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SÁBADO, 20 DE JUNIO DE 2015 EL NUEVO DIARIO 8A GRAN ANGULAR elnuevodiario.com.ni twitter.com @elnuevodiario ENTREVISTA Es una curadora guatemalteca especializada en mercadeo estratégico del arte. Enfocada en el trabajo decolonial para encontrar nuevas vías de desarrollo en un mercado saturado por los mismos temas y las mismas soluciones en las artes visuales. ¿Quién es? MARCELA VALDEAVELLANO 1 EXPOSICIÓN ha comisariado en Nicaragua Marcela Valdeavellano. 45 AÑOS tiene Ilse Ortiz de Manzanares de estar en el mundo artístico. La física holográfica en el arte de Ilse Ortiz de Manzanares VISIÓN. La curadora Marcela Valdeavellano analiza la obra de la artista nicaragüense desde conceptos profundos que destacan su valor. LETZIRA SEVILLA BOLAÑOS [email protected] @LetziraSevilla D esentrañar la obra artística de Ilse Ortiz de Manzanares sig- nifica enfrentarse a formas, colores y expresiones tan numerosas como icónicas por sus propuestas diversas. La reconocida curadora gua- temalteca Marcela Valdeave- llano emprendió la tarea de analizar el arte de una de las pioneras de la plástica centro- americana y encontró que la física holográfica era aplicable al arte de Ilse Ortiz de Manza- nares, a través del concepto de la criptomnesia y la epigenéti- ca, para transportarnos a una nueva visión de su trabajo. ¿Por qué hablar de arte ho- lográfico en la obra de Ilse Ortiz de Manzanares? Recordemos que un holo- grama es una fotografía tridi- mensional confeccionada con ayuda de un rayo láser, como lo vimos en la “Guerra de las Galaxias”. La imagen registra- da en un holograma difiere de una fotografía convencional en muchos sentidos. Si corta- mos una fotografía normal por la mitad, cada parte contendrá solo la mitad de la imagen con- tenida en la fotografía original. Esto se debe a que cada dimi- nuta sección de la fotografía, tal como cada punto de una pantalla de televisión en color, contiene nada más que un úni- co fragmento de información de la imagen entera. En cam- bio, si se corta un holograma por la mitad y se proyecta un haz de láser a través de una de las secciones, se compro- bará que cada mitad contiene la imagen completa del holo- grama original. Dicho de otro modo, en un holograma cada parte de la imagen forma parte de todas las demás partes, de la misma forma que en el uni- verso no localizado, pensado Conceptos presentes también en rangos más amplios del arte prehispánico mesoamericano, que incluye el tiempo en su expresión como elemento fun- damental y que Ilse Ortiz de Manzanares recupera en sus esculturas holográficas, estruc- turas que se interrelacionan y que responden a la simbología náhuatl aun antes de que to- mara contacto con ella, siendo estos casos muy frecuentes entre los artistas visuales en- tregados a representar una sensación y luego resulta que es una imagen preexistente, fenómeno al que Carl Gustav Jung llamó criptomnesia, que demuestra que algunos episo- dios de creatividad no son más que imágenes de un material que pervive en el inconsciente colectivo y son captados por el artista, quien sin reconocer- los, es el primer asombrado cuando estos se vuelven cons- cientes --lo que solo ocurre a veces-- de manera secundaria, sea a través de una lectura, un descubrimiento fortuito o la observación de un tercero. ¿En qué momento de la obra de Ortiz de Manzana- res se advierte este desdo- blamiento? Ya en los años setenta, Ilse ma- nifiesta esos desdoblamientos desde un lienzo oscuro del que surge una forma metálica frac- turada, doblada, pero siempre repetida. A propósito de la crí- tica de arte del “boom latinoa- mericano”, Marta Traba escri- bió: “Grandes cuadros oscuros, despojados, que logran una fuerte irrealidad por el juego dramático de las luces. Maneja con gran dominio las luces y las sombras al estilo de Zurba- rán, Caravaggio o Rembrandt, los maestros de la pintura ba- rroca europea”. ¿Cómo aplica la epigenética al arte de Ilse Ortiz de Man- zanares? La epigenética (del griego: epi --sobre-- y genética) se intro- duce en el campo de la biolo- gía en los albores del siglo XXI. NAHUI OLLIN, ILSE ORTIZ DE MANZANARES, LATAS DE ALUMINIO RECICLADAS. 2014. por el físico David Bohm, todas sus partes se contienen. Esa es la intención en la obra de Ilse Ortiz de Manzanares, en la que desde sus pinturas de los setentas hasta sus es- culturas actuales, pasando por su arte reciclado, cada imagen contiene la información de la otra, plegándose y desplegán- dose, para compartirla con no- sotros. ¿Cuál es la relación entre esta obra y la tradición me- soamericana? Esa información contenida en su obra estaba presente en la escultórica mesoamericana, como lo registra la arquitecta mexicana Iliana Godoy en su investigación “Coatlicue: vi- sión holográfica”. A la luz de estos conceptos de la física contemporánea, re- sulta sorprendente encontrar en los desdoblamientos, abati- mientos y giros que muestran las esculturas prehispánicas de las islas Zapatera y de Omete- pe, los principios del universo plegado y desplegado, visión holográfica y sincronicidad que la investigadora Iliana Godoy analiza en la escultura náhuatl. SÓLIDO HERIDO, PIEZA TRIDIMENSIONAL. TÉCNICA MIXTA. CORTESÍA / END CORTESÍA / END CORTESÍA / END Su búsqueda se ha enfocado en incorporar nuevas pregun- tas que establezcan por qué dos hermanos, herederos de los mismos genes, parecen diferentes, actúan en forma distinta y responden a la vida en forma disímil, conteniendo exactamente el mismo mate- rial genético. La epigenética está descifran- do los lenguajes del genoma y mostrando cómo nuestras ex- periencias colectivas localiza- das, pueden “marcar” nuestro material genético y sus huellas pueden ser transmitidas a ge- neraciones futuras, así como son heredadas del pasado. Cuando Jung hablaba de crip- tomnesia en la producción ar- tística de algunos individuos, no contaba con la información de cómo, al separar al colec- tivo de sus raíces, mucho de la epistemología originaria se apaga, tal como un embrión CHACHIGÜEGÜE, FIBRA DE VIDRIO LAQUEADA; MONOLITO, ALUMINIO RECICLADO; OLLIN I, FIBRA DE VIDRIO LAQUEADA. en la platina. Este suceso se ha venido llevando a cabo des- de la conquista, la colonia y la transfusión del consumismo en vena, y por supuesto, de la globalización, que pretende la homogenización de la cultura (eurocéntrica, por supuesto). Al caer el muro de Berlín, cede con él el equilibrio global que era posible en el mundo gracias a la existencia de dos fuerzas antagónicas que man- tenían “un pulso”, que bajo su forcejeo, dio lugar a un espacio de reflexión y cuestionamien- to, que generó en América La- tina el así llamado “boom lati- noamericano”, que se reflejó en las artes visuales de Centro- américa en grupos como Vér- tebra en Guatemala y Praxis en Nicaragua. En este último expone Ilse Ortiz de Manzana- res, siendo una de las primeras mujeres del istmo que rompe con los esquemas tradiciona- les del arte femenino y su fi- guración, engarzándose en las luces y las sombras de esquir- las plegadas y desplegadas, al tiempo que Claudia Fuentes de Lacayo se enfoca en las hua- cas (los entierros prehispánicos) de la memoria. Estas imágenes debían marcar la epigenética del arte centro- americano, abriendo nuevas miradas, desde puntos de vis- ta no patriarcales, pero llegó la globalización y con ella el triunfo absoluto del capital y sus ferias y bienales, tras- ladando a la platina del “no pensemos” ese patrimonio (en este caso “matrimonio”, por su línea matriarcal). ¿Cuál es el impacto del mer- cantilismo en el arte? Cualquier vuelta a ese espacio es para los curadores y mar- chantes del “arte actual”, una tendencia “ochentera”, un ca- lificativo despectivo, ya que la mentalidad mercantilista no les permite vislumbrar la riqueza de una herencia que facultaría la innovación en las nuevas generaciones, otro término denostado por el eu- rocentrismo, y que algunos curadores centroamericanos, en su posición de obedientes lacayos de la institución del arte, siguen a pie juntillas, a partir del decreto de Arthur Danto, “del fin del arte”. Así que “todo se vale”, siempre y cuando no haya que pensar mucho y continuemos en la vía del apropiacionismo, ga- rantizando --eso sí-- que los ar- tistas sean muy jóvenes (más allá de los cincuenta años es- tán perdidos) y que sean apro- bados por las reglas globales del arte.

"La física holográfica en el arte de Ilse Ortiz de Manzanares" entrevista a Marcela Valdeavellano

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Esta entrevista ha sido realizada por Letzira Sevilla del "Nuevo Diario" de Nicaragua, a la curadora y estratega cultural, Marcela Valdeavellano, sobre lo proyectos de Ilse Ortiz de Manzanares y su potencial para generar discursos más allá del gesto mimético del arte actual.

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SÁBADO, 20 DE JUNIO DE 2015 EL NUEVO DIARIO8A GRAN ANGULAR

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Es una curadora guatemalteca especializada en mercadeo estratégico del arte. Enfocada en el trabajo decolonial para encontrar nuevas vías de desarrollo en un mercado saturado por los mismos temas y las mismas soluciones en las artes visuales.

¿Quién es?

MARCELA VALDEAVELLANO

1 EXPOSICIÓN ha comisariado en Nicaragua Marcela Valdeavellano.

45 AÑOStiene Ilse Ortiz de Manzanares de estar en el mundo artístico.

La física holográfica en el arte de Ilse Ortiz de ManzanaresVISIÓN. La curadora Marcela Valdeavellano analiza la obra de la artista nicaragüense desde conceptos profundos que destacan su valor. LETZIRA SEVILLA BOLAÑ[email protected]

@LetziraSevilla

Desentrañar la obra artística de Ilse Ortiz de Manzanares sig-nifica enfrentarse a

formas, colores y expresiones tan numerosas como icónicas por sus propuestas diversas.La reconocida curadora gua-temalteca Marcela Valdeave-llano emprendió la tarea de analizar el arte de una de las pioneras de la plástica centro-americana y encontró que la física holográfica era aplicable al arte de Ilse Ortiz de Manza-nares, a través del concepto de la criptomnesia y la epigenéti-ca, para transportarnos a una nueva visión de su trabajo.

¿Por qué hablar de arte ho-lográfico en la obra de Ilse Ortiz de Manzanares? Recordemos que un holo-grama es una fotografía tridi-mensional confeccionada con ayuda de un rayo láser, como lo vimos en la “Guerra de las Galaxias”. La imagen registra-da en un holograma difiere de una fotografía convencional en muchos sentidos. Si corta-mos una fotografía normal por la mitad, cada parte contendrá solo la mitad de la imagen con-tenida en la fotografía original. Esto se debe a que cada dimi-nuta sección de la fotografía, tal como cada punto de una pantalla de televisión en color, contiene nada más que un úni-co fragmento de información de la imagen entera. En cam-bio, si se corta un holograma por la mitad y se proyecta un haz de láser a través de una de las secciones, se compro-bará que cada mitad contiene la imagen completa del holo-grama original. Dicho de otro modo, en un holograma cada parte de la imagen forma parte de todas las demás partes, de la misma forma que en el uni-verso no localizado, pensado

Conceptos presentes también en rangos más amplios del arte prehispánico mesoamericano, que incluye el tiempo en su expresión como elemento fun-damental y que Ilse Ortiz de Manzanares recupera en sus esculturas holográficas, estruc-turas que se interrelacionan y que responden a la simbología náhuatl aun antes de que to-mara contacto con ella, siendo estos casos muy frecuentes entre los artistas visuales en-tregados a representar una sensación y luego resulta que es una imagen preexistente, fenómeno al que Carl Gustav Jung llamó criptomnesia, que demuestra que algunos episo-dios de creatividad no son más que imágenes de un material que pervive en el inconsciente colectivo y son captados por el artista, quien sin reconocer-los, es el primer asombrado cuando estos se vuelven cons-cientes --lo que solo ocurre a veces-- de manera secundaria, sea a través de una lectura, un descubrimiento fortuito o la observación de un tercero.

¿En qué momento de la obra de Ortiz de Manzana-

res se advierte este desdo-blamiento? Ya en los años setenta, Ilse ma-nifiesta esos desdoblamientos desde un lienzo oscuro del que surge una forma metálica frac-turada, doblada, pero siempre repetida. A propósito de la crí-tica de arte del “boom latinoa-mericano”, Marta Traba escri-bió: “Grandes cuadros oscuros, despojados, que logran una fuerte irrealidad por el juego dramático de las luces. Maneja con gran dominio las luces y las sombras al estilo de Zurba-rán, Caravaggio o Rembrandt, los maestros de la pintura ba-rroca europea”.

¿Cómo aplica la epigenética al arte de Ilse Ortiz de Man-zanares?La epigenética (del griego: epi --sobre-- y genética) se intro-duce en el campo de la biolo-gía en los albores del siglo XXI.

NAHUI OLLIN, ILSE ORTIZ DE MANZANARES, LATAS DE ALUMINIO RECICLADAS. 2014.

por el físico David Bohm, todas sus partes se contienen.Esa es la intención en la obra de Ilse Ortiz de Manzanares, en la que desde sus pinturas de los setentas hasta sus es-culturas actuales, pasando por su arte reciclado, cada imagen contiene la información de la otra, plegándose y desplegán-dose, para compartirla con no-sotros.

¿Cuál es la relación entre esta obra y la tradición me-soamericana?Esa información contenida en su obra estaba presente en la escultórica mesoamericana, como lo registra la arquitecta mexicana Iliana Godoy en su investigación “Coatlicue: vi-sión holográfica”.A la luz de estos conceptos de la física contemporánea, re-sulta sorprendente encontrar en los desdoblamientos, abati-mientos y giros que muestran las esculturas prehispánicas de las islas Zapatera y de Omete-pe, los principios del universo plegado y desplegado, visión holográfica y sincronicidad que la investigadora Iliana Godoy analiza en la escultura náhuatl.

SÓLIDO HERIDO, PIEZA TRIDIMENSIONAL. TÉCNICA MIXTA.

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Su búsqueda se ha enfocado en incorporar nuevas pregun-tas que establezcan por qué dos hermanos, herederos de los mismos genes, parecen diferentes, actúan en forma distinta y responden a la vida en forma disímil, conteniendo exactamente el mismo mate-rial genético. La epigenética está descifran-do los lenguajes del genoma y mostrando cómo nuestras ex-periencias colectivas localiza-das, pueden “marcar” nuestro material genético y sus huellas pueden ser transmitidas a ge-neraciones futuras, así como son heredadas del pasado.Cuando Jung hablaba de crip-tomnesia en la producción ar-tística de algunos individuos, no contaba con la información de cómo, al separar al colec-tivo de sus raíces, mucho de la epistemología originaria se apaga, tal como un embrión

CHACHIGÜEGÜE, FIBRA DE VIDRIO LAQUEADA; MONOLITO, ALUMINIO RECICLADO; OLLIN I, FIBRA DE VIDRIO LAQUEADA.

en la platina. Este suceso se ha venido llevando a cabo des-de la conquista, la colonia y la transfusión del consumismo en vena, y por supuesto, de la globalización, que pretende la homogenización de la cultura (eurocéntrica, por supuesto).Al caer el muro de Berlín, cede con él el equilibrio global que era posible en el mundo gracias a la existencia de dos fuerzas antagónicas que man-tenían “un pulso”, que bajo su forcejeo, dio lugar a un espacio de reflexión y cuestionamien-to, que generó en América La-tina el así llamado “boom lati-noamericano”, que se reflejó en las artes visuales de Centro-américa en grupos como Vér-tebra en Guatemala y Praxis en Nicaragua. En este último expone Ilse Ortiz de Manzana-res, siendo una de las primeras mujeres del istmo que rompe con los esquemas tradiciona-les del arte femenino y su fi-guración, engarzándose en las luces y las sombras de esquir-las plegadas y desplegadas, al tiempo que Claudia Fuentes de Lacayo se enfoca en las hua-cas (los entierros prehispánicos) de la memoria.Estas imágenes debían marcar la epigenética del arte centro-americano, abriendo nuevas miradas, desde puntos de vis-ta no patriarcales, pero llegó la globalización y con ella el triunfo absoluto del capital y sus ferias y bienales, tras-ladando a la platina del “no pensemos” ese patrimonio (en este caso “matrimonio”, por su línea matriarcal).

¿Cuál es el impacto del mer-cantilismo en el arte?Cualquier vuelta a ese espacio es para los curadores y mar-chantes del “arte actual”, una tendencia “ochentera”, un ca-lificativo despectivo, ya que la mentalidad mercantilista no les permite vislumbrar la riqueza de una herencia que facultaría la innovación en las nuevas generaciones, otro término denostado por el eu-rocentrismo, y que algunos curadores centroamericanos, en su posición de obedientes lacayos de la institución del arte, siguen a pie juntillas, a partir del decreto de Arthur Danto, “del fin del arte”. Así que “todo se vale”, siempre y cuando no haya que pensar mucho y continuemos en la vía del apropiacionismo, ga-rantizando --eso sí-- que los ar-tistas sean muy jóvenes (más allá de los cincuenta años es-tán perdidos) y que sean apro-bados por las reglas globales del arte.