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Cristiam Peña Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. Una búsqueda de la Verdad La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein

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Tesis para la obtención de la Licenciatura en Filosofía

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Cristiam Peña

Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”.

Una búsqueda de la Verdad La filosofía de Edith Stein

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LA FILOSOFÍA DE EDITH STEIN

Una búsqueda de la Verdad

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Cristiam Peña

LA FILOSOFÍA DE EDITH STEIN

Una búsqueda de la Verdad

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© Cristiam Peña Edición del autor Impresión: Diagramación: elbuho Corrección: Asunción, Paraguay, 2007 Hecho el depósito que marca la Ley Tesis para Licenciatura

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PROLOGO

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Carta de Edith Stein a su santidad Pío XI

¡Santo Padre!

Como hija del pueblo judío, que, por la gracia de Dios, desde hace once años es también

hija de la Iglesia católica, me atrevo a exponer ante el Padre de la Cristiandad lo que

oprime a millones de alemanes.

Desde hace semanas vemos sucederse acontecimientos en Alemania que suenan a burla de

toda justicia y humanidad, por no hablar de amor al prójimo. Durante años los jefes

nacional-socialistas han predicado el odio a los judíos. Después de haber tomado el poder

gubernamental en sus manos y armado a sus aliados, -entre ellos a señalados elementos

criminales-, ya han aparecido los resultados de esa siembra del odio. Hace poco el mismo

Gobierno ha admitido el hecho de que ha habido excesos, pero no nos podemos hacer una

idea de la amplitud de estos hechos, porque la opinión pública está amordazada. Pero ha

juzgar por lo que he venido a saber por informaciones personales, de ningún modo se

trata de casos aislados. Bajo presión de voces del extranjero, el régimen ha pasado a

métodos “más suaves”. Ha dado la consigna de que no se debe “tocar ningún pelo a ningún

judío”. Pero con su declaración de boicot lleva a muchos a la desesperación, porque con

ese boicot roba a los hombres su mera subsistencia económica, su honor de ciudadanos y

su patria. Por noticias privadas he conocido en la última semana cinco casos de suicidio a

causa de estas persecuciones. Estoy convencida de que se trata sólo de una muestra que

traerá muchos más sacrificios. Se pretende justificar con el lamento de que los infelices no

tienen suficiente fuerza para soportar su destino. Pero la responsabilidad cae en gran

medida sobre los que lo llevaron tan lejos. Y también cae sobre aquellos que guardan

silencio acerca de esto.

Todo lo que ha acontecido y todavía sucede a diario viene de un régimen que se llama

“cristiano”. Desde hace semana no solamente los judíos, sino miles de auténticos católicos

en Alemania, y creo que en el mundo entero, esperan y confían en que la Iglesia de Cristo

levante la voz para poner término a este abuso del nombre de Cristo. ¿Esa idolatría de la

raza y del poder del Estado, con la que día a día se machaca por radio a las masas, acaso

no es una patente herejía? ¿No es la guerra de exterminio contra la sangre judía un

insulto a la Sacratísima Humanidad de Nuestro Redentor, a la Santísima Virgen y a los

apóstoles? ¿No está todo en absoluta contradicción con el comportamiento de Nuestro

Señor y Salvador, quien aún en la Cruz rogó por sus perseguidores? ¿Y no es esto una

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negra mancha en la crónica de este Año Santo que debería ser un año de paz y de

reconciliación?

Todos los que somos fieles hijos de la Iglesia y que consideramos con ojos despiertos la

situación en Alemania nos tememos lo peor para la imagen de la Iglesia si se mantiene el

silencio por más tiempo. Somos también de la convicción de que a la larga este silencio de

ninguna manera podrá hacer obtener la paz con el actual régimen alemán. La lucha

contra el catolicismo se llevará por un tiempo en silencio, y por ahora con formas menos

brutales que contra el judaísmo, pero no será menos sistemática. No falta mucho para que

pronto, en Alemania, ningún católico pueda tener cargo alguno si antes no se entrega

incondicionalmente al nuevo rumbo.

A los pies de Su Santidad pide la bendición Apostólica.

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El que anda tras la verdad vive preferentemente en ese centro interior donde tiene lugar la actividad

encantadora del entendimiento; si en serio trata de buscar la verdad (y no de acumular meros

conocimientos aislados), tal vez se halle más cerca de Dios, que es la misma verdad.

Edith Stein

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INTRODUCCIÓN

a filosofía moderna, con aires reduccionistas, ha dejado de lado la reflexión sobre el

ser, primordial para la filosofía misma. En algunos casos esta reflexión fue rechazada

al punto de igualarla con el pensamiento mitológico; en otros, llanamente olvidada

afirmando la imposibilidad del pensamiento metafísico; sin embargo, el siglo XX será testigo de un

resurgir de la filosofía primera gracias al pensamiento filosófico de influencia cristiana y a los graves

acontecimientos históricos vividos en este siglo que avivaron en el hombre la pregunta fundamental:

¿qué es el ser?

En respuesta al cuestionamiento antes planteado el interés principal de Edith Stein primó en

la edificación de una metafísica completa, nuevo eslabón de la philosophia perennis que, sin dejar de

ser estrictamente filosófica no descuidara las riquezas proporcionadas por la experiencia inmediata y

su análisis fenomenológico. Puede decirse que su punto de partida era fenomenológico-inmanente

pero que su conclusión era realista-trascendente. En efecto, la dialéctica entre el ser finito y el ser

eterno (objeto de su libro sobre el sentido del ser) permitía, según Edith Stein, evitar el dogmatismo

a que conduciría la adhesión pura y simple a cualquiera de las dos posiciones. La síntesis

fenomenológica-escolástica era así -a la vez- una síntesis de razón y experiencia, de temporalidad y

eternidad, de finitud e infinitud, de esencia y existencia.

El sistema filosófico steiniano trata de establecer un puente de conciliación y mutua ayuda

entre dos corrientes enemistadas de la filosofía: la escolástica y la filosofía moderna. Se vale así de la

gran construcción racional, metódica y bien elaborada de la filosofía medieval pero sin dejar de tener

L

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en cuenta la novedad de la intuición y el método fenomenológico. No estamos ante un eclecticismo

filosófico –como se podría juzgar a primera vista-, sino ante el gran desafío del ideal de una

perfectum opus rationis, fruto de la philosophia perennis, que para Edith Stein no quiere decir otra

cosa más que el espíritu auténtico del filosofar que vive en todo verdadero filósofo; es decir, en

aquel que se ve irresistiblemente empujado por una necesidad interna a indagar el logos o –según

la traducción de Santo Tomás- la ratio de este mundo.

La búsqueda de la verdad será la brújula y el horizonte de esta filósofa del siglo XX; tras el

encuentro con la verdad entregará todas sus reflexiones y todos sus esfuerzos. Sus investigaciones se

centran en campos como la psicología, la educación, la política, la fenomenología, el mundo griego y

medieval, pero será la antropología -la reflexión por una concepción integral del hombre- quien la

lleve a darse cuenta de la necesidad prioritaria de una metafísica que responda a los

cuestionamientos existenciales del ser humano.

Su preocupación filosófica la narra ella misma en su Autobiografía, diciendo: “A partir de

aquí (en relación a su tesis doctoral) yo había continuado algo que llevaba muy dentro en el

corazón y que continuamente siguió asaltándome en mis posteriores trabajos. Se trataba de la

estructura de la persona humana”.1

Edith Stein sintetiza en su vida la complejidad de la vida humana: judía de nacimiento, en su

adolescencia rechaza la fe, se vuelve ferviente luchadora por los derechos de la mujer, filósofa y

convertida al cristianismo, se encuentra con la cruz en el martirio que sufre en las cámaras de gas del

campo de concentración de Auschwitz. No ha de sorprendernos -por lo que acabamos de afirmar- su

gran humanismo y su deseo por comprender con profundidad el sentido del ser.

El presente libro trata de mostrar este talante humanista en nuestra filósofa al tiempo de

investigar sobre los fundamentos filosóficos que subyacen a su concepto de ser.

El primer capítulo es una necesaria biografía, ya que no es posible comprender la filosofía

steiniana sin estudiar los avatares de la historia de los primeros decenios del siglo pasado y, por otro

1 Edith Stein, Estrellas Amarillas, p. 367.

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lado, Edith Stein es de las filósofas que convierten en tema de reflexión cuanto siente y vive. Su

filosofía sigue los pasos de su vida.

Los capítulos segundo y tercero estudian las influencias que recibió nuestra filósofa de sus

dos grandes maestros: Edmund Husserl y Tomás de Aquino. Ambos capítulos presentan además las

características de sus principales obras filosóficas.

El capítulo cuarto es la presentación de la ontología steiniana, siguiendo los lineamientos

propuestos por Edith Stein en su obra cumbre: Ser finito y ser eterno, una ascensión hacia el sentido

del ser.

Los capítulos quinto y sexto muestran el humanismo integral propuesto por nuestra filósofa

y sus respuestas a los interrogantes que asaltan al hombre postmoderno, mostrando así la

actualidad de su pensamiento filosófico.

Fueron numerosas las dificultades con las que tropecé a lo largo de este trabajo, la principal:

la difícil tarea de conseguir las obras filosóficas de Edith Stein, ya que en nuestro medio es más

conocida como mística y santa cristiana que como filósofa.

Espero que este libro pueda abrir surcos para futuras investigaciones filosóficas sobre la

vasta obra de esta mujer de nuestro tiempo; que sus aportes al conocimiento universal lleguen a

más personas y que faciliten la comprensión del hombre, de su ser y de su existencia.

Quisiera culminar esta introducción con estas palabras de Ser finito y ser eterno:

“Ningún sistema de pensamiento humano alcanzará jamás un punto de

perfección tal que pueda satisfacernos, sino que también puede ser el camino

que conduzca a un contacto vivo con los antiguos pensadores y a la comprensión

de que, a pesar del tiempo y de las barreras constituidas por las naciones y las

escuelas, todos los que buscan lealmente la verdad tienen algo en común”.2

2 Edith Stein, Ser finito y Ser eterno, p. 14.

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CAPÍTULO 1

EVOLUCIÓN Y CONTINUIDAD EN EL PENSAMIENTO

DE EDITH STEIN

unque la obra filosófica de Edith Stein se inicia ciertamente con la publicación de

su tesis doctoral Sobre el problema de la empatía,3 estudiando su Autobiografía

podemos encontrar que sus inquietudes filosóficas se remontan años atrás,

cuando toma la decisión de realizar estudios universitarios en 1911.

Interiormente abandona la religión judía, profesada por toda su familia, y se propone seguir

un humanismo práctico. Intelectualmente, el centro de su reflexión es el sentido de la vida del

hombre; es así como se sumerge en la filosofía para tratar de comprender el sentido de la existencia

humana. Así, su preocupación por el ser humano se convierte en el denominador común de su vasta

obra. Su gran humanismo se expresa en la siguiente frase: “Estamos en el mundo para servir a la

humanidad”.4

Ella es filósofa desde la médula. No hace filosofía por profesión, ni estudia por el afán de

saber más. Detrás de todo se esconde su ansia por descubrir cuál es la verdad, tiene un profundo

espíritu de luchadora-buscadora.

3 Zum Problem der Einfühlung, Max Niemeyer, Halle 1917. 4 Edith Stein, Obras completas I, p. 291.

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¿No es acaso vocación genuina de todo verdadero filósofo la búsqueda de la verdad?, pues

así lo entiende Edith, afirmando en Ser finito y Ser eterno “que la filosofía auténtica es la búsqueda

siempre inquieta del espíritu humano del ser verdadero”.5

Los primeros años en la universidad de Breslau, estudiando filosofía, germanística, historia y

psicología y los siguientes en Gotinga, como discípula de Husserl (1913-1921), conforman la sólida

base de su pensamiento y de su modo de acercarse a la realidad con un talante fenomenológico

objetivo.

Luego de su conversión al cristianismo y de separarse del maestro Husserl -quien se orienta

hacia un idealismo- Edith permanece fiel a los fundamentos originarios de la fenomenología más

pura.

Como intelectual católica, y por influencia de Erich Przywara, estudia la obra de Santo

Tomás de Aquino, traduciendo el De Veritate y realizando una adaptación de esta obra al lenguaje

filosófico moderno.6 Su producción filosófica se orienta a problemas antropológicos y pedagógicos,

en el marco de una filosofía cristiana.

Si bien Stein se sintió muy próxima a sus dos maestros, Edmund Husserl y Tomás de Aquino,

su filosofía lleva su impronta personal, elaborando una síntesis de las diversas corrientes filosóficas

en las que se inspira. De ahí que el pensamiento steiniano resulte especialmente útil para ilustrar y

evaluar las ventajas e inconvenientes inherentes a la aplicación conjunta del planteamiento

fenomenológico y metafísico.7

El análisis de la amplia producción filosófica de esta mujer del siglo XX, revela que en ella se

tratan la mayor parte de los problemas de la filosofía de todos los tiempos. El individuo, el Estado, la

sociedad, la libertad, la persona, el problema de la verdad en el conocimiento, la existencia de Dios,

la objetividad de los valores éticos, diversas cuestiones de índoles metafísica, etc.

5 Cfr. La pasión por la verdad, p. 14. 6 Cfr. op. cit., p. 94. 7 Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein, p. 16.

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1.1. BUSCADORA DE LA VERDAD

En Edith Stein, vida y filosofía aparecen unidas en un trasfondo constituido por una

incansable búsqueda de la verdad hacia la cual dirigió todos sus esfuerzos intelectuales como así

también toda su pasión de mujer. Su ardiente deseo por abrazar la verdad de modo cada vez más

pleno la impulsó a recorrer diversas etapas en su vida: fenomenóloga, filósofa cristiana y mística. Ella

misma lo sintetiza con esta frase: “Mi sed de verdad era toda una oración en sí misma”,8

refiriéndose al tiempo anterior a su conversión. Ya como monja carmelita, y dirigiéndose a todos

aquellos buscadores de la verdad, escribe: “Dios es la verdad. Quien busca la verdad busca a Dios

sea de ello consciente o no”.9

Como una mujer luchadora que vivencia los tristes sucesos del siglo XX, Edith Stein encarna

en su persona la encrucijada del hombre moderno.10

En la catedral de Espira, hay una capilla

dedicada en su honor con un medallón en el que se leen unas palabras que resumen toda su vida:

Judía, atea, cristiana, carmelita, mártir…. Así, en ella tienen lugar las situaciones más dispares que el

ser humano puede experimentar, lo cual muestra la importancia de esta filósofa en la comprensión

del hombre postmoderno y la manera en que su reflexión filosófica -aún poco estudiada- puede

arrojar un poco de luz sobre muchos de los problemas de nuestro tiempo.

En su Autobiografía sentimos los múltiples interrogantes que la asaltan y cómo no puede

menos que lanzarse a la búsqueda de soluciones: su vida está íntimamente unida a su obra filosófica,

ella misma lo entiende así:

“La palabra (hablada o escrita) desvela siempre la propia alma, lo quiera o no.

Como fruto maduro se desprende de su ser más íntimo y da noticia de su trabajo

interior”.11

Es su vida también expresión de esta búsqueda constante de la verdad, tarea a la cual se

sumerge enteramente, al punto de expresar:

8 María Teresa Renata Posselt, Edith Stein, una gran mujer de nuestro siglo, p. 75. 9 Edith Stein, Obras completas I, p. 1251. Carta a la hna. Adelgundis (23/03/1938). 10 Juan Pablo II, en la homilía de su beatificación afirma que su vida “concentra una síntesis dramática de nuestro siglo” 11 Edith Stein, La mujer, editorial Palabra.

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“Cuando parece que se es arrancado del camino aparentemente dado por el

nacimiento y la educación, o tal y como se había elaborado e imaginado por uno

mismo para sí mismo, y se es empujado hacia otro totalmente distinto, entonces

eso podría ser considerado como prueba de una especial vocación, una vocación

no hacia un camino trazado y previsto, sino a una tarea individual que no está

sólidamente perfilada de antemano, sino que sólo se desvela paso a paso”.12

Ya podemos notar que una compresión más acabada de su reflexión filosófica sólo es

posible con una referencia biográfica, ya que existe una estrecha relación entre su vida y su

pensamiento. Francisco Javier Sancho, en notas explicativas sobre la obra steiniana, afirma que

podríamos decir que Edith Stein inaugura un nuevo género literario que podríamos denominar como

“autobiografía filosófica”, en el sentido que su filosofar sigue la misma trayectoria que siguió su

vida.13

1.2. RELACIÓN ENTRE VIDA Y PENSAMIENTO

Edith Stein antepone la experiencia de vida a la reflexión; su reflexión filosófica no se

encuentra desencarnada, concibe la filosofía como reflexión sobre la experiencia, algo que aprendió

de Husserl. Así, su filosofía se transforma en cierto sentido en proyección de su propia vida, la fuente

de su originalidad la constituye su autenticidad en su propio vivir.

Boriello sintetiza bien esta conexión entre vida y pensamiento, cuando habla de un trazado

de vida vivida radical e intelectualmente pensada como un recorrido desde su ser finito hasta el ser

infinito de Dios.14

Alexandre Koyré, en una entrevista reproducida en E. de Maribel, “Edith Stein:

Dall´università al lager di Auschwitz”, (ed. Paoline, Milano 1987, p. 96), afirma: “A mi juicio, (Ser

finito y ser eterno) representa su `biografía espiritual´: es el resultado de la tensión de toda una vida

consagrada a la búsqueda del sentido del ser, dirigida después hacia Dios y anhelante del

conocimiento de Dios a través de la experiencia mística, esta experiencia en sí del amor del Otro”.

12 Autobiografía. 13 Cfr. Obras completas I, p. 74. 14 Citado por Michel Esparza en El pensamiento de Edith Stein, p. 24.

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En Edith Stein, los procesos sociales y mundiales que transcurren en el siglo XX son el

fundamento para el ejercicio de su pasión filosófica: toma parte en organizaciones estudiantiles que

se reúnen a debatir sobre temas pedagógicos; se involucra como activista en el movimiento

feminista; se alista como enfermera en la Primera Guerra Mundial; se vuelve miembro del partido

democrático. Es así como su vida corre paralela a sus investigaciones. Entender su vida es entender

su doctrina; estudiar su biografía es la mejor hermenéutica para acercarnos a su pensamiento.

En este apartado sólo hacemos énfasis en los momentos más importantes de su vida

académica y de su proceso intelectual, poniendo al margen algunos detalles familiares y otros

acontecimientos que la misma Edith escribe en su Autobiografía. Para una mayor profundización en

la vida de esta mujer protagonista del siglo XX, puede remitirse el lector al “Anexo B” de este

estudio donde se presenta una síntesis biográfica.

1.3. UNIVERSITARIA EN BRESLAU Y GOTINGA

En las primeras décadas del siglo XX, la participación de la figura femenina en la universidad

era muy limitada. Las mujeres habían conseguido apenas años antes el permiso oficial para los

estudios universitarios; es de comprender por ello, que Edith sea una de las pocas mujeres en las

clases de la Universidad de Breslau.

Fueron cuatro semestres en Breslau, estudiando germanística, historia, griego, psicología y

filosofía. La universidad sería para ella como su nuevo hogar; en sus palabras: “para mí, la

universidad era realmente mi alma mater”.15

En estos años desarrolla una intensa actividad

extraacadémica en diversas asociaciones estudiantiles.

Pronto se siente insatisfecha con la psicología impartida por el profesor William Stern con

quien pensó e inició los trámites para realizar un doctorado. El sentido positivista y mecanicista de la

psicología de principios de siglo no llenaba sus ansias de búsqueda sobre el sentido auténtico de la

vida.

15 Edith Stein, Obras completas I, p. 316.

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Tampoco la filosofía enseñada por el profesor Höniswald, seguidor del neokantismo,

terminaba de ofrecer respuestas satisfactorias. No le abría caminos nuevos de investigación.16

En el semestre del verano de 1912, en un seminario de problemas de la psicología racional -

al preparar una ponencia- conoce la obra de Edmund Husserl, quien por entonces inicia una nueva

corriente. Se dedica a la lectura de las Investigaciones Lógicas percatándose de la originalidad de

este trabajo y de las puertas que abre a un acercamiento a la realidad.

Edith, por influencia del doctor Moskiewicz, quien conocía a Husserl, se deja motivar por

aquello que en Gotinga no se hace otra cosa sino filosofar día y noche, en la comida y por la calle. En

todas partes. Sólo se habla de fenómenos.17

La distinción dada a una mujer del círculo fenomenológico y una carta de un pariente

invitándola a Gotinga, precipitó su decisión. Convencida de que con Husserl encontraría una

respuesta a su anhelada búsqueda, parte hacia Gotinga, para formar parte del círculo de

fenomenólogos.

“¡Querida ciudad de Gotinga! Creo que solamente quien haya estudiado allí entre

los años 1905 y 1914, en el corto tiempo de esplendor de la escuela

fenomenológica de Gotinga, puede comprender lo que nos hace vibrar este

nombre”.18

Con sus veintiún años y toda la expectativa que pueda producirse, inicia los años de estudio

y reflexión filosófica que marcaran toda su producción filosófica.

Iniciada en la fenomenología por Adolf Reinach y pronto admitida por Husserl en su

Seminario de Filosofía, su agudeza en la reflexión le permitió ver la separación existente entre Las

Investigaciones Lógicas y Las Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica,

haciendo notar al maestro su inclinación hacia el idealismo. Más tarde, en Friburgo, sería este el

tema de largas discusiones.

16 Francisco Javier Sancho en la Presentación de las Obras completas de Edith Stein, t. I, p. 48. 17 Op. cit., p. 327. 18 Ibíd.

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Discípula aventajada de Husserl, en la Sociedad Filosófica conoce a Max Scheler y toma

contacto con Alexander Koyré y Dietrich von Hildebrand, estos dos últimos ya separados del círculo

de Gotinga. Entabla además una profunda amistad con el matrimonio Conrad-Martius y con Adolf

Reinach, cuya muerte en la Primera Guerra Mundial marcará definitivamente el sentido de su vida al

ver en la viuda la fortaleza de la Cruz. Todos estos filósofos, como más tarde Heidegger, mantendrán

una estrecha relación filosófica con Edith Stein.

Tras un periodo de servicio voluntario en un hospital de campaña durante la guerra, Edith

vuelve junto al maestro, decidida a re-iniciar19

su tesis doctoral. Tras imponerse un duro régimen de

investigación, sus exigencias filosóficas dan fruto en su primera gran obra Sobre el problema de la

empatía.

Su tesis doctoral demuestra el dominio que poseía sobre el método fenomenológico,

llegando a la máxima calificación y convirtiéndose así en la primera doctora en filosofía de Alemania.

Acompaña, años más tarde, a Husserl a la ciudad de Friburgo donde se desempeña como su

asistente. El proceso de conversión a la fe cristiana ya estaba en marcha y sus preocupaciones

filosóficas se orientan hacia la problemática social y política. Como asistente es la responsable de

iniciar a los alumnos en el método fenomenológico. Serán duros años de lucha interior y de

apasionada tarea filosófica.

Conoció a Heidegger en Friburgo, de quien guarda una agradable impresión aunque no

comparta plenamente sus ideas filosóficas. En un apéndice a su obra Ser finito y Ser eterno, Edith

realiza un comentario a Ser y tiempo, sentando una postura crítica respecto al Dasein heideggeriano.

1.4. ESPIRA Y SU REFLEXIÓN PEDAGÓGICA

Su actividad en la enseñanza y en la educación fue muy fructuosa. Tras su conversión, que

sigue a una profunda crisis interior y su admisión a la Iglesia católica por el bautismo en 1922, la

tarea más difícil consistió en comunicar a su familia su entrada al catolicismo, en especial a su madre,

a quien la unía fuertes lazos afectivos.

19 Había suspendido sus estudios por causa de la Guerra y se había alistado como enfermera voluntaria.

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Gracias a la ayuda del Prelado Schwind, quien se ofrece a buscarle un lugar tranquilo y

seguro en el ámbito claustral donde pudiera entregarse sin ningún estorbo a sus trabajos científicos

y atender al desarrollo de su vida religiosa, encuentra en la Escuela del Monasterio de Santa

Magdalena de las Dominicas de Espira un lugar como docente. Edith Stein se embarca a una tarea

pedagógica muy importante, aunque siempre tenía tiempo para los demás. Se guiaba por el principio

que un día expresó en una carta: “por lo que se refiere al trato con los hombres: la necesidad

espiritual del prójimo rompe todo precepto. Cualquier otra cosa que hiciéramos es medio para el

fin. Pero el amor es el fin mismo, porque Dios es amor”.20

Es aquí donde conoce al Padre jesuita Erich Przywara quien le encomienda la traducción de

las cartas del cardenal Newman. Tras el éxito de esta primera empresa, llega la gran tarea de traducir

a Santo Tomás de Aquino. Inicia su trabajo con el De Veritate.

A partir de ese momento, a la inquieta pensadora se le abre un nuevo mundo, que exige

adoptar posturas originales tanto en el pensar como en el actuar. En el prólogo de su obra filosófica

más emblemática da cuenta del cambio operado en ella:

“Había encontrado el camino de Cristo y de su Iglesia, y estaba ocupada en sacar

sus conclusiones prácticas. Durante su profesorado en la Escuela Normal de las

Dominicas en Espira, tuvo la posibilidad de familiarizarse con el verdadero medio

católico (…)”.21

La filósofa se había hecho maestra, pero no por esto se detuvo su producción científica, que

tenía un especial sentido ya que era enfocado desde la educación cristiana y desde una ardua tarea

como conferencista en Alemania y en otros países de Europa. Fruto de ello son obras como: La mujer

(publicado en 1959) que en realidad es una serie de conferencias y artículos tocantes a la cuestión

femenina; El intelecto y los intelectuales (1931) y una serie de artículos científicos referentes a la

persona (más adelante Estructura de la persona humana) y a la educación.

La formación de la persona humana se refleja en una maravillosa síntesis. Toda su

antropología, desde sus reflexiones filosóficas hasta sus conclusiones teológicas y prácticas, analiza

20 María Teresa Renata Posselt, op. cit., p. 107. 21 Cfr. Ser finito y Ser eterno, p. 13.

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el ser del hombre, tanto desde su unidad personal como desde su unidad con Dios y con la

humanidad. Aúna la antropología filosófica con la antropología teológica para concluir con la

formación humana. En su obra antropológica se contempla patente la originalidad de su

pensamiento.

Esta gran tarea la realiza a pedido de sus directores espirituales que ven en ella a una gran

referente de la intelectualidad católica y, por ello, dilatan su ansia de ingresar al Carmelo. Edith Stein

afirma lo siguiente al respecto: “Que sea posible cultivar la ciencia como culto divino, es algo que

me ha quedado bien claro después de haber entrado en contacto con Santo Tomás (…); y sólo

como consecuencia de ello me he decidido a tomar otra vez en serio el trabajo científico”.22

1.5. INTELECTUAL CATÓLICA

El encuentro con Cristo y la conversión al catolicismo van a marcar la vida y el camino

filosófico de Edith Stein. Su interés, siendo profundamente antropológico, parece centrarse en la

necesidad de introducir la filosofía moderna dentro del cristianismo, tratando de armonizar

lingüística y metodológicamente la fenomenología con el tomismo.

A pesar de las divergencias de ambos mundos filosóficos (fenomenológico y tomista), se

pueden apreciar problemas comunes y compartir conceptos semejantes: la cuestión del ser, de la

persona, de la relación filosofía-teología, de la noción de esencia y existencia, etc. De una manera u

otra, todas estas materias se harán presentes en los estudios que Edith Stein emprenderá a partir de

su pertenencia a la fe católica. Los estudios originados bajo este horizonte tienen una triple finalidad:

a) Conocer y presentar dos modos de pensar existentes: el pensamiento moderno y el tomista; b)

Subrayar las coincidencias y las discrepancias entre ambos mundos; c) Elaborar un sistema de

pensamiento integrador que denomina Perfectum opus rationis.23

A principios del año 1932, recibe el nombramiento para Münster, entrando a formar parte

como profesora del claustro de profesores del Instituto Alemán para las Ciencias Pedagógicas -ya

desde 1926 lleva a cabo una intensa labor como conferenciante, centrando sus temas en reflexiones

sobre la mujer, la pedagogía y la antropología cristiana-. En el Collegium Marianum abrió su

22 Edith Stein, Autorretrato Epistolar, p. 63. 23 Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, p. 52.

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domicilio. Su nombre corrió como un reguero de pólvora por Münster y encendió un entusiasmo

singular entre las numerosas estudiantes religiosas y seglares.24

1.6. MONJA CARMELITA Y MÍSTICA CRISTIANA

Desde hacía casi doce años el Carmelo era su meta, ella misma lo expresa así:

“Desde que en el verano de 1921 cayó en mis manos la Vida de nuestra santa

madre Teresa y acabó mi prolongada búsqueda de la verdadera fe. Cuando el día

del año nuevo de 1922 recibí el bautismo, pensé que aquello era sólo la

preparación para entrar en la Orden. La espera se me había hecho al final muy

penosa y yo me había convertido en una extranjera en el mundo… Pero ahora ya

se me habían derribado los muros de contención. Mi actividad se acababa…”,

escribía en su obra Cómo llegue al Carmelo de Colonia.

La presencia de Hitler en el poder se presenta -para Edith Stein y para el pueblo judío- como

una gran amenaza, cuyas consecuencias se dejan sentir inmediatamente (la imposibilidad de

continuar su tarea como conferencista y como docente del Instituto Pedagógico). Ella pudo marchar

a América (Estados Unidos) donde le ofrecían una cátedra universitaria, pero prefirió permanecer

junto a los suyos.

En el Carmelo, su talante filosófico encuentra en la dedicación a la contemplación y en la

experiencia mística, el culmen de su búsqueda de la verdad.

La celda conventual será testigo de la redacción de múltiples escritos de muy diferente

contenido, más con una marcada referencia espiritual (uno de los primeros escritos será la obra Ser

finito y Ser eterno).

Su experiencia mística será la cima de su reflexión filosófica:

“La perfección completa del ideal hacia el cual tiende la filosofía en cuanto

búsqueda de la sabiduría, es únicamente la sabiduría divina misma, la visión

simple por el cual Dios se comprende a sí mismo y a todo lo creado. La realización

24 María Teresa Renta Posselt, op. cit., p. 156.

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suprema que puede ser alcanzada por un espíritu creado –seguramente por sí

mismo- es la visión gloriosa que Dios le da al unirse a Él: el ser adquiere la

participación del conocimiento divino viviendo la vida divina. El mayor

acercamiento a este fin supremo durante la vida terrestre es la visión mística”.

(Ser finito y Ser eterno).

Seguramente desde su propia experiencia y también a partir de la profundización en los

escritos de Juan de la Cruz, Teresa de Ávila y Dionisio el areopagita completa su antropología.

Descubre en la experiencia de los místicos esa interioridad del hombre tan accesible a la mirada de la

razón. Allí descubre, no sólo el centro de la unión con Dios, sino el centro de la realización personal,

porque allí radica el centro de su libertad. Es más llega al convencimiento de que la contemplación y

adquisición de la verdad suprema de las cosas se conquistan a través de la oración contemplativa.

En todos sus trabajos, inevitablemente, se transparenta su talante. En el Carmelo holandés

de Echt, adonde Edith Stein se traslada tras la persecución nazi, escribe las siguientes obras: Los

caminos del conocimiento de Dios y La ciencia de la cruz. Aquí residirá hasta su deportación a

Auschwitz, el 2 de agosto de 1942, donde entregará su vida como inmolación por su pueblo, en la

cámara de gas.

1.7. CONCLUSIÓN

Edith Stein es de las filósofas que convierten en tema de reflexión cuanto siente y vive.

Friedrich Hölderlin definía esta actitud con las siguientes palabras: “Quien piensa lo más profundo

ama lo más vivo”. La filosofía de Edith Stein es una filosofía de la vida, parafraseando: toda su vida

es una filosofía. Sus temas filosóficos son aquellos que más tocan a su ser personal.

Su espíritu se forja en el fragor de las décadas de entre guerra, en Alemania. En este

contexto, esta mujer fuerte, acierta a leer con claridad inusual los signos de su tiempo. Ella misma se

siente protagonista de la realidad histórica.

Todo su pensamiento está marcado por una búsqueda incesante de la verdad, búsqueda

que culmina en el encuentro con el Ser infinito.

Page 28: La filosofía de Edith Stein

Cristiam Peña

28

Edith no estuvo ajena al palpitar de la humanidad y sus aportes al pensamiento universal

van desde una psicología crítica hasta una antropología aplicada a la pedagogía. Es activista por los

derechos de la mujer, enfermera en la Guerra, docente, conferencista, teóloga y filósofa. La

pregunta por el ser es una constante en ella y en sus contemporáneos.

Su postura, ante las situaciones que le toca vivir, siempre estuvo marcada por una

constructiva actitud crítica, una mirada profunda al sentido de los acontecimientos. Afloraba en ella

aquello de Husserl “volver a las cosas mismas”; esta “epojé” existencial hacía de ella una pensadora

capaz de comprender y filosofar sobre los grandes momentos y los grandes temas que marcaron su

época.

Ezequiel García Rojo lo sintetiza así: “Su reflexión no es un puro pensar aséptico, reducido a

la estrecha franja intelectual; su especulación, es más bien, la expresión de un compromiso personal,

en el que se ven afectados entendimiento y voluntad, cerebro y corazón, razón y sentimiento. En

definitiva: es la vida con todos sus ingredientes y retos, el gran supuesto de la filosofía steiniana, de

ahí que no resulte fácil encuadrarla en un sistema acabado; la marcha de la misma camina a la par de

las vicisitudes personales en los que se ve envuelta. El argumento de sus reflexiones está propiciado

por su existir”.25

Como fenomenóloga cristiana asumirá el principio aristotélico de que “la ciencia, que tiene

por objeto la verdad, es difícil desde un punto de vista y fácil desde otro. Lo prueba la imposibilidad

que hay de alcanzar la completa verdad y la imposibilidad de que se oculte por entero. Cada filósofo

explica algún secreto de la naturaleza”.26

Su filosofía es conciliadora, ecuménica y esperanzadora.

“Nos inclinamos profundamente ante el testimonio de la vida y la muerte de Edith Stein, la

hija extraordinaria de Israel e hija al mismo tiempo del Carmelo. Sor Teresa Benedicto de la Cruz

(Edith Stein), una personalidad que reúne en su rica vida una síntesis dramática de nuestro siglo. La

síntesis de una historia llena de heridas profundas que siguen doliendo aún hoy, pero que hombres y

mujeres con sentido de responsabilidad se han esforzado y se siguen esforzando por curar, síntesis al

25 Una mujer ante la verdad, p. 15. 26 Aristóteles, Metafísica, II, 1

Page 29: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

29

mismo tiempo de la verdad plena sobre el hombre, en un corazón que estuvo inquieto e insatisfecho

hasta que encontró descanso en Dios”.27

CUADRO 1: ETAPAS DEL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO DE EDITH STEIN

El siguiente cuadro nos muestra las diversas etapas que vivió nuestra filósofa, la influencia

de Husserl es especialmente fuerte en la etapa de Gotinga y Friburgo; la del tomismo en Espira y

Münster. Podemos además ver el crecimiento filosófico a través de su producción literaria más

importante, obra que culmina como una destacada filósofa cristiana.

Etapa

Ciudad

Obras de importancia

Año

Influencia de la fenomenología

Breslau, Gotinga, Friburgo

Sobre el problema de la empatía.

Causalidad psíquica.

Individuo y comunidad.

Una investigación sobre el Estado.

Introducción a la filosofía.

1913 a 1922

Acercamiento a la filosofía cristiana

Espira

Traducción del “De Veritate” de Santo Tomás de Aquino.

La mujer, su papel según la naturaleza y la gracia.

La fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo Tomás de Aquino.

1923 a 1930

Intelectual Católica y filósofa cristiana

Münster y Colonia

Echt, Holanda

Auschwitz-Birkenau

Conferencias sobre temas filosóficos, pedagógicos y antropológicos.

Acto y potencia.

Sobre la estructura de la persona humana.

Ser finito y ser eterno.

Ciencia de la Cruz.

1930 a 1938

1941

+ 1942

27 Juan Pablo II, Homilía en la beatificación de Edith Stein, en: “L´Osservatore Romano” 17/V/1987, p. 13.

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Cristiam Peña

30

CUADRO 2: LA OBRA DE UNA FILÓSOFA 28

Escritos filosóficos

Desde su tesis doctoral, la obra filosófica de esta mujer de nuestro tiempo abarca los más diversos temas del pensamiento moderno. La gnoseología, la psicología, la investigación social, la antropología, la pedagogía, la metafísica y la fenomenología como reflexión filosófica. Sus publicaciones, muchos en el “Jarbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung” y otros en revistas especializadas o importantes editoriales de la época, muestran su influencia en el ámbito académico –especialmente católico- de su tiempo.

Sobre el problema de la empatía (1917)

Introducción a la filosofía (1920)

Causalidad psíquica (1922)

Individuo y comunidad (1922)

¿Qué es fenomenología? (1924)

Una investigación sobre el Estado (1925)

La fenomenología de Husserl y la filosofía de Tomás de Aquino (1929)

Problemas de la formación de la mujer (1932)

Potencia y acto (1932)

La estructura de la persona humana (1932)

Conocimiento, verdad, ser y Ser actual e ideal (Fragmentos) (1932)

¿Qué es el hombre? Antropología de la doctrina católica de la fe (1933)

La filosofía existencial de Martín Heidegger (1936)

Ser finito y Ser eterno (1936) Traducciones Su labor como traductora manifiesta un profundo

conocimiento no sólo de la lengua alemana, sino también del latín, el griego, el ingles, el francés y el español. Sus traducciones saben hacer presente la esencia de la obra original en el lenguaje filosófico contemporáneo.

Descartes y la Escolástica [del francés al alemán] (1923)

La idea de la Universidad [del inglés al alemán] (1928)

Diario y las cartas del cardenal Newman [del inglés al alemán] (1928)

Questiones Disputatae de Veritate [del latín al alemán] (1931-1932)

De ente et essentia [del latín al alemán] (1934)

Otras tantas traducciones (especialmente litúrgicos) para su comprensión por parte de otras personas.

Conferencias Desde 1926, hasta su entrada al Carmelo, desarrolla una incesante labor como conferencista en Alemania y otros países de Europa. Son 25 temas en innumerables conferencias a más de su participación en el congreso de Juvisy.

Verdad y claridad en la enseñanza y en la educación (1926)

El valor específico de la mujer en su significado para la vida del pueblo (1928)

Los tipos de psicología y su significado para la pedagogía (1929)

Sobre la lucha por el maestro católico (1930)

La colaboración de los centros conventuales en la formación religiosa de la juventud (1929)

Fundamentos teóricos de la labor social de formación (1930)

Educación eucarística (1930)

El ethos de las profesiones femeninas (1930)

Sobre el concepto de formación (1930)

Fundamentos de la formación de la mujer (1931)

El intelecto y los intelectuales (1931)

El misterio de la navidad (1935)

La misión de la mujer (1931)

Isabel de Hungría (1931)

Vocación del hombre y de la mujer según el orden de la naturaleza y de la gracia (1931)

Configuración de la vida en el espíritu de Santa Isabel

Vida cristiana de la mujer (1931)

Maestras de formación universitaria y de magisterio (1932)

Natural y sobrenatural en el Fausto de Goethe (1932)

El arte materno de la educación (1932)

Tiempos difíciles y formación (1932)

Misión de la mujer académica católica (1932)

Tarea de la mujer como guía de la juventud hacia la Iglesia (1933)

Formación de la juventud a la luz de la fe católica (1933)

Fundamentación teórica de la formación de la mujer (1933)

La fenomenología (participación en el congreso de Juvisy, París 1932)

28 La reseña corresponde a la Cronología presentada en el “Anexo A” de esta investigación. Las fechas al lado de las obras corresponden al año de publicación.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

31

Recensiones Mantiene una estrecha relación con otros filósofos contemporáneos –muchos de ellos amigos suyos- quiénes les confían sus obras para un análisis crítico. Unas cinco recensiones son sobre libros filosóficos, otros tantos sobre los diversos tomos de la Summa de Tomás de Aquino; también existen recensiones de libros biográficos, de espiritualidad y de teología.

Gertrud Kuznitzky, Vivencia de la naturaleza y conciencia de la realidad (1919)

La fenomenología trascendental de Husserl (1931)

Metafísica de la comunidad (1932 )

La doctrina de la abstracción de Santo Tomás de Aquino (1933)

El libro de Karl Adam sobre Cristo (1933)

Iglesia católica y escuela (1933)

La lucha por el bien supremo (1934)

La Summa alemana (1934)

Un sacerdote de nuestro tiempo (1935)

Bajo el cetro de la Reina de la paz. 300 años del Carmelo de Colonia (1637-1937) (1937)

La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Una introducción a la filosofía fenomenológica (1936)

Nuevos libros sobre Santa Teresa de Jesús (1937)

Obras completas de Santa Teresa (1938)

Escritos autobiográficos y espirituales

Una autobiografía y mucha de su correspondencia muestran su talante filosófico. Es una escritora prolifera. Aunque sus escritos espirituales no son abordados en esta investigación creemos conveniente presentar en este cuadro los más significativos.

Vida de una familia judía. Autobiografía *ver: “Estrellas Amarillas”+ (1936)

Como llegué al Carmelo de Colonia (1933)

Testamento (1939)

El epistolario (1916-1942)

La oración de la Iglesia (1937)

Los caminos del conocimiento de Dios (1940-1941)

Ciencia de la Cruz (1942)

Otros tantos escritos menores. A más de lo presentado, los Archivos que contienen sus obras, guardan breves -pero no menos importantes-escritos literarios, poesías, obras de teatro y escritos menores.

Para una mayor comprensión de la evolución de sus escritos remitimos al lector al “Anexo A” de la presente investigación.

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32

CAPÍTULO 2

LA FENOMENOLOGÍA

a fenomenología se esfuerza por recuperar la filosofía como método riguroso a fin de

ofrecer garantías de objetividad al discurrir humano. Surge como reacción al

empirismo, al naturalismo psicológico, y en contra del idealismo exagerado

proveniente de Kant y sus escuelas del siglo XIX.

El Santo Padre, Juan Pablo II, describió la fenomenología como “un estilo de pensamiento,

de relación intelectual con la realidad, de la que se quieren tomar los rasgos esenciales y

constitutivos, evitando prejuicios y reduccionismos”. Me gustaría añadir –concluyó - “que es como

una actitud de caridad intelectual hacia el ser humano y el mundo, y para el creyente, hacia Dios,

principio y fin de todas las cosas”.29

Pero dejemos que sea la misma Edith Stein, quien en este apartado nos explique con

claridad lo que es la fenomenología. Transcribimos un artículo publicado por nuestra filósofa en el

suplemento educativo de un diario del Palatinado en mayo de 1924.

29 Juan Pablo II en conferencia pública, 24 de marzo de 2003, en: Zenit [en línea] <http://www.zenit.org/spanish/visualizza.phtml?sid=33165> (12/07/03)

L

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

33

2.1. ¿Qué es Fenomenología? 30

Comencemos por los orígenes de la escuela fenomenológica. Su fundador fue Edmund

Husserl. Esta es una verdad ineludible aun cuando muy pronto se desmembraron de la

fenomenología ideas paralelas que, si bien estaban fuertemente influenciadas por Husserl,

respondían a intereses y fuerzas motores diversas. Max Scheler, por ejemplo, reunió a su alrededor

un grupo propio que obtuvo más reconocimiento y difusión que la obra del científico estricto, que

era Husserl.

Querer encuadrar a Husserl en los esquemas de las escuelas filosóficas tradicionales es un

esfuerzo vano. La filosofía de nuestro tiempo se divide en dos grandes grupos: por un lado

encontramos la filosofía católica que continúa con la tradición escolástica y sobre todo con Sto.

Tomás; y, por otro, la filosofía que insistentemente se autodenomina “moderna” que nace en el

renacimiento, alcanza su punto culminante con Kant y que hoy se encuentra dispersa en una serie de

interpretaciones y prolongaciones de la doctrina kantiana. Hasta hace pocos años esos dos grupos no

se ocuparon el uno del otro. Los no católicos acostumbraban a no estudiar la filosofía escolástica y

los católicos no conocían a Kant.

Recién en los últimos años se abrió camino la conciencia de que una doble conducción de

las cuestiones filosóficas no tiene futuro. En los círculos no católicos no hubo nadie que haya

aportado más para la preparación de esta nueva conciencia -sin habérselo propuesto como objetivo-

que Husserl.

El mismo no creció en ninguna de las tendencias. Husserl era matemático, trabajaba como

asistente de Weierstass en Berlín y, como fiel discípulo de la más estricta de las ciencias, participaba

de una suerte de menosprecio por la filosofía, que no le parecía ser propiamente ciencia. Esto

cambió radicalmente cuando, después de su promoción, asistió a las clases de Franz Brentano en

Viena. Allí percibió el espíritu de la actividad científica estricta y se sintió movido a estrechar sus

vínculos con la filosofía. Se hizo discípulo de Brentano y aunque éste andaba por sus propios caminos

no se puede negar que su pensamiento estaba signado por el espíritu de la escolástica. Aquí se

30 Edith Stein, ¿Qué es fenomenología? en: “La pasión por la verdad”, pp. 39-48.

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Cristiam Peña

34

muestran algunas líneas comunicantes entre la philosophia perennis y la rama más moderna y, según

parece, totalmente original de la filosofía. Sin duda alguna, sin embargo, con esto se hace referencia

sólo al espíritu de filosofar pues Husserl no tomó de la escolástica ninguna doctrina determinada.

Cuando comenzó a filosofar en forma independiente no se dejó conducir por ningún escrito

precedente, sino por las cuestiones mismas. Al comienzo le interesaron los conceptos fundamentales

de la ciencia con la cual se había ocupado hasta ese momento; esto es, clarificación filosófica de las

matemáticas. Su primera obra fue: La filosofía de la aritmética, desde allí continuó su camino según

la contextualizaciòn objetiva de los problemas hacia los fundamentos de la lógica. Y así surgió en la

década siguiente la gran obra que dio a Husserl fama internacional: las Investigaciones Lógicas

(“Logische Untersuchungen”. Halle, 1901). Aquí aplicó intencionalmente un método propio y

totalmente nuevo que caracterizó como “fenomenológico”. La exposición sistemática de este

método se realizó mucho más tarde en su obra: Ideas para una fenomenología pura y una filosofía

fenomenológica (“Ideen zu einer reinen Phanomenologischen Pholosophie”. Halle, 1913). En el

tiempo que medió entre la aparición de ambas obras, Husserl se trasladó de Halle, donde él había

vivido hasta ese momento como docente privado, a Gotinga. Allí se reunió en torno suyo un círculo

de discípulos del cual muy pronto surgió una serie de valiosos colaboradores. Para la publicación de

los aportes de esa escuela y de los investigadores allegados (junto a Scheler sobre todo los filósofos

de Münich A. Pfänder y M. Geiger) se fundó en Friburgo el Anuario de filosofía e investigación

fenomenológica (“Jahrbuch für Philosophie und phanomenologische Forschung”. Niemeyer, Halle).

En 1916, Husserl se trasladó a Friburgo de Brisgovia donde, desde el final de la guerra

realizó una intensiva labor docente.

Veamos ahora algo sobre la peculiaridad de su método. Antes, sin embargo, una breve

acotación sobre el nombre “fenomenología”: De por sí es una causa de muchos problemas, pues

parece conducir casi necesariamente a un malentendido. A los fenomenólogos no les interesan los

“fenómenos” en sentido vulgar, esto es, las meras manifestaciones, sino que buscan lo último

fundante, las esencias objetivas. Ese nombre, sin embargo, hizo historia en los últimos veinte años y

no puede dejar de ser tenido en cuenta.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

35

En cuanto al método fenomenológico, es imposible dar una visión introductoria completa

en un marco reducido. Quien desee una mayor profundización tiene que buscarla a través del

estudio de las obras fundamentales de la fenomenología.

2.1.1. LA OBJETIVIDAD DE LA CONCIENCIA

El mérito histórico de las Investigaciones Lógicas de Husserl (un mérito que reconocieron

incluso aquellos que no pudieron congraciarse con su método), consiste en haber elaborado con

toda pureza una idea absoluta de verdad y de la correspondiente conciencia objetiva, refutando así

en sus fundamentos todos los relativismos de la filosofía moderna (el naturalismo, el psicologismo, el

historicismo, etc.). El espíritu encuentra la verdad y no la produce. Esta, a su vez, es eterna, pues

aun cuando la naturaleza humana, el organismo, el espíritu de los tiempos y las mismas opiniones de

las personas se modifiquen, la verdad permanece siempre inmutable.

Este principio significaba un retorno a las grandes corrientes filosóficas tradicionales y por

eso sonaba desde el bando de los adversarios el grito: ¡Eso es platonismo! ¡Eso es aristotelismo! ¡Eso

es una nueva escolástica! Lo cual, en esos círculos, significaba automáticamente una refutación. Los

filósofos serios, sin embargo, saben apreciar la idea de una conciencia objetiva. Incluso los kantianos

intentan mostrar que esa objetividad les pertenece y un psicologista no quiere otra cosa que

aplicarla a sí mismo.

2.1.2. LA INTUICIÓN

Este nuevo método tiene una peculiaridad que no le permite ser catalogado con el nombre

de alguna de las grandes corrientes filosóficas del pasado, aun cuando ese método haya sido

practicado por todos los grandes filósofos desde que existe la filosofía en el mundo. La peculiaridad

del método fenomenológico es su carácter intuitivo, ¿qué significa esto? La filosofía, según la

opinión de los fenomenólogos, no es una ciencia deductiva; ella no deriva (como en las matemáticas)

sus proposiciones de un núcleo determinado de axiomas o primeros principios indemostrables en

una cadena probativa completa y según las leyes de la lógica. Las verdades filosóficas son infinitas y,

en principio, pueden encontrarse siempre nuevas sin haberlas deducidos necesariamente y por un

proceso lógico de las verdades ya conocidas. Podríamos inclinarnos, por el contrario, a buscar el

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Cristiam Peña

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modelo probativo en el método de las ciencias naturales que por vía indirecta (por el proceso

inductivo a partir de la experiencia sensible) accede a las verdades más generales. Pero tampoco se

trata de esto, la filosofía no es una ciencia inductiva. Inducción y deducción puede ayudarle a

conseguir el material necesario para la investigación o a formular sus resultados, pero su

instrumento específico es un proceso “sui generis”, un conocimiento intuitivo de las verdades

filosóficas que son en sí mismas evidentes y no se derivan necesariamente de otras. Esa intuición o

“contemplación intelectual” no tiene que ser confundida con la intuición mística. La intuición

filosófica no constituye una iluminación sobrenatural sino un medio natural de conocimiento, como

lo son también las percepciones sensoriales. La intuición es el medio específico de conocimiento de

las verdades ideales así como la percepción sensorial es el medio específico de conocimiento de los

objetos del mundo material. La intuición filosófica no se identifica con la intuición mística, pero tiene

un cierto parentesco con ésta. Es, por decirlo así, el reflejo de aquella en el ámbito del conocimiento

natural.

2.1.3. EL IDEALISMO

¿Cómo es posible que, a pesar de la diferencia radical entre la filosofía kantiana y la filosofía

fenomenológica, se encuentren siempre nuevos puntos de contacto? Esto tiene su razón de ser en el

idealismo husserliano, exceptuando, claro está, los caracteres comunes que se encuentran en toda

filosofía en cuanto que es tal (el término filosófico “Idealismo” viene a significar que el mundo

depende de alguna manera de la conciencia que lo conoce). Ya en su obra Ideas se encuentra esa

frase ominosa: “si borramos la conciencia, borramos también el mundo”. Esa convicción idealista

fundamental ha ido adquiriendo en el Husserl de los últimos años una importancia cada vez más

central. Aquí se puede constatar, en efecto, un acercamiento a Kant y una diferencia radical respecto

de la filosofía católica, para la cual la independencia entitativa del mundo es incuestionable. Los

primeros adversarios de esta concepción idealista salieron de las filas de los discípulos de Husserl en

Gotinga, también se le opusieron Scheler y los así llamados “investigadores de Münich”. El mismo

Husserl había afirmado y acentuado siempre que “la fenomenología ni es ni tiene que caer en un

idealismo”. Según mi opinión, el idealismo es una convicción metafísica personal y de ninguna

manera el resultado de una investigación fenomenológica. Quien quiera convencerse de que con los

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

37

instrumentos del método fenomenológico es posible desarrollar una filosofía con la más estricta

objetividad y con una tendencia fundamental realista puede leer los trabajos de los discípulos más

sobresalientes de Husserl: Adolf Reinach y Edwig Conrad-Martius. Respecto de las obras del mismo

Husserl hay que recalcar que esa convicción metafísica idealista aparece muy esporádicamente y no

toca los aspectos esenciales de su obra. Sus escritos además poseen una importancia que no puede

ser aún determinada. Penetrar en su espíritu exige una dedicación de años, pero quien investigue

con espíritu auténticamente filosófico una sola de las Investigaciones Lógicas o un capítulo de las

Ideas no podrá evitar la impresión de que tiene en sus manos una obra maestra, con la cual

comienza una nueva época en la historia de la filosofía.

Con la claridad que la caracteriza, esta introducción a la fenomenología da pie para

continuar con nuestro trabajo, no sin antes realizar un breve esbozo del método fenomenológico.

2.1.4. VOLVER A LAS COSAS MISMAS. INTENCIONALIDAD DE LA CONCIENCIA

Doctrina tomada de Aristóteles que afirma que la filosofía debe comenzar eliminando todo

supuesto y atenerse sólo a aquello que es dado de modo inmediato, a lo manifiesto en cuanto tal; es

decir, al fenómeno. Pero este manifestarse es manifestación en y para la conciencia: la presencia del

fenómeno lleva a la presencia inmediata en la conciencia.

2.1.5. LA REDUCCIÓN FENOMENOLÓGICA. EPOJÉ

De la intencionalidad de la conciencia, Husserl concluye que no es posible alcanzar el objeto

aunque permanezcamos dentro de los límites de la conciencia. Si la conciencia es esencialmente

conciencia de un objeto, el estudio de la misma será también el estudio de sus objetos. Nos es

legítimo, por tanto, limitarnos al fenómeno en cuanto presencia inmediata a la conciencia,

prescindiendo de toda dimensión metafísica. Esto es, la reducción fenomenológica. La

fenomenología es descripción de las esencias. Para obtener la esencia es necesario reducir el objeto

a su condición de ser-dado en la conciencia. Poner en entre dicho todo lo que pertenece al modo de

ser del objeto, en cuanto ser-dado en la conciencia, es lo que Husserl llama “epojé”. Es una

suspensión del juicio semejante a la duda cartesiana.

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Cristiam Peña

38

2.1.6. LA INTUICIÓN EIDÉTICA

La intuición eidética es la visión directa de la esencia o “eidos”, que se alcanza por la simple

presencia de la misma en la conciencia. Para Husserl, la fuente de todo conocimiento es una

intuición. Si no hay una intuición primera, todo raciocinio carece de validez a priori: no es ciencia

estricta.

“Toda intuición en que se da algo originariamente es un fundamento de derecho del

conocimiento, que todo lo que se nos brinda originariamente *…+ en la intuición hay que tomarlo

simplemente como se da, pero también sólo dentro de los límites en que se da” (Husserl, 1913).

2.2. EL CÍRCULO DE GOTINGA

Con la aparición de las Investigaciones Lógicas, muchos filósofos y estudiantes al amparo de

la crecientemente insatisfactoria psicología descriptiva de Theodor Lipps, en la Universidad de

Münich, consideraron que en las densas reflexiones de Husserl se encontraba, por fin, la posibilidad

de abandonar el relativismo y, sobre todo, el psicologismo para reincorporar al campo filosófico un

realismo justamente a la altura de la intencionalidad de las Investigaciones Lógicas y que pudiese dar

crédito a la cientificidad eidética de la filosofía y a la intuición pura de esencias,31

así entre 1900 y

1913 el movimiento fenomenológico comienza a ser realmente significativo en la Europa filosófica

constituyéndose en campo propicio para el germinar de grandes pensadores del siglo XX, desde la

axiología de M. Scheler hasta la hermenéutica de P. Ricouer.

Como todo movimiento dinámico del pensamiento, para una mayor comprensión de la

postura fenomenológica de nuestra filósofa, es necesario analizar, al menos, el desarrollo de esta

escuela. Ya hemos mencionado que Edith va a diferir con la postura asumida por el segundo Husserl.

Las diversas escuelas y tendencias conformadas en el seno de la fenomenología pueden ser

resumidas en tres posturas propuestas por Hedwig Conrad-Martius.32

a-) Una fenomenología trascendental, idealista, representada por Husserl a partir de 1913.

31 César Moreno, Fenomenología y filosofía existencial, Vol. II, p. 35. 32 Hedwig Conrad-Martius (1888-1966), filósofa fenomenóloga del círculo de Gotinga, amiga de Edith Stein, defensora a toda costa del conocimiento esencial y la intuición pura.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

39

b-) Una fenomenología existencial, cuyo principal exponente sería Martín Heidegger.

c-) Una fenomenología ontológica o realista, de la que serían representantes los

fenomenólogos de Münich y Gotinga.

El grupo de Münich-Gotinga, disidentes con el giro idealista del maestro, estaba compuesto

por: A. Reinach, Hedwig Conrad-Martius, Wilhelm Schapp, Jean Hering, A. Koyre, Hans Lipps, Dietrich

von Hildebrand, Fritz Kaufman, Roman Ingarden, Adolf Grimme y Edith Stein. En intercambio

constante con ellos, Max Scheler.

Un modo de situar a estos exponentes del movimiento fenomenológico es compararlos con

Husserl. En cuanto al objeto de investigación, Husserl se ocupó preferentemente de temas

gnoseológicos; los fenomenólogos de Münich-Gotinga por su parte, se interesaban sobre todo en

temas ontológicos.

Edith Stein conduce su investigación fenomenológica alrededor de temas viculados con la

persona y sus relaciones con el mundo exterior.

Recordemos que las Investigaciones Lógicas despertó gran impresión en estos jóvenes

filósofos y constituye básicamente el inicio de los primeros fenomenólogos, quienes consideran la

interpretación husserliana del “retorno a las cosas mismas” como retorno a la conciencia en el

sentido de que esta conciencia se autocomprende contra el ser; y son, por otra parte, realistas en la

medida en que el logos no se ubica en la conciencia subjetual reflexionante, sino justamente en las

cosas mismas.33

Según Peter Wust (1884-1940), la escuela de Husserl se caracterizó por su apertura a la

realidad objetiva, a las cosas mismas, a los estados de las cosas y al ser. Esto con frecuencia se dio

acompañado también con la preocupación por una filosofía cristiana, aunque el mismo Husserl no lo

había intentado. En cualquier caso, sin embargo, el empleo del método fenomenológico tuvo como

consecuencia una revolución intelectual, que abrió a los filósofos jóvenes una visión nueva del

mundo. En palabras de Hedwig Conrad-Martius: “significó una radicalidad de la disposición y la

entrega, puramente intelectuales, a la realidad en sí misma como no se volverá a ofrecer. Le es

33 César Moreno, op. cit., p. 41.

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40

esencial la eliminación completa de todos los prejuicios, de todos los juicios precipitados, basados en

cualquier tipo de sistemas conceptuales enseñados por la tradición y habituales. Y le es esencial la

capacidad incondicional de una mirada pura y limpia de las cosas”.34

Con la aparición de Ideen zu einer reinen Phönomenologischen Philosophie, voluminosa obra

de Husserl, aparecían expresiones que sonaban como si el maestro quisiera volverse al idealismo,

Edith fue una de las primeras en presentar sus objeciones en esta cuestión que inquietaba a todos.

En consecuencia a este desacuerdo, Adolf Reinach deja muy claro que la tarea básica y

fundamental de la fenomenología es la intuición pura o directa de esencias. Se trata, pues, de una

fenomenología volcada sobre los “objetos” de la conciencia intencional, pero sin que tales objetos

sean reductibles (y por tanto, básicamente analizables) ante todo desde la conciencia, pues las

situaciones objetivas que el fenomenólogo ha de describir y explorar tienen su ser propio y esencial

por sí mismas.35

El idealismo arrastró más y más a Husserl a ver como verdadera médula de su filosofía en lo

que él llamaba “idealismo trascendental”; por este camino sus antiguos discípulos de Gotinga no lo

pudieron seguir, con pena de él y de ellos mismos.36

2.3. LA FENOMENOLOGÍA DE EDITH STEIN

La intención de enfocar objetivamente la realidad, -de no manipularla sino describirla

mediante el análisis de esencias- tal como se presenta, fue una constante en el método de trabajo

steiniano. Edith Stein nunca abandonará el método fenomenológico, si por fenomenología

entendemos el enfoque eidético o simplemente el espíritu de objetividad.

Stein entiende la fenomenología más bien como una actitud o disposición interior de

apertura ante las cosas y problemas.

Sus principales obras así lo demuestran. En su trabajo Sobre el problema de la empatía Edith

investiga el acto de la empatía delimitándolo frente a otros actos de conciencia. Plantea el problema

34 Cfr. Filosofía Cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX y XX, t. II, p. 597. 35 César Moreno, op. cit., p. 43. 36 Edith Stein, Autobiografía.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

41

de la experiencia del otro y de sus vivencias. Su punto de partida es el acto empático, donde analiza

el problema de la estructura de la persona.

En los tres tratados publicados en el Anuario: “Causalidad psíquica”, “Individuo y

comunidad” y “Una investigación sobre el Estado”, vuelve a tratar el problema de la fundamentación

filosófica de la psicología y de las ciencias del espíritu. Estos constituyen una continuación de la

preocupación de su tesis doctoral.

2.3.1. CAUSALIDAD PSÍQUICA

El tema Causalidad Psíquica tiene para ella básicamente una importancia decisiva, porque

afecta, en su opinión, a las cuestiones metafísicas, gnoseológicas y epistemológicas más profundas.

En sus estudios y en su investigación, no sigue la literatura existente sino que se atiene al método

fenomenológico y, por tanto, a las cosas mismas. Edith Stein divide su investigación en cinco puntos:

1. “La causalidad en el campo de la vivencia pura” 2. “Realidad psíquica y causalidad” 3. “Vida

espiritual y motivación” 4. “Impulso y tendencia” 5. “Implicación de la causalidad y la motivación”. Y

según su posición metodológica llega a esta conclusión:

“Lo psíquico, en cuanto que al mismo tiempo es realización de vida espiritual,

manifiesta en sí una legalidad múltiple: conexiones causales y de motivación o de

sentido… La psicología intencional no puede analizar las vivencias sin convertirlas

en objetos, y la causal la ve como objetos sin transformarlas en ellos. Cada una de

ellas capta un aspecto determinado de lo psíquico, y ninguna puede expresarlo en

su lenguaje totalmente”.37

Stein rechaza toda construcción abstracta, porque sólo la intuición fenomenológica es

capaz de conseguir que los objetos se den por sí mismos a la conciencia.

2.3.2. INDIVIDUO Y COMUNIDAD

En Individuo y Comunidad Stein amplia este marco. Si la psique se había considerado en

“Causalidad Psíquica” como un microcosmos, como un mundo para sí, ahora se va a señalar que el

37 Cfr. Filosofía Cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX y XX, t. II, pp. 600-601.

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Cristiam Peña

42

mecanismo del acontecer psíquico no es cerrado, sino que experimenta influencias “de fuera”.

“Estas influencias hay que seguirlas hasta sus fuentes, si se quiere lograr una comprensión

completa de la psique individual”.38

Edith Stein pasa, por eso, a las figuras sociales de “comunidad” y “sociedad”. La

“comunidad” es para ella la unión natural, orgánica de individuos; la “sociedad” en cambio, significa

la asociación racional, mecánica de los mismos. En esta última los sujetos están unos frente a otros

como objetos. En la primera sucede lo contrario. Aquí el sujeto acepta a otros sujetos. No está frente

a ellos y es determinado por sus movimientos vitales. Aquí domina la solidaridad, no la soledad,

como en la sociedad, donde todos los hombres son mónadas.

Este fenómeno de la comunidad lo investiga Edith Stein en dos capítulos: 1. “La corriente

vivencial de la comunidad” y 2. “La comunidad como realidad, como estructura óntica”. En ellos se

observa que también en esta relación supra-individual de personas hay que distinguir el hecho

psíquico y espiritual. El hecho puramente psíquico se limita a un individuo aislado. Realidad psíquica

superior sólo existe cuando el hecho psíquico es realización de vida espiritual. Al espíritu a su vez lo

define Edith Stein como un salir de sí mismo, como apertura en un sentido doble: apertura “a un

mundo de objetos que se vivencia y a la subjetividad ajena, al espíritu ajeno, con el que se vivencia

en común y se vive”.39

2.3.3. UNA INVESTIGACIÓN SOBRE EL ESTADO

En el tratado Una investigación sobre el Estado cristalizan dos puntos principales: 1. “La

estructura óntica del Estado” y 2. “El Estado desde el punto de vista de los valores”. Edith Stein

investiga en él las formas principales posibles de convivencia de los hombres en el Estado, la relación

entre la masa y el Estado y también el problema de la soberanía del Estado. Llega a las siguientes

afirmaciones: “El Estado tiene que ser señor de sí mismo. Las formas de la vida del Estado no le

pueden ser prescriptas por ningún poder exterior a él –sea una persona particular, sea una

comunidad superior, coordinada o subordinada”.40

La comunidad del pueblo y la del Estado no

38 Ibíd. 39 Ibíd. 40 Edith Stein, Un investigación sobre el Estado, p. 289.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

43

tienen que identificarse. Esto lo demuestra simplemente el hecho de que hay diversas formas de

vida del Estado y que, entre ellas, se pueden encontrar mejores y peores. Degeneraciones son por

ejemplo el despotismo y la oligarquía. Frente a ellas está la democracia, en la que al menos -por

principio- todos los ciudadanos son portadores de la vida del Estado. Lo decisivo para Edith Stein es

que el Estado no dirija a los hombres en el desarrollo de su personalidad o genere tipos de hombres

completamente artificiales.

“El Estado puede prohibir a las personas que le están subordinadas unirse

visiblemente unas con otras en formas libremente elegidas. Pero que se sientan

atraídas y que nazca una comunidad entre ellas, esto no lo puede impedir

ninguna prohibición”.41

Edith Stein confía en la fuerza de la ratio. “Un correctivo

contra todas estas posibles influencias destructoras de las teorías políticas está

en la fuerza de la ratio, que las circunstancias reales llevan en sí mismas. Todo

ordenamiento jurídico que vaya contra esta ratio, en lugar de respetarla, tiene

que contar con que la realidad se le opone y sigue su curso con constantes

infracciones de este ordenamiento”.42

2.3.4. INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA

Se trata de uno de tantos estudios que Edith Stein emprendió en el ámbito filosófico.

Constituye una serie de escritos que ella utilizaba, ya en Fiburgo y luego en Breslau, para iniciar a los

alumnos al estudio de la fenomenología (ya sea en su casa como docente privada o en la

Universidad, más sabemos que cuantas veces intentó impartir una cátedra, otras tantas se le

cerraron las puertas).

Muchas de las cuestiones abordadas en este tratado han hecho ya su aparición en estudios

anteriores, siendo integradas en esta obra como un proyecto filosófico personal más completo.

Como iniciación que se quiere a la filosofía misma, se esfuerza la autora por delimitar lo que

constituye la esencia, y no tanto de la filosofía, cuanto del filosofar. El empleo de la “reducción

fenomenológica” le hace ver que la reflexión filosófica va más allá del simple conocer espontáneo

41 Op. cit., p. 360. 42 Op. cit., p. 380.

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Cristiam Peña

44

(de la “actitud natural”), surgiendo cuando algo sorprendente desborda nuestra capacidad

intelectiva habitual, lo que incita a descubrir ese algo nuevo y esencial que cobijan las cosas.43

Introducción a la filosofía viene a ser, además, la puesta en escena del distanciamiento no

sólo espacial entre Edith Stein y su admirado profesor Edmund Husserl, sino también de la diferente

orientación filosófica de la discípula respecto a su querido maestro. El punto de partida puede ser la

confesión hecha a su amigo Roman Ingarden ya en 1917:

“De repente se ha producido en mí un cambio, a raíz del cual creo saber poco más

o menos qué es constitución, en ruptura con el Idealismo. Para que pueda

constituirse una naturaleza concreta, me parece indispensable contar, por una

parte, con la existencia de una naturaleza física y, por otra, con una subjetividad

de determinada estructura. Todavía no me he decidido en comunicar al maestro

esta `herejía´”.44

Las cuestiones de la “naturaleza” y de la “subjetividad” conforman los dos grandes temas

del escrito. La primera parte analiza los constitutivos del ser natural: el espacio, la materia, el

movimiento, el tiempo, el cambio… Expone lo que estas consideraciones plantean a la ciencia física.

Un apartado se ocupa de los enigmas del conocer: percepción, sensación, idealismo frente a

realismo, materia y límites del conocer, etc.

La segunda parte se enfrenta al debatido problema de la subjetividad, entrando en juego

aquí sobre todo el mundo de la conciencia. Edith Stein aboga por la fenomenología como el mejor

método para acceder a dicho ámbito. Según este proceder, además de la conciencia, todo sujeto

posee una estructura óntica, de la que forman parte el cuerpo, la actividad psicológica, la referencia

a otras realidades espirituales, etc. Concluye reseñando las ciencias que también tratan la

subjetividad, tales como: la psicología, la psicofísica, la historia, la filología y, en general, las ciencias

del espíritu.

2.4. SOBRE EL PROBLEMA DE LA EMPATÍA

43 Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, p. 48. 44 Edith Stein, Cartas a Roman Ingarden, p. 37.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

45

Zum Problem der Einfühlung, Buchdrückerei des Waisenhauses, Halle 1917. Reimpresión:

Kaffke, München, 1980. Traducción española: Sobre el problema de la empatía, Universidad

Iberoamericana, México 1995.

Se trata del trabajo inaugural steiniano, de su tesis doctoral elaborada en los años 1914-

1916 bajo la dirección de Edmund Husserl. La obra consta de cuatro partes, sin embargo la primera

no aparece en el texto publicado en 1917; en el se ofrecía un resumen histórico de los problemas

surgidos en relación a la empatía. Los restantes tres apartados llevan los siguientes títulos:

II. La esencia de los actos de empatía.

III. La constitución del individuo psicofísico.

IV. Empatía como comprensión de personas espirituales.

En el primer curso que Edith escucha al profesor en Gotinga, sobre “Naturaleza y Espíritu”;

“Husserl había hablado de que un mundo objetivo exterior sólo puede ser

experimentado intersubjetivamente, esto es, por una pluralidad de individuos

cognoscentes que estuviesen situados en intercambio cognoscitivo. Según esto,

se presupone la experiencia de los otros. A esta peculiar experiencia, Husserl,

siguiendo los trabajos de Theodor Lipps, la llamaba Einfühlung. Sin embargo,

Husserl no había precisado en qué consistía. Esto era una laguna que había que

llenar. Yo quería investigar que era la Einfühlung”,45

advierte Edith Stein.

El filósofo Roman Ingarden afirmaba: "¿Por qué... se dedicó Edith Stein al tema de la

“empatía" y no sitúo enseguida a la persona como centro de sus investigaciones? Porque en ella el

interés por la fundamentación, por obtener una base para las ciencias del espíritu estaba muy vivo. Y

pensaba también que la empatía era la vía para la clarificación del fundamento teórico del saber, no

sólo del hombre, sino también de la comunidad humana".46

El contenido que Edith Stein otorga al concepto de empatía, quiere distanciarse de los

otorgados por Theodor Lipps, Wilhelm Dilthey, Max Scheler y hasta del mismo Husserl. Su

45 Edith Stein, Estrellas Amarillas, pp. 249-250. 46 Edith Stein, Obras completas I, p. 65.

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Cristiam Peña

46

investigación se centra en el análisis del acto de la empatía frente a otros actos de conciencia

(sensación, recuerdo, espera, fantasía). Se detiene en la cuestión de la experiencia de los otros y de

sus vivencias, interesándose por el sujeto de la empatía, dado que es el hombre la gran

preocupación de la filosofía steiniana. Necesita poner en claro qué es lo que constituye a los

individuos humanos y cómo es posible acceder a ellos.

Así como para Edmund Husserl la empatía era ante todo el presupuesto que posibilita el

conocimiento de un “mundo objetivo” compuesto por cosas, naturaleza, individuos, personas, el

mundo espiritual, etc., Edith Stein, sin embargo, concibe la empatía como ese procedimiento

intelectual que permite el conocimiento de la “conciencia extraña” (de otro). Es decir, mientras al

primero le inquieta la “constitución del mundo”, la segunda se centra en el acceso desde mi “yo” a

“otro yo”; se ocupa de preferencia en los sujetos de la empatía.47

Edith Stein también se desmarcará de Theodor Lipps en la noción de einfühlung. La

divergencia principal radica en el diferente posicionamiento en que quedan emplazados el yo

empatizante y el yo empatizado. Según la interpretación de Lipps en la experiencia empática ambos

yoes se unifican, hasta la suplantación de uno por el otro: el yo empatizador se identifica con el yo

empatizado; es decir, mi yo pasa a ser yo del otro. Edith no comparte tal posibilidad, al negar la

identificación: cada yo ha de permanecer en sí, uno junto al otro, y, por tanto, habría de hablarse de

“nosotros”, en el que cada yo conserva su originalidad. En el caso de Theodor Lipps se trataría más

bien de sentirse uno con el otro, una asimilación del otro; en Edith Stein, la empatía es un acceder a

otro yo, para estar junto a él.48

Las siguientes palabras resumen la concepción steiniana sobre la empatía: “En mi vivencia

no originaria me siento, por así decirlo, guiado por una vivencia originaria que no es vivida por mí

originariamente, pero que está en mí y se me manifiesta”.49

47 Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, p. 38. 48 Ídem. 49 Edith Stein, Sobre el problema de la empatía, p. 11.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

47

La segunda parte está dedicada precisamente a revelarnos los constitutivos de todo yo, de

todo individuo y que serían: el yo puro, el flujo de conciencia, el alma y el cuerpo (como Leib y como

Körper).

Edith Stein presenta en este capítulo “La constitución del individuo psicofísico” interesantes

datos sobre la estructura de la persona. Según Stein no cabe duda de que el individuo consta de

alma y cuerpo. De Husserl había aprendido que el hombre, contrariamente a la concepción

positivista, es mucho más que un individuo psicofísico, ya que tiene un ser espiritual.50

En su concepción sobre la estructura de la persona, Stein distingue dos clases de yo: el yo

puro y el yo empírico. El primero constituye el núcleo de la estructura de la persona, y es fuente

insustituible e inefable de todo influjo de conciencia. El yo empírico se descubre a través de la

percepción del conglomerado alma-Leib, percibido exteriormente en su aspecto de Körper. En

síntesis, al hablar de cuerpo Stein hace la distinción entre Leib (o cuerpo como algo viviente), y

Körper (o cuerpo como mera realidad físico-material).

Su gran aporte es poder explicar la constitución del mundo exterior, el cual consta de

individuos y de objetos materiales. Por empatía nos damos cuenta que los demás no sólo son Körper,

sino también Leib. También por empatía podemos justificar la constitución de un mundo objetivo, ya

que cuando otra persona reacciona ante una realidad, también experimentada por mí, de una

manera similar a la mía, ambos experimentamos el mismo mundo aunque desde dos puntos de vista.

El capítulo último viene a justificar el trabajo emprendido. Si la empatía está orientada a

algo, es a la comprensión de los sujetos espirituales, es decir, de las personas. El puente de acceso al

núcleo personal del otro lo sitúa en el mundo de los valores; desde esta posición es posible

experimentar al otro sin restarle nada de lo suyo; lo retiene como el mejor presupuesto para una

relación inter-subjetual (de sujetos con su yo original) que facilite el encuentro interpersonal. La

empatía no es otra cosa sino la recepción y comprensión de los estados emotivos de otro sujeto

espiritual, de otra persona, con su yo originario.51

50 Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein, p. 68. 51 Ezequiel García Rojo, Edith Stein: la filosofía como apertura al otro, en “Revista de Espiritualidad”, 58 (1999), pp. 9-42.

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48

2.5. CONCLUSIÓN

Dentro del movimiento fenomenológico, la importancia de Edith Stein radica en sus

aportaciones acerca del mundo intersubjetivo. Cuestión básica para superar el eterno problema del

solipsismo epistemológico. El fenómeno de la empatía, -que va más allá del simple acuerdo- es

explicado desde la reducción fenomenológica. Edith Stein explica que dos sujetos son capaces de

converger tanto, que la vivencia de uno es integrada en la experiencia del otro, afectando el vínculo

más íntimo de la persona.

Esta capacidad de comprensión de la experiencia ajena estaría en la base de la sociabilidad

humana: porque podemos comprendernos, podemos convivir y establecer relaciones no sólo inter,

sino intra personales. Así -su propuesta lejos de anular o disolver un yo en el otro, en el acto

empático-, reconoce y respeta ambos polos originarios, es decir, la alteridad de todo yo.52

Su filosofía

de esta manera asume intrínsecamente la superación de la mismidad y la propuesta de la alteridad

como criterio ético fundamental.

Por otro lado, tenemos el “problema de la constitución”, que será un punto importante de

discrepancia con el maestro.

Cuando hablamos de constitución indicamos una determinada posición gnoseológica,

puesto que se trata de aclarar la función desempeñada –de modo particular- por el sujeto, en el acto

cognoscitivo. Este es uno de los temas que más preocupó a Edith Stein.

Una definición general y neutra de la constitución la encontramos en Stein, cuando escribe

que “Husserl llama constitución a esta construcción (Aufbau) del mundo para el yo, que vive en sus

actos y puede ser investigado reflexionando”.53

La palabra Aufbau induce –con razón- a pensar en

una postura idealista, pero seguidamente dice “para el yo”; si hubiese dicho “por el yo”, el matiz

sería diverso.

Husserl evoluciona –en el ámbito gnoseológico- desde cierto realismo moderado, hasta un

explícito idealismo trascendental. Veamos esto en algunas citas: 1. “La repetida expresión, según la

52 Cfr. Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, pp. 114-115. 53 Welt und Person, p. 10, citado por M. Esparza en: El pensamiento de Edith Stein, p. 168.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

49

cual los objetos se constituyen en el acto, significa siempre la propiedad del acto de hacer

representado el objeto, no se trata de constituir en el sentido propio de la palabra” (Husserl, Carta a

Hocking del 25/I/1903). 2. “Sólo la subjetividad trascendental tiene el sentido de ser absoluto: que

sólo ella es irrelativa (esto es relativa sólo a sí misma), mientras que el mundo real existe sin duda,

pero tiene una esencial relatividad a la subjetividad trascendental, puesto que sólo puede tener el

sentido de existencia, como producto intencional con sentido de la subjetividad trascendental”

(Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, FCE, Buenos Aires, p. 149).54

No es nuestra intención problematizar si el segundo Husserl es o no consecuencia del

primero, más bien, esperamos clarificar la postura de Edith Stein ante el giro del maestro.

Esparza sintetiza en dos las críticas de Stein a Husserl. Por un lado la solución idealista al

problema de la konstitución y por el otro punto de desacuerdo es la no aceptación –por parte de

Husserl- de otras vías de acceso a la verdad además de la experiencia natural.

Edith Stein desarrolla su crítica en obras que ya contienen un fuerte contenido escolástico,

por ello, no ha de sorprender que recurra a Tomás de Aquino para exponer sus discrepancias.

Aunque la postura idealista del maestro no fue seguida –como ya apuntamos antes- por los

fenomenólogos de Münich-Gotinga, recién en 1929 Stein publicará su postura al respecto. En su

contribución al “Husserl-Festschrift” (publicado en español recientemente con el título ¿Qué es

filosofía?) hará notar que la “filosofía egocéntrica” de Husserl tenía su origen en una postura

idealista. Confrontará a la misma una “filosofía primera” (en el texto “filosofía teocéntrica”), sería la

Metafísica quien traiga luces entorno al ser (Edith Stein sigue la filosofía tomista en este punto)

admitiendo que Husserl –en su fenomenología trascendental- confundiría “la existencia con el

presentarse a la conciencia”.55

En la obra El significado de la filosofía como significación del mundo, de 1932, Stein hace un

juicio global de la filosofía husserliana, esta vez, sin compararla con la de Tomás de Aquino. Stein no

duda en calificar como “vuelta al kantismo” la fenomenología trascendental. Concluye que Husserl

54 Michel Esparza, op. cit., pp. 169-170. 55 Cfr. ¿Qué es filosofía?

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50

tendría una concepción del mundo según la cual los hombres serían unas mónadas que construyen

su propio mundo.56

Con respecto a la segunda crítica, encontraremos en el segundo capítulo de nuestra

investigación, un desarrollo amplio de la postura steiniana sobre la razón sobrenatural como vía de

acceso a la verdad.

56 Cfr. Michel Esparza, op. cit., pp. 179-180.

Page 51: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

51

CAPÍTULO 3

DE LA FENOMENOLOGÍA A LA FILOSOFÍA CRISTIANA

a filosofía dentro del pensamiento católico estaba marcada -en la época de Edith

Stein- por la neoescolástica, considerada como una respuesta a la amenaza de la

revelación cristiana por la filosofía y la teología racionalista de los siglos XVII-XIX.

Como intelectual católica, Edith Stein realiza diversas actividades. Una de las que más

energías absorbió fue su interés por acercarse a la filosofía tradicional católica y su deseo de

construir puentes entre el tomismo y la filosofía moderna, principalmente la fenomenología, es

decir, por el intento de poner en diálogo al pasado con el presente.

En el colegio de Santa Magdalena de las dominicas de Espira, en 1925, conoce al Padre Erich

Przywara sj, quien decide proponerle una traducción al alemán de una obra del cardenal Newman.

Tras el éxito de este primer trabajo, le sugiere que estudie y traduzca las “Questiones disputatae de

Veritate” del Doctor Angélico.

Edith Stein se había acercado ya a la figura de Santo Tomás de Aquino cuando su conversión

siguiendo la recomendación del profesor Schulemann, de Breslau. Pero, fue con el estudio del “De

Veritate” cuando realmente se compenetró con la figura del Santo Doctor.

L

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52

3.1. TRADUCCIÓN DE LAS QUESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE

El trabajo aparece publicado en dos volúmenes más uno complementario con los índices

fenomenológicos. El valor especial de su traducción radica en la forma sintética con que lleva al

lector moderno con su lenguaje a Santo Tomás de Aquino.

Rudolf Allers dice al respecto: “la traductora ha sabido transmitir al lector una exposición

coherente de las ideas del Doctor Communis contenidas en estas “Questiones”, sin que uno se vea

obligado a considerar a la vez todas las circunstancias que previamente incluye en sí la forma de la

Questio… La traducción es fiel no sólo a la letra y al sentido. Está también adaptada a los conceptos

filosóficos actuales, del mismo modo que se destacan también las relaciones con los problemas

modernos en los comentarios de las notas citadas.57

3.2. TEOLOGÍA Y FILOSOFÍA CRISTIANA

Edith encuentra en el método tomista lo que el método fenomenológico no podía ofrecerle:

el conocimiento de Dios como verdad suprema. De esta manera, la filosofía de Husserl, que buscaba

la fundamentación de la verdad en el sujeto humano, halla su complemento en el pensamiento de

Santo Tomás: Dios es la fundamentación absoluta. Se produce así el paso del “antropocentrismo”

fenomenológico al “teocentrismo” del pensamiento católico; de la verdad teórica y conceptual a la

verdad práctica y vivida.58

Su contacto con grandes figuras teológicas: Erich Przywara; Romano Guardini, a quien tiene

la oportunidad de saludarlo en Salzburgo (1930); Karl Adam, no consta que lo haya conocido

personalmente, pero es muy probable que lo conociese a través de sus escritos; Agustín Mager OSB,

monje de la abadía de Beuron; Jacques Maritain, a quien conoce en Juvisy, en el Congreso de la

Sociedad Tomista y con quien mantendrá correspondencia, han marcado su tendencia hacia la

filosofía de Santo Tomás (preferentemente) aunque también haya estudiado a San Agustín y al

pseudo Dionisio areopagita, como al Escotismo.

57 Cfr. Filosofía cristiana en el mundo católico de los siglos XIX-XX, t. II, p. 603. 58 Ciro García, Edith Stein o la búsqueda de la verdad, p. 127.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

53

Pero ¿cuál era realmente el ambiente filosófico y teológico que se vivía por aquellos años en

Europa y en especial en el mundo católico que nacía a un nuevo encuentro con Tomás de Aquino?

3.2.1. LA NEOESCOLÁSTICA

Es importante aclarar este término, muy utilizado en los debates entre filósofos modernos

(así llamados a los no cristianos) y cristianos católicos. El presente apartado se basa en un estudio

publicado en el tomo II de la “Filosofía Cristiana en el mundo católico de los siglos XIX-XX” que tiene

a Emerich Coreth como editor y a Heinrich M. Schmidinger como responsable del artículo

“Escolástica y Neoescolástica”.59

La Aeternis Patris de León XIII había abierto las puertas para un regreso al estudio de Santo

Tomás de Aquino; aunque la Iglesia nunca se había separado del tomismo. León XIII impulsaba con

su encíclica un estudio crítico y un rescate significativo de la filosofía no sólo tomista sino también

escolástica. Se inicia así un período de reflexión sobre la posibilidad de una filosofía cristiana -

independiente de la teología- con pensadores a favor y en contra de los fundamentos de conciliación

entre fe y razón.

En este contexto la “neoescolástica” tiene –históricamente- una connotación política,

especialmente en Alemania donde designa al partido que se encuentra a favor de la Curia Romana

(finales del siglo XIX) y del primado del Papa, en especial a los jesuitas quienes son llamados

romanistas. Así, J. Frohischammer entiende por neoescolástica aquella tendencia de científicos de la

Iglesia que se prestan a actuar como instrumentos de la política de los papas.

Desde un punto de vista puramente objetivo, la “neoescolástica” primitiva se caracteriza -

tanto por la concepción que tiene de sí misma como por la idea que se tiene fuera de ella- por lo

siguiente, a saber: en primer lugar, contempla la posibilidad de una verdadera teología o filosofía

católica sólo volviendo a la tradición clásica de la Iglesia, sobre todo al siglo XIII. En segundo lugar,

pone en marcha el principio de que la filosofía sólo debe aceptarse como “ancilla theologiae”, hasta

el punto de que está subordinada incluso al Magisterio de la Iglesia y de este modo realiza una

especie de tradición filosófica o una forma de “philosophia perennis”. En tercer lugar, rechaza la

59 Escolástica y Neoescolástica en: “Filosofía cristiana en el mundo católico de los siglos XIX-XX”, t. II, pp. 23-50.

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54

filosofía moderna y en general la vida intelectual moderna como un error causado por el

protestantismo, que la ciencia de la Iglesia puede y debe ignorar. En cuarto lugar, finalmente,

considera a la naturaleza humana casi únicamente a la luz de la redención por la gracia.

Pero en el siglo XX, el rescate del significado de “neoescolástica”, trae consigo una nueva

connotación, en especial de la mano de los filósofos que junto con León XIII impulsan la Aeternis

Patris (publicada el 4 de agosto de 1879 y, como ya adelantamos, abre un nuevo sendero para la

filosofía cristiana cuyo otro extremo será la encíclica Fides et Ratio de Juan Pablo II. Edith Stein

configura con sus aportaciones filosóficas muchas de las ideas de la Fides et Ratio). En este sentido

“neoescolástica” viene a significar una renovación del pasado cristiano, no una recapitulación de la

escolástica, sino una fecundación y perfeccionamiento de lo antiguo por lo nuevo (“vetera novis

augere et perficere”). En el sentido de Santo Tomás, debe procurarse una apertura a todo

pensamiento que esté al servicio de la verdad y que se ajuste a la fe cristiana. Entendemos

“neoescolástica” en sintonía con nuestra filósofa, como la filosofía en renovación, que aprovecha el

pensamiento moderno para dar pasos nuevos hacia adelante. Edith Stein lo expresa como una

“philosophia perennis”, es decir, “hacer comprender que, por encima de todo tiempo o barrera de

pueblo y escuela, hay algo en común entre todos los que honestamente buscan la verdad”.60

Esta

concepción configura toda su obra como filósofa cristiana y se puede resumir en las siguientes líneas

de Ser finito y Ser eterno: “La filosofía auténtica es la búsqueda siempre inquieta del espíritu

humano del ser verdadero”.61

3.2.2. INFLUENCIA DE ERICH PRZYWARA Y JACQUES MARITAIN

Erich Przywara62

sj, es una de las personas más influyentes en la Edith Stein adulta y

convertida. Gran conocedor éste de Santo Tomás como ya dijimos, la animará a enfrentarse a la gran

obra tomista. El mismo Przywara, refiriéndose al trabajo de nuestra filósofa, dijo: “El arte de la

traductora es tal que sus anotaciones son tan ricas de significado, que el espíritu se siente a punto

60 Edith Stein, Ser finito y ser eterno, p. 14. 61 Cfr. La pasión por la verdad, p. 14. 62 Nacido en Kattowitz, Alta Silesia (12/10/1889-28/09/1972), sacerdote jesuita, llega a ser un experto en San Agustín y en la espiritualidad ignaciana; profundamente interesado en la filosofía de S. Kierkeggard, M. Scheler y J. H. Newman. Anclado en la analogía entis como en una roca, Przywara se halla en el torbellino del pensamiento actual como símbolo de la Philosophia Perennis. (Cfr. A. López Quintas, Pensadores cristianos contemporáneos, BAC, Madrid 1968, pp. 283-285).

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

55

frente a esta obra como si hubiera sido compuesta para nosotros los modernos. Parece que Husserl,

Scheler y Heidegger están aquí presentes y llamados a confrontar su doctrina contemporánea y

parece que sin esfuerzo se abren las puertas de los dos mundos”.

Przywara, en su teología, para acercarse al misterio emplea la indispensable pluralidad de

lenguajes. El de la filosofía -que para él es ante todo metafísica-, en la que veía la estructura cognitiva y

constitutiva de la realidad humana con su fundamentación total en lo divino.63

Vemos a Przwara como uno de los primeros en influenciar en Edith Stein para el estudio

científico de la filosofía tomista, de éste aprende que la elevación al Ser infinito sólo puede realizarse

desde lo que la escolástica llama analogía entis, en virtud de la cual los diversos grados del ser quedan

patentes a la razón y se hace posible hablar de Dios, si bien no es posible llegar a comprender su

trascendencia.

Muy cerca de nuestra filósofa se encuentra la opinión de Jacques Maritain64

según el cual los

dos órdenes, filosófico y teológico son y permanecen distintos aunque la relación que los une sea

intrínseca. Sin embargo, Edith Stein se distancia del filósofo francés, cuando éste afirma que:

“cualquiera que sea la concepción que se tenga de la filosofía, si no se restringe el campo filosófico a lo

que es de por sí accesible a las solas fuerzas naturales del espíritu humano, no se define la filosofía, sino

que se la niega” (De la philosophie chrétienne, p. 60). Pero este punto será tratado con mayor amplitud

en los siguientes apartados.

3.2.3. EL CONGRESO DE JUVISY

En 1932, Edith Stein fue invitada por la Société Thomiste a participar en una sesión de

trabajo sobre “Fenomenología y Tomismo” en Juvisy (París) como experta en el tema. Ella misma se

hace eco del congreso en una carta a Roman Ingarden: “En setiembre he participado en una

maravillosa reunión de trabajo de la Société Thomiste que se ha celebrado en Juvisy, cerca de París

63 J. Terán Dutari, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, [en línea] http://www.tinet.org/~fqi_sp04/przywara.doc (octubre/2004). 64 Jacques Maritain (1882-1973), filósofo francés, conocido por su aplicación de las enseñanzas del filósofo escolástico medieval santo Tomás de Aquino a los problemas de la vida moderna. Nacido en París el 18 de noviembre de 1882, Maritain estudió en la Sorbona, donde recibió la influencia del filósofo Henri Bergson, y en la Universidad de Heidelberg. © 1993-2003 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

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Cristiam Peña

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(alrededor de 35 participantes personalmente invitados, entre los cuáles seis alemanes). Tema:

`Fenomenología y su significado para la filosofía tomista´”.65

Edith Stein, según la publicación de Editions du Cerf, tuvo cuatro intervenciones. 1. A la

pregunta de monseñor Noel de si la fenomenología no debería ser considerada ante todo como un

método y si admite o no el uso de la deducción, Edith Stein responde que: “El método

fenomenológico no corresponde a una deducción en sentido tradicional. Su modo de operar es el

de una reflexión reveladora *…+ hasta llegar al mundo de las cosas y eventualmente hasta

objetividades de grado superior”. 2. Jacques Maritain inicia la discusión sobre el significado de la

constitución, Stein hace una distinción aclarando que la intención de Husserl no estaba orientada

hacia la metafísica, sino hacia una filosofía de las ciencias. Describe el camino de la primera

fenomenología y la orientación hacia las esencias objetivas de los primeros discípulos, continuando

con la explicitación del giro idealista del maestro y su relación con Scheler y Heidegger. 3. La tercera

intervención es un comentario al tratamiento de la posibilidad de la existencia de una continuidad

entre las Investigaciones Lógicas y las Ideas, o si más bien no se debe hablar de planos diferentes; a

lo que Edith Stein responde: “*…+ me parece que tal ruptura no existe (entre las Investigaciones

Lógicas y las Ideas). Las `Investigaciones Lógicas´, en especial el capítulo V y VI contienen los

motivos que debieron conducir a las preguntas de la constitución trascendental. Creo que Husserl

hubiera podido conseguir esto sin pasar por la duda cartesiana”.66

(Para Edith Stein el idealismo de

su maestro es una postura personal, vbgr. el artículo ¿Qué es fenomenología?, citado en el capítulo

anterior, ver el apartado sobre el idealismo). 4. Edith Stein, en su última intervención, aclara la

diferencia entre la filosofía de Husserl y Heidegger.

3.3. LA FILOSOFÍA CRISTIANA EN EDITH STEIN

En el seno del movimiento tomista, el punto fundamental de discusión que divide a los

diferentes autores, es la legitimidad del empleo de datos proporcionados por la fe en el ámbito de la

especulación filosófica. A este respecto, una posición extrema es la defendida en Juvisy por

Mandonnet y Feuling; ambos conciben la filosofía como una disciplina estrictamente natural, de

65 Cartas a Roman Ingarden, p. 256. 66 Las citas pertenecen a la traducción del Dr. Andres Bejas en La pasión por la verdad, pp. 87-95.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

57

modo que desde el momento en que el filósofo comenzase a servirse de la verdad revelada, cesaría

de ser filósofo, convirtiéndose en teólogo. Otros, como Etienne Gilson y Jacques Maritain habrían

empleado el término “filosofía cristiana” para designar la filosofía de la Edad Media bajo la

incontestable influencia del cristianismo. En el siguiente apartado veremos la posición steiniana en la

discusión sobre la “filosofía cristiana”.

Edith Stein se concibió a sí misma como filósofa cristiana con un papel conciliador. No vio

por eso ninguna contradicción entre la fenomenología y la fe cristiana. Desde su encuentro con

Santo Tomás, San Agustín y los pensadores antiguos, se sintió más bien responsable de conciliar lo

antiguo con lo nuevo; es decir, una philosophia perennis que conserve el contenido fundamental

permanente del pensamiento occidental.

Como cristiana creyente no puede contentarse con la fenomenología pura de Husserl. Lo

que éste deja abierto, es decir, Dios y el problema de la conciencia religiosa, se ha vuelto para ella

entretanto realidad. Por su situación como conversa a la fe católica, se le producen ahora -como dice

R. Ingarden- grandes problemas metafísicos. El más importante de estos problemas es el ser de Dios.

Pero a esto no puede responder con métodos puramente fenomenológicos. Aquí recurre a Santo

Tomás quien, a diferencia de la filosofía moderna, no pone como comienzo del pensamiento la

teoría del conocimiento sino la ontología. Dios es para él el primer axioma filosófico. Por eso la tarea

de la filosofía primera es tener a Dios como “objeto”.67

En su obra Ser finito y ser eterno se plantea directamente la cuestión: ¿es posible hablar de

una filosofía cristiana? ¿Qué sentido tiene? Ella descubre el primer obstáculo en el lenguaje diverso

entre la filosofía medieval y la moderna pero más directamente en el modo diverso de comprender

la relación saber-creer y filosofía-teología.

“Según su naturaleza, la filosofía es completamente independiente de la fe y de la

teología”, escribe en Ser finito y ser eterno, afirmando además que: “La filosofía es una ciencia”.68

Por tanto se ve obligada a discurrir sobre el concepto de ciencia diciendo: “La ciencia generalmente

es la condensación de todo lo que el espíritu humano ha realizado en la búsqueda de la verdad”.

67 Filosofía cristiana en el mundo católico de los siglos XIX-XX, t. II, p. 604. 68 Edith Stein, Ser finito y ser eterno, p. 32.

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58

Por otro lado, “toda ciencia tiende hacia el ser verdadero. Este se encuentra por encima de toda

ciencia, no solamente antes de la ciencia humana en cuanto a empresa para adquirir un

conocimiento correcto y con esto también proposiciones verdaderas, y en cuanto condensación

tangible de todos los esfuerzos de este género, sino que también se encuentra por encima de la

ciencia en cuanto idea”.69

La tarea es saber ahora cuál es el campo de la filosofía. Según Stein, “consistente en

esclarecer los fundamentos de todas las ciencias”. Más aun, “la filosofía no se contenta con un

esclarecimiento provisional, sino que su meta es llegar a la claridad última”, quiere los últimos

fundamentos que se pueden alcanzar. “La investigación del ser o del ente como tales es la tarea de

la... metafísica”.70

Aclarados los conceptos de ciencia y filosofía, se pregunta por el sentido de una filosofía

cristiana. Si la filosofía se define como la investigación del ser, del ente, entonces ésta no puede

pararse en el campo de lo simplemente natural (si realmente quiere llegar a la comprensión última).

“La fe y la teología informan a la razón natural sobre el primer ente; sin su ayuda,

la razón sola no llegaría jamás hasta allá... La razón se convertiría en sinrazón si se

obstina en detenerse ante las cosas que no puede ella descubrir por su propia luz

y si cerrara los ojos delante de lo que una luz superior le hace”.71

En este sentido Edith Stein sigue la línea trazada por Jacques Maritain.

Para Edith Stein resulta evidente la posibilidad de una filosofía cristiana que no ha de

confundirse con la teología, puesto que filosofía “cuando hace una adquisición de la teología, se

ocupa de la verdad revelada en cuanto verdad”.72

Edith Stein explica esto en el Husserl-Festschrift,

cuando establece vínculos y contraposiciones entre Husserl y Santo Tomás, afirmando que la fe

puede ser de gran ayuda para la filosofía para alcanzar una verdad más amplia y una certeza mayor.

69 Cfr. op. cit., pp. 33-35 70 Cfr. op. cit., pp. 35-40. 71 Ídem. 72 Ídem.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

59

“Si la fe nos hace accesibles verdades a las que no se puede acceder por otro

camino, entonces la filosofía –mientras no abandone su exigencia universal de

verdad- no puede renunciar a esta verdad de fe *…+. Si la fe proporciona la más

alta certeza posible y la filosofía pretende alcanzar la más alta certeza posible,

entonces la filosofía debe apropiarse de la certeza de la fe, asumiendo su verdad

y tomándola como criterio último para medir todas las demás verdades”.73

El filósofo cristiano no renuncia al empleo autónomo de su razón, con ella aborda temas

que interesan a todo filósofo y teoriza sobre los datos revelados, ya que no son irracionales. “He

aquí el factor común: una ciencia debe considerar a la otra ciencia para progresar en su esfera

particular y, apoyándose sobre este medio auxiliar, continúa trabajando en su propio campo”.74

En gran afinidad con Maritain, Stein afirma que:

“A nuestro juicio, la Filosofía Cristiana no es solamente un nombre para designar

el comportamiento de los filósofos cristianos, ni un término para designar el

conjunto de las doctrinas de los pensadores cristianos; significa también el ideal

de un perfectum opus rationis, que habría conseguido abrazar en una unidad

global lo que nos es accesible por la razón natural y por la

Revelación. Los esfuerzos que tienden hacia ese fin fueron condensados en las

Summas de la Edad Media: esas grandes síntesis eran la forma exterior adecuada

de una investigación, que intenta englobar la totalidad”.75

Edith Stein no pone en duda la capacidad de la razón simplemente propone ampliar su

campo de aplicación. “Existen dos caminos –comenta Stein- hacia la verdad y la razón natural, si

bien no puede llegar a la verdad suprema y más elevada, puede alcanzar un nivel desde el que es

posible excluir ciertos errores y demostrar el acuerdo entre la verdad probada por la razón y la

verdad de fe”.76

73 Edith Stein, La fenomenología de Edmund Husserl y la filosofía de Tomás de Aquino, p. 320. 74 Edith Stein, Ser finito y ser eterno, p. 43. 75 Op. cit., p. 44. 76 Op. cit., p. 31.

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60

Edith Stein se encuentra muy cerca del pensamiento de Santo Tomás de Aquino, quien en la

Summa Filosófica establece un puente entre la Filosofía y la Teología; y de Jacques Maritain, quien

presenta como una solución tomista la distinción entre la naturaleza y el estado de la filosofía. Según

la naturaleza, la Filosofía es independiente de la Fe y de la Teología. Sin embargo, se puede hablar de

un estado Cristiano de la Filosofía.

Edith Stein nos describe la diferencia entre Filosofía Cristiana y Estado Cristiano a través de

un círculo hermenéutico donde la Fe (Teología)-Estado Cristiano es la gracia, la participación de la

vida eterna, la experiencia, el encuentro teologal con Dios Padre en Cristo por el Espíritu Santo

(tomando la frase de San Agustín, fe teologal es la religación, la conversión, la revelación de Cristo).

La razón (Filosofía)-Filosofía Cristiana es la reflexión, la razón natural que elabora un discurso sobre

Dios. Cree, pregunta, especula.

La fe no da respuestas concretas sino pistas, horizontes, sentidos, una cosmovisión. Para

que la razón busque respuestas, a su vez, la fe previene a la razón de errores. La filosofía cristiana

tiene como tarea preparar el camino de la fe, mientras que el estado cristiano tiene como tarea

caminar en la fe. Su principio queda formulado de la siguiente manera: “El filósofo que no quiere ser

infiel a su finalidad de comprender el ente hasta sus últimas causas, se ve obligado a extender sus

reflexiones, en el campo de la fe, más allá de lo que le es accesible naturalmente”.77

Dicho de otro

modo: “Una comprensión racional del mundo, es decir, una metafísica… sólo puede lograrse con

una razón natural y sobrenatural a la par”.78

El resultado de esta colaboración sería el “perfectum

opus rationis”.

3.3.1. INTENTO DE CONFRONTACIÓN ENTRE EDMUND HUSSERL Y TOMÁS

DE AQUINO

En su contribución a la miscelánea con motivo del 70 cumpleaños de Edmund Husserl en

1929, “La fenomenología de Husserl y la filosofía de Tomás de Aquino” compara los proyectos de

pensamiento de estos dos filósofos y constata que en diversos puntos se dan semejanzas reales. 1.

En la visión de la filosofía como “ciencia estricta”; 2. En la idea de la verdad como dimensión objetiva

77 Edith Stein, Ser finito y Ser Eterno, p. 40. 78 Edith Stein, La fenomenología de Husserl y la filosofía de Tomás de Aquino, en: “Diálogo Filosófico”, pp. 154-155.

Page 61: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

61

que existe independientemente del que investiga; 3. En la concepción del conocimiento intelectual

como “intus legere” o como “intuición original” y 4. en la que postulan “verdades esenciales” o

“principia” en lo cognoscible.

El artículo consta de seis apartados, a saber: 1. La filosofía como ciencia rigurosa; 2. Razón

natural y sobrenatural; 3. Filosofía crítica y filosofía dogmática; 4. Filosofía teocéntrica y filosofía

egocéntrica; 5. Ontología y metafísica; 6. La intuición. Método fenomenológico y método escolástico.

Rescatamos brevemente las siguientes reflexiones, sobre las semejanzas antes señaladas. La

filosofía como ciencia estricta y la verdad como dimensión objetiva: el verdadero filósofo intenta

explicar con rigor científico –por medio de la razón y sin ningún tipo de prejuicios- el logos que se

encuentra en el mundo, para Stein, la philosophia perennis (antes mencionada) que es concebida

“como el espíritu auténtico del filosofar que vive en todo verdadero filósofo; es decir, en aquel

que se ve irresistiblemente empujado por una necesidad interna a indagar el logos o –según la

traducción de Santo Tomás- la ratio de este mundo”.79

Así, dos serán las características del filósofo

auténtico: los temas siempre actuales que trata y su postura objetiva ante ellos.

El conocimiento intelectual como intus legere en el que se postulan “verdades esenciales”:

Stein aclara que cuando los fenomenólogos hablan de “contemplación de la esencia” (Wesensschau)

no pretenden tener una contemplación inmediata de las verdades eternas, como los espíritus

beatos, afirmando que Tomás de Aquino posee también una inmediatez gnoseológica en nuestro

conocimiento de los siguientes temas: verdades derivadas y esenciales, los primeros principios, el

propio acto y la existencia, la naturaleza del alma y sus cualidades, el mundo externo y, por último la

existencia y esencia de Dios. El intus legere tomista coincidiría -a grandes rasgos- con la Intuition y la

Wesensschau fenomenológicas.

Sin embargo, con mucha delicadeza por parte de Stein, el artículo constituye su primera

crítica abierta a la fenomenología; veamos esto en el siguiente resumen ya que estos puntos ya

fueron expuestos en el presente capítulo.

79 Ibíd.

Page 62: La filosofía de Edith Stein

Cristiam Peña

62

Stein reprocha a Husserl su intento de acercarse a la verdad sólo desde la inmanencia de su

conciencia, sin tener en cuenta otras vías. En el tercer apartado aborda el problema de la

Konstitución, haciendo su crítica más dura a Husserl: éste en su fenomenología trascendental, habría

caído en el relativismo subjetivista. Dicho en pocas palabras: Husserl confundiría la existencia con el

presentarse a una conciencia.80

En su sistema filosófico se relativizaría a Dios y se sostendría una

filosofía egocéntrica en contraposición a la filosofía teocéntrica del Aquinante.

Edith Stein concluye el artículo con lo siguiente: “Quisiera decir en resumen que ambos –

Husserl y Santo Tomás- consideran que la tarea filosófica consiste en una comprensión del mundo

lo más universal y mejor fundada posible”, pero Husserl parte de “la conciencia

trascendentalmente purificada” e indaga esencias, mientras que Tomás de Aquino es teocéntrico y

–para obtener una imagen lo más completa de este mundo- tiene en cuenta tanto las

investigaciones de esencia como los hechos que se hacen accesibles por la experiencia natural y por

la fe”.81

3.4. ANTROPOLOGÍA STEINIANA

El objeto fundamental de la antropología steiniana es formar al hombre y a la mujer como

seres humanos integrales. La integralidad es para ella no sólo la amplia formación académica, sino

también el cuidado del cuerpo y sobre todo del espíritu.

Podemos afirmar que su antropología está centrada en una concepción cristiana del

hombre y de la humanidad, así lo demuestra el análisis de sus dos obras más importantes al

respecto: Estructura de la persona humana y ¿Qué es el hombre? La antropología de la doctrina

católica de la fe, que también sirven de base para la reflexión pedagógica.

Para Edith Stein, el ser humano –que es el material de la educación- ha de ser conocido de

antemano; es decir, hay que tener un concepto lo más claro posible de su naturaleza, su origen y su

fin.82

80 Cfr. Michel Esparza, op. cit., p. 93. 81 Ídem. 82 Julien Urkiza, en notas introductorias, Obras completas IV, p. 37.

Page 63: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

63

Su concepto del ser humano posee fundamentos teológico-bíblicos que constituyen la

confirmación y comprensión holística del ser del hombre, es decir, la revelación amplia de los

elementos que definen al hombre. Esto es propio de Edith Stein, para quien es lícito recurrir a la

razón sobrenatural cuando la razón natural no puede llegar más lejos (esto ya lo hemos visto en el

aparatado anterior).

En la redacción de Sobre el problema de la empatía, Stein había concebido al ser del hombre

no sólo como una unidad psicofísica, sino sobre todo espiritual. En la tercera parte de su tesis

doctoral, manifiesta que no cabe duda de que el individuo consta de alma y cuerpo, oponiéndose de

esta manera a las tesis positivistas y materialistas de Comte y Marx.

Edith Stein nos ofrece la siguiente definición del hombre: “Una persona libre y espiritual”

(Estructura de la persona humana). Aquí se encierran los elementos que definen su ser: es persona -

es decir- posee una individualidad y es capaz de relación; es libre, capaz de marcar un rumbo y dar

sentido a su vida; es espiritual, porque es un ser racional y capaz de trascenderse a sí mismo,

abriéndose y acogiendo al otro. Terminológicamente hablando, el hombre-persona se define como:

espíritu, libertad, individualidad y relación.83

3.4.1. ESTRUCTURA DE LA PERSONA HUMANA

Der Aufbau der menslichen Person, en Edith Stein Werke, vol. XVI, Freiburg-Basel-Wien,

Herder 1994, 200 p. Traducción española: “La estructura de la persona humana”, BAC, Madrid 1998.

Esta obra contiene los apuntes preparados para un curso no realizado en el invierno de 1932 en el

Instituto de Pedagogía científica de Münster.

Esta obra está concebida como estudio filosófico sobre el ser humano que sirva para la

tarea pedagógica. Al respecto afirma:

“La pedagogía que carezca de respuesta a la pregunta ¿qué es el hombre? no hará

sino construir castillos en el aire.84

En realidad educar no es sino propiciar el

83 Op. cit., p. 40. 84 Edith Stein, Estructura de la persona humana, p. 31.

Page 64: La filosofía de Edith Stein

Cristiam Peña

64

llegar a ser lo que se debe ser;85

es decir, llevar a pleno desarrollo aquella esencia

que conforma por dentro cada persona. Educar es posibilitar el pleno desarrollo,

a modo de tendencia teleológica de la forma interior que esconde cada ser

humano.86

Cada alma humana está creada por Dios, cada una de ellas recibe de él

una impronta que la diferencia de todas las demás; su individualidad debe llegar

a desarrollo a través de su valor educativo con su humanidad (…)”.87

Así, en su visión antropológica, Dios sería el verdadero educador -por conocer en

profundidad a sus criaturas- en consecuencia, haberles asignado el fin al que deben aspirar: “Los

educadores humanos no son más que instrumentos en las manos de Dios”.88

En Estructura de la persona humana Edith sigue el método fenomenológico, pero en su

contenido sistemáticamente desarrollado aclara el significado original del ser humano y su vocación.

Sus análisis fundamentan la necesidad del conocimiento antropológico para los que tienen la tarea

de la formación. Presenta al ser humano como individuo y como parte de una comunidad.

Nuestra filósofa quiere sentar sus bases pedagógicas sobre dos principios: 1. Quien ha de

marcar los ritmos y delimitar los campos es el educando; por tanto, al educador se le exige estar en

posesión de una idea clara del sujeto que tiene delante. 2. Después de todo, el auténtico educador

es Dios. Los educadores humanos no son más que instrumentos en las manos de Dios, quien conoce

a todo hombre en su interior más profundo.

Desde la antropología cristiana se analizan los componentes de la persona: su cuerpo

material, su organismo animado, así como ser portador de espíritu. Estudiará con minuciosidad los

constitutivos del sujeto humano, así como las relaciones que se establecen entre los mismos. Más

allá del individuo se vislumbra la vida social, con sus diversas manifestaciones: comunidad, sociedad,

pueblo, nación, humanidad. Concluirá Edith Stein recuperando la idea de que lo decisivo es la

relación personal de cada sujeto con Dios.89

85 Op. cit., p. 27 86 Edith Stein, La mujer. Su papel según la naturaleza y la gracia, p. 143. 87 Op. cit., p. 247. 88 Edith Stein, Estructura de la persona humana, p. 23. 89 Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, p. 68.

Page 65: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

65

3.5. CONCLUSIÓN

La influencia de Max Scheler en Gotinga fue motivo del primer acercamiento de Edith Stein

al cristianismo y al mundo de la fe. La reacción será: “Me conformé con recoger sin resistencia las

incitaciones de mi entorno y casi sin notarlo fui transformada poco a poco”.90

A principios de 1917,

confiesa estar ya enredada en problemas religiosos y se propone leer a San Agustín.91

En otra carta

confiesa a su amigo Roman Ingarden, tras un paseo amenizado por cuestiones religioso-filosóficas

con Husserl y Heidegger, lo siguiente: “Tras larga reflexión más y más me he decidido por un

cristianismo positivo”.92

Tres años más tarde le informa: “Estoy a punto de entrar en la Iglesia

Católica”.93

Muchos de los discípulos de Husserl habían tomado el camino de la fe tras su encuentro con

la fenomenología; esto, algunas veces, era motivo de bromas por parte del maestro.

El gran aporte de Edith Stein como intelectual católica reside justamente en servir de

puente entre dos mundos filosóficos: el mundo tomista y el pensar contemporáneo. Además de ser

un importante referente en el ámbito católico; prueba de ello son las innumerables conferencias

dictadas en Europa y su participación en el Congreso de Juvisy.

Para Edith Stein, la “philosophia perennis” no se identifica con el pensamiento que la Iglesia

católica puede adoptar como suyo; viene entendida como la suma de todas las aportaciones de

todos los tiempos, y es que en filosofía nada hay desaprovechable. De ello es consciente Stein y por

eso se otorga el papel de puente de enlace entre la filosofía tradicional y las filosofías modernas.94

Por otro lado, no deja de lado su postura crítica y en algunos puntos difiere de su maestro

Tomás de Aquino; así, es capaz de distanciarse y hasta de corregir ciertas posturas.

Su teoría antropológica se separará en ocasiones del Aquinante por la franca razón de que

“no estoy en la situación de seguir sencillamente las doctrinas de Santo Tomás, sino que en

algunos puntos esenciales soy de otra opinión” (cfr. Estructura de la persona humana, p. 48). Por

90 Estrellas Amarillas, p. 241. 91 Cfr. Cartas a Roman Ingarden, pp. 44-45. 92 Op. cit., p. 113. 93 Op. cit., p. 157. 94 Ezequiel García Rojo, Edith Stein. Existencia y pensamiento, p. 110.

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Cristiam Peña

66

ejemplo: discrepa del autor de las Summas a la hora de conceder el título de imagen de Dios a toda

criatura (mientras que el Doctor Angélico lo reserva para las criaturas dotadas de razón y voluntad:

hombres y ángeles); asimismo, no está de acuerdo con la explicación del principio de individuación

tomista, prefiriendo la postura de Duns Scoto.95

Otro punto muy importante es su participación en la cuestión de la existencia o no de una

“filosofía cristiana”. Como ya hemos expuesto antes, esta pensadora se declara partidaria de recurrir

a cuantas fuentes aporten datos y beneficien el conocer. Razón y fe, lejos de excluirse, están

llamadas a colaborar, siendo medios legítimos del entender humano. La tarea más noble de la

filosofía cristiana será la de preparar el camino de la fe.

En diálogo constante con los no creyentes; si éstos no tienen prejuicios -como debe ser el

filósofo según su convicción- el incrédulo podrá tranquilamente esperar para ver si es capaz de llegar

enseguida a la visión común que -para el filósofo creyente- es la consecuencia de la razón natural y

de la revelación, y para ver si puede adquirir así un conocimiento más profundo y más amplio del

ente. Obviamente no aceptará las verdades de fe como tesis -contrariamente a lo que hace el

creyente- sino sólo como punto de partida, como hipótesis. De esta manera establece un vínculo

importante para el diálogo ecuménico.

Por otra parte, sus aportes a la filosofía cristiana se adelantan 60 años a la encíclica “Fides et

Ratio”. La tesis doctoral de Mario Filippa “Edith Stein e il problema della filosofia cristiana”

trata profundamente este tema, realizando un amplio estudio sobre el debate de los

años 30 en el marco del Vaticano I y la “Aeterni Patris”.

En el ámbito antropológico no podemos dejar de lado la cuestión de la mujer, que tanto ha

preocupado a Edith Stein, ya que ella misma sufre la discriminación del machismo imperante en la

época.

Su punto de partida, en consonancia con sus primeras investigaciones filosóficas, es la

estructura que configura a todo ser humano. A partir de aquí procede a defender cuanto de

específico cualifique a la mujer. Para Edith Stein, lo que la mujer ha de ser, no lo ha de conseguir en

95 Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, pp. 117-118.

Page 67: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

67

virtud de concesiones de los tiempos modernos, sino por exigencias del despliegue de la naturaleza

propia del ser femenino; no por comparación con el varón, sino por prestar atención a lo propio es

como la mujer logra lo que debe ser.96

La aplicación práctica de su teoría antropológica se encuentra en la pedagogía, tarea a la

cual Edith dedicó muchos esfuerzos en el Instituto de las dominicas en Espira. Nuestra filósofa afirma

que las ideas claves que han de presidir el proceso formativo serían: la educación armónica e integral

en todo ser humano, la atención al elemento religioso, el cuidado de lo peculiar femenino y el

respeto a la individualidad.97

Educar es, para ella, facilitar el llegar a ser lo que se debe ser. De esta

manera se encuentra en consonancia con la pedagogía moderna.

Así mismo, su obra pedagógica se impone en la actualidad como un referente ineludible

para la educación cristiana, no sólo por su sintonía con la pedagogía moderna y con la doctrina

católica, sino que -por sobre todo- por su profundidad, claridad y sencillez.

96 Op. cit., p. 120. 97 Cfr. Fundamentos de la educación de la mujer, en: “La mujer. Su papel según la tarea y la gracia”, pp. 141-165.

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68

CAPÍTULO 4

ONTOLOGÍA STEINIANA

dith Stein asienta su filosofía en la cuestión clásica de la pregunta por el ser, en un

decidido interés ontológico. Es partiendo del análisis de la experiencia ontológica

que el hombre lleva a cabo, cuando se está en condiciones de elaborar una doctrina

sobre el ser.98

Su gran obra filosófica, Ser finito y Ser eterno, asume una doble preocupación personal: la

búsqueda del sentido del ser, y el intento de fusionar el pensamiento medieval con el

contemporáneo. La pregunta por el sentido del ser es el telón de fondo que confiere unidad a toda la

obra. Todos los análisis parciales están encaminados hacia ese fin. Repetidas veces Stein afirma que

desvelar el sentido del ser es el “objeto propiamente dicho de nuestra investigación”.99

Parte de la conocida afirmación: “nada se puede predicar de igual modo de Dios y de las

criaturas”, para señalar la necesidad de reconocer la validez del lenguaje analógico y de la analogía

entis. Sin embargo, la primera tarea que afronta nuestra filósofa es la dificultad lingüística y esto

porque, según ella, “vivimos un barullo lingüístico verdaderamente babilónico. No se puede usar

98 Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, p. 111. 99 Ser finito y ser eterno, p. 273.

E

Page 69: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

69

una expresión cualquiera sin temer que alguien comprenda absolutamente lo contrario de aquello

que se intenta decir con ella”.100

En abierta oposición a Martín Heidegger afirma que la “metafísica se trata del sentido del

ser en cuanto tal, no sólo del ser del hombre” (Heidegger no rechaza la definición clásica de

metafísica, pero al poner como fundamento de la posibilidad de comprensión del ser dentro del

horizonte finito del ser humano, hizo que la metafísica también quedara encerrada dentro de estos

límites). “Quien planea sobre la cuestión del sentido del ser, residente en la misma comprensión

del ser, y, no atendiendo a ello, “proyecta” la comprensión del ser del hombre, incurre en el

peligro de encontrarse fuera del significado del ser (…)”101

concluye.

Como ya hemos visto en el capítulo anterior, la verdad del ser no se funda sólo en aquello

que la razón puede alcanzar a comprender, también se encuentra expresada a través de los datos

que provienen del ámbito de la teología y de la fe, y la filosofía hace bien en atenderlos, sin que por

ello deba convertirse en teología. Para Stein, la Revelación habla en un lenguaje que es accesible a la

razón y recurre a ella al momento de desentrañar el sentido del ser. Estamos ciertamente ante una

filosofía cristiana.

La metafísica de Edith Stein, el penetrar en lo “profundo” de la physis, entendida como

modo de ser, sobre el que se apoya un ente partícipe del ser que es en sí y actúa, recurre a la

teología y se convierte en metafísica teológica. Nuestra filósofa propone una apertura a la teología,

no para abandonarse en ella sino para colaborar con ella al desvelamiento de la verdad.

Su exposición parte desde la perspectiva de Tomás de Aquino, se abre con un exhaustivo

estudio de los términos que van aproximando y clarificando la situación del ser finito en el ser

eterno. En su tarea investigadora tiene presente la obra Questiones Disputatae de Potentia (1265-

1267) del santo de Aquino pero toma como objeto de su trabajo el opúsculo De Ente et Esentia,

mucho más definido en la línea aristotélica. Aunque ella misma afirme en el prólogo que Tomás de

Aquino encontró “una alumna reverente y bien dispuesta, pero su inteligencia no era tabula rasa:

100 Op. cit., p. 42. 101 Op. cit., nota al pie, pp. 57-58.

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70

había recibido una marca muy fuerte que no se podía borrar”.102

Edith Stein se refiere a su primera

escuela, la fenomenología. Aunque Ser finito y ser eterno se trate de una obra de carácter tomista es

patente el influjo de la formación fenomenológica de nuestra autora.103

Edith Stein desarrolla el problema sobre el sentido del ser en una reflexión en ascenso, es

decir, desde lo material temporal y más finito hasta lo más espiritual, infinito y eterno. Es un

verdadero crescendo ontológico.

Tres son los problemas fundamentales de los cuales Edith Stein se ocupa en su ontología: el

ser mismo, la estructura del ser y las clasificaciones de la pluralidad fenoménica del mismo. Estos

problemas se dan unidos con el problema de la relación entre el ser y el ente. Por eso, le dedica a

éste los ocho pasos de su reflexión, que se clasifican de la siguiente manera en Ser finito y Ser eterno:

1. El problema del ser mismo, 2. El acto y la potencia (en el sentido de Santo Tomás). 3. La distinción

entre ser esencial y ser real. 4. La esencia (essentia, ousía), la sustancia, la forma y la materia como

determinaciones del ser. 5. Los trascendentales como atributos del ser. 6. La analogía entis como

guía para responder a la pregunta del sentido del ser. 7. Los “vestigia Trinitatis” en la creación. 8. El

sentido y el fundamento del ser concreto del ente.

4.1. ANALÍTICA EXISTENCIAL

Ya habíamos señalado que una de las tareas de Edith Stein consistió en la clarificación de su

lenguaje filosófico (recordemos que uno de sus cometidos es poner en diálogo a la filosofía

escolástica con la moderna). Nuestra autora pone un ejemplo muy ilustrativo al respecto. Se trata

del término latino actus, que para los clásicos encierra en sí el significado de varios términos griegos,

entre los cuales destaca energéia, ergon, entelekia. La energéia está indicando el ser real en

oposición al ser posible: dynamis. Cuando lo posible o realizable se convierte en realidad realizada se

la llama ergon (obra).

La aclaración del lenguaje filosófico se vuelve imprescindible para la comprensión del ser

finito y del ser eterno.

102 Ser finito y ser eterno, prólogo, p. VIII. 103 Cfr. Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein, p. 204.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

71

De esta manera, la exposición que Edith Stein hace del problema del ser desde la

perspectiva de Tomás de Aquino se abre con un exhaustivo estudio de los términos que van

aproximando y clarificando la situación del ser finito con el ser eterno.104

Para una orientación racional y filosófica del tema, Edith Stein, parte de la obra de juventud

del aquinante: De ente et esentia. En este pequeño ensayo de una doctrina del ser, Tomás de Aquino

considera en la totalidad del ente una secuencia de grados. Distingue tres principales: 1. Las cosas

materiales o compuestas (compuesto de materia y forma). 2. Los espíritus puros o seres simples. 3.

El primer ente. Dios.

Aquí los conceptos de acto y potencia están estrechamente ligados a otros, que son

fundamentales para Aristóteles: la forma, la materia, la sustancia, etc. Nuestra autora se adentra

sólo en la explicación de los términos de acto y potencia.

Edith Stein se detiene a estudiar estos conceptos explicando que en los seres materiales

inanimados y los vivientes animados, así como en los espíritus puros, se dan el ser en potencia

(poder llegar a ser) y el ser en acto (ser siendo). En el ente primero, potencia y acto se identifican. En

el segundo capítulo de Ser finito y Ser eterno, explica el significado de potencia diciendo “que

significa poder o capacidad, posibilidad de ser. Lo que puede ser y no posee en sí mismo el poder

de llegar a serlo”.105

Por otra parte, “ser posible no significa simplemente `no ser´. El ser potencial contiene en

sí, como en germen, el ser. Si el ser posible mismo no fuera ya un cierto modo de ser, entonces

sería insensato hablar de grados de la potencialidad”.106

Edith Stein llega a distinguir grados del ser y a comprender el acto y la potencia como

modos de ser pero, sin abdicar de su condición fenomenológica, este reconocimiento de la filosofía

escolástica le permite avanzar en la investigación sobre el ser desde el profundo “yo soy”.

104 Cfr. Trinidad León Martín, La imagen de la Trinidad en la creación. Edith Stein, p. 26. 105 Ser finito y Ser eterno, p. 50. 106 Ibíd.

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Cristiam Peña

72

4.1.1. EL SENTIDO DEL SER A PARTIR DEL ANÁLISIS DE LA VIDA DEL YO

Stein estudia el ser desde la perspectiva de la experiencia humana del propio ser y del

propio yo. Cita el “yo vivo” de San Agustín, el “yo pienso” de Descartes y el “ser consciente” de

Husserl, que presuponen un “yo soy”.

“Esta no es una conclusión(…), sino el yo soy es captado inmediatamente: que yo piense,

que yo sienta, que yo quiera o que me dirija intelectualmente de cualquier manera que sea, yo soy

y me doy cuenta de este ser”.107

Esta certeza del propio ser es, en cierto sentido, el conocimiento

más original, aunque no el primero en el orden temporal.

“Esta certeza del ser –explica Edith Stein- es una certeza no reflexionada, es decir,

que se encuentra ante todo pensamiento que se dirige hacia atrás, con el cual el

espíritu sale de la actitud original de su vida orientada hacia los objetos a fin de

considerarse a sí mismo. Apenas el espíritu se sumerge mediante la reflexión en

la consideración del simple dato del hecho de ser, le sale al encuentro una triple

interrogación: ¿Qué es el ser del que soy consciente? ¿Qué es el yo consciente de

este ser? ¿Qué es el movimiento espiritual en el cual me encuentro cuando estoy

consciente de mí y de él?”108

La respuesta la plantea desde una doble vertiente que responde al ser y al no-ser. En pocas

palabras y tratando de interpretar el pensamiento steiniano, el ser que era antes pasa y deja el

puesto al ser que soy ahora. El ser no puede desvincularse de la temporalidad, del ser actual,

puntual: lo que soy en este momento no es lo que era hace un instante ni lo que seré al momento

siguiente.

“Soy en este momento, no soy ni en el pasado ni en el futuro. Pero mientras eso

se apaga por su carácter fluente, en ser y no-ser, se nos revela la idea del puro ser

107 Ibíd. p, 53. 108 Ibíd.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

73

que no tiene en sí nada del no-ser, en el cual no se da “no más” alguno, si algún

“no todavía”, que no es temporal sino eterno.109

Así el ser eterno y el ser temporal, el inmutable y el mutable, e igualmente el no-

ser, son ideas que el espíritu descubre en sí mismo; no están tomadas de otra

parte. En lo que les concierne, una filosofía que pare del conocimiento natural

tiene aquí un punto de partida legítimo. La “analogia entis”, considerada como la

relación entre el ser temporal y el ser eterno, se manifiesta ya en este punto de

partida”.110

4.1.2. ANÁLISIS DE LA TEMPORALIDAD

Ante todo, el propio ser presentaría al yo, marcado por la temporalidad. A cada análisis de

la temporalidad de nuestro ser, Edith Stein hace referencia a la eternidad del Ser divino.111

“Con la idea del ser y del no-ser, descubrimos al mismo tiempo la de actualidad”.112

La temporalidad se caracteriza por la fugacidad del instante, el carácter pasajero de cada

instante desvelaría la “actualidad puntiforme” de nuestro ser, la cual llevaría a pensar en una

“actualidad pura”.

“Dentro de lo que yo soy ahora, hay algo que no es actual, pero que lo será en el

futuro. Lo que soy ahora en el estado de actualidad, lo era ya antes, pero sin serlo

en el estado de actualidad. Mi ser presente contiene la posibilidad de un ser

actual futuro y presupone una posibilidad de mi ser anterior. Mi ser presente es

actual y potencial, real y posible al mismo tiempo, y en la medida en que es real,

es la realización de una posibilidad que ya existía antes”.113

109 Ibíd., p. 54. 110 Ibíd. 111 Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein, p. 228. 112 Ser finito y Ser eterno, p. 55. 113 Ibíd.

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Cristiam Peña

74

En nuestro ser habría una mezcla de actualidad –respecto al pasado- y de potencialidad –

respecto al futuro-, lo cual revelaría la idea de un Ser puro, en el que, por ser inmutable y eterno, de

ningún modo habría potencialidad o no-ser.114

El modo de actuar y de ser de Dios coinciden, como coinciden su ser y su esencia; Él es

“aquel que es” mientras en el ser finito el ser puede llegar a ser, es posibilidad de ser.

“Lo que hace un hombre es la realización de lo que puede hacer, y lo que puede

es la expresión de lo que es: en el hecho de que sus facultades se actualicen en su

acción, su esencia llega al desarrollo más extremo del ser. Lo que aquí se nos

muestra separadamente es uno en Dios. Como todo lo que está en potencia en Él

se realiza de hecho, así toda su esencia es eterna, inmutable en el nivel del ser

más elevado, y su ser es también en esencia: Dios es el que es (…). Pero a pesar

del abismo entre los dos géneros de ser, existe entre ellos algo en común que nos

permite hablar de ser en los dos casos”.115

De esta manera sigue explicando Edith Stein:

“Todo lo que existe es, en cuanto existe, una cosa según el modo de ser divino.

Pero todo ser, a excepción del ser divino, contiene un poco de no-ser. Esta unión

de ser y no ser tiene sus consecuencias en todo lo que es. Dios es al actus purus.

El ser ilimitado es el ser puramente actual. Mientras más participa una criatura

del ser, más grande es su actualidad”.116

4.1.3. EL YO VIVIENTE

El yo vive en cada experiencia, aferrándola sin ser aferrado: lo vivido le pertenece, forma

parte de su vida como si esta, al fin de cuentas, no fuera sino un fluir continuo que va depositando

en el ser, experiencias tras experiencias, el contenido del mismo ser.117

114 Michel Esparza, op. cit., p. 229. 115 Ser finito y Ser eterno, p. 58. 116 Ibíd. 117 Trinidad León Martín, La imagen de la Trinidad en la creación. Edith Stein, p. 31.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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“El yo vive y la vida es su ser –afirma Edith Stein-. Vive ahora en la alegría, dentro

de poco en el deseo, después en la reflexión…; la alegría se apacigua, el deseo

desvanece, el pensar cesa, pero el yo no acaba, no cesa, sino que está vivo en

cada instante”.118

Este “estar vivo” no significa que posea en sí la eternidad, que viva eternamente, sino que

es un ser viviente cuya existencia se llena a cada instante de nuevos contenidos; es más, él mismo es

algo que libera continuamente novedad, actualidad. El yo posee el ser realmente presente, actual.

4.1.4. EL SER DEL YO Y EL SER ETERNO

En la Edith Stein que se acerca a Tomás para responder a la problemática del ser desde la

visión cristiana, aflora constantemente la fenomenóloga que sabe perfectamente distinguir dónde se

quedó la respuesta tomista y hasta donde puede llevarle su propia formación filosófica. Baraja

posibilidades, apunta interrogantes y ofrece respuestas. No teme traspasar las fronteras entre

filosofía y teología, ha interpretado al Aquinante y ha deducido que las diferencias están dadas y las

coincidencias hay que buscarlas.119

Para establecer la relación entre el ser del yo viviente y el ser eterno que hace vivir, entre la

criatura y el creador afirma: “…no es pensable recibir el ser independientemente del ser eterno,

porque nada fuera de este posee verdaderamente el ser”120

Explicamos la afirmación anterior con Trinidad León Martín: todo lo que ha recibido el ser

ha sido puesto en la existencia y conservado en ella de modo tal que sería imposible que

permaneciera en el ser por sí mismo y de sí mismo. La inconsistencia abruma el ser, la precariedad lo

arropa. Y sin embargo, este ser inconsistente y precario, que recibe la vida instante a instante, se

vive en íntima relación con la plenitud del ser. Sale de las manos del ser y es imagen de ese ser. El yo

siente horror ante la nada, retrocede ante la idea de continuación sin fin de su ser, porque lo que

anhela, unas veces con esperanza y otras desesperadamente, es la plena posesión del ser.121

118 Ser finito y Ser eterno, p. 65. 119 Trinidad León Martín, Op. Cit., p. 33. 120 Ser finito y Ser eterno, p. 72. 121 Cfr. Ser finito y Ser eterno, p. 73.

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76

El yo personal puede alcanzar la idea de ese ser en el que se encuentra, como en una fuente

inagotable, la firmeza del ser y la plenitud que él aspira alcanzar. Una vez alcanzada la medida del

propio ser, los seres, cualquiera sea su grado de perfección, sólo reconocen en sí mismos, el anhelo

que los lleva hacia la perfección suma.

Por último, y esto ya lo hemos afirmado en capítulos anteriores, dos son las vías por las que

se pueden reconocer al Ser Eterno como fundamento de este ser en el que cada uno de nosotros nos

encontramos. La primera es la vía de la fe; la fe en un Dios que se revela como el existente, el

creador y el conservador. La otra vía la ofrece la filosofía, el camino que sigue el pensamiento

argumentativo que busca demostrar la racionalidad de la existencia de Dios. En este sentido, no es,

como acabamos de ver, más razonable o inteligente, es decir, más humano, negar la divinidad que

aceptarla y abandonarse a ella.

4.2. EL SENTIDO DEL SER

El sentido del ser se desvela en eso que Edith Stein ha llamado ser esencial. Dios, ha

sentenciado Santo Tomás, es su propio ser porque es su propia esencia, Forma pura. Las criaturas se

acercan a esa Forma pura en la medida que se desvela en ellas la esencialidad: “nosotros –afirma

Stein- por `forma pura´ entendemos la esencialidad, existe algo que les pertenece, y que por eso

son lo que son”.122

Las criaturas participan del ser real a través de su propia realización. Ese ser real no es suyo

por esencia, sino que le viene dado, otorgado por otro ser que sí lo es en esencia propia. Las palabras

hebreas expresadas en Ex. 3,14 (Ah, jäh, aschér äh’jäh) “Yo soy el que soy” y todas las

interpretaciones posibles que podamos hacer de ellas, le sirven a Edith Stein para abrir el pórtico del

sentido del ser desde la dimensión más profunda que la filosofía y la teología puedan intentar. En

principio, le complace que el texto no intente definir el ser de Dios con una terminología semejante

a: “yo soy el ser” o “yo soy el ente”; la ambigüedad que desespera a muchos es precisamente la

122 Ser finito y Ser eterno, p. 346.

Page 77: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

77

mejor definición “yo soy”. El yo que define a Dios es totalmente propio y esa propiedad absoluta lo

diferencia absolutamente del yo finito.123

“`Yo´ pude definirse solo un ente en el cual el ser es interno a su propio ser y, al

mismo tiempo, su ser es distinto de los otros entes. Cada yo es único, tiene algo

que no divide con ningún otro ente, `algo´ de incomunicable”.124

Edith Stein advierte que en el término yo, que tiene un significado universal, no se

encuentra esa particularidad que posee en sí cada individuo. Lo incomunicable es una particularidad

del ser, es su propia vida; el momento a momento en el que cada uno se desenvuelve, que posee

una configuración propia, sin repetición ni copia. Esta incomunicabilidad hace de cada ser humano,

particularmente, un yo.125

“Ser yo es existir de tal modo que ya se está más allá del ser en la felicidad. Para el yo, ser no

significa ni oponerse, ni representarse algo, ni servirse de algo, ni aspirar a algo, sino gozarlo”.126

En su ontología, Edith Stein se separa de un contemporáneo, Martín Heidegger, adoptando

una postura más serena y positiva ante el Da-sein. La angustia que Heidegger y otros reflejan en sus

escritos revela la desesperanza que provoca el absurdo y la nada, el vacío de una noche sin fin, que

parece dibujar la nada fantasmagóricamente la nada como fin último del ser siendo.127

La nota que más distancia la experiencia ontológica en el hombre por parte de Edith Stein,

frente a la angustia del Da-sein de Heidegger, es la confianza. Al respecto afirma en Ser finito y Ser

eterno:

“Yo me siento sostenida y ese sostén me da calma y seguridad. Ciertamente no es

la confianza segura de sí misma del hombre que, con su propia fuerza, se

mantiene en pie sobre un suelo firme, sino la seguridad suave y alegre del niño

que, vista objetivamente, no es menos razonable. En efecto, el niño que viviera

constantemente en la angustia de que su madre lo dejara caer, ¿sería razonable?

123 Cfr. Trinidad León Martín, La imagen de la Trinidad en la creación. Edith Stein, p. 42. 124 Ser finito y Ser eterno, p. 347. 125 Ídem. 126 E. Levitas, Totalidad e infinito, p. 73. 127 La imagen de la Trinidad en la creación. Edith Stein, p. 34.

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78

En mi ser yo me encuentro entonces con otro ser que no es el mío, sino que es el

sostén y fundamento de mi ser que no posee en sí mismo ni sostén, ni

fundamento”.128

Edith Stein propone en su obra una salida al abismo demencial de la nada como fin último

del ser: la nada no es ausencia de ser, es posibilidad de ser en plenitud.

4.3. CONCLUSIÓN

Con Edith Stein, sin abandonar por completo la escolástica tomista, nos sumergimos en la

corriente vitalista y fenomenológica, y se nos va descubriendo las dimensiones del yo personal

actual, como las de un ser que se vive en permanente tensión entre lo vivido –que permanece en él

sufriendo las consecuencias de lo que se ha sido remitido a la memoria, es decir, a lo que llamamos

pasado y por lo tanto no es ya existente, actual, ni tiene fuerza para volver a serlo, ni aún en el caso

de ser re-actualizado por el yo, puesto que jamás se experimentará lo vivido entonces como lo vivido

ahora-, y lo que podría (potencialmente) ser vivido. El yo pasado es sólo una “imagen” de mí mismo,

de cómo una vez fui viviente y la imagen del yo no es el yo.

El yo real es siempre actual, es lo que es en el momento presente, pero sin que pueda

prescindir de lo que “fue” ni de lo que “será” o “podría llegar a ser”. En su finitud el yo viviente es

incapaz de abarcar realmente, actualmente, todo lo que su vida es: pasado, presente y futuro. Es el

desarrollo llamado Analítica existencial en el apartado del presente capítulo.

Pero las investigaciones entorno al ser esencial -reflexión precisamente presentada en los

capítulos centrales de Ser finito y Ser eterno (IV-VI)- constituyen el núcleo por el cual giran las demás

investigaciones en Ser finito y Ser eterno. La ontología de Edith Stein presenta gran afinidad con la de

Duns Escoto, y puede ser inscrita en la línea de las grandes síntesis esencialistas surgidas del

platonismo bajo inspiración cristiana.

El ser esencial es visto por Stein como una región ontológica intermedia ente el ser real y el

Ser eterno, que albergaría de modo intemporal todo lo perteneciente al ámbito del “sentido”. El

128 Ser finito y Ser eterno, p. 75.

Page 79: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

79

mundo de las esencias es descrito como un “reino estratificado”, compuesto por elementos

esenciales jerarquizados de mayor a menor universalidad.129

Podemos considerar la ontología steiniana como un equilibrio inestable entre dos extremos:

neoplatonismo y realismo asristotelicotomista. Su intención de hacer compatibles posiciones tan

diversas le lleva a no pronunciarse con claridad.

En sus ideas Stein parte de Santo Tomás, pero se acerca a los temas principales de la

metafísica agustiniana y a la teoría de Duns Escoto sobre el ser particular. De Santo Tomás toma sin

duda su énfasis del “intellectus” y la “voluntas” como manifestaciones de la imagen y semejanza del

hombre con Dios. Pero al mismo tiempo rechaza la teoría agustiniana según la cual el alma humana

es imagen de la Trinidad en cuanto espíritu, amor y conocimiento.

Heinrich Rombach130

ve en la ontología steiniana una obra de gran fuerza sintética. Aunque

no se plantee el problema de la historicidad del ser, su pensamiento es por sí mismo un

acontecimiento histórico de gran importancia. Esto no lo cambia en nada el hecho de que deja

muchos puntos fuera de su proyecto. Falta, por ejemplo, la consideración básica no sólo de cómo el

pensamiento como ente puede relacionarse con otro ente, sino también cómo puede incorporar e

incluir en sí esta misma relación y en general la plenitud del ser e incluso su sentido.

Przywara llama también al pensamiento de Edith Stein un pensamiento equilibrado y

armónico. Lo contrasta con los escritos de Simone Weil (1909-1943), que tienden a la antítesis y la

contradicción. Además, ve en él la conciliación de una metafísica mística con un sentido inflexible

para la realidad de la materia y del vacío. “Si Stein, partiendo del idealismo trascendental de Husserl,

pasó también a una metafísica real, su mérito es el de una filosofía verdaderamente de la esencia.

Para ella, por eso, no existen realmente problemas últimos o aporías últimas, o antítesis últimas…

Stein traslada todas las regiones de lo real al plano de lo esencial, sin que se produzca por eso un

mundo ideal cerrado en sí (egológico o fonológico, como lo produjo la evolución de Husserl), sino un

129 Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein, pp. 246-147. 130 Citado por H. Herbstricth en “Filosofía cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX-XX”, p. 606.

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Cristiam Peña

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mundo ideal libre en el que no importan los nexos causales, sino únicamente la correspondiente

esencia que se ve por sí.131

Para culminar nos hacemos esta pregunta: ¿En qué consiste el sentido pleno del ser, según

Edith Stein?

“El ser es uno –afirma ella- y todo lo que es participa de él. Su sentido pleno

corresponde a la plenitud de todo ente. Cuando hablamos del ser, nos referimos

a toda esta plenitud. Pero un espíritu finito no puede jamás captar esta plenitud

mediante una intuición unitaria y completa: es ésta la tarea infinita de nuestro

conocimiento. Cuando llamamos al ser uno, no nos referimos a la unidad de algo

general: no es un género que se divide en especies y se singulariza en

individuos”.132

131 Filosofía cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX-XX, p. 606. 132 Ser finito y Ser eterno, pp. 308-309.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

81

CAPÍTULO 5

FILÓSOFA HUMANISTA

dith Stein puede ser considerada como una verdadera filósofa humanista, no en el

sentido romántico del término sino en un sentido objetivo, ya que la preocupación

por la persona humana ha sido un tema central en toda su reflexión filosófica.

Refiriéndose en la Autobiografía a su tesis doctoral dirá:

“A partir de aquí yo había continuado algo que llevaba muy dentro en el corazón

y que continuamente siguió asaltándome en mis posteriores trabajos. Se trataba

de la estructura de la persona humana”.133

La doctrina del hombre como ser personal se constituyó en el centro polarizador de la

filósofa Edith Stein configurando el núcleo de cuantas tareas lleva a cabo: publicaciones,

conferencias, lecciones, etc. Incluso cuando la reflexión parece guardar cuestiones de ontología

general, el pensar está sostenido por una comprensión mayor del ser humano. Quiere desvelar el

secreto del hombre, su propio misterio, su sentido pleno. En su trayectoria como incansable

133 Edith Stein, Estrellas Amarillas, p. 367.

E

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Cristiam Peña

82

buscadora de la verdad y en sus estudios sobre empatía deja de manifiesto su deseo central:

descubrir la verdad que dé sentido y razón de la vida del hombre.134

La necesidad por desvelar la verdad del hombre es lo que va a mantener en tensión

continua su vida y su doctrina. No se trataba de un enigma teórico que tenía que resolver; el origen

era profundamente existencial, como si de ello dependiese su propia vida y la de los otros. Así, “el

hombre” es el tema que da unidad profunda a todos sus estudios, sean del talante que sean.135

Los estudios y conocimientos adquiridos en los años jóvenes tienen en nuestra filósofa un

doble significado: por una parte, han sido el punto de mira que atraía a toda la persona; más, por

otro, el vacío en ellos experimentado ha servido de rampa de lanzamiento hacía campos aún

desconocidos pero prometedores. El misterio del hombre, del que ella misma forma parte, se le

vuelve ineludible.136

Pero el humanismo al cual nos referimos no se centra sólo en el ámbito intelectual como

preocupación teórica, es encarnada en su propia existencia; así, no son los estudios la causa de la

felicidad, saber que los otros están contentos le procura un placer indescriptible, por eso mientras

reposaba, pensaba en mis enfermos -escribe en su Autobiografía-, “y me sentía feliz cuando en la

mañana siguiente iba de nuevo a ellos y comprobaba que no les faltaba nada”.137

Esta misma diligencia y afecto casi maternal es la que Edith brinda a sus alumnas en el

Instituto de Santa Magdalena en Espira. María Teresa Posselt recoge estas confesiones: “Con

frecuencia me llenaba de admiración la profunda humildad de su gran espíritu, y más aún la

modestia y constante dulzura para con todas (…)”; otra: “(…) como alumna le tenía gran confianza, le

ponía en mi cuaderno de composiciones, que sólo pasaba por sus manos, mis pensamientos más

personales y mis sentimientos más íntimos” y un testimonio más dice lo siguiente: “La señorita Stein

nos daba clase de alemán. En realidad nos daba de todo. Éramos todavía muy jovencitas pero el

134 Ezequiel García Rojo. Edith Stein. Existencia y pensamiento, p. 112. 135 Edith Stein, Obras completas I, p. 65. 136 Ezequiel García Rojo, op. cit., p. 57. 137 La nota se refiere a los años de servicio que presto como enfermera de la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial.

Page 83: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

83

encanto de su personalidad no se ha borrado aún de nosotras. Ella era en aquella crítica edad el

único modelo”.138

Era el hombre concreto el destinatario de sus desvelos humanos y delicadezas, a la par que

la persona lo era de sus investigaciones filosóficas.139

Su búsqueda e interés por el hombre la llevaron al encuentro con la divinidad, y es como

víctima de oblación que se entregará por su pueblo y por toda la humanidad en el martirio que se

llevará a cabo en Auschwitz.

Para Edith Stein el fin de la persona humana no puede ser más que otra persona. Dios

mismo. En la obra sobre San Juan de la Cruz escribe: “La unión matrimonial del alma con Dios será

el fin para el que ella misma fue creada”.140

Nos comunicamos con aquello que tiene la misma

frecuencia de onda: de sentido a sentido, de sustancia a sustancia, de espíritu a espíritu, de persona

a persona. Con Dios es posible la relación en virtud de la analogía existente entre el hombre y su

creador; en definitiva: Dios es la verdad de todas las verdades que el ser humano persigue.141

Por fin, sólo nos queda decir que su investigación sobre la empatía manifiesta con plenitud

el humanismo al cual nos referimos. “Sólo quien se experimenta a sí mismo como persona, como

un todo pleno de sentido, puede comprender a los otros”.142

5.1. LA ALTERIDAD COMO CRITERIO

Desde el principio de su actividad filosófica, Edith Stein, es conciente de la importancia de

los otros para conocernos a nosotros mismos. El problema del otro -para nuestra filósofa- no es sólo

una cuestión epistemológica más, sino el tema crucial de la entera filosofía primera, puesto que

sobre él descansa el ser o no ser del conocer mío.143

Sus investigaciones sobre la empatía se inician con la siguiente toma de posición: “A la base

de todas las controversias sobre la empatía está implícito un presupuesto: se nos dan sujetos

138 María Teresa Renata Posselt, Edith Stein, una gran mujer de nuestro siglo, pp. 110-111. 139 Ezequiel García Rojo, op. cit. p. 58. 140 Edith Stein, Ciencia de la Cruz, p. 337. 141 Ezequiel García Rojo, op. cit. p. 117. 142 Sobre el problema de la empatía, p. 129. 143 Cfr. Ezequiel García Rojo, Una mujer ante la verdad, p 30.

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Cristiam Peña

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extraños y sus vivencias”.144

La empatía steiniana trata de unir dos vivencias pertenecientes a

sujetos diferentes, dando pie a la intersubjetividad como posible punto de encuentro común.

En el acto empático, mi yo empatizante no anula al otro yo empatizado; antes bien, se

constituye un encuentro en el “nosotros”.

Un papel destacado en este mundo relacional lo juega el cuerpo vivo (Leib): las vivencias

extrañas me son manifestadas a través de las expresiones corporales, que a su vez son interpretadas

en base a la semejanza que hallan las mismas en mi experiencia corporal. La compresión del otro

pasa necesariamente por su cuerpo que actúa como sensorium del yo extraño.

En uno de sus tratados de 1922 (Individuo y comunidad), Edith Stein reconoce que en cada

ser humano coinciden individualidad y socialización a manera de simbiosis complementaria. No nos

hacemos solos, no vivimos aislados, al nacer nos acogen. Por ser personas somos en relación al

mundo pero una relación que revierte a su vez sobre mí; necesito de los demás y a su vez, los otros

se benefician de mi presencia.145

Nuestra filósofa afirma que:

“Todo individuo tiene su lugar y su tarea en el único plan de desarrollo de la

humanidad. Hay que entender la humanidad como un único gran individuo (sólo

bajo este postulado puede comprenderse la historia de la salvación). Cada ser

humano individual es miembro de este todo. En cada miembro se muestra la

estructura esencial del todo, pero a la vez cada cual tiene su propio carácter de

miembro y debe desarrollarse, si quiere que el todo llegue a su plenitud”.146

La filosofía steiniana, en su afán de superación del solipsismo –herencia de la filosofía

racionalista- ha establecido como criterio fundamental la realidad del otro, como persona, libre y

consciente y como ser espiritual. Sus investigaciones antropológicas –presentadas en el capítulo 3 de

esta investigación- se fundamentan en una visión integral del ser humano, donde la existencia de su

144 Sobre el problema de la empatía, p. 21. 145 Cfr. Ezequiel García Rojo, op. cit., p. 93. 146 Edith Stein, La mujer, pp. 230-231.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

85

rico mundo interior constituye uno de los contenidos fundamentales. Así, el análisis de los requisitos

para el desarrollo integral del hombre como persona va a configurar su reflexión ética.

La misma Edith Stein advierte que la constitución de la persona y su correspondencia con el

mundo son fundamentales para una teoría del valor: “Una acabada teoría de la persona… no es

posible sin una ordenada teoría del valor”.147

Pero este tema será explicitado con mayor

profundidad en el capítulo siguiente, cuando abordemos las respuestas de nuestra filósofa a las

limitaciones de la postmodernidad expresadas en una existencia efímera llena de incertidumbres.

5.2. ESTAMOS EN EL MUNDO PARA SERVIR A LA HUMANIDAD

Su sentido de pertenencia y responsabilidad social, Edith Stein lo sintió muy de cerca,

participando con protagonismo en los grandes eventos que marcaron su tiempo. Se convierte en una

gran activista por los derechos de la mujer luchando por el acceso al voto por parte de las mujeres y

por la igualdad de género; se compromete con grupos de renovación pedagógicos; se alista como

voluntaria enfermera de la Cruz Roja cuando se inicia la Primera Guerra Mundial dejando a un lado

sus estudios; en el nuevo panorama político de la post guerra se alista en las filas partidarias del

Partido Democrático Alemán; tras su conversión, sigue muy de cerca el proceso de renovación

litúrgica que se había iniciado en la Iglesia y participa en el debate instalado sobre el problema de la

“filosofía cristiana”. Concibe en su vida aquello de que “cada cual sabe como mínimo que él es un

miembro co-sufriente del gran cuerpo social. Para el ser humano que piensa, debe estar claro que

él también es un miembro co-responsable del todo”.148

Una carta dirigida a su hermana Erna Stein el 6 de julio de 1918 muestra este gran interés

de nuestra filósofa por los caminos que la historia va tejiendo en la humanidad.

147 Sobre el problema de la empatía, p. 121. 148 La mujer. Su papel según la naturaleza y la gracia, p. 176.

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Cristiam Peña

86

Mi querida Erna:

(…) Me duele mucho encontrar en ti y en Rose *Guttmann+ expresiones tan pesimistas.

Gustosamente quisiera transmitiros algo de lo que a mí, después de cada nuevo golpe me da nueva

energía.

Sólo puedo decir que, después de cuanto he aguantado en el último año, doy un sí a la vida

con más decisión que nunca. Te envío un artículo de Rathenau para que veas que sobre las

perspectivas de la guerra otras personas piensan poco más o menos como yo. Ciertamente, a veces

creo que hay que hacerse a la idea de que uno va a ver el fin de la guerra. Aun entonces no hay que

desesperarse. Lo que hay que hacer es no limitarse únicamente al trocito de vida que abarca nuestra

vista, y mucho menos a aquello que clarísimamente está en la superficie. Es muy seguro que nos

encontramos en un punto crítico dentro del desarrollo del espíritu humano, y no hay que quejarse si

la crisis dura más de lo que cada uno en particular desearía. Todo lo que ahora es tan horrible, y que

yo, desde luego, no quiero disimular, es el espíritu que debe ser superado. Pues el nuevo espíritu está

ya ahí y, sin lugar a dudas, terminará por imponerse. Lo tenemos muy patente en la filosofía y en los

inicios del nuevo arte: el expresionismo.

Y tan cierto como que el materialismo y el naturalismo han sido superados aquí, así de cierto

que lo serán en todas las demás áreas de la vida (si bien lentamente y a costa de dolorosas luchas).

Este empeño se percibe también en las luchas políticas y sociales, impulsadas por motivos

completamente distintos a los manidos tópicos que la gente utiliza al hablar de estos temas. Lo

bueno y lo malo, el conocimiento y el error están mezclados en “todas” partes, y cada uno ve en sí

mismo sólo lo positivo y en los demás sólo lo negativo (…) En todo caso, la vida es demasiado

complicada como para arremeter contra ella con un plan de mejora del mundo, por bien pensado que

esté, y como para poder imponer a dicho plan el camino que, de forma definitiva e inequívoca ha de

seguir (…) Sólo quisiera inculcarte la confianza de que el desarrollo, cuyo curso nosotros presentimos

sólo muy limitadamente y mucho más limitadamente podríamos determinar, a fin de cuenta es algo

bueno.

Page 87: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

87

Su visión de la historia, lineal por cierto, es esperanzadora y llena de confianza en la

posibilidad que tiene el hombre de salir adelante y en la afirmación incuestionable de un “sí a la

vida”, a pesar del momento crítico que se vive.

Veinte años después, afloraran en ella los mismos sentimientos -ya como monja carmelita-

ante la inminencia de la 2ª Guerra Mundial, busca aportar cuanto esté en sus manos para

contrarrestarlo: narrará una historia donde quede reflejado el humanismo judío, a fin de

desenmascarar los argumentos racistas que sostienen la persecución; escribirá al Papa, Pío XI,

solicitando un pronunciamiento que detenga tanto atropello; y, por último, ofrecerá su oración y

vida por perseguidores y perseguidos.

Las palabras más reveladoras de su compromiso con la humanidad la encontramos en su

Autobiografía cuando en ocasión de su servicio como enfermera en la 1ª Guerra Mundial afirma:

“Ahora mi vida no me pertenece, me dije a mí misma. Todas mis energías están al servicio del gran

acontecimiento. Cuando termine la guerra, si es que vivo todavía, podré pensar de nuevo en mis

asuntos personales”.149

5.3. LAS CIENCIAS Y LA FILOSOFÍA

Edith Stein rechaza aquellos planteamientos científicos del siglo XIX que excluían el alma del

ser humano. En sus escritos aporta los testimonios de quiénes desde la filosofía se ocupaban del

tema: Dilthey, Husserl, Pfänder. También no duda en acudir a los que considera “especialistas” del

reino del espíritu, como son los grandes místicos. “No estamos huecos, sino habitados por un alma,

regida por un yo, y en cuyo centro está la sede de la libertad y el lugar de la unión con Dios”.150

Una de sus grandes tareas fue llevar a cabo una epistemología de la psicología. Recordemos

que fue estudiante de William Stern en la cátedra de psicología de la Universidad de Breslau, donde

queda desencantada de la psicología sin alma. Al respecto nuestra filósofa afirma:

“El gran cambio que tuvo la psicología desde el principio del siglo (s. XX) era

inevitable en razón del sorprendente salto mortale con el cual la psicología del

149 Estrellas Amarillas, p. 276. 150 Ezequiel García Rojo, op. cit., pp. 114-115.

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Cristiam Peña

88

siglo XIX había saltado sobre la noción del alma. Continúa en una nota explicativa:

Es sorprendente ver lo que nos ha quedado del campo del alma desde que la

psicología de los tiempos modernos comenzó a abrirse un camino independiente

de las consideraciones religiosas y teológicas: el resultado de esto fue una

psicología sin alma. Así la esencia del alma y sus facultades fueron eliminadas por

ser nociones mitológicas. Finalmente se llegó a querer acomodar todos los

movimientos del alma partiendo de simples sensaciones de los sentidos. (…) Esta

psicología naturalista está ahora superada en sus principios. El redescubrimiento

del espíritu, y los esfuerzos por alcanzar una verdadera ciencia del espíritu,

ciertamente constituyen los más importantes cambios realizados en el campo

científico”.151

Esta epistemología de la psicología se encuentra desarrollada en las obras Causalidad

psíquica e Individuo y comunidad, que justamente fueron publicadas en el Anuario de 1922 con el

título: Contribuciones para la fundamentación filosófica de la Psicología y las Ciencias del Espíritu.

El objetivo de este apartado hace referencia a la relación que existe entre la ciencia y la

filosofía; el ejemplo antes citado resulta aún más evidente al entender dicha relación.

En su concepción epistemológica toda ciencia tiende hacia el ser verdadero. Yo comprendo

esta verdad como un saber; en concordancia con el tomismo, esta verdad consiste en estar en

conformidad con un ente; en otras palabras, significa que le corresponde algo que existe

independientemente de ella.

De esta manera para Edith Stein la “ciencia generalmente es la condensación de todo lo

que el espíritu humano ha realizado en la búsqueda de la verdad”. 152

Aunque si la ciencia es

“considerada en un momento determinado, es siempre fragmentaria, tiene errores, desviaciones y

deformaciones de la verdad”. 153

151 Edith Stein, Ser finito y ser eterno, p. 37. 152 Op. cit., p. 34. 153 Ibíd.

Page 89: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

89

Edith Stein entiende que el mundo real en su plenitud es inagotable para un conocimiento

analítico, de ahí que la multiplicidad de las ciencias esté fundada sobre la división del ente en una

serie de secciones, de objetos unidos entre sí por sus características y delimitados los unos con

relación a los otros. “La tarea ahora es saber cuál es el campo de la filosofía”.154

Recordemos que el neopositivismo niega la posibilidad de la filosofía y afirma que la

Metafísica es sólo una serie de enredos lingüísticos. La explicación de la realidad total se encuentra

en la ciencia positiva (herencia del racionalismo exacerbado y cuyo heredero será el

estructuralismo).

A lo que Edith Stein responde:

“Si el matemático medio y el historiador medio prosiguen su camino

completamente en el interior de su ciencia sin darle importancia a la filosofía, a

las matemáticas o a la historia, siempre llegará un tiempo en que la ciencia

particular tendrá la necesidad de volver a sus bases filosóficas a fin de ver clara su

propia tarea”.155

Es más que evidente la postura epistemológica de nuestra filósofa. Ninguna ciencia puede

proceder arbitrariamente, su método está prescrito por la naturaleza de su campo concreto (una

parcela de la realidad). Es necesario establecer las nociones fundamentales para evitar el camino del

error. Al respecto, Edith Stein afirma: “Es innegable que existen ciencias que han emprendido su

trabajo sin establecer suficiente y previamente las nociones fundamentales, al modo de un viaje

de aventuras para la exploración de una tierra desconocida, tomando caminos desconocidos”.156

Tarde o temprano estas ciencias se encontrarán totalmente desamparadas e ignorarán sus

objetivos, entonces –continua Edith Stein- “no habrá más que una salida salvadora: volver a los

principios básicos, examinar el método empleado hasta entonces y los resultados obtenidos en

154 Op. cit., p. 36. 155 Ibíd. 156 Op. cit., p. 37.

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Cristiam Peña

90

relación con los principios básicos. La tarea de la filosofía consiste en esclarecer los fundamentos

de todas las ciencias”.157

Además de todo lo expuesto, la epistemología steiniana afirma que:

“La filosofía no se contenta con un esclarecimiento provisional, sino que su meta

es llegar a la claridad última, hasta los últimos fundamentos que se pueden

alcanzar. Continúa diciendo: Incumbe a los sectores de la filosofía, que son la base

de las ciencias particulares, tratar las diferentes categorías fundamentales del

ente. Así se establece de nuevo la relación entre la filosofía y las ciencias

particulares: si un día el trabajo de la filosofía se encontrara terminado y si todas

las ciencias particulares fueran construidas sobre los principios fundados por ella,

entonces esas ciencias serían verdaderamente filosóficas y nosotros nos

encontraríamos frente a la unidad de la ciencia que correspondería a la unidad

del ente”.158

Es evidente que se refiere a un estado ideal hacia el cual tiende la ciencia humana,

aclarando que no lo puede alcanzar. No obstante, la filosofía y la ciencia están llamadas a ponerse

siempre nuevas tareas recíprocamente y, al profundizar sus resultados, a fecundarse la una a la otra.

5.4. CONCLUSIÓN

En los esquemas de las clases de Literatura impartidas en Espira podemos leer un

testimonio claro del humanismo de nuestra filósofa. Frases como: “Eres hombre, considéralo y

piénsalo bien. El hombre no es sólo lo innato sino también lo adquirido”.159

En aquellas clases,

Edith Stein no sólo comunicaba sus conocimientos literarios, sus clases eran más bien magistrales

conferencias sobre lo que es propio en nosotros como seres humanos. Desde la importancia de la

poesía, el análisis de los clásicos, la comparación del mundo griego con el mundo alemán, hasta la

reflexión hermenéutica de Schiller, Goethe, Shakespeare y otros.

157 Ibíd. 158 Op. cit., p. 39. 159 Obras completas IV, pp. 1129-1130.

Page 91: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

91

Los esquemas rescatados en Espira y publicados en sus Obras completas nos dan una idea

de los principales temas que le interesaban: la promoción de la lectura, la familia, la música, el arte,

el amor fiel, el servicio, la educación, la sociedad y el trabajo.

En su explicación del hombre como ser inacabado afirma lo siguiente:

“Un hombre no es algo acabado o completo, sino se va haciendo: 1. un qué, 2. un

cómo. De esta forma adquiere lo que será después. El desarrollo de aptitudes

tiene lugar mediante la adquisición del exterior. Lo que uno es se lo debe a los

demás. De esta manera explica que: El hombre consta también de lo adquirido

porque no viene al mundo acabado; por lo tanto tiene que adquirir para ser lo

que tiene que ser; puede hacerse lo que adquiere. El hombre en rigor, no es lo

innato sino lo que se hace”.160

Sus aportaciones sobre el estudio de la empatía y su marcado humanismo han inspirado a

muchos estudiosos de la Psicología, de la Educación, de la Filosofía, de la Literatura ha encarar con

un renovado interés el fundamento humano en el desarrollo de las ciencias. Es también ejemplo de

servicio solidario al bien común. En una carta a Roman Ingarden afirma:

“En cierta medida me siento corresponsable de lo que ocurre. Una y otra vez me

esfuerzo, en vano, por comprender el papel que jugamos los humanos en la

historia del mundo. Somos nosotros quienes originamos los acontecimientos y

quiénes cargamos con la responsabilidad (…)”.161

Su búsqueda incesante de la verdad la llevó a un encuentro íntimo con la esencia de la

humanidad, todos sus escritos manifiestan ese centro común: el ser humano. En sus Contribuciones

para la fundamentación filosófica de la Psicología y las Ciencias del Espíritu,162

Edith Stein está

convencida de que lo que dignifica al ser humano es la capacidad para acercarse a su semejante,

para entablar relaciones, para compartir experiencias, para colaborar en la construcción del mundo,

160 Obras completas IV, p. 1130. 161 Op. cit., p. 604. Carta del 18/02/1918. 162 Nos referimos a las obras Causalidad psíquica e Individuo y Comunidad.

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Cristiam Peña

92

para intercambiar puntos de vista, para coincidir en múltiples apreciaciones, para sentirse hacedores

de un patrimonio común.

Cada persona dista mucho de representar un mundo totalmente cerrado en sí mismo. Al

respecto aclara: “Se ha visto que su ser natural estriba en la apertura recíproca entre las personas.

Que las personas estén abiertas unas para otras significa que están unas con otras en un mismo

contexto espiritual de actuación, ante todo en sus contextos de comprensión”.163

Nuestra filósofa nos enseña que la empatía radica en permitir aprehender la alteridad

conservando -no obstante- la originalidad propia: capto al otro no sólo como “otro”, sino como alter

ego. En el ámbito de las ciencias, de la investigación del mundo objetivo, nos invita a no olvidar que

lo fundamental siempre es la dignidad del ser humano que posee una existencia abierta para sí

misma, pero precisamente por eso está también abierta hacia fuera y es una existencia que puede

contener en sí un mundo.164

Aunque su epistemología sigue fielmente el camino trazado por Aristóteles y Tomás de

Aquino, su aporte reside en el rescate que ella realiza de la filosofía como fundamento de las

ciencias. Si el positivismo había afirmado que la filosofía era un estadio superado, comparable al

mundo mítico (al cual sólo nos referiríamos como un nombre) y, la insistencia del neopositivismo de

tratarnos de convencer de la imposibilidad de la metafísica, Stein reafirma la tarea recíproca que

tienen la ciencia y la filosofía de fecundarse la una a la otra y de profundizar en sus resultados; es

decir, en su búsqueda de la verdad, en el esclarecimiento de los fundamentos de nuestro saber, la

claridad última del ente.

No podemos dejar de afirmar que nos encontramos ante una pensadora “existencialista”,

pero no bajo la premisa del “ser para la muerte” o la “pura facticidad” sino un existencialismo

fundado en un “ser para los demás”, una existencia personalista, libre, razonable y con

esperanzadora confianza en la humanidad.

163 Edith Stein, Estructura de la persona humana, p. 218. 164 Cfr. op. cit., p. 55.

Page 93: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

93

CAPÍTULO 6

RESPUESTAS DE EDITH STEIN A LAS INCERTIDUMBRES

DEL HOMBRE POSTMODERNO

uestra época ha sido calificada por ciertos pensadores como la época de la

“postmodernidad”. Este término, utilizado frecuentemente en contextos muy

diferentes unos de otros, designa la aparición de un conjunto de factores nuevos

que, por su difusión y eficacia, han sido capaces de determinar cambios significativos.

A pesar de que exista cierta ambigüedad sobre el concepto de “postmodernidad” -por una

falta de consenso en la comunidad filosófica- podemos definirla como “ruptura con los grandes

ideales de la modernidad”.

Teóricamente es una actitud frente a la modernidad y lo moderno; esto porque

paulatinamente la imagen del hombre moderno fue desvaneciéndose, al constatarse el

incumplimiento de las promesas del proyecto moderno, más aun con las catástrofes e

inhumanidades vistas en el mundo: la Primera y Segunda Guerra Mundial; el fracaso de la ideología

comunista; la creciente brecha entre pobres y ricos: la depredación de las riquezas naturales y el

daño del ecosistema, etc.

N

Page 94: La filosofía de Edith Stein

Cristiam Peña

94

En efecto, según los postmodernos el tiempo de las certezas ha pasado irremediablemente;

el hombre debería ya aprender a vivir en una perspectiva de carencia total de sentido, caracterizada

por lo provisional y fugaz.

La “Fides et Ratio”, encíclica de Juan Pablo II, afirma que: “Un gran reto que tenemos al final

de este milenio es el de saber realizar el paso, tan necesario como urgente, del fenómeno al

fundamento”;165

Edith Stein lo sintetizaría como: un incesante caminar en las profundidades del ser;

en palabras de Husserl: “volver a las cosas mismas”. La insistencia es clara, “sólo el elemento

metafísico es el camino obligado para superar la situación de crisis que afecta hoy a grandes sectores

de la filosofía y para corregir así algunos comportamientos erróneos difundidos en nuestra

sociedad”.166

Estos comportamientos erróneos difundidos en algunas corrientes del pensamiento son

citados por Juan Pablo II en el siguiente orden: 1. el eclecticismo; 2. el historicismo; 3. el

cientificismo; 4. el pragmatismo; 5. el nihilismo. En este capítulo, siguiendo la descripción de la Fides

et Ratio, responderemos en clave steiniana a los comportamientos erróneos antes mencionados.

6.1. ANTE EL ECLECTICISMO, LA APERTURA DE IDEAS EN CLAVE

ECUMÉNICA

El eclecticismo designa la actitud de quien, en la investigación, en la enseñanza y en la

argumentación suele adoptar ideas derivadas de diferentes filosofías, sin fijarse en su coherencia o

conexión sistemática ni en su contexto histórico. De este modo, no es capaz de discernir la parte de

verdad de un pensamiento de lo que pueda tener de erróneo. Esta actitud no ayuda a la búsqueda

de la verdad y no educa la razón.167

Edith Stein asume una apertura filosófica y afirma que: “para llegar a la verdad, asimismo,

es lícito sacar las enseñanzas de los griegos y de los modernos para enriquecerse según el

principio: examinadlo todo y conservad lo mejor”.168

165 Juan Pablo II, Fides et Ratio, p. 112. 166 Op. cit., p. 113. 167 Fides et Ratio, p. 116. 168 Edith Stein, Ser finito y Ser eterno.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

95

La búsqueda de la verdad impone acudir a toda la herencia filosófica para descubrir lo

esencial que se esconde en lo profundo del ente. En este sentido, la verdad es una sola, incluyendo

una verdad parcial, ya que si es realmente verdad, se presenta como universal. Lo que es verdad,

debe ser verdad para todos y para siempre. Santo Tomás de Aquino enseña que: “Todo lo verdadero,

donde quiera que esté es del Espíritu Santo”.

El eclecticismo se aleja de la vocación filosófica genuina de búsqueda de la verdad, antes

bien la relativiza y la pone en orden a intereses subjetivos.

La actitud conciliadora de la filosofía steiniana la lleva a atestiguar que:

“Ningún sistema de pensamiento humano alcanzará jamás un punto de

perfección tal que pueda satisfacernos, sino que también puede ser el camino

que conduzca a un contacto vivo con los antiguos pensadores y a la comprensión

de que, a pesar del tiempo y de las barreras constituidas por las naciones y las

escuelas, todos los que buscan lealmente la verdad tienen algo en común”.169

6.2. ANTE EL HISTORICISMO, UNA ACCIÓN COMPROMETIDA CON LA

HISTORIA

La tesis fundamental del historicismo consiste en establecer la verdad de una filosofía sobre

la base de su adecuación a un determinado período y a un determinado objetivo histórico. De este

modo, al menos implícitamente, se niega la validez perenne de la verdad. Lo que era verdad en una

época, sostiene el historicista, puede no serlo ya en otra.170

El historicismo lleva a la falta de compromiso con la construcción de una humanidad mejor.

La historia queda supeditada a intereses personales.

Edith Stein al referirse a la historia afirma que:

“El amor a la historia no era para mí una pura inmersión romántica en épocas

pasadas, sino que implicaba una apasionada participación en los acontecimientos

políticos del presente, en la historia viva. Ambas cosas daban lugar a una

169 Edit Stein, op. cit., p. 14. 170 Op. cit., p. 117.

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Cristiam Peña

96

conciencia de responsabilidad social inusualmente fuerte, a un sentimiento de

solidaridad con la humanidad y también con comunidades más pequeñas”.171

Edith se convierte en protagonista y luchadora la historia se construye con acciones

tendientes al bien común.

“Desde este fuerte sentimiento de responsabilidad social, luché decididamente

por el derecho al voto de la mujer, que en aquel entonces no estaba totalmente

claro dentro del movimiento cívico de mujeres. La Liga Prusiana para el Derecho

al Voto de la Mujer, a la que me afilié con mis amigas porque reivindicaba la

plena igualdad de los derechos políticos, estaba integrada mayoritariamente por

socialistas... Todas éramos además, miembros de la Liga para la Reforma Escolar

y asistíamos juntas a sus reuniones”.172

6.3. ANTE EL CIENTIFICISMO, UNA FUNDAMENTACIÓN FILOSÓFICA DE LAS

CIENCIAS

El cientificismo no admite como válida otras formas de conocimiento que no sean las

propias de las ciencias positivas, relegando al ámbito de la mera imaginación tanto el conocimiento

religioso y teológico, como el saber ético y estético. En el pasado esta misma idea se expresaba en el

positivismo y en el neopositivismo, que consideraban sin sentido las afirmaciones de carácter

metafísico. En esta perspectiva, los valores quedan relegados a meros productos de la emotividad, y

la noción de ser es marginada para dar lugar a lo puro y simplemente fáctico.173

Edith Stein reafirma una fundamentación filosófica de las ciencias, ya lo hemos

visto en el capítulo anterior, aquí nos limitamos a repetir las líneas fundamentales de su

epistemología. La ciencia en la consideración steiniana queda constituida por los siguientes

elementos: es un todo unitario que versa sobre determinados objetos, limitado por reglas a respetar,

independientemente del sujeto individual. Lo que hoy llamamos “la ciencia” sería “la condensación

171 Estrellas Amarillas, p. 174. 172 Op. cit., pp. 125-127. 173 Fides et Ratio, p. 118.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

97

de todo lo que el espíritu humano ha realizado en la búsqueda de la verdad; se condensa así en

creaciones que se desprenden del espíritu investigador y que ahora poseen una vida propia”.174

Para Edith Stein toda ciencia tiende hacia el ser verdadero, alejarse de este ideal sería

relegar el verdadero interés científico, por ello el cientificismo no puede ser admitido, ya que niega

la clarificación que da la filosofía de su propia tarea.

6.4. ANTE EL PRAGMATISMO, UNA TEORÍA AXIOLÓGICA CENTRADA EN LA

PERSONA

El pragmatismo es una actitud mental propia de quien al hacer sus opciones, excluye el

recurso a reflexiones teoréticas o a valoraciones basadas en principios éticos. Las consecuencias

derivadas de esta corriente de pensamiento son notables. En particular, se ha ido afirmando un

concepto de democracia que no contempla la referencia a fundamentos de orden axiológicos y por

tanto inmutables. Las consecuencias de se semejante planteamiento son evidentes: las grandes

decisiones morales del hombre se subordinan, de hecho, a las deliberaciones tomadas, cada vez, por

los órganos institucionales. Más aún, la misma antropología está fuertemente condicionada por una

visión unidimensional del ser humano, ajeno a los grandes dilemas éticos y a los análisis existenciales

sobre el sentido del sufrimiento y del sacrificio, de la vida y de la muerte.175

En el pensamiento steiniano el análisis de los requisitos para el desarrollo del hombre como

persona es lo que configura la ética. “De ello se deriva que una acabada teoría de la persona… no es

posible sin una ordenada teoría del valor; y aquella se adquiere a partir de dicha teoría del valor”.

176

La centralidad del ser humano en la filosofía de Edith Stein está fundada en la integración de

la persona como ser libre y espiritual, en relación con los demás. Aunque no haya desarrollado una

teoría axiológica independiente de su antropología todos sus escritos manifiestan un rechazo frontal

al pragmatismo materialista y propone en el hombre un centro espiritual que contiene la estructura

174 Ser finito y ser eterno, p. 34. 175 Fides et Ratio, p. 119. 176 Sobre el problema de la empatía, p. 94.

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Cristiam Peña

98

del individuo (yo, alma, espíritu), dando lugar a que el sujeto humano se constituya en unidad

intrínseca, encarne valores y adquiera una visión unitaria del mundo.177

6.5. ANTE EL NIHILISMO, UN ASCENSO HACIA EL SENTIDO DEL SER

Muchas filosofías se han alejado del sentido del ser, conjugándose en una concepción más

general, el nihilismo. La postura nihilista rechaza todo fundamento y a la vez niega toda verdad

objetiva. El nihilismo niega la humanidad del hombre y su misma identidad. En efecto, se ha de tener

en cuenta que la negación del ser comporta inevitablemente la pérdida de contacto con la verdad

objetiva, y por consiguiente, con el fundamento de la dignidad humana. De este modo se hace

posible borrar del rostro del hombre los rasgos que manifiestan su semejanza con Dios, para llevarlo,

progresivamente, o a una destructiva voluntad de poder o a la desesperación de la soledad. Una vez

que se ha quitado la verdad del hombre, es pura ilusión pretender hacerlo libre. En efecto, verdad y

libertad, o bien van juntas o juntas perecen miserablemente.178

Ante el nihilismo se impone la necesidad de una filosofía de alcance auténticamente

metafísico, capaz de trascender los datos empíricos para llegar, en su búsqueda de la verdad, a algo

absoluto, último y fundante. Para Edith Stein la filosofía del ser se justifica verdaderamente porque

en los filósofos se ha manifestado de nuevo un volver a la metafísica por una necesidad interna.179

Stein confirma sus proposiciones filosóficas: todo ser finito procede y está anclado en el Ser

eterno, al que denomina Dios. Dios es el fundamento mantenedor de todo; llegar a Él trae como

consecuencia usufructuar una situación de reposo y de plenitud. Los interrogantes sobre mi ser

quedan esclarecidos, y la realidad entera cobra nuevo significado. Desde la plataforma divina el

mundo humano adquiere tonalidades desconocidas hasta entonces: se descubre la profundidad

personal escondida en cada sujeto, la capacidad trascendente de que está todo dotado, las

potencialidades cognoscitivas que puede poner en práctica, la unidad cualificante del universo, el

177 Cfr. Ezequiel García Rojo, Edith Stein, existencia y pensamiento, pp. 122-123. 178 Fides et Ratio, p. 120. 179 Cfr. Edith Stein, op. cit., 29.

Page 99: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

99

papel preponderante del hombre en él, así como la posibilidad y riesgo de no aceptar su arraigo en el

Dios personal, etc.180

6.6. LA FILOSOFÍA COMO BÚSQUEDA DE LA VERDAD

Planteaba la necesidad de construir una nueva filosofía cristiana y exigía volver a los valores

de la antigua filosofía escolástica. Así se comenzó a crear una corriente filosófica neoescolástica, que

pretendía rescatar el valor de la metafísica frente a las críticas del positivismo, recuperar el valor de

la objetividad frente al relativismo, destacar el valor del realismo frente al idealismo y promover el

valor del personalismo.

Su incesante búsqueda de la verdad la llevó ante la necesidad de concebir una filosofía

cristiana, y la necesidad de hacer desde ella una relectura del problema del ser que aproxime a la

esencia del misterio que encierra, como imagen de la Trinidad divina.

Somos testigos hoy de posturas –diametralmente opuestas, pero igualmente dañinas- como

el relativismo y el fanatismo dogmático. La primera afirma la imposibilidad de una verdad absoluta,

dejando al arbitrio de cada uno la percepción cierta o no de las posibles verdades, de esta manera el

hombre se convierte en la medida de todas las cosas, como ya lo decían los sofistas griegos. La

segunda postura –por el contrario- afirma poseer o adueñarse de la verdad única, que no puede ser

discutida y que necesariamente debe ser admitida. De esta manera se cierra el diálogo franco y no se

acepta el pensamiento divergente.

Edith Stein, con su vida y su filosofía, nos enseña que existen muchos caminos para llegar a

la verdad plena y que esta verdad debe ser afanosamente buscada. No rechaza los aportes dados

tanto por la fe como por la filosofía. Su espíritu ecuménico y abierto hace tangible aquella frase de

Machado: “No tu verdad, tampoco, mi verdad. Más bien, la Verdad y ven, juntos, vamos a buscarla”.

El principio de examinarlo todo y quedarse con lo mejor puede constituirse en nuestro

tiempo en pilar para la construcción de una sociedad más tolerante y predispuesta para el diálogo.

Edith Stein -quien sufrió la persecución y la marginación por motivos raciales y por su condición de

180 Citado por Ezequiel García Rojo, Edith Stein. Existencia y pensamiento, p. 115

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100

mujer-, en una carta a Roman Ingarden escribe: “Es más lo que nos une de lo que nos separa. Todos

los que buscan la verdad tienen algo en común”.181

6.7. CONCLUSIÓN

El Papa Juan Pablo II en el documento Fe y Razón afirma que: “En el marco de la tradición de

la metafísica cristiana, la filosofía del ser es una filosofía dinámica, que ve la realidad en sus

estructuras ontológicas, causales y comunicativas”.182

Este dinamismo es el presentado en este

capítulo, donde la actualidad del pensamiento filosófico steiniano es expuesto.

Es necesaria una filosofía de alcance auténticamente metafísico, capaz de trascender los

datos empíricos para llegar, en su búsqueda de la verdad, a algo absoluto, último y fundamental. De

esta manera, un gran reto que tenemos en este milenio es el de saber realizar el paso, tan necesario

como urgente, del fenómeno al fundamento. La insistencia en el elemento metafísico se debe a que

este es el camino obligado para superar la situación de crisis que afecta hoy a grandes sectores de la

filosofía y para corregir así algunos comportamientos erróneos difundidos en nuestra sociedad.183

Edith Stein está convencida de lo que dignifica al ser humano es la capacidad para acercarse

a su semejante, para entablar relaciones, para compartir experiencias, para colaborar en la

construcción del mundo, para intercambiar puntos de visto, para coincidir en múltiples

apreciaciones, para sentirse herederos de un patrimonio común.184

Edith enseñará en el curso de

1932:

“Cada persona dista mucho de representar un mundo totalmente cerrado en sí

mismo. Se ha visto que su ser natural estriba en la apertura recíproca entre las

personas. Que las personas estén abiertas unas para otras en un mismo contexto

espiritual de actuación, ante todo en un contexto de comprensión”.185

181 Carta a Roman Ingarden del 1/VIII/1922. 182 Fides et Ratio, p. 129. 183 Cfr. op. cit., pp. 111-113. 184 Cfr. Una mujer ante la verdad, p. 141. 185 Estructura de la persona humana, p. 218.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

101

Edith Stein propone una ruptura con el solipsismo egoísta. Propone una filosofía como

intersubjetividad contraria a las desviaciones antes descritas. Para Stein “la existencia del hombre

está abierta hacia dentro, es una existencia abierta para sí misma, pero precisamente por eso está

también abierta hacia fuera y es una existencia abierta que puede contener en sí un mundo”.186

186 Op. cit., p. 55.

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CONCLUSIONES

n cierto sentido el pensamiento steiniano es revolucionario, ya que no acepta

quedarse en el molde, se encuentra constantemente insatisfecha, siempre pide

más. Es crítica ante la realidad que se le presenta y es que si uno se considera con

vocación filosófica debe ser por fuerza de la vocación, crítico. Aquel que no es crítico no es filósofo.

Esta postura la lleva Edith Stein en su búsqueda incesante de la verdad.

En el fondo como dice Boriello, “la vida de Stein es un camino con etapas, sin

interrupciones, intensamente recorrido, interiormente vivido y exteriormente pensado”187

A lo largo de su itinerario filosófico, existe una clara continuidad entre los diferentes temas

que trata, como la estructura de la persona, la apertura al mundo espiritual, la libertad, las

relaciones con el mundo exterior, etc. Su profundo humanismo la llevan a la comprensión del

hombre de su tiempo y el cristianismo le abre las puertas a una reflexión más amplia y trascendente.

Los contenidos de la fe serán luces en su reflexión filosófica y la intuición fenomenológica el modo

especial y siempre vigoroso de adentrarse a la realidad.

Edith Stein demuestra con sus teorías filosóficas que no es posible una concepción íntegra

del hombre y de la humanidad sin una reflexión serena y cierta sobre el sentido del ser. A diferencia

de la filosofía moderna que dejando de orientar sobre el ser su investigación ha concentrado sobre el

conocimiento humano la propia búsqueda; Edith Stein reafirma la gran responsabilidad que tiene la

187 Citado por Michel Esparza, en: “El pensamiento de Edith Stein”, p. 63.

E

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

103

filosofía de formar el pensamiento y la cultura por medio de la llamada continua a la búsqueda de lo

verdadero, debiendo recuperar con fuerza su vocación originaria.

Vocación que los grandes filósofos han sabido llevar a plenitud, los clásicos griegos, Agustín,

Tomás de Aquino, Descartes, Kant, Hegel, Husserl, nos referimos a esa búsqueda sin cansancio de la

verdad. Esta tarea reflejada en los aportes de los filósofos antes citados es lo que Stein sintetiza

como philosophia perennis, al decir steiniano, “como el espíritu auténtico del filosofar que vive en

todo verdadero filósofo; es decir, en aquel que se ve irresistiblemente empujado por una

necesidad interna a indagar el logos o –según la traducción de Santo Tomás- la ratio de este

mundo”. Es que, como enseña el Aquinante, en todo sistema de pensamiento se encuentra una

parte de verdad que es iluminada por el Espíritu Santo.188

Además debemos decir que los resultados positivos alcanzados no deben llevar a descuidar

el hecho de que la razón misma, movida a indagar de forma unilateral sobre el hombre como sujeto,

parece haber olvidado que este está también llamado a orientarse hacia una verdad que lo

trasciende. Sin esta referencia, cada uno queda a merced del arbitrio y su condición de persona

acaba por ser valorada con criterios pragmáticos basados esencialmente en el dato experimental, en

el convencimiento erróneo de que todo debe ser dominado por la técnica.

El hombre deseoso de conocer lo verdadero, si aun es capaz de mirar más allá de sí mismo y

de levantar la mirada por encima de los propios proyectos, recibe la posibilidad de recuperar la

relación auténtica con su vida, siguiendo el camino de la verdad.

El sentido del ser se vuelve fundamental en la concepción integral del hombre y en la

comprensión vital de su existencia, pero no del ser inmanente, sino del Ser trascendente, es decir,

nuestro ser humano asciende hacia el Ser -con mayúscula- de Dios. Edith Stein ve este paso como

imprescindible en la reflexión filosófica y en el camino de la humanidad.

El sentido del Ser en la filosofía steiniana será el principio unificador que devuelva al

hombre la unidad disgregada por el pensamiento nihilista que ha llevado a la fragmentación del

hombre y su consecuencia terrible: el vacío existencial. Edith Stein responde con una filosofía

188 Omne verum a quo cumque dicatur a Spiritu Sancto est.

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104

esperanzadora que intenta mostrar el sentido de la vida, primero en el ámbito racional, luego en el

ámbito de la espiritualidad.

Para Edith Stein, la persona, libre y espiritual está llamada a la plenitud a imagen de la

Trinidad de Dios. De esta manera nuestra filósofa no cree en la angustia de ser, por el contrario, esta

confianza es lo más razonable y real que un ser inteligente puede imaginar. Afirma que por dos vías

se puede llegar a reconocer el Ser eterno como fundamento de este ser en el que cada uno de

nosotros nos encontramos. La primera es la vía de la fe; la fe en un Dios que se revela como el

existente, el creador y el conservador. La otra vía la ofrece la filosofía, el camino que sigue el

pensamiento argumentativo que busca demostrar la racionalidad de la existencia de Dios; y, en este

sentido, no es más razonable o inteligente, es decir, más humano, negar la divinidad que aceptarla y

abandonarse a ella. Para Edith Stein, la fe abre una cosmovisión amplia a la razón natural para el

filosofar, esta sería “irracional” si rechaza tal ayuda.

Aunque parezca adentrarse en un problema teológico, esta es la conclusión a la que llega el

pensamiento filosófico de nuestra pensadora, y el que responde plenamente a la problemática

planteada en este estudio de investigación.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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ANEXOS

ANEXO A

CRONOLOGÍA DE LOS ESCRITOS DE EDITH STEIN

Esta Cronología está realizada en base a la presentada por Mario Filippa en su página web189

y completada con las reseñas bibliográficas de las Obras completas (I y IV) de Edith Stein190

y de la

obra de Michel Esparza191

.

Ciertamente la Cronología de Filippa no es inédita ya que existe en Internet una compilación

de Marianne Sawicki192

([email protected]) de 1998, pero sí es muy completa, presentado artículos

publicados en “Husserliana” y no mencionados en las obras españolas.

Las obras españolas completan el trabajo con las referencias a los manuscritos, a

publicaciones recientes y a obras omitidas por el italiano.

Esta Cronología de los escritos de Edith Stein pretende ser de utilidad a futuras

investigaciones y mostrar la vasta producción literaria de nuestra filósofa, además la importancia de

su pensamiento filosófico manifestado en los numerosísimos estudios realizados, no sólo en español,

sino también en italiano, francés e ingles y las innumerables traducciones de sus obras.

189 Cfr. Mario Filippa [en línea]. Edith Stein e il problema della filosofia cristiana, <http://www.geocities.com/mariofilippa/cronologia.htm> (06 de enero de 2004). 190 Cfr. Edith Stein, Obras Completas I (Escritos autobiográficos y cartas), pp. 69-117. 191 Cfr. Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein, pp. 301-313. 192 [en línea] http://sweb.uky.edu/~rsand1/Husserl/hus_r2st.html * Estas dos conferencias y su publicación sólo es mencionada en la cronología preparada por Filippa.

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1917 (Sobre el problema de la empatía) Zum Problem der Einfühlung, Max Niemeyer, Halle 1917. Reedición: Kaffke, Munich 1980.

Trad. cast.: Sobre el problema de la empatía, Universidad Iberoamericana, México 1995. Trad. it.: Il problema dell’empatia, Studium, Roma 1985. (2ª edición: L’empatia, Franco Angeli, Milano 1986). Trad. inglesa: On the problem of empathy, Martines Nijhoff, Den Hagg 1964 (3ª edición: ICS Publications, Washington 1989).

[No se conserva manuscrito de esta obra]

1917* (Su crítica a Theodor Elsenhans y August Messer) Zur Kritik an Theodor Elsenhans und August Messer, Aufsätze und Vorträge (Conferencia) (1911-1921), “Husserliana” 25 (1987), 226-248.

1917* (Sul saggio di Heinrich Gustav Steinmann “Sull’atteggiamento sistematico della fenomenologia”) Zu Heinrich Gustav Steinmanns

Aufsatz “Zur systematischen Stellung der Phänomenologie”, Aufsätze und Vorträge (1911-1921), “Husserliana” 25 (1987), 253-266.

1919 Recensión al libro de GERTRUD KUTZNIZKY, Naturerlebnis und Wirklichkeitsbewußtsein (Experiencia de la naturaleza y conciencia de la realidad), “Kant-Studien” 24 (Berlín1920)/4, 402-405.

Trad. cast. en: La pasión por la verdad, editorial Bonum, Buenos Aires 1994, pp.161-170.

[No se conserva manuscrito]

1920 (Introducción a la filosofía) Einflhrung in der Philosophie, Edith Stein Werke (ESW) vol. XIII, Herder, Freiburg im Br.-Basel-Wein 1991.

Trad. cast.: (a ser publicada) Edith Stein. Obras completas II, editorial Monte Carmelo. Trad. it.: Introduzione alla filosofia, Città Nuova, Roma 1998.

[El manuscrito se conserva en el Archivo de Colonia]

1921 (Prefacio y notas a los escritos de Adolf Reinach) Adolf Reinach, Gesammelte Schriften, Niemeyer, Halle 1921, 406 y ss.

No existe traducción al castellano.

1922 (Causalidad psíquica) Psychische Kausalität. Beiträge zur philosophischen Begründung der Psychologie und der Geisteswissenschaften, Erste Abhandlung (primera parte), en “Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung” 5 (1922), 1-116. Reedición en: “Beiträge zur philosophischen Begründung de Psychologie und der Geisteswissenschaften”, Niemeyer, Tübingen 1970, pp. 2-116.

Trad. cast.: (a ser publicada) Edith Stein. Obras completas II, editorial Monte Carmelo. Trad. it.: La causalità psichica, en Psicologia e scienze dello spirito. Contributi per una fondazione filosofica, Città Nuova, Roma 1996, 33-155.

1922 (Individuo y comunidad) Individuum und Gemeinschaft. Beiträge zur philosophischen Begründung der Psychologie und der Geisteswissenschaften, Zweite Abhandlung (segunda parte), en “Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung” 5 (1922), 116-283. Reedición en: “Beiträge zur philosophischen Begründung de Psychologie und der Geisteswissenschaften”, Niemeyer, Tübingen 1970, pp. 116-283.

Trad. cast.: (a ser publicada) Edith Stein. Obras completas II, editorial Monte Carmelo. Trad. it.: Individuo e comunità, en Psicologia e scienze dello spirito. Contributi per una fondazione filosofica, Città Nuova, Roma 1996, 157-327.

[No se conserva manuscrito]

1923 Traducción del francés al alemán de ALEXANDRE KOYRÉ, (Descartes y la Escolástica) Descartes und die Scholastik, Bonn 1923.

[No se conserva manuscrito]

1924 (¿Qué es fenomenología?) Was ist Phänomenologie?, “Wissenschaft / Volksbindung-Wissenschaftliche Beilage zur Neuen Pfälzischen Landes-Zeitung” 5 (15/5/1924). Reedición en: “Theologie und Philosophie” 66 (1991), 570-573.

Trad. cast. en: La pasión por la verdad, editorial Bonum, Buenos Aires 1994, pp. 39-48; y a ser publicada en: Edith Stein. Obras completas II, editorial Monte Carmelo. Trad. it.: Che cos’è la fenomenologia?, en: La Ricerca della Verità, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp. 55-60.

[No se conserva manuscrito]

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

107

1925 (Una investigación sobre el Estado) Eine Untersuchung über den Staat, “Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung” 7 (1925), 1-123. Reedición en: “Beiträge zur philosophischen Begründung de Psychologie und der Geisteswissenschaften”, Niemeyer, Tübingen 1970, pp. 285-407.

Trad. cast.: (a ser publicada) Edith Stein. Obras completas II, editorial Monte Carmelo.Trad. it.: Una ricerca sullo stato, Città Nuova, Roma 1993. Trad. fr.: (a cargo de Ph. Secretan) De l´État, Cerf-Éditions Universitaires, Paris-Fribourg 1989.

[No se conserva manuscrito]

1926 (Verdad y claridad en la enseñanza y en la educación) Wahrheit und Klarheit im Unterricht und in der Erziehung , en “Volksschularbeit” (1926)/11, pp. 321-328. Reedición en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 39-46; y en: ESGA vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 1-8.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 62-70. Trad. it.: Verità e chiarezza nell’inse-gnamento e nell’educazione, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 36-44.

[Texto mecanografiado conservado en el Archivo de Colonia]

1928 Traducción del inglés al alemán de JOHN H. KARDINAL NEWMAN, (La idea de la Universidad) The Idea of a University.

[El original se conserva en el Archivo de Colonia. Publicado junto con el siguiente en 1928]

1928 Traducción del inglés al alemán de JOHN H. KARDINAL NEWMAN, (Diario y cartas del cardenal Newman) Briefe und Tagebücher 1801-1845, Theatinerverlag, Münich 1928.

1928 (La dignidad de la mujer y su importancia para la vida del pueblo) Der Eigenwert der Frau in seiner Bedeutung für das Leben d es Volkes, en “Jugendnummer der Katolische bayerische Jugendlehrerinnen”, nº 5, 1/7/1928, pp. 107-110. Reedición en: ESW, vol. V, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1959, pp. 205-217; y en: ESGA vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 1-12.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 71-87; y en: La mujer. Su papel según la naturaleza y la gracia, Palabra, Madrid 1998, pp. 315-332. Veáse también otra edición de Monte Carmelo, Burgos 1998. Trad. it.: Valore della femminilità e sua importanza per la vita del popolo, en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia, Città Nuova, Roma 1969 (2ª ed. 1987), pp. 277-290. Trad. inglesa: Essays on woman (The collected Works of Edith Stein, vol. 2), ICS Publications, Washington 1987. Trad. fr.: La femme et sa destine, Amiot-Dumont, París 1956. Trad. neerlandesa : De vrouw. Haar taak volgens de natuur en de genade, Desclée de Brouwer-Nieuwe gracht, Brugge-Utrecht 1969. Veáse también: Die Frau in Ehe und Beruf ; Bildungsfragen heute, Herder, Freiburg 1962. Keine Frau ist ja nur Frau. Texte zur Frauenfrage, editado e introducido por H.-B. Gerl, Herder, Freiburg 1989.

[Manuscrito conservado en el Archivo de Colonia]

1929 (La fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo Tomás de Aquino. Hacia una confrontación) Husserls Phänomenologie und die Philosophie des hl. Thomas von Aquino: Versuch einer Gegenüberstellung, en “Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung”, Erganzungsband (1929), pp. 315-338. Reedición en: Festschrift Edmund Husserls, Niemeyer, Tübingen 1974, pp. 315-338.

Trad. cast.: La fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo Tomás de Aquino, en “Diálogo filosófico”, 6 (1990), pp. 148-169. Ver también: ¿Qué es filosofía?, ediciones Encuentro, Madrid 2001. Trad. it.: La fenomenologia di Husserl e la filosofia di san Tommaso d’Aquino – Tentativo di confronto, en La ricerca della verità, dalla fenomenología alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp. 61-90.

[Manuscrito conservado en el Archivo de Colonia]

1929 (¿Qué es filosofía?) Was Ist Philosophie? Ein Gespräch zwischen Edmund Husserl und Thomas von Aquino. Reeditado en: ESW vol. XV, Herder, Freiburg 1993, pp. 19-48 [Esta era probablemente la primera versión para el Jahrbuch de 1929 mas fue reescrita a solicitud de Martin Heidegger (en aquel momento director del anuario)].

Trad. cast.: ¿Qué es filosofía?, ediciones Encuentro, Madrid 2001.

[Manuscrito conservado en el Archivo de Colonia]

1929 (Aportes de los Institutos monásticos en la formación religiosa de la juventud) Die Mitwirkung der klösterlichen Bildungsanstalten an der religiösen Bildung der Jugend, en “Klerusblatt” (1929)/48-49, 1-4. Reeditado en: ESW vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 95-108; y en: ESGA vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 50-62.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 111-125. Trad. it.: Il contributo reso dagli istituti per l’istruzione di tipo monastico alla formazione religiosa della gioventù, en La vita come totalità. Scritti

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sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994 [Traduzione di ESW XII], pp. 94-108.

[Manuscrito conservado en el Archivo de Colonia]

1929 (Los tipos de la psicología y su significado para la pedagogía) Die Typen der Psychologie und ihre Bedeutung für die Pädagogik, en “Zeit und Schule” 26 (1929), 27-28. Reeditado en: ESW vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 47-51; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 9-14.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 89-95. Trad. it.: I tipi di psicologia e il loro significato per la pedagogia, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 44-49.

[No se conserva manuscrito]

1930 (Fundamentos teóricos del aspecto social de la educación) Die theoretischen Grundlagen der sozialen Bildungsarbeit, en “Zeit und Schule” 27 (1930), 81-85 y 90-93. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 52-74; y en: ESGA, vol XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 15-34.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 127-148. Trad. it.: I fondamenti teorici dell’opera di educazione sociale, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 49-70.

[No se conserva manuscrito]

1930 (Sobre la lucha por el maestro católico) Zum Kampf um den katholischen Lehrer, en “Zeit und Schule” 26 (Munich, 1928)/17, 121-124. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 81-91; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 114-125.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 97-109. Trad. it.: Lottare per la salvaguardia nell’insegnamento dell’elemento confessionale cattolico, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 80-94.

[No se conserva manuscrito]

1930 (Sobre la idea de formación) Zur Idee der Bildung, en “Zeit und Schule” 27 (1930), 159-167. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 25-38; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 35-49.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 177-194. Trad. it.: Sull’idea di formazione, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 21-36.

[No se conserva manuscrito]

1930 (Educación Eucarística) Eucharistische Erziehung, en “Pilger” (Espira 1930), n. 30, 699ss. Volvió a publicarse en “Treffpunkt” 17 (1987), 92-93. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 123-125; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 63-70.

Trad. cast.: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, pp.149-157; y en: Obras Selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997, pp. 33-38. Trad. it.: Educazione eucaristica, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 123-126.

[Se conserva el manuscrito en Espira]

1930 (El Ethos de la profesión femenina) Das Ethos der Frauenberufe, Haas & Grabher, Augsburg 1931. Más tarde en volumen titulado Frauenbildung und Frauenberuf, Schnell & Steiner, München 1949; más tarde con el título Die Frau in Ehe und Beruf. Bildungsfragen heute, Herder, Freiburg 1962. Reeditado en: ESW, vol. V, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1959, pp. 1-15; y en: ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 16-29.

Trad. cast. en: Obras Completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 159-176; y en: La mujer. Su naturaleza y su misión, Monte Carmelo, Burgos 1998, pp. 27-46; y además en: La mujer, editorial Palabra, Madrid 1998, pp. 23-44. Trad. it.: Ethos della professione femminile, en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia , Città Nuova, Roma 1987, pp. 49-66.

[Manuscrito conservado en el Archivo de Colonia]

1931 (El intelecto y los intelectuales) Der Intellekt und die Intellektuellen, “Das heilige Feuer” 18 (1931), 193-8, 269-72. Reeditado en WALTRAUD HERBSTRITH (ed.), Edith Stein Wege zur inneren Stille, Kaffke, Aschaffenburg 1987, 98-117; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, freiburg, 2001, pp. 143-156.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 215-229.

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[No se conserva manuscrito]

1931 (Questiones Disputate de Veritate de Santo Tomás de Aquino) Des hl. Thomas von Aquino Untersuchungen über die Wahrheit Bd. 1-2. Traducción del latín al alemán de la obra de Santo Tomás de Aquino. Publicado en: Otto Borgmeyer, Breslau vol. 1 1931, vol. 2 1932. Reedicón en: ESW III: Des hl. Thomas von Aquino Untersuchungen über die Wahrheit. I., Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1952; y en: ESW IV: Des hl. Thomas von Aquino Untersuchungen über die Wahrheit. II, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1955.

No existe traducción castellana.

1931 (Configuración de la vida en el espíritu de Santa Isabel de Hungría) Lebensgestaltung im Geist der heiligen Elisabeth, “Benediktinische Monatschrift” 13 (1931), 366-377. Reeditado en: Herderbücherei, n. 129, Friburgo 1962; y en: ESW, vol. XI, De Maas & Waler-Verlag Herder, Freiburg 1987, pp. 27-39.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 297-310; y en: Los caminos del silencio interior, EDE, Madrid 1998, pp. 151-172.

[Se conserva el manuscrito en el Archivo de Colonia]

1931 (Fundamentos de la formación de la mujer) Grundlagen der Frauenbildung, en “Stimmen der Zeit” 6 (1931). Reeditado en: ESW, vol. V, Nauwelaerts-Verlag Herder, Lovai/Freiburg 1959, pp. 73-88; y en: ESGA XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 30-43.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp.195-213; y en: La mujer. Su naturaleza y su misión, Monte Carmelo, Burgos 1998, pp. 135-157; y además en: La mujer, editorial Palabra, Madrid 1998, pp. 141-165. Trad. it.: Fondamenti dell’educazione della donna, en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia, Città Nuova, Roma 1987, pp. 132-152.

[Se conserva el manuscrito en el Archivo de Colonia]

1931 (La misión de la mujer) Die Bestimmung der Frau, “Zeit und Schule” 28 (1931)/4, 67-68. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 113-122; y en: ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 245-254; y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997, pp. 87-100. Tr. it.: La vocazione della donna, en La vita come totalità. Scritti sull´educazione religiosa, Città Nuova, Roma 1994, pp. 113-123.

[Se conserva el manuscrito en el Archivo de Colonia]

1931 (Isabel de Hungría. Natural y sobrenatural en la formación de una figura santa) Elisabeth von Thüringen. Natur und Übernatur in der Formung einer Heiligengestalt, en “Das neue Reich” 13 (1931, n. 37), pp. 779-781; 13 (1931, n. 38), pp. 801-802. También en: “Das bunte Blatt”, suplemento 3, (1931, n. 1203). Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 126-138.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 255-269; y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997, pp. 39-56. Trad. it.: Elisabetta di Turingia. Naturale e sovrannaturale nella formazione d’una santa, en La vita come totalità. Scritti sull´educazione religiosa, Città Nuova, Roma 1994, pp 126-139.

[No se conserva el manuscrito]

1931 (Vocación del hombre y de la mujer según la naturaleza y la gracia) Beruf des Mannes und der Frau nach Natur und Gnadenordnung, en “De christliche Frau” 30 (1932, n. 1) pp. 5-20, más tarde en München 1949, Schnell & Steiner; y Herder, Freiburg 1962. Reediatdo en: ESW, vol. V, Nauwelaerst-Verlag Herder, Freiburg 1959, pp. 17-44; y en: ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 56-78.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 271-296; y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997, pp. 119-153; y en: La mujer. Su naturaleza y su misión, Monte Carmelo, Burgos 1998, pp. 47-80; La mujer, editorial Palabra, Madrid 1998, pp. 45-82. Trad. it.: Vocazione dell’uomo e della donna secondo la natura e la grazia, en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia, Città Nuova, Roma 1987, pp. 67-99.

[Se conserva el manuscrito en el Archivo de Colonia]

1931 (La fenomenología trascendental de Husserl) Husserls transzendentale Phänomenologie. Editado en: ESW, vol. VI, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1962, pp. 33-35.

Trad. cast. en: La pasión por la verdad, editorial Bonum, Buenos Aires 1994, pp. 77-80.Trad. it.: La fenomenologia trascendentale di Husserl, en: La Ricerca della Verità, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp. 115-117.

[Se conserva el manuscrito en Bruselas]

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Cristiam Peña

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1932 (Tiempos difíciles y formación) Notzeit und Bildung, en Informativo 46a y 47a de la Asamblea de Miembros y Delegados de la Asociacón de Maestras Catolicas Alemanas (Verein katolischer deutscher Lehrerinnen), Paderborn 1932, 149-153. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 73-80; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 130-139.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 387-398. Trad. it.: Tempi difficili e insegnamento, en La vita come totalità. Scritti sull´educazione religiosa, Città Nuova, Roma 1994, pp 71-80.

[Se conserva un manuscrito incompleto en el Archivo de Colonia]

1932 (Maestras de formación universitaria y de magisterio) Akademische und Elementarlehrerin, en “Zeit und Schule” 29 (1932)/1. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp.109-112; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freibuurg 2001, pp. 126-129.

Trad. cast. en.: Obras completas, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 353-371. Trad. it.: Insegnanti di formazione universitaria e insegnanti di formazione magistrale, en La vita come totalità. Scritti sull´educazione religiosa, Città Nuova, Roma 1994, pp. 108-113.

[No se conserva manuscrito]

1932 (Intervenciones en “La Fenomenología”, Jornadas de Estudio de la Sociedad Tomista) La Phénoménologie, Journée d'Étude de la Société Thomiste, Juvisy 12/9/1932, Édition du Cerf, Paris 1932, pp. 101-9.

Trad. cast. en.: Pasión por la verdad, editorial Bonum, Buenos Aires 1994, pp. 85-95. Trad. it.: La fenomenologia (Juvisy, 12 settembre 1932), en La Ricerca della Verità, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp.108-114.

1932 (Formación de la juventud a la luz de la fe católica) Jugendbildung im Licht des katolischen Glaubens. Conferencia dada en Berlín el 5 de enero de 1932. Publicada en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp.209-229; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freibuurg 2001, pp. 71-90.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 421-442.

[Se conserva el manuscrito]

1932 (Vida cristiana de la mujer) Christliches Frauenleben, en: “Mädchenbildung auf christiliger Grundlage” 28 (1932, cuaderno 6) pp. 161-174; 28 (1932, cuaderno 7) pp. 193-205. Reeditado en: ESW, vol. V, Nauwelaerts- Verlag Herder, Freiburg 1959, pp. 45-72; y en: ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 79-114.

Trad. cast. en.: Obras completas, vol. IV, editorial Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 311-351; y en: La mujer. Su naturaleza y misión, Monte Carmelo, Burgos 1998, pp. 81-134; y La mujer, editorial Palabra, Madrid 1998, pp. 83-140. Trad. it.: Vita muliere cristiana, en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazi, Città Nuova, Roma 1997, pp. 100-131.

[Se conserva el manuscrito]

1932 (Potencia y Acto) Potenz und Akt. Editado en: ESW, vol. XVIII, Herder, Freiburg 1998, 293 pp. [Escrito preparado para la Habilitationsschrift en la universidad de Friburgo]

No existe traducción castellana.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1932 (Conocimiento, verdad, ser y Ser actual e ideal) Aktuelles und ideales Sein – Species – Urbild und Abbild und Erkenntnis, Wahrheit, Sein (Fragmentos). Editado en: ESW, vol. XV, Herder, Freiburg 1993, pp.49-56 y pp. 57-63.

No existe traducción al castellano.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1932 (La estructura de la persona humana) Der Aufbau der menschlichen Person. Editado en: ESW, vol. XVI, Herder, Freiburg 1994, p. 200.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, pp. 560-749 y Estructura de la persona humana, editorial BAC, Madrid 1998 (recientemente se público una segunda edición).

[El manuscrito se conserva en el Archivo de Colonia]

1932 (La estructura óntica de la persona y su problemática epistemológica) Die ontische Struktur der Person und ihre erkenntnistheoretische Problemati.Editado en: ESW, vol. VI, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg, 1962, pp. 137-197.

Page 111: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

111

No existe traducción castellana. Trad. it.: La struttura ontica della persona e la problematica della sua conoscenza, en: Natura, persona, mistica. Per una recerca cristiana della verità, Città Nuova, Roma 1997, pp. 49-114.

[Sancho afirma que fue publicado con el título incorrecto y en las Obras completas I, afirma que debería ser (Libertad y gracia) Freiheit und Gnade]

[Manuscrito conservado en Colonia]

1932 (El significado de la fenomenología como visión del mundo) Die weltanschauliche Bedeutung der Phänomenologie. Editado en: ESW, vol. VI, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1962, pp. 1-17.

Trad. cast. en: La pasión por la verdad, editorial Bonum, Buenos Aires 1994, pp. 49-84. Trad. it.: Il significato della fenomenologia come visione del mondo, en: La Ricerca della Verità, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp. 91-107.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1932 (Natural y sobrenatural en el Fausto de Goethe) Natur und Übernatur in Goethes “Faust”, en “Zeit und Schule” 29 (1932, n. 19) pp. 125-126, 131; 29 (1932, n. 20) 134-136. Reeditado en: ESW, vol. VI, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1962, pp. 19-31, y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 157-168.

Tad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 359-371. Tr. it.: Natura e soprannatura nel “Faust” di Goethe, en Natura, persona, mistica. Per una ricerca cristiana della verittà, Città Nuova, Roma 1994, pp. 29-48.

[Se conserva el manuscrito en Colonia]

1932 (Metafísica de la comunidad) Recensión al libro Metaphysik der gemeinschaft de Dietrich von Hildebrand. Editado en “Mädchenbildung auf christilicher Grundlage” 28 (1932, cuaderno 24) pp. 689-695.

Trad. cast. en: La pasión por la verdad, Bonum, Buenos Aires 1994, pp. 139-156; y en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 20033, pp. 998-1010.

1932 (El arte materno de la educación) Mütterliche Erziehungskunst. Editado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 151-163; y en: ESGA, vol. XIII, pp. 115-126.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 374-386. Trad. it.: L’arte materna di educare, en: La vita come tottalità. Scritti sull´educazione religiosa, Città Nuova, Roma 1994, pp. 152-165.

[Se conserva el manuscrito en Colonia]

1932 (Misión de la mujer académica católica) Aufgaben der katholischen Akademikerinnen der Schweiz , “Gedanken zum 25jährigen Bestehen des Vereins 1907-1932”, pp. 17-18. Reeditado en: ESW, vol. V, Nauwelaerts-Verlag Herder, Louvain/Freiburg 1959, pp.38-39 y en ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 223-224.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 400-401. Trad. it.: Compiti delle accademiste cattoliche di Svizzera, en: La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia, Città Nuova, Roma 1997, pp. 291-299.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1932-1933

(Problemas de la formación de la mujer) Probleme der Frauenbildung , “Benediktinische Monatschrift” 14 (1932) cuadernos 9-12; 15 (1933) cuadernos 1-4. Reeditado en con el título: Frauenbildung und Frauenberufe, Schnell & Steiner, Manchen 1949; y en: Die Frau in Ehe und Beruf. Bildungsfragen heute, Herder, Freiburg 1962. Se volvió a publicar en: ESW, vol V, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1959, pp. 93-187 y en ESGA XII, Herder, Freiburg 2000, pp. 127-208.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 457-551; y en: La mujer. Su naturaleza y su misión, Monte Carmelo, Burgos 1998, pp. 159-270; y además en: La mujer, editorial Palabra, Madrid 1998, pp. 167-294. Trad. it.: Problemi dell’educazione della donna, en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia, Città Nuova, Roma 1969 (2ª ed. 1987), pp. 153-259.

[Se conserva el manuscrito en Colonia]

1933 (La doctrina de la abstracción de Santo Tomás de Aquino) Recensión a la tesis de L.M. HABERMEHL, Die Abstraktionslehre des hl. Thomas von Aquin, “Philosophisches Jarhbuch der Görres-Gesellschaft” 46 (1933), 502s.

Trad. cast. en: La pasión por la verdad, Bonum, Buenos Aires 1994, pp. 159-160; y en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1009-1010.

1933 (El libro de Karl Adam sobre Cristo) Recensión al libro: Karl Adam's Christusbuch, “Die Christliche Frau” (Münster), (marzo 1933),

Page 112: La filosofía de Edith Stein

Cristiam Peña

112

pp. 84-89.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1011-1019.

1933 (Tarea de la mujer como guía de la juventud hacia la Iglesia) Die Aufgabe der Frau als Führerin der Jugend zur Kirche, “Benediktinische Monatschrift” 15 (1933), cuadernos 11-12, pp. 412-425. Reeditado en: Frauenbildung und Frauenberufe, Schnell & Steiner, München 1949; y en: Die Frau in Ehe und Beruf. Bildungsfragen heute, Herder, Freiburg 1962; y en: ESW, vol. V, Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1959, pp. 189-203. Recientemente en: ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 209-222.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 405-442. Trad. it.: Compito della donna di guidare la gioventù alla Chiesa, en en La donna. Il suo compito secondo la natura e la grazia, Città Nuova, Roma 1969 (2ª ed. 1987), pp. 260-276.

[Se conserva el manuscrito]

1933 (¿Qué es el hombre? La antropología de la doctrina católica de la fe) Was ist der Mensch? Eine theologische Anthropologie. Editado en: ESW, vol. XVII, Herder, Freiburg 1994, pp. 223.

Trad. cat. En: Obas completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 761-986.

[Se conserva el manuscrito en Colonia]

1933 (Formación de la juventud a la luz de la fe católica) Jugendbildung im Lichte des katholischen Glaubens . Editado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 209-228; y en: ESGA, vol. XVI, Herder, Freiburg 2001, pp. 71-90.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 422-442. Trad. it.: Formare la gioventù alla luce della fede cattolica, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 209-232.

[Se conserva el manuscrito en Colonia]

1933 (Iglesia católica y escuela. Una investigación sobre la posición histórica y jurídica de la Iglesia católica respecto de la educación y la enseñanza, con especial consideración de la situación en Prusia) Recensión al libro del Dr. Iur. Werner Dackweiler: Katolische Kirche und Schule. Eine Untersuchung über die historische und rechrliche Stellung der katholischen Kirche zu Erziehung und Unterricht mit besonderer Berücksichtigung der Verhältnisse in Preuβen, publicado en: “Vierteljahresschrift wissenschaftliche Pädagogik”, 9 (1933) pp. 495-496.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1020-1022.

1933 (Fundamentación teórica de la formación de la mujer) Theoretische Begründung der Frauernbildung, en: “Wochenschrift für Katholische Lehrerinnen” (1933) 136. Reedición en: ESGA, vol. XIII, Herder, Freiburg 2000, pp. 225-226.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 443-445.

[No se conserva manusrito]

1934 (Índices terminológicos de la traducción del De Veritate de Santo Tomás) Des hl. Thomas von Aquino Untersuchungen über die Wahrheit, Wörterzeichnis, Borgmeyer, Breslau 1934. Reeditado en: ESW IV, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1955.

No existe traducción castellana.

1934 (La Summa alemana) Recensión a: Die deutsche Summa, “Die christliche Frau” (Münster), 32 (agosto-setiembre 1934), 245-252 e 33 (octubre 1934), 276-281.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1025-1056.

1934 De ente et essentia. Traducción de la obra de Santo Tomás de Aquino del latín al alemán.

[En el archivo de Colonia se conserva el manuscrito que permanece inédito hasta ahora]

1934 (Amor con amor. Vida y obra de Santa Teresa de Jesús) Liebe um Liebe. Leben und Werke der heiligen Teresa von Jesus. Editado en: (Kleine Lebensbilder, 84), Kanisiuswerk, Freiburg 1934; y en: Druch Hieronimus Mühlberger, Augsburg 1934. Reeditado en: ESW XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 40-88.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1934 (Santa Teresa Margarita del Corazón de Jesús) Die heilige Teresia Margareta vom Herzen Jesu. Publicado por: Rita-Verlag, en Würzburg 1934. Reeditado en: ESW XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 89-100.

Page 113: La filosofía de Edith Stein

La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

113

Trad. cast. en: Los caminos del silencio interior, EDE. Madrid 1988; Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1934 (Amor por la Cruz. Algunos pensamientos con ocasión de la fiesta del Santo Padre Juan de la Cruz) Kreuzesliebe. Einige Gedanken zum Fest des heiligen Johannes vom Kreuz. Publicado en: ESW XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 121-123.

Trad. cast. en: Los caminos del silencio interior, EDE. Madrid 1988; Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1934 (La lucha por el bien supremo. Vivencias y confesiones de un laico de vida santa sobre la perfección cristiana en el mundo) Recensión al libro, Der Kampf um das höchste Gut. Erlebnisse und Bekenntnisse eines heiligmäβigen Laien, de H. Jaegen. Publicado en “Benediktinische Monatsschrift”, 16 (1934) pp. 76-77.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1023-2024.

1916-1934

(Autorretrato epistolar) Selbstbildnis in Briefen I (1916-1934). Publicada en: ESW VIII, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1976; nueva edición ampliada (con nuevo material y las cartas a Roman Ingarden) Herder, Freiburg 1998. Reeditado en: ESGA, vol. II, Herder, Freiburg 2000.

Selbstbildnis in Briefen II (1934-1942). Publicada en: ESW IX, Herder, Freiburg 1977. Reeditado en: ESGA, vol. III, Herder, Freiburg 2000.

Trad. cast. en: Autorretrato Epistolar (1916–1942), editorial de Espiritualidad, Madrid 1992; y en: Obras completas, vol. I, Monte Carmelo, Burgos 2002, pp. 551-1412.

1935 (Un sacerdote de nuestra época) Recensión: Ein Priester unserer Zeit. Publicado en: “Benediktinische Monatsschrift”, 17 (1935) pp. 250-252.

Trad. cast. en : Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1057-1060.

1935 (Una maestra en la educación y en la formación: Teresa de Jesús) Eine Meisterin der Erziehungs- und Bildungsarbeit: Teresia von Jesus. Publicado en: “Katholische Frauenbildung im deutschen Volk” 48 (1935). Posteriormente en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp.164-187.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997. Trad. it.: Il magistero di Teresa di Gesù in campo educativo e formativo, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 165-195.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1935 (El misterio de la Navidad. Encarnación y humanidad) Das Weihnachtsgeheimnis. Menschwerdung und Menschheit, conferencia publicada en: “Die katolische Schweizerin” 23 (1935, n. 3), pp. 66-68; 23 (1936, n. 4), pp. 107-112. Reeditado en Bonn (1948); posteriormente en Colonia (1950); y en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1959, pp. 196-208.

Trad. cast. en: El Misterio de la Nochebuena, San Miguel de Tucumán 1987; Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997, pp. 375-391; El mensaje de la Navidad, Burgos 1998. Trad. it.: Il mistero del Natale. Incarnazione e umanità, en La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 197-209.

[Se conserva el texto mecanografiado y firmado por Edith Stein]

1935 (Sobre la historia y el espíritu del Carmelo) Über Geschichte und Geist des Karmel, publicado en la colección “Zu neuen Ufer“, suplemento del periódico Augsburger Postzeitung, 31/03/1935, nº 13. Reeditado en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 1-9.

Trad. cast. en: Los caminos del silencio interior, EDE, Madrid 1988; Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[El manuscrito se conserva en el Colonia]

1933-1935

(Vida de una familia judía) Aus dem Leben einer jüdischen Familie. Editado en: ESW, vol. VII, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1965. Reedición: Aus meinem Leben. Mit einer Weiterführung über die zweite Lebenshälfte von Maria Amata Neyer OCD, Herder, Freiburg 1987.

Trad. cast. en: Estrellas Amarillas, EDE, Madrid 1973; y en: Obras Completas I, Monte Carmelo, Burgos 2002. Trad. it.: Storia di una famiglia ebrea. Lineamenti autobiografici: l’infanzia e gli anni giovanili, Città Nuova, Roma 1992.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1936 (Castillo interior) Die Seelenburg, preparado como apendice a la obra Ser finito y Ser eterno. Publicado en: ESW, vol. VI,

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Cristiam Peña

114

Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1962, pp. 39-68.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997. Trad. it.: Il Castello interiore, en: Natura, persona, mistica. Per una ricerca cristiana della verità , Città Nuova, Roma 1997, pp. 115-148.

[El manuscrito no se conserva. En el archivo de Colonia existe el texto mecanografiado con correcciones de mano de Edith Stein]

1936 (La filosofía existencial de Martin Heidegger) Martin Heideggers Existentialphilosophie (preparado como anexo a su obra Se finito y Ser eterno), en: ESW vol. VI, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1962, pp. 69-135.

Trad. it.: La filosofia esistenziale di Martin Heidegger, Herder, Roma 1979. Reeditado en: La Ricerca della Verità, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp. 153-226.

1935-1936

(Ser finito y Ser eterno. Ensayo de una asención al sentido del ser) Endliches und ewiges Sein: Versuch eines Aufstieges zum Sinn des Seins, publicado en: ESW, vol. II, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1950.

Trad. cast.: Ser finito y Ser eterno, FCE, México 1994. Trad. it.: Essere finito e Essere eterno. Per una elevazione al senso dell’essere, Città Nuova, Roma 1988.

[El manuscrito encuadernado se encuentra en el Archivo de las carmelitas de Colonia]

1937 (La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Una introducción a la filosofía fenomenológica). Recensión al libro de EDMUND HUSSERL, La crise de la science et de la philosophie transcendentale. Introduction à la philosophie phénoménologique, “Revue Thomiste” 37 (1937), pp. 327-329.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1063-1066. Trad. it.: Edmund Husserl, la crisi delle scienze europee e la fenomenologia trascendentale. Una introduzione alla filosofia fenomenologica , en La Ricerca della Verità, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, Città Nuova, Roma 1993, pp. 227-230.

[Se conserva el manuscrito escrito en alemán en Colonia]

1937 (Bajo el cetro de la Reina de la paz. 300 años del Carmelo de Colonia 1637-1937). Recensión al libro de Teresa Renata del Espíritu Santo (Posselt) Unter dem Zepter der Friedensköninging. 300 Jahre Kölner Kermel (1637-1937). Publicado en Roma (en latín) en: “Analecta Ordinis Carmelitarum” 12 (1937) p. 189.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp.1061-1062.

[Existen dudas sobre su autoría ya que existe una publicación latina en Roma y el Carmelo de Colonia conserva el manuscrito alemán de Edith Stein que probablemente sea una traducción]

1937 (Nuevos libros sobre Teresa de Jesús) Recensión sobre los siguientes libros: Teresa von Ávila (Verlag Benzinger & Co. A. G., Einsiedeln 1934), Teresia von de Jesus (Colección “Kleine Lebensbilder” n. 84, Freiburg 1934) y Sainte Terréese et la vie mysthique (Denoël et Steele, Paris 1934), publicada en “Die katholische Schweizerin” 24 (1937, n. 4) pp. 125-127.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1067-1071.

1937 (La oración de la Iglesia)Das Gebet der Kirche, publicado en la colección “Ich lebe und ihr lebet. Vom Strom des Lebens in der Kirche“, Verlag Bonifatius-Druckerei, Paderborn 1937. Reeditado en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 10-26.

Trad. cast. en: Los caminos del silencio interior, EDE, Madrid 1988; y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[No se conserva manuscrito]

1938 (Obras completas de Santa Teresa) Recensión publicada en la revista “Die Katholische Schweizerin”, 25 (1938, n. 11) pp. 125-127. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 192.

Trad. cast. en: Obras completas, vol. IV, Monte Carmelo, Burgos 2003, pp. 1072-1073.

1938 (Madre Francisca de los Infinitos méritos de Jesús (1804-1866) Eine deutsche Frau und große Karmelitin. Mutter Franziska von den unendlichen Verdiensten Jesu Christi, OCD (Katharina Esser) 1804- 1866, en EUGEN LENSE (ed.), Die in Deinem Hause wohnen. Menschen im Ordensstand, Benziger, Einsiedeln 1938, pp. 147-163. Reeditado en: ESW, vol. XII, Herder, Freiburg 1990, pp. 139-151.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997. Trad. it.: Una donna tedesca, una grande carmelitana. Madre Franziska degli Innumerevoli Meriti di Gesù Cristo, OCD (Katharina Esser), 1804-1866, en: La vita come totalità. Scritti sull'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 139-152.

[Manuscrito perdido]

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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1938* Sancta Discretio in der Seelenführung, ESW, vol. XII, Herder Freiburg 1990, pp. 193-195. Trad. it.: Sancta discretio e direzione spirituale, en: La vita come totalità. Scritti sul l'educazione religiosa , Città Nuova, Roma 1994, pp. 195-197.

1938* Trad. it.: Petizione di Edith Stein per il trasferimento dal monastero di Colonia a quello di Echt, en: Natura, persona, mistica. Per una ricerca cristiana della verità , Città Nuova, Roma 1997, pp. 149-155.

1938 (Ante el trono de Dios) Festspiel zum 60j. Jubiläum von Schw. Teresia am 2.X.1938 (inédito en alemán).

Publicado en castellano en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1938 (Un reformador conventual, el P. Andres de San Romualdo OCD, 1819-1883) Ein klösterlicher Reformator P. Andreas vom hl. Romuald OCD, 1819-1883, publicado en “Stimmen unserer lieben Frau vom Berge Karmel” 15 (1938/39) pp. 107-110.

[No se conserva manuscrito]

1933 (Cómo llegué al Carmelo de Colonia) Wie ich in den Kölner Karmel kam. Publicado en 1948 dentro de la biografía escrita por Teresa Renata Posselt: Edith Stein. Lebendsbild einer Karmelitin und Philosophin, Glock und Lutz, Nürnberg 1948, pp. 65-81. Posteriormente por Maria Amata Neyer: Edith Stein, Wie ich in den Kölner Karmel kam. Würzburg 1994, pp. 8-50.

Trad. cast. en: Una gran mujer de nuestro siglo, ed. Dinor, San Sebastian 1953. Reeditado por Monte Carmelo, burgos 1998. Publicado también en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997; y en: Obras completas I, Monte Carmelo, Burgos 2002, pp. 497-510.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1939 (Exaltación de la Cruz) Kreuzerhöhung, 14. 9.1939. Ave Crux, Spes unica, en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 124-126.

Trad. cast. en: Los caminos del silencio interior, EDE, Madrid 1988; y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1939 (Yo estoy siempre en el medio de vosotros) Ich bin in eurer Mitte allezeit, en: ESW, vol. XI, Herder Freiburg 1987, pp. 152-158.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en el Carmelo de Colonia]

1917-1939

(Cartas a Roman Ingarden) Briefe an Roman Ingarden 1917-1939, en: ESW vol. XIV, Herder, Freiburg 1991.

Trad. cast. en: Cartas a Roman Ingarden, editorial de Espiritualidad, Madrid 1998; y en: Obras completas I, Monte Carmelo, Burgos 2002.

1940 (Vida escondida y epifanía) Verborgenes Leben und Epiphanie, en: ESW vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 144-147.

Trad. cast. en : Los caminos del silencio interior, EDE, Madrid 1988, y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1940 María-Amada de Jesús (1839-1874) Ein auserwähltes Gefäß der göttlichen Weisheit. Sr. Marie-Aimee de Jesus aus dem Karmel der Avenue de Saxe in Paris, 1839-1874, en: ESW vol. XII, Herder, Freiburg 1987, pp. 101-120.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1940 (En ocasión de la profesión de la hermana Miriam) Zur ersten hl. Profeß von Schwester Mirjam von der kleinen hl. Teresia, 16. 7. 1940, en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 139-143.

Trad. cast. en : Los caminos del silencio interior. EDE, Madrid 1988, y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1940 (Las bodas del Cordero) Hochzeit des Lammes. Zum 14. 9. 1940, en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 127-133.

Trad. cast. en : Los caminos del silencio interior. EDE, Madrid 1988, y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1940 (Te Deum Laudamis) Te Deum laudamus. Zum 7. 12.1940, en : ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 159-164.

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116

Trad. cast. en : Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Texto mecanografiado conservado en Colonia]

1918-1940

(Cartas a Hedwig Conrad-Martius) Briefe an Hedwig Conrad-Martius, Kösel, Munich 1960. Reeditado en: ESW, vols. VIII-IX, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1976-1977.

Trad. cast. en: Obras completas I, Monte Carmelo, Burgos 2002.

1941 (Los caminos del conocimiento de Dios) Wege der Gotteserkenntnis: Die “symbolische Theologie” des Areopagiten und ihre sachlichen Voraussetzung, en: “Tijdschrift voor Philosophie”, (febrero 1946), pp. 27-74, poco después en: “The Thomist” (julio 19465) pp. 376-420. Reeditado en: ESW, vol. XV, Herder, Freiburg 1993, pp. 65-127.

Trad. casst. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997. Trad. it.: Vie della conoscenza di Dio, in Vie della conoscenza di Dio e altri scritti, Mesaggero, Padova 1983, 125-187.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1941 (En la fiesta de la Epifanía de 1941) Zum 6.1.1941, en: ESW vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 148-151.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

1941 (Elevación de la Cruz) Kreuzerhebung. 14. 9. 1941, en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 134-138.

Trad. cast. en : Los caminos del silencio interior. EDE, Madrid 1988, y en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

1942 (Ciencia de la Cruz) Kreuzeswissenschaft: Studie über Joannes a Cruce, publicado en: ESW, vol. I, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1950.

Trad. cast.: Ciencia de la Cruz. Estudio sobre San Juan de la Cruz, editorial Dinor, San Sebastian 1959. A esta primera edición se añaden otras cuatro de la misma obra en la Colección “Amigos de Orar”, Monte Carmelo, Burgos 1989, 1994, 1998 y 2000. Trad. it.: Scientia Crucis. Studio su san Giovanni della Croce, Ancora, Milano 1960. Reeditado al cuidado de la Postulación General O.C.D., Roma 1982.

[Manuscrito original conservado en Colonia]

1942 (Diálogo Nocturno) Nächtliche Zwiesprache, en: ESW, vol. XI, Herder, Freiburg 1987, pp. 165-180.

Trad. cast. en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Se conserva el texto mecanografiado en Colonia]

1942 (Los tres Reyes Magos) Driekoningen 6.1.1942 (inédito en alemán).

Publicado en castellano en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Una copia del manuscrito se conserva en el Carmelo de Beek, Holanda]

1942 (Para el 13 de junio de 1942) Zum 13. Juni 1942. Sanct Michel (inédito en alemán).

Publicado en castellano en: Obras selectas, Monte Carmelo, Burgos 1997.

[Manuscrito conservado en Colonia]

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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ANEXO B

CRONOLOGÍA DE LOS PRINCIPALES ACONTECIMIENTOS EN LA VIDA DE EDITH STEIN

1891 12 de octubre nacimiento en Breslau (Alemania), hija de Siegfried Stein y Auguste Courant.

Es la más pequeña de los once hijos que tuvo el matrimonio Stein, aunque cuatro de ellos murieron en temprana edad. Sus hermanos fueron: Paul, Else, Arno, Frieda, Rosa y Erna.

1893 El 10 de julio muere el padre de una insolación y su madre se hace cargo del comercio de maderas que llevaba el marido.

1897 El 12 de octubre, mediado ya el curso que iniciaba en Pascua, va a la escuela.

1898 Inicia los estudios primarios en la escuela Viktoria, donde realizará también el bachillerato.

1901 Accede a la fase preparatoria o consultiva sobre dirección de estudios a seguir.

1906 Edith atraviesa una crisis personal en plena adolescencia. Decide dejar la escuela y conscientemente abandona la religión por no encontrar sentido en ella.

De mayo de 1906 a marzo de 1907 va a Hamburgo a casa de su hermana Else.

1907 En el mes de septiembre decide reemprender los estudios. Y se prepara con un profesor privado.

1908 En la Pascua hace su examen de ingreso en el 2º curso de bachillerato.

1911 3 de marzo: Examen extraordinario antes de entrar en la universidad.

El 28 de abril inicia los estudios universitarios de germanística, historia, propedéutica filosófica y psicología en su ciudad natal.

Entra a formar parte de diversos grupos con carácter reformista: Grupo Pedagógico y Asociación universitaria femenina.

1912 Crisis intelectual con la psicología. Lee a Husserl y decide cabiar universidad.

1913 El 17 de abril de traslada a la Universidad de Gotinga donde continúa sus estudios atraida por la escuela fenomenológica de Husserl.

Encuentro con Max Scheler: el mundo de la fe se presenta ante ella.

1914 Prepara su examen de licenciatura e inicia a elaborar la tesis doctoral con el tema de la Empatía.

Estalla la 1ª Guerra Mundial. Alemania declara la guerra a Rusia el 1 de agosto, y a Francia el día 3 del mismo mes. Edith regresa temporalmente a Breslau.

A finales de octubre regresa a Gotinga para preparar el examen de Estado

1915 Los días 14-15 de enero hace el examen de Estado ara la Habilitación como Maestra en historia, filosofía y germanística. Obtiene la nota máxima.

De abril a septiembre se alista voluntariamente como asistente de enfermera de la Cruz Roja en el hospital austriaco de Mährisch-WeiBkirchen (Chequia)

A su regreso es invitada a dar clases de latín en Viktoria- Schule.

A partir de otoño estudia griego, lengua exigida para acceder al título de Doctor.

1916 A partir de febrero es maestra de latín, alemán, historia y geografía en la escuela de Viktoria.

El 3 de agosto defiende su tesis doctoral en filosofía en la universidad de Friburgo, obteniendo la calificación máxima de “summa cumlaude”

A partir de octubre permanece en esta ciudad como asistente de Husserl, encargándose de introducir a los estudiantes en la fenomenología y de transcribir sus manuscritos.

1917 En el mes de febrero pasa sus vacaciones en Breslau.

Aparece publicada su tesis doctoral Sobre el problema de la Empatía.

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En el mes de octubre llega Ingarden a Friburgo para preparar su doctorado.

El 16 de noviembre muere Adolf Reinach en Flandes. Edith es encargada por la viuda de preparar la publicación de sus escritos.

Este acontecimiento incidirá positivamente en el camino de Edith Stein, que verá en ello su primer encuentro con la cruz.

1918 En enero asiste en Gotinga al funeral de Reinach.

Seguidamente va a Breslau donde permanece hasta el 24 de marzo.

En el mes de febrero deja voluntariamente de ser asistente de Husserl.

A finales de marzo viaja de nuevo a Gotinga.

El 1 de mayo regresa a Friburgo.

El 8 de junio encuentro y discusión filosófica con Husserl y Heidegger sobre el tema de la filosofía de la religión.

Julio y agosto de nuevo en su ciudad natal, Breslau, donde se dedica al trabajo científico privado en vistas a presentarse a una cátedra.

Desde mediados de agosto nuevamente en Friburgo para atender a Husserl que ha caído enfermo.

El 12 de noviembre regresa a Breslau y entra a formar parte de Partido Democrático Alemán.

Interiormente vive la experiencia del encuentro con Cristo, aunque aún no se decide a dar el paso externo.

1919 Como miembro del Partido Democrático realiza diversos viajes a Berlín entre diciembre del 1918 y enero de 1919.

En febrero se abre la asamblea nacional de Weimar.

El 6 de febrero Husserl firma el certificado de idoneidad como catedrática a Edith.

Alemania firma el tratado de paz en Versalles el 28 de junio.

Intenta acceder a una cátedra universitaria en Gotinga, Friburgo y Kiel, lo que no consigue por su condición de mujer. Mientras tanto se dedica a elaborar diversos trabajos científicos que reflejan su propia reflexión sobre la política y el estado.

Con el inicio de la república de Weimar la mujer conquista el derecho al voto y a la igualdad.

1920-1921 Da clases prácticas de introducción a la filosofía sobre base fenomenológica a más de 30 personas en su casa. Lo inicia a partir del semestre de verano de 1920.

Imparte un curso sobre cuestiones fundamentales de ética en la escuela de adultos de Breslau.

Años de profunda crisis y de búsqueda interior de la verdad. No se sabe si hacerse católica o protestante.

Todos sus intentos de acceder a una cátedra son inútiles. La mentalidad reinante en las universidades no acepta todavía la presencia de una una mujer en la cátedra.

El 5 de diciembre de 1920 boda de su hermana Erna con Hans Biberstein.

1921 Aparecen publicadas las obras de Adolf Reinach, preparadas por Edith Stein.

A partir del 22 de marzo estará por un tiempo en Gotinga.

Desde el 25 de mayo está en casa de los Conrad- Martius en Bad-Bergzabern, donde en el mes de junio, lee el libro de la Vida de Santa Teresa de Jesús, decidiéndose a dar el paso al catolicismo.

De agosto a octubre estará en Breslau y comunica a la familia su desición de hacerse católica .

El 23 de octubre regresa a Bad- Bergzabern para prepararse al bautismo. Aquí permanecerá hasta junio de 1922.

1922 El 1 de enero se bautiza y recibe la primera comunión en la iglesia de San Martín de Bad-Bergzabern de manos de su párroco D. Eugen Breitling. Adopta el nombre de Edith Hedwig Teresa.

El 2 de febrero recibe el sacramento de la confirmaciónen la capilla del Palacio Episcopal de Espira por la unción de Mons. Ludwig Sebastin Frankestein.

Aparece publicado en el „Anuario de Filosofía y de Investigación fenomenológica“ su estudio titulado Aportación para una

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fundamentación filosófica de la psicología y de las ciencias del espíritu, que incluye dos estudios: Causalidad Psíquica y Individuo y Comunidad.

El 5 de octubre regresa a Breslau.

1923 Hitler intenta un golpe de estado que fracasa y es condenado a cinco años de cárcel.

A partir de abril comienza su actividad como maestra de literatura y alemán en el instituto y escuela de magisterio de las dominicas de Santa Magdalena en Espira.

Conoce al jesuita P. Erich Przywara, con quien mantendrá una profunda amistad e intercambio científico.

1924 Publica un artículo titulado ¿Qué es fenomenología?

1925 Traduce al alemán el diario y las cartas del cardenal Jhon Henry Newman.

En el Anuario de Filosofía y de investigación fenomenológica, aparece publicado su estudio Una investigación sobre el Estado.

1926 El 11 de septiembre, conferencia en Espira: Verdad y claridad en la enseñanza y en la educaci´n.

El 12 de septiembre la misma conferencia en Kaiserslautern.

Reinicia su contacto con Huserrl al cual visita del 29 de septiembre al 1 de octubre en Friburgo.

1927 El 1 de mayo ingresa en la Asociación de Profesoras Católicas de Baviera.

El 17 de septiembre muere su confesor y director espiritual, el vicario general de Espira, Joseph Schwind.

1928 Durante la Semana Santa tiene su primer contacto con la abadía de Beurón y con quien será su director Espiritual, el P. Rafael Walzer. Aquí recibe una gracia especial y hace sus votos privados.

A partir de este año comienza a impartir conferencias sobre la cuestion femenina y sobre la educación católica que la llevarán por diversas ciudades de Alemania y por los países limítrofes.

Trabaja en la traducción del De eritate de Santo Tomás de Aquino.

El 6 de octubre se celebra el VIIº Centenario de la fundación del convento de Santa Magdalena de Espira. Con esta ocasión el Nuncio Eugenio Pacelli(más tarde Pío XII), visita el convento. Edith Stein es la encargada de recibirle y darle el saludo de bienvenida en nombre de la Comunidad.

1929 Publica en el Anuario de Filosofía y de Investigación fenomenológica un estudio comparativo entre Tomás de Aquino y Husserl.

1930 En Nuremberg, el 24 de abril, conferencia (El ethos de la profesión femenina) en Salszburgo (Austria)

El 12 de octubre, charla Sobre la idea de la formacion en Espira.

En Bendorf, el 8 de noviembre, conferencia sobre los fundamentos de la formación femenina para la alianza católica de mujeres alemanas.

El 2 de diciembre pronuncia otra conferencia para la asociación universitaria católica en Heidelberg (El intelecto y los intelectuales)

1931 El 13 de enero conferencia en Ludwigshafen sobre El misterio de la Navidad.

El 23 de marzo abandona Espira para poder dedicar más tiempo a la traducción. Nuevamente intenta acceder a una cátedra universitaria.

El 8 de abril participa con una conferenci sobre La vocación de la mujer en un congreso de jóvenes maestras en Munich.

En mayo participa en Viena en el simposio de mujeres católicas de Austria. Ella tiene su ponencia el 30 de mayo sobre Santa Isabel para los católicos de Heidelberg.

1932 En la la última quincena de enero imparte en Zurich (Suiza) dos cursos de 4 conferencias cada uno, para la organización de mujeres católicas sobre el tema: Vida cristiana femenina.

A partir del 29 de febrero inicia su actividad como profesora en el Instituto de Pedagogía científica de Münster.

Del 1 al 3 de abril da una serie de conferencias a través de la Radio Bávara de Munich, sobre el arte materno de la educación.

El 15 de mayo da la conferencia Tiempos difíciles y enseñanza en Essen.

El 26 de junio conferencia en Ludwigshafen en ocasión del centenario de la muerte de Goethe.

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Los días 24 y 25 de julio participa en Augsburgo en un congreso de jóvenes.

Es invitada al Congreso Internacional Tomista de Juvisy (París) para hablar de la fenomenología el 12 de setiembre.

Se publica el segundo volumen de su traducción de las Questiones Disputatae de Veritatae de Santo Tomás de Aquino.

1933 Del 2 al 5 de enero curso en Berlín sobre la educación de la juventud a la luz de la fe católica.

10 de enero: el Presidente Hindenburg da consentimiento para que Hitler forme Gobierno.

El 30 de enero Hitler conquista el poder, que será ratificado con el triunfo en las elecciones del 5 de marzo (con más de 17 millones de votos)

El 1 de abril publican la ley que prohíbe la presencia de los judíos en cargos públicos. Edith ya no puede seguir con su actividad docente.

El Jueves Santo, durante la Hora Santa en la iglesia de Carmelo de Colonia, Jesucristo le hace comprender que ella tiene que ayudarle a cargar con la cruz que ahora caía sobre su pueblo.

El 30 de abril, domingo del Buen Pastor, el Salvador le hace comprender que su camino está ahora en el Carmelo.

El 15 de julio deja Münster y va a Colonia para iniciar una experiencia previa a su entrada.

Del 15 de agosto al 13 de octubre regresa a Breslau para despedirse de la familia y comunicarles su ingreso en el Carmelo.

El 15 de agosto pasa por la abadía benedictina de María Laach.

El 14 de octubre, víspera de la solemnidad de Santa Teresa, ingresa en el Carmelo de Colonia.

1934 El 15 de abril toma el hábito con el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz.

El Provicial de Alemania, el P. Teodoro Rauch, le concede el permiso para que continúe la actividad científica en el convento y concluya su obra Ser finito y ser eterno.

Publica un artículo sobre la historia y el espíritu del Carmelo y otro sobre Una maestra en la educación y en la formación: Teresa de Jesús.

El 15 de septiembre se dictaminan las leyes racistas de Nuremberg: los judíos son privados de sus derechos de ciudadanía.

El 14 de noviembre los judíos son excluídos del derecho al voto.

1936 El 14 de septiembre muere su madre en la misma hora en que Edith hacía la renovación de su profesión.

Concluye su gran obra Ser finito y ser eterno.

El 14 de diciembre se cae por la escalera y se rompe el brazo y el pie izquierdo. Tiene que ser hospitalizada.

El 16 de diciembre llega su hermana Rosa se bautiza en Colonia en la capilla del hospital de Santa Isabel. Edith Stein regresa al convento después de la ceremonia. En la misa de Navidad en el Carmelo Rosa recibe la Primera Comunión.

1937 El Carmelo de Colonia celebra el tercer centenario de su fundación. Ayuda a la M. Renata en la elaboración de la historia del convento y publica un artículo sobre los 300 años del Carmelo de Colonia.

Publica un hermoso estudio sobre La oración de la Iglesia.

1938 El 10 de abril se presentan los nazis en el convento para recoger los votos de las monjas. Edith no puede votar por ser judía.

Hace su profesión perpetua el 21 de abril en la intimidad del convento.

El 27 del mismo mes muere Edmund Husserl en ¨Friburgo.

El 1 de mayo fiesta de la imposición del velo negro a la que asisten muchos conocidos.

Publica dos artículos sobre la historia de la Orden. El primero sobre la restauradora del Carmelo de Colonia: la M. Francisca, y el segundo sobre uno de los reformadores del Carmelo en Polonia: el P. Andrés de San Romualdo.

El 14 de octubre recibe la visita de su hermano Arno que emigra a América.

En la „Noche de los cristales rotos“, el 9 al 10 de noviembre, estalla abiertamente el odio antijudío. Se decide el traslado de Edith a otro Carmelo fuera de Alemania.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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El 31 de diciembre viaja al Carmelo de Echt en Holanda

1939 El 26 de marzo se ofrece por la paz al Sagrado Corazón.

El 9 de junio escribe su Testamento.

Su hermana Rosa llega a Echt el 1 de julio. Profesará como terciaria carmelita y desempeñará el oficio de demandadera y portera del convento.

El 1 de septiembre Alemania invade Polonia provocando el inicio de la 2ª Guerra Mundial.

Algunos de sus familiares consiguen emigrar a los Estados Unidos, a Colombia y a Noruega.

1940 El 10 de mayo Holanda es ocupada por las tropas de Hitler.

El 14 de mayo capitulación de los Países Bajos y Bélgica.

Se mira la posibilidad de trasladar a Edith y su hermana Rosa a otro Carmelo, el de Le Pâquier en Suiza.

1941 El 13 de enero los obispos holandeses publican una carta pastoral en contra de la pertenencia al Partido Nazi.

Escribe un trabajo sobre Dionisio el Areopagita.

El 1 de septiembre una ley nazi obliga a todos los judíos en territorio alemán, o bajo su dominio, a llevar estrella amarilla.

En el mes de noviembre inicia la redacción de su último escrito, La ciencia de la Cruz.

Se tramitan los papeles necesarios para el traslado de las hermanas Stein a Suiza.

Sus hermanos Frieda y Paul junto con su esposa e hija, son deportados al campo de concentración de Theresienstadt donde mueren en 1942.

1942 En abril ella y su hermana Rosa son registradas por la Gestapo como judías.

El 24 de julio en todas las iglesias católicas holandesas se hace lectura de una carta pastoral de los obidpos en la que condenan la persecución y deportación de los judíos.

El 27 de julio el Comisario del Reich, SeyB- Inquart, ordena como represalia la deportación de todos los judíos católicos.

El 2 de agosto Edith y Rosa son capturadas en el convento por la SS y llevadas al campo de concentración de Amesfoort (Holanda)

El 7 de agosto deportación al campo de exterminio de AuschwitzBirkenau.

El 9 de agosto llegan a Auschwitz y en el mismo día son asesinadas en la cámara de gas.

1945 7 de mayo de 1945 Alemania se rinde y concluye la 2! Guerra Mundial.

El Carmelo de Colonia inicia los primeros rastreos para saber de la suerte de Edith. Hasta entonces no se pensó que había muerto.

1948 Aparece publicada la primera biografía sobre Edith Stein, escrita por la M. Terea Renata, la que fuera su maestra de noviciado.

1950

Se inicia la publicación de sus obras completas (ESW), con la Ciencia de la Cruz

1962 El 4 de enero se abre oficialmente el proceso eclesial de canonización por el cardenal de ColoniaJosef Frings.

Apertura del proceso escrito de la causa de canonización el 25 de julio en Colonia.

1971 El 7 de julio se cierra el proceso escrito.

1972 El 4 de enero se inicia la tercera parte del proceso: „De- non- cultu“.

El 9 de agosto, en el 30 aniversario de la muerte de Edith Stein, el Cardenal Höffner cierra el proceso diocesano completo y se envían las cartas a Roma.

1980 La Conferencia Episcopal de Alemania pide a la Santa Sede que se inicie el proceso de Beatificación en Roma.

1986 El 15 de febrero la Comisión cardenalicia presenta al Papa la petición oficial para proceder a la Beatificación de Edith Stein como mártir.

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1987 Es beatificada el 1 de mayo en el estadio de futbol de Colonia por Juan Pablo II

1997 Aprobación del milagro para la canonización por Juan Pablo II el 25 de marzo.

El 22 de mayo celebración del consitorio público de aprobación de la canonización.

1998 El 11 de octubre es canonizada por Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en Roma.

1999 El 1 de octubre la Asociación Italiana de Psicólogos y Psiquiatras Católicos la declaran su Patrona.

2002 Sale en Lengua española el primer tomo de las Obras Completas de santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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BIBLIOGRAFÍA

OBRAS DE EDITH STEIN UTILIZADAS EN ESTA INVESTIGACIÓN

1. Stein, Edith. Sobre el problema de la empatía, Universidad Iberoamericana, México 1995, 187 p.

Tr. Alberto Pérez Monroy.

Título original: Zum Problem der Einfühlung, ediciones G. Kaffke, Munich 1980.

2. Stein, Edith. Introduzione alla filosofia, editorial Città Nuova, Roma 1999, 289 p. Tr. Anna Maria

Pezzella.

Título original: Einführung in die Philosophie, en “Edith Stein Werke”, vol. XIII, Herder, Freiburg im

Br.-Basel-Wein 1991.

3. Stein, Edith. Una ricerca sullo Stato, editorial Città Nuova, Roma 1993, 167 p. Tr. Angela Alles

Bello.

Título original: Eine Untersuchung über den Staat en “Beiträge zur philosophischen Begründung de

Psychologie und der eisteswissenschaften”, Niemeyer, Tübingen 1970, pp. 285-407.

4. Stein, Edith. ¿Qué es filosofía? Un diálogo entre Edmund Husserl y Tomás de Aquino, Ediciones

Encuentro, Madrid 2001, 45 p. Tr. Alicia Valero Martín.

Título original: Was ist Philosophie? Ein Gespräch zwischen Edmund Husserl und Thomas von Aquino,

en “Edith Stein Werke”, vol. XV, Herder, Freiburg 1993, pp. 19-48.

5. Stein, Edith. La fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo Tomás de Aquino, en “Diálogo

filosófico” N° 17 Mayo-Agosto 1990, editorial Antrophos, pp. 148-169. Tr. Melchor Sánchez de Toca

Alameda.

Título original: Husserls Phänomenologie und die Philosophie des hl. Thomas von Aquino: Versuch

einer Gegenüberstellung, en “Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung”,

Erganzungsband (1929), pp. 315-338.

6. Stein, Edith. La mujer, editorial Palabra, Madrid 1998, 335 p. Tr. Carlos Díaz.

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124

Título original: Die Frau, ihre Aufgabe nach Natur und Gnade, en “Edith Stein Werke”, vol. V,

Nauwelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1959.

7. Stein, Edith. La estructura de la persona humana, editorial BAC, Madrid 1998, 303 p. Tr. José

Mardomingo.

Título original: Der Aufbau der Menschlichen Person, Archivum Carmelitanum Edith Stein, Louvain

(Bégica).

8. Stein, Edith. Ser finito y ser eterno. Ensayo de una ascensión al sentido del ser, Fondo de Cultura

Económica, México 1994, 541 p. Tr. Alberto Pérez Monroy.

Título original: Endliches und Ewiges Sein. Versuch eines Aufstiegs zum Sinn des Seins, en “Edith Stein

Werke”, vol. II, Verlag Herder KG, Friburgo de Brisgovia 1950.

9. Stein, Edith. La ciencia de la Cruz, (4ª edic.) editorial Monte Carmelo, Burgos 2000, 379 p. Tr. Lino

Aquésolo Olibares y Jesús M. García Rojo.

Título original: Kreuzeswissenschaft: Studie über Joannes a Cruce,

RECOPILACIONES

10. Stein, Edith. La pasión por la verdad (recopilación de artículos de carácter filosófico), editorial

Bonum, Buenos Aires 1994, 187 p. Tr. Andrés Bejas.

11. Stein, Edith. La Ricerca della veritá, dalla fenomenologia alla filosofia cristiana, editorial Città

Nuova, Roma 1993, 242 p. Tr. Angela Ales Bello.

12. Stein, Edith. Obras Completas I (Escritos autobiográficos y cartas), editorial Monte Carmelo,

Burgos 2002, 1766 p. Tr. Jesús García Rojo, Ezequiel García Rojo, Francisco Javier Sancho,

Constantino Ruiz-Garrido. Bajo la dirección de Julen Urkiza y Francisco Javier Sancho.

13. Stein, Edith. Obras Completas IV (Escritos antropológicos y pedagógicos), editorial Monte

Carmelo, Burgos 2003, 1172. Tr. Francisco Javier Sancho, José Mardomingo, Constantino Ruiz

Garrido, Carlos Díaz, Alberto Perez Monroy, Gerlinde Follrich de Aginaga. Bajo la dirección de Julen

Urkiza y Francisco Sancho.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

125

ESCRITOS AUTOBIOGRÁFICOS

14. Stein, Edith. Estrellas Amarillas, (2ª edic.) editorial de Espiritualidad, Madrid 1992, 416 p. Tr. Dr.

Carlos Castro Cubells y Ezequiel García Rojo

Título original: Aus dem Leben eier Jüdischen Familie, Nawelaerts-Herder, Louvain-Freiburg 1965.

15. Stein, Edith. Autorretrato Epistolar (1916–1942), editorial de Espiritualidad, Madrid 1992, 392 p.

Tr. Jesús María García Rojo.

Título original: Selbstbildnis in Briefen: 1916 – 1942, Verlag Herder, Freiburg 1976-1977.

16. Stein, Edith. Cartas a Roman Ingarden, editorial de Espiritualidad, Madrid 1998, 276 p. Tr. Jesús

M. García Rojo.

Título original: Briefe an Roman Ingarden 1917 – 1938, Herder, Freiburg 1991.

ESTUDIOS SOBRE EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE EDITH STEIN

17. Esparza, Michel. El pensamiento de Edith Stein, EUNSA, Navarra 1998, 313 p.

18. García, Ciro. Edith Stein o la búsqueda de la verdad, editorial Monte Carmelo, Burgos 1998, 216 p.

19. García Rojo, Ezequiel. Edith Stein. Existencia y pensamiento, editorial de Espiritualidad, Madrid

1998, 188 p.

20. García Rojo, Ezequiel. Una mujer ante la verdad. Aproximación a la filosofía de Edith Stein,

editorial de Espiritualidad, Madrid 2002, 320 p.

21. Herbstrith, Waltraud. “Edith Stein (1891-1942)”, en Emerich Coreth (ed.), Filosofía cristiana en el

pensamiento católico de los siglos XIX y XX, t. II, Ediciones Encuentro, Madrid 1994, pp. 595-608.

22. Herbstrith, Waltraud. El verdadero rostro de Edith Stein, ediciones Encuentro, Madrid 1990, 253

p.

23. López Quintas, Alfonso. Cuatro filósofos en busca de Dios, ediciones Rialp, Madrid, 1999, 271 p.

24. Martín, Trinidad. La imagen de la Trinidad en la creación. Edith Stein: de la búsqueda del sentido

del ser al ser creador, Facultad de Teología de Granada, Granada 1998, 84 p.

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25. Posselt, María Teresa Renata. Edith Stein, una gran mujer de nuestro siglo, editorial Monte

Carmelo, Burgos 1998, 354 p.

OTRAS OBRAS CONSULTADAS

26. Aranguren, Javier, Borobia, Juan y Miguel Lluch (eds.). Fe y Razón. I simposio internacional fe

cristiana y cultura contemporánea, EUNSA, Navarra 1999, 530 p.

27. Aquino, Tomás (de). Opúsculos y escritos selectos I, editorial B.A.C., Madrid 2001, 861 p.

28. Aquino, Tomás (de). El ente y la esencia, EUNSA, Navarra 2002, traducción, estudio preliminar y

notas de Eudaldo Forment, 296 p.

29. Alvira, Tomas. Metafísica, EUNSA, Navarra 1991, 289 p.

30. Celms, Teodoro. El idealismo fenomenológico de Husserl, Revista de Occidente, Madrid 1931, 210

p. Tr. José Gaos.

31. Colomer, Eusebi. El pensamiento alemán de Kant a Heidegger, t. III, editorial Herder, Barcelona

1990, p. 300

32. Coreth, Emerich (ed.). Filosofía cristiana en el pensamiento católico de los siglos XIX y XX,

Ediciones Encuentro, Madrid 1994.

33. Gracia, Jorge (ed.). Concepciones de la metafísica, editorial Trotta, Madrid 1998, 353 p.

34. Husserl, Edmund. Investigaciones lógicas 1, editorial Alianza, Madrid 1999, 382 p. Tr. Manuel

García Morente y José Gaos.

35. Husserl, Edmund. Investigaciones lógicas 2, editorial Alianza, Madrid 1999, 380 p. Tr. Manuel

García Morente y José Gaos

36. Husserl, Edmund. La filosofía como ciencia estricta (2ª edic.), editorial Nova, Buenos Aires 1969,

182 p. Tr. Elsa Taberning.

37. Lobato, Abelardo, Armando Segura y Eudaldo Forment. El pensamiento de Tomás de Aquino para

el hombre de hoy, t. I, editorial EDICEP, Valencia 1994, 954 p.

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38. Juan Pablo II. Fides et Ratio, editorial Paulinas, Buenos Aires 1998, 141 p.

39. Navarro Cordón, Juan y Tomás Calvo. Historia de la filosofía, editorial Anaya, Madrid 2000, 488 p.

40. Reale, Giovanni y Darío Antiseri. Historia del pensamiento filosófico y científico, t. III, editorial

Herder, Barcelona 1995, 1015 p.

41. Urdanoz, Teófilo. Historia de la filosofía, t. VI, editorial B.A.C., Madrid 1988, 773 p.

DICCIONARIOS Y ENCICLOPEDIAS

42. Brugger, Walter. Diccionario de Filosofía (13º edic.), editorial Herder, Barcelona 1995, 734 p.

43. Centro de estudios filosóficos de Gallarte. Diccionario de filósofos, editorial Rioduero, Madrid

1986.

44. Ferrater Mora, José. Diccionario de filosofía, editorial Ariel, Madrid 1999.

45. Martínez Riu, Antoni y Jordi Cortés. Diccionario de filosofía [CD-ROM], editorial Herder,

Barcelona 1996.

ARTÍCULOS EN LA WORLD WIDE WEB

46. Alles-Bello, Angela. [en línea] Edith Stein, una filósofa por descubrir,

<http://www.zenit.org/spanish/visualizza.phtml?sid=27409> (12 de junio de 2003)

47. Alles-Bello, Angela. [en línea] Filosofía y mística en Edith Stein, <.http://www.stein.karmel.pl> (20

de abril de 2004)

48. Filippa, Mario. [en línea] Edith Stein e il problema della filosofia cristiana,

<http://www.geocities.com/mariofilippa/indice.htm> (11 de diciembre de 2003)

49. García Rojo, Ezequiel. [en línea] El siglo XX a la luz de Edith Stein,

<http://www.ocd.pcn.net/edsi_ese.htm> (09 de julio de 2003)

50. Maso, Marcelo. [en línea] Edith Stein: dalla fenomenologia all´incontro con Tomaso d´Aquino,

<http:// utenti.lycos.it/edith/index.html> (12 de octubre de 2003)

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51. Sanchez Montero, Isidoro. [en línea] Edith Stein. Un camino hacia la verdad,

<http://www.monografias.com/trabajos16/edith-stein/edith-stein.shtml> (20 de octubre de 2004)

OBRAS DE METODOLOGÍA CONSULTADAS

52. Baron, Antón. El trabajo intelectual y la investigación en las Ciencias Sociales, editorial VAZPI,

Asunción 2002.

53. Eco, Humberto. Cómo se hace una tesis, editorial Gedisa, Barcelona 2001.

54. Fernandez, Raúl. Como se elabora y se presenta una monografía descriptiva, Asunción 1999.

55. Nubiola, Jaime. El taller de la filosofía. Una introducción a la escritura filosófica, EUNSA, Navarra

2000.

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La filosofía de Edith Stein. Una búsqueda de la Verdad

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ÍNDICE PROLOGO 7

Introducción 13

Capítulo 1 17

Evolución y continuidad en el pensamiento de Edith Stein 17

1.1. Buscadora de la verdad ..................................................................................................................... 19

1.2. Relación entre vida y pensamiento .............................................................................................. 20

1.3. Universitaria en Breslau y Gotinga ............................................................................................... 21

1.4. Espira y su reflexión pedagógica ................................................................................................... 23

1.5. Intelectual Católica .............................................................................................................................. 25

1.6. Monja Carmelita y mística cristiana ............................................................................................. 26

1.7. Conclusión ............................................................................................................................................... 27

Cuadro 1: Etapas del desarrollo del pensamiento de Edith Stein ............................................ 29

Cuadro 2: La obra de una filósofa .......................................................................................................... 30

Capítulo 2 32

La fenomenología 32

2.1. ¿Qué es Fenomenología? .................................................................................................................. 33

2.1.1. La objetividad de la conciencia ................................................................................................... 35

2.1.2. La intuición ......................................................................................................................................... 35

2.1.3. El idealismo ......................................................................................................................................... 36

2.1.4. Volver a las cosas mismas. Intencionalidad de la conciencia ......................................... 37

2.1.5. La reducción fenomenológica. Epojé ........................................................................................ 37

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2.1.6. La intuición eidética ........................................................................................................................ 38

2.2. El círculo de Gotinga ........................................................................................................................... 38

2.3. La fenomenología de Edith Stein ................................................................................................... 40

2.3.1. Causalidad Psíquica ......................................................................................................................... 41

2.3.2. Individuo y Comunidad .................................................................................................................. 41

2.3.3. Una investigación sobre el Estado ............................................................................................. 42

2.3.4. Introducción a la Filosofía ............................................................................................................ 43

2.4. Sobre el problema de la empatía ................................................................................................... 44

2.5. Conclusión ............................................................................................................................................... 48

Capítulo 3 51

De la fenomenología a la filosofía cristiana 51

3.1. Traducción de las Questiones disputatae de Veritate ........................................................... 52

3.2. Teología y filosofía cristiana ............................................................................................................ 52

3.2.1. La neoescolástica .............................................................................................................................. 53

3.2.2. Influencia de Erich Przywara y Jacques Maritain ............................................................... 54

3.2.3. El congreso de Juvisy ...................................................................................................................... 55

3.3. La filosofía cristiana en Edith Stein .............................................................................................. 56

3.3.1. Intento de confrontación entre Edmund Husserl y Tomás de Aquino ....................... 60

3.4. Antropología steiniana ...................................................................................................................... 62

3.4.1. Estructura de la persona humana ............................................................................................. 63

3.5. Conclusión ............................................................................................................................................... 65

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Capítulo 4 68

Ontología Steiniana 68

4.1. Analítica existencial ............................................................................................................................ 70

4.1.1. El sentido del ser a partir del análisis de la vida del yo .................................................... 72

4.1.2. Análisis de la temporalidad .......................................................................................................... 73

4.1.3. El yo viviente ...................................................................................................................................... 74

4.1.4. El ser del yo y el ser eterno .......................................................................................................... 75

4.2. El sentido del ser .................................................................................................................................. 76

4.3. Conclusión ............................................................................................................................................... 78

Capítulo 5 81

Filósofa Humanista 81

5.1. La alteridad como criterio ................................................................................................................ 83

5.2. Estamos en el mundo para servir a la humanidad ................................................................. 85

5.3. Las ciencias y la filosofía ................................................................................................................... 87

5.4. Conclusión ............................................................................................................................................... 90

Capítulo 6 93

Respuestas de Edith Stein a las incertidumbres del hombre postmoderno 93

6.1. Ante el eclecticismo, la apertura de ideas en clave ecuménica ......................................... 94

6.2. Ante el historicismo, una acción comprometida con la historia ....................................... 95

6.3. Ante el cientificismo, una fundamentación filosófica de las ciencias ............................ 96

6.4. Ante el pragmatismo, una teoría axiológica centrada en la persona .............................. 97

6.5. Ante el nihilismo, un ascenso hacia el sentido del Ser .......................................................... 98

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6.6. La filosofía como búsqueda de la verdad ................................................................................... 99

6.7. Conclusión ............................................................................................................................................ 100

Conclusiones 102

Anexos 105

Anexo A .......................................................................................................................................................... 105

Cronología de los escritos de Edith Stein ........................................................................................ 105

Anexo B .......................................................................................................................................................... 117

Cronología de los principales acontecimientos en la vida de Edith Stein .......................... 117

Bibliografía 123

Obras de Edith Stein utilizadas en esta investigación ................................................................ 123

Recopilaciones ............................................................................................................................................ 124

Escritos autobiográficos ......................................................................................................................... 125

Estudios sobre el pensamiento filosófico de Edith Stein .......................................................... 125

Otras obras consultadas ......................................................................................................................... 126

Diccionarios y enciclopedias ................................................................................................................. 127

Artículos en la World Wide Web ......................................................................................................... 127

Obras de metodología consultadas .................................................................................................... 128

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