1
LA ESPADA DEL ESPÍRITU El Espíritu Santo nos conduce a través de los reinos de la verdad y del error. Nos da la piedra de toque con la cual descubrimos lo falso, y nos enseña a responder a Satán aun cuando éste nos cite las Sagradas Escrituras empleando, como lo hizo Jesús, las mismas armas blandidas por él, diciéndole: “También está escrito”. Él sabe distinguir entre la falsa paz y la verdadera; entre el gozo terrenal y el incorruptible; entre el amor que nace únicamente del instinto natural y el de la caridad nacida del amor de Cristo, que no falla jamás; entre el celo de Jehú que es una pasión egoísta, y el celo santo que nace cuando nadie lo aplaude, y se mantiene firme cuando nos cuesta la vida, como cuando nos conduce al trono. Él sabe distinguir entre la adoración falsa y la verdadera; sabe cuando la oración que se eleva al Padre Celestial es inspirada por el Espíritu Santo y que se ve en secreto, lo mismo cuando la emoción religiosa nace de una sensación ascética producida por un sermón elocuente, por un relato conmovedor, por un llamamiento sentimental o por una sublime sinfonía musical que haga saltar las lágrimas, aunque el corazón permanezca duro como una piedra, sin sentir nada con respecto a Dios o nuestros semejantes. El Espíritu Santo nos enseña a orar como lo hizo el salmista: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: pruébame y reconoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmo 139: 23, 24). Albert Benjamin Simpson El Poder de lo Alto.

La Espada Del Espíritu

Embed Size (px)

DESCRIPTION

La Espada del Espíritu

Citation preview

LA ESPADA DEL ESPRITU

El Espritu Santo nos conduce a travs de los reinos de la verdad y del error. Nos da la piedra de toque con la cual descubrimos lo falso, y nos ensea a responder a Satn aun cuando ste nos cite las Sagradas Escrituras empleando, como lo hizo Jess, las mismas armas blandidas por l, dicindole: Tambin est escrito.l sabe distinguir entre la falsa paz y la verdadera; entre el gozo terrenal y el incorruptible; entre el amor que nace nicamente del instinto natural y el de la caridad nacida del amor de Cristo, que no falla jams; entre el celo de Jeh que es una pasin egosta, y el celo santo que nace cuando nadie lo aplaude, y se mantiene firme cuando nos cuesta la vida, como cuando nos conduce al trono. l sabe distinguir entre la adoracin falsa y la verdadera; sabe cuando la oracin que se eleva al Padre Celestial es inspirada por el Espritu Santo y que se ve en secreto, lo mismo cuando la emocin religiosa nace de una sensacin asctica producida por un sermn elocuente, por un relato conmovedor, por un llamamiento sentimental o por una sublime sinfona musical que haga saltar las lgrimas, aunque el corazn permanezca duro como una piedra, sin sentir nada con respecto a Dios o nuestros semejantes.El Espritu Santo nos ensea a orar como lo hizo el salmista: Examname, oh Dios, y conoce mi corazn: prubame y reconoce mis pensamientos; y ve si hay en m camino de perversidad, y guame en el camino eterno (Salmo 139: 23, 24).

Albert Benjamin SimpsonEl Poder de lo Alto.