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El Mejor MBA comienza en el hogarUn niño que no ha sido ama-do difícilmente podrá amar. Lo mismo les sucede a los ejecu-tivos, cuando se les exige lide-razgo y guía, y ellos no han sido guiados. Nadie puede enseñar lo que no ha aprendido.
LA FIDELIDAD NO ES GENÉTICA, ES EL RESULTADO DE UNA DECISIÓN.
COMUNICACIÓN CONYUGAL
Una revista del Instituto de Ciencias del Matrimonio: FARMILIA
Costo: S/ 10.00
La comunicación es la base del ma-trimonio; solo que nadie te dice como debes comunicarte.
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¿Un alumno con problemas en el hogar puede rendir en el colegio?¿Un niño, cuya familia está fracturada, puede soportar el rechazo o agresiones de sus compañeros de aula?¿Un adolescente con conflictos familiares puede ser pacífico? Hoy, muchos de estos episodios suceden en las escuelas ¡Únete al GHTL y fomenta el cambio!¡Sé un colegio socialmente responsable con
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EditorialUna revista del Instituto de Ciencias del Matrimonio
Vivir en Pareja
2012- Nº 2
PATRONATO
EDITORA PERIODÍSTICA
ADMINISTRACIÓN
GERENCIA GENERAL
DISEÑADORA
DERECHOS RESERVADOS
Rolando Liendo Jessica RomeroAbraham LópezDoris GagliuffiEdinson NavarroTeresa Bejarano
Martha Alvarado
Karina DávilaAna María Gutierrez
Alejandra Avendaño
Beatriz Espinoza
Para mayor información pue-de contactarnos en: [email protected]
Esta es una publicación del Instituto de Ciencias del Matri-monio (FARMILIA).
Usted es libre de copiar, distri-buir y comunicar públicamente esta obra bajo las condiciones siguientes:
- Debe reconocer los créditos de la obra.
- Debe ser usada solo para propósitos no comerciales.
- No se puede alterar, trans-formar o generar una obra derivada a partir de esta obra.
Según un estudio del Banco Mundial, publicado en noviembre del 2011, las habilidades genéricas (cognitivas y socioemocionales) son claves para nuestro país, porque están asociadas al crecimiento, de largo plazo, de la economía; condicionan la empleabilidad de la fuerza laboral, dado que los empleadores cada vez más exigen que sus trabajadores cuenten con estas habilidades; y son esenciales para la movilidad social, porque ellas permiten que los niños rindan –exitosamente- en el colegio, accedan a una educación superior y en el futuro, se coloquen laboralmente con mejores ingresos.
Esta encuesta, que fue efectuada en Latinoamérica a unos 2 mil 700 trabajadores y a empleadores de 900 empresas, ha medido por primera vez las habilidades genéricas de la fuerza laboral y cómo afectan la empleabilidad. Esta investigación también señala que estas habilidades -según diversas evidencias- reducen las tasas de incidencia de otros problemas sociales importantes, como la delincuencia, drogadicción, embarazos prema-turos y obesidad.
El estudio señala claramente que la adquisición de las mencionadas habilidades se da mediante un proceso sinérgico, en el que la etapa siguiente se construye en base a la anterior, y empieza en el hogar, desde que el niño nace y continúa en el colegio, cuando inicia su vida escolar, en forma paralela con la familia.Es decir, el papel de los progenitores es clave en la formación de las habilidades genéricas de los niños. La responsabilidad sobre el presente y futuro de los hijos requiere que les rodeen de un clima familiar positivo, donde los padres desenvuelvan relaciones conyu-gales sanas, que les brinden seguridad y estabilidad emocional, psicológica y económica. Mas, si la pareja lleva relaciones conflictivas o fracturadas, se perjudicará el desarrollo del hijo e –inevitablemente- su formación en dichas habilidades.
La experiencia de FARMILIA, nos permite decir que las relaciones conyugales pueden mejorarse y fortalecerse, incluso si se encuentran en una situación crítica. Para lograrlo la pareja necesita herramientas y técnicas que le ayuden a construir relaciones conyugales sanas. Tal proceso requiere esfuerzo de ambos cónyuges, pero la felicidad de los hijos y que ellos cuenten con mayores probabilidades de desarrollar sus capacidades a plenitud, lo que les garantizará un futuro prometedor; recompensa con creces lo que se haga.Y es en esta labor incansable que constituye el mejoramiento de las relaciones conyuga-les, que nuestra revista Vivir en PAREJA espera acompañar a sus lectores, mostrándoles que, si bien llegamos al matrimonio con mitos erróneos, que nos inculcaron o absorbi-mos en alguna etapa de nuestra vida, es posible salir adelante y lograr una relación sana y feliz, que beneficie a la pareja y a sus hijos.
FARMILIALos Editores
Hecho el Deposito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2011-05699
Asociación Civil Familia Reunida. Calle Maestro Barbieri 264, San Borja, Lima. Número de edición: 2.
Negocios Graficos Antares E.I.R.L. Jr. Recuay 380, Breña, Lima.Lima, Abril 2012.
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EL MATRIMONIO(*)
SOBREALGUNAS VERDADES
Muchas parejas nos casamos pen-sando que hemos encontrado a nuestra “alma gemela”, nuestro “príncipe azul”. Si bien es cierto, que estas ideas prevalecen durante un tiempo, la convivencia y la rutina se encargan de desmitificar la inicial relación y la luna de miel dura muy poco. Así, las verdades sobre el matrimo-nio van apareciendo a lo largo de nuestra relación en contraposición a los mitos que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida de solteros. En Farmilia, hemos consignado algunas de estas verdades:
1. MITO: Te casas por amor
3. MITO: El amor tiene que nacer
Verdad:No te casas por amor... Cuando nos encontramos en la etapa de enamoramiento, creemos que hemos encontrado al ser ideal para nosotros, a la persona que nos hacía falta. Senti-mos algo que nunca hemos sentido por otra persona, una inmensa necesidad de estar a su lado y cuando no es así, el tiempo se nos hace eterno. Conclusión: Las verdaderas razones por las que nos casamos tienen que ver con la atrac-ción, la ilusión y el deseo, pero no el amor. Entonces, no te casas por amor.
2. MITO: El amor es el más tierno de los sentimientosVerdad: El amor no es un sentimiento.Cuando definimos el amor, casi siem-pre decimos que es un sentimiento. Pero un sentimiento es una sensación, una emoción, una expresión de nuestro interior y también tiene una caracterís-tica fundamental, que es su temporali-dad. Existen sentimientos placenteros y
Verdad:El amor es una decisión.¿Recuerdan?, cuando nos casamos decimos “Yo te recibo a ti como mi esposa(o) y prometo amarte fielmente toda mi vida, en las alegrías y las penas, en salud o enfermedad y respetarte to-dos los días de mi vida”. Este juramento implica compromiso, es un pacto moral y en él está implícito
los que no lo son, mas todos estos son temporales. No todo el tiempo estamos molestos, furiosos, contentos, alegres, tristes, etc. En tal sentido, no podemos decir te amo solo cuando las cosas están bien y no te amo cuando todo está mal. No te puedo amar hoy y te dejo de amar ma-ñana, y te vuelvo amar pasado, como me sucede cuando estoy furioso o con-tento. El amor no tiene temporalidad, por eso, el amor no es un sentimiento.
que debemos decidir amar a nuestro cónyuge en las buenas y en las malas, con su luz y su sombra. Debemos amar no solo cuando ella o él está alegre y complaciente, sino cuando esté tan molesta (o), que inclusive no quiera dirigirnos la palabra. Por eso, decimos que el amor es una decisión.
4. MITO: Ambos deben amarse intensamenteVerdad: El amor no es recíproco.Como el amor es una decisión, yo puedo decidir amar a mi cónyuge ahora, pero ella puede elegir amarme mañana, la próxima semana o tal vez nunca. El amor no es in-versión. Te doy algo hoy y espero que tú me des algo mañana. El amor es donación, es entrega, es generosidad, es posterga-ción de uno en beneficio del otro. Existe cuando estoy dispuesto a hacer algo por el otro, que no haría por ninguna otra per-sona, ni siquiera por mí mismo. Por eso, el amor no es reciproco, necesariamente.
LA PAREJASECCIÓN:
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Contenido
SECCIÓN LOS HIJOS: El mejor MBA, empieza en el hogar. Los líderes no nacen , son formados en casa.
SECCIÓN HERRAMIENTAS PARA PAREJAS: 10 Tips para trabajar tu fidelidad.
SECCIÓN EL CASO: Comunicación Conyugal
SECCIÓN LA PAREJA: Algunas mitos sobre el matrimonio.
SECCIÓN LA INVESTIGACIÓN: ¿Cómo se sienten los hijos con respecto a nuestra relación de pareja?
RECOMENDADOS Película Cicatrices Libro El Desafío del Amor
SECCIÓN CRECIMIENTO PERSONAL: ¿Por qué es impor-tante orar?
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8 SECCIÓN EL INVITADO: Educando desde la Familia
Y las verdades, que develan la realidad de nuestra relación de pareja y cómo actuamos en esta.
¿Ser fiel, es el resultado de nuestras hormonas, genes o es el resultado de una decisión personal?
¿Rezar 50 Ave Marías es necesario? Si pudieras darle a tu madre un ramo de rosas, ¿por qué le darías solo una?
La falta de comunicación es como la presión arterial alta; si no se toman precauciones, sufres derrame cerebral. Y mi matrimonio ya estaba en esa fase…
Para responder a nuestros hijos, no hay que dejar nuestras actvidades: solo se tienen que hacer muy bien.
Un revelador informe de FARMILIA nos muestra el impacto que nuestras relaciones conyugales tienen en nuestros niños.
Por: Edinson Navarro
Verdad: Me uno a ti para “hacerte” felizAl casarnos, casi todos pensamos que nuestra pareja nos brindará toda la fe-licidad que necesitamos. Pero en rea-lidad, debemos cambiar esa visión en 180 grados porque, en realidad, se trata de que “el matrimonio ideal es aquel en el que la mujer entrega al hombre los mejores años de su vida y este es quien hizo que esos años fueran los mejores”. El matrimonio no es el lenguaje del yo, si no el lenguaje del tú.
7. MITO: El amor es mirarse a los ojos.
Verdad: La pareja es de mucho más por-que tu eres la consecuencia del com-portamiento de tu padres, su relación de pareja, los eventos positivos que te sucedieron y, sobre todo, los negativos, que generaron heridas y sufrimientos.En consecuencia, traemos muchos comportamientos conocidos y otros desconocidos (inconscientes).
Las diferencias pueden ser tales en la pareja que desde el primer día de su matrimonio ya estaban condenados a fracasar.
Verdad: El amor es mirar los dos en el mis-mo sentido, es tener visión compartida.Mucha gente romántica piensa que el amor es mirarse a los ojos permanen-temente; claro que es así —en la etapa del enamoramiento— pero luego de este período, debemos tener una visión compartida de nuestro matrimonio y establecer objetivos concretos, medi-bles acerca de las cosas que debemos hacer para lograr nuestra visión. Se tra-ta de una empresa, una gran empresa familiar.
Verdad: Para mejorar o salvar nuestro ma-trimonio debo trabajar en mí.Hay personas a las que se les hace muy difícil reconocer sus errores. Su orgullo, su ego y en ocasiones su sentido de superio-ridad les hace culpar a otros de sus actos. Si tiene dudas sobre esto, haga una lista de sus defectos y otra de sus virtudes y verá que le resultó mucho más fácil hacer la última lista. En tal sentido, comprendamos que nues-tro cónyuge no es responsable de lo que sentimos. Nuestros sentimientos son res-ponsabilidad de nosotros y se originan en nuestros pensamientos, haciéndonos actuar, muchas veces, en forma errada. Reconozcamos que - como personas- co-metemos errores e iniciemos una trans-formación profunda en nuestro interior. Hagamos una “reingeniería humana” de nosotros mismos. Para mejorar o salvar nuestra relación solo debo trabajar en mí. Dar el primer paso para transformar mi matrimonio es transformarme a mi mis-mo.
5. MITO: Cualquier mejora en nuestro matrimonio la debemos hacer ambos.
8. MITO: La pareja es de a dos
6. MITO: Me casé con mi media naranja
Verdad: La media naranja no existe.En una relación no existe proporciona-lidad. Da más el que tiene más. Las per-sonas somos únicas e irrepetibles; por
9. MITO: Encontré al Príncipe Azul
Verdad: No existe el príncipe azul. La media naranja, el alma gemela, el príncipe azul o la mujer perfecta no existen. Estas figuras son idealizaciones perennes del ser amado, que adquiri-mos en nuestro proceso de aprendiza-
10. Mito: Yo me uno a ti para “ser” feliz
(*) Material utilizado en los talleres de FARMILIA
je. Y si bien tenemos, como primeros ejemplos a nuestros padres, también recibimos influencias literarias, cinema-tográficas y otras, en donde las histo-rias de amor casi siempre terminan con la frase “…y fueron felices para siem-pre…”. En la vida real, nosotros sabemos que no es así. La convivencia es difícil sino aprendemos a conocernos. El matrimo-nio no es un cuento de hadas es parte de la vida misma. La felicidad no es el final de la historia; hay que construirla día a día.
tanto, uno no puede ser la mitad del otro. Lo que si existe son diferencias, conflictos. Por eso, se dice que los po-los diferentes se atraen. La atracción es por una necesidad no cubierta. El otro tiene lo que tú necesitas para sanarte. La media naranja no existe. El matri-monio nos complementa.
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SECCIÓN: LOS HIJOS
Muchas veces encontramos ejecutivos –a quienes se les reclama capacidad de li-derazgo- que no tienen la suficiente confianza en sí mismos, para asumir nuevos retos. Por ejemplo, el desarrollo de la autoestima –y autoconfianza- es un proceso que se va forjando a lo largo de la vida de una persona, pero es la niñez una de las etapas más especiales y definitivas en este proceso.
Por tanto, si tenemos niños que no perciben que son amados y atendidos; y que no sienten la preocupación de sus padres hacia ellos, se están desarrollando personas inseguras, que —años más tarde— cuando alcancen algún cargo ejecutivo, tende-rán a mostrar, o a ser más evidente, su inseguridad.
En esta parte es bueno aclarar la confusión que existe el día de hoy respecto a “amar a los hijos” o ser “buenos padres”; la gran mayoría confunde su rol de padre o madre, con un rol logístico o de abastecedor. Por tanto, si tienen a sus hijos en buenos colegios, qui-zás donde el inglés sea la lengua dominante, o donde exista un buen centro de cómputo, además de pagar las mensualidades de algún club, con algunos viajes en las vacaciones, consideran que no se les puede exigir más y su tarea como padres está cumplida.
Nada más falaz. Los niños necesitan a los padres cerca; ellos crecen viendo a sus progenitores como modelos, “los hijos no escuchan a los padres, los hijos ven a los padres”; y si esto no se da, los niños generan actitudes negativas, que les impiden desarrollarse —totalmente— como personas. Y aunque tengan una posterior, y qui-zás muy buena formación académica, no podrán eximirse de su formación inicial. David Isaccs menciona que “el hogar es la primera escuela de las virtudes humanas”.
Una buena relación de pareja es un gran modelo para los hijos. Una relación así es un modelo de compromiso, lealtad, tolerancia, donación, generosidad del uno con el otro. A su vez, una mala relación es una hipoteca al futuro de los hijos, porque ellos desarrollarán menos virtudes.
El “management” está plagado de términos y modas, pero poco se ha estudiado so-bre los orígenes de los ejecutivos, es decir, cuanto influye su niñez –su formación ini-cial- en sus estilos gerenciales. Por ejemplo, si analizamos únicamente dos términos de la administración, como “Empowerment” o el “Coaching”, éstos están asociados a generar mayor autoridad y responsabilidad en las personas; de manera que, puedan actuar autónomamente o al proceso de educación de los empleados más jóvenes “vía
Los niños necesitan cerca a sus padres, si esto no se da su desarrollo se
dificulta, aunque tengan
una buena formación académica.
adopción” por uno o varios empleados de mayor experiencia.
Mas, ambos conceptos funcionan, dependiendo de las personas a las que se les vaya aplicar. Por tanto, es muy probable que funcione en aquellos casos, donde los ejecutivos han sido desarrollados como personas en sus hogares y en donde, para ellos, sea natural enseñar, compartir, guiar; éstos son los líderes formados dentro de la familia.
Un niño que no se ha sentido amado, difícilmente podrá amar, no por un problema fisiológico, sino porque simplemente desconoce ese sentimiento. Lo mismo les sucede a los ejecutivos, cuando se les exige liderazgo y guía, y ellos no han sido guiados. Nadie puede enseñar lo que no ha aprendido.
Existen en los niños un conjunto de periodos sensitivos donde es
tro de los periodos sensitivos, estarán formando buenas personas y mejores ejecutivos. Por ello, el mejor MBA para ejecutivos empieza en el hogar.
posible desarrollar las capaci-dades físicas como andar, leer y escribir, pero también es posi-ble desarrollar sus capacidades de orden –hábitos, en gene-ral- sinceridad, justicia y hasta piedad. Si los padres logran es-timular estas capacidades den-
Durante muchos años, diversos autores han discuti-do sobre si los líderes nacen o se hacen. De hecho, es una de las mayores discusiones en la Administra-ción. Algunos sostienen que el liderazgo son carac-terísticas innatas al ser humano, mientras que otros sustentan que son características adquiridas con la formación profesional, la interacción y la experiencia laboral. Inclusive, muchos de los ejecutivos inician un Master in Bussiness Administration MBA (Maes-tría en Administración de Negocios) para conseguir liderazgo.
Los líderes no nacen, sino que son formados en el hogar, en el hábitat original primigenio de las perso-nas; dónde son engendrados y se desarrollan. A veces, se forman bien, y a veces mal; siendo este desarrollo entera responsabilidad de los padres.
EL MEJOR MBA COMIENZA EN EL
HOGARPor Rolando Liendo
8.Ejercita tu libertad de elegir.El ejercicio de la libertad implica re-nuncia. Cuando elijo algo libremente, se supone que estoy renunciando al resto. Cuando elijo ir a una universi-dad, he renunciado también a ir a otras universidades. Eso es lo que me hace libre. Si no existe renuncia no existe la libertad plena de elegir.
9.Hay cosas en la vida que te puede perdonar tu pareja pero que jamás te perdonarán tus hijos.La naturaleza dice que cuando hay pe-ligro, los cachorros son protegidos por la hembra y el macho sale a defender el nido. Eso dice la vida animal, y es la imagen que tenemos todos de los ani-males. No dice que la hembra no pro-tege a los cachorros, porque se fue con otro macho, porque con él se sentía
mejor; o que el macho, tampoco pro-tege a los cachorros, y se fue del nido, porque ahora le gusta otra hembra.Al igual que los animales, los hijos es-peran determinado comportamiento natural de los padres. Si no es así, esto será difícil de aceptar.
10.Ejercita continuamente tu fidelidad. Hombres y mujeres tenemos oportuni-dades de “delinquir” diariamente. Cada día, se presentan decenas de oportuni-dades, desde la chica que te limpia la luna del carro coquetamente, el joven buenmozo que le echa gasolina al ca-rro y te sonríe tímidamente, hasta los conocidos compañeros de trabajo o de estudios. Esto no depende de ellos; solo depende de ti y de tu decisión. Tra-bajar por la fidelidad es un compromiso diario.
Material utilizado en los talleres de FARMILIA
ra porque además nunca apreciaste su comportamiento en un conflicto de pareja
7.Si eres ético en tu trabajo y/o profe-sión, sé ético con tu relación. Muchos se jactan de ser éticos en su profesión. ¿Pero son también éticos en su relación de pareja?. No le venderías la misma casa a dos clientes, porque es anti ético e inmoral hacerlo, ¿verdad? Mas, porque tendrías dos compromisos simultáneamente? Una persona íntegra y ética, tiene un comportamiento congruente. Nadie confiaría en un gerente calificado, que acaba de abandonar a su mujer para irse con su amante. Si esta persona abandonó o renunció a un compromi-so, le será muy fácil hacerlo con sus obligaciones laborales.
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Siempre escuchamos que “...en el mundo hay crisis de valores”. En realidad, no hay ninguna crisis de valores, lo que hay es “crisis de virtudes”; es decir, muy pocos quieren y se atreven hacer las cosas bien, y la mayoría se dedica a quejarse porque las cosas salen mal.En palabras de Einstein “… la oscuridad no existe; lo que existe es la ausencia de luz”. Cierto, por ello, la infidelidad conyugal o de pareja existe porque el trabajo por la fidelidad está ausente.
Para empezar, la fidelidad es una decisión personal. Yo decido ser fiel. No es un tema hormonal, ni genético, ni psicológico; simplemente, es una decisión personal. Y tiene que ser una decisión personal, porque la atracción con otros seres humanos es algo natural, que siempre se dará. Siempre te sentirás atraído hacia otras personas; así estés casado o comprometido. Las consecuencias –que se dan como causa de esa atracción- son de tu exclusiva responsabilidad. Por eso, la fidelidad tiene que ser necesariamente una decisión.El que decidas ser fiel no garantiza que tu pareja lo sea. Tú respondes por tu comportamiento y tu pareja por el suyo.
A continuación algunos TIPS para ayudarte a trabajar tu fidelidad.
10 TIPS PARA TRABAJAR
cuarto oscuro.En tal sentido, vale preguntarse ¿porqué salir en parejas y beber al-
1.Tu tiempo principal es para tu pareja.Se supone que a lo más importante, uno le dedica mayor tiempo. Algunos errores comunes que se cometen: a) almuerzas todos los días con la mis-ma persona, compañero(a) de traba-jo; b) pasas tiempo con el entrenador de básquet de tus hijos; c) compartes hobbies, aficiones con una amigo(a). Si tu mayor tiempo es para alguien que no es tu pareja, probablemente estás construyendo una relación paralela.
2.La confianza es para tu pareja.Hay temas que son de pareja. Si le cuen-tas estos temas a tu mejor amigo(a), al profesor, etc. estarás desarrollando in-timidad con él o ella, entendiéndose in-timidad como la muestra de tu interior (sentimientos, aflicciones, pensamien-tos, etc). En este caso, el inicio de una relación caerá de madura.
3. No seas ingenuo. ¿Porque irían dos hombres y dos mu-jeres a tomarse unos tragos? Los psicó-logos dicen: “…no metan innecesaria-mente dos adolescentes en un cuarto oscuro”; es evidente que por su nivel hormonal estarán más predispuestos hacer cosas que no harían fuera del
Por: Jessica Romero (*)
cohol, que motiva la falta de control de uno mismo?
4. Selecciona tu ambiente.¿Para qué vas solo a una fiesta de ami-gos solteros, si ya eres casado? Casados con casados, solteros con solteros. Los temas y las costumbres dependen de los ambientes. Una fiesta de solteros es
para contactar gente, salir y divertirse. En una fiesta de casados nadie busca contactar a nadie.
5. Aplica tu inteligencia y tu voluntad. Me atrae una compañera de trabajo y me programan un viaje —de una sema-na— con ella, para cumplir funciones laborales ¿Qué hago? Primero, tratas de cambiar el viaje y que alguien te sustituya; es lo que, en forma racional, debes hacer. Si no se puede, durante el viaje, tratas de estar con ella —solamente— en los momentos de trabajo y donde sea im-prescindible, y casi siempre acompa-ñado. Es decir, en la noche, no puedes salir a cenar con ella, porque cenarás en tu cuarto; tampoco harás el city tour por la ciudad que acostumbras, porque a ti no te llama la atención esas cosas, etc. Eso es aplicar tu voluntad.
6. No juegues a comparar.En la oficina me atrae una chica que siempre está bien arreglada, sonriente y es muy amable conmigo. En mi casa tengo todo lo contrario. Tengo que dejar de jugar a comparar; la primera no tiene que recoger a los chicos, ver el presupuesto, pelear con el servicio, y —probablemente— trabajar 8 horas diarias en alguna empresa. Si comparas, siempre ganará la prime-
TU FIDELIDAD (*)
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SECCIÓN: HERRAMIENTAS PARA PAREJAS
SECCIÓN: CRECIMIENTO PERSONAL
ha sido concedida. Otro estimulo que motiva la oración es el pedir perdón; y ello, es muy bueno, porque Dios odia el pecado pero ama a los pecadores y es en el real arrepentimiento donde se obtiene la gracia de Dios.La oración también humaniza, nos recuerda que estamos de paso por esta tierra, que –finalmente- nada material nos llevaremos de este mundo y que estamos aquí hoy, solo porque alguien superior así lo quiso. Sorprende como personas que no oran y critican la oración, caen de rodillas cuando se enteran de una enfermedad terminal en un ser cercano, por ejemplo. Dicen que Dios te habla bajito todos los días y como no lo escuchas a veces, necesita hablarte un poquito más fuerte; y si aún así no es-cuchaste, él debe gritar para llamar tu atención. Debiera ser natural agradecer diariamente solo por tener vida y salud. En realidad, Dios no necesitó al hombre. Él era perfecto y solo lo creó por amor. La ora-ción también incrementa la sensibilidad.
Por ejemplo, la oración de San Francisco (o de la paz) –una de mis pre-feridas- dice en su segundo párrafo: “…Oh Divino Maestro, concéde-me que busque no tanto ser consolado como consolar, ser compren-dido como comprender, ser amado como amar, porque es dando como recibimos, es perdonando como somos perdonados y es muriendo en ti como nacemos a la vida eterna”.Este es un claro llamado a la generosidad y a la donación del ser hu-mano. A diario, todos buscamos que nos atiendan, comprendan, ayu-den; es decir, todo yo primero. Mas una sola oración nos invita a todo lo contrario, a consolar antes de ser consolado, a dar antes de recibir; lo que significa un alto nivel desprendimiento, de entrega, de amor.
Si en los matrimonios o en las relaciones padres-hijos hubiera este tipo de entrega, con seguridad los conflictos disminuirían drástica-mente. Una oración que nos alienta a dar es un llamado noble, por-que es dando -constantemente- que algún día recibiremos. Por ello, a través de la oración se crece espiritualmente y como persona.Muchos nos preocupamos por el mundo que les dejaremos a nues-tros hijos, debiéramos preocuparnos más por los hijos que le deja-remos a este mundo, porque si queremos transformar a la sociedad, primero tenemos que transformar a las personas. Es responsabilidad de los padres enseñarles a los hijos a orar. Nadie ama lo que no cono-ce y si los padres no los educan en la dimensión espiritual tendremos
hijos sin fe.
Sin fe es difícil creer en Dios. Y es que es químicamente imposible que el agua se transforme en vino o físicamente imposible que una estrella se hubiese acercado tanto a la tierra para iluminar un naci-miento, porque a esa distancia- por efecto del calor- hubiese pulveriza-do toda esa región, pero los cristia-nos creemos en ello por un acto fe. Tener fe es una decisión.Muchos hemos pensado que algunas oraciones eran muy re-petitivas. Por ejemplo, pareciera que rezar un rosario (50 Ave Ma-rías y 5 Padre Nuestros) debiera ser reemplazado por una oración más corta pero significativa. Algu-na vez un sacerdote me dijo “…si tienes la oportunidad de llevarle a tu madre un ramo de rosas, por-que te limitarías a darle solo una o dos rosas”. Entonces, compren-dí que rezar un rosario es como ir trabajando y limpiando cada una de las rosas de un gran ramo que estás construyendo para entre-garlo a alguien con cariño; y en esta entrega se siente la presen-cia de Dios.La oración se complementa con la acción, porque una fe que no hace obras es una fe muerta. Por tanto, el interiorizar la oración nos invita también a trabajar en cosas buenas para los demás. Na-die tiene derecho a ser feliz a so-las, menos a costa de los demás.
Porque es importante
orarPor Rolando Liendo
El vivir en un mundo acelerado, competitivo y materialista hace muy difícil que la gente tenga tiempo para el desarrollo de su dimensión espiritual. Cada vez más, las personas se vuelven más soberbias, arro-gantes, autosuficientes y creen no necesitar nada más que lo material, lo cual impide que ingresen cosas nuevas a su vida, limitando así su crecimiento personal. En este escenario, se piensa que el orar o ir a misa, es una actividad exclusiva para practicones o cucufatos. Sin embargo, la oración es el alimento del alma. La oración es una de las formas de comunicarnos con Dios. Así como los padres necesitan comunicarse con sus hijos
y viceversa, nosotros –sus hijos- necesitamos comunicarnos con Dios.
La motivación más común para orar es pedir algo. Hasta cierto punto, eso no está mal, porque los hijos pueden pedir algo a sus padres, pero también deben con-tinuar orando cuando la gracia les
Nuestros proble-mas empezaron
cuando nos casa-mos y se agrava-
ron cada año. Veía como mi relación se deterioraba.
ARMANDO
ARMANDO
JOSEFINA
JOSEFINA
Un día me pregunté si se podía ser más infeliz. ¿Dónde estaba la persona de quien me enamoré? ¿Dónde estaban mis planes? Esa relación no podía con-tinuar así. Era cierto, que no me faltaba nada material, pero sentía que no ha-bía ni una pizca de amor entre noso-tros. Hacía años, que no hablábamos de nosotros. Todo era relacionado a los niños y a los gastos que debíamos ha-cer en beneficio de ellos.Finalmente, tomé la decisión de sepa-rarme de Armando. Pero, felizmente le Un día ella me dijo que ya no aguan-
Creo que nuestros problemas em-pezaron cuando nos casamos y se fueron agravando cada año. Yo veía cómo mi relación se deterioraba y esta tendencia continuaba. Cada vez era más difícil entenderme con Armando. Parecía que hablába-mos idiomas distintos, no lográba-mos ponernos de acuerdo en nues-tros objetivos y mientras más pasaba el tiempo, había menos comunica-ción. Cualquier intento por comuni-carnos nos enfrentaba, ocasionando heridas crecientes y alejándonos cada día más de lo que queríamos lo-grar como familia. La frustración que sentía al reflexio-nar sobre mi matrimonio era tan grande que ya no sentía ningún ali-ciente para buscar el diálogo. Me sentía frustrada, decepcionada, in-feliz, sola. Con el tiempo, las peleas eran más frecuentes y parecía que entre nosotros no había nada más que nuestros hijos.Yo atribuía nuestros problemas a la falta de amor, a las heridas u ofen-sas difíciles de superar. Por un lado, no sabía cómo comunicarme con Armando sin que él se sintiera ofen-dido; no era libre para expresar mi mundo interior. De otro lado, me comportaba, de modo egoísta, siem-pre reclamando tiempo y dedicación, sin fijarme que Armando también te-nía la necesidad de ser comprendido, escuchado, atendido y amado. Cuando teníamos algún conflicto, que no superábamos, Armando no me hablaba por tiempos prolonga-dos. Yo me sentía furiosa pues pensa-ba que no era justo y sufría mucho al tener que fingir o disimular frente a mis hijos. Yo me decía a mí misma “…esto no puede continuar así”.
taba esta situación, que había encon-trado, a través de una amiga suya con un problema similar, grupos de ayuda para matrimonios en problemas y me pidió que fuéramos. A mí no me pare-cía que estábamos para ir a estos gru-pos. Nuestra relación estaba con poca comunicación, pero no en crisis, según yo. Sin embargo, ella me dijo que se sentía sola, abandonada, descuidada, deses-perada, relegada e incluso desolada y lo peor, no dejaba de llorar; acepté ir con la idea de ganar algo de tranquili-dad en mi hogar. Con ello, evitaría que mi esposa me reclamara, por lo menos unas 4 a 6 semanas. Si satisfacía lo que yo definía como un capricho de mi es-posa, en esto de buscar ayuda en otras parejas, seguro, ella estaría más tran-quila, durante una temporada. Total mi abuelo siempre me decía que “no importa cuánto les des a las mujeres siempre querrán más”, también me de-cía que “mujer que no fastidia, cuidado es un hombre”.Mas, también sentía que Josefina y yo nos alejábamos de a pocos. A veces, solo parecíamos socios en una empre-sa, cuyo único objetivo era criar ade-cuadamente a nuestros hijos. Nuestra comunicación se limitaba a los temas administrativos y que no falte nada ma-terial en la casa. Ello también me hacía sentir solo, desilusionado, perdido, va-cío, angustiado, melancólico. Parecía el protagonista de la obra “…la esposa triste del hombre perfecto”. Entonces, decidí ir.
Cuando llegué a este grupo de apoyo a otras parejas, me sentí extraño. Re-cibí mucha información. Lo primero que llamó mi atención y por supues-to entendí, fue que la falta de comu-nicación era como la presión arterial alta. Esta es asintomática al inicio y no se toman mayores precauciones, hasta que uno se convierte en un hi-pertenso o lo peor sufre un infarto o un derrame cerebral. Por lo que es-cuché, mi matrimonio ya estaba en “derrame cerebral”.Entendí también, que no quería co-municarme profundamente con Jose-fina, porque no estaba acostumbrado a mostrarme tan internamente o no sabía cómo hacerlo. Para mí, mostrar mi interior significaba delatar algunas debilidades que –posteriormente- se utilizarían en mi contra, en un poste-rior conflicto.Mi forma racional y estructurada también me impedía escuchar a Jo-sefina. Cuando ella me pedía dialo-gar le decía que sí, pero que tenía 5 minutos para expresar su idea y que yo también me tomaría 5 minutos para expresar las mías. Cuando ella se quejaba de esta respuesta le repli-caba que el tiempo y calidad de una idea son inversamente proporciona-les, lo que significa que una gran idea debe transmitirse en poco tiempo; y una mala idea necesita mucho tiem-po. En consecuencia, si ella tenía algo importante que comentarme apelaba a su capacidad de síntesis. Obviamente, ella se retiraba y yo me quedaba solo, confundido, colérico, irritado, ofendido. Otras veces, Josefina solo me pedía que la escuche. Mas, yo –inmedia-tamente- quería darle alternativas y soluciones como hacía en mi trabajo. Mi mente no entendía como alguien quiere que solo la escuches y no solu-
comenté mi caso a una gran amiga, quien me contó que pasó por algo si-milar y que –en ese momento- recu-rrió a grupos de parejas que ayudan a matrimonios. Rápidamente, me puse en contacto con ellos. Mi gran temor era que Armando no quisiera ir. No obstante, le expuse claramente como me sentía y él fi-nalmente aceptó acompañarme; no si antes decirme, que “…si se sentía aburrido, se retiraría”. Inmediata-mente, lo quise mandar al diablo y continuar con mi decisión; pero no sé por qué me contuve, supongo que fue mi interés por nuestros hijos. Así que le dije, que estaba de acuerdo.Además, yo estaba segura de tener toda la razón. Y pensé que quizás en estos grupos de ayuda, le dirían a Ar-mando los errores que él estaba co-metiendo. El necesita ir; yo lo acom-pañaría.
bamos solo lo necesario, pero eso tampoco era algo que me quitara el sueño. Sentía que los malos mo-mentos pasarían solos. Yo le repetía permanentemente a Josefina, que nosotros no teníamos problemas y básicamente eran desacuerdos o di-ferencias de puntos de vista. Yo me consideraba un esposo per-fecto. No tomaba, no fumaba, ni si-quiera salía a jugar fulbito, como mis amigos. Yo lo veía así: si en mi casa no faltaba nada material, entonces Jose-fina no tendría de qué quejarse. Para mí, tal como vi en mi padre, hombre es quien “…la pone en la casa”. Mi rol era de proveedor y logístico. Todo mi horizonte era crecer profesional-mente para que en mi casa no faltase nada material.
SOBRE LA PAREJAArmando y Josefina tienen 13 años de casados, tres hijos (dos hombres y una mujer de 12,11 y 9 años, respectivamente). Am-bos son contadores-auditores de profesión; se conocieron en la universidad donde fueron grandes amigos, y casi al terminar su carrera, se hicieron enamorados y luego esposos.
COMUNICACIÓNPor FARMILIA CONYUGAL
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Soy el tercero de cinco hermanos. Provengo de un hogar donde mi pa-dre era bastante autoritario. De niño le tenía mucho miedo. Creo que todos le teníamos ese temor en mi casa. Mi mamá nos decía que mi papá trabaja-ba mucho y que no debíamos incomo-darlo en las noches haciendo bulla o con alguna pregunta indiscreta. Mi madre era una persona tímida y re-traída. Se ocupaba fundamentalmen-te de las labores de la casa, mientras que quien pagaba las cuentas era di-rectamente mi papá. Nunca vi en ellos muestras de cariño y tampoco los vi conversar.En cuanto a mí, lo más importante era tener una sólida posición económica. Por eso, me concentré en mi profe-sión; con ello, podría independizarme y pronto irme de la casa.
ARMANDO
ARMANDO
JOSEFINA
Cuando conocí a Josefina en la univer-sidad, me agradó desde el primer mo-mento. Ella era entusiasta, muy buena alumna y toda una líder. Era mucho de lo yo quería ser. El día que me aceptó como enamorado, fue mi “golpe de suerte”. De ahí en adelante, siempre es-taríamos juntos.
Soy la mayor de tres hermanos: Dos hombres y una mujer. Mis padres siem-pre tuvieron una relación muy cercana. Yo veía que ellos conversaban a menu-do; y aunque también discutían, luego se amistaban. Mi papá siempre estaba en casa a las cinco de la tarde, para ayu-darnos en las tareas y ayudar a mamá en la casa.En la universidad, mi única preocupa-ción eran los estudios. En mi casa no faltaba nada pero tampoco sobraba;
así que yo quería dejar de ser una car-ga. Durante mi etapa universitaria, me llamaba mucho la atención un mucha-cho serio, muy tímido y que pocas ve-ces participaba. Me encantaba la ter-nura con la que me miraba. Un día nos pusimos a conversar, luego fuimos al cine, y así pasando las se-manas, nos convertimos en enamora-dos. Él nunca conversaba mucho y no era de contarme sus problemas, pero así me gustaba. Cuando terminamos nuestras carreras, él me pidió casarse conmigo, y aunque yo tenía muchos planes profesionales, consideré que junto a él los podría cumplir.
Luego de casarnos todo iba muy bien. Luego, llegaron los hijos y poco a poco nos fuimos alejando. Nos comunicá-
EL CASOSECCIÓN:
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Regresaba inspirada por los testimo-nios que escuché de otras parejas en estos grupos de ayuda. Tales testimo-nios me enseñaron que la comunica-ción era un problema real en la mayo-ría de parejas y también el causante de otras contrariedades y sufrimien-tos que nos ocasionábamos mutua-mente. También me di cuenta que sí era posible remontar esas dificultades aunque con mucho trabajo y decisión.Los primeros días me sentía algo incó-moda con explorar mis sentimientos y expresárselos a Armando. Ambos es-tábamos muy heridos y eso me hacía sentir insegura, desconfiada y vulne-rable. Además, el hecho de saber que debíamos establecer un día específico para dialogar no era fácil de aceptar para mí, porque no estaba acostum-brada a dialogar profunda y abier-tamente. Siempre mi comunicación se quedaba al nivel de expresar qué quería, o emitir juicios o acusaciones; de modo que mi disposición al diálogo no era de las mejores. Además, perennemente se presen-taba algo ‘más’ que hacer: los niños, los estudios, el trabajo, compromisos sociales, el cansancio, etc. Todo pa-recía más atractivo que trabajar en mi comunicación; sobre todo por las ideas preconcebidas que yo tenía de que Armando no reaccionaría como yo quería. Sin embargo, a medida que desa-rrollábamos los temas en los grupos de ayuda, yo iba descubriendo cuán desconocido era Armando para mí. Entonces, era cada vez más evidente que ese diálogo al que yo rehuía era indispensable, porque nadie ama lo que no conoce y nosotros no nos co-nocíamos.
JOSEFINA
ARMANDO
Mi cambio empezó cuando entendí que Josefina y yo somos personas di-ferentes, con orígenes y preferencias distintas, con diferentes sentimientos y necesidades. Yo puedo necesitar 5 minutos para transmitir una idea, pero Josefina necesita 15 o 20 mi-nutos. Aprendí a respetarla y amarla como es, no como me gustaría que sea. Al superar esta diferencia y cum-plir rigurosamente con el diálogo en-focado en sentimientos pude ganar mucha intimidad con Josefina, cono-cerla mucho más. Pasamos de los temas administrati-vos a temas nuestros, de pareja, a explorar nuestros sentimientos y ne-cesidades como cónyuges. ¿Cómo era posible que después de 10 años de
casados no conociera realmente a mi esposa? La verdad es que cuando se ca-rece de diálogo conyugal, da lo mismo estar casado 5, 10, 25 ó 50 años. Cuan-do no hay diálogo conyugal es como es-tar divorciados, viviendo juntos. Sobre nuestros hijos hay poco que de-cir; cuando la relación es sólida, esta se convierte en un gran árbol, fuerte y frondoso, bajo cuya sombra se crían muy amados y seguros los hijos. Enten-dí que trabajar por mi relación, es un acto de amor hacia mis hijos.
Después de mucho trabajo, sentimos que nuestra relación avanzó conside-rablemente. Esto lo vemos en el rostro de nuestros hijos. Ahora tenemos un día de diálogo a la semana. Aunque no siempre nos ponemos de acuerdo, siempre termina con un abrazo, un beso y un “…no fue ahora pero en los siguientes días tendremos otra oportu-nidad”.Sentimos también que nos falta mucho y que esto es un trabajo diario. Cuando
De a pocos, me di cuenta que los pro-blemas de la pareja los ocasionábamos los dos, que habían actitudes mías que dañaban profundamente a ARMANDO, y que yo tenía mucho que mejorar tam-bién.En este trabajo fue fundamental apren-der a comunicarnos. A través de ese re-conocernos es que fuimos capaces de aceptarnos como somos, no como nos hubiera gustado que seamos. Aprendi-mos que escuchando, es como logra-mos ponernos en los zapatos del otro, es fijarnos en cómo se siente y no cri-ticar tanto. Cuando empecé a dialogar en senti-mientos me sentía rara con los resulta-dos. No veía nada, pero –paulatinamen-te- iba despojándome de mis máscaras y temores para darme a conocer me-jor. Aprendí también que es necesario comunicarse abierta y sinceramente cuando algo no te gusta; siempre en un marco de tranquilidad y respeto. Todo esto me hacía sentir amada, valorada, segura y esperanzada en que nuestra relación si funcionaría
JOSEFINA
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no dialogamos y nos escudamos en que “esta semana no, porque estoy muy ocupado con el trabajo, los hijos, los amigos, etc”, luego sentimos como sí una carga pesada nos golpeara.Cuando dialogamos –permanente-mente- no le tenemos miedo a ningún conflicto, porque aprendimos a ma-nejarlos. Además, sabemos que los problemas nunca desaparecerán; es imposible que no haya conflicto entre Josefina y yo, porque somos diame-tralmente opuestos y tenemos prefe-rencias totalmente diferentes.
Después de reconocer la importan-cia del diálogo conyugal enfocado en los sentimientos y de practicarlo con Armando, llegué a comprender que somos dos personas únicas, irrepeti-bles y de gran valor, pero diferentes. El diálogo logra que esas diferencias jueguen a favor de nuestra relación, a través de una comunicación más pro-funda y asertiva. Ahora, tenemos un día de diálogo en el que abordamos temas importantes para nuestra familia, y si se trata de algo que nos enfrenta, le comparto mis sentimientos no placenteros, con la tranquilidad de saber que mis sen-timientos no son buenos ni malos, y que por lo mismo, no seré juzgada, eso me hace sentir esperanzada, con-fiada y motivada a continuar con mi trabajo personal y de pareja. Este trabajo no es fácil, requiere de decisión, disciplina y esfuerzo, pero los resultados son muy gratificantes. Ahora, después de comunicarle mis sentimientos a Armando –aún los no placenteros- me siento más liberada y segura. El objetivo es que él entienda cómo me siento ante determinada si-tuación; lo cual nos acerca, trayendo armonía a nuestra relación y a nuestra familia, porque vamos descubriendo que esta técnica no solo la podemos aplicar entre nosotros dos, sino tam-bién con nuestros seres queridos.
JOSEFINA
cionar el tema. Esto para mí era poco entendible y muy confuso.
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II.“Los niños quieren sentirse orgullosos de sus padres, lástima que los padres no se den cuenta. En los casos más afortuna-dos, un padre y una madre tienen una idea de cómo debería ser el hijo y actúan para que todo se adecue a esa idea. En los casos más desafortunados no ven nada más de ellos mismos y siguen vi-viendo sin percatarse de ese rayo láser que les apunta permanentemente, una mirada que traspasa muros y supera dis-tancias, implacable, sedienta, hambrien-ta, capaz de alcanzarlos en cualquier parte de la tierra, de seguirlos al cielo o al infierno, dispuesta a arriesgarlo todo, a perderlo todo, una mirada que desde el mismo momento en que se ha posado en el mundo reclama una sola cosa: otra mirada que le responda”. (1)
El texto precedente me llevó a reflexio-nar acerca del presente y el futuro cifra-dos en la relación generacional: entre los adultos y los jóvenes, entre padres e hijos y entre los mayores y menores. Los adultos, conforme lo dicta la antropolo-gía, están sumidos, embarcados en pre-tensiones y proyectos, lo que es propio y adecuado a su condición. No podría ser de otro modo pues de su realización de-pende el desarrollo profesional, humano y familiar.
Con los menores, en cambio, es distinto: su vida aún replegada, se va expandien-do gradualmente. Sus proyectos no tie-nen la dimensión ni entrañan responsa-bilidades directas para con terceros. Me atrevo a pensar que su mayor respon-sabilidad es la de crecer, pero no en un exclusivo sentido cuantitativo: peso, ta-lla, fuerza... que como hechos naturales no reclaman participación. Crecer, más bien, es una tarea personal e intransfe-rible de la que nadie puede sustraerse ni menos ser reemplazado.
Este crecimiento que se despliega a par-tir de las condiciones recibidas (la heren-cia, el entorno) entraña también un des-cubrimiento de sí mismo y del significado de las cosas que están en el ambiente. Es en la aventura de descubrir en que el me-nor requiere señales, luces y trazos para evitar el constante ensayo-error, que sin duda, es revelado por los adultos en el comportamiento cotidiano de sus vidas. Más de lo que se suele creer, los hijos mi-ran y captan. Quizá a pesar nuestro, so-mos – a través de nuestras acciones y ac-tuaciones - contenido de su aprendizaje. Sin embargo, es la acogida, la atención y el cariño que se les muestra, lo que les impulsa al crecimiento. Es “en la mirada que les corresponda” donde encuentran ese apoyo y seguridad para aventurarse por el camino del despliegue de sus vi-das. Se abren al mañana a partir de un presente pleno de afecto y cariño.
Me pregunto si la prisa, “el ahora no, por-que estoy ocupado”, de la urgencia para llegar con eficacia a todas las demandas que el trabajo y la sociedad plantean se vuelven en contra del crecimiento de los niños y jóvenes. El mercado y la globali-zación junto con la realización profesio-nal exigen ser atendidos con presteza e idoneidad. Para responder a la mirada de nuestros hijos no se requiere dejar las actividades; todo lo contrario, se tienen que hacer y muy bien. La clave está en descentrarse de uno mismo para centrar-se en ellos. De este modo, los encuentros con los hijos tendrán el sosiego y acogida necesarios para su crecimiento. Sólo en-tonces, los proyectos de los adultos y la tarea de crecer discurrirán sin conflicto y en beneficio mutuo.
(1) Susana Tamaro en “Escucha mi voz” Ed. Seix Barral, España, 2007, Pág. 92
FAMILIAEDUCANDO
DESDE LA
I.
EL INVITADOSECCIÓN:
Por Edistio CámereDirector del Colegio Santa Margarita
18
Mafalda ve a sus padres serios y mo-lestos, junto a ellos, con la mirada fija en el suelo y llorando a Guille su hermano menor. Intrigada pregunta: “¿Qué pasa?” La mamá le responde:” ¡Que tu hermano es un caprichoso!” El papá concluye “¡Eso pasa! Mafal-da se dirige a su hermano y le dice: ¡Pero Guille, tenés que ser compren-sivo, caramba! Hace un alto y seña-lando a sus padres, prosigue: “Pensá que esta buena gente antes de edu-carnos a nosotros no educo nunca a nadie. ¡Venimos a ser sus hijitos de las Indias! ¿Qué vamos a hacerle?
Con el advenimiento del primer hijo o hija la relación conyugal muda im-perceptiblemente a la paterno-filial. El niño es el centro de los cuidados y atenciones; aquel con su “estar” im-prime un vivaz y variado ritmo a la dinámica del hogar. Con su modo de ser y de obrar va dando noticia de su filiación, pero también de su autono-mía en germen. La luz del ser de los padres reverbera en los gestos y accio-nes del hijo, que a aquellos complace
y deslumbra. De pronto, el niño se aparta de ese molde esperado: es señal de su sin-gularidad, de su ser así y no de otro modo. La “primera vez” tiene lo suyo. Los papás no cuentan con una suerte de bitácora ni menos con una “caja negra”, que ateso-ran o registran respuestas o soluciones que vienen bien para toda ocasión o para aquel preciso momento. Ser padres, es sencillamente un estreno, un debut que juntamente o mejor precisamente con el hijo – protagonista central – y, de la mano con el sentido común, irán tejien-do la trama de su educación.
A favor de la “primera vez” habría que es-grimir que el amor suple la inexperiencia y que aunque suene a paradoja, ayuda a acertar sobre todo en los momentos o trances más álgidos. Los errores o equi-vocaciones cuando parten de una recta intención de educar se tornan en apren-dizaje. Los padres gracias a la experien-cia adquirida se hacen más prudentes; el niño por su parte, es confrontado con los claros y oscuros que hace de la vida un paisaje real y atractivo al mismo tiempo.
Más bien son las omisiones, “el dejar pa-sar” lo que impide que el niño madure. La indicación, la corrección o el estímu-lo quedarán en un definitivo suspenso: nunca sabrán los padres el bien que de-jaron de hacer. Ese vacío en la formación sólo se podría llenar por acción esforza-da y libre del hijo cuando sea adulto.
Con “la primera vez” no se agota el es-treno de ser padre. La paternidad debuta con cada hijo. Los papás establecen re-laciones inéditas con cada hijo o hija. Su singularidad reclama modos de ser pa-ternales en armonía con esa condición. La paternidad o maternidad, como nota esencial de quien procrea, sin embargo, no se expresa de manera uniforme o co-lectiva; más bien, se específica diferen-ciadamente atendiendo la intimidad de cada retoño. Es a partir de su intimidad, de lo que lo hace diferente que el hijo da noticia de quien es y, espera también no-ticias que así lo distingan. De otro lado, los padres en cuanto tales y en cuanto personas únicas, suscitan en el hijo acciones y reacciones diversas a la que provocarían en el otro hijo. De
esta interacción entre singularidades se sigue, por ejemplo, mayor o menor afi-nidad, choque de caracteres, mayor o menor facilidad para el dialogo... entre padre e hijo. No obstante, si predican la imperiosa tarea de perfilar estrategias diferenciadamente personales para con-firmar una relación fluida entre ambos. Vale la pena remarcar que las singulari-dades de los hijos no anulan – tampoco tendrían por que hacerlo – la unidad familiar en términos de criterios, princi-pios, tradiciones y disciplina. En palabras de J.J. Rousseau la educación es el auxilio del crecimiento, en tanto respeta la pro-pia naturaleza y, desde fuera remueve los obstáculos que puedan detener su crecimiento y, colocando en proporcio-nes ajustadas a la realidad de cada cual el “abono” necesario y conveniente para su mejora personal.
22%
22%
56%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%
En base a la investigación, existe una asociación entre el estado de la relación conyugal de los padres y la disposición del menor a imitar dicho modelo.
En el segmento de los niños, con padres divorciados o separados, la disposición a no imitar el modelo conyugal de sus pro-genitores es mayoritaria; a diferencia de los niños, que tienen a su papá y mamá casados o conviviendo, quienes presentan esta disposición en un considerable menor grado, conforme se aprecia en el grafico 3.
0% 20% 40% 60% 80% 0% 20% 40% 60% 80%
¿ELLOS QUIEREN SER CÓMO NOSOTROS?
¿NUESTROS NIÑOS, QUIEREN CASARSE EN SU VIDA ADULTA?
Se encontró que el 53 por ciento de esco-lares no piensa casarse o no sabe si lo hará (20% no se ve casado en el futuro, 19% duda de verse casado, y 15% no supo qué responder), mientras que el 47 por ciento restante sí se ve desenvuelto en una vida matrimonial.
Respecto a cómo ven los colegiales una probable reconciliación de sus progenitores; de aquellos niños —cuyos padres están separados o di-vorciados— el 56 por ciento indicó que definitivamente no es posible eso, 22 por ciento duda que se con-crete y el restante 22% señaló que sí había posibilidades de reconcilia-ción (grafico 2).
Además, la investigación encontró que los hijos que no desean emular el modelo de sus padres o dudan, al respecto, tienden —en mayor grado que sus pares, que sí quieren imitarlo— a no verse casados en el futuro; en cambio los que quieren imitar el modelo conyugal de sus padres tienden
—en mayor grado que sus pares que no quieren imitarlo— a verse casados en el futuro. Al respecto, en diversos estudios se ha concluido que hijos de padres separados o divorciados se inclinan —mayormente— a repetir el fracaso conyugal de sus padres cuando establecen relaciones conyugales.
SECCIÓN:LA INVESTIGACIÓN¿CÓMO SE SIENTEN LOS HIJOS
CON RESPECTO A NUESTRA RELACIÓN DE PAREJA?
Por: Martha AlvaradoUnidad de investigación de FARMILIA
Estudio de Farmilia
FICHA ESTADÍSTICA
Número de encuestas: 2,000 encuestasNúmero de distritos: 39Fecha: Noviembre, 2011Tipo: Colegios privados y estatalesEdades: Estudiantes de 11 a 16 años.Lugar de realización: Lima Metropolitana.
La investigación exploratoria desarrollada por FARMI-LIA, demuestra que el 29 por ciento de escolares de se-cundaria tienen a sus padres separados o divorciados, mientras que el porcentaje restante (71%) los tiene jun-tos. Es decir, uno de cada tres escolares en Lima, tiene a sus padres separados o divorciados.
LOS TEMORES DE NUESTROS NIÑOS
A los pequeños, cuyos padres están casados o conviven, se les preguntó sobre el manejo que tienen sus pro-genitores de sus conflictos conyuga-les. De este grupo, el 48 por ciento manifestó que siente miedo cuando sus padres discuten; 27 por ciento, indicó que no siente ese temor; y 25 por ciento, señaló que a veces lo tiene y en ocasiones no.
Tratándose de la estabilidad de la rela-ción conyugal de sus padres, el temor de los niños es más extensivo; al pun-to que, el 51 por ciento de los esco-lares entrevistados respondieron que temen ver a sus padres separados, mientras que solo el 35 por ciento no tiene ese temor y 14 por ciento teme y no teme esa separación (grafico 1).
Gráfico 2/ Fuente: Estudio de Farmilia
Gráfico 3/ Fuente: Elaboración propia
20 21
CICATRICES Esta historia nos presenta a Clara y Fa-bián, quienes conforman un matrimo-nio perteneciente a la clase media .A lo largo del tiempo, su relación conyugal se va desgastando, perdiéndose así el respeto mutuo y el verdadero sentido
del matrimonio. Es así como, las discusiones marita-les entre Clara y Fabián empiezan con riñas, luego gritos hasta llegar a la cruenta violencia física. Dichos en-frentamientos, afectarán a ambos y —principalmente— a su pequeño hijo de 4 años, Juliancito, quien al morir les ocasiona un profundo dolor, que —iró-nicamente— será el inicio del replan-teamiento de sus vidas.Esta película aborda como una pareja que se ha lastimado tanto (con infide-lidad, desconocimiento de la responsa-bilidad económica de parte del varón, en relación a su hijo y esposa; oculta-miento del hijo ante el padre, por par-te de la mujer; la muerte del hijo por responsabilidad de ambos, culpándo-se mutuamente por ello) y que llega a concretar su divorcio, logra —después de muchas contradicciones internas y esfuerzos— reconstruir su relación de pareja sobre otras bases. Cicatrices constituye una verdadera lección de cómo se puede revertir una relación de pareja conflictiva e incluso antagónica a una relación sana y feliz.
RECOMENDADOS
EL DESAFÍO DEL AMOR ( FIREPROOF )
Fireproof aborda la trama de una pareja de esposos, cuya relación conyugal se vuelve al cabo de cier-to tiempo conflictiva; al punto de iniciarse un ciclo de resentimientos y rencores entre ambos consortes, que planteaba como única salida el divorcio.
Esta lectura nos muestra lo que es el verdadero amor; el mismo que involucra la necesidad de cambiar como ser humano, esforzarse por ser cada vez mejor y actuar en lo correcto, sin condiciones ni interés alguno. El Desafío del Amor nos enseña como el propio proceso de transfor-mación, que no es fácil y es toda una prueba, una vez llevado adelante, recompensa con creces todo sacri-ficio hecho. Este libro es un valioso testimonio de lo que una pareja con heridas debe llevar adelante para transformarse individualmente y tornar su relación en sana y feliz.
El Instituto de Ciencias del Matrimonio FARMILIA es una organización sin nes de lucro, sostenida por los aportes de su Patronato. Nuestro interés es que más parejas cuenten con información, que les permita mejorar sus relaciones. Y para ello, se requieren mayores recursos.Si esta revista te ayudó, te hizo razonar, o ha sido de tu interés, te pedimos que nos ayudes a asistir a otras parejas, depositando una contribución:
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LA PELICULA
EL LIBROEn cuanto a las capacidades socioemocionales que tienen los niños para enfren-tarse al mundo, FARMILIA encontró signos de alerta.De los escolares –cuyos progenitores están casados o conviven- que a su vez, no sienten miedo cuando sus padres discuten, tienen, en mayor grado, seguridad en sí mismos y más disposición a no tener problemas de autoestima si su grupo lo rechaza, a diferencia de los que sí tienen ese miedo (ver grafico 4).
¿CÓMO MANEJAN ELLOS SUS EMOCIONES?
No valgo nada si el grupo no me acepta
Ni cierto ni falso
Siento que valgo aunque el grupo no me acepte
2% 1% 4%
5% 4% 5%
40% 20% 18%
Pienso que discusión con amigo podría terminar mal
Ni mal ni bien
Pienso que discusión con amigo podría terminar bien 37% 28% 22%
31% 39% 29%
32% 34% 49%
Me considero una persona segura de si misma
Me considero una persona insegura
Ni cierto ni falso
2% 1% 2%
8% 5% 6%
38% 19% 19%
A esto se suma que los estudiantes que sienten miedo, ante las discusiones de sus padres, mayoritariamente tienden a pen-sar que no podrán manejar los conflictos que se les presente con las personas que se relacionen. (Ver gráfico 5)
Además, los escolares entrevistados que comparten el mismo temor que los del grupo anterior, manifestaron ser menos seguros de sí mismos, con respecto a los que, no tienen miedo cuando sus padres discuten. (Ver gráfico 6)
Según la investigación del Banco Mundial “Fortaleciendo las Habilidades y la Empleabilidad en el Perú” (2011) para la fuerza laboral del siglo XXI es importante tener -entre otras cosas- habilidades cognitivas y socioemocionales; siendo estas últimas claves para que los niños tengan mayor probabilidad de lograr un buen rendimiento escolar, acceder a educación superior y colocarse profesionalmente con buenos ingresos laborales cuando sean adultos; además de que estas son adquiridas en la niñez y son los padres –en primer lugar- y la escuela los que deben generarlas y desarrollarlas.
En tal sentido, si los padres desenvuelven una mala relación conyugal no cumplirán su parte, en perjuicio del menor, quien al no contar con las habilidades mencionadas (entre ellas comunicación, numéricas, solución de problemas, autorregulación, toma de decisiones, seguridad en sí mismo, autoestima, manejo de conflictos y de emociones y otras) tiene altas probabili-dades de no convertirse en un adulto competitivo y calificado, lo que no permitirá su movilidad social.
Del efecto micro habrá un efecto macro, porque en el futuro habría un porcentaje importante (considerando que -según nuestro estudio- hay un 52 por ciento de parejas que manejan mal o con limitaciones sus conflictos), de una fuerza laboral con varias limitaciones.
Gráfico 4/ Fuente: Estudio de Farmilia
Gráfico 5/ Fuente: Estudio de Farmilia
Gráfico 6/ Fuente: Estudio de Farmilia
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