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La estructura de las teorías científicas – F. Suppe En página página 35, Suppe enumera los que para el positivismo lógico o “Concepción Heredada” son los puntos definitorios y requisitos de toda teoría científica. Estos posteriormente sufrieron modificaciones que el autor explicará hasta llegar a la versión definitiva: (I) La teoría se formula en una lógica matemática de primer orden con identidad, L. En el parágrafo llamado “La lógica del condicional” (p.57), se explican las razones por las cuales (I) es modificado por (I’): “La teoría se formula en una lógica matemática de primer orden más identidad, L, a la que se pueden añadir operaciones modales.El problema reside en la incapacidad que se tiene con la lógica de primer orden (o predicados) de formular condicionales contrafácticos. Un condicional contrafáctico se expresa de modo subjuntivo y expresa lo que ocurriría si el hecho enunciado en el antecedente, de efectivamente ocurriese. Un ejemplo de este tipo de condicional es: si los nazis hubiesen ganado la segunda guerra mundial, Estados Unidos no hubiera sido una potencia mundial. Este tipo de condicionales, muy comunes en la historiografía, se utilizan también en las teorías científicas. Las definiciones explícitas de los términos disposicionales recurren a condicionales contrafácticos 1 , al igual que las reglas de correspondencia (según algunos representantes del positivismo lógico, los contrafácticos también se utilizan en la formulación de las leyes científicas (ver Hempel p. 127), pero Suppe muestra que esto no es necesario ya que las leyes científicas generalmente se expresan como formulas matemáticas (ver Suppe p. 65). 1 ver Hempel, p. 126. Ahí da una definición de términos disposicionales y explica cual es el problema con la definición operacional o explicita que el criterio de significación empírica requiere.

La Estructura de Las Teorías Científicas (Resumen)

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La estructura de las teorías científicas – F. Suppe

En página página 35, Suppe enumera los que para el positivismo lógico o “Concepción Heredada” son los puntos definitorios y requisitos de toda teoría científica. Estos posteriormente sufrieron modificaciones que el autor explicará hasta llegar a la versión definitiva:

(I) La teoría se formula en una lógica matemática de primer orden con identidad, L.

En el parágrafo llamado “La lógica del condicional” (p.57), se explican las razones por las cuales (I) es modificado por (I’): “La teoría se formula en una lógica matemática de primer orden más identidad, L, a la que se pueden añadir operaciones modales.”

El problema reside en la incapacidad que se tiene con la lógica de primer orden (o predicados) de formular condicionales contrafácticos. Un condicional contrafáctico se expresa de modo subjuntivo y expresa lo que ocurriría si el hecho enunciado en el antecedente, de efectivamente ocurriese. Un ejemplo de este tipo de condicional es: si los nazis hubiesen ganado la segunda guerra mundial, Estados Unidos no hubiera sido una potencia mundial.

Este tipo de condicionales, muy comunes en la historiografía, se utilizan también en las teorías científicas. Las definiciones explícitas de los términos disposicionales recurren a condicionales contrafácticos1, al igual que las reglas de correspondencia (según algunos representantes del positivismo lógico, los contrafácticos también se utilizan en la formulación de las leyes científicas (ver Hempel p. 127), pero Suppe muestra que esto no es necesario ya que las leyes científicas generalmente se expresan como formulas matemáticas (ver Suppe p. 65).

En resumen, lo que debe quedar claro al leer el capítulo “La lógica del condicional” es que fue necesario ampliar el lenguaje lógico utilizado porque este no podía dar cuenta de algunas formulaciones utilizadas en el lenguaje científico. Por eso se pasó de (I) a (I’).

(II)Los términos no lógicos o constantes de L se dividen en tres clases disjuntas llamadas “vocabulario”:

a) El vocabulario lógico que consta de constantes lógicas (incluidos términos matemáticos)

b)El vocabulario observacional Vo que contiene términos observacionales

c) El vocabulario Vt que contiene términos teóricos.

Aquí se ve reflejada la distinción entre términos observacionales y términos teóricos. Lo que debe quedar en claro es que esta es una distinción arbitraria que no tiene límites fijos. Como dice Carnap (ver Suppe p. 68): “hay un continuo que empieza con observaciones sensoriales directas y continua con métodos indirectos de observación, enormemente complejos. Obviamente no se puede trazar una clara línea en este continuo: es cuestión de grados.”

1 ver Hempel, p. 126. Ahí da una definición de términos disposicionales y explica cual es el problema con la definición operacional o explicita que el criterio de significación empírica requiere.

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Llamo la atención sobre los dos supuestos que esta distinción tiene implícitos:

a) La división del universo de objetos en observables y no observables y una división de los términos en dos categorías que abarcan a estos tipos de entidades: observacionales y teóricos.

b) El lenguaje observacional es comunicable e inteligible sin ningún tipo de problemas y su verdad o falsedad puede ser determinada por una comunidad de hablantes. (Este último supuesto es principalmente fuerte e importante, porque supone una total transparencia e inmediatez del lenguaje observacional con respecto al mundo)

(III) Los términos de Vo se interpretas como referidos a objetos físicos o a características de objetos físicos, directamente observables.

Lo dicho anteriormente para (II) también se aplica en esta clausula.

En Suppe p. 30 y p. 66 se menciona una discusión sobre el carácter de Lo que el positivismo lógico mantuvo en sus comienzos, pero que pronto fue resuelta. Se discutía si los términos observacionales hacían referencia a objetos físicos y sus propiedades (posición físicalista) o percepciones sensoriales “puras” (posición fenomenalista).2 La ganadora, como la clausula (III) expresa, fue la posición fisicalista.

(IV) Hay un conjunto de postulados teóricos T, cuyos únicos términos no lógicos pertenecen a Vt.

En el parágrafo B “La interpretación de las teorías: el status de los términos teóricos”, se hace referencia al problema del status epistemológico del vocabulario teórico y el status ontológico de la entidades que designa. Aquí se evalua el problema de si los términos teóricos se interpretan como supuestamente verdaderos y por ende, haciendo referencia a entidades existentes; o si se debe dejar de lado la verdad o falsedad de los postulados teóricos y solamente evaluar su utilidad para predecir y explicar hechos. En otras palabras, se debate sobre si el positivismo lógico asume una concepción realista o instrumentalista del vocabulario teórico.

Se desarrolla el “dilema del teórico” por el cual se quiere demostrar la inviabilidad de la postura instrumentalista. Lo que muestra Suppe es que este dilema está basado en algunos supuestos falsos y que el “dilema del teórico” es un falso dilema, razón por la cual el instrumentalismo se sostiene como alternativa al realismo.

Suppe afirma que la mayoría de los autores de la Concepción Heredada asumen una postura realista. De todas formas, aclaro algo importante. Esto no implica que la Concepción Heredada

2 Esto significa que la base empírica de la ciencia estaría conformado por un cúmulo de experiencias sensoriales “vacias” que después tomarían forma mediante la construcción de conceptos. Por ejemplo, un lenguaje fenomenalista haría referencia a la “rojez”, “la redondez” y la dureza de algo que posteriormente, por construcción teórica, sería designado por el término “manzana”.

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acepte de forma excluyente el realismo; de hecho, Carnap, uno de los referentes más importantes de esta corriente rechaza la distinción de forma tajante.

(V) Se da una definición explícita de los términos de Vt en términos de Vo mediante reglas de correspondencia C, es decir, para cada término F de Vt debe ser dada una definición de la siguiente forma:

(x) (Fx ↔ Ox)

Donde “Ox” es una expresión de L que contiene símbolos solamente de Vo y posiblemente del vocabulario lógico.

Esta última expresa el requisito de que los términos teóricos cumplan con el criterio empirista del significado. La evolución de esta clausula fue narrada en el texto de Hempel “El criterio empirista de significado” y Suppe la retoma en el parágrafo “Reglas de correspondencia y significación cognitiva”.

En cuanto a las reglas de correspondencia, tiene que quedar en claro que son los enunciados que en una teoría científica establecen el nexo entre las leyes científicas (enunciados teóricos, que sólo contienen términos teóricos) y las consecuencias observables de esas leyes (enunciados observacionales). Son términos mixtos porque contienen términos de Vt y de Vo. En un primer momento se consideraba que tenían tres funciones: 1) definir términos teóricos; 2) garantizar el significado cognitivo de los términos teóricos y 3) especificar los procedimientos experimentales en los que las leyes se aplican a los fenómenos (ver p. 36 de Suppe)

El problema surge a la hora de definir en forma explícita un determinado tipo de términos teóricos, los términos disposicionales. Supongamos que queremos definir el término “fragil”. La forma lógica de su definición mediante regla de correspondencia es:

Fx ↔ (t) (Sxt → Bxt)

Es decir: “la entidad x es frágil, si y sólo si, al ser x golpeada en el momento t, x se rompe en el momento t”

La definición de los términos disposicionales recurre a condicionales contrafácticos, los cuales no pueden expresarse en una lógica de primer orden. Según esta definición, dado que los condicionales materiales son verdaderos cuando el antecedente es falso, todo objeto es frágil.

Carnap intenta salvar la situación modificando la formulación de las reglas de correspondencia y por ende, cambiando el criterio de significación al renunciado a la exigencia de establecer definiciones explícitas y completas de los términos teóricos. Su propuesta fue que los términos disposicionales deberían definirse de un modo parcial, estableciendo sólo una de las condiciones de aplicación de esos términos.

La reformulación de la definición de “frágil” se reformularía como sigue:

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(x) (t) [Sxt → (Bxt ↔ Fx)]

Y se lee del siguiente modo: Si un objeto x es golpeado en el momento t, entonces x es frágil si y sólo si x se rompe en el momento t.

Por eso, (V) fue reemplazado por (V’): Ver p. 42 de Suppe.

El problema con esto es que se reduce la aplicación del término “frágil” sólo a los casos en que el objeto sea golpeado, y no se consideran otras circunstancias en las que pueda manifestarse la fragilidad de un objeto. De ahí el calificativo de “reductivo” que se le da a estos enunciados.

Ahora bien, tanto las definiciones explicitas como las definiciones reductivas tienen un grave defecto: no son capaces de definir términos de alto nivel teórico como “electrón”, “valencia positiva”, “temperatura absoluta”, “entropía”, etc.

Por esta razón, se debió renunciar a la posibilidad de definir términos en forma individual, lo cual es importante porque echa por tierra las pretensiones iniciales del positivismo lógico de establecer un criterio que permita dar cuenta del carácter empírico de los enunciados. La significatividad empírica de los enunciados que contienen este tipo de términos teóricos solo puede establecerse de un modo holista, en su relación con el resto de los enunciados de la teoría. Al darle una interpretación empírica a las consecuencias lógicas de estos enunciados teóricos fundamentales, estos mismos adquieren, de modo indirecto, significación empírica.

Por eso, una vez más se modificó la exigencia de significación empírica de los términos y enunciados teóricos de (V’) por (V’’). Ver p. 45 de Suppe.

El aporte que Suppe hace en su trabajo (que fue escrito con mucha posterioridad al de Hempel), fue que con el tiempo muchos de los representantes de la Concepción Heredada abandonaron la pretensión de encontrar un criterio de significación cognitiva.