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Ficha técnica
Título: La evaluación institucional y su impacto en la formación del profesional
Ponente: Dr. C. P.T María Myrna Castillo Rodríguez
Nivel en que trabaja: Universitario
Centro de trabajo: Universidad de Ciencias Pedagógicas Frank País García
Cargo: Asesora vicerrectoría de pregrado
Correo electrónico: [email protected]
Dirección particular: Calle 9 No 84 B altos, esquina Sastre, Rpto M. de la Torre
Proyecto de investigación: Proyecto educativo institucional
Resumen
Título: La evaluación institucional y su impacto en la formación del profesional
Autores: Dr. C. P.T María Myrna Castillo Rodríguez, [email protected]
Dr. C. P. T Bárbara Fonseca Arias, [email protected]
Cargo: Asesora vicerrectoría de pregrado
Vicerrectora de pregrado
El proceso de evaluación de instituciones de educación superior que tiene como objetivo supremo el logro de la excelencia académica y pertinencia social en las universidades cubanas, avalado por la obtención de una categoría de acreditación que expresa la calidad de los procesos y resultados que en ella se desarrollan, constituye uno de los grandes retos que enfrentan en la actualidad las universidades de ciencias pedagógicas en nuestro país, enfrentar este reto en el marco de las transformaciones curriculares que tienen lugar en estos centros universitarios requiere entre otras premisas para lograr el éxito, una profunda preparación del claustro y de sus estudiantes. La ponencia tiene como propósito mostrar las experiencias de la universidad en el proceso de evaluación institucional a través del proceso de formación del profesional evidenciando sus principales impactos.
Se presentan los principales referentes teóricos y métodos utilizados en la organización y desarrollo del proceso, la estrategia de trabajo asumida en pos de obtener éxito en este tipo de evaluación y continuidad en los avances mostrados, los principales resultados alcanzados en la formación del profesional y el papel jerárquico del trabajo metodológico y el proyecto educativo institucional en su dirección.
Introducción
En la educación superior cubana tiene lugar desde hace varios años el proceso de evaluación y acreditación de programas, que apunta a lograr niveles superiores de calidad en los procesos sustantivos que se desarrollan en la universidad y al reconocimiento de la labor de estos centros tanto nacional como internacionalmente, proceso que tiene como antecedentes fundamentales las visitas de control al trabajo desarrollado por estas instituciones por el Ministerio de Educación Superior desde la propia creación de estos centros.
Hablar de calidad en torno a la formación de profesionales universitarios es un tema bien controvertido y abordado por diferentes autores, en los cuales existe coincidencia al señalar que este concepto es utilizado para definir un conjunto de cualidades del proceso de formación previamente establecidas, que se constituyen en un patrón contra el cual se hacen evaluaciones periódicas de dicho proceso.
En esta ponencia se asume conceptualmente lo expresado por Horrutinier, P “En la educación superior cubana, este concepto de calidad se asume como resultado de la conjunción de la excelencia académica y la pertinencia integral, entendida esta última en su acepción más amplia”1.
Abordar la temática del proceso de evaluación y acreditación en la educación superior cubana constituye una prioridad no solo para los profesionales encargados de desarrollarla en las instituciones correspondientes, sino para la sociedad toda, teniendo en consideración que de la calidad de los procesos que en ellas tienen lugar, depende en gran medida el desarrollo científico técnico que logremos alcanzar como sociedad y el reconocimiento cada vez más creciente de la comunidad internacional a la educación cubana y en particular a la educación superior.
La Universidad de Ciencias Pedagógicas de Santiago de Cuba desplegó una intensa actividad científica y metodológica a partir de asumir el reto de transitar de manera satisfactoria en este proceso, constituyendo uno de los primeros centros de la educación superior pedagógica que fuera objeto de este tipo de evaluación, en un momento además en el que se desarrollan profundas transformaciones curriculares en las carreras pedagógicas, que incluye no solo la aplicación de nuevos planes de estudio, programas, sino también una nueva estructura de carreras.
La ponencia tiene como propósito mostrar las experiencias de la universidad en el proceso de evaluación institucional a través del proceso de formación del profesional evidenciando sus principales impactos.
Desarrollo
En la actualidad la educación superior en la mayor parte de los países, tiene como una de sus principales prioridades el mantenimiento, mejoramiento y garantía de su calidad, lo cual ha requerido de un profundo trabajo científico en aras de lograr su adecuada definición, medición y evaluación, mediante el establecimiento e implementación de sistemas
1 Horruitiner Silva, P.: La universidad cubana: modelo de formación, Editorial Universitaria del Ministerio de
Educación Superior, La Habana, 2009
reconocidos de evaluación y acreditación institucional, que deben conducir al mejoramiento de la eficacia y eficiencia académica de las instituciones de educación superior.
Si bien antes la sociedad recibía los resultados de la enseñanza superior sin mayores exigencias, hoy se trata de que esta y las propias instituciones universitarias conozcan mediante la evaluación, las fortalezas y debilidades que se tienen y la gestión de la universidad para elevar estos resultados a partir de la utilización óptima de los recursos de que disponen. En tal sentido la evaluación permitirá no solo evaluar el cumplimiento de las políticas relativas a esta enseñanza, sino también asegurar la calidad de los servicios que ésta ofrece.
Los procesos de acreditación y evaluación no pueden verse de manera aislada, se acredita conforme a un proceso de evaluación, con el propósito de obtener una información objetiva sobre la calidad de instituciones y programas universitarios.
La acreditación, tanto institucional como de programas, apunta a la búsqueda del reconocimiento social y prestigio de la propia universidad, de los programas que en esta se desarrollan y en consecuencia de las personas que se forman o laboran en estas instituciones, por tanto, los procesos de acreditación constituyen una necesidad en nuestros días, ya que garantizan la calidad y credibilidad del proceso educativo y de sus resultados.
La calidad es, actualmente, el problema central de las universidades latinoamericanas y supone la consideración de la teoría y práctica de la evaluación, como uno de los elementos básicos para asegurarla. La evaluación no es una moda pasajera de la política de desarrollo institucional y científico, sino una herramienta de planificación y política universitaria que se estima será permanente.
La preocupación por la calidad ha estado presente desde los orígenes de las universidades, Van Vught, Frans A. afirma que el antecedente remoto de lo que hoy se denomina evaluación por pares puede encontrarse en el sistema autonómico de los Colegios ingleses y el antecedente de los procesos de evaluación externa lo hallamos en el control que el Canciller de la Catedral de Notre Dame tenía sobre los programas y los estudios de la universidad medieval de Paris2, sin embargo Kent, Rollin expresa que, “los conceptos de calidad, evaluación y acreditación son recientes en la educación superior latinoamericana y, en efecto, para la mayoría de los países. Su introducción implica, en muchos aspectos, una revolución en el terreno de la educación superior3.
Una visión importante acerca del concepto de calidad en la educación superior es abordado por Tünnerman, C4 que señala citando el Documento de Políticas de la UNESCO “la calidad es un concepto multidimensional, que depende en gran medida del marco contextual de un sistema determinado, de la misión institucional o de las condiciones o normas dentro de una disciplina dada”… “La calidad abarca todas sus funciones y actividades principales: calidad de la enseñanza, de formación e investigación, lo que significa calidad de su personal
2 Frans A. Van Vught: Evaluación de la calidad de la educación superior: el próximo paso, en Documentos Columbus sobre
Gestión Universitaria, Hebe Vessuri Editora, volumen 2, CRE-UNESCO, 1993.
3 Rollin Kent Serna: Evaluación y acreditación de la educación superior latinoamericana: razones, logros, desafíos y
propuestas. Documento preparado para la Conferencia Regional sobre Políticas y Estrategias para la Transformación de la
Educación Superior en América Latina y el Caribe. La Habana, Cuba, noviembre de 1996.
4 Carlos Tünnerman Bernheim: Calidad, evaluación institucional, acreditación y sistemas nacionales de acreditación, 2003
docente y de los programas, y calidad de aprendizaje como corolario de la enseñanza y la investigación”… “también implica prestarle atención a cuestiones que pertenecen a la calidad de los estudiantes y de la infraestructura, así como del entorno académico”, documento donde se destaca además que estos elementos deben ir acompañados de un buen gobierno y una buena administración, por el papel que desempeñan en el funcionamiento de la institución, en la forma en qué es evaluada, y en la imagen institucional que puede proyectar hacia la comunidad académica y la sociedad en general, finalmente se expresa que el principal objetivo de la evaluación de la calidad es lograr el mejoramiento institucional, así como del sistema educativo en general.
En aras de lograr una terminología común en el área de evaluación y acreditación, el Centro Interuniversitario de Desarrollo CINDA, ha definido como calidad de la educación superior “conjunto de cualidades de una institución u organización estimadas en un tiempo o situación dados. Es un modo de ser de la institución que reúne las características de:
integridad (incluye todos los factores necesarios para el desarrollo del hombre),
coherencia (congruencia entre fines, objetivos, estrategias, actividades, medios y evaluación) y,
eficacia (logro de fines mediante la adecuada función de todos los elementos comprometidos),
el referente está establecido por la propia institución, cuándo define qué va a hacer, es decir, cuándo define su misión, objetivos, metas y estrategias, aún cuando pueda haber aspectos en los que es necesario atenerse a exigencias establecidas por aspectos externos”5.
Esta visión de calidad de la educación superior connota el papel de la institución, su protagonismo como gestor del mejoramiento permanente de los procesos que en las instituciones universitarias se desarrollan.
Tünnerman, C precisa principios comunes a los procesos de acreditación:
“respeto pleno a la autonomía,
voluntariedad,
temporalidad,
propósito: mejoramiento de la calidad y no control,
prioridad a la acreditación de programas más que de instituciones”
y señala no debe confundirse evaluación con acreditación. Esta última es el acto por el cual la autoridad competente, en general actuando en nombre del estado, adopta y hace público el reconocimiento de la calidad de un programa o institución”6
La autoevaluación institucional según se destaca en los seminarios convocados por el CINDA en los años 1990 y 19917, como parte o no de un proceso de acreditación, “es un
5 CINDA: Manual de Autoevaluación para Instituciones de Educación Superior. Pautas y procedimientos. Santiago de Chile,
1994 p. 45.
6 Carlos Tünnerman Bernheim: Calidad, evaluación institucional, acreditación y sistemas nacionales de acreditación, 2003
7 UNESCO-CRESALC-CINDA: Acreditación Universitaria en América Latina, CRESALC, Caracas, 1994, p. 54
proceso amplio y abarcador, por medio del cual, la institución, se evalúa a sí misma introspectivamente, con lealtad y objetividad, analiza internamente su calidad, lo que es y desea ser, lo que de hecho realiza, cómo opera, cómo se organiza y administra, es un proceso esencialmente formativo, que proporciona un marco adecuado para la planificación y ejecución de acciones remediales y correctivas dentro de la institución. Esta característica la convierte en un proceso dinamizador del mejoramiento y crecimiento institucional. Por ser un proceso eminentemente participativo, estimula el análisis instrospectivo de actores institucionales, administradores, profesores, personal administrativo, estudiantes, contribuyendo a su mejor conocimiento mutuo y de su propia responsabilidad en la institución, proporcionándoles orientación y motivación para su perfeccionamiento”.
El concepto de calidad en la formación en la educación superior cubana se asocia, fundamentalmente, a tres aspectos diferentes, que son:
� Calidad de los recursos humanos.
� Calidad de la base material.
� Calidad de la gestión del proceso
Estos tres aspectos están encabezados por la calidad de los recursos humanos, elemento esencial en el logro de mayores niveles de excelencia en los procesos que en la universidad se desarrollan, la cual pasa necesariamente por contar con profesores comprometidos, preparados para desarrollar con efectividad la labor educativa, con una adecuada preparación científica metodológica, acompañados por un colectivo de estudiantes motivados por su carrera para la cual se preparan conscientemente a partir de contar con todas las posibilidades para estudiar y aprender.
Este elemento evidencia el carácter humanista del modelo de formación de la universidad cubana y tiene como recurso más valioso el hombre, que constituye para la educación superior cubana el factor esencial para lograr la calidad en el proceso de formación.
La base material necesaria para desarrollar el proceso formativo en estas instituciones, garantiza niveles de calidad superiores en correspondencia con este tipo de enseñanza, de ahí que constituya otro aspecto importante en el logro de este propósito.
En el caso particular de Cuba, mantener y elevar la calidad de la educación superior, en los últimos años ha estado signada por problemas económicos, que si bien han influido en la disponibilidad con más cobertura de los recursos para apoyar los procesos sustantivos en las universidades, no han detenido el alcance de niveles superiores en estos, a partir de contar con el equipamiento básico para ello que se mantiene y actualiza sistemáticamente y sobre todo por el aprovechamiento de todos los recursos que el país tiene en cada territorio y que ponen a disposición de las universidades para el proceso formativo de los estudiantes, según el objeto de cada carrera, entre los que se destacan talleres, fábricas, industrias, escuelas, hospitales, empresas, entre otros, con los cuales median convenios de colaboración.
Lo anterior es expresión de que suplir las carencias de recursos materiales para la formación del profesional universitario, se logra con el concurso de toda la sociedad y de todo su potencial, industrial, productivo, de servicios y profesional.
El último aspecto que se asocia a la calidad de la formación es la gestión del proceso de formación, gestión didáctica que realizan los profesores y directivos, lo cual ha caracterizado a la educación superior cubana, que se realiza de forma colectiva y dirigida a optimizar dicho proceso y, en consecuencia, asegurar el logro de los objetivos propuestos.
Al respecto Horruitiner, P expresa “gestionar el proceso de formación significa organizarlo, planificarlo, regularlo y controlarlo, y esa gestión no es administrativa, es en esencia didáctica, lo que implica que tanto los profesores como los directivos dominen las regularidades de esa ciencia”8.
Es importante destacar, si se habla de gestión didáctica del proceso de formación, los factores que sustentan el modelo cubano de formación:
La plena correspondencia entre la política educacional del país y las proyecciones estratégicas de la universidad cubana actual.
La estrecha vinculación entre la universidad y la sociedad; que se materializa en sólidos nexos de colaboración entre las universidades y las entidades laborales, las instituciones culturales y las organizaciones sociales del país.
Las tradiciones de trabajo colectivo –trabajo didáctico– de los profesores universitarios.
La existencia de un Ministerio de Educación Superior con una elevada capacidad de convocatoria, conquistada durante sus años de existencia.
La experiencia alcanzada en estos años por el Ministerio de Educación Superior en el control de las instituciones de este nivel educativo, han permitido no solo constatar las principales transformaciones que han tenido lugar en estos centros que evidencian avances en la calidad de la formación de profesionales universitarios, sino también la sistematización de los principales resultados, su generalización y el perfeccionamiento de este proceso.
Lo anteriormente expresado condujo al perfeccionamiento del sistema de evaluación institucional, teniendo en consideración los nuevos retos a enfrentar por las universidades en el contexto nacional e internacional
De tal manera, el MES estableció un Sistema Universitario de Programas de Acreditación (SUPRA), dirigido, entre otros aspectos, a fortalecer y priorizar aún más la cultura de la calidad en la educación superior, y a promover, estimular y certificar la calidad de los diferentes procesos e instituciones de este nivel de enseñanza.
Se entiende por acreditación según Comisión Nacional del SEA-CU. Ministerio de Educación Superior. “El resultado de la aplicación de un sistema de evaluación externa, dirigido a reconocer públicamente que una institución, proceso o programa reúne determinados requisitos de calidad, definidos previamente por órganos colegiados de reconocido prestigio académico”.
El SUPRA se caracteriza por
Es una herramienta principal para la gestión del mejoramiento continuo de la calidad en la formación de los profesionales.
Forma parte del contenido del trabajo metodológico de los colectivos universitarios.
Resalta la importancia de la autoevaluación continua que realizan los colectivos universitarios como elemento básico en la gestión de la calidad.
8 Horruitiner Silva, P.: La universidad cubana: modelo de formación, Editorial Universitaria del Ministerio de
Educación Superior, La Habana, 2009
Dirigido a todos los procesos universitarios, aunque centra la prioridad en la carrera por constituir la célula básica.
Parte del principio del carácter voluntario en la solicitud de un proceso de evaluación externa a partir del cumplimiento de determinados requisitos iniciales establecidos en el reglamento.
A través de la evaluación externa a los centros de educación superior, se comprueba la calidad de la gestión y de los resultados del trabajo en todos sus procesos, en correspondencia con la misión o función social que le ha encargado el Estado y el Gobierno y certificarla públicamente mediante el otorgamiento de una categoría de acreditación.
Se definen como variables para la evaluación institucional las siguientes:
Contexto institucional
Gestión de los recursos humanos
Formación del profesional
Interacción social
Infraestructura y gestión de los recursos
Impacto social
Independientemente de la relevancia de todos los procesos sustantivos que en la universidad se desarrollan, por demás íntimamente relacionados, la calidad en la formación del profesional constituye un elemento de gran impacto en la credibilidad y pertinencia de una institución universitaria, proceso en el que de manera puntual se centra este trabajo.
En la experiencia de la universidad de ciencias pedagógicas de Santiago de Cuba, el insertarse en el proceso de evaluación y acreditación de la institución y sus programas planteaba una problemática a la comunidad universitaria y sus directivos ¿Cómo llevar a cabo el proceso de autoevaluación de institución y programas que condujera al éxito en una evaluación externa?
Evidentemente era necesario en primer lugar el conocimiento de los documentos que norman este tipo de evaluación y sus características, en segundo lugar precisar cómo organizarlo y llevarlo a vías de hecho y en tercer lugar y no menos importante, quiénes participarían en este.
De manera acertada la máxima dirección de la institución asumió la responsabilidad en la conducción y ejecución, con una amplia participación de toda la comunidad universitaria, en especial y de manera activa los profesores con mayor categoría docente y científica.
Un elemento central en todo este proceso es justamente la autoevaluación, considerada no solamente como base y fundamento de la acreditación, sino principalmente como estrategia de mejoramiento académico e institucional y una de sus etapas más importante, la realiza la propia institución y a través de la misma esta analiza internamente de manera objetiva, aspecto que la caracteriza, la calidad de la gestión de los procesos y resultados que se desarrollan en estas instituciones determinando fortalezas y debilidades, de lo cual emana la planificación y ejecución de acciones mejoramiento y que sistemáticamente evaluará su cumplimiento para valorar su efectividad corrigiendo o perfeccionando aquellas menos viables y de menor impacto con el concurso de la comunidad universitaria, razón por la que
se considera que la autoevaluación es un proceso dinamizador del mejoramiento y crecimiento institucional.
La estrategia de trabajo diseñada por la universidad de referencia definió dos elementos centrales de manera estratégica para enfrentar el proceso de evaluación institucional:
El proyecto educativo institucional
El trabajo metodológico
El proyecto educativo institucional es el modelo sobre el que se diseñan las estrategias para llevar a cabo las ejecuciones y comparaciones entre el resto de los subsistemas y, por otro lado, es el diseño de todos aquellos componentes de los procesos pedagógicos y administrativos que conducen a la satisfacción de los compromisos con los clientes o beneficiarios del servicio y la sociedad en general. El proyecto es síntesis de los objetivos, las metas y la misión de la institución, del aseguramiento técnico material para hacer efectiva la visión de la institución.
El objetivo general del proyecto educativo institucional es elevar la calidad de los procesos y los resultados de la formación del profesional en el pregrado y el postgrado y de la actividad de ciencia e innovación tecnológica, con un carácter sistémico y desarrollador de cada uno de los procesos que tienen lugar en los diferentes escenarios donde se desempeñan los estudiantes y que se manifieste en una mejor preparación para la resolución de los problemas del ejercicio de la profesión.
Los resultados esperados con el proyecto educativo, sintetizan las principales ideas sobre los objetivos de mayor esencialidad que deben lograrse en la formación del profesional en la institución estos son:
1. Lograr un profesional comprometido con el modelo social y educativo cubano en la formación de los niños, adolescentes y jóvenes.
2. Lograr un profesional capaz de resolver los diversos problemas que deberá enfrentar en el ejercicio de la profesión, como habilidad esencial en cada una de las etapas de la formación.
3. Lograr un profesional con el compromiso y la disposición de investigar para perfeccionar sistemáticamente su sistema de conocimientos y métodos propios de la actividad que desempeña.
El proyecto integra las estrategias de la institución para la conducción del proceso de formación del profesional y sus aseguramientos, desde su sistema de dirección, así como los indicadores cuantitativos y cualitativos que deben servir de guía para la evaluación sistemática de los resultados que se alcanzan.
Por su parte el trabajo metodológico, constituye la columna vertebral para la dirección de los procesos sustantivos que tienen como fin la formación con calidad del profesional de la educación, que para las instituciones universitarias se define en la RM 210/2007 como la labor que, apoyados en la Didáctica, realizan los sujetos que intervienen en el proceso docente educativo, con el propósito de alcanzar óptimos resultados en dicho proceso, jerarquizando la labor educativa desde la instrucción, para satisfacer plenamente los objetivos formulados en los planes de estudio.
La estrategia de trabajo para abordar la variable relacionada con la formación del profesional tuvo como elementos principales:
Estudio profundo de los documentos que norman el proceso de evaluación y acreditación institucional.
Precisión de los conceptos esenciales que sustentarían el análisis de la variable.
Levantamiento de la información en documentos, entrevistas u otros de los últimos 5 años.
Sistematización de la información en tablas, gráficos y valoraciones.
Precisión de fortalezas y debilidades y búsqueda de las evidencias que las avalan.
Elaboración del plan de mejora
Garantizar el dominio de los documentos del proceso para asegurar rigurosidad y objetividad
en los análisis requiere no solo la autopreparación de quiénes participan, sino un trabajo
metodológico dirigido a la preparación de sus actores principales, directivos y profesores,
razón por la cual esta temática no solo desde la visión de la universidad, sino también de las
carreras, nivel organizativo que decide la calidad de la formación del profesional, ha
constituido en los últimos 3 años una de las líneas de trabajo metodológico de la institución,
en cuyo plan se precisa: la autoevaluación de carreras como elemento dinamizador para
la elevación de la calidad en la formación del profesional, teniendo como una de sus
vías principales la validación de planes de estudios y programas de disciplinas, a lo
cual se añade el seguimiento a este proceso a través de las inspecciones integrales a
facultades y carreras.
El trabajo didáctico realizado íntimamente relacionado con el sistema de trabajo de la
universidad que garantizara los espacios para su realización, incluyó además el rediseño en
la concepción de las visitas e inspecciones que se realizan a carreras y facultades
haciéndolas coherentes con las exigencias del patrón de calidad del SEA-cu y el SEA de
instituciones, y en el que grupo de calidad del Centro de Estudios Pedagógicos del centro
tiene un papel protagónico de conjunto con la vicerrectoría de pregrado.
Se destacan como aspectos principales en la preparación del claustro y directivos los
siguientes:
Desarrollo de actividades metodológicas en sistema desde la universidad hasta los
colectivos de años relacionadas con
Documentos normativos del SEA- cu y SEA institucional
Modelo de formación del profesional en Cuba y en particular del profesional de
la educación.
Tratamiento a aspectos del patrón de calidad que constituían debilidades en la
formación del profesional, entre los que se destacan estrategias curriculares en
la educación superior pedagógica, diseño, implementación y evaluación de la
disciplina principal integradora, diseño y evaluación del proyecto del proyecto
educativo en los diferentes niveles.
Sistematización de las experiencias de los expertos de la UCP participantes en
procesos de evaluación externa a otras instituciones.
Desarrollo de Conferencia Científica Metodológica de la UCP teniendo como tema
central “Realidades y perspectivas en la formación inicial del profesional en la UCP
Frank País García”.
Realización de evaluaciones internas a las carreras con las características de un
proceso de evaluación externa, lo cual permite evaluar los avances y dificultades que
se presentan y el cumplimiento de los planes de mejora.
Desarrollo de talleres metodológicos en todos los niveles para el análisis, según
cronograma de los informes de autoevaluación.
Realización de oponencias por grupo de especialistas a los informes de
autoevaluación.
Los conceptos esenciales que constituyeron referentes para el abordaje de la variable fueron los siguientes
Calidad
Formación
Formación del profesional
se asume el concepto de formación del profesional declarado en el artículo 1 del Reglamento docente metodológico RM 210/2007 del Ministerio de Educación Superior, en que se señala que es el proceso que, de modo consciente y sobre bases científicas, se desarrolla en las instituciones de educación superior para garantizar la preparación integral de los estudiantes universitarios, que se concreta en una sólida formación científico técnica, humanística y de altos valores ideológicos, políticos, éticos y estéticos, con el fin de lograr profesionales revolucionarios, cultos, competentes, independientes y creadores, para que puedan desempeñarse exitosamente en los diversos sectores de la economía y de la sociedad en general.
Para el levantamiento de la información se utilizó el método de triangulación de datos y fuentes, lo cual posibilitó valorar desde diferentes aristas el proceso de formación del profesional con mayor rigor y objetividad
El desarrollo de este proceso marcó un viraje en la calidad en la formación del profesional en la universidad, lo que puede evaluarse a partir de sus principales impactos teniendo en cuenta los indicadores profesor, estudiante, labor educativa y trabajo metodológico, estos impactos son:
Cultura de la evaluación y acreditación de programas y de la institución alcanzada por estudiantes y docentes.
Niveles superiores de aprendizaje de los estudiantes evidenciado en los resultados de los indicadores de eficiencia y en el propio proceso de evaluación externa a la institución en los ejercicios evaluativos aplicados.
Modos de actuación de los estudiantes con mejor cumplimiento de los deberes escolares, evidenciando mayor disciplina y compromiso con la institución.
Resultados superiores en la preparación política ideológica de los estudiantes lo que se manifiesta no solo en su actuación en los diferentes escenarios de la formación, sino también en los resultados de los ejercicios evaluativos de Historia y Marxismo realizados como parte del proceso docente educativo, la evaluación externa y en las visitas internas con carácter integral realizadas por la institución.
Participación cada vez más creciente de los estudiantes en exámenes de premio, el movimiento de alumnos ayudantes, la reserva especial pedagógica y en eventos científicos.
Mayores niveles de satisfacción logrados en los empleadores por la calidad de la formación de los estudiantes.
Utilización más sistemática y efectiva de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones por estudiantes y docentes.
Niveles superiores de calidad de las clases desarrollados por los docentes y de las actividades metodológicas, avalados por los resultados en la formación de los estudiantes y en controles realizados tanto por la institución como evaluadores externos del MES y el MINED.
Mayor calidad de la preparación de las asignaturas en correspondencia con las exigencias de la educación superior.
La revitalización del trabajo metodológico en la institución con énfasis en el trabajo científico metodológico, que posibilitó la elaboración de ponencias y artículos relacionados con las estrategias curriculares en la educación superior pedagógica, indicadores para la evaluación de la efectividad del proyecto educativo, la evaluación institucional y el sistema de trabajo metodológico en la universidad, publicados y presentados en diferentes eventos en los que se destacan los eventos internacionales Pedagogía 2011 y Universidad 2012.
El proceso de evaluación y acreditación institucional, proceso que constituye uno de los más grandes retos de las universidades de ciencias pedagógicas en la aspiración de lograr la excelencia académica y pertinencia integral en la formación del profesional deja para la institución como principales aprendizajes los siguientes:
• La autoevaluación de la carrera y la institución constituyen el elemento central del trabajo científico metodológico en la universidad y guían la gestión de directivos y docentes en la búsqueda de niveles superiores de calidad en la formación del profesional.
• Elevación de la cultura del claustro en la evaluación de la calidad de los procesos y resultados que tienen lugar en la universidad y de su preparación científica metodológica.
• Necesidad de una proyección estratégica a corto, mediano y largo plazo que sea evaluada sistemáticamente.
Conclusiones
El proceso de evaluación y acreditación de las instituciones de educación superior pedagógica, constituye guía necesaria para lograr mayor calidad en la formación del profesional de la educación que se aspira, preparado y comprometido para llevar a cabo las transformaciones políticas económicas y sociales, acordes con el modelo social cubano en su contexto de actuación.
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