios. Como teoría, no se identifica con principios y
normas de ninguna moral particular, ni tampoco puede situarse en una actitud
indiferente ante ellas.
Al igual que otras ciencias, la ética se enfrenta a hechos. El que éstos sean
humanos implica, a su vez que se trata de hechos valiosos. Pero ello no
compromete en absoluto las exigencias de un estudio objetivo y racional. La
ética estudia una forma de conducta humana que los hombres consideran
valiosa, y, además, obligatoria.
8
La ética al tratar de definir lo bueno rechaza su reducción a lo que satisface el
interés personal, es evidente que influirá en la práctica moral al rechazar una
conducta egoísta como moralmente valiosa. Por su carácter práctico, en cuanto
disciplina teórica, se ha tratado de ver en la ética una disciplina normativa, cuya
tarea fundamental sería señalar la conducta mejor en sentido moral. Esta
caracterización ha conducido en él pasado a olvidar su carácter teórico.
Muchas éticas tradicionales parten de la idea de que la misión del teórico es,
en este campo, decir a los hombres lo que deben hacer, dictándoles las
normas o principios a que ha de ajustarse su conducta, convirtiéndose así en
una espacie de legislador del comportamiento moral de los individuos.
La tarea fundamental de la ética es la de toda teoría: o sea, explicar, esclarecer
o investigar una realidad dada produciendo los conceptos correspondientes.
La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia
humana, o forma de comportamiento de los hombres: el de la moral, pero
considerado en su totalidad, diversidad y variedad.
El valor de la ética como teoría está en lo que explica, y no en prescribir o
recomendar con vistas a la acción en situaciones concretas.
Como toda teoría es explicación de lo que ha sido o es, la conducta del
hombre. No le corresponde dar juicios de valor acerca de la práctica moral de
otras sociedades, o de otras épocas, pero si tiene que explicar la razón de ser
de esa diversidad y de los cambios de la moral; es decir, ha de poner en claro
el hecho de que los hombres hayan recurrido a prácticas morales diferentes e
incluso opuestas.
9
Objetivos de la Ética
¿Para qué sirve la Ética? ¿Para qué la necesitamos? La Ética, a grandes
rasgos, trata los valores, preferencias, juicios y voluntades de una sociedad.
Establece acuerdos, para determinar qué es admisible o inadmisible en una
sociedad. Entonces, podemos contestar a la pregunta: la Ética sirve para tratar
de establecer una convivencia social adecuada para sus individuos.
El objetivo de la Ética es permitirnos estudiar la moral en relación con el
comportamiento humano. De este estudio nacen los códigos de ética para
ejercer las distintas profesiones.
Estos códigos pueden ser definidos como un conjunto de normas
deontológicas, (ciencia o tratado de los deberes) emanadas de diversos
organismos nacionales o internacionales, para que los profesionales conozcan
sus deberes y obligaciones, así como sus derechos, cuando se encuentren en
el ejercicio profesional con dignidad y honestidad, anteponiendo siempre a sus
intereses el servicio a la sociedad.
10
Método de la Ética
Uno de los métodos utilizados en su estudio son:
la Inducción, consiste en partir de lo particular hacia lo general; sus
partes son: la observación, la comparación y la experimentación, de los
distintos hechos concretos de la vida humana para formular normas
morales de validez universal.
La deducción, consiste en que de una ley ya establecida se deducen
normas de conducta particular.
La Ética como toda ciencia posee un método por medio del cual se tenga un
conocimiento profundo de la conducta humana. El cual consiste en los
siguientes pasos:
Observación. Este paso también es propio del método científico. La
observación no solo consiste en acercarse al hecho real y percibir a través
de los sentidos en forma penetrante y amplia.
Evaluación. A partir de la percepción del acto por medio de la
observación, se emiten un juicio de valor moral, es decir tratar de catalogar
el acto observado dentro de las categorías morales previamente
establecidas estudiadas como pueden ser: reprobable, honesto, obligatorio,
bueno, amable, recomendable, etc. Es necesario existan matrices de
valoración moral para así poder catalogar con más detalle el acto estudiado.
Percepción axiológica. Es este aspecto se trata de descubrir en forma
personal los valores que todavía no se ha sido capaz de descubrir o percibir
en este acto. Una vez hecho esto podemos darle un valor al acto estudiado
de acuerdo a una escala de valores.
11
La Ética como ciencia
Por el valor etimológico de la palabra Ética y por la índole de las materias que
históricamente desde Aristóteles ha comprendido su estudio, la Ética pertenece
a las ciencias morales y sociales.
Se llaman también sociales o políticas las ciencias morales, porque el hombre
en su libre actividad no es un ser aislado, que se forme a sí propio, ni se
desenvuelva independientemente del concurso de los otros seres racionales, ni
aún del de los puramente naturales, sino que forma parte del todo social y a él
le inclina su misma condición.
Aristóteles decía que la sociedad política es superior en perfección y anterior
en orden de naturaleza (aunque no en el orden de la generación) a la familia y
al individuo, como el todo lo es respecto de las partes; y comentándolo el
Angélico Doctor escribe que cada hombre, comparado a la sociedad, es como
cada una de sus partes respecto del hombre completo, que, separadas de él, ni
pueden subsistir ni aun llamarse propiamente humanas. En suma: no hay vida
moral completa que no sea social; de ahí que se tomen indistintamente los dos
términos, o se unan frecuentemente para expresar mejor el carácter de estas
ciencias; por eso llamamos nosotros a la Ética filosofía moral y social.
La Ética ciencia práctica. -El fin de las ciencias especulativas, dicen los
escolásticos, es conocer la verdad; el de las prácticas, el obrar; no porque el
entendimiento, principio productor de toda ciencia, sea también principio motor
de ese obrar, sino únicamente director; intellectus practicus est motivus, non
quasi exequens motum, sed quasi dirigens ad motum.
12
La ciencia no está encargada de hacer cosa alguna, pero nada impide que
tenga un fin fuera de sí misma, que todo su objeto no quede agotado en la
contemplación de la verdad. Esto y no otra cosa querían decir los escolásticos
llamando a la Ética una ciencia práctica, independientemente de que hubiera
quien hiciese aplicación de ella; bástale la aplicación posible de sus normas.
Carácter científico reconocen todos a la jurisprudencia, sin que deje de tener un
fin extrínseco: servir al Magistrado en la práctica judicial; en este sentido bien
puede llamarse ciencia práctica como la Moral.
Hay otra razón para llamarla así: ésta se propone ordenar nuestra vida y la
facultad reguladora de ella es la voluntad, facultad operativa por excelencia, en
cuanto le toca elegir y determinar nuestras acciones; de nada valdría la
contemplación especulativa del orden de nuestra conducta si no era actuado
por la voluntad. Ahora bien; la Moral no pretende sólo descubrir ese orden que
se ha de actuar, sino que por el carácter mismo de las ideas que escudriña
trata de influir en las libres determinaciones de la voluntad, de producir el orden
interno en nuestra actividad práctica.
La Ética ciencia normativa. -Trasponiendo al lenguaje moderno el concepto
de los escolásticos al decir que la Ética es ciencia práctica, pudiéramos
llamarla normativa, por lo que no se entiende simplemente la determinación de
reglas como medio para conseguir un fin dado, que esto es a lo que hoy se
suele denominar ciencia práctica; por ejemplo, la higiene no tanto se propone
definir el ideal de la perfecta salud, cuanto sugerir los medios más aptos para
evitar las enfermedades y corroborar el organismo.
13
La verdadera ciencia normativa sólo se refiere a los actos del hombre sujetos a
su querer, y en cuanto han de ordenarse a un término ideal, cuya naturaleza
importa en el mayor grado conocer. Y aun existe una diferencia capital entre
algunas ciencias normativas (la lógica y la estética) y la moral; aquéllas no
tienen la actuación del fin como implícita en su naturaleza esencial; mientras
que el fin de la Ética no se presenta como algo que puede ser aceptado o
rechazado libremente por nuestra voluntad, sino que aparece a la inteligencia
como ideal necesario de la conducta humana.
En rigor, las leyes lógicas y estéticas no representan más que una necesidad
intrínseca del ejercicio de ciertas funciones, y en tal concepto no son
verdaderas normas, pues no estamos obligados a cultivar las reglas de
aquellas ciencias; sólo cuando éstas entran a formar parte de la conducta,
reciben de la Ética el carácter imperativo de fines y entonces se hacen
verdaderas normas.
14
Importancia y necesidad de la Ética Profesional
Estamos lejos de la época en que se pensaba dicotómicamente que la ciencia
era neutra y que sólo la política, la economía, o la ética tenían que ver con los
asuntos relacionados con los valores. En este momento vivimos una etapa de
pensamiento "postmoderno", es decir de un pensamiento (¿y también una
sensibilidad?) que ha hecho una severa crítica a la ciencia y sus pretensiones
ingenuas de objetividad. Estamos en una época en que de nuevo se vuelve a
caer en la cuenta de que la ética está por encima y es la que tiene que guiar a
la ciencia en su capacidad de servir a la humanización del hombre.
Es posible que la ciencia brinde los medios y el conocimiento para construir
una estación aeroespacial, pero es la ética la que juzgará si es lícito o no el
usarla o el desarticularla. La ciencia, -si quiere ser tal- es ciega pero no neutra.
No es neutra ni en los usos que se le pueda dar, ni en los medios que utiliza
para alcanzar su fin, que es el conocimiento. Desde la física o la biología -en
las que los mismos métodos de observación que se usan "construyen" una
realidad diferente según los que sean,- hasta las ciencias de la comunicación
social -en las que la forma de presentar la noticia muchas veces deforma una
"realidad" de acuerdo a lo que le interesa al periodista-, es evidente que el
riesgo de manipular la realidad para los intereses valorativos del ser humano,
es un hecho que acecha permanentemente cualquier área del saber y de la
acción humana.
Estamos pues, en un mundo en el que cada vez se hace más necesaria la
clarificación de los dilemas éticos que presenta la acción humana. El siglo XXI
será probablemente el siglo de la ética. Y eso, por múltiples factores.
15
La Ética Profesional es importante porque ayuda a los profesionales a
reflexionar los dilemas éticos específicos que le plantea su práctica y constituye
además un aporte a toda persona que descubra la necesidad de emprender
este camino de progresiva humanización.
Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la
lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor.
Villarini (1994) describe que "la ética de una profesión es un conjunto de
normas, en términos de los cuales definimos como buenas o malas una
práctica y relaciones profesionales. El bien se refiere aquí a que la profesión
constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad: la prestación
de un servicio". Señala, además, que hay tres tipos de condiciones o
imperativos éticos profesionales: competencia - exige que la persona tenga los
conocimientos, destrezas y actitudes para prestar un servicio al cliente - la
actividad profesional sólo es buena en el sentido moral si se pone al servicio
del cliente, solidaridad - las relaciones de respeto y colaboración que se
establecen entre sus miembros.
Para lograr en los empleados una conciencia ética profesional bien
desarrollada es necesario que se establezcan los cánones o códigos de ética.
En éstos se concentran los valores organizacionales, base en que todo
trabajador deberá orientar su comportamiento, y se establecen normas o
directrices para hacer cumplir los deberes de su profesión.
En virtud de la finalidad propia de su profesión, el trabajador debe cumplir con
unos deberes, pero también es merecedor o acreedor de unos derechos. Es
importante saber distinguir hasta dónde él debe cumplir con un deber y a la
misma vez saber cuáles son sus derechos.
16
En la medida que él cumpla con un deber, no debe preocuparse por los
conflictos que pueda encarar al exigir sus derechos.
Lo importante es ser modelo de lo que es ser profesional y moralmente ético.
Por ejemplo, un deber del profesional es tener solidaridad o compañerismo en
la ayuda mutua para lograr los objetivos propios de su empresa y, por
consiguiente, tener el derecho de rehusar una tarea que sea de carácter
inmoral, no ético, sin ser víctima de represalia, aun cuando esto también sea
para lograr un objetivo de la empresa. Al actuar de esa manera demuestra su
acertividad en la toma de decisiones éticas, mientras cumple con sus deberes y
hace valer sus derechos. Además, demostrará su honestidad, que es el primer
paso de toda conducta ética, ya que si no se es honesto, no se puede ser ético.
Cuando se deja la honestidad fuera de la ética, se falta al código de ética, lo
cual induce al profesional a exhibir conducta inmoral y antiética.
Hay tres factores generales que influyen en el individuo al tomar decisiones
éticas o antiéticas (Ferrell, 87-96), los cuales son:
1. Valores individuales - La actitud, experiencias y conocimientos del
individuo y de la cultura en que se encuentra le ayudará a determinar qué
es lo correcto o incorrecto de una acción.
2. Comportamiento y valores de otros - Las influencias buenas o malas
de personas importantes en la vida del individuo, tales como los padres,
amigos, compañeros, maestros, supervisores, líderes políticos y religiosos
le dirigirán su comportamiento al tomar una decisión.
3. Código oficial de ética - Este código dirige el comportamiento ético del
empleado, mientras que sin él podría tomar decisiones antiéticas.
17
Un aumento en las regulaciones rígidas en el trabajo a través de los códigos de
ética ayudará a disminuir los problemas éticos, pero de seguro no se podrá
eliminarlos totalmente. Esto es así, debido a las características propias de la
ética que establecen que ésta varía de persona a persona, lo que es bueno
para uno puede ser malo para otro; está basada en nuestras ideas sociales de
lo que es correcto o incorrecto; varía de cultura a cultura, lo cual no se puede
evaluar un país con las normas de otro; y está determinada parcialmente por el
individuo y por el contexto cultural en donde ocurre. No obstante, el profesional
debe reconocer que necesita de la ética para ser sensible a los interrogantes
morales, conocer cómo definir conflictos de valores, analizar disyuntivas y
tomar decisiones en la solución de problemas.
18
Ética Médica
La Ética Médica entonces es una disciplina que se ocupa del estudio de los
actos médicos desde el punto de vista moral y que los califica como buenos o
malos, a condición de que ellos sean voluntarios, conscientes.
Al decir "actos médicos", se hace referencia a los que adelanta el profesional
de la medicina en el desempeño de su profesión frente al paciente (Ética
Médica Individual) y a la sociedad (Ética Médica Social). Los actos que lleve a
cabo en función de su vida privada, no profesional, caerán en el campo de la
Ética General, la misma que permite juzgar los actos de cualquier persona.
Tres son los principios que en la actualidad hacen las veces de leyes morales
en Ética Médica y que fueron propuestos, con carácter general, por el filósofo
David Ross. Son ellos; autonomía, beneficencia–no maleficencia y justicia.
La autonomía hace referencia a la libertad que tiene una persona para
establecer sus normas personales de conducta, es decir la facultad para
gobernarse a sí misma, basada en su propio sistema de valores y principios. La
palabra deriva del griego autos que significa "mismo" y nomos que significa
"regla", "gobierno", "ley", es decir, expresa autogobierno, sin constricciones de
ningún tipo.
La persona autónoma determina por sí misma el curso de sus acciones de
acuerdo a un plan escogido por ella misma. Por supuesto que durante el acto
médico la autonomía tiene que ver con la del paciente y no con la del médico.
Es un derecho que limita lo que debe y puede hacer el médico por su paciente.
19
Se ha tomado tan serio que los médicos que actúan contra los deseos del
paciente, aun para salvarles la vida, pueden llegar a enfrentarse a los
tribunales disciplinarios y penales.
Como corolario de esos análisis se ha llegado a la conclusión de que la
autonomía pura, verdadera, no existe. Si existe, reside en el nivel último de la
conciencia, en el más profundo que pueda poseer la persona. Es que, como
bien lo señalan Mappes y Zembaty, la autonomía puede interpretarse como
libertad de acción, como libertad de escogencia o como deliberación efectiva.
Lo cierto es que la racionalidad y la libertad de acción son fundamentales para
que un individuo pueda considerarse autónomo.
¿Qué requisitos debe poseer una acción para que pueda considerarse como
autonomía? tres los requisitos necesarios, así: que se ejecute con
intencionalidad, con conocimiento y sin control externo.
Para que una acción sea intencional debe ocurrir como resultado de la
intención de hacerla. No puede, por lo tanto, ser accidental, ni ser hecha de
manera inadvertida o por error, ni ser producto de la presión física ejercida por
otro. Puede decirse que la acción intencional es una acción que se lleva a cabo
de acuerdo con un plan preconcebido.
El segundo requisito, es decir que la acción se ejecute con conocimiento o
entendimiento, hace referencia a que si la gente no entiende la acción, ésta no
será autónoma dado que es imprescindible que se comprenda cuál es la
naturaleza de ella y cuáles sus posibles consecuencias.
20
El tercer requisito tiene que ver con el control que desde fuera pueda ejercerse
sobre la persona, en relación con sus actos, y que puede hacerse de distintas
formas o grados: mediante coerción, manipulación y persuasión.
Por otra parte, la autonomía también puede verse interferida o restringida por
factores internos, como serían alteraciones orgánicas o funcionales del cerebro
(ejemplo: neurosis compulsiva).
Como vemos, el principio de autonomía no es más que el derecho moral al
autogobierno. Así las cosas, el principio de autonomía en ética Médica puede
prestarse a conflictos de tipo profesional y, por supuesto, de orden moral.
Si los valores morales del paciente entran directamente en conflicto con los
valores de la medicina, la responsabilidad fundamental del médico es respetar
y facilitar la autodeterminación del paciente en la toma de decisiones acerca de
su salud.
Esta política de hacer primar la voluntad o autonomía del paciente frente a la
del médico limitó el poder de éste y protegió a aquél de un abusivo
entretenimiento, culpable de muchas aberraciones, como son las
hospitalizaciones no voluntarias o las cirugías no consentidas.
Sin embargo, el "yo quiero que..." del paciente, no puede interpretarse como
una orden de obligado cumplimiento por parte del médico. "Yo quiero que me
practique una operación cesárea", o "yo quiero que me aplique la eutanasia",
no obstante poder ser determinaciones coherentes con el sistema de valores y
actitudes frente a la vida por parte del paciente, el médico tiene la obligación de
consultar sus propios valores y principios, su buen juicio, para acceder o no a la
demanda que se le hace.
21
El médico actúa en función profesional también en actividades distintas a las
clínicas y a las quirúrgicas, como son las atinentes a la salud pública, al
laboratorio clínico, a la patología, a la medicina legal, a la investigación
biológica, etc. Precisamente, uno de los defectos que tuvo la ética tradicional,
la hipocrática, fue que en el juzgamiento moral del médico redujo su campo de
acción a lo que hiciera al lado del lecho del enfermo o en el quirófano. La
medicina a distancia – la telemedicina - , como es la que se ejerce desde un
escritorio o desde un laboratorio, quedaba excluida. Hoy, vale reconocerlo, el
médico no sólo tiene compromiso con su paciente, sino también con la
sociedad toda. Por su puesto que tal compromiso va más allá de la ética
individualista, como la que preconarizara Kant, de ahí que J.F. Drane sostenga
que el pecado capital de Kant fue ignorar que los seres humanos están
estrechamente interrelacionados y que la acción humana se realiza en el
interior de una comunidad. Lo que una persona hace – añade -, tiene
antecedentes sociales e inevitablemente tendrá efectos sociales. Fácil entender
entonces por qué el principio ético de beneficencia, de carácter individualista,
hubo de ser complementado con el principio de justicia, de alcance social.
22
Orígenes de la Ética Médica
La ética, es decir, el conocimiento organizado de la moral, no tiene una
antigüedad mayor de 25 siglos. Para Aristóteles fue Sócrates su fundador,
puesto que fue el primero en señalar y definir las virtudes éticas y en cuestionar
la forma como debemos vivir. Séneca confirma este concepto cuando dice que
Sócrates fue quien puso la filosofía al servicio de las costumbres y definió que
la sabiduría suprema es distinguir los bienes de los males.
Antes de Sócrates y Aristóteles la virtud era atributo de los dioses. SI alguna se
les asignaba a los hombres, tenía que ver con disposiciones guerreras y otras
cualidades físicas, que eran regalo de los dioses, dones divinos. En concepto
de Sócrates, la virtud es única y a partir de ella se puede establecer lo que es
lícito y lo que no lo es, vale decir, lo que es bueno y lo que es malo. Esa única
virtud consiste en la obediencia de la ley. En diálogo con Critón, Sócrates
pregona su respeto por las leyes, pues atentar contra ellas puede derivar en
daño para la colectividad. No obstante estar hechas por los hombres -dice-, las
leyes son de naturaleza divina. De ahí que se hubiera opuesto a los sofistas,
que amenazaban el auténtico fundamento de las leyes. De esa manera
pretendió, además establecer una cultura ciudadana, lo cual le da créditos para
considerarlo fundador de la ética social. Más tarde Platón, influido por los
pitagóricos que habían hecho de la filosofía de las matemáticas un sistema
ideal de vida, eleva la teoría de la ética a nivel de ciencia.
La Ética Médica, por su parte, es ligeramente posterior a Sócrates, o mejor,
contemporánea. Sócrates consideraba que la medicina era un servicio de los
dioses (medicina teologal).
23
En Faidón, que relata sus postreras horas, dice a Critón: "Critón, debemos un
gallo a Asclepios. Pagadle esta deuda. No lo olvidés". Fueron sus últimas
palabras. Posiblemente con ellas quería agradecer el poder morir sano de
cuerpo y espíritu, como también comprometer la ayuda que el dios pudiera
prestarle en la otra vida, en este pasaje se consagra un aspecto de la ética del
paciente, a la que no se le ha prestado mayor atención. Sin duda, hermoso
testimonio de respeto al principio de gratitud.
Sócrates vivió entre los años 469 y 399 antes de Cristo; Hipócrates entre 460 y
377. Fueron, pues, contemporáneos, posteriores a la llamada "era pretécnica"
de la medicina que, como es sabido, transcurre entre los orígenes de la
humanidad y la Grecia de los siglos VI y V anteriores a Cristo. Se caracteriza
por ser una combinación de empirismo y magia, con un trasfondo sobrenatural
y con unos médicos que eran sacerdotes. La "era técnica, en cambio, se inicia
con Alcmeón de Crotona e Hipócrates de Cos. Para Lain Entralgo esa Era
técnica se distingue porque el médico se propone curar al enfermo, sabiendo
por qué hace aquello que hace. Esta nueva actitud mental lo conduce a
preguntarse por lo que en sí mismos son el remedio, la enfermedad y el
hombre; para dar respuesta a lo anterior, estudia la naturaleza, es decir, se
propone conocer lo que una cosa es, su naturaleza propia.
Para los griegos, physis (naturaleza) era lo maduro, lo pleno, lo bello, lo sano,
la enfermedad (páthos) era algo contranatural, inmoral. El médico, que tenía la
virtud de hacer volver a su cauce la physis, era, en cierta forma, un moralista,
pues la enfermedad coloca al hombre en riña con lo bueno y lo bello.
24
Si hay páthos no hay éthos, como que éthos no significaba rigurosamente
"ética" sino "orden natural", el "modo o forma de vida". El enfermo (in - firmus,
sin firmeza física y moral), colocado en condición de incapacitado, debía ser
tratado como un niño pequeño y el médico, en su función de ordenador,
desempeñar el papel de padre. Esto explica el paternalismo que caracterizó a
la medicina occidental hasta época reciente.
Con Hipócrates, como se señaló, la razón le permite al médico preguntarse:
¿Qué son las enfermedades? ¿Cómo tratarlas? Con ello la medicina pierde su
carácter sagrado. En efecto, la medicina sacralizada es sustituida por la
medicina razonada, y el médico, al hacerse un técnico, se seculariza también.
La medicina en los tiempos de Sócrates y de Hipócrates no estaba organizada
ni reglamentada como profesión. Los conocimientos médicos se heredaban, se
transmitían en el grupo familiar. La profesión tenía carácter de secta; era como
un sacerdocio profesionalizado, aunque también ejercían curadores empíricos
y autodidactos. La sociedad, en general, desconfiaba de los que hacían de
médicos. No existían disposiciones que obligaran al practicante a ser
responsable de sus actos, como si ocurría en Mesopotamia. Recordemos que
en Babilonia el rey Hammurabi, que reinó unos 1.800 años antes de Cristo,
registró en su famoso Código derechos y obligaciones de los profesionales de
la medicina.
25
El objeto de la Ética Médica
Un problema central, de definición, es la delimitación del objeto de la ética
profesional médica. Tomando como marco de referencia el Juramento
Hipocrático, el quehacer del médico se extendía de la adquisición de los
conocimientos necesarios para ejercer su profesión y las condiciones para su
enseñanza, a las normas morales de conducta necesarias para un buen
desempeño de la atención de los pacientes, incluyéndose en ellas las
referentes al entorno familiar de éstos, todo esto supeditado a un principio
central, la búsqueda del beneficio del paciente, el cual pernea en todas y cada
una de las actividades del médico. La complejidad creciente del mundo de la
medicina ha hecho que, en nuestros días, exista una confusión de base entre
una ética de la práctica médica, entendida como la ética inherente al ejercicio
de nuestra profesión en condiciones de responsabilidad moral, y una ética, de
conocimiento mucho más amplio, que se orienta a dilucidar los problemas de la
medicina entendida como campo aplicativo de la biología humana. Es
conveniente tener presente que la medicina incluye solamente todas aquellas
actividades encaminadas a curar las enfermedades, controlarlas cuando esto
no es posible, aliviar el dolor de los enfermos, cualquiera que sea su modo de
expresión, y ofrecerles consuelo cuando nada de esto es alcanzable. El resto
de los muchos quehaceres que el médico actual tiene que cumplir rebasa el
campo estricto de la medicina, al introducirse en el correspondiente a una ética
de las ciencias biológicas dirigidas al estudio del ser humano.
26
Lo anterior no significa que el médico no pueda ni deba interesarse en esta
problemática, esencial en la cultura de nuestro tiempo, sino que debe tener
clara la delimitación de ambos campos.
La distinción entre Ética Médica y Bioética
Característica respuesta a los problemas emanados de la biomedicina durante
el último medio siglo, la Bioética es una disciplina que todavía pudiera
describirse como en busca de una precisión de su campo de acción. Surgida
como tal a principios de los años setenta del pasado siglo, cuando un oncólogo
norteamericano, Van Renselaer Potter, propuso el término para identificar una
propuesta de una ciencia deductiva moral que ofreciera leyes y principios
seguros para dirimir conflictos y dilemas éticos derivados de las grandes
posibilidades prácticas que se abrían a las ciencias biomédicas y, yendo más
allá de ellas, a la relación del hombre con el medio ambiente. Es innegable que
se puede fijar el origen de la Bioética en los grandes escándalos que,
producidos en el terreno de la investigación médica, sacudieron a la opinión
pública norteamericana, como fueron el caso de la inoculación de treponemas y
la producción de sífilis a la que, además, no se trató, en individuos negros que
vivían en Tuscagee, Ten., a fin de estudiar una vez más la historia natural de la
enfermedad, o el uso de niños afectados con síndrome de Down para probar
vacunas contra la hepatitis, ambas situaciones que, entre otras más,
evidentemente rebasaban toda consideración de moralidad y pusieron en
entredicho la ética misma de la investigación y la práctica de la biomedicina.
27
Es asimismo innegable que la Bioética no sólo se deriva en sus orígenes de la
medicina, sino hace suya una buena parte de la ética profesional propia de
ésta. Siendo así, no es de extrañar que la Encyclopedy of Bioethics que logró
conjuntar William Reich para inicios de los años ochenta, contara en sus
contenidos más de tres cuartas partes directamente centrados en la medicina,
y que uno de los textos considerados como clásicos en la Bioética, el de
Beauchamp y Childress, que va ahora en su quinta edición, tenga por título
Ética médica frente al paciente crítico
La medicina como ejercicio del poder
Aristóteles decía que todos los conocimientos se podían resumir en dos
saberes según su utilización: el saber de servicio y el saber de poder.
La medicina no escapa a este concepto habiendo engendrado tantos
servidores de la humanidad como cómplices de poder (caso Mengele), según
se haya colocado al lado de los dominados o de los dominantes. Eduardo
Menéndez ha descrito un modelo médico biologista, individualista, pragmático y
sin historia que al articularse con los sectores sociales dominantes se incorpora
protagónicamente a los saberes y prácticas hegemónicas del poder en sus
procesos de producción y reproducción.
De allí la medicina se apropia, más bien expropia la salud en términos de
beneficio ("illness for profit"), para unos pocos dominantes más que para el
bienestar de los muchos dominados, legitimando el control de aquellos sobre
éstos; en el caso del SIDA, esta situación se hace patente.
28
Entonces, es menester como médicos, a partir de la práctica, interiorizar
críticamente lo social en los pacientes en oposición a la exteriorización social
de la medicina clásica. Visualizar la cultura en la medicina más que la medicina
de la cultura, esto es, ponderar, medir, la influencia de las pautas culturales en
nuestra práctica, desde esas redes del poder hegemonizadas en y por un
positivismo cientificista. Debe, el médico darse cuenta cómo o cuándo es
utilizado en nombre del positivismo por la "nomenclatura médica",
convirtiéndose en aliados inconscientes o involuntarios (lo que puede
desculpabilizarlos pero no desresponsabilizarlos) de la "medicalización de la
vida".
Principio de beneficiencia– no maleficiencia
El documento perdurable que ha servido de punto de partida y de sustento a la
ética médica occidental, es el Juramento hipocrático. El médico debe
"ejercitarse respecto a las enfermedades en dos cosas, ayudar o al menos no
causar daño".
No obstante que el significado de "bien moral" puede interpretarse de
diferentes maneras, lo cierto es que se considera que un acto es bueno cuando
está encaminado a favorecer lo que naturalmente es conveniente al hombre.
No habiendo nada más conveniente al hombre que una buena salud, el mayor
bien o beneficio que puede causársele es devolvérsela cuando la ha perdido, o
protegérsela cuando la posee. Si aceptamos que la salud debe, en ética
médica, adquirir la categoría de valor moral, corresponde al médico velar
solícitamente por ella, tenerla como fin último de su actuar profesional.
¿De qué otra manera puede beneficiarse al paciente como tal, si no es
defendiendo su salud, que es uno de sus mejores y legítimos intereses?. Sin
duda, es el objeto, la meta del llamado "acto médico".
29
Por eso ha sostenido J.F. Drane que el principio de beneficiencia es para la
medicina lo que el principio de libertad es para el periodismo: la norma ética
fundamental.
Beneficiencia es actuar para prevenir el daño, o para suprimirlo, o para
promover el bien. De esa manera se ayuda al "otro", ayuda que simboliza el
humanitarismo que ha caracterizado a la medicina desde sus inicios.
Desde la perspectiva de la justicia distributiva se acepta que no sólo la
sociedad tiene la obligación moral de proveer o facilitar un acceso igualitario a
los servicios de salud, sino que además todo individuo tiene el derecho moral a
acceder a ellos. Pero, ¿la obligación moral se constituye en obligación legal?
¿El derecho moral es un derecho legal?
30
La reflexión ética en el ejercicio medico
Ya ha quedado señalado que la Ética Médica es una ética práctica, normativa.
Con ese criterio ha sido absorbida por la Bioética. Por lo tanto, el médico en
ejercicio deberá, para actuar dentro del marco ético, estar familiarizado – y
ojalá identificado – con los valores y principios morales que sustentan el
sistema ético–médico. Las tres recomendaciones que en alguna ocasión diera
para ese efecto el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos caen bien en
este momento. Veámoslas:
1. El médico debe tener una idea muy clara de la estructura de su propio
sistema de valores y de la forma en que sus juicios personales influye en
las decisiones relacionadas con lo que es bueno o malo.
2. El médico debe tener un conocimiento básico de la ética como disciplina.
3. El proceso por el cual el médico llega a las decisiones éticas y las
implementa, debe ser sistemático, consistente con la lógica.
El deber del médico es propiciar el mayor bien para su paciente; es decir,
defender sus mejores intereses, que son la vida, la salud y la felicidad. Si yo
como médico me pongo a reflexionar si este o aquel acto mío adelantado en mi
condición de profesional de la salud va a beneficiar a mi paciente o a la
comunidad, estoy adelantando un juicio ético, mediante el cual espero llegar al
convencimiento de que es la mejor de las alternativas que puedan brindarse y
que con él no van a lesionarse los intereses de un tercero. Para facilitar ese
juicio dispongo de principios morales como son el de autonomía, el de
beneficencia y el de justicia, como también de normas de moral objetiva, que
son las que ha dictado la sociedad.
31
El juicio ético para que tenga validez deber ser coherente, razonado. No basta
consultar las normas de moral vigentes y ceñirme ciegamente a ellas para
aceptar que voy a actuar éticamente. Por su propia naturaleza, la ética – ha
dicho Gracia Guillén – es un saber ordenado a la actuación, por lo tanto, un
"saber actuar". En otras palabras, no es lo mismo conocer la ética, que actuar
éticamente.
En el ejercicio de la medicina hay situaciones morales que no pueden ser
dilucidas sólo con normas objetivas, sino que su respuesta adecuada requiere
además el concurso de la virtud y el carácter del médico, vale decir de su
propia conciencia. Recordemos a Kant: "Al hacer algo guiado por un buen
sentimiento, lo hago por deber y la acción es ética, pero si lo hago únicamente
por coacción, la acción sólo es correcta jurídicamente".
Conocer los Códigos, Juramentos y Declaraciones relativos al que hacer
médico es muy importante para el profesional que desee actuar correctamente,
entendiendo lo correcto como lo moralmente bueno.
Sin embargo, ello no basta para que en todas las situaciones de la vida
práctica los preceptos consignados en esos documentos le proporcionen la
respuesta justa, precisa. Para algunos el Juramento hipocrático y la
Declaración de Ginebra, por ejemplo, han recibido injustificada reverencia,
dado que no encierran el más alto patrón ético. Esta afirmación, de gran
significado para la fundamentación de la neo-ética, permite inferir que el
sumum de la moral médica no reside exclusivamente en la norma escrita, que
sucede ser rígida, inflexible.
32
Sucede que las decisiones éticas en el campo de la salud a menudo están
influenciadas más por hechos prácticos (por ej.: intereses personales del
paciente, recursos disponibles, prioridades sanitarias) que por losa mismos
principios morales. Por eso se considera que no hay patrones éticos
incontrovertibles y que, por lo tanto, los principios pueden ser interpretados de
diferentes maneras (pluralismo moral). Aquí es donde se pone a prueba el
buen juicio del médico.
Dado que en el ejercicio de la medicina están en juego cuestiones tan
trascendentes como la vida, la salud y la felicidad de los individuos, además de
intereses comunitarios, para poder actuar éticamente se hace obligatorio
agudizar la racionalidad, reflexionar con coherencia y sapiencia. Sin duda, en
ética las buenas razones son de capital importancia práctica.
El Juramento hipocrático
Esta falta de disposiciones reglamentarias del ejercicio médico en Grecia, junto
con la natural desconfianza de la sociedad hacia los médicos, indujo a la secta
a dictar sus propias normas de conducta, las cuales quedaron consignadas en
un documento que pasó a la posteridad con el nombre de "Juramento
hipocrático", tenido como un paradigma de ética profesional, de
responsabilidad moral e impunidad jurídica.
Históricamente no existe ningún documento que legitime la autoría del
Juramento, es decir, que le otorgue a Hipócrates o a otro distinto la
paternidad.
33
Debe tenerse en cuenta que Hipócrates fue un personaje casi legendario,
llegándose a afirmar que fue más un nombre que un hombre. De lo que no
queda duda es que de verdad existió.
Se ha creído ver en el Juramento un gran influjo religioso venido de sectas
mistéricas. Para algunos (comandados por L. Edelstein citado en Tratados
hipocráticos, tomo I, p.67) es un manifiesto de origen netamente pitagórico.
Esta tesis es sugestiva, pues el espíritu del juramento es, en verdad, doctrina
de secta: venerar á los maestros como a los propios padres, no revelar a los
extraños los secretos del oficio, mantener la vida y la profesión en estado de
pureza y santidad. El ancestro pitagórico que ha querido dársele dé seguro se
origina en el hecho de que Pitágoras fundó en Krotón una secta, hermandad o
asociación religiosa que se regía por una norma o estilo de vida que los
distinguía entre los demás hombres.
Debo llamar la atención sobre el hecho de que el Juramento no fue emitido por
la generalidad de los médicos ni fue tenido muy en cuenta en la antigüedad.
Sostiene F. Kudlien (también citado en Tratados hipocráticos, tomo I, p.68)
que, existiendo en aquella época mucho prejuicio contra los médicos, unos
cuantos de éstos se comprometieron a través de un documento público a
seguir normas de conducta que le proporcionaran garantía al paciente. Para
mayor seriedad, esas obligaciones tenían compromiso religioso y todas
estaban encaminadas hacer bien al enfermo, a no perjudicarlo. De esa manera
el médico asume, motu proprio, responsabilidades que ni la sociedad ni el
Estado habían fijado, a diferencia, como ya vimos, de lo que ocurrió en la
antigua Mesopotamia con el código de Hammurabi.
34
Por eso se acepta que el Juramento es apenas una promesa religiosa, carente
de responsabilidad jurídica. Según Gracia Guillen, el Juramento hipocrático
ha sabido expresar tan perfectamente las características fundamentales del
papel sacerdotal o profesional, que no solo ha sido el paradigma de la ética
médica, sino de la ética profesional en cuanto tal.
Como vemos, la Ética General ú ordinaria, iniciada con Sócrates al señalar la
necesidad de vivir bajo el mandato de las virtudes, da origen a la Ética Médica,
iniciada con los preceptos contenidos en el Juramento hipocrático, que a su
vez señalan el actuar médico frente al enfermo, imponiéndole una suprema
regla de moral: favorecerlo, o, por lo menos, no perjudicarlo.
Asimismo, de la ética médica hipocrática se desprende la ética moral
profesional, aplicable a cualquier actividad, como que obliga a quien la
desempeñe a ejercerla a la perfección, en procura de beneficiar al otro.
El secreto profesional
El ocultismo de la verdad toca directamente con otras normas de Ética Médica,
consagrada ya en el Juramento hipocrático: me refiero a la reserva o secreto
profesional. En efecto, el Juramento prescribe: "Lo que en el tratamiento, o
incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los hombres,
aquello que jamás deba trascender, lo callaré teniéndolo por secreto". Por su
parte, la Ley 23 se ocupa con especial atención del asunto, así: en el juramento
(que es el aprobado por la Convención de Ginebra de la Asociación Médica
Mundial en 1948) obliga a "guardar y respetar los secretos a mí confiados". En
el articulado siguiendo la ley es más explícita: " Artículo 37.
35
Entiéndase por secreto profesional médico aquello que no es ético o lícito
revelar sin justa causa. El médico está obligado a guardar el secreto
profesional en todo aquello que por razón del ejercicio de su profesión haya
visto, oído o comprendido, salvo en los casos contemplados por disposiciones
legales. "Artículo 38.
Teniendo en cuenta los consejos que dicte la prudencia la revelación del
secreto profesional se podrá hacer:
a. Enfermo en aquellos que estrictamente le concierne y convenga.
b. A los familiares del enfermo, si la revelación es útil al tratamiento.
c. A los responsables del paciente, cuando se trate de menores de edad o
de personas mentalmente incapaces.
d. A las autoridades judiciales o de higiene y salud, en los casos previstos
por la ley.
e. A los interesados, cuando por efectos físicos irremediablemente o
enfermedades graves infecto - contagiosas o hereditarias, se ponga en
peligro la vida del cónyuge o la de su descendencia"
36
La nueva ética médica
Dice el varias veces mencionado médico y filósofo español Diego Gracia que la
bioética médica es una consecuencia necesaria de los principios que viven
informando la vida espiritual de los países occidentales desde hace dos siglos.
Es cierto, junto con la formulación y vigencia de los principios de libertad
política y libertad religiosa, se impuso también el principio de libertad moral. El
mismo Gracia añade: Todo ser humano es agente moral autónomo, y como tal
debe ser respetado por todos los que mantienen posiciones morales distintas".
Si lo moral es la esencia de lo ético, deberá aceptarse entonces que la Ética
Médica con el advenimiento de la Bioética ha sido modificada en su esencia.
En efecto, fue en los inicios de los años 70 cuando al paciente se le concedió la
ciudadanía libre y responsable.
Esa ciudadanía quedó refrendada con la "Declaración de los derechos del
paciente", aprobada por la Asociación Americana de Hospitales en 1973 y que,
como era de esperar, ha venido haciendo carrera en todo el mundo, siendo un
ingrediente más de los muchos que han hecho del ejercicio profesional de la
medicina una disciplina francamente conflictiva. En Colombia, en 1991, el
Ministerio de Salud dictó una resolución en tal sentido, con carácter de general
para instituciones de salud, ofíciales y privadas.
Junto con el de autonomía, los principios morales de beneficencia y justicia
constituyen el trípode que sirve de base de sustentación a la ética médica
actual. El primero tiene que ver con el paciente, el segundo con el médico y el
tercero con el Estado y la sociedad. Adviértase, entonces, que el paternalismo
que caracterizó a la medicina durante veinticinco siglos dejó de tener vigencia.
37
El paciente, por una parte, superó su condición de incapacitado moral para
convertirse en un sujeto activo, con derechos legales; el médico, a su vez,
continúa siendo el benefactor del paciente, pero no a contrapelo del querer de
éste; a la sociedad, que no fue tenida en cuenta sino hasta época reciente se le
adjudicó la función de distribuir equitativamente los bienes escasos en la
comunidad, es decir, a actuar con criterio justo. Sin duda, tal ingrediente,
involucrado en el concepto de ética médica, tiene sus raíces en las tesis
propuestas por John Stuart Mill en su tratado de filosofía moral, El utilitarismo.
Para él, la esencia de la justicia no es otra que el derecho al bienestar que
posee el individuo. La justicia -escribió- es el nombre de ciertas clases de
reglas morales que se refieren a las condiciones esenciales de bienestar
humano de forma más directa y son, por consiguiente, más absolutamente
obligatorias que ningún otro tipo de reglas que orienten nuestra vida".
La enseñanza de la Ética en el pregrado
En épocas como la actual, en la que en algunas de las instituciones
prestadoras de servicios de salud tienden a olvidar a la persona humana en la
relación médico-paciente, es necesario actualizar la discusión de si es o no
necesaria la enseñanza de la ética médica en el pregrado, y si es necesaria,
¿cómo hacerlo?. Indudablemente no sería suficiente que el estudiante apruebe,
a veces memorísticamente, un Curso de Ética que por sí solo no siempre lleva
a la interiorización de principios éticos que garanticen conductas morales.
En una adecuada relación paciente-médico, el paciente elige al médico para su
atención, y su autonomía concede al médico el asesorar y dirigir su estudio y
tratamiento.
38
La conducta del médico en esta relación debiera ser lo esencial en la currícula
universitaria de Medicina, de tal forma que el perfil del profesional egresado
consistiría en estar capacitado para actuar apropiadamente, esto es,
moralmente, al atender la salud de una persona, población, país, o la salud de
toda la humanidad, además de un cuerpo de conocimientos que la capacitan
técnica e intelectualmente en medicina.
En la primera parte de ésta comunicación consideraremos cómo es necesario
que para ese actuar apropiadamente, la currícula universitaria debe tener como
eje y como fin lo concerniente a la actitud y la conducta del futuro profesional, y
en la segunda parte si hay alguna efectiva de hacerlo en el pregrado en
medicina.
¿Cómo enseñar Ética Médica en el pregrado?
Creando o profundizando en el estudiante los hábitos de actuar con sentido de
responsabilidad, y de emplear el método científico.
Desde el primer contacto del estudiante con la Facultad de Medicina, el
estudiante tendría que encontrar ejemplos de orden, previsión, afabilidad,
actitud seria de servicio, puntualidad, cumplimiento, y de dirigirse hacia y
respetar un ideal. Docentes y no docentes tendríamos que estar convencidos
de que tendríamos que actuar en consecuencia; enseñamos con lo que
decimos, pero enseñamos más con lo que hacemos, y mucho más con lo que
somos.
En ciencias básicas, incluidas la filosofía, la teoría del conocimiento, la lógica, y
la Ética, el meollo sería la evaluación y calificación y orientación diaria, no
39
examen, de lo estudiado el día anterior. En cada clase algunos estudiantes
serían sujetos de esta acción educativa, y las subsiguientes clases otros de
forma tal que en la última clase hayan sido evaluados, calificados y orientados
todos y cada uno de los estudiantes de la asignatura. Esta acción educativa
justificadamente sería lo principal de cada clase pues su objetivo sería el de
inducir el hábito del estudio diario y del razonamiento crítico, al mismo tiempo
que se induce el hábito de hacer las cosas oportunamente, y de hacerlas bien,
en primer lugar aquellas que son una obligación prioritaria para el estudiante:
las vinculadas con el estudiar.
El contenido de conocimientos de cada clase sería lo segundo en importancia
en la acción educativa en cada clase, y la exposición del profesor alcanzaría a
los estudiantes lo fundamental y principal del tópico, orientándolos hacia su
estudio. En la clase siguiente, al evaluar a los estudiantes el profesor terminaría
de redondear el objetivo acerca de los conocimientos de esa clase.
Antes de que el estudiante se ponga en contacto con un paciente o una
comunidad, la Facultad de Medicina tiene que estar segura (paso de ciencias
básicas a clínicas) que el futuro profesional ha ubicado su accionar en el
contexto de la ética como un aspecto de la filosofía y de su vida, que cultiva el
hábito del estudio crítico y del autoaprendizaje, y que en sus labores
universitarias vienen actuando con responsabilidad.
40
Y lo que es igualmente importante: La Facultad de Medicina tiene que prever y
organizar ese contacto en forma tal que lo actuado por el estudiante y la
Facultad en ese y futuros contactos ocurran planificadamente, con los recursos
necesarios indispensables, con los procedimientos técnicos apropiados y
actualizados, con un objetivo claro; y con el respeto a la autonomía y dignidad
de la persona o comunidad como un fin en si mismos, y no como un medio
para la enseñanza o el aprendizaje, finalizando satisfactoriamente para el
paciente o la comunidad, para el profesor, para el estudiante, y para la
Facultad.
Formación ética y ejercicio profesional
Como corolario de los anteriores conceptos y hechos, parece inevitable, por
conveniencia y necesidad, que quienes van a hacer de la medicina su
profesión, sean educados dentro de los principios de la Etica Médica, o de la
Bioética. Para ello es indispensable que se les enseñe el sistema ético
aplicable a los diversos y posibles actos que apareja el ejercicio médico, como
también la investigación científica.
Quienes entre nosotros redactaron el Decreto 80 de 1980, que organizó el
sistema de educación postsecundaria, incluyeron el articulo 39 que a la letra
dice: "En orden a procurar el cumplimiento de los fines sociales de la cultura y
el ejercicio responsable de las profesiones, establécese como obligatoria la
formación ética profesional en todos los programas de educación superior".
Vemos, pues, que la formación ética no es propia de la Medicina, sino que
también debe ser tenida en cuenta en cualquier otra disciplina.
41
Para reforzar lo establecido en el Decreto 80, y ya con carácter específico, la
Ley 23 de 1981, de la cual me ocuparé más adelante, consagró en su artículo
47 que la enseñanza de la Ética Médica es obligatoria en las facultades de
medicina. Por su parte, la Asociación Latinoamericana de Academias
Nacionales de Medicina suscribió en la ciudad de Quito, en 1984, una
recomendación en el sentido de que "la ética debe ser el marco conceptual de
inspiración y de referencia para todas las acciones concernientes a la
formación, ejercicio y desarrollo de las profesiones médicas". Después señala
que "los alumnos de medicina han de ser educados en el sentido de que los
deberes del médico prevalecen sobre los derechos del gremio y que el ideal de
nuestra profesión exige extender la responsabilidad médica del individuo a la
comunidad".
Tal como se aconseja en dicho documento, es deseable que la enseñanza de
la Ética Médica se imparta como asignatura especial y obligatoria dentro del
currículo, como enseñanza en las diversas especialidades durante todos los
estudios, en foros y conferencias sobre temas pertinentes, en cursos de
postgrado y, principalmente, mediante el ejemplo de los docentes en si propio
ejercicio profesional y académico.
42
Responsabilidad de las escuelas de Medicina en el campo de la ética
No hay duda de que en la actualidad existe consenso sobre La responsabilidad
que tienen las escuelas de Medicina en la formación ética de sus estudiantes.
Ya no debe aceptarse la ambigua tesis de que la ética no puede enseñarse
pero si aprenderse. Considero, desde cualquier punto de vista que se mire,
absurdo es incorrecto que la Etica Médica tenga que aprenderse a lo largo del
ejercicio profesional, es decir tardía - mente y sin ninguna orientación definida.
De esa manera se empuja al médico a ceñir su comportamiento al de sus
colegas por imitación o por contagio. Es posible entonces que
desprevenidamente, quebrante normas de moral profesional que afecten el
buen nombre de la Medicina y los intereses de quienes en últimas deben recibir
sus beneficios. Por supuesto que la transgresión de esas normas también va a
repercutir desfavorablemente en la escuela médica que lo hizo profesional y, de
paso en los profesores que en ella enseñan. "No pocos de los deslices morales
de los médicos -decía Florencio Escardó- provienen mucho más de la torpeza
que de la inmoralidad". A lo cual podría agregarse que de esa torpeza pueden
tener buena Culpa las escuelas médicas y sus profesores.
Sostenía el moralista y teólogo alemán Alfons Auer que La Iglesia no puede, a
través de su Magisterio, programar una ética médica concreta, ya que ella es
cosa del espíritu y del corazón humanos. ¿Quiere esto decir que los centros de
formación médica, a través de su magisterio, se hallan igualmente impedidos o
incapacitados para programar y enseñar un determinado sistema ético relativo
al ejercicio de la profesión?
43
El concepto de Acuerda la sensación de que negara la posibilidad de que la
conducta profesional del médico pudiera modelarse éticamente y que es la
propia conciencia -espíritu y corazón- la que debe programarla y orientarla. Es
cierto que la conciencia puede no es accesible a las normas y leyes que los
hombres hagan. Pero es igualmente evidente que esa conciencia sí puede
persuadirse hasta educarse. Es aquí donde las escuelas de Medicina deben
entrar a desempeñar su papel formativo. Aceptando que la ética estuviera
impedida de ser enseñada, existe, en su defecto, la Deontología, que es la
rama didáctica suya que trata de las obligaciones que tiene el médico en el
ejercicio de su profesión. Elevada a la categoría de cátedra, la Deontología hizo
parte alguna vez de los programas de formación médica en la Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional, adscrita al curso de Medicina Legal.
Infortunadamente, en lugar de extenderse a lo largo de toda la carrera fue
extinguiéndose para, al cabo del tiempo, desaparecer. Yo creo que mucho bien
se hará a la medicina colombiana cuando se dé cumplimiento a la ley,
estableciéndola de nuevo. No olvidemos que a la enseñanza médica se le está
dando un enfoque predominantemente técnico, con prescindencia de todo lo
humanístico, entendiendo con este término lo que tiene que ver con el espíritu
del hombre. Y la ética es espíritu.
Si es cierto, como afirmaba Whitly, que los médicos debemos ser hombres de
primera clase para una tarea de primera clase, no lo lograremos siendo apenas
buenos tecnólogos. Es necesario saber de muchas otras cosas,
particularmente de aquellas que permiten conocer mejor al hombre a través de
lo espiritual, que es donde reside la diferencia con las demás especies
animales.
44
El médico operario, el esclavo de los aparatos, puede ser muy útil al desarrollo
tecnológico de la Medicina, pero más valiera que fulera el intérprete y guardián
de los más caros valores espirituales de la humanidad doliente.
A continuación se muestran algunas Facultades de Medicina de México
que imparten la cátedra de Ética:
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
Segundo Semestre
Clave C L U H P
H1017 Taller de análisis y expresión verbal 5 0 8
H1018 Ética, persona y sociedad 3 0 8
MD1006 Laboratorio de estructura y función I 0 4 4 4 0
MD1015 Bioestadística 3 0 8 8 0
MD1017 Desarrollo comunitario y propedéutica 1 0 4 6 4
MD1018 Estructura y función I 6 0 12 14 0
MD1022 Homeostasia I 3 0 8 8 0
https://serviciosva.itesm.mx/PlanesEstudio/Consultas/Planes/ConsultaPlanEstudio.aspx?form=PLANESTUDIO&contenido=caratula&modovista=area&Idioma=ESP&UnaCol=NO&claveprograma=MC%2005
45
Universidad Guadalajara Lamar
4º Grado
BIOETICA Y NORMATIVIDAD
5 Curricular
DISEÑO EXPERIMENTAL 4 Especializante selectiva
Investigación
ECONOMIA EN SALUD 7 Especializante selectiva
Salud comunitaria
PROPEDEUTICA, SEMIOLOGIA Y DIAGNOSTICO FISICO
19 Curricular
SALUD PUBLICA II 8 Curricular
TERAPEUTICA FARMACOLOGICA
11 Curricular
http://www.lamar.edu.mx/progPlanEstudio.aspx?id=LME
Universidad Autónoma de San Luís Potosí
http://www.uaslp.mx/Plantilla.aspx?padre=646
46
Facultad de Medicina de Navarra
PLAN DE ESTUDIOS LICENCIATURA EN MEDICINA
SEGUNDO CICLO: Cuarto curso Créditos: 89
Primer Semestre Teóricos Prácticos Totales
Bioética 2 3 5
Clínica Práctica I * 20,6 20,6
Obstetricia 3,6 3,6
Oftalmología 3 3
Sistema Circulatorio 4 4
Sistema Respiratorio 3 3
Asignaturas Optativas 4,5
http://www.unav.es/medicina/estudiosdegrado/
Universidad Autónoma del Estado de México
DECIMO SEMESTRE
Clave Asignatura HT HP TH CRD
Ética y humanismo 2 0 2 4
Oftalmología 2 2 4 6
Hematología 2 2 4 6
Oncología 2 0 2 4
Toxicololgía ambiental 3 0 3 6
Urgencias medico-quirúrgicas 2 2 4 6
Sistemas de Salud 0 2 2 2
Seminario de titulación 0 2 2 2
Practicas de salud comunitaria X 0 5 5 5
Subtotal 13 15 28 41
http://www.uaemex.mx/fmedicina/MatMedCir.html
47
Universidad Autónoma de Campeche
Primer Año Créditos
El Hombre como ser biológico 28
El hombre y su medio ext. bió. y abiótico
12
El hombre como ser social 12
El hombre como ser psicológico 4
Comunidad I 6
Seminario de Integración I 3
Clínica I 6
Laboratorio I 4
Identidad y valores 6
Desarrollo de habilidades de autoaprendizaje
6
Metodología de la Investigación 6
Inglés Médico 6
Bioética 6
Informática Médica 6
Administración de la salud 6
http://www.uacam.mx/med.nsf
Facultad de medicina de Puebla
Nivel Básico
Materia Código CR HT HP REQBIOETICA MCP 105 2 1 5 S/R BIOLOGIA CELULAR MCP 110 4 1 9 S/R BIOQUIMICA MCP 115 4 2 10 S/R EMBRIOLOGIA MCP 120 4 1 9 S/R ANATOMIA INTEGRAL DE EXTREMIDADES MCP 100 2 3 9 S/R ANATOMIA INTEGRAL DE ABDOMEN MCP 125 3 3 9 S/R
ANATOMIA INTEGRAL DE CABEZA Y CUELLO MCP130 3 3 9 S/R
ANATOMIA INTEGRAL DE TORAX MCP 135 3 3 9 S/R BIOQUIMICA HUMANA MCP 140 4 2 10 MCP 115FARMACOLOGIA BASICA MCP 145 4 3 9 S/R FISIOLOGIA MCP 200 4 3 10 S/R FISIOLOGIA HUMANA MCP 205 4 3 10 MCP 200 HISTORIA Y FILOSOFIA DE LA MEDICINA MCP 210 2 2 6 S/RHISTOLOGIA MCP 215 4 1 9 S/RINMUNOLOGIA MCP 220 3 2 8 S/RMICROBIOLOGIA Y VIROLOGIA MCP 225 4 2 10 S/R
48
PARASITOLOGIA Y MICOLOGIA MCP 230 4 2 10 S/RPSICOLOGIA HUMANA MCP 235 2 1 6 S/RCOMPUTACION TCU 111 1 3 5 S/RDERECHOS HUMANOS TCU 221 2 1 5 S/RECOLOGIA TCU 231 2 1 5 S/RGLOBALIZACION TCU 241 2 1 5 S/R
http://www.buap.mx/aspirantes/licenciaturas/medicina/index.htm#Facultad de Medicina de Mexicali
Etapa Disciplinaria
ASIGNATURA H.C. H.L H.CL. H.T. H.P.C. CR.
Imagenología 03 - 04 - - 10
Infectología 03 - 04 - - 10
Dermatología 03 - 04 - - 10
Inmunología Clínica 04 - 04 - - 12
Genética Médica 02 - 04 - - 08
Salud Pública I - - - - 04 04
Endocrinología 03 - 04 - - 10
Cardiología 03 - 04 02 - 12
Neumología 03 - 04 - - 10
Nefrología 03 - 04 - - 10
Oftalmología 02 - 04 - - 08
Salud Pública II - - - - 04 04
Hematología 02 - 04 - - 08
Gastroenterología 04 - 04 - - 12
Medicina del Trabajo - - - - 02 02
Otorrinolaringología 02 - 04 - - 08
Psiquiatría 04 - 04 - - 12
Ed. Quirúrgica - - - 04 - 04
Neurología 03 - 04 - - 10
Urología 02 - 04 - - 08
Traumatología y Ortopedia 05 - 04 - - 14
Geriatría y Gerontología - - 04 03 - 07
Oncología 02 - 04 - - 08
Clínica Médica Integral 03 - 04 - - 10
Patología Quirúrgica 03 - 04 - - 10
Pediatría 05 - 05 - - 15
Ginecología y Obstetricia 05 - 05 - - 15
Bioética - - - 02 - 02
http://fmed.mxl.uabc.mx/modules.php?name=Facultad&f
49
Conclusión
El médico debe tener una idea muy clara de la estructura de su propio sistema
de valores y de la forma en que sus juicios personales influye en las decisiones
relacionadas con lo que es bueno o malo.
El médico debe tener un conocimiento básico de la ética como disciplina.
El proceso por el cual el médico llega a las decisiones éticas y las implementa,
debe ser sistemático, consistente con la lógica.
Ha de tenerse en cuenta que un firme sistema de valores y principios es
indispensable cuando se quiera adoptar una resolución razonable, ética. Sin
duda, tener conciencia de lo que es valioso moralmente es facilitar el
cumplimiento del deber.
Pero aun así, y por todo esto, debe enfrentarse incluso con la condena social
cuando su actuar trasciende las cuatro paredes de su consultorio, y la presunta
ilegalidad de un acto que se intenta descubrir, deja lugar a la inmoralidad y la
supuesta mala praxis medica, y ahí vuelven confundirse todos los términos.
La mala praxis se dará en la orbita del ejercicio de la medicina, en el acto
medico, en la función de curar, o embellecer, según de la especialidad medica
que se trate.
50
Fuera de ese ámbito no podremos hablar de mala praxis ni de ética médica,
dado que nos encontramos fuera de la realización de un acto medico.
De lo que sí podremos hablar será de moral, la moral social, la que sostiene la
sociedad donde se viva. Y si ese medico actuó éticamente o no.
Su conjunto de valores morales que lo quien determinaran su ética, y la que lo
hará decidir como ser humano, aun siendo medico, siempre y cuando no
aconseje una cirugía innecesaria, por Ej., lo que seguirá siendo acto medico.
Pero aun en su consultorio, entre cuatro paredes y dentro de su intimidad, si
tales acciones inmorales no ofenden la moral ni el orden público ni tampoco
perjudican a un tercero: será una acción privada, y ¿Quién podrá juzgarlo?
51
Bibliografía
1. França, Omar. Introducción a la ética profesional. Montevideo: UCU,
Biblioteca virtual de Ética, 2002. Sitio web: www.ucu.edu.uy/etica.
2. Curso en línea de Filosofia. Página visitada el 10 de noviembre de 2007:
http://www.monografias.com/trabajos12/curenlin/curenlin.shtml.
3. Ética, en la Enciclopedia en línea Wikipedia. visitada el 10 de noviembre
de 2007: http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89tica.
4. Conde, Prudencio J. Ética General. Tomo 1. Barcelona, 1917. Libro
electrónico en formato Word, bajado con el programa Ares.
5. Matute, Mauricio. Responsabilidad del Profesional. Página visitada el 10
de Noviembre de 2007:
http://www.monografias.com/trabajos14/respprof/respprof.shtml.
6. Argandeña, Antonio. ¿Cómo se conocen las normas éticas? Página
visitada el 10 de Noviembre de 2007: http://www.arvo.net/documento.asp?
doc=200826d.
7. Criterios de moralidad. Página visitada el 10 de Noviembre de 2007:
http://html.rincondelvago.com/moralidad_1.html.
8. Dueñas R., Francisco. La Ética. Página visitada el 10 de Noviembre de
2007: http://www.monografias.com/trabajos6/etic/etic.shtml.
9. López M., Abel. Ética general y profesional. Documento en formato Word
bajado de http://www.monografias.com.
52
10. Rosario G., Elmy. ¿Por qué una ética profesional en nuestros días?
Página visitada el 10 de Noviembre de 2007:
http://cuhwww.upr.clu.edu/exegesis/ano10/v27/erosario.html.
11. El ejercicio profesional del médico. O. Aguilar. Rev. Medicina y
Sociedad. 1997.
12.La ética médica culmina en la ética social. Carlos J. García Díaz. Edt. Sud.
1990.
13.La relación médico - paciente en el principio y fin de la vida. Dr. R. Zaner.
1996.
14.Ser ético no es una moda. Gerhard Plernet. 1996.
15.Revista Ética y Salud vol. Nro. 3. 1996.
16.Códigos de ética. Informes por INTERNET.
17.Ética Médica. Enciclopedia Encarta `98.
18.Ética: concepto y problemas. Maliandi R. Biblos 1991.
19.Ética médica frente al paciente crítico. F. Maglio. Alcmeon. Nro. 17. 1997.
20.Mainettl, J.A. Ética Médica. Introducción histórica, Editorial Quirón, La
Plata, p.23, 1989.
21.Tratados Hipocráticos. Editorial Gredos, S.A., Madrid, tomo I (traducción
del griego por María Dolores Nava), pp.77, 78,1990.
22.La medicina hipocrática, Alianza Editorial, S.A., Madrid, p.385, 1970.
23.Ética Médica (op. cl t.), p.25.
53
54